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Índice
Introducción
1. Señales de Alerta
8. ¿Soy un agresor?
Referencias
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Introducción
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fallecimiento de uno de los padres y las ocurrencias eran poco frecuentes,
ahora se origina con gran frecuencia, por la concepción de hijos producto
de relaciones ocasionales o inestables, por las uniones de hecho, por la
separación o el divorcio. Hay muchas madres solteras, se-paradas o
divorciadas, con escasos recursos económicos, de vivienda y de educación
para mantener a sus hijos, lo que da lugar a tasas de mortalidad y
deterioro en la calidad de vida de los ciudadanos. Los hijos criados en el
seno de una familia de este tipo, tienden a repetir el ciclo, lo que suscita
gran preocupación en los gobiernos porque para el Estado supone altos
costos en la implementación de políticas de vivienda y ayudas de toda
índole; además de la alta incidencia e incremento de la violencia que se ha
observado en hijos de estas familias.
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fenómeno que afecta a todas las poblaciones y lesiona los derechos humanos
de las personas, ha hecho que se profundice más en su estudio y se apliquen
planes y programas para su erradicación.
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Señales de Alerta
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• Crea situaciones o realiza acciones que provocan conflicto para
después culpar a la pareja o a los hijos u otras personas de la
situación o hace que los demás crean que la pareja es culpable o que
lo provoca.
• Exige atención inmediata y no que la pareja no lo atienda cuando el lo
solicita.
• Niega o no le da importancia o justifica sus comportamientos
controladores, manipuladores, abusadores o violentos.
• Culpa a la pareja o a otras personas o a las circunstancias por su
comportamiento
• Obliga a la pareja a tener relaciones sexuales que la hacen sentir
incomoda o cuando no lo desea.
• Le pega a la pareja con la mano o con el puño, la patea, la empuja, la
muerde, la araña o cualquier otra acción que le cause lesión física.
• Tiene la idea irracional de que el hombre es de la calle y la mujer de
la casa, que el es el que manda y los demás deben hacen lo que el
quiere o decide.
• Suele mantener excelentes relaciones con otras personas diferentes
a la familia y no es extraño que sean reconocidos como “buenas
personas” y acuse a la pareja de ser dominante, irritable,
controladora y caprichosa, haciendo él papel de víctima frente a los
demás
• Algunos ingieren bebidas alcohólicas o drogas sin control y en ese
estado pueden reaccionar con hostilidad y violencia
• Algunos también utilizan armas u otros objetos (cuchillo, piedra,
palos, etc.). como amenaza para intimidar o amedrentar.
• El desamor, el abandono, la infidelidad, la indiferencia, la
sobreprotección, la permisividad. también son manifestaciones de
comportamiento violento..
• Su actitud, al igual que el dependiente alcohólico y el drogadicto, es
la de negar, minimizar, racionalizar o presentar amnesia selectiva
para explicar y justificar su comportamiento. De esta forma se exime
de culpas y la traslada a la víctima, a las circunstancias o a otras
personas.
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ayuda cuando lo veas en tu pareja, tus amigos o en ti mismo.
¿A qué llamamos
Violencia Familiar?
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Ciertas conductas de maltrato que constituyen violencia psicológica, se
tornan cotidianas y son consideradas como algo “natural” y parte de la
relación de pareja. La víctima no se da cuenta hasta que el abuso, la
manipulación y el maltrato se han instaurado crónicamente en la relación.
Por lo general la toma de conciencia y la búsqueda de ayuda llegan cuando la
autoestima ya se encuentra disminuida y gravemente lesionada.
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La violencia psicológica es la que primero se
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Menosprecia sus ideas u opiniones. Niega ante los demás su condición de
pareja o la acusa de ser la causante de los problemas en la relación.
Abuso sexual: Imposición del uso de anticonceptivos, negar que utilice
métodos anticonceptivos, presiones para abortar, menosprecio sexual,
imposición de relaciones sexuales contra la voluntad o deseo del otro.
Control: organiza las tareas o actividades del otro, impone su voluntad en
decisiones como vestir, peinarse, el trato a los hijos, la organización del
hogar y hasta las actividades que ella pueda realizar fuera del hogar.
