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La familia que persevera en Dios

La perseverancia ayuda a triunfar


LA PERSEVERANCIA es una cualidad que escasea en nuestros tiempos.
Muchas personas creen que el triunfo tiene que ver más con estar en el lugar
debido en el momento apropiado que con la perseverancia. ¿Quién puede
culparlas de ello? Los medios de comunicación están llenos de frases
publicitarias cuyo mensaje subliminal es que, con el mínimo esfuerzo y solo un
poco más de dinero, puede conseguirse casi todo lo que se desea. En los
periódicos no dejan de aparecer historias de triunfos repentinos y de jóvenes
empresarios prodigios que ganan millones de dólares poco después de
graduarse.

¿Qué es la perseverancia?
Perseverar significa “mantenerse firme o constante en la realización o
continuación de una cosa”. Implica proseguir con decisión ante la
adversidad, ser tenaz, no darse por vencido.

La Biblia pone de relieve la importancia de la perseverancia. Por ejemplo, nos


da los siguientes consejos: “Sigan, pues, buscando primero el reino”, “sigan
tocando, y se les abrirá”, “perseveren en la oración” (Mateo 6:33; Lucas 11:9;
1 Tesalonicenses 5:21).
Un aspecto importante de la perseverancia es hacer frente a las asechansas
que inevitablemente se sufrirán. Proverbios 24:16 dice: “Puede que el justo
caiga hasta siete veces, y ciertamente se levantará”. En lugar de rendirse
cuando se presenta una dificultad o se tiene un fracaso, quien persevera ‘se
levanta’, sigue adelante y lo intenta de nuevo.

No obstante, muchas personas no están preparadas para afrontar las


dificultades y los fracasos que pudieran surgir. Como nunca han desarrollado el
deseo de perseverar, se dan por vencidas fácilmente. “Muchos reaccionan ante
el fracaso de un modo perjudicial para sí mismos —

“Aprendes que los fracasos no son fatales, que los reveses no son eternos. Te
ayuda a ser más profundo. Te prepara para afrontar otras situaciones”. La
Biblia dice sencillamente: “Por toda clase de trabajo afanoso llega a haber una
ventaja” (Proverbios 14:23).
Pero la Biblia nos anima: “No desistamos de hacer lo que es excelente, porque
al debido tiempo segaremos si no nos cansamos” (Gálatas 6:9).

¿Qué nos ayuda a perseverar?


El primer paso para perseverar en el camino elegido es fijarse objetivos y que
merezcan la pena. El apóstol Pablo entendía, sin duda, este punto. Dijo a los
corintios: “La manera como estoy corriendo no es incierta; la manera como
estoy dirigiendo mis golpes es como para no estar hiriendo el aire”. Pablo sabía
que si quería que sus esfuerzos dieran fruto, necesitaba objetivos claros, como
el corredor que centra su atención en cruzar la línea de meta. “¿No saben
ustedes que los corredores en una carrera todos corren, pero solo uno recibe el
premio? Corran de tal modo que lo alcancen”, fue la exhortación que dio a
aquellos cristianos (1 Corintios 9:24, 26). ¿Cómo podemos hacerlo?
“El sagaz considera sus pasos”, dice Proverbios 14:15. Es prudente reevaluar
de vez en cuando nuestras estrategias en la vida y preguntarnos adónde nos
dirigimos y si hemos de hacer algunos cambios.

Una vez identificados los objetivos, el siguiente paso es analizar cómo proceder
para alcanzarlos. Jesús preguntó: “¿Quién de ustedes que quiere edificar una
torre no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo suficiente para
completarla?” (Lucas 14:28).

Lógicamente, con cada esfuerzo nos hacemos más expertos y hábiles, lo cual
a la larga contribuye a que triunfemos.
Un tercer aspecto esencial de la perseverancia es la acción regular. El apóstol
Pablo hace esta exhortación: “Hasta donde hayamos progresado, sigamos
andando ordenadamente en esta misma rutina” (Filipenses 3:16).

En efecto, ‘corramos de tal modo’ que podamos alcanzar la meta.


Escoger objetivos que valgan la pena
Por supuesto, para que la perseverancia sea útil, los objetivos han de merecer
la pena. Mucha gente se afana por conseguir cosas que no causan felicidad.
Pero la Biblia señala: “El que mira con cuidado en la ley perfecta que
pertenece a la libertad, y persiste en ella, [...] será feliz al hacerla” (Santiago
1:25). En efecto: estudiar la ley de Dios que se expone en la Biblia con el
propósito de entenderla es un objetivo que merece la pena. ¿Por qué?
Fundamentalmente, porque la ley de Dios se basa en sus normas perfectas y
justas. Como es el Creador, Por tanto, si persistimos en aprender las
instrucciones de Dios y las aplicamos en la vida, esa perseverancia nos traerá,
sin duda, felicidad. “Confía en Jehová con todo tu corazón [...]. En todos tus
caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas”,
promete Proverbios 3:5, 6.

