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él, aunque jamás haya aprendido el arte del timonel y -Por lo tanto, has de enseñar la imagen a aquel que
no pueda mostrar cuál fue su maestro ni el tiempo en se asombraba de que los filósofos no sean honrados en
que lo aprendió; declarando, además, que no es un arte los Estados, e intenta convencerlo de que mucho más b
que pueda enseñarse, e incluso están dispuestos a des- asombroso sería que los honrasen.
e cuartiwr al que diga que se puede enseñar; se amonto -Se la enseñaré.
nao siempre en derredor del patrón de la nave, rogán -Y también convéncelo de que dice la verdad al afir-
dole y haciendo todo lo posible para que les ceda el ti mar que los filósofos más razonables son inútiles a ta
món. Y en ocasiones, si no lo persuaden ellos y otros muchedumbre, pero exhórtalo a que eche la culpa de
sí, matan a éstos y los arrojan por la borda, en cuanto eso no a los hombres razonables sino a quienes no recu
al noble patrón, lo encadenan por medio de la mandrá rren a ellos. Porque no es acorde a la naturaleza que
gora, de la embriaguez. o cualquier otr.a cosa y se ponen el piloto ruegue a los marineros que se dejen gobernar
a gobernar la nave, echando mano a todo lo que hay por él. ni que los sabios acudan a las puertas de los
en ella y, 1 rns beber y celebrar, navegan del modo que ricos. Miente aquel que idee tal ingeniosidad. Lo que
es probable hagan semejantes individuos; y además de verdaderamente corresponde por naturaleza al enfermo
d eso alaban y denominan 'navegador', 'piloto'y 'entendi -sea rico o pobre- es que vaya a las puertas de los e
do en náutica' al que sea hábil para ayudarlos a gober médicos, y a todo el que· tiene necesidad de ser gober
nar la nave, persuaclicnclo u obligando aJ patrón en tan nado ir a las puertas del que es capaz de gobernar; no
to gue al que no sea hábi.l para eso lo censuran como que el que gobierna ruegue a los gobernados para po
inútil. No percibt:n que el verdadero piloto -necesaria der gobernar, si su gobierno es verdaderamente prove
mente presla atención al momento del año, a las esta choso. Pero si comparas a los politicos que actualroenrc.:
ciones, al cielo, a los astros, a los vientos y a cuantas gobiernan con los marineros de que acabamos Je ha
cosas conciernen a su arte, si es que realmente ha de blar, y a los que aquéllos decían 'inútiks' y 'charlatanes
ser soberano de su nave; y. respecto de cómo pilotar de las cosas que están en lo alro' con los verdaderos
e con el consentimiento de otros o sin él. piensan que no pilotos, no te equivocarás.
es posible adquirir el é\rle del timonel ni en cuanto a -Correcto.
conocim.ienlos técnicos ni en cuanto a la práctica, Si -De aquí y en estas circunstancias no es fácil que
suceden tales cosas en la nave, ¿no estimas que el ver la ocupación más excelente sea tenida en alta estima
dadero piloto será llamado 'observador de las cosas que por los que se ejercitan en sentido contrario; pero la d
489a están en lo alto', 'charlatán' e 'inútil' por los tripulan mayor calumnia y la más violenta hacia la filosofía so
tes de una nave en tal estado? breviene por obra de quienes dicen ocuparse de ella,
-Ciertamente -respondió Adimanto. y que, según lo que afirmas, hacen decir .:11 que acusa
-Y no pienso que debas escrutar mucho la compa- a la filosofía que la mayoría de los que se ocupan de
ración para ver que tal parece ser la disposición de los e)\a son depravados, y que los más razonables son in
Estados hacia los verdaderos filósofos, ya que entien útiles, cosa en que yo convine contigo que era verda
des lo que digo. dera.
-Así es. -Sf.
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-¿Hemos expuesto entonces la causa de la inut..ili -Pero si la verdad es la que lo conduce, pienso, no
dad de los filósofos razonables? podremos decir que la sigue un coro de males.
-Por cierto que sL -¡Claro que no!
