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TEMA 3

El análisis de contenido
ÍNDICE (I)

1. Recordando, que es gerundio…


1.1. El análisis de contenido de orientación cuantitativa
1.2. El análisis de contenido de orientación cualitativa
1.3. El análisis de contenido determinado por los objetivos
2. Definiciones y características del análisis de contenido
2.1. Definiciones del análisis de contenido
2.1.1. Primera definición clásica: la de Bernard Berelson
2.1.2. Segunda definición clásica: la de Klaus Krippendorff
2.1.3. Definición de consenso: la de Daniel Riffe, Stephen
Lacy y Frederick G. Fico
2.2. Características del análisis de contenido
ÍNDICE (II)

3. El papel de la inferencia en el análisis de contenido


4. Aplicaciones, usos y finalidades del análisis de
contenido
4.1. Aplicaciones
4.2. Usos y finalidades
5. La relación entre los datos y el contexto en el
análisis de contenido
ÍNDICE (III)

6. Fases del análisis de contenido


6.1. Sobre la fase 3 («Determinación de las unidades»)
6.2. Sobre la fase 4 («Establecimiento del sistema de
categorías»)
6.3. Sobre la fase 5 («Codificación»)
6.3.1. Las reglas de codificación
6.3.2. Los sistemas de enumeración
6.3.2.1. El nivel de medición nominal
6.3.2.2. El nivel de medición ordinal
6.3.2.3. El nivel de medición de escala
ÍNDICE (IV)

6.4. Sobre la fase 6 («Análisis»)


6.4.1. Análisis temático
6.4.2. Análisis de la expresión
6.4.3. Análisis de la evaluación
6.4.4. Análisis de asociación
6.4.5. Análisis comparativo
6.5. Sobre la fase 7 («Control»)
6.5.1. Validez
6.5.2. Fiabilidad
6.5.3. Sobre la validez y la fiabilidad
ÍNDICE (V)

7. Ventajas y limitaciones del análisis de contenido


7.1. Ventajas
7.2. Limitaciones
8. Referencias bibliográficas
1. Recordando, que es gerundio…
Antes de empezar este tema, conviene recordar
algunas cuestiones…
En primer lugar, algo que vimos al principio del tema
2, respecto a la existencia de tres grandes tipologías
analíticas en el análisis cualitativo…
Los diferentes tipos de análisis pueden clasificarse en tres grandes grupos
de procesos, no excluyentes entre sí:
1. Los análisis descriptivos, que, como su propio nombre sugiere, tienen
como fin realizar una mera descripción de lo que los actores sociales
hacen y dicen acerca de un tema, estableciendo —sobre procesos,
contextos e intenciones— categorías clasificatorias y observando las
conexiones entre ellas.
2. Los análisis generadores de teorías (inducción analítica y Grounded
Theory o Teoría Fundamentada), que ponen especial énfasis en el carácter
inductivo del análisis cualitativo, así como en su vinculación con la
observación empírica, y ofrecen una guía de pasos a seguir en la
construcción de una «teoría» con capacidad para abarcar todos los
casos.
3. Los procesos basados en el análisis de discurso, que hacen hincapié en
las cuestiones relacionadas con el lenguaje y los símbolos para poder
acceder al sentido de los discursos sociales. La utilización de este tipo de
procesos está plenamente justificada en la medida en que, para la
comprensión de los fenómenos sociales, se parte de la materia prima de la
comunicación: los signos.
En este tema se abordará el estudio del primero de los
tres grupos descritos: el de los procesos basados en
los análisis descriptivos.
Otra segunda cuestión que conviene recordar es lo
señalado en la segunda parte del propio tema 2 respecto
al análisis de contenido.
En aquellas diapositivas se decía…
Básicamente, el análisis de contenido consiste en la
descomposición o fragmentación del texto en función
de un sistema de categorías.
En la medida en que ese sistema de categorías suele ser
establecido a priori por el/la investigador/a, el análisis
de contenido se identifica casi siempre con la
precodificación.
Todo el procedimiento del análisis de contenido está,
pues, presidido por el sistema de categorías
establecido (insistamos: casi siempre de antemano)
por el/la analista en función de sus intereses teóricos y
de investigación. A partir de estos intereses se
determina cuál es el interés o valor del texto, cómo se
fragmenta y, sobre todo, cómo se clasifican los
fragmentos.
Una vez fragmentado y codificado el texto, se aplican
distintas técnicas de análisis…
1.1. El análisis de contenido de
orientación cuantitativa
Tradicionalmente, el análisis de contenido se ha
identificado con técnicas de análisis más bien
cuantitativas.
Ello se debe, al menos en parte, a que en el análisis de
contenido no se entra a discutir o a debatir sobre el
sentido del discurso, ya que se basa en el supuesto de que
hay «una comunidad de sentido o conjunto de sentidos
compartidos (lenguaje), que establece el sentido de los
discursos de manera inmediata y, podemos decir,
aproblemática» (Ruiz Ruiz, 2009, párr. 22).
De ahí que, por un lado, este tipo de análisis se suela
centrar en el contenido manifiesto y en el nivel denotativo
(objetivo, literal) del lenguaje y, por otro lado, se limite
normalmente a propósitos descriptivos.
No es de extrañar, pues, que una de las definiciones
clásicas del análisis de contenido se refiera a él como
«una técnica de investigación para la descripción
objetiva, sistemática y cuantitativa del contenido
manifiesto de la comunicación» (Berelson, 1952,
p.18).
La orientación a la cuantificación del análisis de
contenido se ha visto parcialmente reforzada en los
últimos por la cada vez mayor sofisticación de los
métodos de análisis multivariante, como los análisis
de correspondencias múltiples o los análisis factoriales.
1.2. El análisis de contenido de
orientación cualitativa
Sin embargo, en paralelo a ese refuerzo y sofisticación
de la vertiente cuantitativa, también cabe registrar la
existencia, a partir de los años sesenta del siglo XX, de
perspectivas cualitativas en el análisis de contenido.
Estas perspectivas cualitativas reivindicaban la
consideración, junto al contenido manifiesto, de los
sentidos latentes (esto es, lo que se deja entrever, o
incluso lo que se oculta).
Entre los aportes teóricos que contribuyeron a esa
inclusión de la mirada cualitativa en el análisis de
contenido figura la llamada Grounded Theory o teoría
fundamentada, formulada originariamente por Glaser y
Strauss (1967), y que se abordará más adelante en el
temario.
1.3. El análisis de contenido
determinado por los objetivos
Por otra parte, también puede hablarse de distintas tipologías de
análisis de contenido, en función de los objetivos perseguidos
en la investigación o de las características de los textos
analizados (p. ej., el análisis de titulares de prensa).
Un tipo de análisis de contenido especialmente fecundo, sobre
todo en los discursos provocados (recuérdese lo dicho al
respecto de este tipo de discursos en la primera parte de este
mismo tema), es el análisis temático.
El análisis temático se centra en los temas o tópicos que
articulan el discurso, tanto en lo que se refiere a su selección o
inclusión (o a su omisión) como al orden y el modo de aparición
(espontánea o sugerida), el tiempo que se les dedica o las
relaciones que se establecen con otros temas.
1.4. Ejemplos gráficos de análisis de
contenido
Figura 1. Ejemplo de análisis de contenido: la nube de palabras

