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TALLER 2 / BIMESTRE 2 / 2010

HABITAR EL PAISAJE

PROFESORES
Andrés Maragaño
Fernando Montoya
CO-PROFESORES
Víctor Letelier
Alvaro Morety
AYUDANTE
Víctor Pérez

Simón Díaz - Pablo Soto - Juan Orellana - José Rivera


Italo Ruggieri - Guillermo Rojas - Felipe González -
Héctor Montecinos - Yuvitza Muñoz - Karen Troncoso
Loyth Verdugo - Felipe Cañas Cris�an Palma - Diego
Garrido - Sergio Romero - Rolando Sagrado - Jonathan
Valdivia - Florencia Rojas - Rodrigo Lara - Jorge Arenas
Andrea Opazo - Sebas�án Varas - Maria de los Ángeles
Rojas - Nicol Soto Meza - Sebas�án Albornoz - Luis
Bustamante - Maria Francisca Bravo - Polet Bravo -
Fabián Galaz - Manuel Olivares - Constanza García -
Maria José Díaz - Katherine Carrillo - Ana Paula Farias
Jackson Cuevas - Manuel Mar�nez - José Valladares
Nicole Roudergue - Daniela Guajardo - Javiera Valdés
Gabriela Garrido - Oscar Lobos - Daniela Mellado
Lorena Ordenes - Carla Muñoz - Angélica Méndez
Jenifer Ramirez - Stephanie Espinoza - Marcelo
Mendez - Anita Valenzuela - Francisca Jara - Camila
Madariaga - Ta�ana Vilches - Rafael Recabal - Adriana
Torres - Natalia Macaya
Habitar el paisaje, es un ejercicio preparado Colbún, un pueblo perteneciente a la comuna
para segundo año de escuela, en donde se de Linares, distanciado de a 37 km de la ciudad
busca que el estudiante considere dis�ntas de Talca, capital de la región del Maule. Luego
variables y criterios a los cuales regir su actuar de esa etapa explora�va, los estudiantes se
sobre determinados territorios, enfrentando organizan en parejas, desarrollando a través
problemá�cas que den cabida a la conquista del dialogo y la observación, un proceso
de aéreas, zonas o lugares específicos. reflexivo y analí�co con el fin de perseguir
El taller se encauza hacia la capacidad y entender el sistema natural del paisaje
de búsqueda y reflexión simultanea del y su complejidad. Consecuencias de estas
territorio, entendiendo el paisaje como un experiencias acopiadas, se va dando paso
sistema complejo de intervención, en donde a una interpretación proyectual, u�lizando
el observador se hace par�cipe de éste, herramientas cartográficas, aproximaciones
abordando de manera sensible una propuesta conceptuales de abstracción y tecnoloigías,
crea�va a través de la obra arquitectónica. para dar cabida a la proposición concreta de
El estudio se inicia con un viaje a la localidad de una obra inserta en el territorio .
NATURALEZA DEL PAISAJE
NATURALEZA 1

Valle Central de Chile 2011.

Existen algunas consideraciones que connotan al


paisaje como un objeto de estudio actual, pero
también como un obje�vo para la arquitectura. Dichas
consideraciones se sustentan generalmente en su
naturaleza plural, la cual le atribuye al concepto de
paisaje dis�ntos campos: como percepción, como
espacio, como recurso natural, pero también como
ac�vo social y cultural.
Claro, hoy el concepto de paisaje aparece, como
componente esencial del entorno de las personas,
ligado a la expresión de su diversidad y a la cons�tución
de la cultura contemporánea. Lo anterior en absoluto
dice relación con aquel paisaje contempla�vo o
bucólico, idea que lo precede, pues hoy nos retrata su
nueva dimensión, porque de esto se trata finalmente.
El siguiente escrito, indaga sobre algunos tópicos del
paisaje, pero esta vez a par�r del Valle Central de Chile
. De tal hecho surgen cinco planteamientos: el paisaje
como espacio produc�vo, como espacio cultural y de
iden�ficación, como espacio tecnológico y finalmente
como espacio de residencia.

Como espacio produc�vo.


Hoy el paisaje del Valle Central de Chile, de ahora
en adelante VCCH, puede verse como producto de
la agricultura, o dicho de otro modo, como producto
de la manipulación de la naturaleza en función de la
producción de insumos y alimentos. Mucho de esta
producción es de alto valor agregado, cuyo des�no es
la exportación. De esta manera y entendiendo a
la producción como factor económico clave, es que
se dispone de un intenso espacio produc�vo, que
ubica a su territorio en una función más bien global,
es decir, su formación a�ende a los fenómenos que le
permiten llegar a distantes puntos4 del planeta y ser
comercializados. En consecuencia hoy estos paisajes,
podemos entenderlos en función a las directrices de la
infraestructura y de la demanda global, lo que muchas
veces lo hacen alterar su forma según las temporadas
y tensiones que se producen en otros hemisferios. Es
así, por ejemplo, que los productos forestales o como
la fru�cultura producida fuera de temporada, para los
mercados del hemisferio norte, se conciben como nichos
económicos, lo que finalmente dispone a concluir que
estos paisajes, son altamente especializados (García
Huidobro , A., Maragaño , A. 2010).
Por otro lado, también existe la composición de cadenas
de producción internas (nacionales) y por supuesto
producción de subsistencia. Ellas con�enen factores
menos sofis�cados, donde la distribución, los �pos
de cul�vos y sus dimensiones, vienen a ser factores
fundamentales. Finalmente estos mundos, por un lado
la producción de alto valor agregado y la producción
de cul�vos para el consumo interno y de subsistencia,
conviven y ciertamente modelan el paisaje del VCCH,
pero también, estos ambientes produc�vos, construyen
imágenes muy dis�ntas, a la hora de reconocerlos. Es
decir estos procesos económicos, ciertamente influyen
en las formas sociales, culturales y técnicas que co -
habitan en el pasaje produc�vo del VCCH.
Como espacio cultural y de iden�ficación.
También estos paisajes se han cons�tuido en
importantes iconos de la cultura popular de Chile, es
decir, han sido una fuente constante de iden�ficación.
El paisaje del VCCH, es quizás, uno de los entornos
culturales que en mayor medida se asocia y construye
toda nuestra historia como país. Quizás esto pueda
ser visto desde lo pintoresco, desde los imaginarios,
pero esta vez me refiero a algo un poco más amplio;
Estos territorios han sido habitados desde �empos
pre-hispánicos, ya en el secano costero y en la costa
propiamente tal, exis�an redes de transito por donde
viajaban bienes y personas. Si esto le sumamos los
trazados hispánicos de conquista, como lo fue el
Camino Real y sus asentamientos, luego el nacimiento
de la encomienda y la explotación del territorio por
las haciendas, la fundación de ciudades en el siglo
XVIII, a la generación de la moderna infraestructura
de principios del siglo XX, y la Reforma Agraria de
los 60s, hasta nuestros �empos, sabremos que este
territorio a trazado un sendero evolu�vo complejo, a
par�r del cual se explica también parte de su imagen
contemporánea. Así entendemos, que de cada proceso
social, económico, polí�co y cultural como los que se
han relatado sucintamente, han quedado registrados
en el territorio, pues muchos de estos fenómenos
hoy son visibles, lo que podríamos llamar marcas o
huellas. Así mismo existen otras capas menos visibles,
son aquellas capas que podríamos reconocer como
arqueológicas, pues es necesario develarla, pero
que con�enen información relevante del territorio.
Entendemos entonces como anuncia André Cardoz
(1983), el territorio como un palimcesto es decir, que
la acumulación de huellas culturales, producidas por
dis�ntas sociedades, son finalmente cons�tu�vas del
paisaje o de otro modo, forman lo que podríamos llamar
la iden�dad del territorio, la iden�dad del paisaje.
Creo que esto es una poderosa realidad y nos deja
dentro del concepto de patrimonio. Esto a par�r de que
el patrimonio puede entenderse como la lógica de la
transferencia socio-generacional…. en la perspec�va del
devenir, (Carrión 2000) lo que sitúa al paisaje dentro de
aquellos fenómenos que nos conectan colec�vamente,
pues se podría entender como una herencia social y
cultural, de la cual todos compar�mos.
Finalmente no hay que dejar de lado un hecho bastante
importante, pues lo anterior más que contener
una visión historicista, también �ene una visión de
proyecto. Pues impulsa inevitablemente a descubrir,
mejor dicho develar, las capas históricas del paisaje y
finalmente congeniar con lo que Sabaté ha comentado
“en la iden�dad del territorio está su alterna�va de
intervención”. (Sabaté 2004)

Como espacio tecnológico.


