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1. EL PENTATEUCO
1. 1. Nombre.
1. 2. Contenido.
1. 3. Composición del Pentateuco.
5. BIBLIOGRAFÍA
1
INTRODUCCIÓN
Una vez rota la unidad del género humano por el pecado, Dios decide desde el
comienzo salvar a la humanidad a través de una serie de etapas.
La alianza con Noé después del diluvio expresa el principio de la Economía
divina con las "naciones", es decir, con los hombres agrupados según sus países, cada
uno según su lengua, y según sus clanes 1. Este orden a la vez cósmico, social y religioso
de la pluralidad de las naciones, confiado por la providencia divina a la custodia de los
ángeles, está destinado a limitar el orgullo de una humanidad caída que, unánime en su
perversidad, quisiera hacer por sí misma su unidad a la manera de Babel. Pero, a causa
del pecado, el politeísmo así como la idolatría de la nación y de su jefe son una amenaza
constante de vuelta al paganismo para esta economía aún no definitiva. La alianza con
Noé permanece en vigor mientras dura el tiempo de las naciones, hasta la proclamación
universal del Evangelio. La Biblia venera algunas grandes figuras de las "naciones",
como "Abel el justo"2, el rey-sacerdote Melquisedec3, figura de Cristo, o los justos
"Noé, Daniel y Job"4 De esta manera, la Escritura expresa qué altura de santidad pueden
alcanzar los que viven según la alianza de Noé en la espera de que Cristo reúna en uno a
todos los hijos de Dios dispersos.
Los cristianos, por tanto, leen el Antiguo Testamento a la luz de Cristo muerto
y resucitado. Esta lectura tipológica manifiesta el contenido inagotable del Antiguo
Testamento. Ella no debe hacer olvidar que el Antiguo Testamento conserva su valor
2
propio de revelación que nuestro Señor mismo reafirmó. Por otra parte, el Nuevo
Testamento exige ser leído también a la luz del Antiguo. La catequesis cristiana
primitiva recurrirá constantemente a él. Según un viejo adagio, el Nuevo Testamento
está escondido en el Antiguo, mientras que el Antiguo se hace manifiesto en el Nuevo:
"Novum in Vetere latet et in Novo Vetus patet" ( El Nuevo Testamento está latente en el
Antiguo y el Antiguo está patente en el Nuevo) [San Agustín]5.
Por los profetas, Dios llama a Israel y a todas las naciones a volverse a Él, el
Único: "Volveos a mí y seréis salvados, confines todos de la tierra, porque yo
soy Dios, no existe ningún otro... ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua
jurará diciendo: ¡Sólo en Dios hay victoria y fuerza!" 8
3
1. EL PENTATEUCO
1. 1. Nombre.
1.2. Contenido.
1.2.1. El Génesis que comienza en los orígenes del mundo se divide en dos partes
desiguales:
La historia primitiva12 es como un pórtico previo a la historia de la salvación que
toda la Biblia va a narrar. Se remonta a los orígenes del mundo y extiende su
perspectiva a la humanidad entera. Relata la creación del universo y del hombre, la
caída original y sus consecuencias, y la perversidad creciente castigada con el
Diluvio. La tierra va repoblándose a partir de Noé, pero unas listas genealógicas,
cada vez más restringidas vienen, finalmente, a concentrar el interés en Abrahán,
padre del pueblo elegido.
La historia patriarcal13 evoca la figura de los grandes antepasados.
Abrahán es el hombre de la fe, a quien Dios premia por su obediencia
prometiéndole una posteridad para él mismo y la Tierra Santa para su
descendencia14. La fe es Abraham. Le ha prometido una descendencia: “Y en tu
descendencia serán bendecidas todas las naciones de la tierra” Esta promesa que
Dios hace a Abraham la pasa a su hijo Isaac y sobre él recae la bendición de Dios.
Isaac hijo de la promesa a Abrahán y padre de Jacob, es una figura
aparentemente de escaso relieve, cuya vida se narra en relación con la de su padre y
la de su hijo. Isaac significa el siervo que va a ser sacrificado. Isaac tiene dos hijos:
Esaú y Jacob. Jacob va a heredar las promesas de su padre. No va a ser Esaú a quien
le correspondía por ser el primogénito. Rebeca y Jacob engañan a Isaac ya viejo con
unas pieles de cordero..
Jacob es el hombre de la astucia que suplanta a su hermano Esaú, escamotea la
bendición de su padre Isaac, y gana en picardía a su tío Labán. Pero de nada habrían
9 Neh 8 ,1
10 Rom 3, 21
11 Lc 2, 23
12 Gen 1-11
13 Gen 12-50
14Gen 12,1- 25, 18.
4
servido todas estas habilidades si Dios no lo hubiera preferido a Esaú desde antes de
su nacimiento, y no le hubiera renovado las promesas de la alianza otorgadas a
Abrahán15
Jacob es una Palabra de Dios muy importante. Significa la elección. Dios ha elegido
a Jacob y rechazado a Esaú. Jacob representa todo lo que es el pueblo de Israel.
Lucha con Dios. Una noche se le aparece una figura extraña y lucha toda la noche
con ella hasta el amanecer. Jacob descubre la potencia del ángel con quien lucha
porque le puede y no le quiere soltar hasta que le bendiga. El ángel se libra de él y
tocándole en el tobillo le deja cojo pero le bendice diciendo: “Ya no te llamarás
Jacob, sino Israel”. Etimológicamente este nuevo nombre significa “fuerte con Dios”
Jacob tiene doce hijos. Los doce hijos de Jacob son los antepasados de las Doce
Tribus de Israel. A uno de ellos, José, el hombre de la sabiduría, está consagrado
todo el final del Génesis16. Narra la llegada de José a Egipto y la de sus hermanos.