El poder de la perseverancia

La palabra perseverancia viene del latín perseverantia que significa Constancia,


insistencia. Nuestro amado señor Jesús usó esta palabra para dos cosas:
Hablando de las persecuciones venideras Mateo 10:22 y para hablar de la
multiplicación de la maldad como consecuencia de las señales del fin Mateo 24:13.
Jesús expresó la importancia de perseverar en los caminos del señor como un
requisito indispensable para ser salvo. Cuando Jesús dijo el que persevere hasta
el fin, ése será salvo dio a entender que no seremos salvos por lo que un día
hicimos sino por lo que terminamos haciendo antes de morir o por lo que nos
encontró haciendo al momento de buscar su iglesia.

La pasión y el amor por recibir o alcanzar algo es lo que nos mantiene


constante en nuestra búsqueda. En los caminos del señor todo es diferente ya
que cuando creemos en la Palabra que se nos ha sido dada, demandamos su
cumplimiento cuando empezamos a creerlas. La fe es lo que demanda
cumplimiento a las promesas de Dios. Jesús habló de una parábola sobre la
necesidad de orar siempre, y no desmayar, dando a entender el poder de
perseverar en la oración Lucas 18:1. En esta parábola nos damos cuenta que
aunque el corazón del juez era duro la perseverancia de la viuda la impulsó a
lograr su objetivo, la viuda sabía que no estaba tratando con cualquier persona,
ella sabía que era un hombre duro de corazón que no temía a Dios ni respetaba a
hombre, pero una característica de la perseverancia es que no acepta derrotas por
ver circunstancias adversas. Jesús dijo en el versículo 8 Pero cuando venga el hijo
del hombre, ¿Hallará fe en la tierra? O sea cuando venga Jesús a buscar a su
iglesia, ¿hallará personas que perseveren en lo que han creído? dando a entender
que la fe es el impulso para seguir perseverando.
Usted se imagina que hubiese pasado si Bartimeo no hubiera insistido en detener
a Jesús, usted se imagina si hubiese callado cuando lo mandaron a callar por su
escándalo. La necesidad de Bartimeo por salir de la condición en la que estaba
viviendo era más fuerte que los insultos que recibía. Hay situaciones en tu vida que
te van a impulsar a hacer algo fuera de lo común pero por creerle a Dios
alcanzarás lo que pediste. Bartimeo insistió para que Jesús se detuviera porque él
sabía que en Jesús estaba el final de su mendicidad, por eso mientras los hombres
veían un alboroto, Jesús veía su fe. Usted se imagina si Jesús se hubiese rendido
al ir a la cruz, usted se imagina si la mujer del flujo de sangre se hubiese detenido
de perseverar que es sinónimo de seguir creyendo, usted se imagina si Josué y
Caleb se hubiesen rendido al escuchar la noticia de los espías, y muchas personas
más que tuvieron que perseverar para lograr su objetivo o el propósito de Dios en
su vida, ellos entendieron que no era lo difícil que estaba el camino, no era el
tamaño de los gigantes, sino el tamaño y el poder que cargaba la promesa que
habían recibido.

Dios te hace un llamado a perseverar en su palabra, no importa cuando difícil


sea la situación que estás viviendo, la Palabra de Dios traerá resurrección a
tus sueños y propósitos muertos, esa fe que te impulsa a perseverar traerá
vida. Si pides algo hoy y mañana no lo ves, y dejas de pedir, eso no es fe, fe es
pedir algo hoy y aunque mañana no lo veas, seguir pidiendo hasta ver su
cumplimiento. Persevera en la oración, sigue creyendo en lo que Dios te ha
prometido, y ¿Cómo lo crees? PERSEVERANDO. A Dios sea la gloria.

Mateo 24:13 “Mas el que persevere hasta el fin, éste será


salvo.” 