-¿ Quieres que, a con ti.nuación de esto, expongamos -Más bien lÜremos que la sigue un carácter saoo
que es forwsa la perversión de la mayor pane de ellos, y justo, al cual se acopla también la moderación.
y que tratemos de mostrar, en cuanto nos sea posible. -Y lo diremos correctamente.
e que la culpa no es de la filosofía? -; Qué necesidad hay entonces de poner en el orden
-Completamente de acuerdo. íorw;o, nuevamente desde el principio, el resto del co
-Ahora hablemos y oigamos recordando aquel pun- ro correspondiente a un alma filosófica? Recuerda que
to en que describiamos cómo debe ser necesariamente encontramos que le convenía la valent.ía, la facilidad de
la narurale¿a del que va a ser un hombre de real vaüa. aprender, la memoria; y cuanto objetaste que cuaJquiera
-t90a Si lo recuerdas, en primer lugar, debía ser conducido se verla forzado a estar de acuerdo en lo que declamas, d
por la verdad, a la cual tenía que buscar por todos la pero que, si dejábamos de lado las palabras y dirigía
dos y en todo sentido, salvo que fuera un impostor que mos la mirada a la gente sobre la que versaba el discur
no tuviera parte alguna en la verdadera filosofía. so, podría decirse que se ve que de ellos unos son inúti
-As{ era, en efecto, lo que decíamos. les y la mayoría perversos de toda perversión; hemos
-¿ Y no es eso completamente conrrario a la opinión arribado ahora, en el examen de la causa de esta ca
que generalmente se tiene de él? lumnia, a la pregunta de por qué la mayoría sen perver
-Sin duda. sos; y es en vista a eso que retomamos nue\'amea.te la
-¿ Y no nos defenderemos razonablemente si deci- tarea de delimitar la naturaleza de los verdaderos filó
mos que el que ama realmente aprender es apto por sofos.
b naturaleza para aspirar a acceder a lo que es, y no se -Así es.
queda en cada multiplicidad de cosas de las que se opi -Debemos entonces observar la corrupc1on de se-
na que son, sino que avanza sin desfallecer ni desistir mejante naturaleza tal corno se produce en la mayoría,
de su amor anies de alcanzar la naturaleza de lo que y a la que escapan pocos, los cuales no son llamados
es cada cosa, alcan'l..ándola con la parte del alma que. 'perversos' sioo 'inútiles'; y, después de eso, observar
corresponde a esto (y es la parte afín la que corresponde), cuál es la naruralez.a de las almas que imitan la natura-
por medio de la cual se aproxima a lo que realmente lew filosófica y se abocan a tal ocupación, ar-ribando 4910
es y se funde con esto, engendrando inteligencia y a una ocupación que las sobrepasa y de la que no son
verdad, y obtiene conocimiento, nutrición y verdade dignas, por lo cual cometen equivocaciones por doquier
ra vida, cesando entonces sus dolores de parto, no y así por doquier y entre todos los demás hombres en
antes? dosan a la filosofía la reputación de la que hablas.
-Serla la defensa más razonable. -¿A gué clase de corrupción te refieres?
-Bien; ¿y será parte de su naturaleza amar lamen- -Trataré de explicártelo, si soy capaz d� ello. Pien-
tira, o, todo lo contrario, odiarla? so que todos estarán de acuerdo en este punto: una na
e -Odiarla. turaleza de tal índole, dotada de todo cuanto acabamos
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b de prescribir a quien haya de convertirse complelamen se vuelven especialmente malas. ¿ O piensas acaso que
te en un filósofo, surge pocas veces entre los hombres los mayores delilos y la más extrema maldad provienen
y en pequeño número. ¿No piensas así? de una naturaleza mediocre, y no de una vigorosa que
-¡Claro que sí! ha sido corrompida por la nutrición, y que la naturale
-Examina ahora cuántas cosas y de qué magnitud za débil es alguna vez causa de grandes bienes o gran
llevan a estos pocos a su perdición. des males?
-¿Cuáles? -No; es así como dices.
-Lo más asombroso de escuchar es que cada una -En consecuencia, si la naturaleza filosófica que no- 492a
de las cualidades que hemos elogiado en su naturaleza sotros planteábamos se encuentra con la enseñanza ade
corrompen al alma filosófica que las posee y la arran cuada es necesario que crezca hasta acceder íntegramen
can de la fiiosofía. Me refiero a la valentía, a la modera te a la excelencia; pero si tras ser sembrada y plantada
ción y todo lo demás que hemos descrito. crece en un sitio inadecuado, será todo lo contrario,
-Resulta insólito al oírlo. a menos que algún dios acuda en su auxilio. ¿ O tú crees
e -Más aún; todos los llamados 'bienes' corrompen lo que la mayoría, a saber, que hay algunos jóvenes co
al alma y la arrancan de la filosofía: la belleza, la rique rrompidos por sofistas y algunos sofistas que corrom
za, la fuerza corporal, las conexiones políticas influyen pen privadamente de modo digno de mención, y no que
tes y todo lo afín a estas cosas. Ya cuentas con una quienes dicen tales cosas son ellos mismos los más
pauta de aquello a lo que rne refiero. grandes sofistas, que educan de la manera más comple- b
-Sí, aunque con gusto escucharía una exposición ta y conforman a su antojo tanto a jóvenes como a an
más minuciosa. cianos, a hombres como a mujeres?