Durante cuatrocientos años este pueblo va creciendo y desarrollándose. Al morir
José los nuevos Faraones ya no tienen consideración con el pueblo y lo esclavizan.
Durante estos cuatrocientos años Dios tiene un silencio con ellos. Tenemos pues a
los descendientes de los patriarcas en esclavitud en Egipto. Es un relato que difiere
de las narraciones precedentes ya que se desarrolla sin la intervención visible de
Dios y sin ninguna revelación nueva. Todo él es una enseñanza en la que la virtud
del sabio recibe su recompensa y la Providencia divina trueca en bien las faltas de
los hombres. Detrás de José se ve la figura de Jesucristo, el verdadero Siervo de
Dios. Desde las mazmorras más oscuras, de las profundidades más hondas Dios va a
mirar José y lo va a sacar y elevarle hasta lo más alto, hasta hacerle primer ministro
de Egipto. José es figura de Jesucristo y de su misterio pascual. Jesús ha
descendido, por los hombres, hasta las profundidades del seol. Las fuerzas del mal
se han aliado contra Él hasta matarlo pero Dios lo saca de la muerte y lo hace
Primogénito, Kyrios y Señor.
5
Dios actúa con prodigios para romper este cerco de esclavitud que atenazaba a su
pueblo. El último desastre es la muerte de todos los primogénitos de los egipcios.
Dios manda celebrar esa noche. Es el paso de Yahvé. Pasa con mano poderosa y
brazo extendido para liberar a su pueblo del enemigo. Es la Pascua.
El pueblo sale de la esclavitud camino de la liberación guiados por Moisés. Es todo
un pueblo que camina en caravana hacia la libertad. El libro cuenta el paso del Mar
Rojo. El mar se abre. Este pueblo es tipo de la humanidad. Al abrirse el mar se está
cumpliendo la promesa hecha a Noé de que no permitirá que las aguas destruyan a la
humanidad. Dios abre caminos en medio de las aguas.
El pueblo se halla en el desierto. Empiezan las dificultades. Tienen hambre y en el
desierto no hay pan. Murmuran y tientan a Dios. Entonces Dios les manda el Maná.
Más tarde se cansan del Maná y quieren carne. Dios les envía las codornices. Luego
tienen sed y reniegan nuevamente de Dios y de Moisés y le dicen “O nos das agua
ahora mismo o te matamos” Moisés acude de nuevo a Dios que le dice: “Pega con tu
vara a esa roca y saldrá agua”.
El pueblo es tentado en el desierto y continuamente reniega de Dios y de Moisés.
Llegan al monte Sinaí y Moisés sube al monte para recibir las Tablas de la ley de
Dios. Dios en una teofanía impresionante, hace alianza con su pueblo y le dicta sus
leyes. El pacto, apenas sellado, queda roto por la adoración del becerro de oro, pero
Dios perdona y renueva la Alianza. Una serie de disposiciones regula el culto en el
desierto.
Llegan a las montañas y mandan emisarios a explorar. A su vuelta traen racimos de
uva gigantescos y leche y miel en abundancia. Dicen que es la tierra de Canaán,
fertilísima pero que está habitada por siete naciones de hombres gigantescos y
fuertes. El pueblo murmura de nuevo y Dios se ha cansado ya. Les hace retroceder
por el desierto durante cuarenta años. Sólo los hijos de los que salieron entran en la
Tierra prometida.
20 Lev 1-7
21 Lev 8-10
22 Lev 11-15
23 Lev 16
24 Lev 17-26
25 Lev 23
26 Lev 26
27 Lev 28
6
1.2.4. El libro de los Números reanuda el tema de la marcha por el desierto.
28 Num 1-4
29 Num 7
30 Num 9-10
31 Num 11-14
32 Num 20-25
33 Num 31-32
34 Num 33
35 Num 5-6; 8; 16-19; 26-30; 34-36
36 Deut 12-26,15
37 Deut 5-11; 26,16-28
38 Deut 1-4
39 Deut 29-30
40 Deut 31-34
41 Génesis, Éxodo y Números
42 Éxodo y Números
43 Gen 1, Éxodo, Levítico y Números
7
El origen de los documentos se remonta a la tradición oral mucho más antigua
que el documento en sí. Las ciencias auxiliares de la historia han demostrado que
muchas leyes del Pentateuco tienen paralelos extra-bíblicos. El ambiente del relato es
también mucho más antiguo que el documento. Así, aunque existen estos documentos J,
E, D, P, se debe hablar mejor de tradiciones previas, la yahvista, elohísta y sacerdotal.
El Deuteronomio es un problema aparte.
Los libros de Génesis, Éxodo y Números son mezcla de las tres tradiciones J, E,
P. El Levítico sólo pertenece a la tradición P y el Deuteronomio a la D.
44 Es la única tradición que habla del pecado original.
45 Ex 34
46 Ex 21-23
8
1.4. Datación del Pentateuco
En el 721 antes de Cristo se unen las tradiciones J y E en una sola tradición, JE.
El Deuteronomio comenzó a tomar forma durante el reinado de Josías aunque su forma
definitiva tuvo lugar durante el exilio y la tradición sacerdotal cristalizó en documento
escrito aproximadamente en ese mismo tiempo, en que un grupo de sacerdotes o
rabinos formalizaran la edición definitiva. Tomando J y E como base se irían
intercalando e insertando las partes legislativas. En este mismo tiempo es posible que se
separara el Deuteronomio del corpus deuteronómico en el que se incluían los libros de
Josué, Jueces, Samuel y Reyes y se coloca como epílogo de la historia de Moisés
narrada en los cuatro libros que lo preceden
Quizá ya durante el exilio hubiera ediciones del nuevo Pentateuco así formado,
pero hasta el 519 a C, en el regreso del destierro a Palestina no aparece en la forma
definitiva que adquirió después de varios retoques en el S.V. En Nehemías 8,1 se habla
ya de la Ley o Torá, nuevo Pentateuco, traído por Esdras desde Babilonia.
