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Para que exista poeta es necesario que éste tenga una
experiencia Wertheriana, una relación que trascienda hacia el ámbito
de la tragedia y la frustración para convertirse en pasión y
posteriormente en poesía. “Sin pasión no hay poesía ni poeta”. La
pasión solo puede seguir latente con un amor no concedido. Para que
florezca la poesía, el poeta debe de tener una contradicción dialéctica
en su vida: “si la pasión pertenece al amor, el amor tiene que ser no-
dialectico en sí mismo, para que la poesía pueda ver en ese hombre
un amante desdichado”. Será así como la situación no-dialéctica de la
realidad se convierta en dialéctica en el poema: la frustración de la
vida misma se transformará en resolución lírica.
La melancolía habrá de ser la enfermedad que habite la vida del
poeta, ésta puede convertirse en la inspiración enfermiza de su obra,
hasta que quizás no la soporte más y decida ser curado cuanto antes
con una vida ética, o sea casándose. Pero si llega a optar por la vida
en matrimonio, entonces todo dilema sensitivo estará resuelto y al no
existir conflicto alguno tampoco habrá necesidad de escribir: “cuando
el amor una vez planteado, no tiene su obstáculo fuera de sí, como
en la poesía, sino que lo encuentra en sí mismo (…) surge una tarea
que todo poeta debe rechazar”.
El punto aquí y el deber del poeta es estar siempre angustiado al no
poseer a su amada y así ser un escritor productivo, que encuentra en
la angustia y la insatisfacción, el motor de toda su poesía. En cambio,
si se enreda en la trampa del matrimonio y en la vida cómoda que
éste trae consigo, no habrá motivo externo que remita a una falta, a
un deseo no concedido, a la no-dialéctica, y al vacío que se pretende
llenar escribiendo poesía.
Por lo que el poeta casado se siente demasiado completo como para
escribir un potente verso. Ante la felicidad que produce el
matrimonio, para el filósofo un escritor no podría escribir con mucha
fuerza o pasión, lo cual quizá indica que Kierkegaad, del tema del
amor por contrato, nunca habló desde la experiencia. El poeta debe
entonces comprender su vida desde el estadio estético, combinándolo
con el religioso, siendo libre de compromisos maritales, disfrutando la
vida, pero no desde un hedonismo despilfarrado, sino más bien desde
un vivir estético centrado en la sublimidad intelectual, llevando una
vida de filosofía (de amor al saber).
Kierkegaard no quería dejar de perder el deseo y la pasión por su
Regina, ella era la musa latente que lo alentaba a escribir. Es por ello
que decidió mantener una vida no-dialéctica, y sin matrimonio, para
evitar que sus días se resolvieran dialécticamente. Por medio de esta
contradicción del deseo y la evasión, es como el danés logra captar
en su amor frustrado “las categorías estéticas, y engañar un poquito
a la ética”. Dinámica nihilista y de represión sexual, digna de
admirarse incluso en este siglo, y no por su maravillosos beneficios,
sino por la dificultad de llevarla a cabo, incluso por el más puro de los
sacristanes.
Como ven, ambos índices coinciden en 8 de los 10 países
considerados más limpios en el mundo. Y coinciden también en 7 de
los 10 países definidos como los más corruptos.
En los dos índices, Perú se encuentra hacia la mitad de la tabla:
ligeramente por debajo de la mitad en el de Transparencia y
ligeramente por encima en el Índice Global de Corrupción. Las
diferencias no son sustanciales, con tendencias positivas que pugnan
con las negativas y arrojan un resultado mediocre. La única
conclusión optimista proviene, si acaso, del diagnóstico de que si bien
la corrupción es importante en este país, la lucha contra ella será
mucho menos compleja que en, digamos, Libia o Turkmenistán.
Con esa visión diagnóstica, podemos buscar responder ahora a la
pregunta de cuánto vale la pena luchar contra la corrupción.
¿Vale la pena? Hemos escuchado, por ejemplo, a algunos notorios
empresarios sostener que la investigación del caso Lava Jato dañaba
la economía del país.
El siguiente gráfico simplificado los contradice. Se trata del índice
global de desarrollo humano del Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo. Igual que en el gráfico anterior, figuran los 10
países mejores y los 10 peores en cuanto a desarrollo humano.
Aparte está la ubicación del Perú en el mismo índice:
El concepto de ‘desarrollo humano’ es complejo y sujeto al efecto de
diferentes variables. En términos generales, no solo mide el ingreso
per cápita de la población sino también factores como niveles de
educación, salud pública, esperanza de vida, distribución del ingreso,
entre otros.
Seis de los países en el tope de desarrollo humano figuran también
en los 10 mejores en los índices de mayor limpieza y menor
corrupción de Transparencia o el GCI. Los otros tres están entre los
20 primeros, a excepción de Hong Kong, particularmente difícil de
medir.
Un número menor de países con el peor desarrollo humano está
también en el fondo del sótano de la corrupción, pero casi todos se
encuentran entre los 15 o 20 peores.
¿Hay una correlación entre la calidad de una democracia y los niveles
de limpieza en una sociedad? Veamos el índice de 2018 de las
mejores y peores democracias del mundo elaborada por la unidad de
inteligencia de The Economist:
Ocho de las 10 mejores democracias en el mundo figuran en los
índices de las 10 naciones más limpias; y las otras dos se encuentran
muy cerca del tope.
A la vez, seis de las diez peores naciones en cuanto a gobierno
democrático en el mundo están también en la lista de las más
corruptas. Y las otras se ubican también muy cerca del fondo de esos
índices.
El Perú está, como en los otros rankings, en la parte mediocre de la
tabla aunque comparativamente mejor situado que en otros índices,
por el peso positivo de las libertades políticas en el resultado final.
En la siguiente entrega mostraré otros índices que correlacionan la
ausencia de corrupción con el crecimiento de la sociedad y el nivel y
calidad de vida de sus ciudadanos. Y, no menos importante, el efecto
de reformas inteligentes en el dramático cambio positivo de
indicadores que suelen considerarse como muy difíciles de modificar.
Por lo pronto, creo que queda claro que hay una correlación estrecha
entre la disminución de los niveles de corrupción con la calidad de la
democracia y la mejoría del desarrollo humano de una nación. Así
que la lucha contra la corrupción no es solo un imperativo moral sino
una palanca decisiva para el robustecimiento democrático y el
desarrollo de una sociedad. También, para quienes ven las cosas en
esos términos, es una magnífica inversión.
Publicado el lunes 16 de septiembre, 2019 a las 18:47 | RSS 2.0.
Última actualización el jueves 19 de septiembre, 2019 a las 2:14
6 comentarios
Alejandro Nina dice:
16 septiembre, 2019 a las 19:17
Es posible salir del estado actual de corrupción. Una iniciativa de
reforma radical deberá estar bajo responsabilidad de la población,
quien finalmente debe apretar la soga en el cuello de lis corruptos. Sr
levantarán voces de protesta, muy natural y provienen justamente de
lis corruptos apoyados por una prensa corrupta. Firan salvajismo,
PERO es la única salida al estado actual de corrupción generalizada
que vive el Perú. Fundar una nueva república estará necesariamente
unido al discurrir de ríos de sangre. Es el costo de superar esta
horrible pesadilla.
Responder
Edgar Luna Escobar dice:
17 septiembre, 2019 a las 4:18
Son un ejemplo a seguir, desde Pisco tienen mi completo respaldo,
sigan luchando que las futuras generaciones les agradecerá.
Responder
Esteban Prado M dice:
17 septiembre, 2019 a las 21:41
Es necesario cerrar el congreso y llamar a una nueva constitucion
pues la actual promulgada dictatorialmente por el corrupto mas
grande de la historia peruana, ha traido al pueblo peruano en mayor
pobreza economica , intelectual y mayor desnutricion a nuestra niñez.
Es necesario tomar medidas radicales y exterminar a los corruptos y
a esos congresistas que los blindan.
Responder
Enrique castellanos dice:
18 septiembre, 2019 a las 7:00
Estoy de acuerdo. Hay que apostar por la lucha anticorrupción como
un arma contra el subdesarrollo. Sin embargo hay que tener cuidado
con la parte formal. La CAUSALIDAD no se demuestra con la
CORRELACION de eventos. En el artículo se mezcla los dos conceptos
alegremente. Si bien solo es una nota periodística debería hacerse
esta importante salvedad.
Responder
Artemio Augusto Echeverría dice:
18 septiembre, 2019 a las 10:24
Gracias, Gustavo. Que importante es contar con un periodista de tu
calidad moral y profesional como tú, que trasmites a las nuevas
generaciones, con base científica y tecnológica, nuestra realidad, de
la tenemos que salir, no en su totalidad, pero en curso hacia ello,
como bien lo haces saber. Saludos.
Responder
Connie dice:
18 septiembre, 2019 a las 11:04
La corrupción que con uñas, dientes y total descaro están
defendiendo los corruptos y sus congresistas. Ahora mismo, este
congreso putrefacto, en su mayoría #FujiAprista y aliados, pretenden
copar el #TribunalConstitucional para lograr la impunidad de sus
criminales. Si eso no es obstrucción de la justicia, que cosa es? Ni
siquiera se molestan en ocultarlo! Si tan inocentes son xq no
demuestran su inocencia? El congreso ha sido el cuartel de blindaje y
guerra a los que están luchando contra la corrupción. Están luchando
por sus propias libertades, xq si no no se entiende tanta necedad. Y
al parecer esto no lo van a resolver los políticos, son incapaces!
EXO-SOCIOLGIA
exo-sociología que comenzaría a estudiar (al menos
provisionalmente) evidencia de lo que se puede inferir de la
organización social y política de las sociedades extraterrestres a partir
de la información pura y simple de los testigos, si es posible en
comparación con nuestros modelos.
21 temas que debes estudiar para ser un psicólogo excelente
¿Qué grandes bloques de conocimiento necesitas estudiar para ser un
docto en Psicología?
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“La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene”, dijo
Jorge Luis Borges. El escritor argentino que marcó la literatura del
siglo XX tenía profundas inquietudes filosóficas que permearon
muchas de sus obras. Hizo referencias precisas a Platón, Nietzsche,
Berkeley, Hume y Schopenhauer, pero también sentía una gran
atracción por la filosofía budista.
Fruto de esa mezcla de filosofías occidentales y orientales desarrolló
un punto de vista tan ecléctico como único que le permitió dibujar
con palabras la complejidad que encierra nuestro universo mental. A
los 120 años de su nacimiento, nada mejor que recordar algunas de
las mejores frases de Jorge Luis Borges sobre la vida, frases que
conducen al empoderamiento y son una oda a la autenticidad.
Frases de Jorge Luis Borges sobre la vida, la libertad y la autenticidad
1. “Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única
venganza y el único perdón”
Gran lector de filosofía, es probable que Jorge Luis Borges haya leído
a los grandes estoicos como Epícteto y Séneca, que enseñaban cómo
responder a un insulto inteligentemente y afirmaban que la mejor
venganza es no ser como la persona que nos hizo daño. Hombre
inteligente, también sabía que alimentar el odio y el rencor es como
beber veneno esperando que sea el otro quien sufra. Por eso estaba
convencido de que lo mejor es olvidar y pasar página. Solo así nos
liberaremos realmente del influjo de la persona que nos dañó.
2. “Que cada hombre construya su propia catedral. ¿Para qué vivir de
obras de arte ajenas y antiguas?”
Esta cita de Borges es un llamado al despertar de la conciencia
individual, una alerta para que cada persona construya su propia fe y
dé forma a sus creencias. El escritor se distanció reiteradamente del
catolicismo porque consideraba que se trataba de una religión
dogmática. ¿Su alternativa? Buscar la verdad en nuestro interior, lo
cual consiste en plantearnos preguntas y buscar las respuestas con
nuestras propias herramientas, no conformarnos con las respuestas
preestablecidas cuyo único propósito es narcotizar la mente y
fomentar la idiotez.
3. “Planta tus propios jardines y decora tu propia alma, en lugar de
esperar a que alguien te traiga flores”
Con esta frase, Borges enfatiza la necesidad de asumir un papel
proactivo en nuestras vidas, no convertirnos en meros espectadores,
mientras los demás – entiéndase las personas más cercanas o la
sociedad – toman las decisiones en nuestro lugar. Debemos
asegurarnos de cultivar nuestro “yo” o terminará convirtiéndose en
un terreno baldío, condenándonos a un profundo vacío interior que da
paso al peor tipo de soledad, como dijera Séneca: «la soledad no es
estar solo, es estar vacío«.
4. “Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos porque uno
termina pareciéndose a ellos»
Que terminamos pareciéndonos a nuestros amigos no es un secreto,
pero Borges nos alerta de que también podríamos terminar
pareciéndonos a nuestros enemigos, adoptando precisamente
aquellas características y comportamientos que más detestamos.
Cuando comenzamos a pensar que todo vale, y nos vemos tentados a
responder de la misma manera, cometiendo las mismas ofensas que
sufrimos y devolviendo el golpe con la misma intensidad, terminamos
introyectando lo que inicialmente repudiábamos. Por eso debemos ser
muy cautelosos a la hora de responder a los agravios.
5. “La duda es uno de los nombres de la inteligencia”
La inteligencia no es sinónimo de certezas. Una persona llena de
certezas se cierra a cal y canto al aprendizaje y se condena al
inmovilismo. Por eso Borges nos anima a dudar – de todo y de todos
– de las certezas absolutas, de las cosas que damos por sentadas y
de las creencias que nos han transmitido. No es el único, Aristóteles
también había dicho que “el ignorante afirma; el sabio duda y
reflexiona” y Descartes afirmó que “la duda es el principio de la
sabiduría”. Preguntarnos el por qué de las cosas es la llave mágica
que abre las puertas de la libertad interior.
6. “He cometido el peor de los pecados que un hombre puede
cometer. No he sido feliz”
Borges también dijo que “la felicidad se justifica por sí sola”, es un fin
en sí mismo, no es necesario buscar excusas para salir en la
búsqueda de lo que nos hace felices. Porque al final del camino, es
probable que de lo único de lo que nos arrepintamos es de no haber
vivido más siguiendo nuestras propias reglas, disfrutando de aquello
que nos hacía realmente felices.
7. “Las herejías que debemos temer son las que pueden confundirse
con la ortodoxia”
Borges era un “escritor insurgente” que se amotinó contra las reglas
de su época que determinaban cómo se debía escribir, por lo que no
es extraño que sintiera pavor por la ortodoxia, esa que equiparaba a
una camisa de fuerza. No era el único, Mark Twain también había
dicho: “cuando encuentres que estás del lado de la mayoría, es hora
de hacer una pausa y reflexionar profundamente”. En la vida, si
deseamos encontrar nuestro auténtico «yo», ese que suele
esconderse tras capas y capas de mandamientos sociales,
necesitamos atrevernos a equivocarnos, a desafiar las reglas y buscar
nuevos caminos.
DISONANCIA COGNITIVA: LA TEORÍA QUE EXPLICA EL AUTOENGAÑO
Descubrimos el concepto de "disonancia cognitiva" de la mano de
Leon Festinger.
El psicólogo Leon Festinger propuso la teoría de la disonancia
cognitiva, que explica cómo las personas intentan mantener su
consistencia interna. Sugirió que los individuos tienen una fuerte
necesidad interior que les empuja a asegurarse de que sus creencias,
actitudes y su conducta son coherentes entre sí. Cuando existe
inconsistencia entre éstas, el conflicto conduce a la falta de armonía,
algo que la gente se esfuerza por evitar.
Esta teoría ha sido ampliamente estudiada en el campo de
la psicología y puede definirse como la incomodidad, tensión
o ansiedad que experimentan los individuos cuando sus creencias o
actitudes entran en conflicto con lo que hacen. Este displacer puede
llevar a un intento de cambio de la conducta o a defender sus
creencias o actitudes (incluso llegando al autoengaño) para reducir el
malestar que producen.
Festinger fue el autor de “Theory of Cognitive Dissonance" (1957),
una obra que revolucionó el campo de la psicología social, y que se
ha utilizado en distintas en áreas, como la motivación, la dinámica de
grupos, el estudio del cambio de actitudes y la toma de decisiones.
La relación entre la mentira y la disonancia cognitiva
La relación entre la mentira y la disonancia cognitiva es uno de los
temas que más ha llamado la atención de los investigadores. El
propio Leon Festinger, junto a su colega James Merrill Carlsmith,
realizó un estudio que demostró que la mente de los embusteros
resuelve la disonancia cognitiva “aceptando la mentira como una
verdad”.
El experimento de Festinger y Carlsmith
Ambos diseñaron un experimento para probar que si tenemos
poca motivación extrínseca para justificar un comportamiento que va
en contra de nuestras actitudes o creencias, tendemos a cambiar de
opinión para racionalizar nuestras acciones.
Para ello, pidieron a unos estudiantes de la Universidad de Standford,
divididos en tres grupos, que realizaran una tarea que evaluaron
como muy aburrida. Posteriormente, se le pidió a los sujetos que
mintieran, pues tenían que decirle a un nuevo grupo que iba a
realizar la tarea, que ésta había sido divertida. Al grupo 1 se le dejó
marchar sin decir nada al nuevo grupo, al grupo 2 se le pagó 1 dólar
antes de mentir y al grupo 3 se le pagó 20 dólares.
Una semana más tarde, Festinger llamó a los sujetos del estudio para
preguntarles qué les había parecido la tarea. El grupo 1 y 3 respondió
que la tarea había sido aburrida, mientras que el grupo 2 respondió
que le había parecido divertida. ¿Por qué los miembros del grupo que
habían recibido solamente 1 dólar afirmaban que la tarea había sido
divertida?
Los investigadores concluyeron que la gente experimenta una
disonancia entre las cogniciones en conflicto. Al recibir sólo 1 dólar,
los estudiantes se vieron obligados cambiar su pensamiento, porque
no tenían otra justificación (1 dólar era insuficiente y producía
disonancia cognitiva). Los que habían recibido 20 dólares, sin
embargo, tenían una justificación externa para su comportamiento, y
por tanto experimentaron menos disonancia. Esto parece indicar que
si no hay ninguna causa externa que justifique el comportamiento, es
más fácil cambiar de creencias o actitudes.
Aumentar la disonancia cognitiva para pillar a un mentiroso
Otro famoso estudio en esta línea de investigación lo llevó a
cabo Anastasio Ovejero, y concluyó que, respecto a la mentira, “Es
necesario entender que los sujetos por lo general viven en
consonancia cognitiva entre su pensar y actuar y si por algún motivo
no pueden ser congruentes, intentarán no hablar sobre los hechos
que generan la disonancia, evitando así aumentar ésta y buscarán
reacomodar sus ideas, valores y/o principios para así poder
autojustificarse, logrado de esta manera que su conjunto de ideas
encajen entre sí y se reduzca la tensión”.
Cuando se presenta la disonancia cognitiva, además de hacer
intentos activos para reducirla, el individuo suele evitar las
situaciones e informaciones que podrían causarle malestar.
Un ejemplo sobre el uso de la disonancia cognitiva para detectar a un
mentiroso
Una de las maneras de pillar a un mentiroso es provocando un
aumento de la disonancia cognitiva, para de esta manera detectar las
señales que le delaten. Por ejemplo, un individuo llamado Carlos, que
llevaba dos años sin trabajo, empieza a trabajar como comercial para
una compañía eléctrica. Carlos es una persona honesta y con valores,
pero no tiene más remedio que llevar dinero a casa a final de mes.
Cuando Carlos acude a visitar a sus clientes, tiene que venderles un
producto que sabe que a la larga acarreará una pérdida de dinero
para el comprador, por lo que esto entra en conflicto con sus
creencias y valores, provocándole la disonancia cognitiva. Carlos
tendrá que justificarse internamente y generar nuevas ideas dirigidas
a reducir el malestar que puede sentir.
El cliente, por su parte, podría observar una serie señales
contradictorias si presiona lo suficiente a Carlos para lograr que
aumente la disonancia cognitiva, pues esta situación tendría un
efecto en sus gestos, su tono de voz o sus afirmaciones. En palabras
del propio Festinger, “Las personas nos sentimos incómodas cuando
mantenemos simultáneamente creencias contradictorias o cuando
nuestras creencias no están en armonía con lo que hacemos".
La psicóloga, autora del libro “Emociones expresadas, emociones
superadas”, agrega que debido a la disonancia cognitiva, “El malestar
viene acompañado generalmente por sentimientos de culpa, enfado,
frustración o vergüenza”.
El clásico ejemplo de los fumadores
Un ejemplo clásico cuando se habla de la disonancia cognitiva es el
de los fumadores. Todos sabemos que fumar puede provocar cáncer,
problemas respiratorios, fatiga crónica e, incluso, la muerte.
Pero, ¿por qué la gente, sabiendo todos estos efectos perniciosos que
causa el humo, todavía fuma?
Saber que fumar es tan perjudicial para la salud pero continuar
fumando, produce un estado de disonancia entre dos
cogniciones: “debo estar sano” y “fumar perjudica mi salud”. Pero en
vez de dejar el tabaco o sentirse mal porque fuman, los fumadores
pueden buscar autojustificaciones como “de qué sirve vivir mucho si
no se puede disfrutar de la vida”.