INTRODUCCIÓN

En este tiempo de tanta movilización y cambio de las cosas en todas las


áreas de la humanidad, es muy difícil mantenerse constante en lo que
hemos comenzado. ¿Te has dado cuenta que comenzar algo nos cuesta
trabajo, pero nos damos cuenta que es todavía más difícil es mantener lo
que hemos comenzado? El predicador dice que “mejor es el fin del
negocio que su principio” (Eclesiastés 7:8), la razón por la que dijo
esto Salomón, es porque entre el principio y el fin se encuentra la
perseverancia y sin ella aunque el negocio comenzó bien, no tendrá un
buen final. Como cristianos, no importa tanto como comencemos, sino
como finalicemos. Pero ¿Y qué es la perseverancia?
La RAE define el término “perseverancia” (del latín, perseverantia)
como la “constancia en la virtud y en mantener la gracia hasta la
muerte.”

Bíblicamente, “perseverancia” viene del griego προσκαρτέρησις, se


lee “proskarterésis” (aparece en Efesios 6:18) que significa
constancia, persistencia; y “proskatereo” que es tender
constantemente, continuar sin desvíos, adherirse firmemente, agarrarse
bien.

Efesios 6:18 “…orando en todo tiempo con toda oración y súplica


en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica
por todos los santos.”

El término griego “proskartereo” se encuentra en Marcos 3:9 se refiere a


la barca pequeña que Jesús les dijo a sus discípulos que le prepararan
para alejarse de la multitud, la barca estaba agarrada bien de la estaca a
la orilla del mar y aunque viniera fuertes olas ella siempre se mantenía
firme.

Marcos 3:9 “Y dijo a sus discípulos que le tuviesen siempre lista


la barca, a causa del gentío, para que no le oprimiesen.”

¿En cuáles cosas debemos perseverar los cristianos?


 
1. EN LA GRACIA

Hechos 13:43 “Y despedida la congregación, muchos de los


judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a
Bernabé, quienes hablándoles, les persuadían a
que perseverasen en la gracia de Dios.”

La gracia que hemos recibido por medio de Jesucristo es la misericordia


o el favor de habernos perdonado de nuestros pecados, cada paso en el
curso de la vida cristiana se debe a la gracia.

Gálatas 1:15 “Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde


el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia.”

Por eso es importante alcanzar siempre la gracia de Dios, y mantenernos


en ella esto lo logramos reconociendo y adhiriéndonos firmemente en
obediencia y dependencia en todas las áreas de nuestra vida a
Jesucristo.

Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que


permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque
separados de mí nada podéis hacer.”

2. EN LA ORACIÓN

La oración se ha considerado como el oxígeno para respirar en la vida


espiritual del cristiano. Cuando hace falta se empieza a morir, porque sin
comunicación con Dios la relación se muere. En el aposento alto los
discípulos perseveraban unánimes en oración y a consecuencia de ello,
fueron llenos del Espíritu Santo.

Hechos 1:14 “Todos éstos perseveraban unánimes en oración y


ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus
hermanos.”

Colosenses 4:2 “Perseverad en la oración, velando en ella con


acción de gracias.”

3. EN LA PALABRA

Santiago 1:25 “Mas el que mira atentamente en la perfecta ley,


la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo,
sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que
hace.”

Josué 1:8 “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino


que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas
conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás
prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”

2 Timoteo 3:14-15 “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te


persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la
niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden
hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.”

4. EN LA COMUNIÓN CON LOS HERMANOS.

Hechos 2:42 “Y perseveraban en la (1) doctrina de los apóstoles,


en (2) la comunión unos con otros, en (3) el partimiento del pan
y en (4) las oraciones.”

Es de vital importancia perseverar en la comunión con los hermanos ya


que Dios no nos hizo para vivir solitarios sino para vivir en comunidad.
Porque todos nos necesitamos en todos los momentos en los cuales pasa
nuestra vida sea de alegría, de tristeza, desanimo o enfermedad, la
Biblia dice que todo lo que sembramos, cosecharemos. En todo
momento sembremos una semilla de amor en cada corazón que
encontremos y siempre cosecharemos amor y comprensión ¡qué
Hermoso es vivir en Armonía!

Salmo 133:1 “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los


hermanos juntos en armonía!”

CONCLUSIÓN:
Siguiendo todo el consejo de este tema se le hará imposible al enemigo
apartarnos del ancla de la fe que esta puesta en el fundamento y roca
que es Jesucristo. Obedezcamos y dependamos siempre de su gracia,
manteniendo una vida constante en oración, aferrándonos a la
enseñanza de la palabra de Dios y buscando la comunión con los
hermanos en una comunidad cristiana; viviremos una vida victoriosa y
llegaremos hasta el final del camino que hemos comenzado a caminar y
tendrá un final glorioso, pacto que hemos iniciado con Dios porque Él es
nuestro cimiento.

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