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2. LOS LIBROS HISTÓRICOS
2. 1. Introducción.
A los libros de Josué, Jueces, Samuel y Reyes se les llama en la Biblia hebrea
los Profetas anteriores, en contraposición a los Profetas posteriores: Isaías, Jeremías,
Ezequiel y los Doce Profetas Menores. Este apelativo se explica por una tradición que
atribuía la composición de estos libros a profetas: a Josué, la del libro que lleva su
nombre; a Samuel, la de Jueces y Samuel; a Jeremías, la de Reyes.
Se justifica el nombre por el carácter religioso que les es común. Estos libros,
que nosotros llamamos históricos, tienen como tema principal las relaciones de Israel
con Yahvé, su fidelidad o su infidelidad, sobre todo su infidelidad, a la palabra de Dios,
cuyos portavoces son los profetas. Los libros de los Reyes ofrecen el marco en que se
ejerció el ministerio de los profetas escritores antes del Destierro.
Estos libros, así eslabonados con lo que inmediatamente les siguen en la Biblia
hebrea, lo están también con lo que les precede. Por su contenido, vienen a ser una
prolongación del Pentateuco. Al final del Deuteronomio, Josué es designado sucesor de
Moisés, y el libro de Josué comienza a raíz de la muerte de Moisés. Se ha supuesto que
incluso existía unidad literaria entre los dos conjuntos y se ha buscado la continuación
de los documentos o de las fuentes del Pentateuco, en el libro de Josué. Pero los
esfuerzos realizados para descubrir los documentos del Pentateuco en Jueces, Samuel y
Reyes no han dado ningún resultado satisfactorio. La situación es más favorable en
cuanto a Josué, donde se distinguen corrientes que están más o menos relacionadas con
la yahvista y la elohísta, si es que no son continuación de éstas. Sin embargo, la
influencia del Deuteronomio y de su doctrina resulta más clara aún y los partidarios de
un Hexateuco deben admitir por su parte una redacción deuteronomista de Josué. Estas
conexiones con el Deuteronomio prosiguen en los libros siguientes, si bien de manera
variable. Son extensas en los Jueces, más limitadas en Samuel, predominantes en los
Reyes, pero siempre distinguibles. De ahí que se haya elaborado la hipótesis de que el
Deuteronomio era el comienzo de una gran historia religiosa que se prolongaba hasta el
final de los libros de los Reyes.
El libro de Josué narra el establecimiento del pueblo elegido en la tierra a él
prometida.
El de los Jueces esboza la sucesión de sus apostasías y de sus conversiones a la
gracia.
Los libros de Samuel, después de la crisis que condujo a la institución de la
realeza y puso en peligro el ideal teocrático, exponen cómo se realizó este ideal con
David.
Los libros de los Reyes describen la decadencia que se inició desde el reinado de
Salomón y que, por una serie de infidelidades, y a pesar de algunos reyes piadosos,
condujo a la condenación del pueblo por su Dios. El Deuteronomio habría sido
desprendido de este conjunto cuando se quiso reunir todo lo que se refería a la persona y
la obra de Moisés
Son, pues, estos libros, en su forma definitiva, obra de una escuela de hombres
piadosos, imbuidos en las ideas del Deuteronomio, que meditan sobre el pasado de su
10
pueblo y deducen de él una lección religiosa. Pero también nos han conservado
tradiciones o textos que se remontan hasta la época heroica de la conquista, con la
narración de los hechos salientes de la historia de Israel. Por el hecho de que estos libros
se presenten como historia sagrada no disminuye su interés para el historiador y la
comunidad de los creyentes no sólo aprenderá en ellos a encontrar la mano de Dios en
todos los acontecimientos del mundo, sino que, en la exigente solicitud de Yahvé para
con su pueblo elegido, reconocerá la lenta preparación del nuevo Israel.
2. 2. El libro de Josué.
2.2.1. División.-
El libro de Josué se divide en tres partes:
La primera nos habla de la conquista de la tierra prometida47.
La segunda del reparto del territorio entre las tribus.48
La tercera narra el fin de la jefatura de Josué, y especialmente su último discurso y
la asamblea de Siquén.49
11
en torno a la gran figura de Josué, que dirige los combates de la casa de José, y a quien
se atribuye un reparto del territorio que no llevó él a cabo ni se realizó de una vez. El
libro concluye con la despedida y la muerte de Josué. Él es, del principio al fin, su
personaje principal. Los Padres han reconocido en él una prefiguración de Jesús pues
no sólo lleva el mismo nombre, Salvador, sino que el paso del Jordán, que, con él al
frente, da entrada en la Tierra Prometida, es el tipo del bautismo en Jesús, que nos da
acceso a Dios, y la conquista y el reparto del territorio son la imagen de las victorias y
de la expansión de la Iglesia. Esta tierra de Canaán es, con toda evidencia, en las
limitadas perspectivas del AT, el verdadero tema del libro: el pueblo, que había
encontrado a su Dios en el desierto, recibe ahora su tierra, y la recibe de su Dios. Porque
Yahvé es quien ha combatido en favor de los israelitas, y les ha dado en herencia el
país que había prometido a los Padres.
2.3.1. División.-
Comprende tres partes desiguales:
Una introducción.51
El cuerpo del libro propiamente dicho52.