Fuente: Penalva Verdú (2019)


Figura 2. Ejemplo de análisis de contenido: análisis temático
sobre el sesgo de género en el ámbito informativo

Fuente: Penalva Verdú (2019)


2. Definiciones y características del
análisis de contenido
A pesar de que pueda (y deba) admitirse la existencia
de un análisis de contenido de orientación cualitativa,
lo cierto es que, en la actualidad, el término (análisis
de contenido) se suele reservar al análisis
cuantitativo estándar o tradicional (Navarro y Díaz,
1994).
Ese es el sentido (insistamos en que se trata del más
habitual) con el que debe ser entendida la expresión
análisis de contenido en estas diapositivas y en esta
asignatura.
2.1. Definiciones del análisis de
contenido
En las diapositivas que siguen, se ofrecen tres
definiciones de análisis de contenido.
Las dos primeras pueden considerarse clásicas, y
resultan hasta cierto punto incompatibles entre sí.
La tercera es una definición mucho más operativa,
completa y, en cierta forma, de consenso, por lo que
será la adoptada en este tema.
2.1.1. Primera definición clásica: la de
Bernard Berelson
La primera y considerada más clásica definición del
análisis de contenido es la de Bernard Berelson
(1952), que ya fue presentada en el tema 2 y ha sido
repetida en una diapositiva de este tema 3:
«[El análisis de contenido es] una técnica de
investigación para la descripción objetiva, sistemática
y cuantitativa del contenido manifiesto de la
comunicación» (Berelson, 1952, p.18).
Vale la pena destacar algunos términos de la definición
de Berelson (1952):
• El afán de descripción de lo que los actores sociales
hacen o dicen acerca de un tema, en lugar de la
interpretación de esos discursos.
• La objetividad, con lo que se está negando la
arbitrariedad del/de la analista. Además, este
término conecta con la noción de reproducibilidad,
que viene a decir que dos o más codificadores/as,
empleando las mismas reglas de codificación,
obtendrán idénticos resultados.
• La sistematización, que indica la existencia de un
proceso estandarizado, pautado y secuencial.
Además, la sistematización, como la objetividad,
implica la negación de la arbitrariedad del/de la
analista.
• La cuantificación, que es fruto de la contabilización
de unidades incluidas en una misma categoría o
código previamente definidos.
• La focalización en el contenido manifiesto, que tiene
que ver con lo más inmediato, con el plano de la
denotación y con sentido literal («Conforme a la
letra del texto, o al sentido exacto y propio, y no lato
ni figurado, de las palabras empleadas en él», según la
RAE).
Por todo ello, se dice que la definición de Berelson
(1952) confiere al análisis de contenido un carácter
exclusivamente representacional, pues solo persigue
representar o reconocer la perspectiva del/de la
emisor/a, es decir, el significado que este/a da al
mensaje.
2.1.2. Segunda definición clásica: la
de Klaus Krippendorff
Una segunda definición clásica del análisis de
contenido es la de Klaus Krippendorff (1980):
«[El análisis de contenido es] una técnica destinada a
formular, a partir de ciertos datos, inferencias
reproducibles y válidas que puedan aplicarse a su
contexto [el del texto o el discurso]» (Krippendorff,
1980, p. 28).
Los términos novedosos en la definición de
Krippendorff (1980) respecto a la de Berelson (1952)
son tres:
1. Krippendorff (1980) hace referencia a la
reproducibilidad y la validez, términos que no
aparecían (o no de manera explícita) en la definición
de Berelson.
2. Krippendorff (1980) habla de las inferencias que
puedan aplicarse al contexto del texto o el
discurso…
… Aunque se hablará más delante de las inferencias, es
importante adelantar que inferir es, según la RAE,
«deducir algo o sacarlo como conclusión de otra
cosa».
3. Krippendorff (1980), al contrario que Berelson (1952), sí
alude o tiene en cuenta el contexto…
… Sin embargo, en este caso (y recordando lo explicado en
la segunda parte del tema 2), el contexto debe ser
entendido únicamente a nivel de producción del discurso,
pero no de sus efectos.
[Esto mismo lo podemos decir de otras dos formas…
• El contexto al que hace referencia Krippendorff (1980) se
refiere al espacio en el que ha surgido el discurso, pero no
en el que adquiere sentido.
• El contexto al que hace referencia Krippendorff (1980)
tiene que ver con la figura del emisor, no con la del
receptor.]
Por todo ello, se dice que la definición de Krippendorff
(1980) reviste un carácter instrumental, ya que intenta
extraer un significado exterior al texto, no estrictamente
literal.
Esa intención implica a menudo que se quieran captar
significados no conscientes por parte del/de la
productor/a del texto (es decir, de la figura del emisor).
En otras palabras, Krippendorff (1980) se pregunta no solo
por lo que ha dicho el emisor, sino por lo que tenía en la
mente cuando lo dijo.
(Pero no se pregunta por lo que entienden o interpretan
los/las oyentes).
2.1.3. Definición de consenso: la de
Daniel Riffe, Stephen Lacy y
Frederick G. Fico
«El análisis de contenido es una técnica sistemática y
replicable que examina los símbolos de la
comunicación, se les asignan valores numéricos de
acuerdo con reglas de medición válidas y analiza las
relaciones que incluyen valores usando métodos
estadísticos para describir la comunicación, dibujar
inferencias sobre su significado o inferir desde su
contexto de producción y del consumo» (Riffe, Lacy
y Fico: 1998, p.20).
2.2. Características básicas del análisis
de contenido
Las características básicas del análisis de contenido
estándar (el de orientación cuantitativa) serían…
• La codificación es previa al análisis (como ocurre con la
encuesta).
• El análisis se suele centrar en el contenido manifiesto y
en el nivel denotativo (objetivo, literal) del lenguaje.
• Como consecuencia de lo anterior, el sentido del discurso
no se discute, o sea, es aproblemático (Ruiz Ruiz, 2009).
• El análisis se limita normalmente a propósitos
descriptivos.
• Se utiliza la estadística para descubrir la estructura del
texto.
En la Tabla 1 se presentan algunas de las principales
características del análisis de contenido en
comparación con el análisis de discurso…
Tabla 1. Diferencias entre el análisis de contenido (precodificación)
y el de discurso (poscodificacion o codificación simultánea)
en el análisis de datos textuales (I)

