Sei sulla pagina 1di 15

La implementación política en contextos complejos

y dinámicos

Hoy, en el día a día, podemos ver cómo se ha producido una disolución de las formas
tradicionales de comunidad; hay cambios significativos y radicales (como la
comunicación y sus medios) y, por lo tanto, la dinámica y la distribución en términos
de fragmentación de la institucionalidad estatal. Es así como se observa un reto para
todos los individuos ante los nuevos y más complejos contextos, lo que lleva a
reflexionar sobre lo que antes se daba por supuesto. 
 
De esta manera y ante tal panorama, se puede sostener que 

 
la intervención en lo social se convierte en una forma de articular lo
fragmentado y recuperar la coherencia vital de los sujetos con los que
se trabaja. [De ahí, la presente lectura pretende exponer] los conceptos
y las prácticas que son necesarias para estas tareas y enfatiza el
estrecho vínculo entre la intervención en lo social y las políticas
públicas. (Carballeda, 2008, http://bit.ly/2NDjqKB).

 
Para una mejor comprensión de los hechos que se van a desarrollar, se tomará como
caso o anclaje la aplicación Gestión al Ciudadano del programa País Digital.

 
País Digital (perteneciente al Ministerio de Modernización de la Nación)
desarrolló una app de Gestión al Ciudadano, la cual estará alojada en
sitios web municipales y permitirá impulsar nuevos canales de atención
y mejorar el nivel de servicio y acceso a la información que brindan las
intendencias a los vecinos.
 
Básicamente, el mismo implica que los municipios que adopten esta
herramienta podrán ofrecerles a los vecinos la posibilidad de solicitar
turnos y realizar trámites, consultas y reclamos, a través de Internet. Se
trata, esencialmente, de una plataforma que permite generar
solicitudes de los ciudadanos hacia el municipio, usando formularios
sencillos. Utiliza herramientas interactivas, como la geolocalización, y
permite realizar el seguimiento de cada gestión de manera online.
 
Los trámites que se pueden realizar se encuentran divididos en tres
clases: solicitudes, reclamos y consultas. Los servicios que se podrán
gestionar son: calles y avenidas; alumbrado e higiene urbana; tránsito y
señalamiento; agua corriente; parques, plazas y arbolado urbano; y
suministro eléctrico. (País Digital presenta la aplicación Gestión al
Ciudadano, 2016, http://bit.ly/369BhPH).

¿Contextos nuevos?, ¿complejos? o ¿los mismos de siempre?

Intervención como dispositivo

Las políticas públicas

Video conceptual

Referencias

Descarga en PDF
LECCIÓN 1 de 6

¿Contextos nuevos?, ¿complejos? o ¿los mismos de


siempre?

Son bastas las lecturas de hoy en día que enfatizan, desde diferentes temáticas o abordajes, el hecho de la
existencia de contextos y escenarios cambiantes que determinan nuestras sociedades en las últimas
décadas y marcan una serie de nuevos interrogantes hacia la intervención en lo social. Dichos cambios
“pueden observarse a partir de diferentes esferas que abarcan desde lo socioeconómico hasta el sentido de
la vida cotidiana en las diversas y heterogéneas tramas sociales actuales” (Carballeda, 2008,
http://bit.ly/2RreUAd).

En este sentido, se manifiesta la existencia palpable de una crisis de los espacios de socialización, tales
como la familia, el barrio, la escuela, la universidad o el trabajo. En ellos, se hace manifiesta “la posibilidad y
necesidad de una reconfiguración de la cual se es testigo en forma aturdida y desorientada” (Carballeda,
2008, http://bit.ly/2RreUAd).

De este modo, ya sea a partir de 

las dificultades de sostenimiento de los lazos sociales, o el “enfriamiento” de éstos, hasta


la problemática de la fragmentación, emergieron nuevas formas de expresión de la
cuestión social. [Dicha dinámica, se produce] dentro de escenarios singulares pero con
algunos comunes denominadores que muestran determinadas formas de expresión que
interpelan a las Políticas Públicas; las Instituciones Típicas de Intervención Social y a la
Intervención misma. 
[Así, a partir de esta cuestión] de las “Problemáticas Sociales Complejas” (…) surgen en
una tensión entre necesidades y derechos, la diversidad de expectativas sociales y un
conjunto de diferentes dificultades para alcanzarlas. (Carballeda, 2008,
http://bit.ly/38eWHwg)

Dichas problemáticas, por tanto, 

… no son estáticas, se mueven e inmiscuyen rápidamente “en los laberintos de la


heterogeneidad de la sociedad, la crisis de deberes y derechos subjetivos, el ocaso de los
modelos clásicos de las instituciones y la incertidumbre de las prácticas que intentan dar
respuestas a éstas” (Carballeda, 2008, http://bit.ly/2RreUAd).

