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I

Tema: “ 7 Cualidades Para Aumentar la Fe”


Fondo Bíblico: 2 Pedro 1: 3-10

2 Pedro 1: 5-8

Kai; aujto; tou`to de; spoudh;n pa`san pareisenevgkante"


5

ejpicorhghvsate ejn th`/ pivstei uJmw`n th;n ajrethvn, ejn


de; th`/ ajreth`/ th;n gnw`sin, 6ejn de; th`/ gnwvsei th;n
ejgkravteian, ejn de; th`/ ejgkrateiva/ th;n uJpomonhvn,
ejn de; th`/ uJpomonh`/ th;n eujsevbeian, 7ejn de; th`/
eujsebeiva/ th;n filadelfivan, ejn de; th`/ filadelfiva/ th;n
ajgavphn. 8
tau`ta ga;r uJmi`n uJpavrconta kai;
pleonavzonta oujk ajrgou;" oujde; ajkavrpou" kaqivsthsin
eij" th;n tou` kurivou hJmw`n jIhsou` Cristou` ejpivgnwsin:
Introducción: Pedro, aproximadamente en el año 100 d.C, escribe esta segunda epístola, con tres finalidades:
01.- Aumentar la Fe de los Creyentes, instándolos a perseverar. (Capitulo 1)
02.- Alertar sobre falsos Maestros y Profetas (Capitulo 2)
03.- Reafirmar la promesa de la venida de Cristo, para aquellos que la tenían por tardanza (Capitulo 3)

Ahora le explico porqué hago mención de esto, para lo cual vamos a enfocarnos en el punto Nro. 01 del capitulo 01, ya que en
nuestros tiempos estamos viviendo la misma situación, pareciera una carta dirigida a nosotros la iglesia de hoy, estamos en los
últimos tiempos, la venida de Cristo esta a las puertas, y la condición espiritual ha decaído en una forma sorprendente y alarmante, ya
no vemos con frecuencia la manifestación de los frutos de el Espíritu, muchos manifestaran que esto es bíblico, pero les pregunto;
¿querrá algún ser humano pasar por la gran tribulación?, ¿ querrá algún hermano vivir esta experiencia?, ciertamente sabemos que
no, si con un problema nos sentimos agobiados imaginémonos en medio de esta gran catástrofe, en la cual Dios derramará su ira,
contra todos aquellos que le rechazaron y que no quisieron vivir conforme a lo que está escrito en la Sagrada Palabra, necesitamos
urgente un avivamiento de el Espíritu de Dios en nuestras vidas, y para esto no es necesario, que venga un predicador , o un culto
especial, lo único que necesitamos es concientizarnos de la necesidad espiritual de cada uno de nosotros, es necesario que el
avivamiento comience en cada uno de nosotros, y así se manifieste el poder de Dios para que comience el cambio y la renovación de
la Iglesia que Cristo a de venir a buscar, seremos extremistas con esforzarnos en cumplir la Santa Palabra, si es así, “que no es”,
entonces Cristo es el mayor extremista ya que él cumplió a cabalidad todo lo que estaba escrito de Él ( Hebreos 10: 7)
Por lo cual el mensaje de Dios en estos tiempos, es que nos renovemos en el Poder de su Fuerza, cumpliendo y viviendo su Palabra,
para lo cual con la ayuda y guía de el Santo Espíritu, pasaremos al Logos de Dios , escudriñemos el texto que ya hemos leído y
centrémonos a partir del verso 5 de el capitulo 1 de esta hermosa epístola
Nota Importante: Notemos que especifica que a la fe, debemos añadir, Suministrar, Incrementar, Acrecentar.

01.-) Virtud  [Del lat. virtus, -ūtis ] [Griego: ajreth`/ = Arete]


II

f.
1. Actividad o fuerza de las cosas para producir o causar sus efectos.
2. Fuerza, vigor o valor.
3. Poder o potestad de obrar.
4. Disposición constante del alma para las acciones conformes a la ley moral.
5. Acción virtuosa o recto modo de proceder.
6. ~ cardinal. f. Cada una de las cuatro, prudencia, justicia, fortaleza y templanza, que son principio de otras en ellas contenidas.
7. ~ moral. f. Hábito de obrar bien, independientemente de los preceptos de la ley, por sola la bondad de la operación y conformidad
con la razón natural.
8. ~ teologal. f. Cada una de las tres, fe, esperanza y caridad, cuyo objeto directo es Dios.
9. en ~. loc. adv. En fuerza, a consecuencia o por resultado de.

