- 73 - La actitud observada por la Virgen durante los meses que transcurrieron e
ntre la Anunciación y la Navidad deber ser el ideal de las almas interiores, de es
os seres que Dios ha elegido para vivir dentro de sí, en el fondo del abismo sin f ondo. ¡Con qué paz, con qué recogimiento se sometía y se entregaba María a todas las cosas ! Hasta las más vulgares quedaban divinizadas en Ella pues la Virgen permanecía sien do la doradora del don de Dios en todos sus actos. Esta actitud no la impedía cons agrarse a otras actividades eternas cuando se trataba de ejercitar la caridad. E l Evangelio nos dice que María se puso en marcha y fue de prisa a un pueblo de Judá y saludó a Isabel ((Lc. 1, 39). La visión inefable que Ella contemplaba dentro de sí, nunca disminuyó su caridad externa pues como dice un piadoso autor: <si la contemp lación tiende a la alabanza y a la eternidad de su Señor, posee ya la unidad y no vo lverá a perderla. Pero si recibe un mandato del cielo, retorna hacia los hombres, se compadece de todas sus necesidades y se inclina sobre todas sus miserias. Con viene que llore y fecundice. La contemplación ilumina como el fuego: como él quema, absorbe y consume, llevándose al cielo todo cuanto ella destruyó. Una vez cumplida s u misión en la tierra, se remonta y emprende nuevamente el camino hacia la altura, ardiendo en su propio fuego>.35 Hemos sido predestinados según lo preestablecido por Aquel que lo hace todo según el designio de su voluntad, para que fuéramos alabanza de su gloria (Ef. 1, 11-12). Así habla San Pablo inspirado por el mismo Dios. ¿Cómo realizar ese anhelo del Corazón d ivino, ese deseo inmutable que El tiene respecto de nuestras almas? En una palab ra, ¿cómo responder a nuestra vocación y conseguir ser perfectas Alabanzas de gloria d e la Santísima Trinidad?.36 En el cielo, cada alma es una alabanza de gloria del P adre, del Verbo, del Espíritu Santo porque cada una de ellas está definitivamente es tablecida en el puro amor y no vive ya su propia vida sino la vida de Dios. El a lmale conoce allí –dice San Pablo- como es conocida de El (1 Cr. 13, 12). En otras p alabras, su entendimiento es el entendimiento de Dios, su voluntad es la volunta d divina, su amor es el amor mismo de Dios. El Espíritu de amor y de fortaleza es quien transforma realmente al alma, pues habiendo sido enviado para suplir en el la todo cuanto le falta,como dice también San Pablo (Rm. 8, 26), El realiza en el alma esta gloriosa transformación. San Juan de la Cruz afirma que se necesita muy poco para que un alma, entregada al amor, se eleve en esta vida por virtud del E spíritu Santo, hasta ese grado de amor de que venimos hablando.37 Esto es precisam ente lo que llamo yo una perfecta Alabanza de gloria. Una Alabanza de gloriaes u n alma que mora en Dios, que le ama con amor puro y desinteresado, sin buscarse a sí misma en la dulzura de ese amor; que le ama independientemente de sus dones y le amaría aunque nada hubiese recibido de El: que sólo desea el bien del Objeto ama do. Pero, ¿cómo desear y quererefectiva mente el bien de Dios? Cumpliendo su volunta d pues ella dirige todas las cosas a su mayor gloria. Por lo tanto, esta alma de be entregarse tan - 74 - plena y ciegamente al cumplimiento de esa voluntad divina que no pueda qu erer sino lo que Dios quiera. Una Alabanza de gloriaes un alma silenciosa que pe rmanece como una lira bajo el toque misterioso del Espíritu Santo para que produzc a en ella armonías divinas. El alma sabe que el sufrimiento es una cuerda que prod uce los más dulces sonidos. Por eso desea tenerla en su instrumento para conmover más tiernamente el Corazón de su Dios. Una