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¿Cómo pensar la educación de emergencia desde Colombia Hoy?

Pensando en cómo evaluar

Si bien el Colegio ha venido trabajando en la constante construcció n de su modelo


pedagó gico como una estrategia flexible, en permanente cambio y que requiere
reflexió n crítica permanente, la coyuntura de la Pandemia del Covid19 nos lleva a
experimentar un cambio que no puede compararse a ninguno de los que antes nos
habíamos planteado.

Entrar en aislamiento da un vuelco a todo aquello que considerá bamos fundamental


en la educació n: El espacio, que constituye no só lo nuestro lugar de encuentro, sino el
punto de partida desde el cual reflexionamos sobre el territorio y construimos la
realidad. La presencialidad, que permite cosas tan definitivas como la manera en que
cada quién manifiesta su propia subjetividad y entra en diá logo con los otros. La
posibilidad de la discusió n, manifestando cada quien sus puntos de vista divergentes
para construir en conjunto, no só lo desde la palabra, sino desde toda la gestualidad
del cuerpo y sus acciones. La posibilidad de que se articulen en medio de este espacio
y esta subjetividad todo tipo de saberes, contenidos y sus formas de manifestació n,
para que a partir de todo esto, se de la posibilidad de construir conocimiento. Todo
esto con un objetivo ú ltimo: construir comunidad que transforme la realidad en la que
se inserta. El aislamiento que supone la cuarentena, con todas las consecuencias que
implica, cambia no solo las circunstancias que nos permitían esos espacios y esos
objetivos, sino que nos plantean la necesidad de volver a pensar las maneras en que
tenemos que hacerlo. Si bien este objetivo: “construir comunidad transformadora”,
sigue siendo tan o má s validos que nunca, los espacios, los saberes, los contenidos
pero por encima de todo las maneras de encontrarnos y manifestar nuestra
subjetividad han cambiado radicalmente.

Nos hemos enfrentado a nuestra fragilidad como seres humanos, como comunidad y
como sociedad y eso nos pone de frente a la necesidad de construir una realidad tan
compleja, que el paisaje fragmentado que podemos visualizar desde nuestra ventana
individual, no nos ofrece elementos suficientes para comprenderla. Es má s importante
que nunca encontrar formas de ampliar esta ventana, contrastar miradas y
estructurar un criterio para saber discernir en medio de tanto caos informativo, que
no permite aprehender una realidad, tener los pies en el presente, no olvidar quienes
hemos sido y sobre todo avizorar un futuro para todos a pesar de todo.

No se puede pretender la normalidad en tiempos de total anormalidad. Se hace


necesario preguntarnos de nuevo cual es el papel de la escuela en este momento
definitivo para la historia de nuestro país y del mundo. Los maestros nos sentimos
llamados a pensar una vez má s, cuá l debe ser nuestro papel en medio las actuales
circunstancias y cual es el papel político en el sentido amplio, es decir transformador,
de la pedagogía en la sociedad de la que participa.

Por esta razó n Colombia Hoy, tomó la decisió n de asumir el reto de una “Estrategia de
educació n de emergencia”, má s que la de hacer un giro hacia la educació n virtual. No
esperamos mantener las actuales circunstancias má s allá de lo que sea necesario, pues
la revelació n de un sujeto transformador, só lo puede darse cuando este se puede
hacer presente ante los otros: su voz, su esencia, su acció n. En las actuales
circunstancias lo que esperamos realmente es ampliar nuestras ventanas individuales
para que en el horizonte aparezca la comunidad de la que hacemos parte. Eso significa
mantener la posibilidad de mantenernos en reflexió n de manera colectiva.

Por esta razó n nuestras clases no son un momento de conexió n para dejar una serie
de tareas y llenar con ellas el tiempo de los niñ os. Má s bien, son una posibilidad de
seguir reflexionando desde las herramientas que nos dan las disciplinas para poder
“abrazar la realidad” presente. La tecnología que tantas veces ha sido aliada y otras
veces rival de la tarea de los maestros, hoy se convierte en la pró tesis que no nos
permite reemplazar nuestros propios miembros ausentes, pero si cumplir con algunas
de sus funciones bá sicas. Es la herramienta que usamos para ampliar esa ventana
individual y hacerla lo má s plural posible. Ampliarla hasta el punto de entrar muchas
veces en la intimidad de las familias que se vuelcan completas para permitir que la
pedagogía realice su acció n transformadora, tanto como sea posible.

De esta manera los padres que muchas veces se sintieron al margen del proceso de
aprendizaje de sus hijos, hoy tienen la posibilidad de estar totalmente involucrados.
Ya no só lo desde un papel marginal, sino como agentes activos en este proceso,
aprendiendo con sus hijos, enseñ ando con sus hijos, reflexionando y aportando en una
comunidad de construcció n de conocimiento.