La tercera parte la forman adiciones que narran la migración de los danitas, con la
fundación del santuario de Dan, en 1718, y la guerra contra Benjamín en castigo del
crimen de Guibeá, en el 1921.
12
monárquica. Abarcaba la historia de Ehúd, la de Barac y Débora, la historia de Gedeón-
Yerubaal, a lo que se añadió el episodio de la realeza de Abimélec, la historia de Jefté
ampliada con la de su hija. Se recogieron dos antiguas piezas poéticas, el Cántico de
Débora56, que es un duplicado del relato en prosa 57, y el apólogo de Jotán, 58 dirigido
contra la realeza de Abimélec.
Los héroes de algunas tribus se convertían en este libro en figuras nacionales
que habían dirigido las guerras de Yahvé para todo Israel. Los jueces menores, Tolá,
Yaír, Ibsán, Elón, Abdón, proceden de una tradición diferente. No se les atribuye ningún
acto salvador. Solamente se dan informaciones acerca de sus orígenes, su familia y el
lugar de su sepultura, y se dice que han juzgado a Israel durante un número de años
preciso y variable. Conforme al uso diverso del verbo juzgar, en las lenguas semíticas
del Oeste, emparentadas con el hebreo, hasta en los textos fenicios y púnicos de la
época grecorromana (los sufetes de Cartago), significa no sólo administrar justicia, sino
también gobernar. Su autoridad no se extendía más allá de su ciudad o de su distrito.
Fue una institución política intermedia entre el régimen tribal y el régimen monárquico.
Los primeros redactores deuteronomistas poseían informes auténticos de estos jueces,
pero extendieron su poder a todo Israel y los ordenaron en sucesión cronológica.
Trasladaron su título a los héroes del libro de los libertadores, que de ese modo se
convirtieron en jueces de Israel.
Jefté servía de lazo de unión entre los dos grupos. Había sido un libertador, pero
también había sido juez. Acerca de él se dan los mismos datos 59, que a propósito de los
jueces menores, entre los cuales se incrusta su historia. Con ellos se equiparó también
una figura que primitivamente nada tenía que ver con ninguno de los dos grupos. Se
trata del singular héroe danita Sansón, que no había sido ni libertador ni juez, pero
cuyas hazañas contra los filisteos se narraban en Judá.60 Se añadió en la lista a Otniel 61
que pertenece a la época de la conquista y más adelante a Sangar 62, que ni siquiera era
israelita. Así se alcanzaba la cifra de doce, simbólica en todo Israel. Fue también la
redacción deuteronomista la que puso al libro su marco cronológico al señalar que el
tiempo transcurrido entre la salida de Egipto y la construcción del Templo fue de 480
años.63 En este marco, las historias de los Jueces llenan sin lagunas el período que
discurrió entre la muerte de Josué y los comienzos del ministerio de Samuel. Pero, sobre
todo, los redactores deuteronomistas dieron al libro su sentido religioso. Éste se expresa
en la introducción general y en la introducción particular a la historia de Jefté 64, así
como en las fórmulas redaccionales que llenan casi toda la historia de Otniel, que es una
composición deuteronomista, y que sirven de marco a las grandes historias siguientes.
o Los israelitas han sido infieles a Yahvé que los ha entregado en manos de los
opresores.
o Los israelitas han implorado a Yahvé.
o Yahvé les ha enviado un salvador, el Juez.
o Pero vuelven las infidelidades y la serie se repite.
56 Jc 5
57 Jc 4
58 Jc 9, 7-15
59 Jc 11,1-12,7
60 Jc 13-16
61 Jc 3, 7-11
62 Jc 3, 31
63 1 Re 6,1
64 Jc 10, 16
13
Este libro deuteronomista de los Jueces tuvo por lo menos dos ediciones. Los
indicios más claros son: los dos elementos que se añaden en la introducción, y las dos
conclusiones a la historia de Sansón65, significan que el capítulo 16 es una adición.
Este libro no contenía aún los apéndices, 66 los cuales no narran la historia de un
juez, sino que informan de los acontecimientos ocurridos antes de la institución de la
monarquía, razón por la cual han sido añadidos al final del libro después de la vuelta del
Destierro. Reproducen antiguas tradiciones y han pasado por una larga historia literaria
o pre-literaria antes de ser aquí incluidos.
El libro es casi nuestra única fuente para el conocimiento de la época de los
Jueces; pero no permite escribir una historia lógica de esa época. La cronología que nos
da es artificial al sumar períodos que han podido superponerse en el tiempo, puesto que
los tiempos de opresión y las liberaciones nunca afectan más que a una parte del
territorio y la época de los Jueces no se extendió más de siglo y medio.
Todos los Jueces fueron yahvistas convencidos, y el santuario del arca en Silo
era el centro donde todos los grupos se encontraban. Además, estas luchas forjaron el
alma nacional y prepararon el momento en que, ante un peligro general, se unirían todos
contra el enemigo común, bajo Samuel.
El libro enseñaba a los israelitas que la opresión es un castigo de la impiedad y
que la victoria es una consecuencia de la vuelta a Dios. El Eclesiástico alaba a los
Jueces por su fidelidad67 y la epístola a los Hebreos presenta sus éxitos como la
recompensa de su fe. Los Jueces forman parte de esa nube de testigos que anima al
cristiano a rechazar el pecado y a soportar con valentía la prueba a que se le somete68.
2. 4. El librito de Rut.
Este librito figura a continuación de los Jueces en los Setenta, la Vulgata y las
traducciones modernas. En la Biblia hebrea se encuentra colocado con los Hagiógrafos
como uno de los cinco rollos, los meguillot, que se leían en las fiestas principales;
servía Rut para la fiesta de Pentecostés. Aunque el tema del libro lo relaciona con el
período de los Jueces, el libro no formaba parte de la redacción deuteronomista, que se
extiende desde Josué hasta el final de Reyes.