Análisis de contenido Análisis de discurso


(cuantitativo) (cualitativo)
Objeto y método
Objeto Contenido manifiesto Contenido latente
Lógica Hipotético-deductiva Inductiva
Confirmatoria
Hipótesis Guía de indagación
(significación estadística)
Relación
Múltiple, negociada
significante- Única (denotación)
(connotación)
significado
Volumen de
Grande Medio, pequeño
datos
Tabla 1. Diferencias entre el análisis de contenido (precodificación)
y el de discurso (poscodificacion o codificación simultánea)
en el análisis de datos textuales (II)

Análisis de contenido Análisis de discurso


(cuantitativo) (cualitativo)
Proceso
Muestreo Probabilístico No probabilístico
Descomposición en
Unidades diferentes niveles de Todo el texto
unidades
Sistema de Poscodificacion o
Precodificación (casillas)
clasificación simultaneidad (montones)
Valor numérico de una Fragmentos que tratan un
Codificación
variable mismo asunto
Representación
Secuencial, lineal En espiral o en bucle
gráfica
Tabla 1. Diferencias entre el análisis de contenido (precodificación)
y el de discurso (poscodificacion o codificación simultánea)
en el análisis de datos textuales (III)

Análisis de contenido Análisis de discurso


(cuantitativo) (cualitativo)
Resultados
Objetivo Descripción Interpretación
Pruebas estadísticas sobre la
codificación Variabilidad de discursos y
Fiabilidad saturación de la
Estabilidad de las reglas de información
codificación, congruencia

Consenso de expertos
Validez Comparación y/o medición Interpretación correcta
mismos conceptos en otros
estudios y otros objetos
Reproductividad Alta Baja

Fuente: adaptación de Penalva Verdú et al. (2015)


3. El papel de la inferencia en el
análisis de contenido
Puesto que el análisis de contenido permite establecer
conclusiones sobre los discursos e, indirectamente,
sobre la realidad social, el papel de la inferencia
resulta fundamental en él.
Ya se ha comentado que inferir es, según la RAE,
«deducir algo o sacarlo como conclusión de otra
cosa».
Desde un punto de vista más elaborado, la inferencia
puede ser entendida como la operación lógica por la
que se admite una proposición en virtud de su
relación con otras proposiciones admitidas como
verdaderas.
El análisis de contenido utiliza dos tipos de inferencia:
• La inferencia lógica, que conecta los datos con su
contexto para establecer conclusiones. Por tanto, la
inferencia lógica alude a la representatividad de los
textos analizados en relación con la materia que se
quiere estudiar.
• La inferencia estadística, que conecta la muestra de
datos con relación al total de textos que forman el
universo. Por tanto, la inferencia estadística alude a la
representatividad de los textos analizados en
relación con la totalidad de textos que integrarían el
universo que se quiere estudiar.
Imaginemos, por ejemplo, que queremos investigar la opinión
de los/las estudiantes sobre un curso online multitudinario (de
más de 10.000 personas), y para ello les pedimos que escriban
voluntariamente sus impresiones en 300 palabras…
• Desde el punto de vista de la inferencia lógica, lo primero que
deberíamos preguntarnos es si, en efecto, los textos escritos
sirven para establecer inferencias acerca de lo que sienten
todos/as los/las estudiantes, o, por el contrario, solo representan
la opinión de aquellos/as que han escrito sus impresiones.
• Desde el punto de vista de la inferencia estadística,
deberíamos preguntarnos cuántos textos sería necesario
estudiar para que los resultados fueran extrapolables al
conjunto de los/las estudiantes.
Imaginemos un segundo ejemplo (aunque es un poco tétrico):
queremos investigar los sentimientos de los/las suicidas en sus
ultimas horas, y decidimos hacerlo a través de sus notas de
suicidio…
• Desde el punto de vista de la inferencia lógica, lo primero que
deberíamos preguntarnos es si, en efecto, las notas de los/las
suicidas sirven para establecer inferencias acerca de lo que
sienten todos/as los/las suicidas, o solo sirven para aquellos/as
que escriben notas.
• Desde el punto de vista de la inferencia estadística,
deberíamos preguntarnos cuántas notas sería necesario estudiar
para que los resultados fueran extrapolables al conjunto de
personas que se han suicidado (o que lo han intentado) en el
tiempo y el espacio que abarca nuestra investigación.
4. Aplicaciones, usos y finalidades del
análisis de contenido
4.1. Aplicaciones
Los desarrollos de la técnica del análisis de contenido
han corrido paralelos al desarrollo de los medios de
comunicación, y más concretamente al estudio de la
propaganda en radio y prensa.
Posteriormente, la técnica se ha aplicado al estudio de
productos culturales procedentes de la televisión, el
cine y, en la actualidad, de internet.
4.2. Usos y las finalidades
Berelson (1952) distingue algunos usos específicos del
análisis del contenido, entre los cuales se encuentran:
• Describir tendencias en el contenido de la
comunicación.
• Medir la legibilidad de los mensajes.
• Determinar el estado psicológico de personas o
grupos.
• Reflejar actitudes, intereses y valores de grupos.
• Verificar si el contenido de la comunicación cumple
con sus objetivos.
Para Hoslti (1969), las principales finalidades del
análisis de contenido son:
• Describir las características de la comunicación,
averiguando qué se dice, cómo se dice y a quién se
dice.
• Formular inferencias en cuanto a los antecedentes
de la comunicación, es decir, por qué se dice algo.
• Formular inferencias en cuanto a los efectos de la
comunicación, es decir, con qué finalidad se dice algo.
5. La relación entre los datos y el
contexto en el análisis de contenido
Para que el análisis de contenido sea válido necesita
explicitar claramente las relaciones entre los datos y
el contexto en el cual se producen y circulan.
En otras palabras, necesita de un marco conceptual
que posibilite el establecimiento de inferencias acerca
del contexto de los datos.
En muchas ocasiones, esta relación entre datos y
contexto es, en cierta medida, directa y obvia. Pero
otras veces es más inestable, lo que puede provocar
que los resultados no sean válidos.
Por ejemplo, las inferencias sobre los intereses del
emisor o sobre sus intenciones son relativamente
fáciles de establecer a partir de los textos.
Sin embargo, las inferencias sobre los efectos de los
mensajes, sobre las características de la audiencia, o
sobre la predicción de acontecimientos futuros son
más difíciles de conseguir en términos de validez.
6. Fases del análisis de contenido
Como se señala en la Tabla 1, el análisis de contenido
presenta un carácter secuencial o lineal.
Por ello, las decisiones de diseño no se toman de forma
reactiva o sobre la marcha, como en el análisis de
discurso, sino que deben ser establecidas claramente
desde el principio.
Es muy importante, pues, revisar exhaustivamente el
diseño de investigación antes de comenzar la propia
investigación, ya que «cualquier error incorporado al
proyecto y que no haya sido detectado permanecerá en
él hasta el fin» (Krippendorff, 1990, p. 71).
A continuación, se presentan las diversas fases del
análisis de contenido…
Figura 3. Fases del análisis de contenido