Manipulación. Provoca situaciones conflictivas o histriónicas que pueden
crear reacciones violentas, agresivas o aparentemente extrañas en la
víctima, con la intención de que los demás lo perciban como víctima de
ésta y así lograr atención y opiniones favorables hacia su persona. Tiende
a engañar y mentir para disculpar, justificar
El desamor, el abandono, la infidelidad, la conducta engañosa, la
mentira, la indiferencia, la sobreprotección y la permisividad también
son manifestaciones de violencia, pues el ser humano para su desarrollo
personal y su salud física y psicológica, necesita del amor, la protección
y la atención de otros, sin menoscabar su independencia y autonomía.
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dinámica familiar, como son: el inicio de la convivencia, durante el primer
embarazo, el nacimiento del primer hijo, la infidelidad en uno o ambos
cónyuges o convivientes, entre otros.
Fase 1:
Acumulación de tensión
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Fase 2:
Explosión violenta
Fase 3
Arrepentimiento y reconciliación
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La violencia familiar
tiene consecuencias
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menores, a mascotas, a personas mayores. .Los hijos irán
creciendo y cuando sientan a sus padres vulnerbles,
también ejercerán violencia contra ellos.
Las relaciones se deterioran y son causa frecuente de
ruptura y abandono, con consecuencias no solo para la
familia sino para la comunidad, pues surgen las familias
disfuncionales con conflictos y problemas en el vecindario,
en la comunidad
Además, si la relación se rompe, el comportamiento
violento o sumiso, tiende a repetirse en otra relación de
pareja y los hijos cuando mayores adoptarán el rol que
observaron en sus padres.
La comunicación interfamiliar en este tipo de relación es
ineficaz pues tiende a ser controladora, atacante,
condenatoria, impositiva, manipuladora, vejatoria, hiere la
autoestima, genera desmotivación, crea confusión y no
permite que la pareja y los niños se sientan aceptados,
reconocidos y valiosos., lesionando así su desarrollo físico
y psicológico.
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En el agresor también se observan consecuencias, pues
aumenta su frustración, su soledad, su disconfort, consigo
mismo y con los demás, acompañados de síntomas de
depresión o agresividad insana y descontrolada, pues no ha
podido satisfacer sus profundas necesidades de atención,
afecto y darle valor real a su persona. Permanecerán sus
tendencias hostiles y en caso de ruptura de la relación, si
su necesidad de afecto supera a sus tendencias hostiles,
tiende a suplicar, prometer, reconoce su mal
comportamiento y acepta su culpa. Pero, si no logra
reanudar la relación, su reacción, tiende a desarrollar una
profunda depresión que lo lleva posteriormente a
engancharse en una relación con las mismas
características.. Si sus tendencias hostiles superan a las
necesidades de afecto, al no lograr reanudar la relación, lo
dominan sentimientos de odio y venganza que pueden
desencadenar hechos violentos y hasta trágicos, que
podrían hacer peligrar la vida de la pareja y de otros.
En la violencia familiar, víctimas y agresores poseen muy
baja autoestima, debido a que la víctima es alguien a quien
maltratan sin que ésta pueda poner límites; y el agresor
compensa lo inferior que se siente, maltratando y
abusando de su pareja. Estas personas (víctima y agresor),
tienden también a desvalorizar y utilizar un lenguaje
verbal y no verbal que menosprecia y desvaloriza a los
hijos, que en el futuro serán también personas con baja
autoestima y tendrán heridas emocionales que afectarán
su vida futura, sus relaciones de pareja, su desempeño
como estudiantes o trabajadores, su desenvolvimiento en
el medio y en las relaciones interpersonales y
probablemente sea la causa del alcoholismo o la
drogadicción u otros problemas psicológicos pues se ha
observado que en las historias de sujetos que presentan
este tipo de problema relatan haber sido testigos o han
estado expuestos en el pasado a relaciones interfamiliares
en donde la violencia, el maltrato, la manipulación y el
abuso han caracterizado la relación y por ello tienden a
asumir el papel de víctima o de agresor en sus relaciones
familiares.