Es la historia de Rut la Moabita que, tras la muerte de su marido, un hombre de
Belén emigrado a Moab, vuelve a Judá con su suegra Noemí y se desposa con Booz,
pariente de su marido, en cumplimiento de la ley del levirato. De este matrimonio nace
Obed, que será el abuelo de David.
Se discute mucho la fecha de composición y se han propuesto todos los períodos
desde David y Salomón hasta Nehemías. Los argumentos alegados en favor de una
fecha tardía como son el lugar en el canon hebreo, el lenguaje, las costumbres familiares
y la doctrina, no son decisivos. El librito, menos los últimos versículos, podría haber
sido compuesto en la época monárquica. Es una historia edificante cuya intención
principal es mostrar cómo resulta premiada la confianza que se pone en Dios, cuya
misericordia se extiende hasta una extranjera69. Esta fe en la Providencia y este espíritu
universalista son la enseñanza duradera del relato. El hecho de que Rut haya sido
65 Jc 15, 20 y 16,30
66 Jc 17-21
67 Si 46, 11-12
68 Hb 11, 32-34 y Hb 12, 1.
69 Rut 2, 12
14
reconocida como la bisabuela de David ha dado un valor especial a este librito, y San
Mateo ha incluido el nombre de Rut en la genealogía de Cristo70
2.5.1. Introducción.-
Son libros que formaban una sola obra en la Biblia hebrea. La división en dos
libros se remonta a la traducción griega que ha unido Samuel y Reyes bajo un mismo
título, Los cuatro libros de los Reinos. La Vulgata los llama Los cuatro libros de los
Reyes. El Samuel hebreo corresponde a los dos primeros. Este título proviene de la
tradición que atribuía al profeta Samuel la composición de este escrito.
El texto es uno de los peor conservados del AT. La traducción griega de los
Setenta da un texto bastante diferente, que se remonta a un prototipo del que las cuevas
de Qumrán han proporcionado importantes fragmentos. Existían, pues, varias
recensiones hebraicas de los libros de Samuel.
2.5.2. División.-
Se distinguen en él cinco partes:
La primera trata solamente de Samuel.71.
La segunda de las relaciones entre Samuel y Saúl72.
La tercera de las relaciones entre Saúl y David73.
La cuarta parte narra la vida de David, ya rey de Israel74.
Por último, la quinta parte está constituida por una serie de suplementos.75
70 Mt 1,5.
71 1 S 1-7
72 1 S 8-15;
73 1 S 16 a 2 S 1
74 2 S 2-20
75 2 S 21-24.
76 1 S 4-6
77 1 S 1-3
78 1 S 7
79 1 S 8-12,
80 1 S 9; 10, 1-16; 11
81 1 S 8; 10, 17-24; 12,
15
antimonárquica como se afirma, sino que solamente se opone a una realeza que no
respetaría los derechos de Dios.
Se narran las guerras de Saúl contra los filisteos, 82 con una primera versión del
rechazo de Saúl y una segunda versión de este rechazo, 83 en conexión con una guerra
contra los amalecitas. Este rechazo prepara la unción de David por Samuel84.
Sobre los comienzos de David y sus desavenencias con Saúl, se han recogido
tradiciones paralelas y, al parecer, de igual antigüedad donde los duplicados son
frecuentes. El final de esta historia, el reinado de David en Hebrón, la guerra filistea y la
toma de Jerusalén aseguran la confirmación de David como rey sobre todo Israel. 85 En
los siguientes capítulos se narra la historia del arca y la profecía de Natán 86. A
continuación se inicia una larga narración87 que no concluirá hasta el comienzo de
Reyes88. Es la historia de la familia de David y de las luchas en torno a la sucesión al
trono, escrita por un testigo ocular, en la primera mitad del reinado de Salomón.
Los libros de Samuel abarcan el período que va de los orígenes de la monarquía
israelita al final del reinado de David. La expansión de los filisteos que se sitúa hacia el
1050 ponía en peligro la existencia misma de Israel. Saúl, hacia el 1030, es, en un
principio, como un continuador de los Jueces, pero su reconocimiento por todas las
tribus le confiere una autoridad universal y permanente. Con él ha nacido la realeza.
Comienza la guerra de liberación y los filisteos son arrojados hasta su territorio 89.
Continúala guerra con los filisteos y el último combate de Gelboé 90 acaba en desastre y
en él muere Saúl, hacia el 1010. La unidad nacional se ve de nuevo comprometida.
David es consagrado rey en Hebrón por los de Judá, y las tribus del Norte le oponen a
Isbaal, descendiente de Saúl, refugiado en Transjordania. Sin embargo, el asesinato de
Isbaal hace posible la unión, y David es reconocido rey por Israel.
El segundo libro de Samuel resume los resultados políticos del reinado de
David que fueron considerables. Los filisteos fueron definitivamente rechazados. La
unificación del territorio concluye con la absorción de los enclaves cananeos y
Jerusalén se convirtió en la capital política y religiosa del reino. Fue sometida
Transjordania. David extendió su dominio sobre los arameos de Siria meridional. Con
todo, cuando murió David, hacia el 970, la unidad nacional no estaba verdaderamente
consolidada. David era rey de Israel y de Judá y estos dos se oponían a menudo.
16
Los Padres han establecido un paralelo entre la vida de David y la de Jesús, el Cristo, el
Ungido, elegido para salvación de todos, rey del pueblo espiritual de Dios y, sin
embargo, perseguido por los suyos.