Los nuevos canales de comercialización, han impulsado
mucho las economías de estas áreas, desarrollarse
quizás más que otras ac�vidades en la región. Las
exportaciones han crecido a medida que se sofis�can los
sistemas produc�vos, la infraestructura y evoluciona la
biología. Se están construyendo nuevos paradigmas en
la relación entre naturaleza y tecnología, una naturaleza
manipulada y mejorada, conectada inevitablemente
en función de su crecimiento y calidad. Esto es lo que
podríamos llamar la regeneración contemporánea de
la naturaleza en el Valle.
El ser humano se sirve de la tecnología, dicha cues�ón
sucede adaptándola a nuestras necesidades, así “cortar,
formar o reunir materiales; mover objetos de un lugar
a otro; llegar más lejos con las manos, voces y sen�dos.
(AAAS, 2004) cons�tuye una forma de organización
necesaria para entender el hábitat, la sobrevivíencía.
Es decir, surge como una necesidad prioritaria, la
organización material o inteligencia material, desde las
necesidades del habitar y por supuesto, de producir.
Lo anterior impulsa a los sistemas ar�ficiales a
conectarse a la naturaleza, los hace sensibles al fin.
En úl�ma instancia la tecnología se ve condicionada a
los problemas medioambientales, lo que re- plantea
las prác�cas hacia sistemas racionales de energías,
consumidas en la producción, como también al hecho
construido. Estas relaciones, las podríamos definir como
una búsqueda por una coherencia medioambiental,
(Abalos I, 2005). Esta ac�tud o prac�ca, no solo
es una aspiración actual, sino que podemos verla
inspirada en algunas prac�cas produc�vas arraigadas
en nuestro territorio. Es así como los molinos de
agua y las prác�cas en la agricultura más an�guas
acudían a procesos altamente racionales, como así,
el aprovechamiento de elementos vernaculares en
los materiales de construcción, que conver�an a sus
edificaciones en objeto de máxima sa�sfacción de
necesidades. (Eizaguirre, 2001)
Esta manifestación de uso de la energía, tanto en los
materiales como en una nueva relación con la naturaleza,
creo, es donde emergen nuevos paradigmas.
Por otro lado la biología de los ecosistemas (Margalef,
1998) integra nuevos puntos de vista, y aporta
nuevos tópicos. Finalmente la preocupación es la
sustentabilidad de los territorios, pero no se trata de
una naturaleza prís�na, sino de un estado de naturaleza
que sólo puede alcanzarse a par�r de la tecnología.
(Cauqueline, A 2002)
De aquí figura la sustentación del medio ambiente
habitado, o simplemente del paisaje. Esta preocupación
es delineada, por los elementos naturales, sensibles a
los cambios y a la estabilización natural, hacen o crean
elementos extremadamente sensibles, mo�vados
primeramente hacia la organización de la energía
consumida (Abalos I, 2005).
Es así como surgen necesidades estratégicas de
sustentación y ciertos campos esté�cos. Es decir,
los campos esté�cos, nacen de la mezcla entre
materialidades naturales y ar�ficiales (Abalos I, 2005)
que conllevan a entender un nuevo punto de vista
proyectual sobre la cultura de los espacios naturales.

Como espacio de residencia


Joan Nogué señala en la introducción del libro, El Paisaje
en la cultura contemporánea, que: “En los albores del
siglo XXI no solamente se discute en virtud de la é�ca
y la esté�ca del paisaje, sino que su papel en la cultura
contemporánea a par�r de sus dimensiones material-
obje�va, y cultural-subje�va” (Noguè, Joan 2008).
Estas dos dimensiones material y cultural, cons�tuye no
solo una mirada cercana, sino que en su consistencia,
apunta a una mirada más bien amplia sobre el territorio.
Con esta misma vocación podrimos entender que el
sistema territorial de VVCH, se comporta en forma
heterogénea. Esta área esta limitada por dos en�dades
urbanas de gran importancia y concentración, mientras
que los patrones de asentamientos entre estas áreas
responden casi en su totalidad a un sistemas centrado
en la ruta 5 CH, o panamericana, mas una población
dispersa en el territorio produc�vo. Así el Gran San�ago,
y el Gran Concepción son los límites o fronteras del Gran
Valle Central de Chile, que actúa como una estructura
territorial, fundamentada y arraigada en su territorio.
Dentro del GVCCH, el 35% de la población se emplaza
en zonas, que para la legislación actual, son rurales.
Estos modos de hábitat se describen como pueblos,
aldeas, villorrios o caseríos, y también como haciendas,
fundos, parcelas o hijuelas. Todas figuras de áreas o
agrupaciones que se distribuyen en franjas del paisaje:
de costa, secanos, valle, o pre - cordillera, ayudando a
completar o humanizar la comple�tud de los paisajes
geográficos del territorio del GVCCH.
Aun esto, la tendencia de Chile es a urbanizarse, por
tanto, estos paisajes, de forma sostenida pierden
población, aunque algunas tendencias dicen lo contrario:
la segunda residencia, los proyectos inmobiliarios,
las nuevas produc�vidades o implemente el arraigo,
son explicaciones de porque nuestros paisajes no han
perdido sustancia habitable a par�r de los nuevos
dinamismos. (Digamos que la ciudad desde estos lugares
se ve muy luminosa y atrac�va). En fin, la materia y la
cultura, evidencian los heterogéneos asentamientos
en el territorio, los cuales, finalmente cons�tuyen el
paisaje heterogéneo del GVCCH.

El hombre plasma en la materia espacios y moradas.


El paisaje es un proyecto de los seres que lo habitan,
es fuente de crea�vidad, modificaciones y reflexiones.
Como la arquitectura el ser humado crea el paisaje.
Bibliogra�a.

AAAS (1990): Science for all americans. A project 2061 report on


literacy goals in Science, Mathema�cs, and Technology. Nueva York,
Oxford University Press.

Abalos, I. (2005) Atlas pintoresco Vol. 1: el observatorio, 152 páginas,


ISBN: 9788425219917, ed.: Gustavo Gili Madrid.

Carrión, F (2000), El gobierno de los centros históricos (Ed.) Desarrollo


cultural y ges�ón en centros históricos. FLACSO Ecuador, Quito.

Cauquelin, A. (2000) L’inven�on du paysage. Quadrige/Puf, pag. 56,


Paris.

Cordoz André, (1983) en A, Ramos (Edit) Lo urbano, (2004), Pág. 25-


34, Ediciones UPC, Barcelona.

Eizaguirre Xabier; La construcción del territorio disperso; Talleres de


reflexión sobre la forma difusa, ediciones UPC, Barcelona 2001.

García Huidobro , A., Maragaño , A. (2010). La vertebración territorial


en regiones de alta especialización: Valle Central de Chile. Eure, 36
(107), 049-065.

Margalef, Ramón (1998). Ecología (9ª edición). Omega. ISBN


8428204055. Barcelona

Noguè, Joan (2008) El Paisaje en la Cultura Contemporánea, Nueva


Biblioteca, Colección: PAISAJE Y TEORIA 4, ISBN: 978-84-9742-846-0

Sabate Joaquín. Paisajes Culturales: El patrimonio como recurso


básico para un nuevo modelo de desarrollo. Revista Urban no 9.
Madrid, 2004.
TEORIAS DEL PAISAJE
DEL PAISAJE Y ALGUNAS REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS: Citas per�nentes
Abalos, Iñaki (2005): “Atlas pintoresco, volumen uno y dos”, editorial
Gustavo Gili, Barcelona año 2005.
Berque, Agus�n (2009): “El pensamiento paisajero”, editorial Biblioteca
Nuvea, Madrid año 2009.
Maderuelo, Javier (2005): “El Paisaje, génesis de un concepto”, ABADA
Editores, Madrid año 2005.