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Los hijos también sufren
consecuencias graves, gravísimas,
reversibles o no en su salud física y
mental
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manipuladora, vejatoria. Muchas veces busca cambiar una conducta en los
hijos, pero notoriamente hiere la autoestima, genera desmotivación, crea
confusión y no permite que los niños se sientan aceptados, reconocidos y
valiosos., interfiriendo en un desarrollo físico y mental adecuado y
saludable.
En respuesta, los hijos, al recibir maltrato tanto del agresor como de
la víctima, muestran conductas perturbadoras, agresivas, apáticas, de
retraimiento, ansiedad o timidez, con claras muestras de una autoestima
baja, inseguridad y dificultades para relacionarse con los demás. Puede
también desplazar su agresividad y arremeter contra sus hermanos
menores, niños más pequeños o ancianos o hacia mascotas u objetos o
desplazar estos modelos de comportamiento (violencia/sumisión) a la
escuela y el vecindario.. Es entonces cuando encontramos casos de niños con
problemas de aprendizaje y problemas de conducta: niños agresivos, niños
incontrolables, niños tímidos, niños retraídos, niños que no aprenden, niños
con problemas de salud, niños con todo tipo de problemas psicológicos, pues
la violencia familiar afecta su desenvolvimiento y desarrollo físico y mental..
Las conductas de violencia o de sumisión se repetirán una y otra vez
en una y otra generación y en todos los ámbitos de relación, si no se hace
algo por eliminarlas.
Sociales
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¿Cómo se explicaría
este fenómeno?
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características son similares a la dependencia alcohólica y a la drogadicción.
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esconde profundas necesidades de afecto. Son individuos que por un lado
atacan, controlan y humillan a su pareja y por el otro quieren a la pareja
siempre consigo y en exclusividad. A pesar de los sentimientos de hostilidad
y el desinterés, también sienten amor por la pareja y no la dejan.
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Agresores antisociales (medianamente graves), con un patrón de
desprecio y violación de los derechos de los demás, requieren el
establecimiento estricto de límites, el desarrollo de la empatía y el
control del abuso de alcohol y drogas.
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La Violencia es un
comportamiento
aprendido
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ocultos dentro del seno familiar, con la indiferencia y desatención de la
sociedad y los gobiernos.
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Mitos sobre la
violencia familiar
Mito 1. Las víctimas son las que provocan la violencia. Por algo le habrán pegado.
Realidad: Los comportamientos de abuso y violencia surgen con motivo y sin
motivo. No hay provocación que justifique la violencia. El agresor tiende a
negar o minimizar su conducta y culpar a la víctima o a otros.
Mito 2. Las víctimas no son tales. Son personas masoquistas que les gusta que las
maltraten.
Realidad: A nadie le gusta que lo maltraten o lo golpeen. En la mayoría de
los casos la víctima no encuentra salida para su situación (problemas
económicos, los hijos, la crítica social). Ha perdido el control de su vida y
está tan traumatizada que se paraliza y no reacciona. El agresor le ha
“lavado el cerebro” y la convence de que ella lo “provocó” . La ha sugestiona
para que crea que es ella la culpable.
Mito 4. “Los trapitos se lavan en casa” y “lo que ocurre en casa ajena a nadie le
interesa”.
Realidad: El fenómeno de la violencia familiar es un problema de todos:
familia, amigos, vecinos, comunidad. gobierno. La violencia es una conducta
aprendida y el silencio y la no intervención agravan el problema, lo perpetúan
pues se repite en otras generaciones o en otras relaciones de pareja, se
desplaza pues la víctima también arremete contra los hijos y los hijos
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contra hermanos menores, personas mayores, mascotas; y se expande, pues
se repite en la escuela, en el trabajo, en el vecindario. Es urgente que
autoridades y comunidad intervengan para eliminarla.
Mito 5. El agresor es una persona que padece algún tipo de enfermedad mental.
Realidad: El agresor no es un enfermo. Es una persona con baja autoestima que se
descontrola fácilmente y da paso a la ira. Generalmente no tiene la intención de hacer
daño, pero quiere someter y controlar la relación familiar.
es responsable de sus actos y ante la Ley está cometiendo una falta o un delito
Mito 6. Las personas que son abusadoras y violentas nacieron así y nadie las puede cambiar.