David es el hombre elegido92 según el corazón de Dios93 y que destruye a los
enemigos de Israel94. Él no ha devuelto mal por el mal que le había hecho Saúl. La
promesa que Dios hace a David que su casa y su reino permanecerán para siempre y su
trono estará firme eternamente, la grabó Israel y los profetas posteriores han presentado
a David como prototipo del Mesías. Jesús tiene plena conciencia de ser el Mesías y por
eso se llamará a sí mismo “Hijo del Hombre” y el pueblo le aclamará como “Hijo de
David”. David experimentó la corrupción; Jesús, resucitado de entre los muertos, no la
experimentó95
2.6.1. Introducción.-
Estos libros, como los de Samuel, constituían una sola obra en la Biblia hebrea.
Corresponden a los dos últimos libros de los Reinos en la traducción griega, y de los
Reyes en la Vulgata. Son la continuación de los libros de Samuel. La larga narración del
reinado de Salomón96 detalla la excelencia de su sabiduría, el esplendor de sus
construcciones, sobre todo del Templo de Jerusalén, y la abundancia de sus riquezas. Es
ciertamente una época gloriosa, pero el espíritu conquistador del reino de David ha
desaparecido. Salomón conserva, organiza y, sobre todo, saca partido de los triunfos de
David. Se mantiene la oposición entre las dos fracciones del pueblo, y a la muerte de
Salomón, en 931, el reino se divide. Las diez tribus del Norte llevan a cabo una secesión
agravada por un cisma religioso.97
17
Nabucodonosor conquistaron Jerusalén y llevaron cautivos a una parte de sus
habitantes. Diez años después, un amago de independencia provocó una segunda
intervención de Nabucodonosor, que terminó con la ruina de Jerusalén y una segunda
deportación en el 587. La narración concluye con dos breves apéndices 102
Los sucesos narrados quedan encerrados en un marco uniforme. Se trata a cada
reinado como una unidad independiente y completa. Su comienzo y su fin se señalan
casi con las mismas fórmulas, en las que jamás falta un juicio sobre la conducta
religiosa del rey. Se condena a todos los reyes de Israel a causa del pecado original de
este reino, la fundación del santuario de Betel. Entre los reyes de Judá, ocho solamente
son alabados por su fidelidad general a las prescripciones de Yahvé. Pero esta alabanza
queda restringida seis veces por la observación de que los altos no desaparecieron.
Únicamente Ezequías y Josías reciben una aprobación sin reservas.
Estos juicios se inspiran evidentemente en la ley del Deuteronomio sobre la
unidad del santuario. Más aún, el descubrimiento del Deuteronomio bajo Josías y la
reforma religiosa que inspiró señalan el punto culminante de toda esta historia, y toda la
obra es una demostración de la tesis fundamental del Deuteronomio. Si el pueblo
observa la alianza concluida con Dios, será bendecido; si la rompe, será castigado. Este
influjo deuteronomista se encuentra también en el estilo, siempre que el redactor
desarrolla o comenta sus fuentes.
102 2 R 25 22-30.
103 Lc 7, 16
104 Mc 1, 15
105 Mt 17,10-12
106 Mc 16,19
107 Mc., 16,15
18
Obligación de sus sucesores es dar perpetuidad a esta obra para que la palabra de Dios
sea difundida y glorificada108 y se anuncie y establezca el reino de Dios en toda la tierra.
19
La palabra pascua es una palabra griega (paskha) derivada del hebreo pesah
que significa, cojear, ejecutar una danza en torno a un sacrificio.117 En sentido figurado
significa saltar, pasar y es este sentido el que siempre se le ha dado a la palabra para
expresar la noche del paso de Yahvé, que saltó por encima de las casas de los israelitas
y pasó de largo, mientras hería a los primogénitos de los egipcios118
El mes de Nisán coincide con la primavera en Israel. La Pascua que se celebra
el 14 de este mes se unió a la fiesta de los ázimos, o fiesta de la primavera 119 que se
celebraban el día 15 del mismo mes. Esta festividad sella el vínculo de Israel con la
naturaleza y exterioriza su vocación campesina. Nisán marcaba el comienzo de la siega
de cebada, acontecimiento importante para un pueblo agrícola y ganadero. Siguiendo
los preceptos de la Biblia era costumbre que en toda oportunidad en que el hombre
recibía algo para su beneficio, entregara una parte al sacerdote, como ofrenda a Dios. En
la Pascua, pues, recogida la cebada se hacía entrega al sacerdote del ómer, medida fija
de cereal recién cortado. En tiempos del primero y segundo Templo, la Pascua se
convirtió en fiesta de peregrinación. Todo el que pudiera se dirigía desde su lugar de
residencia a Jerusalén para hacer en el Templo su ofrenda y asistir a los oficios
religiosos. Los ázimos, o panes no fermentados, acompañan la ofrenda de las primicias
de la recolección.120
La eliminación de la vieja levadura es un rito de pureza y de renovación anual
posiblemente de origen nómada o agrícola. La tradición israelita relacionó este rito con
la salida de Egipto.121 Evoca la prisa de la partida, tan precipitada que los israelitas
tuvieron que llevarse la masa antes de que fermentara. 122 En los calendarios litúrgicos
unas veces Pascua y Ázimos se distinguen 123 y otras veces se confunden.124 Cada año en
la festividad de la Pascua se actualiza la liberación del Éxodo y este significado
profundo de la fiesta se siente con más intensidad en las etapas importantes de la
historia de Israel cuando se ha experimentado una presencia especial de Yahvé. Así en
el Sinaí,125 en la entrada a la tierra de Canaán,126 en las fiestas como consecuencia de la
reforma de Ezequías hacia el año 716127 en la reforma de Josías hacia el 622128 y al
regreso del exilio en el 515129
20
Esta transformación que ya, posiblemente, había comenzado en tiempo de la
reforma de Ezequías, llegó a su plena realización en el reinado de Josías. 131 A partir de
entonces la Pascua pasa a ser el centro del culto del Templo; sacerdotes y levitas son
los actores principales de los ritos y la sangre se derrama sobre el altar.