Este ejemplo muestra que a menudo reducimos la disonancia
cognitiva distorsionando la información que recibimos. Si somos
fumadores, no prestamos tanta atención a las pruebas sobre la
relación tabaco-cáncer. Las personas no quieren oír cosas que les
pongan en conflicto con sus más profundas creencias y deseos, a
pesar de que en el mismo paquete de tabaco haya una advertencia
sobre la seriedad del tema.
La infidelidad y la disonancia cognitiva
Otro ejemplo claro de la disonancia cognitiva es lo que le ocurre a
una persona que ha sido infiel. La mayoría de individuos afirman que
no serían infieles y saben que no les gustaría sufrirlo en sus carnes,
aun y así, en muchas ocasiones, pueden llegar a serlo. Al cometer el
acto de infidelidad suelen justificarse diciéndose a sí mismos que la
culpa es del otro miembro de la pareja (ya no le trata igual, pasa más
tiempo con sus amigos, etc.), pues soportar el peso de haber sido
infiel (pensando que la infidelidad es de malas personas) puede
causar mucho sufrimiento.
De hecho, después de un tiempo, la disonancia cognitiva puede llegar
a empeorar, y ver constantemente a su pareja puede obligarle a
confesar, pues cada vez puede llegar a sentirse peor. La lucha interna
puede llegar a ser tan desesperante que los intentos de justificarse
ante esta situación pueden causar serios problemas de salud
emocional. La disonancia cognitiva, en estos casos, puede afectar a
distintas áreas de la vida, como pueden ser el trabajo, las amistades
en común, etc. Confesar puede llegar a ser la única manera de
librarse del sufrimiento.
Cuando ocurre la disonancia cognitiva debido a una infidelidad, el
sujeto se ve motivado a reducirla, pues le produce un enorme
malestar o ansiedad. Pero cuando por distintos motivos, no es posible
cambiar la situación (por ejemplo al no poder actuar sobre el
pasado), entonces el individuo tratará de cambiar sus cogniciones o
la valoración de lo que ha hecho. El problema surge porque al
convivir con esa persona (su pareja) y verla diariamente, el
sentimiento de culpa puede acabar por “matarle por dentro”.
ANIBAL QUIJANO
sociologo Peruano
Las relaciones intersubjetivas y culturales entre Europa, es decir
Europa Occidental, y el resto del mundo, fueron codificadas en un
juego entero de nuevas categorías: Oriente-Occidente, primitivo-
civilizado, mágico / mítico-científico, irracional-racional, tradicional-
moderno. En suma, Europa y no-Europa. Incluso así, la única
categoría con el debido honor de ser reconocida como el Otro de
Europa u “Occidente”, fue “Oriente”. No los “indios” de América,
tampoco los “negros” del África. Estos eran simplemente “primitivos”.
Saciedad
Según el Dr. J. Chander *, en sus notas del curso sobre el estoicismo
y el epicureismo, para Epicuro, la extravagancia conduce al dolor, no
al placer. Por lo tanto, debemos evitar la extravagancia.
Los modernos tenemos respecto de los griegos dos prejuicios que son
como recursos de consolación de un mundo que ha nacido esclavo y,
que por lo mismo, oye la palabra esclavo con angustia: me refiero a
esas dos frases: la dignidad del hombre y la dignidad del trabajo.
Todo se conjura para perpetuar una vida de miseria, esta terrible
necesidad nos fuerza a un trabajo aniquilador, que el hombre (o
mejor dicho, el intelecto humano), seducido por la Voluntad ,
considera como algo sagrado. Pero para que el trabajo pudiera
ostentar legítimamente este carácter sagrado, sería ante todo
necesario que la vida misma, de cuyo sostenimiento es un penoso
medio, tuviera alguna mayor dignidad y algún valor más que el que
las religiones y las graves filosofías le atribuyen. ¿Y qué hemos de ver
nosotros en la necesidad del trabajo de tantos millones de hombres,
sino el instinto de conservar la existencia, el mismo instinto
omnipotente por el cual algunas plantas raquíticas quieren afianzar
sus raíces en un suelo roquizo?
Erasmo decidió pronto que podía hacer algo para revertir la situación:
con las ideas de sus amigos de los monasterios agustinos y algunas
otras ideas de John Colet, comenzó a analizar detenidamente los
libros más importantes de las antiguas civilizaciones griega y romana,
tratando de modernizar sus contenidos e intentando aplicarlos a la
vida de la sociedad en la que él vivía, tratando de extraer lo más
significativo de estos textos antiguos pero brillantes, para que
cualquier persona pudiera entenderlas, penetrar en su significado.
LA COMPLEJA SOLEDAD
El negocio de alquilar amigos falsos para las vacaciones y posar en
lugares exóticos con Instagram funciona, es tan fácil como contratar
amigos a través de Internet para presumir de ser el más popular en
Facebook y otros patios sociales de recreo posmoderno. Pero si
quieres fardar de novia o novio un fin de semana, lo llevas a casa de
los padres o al último restaurante de moda. O sea “con Uber alquilas
un coche; con Airnrnb una casa, y con Ameego, una persona que te
acompañe para el viaje”, así sintetiza la cosa el norteamericano Clay
Kohut, creador de la aplicación.
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Una sociedad infantilizada
Este episodio es un ejemplo más del infantilismo social dominante, en
el que muchos padres se quieren parecer a sus hijos adolescentes,
incluso aspiran a ser sus amigos, los jóvenes entran y salen de la
universidad como adolescentes, y donde los medios de comunicación
producen entretenimiento las veinticuatro horas del día. No hay
tiempo ni ganas para el análisis, para contrastar las fuentes o
sencillamente para leer con un poco de calma tres líneas. Los tiempos
que corren exigen gratificación emocional para ya y de modo
constante, porque la estimulación sensorial nunca es suficiente. El
mecanismo cerebral del placer tiene su fiesta en los niveles más altos
de dopamina, el circuito se activa conforme se reciben estímulos
como pueden ser hacer ejercicio, comer chocolate o practicar sexo.
Instantáneas de este infantilismo a granel. Clases sin necesidad de
deberes, trabajo sin obligaciones, palabras, gestos y acciones sin
consecuencias, ciencia sin refutación, periodismo sin información. La
cocina tampoco se libra de esta tendencia. Así lo testimonia la
llamada “alta cocina”, con sus biblias, (guía Michelin), que valora la
excelencia del servicio en primer lugar y la comida, o “Restaurant”
que premia algo tan subjetivo como la novedad. Ocurre que lo
“nuevo”, que se asocia rápidamente con lo bueno, es lo “cool”, la
puesta en escena, el flash de Instagram. En definitiva, todos estos
ranking se centran en el culto al chef y el postureo; o sea, plato
grande y mucho precio, pero poco contenido.
Mientras tanto, entre comida y comida, el debate se ha sustituido por
la agenda de los tertulianos que se retroalimentan, con un rigor
informativo ausente, hace tiempo desplazado por el cotilleo y el
reportaje obsceno, con mucha cámara oculta pero sin datos y hechos
que avalen lo que se afirma y exhibe, o con datos ya cocinados y
debidamente interpretados. Las noticias se han convertido en suceso,
chanza y chascarrillo, propensos para los dimes y diretes en las
redes.
La era infantil que nos visita acoge la sonrisa del triunfador y el éxito
de popularidad, pero otras realidades que no son producto del diseño
y que forman parte de la vida y de la naturaleza humana no tienen
hueco en las portadas
Este infantilismo galopante, necesita sus iconos y sus líderes que con
mucho acierto representa la clase política que ha hecho de lo público
lo propio, de los intereses ciudadanos sus prebendas partidistas, y de
la gestión de los recursos de todos, una amigable ideología. El
“pánico moral” que avanzara el criminólogo Stanley Cohen en “Cohen
Folks Devils and Moral Panics”, como un episodio que surge de un
modo imprevisto, que afecta a los intereses individuales o de un
grupo. Este escenario es muy fértil para dejarse llevar por las
consignas y eslóganes de cualquier vendedor de humo, o formar
parte del colectivismo de una u otra tendencia.
La soledad obligada y silenciada
Hemos hablado aquí de las conexiones entre depresión y soledad, con
el caso de Noa Pothoven, que describe el fondo de dos realidades
muy frecuentes, también muy silenciadas en los medios, la soledad y
la depresión. La era infantil que nos visita acoge la sonrisa del
triunfador y el éxito de popularidad, pero otras realidades que no son
producto del diseño y que forman parte de la vida y de la naturaleza
humana no tienen hueco en las portadas. “Cada vez me ocurre más,
encontrarme con cadáveres de ancianos que llevan muchos días
muertos, en avanzado estado de descomposición. No sé si falla la
intervención social o los lazos familiares. Pero indica el modelo de
sociedad hacia el que nos dirigimos”, señala el magistrado Joaquim
Bosch Grau. No es una casualidad que en España crezca el número de
empresas dedicadas a las denominadas “limpiezas traumáticas”, cuyo
trabajo es limpiar los domicilios con estas personas fallecidas en
soledad.
La soledad como opción
Transitamos por soledades que son obligadas, impuestas, bien por la
enfermedad y la vejez, o por las necesidades y el abandono, o por la
suma de todo. Cuando las redes sociales son superficiales y efímeras,
por tanto insatisfactorias, el sentimiento de soledad se hace
insoportable. Scalise, Ginter y Gerstein, describen este sentimiento
como la suma de varios factores que van desde el agotamiento, con
un descenso de energía, y el aislamiento con una sensación de
discriminación social, hasta la inquietud, muy relacionado con la
frustración (otros hablan de displacer) y el abatimiento, con una
sensación de falta de aliento, muy ligada a la depresión. Es muy
probable que si mezclamos estos elementos el cóctel sea el profundo
sentimiento de soledad.
La soledad también es una opción, ocasional o vital, en la búsqueda
de la espiritualidad, del arte, de la interiorización, así como una
alternativa al ruido y la compañía no deseada. También existen y son
frecuentes los miedos a la soledad, un miedo crujiente como el que
se produce en nuestros oídos cuando hemos estado varias horas
metidos en un local con elevada carga decibélica.
Quien elige alejarse del ruido y de las prisas saborea la soledad, pero
no es gratis. Se trata de un ejercicio que exige aptitudes ante la vida,
entre las cuales no falta el esfuerzo y la resiliencia, un cultivo de los
amigos, un disfrute del ocio, a cambio se recoge la cosecha en
muchas formas, como la paz de espíritu.
El miedo a la soledad es pródigo y variado en sus efectos placebos,
muy acordes con el patio infantil ya descrito. Estar siempre ocupado
es una buena manera, otras veces se dispone de esa estantería con
pastillas, y si no el consejo del coach de turno, o esas noches
excitantes en el maratón de series que me propone la plataforma que
ya sabe lo que me gusta y lo que me conviene. Conectados,
hiperestimulados y carentes de contacto, presencia, sexo y
conversación. Algo tiene que cambiar.
Foto: Aaina Sharma
CHARLES BUKOWSKI
"A la gente le gusta extrañar a alguien, más que su presencia.
Hacen esto: dicen que les gustaría alguien que nunca se vaya, luego
lo encuentran ¿y sabes en quién piensan? En quién no está. "
Andrea Imaginario
Especialista en Artes, Literatura Comparada e Historia
En el libro El laberinto de la soledad, el escritor Octavio Paz reflexiona
sobre la identidad de México y los valores culturales que mueven los
hilos de su historia. Escrito bajo la forma del ensayo, la densidad de
sus planteamientos lo han convertido en un texto referencial para
toda América Latina. Por ello, en este artículo ofrecemos una breve
introducción a su lectura: reseña, resumen, análisis y breve biografía
del autor.
El siglo XX en Hispanoamérica abre con una pregunta nacida de una
independencia apenas incipiente: ¿existe, o en qué consiste, la
identidad hispanoamericana? Esta pregunta es también preocupación
de Octavio Paz en este gran ensayo llamado El laberinto de la
soledad, donde el autor se interroga sobre la identidad del ser
mexicano específicamente. Su pregunta principal será "¿qué hace
diferentes a los mexicanos?"
Estructura del libro
Izquierda: Primera edición de El laberinto de la soledad. Derecha:
Edición 50º aniversario.
Octavio Paz publicó El laberinto de la soledad por primera vez en el
año 1950. Este, que fue su primer libro de ensayos, sufrió algunas
modificaciones a partir de 1959, cuando fue lanzada la segunda
edición.
En su primera edición, el libro constaba de los primeros siete
capítulos, y el octavo era solo el apéndice. Desde su segunda edición,
el apéndice "Nuestros días" fue incorporado como octavo capítulo.
Actualmente, todos los capítulos confluyen en un nuevo apéndice
llamado “La dialéctica de la soledad”, una suerte de síntesis de las
ideas esbozadas a lo largo de todo el texto. Los capítulos son:
El pachuco y otros extremos
Máscaras mexicanas
Todos los santos, día de muertos
Los hijos de la Malinche
Conquista y colonia
De la independencia a la revolución
La inteligencia mexicana
Nuestros días
Apéndice: La dialéctica de la soledad
Tal parece que este libro representó una gran inquietud, no solo para
Octavio Paz sino para los lectores mexicanos, puesto que en las
siguientes ediciones fueron añadidas otras secciones. En efecto, en
1969, Paz incorporó un apartado llamado “Posdata”, que consta de
las siguientes partes:
Olimpiada y Tlatelolco
El desarrollo y otros espejismos
Crítica de la pirámide
Posteriormente, se añadió una entrevista que Claude Fell le hiciera a
Paz, publicada en la revista Plural en 1975, y que fue titulada “Vuelta
a El laberinto de la soledad”.
Resumen de El laberinto de la soledad
Octavio Paz reflexiona sobre la identidad y la nación mexicana en
plena mitad del siglo XX, cuando México enfrentaba ya las
desilusiones de la revolución de 1910. En ese tiempo también el
mundo enfrentaba una radical transformación capitalista, la
expansión de la ideología socialista y las consecuencias de la Segunda
Guerra Mundial concluida en 1945.
El autor acude al género literario del ensayo, cuya flexibilidad permite
cavilar sobre un tema sin la pretensión de dictar cátedra ni revelar
leyes universales. El ensayo comparte un camino reflexivo que es, en
cierto modo, el discurrir de la propia conciencia. El ensayista sabe
que la identidad, así como un laberinto, es un problema a resolver.
Para México, es el laberinto de la soledad, condición última del ser
mexicano.
En los primeros cuatro capítulos del libro, Octavio Paz observa y
analiza los movimientos migratorios, los símbolos, los modales y los
rituales de la cultura, todos ellos en el vértice de un proceso de
transformación. Su tesis principal versará sobre la convicción de que
el ser mexicano se funda en la soledad, no como cosa existencial,
sino como imaginario colectivo, como imagen histórica.
Para definir al mexicano, Paz recorre el camino a la inversa: su
primer esfuerzo será mirar la identidad mexicana fuera de sus
fronteras. Será después que Paz retorne su mirada al corazón de
México mismo, para analizar las máscaras sociales que derivan en el
"ninguneo" como práctica colectiva. Recorrerá los símbolos de las
fiestas y del culto a la muerte, percibida como una venganza de la
vida y, finalmente, reflexionará sobre las perspectiva de un
patriarcalismo, fundado en la humillación y violación simbólica de la
madre.
Los capítulos del 4 al 8 repasarán la historia como un tejido elaborado
a pulso, que será el tejido que arrope esta cultura previamente
descrita: la conquista y la colonia, la independencia y la revolución, la
inteligencia mexicana y los días contemporáneos de Paz en aquel
momento, darán forma discursiva a la soledad hecha cuerpo en el
imaginario colectivo.
Análisis de El laberinto de la soledad
A continuación, analizaremos en detalle, capítulo a capítulo, cada uno
de los principales planteamientos de Octavio Paz en El laberinto de la
soledad.
El pachuco y otros extremos (capítulo 1)
Germán Valdés "Tin Tan" como pachuco.
Resulta interesante que Paz sitúe su primer acercamiento a la
identidad mexicana fuera de las fronteras de México, en Los Ángeles.
Para la década de 1950, en esta ciudad existía un grupo cultural
conocido como "pachucos", bandas de jóvenes, casi siempre
mexicanos, con un deseo manifiesto de ser distintos, tanto a su
origen como a la cultura de acogida. Para paz, el pachuco pretendía
infundir miedo en busca de la autohumillación, su voluntad era la de
no ser.
Así, el pachuco resulta ideal para la imagen que acompañará todo el
libro: la soledad mexicana nace del sentimiento de haber sido
arrancado, dice Paz. Por tanto, la tesis fundamental será que la
historia de México es la búsqueda de esa filiación, la búsqueda del
vínculo o del origen, de cuya pérdida deriva su soledad esencial.
Paz se pregunta: ¿qué hace diferentes a los mexicanos? ¿Qué los
diferencia de los estadounidenses? El vecino del norte le resultaba a
Octavio Paz confiado en el futuro; luchaba por sus ideales a través
del perfeccionamiento del sistema y no de la invención; partía de un
optimismo que negaba la realidad, gustaba de historias de policías y
de hadas, gustaba comprender y regodearse en el humor. Eran, al
menos hasta la Segunda Guerra Mundial, crédulos.
Para Paz, los mexicanos contemplan el horror en su cultura, le rinden
culto a la muerte; son creyentes, pero no crédulos; no son
optimistas, pero creen en los mitos y las leyendas; contemplan y
viven la tristeza como identidad.
Máscaras mexicanas (capítulo 2)
En este capítulo, Octavio Paz reflexiona sobre las actitudes de
autodefensa, resignación e ironía mexicanas que funcionan como
máscaras que ocultan la realidad. Así, establece: el mexicano es
cerrado. En esta cultura, abrirse, mostrarse, es percibido como
debilidad y traición. Octavio Paz piensa que esto es visible en
expresiones del lenguaje como "no te rajes", una máxima mexicana.
"Rajarse" es 'abrirse', es mostrar lo que se lleva dentro, es estar al
alcance de la penetración, de la invasión, del ultraje, de la violación.
Por eso, Paz relaciona el carácter cerrado del mexicano con el
machismo reinante, ya que después de todo la mujer es, pues,
imagen de la raja que nunca se cierra. La mujer es lo abierto por
naturaleza. Abrirse es "venderse", dice Paz.
El pudor es así una máscara que protege la intimidad. Si del hombre
se espera la reserva, de la mujer se espera el recato. El cuerpo
"muestra" el ser. La relación con el homosexualismo y el machismo
en México dará otra pista: ejercerlo no es otra cosa que "rajarse",
abrirse, pero, a pesar de ello, resulta válido ser el que "raja" al otro,
el que lo "abre".
Todo son máscaras: la simulación, la disimulación propia y
disimulación del otro, el ninguneo y, finalmente, el silencio. Son
mecanismos defensivos, no ofensivos. Esa es la lucha mexicana.
En este capítulo, Paz postula también que lo cerrado vive en México
como amor a la forma. De allí el ritualismo y de allí también la
consolidación del barroco, tanto literario como plástico, por sobre
otros paradigmas estéticos.
Todos los santos, día de muertos (capítulo 3)
Andrea Imaginario
Especialista en Artes, Literatura Comparada e Historia
Posmodernidad puede referirse tanto al proceso de transformación
cultural de la modernidad a partir de la década de 1970, y
especialmente 1980, como a los diferentes movimientos culturales,
filosóficos y artísticos de ese período que cuestionan los paradigmas
de la modernidad, así como su vigencia universal y atemporal.
Si la partícula post significa 'después', ¿hablar de posmodernidad
implica admitir que la modernidad y sus valores han terminado? ¿O
esto significa apenas que la modernidad simplemente está en tela de
juicio? ¿Qué quiere decir esta expresión realmente y qué implica? ¿En
qué se puede reconocer un movimiento o pensamiento posmoderno?
Los años 70, 80 y 90 fueron las décadas del triunfo del capitalismo y
la sociedad del bienestar, la caída del muro de Berlín y la
mercantilización de la información y de todos los órdenes de la vida,
es decir, el triunfo de la sociedad de consumo en las sociedades
posindustriales.
Para algunos autores, la posmodernidad no es exactamente una
crítica de la modernidad, sino más bien un cuestionamiento del
carácter absoluto de ciertos valores, como la noción de "verdad" y
“razón”, o la preeminencia de lo social sobre lo individual. Sin
embargo, según los defensores de la posmodernidad, esta no deja de
reconocer la importancia de los valores en cuestión, sino que apenas
pone en cuestión el modo en que han sido utilizados. ¿Pero tienen
razón en ello?
Para comprender la posmodernidad
Andy Warhol: El nacimiento de Venus. 1984.
Comprender la posmodernidad pasa, necesariamente, por tener claro
su punto de referencia: la modernidad. La modernidad representa
una era y una forma de pensamiento cuyos antecedentes pueden
rastrearse en el antropocentrismo del renacimiento, si bien no
cobraría forma plena sino hasta el siglo XVIII.
Una corriente intelectual y dos hechos históricos en el siglo XVIII
fueron fundamentales en este giro de la historia: el movimiento de la
Ilustración, conocido también como Iluminismo, la revolución
francesa y la revolución industrial.
Grosso modo, la modernidad se propuso el paso de la tradición al
cambio, lo que recibió el nombre de “progreso”. Esto implicaba:
secularizar la sociedad, es decir, separar la Iglesia del poder político;
promover el conocimiento (razón y ciencia) como armas contra el
fanatismo y herramientas del progreso;
consolidar el Estado nacional (formación del nacionalismo), y crear un
nuevo modelo político basado en la separación de poderes y la
libertad de los ciudadanos;
desarrollar todas las potencialidades económicas de la
industrialización.
