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EL POSIVISMO Y EL RACIONALISMO

El Positivismo
Se define como positivismo a la corriente filosófica que asevera que el único
conocimiento auténtico es el conocimiento científico, y que tal conocimiento solamente
puede surgir de la afirmación de las teorías a través del método científico. Según esta
corriente, todas las actividades filosóficas y científicas deben efectuarse únicamente
en el marco del análisis de los hechos reales verificados por la experiencia.
Esta epistemología surge como manera de legitimar el estudio científico naturalista del
ser humano. Según distintas versiones, la necesidad de estudiar científicamente al ser
humano nace debido a la experiencia sin paralelo que significó la Revolución francesa,
que obligó por primera vez a ver a la sociedad y al individuo como objetos de estudio
científico.
Según Comte, todo desarrollo en la sociedad humana depende en última instancia del
desarrollo científico. La historia de la ciencia es el núcleo de la historia general de la
especie humana. No puede comprenderse bien el sentido de la historia universal si
antes no se ha clarificado la evolución de las formas de conocimiento empírico.

El positivismo se integra en diversas tradiciones culturales: en Francia se inserta en el


interior del racionalismo; en Inglaterra, se desarrolla sobre la tradición empirista y
utilitaria, y se relaciona a continuación con la teoría darwinista de la evolución; en
Alemania asume la forma de un rígido cientificismo y de un monismo materialista; en
Italia, sus raíces se remontan al naturalismo renacentista.

De acuerdo con Dobles, Zúñiga y García (1998) el positivismo se caracteriza por


postular lo siguiente:

El sujeto descubre el conocimiento.


a) El sujeto tiene acceso a la realidad mediante los sentidos, la razón y los
instrumentos que utilice.
b) El conocimiento válido es el científico.
c) Hay una realidad accesible al sujeto mediante la experiencia. El positivismo
supone la existencia independiente de la realidad con respecto al ser humano que
la conoce.
d) Lo que es dado a los sentidos puede ser considerado como real.
e) La verdad es una correspondencia entre lo que el ser humano conoce y la realidad
que descubre.
f) El método de la ciencia es el único válido.
g) El método de la ciencia es descriptivo. Esto significa, según Abagnaro, que la
ciencia describe los hechos y muestra las relaciones constantes entre los hechos,
que se expresan mediante leyes y permiten la previsión de los hechos.
h) Sujeto y objeto de conocimiento son independientes: se plantea como principio la
neutralidad valorativa. Esto es: que el investigador se ubique en una posición
neutral con respecto a las consecuencias de sus investigaciones.

La ciencia positivista se cimienta sobre el supuesto de que el sujeto tiene una


posibilidad absoluta de conocer la realidad mediante un método específico. Otra de las
características relevantes del positivismo tiene que ver con suposición epistemológica
central. En efecto, el positivismo supone que la realidad está dada y que puede ser
conocida de manera absoluta por el sujeto cognoscente, y que de lo único que había
que preocuparse, indican Dobles, Zúñiga y García (1998), era de encontrar el método
adecuado y válido para “descubrir” esa realidad.
Desde esta perspectiva se considera que el método científico es único y el mismo en
todos los campos del saber, por lo que la unidad de todas las ciencias se fundamenta
en el método: lo que hace a la ciencia es el método con el que tratan los “hechos”. En
consecuencia, el positivismo asume que sólo las ciencias empíricas son fuente
aceptable de conocimiento.

Como consecuencia de lo anterior, podemos indicar, siguiendo a Gutiérrez (1996), que


los positivistas buscan los hechos o causas de los fenómenos sociales con
independencia de los estados subjetivos de los individuos. Agregamos, siguiendo a
Soto y Bernardini (1980), que al positivismo se le debe la ruptura entre la filosofía y la
educación, y una concepción de la pedagogía basada en las técnicas educativas.

Las mayores críticas de esta corriente, han sido realizadas por los teóricos que se
apoyan en la dimensión subjetivista; en particular, quienes critican el empirismo y el
racionalismo como única vía para el conocimiento. El proceso de crítica que ha sufrido
el positivismo, lo percibe Mardones en términos de tres (3) grandes polémicas de la
forma siguiente:

 El rechazo a la pretensión del positivismo de generar explicaciones causales y


predecir todo fenómeno.
 El rechazo al monismo metodológico del positivismo.
 El rechazo a la física matemática como canon regulador de toda explicación
científica.
 El rechazo hacia el positivismo por pretender reducir la razón social a mera razón
instrumental.

A principios del siglo XX un grupo de filósofos interesados en la evolución de la ciencia


moderna, rechazaron las ideas positivistas tradicionales que creían en la experiencia
personal como base del verdadero conocimiento y resaltaron la importancia de la
comprobación científica. Este grupo fue conocido como los positivistas lógicos entre
los que se encontraban el austriaco Ludwig Wittgenstein y los filósofos británicos
Bertrand Russell y George Edward Moore.

El Tractatus Lógico -Philosophicus (1921) sirvió como fuente de inspiración para el


surgimiento del Círculo de Viena, grupo de intelectuales que tuvo como objetivo el
alejar definitivamente a la ciencia de la metafísica, a partir del desarrollo de la lógica
de Russell. Al poco tiempo, surgieron muchas críticas desde los mismos fundadores
del Círculo de Viena, siendo una de las más fuertes la de Karl Popper. Éste plantea
que el objetivo de cimentar todo el conocimiento científico en lo empírico es
irrealizable, cuestión que pronto es aceptada por el Círculo de Viena. De esta manera
el positivismo lógico evoluciona hacia el racionalismo crítico, que se separa de aquél
en cuando desprecia la inducción y vuelve a darle preponderancia a la teoría, y a la
correspondiente deducción.