Concomitantemente, ha de destacarse que las problemáticas en este contexto actual están conectadas por
una diversidad y multiplicidad de componentes, en “donde cada uno de ellos tiene su propia representación
tanto en la esfera del sujeto, su grupo de pertenencia, su red social, como para el resto de las prácticas y
modalidades de intervención” (Carballeda, 2008, http://bit.ly/2RreUAd).

Esta manifestación de los problemas hace que se reclame intervenciones desde diferentes ámbitos, lo cual
marca nuevos desafíos a las posibilidades de la interdisciplina. Esto genera que cada caso, cada precisa
instancia de intervención requiera de un proyecto, herramienta y conocimiento a construir. Todo ello siempre
bajo una perspectiva que hace hincapié en “la diversidad de ese otro, donde se observa la necesidad de su
palabra, su comprensión y explicación del problema como forma de aproximación a la ‘verdad’ de éste”
(Carballeda, 2008, http://bit.ly/2RreUAd).

Con ello queremos decir que hoy, en los tiempos que corren, las condiciones, sujetos y problemáticas
exceden las típicas, ortodoxas y tradicionales respuestas de las instituciones. Esto se debe a que, a la vista
de muchos, estas han sido concebidas en el marco de una lógica estrechamente sujetada a la
homogeneidad de las poblaciones que a la heterogeneidad de estas (las cuales reclaman para sí respuestas
singulares). Inclusive, podemos decir que cada problemática manifiesta la creación de su propio ciclo o
recorrido institucional según corresponda a cada caso. Bajo esta luz, el Estado (y, consecuentemente, los
analistas), en cuanto a su actuar, ha debido adaptar y amoldar su comportamiento y papel.

Dentro de las problemáticas sociales complejas, los sistemas clásicos implementados son propensos a
generar mayores desequilibrios y conflictos que soluciones a las problemáticas. Muchas veces, estos
sistemas de respuesta clásica en lo que hace a la reinserción generan muchas veces mayor exclusión o
tienden más al rechazo que a la asistencia. De esta manera, “los dispositivos típicos de intervención entran
en crisis dada la complejidad de las demandas y lo turbulento de los escenarios” (Carballeda, 2008
http://bit.ly/2RreUAd).

Allí, en este contexto, es donde se hacen evidentes dos cuestiones centrales dentro de la temática. La
primera es la cuestión de la intervención social como mecanismo fundamental ante estos nuevos y
complejos contextos. Y segundo, la oscilación o acción pendular que deben desarrollar los gobiernos,
instituciones y hasta los propios analistas.

Propiamente, es en el terreno de la intervención donde algunos postulados básicos de la modernidad


comienzan a mostrar la nueva lógica de las instituciones. Llevando al frente la noción o concepción de que
estas “son poseedoras de su propia esfera y lógica, hasta, en algunos casos con una fuerte desarticulación
con las otras instituciones o con la sociedad misma” (Carballeda, 2008, http://bit.ly/38eWHwg).
LECCIÓN 2 de 6

Intervención como dispositivo

Retomando las cuestiones señaladas con anterioridad como determinantes de la temática, 

… la intervención en lo social se presenta como un instrumento de transformación, no sólo


de las circunstancias donde concretamente actúa, sino también como un dispositivo de
integración y facilitación del diálogo entre diferentes lógicas que surgen de distinta forma,
tanto en los problemas sociales como en las instituciones mismas” (Carballeda, 2008,
http://bit.ly/38eWHwg).

Desde esta perspectiva, debe entenderse la intervención como dispositivo de vital importancia en tanto que
esta tiene la capacidad de “articular y generar diálogos entre diferentes instancias, lógicas y actores
institucionales, teniendo en cuenta, además, que el carácter normativo de las lógicas de las instituciones se
encuentra en crisis dado que la superposición de problemas las hace heterogéneas y muchas veces
incomprensibles” (Carballeda, 2008, http://bit.ly/38eWHwg).

