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Resumen
Palabras clave
Abstract
In this way, situations that are commonly evidenced in the realm of the economic
reality of marriages, fail to be diligently exposed by the legal defense of the injured
party or fail to be correctly evaluated by the judges because the high subjectivity of the
evidentiary elements presented in the judicial file constitutes a situation that widens the
negative margin of those who feel injured, because they will be able to see it in the
sentence that can be issued.
In this way, it is assumed that some conditions related to the property management of
the community of property owners do not constitute referential elements to be
evaluated in judicial proceedings because it is assumed that these correspond to the
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Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Magister en Derecho, Doctorado en Derecho
por la Pontificia Universidad Católica de Argentina. Profesor investigador de la Universidad Privada
San Juan Bautista y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos. Documento de investigación vinculado al proyecto “Análisis de la institucionalidad
democrática en el Perú” desarrollado en la Facultad de Derecho de la Universidad Privada San Juan
Bautista.
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context of crisis and are not autonomous, without taking into account the scope of
lavishness.
Keywords
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Introducción
Este contexto presenta una serie de situaciones que resultan muy complicadas de poder
identificar, en particular porque los hechos y las situaciones se van modificando de
modo constante. Las parejas que no disponen o no pueden evaluar el modo en el cual
se hace la gestión económica del patrimonio familiar sólo conocen de las condiciones
negativas cuando los efectos ya son evidentes.
La razón de esta situación parte del hecho de que en muchos hogares sólo uno de los
dos cónyuges ejecuta las actividades de suministro de recursos económicos para el
sostenimiento de la familia mientras que la pareja se dedica a la gestión del hogar.
Sin embargo, cuando surgen los conflictos familiares, uno de los aspectos que
provocan las mayores situaciones de violencia es el manejo económico previo a la
etapa del conocimiento del factor que generó las desavenencias. Dado que este punto
es sumamente referencial, a nivel judicial se debe evaluar aspectos puntuales que por
lo general no son correctamente manejados en el ámbito judicial, como por ejemplo el
“cierre contable de las actividades financieras de quien dispone de primera mano del
patrimonio familiar”.
Gastos que no suelen ser identificados como “daño” en el ámbito de las relaciones
familiares en crisis provocan un mayor efecto negativo en las partes débiles de la
relación y en la liquidación de la sociedad de gananciales.
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b) La adquisición de bienes a favor de una empresa familiar (Pérez, 2007, p. 314),
la que que luego es derivada para uso personal o a favor de terceras personas
sin que genere un efecto positivo en la economía familiar.
c) Los gastos asumidos por un cónyuge a favor de una persona con la que
desarrolla una relación adúltera, convivencial o concubinal.
Como se puede apreciar, surgen una serie de situaciones en las cuales se debe evaluar
cada “acto contable, bancario o financiero”, así como la gestión total de la economía
familiar para poder evaluar si existe un daño que deberá ser resarcido o si se trata de
una situación que no genera un daño patrimonial por estar vinculada a un “riesgo de
mercado”.
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Esta delimitación conceptual responde al análisis de una liquidación de la sociedad de
gananciales en la que la convivencia (sin impedimento matrimonial) genera las mismas
condiciones positivas y negativas que el matrimonio. Por eso, corresponde detallar las
diferencias entre las tres situaciones que se presentan en el ámbito afectivo:
ii. La convivencia impropia, en la cual una de las dos partes genera una
condición negativa para la propia convivencia no generando derechos a
la pareja.
Otro elemento de referencia está vinculado al destino o condición que las partes en
conflicto puedan plantear sobre su propio matrimonio, en función a que existen dos
alternativas que pueden postular en una demanda: o una demanda que implique un
divorcio o una liquidación de la sociedad de gananciales.
En ambos sentidos, las partes no toman en cuenta que el contexto de crisis implicará
necesariamente una división complicada de superar, la que no genera necesariamente
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una condición que involucre el divorcio, porque en el Código Civil está previsto el
perdón entre la pareja y con ello la posibilidad de que retornen a la relación
matrimonial sin ningún tipo de consecuencia negativa, tanto en lo personal como en lo
procesal.
