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Capítulo I: 1916

Hipólito Yrigoyen asume la presidencia, quien por primera vez había sido elegido por el voto universal, secreto y
obligatorio. Se coronaba con un régimen electoral democrático. La reforma política se sustentaba en la profunda
transformacion de la economía y la sociedad.

La construcción:

Décadas previas a 1916 había una deficiente organización institucional y la tarea de consolidar el Estado fue
fundamental. Lo primero fue asegurar la paz y el orden, y el efectivo control sobre el territorio. Desde 1862, el Estado
Nacional fue dominado y subordinado a quienes hasta entonces habían desafiado su poder, y aseguró para el Ejército
nacional el monopolio de la fuerza. El Estado afirmó su poder sobre los vastos territorios controlados por los
indígenas. Los límites territoriales del Estado se definieron con claridad y las cuestiones internas se separaron de las
exteriores.

Deliberada y sistemáticamente actuó el Estado para facilitar la inserción de la Argentina en la economía


mundial. Ese lugar implicaba la asociación estrecha con Gran Bretaña. El ferrocarrilcubrió densamente la
pampa húmeda, lo que posibilitó la expansión de la agricultura y de la ganadería cuando los británicos
instalaron el sistema de frigoríficos.

Esa expansión requirió abundante mano de obra y a partir de 1880 las cantidades crecieron
abruptamente. Encontraron la posibilidad de encontrar trabajo y se concentraron en las grandes ciudades,
en la construcción de sus obras publicas y la remodelación urbana; pero al abrirse las posibilidades en la
agricultura, se volcaron masivamente al campo.

La promoción activa de la inmigración solo fue un aspecto del conjunto de actividades que el Estado
desarrolló para estimular el crecimiento económico. El Estado se hizo cargo de lo que se llamó la
"Conquista del Desierto", de la que resultó la incorporación de vastas superficies de tierra apta para la
explotación.

Moldear y organizar una sociedad en formación fue quizá la preocupación principal de la elite dirigente.
En forma progresiva el Estado fue expandiendo su larga mano sobre la sociedad, tanto para controlar su
organización como para acelerar los cambios que aseguraran el progreso buscado. Las leyes de registro
civil y del matrimonio civil impusieron la presencia del Estado en los actos más importantes de la vida
humana (nacimiento, casamiento, muerte)hasta entonces regulados por la iglesia. Pero en la década de
1880,el gran instrumento fue la educación primaria; esta fue laica, gratuita y obligatoria. El Estado asumió
la responsabilidad desplazando a la Iglesia.

Tensiones y transformaciones:

Una honda preocupación por el rumbo de la nación invadía los espíritus mas reflexivos. Parte de los
males se atribuían a la misma elite, su conformismo fácil y su abandono de la tradición patricia y la
conciencia pública. Todos los conflictos sociales y políticos, todo cuestionamiento a la dirección de la elite
tradicional, podían ser atribuidos a los malos inmigrantes incapaces de valorar lo que el país les había
dado. La solución era subrayar la propia raigambre criolla, argentinizar a esa masa extraña y a la vez
disciplinarla. Las mayores preocupaciones provenían de la emergencia de tensiones sociales, de
demandas y requerimientos diversos, generalmente expresados de manera violenta. Comienza la
constitución de todo tipo de asociaciones: la sociedad popular comenzó a tomar forma. La huelga
general y el levantamiento espontaneo eran los instrumentos imaginados para integrar a esa masa
laboral. La agitación social se agudizó hacia 1900 y culminó con las grandes huelgas de 1910, momento
de apogeo del motín urbano y la agitación de masas, y también de la represión.

El sistema político diseñado por la elite empezó a revelar sus debilidades apenas nuevos actores hicieron
oír sus voces. Pasada la agitación política, el radicalismo subsistió durante unos años en estado de
latencia. En 1905 intentó un levantamiento revolucionario, cívico pero también militar que fracasó. Pese al
fracaso revolucionario y a la dura represión afrontada, la UCR empezó a crecer, a conformar su red de
comités y a incorporar a sectores nuevos.
Capítulo II: Los gobiernos radicales. 1916-1930

Crisis social y nueva estabilidad:

El gobierno radical debió enfrentar problemas más concretos, como lo que suscitó en la sociedad
la Primera Guerra Mundial.Las condiciones sociales se agravaron luego por las dificultades del comercio
exterior y de la retracción de los capitales: en las ciudades se sintió la inflación , el retraso de los salarios
reales y la fuerte desocupación. Se conformo así un clima de conflictividad.