Después del exilio la Pascua viene a ser la fiesta nacional por excelencia cuya
omisión acarrearía a los judíos una verdadera excomunión 132 Deben tomar parte en ella
todos los circuncisos y sólo ellos.133 Únicamente en caso de necesidad puede retrasarse
un mes.134 Estas puntualizaciones de la legislación sacerdotal fijan una jurisprudencia ya
inmutable y que regirá por siempre. Solamente fuera de la ciudad santa se celebra la
Pascua en el marco familiar pero la inmolación del cordero se va eliminando
progresivamente en estas celebraciones familiares que quedan de alguna manera
eclipsadas por la solemnidad de Jerusalén.
Una de las ceremonias pascuales era el sacrificio de un cordero, en memoria
del sacrificio que cada familia judía hiciera la víspera de su partida de Egipto. Este acto
constituía el rito más solemne de la celebración de la Pascua en el Templo.
Cada peregrino que llegaba a la Ciudad Santa para esa fecha traía consigo un
cordero. Los peregrinos eran admitidos en el Templo en grupos y mientras se procedía
al sacrificio de los animales y el sacerdote cumplía los diversos ritos, los levitas
entonaban Salmos acompañados por instrumentos musicales. Terminada la ceremonia,
cada cual retiraba su cordero que luego era asado directamente sobre el fuego y
consumido en la cena familiar
3. 4. Teología de la Pascua.
La Pascua, pues, llegó a ser el motivo fundamental de la peregrinación a
Jerusalén para presenciar y participar en las celebraciones del Templo. En el judaísmo
la Pascua tiene suma importancia como viene reflejada en el Tárgum del Éxodo. 135
Israel sacado de la esclavitud evoca el mundo sacado del caos, a Isaac sacado del
suplicio y a la humanidad sacada de su miseria por el Mesías esperado. La creación y la
redención están unidas frecuentemente, sobre todo en el Hallel pascual136
Si Dios puede separar las aguas del mar Rojo es porque primero dividió el
océano primordial.137 Del mismo modo, si Dios puede salvar a los hijos de Jacob, es que
primero salvó a sus antepasados. Se supone que Abrahán aguarda el Éxodo 138 cuya
prenda es para él la salvación de Isaac.139 Se presupone que Isaac fue ofrecido en Sión,
como más tarde el cordero pascual 140 y preservado de la espada141 como más tarde
Israel142. Isaac fue salvado por el carnero, Israel por el cordero. Isaac derrama en su
circuncisión una sangre rica en valor expiatorio 143 así como será más tarde la de las
131 2 Re 23, 21
132 Nm 9,13.
133 Ex 12, 43-49
134 Nm 9, 9-13
135 Cfr. Ex 42
136 Sal 136, 4-15
137 Gen 1, 6-7
138 Gen 15, 13-14
139 Cfr. Gen 22
140 Cfr. Dt 16
141 Gen 22, 12
142 Ex 12, 23
143 Ex 4, 24-26
21
víctimas pascuales, pero sobre todo Isaac está dispuesto a derramar toda su sangre,
mereciendo con ello prefigurar al cordero pascual por excelencia, Jesucristo.144
El Poema de las Cuatro Noches.
4. 2. La Pascua de Jesús.
22
La venida del Hijo de Dios a la tierra es un acontecimiento tan inmenso que
Dios quiso prepararlo durante siglos. Ritos y sacrificios, figuras y símbolos de la
Primera Alianza151, todo lo hace converger hacia Cristo; anuncia esta venida por boca
de los profetas que se suceden en Israel. Además, despierta en el corazón de los paganos
una espera, aunque confusa, de esta venida.
Jesús como fiel israelita subía a Jerusalén, cada año, a celebrar las fiestas
pascuales. El tiempo de la Pascua es el tiempo preferido por Jesús para pronunciar
palabras y realizar actos que van dando un sentido nuevo a la Pascua en el Templo. Así,
Jesús todavía niño se detiene junto al “Santo de los Santos “porque allí sabe que está la
casa de su Padre154
Jesús entiende que el Templo no puede ser lugar de profanación y acercándose
la Pascua lo purifica y anuncia el santuario definitivo, su cuerpo resucitado155.
En la Antigua Alianza, el pan y el vino eran ofrecidos como sacrificio entre las
primicias de la tierra en señal de reconocimiento al Creador. Pero reciben también una
nueva significación en el contexto del Éxodo: los panes ázimos que Israel come cada
151 Hb 9,15
152 Mt 5,17-19
153 Mt 13, 34-35
154 Lc 2, 41-51
155 Jn 2, 13-23
156 Jn 6, 48-51
23
año en la Pascua conmemoran la salida apresurada y liberadora de Egipto. El recuerdo
del maná del desierto sugerirá siempre a Israel que vive del pan de la Palabra de Dios.
Finalmente, el pan de cada día es el fruto de la Tierra prometida, prenda de la fidelidad
de Dios a sus promesas. El "cáliz de bendición" al final del banquete pascual de los
judíos, añade a la alegría festiva del vino una dimensión escatológica, la de la espera
mesiánica del restablecimiento de Jerusalén. Jesús instituyó su Eucaristía dando un
sentido nuevo y definitivo a la bendición del pan y del cáliz.157
Al dar a comer su cuerpo y a beber su sangre derramada describe su muerte
como el sacrificio de la Pascua cuyo nuevo cordero es él. El evangelista Juan hace
coincidir con el 14 de Nisán la inmolación del cordero y la muerte en cruz de la
verdadera víctima pascual158
3. 3. La Pascua en la Iglesia.