Nuestro modelo pedagó gico “Autoformació n como construcció n de la realidad” asume


la opció n pedagó gica del trabajo por proyectos y por problemas, partiendo del
reconocimiento del sujeto, para desde allí pasar por el ejercicio de conciencia sobre la
experiencia como una manera de construir la realidad, comprenderla y emprender
acciones para transformarla. Este trabajo pedagó gico que le da prelació n a la
autonomía, resulta una forma de proceder que consideramos pertinente para esta
tarea de abrazar esta particular realidad que nos agobia y no só lo sobrevivirla, sino
aprender de ella. Las disciplinas vienen en este momento má s que nunca a servir de
apoyo a esta forma de reflexionar y conocer, en vez de ser espacios para desarrollar
contenidos y cumplir programaciones.

La evaluació n se convierte también en la manera má s coherente de recoger esta


experiencia, de hacer conciencia de ella y de poder analizar que es lo que estamos
aprendiendo. Pues si hay un peligro má s grave que el mismo virus o la crisis
econó mica en este momento es que salgamos de esta crisis sin haber aprendido nada.
Encontramos que en este momento es urgente descentrar la evaluació n del profesor:
En coherencia con el privilegio que tiene en nuestro modelo la autonomía, la
experiencia que hemos tenido en las primeras semanas de trabajo desde esta otra
forma de encuentro, nos permite darle un peso fuerte a la auto evaluació n. Cada quién
reflexionando sobre su propio proceso, sobre aquello de lo que se está dando cuenta y
sobre la manera como ha llegado a las comprensiones que ahora tiene. No se trata de
una evaluació n individual, sino autó noma, es decir que requiere de una construcció n
de criterios que se realiza de manera colectiva, con la mediació n del profesor. Otra
forma de evaluar que se vuelve pertinente, es la co-evaluació n. Desde los má s
pequeñ os, se ha evidenciado que incluso puede ser una forma de intercambio, de
diá logo constructivo, incluso de juego. En las experiencias que ya hemos tenido,
después de leer un texto o de observar un video los niñ os se hacen preguntas unos a
otros a manera de reto, lo que resulta en una forma muy interesante de foro que
aprovecha cualquier formato, incluso el de Whatsapp.

Una forma que revela posibilidades que hasta ahora no habíamos explorado y a la que
ahora quisiéramos darle má s fuerza, es la hetero-evaluació n. Pero lo novedoso en ella
está en la posibilidad de involucrar a los padres y cuidadores, reconociendo la
importancia de su actual participació n en el proceso. Dejando atrá s el miedo a la
parcialidad frente a sus hijos, confiando en la mirada singular y privilegiada que
tienen del proceso de aprendizaje de sus hijos, desde siempre y en particular en este
momento.

Hemos decidido quedarnos con menos espacios de trabajo, (dos asignaturas diarias),
para dar espacio a un primer encuentro en las mañ anas, que permita hacer acuerdos,
tener algunos referentes (lecturas, videos, materiales didá cticos), plantear algunas
acciones concretas. Un tiempo de trabajo autó nomo para que los niñ os se enfrenten a
sus propias bú squedas, a sus ejercicios, a sus reflexiones y a las mú ltiples formas del
hacer (ojalá incluso con la tecnología electró nica no tan cerca). Terminando el día con
el espacio de encuentro má s importante, el de la retroalimentació n. Este espacio en
realidad se convierte en el momento de evaluació n diario, que permite no só lo, como
ya hemos dicho, recoger lo aprendido, sino también lo sentido. Las emociones juegan
esta vez un papel fundamental en lo que puede y debe evaluarse. Requieren una
observació n especial y un acompañ amiento particular, para que puedan ser
expresadas y gestionadas.

Hemos decidido romper definitivamente, bajo las actuales circunstancias, con lo


cualitativo en términos numéricos, pues si hemos de asumir que esta es una situació n
anormal, no podemos utilizar las formas de una normalidad que hemos aceptado que
ya no está . La calificació n se centrará en aprobar o no la manera en que los niñ os, las
niñ as y los jó venes, se vinculan y participan de este esfuerzo conjunto por responder a
lo que las circunstancias nos está n llamando a no abandonar: Aprender Juntos. Por
supuesto esta participació n y vínculo, NO se refiere a la conexió n en línea (que segú n
las posibilidades de cada quién es má s o menos difícil), sino a la responsabilidad y el
á nimo de cada quién, que má s que todo puede evidenciarse en sus respuestas, en sus
reflexiones y sus propuestas creativas. Como ya lo estamos viendo en nuestras redes
sociales.

Esta reflexió n y este cambio, nos lleva a suponer que los primeros aprendizajes de
esta situació n ya son evidentes, que nada volverá a ser como antes, pero que eso no
tiene porque ser motivo de angustia, sino una invitació n para todos a reinventarnos.

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