1. Planteamiento de objetivos e hipótesis

2. Selección de datos (muestreo)

3. Determinación de las unidades

4. Establecimiento del sistema de categorías

5. Codificación

6. Análisis

7. Control

Fuente: Penalva Verdú et al. (2015)


En las siguientes diapositivas se comentan las más
significativas (o las más novedosas en el temario de la
asignatura) de esas fases, …
6.1. Sobre la fase 3 («Determinación
de las unidades»)
En este punto, cabe distinguir entre tres tipos de
unidades…
1. Unidades de muestreo: aquellos textos
seleccionados de entre el total de documentos a
analizar.
2. Unidades de análisis: aquellos fragmentos del texto,
objetos, o incluso personajes (todo depende,
precisamente, de cómo se hayan definido las unidades de
análisis) sobre los que se aplicará la clasificación o la
contabilización.
Las unidades de análisis más habituales aluden a la
longitud o la estructuración del texto y suelen ser, por este
orden, el párrafo y la frase, aunque también se contemplan
la palabra o el documento.
Además, a veces se combina esta dimensión de la longitud
o la estructuración del texto (palabra, frase, párrafo o
documento) con la aparición o no de un determinado
objeto (ya sea un acontecimiento, una idea, un atributo o un
personaje) en la unidad de análisis elegida…
… Por ejemplo, se puede designar como unidad de análisis todos
los párrafos o todas las frases donde aparezca el término
«libertad», «Alicante» o «Pedro Sánchez». También se pueden
combinar varios términos, por ejemplo, párrafos donde
aparezcan los términos «Alicante» y «Pedro Sánchez».
Además, si se pretende rastrear la presencia de un determinado
objeto, se suelen incluir en la búsqueda posibles sinónimos. Así,
si nos interesara el término «libertad», podríamos considerar
incluir también en nuestro análisis términos como «voluntad»,
«albedrío» o «autonomía»; si nos interesara el término
«Alicante», podríamos considerar incluir también en nuestro
análisis términos como «la millor terreta del món»; y si nos
interesara el término «Pedro Sánchez», podríamos considerar
incluir también en nuestro análisis términos como «presidente
del Gobierno» o «secretario general del PSOE».
3. Unidades de contexto: aquella porción de texto
(¡importante: del propio texto!) que rodea a la unidad de
análisis, y que sirve para incrementar la información sobre
las unidades de análisis.
Por ejemplo, además de interesarnos contabilizar el número de
veces que aparece el término de búsqueda «Pedro Sánchez»,
puede interesarnos también saber si habla de él bien, mal o en un
tono neutro, para lo cual recurriremos a las unidades de
contexto, es decir, a las palabras que rodean al término en
cuestión.
6.2. Sobre la fase 4 («Establecimiento
del sistema de categorías»)
Para la clasificación del texto hay que determinar, en
primer lugar, los conceptos o variables que se desean
estudiar (como es lógico, esos conceptos o variables
vendrán determinados por los objetivos y las hipótesis
de la investigación).
A cada uno de esos conceptos o variables se le
asignarán una o varias categorías.
Además, las categorías, o el sistema de categorías
deben cumplir, al menos, con los criterios de
exclusividad y exhaustividad.
• El criterio de exclusividad indica que cada atributo
solo puede ser incluido en una categoría (o, lo que es
lo mismo, que los atributos deben ser mutuamente
excluyentes). Por ejemplo, no resultaría apropiado
establecer las categorías «Alicante» y «Comunitat
Valenciana», porque la segunda incluye a la primera.
En ese caso, lo adecuado sería determinar si las
categorías (o el nivel de análisis) se establecen a nivel
de provincias o de comunidades autónomas.
• El criterio de exhaustividad indica que deben
recogerse todos los posibles atributos de la variable.
Por ejemplo, si se quiere saber las opiniones en los
medios de comunicación sobre Pedro Sánchez y se
establecen solo dos categorías («buena» y «mala»), se
estarían perdiendo matices y, por tanto, riqueza
informativa. Lo ideal, en ese caso, sería incluir, al
menos, una categoría intermedia (opinión «neutra») y,
tal vez, dos categorías extremas («muy buena» y
«muy mala»).
6.3. Sobre la fase 5 («Codificación»)
Aunque la codificación fue definida en las clases
prácticas (y, además, a estas alturas, podemos tener un
conocimiento intuitivo del concepto), vale la pena
detenerse someramente en él.
Para Hernández Sampieri, Fernández y Baptista Lucio
(2007), la codificación es el proceso a través del cual
las características del contenido de un mensaje son
transformadas en unidades que permitan su
descripción y análisis.
Por su parte, Penalva Verdú (s.f., p. 9) ofrece una
definición todavía más escueta: «La codificación es el
proceso de clasificar las unidades de análisis en las
categorías».
A continuación, dicho autor añade: «Con la finalidad
de hacer más fácil su tratamiento estadístico, la tarea de
codificación también conlleva la tarea de asignar
números (códigos) a cada una de las unidades según
la categoría en la cual va a ser colocada».
En la codificación, hay dos elementos que debemos
tener en cuenta: 1) las reglas de codificación y 2) los
sistemas de enumeración.
6.3.1. Las reglas de codificación
Las reglas de codificación constituyen uno de los
elementos clave del análisis de contenido, ya que son
fundamentales para garantizar que se cumplen los
criterios de objetividad y sistematización a los que se
ha aludido anteriormente.
Además, las reglas de codificación son las que sirven
de guía cuando hay varios/as codificadores/as o
cuando se lleva a cabo una codificación automática*.
Dada la importancia de este elemento, siempre se
recomienda realizar un pequeño estudio exploratorio a
manera de pretest antes de comenzar cualquier
análisis, y especialmente cuando se va a recurrir a
programas informáticos para codificar.