En los casos de prodigalidad se debe evaluar los actos ejecutados sin consentimiento
del cónyuge (Toribios & Velloso, 2010: p. 305). La conducta desarreglada,
irresponsable, habitual y perjudicial del otro cónyuge, sin implicar necesariamente una
evaluación del comportamiento como moral/inmoral (Lacalle, 2013: p. 251).
Este ámbito excluye de toda evaluación cualquier contexto vinculado al análisis de los
plenos casatorios VII [Casación Nº 3671-2014-Lima, propiedad no inscrita vs.
embargo inscrito] y VIII [sin publicación a marzo 2020] de la Corte Suprema de
Justicia de la República. En ambos ámbitos se analiza un patrón especial: el aspecto
económico propio de familia con un régimen económico de sociedad de gananciales.
Finalmente, corresponde detallar que las consecuencias que genera un pródigo se basa
en el perjuicio de la parte afectada, que puede ser la “familia (en su conjunto)” o “un
integrante de la familia (o varios sin ser todos)”, conforme lo siguiente:
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separación o divorcio, porque la relación jurídica entre el “prestador de
alimentos” y los “alimentistas” es autónoma (La Ley, 2007, p. 142).
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El patrimonio familiar cuando es administrado sólo por un cónyuge genera
determinadas obligaciones en esta persona como son el actuar diligente.
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d) La disposición del patrimonio de la sociedad de gananciales para atender
motivos excluyentes a la sociedad de gananciales.
Sin embargo, en estos contextos una persona casada suele mantener a la pareja
concubina o la familia complementaria en función al juego de intereses que el
matrimonio pondera y esto permite detallar una de las razones por las cuales los
magistrados no suelen observar estos casos con objetividad. Esta razón es que
el contexto personal y familiar resulta tan complicado de evaluar que los
tiempos pueden generar condiciones diferentes y eventualmente una acción
judicial puede quedar sumamente disfuncional, a pesar del compromiso del juez
de atender el caso.
Cuando uno de los cónyuges solicita la evaluación financiera del patrimonio familiar,
sea en un divorcio o en una liquidación de sociedad de gananciales por lo general no
puede probar los elementos que provocan el daño que está asumiendo y que se
considera “parte” del conflicto familiar.
Situación muy diferente es cuando el “nivel de gastos” constituye una situación muy
particular y especial, generalmente cuando el costo generado es significativo. Así
regalos como joyería, accesorios de alto valor económico o bienes inmuebles con un
elevado costo constituyen “referencias” que sí podrían ser tomadas en cuenta en la
evaluación judicial, pero para ello se requiere que se pruebe la relación entre el
documento probatorio, los hechos y la argumentación que fundamenta la acusación
expuesta por quien está siendo perjudicado.
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Otra referencia muy común que no suele ser tomada en cuenta en el ámbito de la
práctica judicial familiar está relacionada con los gastos excesivos que ejecuta un
cónyuge cuando es ludópata o eventualmente comprador compulsivo, adicto a
sustancias alucinógenas o alcohólico (Acedo, 2013: p. 91).
V. Nuestra posición
Sin embargo, el modo en el cual pueda ejecutar dicha facultad resulta ser amplio y
dependerá de las circunstancias del caso (Gete-Alonso, 1984), principalmente porque
la prodigalidad es un elemento temporal que es determinado por el juez y dada la
elevada temporalidad en la cual se atienden los procesos judiciales en el país este
factor podría provocar un contexto sumamente negativo para la familia. Por ello
dependerá de ejecutar una proyección de resultados y de situaciones en la parte
legitimada para formular una demanda con un petitorio de determinación de
prodigalidad.
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cierre contable de las finanzas de la sociedad de gananciales. De esta manera se
autonomiza cada condición económica particular sin generar un daño a las partes
afectadas por la mala fe o comportamiento negligente del pródigo.
Referencias bibliográficas
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