Iñaki Abalos (1956) es arquitecto y catedrá�co de proyectos


de la ETSAM. Desde 1984 es socio del estudio Abalos&Herreros
y desde 2001 director del laboratorio de técnicas y Paisajes
Contemporáneos. Es autro de varios libros como La Buena Vida
y el Atlas Pintoresco. Cuenta con una buena can�dad de obra
consdtruída que ha sido objeto de exposiciones y ha sido recogida
en varias monogra�as.

Agus�n Berque es geógrafo y orientalista erudito, es director


de estudios de l´Ecole des hautes études en sciences sociales de
Paris. Po see una verdadera formación pluridisciplinar, en la que
destaca sus conocimientos de chino y japonés, se trata de uno
de los más ac�vos teóricos de una geogra�a cultural que le han
conducido al pensamiento paisajero y a conver�rse en el principal
teórico y crí�co sobre paisaje . Su formación filosófica que abarca
tanto al pensamiento occidental como el oriental, la ha conducido
a plantearse las relaciones entre hombre y territorio.

Javier Maderuelo es doctor en arquitectura por la Universidad


de Valladolid y doctor en Historia del arte por la Universidad de
Zaragoza, además de catedrá�co de Arquitectura del paisaje en la
Universidad de Alcalá. Ha dirigido el programa Arte y Naturaleza de
la Diputación de Huesca, así como los cursos y publicaciones que
se han celebrado y editado por la editorial Abada bajo este �tulo.
Ejerce también como crí�co y ensayista en el diario El País desde
1993.
1. TEORÍA DE LAS APLICACIONES
EN EL PAISAJE
largo de muchos siglos para comprender el
1.1.- Maderuelo, Javier (2005): “El Paisaje, mundo que nos rodea, superando los tabúes
génesis de un concepto”, ABADA Editores, de la mitología y la religión hasta llegar a
Madrid año 2005. entender y representar empíricamente y
1.1.- La Definición del Paisaje gnoseologicamente el entorno que habita”

1.1.A .- Introducción
Maderuelo, Javier (2005): “El Paisaje, génesis de un concepto”,
ABADA Editores, Madrid año 2005, pág. 12.
“La dificultad para ofrecer una definición
universalista de paisaje sería uno de los
mo�vos que jus�ficarían este libro. En
realidad, a través de las siguientes páginas 1.1.B .- Origen de un concepto
lo que voy a intentar es rastrear, por medio
de la historia de la cultura, cómo se ha ” Los valores que han conformado nuestra
ido forjando el concepto de paisaje hasta cultura consumista nos han conducido a
des�lar un vocablo que lo nombre. Espero una cosificación del paisaje; sin embargo, el
que al desvelar esta génesis se haga también paisaje no es una cosa, no es un objeto grande
una pequeña luz sobre la per�nencia de ni un conjunto de objetos configurados por
u�lización del término paisaje en cada una la naturaleza o transformados por la acción
de las áreas de conocimiento” humana. El paisaje no es una cosa, no es
un objeto grande ni un conjunto de objetos
Maderuelo, Javier (2005): “El Paisaje, génesis de un concepto”, configurados por la naturaleza o transformados
ABADA Editores, Madrid año 2005, pág. 10. por la acción humana. El paisaje tampoco es
la naturaleza o transformados por la acción
humana. El paisaje tampoco es la naturaleza
…”este libro se plantea como una historia ni siquiera el medio �sico que nos rodea o
de la mirada, es decir, como una historia sobre el que nos situamos. El paisaje es un
del esfuerzo de aprendizaje visual y de la costructo, una elaboración mental que los
evolución en las interpretaciones que el hombres realizamos a través de los fenómenos
hombre ha tenido que experimentar a lo de la cultura. El paisaje, entendido como
fenómeno cultural, es una convención que varía
de una cultura a otra, esto nos obliga a hacer “Hay que recordar que el concepto sobre el
el esfuerzo de imaginar cómo es percibido el que queremos saber �ene en Europa dos
mundo en otras culturas, en otras épocas y en raíces lingüís�cas diferenciadas. Una, que
otros medios sociales diferentes del nuestro.” es germánica, dará origen a términos como
Landscha� en alemán, Landskip en holandés
o landscape en inglés; de la otra, que es la�na,
Maderuelo, Javier (2005): “El Paisaje, génesis de un derivan palabras como paesaggio en italiano,
concepto”, ABADA Editores, Madrid año 2005, pág. 17 paysage en francés, paisagem en portugués y
paisaje en español. Estas dos raíces denotan
no sólo una diferente construcción grama�cal,
“ Las cuatro condiciones necesarias que
según los dis�ntos hábitos lingüís�cos de dos
Berque ha establecido empíricamente y que
zonas geográficas, la de los países del norte y
él exige para que se pueda considerar que una
la de los del sur, sino que, como mostraré más
civilización posee una cultura paisajista son:
adelante, corresponden también a dos modos
primera, que en ella se reconozca el uso de una
dis�ntos de entender, ver y representar el
o más palabras para decir paisaje; segunda, que
mundo”
exista una literatura (oral o escrita ) describiendo
paisajes o cantando su belleza; tercera, que
existan representaciones pictóricas de paisaje Maderuelo, Javier (2005): “El Paisaje, génesis de un
y cuarta, que posena jardines cul�vados por concepto”, ABADA Editores, Madrid año 2005, pág. 24
placer”

Maderuelo, Javier (2005): “El Paisaje, génesis de un


concepto”, ABADA Editores, Madrid año 2005, pág. 18
1.1.C .- Aproximación al concepto de
paisaje

“Escribe el geógrafo Manuel de Terán: Lo real “En cuanto metáfora, el sen�do que la palabra
en la superficie de la �erra no es la forma del misterio adquiere en su desplazamiento nos
relieve, las caracte-rís�cas climá�cas que en conduce en estos versos de lo religioso a lo
el actúan, su reves�miento vegetal y todo poé�co, en la medida en la que toda poé�ca es
aquello que el afán del hombre añade, lo real revelación de verdades ocultas, algo aceptado en
es su trabazón. Efec�vamente, esta trabazón la filoso�a occidental desde Platón a Heidegger.
que convierte los fenómenos territoriales en Si aceptamos esta interpretación como posible,
paisaje no es �sica ya que en cualquier lugar, nos encontraríamos con que aquello que traba
tanto si es considerado paisaje o no, todo los elementos �sicos de un lugar hasta hacerlo
árbol se halla fuertemente unido al suelo por paisaje es lo misterioso, es decir lo revelado a
sus raíces que se introducen entre las rocas, través de la poé�ca, lo reservado, lo subje�vo, lo
toda roca se estra�fica en el terreno según interpreta�vo. Efec�vamente, sólo hay paisaje
sus propiedades �sicas y se apoya sobre otra cuando hay interpretación y ésta es siempre
observando la implacable ley de la gravedad subje�va, reservada y poé�ca, o si se quiere
universal y, de esta manera, se conforman las esté�ca.”
montañas, mientras que todo arroyo surca
el territorio aprovechando las diferencias de
nivel que ofrecen estratos; por lo tanto, todo
conjunto de elementos que han surgido de Maderuelo, Javier (2005): “El Paisaje, génesis de un concepto”,
ABADA Editores, Madrid año 2005, pág. 35
forma natural se encuentra �sicamente trabado
por la leyes que dicta una naturaleza ajena a los
caprichos humanos. La trabazón que hace que
un territorio cobre el califica�vo de paisaje hay
que buscarla, por lo tanto, más allá de aquello
que nos ofrece la madre naturaleza, más allá de
su mera unión �sica”