VIRTUD , FIRMEZA: Término que esencialmente denota el conjunto de cualidades tales como la moralidad, la bondad, el valor, que
caracterizan a una persona o cosa y por lo cual adquiere renombre, excelencia o alabanza (Éx 18.21, 25; Flp 4.8; 1 P 2.9; 2 P 1.5). En Flp y 2
P la virtud parece ser una energía esencial en el ejercicio de la fe. Nótese que en la RV-1909 hay muchos pasajes donde se usa la palabra
virtud (en griego, ) que se han traducido de otra manera en la RV-1960. El cristiano tiene el llamado a anunciar las virtudes de Cristo,
no las propias (1 P 2.9). Esto es posible, pues Cristo vive en el creyente y le ha dado el Espíritu Santo para que le imparta la capacidad de
mostrarlas. En 1 Co 13.13 se enumeran las tres virtudes teologales: fe, esperanza y amor. En Ap 2.19 se mencionan cuatro virtudes y en 2 Co
6.4ss, seis. En 1 Ti 6.11, 2 P 1.5ss y Gl 5.22s hay otras listas. Por lo que a las «virtudes» se refiere, todos tenemos nuestras limitaciones. Esto
siempre ha sido así. La virtud ha sido un tema de gran interés a través de toda la historia. Los griegos del siglo cuarto a.C., creían que las
cuatro virtudes cardinales eran la sabiduría, la valentía, la templanza y la justicia.1 Durante la Edad Media de la era cristiana, los
escolásticos consideraban «naturales» las cuatro virtudes ya mencionadas; mientras que la fe, la esperanza y el amor se consideraban virtudes
«teológicas». La Biblia es mucho más comprensiva en su visión de las virtudes. Podemos identificarnos con el clamor lleno de angustia de
David cuando expresó: «Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,…» (Salmo 51.10). Puede que nos hagamos eco de las palabras de Pedro
cuando «cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador» (Lucas 5.8). Observe cuán estrechamente
ligados están las virtudes y el amor, en las dos listas más importantes del Nuevo Testamento que recalcan las cualidades cristianas:

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro,
todo lo amable [prosohiles], todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de
alabanza, en esto pensad (Filipenses4.8;)

Ahora Preguntémonos: 1-) Cual debe de ser la Virtud de el Creyente? R = Poder o Potestad de Obrar. 2-) ¿Obrar en que? R = En Predicar
el Evangelio, 3-) Como? R = Adquiriendo conocimiento de Dios, para lo cual pasaremos al 2do. punto

02.-) Conocimiento o Ciencia [Griego: gnwvsei = Gnósei]


m.
1. Acción y efecto de conocer.
2. Entendimiento, inteligencia, razón natural.
3. Cada una de las facultades sensoriales del hombre en la medida en que están activas. Perder, recobrar el conocimiento.
4. pl. Noción, ciencia, sabiduría.
5. □ V. testigo de ~.
CONOCIMIENTO o CIENCIA: En la filosofía griega, el conocimiento se consideraba como el sumo bien del hombre. Para Sócrates,
equivalía a la virtud, de ahí su máxima clásica: «Conócete a ti mismo». Pero en el Antiguo Testamento todo conocimiento se contrasta con el
conocimiento de Dios. El conocimiento de Dios es infinito (Sal 147.5) e íntimo. Jehová conoce los nombres (Éx 33.12; Sal 91.14), los
pensamientos (Job 21.27; Sal 44.21; 94.11), los caminos (Job 23.10) y las actividades del hombre (Sal 139.2; Is 66.18). Mientras el hombre
III