Los positivistas hoy en día, que han rechazado la llamada escuela de Viena, prefieren
denominarse a sí mismos empiristas lógicos para disociarse de la importancia que
dieron los primeros pensadores a la comprobación científica. Mantienen que el
principio de verificación en sí mismo es inverificable en el campo filosófico.
A manera de complemento y a la vez de resumen, se presenta, siguiendo a
Kolakowski (1988), las cuatro reglas fundamentales que conviene seguir, según la
doctrina positivista, a fin de separar lo fundamental de lo accesorio:

Primera Regla: La regla del fenomenalismo, que expresa que no existe diferencia real
entre esencia y fenómeno.
Segunda Regla: La regla del nominalismo, por la cual afirman que estamos obligados
a reconocer la existencia de una cosa cuando la experiencia nos obliga a ello.

Tercera Regla: Niega todo valor cognoscitivo a los juicios de valor y a los enunciados
normativos.

Cuarta Regla: La fe en la unidad fundamental del método de la ciencia. Se trata de la


certeza de que los modos de la adquisición de un saber válido son fundamentalmente
los mismos en todos los campos de la experiencia, como son igualmente idénticas las
principales etapas de la elaboración de la experiencia a través de la reflexión teórica.

El Racionalismo
En filosofía, bajo la denominación de racionalismo (del lat. ratio= razón entendimiento)
se comprenden las convicciones y teorías que opinan que por medio de la razón se
puede entender suficientemente la realidad y, en consecuencia, obrar razonablemente.
Esta corriente filosófica que desarrolló en la Europa continental durante el siglo XVII,
sostiene que la fuente de conocimiento es la razón, defiende las ciencias exactas, en
concreto las matemáticas y dice que posee contenidos innatos, es decir, ya nacemos
con conocimientos, solo tenemos que "acordarnos" de ellos. Usa el método deductivo
como principal herramienta para llegar al verdadero conocimiento.
El racionalismo de Descartes quien creía que la geometría representaba el ideal de
todas las ciencias. También mantenía que solo por medio de la razón se podían
descubrir certezas universales, es decir, verdades evidentes en sí mismas. Descartes
defendía que estas verdades eran innatas. Las obras de Descartes en las que expone
sus argumentos son “El discurso del método” y “Meditaciones metafísicas”.
Características fundamentales de la filosofía racionalista.
1. Plena confianza en la razón humana: Los racionalistas le otorgan un valor extremo
a la razón entendida como la única facultad susceptible de alcanzar la verdad. Sólo
tienen validez científica aquellos conocimientos derivados de la razón con
independencia de la experiencia.
2. Existencia de ideas innatas: La mente humana no es un receptáculo vacío, sino
que posee naturalmente un número determinado de ideas innatas o naturalezas
simples a partir de las cuales se fundamenta deductivamente todo el edificio del
conocimiento. La característica fundamental de tales ideas es su simplicidad,
claridad y distinción, es decir, la evidencia.
3. Adopción de un método de carácter matemático: Todos los racionalistas tomaron
como modelo el método utilizado por la matemática y la geometría. La utilidad del
método estriba no sólo en escapar del error, sino que persigue una intención clara:
la unificación de las ciencias e incluso la creación de una "Mathesis Universalis" o
ciencia cierta de carácter universal que pudiera utilizar un lenguaje simbólico
matemático con el que analizar y reducir a lo simple toda proposición compleja de
la ciencia, incluida la filosofía y la moral.
4. Metafísica basada en la idea de substancia: Por substancia entienden los
racionalistas "aquello que existe de tal manera que no necesita de ninguna otra
cosa para existir" (Descartes). Descartes afirmó la existencia de tres substancias
distintas (res infinita o Dios, res cogitans o pensamiento y res extensa o
substancias corpóreas), lo cual le condujo al establecimiento de un acusado
dualismo que escindió la realidad en dos ámbitos heterogéneos (lo corporal o
material y lo espiritual) irreconciliables entre sí y regidos por leyes absolutamente
divergentes (leyes mecánicas para el mundo físico).
5. El mecanicismo: El mecanicismo fue el paradigma científico predilecto para la
mayoría de racionalistas. Según éste, el mundo es concebido como una máquina,
despojada de toda finalidad o causalidad que vaya más allá de la pura eficiencia:
todo se explica por choques de materia en el espacio y no existen fuerzas ocultas
o acciones a distancia. El mundo es como un gigante mecanismo
cuantitativamente analizable.
6. Aspiración a una ciencia o filosofía universal y racional: Por ello válida y definitiva
para todo hombre y todos los aspectos de la realidad, haciendo al hombre
dominador de la naturaleza.

El origen del conocimiento ha de estar, pues, en ciertas ideas intuidas como evidentes
a la luz de la razón. Que sean tan evidentes quiere decir que es imposible ponerlas en
duda sin incurrir en una contradicción o absurdo lógico (son lógicamente necesarias).
Candidatas a este lugar de privilegio (como pilares del edificio del conocimiento
deductivo) son el código cartesiano (el “pienso luego existo”), el principio de identidad
(toda cosa es igual a sí misma) y de no contradicción (ninguna cosa puede tener
propiedades opuestas al mismo tiempo y en el mismo sentido), el principio de razón
suficiente (todo ocurre por alguna razón) y el de causalidad (todo tiene una causa),
además de las ideas lógicas y matemáticas más simples.

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