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OIDORES Y HACEDORES DE LA PALABRA DE DIOS

Escucha la palabra, obedece la palabra, vive la palabra

➢ Rompe Hielo
Tema del campamento familiar:

Familias salvas, armoniosas y victoriosas.

Tema del culto de Dorcas:

Unidos para servir

La última región representada en el domingo:

Región Andina

Semana de la juventud:

Vestidos de la armadura de Dios

Que pasaje de la biblia leyó el dirigente:

_______________________________

➢ Desarrollo De La Enseñanza

En el libro de Santiago podemos analizar globalmente que se refiere a la realidad

de que la fe en Cristo debe ser demostrada por los hechos y actitudes de quienes

la profesan. Basando siempre nuestra vida cristiana en la fe, en poner en obra la la

palabra de Dios siempre.

Él nos ha dado su palabra para que sea nuestra guía para el todo de nuestra

vida. Pero es palabra no nos beneficiará si no es recibida con un corazón dócil y

humilde, con un corazón que desea y busca luchar contra el pecado.


Ahora bien, Dios nos ha dado su palabra. Ha puesto sus siervos (pastores,

predicadores, evangelistas, maestros, consejeros) al alcance de nuestras manos y

de nuestros oídos. Esto es un gran privilegio. Tener la voz de Dios cerca de nosotros

es un regalo al cual no le podemos poner precio. Y con un gran privilegio vienen

grandes responsabilidades. Dios nos ha dado su palabra y esta debe ser recibida

por todos nosotros con corazones humildes y enseñables. Y de esto surge también

un deber. ¿Cuál? Debemos ser hacedores de la palabra de Dios. Hay un deber aquí

súper importante.

Desglosaremos este pasaje y trazaremos 4 pilares de (1) Lo que debemos hacer,

(2) Lo que debemos evitar (3) Cómo hacer lo que debemos hacer (4) La bendición

de hacer nuestro deber.

I. “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores”. LO


QUE DEBEMOS HACER

Debemos ser hacedores de la palabra de Dios y no solo oidores de ella. He

ahí nuestro deber, bien sencillo. Dios nos ha dado su palabra para instruirnos, en

primer lugar, sobre qué debemos creer y hacer para ser salvos. Pero también nos

ha dado su palabra para enseñarnos cómo vivir la vida cristiana luego de ser salvos.

Hermanos, la vida cristiana es una vida para ser vivida. Y todo lo que se

enseña y todo lo que procuramos aprender es con mira a ponerlo por práctica.

Querido Joven, Dios nos ha dado su palabra no para llenar nuestras mentes

de información, si no para iluminar nuestras mentes con la verdad para poder vivir

la verdad.
Sacar tiempo domingo tras domingo para escuchar la palabra predicada,

sacar tiempo para leer y estudiar la Biblia es solo la mitad del camino. Leer las

instrucciones de armado de un objeto no lo arma por sí solo. Tenemos que

tomar las piezas y comenzar a unir las partes para armar lo que deseamos.

Montarme en el carro, por sí mismo, no me lleva a ningún sitio. Tenemos que

encender el carro y conducirlo por la carretera para sea un vehículo de

transportación.

DE LA MISMA MANERA NOS DICE SANTIAGO QUE NO ES SUFICIENTE

CON QUE NOSOTROS OIGAMOS LA PALABRA DE DIOS. DIOS DEMANDA

ALGO MÁS. ¿Qué? Que seamos hacedores de su palabra.

Jesús mismo lo enseñó una y otra vez no solo como la manera correcta de

vivir la vida cristiana sino la marca que distingue a uno que le ama de veras o no

meramente de palabra.

En los capítulos del sermón del monte muestra 21 compilaciones de las

enseñanzas dadas por el señor y que todas se rigen en poner en obra todas sus

enseñanza y cierra con las ventajas de ser un hacedor de su palabra la diferencia

entre ser sabio y necio. Mateo 7:21, 24 “No todo el que me dice: Señor, Señor,

entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que

está en los cielos. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le

compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.”

Tan fundamental es OBEDECER SU PALABRA que Jesús nos dice que su familia

se caracteriza por la obediencia a sus mandamientos. Lucas 8:21 “Mi madre y mis

hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen.”


Entonces ahora meditamos en ¿Qué hacemos con la palabra que se te

predica culto tras culto? Dios espera de nosotros que nos esforcemos en poner en

práctica su palabra y así demostremos lo que somos hijos de Dios.

¿Eres tú un oidor solamente de la palabra o eres un hacedor de la

palabra? Cómo tú describirías tu vida: ¿cómo uno que desea obedecer la palabra

de Dios y buscas así hacerlo, o te da lo mismo? ¿Cuándo escuchas de tu deber de

ser miembro de la iglesia cómo reaccionas a esta palabra de Dios? ¿Cuándo

escuchas que debes ser puntual a la asistencia a la iglesia cómo reaccionas tú?

