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PANTEÓN DE ROMA

Los dibujos que acontinuación se exponen corresponden auna obraarquitectónicaque,

en planta, muestra tres elementos:

'Pórtico de acceso, sobre un crepidoma de cinco escalones, formado por l6 columnas,

ocho en el frente y ocho en dos hileras interiores; queda así dividido en tres naves, la central
más ancha y larga -tres intercolumnios-, que las laterales -dos intercolumnios-.

'Propylón, constituido por dos cuerpos alargados, con grandes nichos. Sirve de nexo
entre el pórtico y el cuerpo principal.

'Rotonda, de planta circular y gruesos muros, que se animan con retranqueamientos,

semicirculares y rectangulares, nichos y columnas.

El alzado y dibujo perspectivístico muestran el cuerpo circular, cilindro de 43,20 m de

dirímetro, coronado por una cúpula de iguales medidas; el dibujo, además, indica su
articulación interna.

Por último, Ia reconstrucción exterior permite apreciar el remate del pórtico, con
frontón, elretranqueamiento del cuerpo cúbico, asícomo laaparienciaexternadelarotonda
y cúpula.

ANÁLISIS

El material no es posible reconocerlo por el dibujo; sin embargo, las caracteísticas de

la construcción nos permiten aventurar que sea hormigón de cal con cascotes
-más pesados
en el muro que en la cubierta-, y ladrillo (utilizado en los arcos y revestimiento interior).
La columnatas, comisas, pavimiento y, en general, el interior, llevará piedra noble
(mármoles).

Denffo de los elementos constructivos destacamos los siguientes:

El muro es muy grueso, aunque no macizo ni continuo, y en él están embebidos ocho

grandes machones, poco apreciables a primera vista. Carece de vanos, a excepción de las
puertas.

Los soportes reales son los ocho pilares ya mencionados, de gran tamaño y en parte
huecos, que responden a un complicado sistema de descarga no muy bien conocido. Están
disimulados en el espesor del muro, por 1o que parece que son las delgadas columnas
adosadas a las hornacinas las que hacen la función sustentante, cuando en verdad son más
decorativas que esffucturales.
Aparecen también columnas y pilastras corintias en el pórtico.