Realidad: La conducta violenta , manipuladora, maltratadora, abusiva es una
conducta aprendida. Y si se puede cambiar. Se requiere que el agresor “toque fondo”
y acepte la responsabilidad y las consecuencias de su conducta. Es el primer paso
para poder aprender a controlar su hostilidad y su ira, superar sus complejos, levantar
su autoestima, manejar los conflictos en forma pacífica y negociadora , respetando la
opinión y los derechos de los demás, eliminar las ideas irracionales y creencias que
hay en torno a las relaciones interfamiliares.
Mito 7. Solo los hombres son agresivos con las mujeres. Eso ha sido siempre así.
Realidad: También existen casos de hombres maltratados por mujeres, hay casos de
padres maltratados por sus hijos, existe maltrato entre hermanos y maltrato a personas
mayores. Depende del modelo aprendido.
Mito 8 Si el hombre trabaja, trae dinero a la casa, y es bueno con los hijos, una mujer no debe
exigir mas.
Realidad: La mujer tiene tantos derechos como el hombre. Las relaciones de pareja
deben caracterizarse por la igualdad, respeto mutuo y compartir deberes y
responsabilidades, además de enfrentar los conflictos de manera constructiva
buscando el beneficio de todos los integrantes de la familia. Dentro de las
relaciones familiares, nadie tiene que imponer su voluntad o sus decisiones.
Esto constituye maltrato y no tiene justificación. Los hijos en este caso son
testigos de la violencia que ejerce su pareja sobre ella, causándoles un trauma
que los afectará en toda su vida.
Mito 9 La violencia solo ocurre en niveles socioeconómicos bajos y de bajo nivel educacional
y cultural.
Realidad: La violencia ocurre entre familias ricas, acomodadas y pobres, las de alto
nivel educacional así como las de bajo nivel educacional . Se puede presentar en
cualquier grupo social sin importar raza, nación, religión o cultura. En cualquier
ciudadano de la calle, así como en individuos de jerarquía y reputación en la cultura,
en la sociedad, en la política.
.
Mito 10. La violencia en la relación de pareja no es un problema grave.
Realidad: La violencia doméstica es la mayor causa de lesiones en la población y
afecta la salud mental y física en las víctimas y su entorno familiar. Hay quienes dicen
que el lugar más peligroso para la mujer y los hijos es la propia casa. El porcentaje de
lesiones causadas por violencia en el hogar sobrepasa a los presentados por
accidentes automovilísticos e incidentes en la calle.
Mito 11. La conducta violenta es algo innato que pertenece a la esencia del ser humano.
Realidad: La violencia es una conducta aprendida a través de la imitación,
educación, cultura y tradición. Se transmite de generación a generación. Sin embargo,
así como la violencia es una conducta aprendida, también las conductas pacíficas y
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armónicas en las relaciones de pareja se pueden aprender.
Mito 12. El consumo de alcohol o drogas es la causa de las conductas violentas en la pareja.
Realidad: El alcohol y las drogan pueden provocar el asalto o incitar el
comportamiento violento, sin embargo también se presentan casos de maltrato y de
violencia habitual en personas que no han ingerido alcohol o drogas.
Mito 13. Si la esposa aguanta las reacciones violentas del marido, con el tiempo las cosas
cambiarán y mejorará la relación.
Realidad: La conducta violenta es progresiva y cíclica. Si la víctima no habla de su
problema y busca ayuda es probable que la violencia y el maltrato empeore y nunca
mejore.
Mito 14. La mujer debe de aceptar tener relaciones sexuales con su pareja así ella no quiera.
La violación no es un delito cuando se trata de la esposa. “La esposa tiene que cumplir
con sus obligaciones”
Realidad: La mujer tiene derecho a decir que no cuando no quiera tener relaciones
sexuales con el marido. Toda conducta que amenace o vulnere el derecho de la esposa
a decidir voluntariamente su sexualidad es considerada un delito.
Mito 16. La violencia se resolverá mediante leyes y normas modernas y más rigurosas en el
castigo para el abusador.