¿Cuándo se te enseña por la palabra tú deber de ofrendar y dar diezmo cómo

reaccionas tú? ¿Cuándo se te enseña de tu deber de servir en la iglesia, de ayudar

en su limpieza, de ayudar en la reparación de las cosas de la iglesia, qué haces con

esa enseñanza?

Él es mi Padre celestial quien ha enviado a Cristo para que muriera y resucitara por

mí, por mí, un vil pecador. Y me ha dado esta salvación, esta nueva vida hermosa,

cómo yo no voy a demostrarle mi amor al servirle con todas mis fuerzas, con todas

mis habilidades, con todo lo que tengo que El mismo me ha dado. Porque todo lo

que tengo lo tengo gracias a Él.

Eso es lo que debemos hacer.

II. LO QUE DEBEMOS EVITAR

Debemos evitar el engañarnos a nosotros mismos. V. 22 “Pero sed

hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros

mismos”. ¿Qué quiere decir con engañarnos a nosotros mismos? La palabra


engañarnos en este pasaje significa: actuar o razonar falsamente e

incorrectamente. ¿Qué quiere decir entonces? Santiago nos quiere decir: no estás

pensando correctamente, te estás engañando a ti mismo si crees que agradas

a Dios con ser un mero oidor de la palabra y no un hacedor de la palabra. Si

haces eso: si eres un oidor meramente y no un hacedor de la palabra: vives

engañado. No has aprendido bien el cristianismo. Vives en ignorancia.

Esto te haces daño a ti mismo. ¿De qué manera? Bueno si eres un mero oidor y

nunca un hacedor de la palabra demuestras que no eres cristiano. Demuestras

que no amas a Jesús.

Mira las palabras de Jesús. Juan 14:21 “El que tiene mis mandamientos, y los

guarda, ése es el que me ama”. Juan 14:23 “El que me ama, mi palabra

guardará”. Y lo opuesto es cierto también. Juan 14:24 “El que no me ama, no

guarda mis palabras”. 1 Juan 2:4 “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus

mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él”.

Y si eres cristiano y eres selectivo en tu obediencia a la palabra de Dios

vives engañado, esa no es la voluntad de Dios para su pueblo. También te haces

daño a ti mismo. Cuando nosotros no obedecemos la palabra de Dios

inevitablemente nos hacemos daño. Ejemplo de la comida RAPIDA, todo en esceso

es malo y Dios nos manda a que cuidemos el templo del espíritu santo.

Si escogemos los días que vamos a asistir a la iglesia nos engañamos a

nosotros mismos. Porque la palabra de Dios en Hebreos 10:25 “no dejando de

congregarnos, como algunos tienen por costumbre”. Hermanos, es Dios

mismo quien nos llama a congregarnos en su casa. No es un invento de los

hombres ni llamada de atención todo los domingos del PASTOR para que
vengamos al culto los sábados. Es el quien dice en el Salmo 96:8 “Dad a Jehová

la honra debida a su nombre; Traed ofrendas, y venid a sus atrios.” Y por tanto

no hacerlo es pecar contra Dios y el que no hace lo que sabe que debe hacer le es

contado por pecado.

Debemos tener en cuenta que no sacaremos fruto a nuestras vidas si solo

somos oidores y no hacedores. V. 23-24 “Porque si alguno es oidor de la

palabra, pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera

en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y

luego olvida cómo era.” ¿De qué le beneficia a una persona que mire su rostro en

el espejo y luego de considerarse a sí mismo, se va y olvida cómo era? No le

beneficia en nada. El espejo ha sido creado para que nos veamos tal cual somos.

La Biblia es un espejo para que veamos tal cual somos y estamos delante de Dios.

Pero si nos limitamos a mirar solamente en el espejo de la Biblia y no hacemos los

cambios que demanda en el poder del Espíritu Santo, de nada nos beneficia. No

nos engañemos, dice Santiago, en pensar que nos beneficiará la lectura de la

palabra si no la ponemos por práctica.

EJEMPLO DEL QUE SE VE DESARREGLADO EN EL ESPEJO, SIN EL

UNIFORME QUE SE LE ENCOMIENDA Y AUN ASÍ DECIDE IR AL TRABAJO O A

LA ESCUELA.

III. Cómo lo debemos hacer

V. 25 “Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad”.

Lo primero que debemos hacer es mirar atentamente a la perfecta ley. Es decir,

debemos esforzarnos no meramente en leer la Biblia sino en mirar atentamente en

ella. Hay que escudriñar la palabra de Dios. Hay que sacar tiempo para poder
entenderla. Hay que sacar tiempo para poder memorizarla. El llamado es a no ser

lectores casuales de la Biblia sino a ser verdaderos conocedores de la palabra de

Dios. La palabra mirar atentamente significa: acercase y observar

minuciosamente para mirar algo más de cerca. Entonces, acércate a mirar de

cerca el significado de la palabra de Dios. Para sacarle verdadero provecho usa de

la tecnología, los devocionales que envían en los grupos de wapp, los estudios

bíblicos que encontramos en aplicaciones de la biblia, de comentarios y no faltes a

la escuela dominical, al estudio de los jueves y verás si no aprendes con profundidad

en la palabra de Dios.