* Para ampliar conocimientos sobre la codificación automática, se


recomienda visitar las páginas 164 a 172 del manual La investigación
cualitativa: técnicas de investigación y análisis con Atlas.ti, disponible en
UACloud y en la bibliografía.
6.3.2. Los sistemas de enumeración
Dado que muchas veces los resultados de un análisis de
contenido serán objeto de un análisis estadístico o
cuantitativo posterior, a menudo la codificación se
lleva a cabo mediante sistemas de enumeración, como
ocurre con las preguntas de un cuestionario…
(Aquí hacemos un pequeño inciso…)
Los cuestionarios, en efecto, contienen preguntas y
respuestas, que se traducen, respectivamente, en variables y
registro de datos… (En otras palabras, el cuestionario es el
origen de los datos).

Dato: Variable:
Registro de la variable Valoración de la
(respuesta de la situación económica de
pregunta) España
Esos datos acaban siendo traspasados (la mayoría de las veces
por medios automáticos; otras veces, introduciendo los datos a
mano) del cuestionario a la matriz de datos…

Valoración de la situación
V2 …
económica de España
CASOS 1 3
2


(Fin del inciso)
… Pues bien: la lógica de la codificación, siempre que
se utilizan sistemas de enumeración, es muy parecida a
la del cuestionario.
Por tanto, en esa lógica se debe atender al nivel de
medición de cada variable que se quiera analizar.
Tabla 2. Diferencias entre los niveles de medición

Nivel de Unidades
Clasifica Ordena
medición iguales

Nominal Sí No No

Ordinal Sí Sí No

De escala Sí Sí Sí

Fuente: elaboración propia


6.3.2.1. El nivel de medición nominal
En el nivel de medición nominal, los dígitos
asociados a cada unidad de análisis sirven únicamente
para clasificar (por ejemplo, 1 = Hombre; 2 = Mujer).
Obviamente, no hay ninguna relación cuantitativa
entre los dígitos correspondientes a cada categoría (es
decir, que la asignación de dígitos es aleatoria).
En el ejemplo anterior, se podría haber asignado el 1 a
la categoría «Mujer» y el 2 a la categoría «Hombre», o
el 357 a «Hombre» y el 402 a «Mujer», aunque, por
cuestiones de operativización (y por convención), se
suele recurrir a números bajos y continuos.
El ejemplo más básico de este nivel de medición puede
encontrarse en la presencia o ausencia de una categoría: si
aparece o no aparece una determinada palabra, si el texto
menciona o no un determinado objeto, si aparece o no un
determinado personaje…
Además, este tipo de codificación se utiliza normalmente
para caracterizar un personaje u objeto: si es hombre o
mujer, si sobrevive o muere en el relato, si pertenece a un
grupo étnico o a otro...
También se usa este tipo de codificación para señalar las
temáticas de la unidad de análisis, por ejemplo, si trata de
economía, cultura, política, etc.
Figura 4. Ejemplo de codificación de variables nominales

Unidad de análisis: Personaje


Matriz de datos
Variable 1: Sexo
Estado
Categoría 1 Hombre Personaje Sexo
civil
Categoría 2 Mujer 1 1 1

Variable 2: Estado civil 2 2 3

Categoría 1 Casado/a 3 1 4

Categoría 2 Soltero/a 4 2 2

Categoría 3 Divorciado/a 5 2 1

Categoría 4 Viudo/a …

Categoría 5 Otros

Fuente: Penalva Verdú (s.f.)


