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1 Corintios 11:3 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el


varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.

1 Timoteo 2:5 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres,

Jesucristo hombre,

Cristo, La Cabeza de la Iglesia

por Gabirel Otero

Continuando con el estudio de las cartas del apóstol Pablo a distintas


iglesias, tenemos frente a nosotros la que enviara a los Colosenses. Como
ya dijimos su autor es Pablo pues en el Cap.1:1-2, él dice: "Pablo, apóstol de
Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a los santos y
fieles hermanos en Cristo que están en Colosas:..."

La idea general de esta carta a la iglesia de Colosas es muy simple. Pablo


quiere presentarle el punto dogmático más importante de su doctrina: Cristo
es la cabeza de la iglesia. No hay ningún hombre que pueda ocupar el lugar
de Cristo. En el Cap.1:18, dice Pablo: "Y él -con referencia a Cristo- es la
cabeza del cuerpo que es la iglesia,..." Sabemos que hay otras doctrinas que
enseñan que esa cabeza de la iglesia fue transferida a Pedro, y Pedro la
transfirió a sus sucesores y así sucesivamente el poder de Cristo ha sido
transferido a los hombres. Pero no es así. San Pablo dice que la cabeza de la
iglesia es Cristo. Así que vamos a desarrollar esta enseñanza, la vamos a
analizar y a estudiar para que entendamos perfectamente bien lo que implica
decir que Cristo es la cabeza de la iglesia. Vamos a mirar entonces esta carta
a través de este fundamental detalle doctrinal, para poder aprender ciertas
cosas que nos enseñan cómo Cristo es sin lugar a dudas la cabeza de la
iglesia.
En primer lugar, leamos en el Cap.1:15: "El es la imagen del Dios invisible, el
primogénito de toda creación." Cristo es entonces la imagen de Dios. En
segundo lugar, todas las cosas que fueron creadas, fueron creadas por él:
"Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las
que están en la tierra,..." Encontramos entonces aquí la antigua creación.
Dice: "...visibles e invisibles; sean tronos, dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de él y para él." Vemos que en la
persona de Cristo, Pablo formula aquí en esta carta una tesis de tres puntos:
Cristo es la cabeza de la iglesia. ¿Cómo puede ser Cristo la cabeza de la
iglesia? Primero, porque observando la antigua creación, Cristo es el eje
principal de la misma. Como ya hemos leido en el Vr.15, el cual nos habla de
que él es la imagen del Dios invisible. Ahora nos explicamos porqué en el
evangelio de Juan, la Escritura nos enseña de que nadie vio a Dios.
Recordemos este versículo de Juan Cap.1:18: "A Dios nadie le vio jamás; el
unigénito Hijo, que está en e l seno del Padre, él le ha dado a conocer." A
Dios el Padre nadie le vio, pero el unigénito Hijo del Padre sí, es decir, Cristo.
Y viendo a Cristo vemos al Padre. Entonces cuando Pablo nos presenta la
tesis de que Cristo es la cabeza de la iglesia, él no está soñando, no está
pensando en cosas raras, absolutamente no. El está pensando en algo
tangible, visible, propio y lleno de conocimiento. También todas las cosas
fueron creadas tanto en los cielos como en la tierra, visibles o invisibles, lo
fueron por medio de él. El es el Rey de esa antigua creación a pesar de que
su nombre como Jesucristo no es mencionado en el Antiguo Testamento,
pero sí es mencionado a través de otros nombres.

En segundo lugar, vemos la nueva creación, Vrs.19-22: "...por cuanto agradó


al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar
consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en
los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz." En otra palabra,
en la creación nueva está diciendo Pablo que si hay paz en el cielo es porque
Cristo murió en la cruz. Si hay paz en el corazón de los hijos de Dios, es
porque Cristo murió en la cruz. Y si un día viviremos en paz en los cielos, es
porque Cristo está en los cielos como resultado de su victoria sobre la cruz.
"Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en
vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo
de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e
irreprensibles delante de él;..." Esto se refiere a los gentiles, individuos que
no tenían conocimiento de Dios, a los individuos que ignoraban por
supuesto el desarrollo de una vida cerca de Dios. Miremos con atención,
miremos con verdadera atención lo que Dios tiene que decirnos y
aprendamos de esta lección.
Ahora, luego de darnos a conocer Pablo la antigua creación, y darnos a
conocer también la nueva creación, Pablo nos da a conocer el desarrollo de
esa creación que Dios ha hecho en nosotros. Dice en el Vr.24: "Ahora me
gozo en lo que padezco por vosotros,..." En otra palabra, Pablo dice me gozo
en el ministerio no obstante las circunstancias. Pero dice en el Vr.23: "...si en
verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la
esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la
creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro."
Notamos que Pablo no dice que él fue hecho cabeza, notamos que Pablo no
dice que él fue hecho el eje central del ministerio de Dios, sino que en esta
carta a los Colosenses notamos la ansiedad de Pablo por presentar de una
manera total, de una manera posiblemente más clara y más precisa, que
Cristo es el eje central de su doctrina y que él al permanecer fiel a esa
doctrina, entonces fue hecho un sirviente de la misma. Hay muchas
personas que dicen bueno esto es lo que Pablo piensa. Pero no es
solamente lo que Pablo piensa, sino que él lo atestigua con su posición
sabiendo de que Cristo es la verdadera cabeza, el verdadero centro de la
iglesia, y así lo dice en el Cap.2:1-7: "Porque quiero que sepáis cuán gran
lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos
los que nunca han visto mi rostro; para que sean consolados sus corazones,
unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a
fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están
escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del 

conocimiento. Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras


persuasivas. Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en
espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la
firmeza de vuestra fe en Cristo. Por tanto, de la manera que habéis recibido
al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y
confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en
acciones de gracias."