En segundo lugar, no solo mires atentamente en la perfecta ley, la palabra

de Dios sino mira que ella es la ley de la libertad. Acércate a la Biblia no como una

ley que viene a esclavizarte sino todo lo contrario. La ley de Dios produce libertad.

Cristo nos hizo libre de la maldición de la ley cuando El mismo fue hecho maldición

por nosotros. Nos libertó del poder condenador de la ley para que ahora seamos

libre en Cristo bajo la guía y dirección de la ley. Por eso el Salmista podía decir en

el Salmo 119:97 “¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.”

Salmos 1:2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia,


Y en su ley medita de día y de noche.
3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,

Que da su fruto en su tiempo,


Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.

En tercer lugar, persevera en ella. “mira atentamente en la perfecta ley, la

de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de


la obra”. Es decir, NO TE CANSES EN SER HACEDOR DE LA LEY, persevera en

ello. No desmayes en estudiar la palabra y en obedecerla. Sigue adelante. No te

quites. Piensa que cada vez que así lo haces, perseverando en obedecer más feliz

serás. Por eso Santiago nos habla de la bendición que cosecha el que obedece a

Dios.

IV. La bendición de hacer nuestro deber

El pasaje termina con una bendición. Pero es una bendición que nos

enseña un principio más acerca de la vida cristiana.

Dice: V. 25 “éste será bienaventurado en lo que hace.” RV60

recibirá bendición al practicarla. NVI

serán felices en todo lo que hagan. TLA

¿Qué significa esta frase? Significa que obedecer a Dios trae en sí mismo su propia

recompensa. Fíjate que dice será bienaventurado en lo que hace, no dice: por lo

que hace. En otras palabras, el creyente obedece a Dios no por la recompensa

de hacer la voluntad de Dios sino por el placer de hacerla voluntad de Dios.

➢ EJEMPLO DEL QUE TRABAJA UN ARTE, LO HACE POR PASION Y NO


POR COMPROMISO

Obedecer a Dios trae por sí mismo su propia recompensa. Es como el novio

o el esposo que le hace bien a su novia o esposa no para ganar su favor sino por el

que siente por ella amor a ella. Servirle a ella es en sí mismo su propia

recompensa. E
Trae placer y felicidad y bien para nuestra vida el ser hacedores de la palabra de

Dios. Jesús mismo dijo en Lucas 11:28 “Antes bienaventurados los que oyen la

palabra de Dios, y la guardan.” ASÍ QUE TU FELICIDAD EN LA VIDA DEPENDE

DE TU OBEDIENCIA A LA PALABRA DE DIOS. ¿Quieres ser feliz? Se hacedor de

la palabra y no tan solo oidor. ¿QUIERES QUE TE VAYA BIEN LA VIDA? PON EN

PRÁCTICA LA PALABRA DE DIOS. PERO HAZLO NO PARA GANAR EL CIELO

PORQUE CRISTO LO GANÓ POR TI Y PARA TI SINO POR EL PLACER DE

SERVIR A DIOS. A ESE DIOS QUIEN NOS HA DADO LA SALVACION COMO

NUESTRO GALARDÓN Y COMO LA FUENTE DE LA VIDA ETERNA.

Quiera Dios que seamos cada un día JOVENES HACEDORES DE BUENAS

OBRAS, negándonos a nosotros mismos para hacer la obra de Dios ejercitándonos

en la disciplina de la piedad, haciendo su voluntad que es agradable y perfecta. por

el solo de hecho de que le amamos y deseamos serle agradables en todo. Amén.

Hay por lo menos cuatro cosas importantes en este pasaje corto.

(1) Lo que debemos hacer,

(2) Lo que debemos evitar

(3) Cómo hacer lo que debemos hacer

(4) La bendición de hacer nuestro deber.

Hebreos 12:11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa
de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que
en ella han sido ejercitados.

Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de


la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la
buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Romanos 2:6-8 El cual pagará a cada uno conforme a sus obras:
7vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e
inmortalidad,
8pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino
que obedecen a la injusticia

Lucas 6:46 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le
compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

1 Timoteo 4: 12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los


creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.

2 Timoteo 3:12-14 Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste,


sabiendo de quién has aprendido;
15y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden
hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
16Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia,
17a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para
toda buena obra.

Tips para poner en obra la palabra de Dios

1. Ten a Dios como único referente.

“Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero.” Salmos
119:105

2. Que tus obras se escuchen más fuerte que tus palabras

“No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes
mismos. Llévenla a la práctica.” Santiago 1:22

3. Vive la vida transitando el camino del Señor

“La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios


permanece para siempre.” Isaías 40:8

4. Debemos persistir en lo que hemos aprendido

2 Timoteo 3:12-14 Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste,


sabiendo de quién has aprendido;
5. Debemos ser ejemplo no solo en palabra sino también en conducta

1 Timoteo 4: 12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de


los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.

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