Por ello, se puede dar cuenta o señalar la existencia de una crisis de lo normativo, a nivel institucional. Todo
ello derivado de una dificultad o imposibilidad de aplicación de estas. Hoy en día, comprender
completamente el desenvolvimiento de las relaciones intrainstitucionales e interinstitucionales bajo un solo
concepto o perspectiva es muy poco útil. Esto se debe a que, bajo este inmerso contexto de relaciones
complejas en las que se ven inmersas, solo estaría tomando en consideración la idea de la existencia de un
todo homogéneo aglutinado (Carballeda, 2008). Como la realidad no se presenta bajo esta lógica, desde la
intervención, “se hace necesario repensar diferentes perspectivas instrumentales, las cuales es posible que
se construyan en el diálogo de distintos campos de saber con una perspectiva orientada hacia ella, pero
básicamente tomando en cuenta su ‘sentido’” (Carballeda, 2008, http://bit.ly/38eWHwg).

De esta manera, siguiendo la lógica y el desarrollo que propone Carballeda, frecuentemente, la intervención
se ve a través de manifestaciones muy diversas. En donde, “si bien puede pensarse en relación a metas,
propósitos, etc., debe definirse en relación a sus fines últimos” (Carballeda, 2008, http://bit.ly/38eWHwg). Es
decir, el vivir inmersos en una sociedad de problemática complejas requiere y demanda a las instituciones la
necesidad de la construcción y articulación de nuevos dispositivos de intervención que, en gran medida,
puedan y tiendan a rescatar “la condición histórico‑social perdida en nuestras sociedades luego de décadas
de descomposición de dictaduras, represiones y modelos económicos que concentraron la riqueza
alterando la distribución a cifras impensadas” (Carballeda, 2008 http://bit.ly/2RreUAd).

Es destacable, bajo esta línea, el hecho de que la intervención debe desprenderse epistemológicamente del
más sencillo procedimiento y pensamiento, “pensar la intervención desde condicionantes y no desde
determinantes” (Carballeda, 2008, http://bit.ly/38eWHwg). Esta lógica y proceder conlleva a que pisemos y
pensemos dentro del terreno de lo probabilístico, en donde la singularidad y la subjetividad son la escena o
los componentes esenciales, con papeles relevantes. En otras palabras, con el objetivo fundamental de
evitar una fracaso o visión fatalista del programa, política o plan que se está gestando, Carballeda (2008)
propone perder esa intervención gestada desde la relación causa-efecto para pensar la intervención en lo
social como “una acción básicamente inter-subjetiva y fuertemente discursiva. De allí que la palabra, la
mirada y el escuchar al otro sigan siendo sus elementos más sobresalientes” (Carballeda, 2008,
http://bit.ly/38eWHwg).

De esta manera, estos nuevos escenarios, en tanto expresiones del contexto, como espacios de
intervención, ilustran y marcan otro tipo de necesidades que se relacionan y vinculan fuertemente con la
recuperación y la búsqueda de saberes y destrezas, allí donde la desigualdad dejó sus marcas hacia toda la
sociedad. De allí, aquellas disciplinas que intervienen en lo social se encuentran delante de nuevas
posibilidades donde se podría pensar todo desde la óptica de recuperación en cada sujeto desde sus
propias capacidades y habilidades, es decir, orientar la intervención hacia una lógica de reparación.
En otras palabras, con el objetivo fundamental de evitar una fracaso o
visión fatalista del programa, política o plan que se está gestando,
Carballeda (2008) propone perder esa intervención gestada desde la
relación causa-efecto para pensar la intervención en lo social como
“una acción básicamente inter-subjetiva y fuertemente discursiva. 

En este contexto, “estos temas se presentan como desafíos que surgen desde la intervención social y que
muestran la necesidad de repensar perfiles institucionales, políticas públicas y formaciones académicas”
(Carballeda, 2008 http://bit.ly/2RreUAd).

Desde una perspectiva académica, la intervención en lo social está estrechamente relacionada con el
conocimiento a posteriori. Así, “su saber proviene de la práctica cotidiana, la intervención se funda en el
hacer y es desde allí desde donde debe abrevar el conocimiento y especialmente las preguntas a otras
disciplinas” (Carballeda, 2008 http://bit.ly/38eWHwg).