6.3.2.2. El nivel de medición ordinal
En el nivel de medición ordinal, los dígitos asociados
a cada unidad de análisis sirven para clasificar y
ordenar (por ejemplo, 1 = Mal; 2 = Regular; 3 = Bien).
En este caso, sí hay relación cuantitativa entre los
dígitos correspondientes a cada categoría (es decir,
que la asignación de dígitos es intencional).
En el ejemplo anterior, se podría haber asignado el 1 a
la categoría «Bien» y el 3 a la categoría «Mal», pero
sería un error (además de contraintuitivo) asignar otro
dígito que no sea el 2 a la categoría «Regular».
Además, como en el caso anterior, por cuestiones de
operativización (y por convención), se suele recurrir a
números bajos y continuos.
Ejemplos de este nivel de medición podrían ser la etapa del ciclo
vital en la que se encuentra el personaje analizado (niño/a,
adolescente, joven, adulto/a, etc.), su clase social o su grado de
instrucción.
También las medidas de dirección e intensidad se asocian a
algunas escalas de medición. Por ejemplo, la medida en que la
referencia a un personaje u objeto es favorable o desfavorable
(muy favorable, favorable, desfavorable, muy desfavorable…).
Asimismo, se puede aplicar este nivel de medición en escalas de
diferencial semántico, en torno a cualquier par de atributos.
Por ejemplo, tradicional-moderno, conservador-liberal,
izquierda-derecha, etc.
Otra fórmula de utilización de sistemas de enumeración de este
tipo consiste en la atribución de diferentes valores a términos
del texto de significado parecido, como
discrepar/desaprobar/denunciar.
Figura 5. Ejemplo de codificación de variables ordinales

Unidad de análisis: Noticia


Matriz de datos
Variable 1: Situación
Lugar del
Categoría 1 Portada Noticia Situación
hecho
Categoría 2 Contraportada 1 1 1
Categoría 3 Página impar 2 2 1
Categoría 4 Página par 3 4 2
Variable 2: Lugar del hecho 4 3 3

Categoría 1 Centro 5 2 1

Categoría 2 Semicentro …

Categoría 3 Periferia

Fuente: Penalva Verdú (s.f.)


6.3.2.3. El nivel de medición de escala
En el nivel de medición de escala, los dígitos asociados a
cada unidad de análisis, además de servir para clasificar y
ordenar, designan objetos equidistantes entre sí.
En este caso, como en el anterior, sí hay relación
cuantitativa entre los dígitos correspondientes a cada
categoría (es decir, que la asignación de dígitos es
intencional).
Puede darse el caso de que las categorías se expresen en
forma explícita (por ejemplo, en una escala de
autoubicación ideológica de 1 a 10, se suelen ofrece como
opciones de respuesta ambos números y todos los
comprendidos entre ellos) o no (por ejemplo, cuando se
pregunta por la edad, no se ofrecen todos los números que
podrían abarcar las posibles respuestas).
Además, como en el caso anterior, por cuestiones de
operativización (y por convención), se suele recurrir a
números bajos y continuos.
Ejemplos de este nivel de medición serían todas las
formas de contabilización, como la frecuencia (por
ejemplo, el número de veces que aparece o se hace
referencia a un determinado término) o la medición de
espacios y tiempos (por ejemplo, el número de
palabras que contiene la unidad de análisis, la
superficie de papel que ocupa una noticia, o la cantidad
de minutos dedicados a ella en radio o televisión).
Figura 6. Ejemplo de codificación de variables de escala

Unidad de análisis: Noticias de Matriz de datos


TV
Variable 1: Duración en Noticia V1 V2 V3
segundos
1 430 6 2
Variable 2: Frecuencia de
aparición de las expresiones 2 193 3 1
«Partido Popular», «PP»,
«Populares» 3 292 2 6
Variable 3: Frecuencia de 4 245 3 0
aparición de las expresiones
«Partido Socialista», «PSOE», 5 73 0 1
«Socialistas»

Fuente: Penalva Verdú (s.f.)


6.4. Sobre la fase 6 («Análisis»)
La fase de análisis en el análisis de contenido
comprende todas las manipulaciones que, en términos
estadísticos, se realizan con la matriz de datos
obtenida tras la codificación.
Puesto que la lógica que envuelve toda la metodología
del análisis de contenido es la hipotético-deductiva, la
naturaleza del análisis es confirmatoria.
Lo que se busca, en esencia, es probar (o refutar) las
hipótesis previamente planteadas.
En general, en el análisis de contenido la atención
del/de la investigador/a se focaliza en la frecuencia de
aparición de ciertas características del texto.
El recurso a la frecuencia como principal elemento del
análisis se basa en un razonamiento muy sencillo: el/la
productor/a del texto estará más interesado/a en las
unidades más frecuentes que en las menos frecuentes
(Lindkvist, 1981).
Como es lógico, la frecuencia de aparición podrá ser
comparada entre diferentes partes de un mismo texto,
o entre diferentes textos.
Por todo lo anterior, la selección de las técnicas de análisis
que se utilizarán habrá de ser, en gran medida, prevista
desde la propia clasificación o categorización del texto.
Algunos factores que considerar en ese sentido son:
• Los fines perseguidos y su relación con las inferencias
que se pretenden realizar.
• El sistema de categorización y la codificación empleada.
• La utilización (o no) de datos extratextuales, como las
características de los diferentes emisores (género, clase
social…), la localización temporal/espacial, los
acontecimientos anteriores, sincrónicos o posteriores a la
producción del texto, etc.
Dentro de esas posibles técnicas de análisis de
contenido, es posible destacar las siguientes:
• Análisis temático
• Análisis de la expresión
• Análisis de la evaluación
• Análisis de asociación
• Análisis comparativo
En las diapositivas que siguen, se desarrolla muy
brevemente cada una de esas técnicas.
6.4.1. Análisis temático
El análisis temático utiliza normalmente la frecuencia
para detectar los diferentes asuntos tratados en un texto.
Por tanto, el análisis de frecuencias, en este caso, consiste
en la contabilización de las unidades que han sido
clasificadas dentro de la misma categoría.
Esta técnica se mueve normalmente en el nivel semántico
de lenguaje (las relaciones del signo con su significado) y,
como se ha señalado, tiene como objetivo revelar los
asuntos sobre los que trata un texto.
Para conseguir ese objetivo, se establece la medida
comparativa entre los asuntos tratados, pero sin
preocuparse de las relaciones entre ellos.
Figura 7. Ejemplo de análisis temático: Representación de los
diferentes países en los medios de comunicación (I)

Diario La Verdad

Más del 6% (5)


Del 3 al 6% (7)
Del 1 al 2,99%(9)
Menos del 1% (27)

Fuente: Penalva Verdú (s.f.)


