En el presente trabajo se tratará el tema de la Psicosis con relación a un
posible abordaje desde el Acompañamiento Terapéutico. A lo largo del trabajo se intentará reflexionar acerca de las concepciones de salud y enfermedad, y desde allí se apuntará a realizar un acercamiento hacia la psicosis. Con dicha finalidad, Se realizará una breve síntesis respecto del desarrollo emocional del sujeto, explicando los motivos a partir de los cuales se podría desembocar en una psicosis. A continuación se hará un recorrido a través de la historia del Acompañamiento Terapéutico como disciplina y de los diferentes modos de entender a la psicosis a lo largo del tiempo. Se intentará dar cuenta de cómo fue adquiriendo importancia la función del Acompañante Terapéutico en el ámbito de la psiquiatría. Se realizará una propuesta respecto de diferentes aspectos a considerar en un acompañamiento terapéutico con pacientes psicóticos. Finalmente se reflexionará acerca del modo de posicionarse frente a la salud / enfermedad y del A.T. como una alternativa de cambio, hacia la promoción de la salud. ¿QUE ES ESTAR SANO?… "Estar sano no es ser normal" (adaptado), sino tener secretos consigo mismo dice Moffat, Alfredo. También esto coincide con la concepción freudiana de salud, pues esta consiste en hacer consciente lo inconsciente. Siguiendo con la línea de Moffat, la enfermedad es una salud exagerada y parcializada en una de las estructuras del sostén del presente. Esto significa que en salud, todos tenemos un poco de patología. Todos necesitamos deprimirnos un poco, ser un poco paranoicos para estar alerta, servirnos de la histeria para desarrollar alguna actividad y ser obsesivos en algunos aspectos. La enfermedad surge, entonces cuando nos "especializamos" en algunas de las patologías. La vida es una sucesión de un dialogo interno entre el "yo que soy", con los que "yo fui" y los que "deseo ser". La enfermedad sobreviene cuando este dialogo interno desaparece o cuando creamos diálogos internos como restitución. La salud mental consiste en un aprendizaje de la realidad a través del enfrentamiento, manejo y solución integradora de los conflictos… El proceso de curación implica el abordaje terapéutico de todos los aspectos de la personalidad de un sujeto. De esta necesidad clínica surgen equipos de profesionales de la salud mental y el A.T. como tal desempeña una intensa labor… Tras los signos de una conducta anormal, "desviada", "enferma", subyace una situación de conflicto de la que la enfermedad emerge como intento fallido de resolución. La enfermedad implica una perturbación del aprendizaje, un déficit en el circuito de la comunicación, procesos estos (aprendizaje y comunicación) que se realimentan mutuamente… Una vez nacido el niño, el factor constitucional interactúa con el impacto de la presencia del niño en el grupo familiar, las características que con dicha presencia adquiere la constelación familiar, los vínculos positivos o negativos que en esa situación triangular (padre-madre-hijo) se establecen. Estas primeras vivencias y experiencias se articulan con lo constitucional, lo que Freud denomino factor disposicional. La psicosis se desencadena cuando el factor disposicional se conjuga con el conflicto actual. Cuando el monto de lo disposicional es muy elevado, un conflicto actual, por escaso que sea su intensidad es suficiente para desencadenar la enfermedad. CONCEPTUALIZACIONES ACERCA DEL DESARROLLO EMOCIONAL DEL SUJETO Winnicott plantea que "La base de la salud mental de la personalidad se funda en la primera infancia". El proceso de desarrollo emocional del sujeto podrá llevarse a cabo satisfactoriamente siempre y cuando exista un ambiente facilitador y una madre suficientemente buena. En ese caso, el individuo realiza el pasaje desde un estado de dependencia absoluta, hacia un estado de dependencia relativa y finalmente hacia la independencia. En el período de dependencia absoluta, no existe diferenciación entre el yo del infante y el cuidado materno. En esta etapa es imprescindible una madre capaz de proteger al infante de las agresiones del medio y capaz de satisfacer sus necesidades básicas, funcionando como "yo auxiliar" del yo débil del bebé, el cual, si todo marcha bien, se irá fortaleciendo progresivamente. En un primer momento, no existe en el infante un yo integrado. No existe la diferenciación de un yo como una unidad. El proceso de integración se da fundamentalmente gracias al sostén proporcionado por la madre. Dicho sostén consiste en la protección del yo suficientemente buena ejercida por la misma. A través del sostén, la madre le da continuidad de existencia al bebé, a partir de una continuidad de cuidado. Para que el niño pueda separarse de su madre progresivamente y pueda adquirir la capacidad de percibir la realidad exterior como externa a sí mismo, es necesaria la existencia de una madre suficientemente buena que permita al bebé experimentar un período de ilusión, y que luego lo desilusione gradualmente, en la medida en que el niño esté capacitado para soportar tal frustración. Una madre que se adapta activamente a las necesidades de su bebé, permite al mismo experimentar un período de omnipotencia en el cual sienta que el objeto externo forma parte de sí mismo, y