Es aquí donde el autor propone que uno de los caminos más importantes para emprender, recuperar y
orientarse es 

hacia la reparación, hacia la recuperación de capacidades y habilidades que fueron


posiblemente obturadas por las circunstancias que generaron la desigualdad (…). [Esto
implica la deconstrucción de procesos] de estigmatización desde un abordaje singular de
padecimiento objetivo y subjetivo. (…) re–inscripción significa recuperar la condición
socio‑histórica del sujeto. (Carballeda, 2008, http://bit.ly/38eWHwg).

 
De ese modo la experiencia pone en tela de juicio la teoría, genera nuevas preguntas, elabora nuevas
síntesis atravesadas por la inminencia del contexto en la singularidad microsocial del escenario de
intervención. En términos de lo ya analizado en otras lecturas, puede decirse que estos nuevos contextos
complejos generan una tensión y un replanteo de la práctica institucional y académica (analistas y
académicos), fundamentalmente, en cuanto a una oscilación entre el racionalismo y el incrementalismo.
LECCIÓN 3 de 6

Las políticas públicas

De lo destacado en la sección anterior y, principalmente, de su último párrafo, cabe señalar que la política
pública “muchas veces es planteada como ‘mecánica’, donde la relación sujeto – políticas públicas se
construye de manera automática, con muy pocas mediaciones, en general preestablecidas y en forma
programada” (Carballeda, 2008, http://bit.ly/38eWHwg). 

Sin embargo, el pensar desde una nueva perspectiva a las políticas públicas, es decir, desde una mirada
centrada en la intervención, genera o implica una correlación (intervención-PP) “mucho más compleja y da
cuenta de las posibilidades de dirección de éstas desde el terreno de la práctica” (Carballeda, 2008,
http://bit.ly/38eWHwg). 

En definitiva, “la intervención le puede conferir singularidad a la aplicación de las políticas públicas,
justamente en un contexto donde se ve la necesidad de transversalidad e integración de las mismas”
(Carballeda, 2008, http://bit.ly/38eWHwg). Bajo este camino, es posible pensar algunas orientaciones. 

En principio, dicha vinculación genera caminos en la recuperación de ciudadanías o en relación con


posibilidades de reconstrucción de estas. “En este aspecto las políticas públicas implican (…)
[fundamentalmente] una estrategia de recuperación de capacidades, habilidades y básicamente de formas
constitutivas de la identidad, dando, de alguna manera, respuesta a los efectos de la crisis mencionados
más arriba” (Carballeda, 2008, http://bit.ly/38eWHwg). Este hecho nos plantea la necesidad de la existencia
de una flexibilidad de las políticas públicas, en las que estas deben generar y poseer la capacidad de
adaptarse a circunstancias singulares, “sin perder [en el trayecto de su desarrollo] la centralidad que les da
sentido total y perspectiva en función del Estado y la Nación” (Carballeda, 2008, http://bit.ly/38eWHwg).
Nuevamente, se reitera esta necesidad y escenario de oscilación entre la lógica del racionalismo y el
incrementalismo. 
Es decir, este último es un modelo en donde se conciben las prestaciones uniformes en la política pública
que se vincula fuertemente con “poblaciones homogéneamente constituidas y no responde a las
necesidades de respuesta relacionadas con la heterogeneidad de lo social [(incrementalismo)]” (Carballeda,
2008, http://bit.ly/38eWHwg) . Es así que, en esta dinámica pendular, desde la intervención se pretende y se
hace posible “definir prestaciones a partir de necesidades más cercanas a la constitución heterogénea de
éstas” (Carballeda, 2008, http://bit.ly/38eWHwg). Por otra parte, es menester el realizar un abordaje
transversal. Esto demanda una aproximación al conjunto de problemas, necesidades, padecimientos y
expectativas experimentados por una persona. Entonces, se pone en relevancia, en este punto, “la
importancia de acceder a la trayectoria, historia de vida, potencialidades y perspectivas del sujeto”
(Carballeda, 2008, http://bit.ly/38eWHwg).