persigue el conocimiento (Pr 2.3–5; 3.13; 4.5; 23.23), debe reconocer que todo su conocimiento es incompleto (Ec 8.7; 9.12; 11.5; Is 59.8;
Miq 4.12) y puede ser vano (Is 44.25).
En el Antiguo Testamento incluso la relación sexual se describe como «conocer», dando a entender que tal acto no solo tiene carácter
fisiológico, sino también Psicológico (Gn 4.1, 17, 25; 24.16; 1 S 1.19, RV-1909). Sobre todo conocimiento, el hombre debe anhelar el
conocimiento de Dios (Sal 46.10; Jer 9.24) y su poder (Is 33.13). Esto no es saber algo acerca de Dios, sino conocer profundamente quién es.
El tiempo vendrá, declararon los profetas, cuando todo el mundo conocerá a Jehová (Is 19.21; 49.26; Jer 31.34).
En el Nuevo Testamento se halla el mismo concepto del conocimiento. Toda persona posee un conocimiento parcial e insuficiente de
Dios (Hch 14.17; Ro 1.19, 20); el conocimiento completo se halla solamente en Cristo (Mt 11.25–27; Col 2.2, 3), en quien «habita
corporalmente toda la plenitud de la Deidad» (Col 2.9). Entonces, el conocimiento de Dios, recibido a través de Cristo, pone al hombre en
una relación nueva con Dios (Jn 7.17; 17.3). Este conocimiento es la única fuente de libertad (Jn 8.32), es para todo el mundo (Col 1.28) y es
meta del cristiano (Flp 3.10). Es notable que tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento el conocimiento espiritual no lo
alcanza el hombre por sí solo, sino que es don de Dios (Jer 24.7; 1 Co 1.30; 12.8).

Ahora cabe preguntarnos: 01-) ¿Cómo estoy obteniendo conocimiento y cual conocimiento? R = Reflexión Personal, 02-) Cual es el
conocimiento que debo alcanzar? R = El Profundo que proviene de Dios, 03-) Me estoy dejando guiar por Dios, para obtenerlo cuando el
Espíritu me insta a buscarle? R = Para esto es necesario no dejarnos guiar por nuestros sentimientos o emociones, o por lo que es igual tener
Dominio Propio, para esto pasaremos al 3er punto
03-) Dominio Propio [Del lat. dominĭum ] [Griego: ejgkrateiva = Egkrateia]
m.
1. Poder que alguien tiene de usar y disponer de lo suyo.
2. Poder o ascendiente que se ejerce sobre otra u otras personas. (Cristo en Nosotros Fil. 4: 13)
3. Buen conocimiento de una ciencia, arte, idioma, etc. Tiene un gran dominio del inglés.
DOMINIO PROPIO, AUTODOMIO, DOMINIO DE LOS INSTINTOS, TEMPLANZA: Capacidad que tiene un individuo de
controlarse o de equilibrar sus acciones y emociones. Se puede decir que el dominio propio es el resultado arduo y difícil de un ejercicio de
la personalidad. El dominio propio se contrastaba con la conducta destructora y desordenada (cf. Ro 13.13s; 1 Ts 5.6–8; 1 P 1.13). Varios
conceptos están estrechamente implicados para designar la moderación con que el líder cristiano debe controlar su vida, utilizar los bienes
materiales y de manera especial la comida, la bebida (Ef 5.18; 1 Ti 3.2s) y los apetitos sexuales (1 Co 7.9; 1 Ti 5.14). La templanza es el
término que más se aproxima a esta significación. La palabra griega  señalaba la discreción y moderación que debía tener un rey en
la administración de su imperio. Sólo la mansedumbre y el dominio propio por su naturaleza no necesitan arbitrio alguno (Gl 5.23). La
cobardía es antitética u opuesta al dominio propio (2 Ti 1.7). Este es parte de un proceso de esfuerzo humano que se añade a la fe. Dios ha
dado al creyente un espíritu de dominio propio para que este regule su conducta moral. La palabra  se usa en la LXX para referirse al
control de José sobre sus emociones e impulsos frente sus hermanos (Gn 43.31). En el Nuevo Testamento, el dominio propio es
esencialmente un fruto del Espíritu.