Maderuelo, Javier (2005): “El Paisaje, génesis de un concepto”,


ABADA Editores, Madrid año 2005, pág. 34
literarias y catalogaciones cien�ficas o pueden
1.1.D .- Definir el paisaje
ser descritos y registrados en documentos
notariales y mercan�les, también pueden
“Es necesario establecer un puente entre la
ser representados en dibujos o planos y
descripción literaria y plás�ca y el análisis
recogidos en fotogra�as. Estos elementos,
cien�fico y filosófico, mostrando que el
entre otros, cons�tuyen el “sustrato �sico”
paisaje no es una en�dad cerrada sobre sí
de lo que entendemos por paisaje (…) para
misma sino que ofrece muchas caras como
nombrar el conjunto de estos elementos
tema de estudio. Cada forma de ver la �erra,
u�lizamos el término “paraje” que designa
cada manera de describirla o representarla
un si�o o lugar dispuesto de una manera
supone que tras ellas hay un �po diferente
determinada. Pero, para que esos elementos
de penamiento, se establece así una relación
antes nombrados adquieran la categoría de
entre objeto y sujeto a través de la mirada que
“paisaje”, para poder aplicar con precisión
se torna intencionada e instrumental y que
ese nombre, es necesario que exista un
pone en evidencia un paralelismo sinestésico
ojo que contemple el conjunto y que se
entre ojo y pensamiento. Vemos solamente
genere un sen�miento, que lo interprete
aquello que somos capaces de reconocer,
emocionalmente.
y pensamos según aprendemos a ver la
diversidad fenoménica del mundo”
El paisaje no, es por tanto, lo que está ahí,
ante nosotros, es un concepto inventado o,
Maderuelo, Javier (2005): “El Paisaje, génesis de un concepto”, mejor dicho, una construcción cultural. El
ABADA Editores, Madrid año 2005, pág. 37 paisaje no es un mero lugar �sico, sino el
conjunto de una serie de ideas, sensaciones
y sen�mientos que elaboramos a par�r del
“Existen unos elementos �sicos, como lugar y sus elementos cons�tuyentes. La
montañas, valles, bosques, ríos, praderas, palabra paisaje, con una letra más que paraje,
asentamientos humanos, costas o rebaños de reclama también algo más: reclama una
animales, que son mensurables y cuan�ficables interpretación, la búsqueda de un carácter
y , como tales, pueden ser objeto de narraciones y la presencia de una emo�vidad(…) no es lo
que está delante sino lo que se ve. Pero lo que El primero de ellos es el enorme aprecio al
se ve requiere, a su vez, un adiestramiento para territorio. Como señala Rasmussen, “mientras que
contemplar (…) Lo que se ve requiere de un en otros países la �erra simplemente estaba allí,
aprender a mirar para dis�nguir las diferencias. en Holanda era algo que la gente tenía que crear
Requiere una escuela de la mirada en la que por su propio esfuerzo. Cada metro cuadrado
poder aprender a dis�nguir los aspectos era el resultado de una labor di�cil y costosa y,
caracterís�cos y estructurales, prescindiendo por tanto, había que usarlo con la más estricta
de los accesorios. Esta escuela, en buena economía”. Esto explica que, en Holanda, la �erra
medida, la proporciona la pintura, por eso la tuviera mayor importancia que sus habitantes, y
palabra paisaje surge en la cultura occidental se debe no sólo a lo costoso que resulta ganarla
como un término pictórico…” al mar, sino también al sistema de posesión que
permi�ó que más del cincuenta por ciento del
territorio estuviera en manos de campesinos, no
Maderuelo, Javier (2005): “El Paisaje, génesis de un concepto”,
exis�endo nunca un poder señorial fuerte.”
ABADA Editores, Madrid año 2005, págs. 37 y 38.
Maderuelo, Javier (2005): “El Paisaje, génesis de un concepto”,
ABADA Editores, Madrid año 2005, págs. 295 y 296.
1.1.E .- Epifanía del paisaje autónomo

“Holanda se nos revela, pues como el lugar


idóneo para que surgiera el género paisajís�co
en la pintura europea. Razones religiosas,
como las restricciones temá�cas impuestas
por los protestantes, y razones técnicas, como
la floreciente ac�vidad cartográfica, ayudan
a determinar el nacimiento del fenómeno
paisajís�co, pero me gustaría apuntar otro �po
de factores que ayudó también a precisar las
caracterís�cas iniciales del género.
1.2.- Berque, Agus�n (2009): “El establece entre un sujeto que contempla y
pensamiento paisajero”, editorial un medio o entrono que lo rodea y que, desde
Biblioteca Nueva, Madrid año 2009. luego, no le es ajeno. Ese sujeto que percibe
y siente, en cuanto persona inteligente,
1.2.- El nacimiento del paisaje es capaz, además de experimentar placer,
de elaborar juicios esté�cos. Ese proceso
1.2.A .- Prólogo de percibir, sen�r y valorar (o apreciar) se
1.2.B .- Paisaje y pensamiento aproxima al pensamiento, pero, como indica
1.2.C .- Paisaje sin paisajistas
Agus�n Berque, para pensar se necesitan
1.2.D .- La �erra por su propio movimiento
1.2.E .- Los tes�monios del nacimiento del paisaje
palabras. Ese proceso de argumentar sobre
1.2.F .- Paisaje y realidad lo que se ve, de generar una poé�ca y una
iconogra�a sobre la mirada proyectada en
el territorio se inició, en nuestra cultura
1.2.- El nacimiento del paisaje occidental, durante el Renacimiento,
alcanzando en los úl�mo lustros altas cotas
de producción intelectual que contrastan
1.2.A .- Prólogo paradójicamente con la intensidad y rapidez
con las que la humanidad está destruyendo
“ El paisaje es hoy objeto de una atención que el paisaje heredado, aquel paisaje construido
podríamos calificar de desmesurada, lo que se desde la necesidad durante siglos en el que
ha manifestado con la firma de un documento reconocemos hoy una sabiduría paisajera
polí�co, la Convención Europea del Paisaje, que que, sin embargo, carece de pensamiento
obliga al desarrollo de legislaciones nacionales ar�culado con palabras, una sabiduría que
y regionales en todos aquellos países que han ha sido desarrollada desde la experiencia
aceptado las recomendaciones de la Comisión del hacer “
Europea(…) pero el paisaje aunque esté en la
realidad de las cosas, no puede ser reducido a Maderuelo, Javier. cPrólogo a la edición en cues�ón
mera mercancía ya que no es un ente objetual pág. 12
sino que se trata de una relación que se
1.2.B .- Paisaje y pensamiento “Jamás se ha hablado tanto de paisaje como
en nuestra época, nunca ha habido tantos
“…un pensamiento (sujeto) del paisaje es un paisajistas (aquí en el sen�do de profesionales
pensamiento que �ene por objeto el paisaje. de la ordenación de paisajes), nunca se han
Una reflexión sobre el paisaje. Para que exista publicado tantos libros de reflexión sobre el
tal cosa, hay que ser capaz de representarse paisaje (…) y jamás hemos asolado tanto los
el paisaje, es decir, par�cularmente, de paisaje (…) cuanto más pensamos el paisaje más
representarlo por medio de una palabra que lo masacramos.”
permita hacer de él un objeto de pensamiento. Berque, Agus�n (2009): “El pensamiento paisajero”, editorial
Un noema de la noesis, que diría la filoso�a. Biblioteca Nueva, Madrid año 2009, pág 21
Es cierto que se pueden sen�r las cosas con
medios dis�ntos a las palabras, pero para
pensarlas verdaderamente se necesitan las
palabras. Precisamente esto es lo que se
manifiesta en Europa durante el Renacimiento:
empieza a haber un pensamiento del paisaje.
Un pensamiento del �po paisajero, sin
embargo, no exige necesariamente palabras.
Prueba de ello es que en Europa, desde los
primeros doblamientos llegados de África
hasta el Renacimiento, se vivió de una manera
tan paisajera que nos ha dejado paisajes
admirables, y ello en ausencia de todo
pensamiento del paisaje. “