Realidad: El castigo no resuelve el problema. En la prevención está la solución. En la
información oportuna, los modelos que se deben de resaltar y los valores que se deben
inculcar esta la solución al grave problema de la violencia.
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¿Soy una
víctima?
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En ese estado, la persona se encuentra vulnerable y al establecer una
relación de convivencia con una pareja manipuladora, con tendencias
controladoras y dominantes, fácilmente y sin darse cuenta, se entra dentro
del juego de la violencia y el papel que representa es el de víctima.
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abusivas, manipuladoras, maltratadoras y violentas de la pareja como
“normales” o irremediables en la relación o llega a convencerse que puede
soportar la situación, generando en ella una alta tolerancia a la violencia y
actitudes de sumisión.
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soportar, tampoco comprenden sus reacciones que son totalmente normales
para personas en su situación. Es juzgada y criticada injustamente por las
creencias, prejuicios e ideas irracionales que todavía existen en nuestro
medio, sobre las relaciones de pareja y la violencia familiar. No tiene
protección o apoyo familiar ni social.
situación anormal.
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Puede desplazar la violencia recibida hacia los hijos o ancianos u otras
personas y también demostrar ira y conductas agresivas o muestras de
desinterés, desensibilidad, indiferencia o desamor.
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cuatro fases:
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Somatizaciones: Quejas físicas sin lesión aparente.
Trastorno de Ansiedad Generalizada: Angustia, quejas constantes de
sentirse “nervioso”, Tensión muscular, temblores, incapacidad para
relajarse. Hiperactividad, mareos, palpitaciones, vértigos y molestias
epigástricas, sequedad en la boca.
Cuadros ansioso-depresivos inespecíficos: Sentimientos de desesperanza,
abandono y aislamiento social. Problemas de sueño o apetito, deterioro del
estado de ánimo y la actividad cotidiana. Estos problemas se agravan con el
tiempo y surge un importante riesgo de suicidio. El cincuenta por ciento de
las mujeres maltratadas piensan al menos una vez en el suicidio y casi una
cuarta parte de ellas intenta quitarse la vida.
Abuso de alcohol o sustancias: Consumo de alcohol en el domicilio o solo o a
escondidas, que muchas veces pasa desapercibido Dependencia en el
consumo de somníferos y tranquilizantes
Trastorno de Estrés Post-Traumático. Entre otros síntomas: episodios en
los que se revive la situación traumática en forma de imágenes intrusas en la
conciencia o sueños reiterados en que se revive esta situación. Estallidos
dramáticos de miedo, pánico o agresividad. Síntomas de ansiedad y
depresión. Ideaciones suicidas, desapego emocional, falta de capacidad de
respuesta al medio ambiente. El cuadro se agrava si la víctima consume
sustancias psicotrópicas o alcohol.
Trastorno Persistente de la Personalidad tras Experiencia Catastrófica,
entre otros síntomas: desconfianza permanente, aislamiento social,
sentimientos de vacío o desesperanza, sentimiento permanente de estar
constantemente amenazado, de “no poder mas” y de “estar al límite”.
Vivencia de extrañeza de sí mismo..
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de víctima.
¿Soy un
agresor?
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recibir afecto —“lo que no se conoce no se puede amar” y para amar a los
demás hay que amarse a sí mismo”—.
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confirmándose con cada uno de los actos de violencia. Compensa sus
necesidades de atención y afecto y sus sentimientos de inferioridad
distorsionando la imagen que tiene de sí mismo al reprimir ciertos aspectos
de su personalidad y trayendo lo opuesto a flote.
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malestar y hace que reaccione con violencia hacia las personas más
vulnerables, su pareja y sus hijos. Por esta razón también no permite que la
familia hable sobre los problemas o conflictos que suceden en casa. Si la
pareja o alguno de los miembros de la familia lo denuncia o habla o solicita
ayuda a alguien, lo considera traición, sin reparar en el daño que le está
haciendo a la pareja y a los hijos.
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se siente bien haciendo que los otros se sientan mal. De allí las
desvalorizaciones y menosprecio que suele mostrar a la pareja, a los hijos y
otros familiares y amigos.