Siendo Así, Preguntémonos: 01-) ¿Cuál fue la ultima vez, que se manifestó el dominio Propio en mi vida? R = Reflexión Personal, 02-)
¿Que hice en ese momento para tenerlo o alcanzarlo? R = R. P., Pedro dirigido por el Señor nos enseña en qué forma obtenerlo, añadiendo el
4 to. Paso...
04-) Paciencia  [Del lat. patientĭa ] [Griego: uJpomonh = Hypomoné]
f.
1. Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse.
2. Facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho.

PACIENCIA , AGUANTE, CONSTANCIA: (en hebreo, ). En el Antiguo Testamento es la capacidad de soportar el sufrimiento y el
mal (Job; Pr 25.15; cf. 15.18; 16.32), pero, más profundamente, designa la naturaleza del gobierno divino (Éx 34.6; Nm 14.18; Sal 86.15;
103.8; Jl 2.13). Dios es paciente incluso con quienes merecen castigo (Os 11.8; 2 P 3.9), y les ofrece una nueva oportunidad (Ro 9.22; Lc
13.1–9, 34) y tiempo para arrepentirse (Ro 2.14ss; 2 P 3.9). Los cristianos deben reflejar la paciencia divina (Mt 18.26, 29; 1 Co 13.4, 7; Gl
5.22; Ef 4.2). En la relación con los demás () deben poseer la firmeza para no dejarse provocar ni reaccionar con ira. Con respecto
a las circunstancias adversas o de prueba, la paciencia () consiste en esperar persistentemente y mantener la fidelidad (Ro 5.3; 1 Co
13.7; Stg 1.3; Ap 13.10). No es simple resignación, sino firmeza varonil (Mateo 11: 12;1 Tes 1.3; Heb 12.1–3). Cristo es modelo de
paciencia, y ésta, finalmente, es un don de Dios (Ro 15.5; 2 Ts 3.5) garantizado por la victoria de la cruz (Col. 2: 14,15).
IV

Preguntémonos: 01-) ¿Se manifiesta la paciencia en mí? R = R. P., 02-) Los momentos que la paciencia se manifestó en mi, ¿cual Fue el
Resultado? R = R. P, 03-) ¿Por qué Cristo tuvo paciencia? R = R. P., Veamos el 5to Paso que debemos añadir a nuestra fe...
05.-) Piedad  [Del lat. piĕtas, -ātis ] [Griego: eujsebeiva = Eusebeía]
f.
1. Virtud que inspira, por el amor a Dios, tierna devoción a las cosas santas, y, por el amor al prójimo, actos de amor y compasión.
2. Amor entrañable que consagramos a los padres y a objetos venerados.
3. Lástima, misericordia, conmiseración.

PIEDAD, DEVOCIÓN PIADOSA: Palabra que por lo general se define como devoción religiosa y reverencia a Dios. Sin embargo, denota
además la fidelidad en cumplir las responsabilidades con la familia, especialmente con los padres (1 Ti 5.4).
1. Término que se usa varias veces en la versión Reina Valera para traducir las raíces hebreas rhm (Sal 25.6; Is 14.1; 26.10; 30.18; Zac
7.9) y hnn (Sal 51.1; Am 5.15; Jn 4.11), que en otros casos se traducen  «COMPASIÓN» o  «MISERICORDIA».
2. En el Nuevo Testamento el término «piedad» es equivalente del griego  y otros relacionados, que significan «religiosidad»,
entendida ésta como reverencia o temor ante lo divino y respeto por las ordenanzas religiosas. Entre los griegos, no se concebía la piedad
como una relación personal con Dios sino como un deber hacia lo divino, y una virtud. Ello explica por qué, con excepción de las epístolas
pastorales y 2 Pedro, el Nuevo Testamento no utiliza ese término en relación con los cristianos (cf. Hch 3.12; 8.2; 13.50) y prefiere describir
la conducta de estos con otras expresiones: «obediencia al evangelio» o «a la verdad» (Ro 10.16; 1 P 1.22), «santidad» (1 Ts 4.3; Heb 12.14;
etc.), «hacer las obras de Dios» (Jn 6.28s), etc. En las pastorales y 2 Pedro, frente a enseñanzas erróneas y corruptoras, se utiliza la palabra
piedad, pero se redefine para referirse a la calidad de vida que corresponde a la verdad del  EVANGELIO (2 Ti 3.15). La piedad cristiana
brota del don divino de poder y vida (2 P 1.3) que Dios ha provisto en su revelación salvadora (1 Ti 3.16). La doctrina de Cristo es
«conforme a la piedad» (1 Ti 6.3; Tit 1.1); es decir, produce piedad naturalmente y quienes carecen de ésta manifiestan no haber escuchado
el evangelio (2 Ti 3.2–8; Tit 1.16; 2 P 2.19–22). En cuanto al contenido de la piedad, (New Biblical Dictionary) lo describe bien como «la
expresión práctica de la fe en una vida de arrepentimiento, lucha contra la tentación y mortificación del pecado; en hábitos de oración,
gratitud y reverente observancia de la Cena del Señor; en el cultivo de la esperanza, el amor, la generosidad, el gozo, la disciplina; en la
búsqueda de la honestidad, la justicia y el bien en las relaciones humanas; en el respeto a la autoridad divinamente ordenada de la iglesia, el
estado, la familia y el trabajo».