Berque, Agus�n (2009): “El pensamiento paisajero”, editorial


Biblioteca Nueva, Madrid año 2009, pág 20
1.2.D .- Los tes�monios del nacimiento del
1.2.C .- Paisaje sin paisajistas
paisaje
“ Lo que guió la _ arquitectura sin arquitectos_
“ ¿ Por qué nacimiento en lugar de, mejor
de Rudofsky es lo que yo he llamado
por ejemplo, invención del paisaje?. Porque
pensamiento paisajero, el de esa consecución
no me gusta ese vocabulario construc�vista
innumerable de generaciones que no tenían
que induce a pensar que el paisaje sería
pensamiento del paisaje. Y la duda que aquél
pura creación de la mirada humana. El
expresaba en cuanto a la ideología reinante en
paisaje no está en la mirada sobre los ojos,
arquitectura es el interrogante que yo formulo
está en la realidad de las cosas, es decir en
en cuanto a la relación entre estas dos formas de
la relación que establecemos con nuestro
penamiento(…) nuestra época es la del paisaje,
entorno. Precisaremos esto más adelante.
la de los paisajistas, pero también la ´poca de lo
Aquí sencillamente invocaré a Platón, que
que un libro, que ha dejado huella, ha llamado
, en el Timeo, llama génesis (nacimiento)
Muerte del paisaje (…) pues como escribe
a la realidad del mundo sensible( kosmos
Javier Maderuelo en las úl�mas líneas de una
aisthetos) en el que estamos sumergidos.
obra colec�va sobre Paisaje y pensamiento;
Esto resulta muy apropiado para la realidad
Si el paisaje que estamos construyendo no es
del paisaje, realidad que, efec�vamente nació
sa�sfactorio, entonces es que nos estamos
en un determinado momento de la historia
equivocando”. Esta equivocación no es otra
(…) para ello, he adoptado primero cuatro,
que la insostenibilidad de nuestra manera
después cinco, después seis criterios (incluso
de ser, de pensar y de actuar en la Tierra, un
siete porque el primero se desdobla), sin los
asunto que va mucho más allá del paisajismo
que, a mi entender, no se puede hablar en el
pero del que el paisaje es un fiel reflejo”
momento oportuno, de paisaje a propósito de
esta o aquella cultura. Son los siguientes, por
Berque, Agus�n (2009): “El pensamiento paisajero”, editorial orden de discriminación:
Biblioteca Nueva, Madrid año 2009, pág 24.
1. Una literatura (oral o escrita) que cante
la belleza de los lugares (…) 2. jardines de
recreo; 3. una arquitectura planificada para
disfrutar de hermosas vistas; 4. pinturas que arquitectura versus urbanismo. Apenas nos
representan el entorno; 5. una o varias palabras interesa el Olmsted botánico o jardinero; de
para decir piasaje; 6. una reflexión explícita hecho, es seguramente el aspecto más débil
sobre el paisaje…” de esta figura.
Nos interesa por el contrario la ar�ficialización
Berque, Agus�n (2009): “El pensamiento paisajero”, editorial del medio natural que llevó a cabo, la luz que
Biblioteca Nueva, Madrid año 2009, pág 60. arroja su trabajo sobre la ciudad americana, su
enorme capacidad para transformar la ciudad
(Boston, San Francisco, Buffalo, Toronto, etc)
y las �pologías urbanas (…).Nos interesa su
1.3.- Abalos, Iñaki (2005): “Atlas pintoresco, papel como divulgador y agitador respecto la
volumen uno: el observatorio”, editorial G. Gili, dimensión de lo público en el capitalismo y el
Barcelona año 2005. papel de la naturaleza en su construcción.

1.3.A .- Introducción en Dos imágenes. Abalos, Iñaki (2005): “Atlas pintoresco, volumen uno: el
1.3.B .- El Atlas y el Observatorio observatorio”, editorial G. Gili, Barcelona año 2005, página 17
1.3.C .- Una nueva arquitectura del paisaje:
Técnicas, Dimensión, Naturaleza y Memoria
1.3.D .- El laboratorio de técnicas y paisajes 1.3.B .- El Atlas y el Observatorio
contemporáneos. Conclusión
“ (…) es necesario, pues, un nuevo plano social
y polí�co, capaz de reorientar esas tradiciones,
un plano que surge tras abandonar la visión
1.3.A .- Introducción en Dos imágenes. moderna del medio natural, la contemplación y
el puro visibilismo que condenó a la naturaleza
“Si pensamos en Olmsted y en Le Corbusier al papel de un mero objeto que la dejó, por así
como profesionales, lo que para nosotros hoy decirlo, sin interlocutor, sin alguien que fuese
es más obvio, más interesante y provocador capaz de hablar y escuchar, de establecer una
es, igual que nos pasa contemplando las dos conversación entre humanos y no humanos.
imágenes iniciales, lo ajeno de nuestra visión a Ese plano ha cambiado y seguirá cambiando
este doble dualismo; por un lado, arquitectura inexorablemente. Si anteriormente había un
del paisaje versus arquitectura, y, por otro, sujeto que contemplaba un paisaje-objeto
sin tocarlo ni escucharlo, dedicado casi
exclusivamente a explotarlo mediante
una industrialización ciega y primi�va,
hoy sabemos que sólo el paso de objeto
a sujeto del paisaje, su transformación en
paisaje-sujeto, el reconocimiento de que
es, y siempre ha sido, algo dotado de vida
y entropía y sujeto a fluctuaciones idén�cas
a las humanas permite alcanzar la nueva
posición de par�da. La aproximación de
humanos y no humanos, de ar�ficio y
naturaleza, es un obje�vo técnico, esté�co
y polí�co que demanda una atención y una
sensibilidad específicas: otra doble escalera,
paralela pero no iden�ca a la anterior.”

Abalos, Iñaki (2005): “Atlas pintoresco, volumen uno: el


observatorio”, editorial G. Gili, Barcelona año 2005, página
31

“Cruzar arquitectura y paisaje; cruzar


humanos y no humanos; ése es el
programa que despliega el Atlas
pintoresco en la convicción de que ambos
movimientos implican un verdadero
cambio epistemológico en el trabajo
de los arquitectos y en sus métodos de
entrenamiento: no una variante o una
especialidad, sino una transformación
deseable y seguramente necesaria, tanto
de los métodos pedagógicos como de la
arquitectura en sí misma”

“ El atlas es por tanto, un armazón para


representar las prac�cas de la arquitectura
del paisaje ( el laboratorio) que con�ene
un procedimiento(…) y un obje�vo nuevo: proceder a trabajar de forma inmediata o
la construcción de un foro cósmico, que con el que ar�cular una nueva pedagogía del
llamaremos observatorio” proyecto.”

Abalos, Iñaki (2005): “Atlas pintoresco, volumen uno: el


Abalos, Iñaki (2005): “Atlas pintoresco, volumen uno: el observatorio”, editorial G. Gili, Barcelona año 2005, página 61
observatorio”, editorial G. Gili, Barcelona año 2005, página 32
1. “El paisaje se construye y �ene por tanto
1.3.C .- Una nueva arquitectura del paisaje: una dimensión técnica que, en gran medida,
Técnicas, Normas, Dimensión, Naturaleza y acota los límites imaginarios del arquitecto (…)
Memoria. éste reconoce un alto grado de ar�ficialidad
en el paisaje y una considerable escala de los
“Estos cinco puntos se proponen como núcleo trabajos (…) debe conocer también las técnicas
de una nueva concepción de las relaciones verdes provenientes de la ingeniería civil, los
entre arquitectura y paisaje. Sus�tuyen a grandes sistemas de depuración biológica de
los principios conceptuales tradicionales aguas, de reciclaje de residuos, de obtención
y cons�tuyen las bases para construir una de energías limpias, de organización de las
nueva pragmá�ca. (…) su obje�vo es precisar reservas de la biosfera, etc. En defini�va, debe
los “temas” que deberán ser aprendidos por tener un dominio técnico amplio y a todas las
los alumnos a través de los “asuntos” o casos escalas, cuya caracterís�ca singular estriba
prác�cos que les serán propuestos, u�lizando en la u�lización indiferenciada y coordinada
a quí estas expresiones_”tema” y “asunto”_ de materiales de construcción naturales
con el sen�do que Juan Benet daba a ambas y ar�ficiales. Para ello es imprescindible
en su ensayo sobre el es�lo. Se trata de una ins�tucionalizar una norma elemental; todo
iden�ficación an�cipatorio_ en defini�va aquello que pueda ser realizado mediante
un proyecto_ de las técnicas proyectuales la organización de sistemas naturales será
más consistentes y el ensayo de un nuevo proyectado con sistemas naturales de
lenguaje de inscripción de carácter norma�vo: construcción”.
la creación, en defini�va, de un protocolo
“preforma�vo” , al modo que John L. Aus�n Abalos, Iñaki (2005): “Atlas pintoresco, volumen uno: el
observatorio”, editorial G. Gili, Barcelona año 2005, página 61
en�ende estos términos, con el que proceder
y 62.
a trabajar de forma inmediata o con el que
2. “No sólo son decisivas las técnicas que medio híbrido que corresponde a las prác�cas
se emplean en los procesos: Las técnicas de contemporáneas del paisaje y la arquitectura
construcción del proyecto, (…) “el proyecto del (…) la coincidencia en muchas de estas técnicas
proyecto”, debe también cambiar y adaptarse de representación de los momentos analí�co
a los nuevos datos, medios, intereses y y proyectual es inherente a la performa�vidad
sensibilidades(…) dos momentos recurrentes ( preforma�vo = realiza�vo ) de los protocolos
en los procesos proyectuales merecen al informá�cos y supone una importante fuente
menos una consideración: el análisis y la de reflexión sobre el papel del arquitecto como
representación.” creador en el medio híbrido y tecnificado
contemporáneo.”
Abalos, Iñaki (2005): “Atlas pintoresco, volumen uno: el
observatorio”, editorial G. Gili, Barcelona año 2005, página 68 y
Abalos, Iñaki (2005): “Atlas pintoresco, volumen uno: el
69. observatorio”, editorial G. Gili, Barcelona año 2005, página 72
y 74.

