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Resulta sorprendente encontrarse con que muchos de los temas actuales de debate en
diversos países, sobre la naturaleza y los alcances de la función judicial de aplicación del
derecho, así como la justificación de las decisiones judiciales, hayan sido abordados con
toda claridad desde la década de los años cincuenta del siglo XX, entre otros, por la obra
de Luis Recaséns Siches. Pareciera ser que sus ideas hubieran dado una enorme y lenta
vuelta al mundo y regresaran hasta nuestros días a México, con una apariencia fresca y
lozana.
La realización práctica del derecho por parte de los jueces, que se ha disfrazado por
mucho tiempo como un campo de aplicación de la lógica formal, está en realidad cubierta
por la lógica de lo razonable que constituye la tesis central de la obra de Recaséns Siches.
En los párrafos siguientes, mostraremos un panorama de los temas y las ideas que sirven
de apoyo al autor mencionado para su exposición de la lógica de lo razonable, que si bien
no es en estricto sentido una teoría de la argumentación, sí, en cambio, aporta importantes
elementos para lo que podrían ser considerados como los fundamentos de ésta.
Recaséns inicia su obra235 señalando que la filosofía jurídica del siglo XX ha permitido
aclarar problemas de la teoría del conocimiento jurídico, las cuestiones sobre la realidad
del Derecho e interrogantes sobre lo que debiera ser éste. No obstante lo anterior, estos
logros no han tenido influencia notable en la evolución progresiva del derecho de nuestra
época, tal y como lo hicieron en su momento corrientes filosóficas como la que surgió a
partir de la promulgación del Código de Napoleón en 1804. 236
La filosofía jurídica académica ha jugado en varios momentos diversos papeles, como han
sido suministrar una justificación valorativa del Derecho vigente, y métodos
235
Recaséns Siches, Luis. Nueva Filosofía de la Interpretación del Derecho, 3ª edición, México, Porrúa,
1980.
236
Ibid., pp. 1-4
2
encaminados al estudio de éste, así como también para ofrecer a la práctica jurídica
aclaraciones pertinentes. Asimismo, también ha abierto caminos para el
desenvolvimiento progresivo del derecho. 237
Si bien existen diversos parámetros de tipo histórico, geográfico o técnico, para distinguir
entre sí los sistemas y ordenamientos jurídicos de los países y regiones del mundo, los
problemas prácticos a los que éstos se enfrentan son comunes, tales como: 239
Convertir los términos generales de la ley en una norma singular y concreta para el
caso debatido.
Las pautas de actuación judicial ante los resultados injustos de la aplicación de una
norma considerada como válida.
Los procedimientos para resolver los casos respecto de los cuales no existe
aparentemente una norma jurídica aplicable.
Recaséns señala la existencia de una filosofía jurídica que comúnmente se enseña en las
universidades, a la cual se refiere como filosofía del Derecho académica, que se encarga
de los temas filosóficos generales que inciden en el ámbito del derecho, pero que no es
toda la filosofía jurídica. Por otro lado, afirma la existencia de lo que califica como una
filosofía no académica del Derecho, surgida principalmente por los problemas de la
interpretación del derecho que tienen incidencia sobre todo en el proceso judicial. 243
240
Ibid., pp. 13-14
241
Ibid., p. 15
242
Ibid., p. 17.
243
Ibid., pp. 18-22.
4
diversos, entre las que se incluyen importantes estudios producidos por los propios jueces
que se enfrentan día con día a los problemas de la aplicación práctica del derecho. 244
Los trabajos que integran el sector de la filosofía no académica del Derecho tienen en
común varios elementos, entre los que se encuentran: 245
En opinión de Recaséns "… todas esas doctrinas han cobrado clara conciencia de una
serie de problemas que habitualmente habían sido o soterrados, o disfrazados, o
escamoteados, o no subrayados suficientemente, por muchas de las corrientes de la
Filosofía jurídica académica…. El mérito principal de esas aportaciones: la sinceridad con
que han destacado los problemas de la interpretación y del proceso judicial." 246
244
Para consultar la lista de éstos ver Ibid., p. 21.
245
Id.
246
Id.
247
Ibid., p. 22
5
Como lo señala el autor que comentamos, no se trata de situar al juez sobre el derecho
positivo, sino de desentrañar la naturaleza de su función, el ámbito y la índole de sus
facultades.
