Este libro es una crítica marxista a la empresa de entretenimientos de Walt
Disney y a su mundo de fantasías. La tesis de los autores es que este mundo
aparentemente inocente, en realidad es un medio desde el cual Disney pretende instaurar el Capitalismo y el modo de vida de EE.UU. Para el análisis los autores se basan en las historietas “Disneylandia”, “Tío Rico”, “Fantasías” y “Tribilín” que se publicaron en Chile. Plantea como un simple medio de comunicación masivo dirigido a un público infantil, puede ser utilizado para transmitir la ideología de la burguesía dominante, y de este modo, penetrar en el mundo inocente de los niños que irán mermando estas ideas y estas concepciones de mundo. Se le injerta al lector infantil la necesidad de escapismo que siente el hombre contemporáneo, que “necesita soñar con mundos extra sociales y deformadamente inocentes a raíz del agobio de un mundo que él ve como sin salida.” La Industria cultural masiva se muestra como la solución al problema de la alienación del hombre. Tal como el personaje huye de la urbe para divertirse y tener aventuras, que son las que legitimizan la riqueza que posee, así también el lector se evade de sus contradicciones históricas para entretenerse con la revista. El rol de la mujer en el mundo Disney, Los roles desde la visión de Disney muestran la reiterada utilización de prototipos: de los niños, el adulto, la mujer, los pobladores nativos, los buenos y malos. -Los niños de los sectores urbanos tienen forma de niños, pero se comportan como adultos, porque piensan y razonan con madurez adulta. Los adultos nunca se equivocan, y si lo hacen nunca lo reconocen. -La mujer aparece como servidora, como símbolo de belleza, el único poder que tiene es el de la seducción. La única justificación de existencia de la mujer en las historietas es la de convertirse en objeto sexual: inútil, buscado y nunca poseído, se olvida tanto su condición materna como la de compañera solidaria. (pág. 35, 36, 37) -Los nativos son siempre de otras razas y continentes, son primitivos, no tienen tecnología, creen en la magia, son como niños: ingenuos, alegres, felices, confiados, desinteresados y generosos. Así los nativos reemplazan a los “niños” urbanos que a su vez representan a los “adultos”. Se presentan dos modelos que los lectores pueden elegir: ser el niño “buen salvaje” que jamás viaja ni gana nada, o imitar a los sobrinos de Donald, ser astuto, ganar, obtener recompensas, escalar. –Buenos y malos: entre los dominados los que aceptan felices su dominación en la inocencia son los “buenos” y los que atacan la propiedad privada los “malos”. Tanto bondad como maldad se considera como innata, cada cual está inmóvil en su esfera, nunca podrán ascender de estatus social. Los malos son siempre grandes, toscos, de piel oscura, no tiene nombre sino números, no tienen inteligencia, siempre quieren arrebatar el oro que los protagonistas buscan. A pesar de que el oro no tiene herederos, se manifiesta que el único propietario legítimo del objeto es el que se le ocurre buscarlo. Aunque realmente estos ladrones no son un problema, dado que al ser “malos” nunca van a conseguir el tesoro. A pesar de ser la única fuerza conflictiva, existe solo para legitimizar; para dejar en claro que la riqueza debe ser para “el bueno”. –Trabajadores: Según los autores el único que podría ser una amenaza a la riqueza es el proletariado porque puede cuestionar esa legitimidad y necesidad de poseer la recompensa. Dentro de las estructuras de poder encontramos fácilmente a los dominantes y dominados: los que son sometidos, no se quejan, no cuestionan. “Deben ser obedientes, sumisos, disciplinados, y aceptar con respeto y humildad los mandatos superiores. “Los de arriba ejercen la coerción constante” (pág. 29). Ser más viejo, más rico, o más bello da derecho a mandar a los menos afortunados. Cuando se produce una Inversión, es decir las estructuras dominante- dominado no se cumplen, se produce una rebelión, a cargo de los niños o los animalitos. Pero esta rebelión no es para cambiar su condición de sometimiento, sino para que los adultos sean auténticos y cumplan con su lado del contrato. Es