Se inició un ciclo breve pero violento de confrontación social que alcanzó su momento culminante  en
1919 y se prolongó hasta 1923. Las huelgas comenzaron a multiplicarse en las ciudades impulsadas
sobre todo por los grandes gremios del transporte.

La semana trágica aumentó el número y la intensidad de las huelgas. El gobierno abandonó sus
veleidades reformistas y retomó los mecanismos clásicos de represión.

El fin de la lucha gremial intensa, la reducción de la sindicalización y el debilitamiento de la Unión Sindical


Argentina dan testimonio de la atenuación de los conflictos sociales. Por su parte, el Estado manifestó
pleno reconocimiento del actor gremial: propuesta de regímenes jubilatorios, regulación del trabajo de
mujeres y niños y establecimiento del primero de mayo como feriado nacional.

La sociedad argentina venia experimentando cambios profundos. Se reanudó la inmigración pero


población ya se había nacionalizado sustancialmente. La acción sistemática de la escuela pública había
generado una sociedad fuertemente alfabetizada. Crecieron los grandes diarios, las variadas necesidades
de información y entretenimiento fueron satisfechas por los magazines. En una sociedad ávida de leer,
estas publicaciones eran vehículo eficaz de diversos mensajes culturales y políticos. La expansión de la
cultura letrada formó parte del proceso de movilidad social.

-Reforma Universitaria (1918): Las universidades, cuyo propósito era formar profesionales, eran por
entonces socialmente elitistas. Muchos jóvenes estudiantes quisieron abrir sus puertas, remover viejas
camarillas profesorales y vincular la universidad con los problemas de la sociedad. La agitación estudiantil
fue muy intensa y coincidió con lo más duro de la crisis social. Los reformistas recibieron el importante
apoyo de Yrigoyen, lograron que se incorporaran representantes estudiantiles al gobierno de las
universidades, que se desplazara a algunos de los profesores más tradicionales y que se introdujeran
nuevos contenidos y prácticas. El reformismo universitario fue expresión de un movimiento de apertura
social e intelectual.

Cambios en las formas de vida: las mujeres aspiraron a trabajar y estudiar, la progresiva reducción de la
jornada de trabajo aumento el tiempo libre disponible. El Teatro había llegado a su apogeo, el tango fue
aceptado por la sociedad, el cine ejerció una fuerte atracción. Así, los nuevos medios de comunicación
multiplicaban su influencia sobre las formas de vida y sobre las actividades y los valores de esta sociedad
expansiva.

La economía en un mundo triangular:

Con la primera guerra mundial terminó una etapa de la economía argentina: la del crecimiento
relativamente fácil. Desde 1914 se ingresa en un mundo más complejo en el que el futuro era incierto.

La guerra puso de manifiesto en forma aguda un viejo mal: la vulnerabilidad de la economía argentina,
cuyos nervios motores eran las exportaciones, el ingreso de capitales, de mano de obra y la expansión de
la frontera agraria.  La guerra afectó las cantidades y los precios de las importaciones. Las exportaciones
agrícolas sufrieron primera el problema de la falta de transportes, pero, acabado el conflicto, el exceso de
oferta en todo el mundo y la existencia de excedentes agrícolas permanentes.

La principal novedad fue la fuerte presencia de Estados Unidosque ocupó los espacios dejados libres por
los países europeos derrotados en la guerra. La expansión económica de Estados Unidos en 1920 se
manifestó en un fuerte impulso exportador de automóviles, camiones y neumáticos, maquinaria agrícola e
industrial.
La vieja relación con Gran Bretaña se sostenía sobre bases mínimas. La Argentina era parte de un
triangulo económico mundial. La situación cambio bruscamente a fines de 1920 cuando los gobiernos
europeos cortaron sus  compras y los precios y volúmenes se derrumbaron. La guerra había puesto en
evidencia la precariedad del financiamiento del Estado.

Difícil construcción de la democracia:

Los comités fueron cubriendo a la sociedad a medida que la práctica electoral se convertía en rutina. El
propio gobierno utilizó comités para desarrollar algunas políticas sociales masivas. Se formó al nuevo
ciudadano, educado y consciente de sus derechos y de sus obligaciones. El crecimiento de los partidos
da la medida del arraigo de la nueva democracia.