Recaséns plantea un reclamo persistente desde hace mucho tiempo con relación al papel
de la lógica deductiva en el campo del derecho; al respecto, señala que la creación,
funcionamiento e individualización del derecho no es un proceso puramente lógico, las
sentencias y las decisiones de aplicación del derecho no puede ser explicadas con las
herramientas de la deducción lógica. 249
A esto se suma la conciencia valoradora que aprueba y justifica los casos en que se
quebrantan las leyes de la lógica deductiva en el ámbito jurídico. Estos dos aspectos han
servido de apoyo a las distintas formas y trincheras desde las cuales se ha conformado la
ofensiva contra lógica formal en el ámbito jurídico.
248
Ibid., pp. 23-24.
249
Ibid., p. 26
6
al contenido concreto de las normas. Tampoco debe entenderse la propuesta en
detrimento de los avances en la axiología, la lógica y la ontología jurídicas; 250 tanto la
teoría del derecho como la lógica jurídica se ocupan de esencias necesarias y universales.
Recaséns hace un esfuerzo notable en analizar y presentar de manera sintética los puntos
centrales de numerosas posturas, que en distintos momentos y desde ángulos diversos,
han criticado la aplicación de la lógica deductiva en la creación e interpretación del
Derecho.251
Lo que es importante destacar es la valoración conjunta que hace Recaséns sobre las
diversas posiciones que conforman la ofensiva contra la función de la lógica tradicional
en la interpretación jurídica. Al respecto, señala que un aspecto común es que la lógica
cuya aplicación es criticada en al campo del derecho es la lógica tradicional, la de carácter
puro, matemático, o en sus métodos que sirven para conocer y explicar fenómenos de la
naturaleza.
250
Ibid., pp. 27-32
251
Para consultar las diversas posturas ver Ibid., pp. 33-130
252
Ibid., p. 131
253
Ibid., p. 132
7
por lo que habrá que explorar otros sectores de la razón para determinar donde y cómo
podemos hallar la respuesta correcta.
Señala Recaséns apoyándose en la ideas de Ortega y Gasset, que tal razón jurídica
material debe ser una especie de razón vital e histórica, o mejor una lógica de la acción, 254
no se trata pues de algo irracional, sino que es comprensión más que descripción de los
fenómenos. “... Lo que importa es percatarse de que el reino de lo humano es siempre el
campo de la acción, no predeterminada forzosamente de un modo unilateral, el reino de la
acción en la que el sujeto decide dentro de un cierto margen de libertad”. 255
En este contexto las normas no son otra cosa que un pedazo de vida humana objetivada,
no importa si su origen es consuetudinario, legislativo, administrativo o judicial, “... una
norma jurídica encarna un tipo de acción humana que, después de haber sido vivida o
pensada por el sujeto o los sujetos que la produjeron, deja un rastro o queda en el recuerdo
como un plan, que se convierte en pauta normativa apoyada por el poder jurídico, es
decir, por el Estado”.256
Las normas pueden o no atenderse o hacerse cumplir, pero en cada caso en que son
observadas o re-vividas por las personas o las autoridades, adquieren nueva vida,
cambian, se transforman y evolucionan. 257 Esto se encuentra a tono con la adquisición de
nuevos sentidos y alcances diversos que las normas van adquiriendo con el tiempo y sus
actos de aplicación.
254
Ibid., p. 133
255
Ibid., p. 134
256
Ibid., p. 135
257
Ibid., p. 136
8
En tal sentido, las normas son objetivaciones vitales, lo cual no se debe perder de vista al
momento de su interpretación y aplicación, de ahí que la lógica que debe ser utilizada
para tales efectos no es la misma que se aplica a los fenómenos físicos o biológicos, sino
una lógica de lo humano.258
258
Ibid., pp. 137-140.
259
Ibid., p. 141.
260
Id.
261
Ibid., p. 143
262
Ibid., p. 144.
9
error de la traspolación del logos matemático al campo de los contenidos jurídicos, a lo
que dedicaremos los párrafos siguientes.
Para Recaséns la errónea traspolación del logos matemático a los contenidos de las
expresiones del derecho se remonta al pensamiento griego antiguo, con las pretensiones
de la búsqueda de principios inmutables, generales, universales y necesarios,
ejemplificados y liderados por el razonamiento matemático, dejando de lado aquello
singular, concreto y, por lo tanto, variable. 263
Si bien tales ideas tuvieron una influencia notable e indudable en la teoría de la voluntad
general de Rousseau, sentando principios axiológicos a favor del bien común a costa del
bien individual, su posterior utilización en áreas más concretas como la interpretación e
individualización "… constituye un tremendo salto mortal, que ha tenido fatales
resultados en el siglo XIX y aun en parte del siglo XX. Esta fue la transposición llevada a
263
Ibid., pp. 144-145.