Ahora la Pregunta es: 01-) ¿Cómo puedo ir ejerciendo la piedad, como puedo alcanzarla?, R = Para esta respuesta es necesario pasar al 6to.
Y ver cómo debemos tener piedad...
06.-) Afecto [Del lat. affectus, a, um ] [Griego: filadelfiva = Philadelphia]
adj.
1. Inclinado a alguien o algo.
2. Cada una de las pasiones del ánimo, como la ira, el amor, el odio, etc., y especialmente el amor o el cariño.

AMOR FRATERNAL o AFECTO FRATERNAL

Gálatas 5:14: Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás (Es una orden no un favor) a tu prójimo como a ti mismo.

¿Qué características tiene el amor al prójimo? la Biblia le llama el amor fraterno, que no necesariamente es entre hermanos de sangre en
una familia, sino que también puede hablarse de amor fraterno entre hermanos en la fe de Jesucristo. Dice Hebreos 13:1: Permanezca el
amor fraternal. Pablo dice: Amaos los unos a los otros con amor fraternal (Ro12:10). Pero acerca del amor fraternal no tenéis
necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros (1Ts 4:9).

Hoy, como cristianos, conociendo al que nos amó primero y entendiendo su Palabra, no hay excusa para confundir el amor fraternal, con
ningún otro sentimiento.

Ahora veamos lo que aconteció en (Lucas 10: 29) ¿Quién es mi Prójimo?

PRÓJIMO.- Es cualquier individuo nacido en este planeta, hombre o mujer, sea incrédulo o creyente, por cuanto todos somos sujetos de
redención, a quien por causa de ser un semejante, se nos está ordenado expresarle nuestro amor.
V

FORMA DE AMARLE.- Dice el mandamiento: como a ti mismo. Dios, que bien nos conoce, sabe que nos amamos mucho a nosotros
mismos y ordena que de la misma manera, amemos a todos los que nos rodean sin distinción. Y Dios no sugiere, nos ordena y manda:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. La ley y cualquier otro mandamiento están sintetizados o globalizados en ese precepto

Entonces para tener “Filadelfia” y Amor a mi Prójimo, necesito el Amor de Dios, el cual es posible obtener y vivir, el cual estudiaremos en
el punto 7mo que debe ser añadido a nuestra fe...

07--) Amor [Del lat. amor, -ōris ] [Griego: ajgavphn = Agapen o Ágape]