Pero la historia de los siglos siguientes mostraría las costuras de tan
“inspirador” modelo: la expansión del imperialismo, la aparición de la
ideología comunista, el nacionalismo exacerbado que produjeron dos
guerras mundiales y otros conflictos armados, el crack del 29 y la
guerra fría.
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Existencialismo: características, autores y obras
El laberinto de la soledad de Octavio Paz
La aparición de las nuevas tecnologías (especialmente las de la
comunicación) formarían un nuevo escenario: el triunfo de la cultura
del consumo y la cultura de masas. ¿Es ese el cumplimiento de la
promesa? ¿A eso se limitaría el progreso? La disgregación de los
valores, la pérdida de la fe en la trascendencia de los grandes relatos
históricos y el desasosiego generado por el hastío frente a una cultura
absolutamente mercantilizada y mecanizada constituirían, pues, la
condición posmoderna.
Características de la posmodernidad
Las características de la modernidad pueden ser resumidas en los
siguientes aspectos:
Expresa la crisis del pensamiento metafísico moderno;
Deslegitima los metarrelatos modernos;
Reconoce que existen diferentes modos de saber;
Rechaza la linealidad histórica y relativiza el progreso;
Reflexiona sobre su contexto y visibiliza responsabilidades;
Promueve la diferenciación subjetiva y la diversidad.
Comprendamos, pues, cada una de las características de la
posmodernidad detenidamente:
Expresa la crisis del pensamiento metafísico moderno
La crisis del pensamiento metafísico moderno comienza, según los
autores, desde el momento en que la filosofía y la ciencia descubren
que no son infalibles ni universales, al tiempo que descubren su
incapacidad para hallar una “verdad” única, lo que conlleva a la
deslegitimidad de los metarrelatos modernos. La posmodernidad
visibiliza este quiebre.
Con pensamiento metafísico moderno nos referimos a la filosofía y la
ciencia en las formas en que son concebidas en la modernidad.
Ciencia y filosofía modernas se han centrado en enarbolar la razón
como principio fundamental de la historia humana, así como en
buscar y defender una verdad única. Pero las maneras en que la
historia del mundo ha evolucionado ponen esta pretensión en tela de
juicio.
La ciencia y la filosofía modernas se han demorado en reflexionar
sobre el sentido de la vida y el propósito de conocimiento a partir de
principios absolutos. Es decir, han hecho prevalecer la “Idea” sobre la
realidad y el contexto, lo que es causa de contradicción y malestar.
Deslegitima los metarrelatos modernos
Ciencia y filosofía, razón y verdad, orden y progreso, Estado y nación,
modernización y desarrollo, son algunos de los metarrelatos
fundamentales de la modernidad. Todos ellos se han erigido como
principios civilizatorios universales y universalizantes, tal como antes
lo hubiera sido la religión.
Si la modernidad quiso sepultar la religión en el campo santo de la
vida privada, también cavó su propia fosa a un lado al no cumplir sus
promesas, pues entre otras cosas, ¿cuándo llega el progreso y qué
viene después de él? Si es cierto que la sociedad se beneficia del
progreso desde una perspectiva histórica, ¿es esto consuelo suficiente
para la existencia individual?
La deslegitimación de los metarrelatos modernos es consecuencia de
varias fisuras, de las que enumeramos solo tres:
pretender dar sentido a la vida social en función de principios
abstractos (progreso, razón, conocimiento);
someter a los individuos a ese proyecto social negando las
subjetividades y las diversidades; y
permanecer de espaldas a los modos en que la aparición de la técnica
y la tecnología han dinamitado aquellas abstracciones.
Es todo esto lo que crea, justamente, la crisis social y cultural de las
sociedades posindustriales que refleja la posmodernidad.
Reconoce que existen diferentes modos de saber
Para la posmodernidad, el saber no es solamente científico o
filosófico, de esa manera, relativiza la valoración de la razón. Para la
posmodernidad, si algo ha evidenciado la nueva forma de vida en que
la información se ofrece como mercancía, es que también existe el
saber-vivir, el saber-hacer o el saber-oír.
Junto a esto, para la posmodernidad también cobran importancia
las formas del “decir” y la aparición del saber en forma
de información. Por todo ello, la concepción del conocimiento según la
modernidad se transforma y las ideas de razón universal y verdad
absoluta se relativizan.
Es por todo ello que, no solo para los intelectuales de la
posmodernidad sino para los hijos de la era posmoderna, tienen una
inmensa importancia los símbolos, el lenguaje, los iconos, en fin, los
diferentes modos de “decir” o “significar”.
Rechaza la linealidad histórica y relativiza el progreso
La modernidad se proponía el paso de la tradición al cambio. Este
paradigma recibió el nombre de “progreso”, horizonte al que toda
sociedad debía aspirar. Ese es el gran metarrelato de la modernidad.
Para la mentalidad moderna, el progreso correspondía a una visión
lineal y evolutiva (ascendente) del tiempo, cuyo logro sería posible en
función de tres elementos principales:
el dominio de la razón (conocimiento),
el desarrollo tecnológico e industrial y
la consolidación del Estado nacional moderno (repúblicas).
Pero a pesar de que muchas de las aspiraciones fueron logradas,
también es cierto que las contradicciones no tardaron en aparecer.
La posmodernidad acepta que la historia está conformada de
rupturas, regresos, divagaciones, saltos inesperados, en fin, que no
está orientada hacia un fin último, sino que es compleja y está
desprovista de un metarrelato que la oriente.
Reflexiona sobre su contexto y visibiliza responsabilidades
Algunos defensores del pensamiento posmoderno sostienen que esta
línea de pensamiento reflexiona sobre hechos concretos, sus
consecuencias y las responsabilidades de los actores sociales, lo que
implica para ellos la construcción de una ética.
Más allá de afirmar o negar esta idea, sí queda claro que la filosofía
posmoderna asume su tiempo histórico. Con esto queremos decir que
intenta responder a su contexto e intenta comprender el malestar de
las sociedades posindustriales.
Son sociedades posindustriales aquellas que, tras poner en práctica el
modelo industrial y capitalista, “disfrutan” de la riqueza y estabilidad
generada por la industrialización. Es decir, son las sociedades que
viven lo que se conoce como Estado de bienestar. Solo que la
fragmentación del orden social da cuenta de que algo no ha dado el
resultado esperado.
La posmodernidad pone en evidencia que el capitalismo, aunado a las
tecnologías, ha propiciado, por una parte, la individualización de los
sujetos, y, por la otra, ha modificado la valoración del saber, cuyo fin
ya no es la reivindicación del espíritu, sino su mercantilización. Si
todo es mercantilizable, si todo se resume al consumo, entonces se
pierde la trascendencia humana, pues ha sido desprovista de su
significado.
Promueve la diferenciación subjetiva y la diversidad
Si la razón y la verdad absoluta se relativizan, la posmodernidad
comprende que existe una diferenciación subjetiva y una diversidad.
La atomización de los individuos, el triunfo de la sociedad de
bienestar y sus consecuencias, la caída de los grandes metarrelatos y
la pérdida de la orientación histórica, favorecen la diferenciación de
subjetividades.
En ese escenario, los miembros de la sociedad no buscan ya
homogeneizarse con el gran conjunto, sino distinguirse,
diversificarse, y en muchos casos, resistir, pasiva o activamente.
El sentido no viene conferido por el discurso común, tal como la
pertenencia a la nación, sino por las búsquedas del individuo, bien en
soledad, bien en grupo. Pero estas búsquedas no son capaces de
articular un nuevo metarrelato para las sociedades posindustriales.
Por ello, el que el pensamiento posmoderno visibilice eso no quiere
decir necesariamente que lo interprete como un reacomodo hacia un
nuevo horizonte. Los posmodernos acusan este cambio como un
signo de fragmentación del orden social, como expresión de una crisis
histórica.
Para los posmodernos, la deslegitimación de los grandes metarrelatos
no ha dejado en su lugar un discurso nuevo y esperanzador. Ha
dejado, en cambio, una sociedad de consumo individualizada e
hipermercantilizada. Ha dejado, finalmente, una sociedad
fragmentada. Es este, finalmente, el gran fracaso de la modernidad.
Principales autores y obras de la posmodernidad
Jean-François Lyotard
1. Todos los que persiguen sus propios intereses son la mejor manera
de promover el bien general.
Este argumento se hizo famoso por Bernard Mandeville (1670-1733)
en su poema La fábula de las abejas, y por Adam Smith (1723-1790)
en su trabajo pionero en economía, La riqueza de las naciones. En un
famoso pasaje, Smith escribe que cuando los individuos persiguen "la
satisfacción de sus propios deseos vanos e insaciables", sin querer,
como si "guiados por una mano invisible", benefician a la sociedad en
su conjunto. Este resultado feliz se produce porque las personas
generalmente son los mejores jueces de lo que les interesa y están
mucho más motivados para trabajar duro para beneficiarse a sí
mismos que para lograr cualquier otro objetivo.
El pensamiento de Slavoj Žižek en 50 Frases
"La Literatura y la Vida" por Gilles Deleuze
Diccionario Filosófico de Voltaire
Sin embargo, una objeción obvia a este argumento es que realmente
no apoya el egoísmo ético. Se supone que lo que realmente importa
es el bienestar de la sociedad en su conjunto, el bien general. Luego
afirma que la mejor manera de lograr este fin es que todos se cuiden
por sí mismos. Pero si se pudiera demostrar que esta actitud, de
hecho, no promovió el bien general, entonces aquellos que
promueven este argumento probablemente dejarían de abogar por el
egoísmo.
Muchas cuestiones éticas son de este tipo. Por ejemplo, una empresa
quiere vaciar los desechos en un río; Las personas que viven río
abajo objeto. El egoísmo ético solo aconseja a ambas partes que
busquen activamente lo que quieren. No sugiere ningún tipo de
resolución o compromiso de sentido común.
Cada acto, visto no desde la perspectiva del agente sino del proceso
en cuyo entramado ocurre y cuyo automatismo interrumpe, es un
"milagro", esto es, algo inesperado. Si es verdad que la acción y el
comenzar son esencialmente lo mismo, se sigue que una capacidad
para realizar milagros debe estar asimismo dentro del rango de las
facultades humanas. Esto suena más extraño de lo que en realidad
es. Está en la naturaleza de cada nuevo comienzo el irrumpir en el
mundo como una "infinita improbabilidad", pero es precisamente esto
"infinitamente improbable" lo que en realidad constituye el tejido de
todo lo que llamamos real. Después de todo, nuestra existencia
descansa, por así decir, en una cadena de milagros, el llegar a existir
de la Tierra, el desarrollo de la vida orgánica en ella, la evolución de
la humanidad a partir de las especies animales.
Objetivamente, esto es, visto desde afuera y sin tener en cuenta que
el hombre es un inicio y un iniciador, la posibilidad de que el futuro
sea igual al pasado es siempre abrumadora. No tan abrumadora, por
cierto, pero casi, como lo era la posibilidad de que ninguna tierra
surgiera nunca de los sucesos cósmicos, de que ninguna vida se
desarrollara a partir de los procesos inorgánicos y de que ningún
hombre emergiera a partir de la evolución de la vida animal. La
diferencia decisiva entre las "infinitas improbabilidades", sobre la cual
descansa la realidad de nuestra vida en la Tierra, y el carácter
milagroso inherente a esos eventos que establece la realidad histórica
es que, en el dominio de los asuntos humanos, conocemos al autor
de los "milagros". Son los hombres quienes los protagonizan, los
hombres quienes por haber recibido el doble don de la libertad y la
acción pueden establecer una realidad propia.
Por Brian Leiter*
Nietzsche ofrece una explicación más ambiciosa en Más allá del bien y
el mal:
La disciplina del sufrimiento, del gran sufrimiento, ¿no sabéis que solo
esta disciplina ha creado todas las mejoras del hombre hasta ahora?
Esa tensión del alma en la infelicidad que cultiva su fuerza, sus
estremecimientos frente a frente con gran ruina, su inventiva y su
coraje para soportar, perseverar, interpretar y explotar el
sufrimiento, y todo lo que se le ha concedido de profundidad, secreto,
máscara, Espíritu, astucia, grandeza, ¿no se le concedió a través del
sufrimiento, a través de la disciplina del gran sufrimiento?
Se hacía llamar "el Nolano", por haber crecido en Nola, una localidad
próxima a Nápoles. Pero ninguna ciudad ni ningún país lograron
contener a quien fue uno de los espíritus más inquietos e indómitos
de la Europa del siglo XVI. A los 15 años Giordano Bruno partió hacia
Nápoles, donde intentó encauzar su exaltada religiosidad ingresando
en un convento de la orden de los dominicos, pero muy pronto
empezó a causar revuelo por su carácter indócil y sus actos de
desafío a la autoridad. Por ejemplo, quitó de su celda los cuadros de
vírgenes y santos y dejó tan sólo un crucifijo en la pared, y en otra
ocasión le dijo a un novicio que no leyera un poema devoto sobre la
Virgen.
El universo infinito
Tres días más tarde dio comienzo el juicio. El primero en hablar fue el
acusador, Mocenigo, que trabajaba desde hacía algunos años para la
Inquisición. Tras declarar que, efectivamente, había tendido una
trampa a Bruno, proporcionó una larga lista de ideas heréticas que
había oído del acusado, muchas distorsionadas y algunas de su propia
invención. Entre otras cosas, dijo que el acusado se burlaba de los
sacerdotes y que sostenía que los frailes eran unos asnos y que Cristo
utilizaba la magia. Cuando fue interrogado, Bruno explicó que sus
obras eran filosóficas y en ellas sólo sostenía que "el pensamiento
debería ser libre de investigar con tal de que no dispute la autoridad
divina".
"El miedo que sentís al imponerme esta sentencia tal vez sea mayor
que el que siento yo al aceptarla"
Getty
Los océanos son conductores de electricidad porque están hechos de
agua salada y fluyen con las mareas que tienen un campo magnético
asociado"
Robert Wickes
Meteorólogo espacial
Cuando las erupciones solares o las eyecciones de masa coronal
golpean el campo magnético de la Tierra, esto induce corrientes
eléctricas invisibles lo suficientemente fuertes como para eliminar las
redes eléctricas y algunos han sugerido que también pueden afectar
las células eléctricamente sensibles en el corazón y el cerebro.
Qué es la corona solar que solo se ve durante los eclipses (y por qué
es importante resolver los enigmas que guarda)
"El problema no es que no sea posible que sucedan estas cosas, es
que la investigación al respecto es muy limitada, por lo que es muy
difícil decir algo definitivo", explica Wickes.
Sentido magnético
A diferencia de ciertas aves, peces e insectos, no se considera que los
humanos posean un sentido magnético.
Sin embargo, un estudio internacional publicado a principios de este
año desafió esta suposición.
Los investigadores, en su mayoría procedentes del Instituto de
Tecnología de California, EE.UU., descubrieron que cuando las
personas estaban expuestas a cambios en el campo magnético,
equivalentes a las que experimentamos a medida que nos movemos
por nuestro entorno local, experimentaban fuertes disminuciones en
la actividad de las ondas alfa del cerebro.
Las ondas alfa se producen cuando estamos despiertos sin realizar
ninguna tarea específica.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Aún así, la importancia de estos cambios sigue sin estar clara: puede
ser un subproducto irrelevante de la evolución o quizás los cambios
magnéticos en nuestro entorno están modificando sutilmente la
química del cerebro humano de formas desconocidas.
La teoría magnética es atractiva para Wehr porque durante la última
década, varios estudios han insinuado que, en ciertos organismos
como las moscas de la fruta, una proteína llamada criptocromo
también puede funcionar como un sensor magnético.
El criptocromo es un componente clave de los relojes moleculares que
impulsan ritmos circadianos de 24 horas en nuestras células y tejidos,
incluido el cerebro.
Cuando el criptocromo se une a una molécula absorbente de luz
llamada flavina, esto no solo le dice al reloj circadiano que es de día,
sino que desencadena una reacción que hace que el complejo
molecular se vuelva magnéticamente sensible.
Bambos Kyriacou, genetista comportamental de la Universidad de
Leicester, Reino Unido, y sus colegas han demostrado que
la exposición a campos electromagnéticos de baja frecuencia puede
restablecer el tiempo de los relojes circadianos de las moscas de la
fruta, lo que lleva a alteraciones en su tiempo de sueño.
Si esto fuera cierto para los humanos, podría proporcionar una
explicación para los abruptos cambios de humor observados en los
pacientes bipolares de Wehr y Avery.
"Estos pacientes tienen cambios bastante dramáticos en los tiempos
de sus ritmos circadianos a medida que pasan por sus ciclos de
humor", dice Wehr.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Y agrega que "también tienen cambios bastante dramáticos en el
tiempo y la duración de su sueño".
Sin embargo, aunque el criptocromo también es un componente
esencial del reloj circadiano humano, funciona de manera ligeramente
diferente a la versión que funciona en las moscas de la fruta.
"Parece ser que el criptocromo humano y de otros mamíferos ya no
se une al flavina, y sin flavina, no sabemos cómo se desencadenaría
la química magnéticamente sensible", explica Alex Jones, físico del
Laboratorio Nacional de Física en Teddington, Reino Unido.
"Desde ese punto de vista, creo que es poco probable que los
criptocromos [humanos] sean sensibles a los campos magnéticos, a
menos que haya otras moléculas dentro de los humanos que puedan
detectar campos magnéticos", agrega.
El caso de la 'Arabidopsis thaliana'
Otra posibilidad es que los pacientes de Wehr y Avery estén
respondiendo a la atracción gravitacional de la Luna de la misma
manera que lo hacen los océanos: a través de las fuerzas de marea.
Un argumento común en contra de esto es que, aunque los humanos
tienen hasta un 75% de agua, la proporción es incomparable con un
océano.
"Los humanos están hechos de agua, pero la atracción es tan débil
que sería difícil ver cómo eso funcionaría desde un punto de vista
físico", dice Kyriacou.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Para ello existe un ejemplo: la planta Arabidopsis thaliana.
Unos 200 estudios han demostrado ya que el crecimiento de sus
raíces siguen un ciclo de 24,8 horas, es decir, la cantidad de tiempo
que le toma a la Luna completar una órbita completa de la Tierra.
Joachim Fisahn, biofísico del Instituto Max Planck de Fisiología
Vegetal en Potsdam, Alemania, es uno de los investigadores que
estudia esta planta.
Si las células vegetales son realmente sensibles a las fuerzas de
marea, entonces Fisahn no ve ninguna razón por la cual las células
humanas no podrían serlo también.
Dado que se cree que la vida comenzó en los océanos, es posible que
algunos organismos terrestres aún conserven la maquinaria para
predecir las mareas, incluso si ya no sirve para un uso práctico.
E incluso si ya no tenemos este mecanismo, ninguno de los científicos
contactados para este artículo cuestiona el hallazgo básico de
Wehr: que los cambios de humor de sus pacientes bipolares son
rítmicos y que estos ritmos parecen correlacionarse con ciertos ciclos
gravitacionales de la Luna.
Por un lado, Wehr está manteniendo una mente abierta sobre el
mecanismo y espera que otros los vean como una invitación a
investigar más a fondo.
"No he respondido cómo está mediado este efecto, pero creo que las
cosas que encontré despiertan esas preguntas", dice.
Puedes leer el texto original (en inglés) en BBC Future.
TU CABELLO NO ES CASUALIDAD...
Nuestro cabello es la extensión física de nuestros pensamientos, nos
brinda la dirección a lo largo de nuestra vida; cada uno de nuestros
cabellos nos representa a nosotros mismos, son puntos de conexión
fuertes tanto de nuestro cuerpo como de nuestro espíritu según los
pueblos indígenas.
Los hombres y mujeres de sabiduría han llevado el cabello largo; en
cambio en los lugares donde se ha presentado la tiranía en cualquiera
de sus formas, el cabello corto ha sido obligatorio y éste, junto a
otros factores ha culminado con la derrota espiritual y física de los
pueblos.
El cabello tiene su propio lenguaje y carácter, y la forma en que sea
peinado es sumamente importante para quien lo porte:
La raya en medio representa la alineación del pensamiento.
La trenza, la unidad del pensamiento con el corazón.
El cabello suelto significa seguridad.
El cabello recogido, convicción.
Actualmente las personas se peinan sin conocer el significado de sus
acciones y el estilo en que se use, el cabello es importante pues
haciendo a un lado la vanidad o practicidad, la forma en que uno lleve
el cabello repercutirá directamente sobre nuestro estado de ánimo.
Adentrándonos al pensamiento de los pueblos indígenas
encontraremos que la forma de llevar peinado el cabello era de suma
importancia pues de esta manera se describía y anunciaba su
participación en diversos eventos: matrimonio o guerra, alegría o
duelo.
A través del cabello y los tocados que se llevaba sobre él se podía
saber la madurez de las personas, su estatus en la sociedad o los
tiempos de paz y guerra.
Los peinados eran como las estaciones; cambiaban en ocasiones
públicas, privadas y ceremoniales. El cabello representaba los
pensamientos y el estado espiritual del individuo; mostrando los
vínculos y la unidad espiritual de su familia y definiendo la armonía
cultural y el alineamiento espiritual de su comunidad.