10
cabo, al menos en parte, por el legislador francés al promulgar el código, y sobre todo
por los juristas posteriores".264
Uno de los principales factores que determinaron tal transposición fue la postura
posrevolucionaria que consideró al Código de Napoleón como expresión del Derecho
natural, absoluto, universal y eterno. En lugar de ser simplemente un Derecho positivo,
histórico y, por lo tanto, mutable y capaz de evolucionar.
Si bien esa no fue, al menos expresamente, la postura del legislador, sí, en cambio, fue la
posición adoptada por los operadores del ordenamiento en las décadas posteriores. Thiers
en su momento exclamó algo que ejemplifica claramente lo anterior: !Código inmortal,
resumen de la moral universal, arca santa digna de un respeto religioso!.265
De esta forma, las normas del Código fueron considerados como dogmas incontestables,
irrefutables y verdaderos, de los cuales simplemente había que derivar a partir de los
hechos del caso concreto, las consecuencias jurídicas previstas en aquél. Ese fue el inicio
del culto a la lógica pura de tipo matemático en la individualización del derecho,
insensible a las consecuencias de su aplicación rígida.
Como puede observarse, de la mano del Derecho natural racional vino la lógica formal
como la herramienta para resolver los problemas jurídicos, asimilados a un problema de
tipo matemático a tal grado, que el jurista requerido a llevar a cabo esta labor era
considerado un verdadero geómetra. Así lo señalaba M. Liard: "el Derecho es la ley
escrita… los artículos del Código son teoremas, respecto de los cuales se trata de
demostrar su mutuo enlace, y de extraer sus consecuencias. El jurista puro es un
geómetra: la educación puramente jurídica es puramente dialéctica. La gran tarea del
magistrado o del abogado consiste en desenredar los hilos de los asuntos y, en relacionar
264
Ibid., p. 153
265
Id.
11
los elementos de éstos con tal o cual de las reglas enunciadas por las leyes. Esta tarea, en
suma, consiste en la resolución de un problema." 266
En este punto Recaséns hace una aclaración muy pertinente, afirma que no se trata de una
crítica a la formulación abstracta de la ley o la formación de conceptos también abstractos
por parte de la ciencia jurídica, sino considerar como entidades de razón pura lo que son
sólo ensayos humanos de valoración; considerar como teoremas aquello que debe ser
tratado como instrumentos para la acción práctica; hacer de los conceptos mandatos
inflexibles y, peor aún, convertir meras hipótesis en proposiciones definitivas.267
Algunos juristas a mediados del siglo XVIII pretendieron sistematizar, bajo la influencia
del pensamiento matematizado, la doctrina del Derecho positivo y la jurisprudencia, no
obstante lo infructuoso de dicha tarea, hay que considerar de igual manera que el
pensamiento y la prácticas jurídicas se habían desenvuelto hasta entonces en un plano
distinto, de carácter retórico, abordando cada aspecto de un problema concreto sobre la
base de aquello que fuera más convincente, lo que moviera más las emociones a favor de
una determinada causa, aquello que resultara eficaz y práctico y, por lo tanto,
indiscutiblemente fuera de la certeza meridiana de tipo matemático. 268
Tal como afirma Recaséns: "Los más grandes juristas, lo mismo jueces que legisladores,
frente a una cuestión debatida, emplearon ese tipo de pensamiento: analizar el problema
en cada uno de sus lados, componentes, implicaciones axiológicas, efectos prácticos,
significaciones en vista de determinados propósitos, orientación hacia ciertas metas".269
266
Citado por el propio Recaséns, Ibid., p. 155
267
Ibid., p. 157
268
Ibid., pp. 159-161
269
Ibid., p. 161
12
2.4.4.4. Crítica del uso de la lógica matemática en la interpretación material del
derecho.
Condensando parte de las ideas anteriores, algunos puntos relevantes sobre el fracaso de
la lógica tradicional para dar cuenta de la interpretación jurídica son los siguientes: 270
1) La manía por lo general impide tomar en cuenta los elementos de cada caso concreto y
no permite arribar a la norma individualizada adecuada a éste.