m.
1. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
2. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra
y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
3. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
4. Esmero con que se trabaja una obra deleitándose en ella.
5. dar como por ~ de Dios. fr. desus. Dar como de gracia lo que se debe de justicia.
6. por ~ al arte. loc. adv. coloq. Gratuitamente, sin obtener recompensa por el trabajo.
AMOR, CARIDAD: Uno de los atributos de Dios es el amor. Al igual que la santidad, el amor se observa en toda Su perfección solamente
en Dios mismo. Está tan ligado a la naturaleza de Dios que esto es lo que leemos: «Dios es amor» (1 Juan 4.8;). A los seres humanos les
resulta difícil hablar del amor perfecto de Dios. Tenemos dificultad para hablar de cualquier cosa perfecta. De hecho, a
menudo nos apena un poquito la perfección. Todo nuestro discurso acerca de la perfección es una señal de cuán dolorosamente conscientes
estamos de nuestras propias imperfecciones. ¿Cuán a menudo no escuchamos que alguien ataque las palabras, acciones, o motivos de otro
con la discriminante expresión que comienza diciendo:
«No soy santo, pero…»?
En el A.T, El verbo `ahab designa el amor sexual (Os 3.1), paternal (Gn 25.28), de amistad (1 S 16.21) y del prójimo (Lv 19.18), que incluye
al compatriota y al extranjero que habita en Israel (Lv 19.34). Se exhorta a ayudar y perdonar al enemigo personal (Éx 23.4s; Pr 25.21), pero
no se habla de amarle. Los profetas utilizan el término  («misericordia» en RV, amor compasivo) para describir la relación que Dios
demanda entre su pueblo, particularmente con los pobres y desamparados (Os 6.6; cf. Is 1.17; Ez 18.12ss; Am 2.6). El Antiguo Testamento
declara que el hombre debe amar a Dios en respuesta al amor de éste: debe ser un amor total y pleno (Dt 6.5), rendido sólo a Él y expresado
en servicio, obediencia y reverencia (Dt 10.12s; 11.13; Is 56.6). La profesión de ese amor a menudo inicia la alabanza en los Salmos (18.1;
73.25; 116.1; cf. Lm 3.24). El amor de Dios por el hombre raramente se expresa en el Antiguo Testamento con los términos amar ( ) o
amor (); más bien se habla de la  («misericordia», «fidelidad activa»),  («favor», «gracia») o  («misericordia»,
«compasión»). Este amor se expresa sobre todo en los actos históricos por los que Dios eligió, creó, libertó y guió a su pueblo. Nace de la
pura misericordia divina (Dt 4.37; 7.7; 10.15; Jer 12.7–9; Is 54.5–8; 2 Cr 20.7). Es misericordioso: salva, socorre, corrige (Dt 23.5; Is 43.25;
Sal 86.5; Is 63.9). Oseas, Jeremías y Ezequiel utilizan los símiles del esposo y del padre para destacar la fidelidad de Dios y la infidelidad y
desobediencia del pueblo. Rara vez menciona el Antiguo Testamento el amor de Dios por los israelitas, y cuando lo hace es en el contexto de
las promesas futuras, como en Is 2.2–4; Miq 4.1–4; Jer 12.15; Jon 4.11. Igualmente escasas son las referencias al amor por todas las criaturas
(véase, sin embargo, Sal 145.9). Aunque el amor de Dios está dirigido primordialmente al pueblo, no falta en la relación de Dios con el
individuo, como se ve en varias oraciones personales de los salmos (40; 42; 51; 130), con respecto a personas en particular (2 S 12.24s; 1 R
10.9; Sal 127.2) o a categorías de personas (Pr 15.19; Dt 10.18; Pr 22.11, LXX). Todas las relaciones que el Antiguo Testamento menciona
se profundizan y llevan a cabo en el Nuevo Testamento. Jesús resume la Ley en el mandamiento del amor a Dios y al prójimo (Mt 7.12;
22.34–40), pues ambos están estrechamente vinculados (1 Jn 3.14–22; Mt 5.45). El amor a Dios y al prójimo debe ser activo y concreto (Mt
5.38–47; 7.21; 25.34–36). La noción del prójimo se ensancha para incluir a todo el que tiene necesidad (Lc 10.29–37) y específicamente al
enemigo (Mt 5.44; 18.22–25). La línea de los profetas señala que este amor al prójimo tiene prioridad sobre los deberes religiosos y la
observancia del sábado (Mt 5.23s; 9.13; Mc 3.1–6). De ese amor total, desinteresado y abnegado, Jesús ha dado el ejemplo perfecto (Jn
10.11; 15.13; 1 Jn 3.16). El amor de Dios también forma parte de la enseñanza de Jesús (Mt 6.24; 22.37). Debe ser total y sin reservas (Mt
6.24ss; Lc 17.7ss; 14.26ss). Pablo destaca que es la respuesta al amor de Dios hacia el hombre y la consecuencia de éste (Gl 2.20; 1 Jn 3.1;
4.10, 11, 17, 19).Este amor de Dios ha hallado su perfecta manifestación y realización en Jesucristo. En su enseñanza señala la universalidad
(Mt 5.45; 6.25–32) e infinitud (Mt 18.12s) del amor de Dios. Pero es sobre todo en la muerte y resurrección de Cristo donde Dios ha puesto
en acción su amor para nuestra redención (Ro 5.8; 8.32; Tit 3.4). La muerte voluntaria de Jesús es obra del amor del Padre y del Hijo (Ro
5.6; Flp 2.8). Por eso Pablo no distingue el amor de Dios del de Cristo (Ro 5.15; 2 Co 8.9; Gl 1.6). El amor de Dios escoge a las personas (Ro
VI

