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El artículo 387 del Código Penal Peruano sobre peculado doloso estipula: “El funcionario o
servidor público que se apropia o utiliza, en cualquier forma, para sí o para otro, caudales o
efectos cuya percepción, administración o custodia le estén confiados por razón de su
cargo, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de ocho
años. Cuando el valor de lo apropiado o utilizado sobrepase diez unidades impositivas
tributarias, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de ocho ni mayor de
doce años. Constituye circunstancia agravante si los caudales o efectos estuvieran
destinados a fines asistenciales o a programas de apoyo social. En estos casos, la pena
privativa de libertad será no menor de ocho ni mayor de doce años.”
La doctrina señala que el delito de peculado es una figura delictiva que restringe su radio de
imputación a determinados sujetos, los cuales necesariamente tienen que reunir la calidad
de funcionarios o servidores públicos a fin de que puedan responder como autores.
Pariona (2011) refiere sobre el delito de peculado: “El funcionario público del delito de
Peculado tanto doloso como culposo será el funcionario o servidor público, sin distinción,
que reúne las características de relación funcional exigidas por el tipo penal, es decir,
quien por el cargo tenga bajo su poder o ámbito de vigilancia (directa o funcional) en
percepción, custodia o administración las cosas (caudales o efectos) de los que se apropia
o utiliza para sí o para otro.”
Es por esas razones, que el gobierno promulgó una serie de medidas que contribuyan a
contrarrestar esta situación de carencia de alimentos, entre las que se incluyen el bono de
apoyo económico a familias en estado de pobreza, la que en un inicio estuvo administrado
por el gobierno general, sin embargo posteriormente pasó a manos de los gobiernos locales,
en donde se vislumbró una serie de irregularidades en la compra y entrega de alimentos y
bonos, desencadenando el reclamo de muchos pobladores, ya que inclusive, algunos de los
beneficiarios, estarían actualmente trabajando en la administración pública. Dado a la
problemática descritas, es que surge la motivación por estudiar los delitos de peculado en
las municipalidades y las repercusiones o consecuencias que trae en la población afectada.