2) Al servir para conocer las ideas y los fenómenos de la naturaleza, regidos por
relaciones de causalidad, no proporciona elementos axiológicos, ni puede dar cuenta de
relaciones entre fines y medios, ni de los elementos que proporciona la experiencia vital e
histórica.
El ámbito de la razón que tiene aplicación en campos como el derecho, era reconocido
incluso por Aristóteles, cuando hacía la diferencia entre la razón científica y la razón
calculadora, la primera permitía deliberar sobre cosas que “no pueden ser de otra
manera”, mientras que la segunda se ocuparía de cuestiones que por su naturaleza admiten
diversas perspectivas y puntos de vista, en las que hay que ponderar o evaluar. Esta
segunda categoría no escapa a la razón, pero no es aquella de tipo riguroso y exacto, sino
el logos de lo humano, de lo razonable. 271
Un ejemplo muy claro, al cual recurre para ilustrar lo anterior, es la anécdota tomada de
Petrasyski, que expone Radbruch, sobre el caso de una persona que en Polonia pretendía
abordar un tren acompañado de un oso, siendo que en la estación ferroviaria había una
señalización que prohibía la entrada con perros; la interpretación de la disposición, de
270
Ibid., pp. 163 y ss
271
Ibid., p. 164
13
conformidad con los cánones de la lógica formal, llevaría a aceptar que el oso no está
contemplado en el concepto “perro” y, por lo tanto, la prohibición no aplica en este
caso.272
No obstante lo anterior, el sentido común indica que hay diversas razones para que, si
bien está prohibida expresamente la entrada al andén únicamente con perros, se pueda
invocar el contenido de la misma disposición para evitar, por mayoría de razón, la entrada
con animales diversos a los perros, pero que por su naturaleza puedan causar las mismas o
peores inconveniencias que éstos. 273 Tales razones vienen dadas precisamente por el logos
de lo razonable aplicado a la determinación del contenido, esto es, lo que ordenan,
prohíben y permiten las normas jurídicas.
Así, mediante el uso de la lógica formal es posible afirmar que no puede existir un
derecho subjetivo sin un correspondiente deber jurídico correlativo; que dos situaciones
pueden o no ser idénticas en atención al principio de identidad y no contradicción; o
cuantificar o medir fenómenos o cosas perceptibles por los sentidos. 275
Por otra parte, tanto la lógica formal como la lógica de lo razonable comparten los
mecanismos de deducción, cuando se trate de fenómenos naturales y de problemas
jurídicos prácticos, pero los postulados básicos para realizar las correspondientes
inferencias o las respectivas premisas son completamente diferentes. 276
272
Ibid., p. 165
273
Ibid., pp. 166-167
274
Ibid., p. 175
275
Id.
276
Id.
14
La lógica de lo humano se apoya en la jerarquía de valores y en los juicios estimativos
derivados de ésta, además de consideraciones sobre la congruencia entre fines y medios
para conseguirlos, a partir de la experiencia de la razón vital e histórica. 277 De esta
manera, la propuesta de Recaséns se dirige a dotar a jueces y abogados, por una parte, de
las herramientas que les permitan determinar adecuadamente el derecho positivo aplicable
a una determinada conducta, hecho u omisión y, por la otra, brindar a los primeros nuevos
causes para que no sigan ocultando la verdadera naturaleza razonable de su labor, bajo
una aparente construcción silogística en ocasiones en pugna con su conciencia, al
momento de impartir justicia. 278
Esto, por otro lado, también permite superar un aspecto colateral, que se refiere a la
elección entre los diversos métodos de interpretación disponibles hasta ahora,279 pues la
lógica de lo razonable viene a sustituir a la multiplicidad de los métodos ofrecidos, cuya
existencia estaba apoyada en la exigencia de justificación formal de las decisiones
jurídicas: “ante cualquier caso, fácil o difícil, hay que proceder razonablemente,
percatándonos de la realidad y sentido de los hechos, de las valoraciones que se inspira el
orden jurídico positivo, o de las complementarias que produzca el juez en armonía con
dicho sistema positivo, y, conjugado lo uno con lo otro, y lo otro con lo uno, llegar a la
solución satisfactoria”. 280
277
Ibid., pp. 176-177.