decir, los personajes siempre vuelven a ocupar su lugar a las estructuras de poder. Familias y estructuras de poder Al estar ausente el padre se elimina la presencia del poder paterno. La horizontalidad se da entre seres con la misma condición y poder, pero en lugar de ser solidarios entre sí, estos individuos compiten para escalar puestos y llegar a ser dominantes. No se manifiesta amor en las relaciones, ni acciones de cariño o lealtad hacia otro. SÍ existe la caridad o el sentimiento de lástima. Las relaciones son generalmente comerciales. Hasta en una relación como la Mickey y Pluto: en un episodio el ratón se queja de cuánto dinero le ha costado una travesura de su perro, en fin, parece que todas las relaciones, más allá del afecto, pasan por la plata gastada y /o conseguida. Producción: En el universo de Disney se trata de quitar todo rasgo de producción: tanto biológica como económica. Con el término Producción Biológica se refiere a que se presenta un mundo “sexual asexuado”, donde los progenitores no existen. Las relaciones familiares entre los personajes son de tíos-sobrinos, primos, abuelos-nietos, pero los padres están excluidos de este mundo para así suponer que el personaje no tiene historia; les quita memoria a los personajes, no son productos históricos. Por lo tanto, si nunca nació, nunca morirá. Y con Producción Económica se refiere a que en el mundo Disney el proletariado ha sido eliminado. Todos los empleos que se muestra en la revista son de carácter primario y terciario, pero nunca secundario. Todos venden y consumen sin esfuerzo objetos que aparecen de forma mágica: el origen humano del producto ha sido suprimido. Esto le sirve a la burguesía para eliminar las luchas de clases y el antagonismo de intereses en el mundo Disney. Se acumula la riqueza sin enfrentar su resultado, dado que no hay un obrero a quien retribuirle. Sin el proletariado en este mundo no hay clases sociales, y, por ende, tampoco antagonismo. Por medio de estas historietas, la clase burguesa da a entender que, si ellos tienen el capital y son los dueños de los medios de producción ahora, no es porque alguna vez hayan explotado a alguien, se afirma que el origen de la riqueza del capitalista surgió de esta misma forma, que sus ideas siempre le dieron la ventaja en la carrera hacia el éxito. Los intereses capitalistas se muestran en las historietas con la compulsión que tienen los personajes en comprar y vender permanentemente. Es lo que hace que el capitalismo funcione: “hay que comprar para que el sistema se mantenga, tirar los objetos y comprar el mismo objeto, levemente diferenciado, mañana.” Se manifiesta la falta de necesidad: no se trabaja, no se tiene dinero, pero siempre están consumiendo. El trabajo no les hace falta y siempre que poseen dinero es gastado en cosas superfluas, como regalos, vacaciones, televisores, etc. Tampoco es problema conseguir trabajo porque la oferta supera de lejos a la demanda, tal como el consumo rebasa la producción. Así se ve como Disneylandia es el mundo perfecto para la burguesía. El trabajo se ve bajo la forma de la aventura, el personaje siempre tiene que superar muchos obstáculos antes de ganar el premio – que puede ser oro, riqueza o una mujer-. La constancia y la valentía es lo que importa, la mala fortuna es necesaria para que la buena fortuna pueda premiarlo al final. En el caso de Donald, él es un inútil y por su torpeza lo despiden de todos los trabajos que consigue. Él siempre apela a lo fácil, donde tenga que realizar el menor esfuerzo. A pesar de que lo humillen él no puede quejarse, con su comportamiento Donald representa a todos los trabajadores que deben imitar su sumisión. Él no puede pedir más de lo que le dan, porque al ser un inútil reciba lo que reciba es demasiado. En este mundo siempre se busca el prestigio, destacarse de los demás. Esto significa el fin del camino del sufrimiento, el término del trabajo que lo lleva a la fama. Es imprescindible ser transmitido por los medios masivos de comunicación, y reconocido por la opinión pública. Los medios de comunicación se muestran como necesarios e incuestionables. Uno de los símbolos de reconocimiento que más