El cabello representaba los estados de la naturaleza, fluían en línea
recta como las cascadas o eran ondulados como el agua del río.
A los niños indígenas se les enseñaba a lavar y enjuagar el cabello.
En las enseñanzas de muchas tribus indígenas el cortar el cabello
representaba un proceso de duelo o la proximidad con la muerte.
El cabello era un elemento místico en todas ellas.
No permitían que nadie tocara su cabello sin su permiso.
Sobre la importancia del cabello largo:
Desde hace mucho tiempo, pueblos de diferentes culturas, no cortan
su cabello, porque es una parte de lo que son.
Cuando al cabello se le permite alcanzar su máxima longitud,
entonces fósforo, calcio y vitamina D son producidos, y entran en el
líquido linfático y finalmente al líquido cefalorraquídeo a través de dos
conductos en la parte superior del cerebro.
Este cambio iónico hace a la memoria más eficiente y conduce a una
mayor energía física, mayor resistencia y estoicismo.
Si decides cortar el pelo, no sólo se perderá esta energía extra y
nutrientes, si no que tu cuerpo deberá proporcionar una gran
cantidad de energía vital y nutrientes para que vuelva a crecer el
cabello perdido.
Además, los cabellos son las antenas que recogen y canalizan la
energía del sol o (prana) a los lóbulos frontales, la parte del cerebro
que se utiliza para la meditación y la visualización.
Estas antenas actúan como conductos para lograr una mayor
cantidad de energía sutil, energía cósmica. Se tarda
aproximadamente tres años desde la última vez que se cortó el pelo
para formar nuevas antenas en las puntas del cabello.
Cabello mojado:
Cuando te recoges el cabello húmedo, tenderá a disminuir y apretar
un poco, e incluso romperse mientras se seca.
Una mejor idea es tomar de vez en cuando el tiempo para sentarse al
sol y permitir que su cabello limpio y húmedo se seque de forma
natural y absorba parte extra de vitamina D.
Los yoguis recomiendan lavar el cabello cada 72 horas (o más
frecuentemente si el cuero cabelludo suda mucho). También puede
ser beneficioso lavarse el pelo después de estar molesto o enojado,
para ayudar a procesar las emociones.
Corte de Pelo:
A menudo, cuando las personas eran conquistadas o esclavizadas, les
cortaban su cabello como un signo de esclavitud, impotencia y
humillación.
Los huesos de la frente son porosos y su función es de transmitir la
luz a la glándula pineal, que afecta la actividad cerebral, así como a la
tiroides y a las hormonas sexuales.
Así como tribus y sociedades enteras fueron conquistadas, el corte de
pelo se hizo tan frecuente que la importancia del cabello se perdió
después de unas pocas generaciones, y los peinados y la moda
llegaron a ser el foco.
Cerrando ciclos:
Nuestro cabello como cada célula de nuestro cuerpo tiene memoria,
por ello es común que cuando cerramos un capítulo de nuestra vida,
nuestro ser nos pida un corte de pelo, inconscientemente se debe a la
necesidad de renovación como cuando los árboles sueltan su corteza,
hasta que recupere su vitalidad.
Peine de madera
Los yoguis también recomiendan el uso de un peine de madera o un
cepillo para peinarse el cabello, ya que ofrece una gran cantidad de
circulación y la estimulación en el cuero cabelludo, y la madera no
genera electricidad estática, lo que provoca una pérdida de energía
del cabello hacia el cerebro.
Te darás cuenta de que, si te peinas desde la frente hacia atrás, de
atrás hacia delante, y luego varias veces hacia la derecha y hacia la
izquierda, te refrescará, no importa el largo de tu pelo. Todo el
cansancio del día se habrá ido.
Para las mujeres, se dice que el uso de esta técnica para peinar el
cabello dos veces al día puede ayudar a mantener la juventud, un
ciclo menstrual saludable y buena vista.
Si tienes problemas de calvicie, la falta de energía del cabello puede
ser contrarrestada con más meditación. Si estás encontrando algunas
hebras de plata (canas) en el cabello, ten en cuenta que la plata o el
color blanco aumentan el flujo de energía y vitaminas para
compensar el envejecimiento.
Para la salud del cerebro, a medida que envejece, trata de mantener
tu pelo lo más sano y natural posible.
Se dice que cuando permites que el pelo crezca en toda su longitud y
lo enrollas en la corona de la cabeza, la energía del Sol, el prana, la
energía vital, baja en la columna vertebral. Para contrarrestar esa
tendencia a la baja, la energía vital Kundalini se eleva para crear
equilibrio.
Tu cabello no está allí por error. Tiene un propósito.
Esther Peñas
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22
MAR
2019
«La gente es feliz. Tiene lo que desea y nunca desea lo que no puede
obtener. Está a gusto; está a salvo; nunca está enferma; no teme a
la muerte; ignora la pasión y la vejez; no hay padres ni madres que
estorben; no hay esposa ni hijos; ni amores excesivamente
fuertes». Así imaginó el escritor Aldous Huxley a los habitantes de un
futuro distópico, en el año 632 de la era fordiana, en su opus
magnum, en la que retrata una sociedad en la que los medicamentos
alteran el estado de ánimo, las mentes están programadas para que
no puedan imaginar maneras de vida alternativas a la que impera,
donde la distracciones de los medios de comunicación sirven de
grilletes mentales y en la que la facilidad para satisfacer el deseo
sexual ofrece la falsa sensación de plena libertad. Un mundo feliz lo
tituló.
Publicado en 1932, el texto se anticipó a las predicciones más aciagas
que escuchamos hoy en día: una humanidad sin capacidad de
respuesta, sin margen para la individualidad, la creación, la alteridad,
convertida en marioneta del poder. «Nuestros hombres están
condicionados de modo que apenas puedan obrar de otro modo que
como deban obrar», decía el británico. Con esta novela, que escribió
en apenas cuatro meses, Huxley reivindica la dignidad del individuo
como epicentro necesario de convivencia y nos recuerda que sin
cultura no hay libertad posible, renunciando él a la felicidad como
imperativo. Pero ¿quién fue este escritor que describió cómo la
humanidad quedaba felizmente esclavizada?
Aldous Huxley nace un mes de julio de 1894 (un año que contiene las
mismas cifras que otra de las distopías canónicas, 1984, de Orwell),
cerca de Londres. Su padre, un reputado biólogo; y su madre, de las
primeras mujeres que estudió en Oxford. Tiene tres hermanos. Tras
la muerte de su madre, su padre volvió a casarse y tuvo dos hijos
más –uno de ellos, Andrew Huxley, ganó el Premio Nobel de Medicina
por sus investigaciones sobre los impulsos eléctricos del sistema
nervioso–.
Durante su adolescencia, padece queratitis punctata, una grave
enfermedad ocular que produce opacidad en las córneas y que lo deja
prácticamente ciego durante dieciocho meses. En vez de arredrarse,
en ese periodo de tiempo comienza a aprender braille y estudia
piano. Sin embargo, esta dolencia le obliga a abandonar sus estudios
de medicina, iniciando los de literatura inglesa. Con tesón y cuidados
médicos, Aldous logra recuperar la vista, una experiencia que más
tarde narraría en El arte de ver.
Fue uno de los primeros escritores en experimentar con drogas
psicodélicas como el LSD o la mescalina
Sus primeras publicaciones –ninguna de ellas traducida aún al
castellano– son poemarios (La rueda ardiente, La derrota de la
juventud, Leda…) y un libro de cuentos, Limbo. Poco después
escribió su primera gran novela, Los escándalos de Crome, donde
relata con un mordaz estilo satírico las costumbres y extravagancias
de los artistas e intelectuales, que quedan retratados como pedantes,
frívolos y petimetres. Huxley mantuvo por aquella época una estrecha
amistad con el conocido como círculo de Bloomsbury, en especial con
Virginia Woolf o Lytton Strachey. Entre estos autores, su amigo más
cercano fue DH Lawrence, de quien publicó una selección epistolar
tras su muerte.
Ya por entonces Huxley era un viajero contumaz. Con los beneficios
cosechados con su primera novela, se compra un Citroën y recorre
Europa junto a su primera esposa, María, aventura de la que da
cuenta A lo largo del camino. Su primer viaje a España lo realiza en
abril de 1929, también en coche, con el principal objetivo de visitar el
Museo de El Prado. Unos meses más tarde, regresaría a España para
visitar ciudades como Ronda, Cádiz, Jerez, Sevilla, Barcelona,
Valencia, Almería, Granada o Tarragona.
Después, el británico decide instalarse en el sur de Francia, en una
casa cerca de la playa. Allí recibe a sus amigos como la
argentina Victoria Ocampo y lleva una vida familiar y apacible, hasta
que en 1932 el matrimonio –que tuvo un único hijo, Matthew– visita
Latinoamérica, recalando en Guatemala, Honduras, México y el
Caribe. A su regreso a Francia, Huxley se enfrasca con una novela en
la que reflexiona acerca de lo sexual y lo intelectual, Ciego en Gaza,
encontrando en la vía mística una resolución al conflicto que
encontraba el autor entre ambos territorios.
De su estancia en California –lugar al que la familia Huxley se
trasladó definitivamente en 1937–, quedaron algunos guiones
escritos para Hollywood, la amistad de un puñado de personalidades
del celuloide como Greta Garbo, Chaplin o George Cukor, la materia
para un nuevo texto (Viejo muere el cisne) y una nueva compañera
vital, Laura, con quien contrajo matrimonio en 1956, un año después
de que falleciese su esposa María.
Murió el 22 de noviembre de 1963, el mismo día que John Fitzgerald
Kennedy
Abstemio, fue uno de los primeros escritores en experimentar con
LSD y otras sustancias psicotrópicas como la mescalina o la
psilocibina en la década de los cincuenta. En su ensayo Las puertas
de la percepción, que escribió en 1954, recoge sus vivencias con las
drogas y describe minuciosamente los efectos alucinógenos y los
cambios sensoriales que él mismo vivió. El libro se convirtió en una
de las principales referencias literarias en el periodo de efervescencia
psicodélica de los años sesenta, tanto que la banda The Doors,
liderada por Jim Morrison, debe su nombre al ensayo de Huxley –no
es su única vinculación con la música: el escritor también aparece en
la emblemática portada del Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de
los Beatles–.
En 1961, un incendio destruye su casa por completo y arrasa con
todas sus pertenencias. En medio de las llamas, Aldous solo puede
rescatar un violín perteneciente a su segunda esposa y el manuscrito
de su novela La isla, una especie de contrapunto de Un mundo
feliz en la que llevaba un lustro trabajando. Un año antes le habían
diagnosticado un cáncer de lengua que, a base de radioterapia,
consiguió contener durante un tiempo para mantener sus
compromisos profesionales: siguió impartiendo conferencias en todo
el mundo y terminó su última obra, Literatura y ciencia.
El 22 de noviembre de 1963, el mismo día que Lee Harvey Owsald
asesinaba a John F. Kennedy en las calles de Dallas, Aldous Huxley
moría plácidamente en Nueva York tras pedir que le administrasen
una doble dosis de LSD como terapia paliativa en su agonía. Para
entonces, como él había dicho, «la investigación de las enfermedades
había avanzado tanto que cada vez era más difícil encontrar a alguien
completamente sano». Como él había pedido, aún de cuerpo
presente, se le leyó al oído El libro tibetano de los muertos para
iniciar su camino hacia el otro lado.
AVICENA.
(Abu'Ali al-Husayn ibn'abd Allah ibn Sina; Bujara, actual Irán, 980 -
Hamadan, id., 1037) Médico y filósofo persa considerado, junto a
Averroes, la más destacada figura de la filosofía árabe medieval. Los
trabajos de ibn Sina (Avicena es una latinización de su nombre)
abarcaron todos los campos del saber científico y artístico de su
tiempo, e influyeron en el pensamiento escolástico de la Europa
medieval, especialmente en los franciscanos.
Avicena
Educado por su padre en Bujara (pasó toda su vida en las regiones
del centro y el este de Irán), a los diez años ya había memorizado el
Corán y numerosos poemas árabes. Estudió medicina durante su
adolescencia, hasta recibir, con sólo dieciocho años, la protección del
príncipe Nuh ibn Mansur, lo cual le permitó entrar en contacto con la
biblioteca de la corte samánida.
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antisocial
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rebeldía, claro
Pasadas unas dos horas los soldados fueron reclamados por sus
superiores para que ocuparan sus puestos en las trincheras, a la
mañana siguiente se reanudó el combate. No se volverían a producir
más hechos similares durante la guerra.
¿Tan desastroso fue el militar Douglas Haig, Mariscal de Campo de
Gran Bretaña?
¿Realmente fue un incompetente que sacrificó 600,000 vidas durante
la Batalla de Somme en cuatro meses, o fue un brillante estratega
que ganó la Primera Guerra Mundial?. Esta es una pregunta que ha
sido motivo de profundos análisis por parte de los historiadores.
Pierre Bourdieu: Si, porque saca el velo que existe sobre cosas
escondidas y a veces reprimidas. Ella revela, por ejemplo, la
correlación entre el éxito escolar, que se identifica con la inteligencia,
y el origen social o, más aún, con el capital cultural heredado de la
familia. Son verdades que los tecnócratas, los epistemócratas (es
decir buena cantidad de aquellos que leen la sociología y de los que la
financian) no quieren oír. Otro ejemplo: la sociología muestra que el
mundo científico es el lugar de una competencia que está orientada
por la búsqueda de beneficios específicos (premios Nóbel y otros,
prioridad del hallazgo, prestigio, etc.) y conducida en nombre de
intereses específicos (es decir irreductibles a los intereses económicos
en su forma ordinaria y percibidos por lo mismo como
“desinteresados”). Esta descripción cuestiona evidentemente una
hagiografía científica en la cual participan a menudo los científicos y
de la cual éstos tienen necesidad para creer lo que hacen.
Ejemplos de ideología
Los empiristas afirman que todas las ideas que una mente puede
entretener se han formado a través de alguna experiencia o, para
usar un término un poco más técnico, a través de alguna impresión.
Así es como David Hume expresó este credo: "debe ser una
impresión que dé lugar a cada idea real" (Tratado de la naturaleza
humana, Libro I, Sección IV, cap. Vi). De hecho, continúa Hume en el
Libro II, "todas nuestras ideas o percepciones más débiles son copias
de nuestras impresiones o de otras más vivas".
"Si duda de esto, vea si puede, por palabras, darle a cualquiera que
nunca haya probado la piña una idea del sabor de esa fruta. Puede
acercarse a ella al enterarse de su parecido con otros gustos de los
cuales ya tiene las ideas en su memoria, impresas allí por las cosas
que se ha metido en la boca; pero esto no le da esa idea por
definición, sino que simplemente plantea en él otras ideas simples
que aún serán muy diferentes del verdadero sabor de piña ".
Si Hume tenía razón o no está más allá del punto. Lo que importa es
que la explicación empirista del yo es, típicamente, una que trata de
eliminar la unidad del yo. En otras palabras, la idea de que hay una
cosa que sobrevive a lo largo de toda nuestra vida es una ilusión.
Thai Nguyen
CONTRIBUTOR
Marzo 14, 2017 6 min de lectura
Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son
personales.
Algunos de los grandes líderes en la historia fueron estoicos: Cicerón,
Epicteto, Séneca, Marco Aurelio. No es ninguna sorpresa
considerando el énfasis del estoicismo en el auto dominio. El éxito y
el liderazgo salen del reflejo en el espejo. La clave es no reaccionar o
responder a las circunstancias externas. Los estoicos nos enseñaron
que, aunque no podemos controlar lo que nos pasa en la vida,
podemos controlar nuestra percepción. Eso hace toda la diferencia.
Para responder necesitas estar consciente y tener el control para no
dejarte dominar por las emociones. Podemos escoger percibir los
eventos de una forma productiva o destructiva. Los estoicos
decidieron ver el vaso medio lleno. Vieron el lado positivo en cada
cosa. Estas siete lecciones del estoicismo sin duda le darán un cambio
positivo a tu vida.
1. Meditar sobre el pensamiento.
"Si estás angustiado por algo externo, el dolor no se debe a la cosa
en sí, sino a tu estimación de ella, y tienes el poder de evitarlo en
cualquier momento”, Marco Aurelio
Sólo una mente atenta puede filtrar y revocar los pensamientos
malos. El estoicismo enseñó la clara distinción entre tus
pensamientos y comportamientos. Es como ese viejo adagio, piensa
antes de actuar. La persona sin sentido actúa sin pensar.
La próxima vez que te enfrentes a alguien en una conversación
frustrante o si tu horario está fuera de control, detente por un
momento para procesar lo pasó, luego pregúntate: ¿cuál es la mejor
forma de responder? El simple acto provoca la auto reflexión que
necesitas para ponerle fin a las respuestas negativas e impulsivas.
2. Nuevo día, nuevo comienzo
“Comienza a vivir y cuenta cada día como una nueva vida”, Séneca
Los estoicos veían cada día como una nueva oportunidad. Recuerda,
sólo necesitas un evento, una conversación para cambiar
completamente la trayectoria de tu vida. Un día malo no significa que
deba ser una mala semana. Si no entregas un trabajo a tiempo puede
provocar que te rechacen en ciertos empleos. Cuando encuentran el
cáncer es necesario sacarlo antes de que se esparza por todo el
cuerpo. Pon un fin al efecto dominó antes de que tus pequeños
errores se conviertan en grandes crisis.
3. Acción propuesta
“Si una persona no sabe hacia qué puerto navega, ningún viento es
favorable”, Séneca.
Un estoico se despierta y sabe exactamente lo que quiere hacer en su
día, sus metas y destino son claros. Si empiezas tu día escribiendo
tus metas, crearás un compromiso psicológico previo que aumentará
la probabilidad de que se cumplan. Toda acción debe estar conectada
con el destino. De otra forma puedes navegar todo el día y terminar
donde iniciaste.
4. Hay una temporada para todo
“Lo mejor no se crea de la nada, así como un racimo de uvas o un
higo. Si me dices que quieres un higo, te diré que debes darle
tiempo. Deja que primero florezca, dé sus frutos y luego madure”,
Epicteto
La gente ambiciosa vive diez años hacia el futuro. La paciencia no es
nuestra virtud. El estoicismo hacía hincapié en vivir de acuerdo a
nuestro flujo interno y en el flujo externo de la vida. La paciencia no
es enemiga de la productividad. Tratar de encontrar atajos
constantemente hará que te muevas en círculos. La calidad es
sacrificada si se desarrollan los productos rápido. La emoción provoca
que no sepamos hacer los procedimientos necesarios.
5. Ya estás ahí
“La verdadera felicidad es disfrutar el presente sin depender
ansiosamente del futuro, no para divertirnos, ya sea con esperanzas
o temores, si no para descansar satisfechos con lo que tenemos, lo
cual es suficiente”, Séneca
Todos creemos que los logros y el éxito nos llevarán a la felicidad,
pero sorprendentemente la ecuación puede ser diferente, la felicidad
nos trae el éxito y los logros. La ciencia moderna ha descubierto lo
que los estoicos lo supieron durante siglos.
6. Autenticidad
"Si yo fuera un ruiseñor, me gustaría hacer el papel de un ruiseñor; si
yo fuera un cisne, la parte de un cisne”, Epicteto
Es muy importante tener mentores y modelos a los cuales admirar.
Pero la emulación puede convertirse en imitación y todo lo que vas a
producir son copias. El estoicismo enfatizaba la armonía entre la
aceptación y el cambio, el balance perfecto de destino y libre
albedrío. Averigua cuáles son tus talentos y explótalos. Siempre
buscamos fuentes externas para tener inspiración cuando la
respuesta en realidad está más adentro.
7. Acepta la muerte.
“Practica la muerte, decir esto es decirle a alguien que ensaye su
libertad. Una persona que ha aprendido como morir ha olvidado cómo
ser un esclavo”, Séneca
No es algo de lo que nos gusta hablar, pero la muerte es lo único
certero en nuestra vida. Confrontar eso es realmente liberador. Te
des cuenta o no, la ansiedad por la muerte es la raíz de nuestros
miedos. Nuestro mecanismo de lucha/huida sirven para preservar la
vida, escaparnos de la muerte. Pero se activa mucho antes de que la
muerte entre a la pintura, paralizándonos para no salir de
nuestra zona de confort para perseguir nuestras pasiones y
creaciones.
Los estoicos miraban a la muerte a los ojos y la aceptaban como
parte natural de la vida. Steve Jobs lo dijo muy bien: “Recordar que
vas a morir es la mejor forma que conozco para evitar la trampa de
pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón
para no seguir a tu corazón”.
LA FELICIDAD, UN IMPOSIBLE NECESARIO
M. SALCON Philos Sophia
De todos los modos planteados para abordar la cuestión de la
felicidad ninguna es alentadora. Nos encanta leer cuestiones positivas
sobre la felicidad. Se nos dice que es un objetivo vital. Todos leemos
la posibilidad real de alcanzarla. La autoayuda, tan de moda en
nuestros días, nos plantea un camino para ser felices. Todos hemos
leído claves para una felicidad plena. Pero Julián Marías (1914 –
2005) es quien nos da la primera pista anunciándola como un
imposible necesario. Esto es lo que vamos a intentar desarrollar en el
presento escrito, pese a que la verdad no sea motivo de jovialidad
para ninguno de nosotros. De lo que nos va a servir es de enfoque en
pos de localizarla.