La UCR demostró una preocupación muy moderna por adecuar sus ofertas a las cambiantes demandas
de la gente.

En 1922, Alvear limitó la creación de nuevos empleos públicos y aceptó las funciones de control que
institucionalmente le correspondían al Parlamento. A fines de 1923, Alvear pareció inclinarse
decididamente por el grupo opositor. La división del radicalismo se profundizó: en 1924 presentaron listas
separadas y pronto constituyeron dos partidos diferentes. La derecha conservadora estaba por entonces
totalmente volcada a impedir el retorno de Yrigoyen, en quien veían encarnados los peores vicios de la
democracia. La adhesión manifiesta del general Uriburu permitía sin duda alentar las esperanzas de un
golpe militar regenerador. Las expectativas de los nacionalistas con las Fuerzas Armadas eran
exageradas. Las Fuerzas Armadas estaban ocupando un lugar cada vez mas importante en el Estado y
se convertían en un actor político de consideración.

La vuelta de Yrigoyen:

Yrigoyen utilizó la bandera de la nacionalización del petróleo. Da la impresión de que de alguna manera el
petróleo aparecía como la panacea que aseguraría la vuelta a la prosperidad; podría asegurarse el
bienestar de los sectores propietarios, del Estado y de la sociedad.

En 1929 la caída de las exportaciones y el retiro de los fondos estadounidenses afectaron a las empresas
ferroviarias y marítimas. Fuerte inflación, reducciones de sueldos y despidos. Las discusiones giraban
acerca de si se buscaría una solución institucional o si se apelaría a una intervención militar.

En 1930 se produce un golpe de Estado.

Capítulo III: La restauración conservadora 1930-1943

En 1930 el general José Feliz Uriburu asumió como presidente provisional y en 1932 transfirió el mando al
general Agustín P. Justo. El episodio muestra la incertidumbre en que se debatió el gobierno provisional,
vacilantes entre la "regeneración nacional" o la restauración constitucional.

Regeneración nacional o restauración constitucional:

La incertidumbre era común a todos los sectores que habían concurrido a derribar el gobierno de
Yrigoyen y a interrumpir la continuidad institucional. Para los protagonistas de la revolución, ésta se había
hecho contra los vicios atribuidos a la democracia, pero una vez depuesto Yrigoyen, no había acuerdo
sobre qué hacer, y las clases propietarias, así como el Ejercito, vacilaban entre diversas propuestas.
Uriburu hizo lo posible por apoyar a los nacionalistas, reclamando una reforma institucional. Pero su poder
y su habilidad política eran escasos.

Los nacionalistas habían acabado de conformar su discurso, que pronto emplearon para apelar al


Ejército. Reclamaban por la vuelta a una sociedad jerárquica, no contaminada por el liberalismo,
organizada por un Estado corporativo y cimentada por un catolicismo integral. Reclamaban la constitución
de una nueva minoría dirigente, nacional y no enajenada al extranjero, que confiaban encontrar entre los
militares.

En noviembre de 1931, la formula encabezada por Justo obtuvo un triunfo.

Intervención y cierre económico:

Cesó el flujo de capitales, los precios internacionales de los productos agrícolas cayeron fuertemente, los
ingresos del sector agrario y de la economía se contrajeron mucho. Como el gobierno optó por mantener
el servicio de la deuda externa debieron reducirse en forma drástica tanto las importaciones como los
gastos del Estado.

A mediados de 1933, se avanzó por un rumbo más novedoso: la creciente intervención del Estado, el
cierre progresivo de la economía y el reforzamiento de la relación con Gran Bretaña.

En 1935, se creó el Banco Central, cuya función principal era regular las fluctuaciones cíclicas de la masa
monetaria, evitando la escasez y poder controlar la actividad de los bancos privados. El cierre creciente
de la economía, los aranceles y la escasez de las divisas creaban condiciones adecuadas para sustituir
los bienes importados por otros producidos localmente.

