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Enseñanza principal
¿Qué es un discípulo?
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3. Fíjate en la reacción de Pedro ante esta pesca milagrosa (v. 8). ¿Por
qué reacciona así?
5. En el versículo 11 Lucas nos dice que los discípulos “lo dejaron todo
y le siguieron”. ¿Qué es lo que dejaron? (Tened en cuenta que esto ocu-
rrió después de un día redondo para el negocio).
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“La vida es difícil”. Así empieza el libro The Road Less Traveled 1 [El
camino menos viajado] de M. Scott Peck (autor de Los Siete Hábitos de
las Personas Altamente Efectivas).
Hay muchas personas que no son capaces de ver esta verdad. Mucha
gente cree que la vida debería ser fácil. El camino más viajado es el de la
queja ante las dificultades de la vida. El camino menos viajado es el de
la aceptación de las dificultades de la vida, aceptación que te ayuda a
enfrentarlas.
Lo que M. Scott Peck dice sobre la vida en general es aplicable tam-
bién a la vida con Jesús. El discipulado es difícil. Seguir a Jesús tiene un
precio. En el Sermón del Monte Jesús dejó bien claro que vivir con Él
suponía ir por el camino menos viajado. “Entrad por la puerta estrecha;
porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición,
y muchos son los que entran por ella. Pero estrecha es la puerta, y
angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”
(Mateo 7:13-14).
Jesús promete dar a todos los que le sigan vida abundante (Juan 10:10),
pero también deja bien claro desde el principio que seguirle es difícil y
costoso. Nos llama a seguirle por el camino menos viajado.
1 M. Scott Peck, The Road Less Traveled (New York: Simon & Schuster, 1978), p. 15.
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prefería, “debe padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por
los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitado
después de tres días” (v. 31). Jesús sabía que tenía que marcharse de
Cesarea de Filipo e ir hacia Jerusalén. Y sabía que en Jerusalén iba a
sufrir. Y no solo eso, sino que iba a ser desechado, asesinado y crucifica-
do. Y luego iba a resucitar.
Pedro no podía creer lo que Jesús estaba diciendo. “¡No, Señor!¡Eso
no te puede pasar!” (Mateo 16:22). El sufrimiento y la muerte no entra-
ban dentro del concepto que Pedro tenía del Mesías. El Mesías viene en
gloria y poder.
Pedro también sabía cuál sería la implicación de seguir a un Mesías
así. Sin la crucifixión del Maestro, no había resurrección; del mismo
modo, sin la crucifixión de los discípulos, tampoco había resurrección.
Pedro se había convertido en el portavoz del tentador, repitiendo la ten-
tación que Jesús había resistido en el desierto.
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pensó que era demasiado alto, y no quiso pagarlo. Marcos nos cuenta
que Jesús miró a aquel joven con amor (v. 21), aun sabiendo cuál iba a
ser su elección. Jesús no salió corriendo detrás de él, ni cambió las con-
diciones del discipulado. Jesús dijo: “Calcula el precio” (Lucas 14:28).
“Me llamas Mesías, el Cristo. ¿Quieres seguirme? Si es así, tienes que
entender a dónde voy, y entender que si me sigues, pasarás por lo mismo
que yo”.3
Jesús usa tres expresiones que recogen muy bien cómo se ha de ha-
cer el camino menos viajado: niégate a ti mismo, toma tu cruz, y pierde
tu vida por mi causa.
Niégate a ti mismo. Ésta es, quizá, una de las ordenanzas de nuestro
Señor que más se han malinterpretado. La palabra que Marcos usa
en 8:34 significa “resistir” o “rechazar”, o sea, “decir no”.
La expresión “negarse a uno mismo” se usa en bastantes textos del
Nuevo Testamento. Por ejemplo, en Marcos 14:71 Jesús había sido arres-
tado, y cuando le llevan ante el Concilio, Pedro está fuera en el patio
calentándose al fuego. Tres veces le acusaron de conocer a Jesús. Pero
él empezó a maldecir y a jurar: “No conozco a este hombre de quien
habláis”. Pedro negó saber quién era Jesús.
Negarte a ti mismo quizá suponga tener que renunciar a cosas, pero
eso no es lo que Jesús está diciendo. Ni tampoco quiere decir que renun-
cies al valor que tienes, ni que renuncies a tus sentimientos. Y aunque
algunos digan que si estás disfrutando de tu fe en Jesús algo debe ir mal, la
verdad es que tampoco tenemos que renunciar a nuestra felicidad. Y, por
último, negarte a ti mismo tampoco quiere decir renunciar a tu inteligencia.
Negarte a ti mismo quiere decir negarte a ser el señor de tu vida.
Significa decirle “no” al dios que tienes dentro de ti, rechazar las exi-
gencias de ese dios que hay en ti, negarte a obedecer al dios que hay en
ti. Jesús nos llama a que le digamos “no” a nuestro yo, para que así
podamos decirle “sí” a Él.4
Toma tu cruz. Esta expresión también se ha interpretado mal en mu-
chas ocasiones. Mucha gente la usa para referirse a soportar una enfer-
medad o una discapacidad, una experiencia negativa o una relación
molesta: “Esta es la cruz que me ha tocado”. Pero las palabras de Jesús
iban mucho más allá. “Las palabras de Jesús debieron de sonar a los
3 F. F. Bruce, The Hard Sayings of Jesus (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press,
1983), p. 151.
4 William Lane, The Gospel According to Mark (Grand Rapids, Mich.: Eerdmans,
1974), p. 307.
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5 Ibíd., p. 207.
6 Bruce, Hard Sayings, p. 150.
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Acepta el reto
¿Cuáles son las evidencias de que aún no hemos tomado en serio el reto
que Jesús nos lanza? Las evidencias abundan en nuestras iglesias, y se
manifiestan en forma de envidia por no tener lo que otros tienen; com-
petición, pues siempre queremos lograr más cosas que la persona que
tenemos al lado; espíritu de discusión, pues siempre queremos tener la
razón; sensibilidad exagerada, que nos lleva a sentirnos heridos cuando
nuestro trabajo no se reconoce, o a querer que la gente sepa a todo lo que
hemos renunciado por causa de Cristo. Creemos que merecemos las cosas
que tenemos, nuestra casa, nuestro coche. Planificamos nuestro futuro
sin pensar en el Reino de Dios y gastamos los recursos que tenemos en
construir nuestro propio reino. Usamos los dones de Dios para el avance
de nuestro nombre, de nuestra reputación.
Pero, “si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, seguirá siendo
un solo grano; pero si muere, lleva mucho fruto” (Juan 12:24). El cami-
no a la resurrección pasa por la crucifixión. El camino hacia la vida
nueva pasa por la muerte de la antigua. Jesús nos llama a ir por ese
camino, el camino que Él hizo.
Estudio de la Lectura
2. ¿Por qué le resultó difícil a Pedro aceptar que Jesús debía morir en
manos de los líderes religiosos?
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