“las ciencias del medio ambiente han


diseñado sistemas de representación que 3. “ el tránsito desde la plaza al paisaje no
implican protocolos capaces de explicar la es un fenómeno nuevo; desde el ascenso de
condición fluyente del medio natural e incluso la burguesía en el ochocientos, los salones
an�cipar su movilidad (…) su campo de acción sirven de lugar de encuentro y paseo que
lo cons�tuyen los fenómenos complejos (…) rápidamente se ex�ende a áreas verdes
la representación y análisis de una realidad completas, dando lugar a la creación ex
en movimiento, existente o proyectada, no novo de los parques públicos. Frederick
requiere tanto un gran aparato tecnológico Law Olmsted fue plenamente consciente del
como el recurso a convenciones y protocolos significado cívico de la arquitectura del paisaje
adecuados, sean artesanales o digitales (…) y, por ello, desde el punto de vista histórico,
en defini�va, enunciado como norma: es puede afirmarse que una de las competencias
necesario entrar en posesión de las técnicas claras de la disciplina es la inves�gación en las
de representación de sistemas dinámicos modalidades en las que noción de lo público
(medio ambientales, telecomunicación e puede hoy cristalizar y expandirse.”
información) para abordar adecuadamente el
por simplificación y es�mules la lectura y
“la redescripción de lo público demanda el creación de órdenes de mayor complejidad
desarrollo de nuevas miradas sobre espacios e inestabilidad. Actualmente asis�mos a una
a menudo ocultos y marginales- an�guas eclosión de categorías prestadas del léxico
industrias e infraestructuras abandonadas, cien�fico, con traslaciones_ u�lizadas como
como en la Ville�e en París, vertedereos estrategias proyectuales_ ingenuas y literales
y áreas desmilitarizadas como en Madrid la mayor parte de las veces:”
o en Cabañeros, canteras abandonadas,
encauzamientos de ríos, descampados,
Abalos, Iñaki (2005): “Atlas pintoresco, volumen uno: el
soterramientos de grandes vías, cañadas, etc, observatorio”, editorial G. Gili, Barcelona año 2005, página 90
cuya posible dimensión pública altera nuestra y 91.
comprensión de la ciudad contemporánea,
haciéndola más compleja y diversa; también,
más plural y abierta.”

Abalos, Iñaki (2005): “Atlas pintoresco, volumen uno: el


5 “ El obje�vo de estos dos grandes grupos
observatorio”, editorial G. Gili, Barcelona año 2005, página 72 de estudios _ la herencia del paisajismo
y 74. moderno y la herencia de nuestro patrimonio
natural_ es proceder a una recontextualización
completa del marco epistemológico de la
4. “ De nuevo formulado como enunciado : arquitectura del paisaje. Como ha señalado
es necesaria una re-contextualización de la Adriaan Geuze en dis�ntos foros, los dos
disciplina con relación a la naturaleza a través grandes problemas a los que se enfrenta el
del pensamiento y la cultura, ello implica paisajismo son la ausencia de una verdadera
pensar en nuevas modalidades didác�cas que dimensión histórica_ es decir, la inexistencia
ayuden a hacer comprensibles los vínculos de una memoria de la disciplina aunque sólo
culturales de la arquitectura y el paisaje y su fuese para enfrentarse a ella, para “matar al
evolución el �empo” (…) . Para ello es necesario padre”_ y lo que esta ausencia implica, aún
inducir a aproximaciones más complejas hoy, de hegemonía absoluta del modelo de
que las estrictamente visuales o sensoriales, paisaje y paisajista propio de la tradición
ayudando a establecer modelos organizarivos, anglosajona, basado en una concepción
descrip�vos y proyectuales que eviten actuar “armónica e inocente” que, sólo desde la
ignorancia, hoy y aquí puede pensarse como
ac�vo y eficiente.”

Abalos, Iñaki (2005): “Atlas pintoresco, volumen uno: el


observatorio”, editorial G. Gili, Barcelona año 2005, página 99.

“Entendida como una prác�ca dotada de


espesor histórico y de consistencia disciplinar
y metodológica, la arquitectura del paisaje
relacionará la tradición moderna y el patrimonio
natural con los valores y sensibilidades de
la sociedad contemporánea, mostrando su
per�nencia y su sen�do como una especialidad
de la arquitectura des�nada a dar sa�sfacción
a las nuevas demandas. Enunciado como
principio podría formularse así : la construcción
de la memoria de la arquitectura del paisaje
es la base necesaria de su homologación
como prác�ca opera�va del espacio público
contemporáneo”.

Abalos, Iñaki (2005): “Atlas pintoresco, volumen uno: el


observatorio”, editorial G. Gili, Barcelona año 2005, página 101.

1.3.D .- El laboratorio de técnicas y paisajes


contemporáneos. Conclusión

“Estos cinco ámbitos de reflexión componen


un conjunto de técnicas disciplinares que
denominaremos nueva arquitectura del paisaje.
La nueva arquitectura del paisaje adopta
una forma basada en la estructura de un
laboratorio proyectual asis�do por seminarios
o apoyo teórico – prác�cos provenientes
de estas cinco areas de conocimiento:
técnicas construc�vas del paisaje, técnicas
de observación y representación del paisaje,
estudios antropológicos/ecológicos del
espacio público, estudios crí�cos de la
noción de la naturaleza, e historiogra�a de la
arquitectura del paisaje. Cada uno de estos
ámbitos incluye, a su vez, varios dominios y
competencias esbozados en los -cinco puntos-
anteriores desarrollados. El laboratorio se
basa en un conjunto de -principios-, resultado
de la depuración de los siguientes enunciados
expresados en los capítulos precedentes:

•De la capacidad de representar


económicamente el medio �sico vivo depende
la capacidad para elaborar estrategias
infraestructurales capaces de sus�tuir las
acciones de transformación indiscriminada
por una nueva recontextualización de lo
existente.

•Es necesario entrar en posesión de las técnicas


de representación de sistemas dinámicos (las
medioambientales y las de telecomunicación e
información) para abordar adecuadamente el
medio hibrido que corresponde a las técnicas
contemporáneas del paisaje y la arquitectura.
• El sen�do tectónico tradicional del arquitecto del paisajista, sus tareas, hacia una progresiva
debe superponerse un sen�do biológico que disolución de la forma y del autor a favor de la
requiere del desarrollo de otras ap�tudes expresión del medio natural por sí mismo.
e instrumentos con los que construir una
biotecnología proyectual. •Esta aun por desarrollar una nueva
concepción de lo público basada en la
•La iden�ficación de las heterotopias en el construcción de observatorios y foros para la
medio hibrido, natura y ar�ficial, de la ciudad interrelación entre humanos y no humanos.
global y la construcción de metodologías no
solo de iden�ficación de tales lugares sino que •Es necesaria una recontextualización de la
también de intervención en los mismos, es un disciplina con relación a la naturaleza a través
contenido escencial del arquitecto de paisajes. del pensamiento y la cultura. Ello implica
•Todo aquello que pueda ser realizado pensar en nuevas modalidades didác�cas
mediante la organización de sistemas naturales que ayude a ser comprensible los vínculos
será proyectado con sistemas naturales de culturales de la arquitectura y el paisaje y su
construcción. evolución en el �empo.