La presencia británica:

Gran Bretaña optó por reconcentrarse en su imperio y se propuso defender sus antiguos mercados. Se
decidió reducir en un tercio las compras de carne congelada argentina. Se trataba de un punto extremo
sensible para la Argentina. El gobierno argentino poseía un arma decisiva: la política arancelaria y el
control de cambios permitían discriminar las importaciones y regular el monto de las divisas que sería
utilizado para pagar el servicio de la deuda británica.

Un frente popular frustrado:

Pese a sus éxitos en lo económico, el régimen presidido por Justo fue visto como ilegitimo, fraudulento,
corrupto y ajeno a los intereses nacionales. Se hicieron evidentes los signos de una creciente movilización
social y política.

Desde 1933, la recuperación económica y la reorientación industrial empezaron a hacerse notar. La


desocupación fue en forma gradual absorbida y empezó lentamente el movimiento de migrantes de zonas
rurales hasta los grandes centros urbanos, atraídos por el nuevo empleo industrial.

La actividad sindical resurgió hacia 1934. Los empleados de comercio lograron una ley que establecía la
licencia por enfermedad y la indemnización por despido. La jornada de trabajo se redujo progresivamente
y en algunas actividades se instrumentaron sistemas de jubilación.

Entenderse directamente con uno de los actores principales de la sociedad formaba parte de la estrategia
general del Estado intervencionista. Reconocer la importancia del Estado y hacer de él su interlocutor
principal constituía también una tendencia muy fuerte entre los dirigentes sindicales.

La guerra y el "frente nacional":

La guerra mundial que se desencadenó en 1939 cambió gradualmente el panorama político. El primer
impacto lo produjo sobre las relaciones comerciales y económicas con Gran Bretaña y Estados Unidos. El
progresivo cierre de los mercados europeos redujo drásticamente las exportaciones agrícolas, pero en
cambio aumentaron mucho las ventas de carne a Gran Bretaña.
1940: El Plan de Reactivación económica proponía, como salida a las dificultades generadas por la
guerra, insistir en la compra de las cosechas por parte del Estado, para sostener su precio, y a la vez
estimular la construcción pública y privada capaz de movilizar muchas otras actividades, sobre todo,
remarcar la importancia de estimular la industria. Se trataba de una operación compleja que modificaba
los términos de la relación triangular y apuntaba a una inserción sustancialmente distinta de la Argentina
en la economía mundial. Requería de una firma orientación por parte del Estado y de un desarrollo mayor
de sus instrumentos de intervención. Su fracaso fue político antes que económico. Los radicales habían 
decidido bloquear cualquier proyecto oficial como una forma de repudio a la nueva orientación fraudulenta
del gobierno de Castillo.

Bajo el gobierno de Castillo, la presencia de los militares fue cada vez más visible. Rápidamente las
Fuerzas Armadas se constituyeron en un actor político. Un elemento central del nuevo perfil fue el
desarrollo de una conciencia nacionalista.

La guerra estimuló preocupaciones de tipo económico, pues la defensa requería de equipamiento


industrial. La guerra demandaba un Estado activo y eficiente, capaz de unificar la voluntad nacional.
También era importante el papel del Estado en una sociedad que seguramente sería acosada en la
posguerra por agudos conflictos: la reconstitución del Frente Popular y la presencia en las calles de
Partido Comunista; y para enfrentarlo se requería orden y paz social.

Capítulo IV: El gobierno de Perón 1943-1955

El gobierno militar que asumió en 1943 fue encabezado por Farrell. El coronel Juan Domingo Perón logró
concitar un vasto movimiento político en torno de su persona, que le permitió ganar las elecciones de
1946. Perón completó su periodo de seis años y fue reelecto en 1951, para ser derrocado por un golpe
militar en septiembre de 1955.

La emergencia:

Los militares en el gobierno coincidían en la necesidad de acallar la agitación política y la protesta


social: proscribieron a los comunistas, persiguieron a los sindicatos, intervinieron las universidades y
establecieron la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas.

El régimen militar era autoritario, antiliberal y mesiánico, obsesionado por la fundación de un orden social
nuevo y por evitar el caos del comunismo que sería la secuela de la posguerra.

Peón sobresalía entre sus colegas por su capacidad profesional y por la amplitud de sus miras políticas.
La preocupación lo llevo a ocuparse de un actor social poco tenido en cuenta hasta entonces: el
MOVIMIENTO OBRERO. Se dedicó a vincularse con los dirigentes sindicales y se los impulsó a
organizarse y a presentar sus demandas, que empezaron a ser satisfechas: se extendió el régimen de
jubilaciones, de vacaciones pagas, de accidentes de trabajo, se ajustaron las categorías ocupacionales.
La sanción del Estatuto del Peón extendió estos criterios al mundo rural.