Niega que su conducta sea violenta y busca siempre culpar a otros por
esta. Explica sus reacciones como motivadas por la provocación,
especialmente por parte de su pareja. Crea situaciones o realiza acciones
que provocan conflicto, para después culparla de la situación o hacer los
demás crean que la pareja es la culpable o que lo provocó y así lograr apoyo
y atención de otros.
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Se altera sin motivo, no escucha razones ni explicaciones y responde con
agresividad para lograr control sobre la relación
Por sus reclamos y quejas, son muchas las ocasiones en que la tilda de
”loca” y busca aliados para confirmar su versión —generalmente los hijos—
y racionaliza para reafirmar esta situación --“ella es la que me tiene
dominado, no me deja en paz”., “no se qué le pasa a esta mujer, ya está con
sus locuras”, “¿no ves cómo se pone?” , “está loca, ¿ves?, no se de qué se
queja”--.
Frases como “no se que te pasa” o “déjame en paz”, “ya estas con tus
tonterías”, “estoy ocupado, no puedo hablar contigo”, “estoy cansado”,
“siempre lo mismo”,” de qué vamos hablar”, “ya me tienes cansado/a”,
maltratan y desconciertan a la víctima, el agresor compensa sus
sentimientos de inseguridad e inferioridad a la vez que a través de la
sugestión, el maltrato y el miedo va adquiriendo mayor control sobre la
relación..
o ambas
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En la violencia familiar...
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¿Existe algún
tipo de
tratamiento?
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comprensión, solución pacífica de los conflictos y preparación para la vida
familiar con derechos y obligaciones domésticas compartidas entre hombres
y mujeres y en general, igualdad de oportunidades entre los géneros.
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relación que fomenten el beneficio grupal y no el individual. El aprendizaje
de habilidades de comunicación que les permita exteriorizar sus emociones,
ideas y opiniones. Aprender además a escuchar y respetar las opiniones de
todo el grupo familiar, incluyendo a los niños, y rebatir los mitos y
creencias sobre roles y comportamientos negativos, que no benefician el
desarrollo personal y menos el familiar.
En el manejo y tratamiento de la
víctima:
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Existe algún tratamiento para el
Agresor?
También se han dado casos en que por algún motivo, el agresor pueda
que acuda a un programa de rehabilitación, especialmente en la fase de “luna
de miel” cuando después de un episodio violento, promete que no va a volver
a ocurrir o cuando la pareja ha logrado fortalecerse psicológicamente y el
agresor percibe un riesgo real de abandono inminente por parte de la
pareja, o en otros países porque la justicia lo ordena.
En apariencia, esta podría ser una muy buena razón para un cambio de
conducta, pero para ello es imprescindible querer hacerlo, y el agresor por
lo general no acepta la responsabilidad real. Recordemos que es un
excelente manipulador y puede que acepte el tratamiento como forma de
evadir responsabilidades o porque no le queda mas remedio que hacerlo.
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Se abordan también aspectos que pueden estar relacionados a su
comportamiento violento, como son: ideas irracionales, costumbres y
modelos aprendidos, el rol que asume. Se pone en relieve todas sus
manipulaciones para no asumir su responsabilidad. Negaciones,
racionalizaciones, justificaciones, minimizaciones, juegos y conducta
ambivalente.
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Hacia una mejor
calidad de vida.
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depresión y hasta desesperación.
C. Rogers dice: “el sentirse devaluados e indeseables es, en la mayoría
de los casos, la base de los problemas humanos”.
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negativos, que afectan la salud física y mental y no benefician el desarrollo
personal y menos el familiar.
La violencia es una conducta aprendida y las capacidades y habilidades
personales y de relación, que no han sido suficientemente desarrolladas en
el agresor y también en la víctima, pueden mejorarse con esfuerzo y
voluntad.
bienestar psicológico
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¡En nosotros está el cambio!
Si podemos..
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seas capaz para reconstruirte y buscar con optimismo y fe,
oportunidades dentro de esa adversidad y el conflicto propio y ajeno.
6. Podemos tener fe en un futuro mejor con un sentido de anticipación y
coherencia.
7. Podemos ser personas resilientes.
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