aparecen son las estatuas. “Si el personaje puede conseguir representarse en un monumento público, habrá alcanzado la perduración.” Falsa democracia Además, se ataca a Disney por su “fachada de democratísimo” dado que en sus publicaciones incorpora determinados temas para dar la apariencia de que sus publicaciones son democráticas: “recogen tanto las debilidades del sistema como sus excelencias”. Pero, aunque traten en su revista temas que ellos definen como “sociales” en realidad están encubriendo otros. Las críticas que hace son las ya aceptadas por el público, esas que nadie niega. La crítica ha sido incorporada para darle una falsa perspectiva pluralista. Las contradicciones del sistema sirven para aparentar un movimiento que no es tal. En cambio, los revolucionarios son tratados en la revista como individuos en contra de la ley y el orden que actúan en nombre de la tiranía, la dictadura, el totalitarismo. Y además se plantea como solución la importancia del estado militarizado -la armada, por ejemplo – Los manifestantes son expuestos como personas con ideologías imprecisas, casi incoherentes, y poco sólidas, es por eso que, en un episodio, un grupo de manifestantes que proclaman la paz cambian de opinión y olvidan rápidamente su causa al presentarse Donald con un puesto de limonada. Imperialismo En cuanto a la Relación Imperialista, se ve en la aparición de otros pueblos, los subdesarrollados a los que se trata como niños, allí se evidencian las relaciones de hegemonía: los nativos, aceptan la autoridad extranjera sin oponer resistencia. Se repiten las mismas prácticas Imperialistas que realizaron los colonizadores en los “mundos nuevos” que iban descubriendo: intercambian una baratija producto de la superioridad técnica y se llevan el oro. El imperialismo extractor y el país mono productor de materias primas, dominantes y dominados. De todos modos, el saqueo imperialista y la sumisión colonial no aparecen como tales porque al no haberles dado a los nativos el privilegio del futuro y del crecimiento, todo saqueo no es tal: el pobre es feliz con la vida simple, el rico con su dinero tiene problemas y preocupaciones.“Hay que saquear a los pobres, a los subdesarrollados, sin sentimiento de culpa. (…) El imperialismo se permite presentarse a sí mismo como vestal de la liberación de los pueblos oprimidos y el juez imparcial de sus intereses.” (pág. 65, 66). “Para leer al Pato Donald” es un instrumento político que denuncia la colonización cultural que se llevó a cabo en toda Latinoamérica. Donald es la metáfora del pensamiento burgués que penetra en el mundo infantil a través de los canales de formación de su estructura mental y se reproduce en estos simpáticos personajes, como Donald, los sobrinos, Mickey y Tío Rico. Disney es el reproductor de la ideología dominante, uno de cuyos instrumentos más eficaces lo constituyen los medios de comunicación de masas. Enfrentar la vida desde los avances de los tiempos modernos. No cabe duda que las primeras grandes maquinarias que existieron en las empresas fueron un gran aporte a la producción comercial, pero, sin embargo, los más desfavorecidos fueron los obreros y la explotación laboral por la que tuvieron que pasar. A raíz de insertar estas maquinarias fue donde se produjo el mayor desempleo de la época, donde hubo bastantes marchas de obreros haciéndose partícipes de los acontecimientos que pasaban en aquel momento, alzando la voz para crear cambios en la triste realidad por la que estaban pasando. Y, por otro lado, otro aspecto a relucir desde la protagonización de Chaplin fue lo difícil de obtener alimentos en el día a día y conseguir la casa propia que anhelaba junto con su acompañante, pero, a pesar de todas las dificultades, no se rindieron en querer transformar sus vidas, aferrándose a seguir adelante a pesar de las circunstancias por las que estaba pasando la época. En conclusión, los efectos negativos que causó la revolución industrial fueron la explotación laboral, las marchas desencadenadas por el desempleo y lo difícil que era obtener alimentos y una vivienda digna para los esforzados trabajadores que vivían con la esperanza de una vida mejor.