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Los arcos de medio punto tienen un papel fundamental en la cubrición, pero apenas son
visibles.
Las cubiertas son de diversos tipos:
. Armadura en el pórtico.
. Bóveda de cañón en el pequeño tramo de la entrada.
. Cúpula semiesférica en el cuerpo principal, que es la más interesante. Se apoya en un
tambor cilíndrico, articulado con macizos y vanos alternados, arranca de una cornisa
a la mitad de la altura total, y acaba en un óculo redondo de iluminación.
Tiene un gran diiímetro (43,20 m) y se adelgaza y aligera al elevarse (en parte por el
material que se utiliza, en parte por los casetones decorativos)'
Es una gran obra de ingeniería, construida según un profundo conocimiento de la
técnica. Destaca en particular el complicado sistema que se emplea para repartir su peso,
basado en tres series de arcos de descarga, Superpuestos y alternados, pero carece de
costillas u otros arcos de refuerzo.
La complejidad de la construcción queda oculta, y aparenta un peso inferior al real, ya
que el efecto visual conseguido es que se apoya en las esbeltas columnas de las hornacinas'
Exteriormente parece una cúpula rebajada y se cubre con tejas'
Los elementos decorativos tienen gran interés en los interiores y se definen por el
refinamiento y variedad cromática.
El muro está omamentado con elementos arquitectónicos -tolumnas, entablamentos,
frontones...-, posiblemente realizados en materias nobles, en especial mármoles de
colores.
La cúpula se decora con casetones, que acentúan su forma esférica y su concavidad,
pues en cada círculo son de menor tamaño y resaltan el efecto de la perspectiva. En la parte
superior se ha dejado liso el casquete y el óculo se enfatiza con un anillo.
Aunque no se aprecie en las ilustraciones cabe suponer la existencia de decoración en
el pavimento con temas geométricos.
El exterior es muy simple en la decoración, que se reduce a tres cornisas. Se aprecian
los arcos de descarga que. desvían el peso de la cúpula a los pilares, pero seguramente
estarían ocultos por un revestimiento de estuco.
Los valores plásticos están muy cuidados.
Las proporciones son colosales y firmes y generan estabilidad, en especial en la
rotonda, que es un ejemplo de equilibrio y armonía.
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Es notable la alternancia rítmica que se ha observado tanto en la articulación de la
parte baja del muro, donde se suceden macizo-hueco precedido de dos columnas, como en
el tambor, en el que apreciamos macizos cuadrados, coronados por rectángulos y va¡os
rectangulares con.frontón triangular.
Existe simetría axial gracias al pórtico que transforma la polisimetríatípica de una
forma circular, alavez que marca la frontalidad del edificio.
Los volúmenes exteriores son masivos; se proyectó para ser insefado en un entomo
urbano que apenas permitía su apreciación, por lo que están poco articulados.
El espacio interno es posiblemente el elemento más original, pues se trata de un
juzga desde el interior de la rotonda.
edificio que se
Es un espacio estático y grandioso; el dominio de la curva, tanto en planta como en
alzado, crea un volumen esférico y direccionalidad radial en las superficies, que se acentúa
con la combinación de diversos elementos -nichos y hornacinas de las partes bajas del
muro, casetones de la cúpula dispuestos en filas concéntricas...- siendo también
importante el papel desempeñado por el lucernario cenital, que hace rotar la luz a 1o largo
del día, dándola además un carácter difuso y tranquilo. El pórtico de la entrada origina una
dirección longitudinal hacia el ábside del fondo y elimina toda posible brusquedad en el
triínsito desde el exterior hasta el cuerpo principal.
COMENTARIO
La clasificación estilística de la obra la haremos basándonos, especialmente, en la
sabiduría técnica, manifestada en el sofisticado equilibrio de pesos y fuerzas de la enorme
cúpula, el interés puesto en la frontalidad y axialidad del edificio y en la definición del
espacio interno. Todos estos rasgos nos llevan al arte romano, ya maduro, del Alto Im-
perio, s. II de nuesffa era.
Su forma pura y simple, basada en la esfera y el cilindro, y su complejidad constructiva
tienen un carácter excepcional y permiten identificarla de forma concreta: el Panteón de
Roma.
Se trata de un edificio religioso, un templo dedicado a diferentes divinidades cuyas
estatuas estarían colocadas en los siete nichos que se alternan en la parte inferior del muro,
y se ha dispuesto una forma circular para que ninguno sobresalga respecto a los demás. No
se sabe con exactitud qué dioses recibieron allí culto, aunque se ha aventurado la hipótesis
de que fuesen los antecesores divinos de la gens Jt,lia (entre ellos Marte y Venus).
Como es habitual en la arquitecturaromana s.'¿unalafinalidadreligiosacon lapolítica:
su magnificencia es testimonio del poder y la gtoria de Roma.
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La historia de su construcción comienza en época de Augusto, cuando su ministro y