Concluyentemente, de esta manera, la intervención abre el camino y arroja luz “para salir del esquema de
gestión centralizada hacia la gestión participativa, como también para el cambio de la concentración
piramidal hacia una descentralización territorial” (Carballeda, 2008, http://bit.ly/38eWHwg). Las políticas
públicas, desde este ángulo, son posibles siempre y cuando posean un sentido estratégico en diálogo con la
sociedad civil, articulando aquello que la crisis fragmentó. Esto conlleva a sostener que las posibilidades de
estas y la intervención, concretamente, son de carácter anticipatorio. Siempre en miras al futuro, centradas
“en el hacer cotidiano del presente y una proyección al pasado como forma de búsqueda de los perjuicios
que las diferentes crisis generaron y su inscripción en la historia, en la subjetividad, en la memoria colectiva”
(Carballeda, 2008, http://bit.ly/38eWHwg).

A modo de conclusión, se puede sostener que, el sentido de la intervención:

“... implica una serie de acciones, mecanismos, procesos que construyen representaciones y
construcción de ese “otro” sobre el que se interviene (como campo es un lugar de
construcción de creencias, hábitos, y modalidades de hacer” (Carballeda, 2008,
http://bit.ly/38eWHwg).

“Es un lugar de certezas e incertidumbres. [Ello implica consecuentemente, la necesidad de] la


reflexión acerca de las motivaciones que se tienen en cuenta antes de tomar una decisión. En
definitiva, la deliberación, en tanto reflexión, hace responsable a la intervención y ratifica o no la
propia autonomía de una práctica” (Carballeda, 2008, http://bit.ly/38eWHwg). La reflexión ética,
la cual involucra una exploración de los marcos conceptuales desde donde se actúa y de los
esquemas de justificación.
Es un lugar de construcción de nuevas preguntas, un espacio desde donde se construye
agenda pública teniendo en cuenta las dimensiones de lo micro en lo macrosocial. 

Ahora bien, retomando el caso que se ha planteado como anclaje de dicha temática, se hace más que
evidente que el surgimiento u origen que dio pie a dicho elemento o práctica (el aplicativo) es ante todo el
reconocimiento abierto de que las situaciones que se generan en las células o unidades más pequeñas de
gobierno son, hoy en día, más compleja y exigen desde el ciudadano una respuesta más mediata por parte
de las autoridades correspondientes. 

También, es reconocible, en la generación de la aplicación, el hecho de que hoy en día las modalidades de
dar respuesta a las problemáticas (en este caso la elaboración de un reclamo y la gestión del mismo) exige
y se muestra como una intervención dinámica, que se mueve en paralelo a otros nuevos cambios
(tecnológicos y de comunicación) que se van produciendo en la sociedad. Al mismo tiempo, puede decirse
que otorga a la cuestión de los reclamos un buen terreno para mejorar en cuanto a la eficiencia y a la
eficacia (tanto en la ejecución del reclamos, como en la puesta en marcha de las soluciones).

Hoy en día las modalidades de dar respuesta a las problemáticas


exige y se muestra como una intervención dinámica, que se mueve en
paralelo a otros nuevos cambios (tecnológicos y de comunicación)
que se van produciendo en la sociedad.

En definitiva, se ve cómo estos nuevos contextos en los que se desarrolla el día a día de la actividad
gubernamental requieren y evidencian la participación, intervención y acción activa de los ciudadanos, las
nuevas tecnologías y lógicas comunicacionales. Dicho caso, consecuentemente, muestra la salida y el
abandono en esta cuestión del esquema de gestión centralizada, volcándose hacia una gestión participativa.
LECCIÓN 4 de 6

Video conceptual

Video 1: La implementación política en contextos complejos y dinámicos

Video format not supported.


LECCIÓN 5 de 6

Referencias

Carballeda, A. J. (2008). La Intervención en lo social y las problemáticas sociales complejas: los escenarios
actuales del trabajo social. Margen: revista de trabajo social y ciencias sociales. Recuperado de
https://www.margen.org/suscri/margen48/carbal.html

Carballeda, A. J. (2008). Problemáticas sociales complejas y políticas públicas. Recuperado de


http://dx.doi.org/10.18046/recs.i1.409 
LECCIÓN 6 de 6

Descarga en PDF

La implementación política en contextos complejos y


dinámicos.pdf
219 KB

Potrebbero piacerti anche