Desde la secretaria de trabajo, Perón expandía los mecanismos de Estado arbitro y a la vez estimulaba la
organización de los trabajadores, incentivaba sus reclamos y presionaba para que estos fueran
satisfechos.

A sus colegas militares les señalaba los peligros que entrañaba la posguerra. La amenaza de desórdenes
sociales y la necesidad de un Estado fuerte que interviniera en la sociedad y en la economía. En el
Consejo Nacional de Posguerra insistió en la importancia de profundizar las políticas de seguridad social,
así como de asegurar la plena ocupación y la protección del trabajo.

El Ejército, presionado por la opinión pública, forzó su renuncia el 8 de octubre. Una multitud se concentró
en Plaza de Mayo reclamando por la libertad de Perón y su restitución a los cargos que tenía. El coronel
habló a la multitud en la plaza y volvió al centro del poder, ahora como candidato a presidente.
Perón y quienes lo apoyaban se dedicaron a organizar su fuerza electoral. Los dirigentes sindicales
decidieron crear un partido político propio: el Laborista. Su organización aseguraba el predominio de los
dirigentes sindicales.

Perón asumió plenamente el discurso de la JUSTICIA SOCIAL, de la reforma justa y posible. El 24 de


febrero triunfó Perón pero el peronismo estaba todavía por construirse.

Mercado interno y pleno empleo:

Estados Unidos estaba dispuesto a hacer pagar a la Argentina por su independencia durante la guerra.
Vender cereales y carne fue cada vez mas difícil. La consecuencia fue una reducción de la producción
agropecuaria que se acompañó de un crecimiento de la parte destinada al consumo interno.

La segunda guerra mundial y el boicot de Estados Unidos habían contribuido a profundizar el proceso
de sustitución de importaciones. La política del Estado apuntó a la defensa del sector industrial instalado y
a su expansión. Además, las políticas de redistribución de ingresos hacia los sectores trabajadores
contribuían a la expansión sostenida del consumo.

Perón HABÍA OPTADO POR EL MERCADO INTERNO Y LA DEFENSA DEL PLENO EMPLEO. La
política peronista se caracterizó por un fuerte impulso a la participación del Estado en la dirección y
regulación de la economía. Hubo una generalizada nacionalización de las inversiones extranjeras.  Así, la
nacionalización de la economía y su control por el Estado fueron una de las claves de la nueva política
económica. La otra tuvo que ver con los trabajadores, con el mantenimiento del empleo y con la elevación
de su nivel de vida.

Entre 1946 y 1949 se expandieron las medidas sociales. Se agregaron las vacaciones pagas, las licencias
por enfermedad. El Estado benefactor contribuyó a la elevación del nivel de vida: congelamiento de los
alquileres, mejora de la salud pública, planes de vivienda, construcción de escuelas y colegios,
organización del sistema jubilatorio y todo lo relativo al campo de la seguridad social.

El Estado Peronista:

La relación entre Perón y el sindicalismo fue crucial en el Estado peronista. El Estado peronista tenía en
los trabajadores su gran fuerza legitimadora.

Pero a la vez, el Estado peronista procuró extender sus apoyos a la amplia franja de sectores populares
no sindicalizados. La Fundación Eva Perón realizó una obra de notable magnitud: creó escuelas, hogares
para ancianos o huérfanos y policlínicos; repartió alimentos y regalos navideños, estimuló el turismo y el
deporte. EVA Perón RESULTABA ASÍ LA ENCARNACION DEL ESTADO BENEFACTOR Y
PROVIDENTE.

Según la concepción de Perón, el Estado, además de dirigir la economía y velar por la seguridad del
pueblo, debía ser el ámbito donde los distintos intereses sociales negociaran y dirimieran sus conflictos.
Esta línea rompía con la concepción liberal del Estado. El gobierno recorrió con decisión el CAMINO
HACIA EL AUTORITARISMO. Utilizó con amplitud el recurso de intervenir las provincias, una ley acabó
con la autonomía universitaria estableciendo que toda designación docente requería de un decreto del
Ejecutivo. Los diarios independientes fueron presionados: restricciones a la circulación, clausuras
temporarias, atentados o expropiación.