alabanza de gloriaes un alma que contempl a permanentemente a Dios en la fe y en la simplicidad. Es un reflejo del Ser de Dios. Es como un abismo sin fondo donde El puede entrar y expansionarse. Es tamb ién como un cristal, a través del cual, Dios puede irradiar y contemplar sus propias perfecciones y su propio resplandor. Un alma que permite de este modo al Ser di vino satisfacer en ella su necesidad de comunicar todo cuanto El es y todo cuant o posee, es realmente la alabanza de gloria de todos sus dones. Una Alabanza de gloria es, en fin, un ser que vive en estado permanente de acción de gracias. Todo s sus actos, movimientos, pensamientos y aspiraciones, al mismo tiempo que la ar raigan más profundamente en el amor, son como un eco delSa n ctu s eterno. Los Bie naventurados no cesan de repetir, día y noche, en el cielo de la gloria:S a nto, S anto, Santo, el Señor Dios Todopoderoso… y postrándose adoran al que vive por los sigl os de los siglos… (Ap. 4, 8). La Alabanza de gloriaempieza ya a cumplir en el ciel o de su alma el oficio que ha de ejercer en la eternidad. Su canto nunca se inte rrumpe porque vive bajo la acción del Espíritu Santo que actúa en ella. Aunque no teng a siempre conciencia de ello porque la débil naturaleza no le permite permanecer f ija en Dios sin distracciones, ella canta y adora constantemente; vive, por deci rlo así, transformada en alabanza y amor, en un anhelo apasionado por la gloria de Dios. Seamos en el cielo de nuestra alma, Alabanzas de gloria de la Santísima Tri nidad; Alabanzas de amor de nuestra Madre Inmaculada. Llegará el día en que el velo se descorra y seamos introducidas en los atrios eternos. Allí cantaremos en el sen o del Amor infinito y Dios nos dará el nuevo nombre prometido al vencedor(Ap. 2, 1 7) ¿Cuál será? LAUDEM GLORIAE ---------------------------------------------------- CIT AS BIBLIOGRÁFICAS 1.SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico Espiritual, canc. 1, n. 3 2.SAN JUAN DE LA CRUZ,Llama de Amor Viva, canc. 1, n. 9 3.SAN JUAN DE LA CRUZ, I. c., nn. 12-13 4.RUYSBROECK, Livre troisième, p. 118 5.RUYSBROECK, Livre cincuième., pp. 157-159 6.RUYSBROECK, Livre troisième. p. 117 7.RUYSBROECK, Livre premier, pp. 1-2 8.RUYSBROECK, Livre premier, p. 72 9.RUYSBROECK, I. c., p. 74 10.RUYSBROECK, Livre cinquième, pp. 144-145 11.RUYSBROECK, I. c., p. 145 - 75 - 12.RUYSBROECK, I. c., p. 147 13.SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico Espiritual, canc. 28, n. 9 14.RUYSBROECK, Livre premier, p. 64 15.RUYSBROECK, I. c., pp. 64-65 16.RUYSBROECK, Livre cinquième, pp. 151-154 17.RUYSBROECK, I. c., pp. 151-152 18.RUYSBROECK. I. c., pp. 152-154 19.SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico Espiritual, canc. 1, n. 11 20.SAN JUAN DE LA CRUZ,Llama de Amor Viva, canc. 2, n. 34 21.RUYSBROECK, Livre premier, pp. 33-37 22.RUYSBROECK, Livre premier, p. 68 23.RUYSBROECK, I. c., p. 67 24.RUYSBROECK, I. c., pp. 68-69 25.RUYSBROECK, I. c., pp. 66 y 70 26.RUYSBROECK, Livre cinquième, p. 157 27.RUYSBROECK, Livre troisième, p. 113 28.RUYSBROECK, Livre premier, p. 48 29.Sor Isabel adopta la expresión femenina por dirigirse a su hermana Margarita Ca tez 30.Sor Isabel emplea la forma gramatical femenina por referirse a su hermana 31.Escribe “Hija mía” porque aplica el texto sagrado a su hermana Margarita 32.RUYSBROECK, Livre cinquième, p. 169 33.RUYSBROECK, I. c., pp. 169-170 34.RUYSBROECK, Livre troisième, pp. 97-100 35.RUYSBROECK, Livre septième, p. 224 36.Sor Isabel hace resaltar el plural por referirse a ella y a su hermana Margar ita 37.SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico Espiritual, canc. 38, nn. 2-3