•Frente a la capacidad de transformación •Las relaciones que �empo, espacio y


prevalecerá la capacidad de observación. naturaleza adoptan a los diferentes filones del
pensamiento contemporáneo pasan a ser un
• Las técnicas del paisaje son mul�escalares y instrumento imprescindible para cambiar las
mul�diciplinares. formas de pensar y proyectar el paisaje.

•Técnicas contemporáneas = paisajes nuevos. •La construcción de la memoria de la


arquitectura del paisaje es la base necesaria
• El proyecto como tal tendrá que construirse para su homologación como prac�ca opera�va
con la planificación coordinada de �empos del espacio público contemporáneo.”
diferenciados.
Abalos, Iñaki (2005): “Atlas pintoresco, volumen uno:
el observatorio”, editorial G. Gili, Barcelona año 2005,
página 109.
•La educación es un mínima proyección
autobiográfica permite reelaborar la posición
REPRESENTACION DEL PAISAJE
REPRESENTACIÓN
Y PAISAJE, O LA
REPRESENTACIÓN
DEL PAISAJE COMO
PROYECTO
Se me ha pedido aquí que escriba sobre representación
y sobre paisaje, o más bien sobre representación y
paisaje. Por ello es que propongo más per�nente
aunar dichos conceptos y escribir sobre la
representación del paisaje, lo cual seguramente ha
de resultar nada fácil.
Sin embargo esto pudiera no ser de este modo
en la medida en que entendamos el concepto de
representación como una totalidad o en defini�va
como totalidad de nuestra existencia, es decir cuando
convengamos al menos durante el decurso de este
texto aquello que señalan algunos autores al referir
que todo lo que nos rodea es ficción, todo aquello que
percibimos, lo que nos circunda y lo que anhelamos,
aquello que nos seduce y lo que nos desagrada, lo
que nos sucede pero también aquello que le sucede
al resto, en fin todo aquello que se manifiesta ante
nuestros ojos no es más que una suerte de epifanía
de la realidad, pero nunca es la realidad en sí misma.
Aún lo más enigmá�co es que en realidad (en�éndase
en la realidad) la ficción es la inteligible a diferencia
de aquello que es real aparentemente porque no es
plausible. Todo es ficción quiere decir que todo es
representación, que todo es una representación de
la realidad y no la realidad propiamente tal.
Franco Farinelli nos señala desde su disciplina, la
geogra�a humana a Anaximandro, quien dicho sea
de paso fuera el autor de la primera cartogra�a
conocida que data del siglo VI antes de Cristo.
Anaximandro “creía en la existencia de las cosas y
en las cosas - que - son, que reciben de las primeras
el cas�go y la muerte y que en definidas cuentas, de
ellas dependen” y argumentaba que a nosotros los
mortales sólo nos esta dado conocer las segundas,
es decir nos está vedado conocer las cosas tal como
son y sólo nos está permi�do tener una apreciación
de las cosas, una apariencia de ellas, o sea una
imagen de la realidad, según él, es nuestra única
realidad. A esto y no a otra cosa es a lo que asis�mos
como seres humanos en nuestra existencia, porque
“reducir el mundo a las cosas - que - son, el acto impío
de Anaximandro, significa reducirlo a simulacros, a
signos que terminan por ocultar defini�vamente
las cosas, sus�tuyéndolas como la única versión
humana cognosci�va posible”
Por otra parte y mucho más próximo en el �empo
Jorge Wagensberg nos señala que inclusive la ciencia
es ficción, una ficción controlada pero ficción al fin;
“todo lo que no es la realidad misma es una ficción
de la realidad. Cualquier representación mental
de la realidad es ficción (…) la ciencia también es
ficción, pero una ficción todo lo obje�va, inteligible
y dialéc�ca que, en cada momento y lugar, sea
posible”.
Convengamos entonces que la representación de
la realidad nunca es la realidad misma, siempre es
una imagen de aquella, una segunda lectura, una
noción, en defini�va una idea, un pensamiento.
Pero además convengamos que la realidad está allá
afuera y el pensamiento adentro. La realidad es el
objeto del sujeto pensamiento. Por esto siempre
la realidad es una interpretación inferida, es decir
intencionada.
Esta es nuestra primera gran dificultad, tal como
señaláramos al abrir este escrito: haber desconocido
por varios siglos que nos movemos en una suerte de
territorio ignoto, cambiante, complejo e incierto, por
inaccesible. Pero en cambio imaginable, es decir esto
es la posibilidad de que sea imaginado, conver�do
en una imagen de sí mismo. Haber desconocido o
querer desconocer aún que sucedemos y exis�mos
como un pensamiento, es decir de acuerdo a cómo
pensamos pero también a cómo hemos sido o hemos
estado siendo pensados, ha sido probablemente un
humano error.
En defini�va todas estas reflexiones propias y
prestadas apuntan de alguna manera a que la
realidad sólo y únicamente es percep�ble como
ficción, como representación.

La segunda dificultad, que nos parece pudiera incluso


aportar exponencialidad a este asunto, es que no es
muy dis�nto lo que ocurre con el paisaje y esto es
porque �ene mucho que ver con esta relación entre
realidad y ficción como captura de esa realidad, entre
paisaje (como percepción del territorio intervenido
en este caso) y pensamiento (como la realidad
percibida, según hemos dicho).
Esta vez, de algún modo, la ficción (del paisaje) la
percibimos como realidad (del pensamiento), pero
sucede también que no es más que una realidad a
pedazos, una realidad cristalizada, extraída de la
�sica del territorio para ser conver�da hoy en la
(hiper)realidad del paisaje que de suyo es también
una interpretación, que también es perceptual y
que sobretodo también es una representación, pero
con la cual nos aprovisionamos, esta vez no de la
existencia sino del territorio.
El paisaje no es la realidad. Pero es también la
percepción de esa no-realidad, pues esta afuera
y adentro al mismo �empo, incorporado. Sucede
ante nosotros, pero también mediante nosotros.
Pero ante cada uno de nosotros, luego es la mayor
expresión de diversidad y a la vez desvarío, como lo
era la cabeza de la Medusa para los griegos según el
mismo Farinelli, la cual comparece como “la máxima
expresión de la diversidad, de la alteridad posible
(…) quien tenía el extraordinario poder de petrificar
a quien la mirase. Bajo tal mirada, la Medusa se
comporta respecto a los hombres exactamente
como los hombres se comportan respecto a las
cosas. Se trata de algo que, por decirlo de alguna
manera, vierte sobre los hombres la misma ac�tud
que éstos muestran normalmente respecto al
mundo: si queremos entender algo de todo esto,
nos vemos forzados a hacerlo pedazos, a volverlo
rígido, a petrificarlo literalmente”.

Esta es nuestra segunda gran dificultad: querer


entender bajo el concepto de rigor cien�fico , por
ejemplo, aquello que se transforma permanente
y constantemente, es decir que se mueve, y esto
comprenderlo como algo fijo, quieto e inmóvil. Esta
manera parcial y rígida es con la que hemos asis�do
a nuestra propia existencia como espectadores,
pues sucede que si leemos por partes, vivimos de
manera parcial.
Otra vez Jorge Wagensberg nos da luces al respecto
cuando dice que “una comprensión siempre se
refiere a un pedazo finito de realidad. Y un pedazo
de realidad ocurre siempre dentro de un volumen
de espacio y de un intervalo de �empo. Y dentro
de este intervalo de espacio-�empo cogni�vo se
despliegan ciertos objetos (ocupando el espacio) y
ciertos fenómenos (ocupando el �empo)”.