La reforma de la Constitución en 1949 acabó con la ultima salvaguardia institucional al autoritarismo


y estableció la posibilidad de la reelección presidencial. En 1951 Perón fue reelecto.

Recurrió a un método muy tradicional: el uso de la autoridad del Estado para disciplinar las fuerzas
propias, y uno novedoso: la UTILIZACION DE SU LIDERAZGO PERSONAL E INSTRANSFERIBLE. El
régimen tuvo una tendencia a "peronizar" todas las instituciones y a convertirlas en instrumento de
adoctrinamiento.

 
Un conflicto cultural:

La novedad de esta historia fue la brusca incorporación de los sectores populares a ámbitos visibles.
Estimulados y protegidos por el Estado peronista, los sectores populares se incorporaron al consumo, a la
ciudad, a la política.

El RECONOCIMIENTO DEL PUEBLO TRABAJADOR y el ejercicio de nuevos derechos estuvieron


asociados con la acción el Estado.

Al fuerte estimulo a la educación, se agregó la protección y promoción de diversas actividades culturales.


El Estado distribuía y el público recibía, junto con los bines, una dosis masiva de propaganda. La mayoría
de los diarios y todas las radios fueron manejador desde la Secretaria de Prensa y Difusión.

Crisis y nueva política económica:

La situación era grave, pues el desarrollo de la industria hacía al país más dependiente de sus
importaciones, cuya falta provocaba inflación, paro y desocupación.

El 1952 el gobierno adoptó con firmeza un nuevo rumbo económico, ratificado luego en el Segundo Plan
Quinquenal. Para reducir la inflación, se restringió el consumo interno: fueron eliminados subsidios a
distintos bienes de uso popular, se estableció una veda parcial al consumo de carne y s e levantó el
congelamiento de los alquileres. Perón hizo una apelación a la reducción voluntaria del consumo. El
principal problema del sector industrial era su reducida eficiencia, oculta por la protección y los subsidios
que por distintas vías recibía del Estado. A la maquinaria obsoleta se sumaba el deterioro de los servicios.
En las fábricas, habían subsistido procesos productivos ineficientes y costosos. La industria empleaba
una alta proporción de mano de obra y el peso de los salarios resultaba alto y difícil de reducir debido a la
alta ocupación y a la fuerte capacidad sindical de negociación.

La nueva política económica apuntó a esos problemas. Los logros de la nueva política económica
fueron: reducción de la inflación y se reequilibro la balanza de pagos. No se recurrió a la devaluación  ni
se redujo el gasto público. 

Los comienzos de la crisis económica fueron acompañados de importantes manifestaciones de


disconformidad entre los sindicatos y el Ejercito. Desde 1949 las huelgas fueron más duras y con una veta
crecientemente opositora. Perón optó por ampliar una dura represión: prisión a los dirigentes rebeldes y
movilización militar a los obreros.

Los militares se preguntaban acerca de la solidez de un orden proclamado, se indignaban ante avances
del autoritarismo y se irritaban sobre todo con Eva Perón. Estos y otros motivos dieron el espacio mínimo
para la acción de grupos de oficiales decididos a derribar a Perón.

La caída:

La fundación Partido Demócrata Cristiano marcó el comienzo del conflicto entre Perón y la Iglesia. El
Estado peronista y la Iglesia empezaron a chocar en una serie de campos específicos. La Iglesia era
sensible a los avances de aquel en el terreno de la beneficencia y en el de la educación; aquí,
al desagrado por el creciente culto laico del presidente y su esposa.

En 1945 Perón lanzó su ataque contra la Iglesia. El ataque hizo que se descubrieran los tremendos vicios
de la Iglesia. Se prohibieron las procesiones, se suprimió la enseñanza religiosa en las escuelas, se
introdujo la cláusula que permitía el divorcio vincular, se envió un proyecto de reforma constitucional para
separar a la Iglesia del Estado.

El 16 de junio se produjo un levantamiento de la Marina contra Perón. El proyecto de los marinos


consistía en bombardear la Casa de Gobierno para asesinar a Perón. El 1955 Perón se refugió en
Paraguay y en septiembre el general Lonardi se presentó en Buenos Aires como presidente provisional de
la Nación

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