El Padre eterno creó el mundo por una decisión totalmente libre y misteriosa de
su sabiduría y bondad. Decidió elevar a los hombres a la participación de la vida divina
a la cual llama a todos los hombres en su Hijo. Dispuso convocar a los creyentes en
Cristo en la santa Iglesia.
La Iglesia, Pueblo de Dios en la Nueva Alianza, al escrutar su propio misterio,
descubre su vinculación con el pueblo judío a quien Dios ha hablado primero. A
diferencia de otras religiones no cristianas la fe judía ya es una respuesta a la revelación
de Dios en la Antigua Alianza. Pertenece al pueblo judío la adopción filial, la gloria, las
alianzas, la legislación, el culto, las promesas y los patriarcas; de todo lo cual procede
Cristo según la carne159, porque los dones y la vocación de Dios son irrevocables.
Esta verdadera familia de Dios y verdadero Israel se constituye y se realiza
gradualmente a lo largo de las etapas de la historia humana, según las disposiciones del
Padre. La Iglesia ha sido prefigurada ya desde el origen del mundo y preparada
maravillosamente en la historia del pueblo de Israel y en la Antigua Alianza. Se
constituyó en los últimos tiempos, se manifestó por la efusión del Espíritu y llegará
gloriosamente a su plenitud al final de los siglos.
La Iglesia celebra la Pascua del Señor con el nuevo contenido que a la pascua
judía dio el Señor Jesús con su muerte y resurrección. Por ello, la Pascua no es
simplemente una fiesta entre otras. Es memorial del Misterio Pascual. El memorial
recibe un sentido nuevo en el Nuevo Testamento. Cuando la Iglesia celebra la Pascua
hace memoria de la Pascua de Cristo y ésta se hace presente. El sacrificio que Cristo
ofreció de una vez para siempre en la cruz, permanece siempre actual. Cuantas veces se
renueva en el altar el sacrificio de la cruz, en el que Cristo, nuestra Pascua, fue
inmolado, se realiza la obra de nuestra redención. Es la Fiesta de las fiestas, Solemnidad
de las solemnidades. El Misterio de la Resurrección, en el cual Cristo ha aplastado a la
muerte, penetra en nuestro viejo tiempo con su poderosa energía, hasta que todo le esté
sometido.
Los judíos celebraban en la Pascua su liberación del yugo extranjero aguardando
al Mesías. La Iglesia festeja la liberación de la humanidad del pecado y de la muerte
uniéndose a Cristo crucificado y resucitado para compartir con el la Vida Eterna y
157 Mc 14, 12
158 Jn 19, 14-18
159 Rm 9,4-5
24
orienta su esperanza a la Parusía gloriosa. En esta Noche gloriosa, que brilla con la luz
de Cristo Resucitado se proclama el relato del Éxodo a una profundidad nueva 160 Los
cristianos, bautizados en la muerte y resurrección de Cristo, constituyen el Pueblo de
Dios en el exilio y marchan hacia la tierra prometida del Reino de los Cielos. Puesto que
Cristo, víctima pascual, ha sido inmolado, celebran la Pascua no con la vieja levadura
de la mala conducta, sino con ázimos de pureza y verdad. Con Cristo han vivido
personalmente el misterio de la Pascua muriendo al pecado y resucitando para una vida
nieva.
La Pascua es la fiesta privilegiada donde los catecúmenos reciben las aguas
bautismales que les hace hombres nuevos.
El pueblo elegido recibió de Dios signos y símbolos distintivos que marcan su
vida litúrgica. No son ya solamente celebraciones de ciclos cósmicos y de
acontecimientos sociales, sino signos de la Alianza, símbolos de las grandes acciones de
Dios en favor de su pueblo. Entre estos signos litúrgicos de la Antigua Alianza se puede
nombrar la circuncisión, la unción y la consagración de reyes y sacerdotes, la
imposición de manos, los sacrificios y, sobre todo, la Pascua. La Iglesia ve en estos
signos una prefiguración de los sacramentos de la Nueva Alianza.
En la liturgia de la Noche Pascual, cuando se bendice el agua bautismal, la
Iglesia hace solemnemente memoria de los grandes acontecimientos de la historia de la
salvación que prefiguraban ya el misterio del Bautismo. La Iglesia ha visto en el arca
de Noé una prefiguración de la salvación por el bautismo. En efecto, por medio de ella
unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvados a través del agua 161. La Iglesia en
la liturgia de esa Noche Santa canta con nueva bendición esta obra de salvación para la
humanidad: “¡OH Dios!, que incluso en las aguas torrenciales del diluvio prefiguraste el
nacimiento de la nueva humanidad, de modo que una misma agua pusiera fin al pecado
y diera origen a la santidad. [Misal Romano]
Finalmente, el Bautismo es prefigurado en el paso del Jordán, por el que el
pueblo de Dios recibe el don de la tierra prometida a la descendencia de Abraham,
imagen de la vida eterna
3. 4. La Pascua escatológica.
160 1 Pe 1, 13-21
161 1 Pe 3,20-21
162 Hch 10, 4
163 Mt 26, 29
25
Cristo, vencedor de todos sus enemigos entregará la realeza a Dios Padre.164 La
realeza de Cristo quedará entonces plenamente adquirida165 y los fieles recibirán la
herencia en el reino de Cristo y de Dios 166. Dios, como Señor de todo tomará posesión
de su reinado167 y los discípulos de Jesús serán llamados a compartir la gloria y el
reinado168 porque Jesús con su muerte y resurrección ha hecho de ellos un reino de
sacerdotes para su Dios y Padre.
5. BIBLIOGRAFÍA
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