LA UTOPÍA DE LA FELICIDAD
Al preguntarle en una conferencia en Estados Unidos al escritor
Eduardo Galeano (1940 – 2015) sobre el para qué de las utopías éste
afirmó que servían para caminar. El horizonte donde se encuentra la
utopía se desplaza con nosotros conforme caminamos. Si damos 50
pasos, la utopía se aleja otros 50. El horizonte es siempre
inalcanzable. Aún así tenemos que caminar por el simple hecho de
avanzar. Aquello de que hay que apuntar a las estrellas para llegar al
cielo se hace real en su filosofía. Es lo mismo que lo que nos dice J.
Marías: la felicidad es esa utopía imposible pero necesaria.
Si hacemos la clásica búsqueda de la RAE encontraremos que la
felicidad es un estado de grata satisfacción espiritual y física. Esto
quiere decir que, siendo un estado, no se es feliz sino que se puede
estar feliz. Marías lo enfoca del mismo modo que lo haría Sócrates,
en palabras de su discípulo Platón, 2.400 años antes: el secreto de la
felicidad radica en el desarrollo de tratar de disfrutar de menos.
La vida es un camino, por lo que tenemos que caminar en ella. En
búsqueda de la utopía, por ejemplo. Supongamos que el camino es
por el desierto. Sabemos, siguiendo con la metáfora, que en el
desierto (que es la vida) se pasa sed, hambre, calor de día y frío de
noche. Que los recursos son limitados y tenemos que hacer buen uso
de ellos. Que tenemos que orientarnos y no perdernos. Pero tenemos
que caminar. Cuando Saint Exupery se encontraba perdido en el
desierto caminaba buscando agua. Eso le dijo su niño interior que
tenía que hacer. Eso hizo. Encontró agua y sobrevivió. Ese es nuestro
quehacer: buscar agua; buscar un oasis en el desierto en el que
pacer cuan ganado en prado. A sabiendas de que hemos de seguir
caminando. Que la vida no se acaba en el oasis. Puede que incluso
agotemos el oasis. Puede, también, que el oasis llegue a aburrirnos y
a no aportarnos aquel descanso que encontramos cuando llegamos.
Paramos en el oasis, encontramos a la felicidad, estamos en el oasis
(por tanto, felices) y hemos de continuar nuestro camino por el
desierto.
LA INCERTIDUMBRE
Marías nos decía que la búsqueda de la felicidad nos causa
inseguridad. La inseguridad sería de la incertidumbre. Si estamos
parados como nuestro Saint-Exupery en medio del desierto sabemos
a ciencia cierta cuál es nuestro sediento destino. Si caminamos puede
que no encontremos oasis alguno. Así, hay quien decide no caminar y
permanecer siempre en la seguridad del estado del desierto. Puede
que incluso haya quien encuentre cierta paz en esa sensación. Jesús
de Nazaret, cuenta la leyenda, pasó 3 años en el desierto. Allí,
cuentan las mismas lenguas, encontró paz. Qué tendría que buscar
un hijo de Dios es algo que podemos discutir en otra ocasión. La vida
es permanente inseguridad. Se mire por donde se quiera mirar.
La cuestión aquí importante es que no vamos a encontrar jamás un
ser consciente y feliz. A día de hoy, incluso, se nos plantea más
complicado. La felicidad se confunde con realidades localizadas, como
el placer o el bienestar. Este último nace del siglo XVII y se desarrolla
con el utilitarismo inglés del siglo XIX. La prosperidad; la estabilidad,
suponen felicidad para ellos.
La felicidad es estrictamente un asunto personal, de esto es de lo que
no queremos darnos cuenta. La persona puede ser más o menos feliz,
pero depende de ella, de sus circunstancias. La circunstancia se hace
de inseguridad. La felicidad no se puede buscar directamente sino
que resulta cuando uno busca las cosas que verdaderamente le
interesan. La felicidad es el premio inesperado cuando se realizan los
proyectos más profundos y más auténticos de cada persona. Han de
emerger de la persona, de lo que uno quiere ser, de esos proyectos
referidos. Tenemos que volver a darnos cuenta de que los bienes son
cuestiones periféricas que no encajan en esta búsqueda de realización
por medio de proyectos estrictamente personales.
VUELTA AL HUMANISMO
Tengamos en cuenta que Julián Marías es hijo de la filosofía
de Ortega y Gasset y de la Escuela de Madrid. Esto supone que su
centro es la vida humana y su realidad radical. Encontramos un
humanismo que vuelve a crecer en la sociedad de habla hispana.
Damos por sentado, pues, que no se puede ser feliz de un modo
común a toda la humanidad. Cada individuo es, redudando a
sabiendas, un sujeto individual con sus quehaceres, proyectos,
ilusiones y motivaciones particulares. No hay un proyecto de felicidad
mundial. ¿No puede alguien de África ser feliz por no poder
sumergirse en el proyecto vital occidental?
Hacerles creer esta burda mentira es lo que motiva -entre otras
cuestiones- a muchas personas a jugarse la vida buscando la felicidad
de las películas y de las novelas ‘best-seller’ de nuestra época.
Cruzan mares u océanos; selvas, vallas y laberintos buscando algo
que ni siquiera existe en la cultura occidental más que en la ciencia
ficción. Algo impuesto por la cultura pero que escapa de la raíz misma
de los seres humanos.
Lo que nos queda entonces es el caminar hacia aquel horizonte
utópico, ideal y personal del que nos habló Galeano. Quizá la felicidad
sea en todo punto inalcanzable pero no tenemos otro remedio que el
de seguir caminando. Esa es la vida, al fin y al cabo. En eso consiste
el camino por el desierto: busquemos agua, busquemos felicidad. Es
necesario buscarla. Quizá imposible hallarla.
M.Salcón
LA VOLUNTAD DE PODER EN NIETZSCHE
24 mayo, 2019
Este artículo fue redactado y avalado por la filósofa Laura Llorente
0Compartidos
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Nietzsche es uno de los filósofos más importantes del siglo XIX, junto
a otras figuras destacadas como Sigmund Freud y Karl Marx. Estos
pensadores han sido denominados “filósofos de la sospecha” por
su afán de desenmascarar la falsedad escondida bajo los valores
ilustrados de racionalidad y verdad. En particular, Nietzche habló de
la voluntad de poder.
Según Nietzsche, la cultura occidental está viciada al haber
pretendido instaurar la racionalidad en todos los aspectos de la vida.
Ya desde los comienzos de la cultura occidental en Grecia, la
racionalidad representa un síntoma de decadencia. Es decadente todo
aquello que se opone a los valores del existir instintivo y biológico del
hombre.
Para entender la filosofía nietzscheana, no hemos de perder de vista
su dura crítica a Platón por postular el mundo de las ideas. Su
filosofía rechaza estas trampas metafísicas: el mundo racional, el
mundo moral y el mundo religioso. El principio fundamental de la
teoría Nietzscheana es el concepto de vida. Para comprender lo que
este pensador entendía por “vida” no se debe perder de vista la
absoluta negación del mundo platónico racional.
Nietzsche y el concepto de vida
Para el filósofo alemán, la vida se sustenta en dos principios básicos:
el principio de conservación y el de aumento.
Postula que solo hay vida en tanto que esta se conserva a sí misma.
Eso sí, esta capacidad de conservación se debe al constante
movimiento, a la necesidad de aumento. Si lo que se conserva no
aumenta, muere. La vida se conserva porque aumenta gracias a la
consecución de aquello que nos hace tener más vida.
Todo este espacio vital, de cuyos principios nos hemos hecho eco, se
entiende como la voluntad de poder.
Los dos principios vitales de la filosofía Nietzscheana son el de
conservación y aumento. Si no intentamos aumentar lo que tenemos,
no podremos conservar lo que tenemos.
La voluntad de poder en Nietzsche
La voluntad de poder es el mismo devenir de la vida. Podría decirse
incluso que la vida es voluntad de poder porque es ella quien
conquista lo que anhelamos, la que intenta obtener lo que deseamos
y la que domina lo que poseemos.
La voluntad de poder es la vida eyectada hacia un horizonte en el que
encontramos y obtenemos lo que deseamos. Por tanto, quiere cosas
y quiere aumentar lo que posee. Pero es imprescindible decir que la
voluntad de poder, antes de desear nada, debe quererse a sí misma;
solo de esta manera querrá aumentar lo que posee para conservar lo
que ya tiene.
Imaginemos que deseamos comprarnos un coche pero, en el instante
en que lo queremos, no poseemos la liquidez suficiente para
obtenerlo. La conservación de ese deseo tan solo será posible si
trabajamos para intentar aumentar nuestros ahorros con la finalidad
de poder pagar el coche deseado. Si no hiciéramos nada para
conseguir ese objetivo, ese deseo desaparecería como querencia y
como motivación.
La voluntad de poder se quiere a sí misma
Una vez que la voluntad de poder quiere su propia conservación
también entiende que todo lo que ha conquistado no podrá
mantenerlo si tan solo lo conserva. Para poder conservar, hay que
aumentar, hay que seguir conquistando terreno.
La voluntad de poder es intencional y proyectada hacia el mundo de
la vida, único lugar donde podrá obtener lo que desea. La naturaleza
de esta voluntad es el movimiento, el no pararse nunca, el seguir
expandiéndose. Según Nietzsche, si nos conformamos con lo que en
este momento tenemos y no intentamos aumentarlo, morimos (en un
sentido metafórico en el que la voluntad de poder se petrifica).
“No hay hechos. Solo hay interpretaciones”.
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Psicología holística para entender el comportamiento
Michel Foucault fue uno de los pensadores más influyentes del siglo
XX. Su extenso legado abarca estudios críticos sobre medicina,
psiquiatría, instituciones sociales, ciencias humanas y tratados sobre
la sexualidad. El presente escrito intenta plasmar los conceptos
básicos que este autor desarrolló acerca del autocuidado como signo
de libertad.
Parte de los escritos de Foucault se caracterizan por sus profundos
análisis sobre las relaciones de poder, discurso y conocimiento, los
cuales han merecido extensos y acalorados debates. Su postura
crítica y auténtica frente a la modernidad hace que sea uno de los
autores más leídos. Al igual que un referente clave en temas
relacionados con las humanidades.
“El ser humano pasa la primera mitad de su vida arruinando la salud
y la otra mitad intentando restablecerla”.
-Joseph Leonard-
En términos generales, Foucault se refiere al cuidado de uno mismo
como un signo de libertad. Señala la importancia del cuerpo-mente
como una unidad trascendente y singular. Existimos para generar
autoconciencia y responsabilidad sobre nuestra propia vida. Para
esto, es necesario llevar a cabo un proceso de aprendizaje y pasar
por un sinnúmero de situaciones en donde ese aprendizaje se pone
en práctica.
Preparándonos para el autocuidado
Para Foucault, el alma es equiparable al sujeto. Y como sujeto, no
puede desconocer o pretender ignorar los retos que implica la
existencia. Por tal motivo, le otorga una especial importancia al hecho
de prepararse para la vida adulta. Esta involucra, entre otras cosas,
tener el discernimiento para identificar los errores y los hábitos
nocivos que acompañan nuestro paso por el mundo.
Michel Foucault
Ese cuidado de sí es algo que solo puede proporcionarse el mismo
sujeto. Es una forma de pertenecerse a sí mismo, de “ser yo”. Para
Foucault esto solo es posible en función de la relación que
establezcamos con la verdad y con el saber. Si esta relación es
adecuada, aparecerá la capacidad para decidir qué rechazamos y qué
aceptamos; qué mantenemos igual y qué cambiamos de nosotros
mismos.
Adicionalmente, plantea la importancia de mantener una relación de
crecimiento con los demás y lo que nos rodea.
Dicha retroalimentación implica el aprendizaje como ser social. De
manera complementaria nos invita a escuchar, a valorar la
experiencia de otros como fuente de conocimiento que enriquece
nuestro ser. El trasegar por el mundo de otros es un referente o
experiencia indirecta igualmente valiosa.
Ocuparse de uno mismo no implica una actitud egocentrista, sino
todo lo contrario. Significa tener conciencia plena de todas nuestras
potencialidades y limitaciones. De forma complementaria, hay que
sentir interés por el otro y esto solo es posible si hay interés por
nosotros mismos. De lo que se trata, con este modelo de
pensamiento, es de aprender a cuidar y a tomar la realidad en
nuestras manos.
El conocimiento y la acción van de la mano
A manera de ejemplo, el médico obtiene un aprendizaje teórico y
práctico para ejercer su oficio en el bienestar y cuidado de los demás.
Atraviesa diferentes etapas y llega a comprender que el sujeto es una
unidad compuesta de cuerpo y mente. Es decir que cuando una
persona incorpora el conocimiento del cuidado a su vida, lo puede
convertir en una en los dos sentidos.
12
Los expertos aseguran que la falsa madurez y el hecho de vivir
rodeado de mensajes sexuales afecta a la autoestima
Teoría de la
esvástica de Carl Sagan.
Lo cierto es que podremos encontrarlo en diferentes culturas muchas
de ellas de gran antigüedad, como en el vaso celtíbero del siglo
II que vemos al inicio del artículo, aunque, principalmente en la
historia del arte, podemos hallarla en gran cantidad de ocasiones.
EL EXISTENCIALISMO SARTREANO
25 abril, 2019
Este artículo fue redactado y avalado por la filósofa Laura Llorente
Sartre es un de esos filósofos que han marcado un antes y un
después en la historia de la psicología. Hoy nos acercamos a su
pensamiento, prestando especial atención a la construcción de su
existencialismo.
0Compartidos
El origen de la frase 'conócete a ti mismo' del templo de Apolo
El camino del té: una práctica llena de armonía y conexión
Psicología holística para entender el comportamiento
La frase «Un hombre es lo que hace con lo que hicieron de él» es
muy reveladora en el pensamiento de Jean-Paul Charles Aymard
Sartre. De hecho, podemos decir que en su seno recoge la base del
existencialismo sartreano.
El ser humano se define, entre otras cosas, por su cualidad de
temporalidad. Todo hombre tiene pasado, presente y futuro. La
concepción de esta temporalidad es lo que hace del existencialismo
sartreano algo tan especial. De hecho, su forma de concebir la
existencia es una de las más importantes del S.XX.
La conciencia es intencional
La teoría marxista había explicado la conciencia humana como
una conciencia refleja y pasiva ante los condicionamientos del mundo
que la rodean. La conciencia, para esta línea de pensamiento, era
refleja y estaba totalmente separada del mundo. Sartre va a renegar
de estas teorías marxistas postulando un materialismo humanista.
La conciencia humana es activa; su relación con el mundo no es de
pasividad, sino que, al estar proyectada hacia el futuro, lo construye.
Conciencia y mundo son inseparables, y solo hay “conciencia de si”
en tanto que hay “conciencia de mundo”.
Theodor Adorno
En todas las fotos que le tomaron, ya sea posando o de forma casual,
incluso en las que él mismo se sacó, la cara de Theodor
Adorno siempre tiene una expresión de explícita aversión por el
mundo. La cabeza calva, los anteojos redondos, sus labios apretados
y una mirada que parece ubicarse entre el desencanto y el
desinterés. La única imagen donde se vislumbra algo parecido a una
sonrisa es de 1964. Está en una convención de intelectuales en
Heidelberg, al aire libre, todos de traje. Atrás, un joven Jürgen
Habermas se rasca la cabeza. En el centro de la escena, Adorno
saluda con un amistoso apretón de manos a Max Horkheimer, con
quien escribió el emblemático libro Dialéctica del Iluminismo, piedra
angular de la Escuela de Frankfurt. Incluso en esa imagen, la sonrisa
es a medias; su apatía se impone.
¿Quién fue Adorno y por qué todos los que han leído algunas de sus
ideas —ideas como liendres aguerridas— no han podido sacárselas de
la cabeza? Algo de todo esto queda claro en Sobre la teoría de la
historia y de la libertad, libro que acaba de editar Eterna Cadencia
con traducción de Miguel Vedda y que reúne una serie de clases —28
lecciones, para ser preciso— sobre progreso, libertad e historia que
dio entre 1964 y 1965. En el prólogo, Mariana Dimópulos da cuenta
de una serie de interrogantes claves para pensar el libro y el
pensamiento de Adorno ubicándolo entre Hegel y Kant. "El hombre
funciona como recordatorio de que la relación entre la parte y el todo
no siempre es de perfecta integración", escribe la investigadora
argentina dando cuenta de una obsesión de Adorno: la contingencia.
Theodor Adorno
Esta tarde, a las 19 horas en el Centro Cultural Paco Urondo, se
presentará Sobre la teoría de la historia y de la libertad.
Estarán Miguel Vedda (su traductor), Mariana Dimópulos (quien
realizó el prólogo) junto a Pablo Gianera, Silvia Schwarzböck y María
Belforte. Si bien el libro tiene ese lenguaje "pomposo", está marcado
por la oralidad, lo cual lo envuelve en una lectura muy agradable. Allí,
Adorno dispara conceptos profundos e inquietantes con nutridas
argumentaciones. Por ejemplo: "Incluso en la esfera del consumo,
como significativamente se denomina aquello que antes se llamaba
goce, [los seres humanos] se han convertido ahora en apéndices de
la máquina (…) La libertad se convierte insignificante, mísera,
escasamente en posibilidad de conservar la propia vida".
"Donde parece existir un grado óptimo de libertad, la gente no hace
ningún uso de ella", se lee, y más adelante: "La libertad es, al mismo
tiempo, un ámbito de experiencia subjetiva; es decir, no debe ser
considerada solo según la medida que le es prescripta a uno
objetivamente. Cuando falta este interés, esta conciencia, no hay
tampoco libertad". Sus palabras son agudas, potentes, molestas, sin
embargo tienen el mismo propósito de cualquier marxista: despertar
conciencias y transformar el mundo. En el fondo de su pesimismo,
hay una esperanza inquebrantable.
Tenía apenas 66 años durante aquel verano suizo cuando murió. La
situación es extraña, aunque no por eso menos real. Corría el mes de
julio de 1969 —había concluido en Mayo Francés pero las
movilizaciones estudiantiles y obreras no cesaban— y este filósofo
judío alemán había decidido tomarse unas vacaciones en Viège. Hacía
tiempo que venía obsesionado con el alpinismo. Los médicos le
habían recomendado que no se expusiera a ese tipo de climas y
menos a ese tipo de actividades. No hizo caso. No le interesaba hacer
caso. En una excursión rumbo a las montañas padeció ataques de
arritmia y palpitaciones que lo afectaron al punto tal de tener que
internarse. Unos días después, el 6 de agosto para ser preciso, tuvo
un infarto agudo de miocardio. Hoy se cumplen cincuenta años de su
muerte.
EL CÓDIGO DE HAMMURABI
¿Qué es el Código de Hammurabi?
La época de la Babilonia contemporánea a Hammurabi no solo es
famosa por todos los logros conseguidos a nivel de unificación política
o religiosa, sino que también es mundialmente conocida por ser la
época a la que pertenece uno de los códigos legislativos más antiguos
de la Historia, el Código de Hammurabi. Tallado en un bloque de
diorita de unos 2,50 metros de altura por 1,90 metros de base, el
primero y original fue colocado en el templo de la ciudad de Sippar, y
se colocaron otros ejemplares a lo largo y ancho del imperio
babilónico.
Durante las diferentes invasiones que sufrió Babilonia en los siglos
posteriores al reinado de Hammurabi, el Código fue trasladado a la
ciudad de Susa (en Elam), actualmente en el Juzestán (Irán). Y fue
justo en esta ciudad donde fue descubierto por la expedición
arqueológica dirigida por Jacques de Morgan, en diciembre de 1901.
Tras este asombroso descubrimiento, fue llevado a París, donde el
padre Jean-Vincent Scheil tradujo el código al francés.
Posteriormente, el código se instaló en el Museo del Louvre (París) y
ha seguido ahí hasta nuestros días.
Mapa de la extensión de Babilonia antes, durante y después de
Hammurabi (Liverani, 2014)
Objetivos del Código de Hammurabi
Hay distintas opiniones acerca del momento exacto del reinado de
Hammurabi en el que se creó el código, aunque por lo general se
suele situar aproximadamente en el 1760 a.C. Este famoso código
legislativo se elaboró partiendo de la llamada «Ley del Talión«. Para
que lo entendáis, grosso modo, la Ley del Talión dicta que se aplique
el “ojo por ojo, diente por diente”, es decir, que si una persona
cometía un delito debía recibir un castigo del mismo valor. Uno de los
grandes logros que se consiguió con este código legislativo fue el
acabar en cierta medida con el derecho que se habían auto impuesto
las familias de hacer justicia por cuenta propia, reemplazando de este
modo la venganza familiar por un riguroso sistema de castigos.
Estela del Código de Hammurabi, expuesta en el Museo del Louvre
Estas leyes, al igual que sucede con casi todos los Códigos en la
Antigüedad, eran consideradas de origen divino, tal y como podemos
apreciar gracias a la imagen tallada en lo alto de la estela, donde el
dios Shamash, el dios de la Justicia, entrega las leyes al rey
Hammurabi. De hecho, había mucha conexión entre religión y justicia
en periodos anteriores, ya que función de la administración de justicia
recaía en los sacerdotes, y no es hasta la creación del Código de
Hammurabi cuando éstos pierden ese poder.