-Aprehéndelo entonces correctamente de modo ge -¿ Y cuándo sucede eso?
neral, y te resultará luminoso y dejarán de parecerte -Cuando la multitud se sienta junta, apiñada en la
insólitas las cosas que he dicho. asamblea, en los tribunales, en los teatros y campamen
-No entiendo qué es lo que me pides. tos o en cualquier otra reunión pública, y tumultuosa
d -Toda semilla vegetal o retoño animal, si no encuen- mente censura algunas palabras o hechos y elogia otras,
tra el alimento, la estación y el lugar que conviene en excediéndose en cada caso y dando gritos y aplaudiendo,
cada caso, sabernos que, cuanto más fuerte, tanlo más de lo cual hacen eco las piedras y el lugar en que se e
sufre la falta de lo que requiere; pues sin duda lo malo hallan, duplicando el fragor de la censura y del elogio.
es más opuesto a lo bueno que a lo no bueno. En semejante caso, ¿cuál piensas que será su ánimo,
-¿Cómo no habría de ser así? por así decirlo? ¿Qué educación privada resistirá a ello
-Hay razón, entonces, pienso, en que la mejor natu- sin caer anonadada por semejante censura o elogio y
raleza, sometida a una nutrición que no le corresponde, sin ser arrastrada por la corriente hasta donde ésta la
salga peor parada que una mediocre. lleve, de modo que termine diciendo que son bellas o
-Sí, hay razón en ello. feas, las mismas cosas que aquéllos dicen, así como ocu
-Digamos, por consiguiente, Adimanto, que las al- pándose de lo mismo que ellos y siendo de su misma
mas bien dotadas, si tropiezan con una mala educación, índole?
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,1 -Es de toda necesidad, Sócrates. fuerte, conociera sus impulsos y deseos, cómo debería b
-Pero no hemos hablado aún de la mayor coacción. acercársele y cómo cocarla, cuándo y por qué se vuelve
-¿Cuál es? más fero1.. o más mansa, qué sonidos acostumbra a emi
- Aquella que imponen estos educadores y sofistas tir en qué ocasiones y cuáles sonidos emitidos por otro,
si no pueden persuadir con palabras. ¿O no sabes que a su vez, la tornan mansa o salvaje; y tras aprender to
al que no pueden convencer lo castigan con privación das estas cosas duraot.e largo tiempo en su compañía,
de derechos políticos, multas y pena de muerte? diera a esto el nombre de 'sabiduria', lo sístematiz.ara
-¡Claro que lo sé! como arte y se abocara a su enseñanza, sin saber verda
-¿Y qué otro sofista y qué discursos privados opues- deramente nada de lo que en estas convicciones y apeti
tos a ellos piensas que podrán aspirar a prevalecer? tos es beUo o feo o bueno o malo o justo o injusto; y e
e -Pienso que nínguno. aplicara todos estos términos a las opinjones del gran
-Ciertamente que no, ya que el intentarlo es pura animal, deoominando 'buenas' a las cosas que a éste
locura. Pues no hay ni ha habido ni habrá un carácter regocijan y 'malas' a las que lo oprimen, aunque no pu
diferente en cuanto a excelencia que haya sido educado diese dar cuenta de ellas, sino que llamara 'bellas' y
con una educación diferente a la de ellos. Hablo de un 'justas' a las cosas necesarias. sin advenír en cuánto
carácter humano, amigo mío, ya que del divi.oo hay que difiere realmente la oatw-aleza de lo necesario de la de
descartar la mención, como dice el proverbio. Debes sa lo bueno, ni ser capaz de mostrarlo. ¿No te parece, por
ber bien, en efecto, que, si algo se salva y Uega a ser Zeus, que semejante educador es insólito?