yemo Agrippa mandó su realización, en pleno Campo de Marte, como homenaje al
emperador, pues hay una inscripción en el friso del pórtico que así 1o indica, junto con una
fecha de ejecución: año27 a. de C.
En el incendio del año 80 sufrió graves desperfectos, siendo restaurado en época de
Domiciano (81 al 96). Volvió a incendiarse en época de Trajano, y se reconstruyó
totalmente por el emperador Adriano, según planteamientos arquitectónicos diferentes de
los iniciales. Las marcas de los ladrillos bipedales que se han utilizado permiten establecer
una fecha exacta: entre el ll5 y 127 de nuestra era. Datamos, en consecuencia, la obra en
el s. II, a pesar de lo que indica la inscripción ya mencionada y al testimonio de Plinio, que
también lo atribuyó a Agrippa. En los inicios del s. III sufrió pequeñas restauraciones (bajo
Septimio Severo y Caracalla), que no aportan ningún cambio sustancial, pero que son
también conmemoradas en una inscripción.
Este edificio constituye un magnífico ejemplo de cómo en la arquitectura romana los
nuevos materiales -hormigón, ladrillo...-, cuyo uso refleja el espíritu utilitario de esta
civilización, permiten crear nuevos espacios, rompiendo con las limitaciones derivadas de
«la tiranía del ángulo recto>>.
Los primeros templos romanos se basaron en los griegos y etruscos. El Panteón, sin
embargo, nos da un modelo diferente. Sintetiza la arquitectura religiosa arquitrabada y
solemne de los templos clásicos, que podemos ver en el pórtico, bastante convencional, con
un espacio innovador, el de la rotonda, en el que aparecen planta centralizaday cubierta
curva, y además está realizado con materiales no pétreos. Se han aplicado principios ya
experimentados en la arquitectura civil (termas, palacios), consiguiendo algo que podemos
definir como la antítesis del templo griego.
Se le ha achacado falta de compenetración constructiva y formal entre las dos partes de
la edificación, pero ésta es tan solo aparente: el cuerpo situado entre el pórtico y la rotonda
actúa como una transición y dá lugar a una interpenetración de las formas, dentro de una
concepción total. Gracias, además, a esta dualidad se han podido crear dos ejes, el
Iongitudinal, del pórtico al ábside del fondo, y el vertical, del centro del pavimento de la
rotonda al óculo cenital, que aúnan en una misma obra dos dimensiones: la terrenal y la
celeste.
Es 1a única obra de este tipo que ha llegado hasta nosotros intacta en lo esencial, lo que
la convierte en el mejor ejemplo para apreciar Ias aportaciones de la arquitectura romana
en cuanto a creación de nuevos volúmenes generados por la cúpula.
La cúpula tiene la armonía de la perfección geométrica: teóricamente el espacio ideal
es el que se encierra en una forma esférica.
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Por otra parte, tiene carácter de símbolo cósmico; el círculo es el cielo, representa la
bóveda celeste y define un eje vertical de connotaciones sacras que se ve subrayado con Ia
decoración que tuvieron los casetones, pintados de azul y con una estrella dorada en el
centro.
Es además el punto de partida de las cúpulas posteriores, y sus valores, tanto
formales
como metafísico-religiosos, tendrán una gran influencia histórica; Bizancio, el mundo
islámico, el Renacimiento y eI Barroco seguirán sus huellas, que aún serán patentes en el
siglo XIX.
El Panteón es una obra que nunca ha dejado de estar viva. Cerrada al culto pagano en
el s. IV y saqueada por los bárbaros en el 4 I 0, fue salvada de mayores males y convertida,
en el 608, en la iglesia de Sta. María ad Martyres -Sta, María Rotonda-, advocación que
ha conservado. Hoy es iglesia nacional y en ella se hallan sepulcros ilustres.
Pese a reformas y añadidos, algunos ya demolidos, como los famosos campanarios
construidos por Bemini en la fachada, se ha conservado lo suficientemente íntegro como
para juzgar su magnificencia. Resulta notable, por ejemplo, el hecho de que muestre aún
los revestimientos originales de mármol del pavimento y parte inferior del muro, o las
puertas de bronce, ya que es rara la pervivencia de tales elementos en obras romanas.
No se conoce con certeza el nombre de su autor. Se ha adjudicado a Apollodoro de
Damasco, gran ingeniero y arquitecto oficial del emperador Trajano, que estuvo en activo
del 97 al 130. Se basa esta hipótesis en la maestría que en diseño y construcción
caracterizó a este artista, que supo aunar con brillantez la tradición helenística y las
concepciones típicamente romanas, en obras muy personales. Se sabe que, pese a no
mantener buenas relaciones con Adriano, trabajó para este emperador hasta el año 130,
pero no parece probable su autoría.
Es indiscutible, sin embargo, la intervención directa de Adriano, que no se limitó
simplemente a ser el cliente que encargase la obra, aunque según la mentalidad de la
sociedad romana éste merecía más estima que el autor de la misma, sino que participó de
forma activa en su diseño y aportó a la arquitectura romana algunas de sus experiencias
más innovadoras.