1.17; Col 3.12) y los llama. Derrama su Espíritu en los corazones de los creyentes (Ro 5.5), realiza en los amados la purificación, la
santificación, la justificación (1 Co 6.11; 2 Ts 2.13), la renovación interior (Tit 3.5; Ro 6.4; 8.2; 13.8; Gl 5.13).
El amor es el don supremo del Espíritu (1 Co 13) y el resumen de toda la Ley (Ro 13.8; Gl 5.13). Cuando interpretamos la expresión cumbre
de Juan: «Dios es amor», debemos recordar que las características del amor manifestadas en la Escritura son: personal, voluntario, selectivo
(es el fundamento de la elección), espontáneo, fiel a su pacto, justo (y exige justicia), exclusivo (demanda una respuesta total) y redentor.
El más alto grado de amor es aquel que muestra nuestro Dios, el cual es amor (1 Juan 4.8). La palabra griega agapao se usa cientos de veces
en el Nuevo Testamento. Este amor nos llama al más sublime nivel de vida. El cielo es la fuente de él y ha sido concebido para llevarnos allí.
No es una abstracción. No es solamente una influencia. El amor de Dios por nosotros es de una calidad esencial y viviente. La más grande
demostración de ese amor, que se haya hecho en la historia, es la gran ofrenda de amor que hizo Dios —de Jesucristo, Su Hijo. Esto fue
agape, el amor que todo lo da. «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo, unigénito, para que todo aquel que en Él
cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3.16; ). El hecho de haber ofrecido a Jesús no sólo demuestra el amor que el Padre tiene por
nosotros, sino también el amor que el Hijo tiene por el Padre. En Getsemaní, Jesús oró con gran angustia pidiendo que fuera la voluntad de
Su Padre la que se hiciera; Él se entregó de Su propia voluntad. Esta es la más grande medida de amor que ha habido sobre la tierra —el
entregarnos libremente a la voluntad del Padre, por medio de Jesucristo nuestro Señor .
En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios,
que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos (1 Juan 5.2–3).

Preguntémonos lo siguiente: ¿Cómo estoy manifestando el amor “Ágape”? R = Reflexión Personal

Conclusión:
Para cerrar leamos en (2 Pedro 1: 8 al 10) y comparémoslo, con (Filipenses 2: 12-15), amados resta poner por obra lo aprendido, no sólo en
este estudio, sino también lo que hemos vendido aprendiendo desde nuestra conversión al Señor, nadie tendrá excusa delante de Dios, no
sigamos poniendo pretextos para dejar de cumplir la palabra, ya que muchos nos basamos en que somos humanos y débiles, pero en Cristo es
diferente, en Él somos más que vencedores, y todo lo podemos en su fuerza (Fil. 4:13), ¿tienes inconveniente para hacerlo?, ¿crees que es
imposible?, la palabra nos enseña en (Proverbios 18: 10), Torre fuerte es el nombre de Jehová, a Él correrá el justo y será levantado...
Aleluya, vengamos a Él a través de su Hijo (Juan 14: 6), y él nos dará la victoria...

LA GLORIA SEA PARA DIOS, POR LA ETERNIDAD... “AMEN”

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