49:i., como se debe, en la actual constitución de la organiza -A mi sí me parece.
ción política, no hablarás mal si dices que se salva por -¿ Y acaso te parece que difiere en algo de éste aquel
una intervención divina. que titme por sabiduría la aprehensión de los impulsos y d
-Creo que no es de otro modo. guslos de la abigarrada multitud reunida, ya sea res
-Juzga aún, ndemás de esas cosas, la siguiente. pecto de pintura, ya de música. ya cienarnen1e de polí
-¿Qué cosa? tica? Porque, en efecto, si al gu ien se dirige a ellos para
-Cada uno de los que por un salario educan priva- someterles a juicio una poesía o cualquier 01ra obra de
damente 1, a los cuales aquéllos llaman 'sofistas' y tie arte o servicio público, convirtiendo a la muchedumbre
nen por sus competido res, no enseñan otra cosa que las en autoridad para sí mismo más allá de lo necesario,
convicciones que la multitud se forja cuando se congre la llamada necesidad de Diomedes • lo forzará a hacer
ga, y a lo cual los sofistas denominan 'sabiduría'. Es
como si alguien, puesto a criar a una bestia grande y • El escolias!" (GREEN!!, 239) cuenla una leye11d.a según la cunl Dlo
niedcs cvi16 una muerlé segura a manos de Ulises -cuando ambos
re�r<!saban al campamento tras robar en Troya una estatua Je Palos
l Es <líflc!I ofrecer una traducción que dé la idea exacta de lo que At.-nca-, y, atándole las manos, lo obligó a caminar delante de Ü
Platón tiene en mente con esta expresión. No critica, ciertamenre. la J-C y ADAM mencionan también una explicación dada e11 un escolio
educación privada, ya que la Academia misma era privada; más bien a Ecc/esiawsae 1029 de AR!STóFANBS, que habla de otro Diomcdes, el
hay aquí una contraposición lmpllclta entre berieíicio privado y bien tracio, quien, te11iendo esclavas prostitutas, obligó II unos ex1ranjeros
común, en la cual lo primero es equiparado al lucro. que pasaban a· fornicar con ellas.
R.EPÜllUCA V[I 339
ra, en cambio, está más próximo a lo real. vuelto hacia -Después de lo cual concluiría, con resl?ecto al sol,
cosas más reales y gue mira correctamente? Y sl se le que es lo que produce las estaciones y los años y que
mostrara cada uno de los objetos que pasan del otro gobierna todo en el ámbito visible y que de algún modo e
lado de tabique y se le obligara a contestar preguntas es causa de las cosas que ellos habían visto.
sobre lo que son, ¿ no piensas que se sentirá en difi -Es evidente que, después de todo esto, arribaría
cultades y que considerará que las cosas que antes a tales conclusiones.
veía eran más verdaderas que las que se le muestran .:.....Y si se acordara de su primera morada, del tipo
ahora? de sabiduría existente allí y de sus entonces compañe
-Mucho más verdaderas. ros de cautiverio, ¿no piensas que se sentiría feliz del
e -Y si se le forzara a mirar hacia la luz misma, ¿no cambio y que los compadecería?
le dolerían· los ojos y trataría de eludirla, volviéndose -Por cierto.
hacia aquellas cosas que podía percibir, por considerar -Respecto de los honores y elogios que se tributa-
que éstas son realmente más claras que las que se le ban unos a otros, y de las recompensas para aquel que
muestran? con mayor agudeza divisara las sombras de los objetos
-Así es. que pasaban detrás del tabique, y para el que mejor
-Y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada se acordase de cuáles habían desfilado habitualmente
y empinada cuesta, sin soltarlo antes de llegar hasta _; antes y cuáles después, y para aquel de ellos que fuese d
516a la luz del sol, ¿ no sufriría acaso y se irritaría por ser capaz de adivinar lo que iba a pasar, ¿ te parece que
arrastrado y, tras llegar a la luz, tendría los ojos llenos estaría deseoso de todo eso y que envidiaría a los más
de fülgores que le impedirían ver uno solo de los obje honrados y poderosos entre aquéllos? ¿O más bien no
tos que ahora decimos que son los verdader,os? le pasaría como al Aquiles de Homero, y «prefiriría ser
-Por cierto, al menos inmediatamente. un labrador que fuera siervo de un hombre pobre» 3 o
-Necesitada acostumbrarse. para poder llegar a mi- soportar cualguier otra cosa, aates que volver a su an
rar las cosas de arriba. En primer lugar miraría con terior modo de opinar y a aquella vida?
mayor facilidad las sombras, y después las figuras de -Así creo también yo, que padecería cualquier cosa e
los hombres y de los otros objetos reflejados en el agua, antes que soportar aquella vida.
luego los hombres y los objetos mismos. A continuación -Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y ocu
contemplaría de noche lo que hay en el cielo y el cielo para su propio asiento, ¿no tendría ofuscados los ojos
b mismo, mirando la luz de los astros y la luna más fá por las tinieblas, al llegar repentinamente del sol?
cilmente que, durante el día, el sol y la luz del sol. -Sin duda.