278
Ibid., pp. 176-177
279
Ibid., pp. 178-187
280
Ibid., p. 184
281
Ibid., pp. 211-259
282
Ibid., pp. 258-259
15
1) Estar en presencia de una norma vigente, previamente formulada, que resulte
aplicable al caso planteado y que proporcione la solución satisfactoria del mismo.
Aun en esta hipótesis, el juez realiza diversos juicios axiológicos para hallar dicha
norma aplicable, para apreciar los elementos de prueba y calificar jurídicamente los
hechos, y para amalgamar la generalidad y abstracción de la norma, con la
significación de los hechos controvertidos.
2) Estar en presencia de normas de igual jerarquía, respecto de las cuáles se tenga que
elegir a la que sea aplicable al litigio. En estos casos, además de las valoraciones ya
señaladas, “... el juez debe ensayar mentalmente las soluciones que cada una de esas
normas de igual rango, pero de contenido divergente, produciría al ser aplicada al
caso concreto; y elegir entre esas normas aquella que conduce a una solución más
satisfactoria, es decir, más justa”. 283
3) Una situación distinta es aquella en que se identifica una norma aplicable, pero la
proyección anticipada del resultado de su aplicación permite ver que éste se hallaría
en conflicto con los efectos que se pretendía lograr con dicha norma o con los que
se hubieren pretendido si se hubiera tomado en cuenta la situación concreta que se
plantea.
Las consideraciones sobre el papel de la equidad atienden este tipo de problemas. 284
4) Finalmente, hay situaciones en las que habrá que reconocer la ausencia de una
norma aplicable en el Derecho positivo previamente formulado, esto es, que el juez
se halla ante un caso no previsto.
283
Ibid., p. 258.
284
Ibid., pp. 260-276
16
Con este fin, el primer punto que aborda es dejar en claro que las normas jurídicas no son
susceptibles de ser calificadas de "verdaderas" o "falsas", pero sí, en cambio, pueden serlo
desde la perspectiva de la justicia, su eficacia, su compatibilidad con la dignidad de la
persona humana, con criterios de libertad, entre otros parámetros. 285
Las reglas de Derecho, señala Recaséns, "… son instrumentos prácticos, elaborados y
construidos por los hombres, para que, mediante su manejo, produzcan en la realidad
social unos ciertos efectos, precisamente el cumplimiento de los propósitos
concebidos".286 La producción del derecho, transita desde el acto constituyente mismo,
pasando por las reglas legisladas, hasta la norma individualizada en la sentencia judicial o
la decisión administrativa, en un proceso sin solución de continuidad.287
Adicionalmente, hay que considerar que los hechos humanos poseen sentido o
significación y están vinculados a valoraciones, por lo que no son susceptibles de ser
comprendidos ni analizados con los métodos utilizados para la explicación de los
fenómenos de la naturaleza, ni de las ideas puras. 288
1) El entorno que circunscribe a los problemas humanos sociales, esto es, una particular
situación social histórica, integrada entre otros factores: por el acatamiento o adhesión de
las personas de un deteminado grupo a determinadas reglas colectivas de conducta y por
285
Ibid., p. 277
286
Id.
287
Ibid., p. 281
288
Ibid., pp. 281-282
289
Ibid., p. 282
17
los ideales de este grupo, con los que pretenden influir la realidad para reemplazarla por
otra que consideran mejor.290
2) La situación social histórica es la que tienen ante sí los operadores del derecho. Los
sentidos y significaciones que impregnan dicha situación social histórica deben ser
valorados a la luz de determinados criterios, a fin de asignar la importancia que merece
cada uno de ellos.291
3) En una determinada realidad social concreta también tienen lugar esquemas racionales,
que dan cuenta de la adecuación de ciertos medios para la consecución de algunos fines.
4) Otros factores presentes en los problemas humanos, son la jerarquía o diverso rango de
valores y de la realización de los valores de la vida humana, no todos los cuales pueden
ser logrados a través del Derecho. A este respecto, la estimativa jurídica juega un papel
preponderante.
5) Existen valores básicos inspiradores del Derecho como son: la justicia, la dignidad de
la persona, las libertades fundamentales del hombre, el bienestar general, la paz, el orden
y la seguridad. Al lado de estos, se encuentran otro tipo de valores incluidos en la noción
de prudencia.292
290
Ibid., p. 283
291
Ibid., pp. 282-283.