Figura 8. Ejemplo de análisis temático: Representación de los
diferentes países en los medios de comunicación (II)

Diario El país

Más del 6%(5)


Del 3 al 6%(7)
Del 1 al 2,9%
(16)
Menos del(64)
1%

Fuente: Penalva Verdú (s.f.)


6.4.2. Análisis de la expresión
En la técnica del análisis de la expresión sí se tienen en cuenta
las relaciones entre signos (partes del texto, tipos de palabras
—adjetivos, adverbios, verbos—, extensión comparativa de las
unidades, etc.).
En esta técnica entran de lleno los análisis lexicométricos, que
intentan establecer índices a partir de los cuales se puede
detectar cierto estado del emisor.
El indicador lexicométrico más utilizado es el llamado TTR
(siglas correspondientes a Type Token Ratio), que establece la
relación entre el número de palabras totales de un texto y el
número de palabras diferentes empleadas en él.
El TTR es pues, un indicador de riqueza léxica, pero también
puede ser utilizado cuando se utiliza un gran volumen de datos
para detectar los lugares en el texto donde se introducen nuevos
temas.
Otros indicadores de expresión, cualitativamente
diferentes de los anteriores, son los que miden la
extensión de las diferentes partes de un texto
(superficie, número de páginas, cantidad de palabras...).
Normalmente, se recurre al indicador de la extensión
de la unidad de análisis para saber el grado de interés
del/de la productor/a del mensaje sobre un
determinado tema.
Figura 9. Ejemplo de análisis de la expresión: Extensión en porcentaje
de palabras de los apartados de Derechos y Deberes en las diferentes
constituciones españolas

Fuente: Penalva Verdú (s.f.)


6.4.3. Análisis de la evaluación
La técnica del análisis de la evaluación tiene como
objetivo medir las actitudes del/de la hablante
respecto a los objetos que menciona.
En este tipo de análisis se mide la dirección de la
actitud hacia un determinado objeto (acontecimiento,
personaje, objeto propiamente dicho...) y, además, se
establecen diferentes niveles de intensidad.
Figura 10. Ejemplo de análisis de la evaluación: Saldo positivo-
negativo de las noticias por país

Evaluación noticias por país


Saldo (positivas-negativas)

Evaluación noticias por país


Saldo positivo (33)
neutro (10)
Saldo negativo(69)

Fuente: Penalva Verdú (s.f.)


6.4.4. Análisis de asociación
La técnica del análisis de asociación consiste en la
detección de la presencia simultánea de dos o más
elementos en una misma unidad.
La idea básica de partida de esta técnica es que, si dos
o más elementos aparecen a menudo ligados en el
discurso del emisor, estos estarán asociados en su
pensamiento, y a la inversa: si son excluyentes,
indicará disociación.
Para este tipo de análisis se suele utilizar el análisis de
contingencia o el análisis de redes.
Figura 11. Ejemplo de análisis de asociación (I): Porcentajes sobre el
total de emparejamientos por países según región de pertenencia

Fuente: Penalva Verdú (s.f.)


Figura 12. Ejemplo de análisis de asociación (II): Estructura feudal del
imperialismo

Fuente: Galtung (1971)


6.4.5. Análisis comparativo
Aunque la comparación está presente de una forma u otra en
casi todas las técnicas vistas hasta ahora (por ejemplo, entre
fragmentos del propio texto o entre diferentes textos), la
especificidad del análisis comparativo es que basa sus
comparaciones en los datos extratextuales.
Desde este prisma, las diferentes maneras de realizar una
comparación se pueden clasificar según los siguientes criterios:
• Espacial: estudia las diferencias en los contenidos según el
emisor (nacionalidad, clase social, género, edad...), el
destinatario, el objeto, el canal, etc.
• Temporal: permite observar tendencias o series temporales.
• Cognitivo: permite comparar ámbitos, como el simbólico y el
real.
Figura 13. Ejemplo de análisis comparativo (I): Fuente de las noticias
según zona

Fuente: Penalva Verdú (s.f.)


Figura 14. Ejemplo de análisis comparativo (II): Diferencias temáticas
según género de las pintadas en los aseos de la Universidad de Alicante

Fuente: Penalva Verdú (s.f.)


