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LA RELATIVIDAD DEL APRENDIZAJE

Las perspectivas modernas en cuanto a los procesos de enseñanza aprendizaje,


contrastan abiertamente con los modelos pedagógicos y con sus postulados
teóricos tan enfatizados a la correcta inclusión de la figura mediática del docente
como artífice fundamental en la construcción de sociedades civilizadas y justas.
En este modelo social que nos cobija, convergen los factores que hacen que un
individuo pueda ser catalogado como miembro activo o parcial de un grupo social,
ya sea desde sus etapas tempranas hasta su eventual desarrollo académico o
profesional. Las teorías asociacionistas y cognitivas reúnen varios de los
elementos que pueden caracterizar a un individuo dentro de un proceso de
aprendizaje, puesto que de manera estrictamente ordenada y lógica, abarcan
todas las etapas del desarrollo humano desde que es concebido hasta sus últimos
días. Las interesantes teorías Piagetianas se hacen evidentes en el continuo
trasegar del oficio docente y las relaciones circundantes hacen valedero el estudio
y promulgación de etapas distintivas en el desarrollo cognitivo y personal del
individuo. Las épocas del castigo y la coerción como herramientas inmediatas y
efectivas para la adquisición de resultados, se han venido rezagando para darle
paso a la calidez, el diálogo, la compenetración del docente con sus estudiantes y
la adquisición de una confianza mutua en donde el concepto de aprendizaje deja
de ser una carretera de una vía para convertirse en una interacción si se quisiera,
simbiótica entre educando y educador. El ser humano comenzó a adoptar
entonces características asociadas a la imitación y al seguimiento de modelos
mediáticos para construir y modelar su personalidad dentro y fuera de su nicho
social, y de allí se desprendieron todos los anales extensos, epistemológicos y
teórico prácticos del aprendizaje individual y social. Pero los documentos que nos
vienen a recordar las largas horas de clase en la universidad cuando soñábamos
con prepararnos muy bien para cambiar el mundo que nos transformaba en entes
inconformes y que por intermedio de las distintas áreas del conocimiento nos
llevaron a habitar durante varios meses aquellas aulas plagadas de experiencias
oscilantes entre útiles y vacuas, entre imprescindibles y desechables, entre
perennes y fugaces, hacen un eco ensordecedor y punzante cuando se sale del
halo filosófico y a veces utópico de la instrucción para llegar a la desapacible
realidad. Los documentos del curso que nos atañe encierran en su forma y
contenido los aspectos más importantes y concluyentes de cualquier proceso de
adopción o adquisición de aprendizaje, pero hay un elemento aleatorio que no se
evidencia directamente, y es la relatividad del postulado contra la realidad. El
neurólogo, el sicoanalista, el filósofo, el investigador, el docente y todos aquellos
que contribuyen a enriquecer los procesos educativos para transformarlos
continuamente y ponerlos al servicio del desarrollo humano, olvidan muchas veces
sus posiciones subjetivas y parcializadas a un solo extremo social. El aprendizaje
no solo parte de la interiorización y fiel aplicación de teorías preconcebidas e
incluso hasta lógicas si se le desembaraza de su redacción eufemística, recoge
también un empirismo tácito y supone un intercambio de roles entre la figura del
maestro y la del alumno. La experiencia y las afinidades hacen parte fundamental
de un proceso de aprendizaje autónomo, significativo y valedero. El ser humano
no acoge para sí conceptos o representaciones de la realidad que no sean de su
interés, dado el caso del aprendizaje de una lengua extranjera en donde gran
parte del éxito de su dominio radica en las afinidades y en los elementos atractivos
que involucran la utilización de un idioma. No es argumento en este campo,
resaltar que la gran expansión americana hace imprescindible el aprendizaje del
inglés, cuando el alumno promedio lo requiere para comprender la música que le
gusta, entender la película que vio el fin de semana, o simplemente para
ensamblar el pc de última generación cuyas instrucciones no estaban redactadas
en español. La imposición de los contenidos teóricos han contrastado
abiertamente con la validez que el alumno le da en un campo práctico, puesto que
siempre se ha condicionado a un campo económico o conveniente, como quiera
que la gran mayoría de estudiantes próximos a graduarse de bachilleres no
escogen carreras afines a sus cualidades sino las que le representen una mejor
posición social y económica. La relatividad del aprendizaje radica en que el
fenómeno del hombre como ser social debe ser apreciado desde todas sus aristas
y no solo desde las estrechas y a veces dogmáticas posiciones institucionales.
Debe contemplar que tanto de los contenidos teóricos que maneja son útiles y
realmente significativos para aquellos que ocupan inadvertida y mecánicamente,
un aula de clase. Debe responder a inquietudes talvez no tan profundas y
existenciales, como aquellas que nos dicen, ¿Cómo un alumno no aprende las
normas básicas de ortografía, pero sí la canción de moda que comprende 40 o 50
líneas sin presentar un solo error?, ¿Cómo un alumno no puede realizar un simple
mapa mental a pesar de la inducción previa, y sí puede completar un videojuego
de manera concreta y analítica haciendo uso para tal propósito de elementos de
coherencia, análisis mental y agilidad motora mucho más avanzados?. Es este el
punto a considerar, abogar por la verdadera inclusión del alumno dentro de su
propio modelo de aprendizaje, dentro de la escogencia de los contenidos que son
afines para él, dentro de la retroalimentación de los elementos esenciales en su
formación independiente de la etapa en que se encuentre, pues el objetivo de la
educación es enrumbar al ser humano hacía la búsqueda de un verdadero
equilibrio social, de una verdadera justicia y de una equidad a todo nivel para darle
el status de figura neurálgica de la sociedad, una sociedad que paradójicamente
es excluyente y mezquina con aquellos que no tienen los medios para acceder a
las distintas coyunturas sociales, una sociedad que educa hijos sin padres
ocupados en amasar riquezas y contraer más deudas, una sociedad que repele la
verdad para convencer masivamente a millones de personas por sus medios de
comunicación. El aprendizaje debe ser entonces, pieza fundamental en la
reconstrucción de los sectores más abandonados de la sociedad, dejando de lado
en muchas ocasiones la elegante retórica de los estudiosos y dando espacio cada
vez más a la construcción colectiva, participativa e incluyente de modelos
educativo sociales prósperos y participativos, solo para aclarar el camino hacía la
inminente evolución humana.

Óscar Javier Díaz

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