292
Los valores incluidos en la noción de prudencia son, entre muchos otros: 1) la genuina adecuación a la
naturaleza del problema planteado y de los factores y condiciones que se dan en este problema; 2)
congruencia histórica, esto es, apropiado acuerdo con la significación del momento histórico, tanto con su
realidad presente como también con sus proyecciones de futuro, sobre todo del futuro que empieza ya a
anunciarse en las aspiraciones, en los deseos, en los ideales que pugnan por abrirse camino y obtener
realización en la época presente; 3) viabilidad o practicabilidad de las normas (generales o
individualizadas) que vayan a ser establecidas, esto es, máxima probabilidad de eficacia real ponderación
y estimación de los efectos ulteriores que en el inmediato porvenir puedan causar las reglas que sean
emitidas o las decisiones que sean hechas; y, con respecto a este último punto, es necesario tomar en
consideración que los conflictos o desajustes que de momento pudieran quedar resueltos por las normas a
dictar o por las decisiones a emitir no se conviertan después en fuente de males mayores que aquellos que
se intentó remediar; 4) armonía entre un anhelo de progreso y la conciencia de hasta dónde lleguen
efectivamente las posibilidades reales; 5) evitar que la resolución aparentemente satisfactoria de un
problema se convierta en fuente de ulteriores problemas más graves, esto es, en términos populares, que el
tapar un agujero no traiga consigo la apertura de otros hoyos más peligrosos; espíritu de armonía o de
transacción entre los varios intereses contrapuestos, en la medida en que lo permita la justicia; 6)
18
Los valores pertenecientes al concepto de prudencia no son fijos en su número, aumentan
con relación a los problemas concretos en los que se aplican, entre otros, criterios de
sensatez, discreción, cordura, previsión, precaución, plausibilidad. 293
1. Está limitada por la realidad concreta del mundo en el que opera. En el derecho,
está circunscrita al contexto histórico y particular en el cual y para el cual son
creadas las normas jurídicas.
3. Tales valoraciones están referidas a la situación real y concreta del caso de que
se trate.
4. Las valoraciones permiten formular propósitos o fines, los cuales, además, están
condicionados por la realidad humana social concreta en cuestión.
legitimidad de los medios empleados para la consecución de fines justos, pues el empleo de medios
perversos al servicio de fines buenos, priva a los fines de su bondad originaria y los prostituye; 7)
esforzarse por dar satisfacción a la mayor cantidad posible de intereses legítimos con el mínimum de
malgasto o despilfarro y con el mínimo de fricción; 8) respeto en el grado admisible, sin daño de otros
valores más altos, a las expectativas concebidas por trabajos o esfuerzos hechos, o por virtud de la
previsión de un grado muy alto de probabilidad. Ibid., p. 285
293
Id.
19
d) Entre los fines y los medios, en cuando a la conveniencia de los medios
para los fines,
e) Entre los fines y los medios, respecto de la corrección ética de los medios,
y
f) Entre los fines y los medios, en los que se refiere a la eficacia de los
medios.
La producción de los contenidos del Derecho, tanto por vía de disposiciones generales
como de reglas individualizadas, debe regirse por la lógica de lo razonable.
La solución más justa dentro del orden jurídico positivo, está determinada por las
valoraciones y las calificaciones jurídicas que realiza el juez, quien no debe atender tanto
al texto de la disposición, sino a las valoraciones sobre las cuales la regla fue formulada.
Recaséns afirma de manera conclusiva: "La función del juez, en este sentido, aun
manteniéndose como debe hacerlo, dentro de la obediencia al Derecho formalmente
válido es siempre creadora, pues se alimenta de un rico complejo de valoraciones
particulares sobre lo singular, valoraciones que pueden ser llevadas a cabo con la
autoridad solamente o por el órgano judicial o por el administrativo".295
294
Ibid., p. 288
295
Ibid., p. 289
20
jurídico que tiene incidencia en el campo del juez y del legislador. La dimensión más útil
de tales estudios, enfocados al contenido de las normas jurídicas es la relativa a su
carácter deliberativo y argumentativo, esto es, al pensamiento aplicado a la solución de
problemas.296
No obstante, considera como anacrónicos los intentos de revivir las tópicas antiguas,
mismas que poseen un carácter instrumental respecto del pensamiento problemático;
pero lo que es importante es insistir en el diálogo, el debate y la ponderación de
argumentos.
296
Id.
297
Ibid., p. 290
298
Ibid., p. 292-320