Por otra parte, el establecimiento de este código también implicó otra
ventaja: como no había unos castigos determinados a cada tipo de
delito, no se podía hacer nada para evitar la excesiva subjetividad de
cada juez a la hora de establecer las penas por uno de esos delitos.
Como ya he indicado en anteriores entradas, Hammurabi fue pionero
en no considerarse de origen divino, sino un pastor que tenía que
guiar a su rebaño de ovejas. Sin embargo, eso no significa que
Hammurabi se pusiera otros títulos como el de «favorito de los
dioses». A nivel práctico, el objetivo que se buscaba con la creación
de este código era homogeneizar jurídicamente el reino de
Hammurabi, ya que, dando a todas las partes del reino una
legislación común, se podía controlar el conjunto con mayor facilidad.
Vista detallada
de la parte inferior del Código de Hammurabi
Contenidos del Código de Hammurabi
En total, las leyes que aparecen escritas en el Código de Hammurabi
son 282, pero faltan la número 13, 66, 99, 110 y 111, que son
ilegibles por el deterioro. Todas las demás están escritas en babilonio
antiguo y fijan diversas reglas de la vida cotidiana, no ordenadas tal y
como las presento aquí. En primer lugar, establece una jerarquización
clara de la sociedad, aclarando que existen tres grupos sociales: los
hombres libres, los siervos o subalternos, y los esclavos. En segundo
lugar, fija los salarios que ganan los trabajadores o cobran a los
clientes de distintas profesiones, instaurando diferencias que
dependen del grupo social al que pertenezcas. Otro asunto del que se
habla en esta categoría es de la responsabilidad profesional. Por
poner un ejemplo, si un arquitecto construye una casa que después
se derrumba matando dentro a sus ocupantes, ese arquitecto es
condenado a pena de muerte.
En tercer lugar, se dan los detalles acerca del funcionamiento
y aplicación práctica de la justicia, que se impartirá en juicios llevados
a cabo en tribunales y con derecho de apelación al rey. Además, lo
que dicte el juez de pena tiene que atenerse a lo escrito en el Código
y tiene que hacerse oficial dejándolo por escrito. En este apartado
hay que aclarar que el castigo varía dependiendo del tipo de
delincuente y víctima, ya que no es lo mismo que un hombre libre
ataque a un esclavo que viceversa.
En el Código de Hammurabi también se tratan otro tipo de leyes
referidas al robo, la actividad agrícola, el daño a la propiedad, la
mujer, el matrimonio, los menores de edad, los esclavos, el homicidio
y las lesiones. Un aspecto bastante curioso de este código es que fue
colocado y expuesto de modo que pudiera ser visto por todo el
mundo, para que nadie alegara que había cometido un delito
ignorando que existía una pena.
Detalle de
la parte superior del Código de Hammurabi
3Compartidos
El origen de la frase 'conócete a ti mismo' del templo de Apolo
El camino del té: una práctica llena de armonía y conexión
Psicología holística para entender el comportamiento
Hasta no hace mucho, la noción de que la conciencia pueda surgir a
partir de la confluencia de componentes de la realidad física ha
estado asociada más con la magia medieval que con la ciencia sobria.
Pero la ciencia cuántica, con sus experimentos, nos dice que la
realidad que percibimos emerge a través del acto de medición que
sobre ella ejercemos.
Tal asunción parece poner en entredicho la naturaleza de la realidad
en la que creemos movernos y sugiere que la conciencia afecta a la
materia, en tanto que puede ser la propia conciencia la que, para
nosotros, determine los elementos físicos de nuestra realidad y no a
la inversa, como se ha pensado clásicamente.
Una de los interrogantes más extraños y fascinantes que puede
generar la física cuántica es la posibilidad de que el mundo que
experimentamos esté siendo generado por nuestra percepción del
mismo, de los atributos externos a nosotros mismo que lo conforman.
Dicho con otras palabras: es posible que la realidad no exista si no
está siendo observada.
Por tanto, podría afirmarse que el observador afecta a lo
observado. Cuando se mide el comportamiento de una partícula por
medio de la observación, se está influyendo sobre su estado natural y
la medida puede no resultar exacta.
Así, al observar la conducta de la luz, comprobaremos que esta
actuará como una partícula física o fotón, si dejas de observarla, o
bien se comportará como una onda que se desplaza en el espacio, si
la observación no se produce en un momento discreto del tiempo.
Esta dualidad onda-corpúsculo constituye una de las bases de nuestro
conocimiento cuántico.
Los saltos cuánticos, los cambios bruscos del estado físico de un
sistema de forma prácticamente instantánea, pueden encontrarse en
tu bar favorito y en el supermercado local.
1Compartidos
El origen de la frase 'conócete a ti mismo' del templo de Apolo
El camino del té: una práctica llena de armonía y conexión
Psicología holística para entender el comportamiento
Kierkegaard, predecesor de los autores como Heidegger, Nietzsche o
Sartre, es considerado padre del existencialismo, y creador del
concepto de angustia existencial. Fue el primero en postular que lo
más importante del ser humano es su existencia en el mundo.
Aquella esencia que propugnaban Kant, Hegel, etc. es algo
incognoscible y por tanto no sería objeto de conocimiento ni de
verdad.
Kierkegaard tenía un enfoque sobre el ser humano muy centrado en
la autorrealización. Pensemos que este autor tenía en frente la
Revolución Industrial, que había convertido al ser humano en algo
insignificante. El trabajo de un artesano podía ser replicado ad
infinitum por una misma máquina que realizaría un esfuerzo mucho
más pequeño que el del artesano.
Si hoy día pensamos en actividades que creemos que nos son
propias, como la escritura de un poema o la representación de un
cuadro, y miramos los avances tecnológicos, veremos que estos
supuestos talentos del ser humano, fruto de sus emociones, son
perfectamente reproducibles por máquinas cuya inteligencia artificial
supera con creces la nuestra aunque carezcan (aún) de emociones…
Tanto la Revolución Industrial como la Revolución Tecnológica pone al
ser humano en un lugar indeterminado donde tan siquiera es
imprescindible. Y es aquí donde el hombre comienza a sufrir
profundas crisis de identidad que le encaminan hacia una profunda
angustia; porque, si todo lo que era “esencialmente” nuestro lo puede
realizar cualquier máquina, ¿qué es entonces lo consustancial al
hombre?, ¿para qué estamos vivos?
La angustia existencial
La angustia existencial kierkegaardiana parte de una marcada
desilusión ante la vida. El autor se sentía muy por encima de los
preceptos morales y mandatos éticos de la época, pero, como
cualquier mortal, Kierkegaard había caído en las garras del desamor,
hecho que no le ayudó a tener una visión optimista de la existencia.
Kierkegaard parte de algo que sorprendió en la época: la verdad es
subjetiva. Es por esta razón por la que las verdades individuales,
aunque dispares e incluso contrarias, no pueden ser administradas,
regidas o juzgadas por otra subjetividad. Los hombres no pueden
comunicarse entre sí. La única relación directa posible es la del
hombre con Dios.
Esta manera de pensar se entiende mucho mejor sabiendo que
Kierkegaard era crítico del cristianismo no como creencia, sino como
sistema que se había politizado y puesto al servicio del hombre (sobe
todo de los que formaban parte de la misma Iglesia). Renegaba de la
idea de intermediarios para hablar con Dios.
De hecho, dice Kierkegaard, es totalmente normal dudar que Dios
exista en verdad. No tenemos certeza alguna. Esta idea, tan
repudiada por el cristianismo, para el autor es un elemento
consustancial a la fe. La fe es fe porque se duda; si no, sería
conocimiento.
La angustia contra el ateísmo
“Quiero creer porque dudo de Dios; si realmente supiera que existe
no lo buscaría en todas las cosas”.
-Kierkegaard-
El principal argumento de Kierkegaard contra el ateísmo es que creer
en Dios es propiamente un salto hacia la fe. Es una decisión que se
toma cuando no hay evidencia ni certeza. Y las consecuencias
inexploradas de ese acto de fe que realizamos al creer son las que
provocan la angustia existencial.
Como ejemplo, pondremos al inocente Adán, que probó la manzana
tentado por la inocente Eva, que probó la manzana tentada por una
no tan inocente serpiente. En un solo acto, morder el fruto, Adán
pasó de ser inocente a ser pecador, ¿cómo iba a saber Adán que las
consecuencias de sus actos serían esas?
Ni Adán ni Eva tenían la más mínima idea de por qué Dios les había
prohibido comer tan deliciosa fruta. Por tanto, Adán y Eva sabían que
lo que hacían estaba prohibido, pero carecían del conocimiento del
porqué.
Más tarde supieron que el árbol del que habían cogido la manzana
era el árbol del bien y del mal y que, cuando conocemos, no solo
conocemos el bien, sino que también conocemos el mal, pudiendo así
obrar de forma dolosa.
¿Conclusión? La angustia precede a las consecuencias de una decisión
ética, y las decisiones éticas podemos tomarlas gracias a que somos
libres. Esta libertad de la que gozamos se genera en el momento
anterior al dar el salto de fe.
La finalidad de la filosofía de Kierkegaard no es formular una teoría
sobre la realidad, sobre el mundo o sobre el hombre, sino convencer
al ser humano de que tiene que hacerse cargo de su propia vida tanto
en lo ético como en lo práctico. La verdad que el hombre ignora no es
de índole objetiva, sino una verdad subjetiva que tiene que ver con la
forma de existir de cada uno.
89Compartidos
El camino del té: una práctica llena de armonía y conexión
Psicología holística para entender el comportamiento
Los 10 compromisos éticos, según la tradición budista
Conócete a ti mismo. Estas eran las palabras que aparecían inscritas
casi a modo de advertencia en el pronaos del templo de Apolo en
Delfos. Fue Platón quien dio mayor difusión a esta frase de alto valor
ético y reflexivo a través de sus diálogos, recordándonos la
importancia de mirar hacia dentro antes de tomar cualquier decisión,
antes de dar cualquier paso.
Han pasado los siglos y gran parte de las personas siguen
inhabilitadas en esa materia básica que es el autoconocimiento.
Somos esa sociedad que sigue actuando sin reflexionar,
que culpabiliza a otros de sus fracasos y que continúa conjugando
mal la honestidad.
Abundan, por ejemplo, los sesgos autoprotectores y de
racionalización. Al fallar, aparecen las excusas. Siempre es más fácil
responsabilizar a otros de los errores propios y recurrir al factor
situacional: ‘es que las cosas son muy difíciles, es que con esta crisis
ya no queda ninguna salida’.
El autoconocimiento, lo queramos o no, es la esencia de la madurez
humana. Es nuestra mayor responsabilidad, la tarea a la
que deberíamos dedicar tiempo, intuición y esfuerzo. Es más, no hace
falta un viaje a la India ni hacer el Camino de Santiago para poner
más luz en nuestro interior. Las personas nos vamos revelando en el
día a día; el autoconocimiento es una tarea cotidiana.
Como bien decía Thomas Hobbes en su Leviatán, ‘quien mire en su
interior y considere aquello que hace cuando piensa, opina, razona, y
sobre qué bases, leerá y conocerá los pensamientos y las pasiones de
todos los hombres en ocasiones similares’. Es decir, saber quién
somos no solo nos ayudará conocernos a nosotros mismos. Esta
competencia también nos abre la puerta para el conocimiento de los
demás.
Conócete a ti mismo, el mensaje de los dioses
No es un simple consejo, ni una recomendación ni una
sugerencia. Las palabras inscritas en la entrada del templo de Apolo
en Delfos eran casi una exhortación y hasta una advertencia que iba
más allá del mero valor ético o religioso. Pausanias, el célebre turista
del siglo II de Cristo, en su obra Descripción de Grecia, explicaba que
esta frase se hallaba inscrita en oro nada más entrar en el templo.
Ahora bien, en la sala donde se hallaba la sibila, esa sabia mujer
entrenada desde niña para revelar el mensaje de los oráculos, podía
leerse a su vez la siguiente inscripción:
«Te advierto, quienquiera que fueres tú, que deseas sondear los
arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello
que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las
excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras
excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros. Hombre,
conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses».
El oráculo de Delfos, un lugar de peregrinación
Delfos era ese emplazamiento al que durante varios siglos, acudieron
personajes como Filipo II, rey de Macedonia, Pirro, rey de Épiro,
Cicerón, Juliano, etc. A 700 metros sobre el nivel del mar y a 9,5 km
de distancia del golfo de Corinto, era un lugar de gran poder. Allí se
alzaba el famoso Oráculo de Apolo, y donde cualquier mortal podía
recibir un mensaje por parte de los dioses para conocer su destino.
Las obras registradas de Esquilo, Cicerón, Plinio, Platón, Pausanias,
Plutarco dan veracidad a este escenario del que en la actualidad, solo
nos quedan unas ruinas evocadoras al pie de unas montañas. Se
cuenta, por ejemplo, que allí habían fuentes, bosques de laureles y
que las pitonisas o sacerdotisas del templo, interpretaban los
mensajes ofrecidos por los dioses.
1Compartidos
Interstellar: el amor como respuesta
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Dumbo: una actualización del pasado
En 1999, el cineasta indio M. Night Shyamalan no era muy conocido,
por lo que el filme El sexto sentido fue toda una sorpresa. Hablamos
de una película en clave de suspense sobrenatural que, a día de hoy,
sigue ocupando un lugar privilegiado dentro del género. El sexto
sentido contó con el reconocimiento de la crítica especializada y el
aplauso del público; una buena acogida que se tradujo en 6
nominaciones a los Óscar.
Shyamalan sorprendió con una historia que podía ser leída dentro del
género del terror, pero también de otros marcos emocionales raros
en el género, como el miedo a la muerte o el dolor ante la pérdida de
un ser querido. Así, la película da forma a una historia que mantiene
la expectación y la tensión, para terminar con un mensaje o moraleja
que apela a los sentimientos.
La película fue muy celebrada por su sorprendente giro
final; Shyamalan nos había dejado muchas pistas del mismo y solo
era cuestión de jugar con las piezas del rompecabezas para que todo
encajara.
Para los que estén familiarizados con la filmografía del cineasta, no
será una sorpresa encontrarse con este hilo conductor; que ha
seguido experimentando en otros filmes, como El Bosque (2004) o El
Protegido (2000). Esos finales se han convertido casi en una seña de
identidad del director y suponen un interesante juego para el
espectador.
El sexto sentido es uno de esos filmes fácilmente reconocibles y
populares que, como consecuencia, han sido infinitamente
parodiados. Un ejemplo sería la inolvidable frase de Cole (Haley Joel
Osment) «en ocasiones, veo muertos», que ya forma parte del
imaginario colectivo, demostrando que el cine es una pieza
fundamental de nuestra cultura popular.
En este artículo, no vamos a detenernos tanto en estas cuestiones,
sino que trataremos de profundizar en el mensaje latente del
filme. ¿Por qué el cine sobrenatural tiene tantos seguidores?
ADVERTENCIA: ¿Podemos hablar de spoilers en un filme tan
conocido? Por si acaso, os informamos de que el artículo está plagado
de ellos.
El sexto sentido: una historia muy real
El sexto sentido nos cuenta una historia paranormal, destacando el
hecho de que se sitúa en la propia contemporaneidad. Quizás en la
actualidad el bullying o el divorcio sean dos fenómenos reconocidos,
pero no era así en los años 90.
No hay que olvidar que muchos países, hasta bien entrado el siglo
XX, no contemplaban el divorcio en su legislación. De este modo,
muchos de los niños que crecimos en los años 90 comenzamos a
acostumbrarnos a tener amigos (o incluso nosotros mismos) con
padres divorciados.
El número de divorcios se ha ido incrementando con el tiempo; lo que
en un momento eran casos aislados, ahora forma parte del paisaje
cotidiano.
Así, cuando se estrenó El sexto sentido, el divorcio, aunque era ya
bastante común, no lo era de la misma manera en todos los rincones
del mundo. Al tratarse de algo relativamente reciente, todavía no
sabíamos qué consecuencias acarreaba el divorcio para los hijos ni
disponíamos de muchos retratos de este nuevo modelo familiar.
En el filme, la idea del divorcio se manifiesta, a su vez, en una de sus
vertientes más actuales: conciliar la vida laboral con la familiar. Así le
ocurre al Dr. Malcom Crowe, que teme haber perdido a su esposa por
dedicarle tanto tiempo al trabajo. Sin embargo, su miedo no es otro
que la muerte, a la que niega para defenderse.
El sexto sentido nos muestra el día a día de Cole y su madre tras la
separación de su padre, los problemas y dificultades que encuentran
y cómo esto afecta a su vida escolar. La madre de Cole debe luchar
sola por sacar adelante a un hijo, que parece enfrentar infinidad de
problemas.
En la escuela, Cole sufre bullying, no logra encajar entre sus
compañeros y es el objeto de todas las burlas. Exploramos la relación
con el resto de compañeros, de su madre con las madres de los otros
niños; todo parece apuntar a sus problemas familiares, aunque la
realidad es muy distinta.
El tratamiento que se le da al bullying en la actualidad tampoco es el
mismo que en los años 90. A día de hoy, tanto las escuelas como las
familias parecen más concienciadas de su incidencia y
consecuencias. El sexto sentido, más allá de su trama paranormal,
nos aproximó a una realidad ignorada. Igualmente, buena parte de la
sociedad ya no identifica con la locura a las personas que acuden al
psicólogo.
Así, nuestra mirada desde la actualidad nos hace creer todavía más
en lo que estamos viendo, en ese suspense y en la relación que
mantiene el pequeño Cole con la muerte. Una relación que hará
aprender a todos los personajes del filme el verdadero valor de su
vida, la importancia de recordar a los seres queridos y, a su vez, de
dejarlos marchar.
Sobre unos personajes perfectamente construidos y apoyados por un
sólido guion, Shyamalan configuró una historia cuyo contexto se
nutre de la propia realidad y el suspense mantiene la expectación
hasta el último minuto.
Lo paranormal como elemento esperanzador
La creencia en la vida más allá de la muerte, por aterradora que
parezca, en realidad, responde a cierto deseo. Si pensamos, por
ejemplo, en las religiones, nos daremos cuenta de que la idea de la
vida eterna está presente de diversas formas; ya sea como la
existencia de ‘otro lugar’, la reencarnación, etc. Esta idea parece que
nos hace más llevadera la propia vida, dificulta menos las despedidas
y mantiene esa esperanza de que, tras la muerte, nos
reencontraremos con nuestros seres queridos.
El cine y también otras manifestaciones artísticas como la literatura
han tratado de jugar con el terror en torno al ‘más allá’. De alguna
manera, nos aterran más los muertos que los vivos porque la muerte
es ‘lo desconocido’, y lo desconocido siempre asusta.
Sin embargo, todas estas películas que alimentan este miedo
suponen, a su vez, una especie de encuentro con la esperanza: sí,
existen espíritus malignos que nos pueden atormentar, pero esa
existencia significa que nunca moriremos del todo.
Como ocurre en otros filmes de terror como El Exorcista, el juego de
contrastes alivia nuestro miedo. La idea del mal implica la del bien; la
idea del más allá se traduce en esperanza.
El sexto sentido se nutre de ese miedo y juega a la vez con la
esperanza, no todos los fantasmas que se le aparecen a Cole son
temibles, también se le aparece su abuela, aunque nunca la vemos
en escena. El mal, a veces, tan solo es una apariencia.
Cole enfrentará su miedo y descubrirá cuál es su verdadera misión en
el mundo: aprovechar su don y ayudar al prójimo. Ayudar a esos
fantasmas a encontrar la paz, a seguir su camino en el más allá. La
huella de la tradición espiritual hindú se apodera de Shyamalan en
este retrato sobre el miedo, la angustia y el dolor, pero también
sobre la esperanza.
El discurso juega con nuestras emociones, nos lleva por un sendero
de dolor y tensión para conectar con nuestros sentimientos más
profundos. Todos tememos a la muerte, todos lloramos una pérdida y
todos tenemos miedo, sea de la naturaleza que sea. Pero nuestra
vida no es más que un camino lleno de obstáculos que debemos
enfrentar y superar igual que los personajes del filme.
La puesta en escena de Shyamalan es pausada, salvo por los
pequeños sustos que aparecen en pantalla. Sustos que,
posteriormente, descubriremos que no son tan aterradores como
podían parecer.
0Compartidos
Oscuro y Lucientes: el misterio de la cabeza de Goya
Interstellar: el amor como respuesta
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Corría el año 1973 cuando se estrenó El Exorcista. Desde entonces, el
cine de terror cambió para siempre, el público acababa de asistir a la
película más aterradora de todos los tiempos. El boca a boca
incrementó su éxito y los misterios que envolvían el rodaje
terminaron por catapultarla a ser catalogada como una «película
maldita». Al mismo tiempo, se convirtió en la película de terror más
taquillera de la historia hasta 2017, momento en el que fue superada
por It.
El Exorcista guarda un lugar especial en el imaginario colectivo, han
pasado más de 40 años desde su estreno y, todavía hoy, es
considerada como la mejor película de terror por lo que fue y supuso.
Fue, además, la primera del género en optar al Óscar a mejor
película, aunque tuvo que conformarse con el de mejor guion y mejor
sonido. William Peter Blatty fue el autor de la novela homónima que
inspiró el filme y se encargó de escribir el oscarizado guion. Sin
embargo, a pesar del indudable éxito del Exorcista, las personas
involucradas en el filme no tuvieron tanta suerte.