Bien, hemos visto cómo en la carta a los Colosenses Pablo desarrolla en ella
la verdadera teología de que Cristo es el centro de la iglesia. Primero, es el
centro de la antigua creación; luego es el centro de la nueva creación y
finalmente Cristo ha de ser sin lugar a dudas el centro de la creación por
venir.

Fijémonos ahora lo que dice Pablo al final de esta carta en el Cap.4:1-6:


"Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que
también vosotros tenéis un Amo en los cielos. Perseverad en la oración,
velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por
nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a
conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, para que lo
manifieste como debo hablar. Andad sabiamente para con los de afuera,
redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con
sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno." Notamos a través
de esta Escritura que Pablo enfatiza una y otra vez el verdadero hecho de
que debemos imitar a Cristo Jesús, debemos mirar su vida, debemos mirar
su vocación, debemos mirar su andar, debemos andar en sus propios
pasos. 

Volvamos a la pregunta clave de nuestro estudio: ¿Quién es la cabeza de la


iglesia? ¿Pablo, Pedro, Santiago? No. ¡Cristo! Marquemos bien en nuestra
Biblias el Cap.1:18 de esta carta. Cristo es el centro motor en el cual se
mueve toda la iglesia y se desarrolla en forma maravillosa. Algunos podrán
decir: "¿Y qué acerca del apóstol Pedro?" Permítannos mostrar lo que Pedro
dice de sí mismo en la 1a.Epistola de este apóstol en el Cap.5:1, hablando a
los ancianos o sea a los pastores: "Ruego a los ancianos que están entre
vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de
Cristo, que soy también participante de la gloria que está revelada." Aquí
Pedro tiene la mejor oportunidad de presentarse como cabeza de la iglesia, y
él podría decir "yo soy el pastor de los pastores, yo sufrí con Cristo, yo
estuve con él", sin embargo Pedro dice yo pastor entre los pastores. ¿Nos
damos cuenta? Cuando en esta carta a los Colosenses Pablo enfatiza que
Cristo es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él está diciendo que la
escribió para demostrar que hay un mundo en el cual todo ese desarrollo, en
el cual todo lo que podemos aprender y saber de este mundo, gira en la
persona de Cristo Jesús. ¿Por qué? Porque él es el centro motor de nuestra
vida. ¡Qué hermoso es saber que desde el punto de vista doctrinal, nuestro
Jefe, nuestro Pastor soberano está en los cielos! De esta manera, la parte
doctrinal y la polémica no se encuentran. Pablo desvía todo pensamiento
humano y coloca el pensamiento ahora en Cristo Jesús. Lleva todas
nuestras divergencias a Cristo jesús; coloca todas nuestras alternativas con
Cristo Jesús y así desarrolla la tesis de que Cristo es la cabeza de la iglesia.

Ahora bien, vamos a tomar la aplicación práctica. Si Cristo es la cabeza de la


iglesia, ¿de qué nos significa eso? ¿qué podemos obtener practicamente al
decir que Cristo es la cabeza de la iglesia? En el Cap.1:27, leemos: "...a
quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio
entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,..."
Cristo, al ser la cabeza de la iglesia y al estar en nosotros, en nuestros
corazones, él es la única esperanza. Si hay esperanza para el cristiano, si
hay esperanza para el creyente, si hay una vida más allá del cielo azul, es
porque Cristo es nuestra única esperanza. En el Cap.2:9, dice: "Porque en él
habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad." Lo cual prueba que
Cristo es la cabeza y como cabeza es la plenitud del Dios de los cielos.

Luego en el Cap.3:5-11, dice: "Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros:


fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que
es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de
desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo
cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas
cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.
No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con
sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo
creo se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni
judío, circuncisión ni incircucisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que
Cristo es el todo, y en todos." Es indudable que siendo Cristo la cabeza de la
iglesia, él entonces es el todo. No podemos dividir la iglesia con italianos,
argentinos, españoles y americanos; no podemos dividir la iglesia entre
circuncidados y no circuncidados. No podemos dividir la iglesia de Cristo,
¿por qué? Porque es una, porque tiene una sola cabeza, no dos. Así que la
iglesia es una.

Finalmente, en el Cap.4:10-12, Pablo dice: "Aristarco, mi compañero de


prisones, os saluda, y Marcos el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis
recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle; y Jesús, llamado
Justo; que son los únicos de la circuncisión que me ayudan en el reino de
Dios, y han sido para mí un consuelo. Os saluda Epafras, el cual es uno de
vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros
en sus oraciones,..." Fijémonos en este saludo "siervo de Cristo". Con lo
cual confirma ese poderoso argumento de que Cristo es la cabeza de la
iglesia y todos los que trabajamos somos siervos de Cristo. No siervos de la
iglesia, sino siervos de Cristo que es la cabeza.

Quiera Dios bendecirnos, y darnos el privilegio de que siempre


reconozcamos a Cristo como la cabeza central de Su iglesia. Darle a él el
lugar que le corresponde en el trono de nuestra vida, no sólo para tener un
sentimiento profundo acerca de él, sino para tener también una apreciación
exacta de lo que él es en nosotros.

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