Entonces lo que queda ahora es preguntarnos por


la representación del paisaje, por ¿cómo ha de ser?
considerando esta doble dificultad como hemos
enunciado; primero la de haber desconocido que
nos movemos en un mundo incierto y complejo y
luego intentar conocer ese mundo de manera parcial
y rígida. Por ello es que ahora traducimos todo esto
en la pregunta de cómo ha de representarse lo que
ya ha de ser, por definición, un acto interpreta�vo
como es el paisaje: cómo ha de dibujarse la imagen
de una imagen de la realidad. Es decir si entendemos
la realidad como fenómeno representado, como
ficción y a su vez el paisaje también como un acto
fic�cio y por ello representable, cómo ha de ser esta
suerte de doble representación.

Pues creemos ver en lo que hemos denominado


como cartogra�a proyectual una alterna�va para
esta doble representación que parece indicar como
procedimiento cartográfico el concepto de paisaje.
Entendemos por cartogra�a proyectual de
escala territorial, no al proyecto de un territorio
propiamente tal, pero sí a un dibujo que está más
próximo al proyecto, que lo señala o sugiere, que
lo nombra. Un dibujo que no es el proyecto sino
que está en torno a él. Se trata de una lectura que
va desde la �sica del territorio hacia la �sica del
proyecto, donde _como veremos_ ciertos atributos
del territorio y el paisaje, pueden ser traducidos
como instrumentos cartográficos reunidos hoy por
hoy en el concepto de imagen cartográfica. Esta
sugiere al menos dos cosas; sugiere por una parte
la posibilidad de la cartogra�a como revelación,
o sea como un instrumento revelador que debe
dar a conocer a los habitantes del territorio las
caracterís�cas de éste. Pero también sugiere una
manera del dibujo que es capaz de “mejorar la
descripción” , o sea vislumbrar las posibilidades
de ese mismo territorio que revela volviéndolo
además relevante. Es decir revelación y relevancia
al mismo �empo y en un mismo dibujo.

Ahora si la inquietud es acerca de la lectura de


un territorio a través del paisaje, más preciso es
preguntarnos _ desde nuestro foco de interés
_ acerca de cómo es que se lee un territorio de
manera prospec�va, es decir pensando en las
posibilidades de renovación de ese territorio en
términos de proyecto futuro y esto amparado en
la potencia del dibujo y en la ni�dez de la mirada
del arquitecto hacia el paisaje. No se trata de
una lectura pasiva sino intencionada. Una lectura
que posibilite generar una imagen cartográfica
prospec�va para el territorio en cues�ón.
Dicha lectura debe ser en virtud de nuestra
disciplina desde la forma del territorio, desde
la relación de su matriz bio-�sica con el hecho
antrópico como fenómeno urbano y territorial, sin
dejar esta vez de considerar que nuestro territorio
posmoderno lleva aparejado en su manera de
comparecer, los procesos, flujos y movilidades, o sea
en términos generales los conceptos de complejidad
e incer�dumbre, los cuales nos señalan ciertas pautas
de lectura territorial que pueden ser, de acuerdo a
algunos instrumentos y herramientas apropiados,
traducidos en escritura cartográfica en clave
proyectual, es decir en una imagen de proyecto. Esta
es la cues�ón.

Sin embargo una úl�ma reflexión general sobre


la relación entre pautas de lectura y claves de
escritura cartográfica y su instrumentalización como
herramientas de traducción lectura/escritura es
consignar que existe una relación entre las pautas
de lectura del territorio, realizada a través de una
cartogra�a por ejemplo, y las claves con que esa
cartogra�a ha sido elaborada. Esta relación es
instrumental o procedimental, o sea sucede de
acuerdo a cómo ciertos componentes del territorio
se convierten en atributos cartográficos en clave
proyectual a través de herramientas de dibujo y
percepción como la sección, el análisis por franjas, la
fotogra�a, la estructura de parcelación y sobremanera
la relación entre geogra�a natural y geometría
ar�ficial.
Queremos decir que cuando ciertas condiciones,
componentes o caracterís�cas casi exclusivas del
territorio, leídas desde el paisaje, se advierten
como análisis y proyecto, éstas son capaces de
transformarse en herramientas de diseño, son estas
mismas herramientas las que realizan una traducción
entre lectura y escritura cartográfica, es decir
entre la realidad percibida y la representación intencionada y
prospec�va de esa realidad. Se realiza así entonces una lectura
formal del territorio (desde su forma �sica), pero también ha de
ser una lectura instrumental porque ha de volverse opera�va en
términos de proyecto. En defini�va son las mismas herramientas
de lectura las que posteriormente pueden traducir el análisis en
alterna�vas de proyecto, y esta relación casi alquímica entre
pautas, claves, atributos, componentes y herramientas es bastante
compleja y probablemente dificulte la sistema�zación genérica
del instrumento cartográfico a través de la lectura del paisaje.
Pero sin embargo por otro lado también posibilita un acertado
procedimiento cartográfico para un proyecto de territorio
renovado mediante nuevas metodologías de observación y
percepción, nuevas metodologías de an�cipación pero sobretodo
nuevas metodologías de representación de nuestros territorios a
través de las posibilidades del paisaje. Es decir entender el paisaje
como representación proyectual del territorio es afirmar que el
paisaje es el territorio como prospecto.

________________________________

_ Farinell, Franco. “El mundo, el globo, el mapa: los orígenes de la modernidad” en “El
mundo de los Mapas”.F.Jarauta (ed). Santander, Fundación Marcelo Bo�n: pags. 41 a la
56, Madrid año 2007

_ Wagensberg, Jorge. “Yo, lo superfluo y el error, historias de vida o muerte sobre ciencia
o literatura”. Editorial Tusquets, serie metatemas, Barcelona año 2009

_ El concepto de cartogra�a proyectual se desarrolla en la inves�gación realizada por


el autor denominada “Archivos del Territorio: mirando miradas, claves de lectura del
territorio para nuevas cartogra�as proyectuales”. Tesina de Master Oficial de Urbanismo
y Ordenación del Territorio leída como Proyecto de Tesis Doctoral en el Departamento de
Urbanismo y Ordenación del Territorio en la ETSAB en marzo del año en curso.

_de Sola i Morales, Manuel. “La Iden�dad del Territorio”. Revista Quaderns, número
extra, Colegio Oficial de Arquitectos de Catalunya, Barcelona año 1.981.
En la misma publicación además aparece el conocido aforismo “dibujar es seleccionar,
seleccionar es interpretar e interpretar es proponer”, el cual de algún modo inspira estas
reflexiones
Proyecto: Lugar de descanso para temporeros.
Autores : Gabriela Garrido + Oscar Lobos.

3. APROXIMACIONES PROYECTUALES
Proyecto: Lugar de descanso para temporeros.
Autores : Gabriela Garrido + Oscar Lobos.
Proyecto: Lugar de descanso para temporeros.
Autores : Gabriela Garrido + Oscar Lobos.
Proyecto: Espacio de descanso entre el bosque
Autores : Juan Carlos Orellana + Jose Miguel Rivera
Proyecto: Espacio de descanso entre el bosque
Autores : Juan Carlos Orellana + Jose Miguel Rivera
Proyecto: Paseo en el bosque
Autores : Nicole Roudergue + Jose Valladares
Proyecto: Comedor para temporeros del Kiwi.
Autores : Fabian Montecinos - Felipe Gonzalez
Proyecto: Plaza en Colbun.
Autores : Jackson Cuevas + Manuel Mar�nez
Proyecto: Soporte de exposicion para frambuesasas
Autores : Andrea Opazo - Sebas�an Varas
Proyecto: Paseo en el borde del camino.
Autores : Sebas�an Albornoz + Luis Bustamante
Proyecto: Lugar de descanso y mirador.
Autores : Italo Ruggieri + Guillermo Rojas
Proyecto: Lugar de descanso a un lado del cul�vo
Autores : Stephanie Espinoza + Jennifer Ramirez
Proyecto: Paseo en el bosque
Autores : Nicole Roudergue + Jose Valladares
Proyecto: Paseo en el borde del camino.
Autores : Sebas�an Albornoz + Luis Bustamante

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