Tras el éxito, cabría esperar un aluvión de llamadas a los actores,
pero, en su lugar, muchos de ellos quedaron relegados al cine B,
como la propia Linda Blair, la niña que dio vida a Regan. Otros, como
el sueco Max Von Sydow, corrieron con algo más de suerte,
convirtiéndose en rostros que resultan familiares en la actualidad
gracias a series como Juego de Tronos y títulos como Star
Wars o Shutter Island.
El Exorcista causó tanto furor que se formaron gigantescas colas para
ver la película, la gente salía vomitando del cine y hasta hubo algún
desmayo. ¿Es realmente tan aterradora? Lo cierto es que, en la
actualidad, ver El Exorcista ya no es la experiencia que debió ser en
su estreno y, seguramente, no tengamos problemas para conciliar el
sueño tras su visionado. ¿Ha envejecido mal la mejor película de
terror de todos los tiempos? ¿Sigue conservando su esencia?
¿Hemos perdido el miedo?
El uso de efectos especiales, el maquillaje y toda la ornamentación
sobre la que se edifica El Exorcista causaron terror en los años 70,
pero han jugado en su contra en la actualidad. Acostumbrados a un
cine en el que se abusa de los efectos especiales, a técnicas de
maquillaje infinitamente más realistas, resulta difícil
ver El Exorcista como la película de terror que fue en su día. Otras
cintas del género, con menos efectos y menos sobrenaturales, han
sobrevivido un poco mejor al paso del tiempo.
Un buen ejemplo sería Psicosis, que aunque hoy la vemos más
próxima al suspense que al terror, todavía logra sobresaltarnos y
perturbarnos con algunas escenas. El problema del Exorcista es que,
pese a tratar un tema polémico, ya no resulta novedosa. Tras su
estreno, un sinfín de niños diabólicos ha llenado nuestras salas de
cine, provocando que aumente nuestra tolerancia. Cuando vemos una
película de terror, sabemos qué nos vamos a encontrar y sabemos
que, en algún momento, aparecerán sustos más o menos elaborados.
Es por esta razón que, si vemos El Exorcista desde la óptica actual,
nos encontraremos con un filme que puede provocar más risa
que miedo. Ese vómito verde, las obscenidades que dice la pequeña
Regan y los imposibles movimientos de su cuello, actualmente, nos
llevan a lo risible o, como mucho, a sentir repulsión. Este hecho no
solo ocurre en El Exorcista, sino en el cine de terror en general.
Estamos tan acostumbrados que nos lo tomamos a broma; es cine y,
por tanto, no es real.
Pese a lo imposible que pueda parecer, en la actualidad, todavía se
realizan exorcismos; no debemos entender como exorcismo
únicamente el vinculado al catolicismo, sino que los exorcismos están
presentes en diversas culturas. Pero es algo prácticamente
desconocido hoy en día, incluso para el propio Vaticano resulta difícil
determinar si una persona necesita realmente un exorcismo o no, por
ello, lo más frecuente es que se trate de problemas psiquiátricos. Los
avances médicos, tecnológicos y científicos han incrementado un
mayor escepticismo en la población.
De la mano de los avances llega Internet y, con él, podemos
sencillamente googlear cualquier cosa que se nos antoje. La
información está al alcance de un clic y podemos desmitificarla o
contrastarla. De este modo, estamos ante un mundo donde apenas
queda espacio para lo paranormal, para el misterio y hasta para la
fantasía. ¿Somos más racionales? Tal vez o, simplemente, lo que
ocurre es que las respuestas más lógicas están a nuestro alcance.
El Exorcista: más allá de la posesión
Aunque El Exorcista no cause el terror que provocó en los 70, lo
cierto es que sigue alzándose como la eterna mejor película de terror
en la mayoría de los rankings. Y no será porque no se hayan filmado
películas de terror en las décadas posteriores. Infinidad de misterios
rodearon su rodaje: incendios en el set, accidentes, la obsesión
de William Friedkin porque un sacerdote bendijera al equipo,
mensajes subliminales y un sinfín de teorías conspiratorias.
Algunos de estos rumores corrieron como la pólvora, incrementando
el aura de terror y de «película maldita». Pero lo cierto es que
muchos de ellos ni siquiera fueron reales, aunque se sufrieron
bastantes accidentes y, quizás, hubo demasiadas casualidades. Todo
ello ayudó a crear la atmósfera que buscaba la película, los
espectadores iban predispuestos a pasar miedo, a ver algo que les
disgustaría, pero, al mismo tiempo, alimentaba la imaginación.
El Exorcista nos sumerge en un juego con una dicotomía constante
que la acercan a la realidad: el bien y el mal. Al presentarnos el mal,
indirectamente nos hace creer en el bien. Ambos se muestran desde
el comienzo, mucho antes de que la posesión comience. El mal
recorre la ciudad, persigue al Padre Merrin y se adueña de la inocente
Regan. Es importante que el cine de terror conecte con la mente del
espectador, que le someta a un juego psicológico y le haga creer en
lo que está viendo.
SOBRE EL AMOR
Autor: CARL GUSTAV JUNG
Editorial: Minima Trotta
«Mi experiencia como médico, al igual que mi propia vida», escribe C.
G. Jung, «me han puesto incesantemente ante la pregunta sobre el
amor, y nunca fui capaz de dar una respuesta válida.» La presente
antología de textos extraídos de la rica obra junguiana recoge
algunas de las reflexiones más significativas del psicólogo y psiquiatra
en torno a «las imprevisibles paradojas del amor» y al conocimiento
de que «únicamente en lo opuesto se enciende la vida».
El recorrido a través del Eros («gran vinculador y desligador»), de la
relación entre los sexos, el matrimonio, la comunidad y la relación
terapéutica, pone de manifiesto la importancia que para la
psicoterapia junguiana tiene no sólo la relación de transferencia entre
médico y paciente, sino también la relación humana. Ocupado en
transmitir a sus pacientes «la ficción que cura», Jung hace sobre todo
una invitación a «vivir psicológicamente», dedicado como estuvo a
fomentar con su trabajo el desarrollo del individuo.
CÓMO DISTINGUIR ENTRE BUENA CIENCIA, MALA CIENCIA
Y PSEUDOCIENCIA
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A pesar de su apariencia seria y técnica, algunos documentos que
circulan por las redes, y muchos informes elaborados para empresas
y administraciones, no son ciencia. No lo son porque no han utilizado
el método científico ni pasado filtros de calidad independientes. Eso
es pseudociencia. En otros casos, el artículo ha pasado algunos
filtros, pero carece de calidad: eso es mala ciencia. ¿Cómo podemos
distinguir unas de otras?
Numerosos filtros de calidad
El método científico es un proceso de experimentación que se utiliza
para explorar observaciones y responder preguntas. El objetivo es
descubrir relaciones de causa y efecto. Para ello se reúnen y
examinan las evidencias y se estudia si toda la información disponible
se puede combinar en una respuesta lógica.
El paso final del proceso científico consiste en comunicar los
resultados. Estos suelen hacerse públicos primero en congresos, con
un póster o comunicación oral. Los congresos serios cuentan con
comités científicos que seleccionan los mejores para su presentación,
y rechazan otros si la calidad es insuficiente.
Por último se envía el trabajo para su publicación en una revista
científica con evaluación por pares. Esta consiste en que el editor
encargado y dos o más revisores expertos independientes lean el
trabajo y juzguen su calidad, originalidad y rigor. Si el trabajo pasa
los filtros, será publicado y sus resultados serán utilizados, criticados
y citados por otros. Así pasarán a formar parte del conocimiento
científico.
¿Cómo valorar la calidad de la ciencia?
Hay científicos, grupos y centros de investigación buenos y malos.
También congresos y revistas científicas mejores y peores. ¿Cómo
valorar la calidad de la ciencia que hacen?
Fijarse solo en el número de artículos es un error, es mejor medir el
impacto de los trabajos. Una forma de hacerlo es ver el uso que hace
de ellos el resto de la comunidad científica. En otras palabras,
analizar cuántas veces es citado por otros trabajos. Para ello, un
indicador muy utilizado, aunque debatido, es el índice de Hirsch o
índice H.
También se puede estudiar la calidad de las revistas en las que se
publican los trabajos, ya que las de mejor nivel son también las que
tienen mayor competencia para publicar. Esto se mide con los índices
de impacto y de uso, que las revistas suelen anunciar en sus páginas
web.
Lo ideal es mirar más allá de los índices y considerar el impacto
práctico de las investigaciones. Por ejemplo, si han generado
patentes y contratos, han dado lugar a la creación de empresas y si
han tenido efectos positivos sobre la sociedad en forma de mejoras
en la esperanza de vida, productividad y regulaciones.
Pongamos como ejemplo la investigación sobre vacunas. La vacuna
contra la tuberculosis BCG, desarrollada a principios del siglo XX por
los investigadores Calmette y Guérin del Instituto Pasteur, es todavía
la más utilizada del mundo. Hoy todavía salva miles de vidas cada
año. Se estima que los 100 millones de dosis administradas
anualmente a bebés previenen 41 000 casos de tuberculosis grave en
niños. Los resultados se publicaron en 1927 en forma de libro, que
cuenta con más de 200 citas por parte de otros científicos.
Una búsqueda en la base de datos de artículos
científicos Scopus revela su impacto real: hay 48 000 entradas sobre
la vacuna BCG.
Hoy la buena ciencia accede con frecuencia a las mejores revistas,
suele ser muy citada y genera impactos más allá del círculo científico.
La mala ciencia es la que solo sirve para engordar el currículum: se
publica mal y ni es citada, ni genera debate científico, ni tiene mayor
impacto en nuestra sociedad.
Pseudociencia y mala ciencia
Los informes y otros documentos no publicados ni siquiera son
ciencia, pues no han pasado por una evaluación por pares. Los
mejores de ellos contienen artículos científicos evaluados por pares, o
terminarán dando lugar a alguno.
Otros, a pesar de ser rigurosos en los aspectos técnicos, no reúnen
los requisitos de calidad y novedad que exigen las buenas revistas
científicas, pero sirven a quien los encargó.
En el peor de los casos, la información contenida en tales documentos
está sesgada a fin de obtener las conclusiones deseadas por su
promotor o su autor: parece ciencia, pero es homeopatía. Gonzalo
Casino escribe lo siguiente en su artículo Contra la mala ciencia:
“La mala ciencia también tiene sus beneficiarios. Y estos son no solo
los científicos mediocres incapaces de hacer ciencia excelente, sino
también todos aquellos grupos económicos o profesionales que
prefieren los resultados defectuosos o ambiguos de la mala ciencia a
los de un buen estudio, porque probablemente éstos no les
favorecerían”.
Atención: los buenos científicos también pueden hacer mala ciencia.
Por interés, por oportunismo o simplemente porque les convenga
disfrazar de ciencia lo que es pura especulación. Dependerá de la
ética de cada cual identificar cada texto como lo que realmente es,
ciencia u opinión. La ciencia se puede reconocer si se siguen los
criterios establecidos para ello. Esa es la que avanza el conocimiento
y el desarrollo de la sociedad, y cuya financiación y divulgación debe
priorizarse.
FANTASMAS
- Papá, ¿tú crees en fantasmas?
- Oh, sí, hijo mío.
- ¿De verdad? No lo habría imaginado.
- Oh, no… No en los fantasmas de tipo humano, no, en absoluto. Mira
hacia arriba, hijo mío y observa el cielo lleno de ellos.
- ¿Las estrellas, papá? No te sigo.
- Cada estrella es un sol tan grande y tan brillante como el nuestro.
Solo imagínate lo lejos que te tienes que ir para que el sol parezca
tan pequeño y tan apagado como una estrella. La luz de las estrellas
viaja muy rápido, más rápido que cualquier otra cosa, pero no
infinitamente rápido. A la luz le lleva tiempo llegar hasta nosotros. En
el caso de las estrellas más cercanas, su luz tarda años en llegar, la
luz de otras tarda siglos. Algunas estrellas están tan lejos que su luz
tarda eones en llegar hasta nosotros. Para cuando la luz de algunas
estrellas llega hasta aquí, ya están muertas. De esas estrellas, solo
vemos sus fantasmas.
?
Otros, como el filósofo Alvin Plantinga, profesor en la Universidad de
Notre Dame en Estados Unidos, sostienen que el argumento de la
tetera no funciona porque parte de una premisa errada.
Russell plantea que no hay manera de probar que la tetera no existe,
pero según Plantinga, "tenemos mucha evidencia en contra del
teterismo", es decir, pruebas que indican que la tetera no está en el
espacio, según afirmó en una entrevista con el diario The New York
Times en 2014.
Si alguien hubiera logrado poner una tetera en el espacio, apunta el
catedrático, hubiera sido una noticia de la que todos nos hubiéramos
enterado.
Por tanto, en su opinión, eso también se puede aplicar a la existencia
de Dios: si Russell cree que Dios no existe, debería tener pruebas que
lo avalen.
En palabras de Plantinga: "Si, como plantea Russell, el teísmo es
como el teterismo, el ateo para justificarse tendría que tener
una poderosa evidencia contra el teísmo".
En resumen, según el profesor, es el ateo quien tiene que demostrar
que Dios no existe.
JUNG Y EL INCONSCIENTE
Carlos Javier González Serrano / 8 agosto, 2017
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Los afectos positivos y negativos residen en el cerebro, pero la
felicidad sostenida no tiene una base biológica. Y, quizás esto
sorprenda, creo que esto es algo de lo que hay que estar felices.
Naturaleza y evolución
Los humanos no están diseñados para ser felices o incluso estar
contentos. En cambio, estamos diseñados primordialmente
para sobrevivir y reproducirnos, como cualquier otra criatura en el
mundo natural.
La naturaleza desalienta el estado de satisfacción porque bajaría la
guardia contra posibles amenazas a nuestra supervivencia.
El hecho de que la evolución haya priorizado el desarrollo de un
lóbulo frontal grande en nuestro cerebro (lo cual nos da capacidades
analíticas y ejecutivas excelentes) por sobre la capacidad natural de
ser felices, nos dice mucho sobre las prioridades de la naturaleza.
Distintas ubicaciones geográficas y circuitos en el cerebro están
asociados con ciertas funciones neurológicas e intelectuales, pero la
felicidad, al ser una mera construcción sin base neurológica, no se
encuentra en el tejido del cerebro.
De hecho, expertos en este campo argumentan que el fracaso de la
naturaleza en desterrar la depresión del proceso evolutivo (a pesar de
sus obvias desventajas en términos de supervivencia y reproducción)
se debe precisamente al hecho de que la depresión como adaptación
juega un rol útil en tiempos de adversidad, ayudando al individuo
deprimido a no involucrarse en situaciones riesgosas e imposibles en
las que él o ella no pueden ganar.
Los pensamientos depresivos pueden también cumplir la función de
resolver problemas en momentos difíciles.
Moralidad
La industria actual de la felicidad tiene parte de sus raíces en códigos
de la moral cristiana, muchos de los cuales nos dirán que hay una
razón moral por cada momento de infelicidad que podamos
experimentar.
Dirán, con frecuencia, que se debe a nuestras propias carencias
morales, nuestro egoísmo y nuestro materialismo.
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Abogan por un estado de virtuoso equilibrio psicológico mediante la
renuncia, el desapego y el control del deseo.
Pero estas estrategias solo tratan en realidad de encontrar
un remedio a nuestra inhabilidad innata de disfrutar de la vida de
forma consistente, por eso debemos consolarnos con el conocimiento
de que la infelicidad no es nuestra culpa. Es la culpa de nuestro
diseño natural. Está en nuestros genes.
Los defensores de un camino moralmente correcto hacia la felicidad
también desaprueban el tomar atajos con la ayuda de drogas
psicotrópicas.
George Bernard Shaw dijo: "No tenemos más derecho a consumir
felicidad sin producirla que a consumir riqueza sin producirla".
Aparentemente, hace falta ganarse el bienestar, lo que prueba que no
es un estado natural.
Los habitantes de la novela de Aldous Huxley "Un mundo feliz" viven
perfectamente felices con la ayuda de "soma", una droga que los
mantiene dóciles y contentos.
En su novela, Huxley da a entender que un ser humano libre debe
inevitablemente sentirse atormentado por emociones difíciles.
Si nos dan la opción entre tormento emocional y placidez feliz,
sospecho que muchos elegirían la última.
Pero el "soma" no existe, por tanto el problema no es que el acceso a
la satisfacción confiable y constante por medios químicos sea ilegal,
sino que es imposible.
Las sustancias químicas alteran la mente (lo cual a veces puede se
bueno), pero como la felicidad no está vinculada a un patrón de
función cerebral en particular, no podemos replicarlo químicamente.
La infelicidad que te hace humano
BBC
Nuestras emociones son mixtas e impuras, desordenadas, enredadas
y, a veces, contradictorias. Investigaciones han mostrado que las
emociones y afectos positivos y negativos pueden coexistir en el
cerebro y ser relativamente independientes el uno del otro.
Este modelo muestra que el hemisferio derecho procesa
preferencialmente las emociones negativas, mientras que las
emociones positivas son procesadas por el lado izquierdo.
Cabe recordar que, entonces, no estamos diseñados para ser
consistentemente felices. En cambio sí lo estamos para sobrevivir y
reproducirnos.
Estas son tareas difíciles, por eso estamos preparados para luchar y
esforzarnos, buscar gratificación y seguridad, combatir amenazas y
evitar el dolor.
El modelo de emociones en competencia planteado por la
coexistencia del placer y el dolor se acomoda a nuestra realidad
mucho mejor que la dicha inalcanzable que nos quiere vender la
industria de la felicidad.
Es más, pretender que cualquier grado de dolor es anormal o
patológico solo generará sentimientos de que somos inadecuados y
frustración.
Postular que no hay algo tal como la felicidad puede parecer un
mensaje puramente negativo, pero el lado positivo, el consuelo, es el
conocimiento de que la insatisfacción no es un fracaso personal.
Si a veces eres infeliz, esto no es una falta que exige una reparación
urgente, como pregonan los gurúes de la felicidad.
Lejos de ser así. Esta fluctuación es, de hecho, lo que te hace
humano.
*Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.
Rafael Euba es epecialista y profesor de psiquiatría de la tercera edad
en el King's College London. Está afiliado al Oxleas NHS FT y al
London Psychiatry Centre.
La Historia De
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El padre de la propaganda nazi fue Joseph Goebbels, responsable
del Ministero de Educación Popular y Propaganda, creado por Adolf
Hitler a su llegada al poder en 1933 y el creador de los 11 principios
de la propaganda nazi. Goebbels había sido el director de la tarea
comunicativa del Partido Nazi, el gran arquitecto del ascenso al
poder.
Una vez en el Gobierno y con las manos libres para monopolizar el
aparato mediático estatal, Goebbels prohibió todas las publicaciones y
medios de comunicación fuera de su control, y orquestó un sistema
de consignas para ser transmitido mediante un poder centralizado
del, cine, la radio, el teatro, la literatura y la prensa. Era también el
encargado de promocionar o hacer públicos los avisos del gobierno.
11 principios de la propaganda nazi creados por Joseph Goebbels
1.- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única
idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único
enemigo.
2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en
una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en
suma individualizada.
3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los
propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si
no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier
anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
5.- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular,
adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va
dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño
ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las
masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran
facilidad para olvidar”.
6.- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un
número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas
una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre
convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí
viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite
suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
7.- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente
informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el
adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las
respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel
creciente de acusaciones.
8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de
fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de
informaciones fragmentarias.
9.- Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las
que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el
adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de
comunicación afines.
10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda
opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una
mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales;
se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes
primitivas.
11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente
que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de
unanimidad.
LA MUERTE DE LA VERDAD
Las oleadas de populismo y fundamentalismo que se expanden por
todo el mundo están erosionando las instituciones democráticas y
sustituyendo el conocimiento por la sabiduría de la turba. Michiko
Kakutani, ganadora de un premio Pulitzer, lo analiza en ‘La muerte de
la verdad’ (Galaxia Gutenberg).
Clases de daño
El ultraje será difícil para afectar al sabio, pues el sabio será una
persona que siempre se mantendrá alejada de la desgracia. Si no hay
desgracia, entonces tampoco puede existir el ultraje. Por otro lado, el
sabio tampoco podrá salir favorecido de algo, pues ¿cómo podremos
favorecer a alguien que en sí mismo ya es bueno?
La ofensa
Para limitar los deseos superfluos necesitamos regirnos por las leyes
de la naturaleza. Ella nos ha dado todo lo necesario para vivir y por
eso no necesitamos nada más. La limpieza es necesaria, pero que
una toga sea ya no brillante sino que deslumbrante peca de placer.
La multitud
La senectud
Conclusión
#CORTINADEHUMOPRESIDENCIAL A PROPÓSITO
DE #TONYROSADO Y LA PRESUNTA APOLOGÍA A LA VIOLENCIA
CONTRA LA MUJER.
✅El Defensor del Pueblo Walter Gutierrez, exige a la fiscalía
investigar de oficio y de inmediato al cantante de cumbia Tony
Rosado, por expresiones dadas durante sus conciertos que incitarían
y harían apología a ejercer violencia contra las mujeres.
