gaseosa. En el caso de sustancias puras a una presión fija, el proceso de ebullición o de vaporización ocurre a una sola temperatura; conforme se añade calor la temperatura permanece constante hasta que todo el líquido ha hervido. El punto normal de ebullición se define como el punto de ebullición a una presión total aplicada de 101.325 kilopascales ( 1 atm); es decir, la temperatura a la cual la presión de vapor del líquido es igual a una atmósfera. El punto de ebullición aumenta cuando se aplica presión. El punto de ebullición no puede elevarse en forma indefinida. Conforme se aumenta la presión, la densidad de la fase gaseosa aumenta hasta que, finalmente, se vuelve indistinguible de la fase líquida con la que está en equilibrio; ésta es la temperatura crítica, por encima de la cual no existe una fase líquida clara. El helio tiene el punto normal de ebullición más bajo (4.2 K) de los correspondientes a cualquier sustancia, y el carburo de tungsteno, uno de los más altos (6300 K). El punto de ebullición de un líquido está en relación con la presión que existe en su superficie (presión atmosférica) y con la presión del vapor saturado. En el punto de ebullición, y durante el transcurso de la misma, estas presiones permanecen idénticas. Cuando en las tablas que dan los puntos de ebullición de los líquidos vemos los datos, estos se refieren a cuerpos bajo una presión normal de 760 mm de mercurio. Pero en el caso de los cuerpos que tienen un punto de ebullición elevado o son sensibles al calor, su punto de ebullición se indica, por ejemplo, a 10 mm de mercurio. Si se modifica la presión exterior en la superficie del líquido, se modifica igualmente el punto de ebullición inicial. Esta particularidad se utiliza en tecnología mediante recipientes herméticamente cerrados dentro de los cuales la compresión del vapor origina una presión muy elevada (sobrepresión) y, por lo tanto, una elevación de la temperatura, del punto de ebullición, mucho más rápida que en un recipiente normal. De este modo, el agua que se hace hervir a una presión de dos atmósferas hierve a una temperatura de 120º C, en lugar de los 100º C normalmente observables. Para explicarlo con un ejemplo claro, podemos decir que si ponemos al fuego un recipiente con agua, como el fuego está a mayor temperatura que el agua, le cede calor por lo que la temperatura del agua va aumentando, lo que podemos comprobar si ponemos un termómetro en el agua. Cuando el agua llega a 100 ºC, empieza a hervir, convirtiéndose en vapor de agua, y deja de aumentar su temperatura, pese a que el fuego sigue suministrándole calor: al pasar de agua a vapor de agua todo el calor se usa en cambiar de líquido a gas, sin variar la temperatura. La temperatura a la que una sustancia cambia de líquido a gas se llama punto de ebullición y es una propiedad característica de cada sustancia, así, el punto de ebullición del agua es de 100 ºC, el del alcohol de 78 ºC y el hierro hierve a 2750 ºC.¡, tal y como podemos ver en la tabla que tenemos arriba. http://www.mcgraw- hill.es/bcv/tabla_periodica/defi/definici on_punto_ebullicion.html http://espaciociencia.com/punto-de- ebullicion/