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INTRODUCCIÓN

'631/2006). Este último aspecto, el de la cultura musical básica, es el eje del capítulo 5, Saber sobre música:
estrategias metodológicas», en el que Natalia González Fernández y María Elena Riaño proponen algunas
estrategias metodológicas que bien pueden contribuir a su desarrollo.

Tal como señalábamos al inicio, uno de los grandes retos a los que se enfrenta la educación musical en la
actualidad es el de dar respuesta a los cambios que se han producido en el mundo de la música como
consecuencia del desarrollo tecnológico. Como se señala en el Real Decreto 1631/2006 por el que se
establecen las enseñanzas mínimas correspondientes a la educación secundaria obligatoria (ESO):
(...) el desarrollo tecnológico ha modificado considerablemente los referentes musicales de la sociedad (...) y
ha abierto, a su vez, nuevos cauces para la (escucha), la interpretación y la creación musical tanto de
músicos profesionales como de cualquier persona interesada en hacer música.

La integración de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en el aula de Música afecta a


todos los ámbitos del currículo. De hecho, en todos los capítulos de este volumen hay referencias más o
menos explícitas a ellas. Sin embargo, parecía importante dedicar un nuevo capítulo a este tema,
mostrando, como lo hace Gumersindo Díaz Lara, algunas de las estrategias que pueden guiar los procesos
de enseñanza y aprendizaje musical mediados por el uso de recursos tecnológicos.

Si bien la mayor parte de las estrategias didácticas abordadas en los capítulos anteriores son válidas tanto
para la ESO como para el bachillerato, la novedad del nuevo currículo en la modalidad de Artes escénicas,
música y danza puede plantear algunas dudas a la hora de programar y desarrollar los contenidos de las
distintas asignaturas. Por ello, en el capítulo 7, «Estrategias didácticas en las asignaturas del bachillerato»,
Ana Alberdi y Aurora Ramírez de Loaysa ofrecen dos propuestas concretas que ilustran adecuadamente
cómo enfocar los procesos de enseñanza y aprendizaje en las materias musicales de dicha modalidad:
Lenguaje y práctica musical, Análisis, e Historia de la música y la danza.

Aunque en cada uno de los capítulos anteriores hay algunas referencias directas a la evaluación, parecía
importante dedicar un capítulo específico a este tema. En el capítulo 8, «Evaluar en Música», Pep Alsina
ofrece interesantes reflexiones así como pautas específicas que pueden resultar de utilidad a la hora de
plantearse qué, cómo y cuándo evaluar en la materia que nos ocupa.

El buen desarrollo de una clase de Música depende, en gran medida, de una organización eficaz de los
espacios y rec ursos. Por ello, en el último capítulo de este volumen, «El aula de Música: espacios,
organización y recursos», Ana Isabel Aranguren aporta ideas para prever las condiciones físicas y materiales
que debe reunir el aula de Música, considerada como un

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