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LA GLORIA DE DIOS
¿QUE ES EL CIELO? ¿QUE ES EL INFIERNO?
By Jorge L. Peralta
¿QUE ES EL CIELO?
Exo. 40:34; (Exo. 19:10-11*, 16-20 cf. Exo.20:22) Apo.21:2-6,5, 10-11, 22,23; 22:3-5
Juan 17:3: “Empero esta es la “vida eterna” que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a
Jesucristo a quien haz enviado”.
¿QUE ES EL CIELO?
RESPUESTA: Donde se revela la presencia de Dios. Donde se manifiesta la gloria de Dios. Es el
lugar más seguro del Universo.
El cielo es una realidad: Es un lugar real. Hay un lugar que se llama “cielo”. Es donde vive Dios:
Dios El Padre, Dios El Hijo y Dios El Espíritu Santo. Es también donde habitan los Angeles no
caídos. Pero también es donde viviremos por mil años. Es donde esta el trono de Dios. Pero mas
que un lugar físico real, mas que un punto geográfico en el infinito universo, el cielo es donde esta
la presencia de Dios; el cielo es Dios. Puedo preguntar: ¿Donde finalmente, después que acabe el
pecado, vivirá Dios? ¿Dónde estará su trono de gloria? (Apo. 22:2-3).
Pero uno podría preguntar como podemos decir que Dios “Vive” en un lugar llamado cielo cuando
Dios es omnipresente, o sea, puede estar y está en todas partes al mismo tiempo,
simultáneamente. El siempre ha estado, esta y va a estar en todo el vasto e infinito universo al
mismo tiempo. El llena cada parte, cada aspecto, cada rincón del tiempo y del espacio por
completo. El es infinito, el es grande. Ni el tiempo, ni el espacio pueden abarcarlo. (Efe. 1:23, 4:10
cf. Hech.17:28; Col.3:11 u.p.)
¿Como podemos reconciliar el concepto de omnipresencia con la idea de que Dios mora, habita,
vive en un lugar especifico llamado cielo? Para la mente humana finita esto es un misterio…Pero
podemos tener una pequeña vislumbre de su grandeza e infinito amor al reconocer que, por amor a
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sus criaturas, Dios se hace localizable, ubicable y accesible en un punto del universo que llamamos
y conocemos como “cielo”, aunque nunca, ni por un instante, deja de ser omnipresente y
omnipotente. Allí esta su trono de gloria y poder y desde allí nuestro abogado, salvador e intercesor
Cristo Jesús aboga en tu favor y en mi favor ante el Padre.
¿QUE ES EL INFIERNO?
Deu.4:24; 9:3; Heb.12:29; Isa.33:14; Num.16:35;19-21; 11:1; Lev.10:2; (2 Tes.1:6-9, 2:8; cf. Job
15:30), Sal.68:1-3; 37:20; 18:8-15; 97:1-5; 104:29-32; 114:7; 147:18; 145:20; Exo.24:16-17;
Isa.30:27-28, 30,33; 66:15 Gen.19:24; 1 Rey.18:38; Apo.19:15,21, 1:16; Sal. 50:3, 18:7-15, (15:1 cf.
Isa.33:14); Isa. 40:24, 30:30, 33; (Num.14:10, 16:42 cf. 20:6). Cuando Dios retira su poder protector
o usa su poder destructor esto se conoce en la Biblia como “su extraña obra”, “Su extraña
operación”. (Isa. 28:21)
¿QUE ES EL INFIERNO?
RESPUESTA: Donde se revela la presencia de Dios. Donde se manifiesta la gloria de Dios. Es el
lugar más inseguro del Universo.
El fuego que destruye a los impíos para siempre será una manifestación de la gloria de Dios, pero
el infierno no será, como creen muchos, un lugar de tormento eterno donde las personas se están
quemando ahora mismo, y se seguirán quemando por los siglos de los siglos. No, y mil veces no.
Esta es una doctrina de demonios. El infierno será una realidad, si, será un infierno de fuego real,
si, pero no será eterno y no existe ningún infierno en la actualidad, no es, sino que será y será mas
bien una manifestación de la gloria de Dios que destruirá a los impíos con fuego, por que él es
fuego, su gloria es fuego que consume el pecado dondequiera que este. Cuando el fuego concluya
su obra destructiva, se extinguirá y no dejara ni raíz ni rama. La Biblia dice en Rom.6:23 que la
paga del pecado es “muerte (eterna)” no el sufrimiento eterno. Mas el regalo de Dios es “vida
eterna” en Cristo Jesús. Si el regalo, la dadiva, el don de Dios es vida eterna, la paga final final que
el mismo dará a los perdidos entonces debe ser lo contrario, muerte eterna, no sufrimiento eterno,
perpetuo en un lago de fuego.
EL DESEADO DE TODAS LAS GENTES p.82-83 cf. 2 Tes.1:6-9; 2:7-8; Isa.11:1-4; Apo.19:19-
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“La luz de la gloria de Dios que imparte vida a los justos, matara a los impíos”.
El Espíritu y el pecado no pueden morar en la misma mente a la misma vez, porque: E.G. WHITE,
REVIEW & HERALD 16 MARZO, 1886): “Si el Espíritu habita en el corazón, el pecado no puede
morar allí.”
La gloria de Dios consume la naturaleza física (cuando hay impureza) o transforma la naturaleza
física (cuando hay pureza). Su gloria es fuego consumidor (Deu. 4:24; 9:3). No juguemos con la
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gloria de Dios porque es vida o muerte. Es transformación para los justos, pero destrucción para los
injustos e impíos. O seremos transformados en un abrir y cerrar de ojos o seremos destruidos,
también en un abrir y cerrar de ojos (1 Cor.15:51-52; 1 Tes. 4:15-17). Transformación o
destrucción: en un momento, en un abrir y cerrar de ojos.
¿Acaso podrían aquellos que han pasado su vida en rebelión contra Dios ser
transportados de pronto al cielo y contemplar el alto y santo estado de perfección
que allí se ve, donde toda alma rebosa de amor, todo semblante irradia alegría, la
música arrobadora se eleva en acordes melodiosos en honor a Dios y al Cordero, y
brotan raudales de luz del rostro de Aquel que está sentado en el trono e inundan a
los redimidos? ¿Podrían acaso aquellos cuyos corazones están llenos de odio hacia
Dios y a la
verdad y a la santidad alternar con los ejércitos celestiales y unirse a sus cantos de
alabanza? ¿Podrían soportar la gloria de Dios y del Cordero? —No, no; años de
prueba les fueron concedidos para que pudiesen formar caracteres para el cielo;
pero nunca se acostumbraron a amar lo que es puro; nunca aprendieron el lenguaje
del cielo, y ya es demasiado tarde. Una vida de rebelión contra Dios los ha
inhabilitado para el cielo. La pureza, la santidad y la paz que reinan allí serían para
ellos un tormento; la gloria de Dios, un fuego consumidor. Ansiarían huir de aquel
santo lugar. Desearían que la destrucción los cubriese de la faz de Aquel que murió
para redimirlos. La suerte de los malos queda determinada por la propia elección de
ellos. Su exclusión del cielo es un acto de su propia voluntad y un acto de justicia y
misericordia por parte de Dios”.
“La presencia de Dios te mantendrá alejado del pecado o el pecado te mantendrá alejado de la
presencia de Dios”…
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