-Sin duda. -Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas som-
-Finalmente, pienso, podría percibir el sol, no ya bras, en ardua competencta con aquellos que han con
en imágenes en el agua o en otros lugares que le son servado en todo momento las cadenas, y viera con
extraños, sino contemplarlo cómo es en si y por sí, en fusamente hasta que sus ojos se reacomodaran a ese 517a
su propio ámbito.
-Necesariamente. J En Od. XI 489-490.
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estado .y se acostumbraran en un 1iernpo nada breve. parlase desmañadamente y quedara en ddículo por ver
¿ no se expondría al ridículo y a que se dijera de él que, de modo confuso y, no acostumbrado aún en forrna su
por haber .subido hasta lo alto, se había estropeado los ficiente a !as tinieblas circundantes, se viera forzado,
ojos, y que ni siquiera valdría la pena intentar marchar en los tribunales o en cualquier otra parte, a disputar
hacia arriba? Y si intentase desatarlos y conducirlos ha sobre sombras de justicia o sobre las figurillas de las
cia la luz, ¿ no lo matarían, si pudieran tenerlo en sus cuales hay sombras, y a reñir sobre esto del modo en "
manos y mr1tarlo? que esto es discutido por quienes jamás han visco la
-Segúra mente. Justicia en sí.
-Pues bien, querido Glaucón, debemos aplicar i.nte- -De ninguna manera sería extraño.
;, gra esta eJegoría a lo que anteriormente ha sido dicho. -Pero si algwen tiene sentido común, recuerda que sisa
comparando la región que se manifiesta por medio de los ojos pueden ver confusamente por dos tipos de per
la vista con la_ morada-prisión, y la luz del fuego que turbaciones: uno al trasladarse de la luz a la tiniebla,
hay en ella con el poder del sol; compara, por otro lado, y otro de la tiniebla a la luz; y al considerar que esto
el ascenso y contemplación de las cosas de arriba con es lo que le sucede al alma, en lugar de reírse irracio
d camino del alma hacía el ámbito inteligible, y no te nalmente cuando la ve perturbada e incapacitada de mi
equivocarás en cuanto a lo que estoy esperando, y que rar algo, habrá de examinar cuál de los dos casos es:
es lo que deseas oír. Dios sabe si esto es realmente cier sí es que al salir de una vida I uminosa ve confusamente
!O; en todo caso, lo quea mí me parece s que Jo�en- por falta de hábito, o si, viniendo de una mayor igno
<; tro de Jo cognoscible se ve al fi.nal, y con dificultad, rancia hacia lo más luminoso, es obnubiJada por el res
es la Idea del Bien. Una vez percibida, ha de concluirse plandor. Así, en un caso se felicitará de Jo que le sucede b
que es ]a causa de todas las cosas rect.as y bellas, que y de la vida a que accede; mientras ea el otro se apiada
en el ámbito visible ha engendrado !a lur. y al señor de rá, y, si se quiere 1·ejr de ella, su risa será menos absur
ésta, y que en el ámbito inteligible es señora y produc da que sí se descarga sobi:-e el alma que desciende des
tora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario de la luz.
tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto -Lo que dices es razonable.
en lo privado como en lo público. -Debemos considerar entonces, si esto es verdad,
-Comparto tu pensamiento, en la medida que me que la educación no es como la proclaman algunos. Afir
es posible. man que, cuando la ciencia no está en el alma, ellos e
-Mira también si lo compartes en esto: no hay que la ponen, como si se pusiera la vis1a en ojos ciegos.
asombrarse de que quienes han llegado aJlí no estén dis -Afinnan eso, en efecto.
puestos a ocuparse de los asuntos humanos, sino que sus -Pues bien, el presente argumento indica que en el
á almas aspiran a pasar el tiempo arriba; lo cual es natu al.ma 9e cada u.no hay el poder de aprender y el órgano
ral, si la alegoría descrita es corre<:t.a también en esto. para ello, y que, así como el ojo no puede volverse ha
-Muy natural. cia la luz y dejar las tinieblas si no gira todo el cuerpo,
-Tampoco sería extraño que alguien que, de con- del mismo modo hay que volverse uesde lo que liene
templar las cosas divinas, pasara a las humanas, se com- génesis con toda el alma, hasta que llegue a ser capaz