que tiene dominio mágico sobre él. Poco a poco la madre va generando momentos de espera, no satisface las necesidades del bebé hasta no recibir una "señal" por parte del mismo. Estos momentos de espera dan lugar al gesto espontáneo del bebé. A través de la desilusión progresiva, el niño va tomando conciencia de que existe una realidad exterior que no forma parte de si mismo, y va adquiriendo la capacidad de percibir la realidad objetivamente. Winnicott plantea que las fallas que se producen en esta etapa de la vida pueden conducir al individuo hacia la psicosis. Cuando el período de desilusión progresiva no tiene lugar, o se produce de una manera fallida, el individuo no experimenta la frustración, y permanece pasivo frente al medio. Bromberg explica que en la constitución del aparato psíquico existen tres momentos: la afirmación primordial (fusión con el objeto), la expulsión de lo reconocido como no propio (Represión Primaria, diferenciación yo/no-yo) y la negación (la pérdida del objeto que posibilita la simbolización). En Psicosis se halla perturbado el pasaje del primer paso hacia el segundo, por lo cual el sujeto queda fusionado al objeto. Al estar perturbado el proceso de diferenciación yo/no-yo, la toma de conciencia de si mismo como un sujeto autónomo y diferenciado del mundo externo es escasa o nula. Desde esta perspectiva, el registro del otro es difícil. Esta falta de necesidad de escuchar al otro se relaciona con aquello que explican Acouturier y Lapierre respecto de que la perturbación en la diferenciación yo/no-yo en la Psicosis impide la posibilidad de instauración de la carencia básica que constituye al sujeto (la pérdida del objeto a la cual se refiere Bromberg). El psicótico tiene la sensación inconsciente de ser el complemento de su propia carencia, a partir de lo cual el otro pierde todo interés. Aucouturier y Lapierre llaman "mediadores" a aquellos instrumentos que permiten a las personas "fusionarse" simbólicamente entre sí, buscando llenar la "carencia" que vivencian inconscientemente. El gesto, la mirada, la voz son algunos de estos "mediadores". Como anteriormente se explicó, en Psicosis no existe la sensación inconsciente de "carencia", por lo cual el sujeto no busca relacionarse con los otros, no busca este tipo de "espacio fusional". A esto se puede atribuir el lenguaje desafectivizado que se observa en este tipo de estructura psíquica. Bromberg explica que la particularidad del lenguaje de los psicóticos se debe a que la libido ha sido retirada de los objetos y está dirigida a las palabras. De este modo, pueden observarse frases cargadas de sentido, o frases repetidas, vacías de sentido. La misma autora explica que las frases se vuelven incomprensibles cuando están cargadas de significación, pero esa significación no puede ser remitida a otra más que esa. Al estar dirigida la carga libidinal a las palabras, estas pierden su función de representar el objeto, pierden su función simbólica y se transforman en palabras-objeto. Por este motivo, el lenguaje metafórico no se utiliza en Psicosis. Bromberg explica que en esta patología la asociación de palabras es por homofonía, y no por analogía del significado. El delirio es una vía restitutiva a partir de la cual el psicótico puede encontrar un punto de estabilización de su aparato psíquico desorganizado. El delirio funcionaría, en este caso, como un nuevo modo de organización. Bromberg propone que el terapeuta debe bordear la metáfora delirante, pero nunca alentar el delirio, y tampoco debe poner en duda aquello que el paciente manifiesta como real, sino encontrar la manera de restarle eficacia al poder de los otros sobre él, ayudando a que el paciente pueda ubicarse en otro lugar en relación a su delirio. Freud postula que en Psicosis se produce un avasallamiento del ello hacia el yo, lo que produce la pérdida de la realidad. El delirio es un intento de compensar esa pérdida a través de la formación de una nueva realidad. El concepto fundamental que toma Freud para explicar las diferentes estructuras psíquicas es el de Castración. La experiencia de castración es importante porque es normativa, organizadora para el sujeto. La inscripción en el aparato de dicha experiencia implica la posibilidad de internalizar los límites y la moral, que provienen de la función paterna. Freud explica que en Psicosis la experiencia simbólica de castración no se inscribe en el aparato, porque es rechazada, abolida. Este mecanismo de abolición de la castración es llamado por Lacan Forclusión, y es característico y exclusivo de esta estructura psíquica. Aucouturier y Lapierre afirman que en la psicosis hay confusión espacio- temporal por la ausencia de la vivencia de un espacio fusional constitutivo del sujeto, espacio compartido con el otro, pero no fusionado con él. El pasaje defectuoso del estadio de fusión entre el niño y su madre hacia el estadio de diferenciación yo/no-yo, al que se refiere Bromberg, mencionado anteriormente en este trabajo, no permite al sujeto delimitarse como individuo separado del mundo que lo rodea, por lo cual se experimenta una sensación de irrealidad espacio-temporal, que impide al sujeto ubicarse en el tiempo y en el espacio y conectarse con los demás desde la propia individualidad.