6.5. Sobre la fase 7 («Control»)
La última fase de la investigación mediante análisis de
contenido se ocupa del control de los resultados en
términos de validez y fiabilidad.
Las pruebas de validez y fiabilidad tienen como
objetivo observar las divergencias entre los valores
observados (a través del proceso de codificación) y los
valores reales de la variable.
Dicho de otra manera, se trata de calcular los errores
de medición.
6.5.1. Validez
Todas las pruebas de validez en el análisis de
contenido hacen referencia a algún tipo de criterio
externo que sirva de base para la comprobación
oportuna. Entre esas pruebas cabe citar:
• Validez convencional: consiste en que un grupo de
expertos manifiesten cierto grado de consenso sobre
las reglas de codificación empleadas.
• Validez concurrente: consiste en comprobar las
reglas de codificación empleadas en el estudio con
otras reglas de estudios anteriores que medían el
mismo concepto.
• Validez de constructo: se refiere al grado en el que
una codificación representa a un concepto y no a otro.
Existen dos maneras de comprobar la validez de
constructo:
oLa validez convergente, que consiste en lo mismo que la validez
concurrente, con la salvedad de que que aquí se emplea como
base de comparación un número mayor de reglas de codificación
sobre el mismo concepto.
oLa validez divergente, que consiste en aplicar las mismas reglas
sobre otro objeto (es decir, se trata de medir una cosa diferente).
• Validez de predicción: consiste en comparar los
resultados de aplicar unas reglas de codificación en la
actualidad con algo que sucederá en el futuro, y que se
supone que validará las reglas de codificación.
6.5.2. Fiabilidad
La fiabilidad apunta hacia la estabilidad de las reglas
de codificación, en el sentido de su reproducibilidad
(las mismas reglas pueden/deben servir para distintos
análisis o para distintos/as analistas).
Una de las pruebas de fiabilidad consiste en observar el
grado de congruencia entre diferentes
codificadores/as sobre el mismo objeto: sobre las
mismas reglas de codificación han de presentar la
misma clasificación de las unidades.
6.5.3. Sobre la validez y la fiabilidad
La fiabilidad se refiere a la bondad del instrumento de
medición, independientemente del suceso, sujeto o del
momento en que se mide.
La validez se refiere al grado en que la medición
representa la realidad, es decir, si el instrumento utilizado
mide lo que tiene que medir y no otra cosa. También se
define como la bondad del ajuste entre la definición
operativa de un concepto y la realidad de ese concepto que
se mide.
Mientras las pruebas de fiabilidad detectan los errores
aleatorios, las de validez detectan los errores
sistemáticos, aquellos que apuntan siempre en la misma
dirección y que no pueden ser detectados en las pruebas de
fiabilidad.
7. Ventajas y limitaciones del análisis
de contenido
7.1. Ventajas
• Permite trabajar con un gran volumen de material;
se trata, por tanto, de una técnica extensiva.
• Permite estudiar fenómenos a los que no se puede
acceder de manera directa, como los textos o los
discursos. Se dice, por tanto, que el análisis de
contenido trabaja con material no estructurado. Esto
último, sin embargo, no supone en sí una ventaja,
porque el/la analista ha de encontrar una forma de
clasificar ese material y de manipular los textos de
manera significativa, para trabajar con ellos y acceder
a su sentido.
• Permite la confirmación (o su negación) de primeras
interpretaciones por su carácter objetivo y no
arbitrario.
• Permite la utilización de la inferencia estadística
sobre un volumen considerable de datos en busca de
representatividad.
• El empleo de programas informáticos permite la
recuperación de información para análisis
exhaustivos de determinados fragmentos detectados
a partir de algoritmos.
• Es una técnica que no se entromete en el campo de
estudio (y, por lo tanto, no reactiva).
• Permite determinar la validez y la fiabilidad de una
forma más clara y más robusta que en el análisis de
discurso.
• Está muy indicado para el análisis de los productos
culturales (fundamentalmente, medios de
comunicación), que hoy en día están perfectamente
registrados y son recuperables.
7.2. Limitaciones
• Por el gran volumen de datos con los que trabaja,
muchas veces supone un esfuerzo excesivo para la
obtención de resultados obvios.
• No tiene en cuenta el contexto situacional (el de las
relaciones sociales y las condiciones de producción
del texto).
• Requiere un gran conocimiento del/de la analista de
aquello que está tratando para establecer el puente
entre datos y contexto.
• Su uso está limitado para el análisis de textos que no
sean denotativos (es decir, aquellos en que no se
utilicen tropos o desplazamientos de sentido, etc.).
• El uso de programas informáticos y de la
codificación automática no es extensivo (al menos,
de momento) a las imágenes en movimiento
(anuncios publicitarios, cine, documentales…), cuyo
tratamiento manual es todavía más penoso que el de
los textos escritos.
• Parte de un principio falso: la interpretación
unívoca de los mensajes. En el análisis de contenido,
el/la codificador/a clasifica las unidades partiendo de
ese principio y no del real: el significado es múltiple y
negociado entre el emisor y el receptor. En el análisis
de discurso, ese error se palía al sustituirse ese
principio falso por la interpretación del/de la analista.
8. Referencias bibliográficas
BIBLIOGRAFÍA (I)

• Berelson, B. (1952). Content analysis in communication research.


Glencoe: Free Press.
• Colle, R. (2011). El análisis de contenido de las comunicaciones. La
Laguna (Tenerife): Sociedad Latina de Comunicación Social.
• Galtung, J. (1971). A Structural Theory of Imperialism. Journal of Peace
Research, 8(2) (1971), 81-117.
• Hernández Sampieri, R., Fernández, C. y Baptista Lucio, P. (2007).
Fundamentos de metodología de la investigación. Madrid : McGraw-Hill,
Interamericana de España.
• Holsti, O. (1969). Content Analysis for the Social Science and
Humanities, Londres: Addison-Wesley Publishing Company.
• Krippendorff, K. (1980). Content Analysis: An Introduction to Its
Methodology. Londres: Sage.
BIBLIOGRAFÍA (II)

• Krippendorff, K. (1990). Metodología del análisis de contenido.


Barcelona: Paidós.
• Lindkvist, K. (1981). Approaches to textual analysis. Advances in content
analysis, 9, 23-42.
• Navarro, P. y Díaz, C. (1994). Análisis de contenido. En J. M. Delgado y
J. Gutiérrez (Coords.), Métodos y técnicas cualitativas de investigación
en ciencias sociales (pp. 427-464). Madrid: Síntesis.
• Penalva Verdú, c. (s.f.). Tema 8. II. Precodificación y análisis de datos
textuales: el análisis de contenido. [PDF]. Asignatura «Análisis de
Información Cualitativa». Grado en Sociología. Universidad de Alicante.
Material no publicado.
BIBLIOGRAFÍA (III)

• Penalva Verdú, C., Alaminos Chica, A., Francés García, F. J. y Santacreu


Fernández, Ó. A. (2015). La investigación cualitativa: técnicas de
investigación y análisis con Atlas.ti. Cuenca (Ecuador): PYDLOS
Ediciones [Disponible gratuita y legalmente en la red en este enlace].
• REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23.ª
ed., [versión 23.3 en línea]. <https://dle.rae.es>
• Riffe, D., Lacy, S., y Fico, F. G. (1998). Analyzing Media Messages:
Using Quantitative Content Analysis in Research. London: Lawrence
Erlbaum Associates.
• Ruiz Ruiz, J. (2009). Análisis sociológico del discurso: métodos y lógicas
[71 párrafos]. Forum Qualitative Sozialforschung / Forum: Qualitative
Social Research, 10(2), Art. 26 [71 párrafos]. DOI:
http://dx.doi.org/10.17169/fqs-10.2.1298

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