✅Si bien es cierto, durante los numerosos conciertos, se puede notar
expresiones de burla a malas experiencias maritales, o circunstancias
de infidelidad por las que pasan los hombres y hasta historias de
agresión por parte de las mujeres contra los hombres donde las
misma mujeres festejan, bailan y aplauden; pero también es cierto
que NO, sólo Tony Rosado dice lisuras, insultos y demás, veamos el
caso de algunas letras de canciones aquí algunos ejemplos :
✅MARISOL;
El Mantenido:“…
Préndele candela
- Préndele candela,
Échalo al olvido
- Échalo al olvido
Bótale a la calle a ese sinvergüenza y mantenido jajajajay…”
✅Podríamos decir que se está incitando a que las mujeres “
PRENDAN CANDELA ( FUEGO ) al marido, entonces ¿Sería una
apología al parricidio u Homicidio?;
La Roba maridos: “…
Es una CUALQUIERA, pues nada le cuesta, por cuatro cervezas con
CUALQUIERA SE ACUESTA, ELLA ES JUGADORA pues todo lo inventa,
con tal de atraparte mentiras te cuenta…” ¿En este caso se estaría
atacando al propio género femenino?,
✅O en el caso de Marina Yafac y la letra “… Así son los hombres, son
una basura…”, insultando al género masculino por diversión.
✅Otro ejemplo sería la canción “Mala Mujer” del grupo salsero
Zaperoko “MATALA,MATALA,MATALA, NO TIENE CORAZON mala
mujer “,¿incitando al feminicidio?
Armonía 10 y su tema, voy a tomar, VENENO para olvidarte…”
¿Apología al SUICIDIO?
✅El defensor del pueblo también debería pedir investigación
inmediata a los programas de la TV. como :
-El Valor de la Verdad, ¿que hacen apología a la Violación de
Intimidad? Y otros más.
Acaso NO HAY temas más importantes en los que el DEFENSOR DEL
PUEBLO, debería incidir, como son los más de 150 conflictos sociales
existentes en el país. Tía María, Las Bambas, Rio Blanco en nuestra
región, el derrame de petróleo en la selva etc.
Sea lo que fuera esto esta siendo usado por cierto sector mediático
como una CORTINA DE HUMO, para desviarnos de los temas
verdaderamente importantes que padece el país. Usted tiene la
palabra.
P.d. Discrepo con el estilo del Sr Tony Rosado. Admiro su talento pero
entre faltas y delitos hay mucha diferencia.
De: JN Kausas Vice
“Quiero despojar a la filosofía de ese rostro erudito y elevado”: Vico
Habla de su nuevo libro; asegura que esta disciplina no puede ser
aburrida y anquilosada, “hay que divulgarla desde un lenguaje
asequible”
2 milímetros por hora
La muerte avanza 30 micrómetros por minuto, algo más o menos
equivalente a 2 milímetros por hora. Al menos esa es la velocidad con
la cual se propaga al interior de una célula de óvulo de rana –que
mide en promedio 1.2 milímetros–. Y aunque seguramente varía en
otros tipos de células –¿o es que la velocidad de la muerte, como la
de la luz, es una constante?–, esta es la primera vez que se logra
medir el tiempo en que se materializa el instante fatal y, sobre todo,
entender cómo se propaga la muerte, de manera similar al fuego en
un bosque.
Ciencia poética
Cuando la ciencia se encuentra con la poesía, y juntas discurren
sobre la existencia, se revelan algunos de los ingredientes más
arrobadores de “la realidad”.
LA REAL GUERRA DE TROYA
Inicio » Historia de la antigua Grecia » LA REAL GUERRA DE TROYA
Heinrich Schliemann
Muchos de aquellos pueblos se expandieron hacia el oeste, donde
iniciaron la colonización de los pueblos de la Península Itálica y sus
islas; otros, emigraron hacia el sur y conquistaron la isla de Chipre;
otros, fueron al este y desembarcaron en el Asia Menor, y en las Islas
de Rodas y Creta (cuna de los minoicos); y los últimos, fijaron sus
objetivos en el norte. Este debió ser el caso también de los micénicos,
que en sus ansias de exploración, quisieron navegar y mercadear con
los cientos de pueblos a orillas del Mar Negro, importantísimo y rico
enclave comercial. Pero la supremacía de Troya, ciudad-peaje del
estrecho de los Dardanelos (único acceso al mencionado mar y
también única vía de comunicación con el Mediterráneo) debió
hartarlos y por ello decidieron resolver el problema con el peso de sus
armas.
Imagen que
muestra la situación contemporánea de los restos de la muralla de
Troya
Troya, que se consideraba con derecho en los Dardanelos, debió
estar, a su vez, fatigada del progreso amenazante de los griegos que,
prácticamente, comerciaban con toda la Europa civilizada. Muestras
de ello hay miles. Se ha encontrado restos de influencia micénica en
todo el sur de Europa, Asia Menor e inclusive en tierras actualmente
rusas. Las naves micénicas abandonaban los puertos griegos
cargadas con cerámicas lujosas, metales, armas, aceites y ungüentos
y regresaban cargadas de oro, marfil, telas preciosas y pasta vítrea
en un continuo mercadeo que convertía el Mediterráneo oriental en
una auténtica autopista comercial. Era evidente que, bajo el punto de
vista micénico, Troya sobraba. Asimismo, los troyanos debían pensar
lo mismo de los griegos.
Parte de las ruinas arqueológicas de la ciudad de Micenas
Esta podría ser seguramente la razón principal del conflicto. Todos los
pueblos de Grecia, unidos bajo el mando de Agamenón, debieron
declarar la guerra conjunta a Troya que, siendo una ciudad muy
poderosa, estaba perfectamente bien defendida y en capacidad de
vencerlos. Si son ciertos los 10 años de duración de la guerra como
afirma Homero, lo más probable es que no fueran continuados (como
se menciona en la Ilíada), sino una sucesión de ataques u ofensivas
cuyo poder sometió a la larga a la altiva ciudad.
Vencida Troya, los griegos debieron haber iniciado su expansión sin
trabas hasta alcanzar el control del comercio internacional. Los
descubrimientos arqueológicos incluso han permitido esclarecer
puntos desconocidos como, por ejemplo, el vestir de sus ejércitos, las
armas que empleaban y la forma de las fortalezas, barcos, y diversas
circunstancias del conflicto. Sin embargo, lo que sigue siendo un
misterio es el ocaso posterior y destrucción de Micenas, quizás
aniquilada por los “pueblos del mar”, una civilización de la que no se
tiene referencia y que aún hoy es un gran enigma.
El mundo micénico en el siglo XIII a.C.
Los griegos micénicos que habían destruido Troya fueron aplastados
por una oleada invasora que borró todo resto de su civilización. Los
fantásticos palacios fortificados micénicos como Tirinto o Micenas
fueron asaltados y destruidos, la población se dispersó, los campos se
abandonaron, la zona se despobló e incluso la escritura se perdió.
Sólo la ciudadela micénica de Atenas, encaramada en lo alto de la
Acrópolis resistió la destrucción. Todo lo demás fue arruinado. Grecia
se sumió en una Edad Oscura que habría de durar más de 400 años.
Si hubo algún ganador final de la lucha, en resumidas cuentas, sin
duda fueron estos “pueblos del mar”. Pero hasta eso aún hoy se está
investigando.
Reconstrucción
de cómo habría sido la acrópolis de Tirinto
Aunque revestida de una innegable aureola mística, no se puede
negar la enorme importancia que la historia de esta guerra y su
narrador, Homero, (de quien también se duda su existencia) tuvo
para la cultura greco-latina de la antigüedad y para la cultura
occidental en general. La guerra de Troya, llevada a cabo
probablemente entre el siglo XIII y XII a.C, fue la contienda entre el
pueblo de Troya (situada en lo que hoy es Turquía) y el pueblo
aqueo (en la actual Grecia). Mágica, misteriosa, intensa, brutal, los
10 años de aquella guerra legendaria sirvieron para que las huestes
de Odiseo (El Ulises de la Odisea) dieran el golpe de muerte a Troya y
por extensión, a la cultura micénica.
Fragmento de un artículo originalmente publicado por el historiador
Joaquín Toledo en diciembre de 2009 en la web de Historia Mundo.
Cazado
r primitivo / foto iurii – Shutterstock
De hecho, comer carne magra sin una buena fuente de grasa puede
provocar intoxicación proteica y desnutrición aguda. Los primeros
exploradores del Ártico, que intentaron sobrevivir exclusivamente con
carne de conejo, describieron este hecho como inanición por conejo.
Este problema en cuanto a las proteínas, junto con la energía
necesaria para que un simio erguido con caninos pequeños capture y
coma animales, parece descartar el consumo de carne como una vía
para estimular el crecimiento del cerebro, según Thompson.
La nueva hipótesis remonta este salto evolutivo a hace unos 4
millones de años, durante el Plioceno. En esa época nuestros
antepasados acecharían a sus presas en las praderas africanas.
Después de que un depredador terminara de comerse a un mamífero
grande, estos simios erguidos se apropiaban de las sobras
rompiéndolas y así descubrieron la médula oculta en los huesos de
las extremidades.
La hipótesis ofrece una explicación de cómo los humanos pudieron
haber acumulado las calorías necesarias para fomentar el crecimiento
del cerebro mucho antes de que haya evidencias de control del fuego,
algo que podría haber solucionado el problema de las bacterias en la
carne podrida. La hipótesis de la grasa también sería anterior en más
de 1 millón de años a la mayoría de las evidencias de fabricación de
herramientas básicas simples de piedra.
Fuentes: Origins of the Human Predatory Pattern: The Transition to
Large-Animal Exploitation by Early Hominins, Jessica C. Thompson,
Susana Carvalho, Curtis W. Marean, and Zeresenay Alemseged
(Current Anthropology) / Yale News.
Ken
Loach y al actor David Bradley en el rodaje de 'Kes'.GETTY IMAGES
P. ¿Cuándo cree que cambiaron las cosas?
R. Justo después de la guerra, en los años 50, había una sensación
colectiva de responsabilidad. Y eso incluía tanto a los empleadores
como a los trabajadores. Hablo del derecho a un salario justo, de
unas vacaciones por el trabajo, del servicio de salud... Desde la
energía a los medios de transporte eran bienes comunes, de la
sociedad. No digo que fuera el paraíso, pero detrás de ello había un
concepto y un consenso sobre lo que debía ser una sociedad. Eso,
obviamente, fue desmantelado por Thatcher.
P. Pero Thatcher fue elegida por los británicos...
R. Hitler también. Por los alemanes en este caso. A lo que iba es que
si la única regla para medir las relaciones humanas es la reducción de
costes para hacer más competitivo un producto eso deriva
necesariamente en reducción de derechos. Se ahorra siempre por los
gastos y considerar un simple gasto al salario hace que ya nadie
hable de lo justo. Esa es la lógica del sistema.
P. En su última película, Sorry, we missed you, se aborda el asunto
de los contratos a tiempo cero, el de los repartidores convertidos en
falsos autónomos...
R. Ése quizá sea el punto límite. Es el sistema de explotación
perfecto: el obrero es obligado a explotarse a sí mismo. No necesitas
a un jefe enfadado que te diga cuánto tienes que trabajar, ya te
encargas tú mismo.
P. En varias ocasiones ha dicho que lo que se ha roto es el propio
concepto de normalidad...
R. Sí, hemos normalizado lo inaceptable. Los bancos de alimentos
forman parte de la asistencia social. La injusticia se acepta como
parte del sistema. Hemos llegado a un punto en el que se habla de
generosidad o de caridad en lugar de simple justicia. Y es
responsabilidad de todos rechazar eso. No estamos condenados a
vivir así, porque no es justo. No es normal. Lo curioso es el lenguaje
que emplea un sector de la misma izquierda socialdemócrata que,
después de reconocer que lo que ocurre es injusto, advierte sobre el
peligro de los extremistas. Reconocen la injusticia, pero hacen lo
posible para evitar cambiar las cosas.
P. Y, pese a todo, no hay entrevista en la que no se declare
optimista... Lo confieso, no lo entiendo.
R. (Se ríe) Sí, es cierto que todo induce al pesimismo. La
ultraderecha está creciendo por todos los lados. Incluida España.
Vivimos un tiempo complejo y la extrema derecha ofrece respuestas
sencillas. Pero, y esto es lo importante, falsas. Los nacionalistas
populistas de ahora son los nacional socialistas de
antes. Responsabilizar a la inmigración no arregla nada, pero marca
un objetivo sobre el que desfogarse. La izquierda tiene que pensar en
cómo cambiar el sistema. Y eso da más trabajo, exige más esfuerzo
y, sobre todo, cuenta con enemigos mucho más poderosos.
P. Por lo que dice, todo es peor. ¿De dónde se saca ese optimismo?
R. Bueno, tengo esperanzas en que en las próximas elecciones
británicas algo cambie. Es una muy buena oportunidad para el
Partido Laborista con Jeremy Corbyn al frente. Espero que no hagan
mella la campaña brutal que arrecia en los medios contra él, al que
acusan de racista.
P. ¿Tiene su cine alguna opción de cambiar la realidad que denuncia?
R. Sin duda. Cathy come home (1966)provocó un gran debate y en
cierto modo hizo cambiar las cosas. Con Yo, Daniel Blake (2016) ha
pasado algo parecido. La polémica ha llegado al Parlamento. Se han
hecho hasta 600 proyecciones fuera de los cines comerciales en
iglesias, locales de asociaciones, sindicatos... Muchos de los
espectadores se veían identificados hasta el punto de salir llorando de
la sala.
P. Lleva toda la vida en pie de guerra, ¿se ha sentido amenazado?
R. Si tuviera miedo a las consecuencias no haría lo que hago. Sin
embargo, es ahora cuando veo concretarse las amenazas. Una de las
excusas para atacar a la izquierda ahora es acusarla de racista y
antisemita por la defensa de la causa palestina. Han llegado incluso a
insultar a mis nietos diciendo que su abuelo niega el Holocausto. Es
una auténtica locura.
"Todo el mundo -ilustra Dubet- sueña con una escuela igual para
todos, pero cada uno prefiere la escuela más desigual posible para
sus propios hijos. Son aquellas que van a producir los resultados más
desiguales. Si estoy convencido que el futuro social de mis hijos
depende de su título, la escuela que voy a elegir es la más selectiva
posible, donde haya menos pobres porque el valor del diploma de mis
hijos es su escasez, su rareza. Y eso no es una maldad, sino que se
trata de que yo elijo la desigualdad".
"Then you should say what you mean", the March Hare went on.
"I do" Alice hastily replied; "al least I mean what I say - that's the
same thing, you Know".
"Not the same thing a bit!" said the Hatter. "Why, you might just
as well as that "I see what I eat" is the same thing as "I see what
I see!"
¿Pero qué son realmente los libros de Alicia?. Son primero que nada,
unos libros infantiles – sobre todo el primero – pensados para los
niños británicos de mediados del siglo XIX. Llenos de canciones,
juegos de palabras y situaciones divertidas que provocaban la
hilaridad general. Es muy posible que los niños británicos actuales,
incluso los de Chesire – lugar de nacimiento de Carroll/Dodgson – u
Oxford – ciudad en cuya universidad ejerció su magisterio -, no
comprendan casi nada. Sin embargo, es el libro más citado en
tratados de matemáticas, física, lógica o economía, con lo que cabe
concluir que su público ha cambiado en estos 150 años que nos
separan del momento en que se escribieron.
Pero, una vez aclarado que son cuentos infantiles, hay que advertir
de que son mucho más. Para algunos son obras psicológicas. Se ha
señalado repetidas veces el parecido que existe entre “Alicia” y “El
Castillo” y “El Proceso” de Kafka (4). La misma Alicia participa en un
proceso judicial poco convencional orquestado por la Reina de
Corazones con la aquiescencia sumisa del Rey que es muy parecido al
proceso kafkiano y los personajes de “Alicia tras el Espejo” son piezas
en un juego de ajedrez sin que ellos tengan conciencia de ello (5),
algo parecido a lo que pasa con los personajes de “El Castillo” cuyas
vidas están regidas por autoridades que no conocen y cuyos designios
son inescrutables.
Así que, volviendo a sus dos “Alicias”, los libros son una sucesión de
situaciones absurdas sobre el sustrato de ciertas reglas lógicas que el
lector se anima a justificar porque, al fin y al cabo, se trata de un
sueño.
El dinero público sigue fluyendo hacia los bancos sin que salga de
ellos en forma de crédito y cómo tiene que salir de alguna parte,
neurótica y lógicamente tiene que salir de los servicios públicos, de
la educación y de la sanidad. Y ya se va notando, vemos como en los
informes PISA (14) los resultados son cada vez más desalentadores y
cada vez más llegan a nuestros oídos casos de falta de atención
médica, de colas de espera interminables en los servicios sanitarios,
de fallecimientos que quizá podrían haberse evitado. Los recortes en
educación maleducan y en sanidad matan.
Notas:
Ya de puestos, siguiendo los juegos de palabras a los que era tan
aficionado Dodgson/Carroll podemos hacer un juego con las
traducciones de los apellidos de los dos reverendos. Si le quitamos la
segunda “d” a Dodgson se queda Dogson que en castellano sería hijo
de perro o hijo de perra que es insulto mayúsculo en nuestra lengua
y que el pobre matemático no se merece. En cuanto a Duckworth es
también muy gracioso, duck worth podría traducirse por el valor o
coste de un pato
El pájaro dodo es un ave extinta de aspecto extravagante que
habitaba en Australia
Charles Dodgson (1832-1898) fue lógico y matemático. Hay una
anécdota, o quizás leyenda, muy divertida. Cuentan que la reina-
emperatriz Victoria, encantada con la lectura de Alicia, pidió que le
trajeran todo lo que había escrito Carroll, el chasco de la testa
coronada fue enorme cuando , en lugar de narraciones graciosas, se
encontró con libros de álgebra, trigonometría, lógica, etc.
Franz Kafka (1883-1924) escritor nacido en la Bohemia
austrohúngara cuyos libros no te dejan indiferente, y si no leed el
comienzo de “La Metamorfosis”.
Partida de Ajedrez de Alicia:
Arthur Schopenhauer (1788-1860)
es sin duda uno de los pensadores de la historia del pensamiento
occidental que más atención ha prestado a la teoría y fenomenología
de las artes. En su obra magna, El mundo como voluntad y
representación (Die Welt als Wille und Vorstelung, en adelante MVR),
publicada por vez primera en 1818, dedica todo un libro a lo que él
mismo denominó “metafísica de lo bello”. En dicho libro, que da paso
al último y más importante de su escrito (el asignado para tratar de
la ética o “metafísica de las costumbres”), Schopenhauer se hace
cargo de un constructo que, desde muy joven, llamó su atención: las
ideas eternas, material fundamental que, a su juicio, compone lo
esencial de la experiencia estética.
En un mundo presidido por una inconsciente y voraz voluntad de vivir
(Wille zum Leben), e influido por los grandes moralistas de la historia
de las ideas y la literatura (entre los que se cuentan algunos autores
españoles de renombre, como Baltasar Gracián –a quien tradujo al
alemán–, Calderón de la Barca, Miguel de Molinos o Cervantes),
Schopenhauer da en el arte con un curioso y llamativo mecanismo en
el que el “fastidioso yo” (leidigen Selbst) puede ser silenciado y
puesto al servicio del intelecto. En la experiencia artística, propia del
genio, acontece una suspensión de la actividad volitiva, o más
certeramente, el intelecto deja de estar al servicio de la azarosa y
siempre hambrienta voluntad, tan ávida de nuevos deseos que
satisfacer y anhelos que cumplir. Es así como Schopenhauer arriba a
la caracterización de uno de los estandartes de su reflexión sobre el
arte: el sujeto puro del conocer (o sujeto avolitivo).
Si lo propio del mundo fenoménico, tal como nos aparece, es su
caducidad, su carácter transitorio y efímero (un aspecto del que
darían buena cuenta autores como Leopardi o Baudelaire),
Schopenhauer desea preguntarse si entre tanta y tan penosa
transitoriedad se esconde algún elemento que permanezca
inalterable, alguna instancia que no sucumba a la violenta inmediatez
del fenómeno kantiano (Erscheinung). Como él mismo apunta, “lo
que nos incita a investigar es justamente que no nos basta saber que
tenemos representaciones”, pues además queremos averiguar su
significado, “preguntándonos si este mundo no es más que
representación, en cuyo caso habría de pasar fugazmente ante
nosotros como un sueño insustancial o un espejismo fantasmagórico”
(MVR I, § 17).
Para entender definitivamente el problema al que el filósofo de
Danzig se enfrenta, debemos acudir a un texto fundamental –aunque
poco conocido– que podemos encontrar en el Nachlaβ editado por
Arthur Hübscher (HN I, p. 375), donde leemos a un joven
Schopenhauer en 1816:
Mi vida en el mundo real supone un brebaje agridulce. Consiste,
como mi existencia en su conjunto, en una continua adquisición de
conocimiento, una continua ganancia de comprensión que concierne a
ese mundo real y a mi relación con él. El contenido de este
conocimiento es triste y deprimente, pero la forma del conocimiento
en general, el ganar en comprensión, el penetrar en la verdad resulta
satisfactorio y, de un extraño modo, entremezcla su dulzura con
aquel amargor.