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Avatares

del comunicador
complejo y fluido
Del perfil del comunicador social
y otros devenires

Prólogo: Jesús Martín-Barbero

FACULTAD DE CIENCIA POLÍTICA


YRELACIONES INTERNACIONALES
Massoni, Sandra
Avatares del comunicador complejo y fluido. Del perfil del comunicador social y
otros devenires .- 1a ed. - Ediciones CIESPAL 214 p. ; 21x15,5 cm. - (Comunicación)
ISBN 978-9978-55-141-7

1. Comunicación. I. Título.
CDD 302.2

Avatares del comunicador complejo y fluido


Del perfil del comunicador social y otros devenires
Sandra Massoni

CIESPAL
Centro Internacional de Estudios Superiores
de Comunicación para América Latina
Av. Diego de Almagro N32-133 y Andrade Marín • Quito, Ecuador
Teléfonos: (593 2) 254 8011
www.ciespal.org
http://ediciones.ciespal.org/

Abril de 2016
Quito, Ecuador
Primera edición
ISBN: 978-9978-55-141-7

Corrección de textos:
Ari Tomás Bussi
Ediciones CIESPAL, 2016

Los textos publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores.

Reconocimiento-SinObraDerivada
CC BY-ND
Esta licencia permite la redistribución, comercial y no comercial, siempre y cuando la obra
no se modifique y se transmita en su totalidad, reconociendo su autoría.
¡Extra! ¡Extra!
Columna periodística sobre medios y comunicación.

Caminábamos por la calle y pasamos junto a un puesto de venta de dia-


rios y revistas. Entonces mi madre me preguntó: ¿por qué será que ya no se
vocean los periódicos? Es cierto –pensé– y me quedé repasando la cuestión,
habida cuenta de que –por ser la comunicadora de la familia– debería ana-
lizar y dar alguna respuesta a este perspicaz descubrimiento. Tantos años de
estudio e investigación deberían arrimar algunas pistas. Vamos por partes.
¡Extra! ¡Extra! Es así: ya no existe el canillita parado en una esquina vo-
ceando la primicia. ¡Extra! ¡Extra!
Examinemos esto. Si se tratara de un informe académico se podría titu-
lar: “Las múltiples transformaciones de la comunicación contemporánea en
el entorno de los medios masivos”. Si fuera un escrito poético podría titularse
quizás “Réquiem a la primicia”. Pero se trataba solo de un comentario en
conversación con mi madre.
Pensemos qué decir: el hecho es que parecería que ya no hay primicias,
al menos en los diarios. Más bien, la comunicación masiva actual parece-
ría estar alejándose lentamente de artefactos tales como la última noticia y
acercándose a otras herramientas, otros dispositivos y abordando entonces
dimensiones distintas de lo comunicacional. ¿Cómo le explico? A ver así: el
dato parece no ser ya lo más valioso en el entorno de la comunicación digi-
tal... por el contrario, la noticia hoy incluye muy habitualmente una cierta
deconstrucción del escenario en el cual alguien en particular inscribe un dato
en particular. Lo que se valora no es el dato sino la trama en la que ese dato
se inscribe.
Esto pensaba, ensayando una respuesta posible, cuando llegamos al res-
taurante y mi madre pidió al mozo que bajara el volumen del televisor. Pero
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antes de que esto ocurriera, alcancé a escuchar a un periodista hablando en-


fáticamente acerca del sistema de medios de información en nuestro país. Así
los nombraba y así también rezaba el zócalo: el sistema de medios de infor-
mación. Y pensé: aquí hay una punta para arrimar una explicación. Es sabido
que la comunicación en el siglo XXI es un proceso estratégico en tanto es el
espacio y el momento relacionante de las diversidades socioculturales. La co-
municación es un fenómeno articulador y central en las dinámicas de las so-
ciedades actuales. Puedo explicarle que la comunicación es un proceso com-
plejo y fluido que tiene múltiples dimensiones; una de ellas es la informativa,
pero no es la única. Por el contrario, presenta muchas otras: la interaccional,
la ideológica, la del encuentro sociocultural. La dimensión informativa es la
que típicamente utilizan los modelos difusionistas, aquellos que se ocupan
de la comunicación como transferencia y, por tanto, la reducen al estudio
lineal del proceso de información. Trabajando en esa dimensión se aborda un
registro de lo comunicacional que resulta muy pertinente en contextos esta-
bles y en los que se manejan datos homogéneos; pero no es el único registro
posible. Tampoco –claro está– el único que han investigado los estudios co-
municacionales. Actualmente hablamos de Comunicación Estratégica como
un enfoque ocupado en considerar esa complejidad, esa multidimensiona-
lidad de lo comunicacional y en establecer y operar un despliegue teórico
y operativo desde sus aportes y sus especificidades. No se trata entonces de
medios de información masiva, sino de medios de comunicación social. En
la investigación comunicacional se considera y se explora este desplazamien-
to: ya no se investiga a la comunicación masiva sólo como un qué, cercano
a la noticia definida en términos clásicos, sino desde un registro que incluye
pero que, a la vez, rebasa esa dimensión. Más bien se trata de investigar una
modalidad del vínculo sociocultural, una cierta articulación que alienta/hace
crecer porque despliega/hace mover una dimensión particular de los fenó-
menos en torno de los que establece su comunicación un texto publicado en
un periódico o una entrevista en un programa de televisión.
¿Medios de información pública? Salta a la vista que resulta urgente re-
formular esta categoría heredada de los viejos paradigmas y habitar en los
ámbitos profesionales, y también en los académicos, otras formas, otros dis-
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positivos, otras palabras más capaces de dar cuenta de las nuevas realidades
que nos confrontan. Esto pensaba, pero llegó el mozo para tomarnos el pedi-
do y nos concentramos en decidir qué íbamos a cenar.

Columna publicada en el diario Página/12 (Argentina), Sección La Ventana 16/7/2014.


http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-168784-2011-05-25.html
Periodismo y realidad: mentira la verdad
Columna periodística sobre medios y comunicación

La falacia de la comunicación como un hablar de la realidad que se adue-


ñó otra vez de los noticieros por estos días trajo a mi memoria un episodio
otrora gracioso y ocurrente vinculado a los medios de comunicación masi-
vos.
Aquel vendedor era un personaje inolvidable no sólo por el tono agudo
de su voz en contraste con su enorme porte, sino por lo que voceaba. Éramos
varios parroquianos los que desayunábamos en el bar esperando su llegada.
Me daba cuenta –mientras revolvía lentamente mi café con leche– que yo no
era la única expectante; estábamos como quien no quiere la cosa, mirando
hacia la esquina de reojo, listos para llamarlo cuando apareciera y ya aparta-
do el fajito de billetes correspondientes a nuestro ejemplar en una orilla de
la mesa. Y él llegaba, apenas un poco después de su característico estriden-
te: ¡Diaaariooo! Para nuestro deleite el tipo tenía preparados cada día tres o
cuatro titulares inventados que voceaba alternativamente y según la clientela.
¡Diaaariooo! Todo sobre la lesióón del campeón mundial… ¡Diaaariooo! No
se sabe si podrá correr la próxima carrera o si se interna en una cliiínica del
planeta Martee ¡Diaaariooo! Tomaba un caso y se imaginaba ingeniosos des-
enlaces dramáticos, irónicos, desopilantes, todos sobre el mismo hecho no-
ticioso. Era un juego que nos permitíamos canillita y compradores como un
preludio a ese momento fundante, serio y cotidiano en el que los ciudadanos
responsables leíamos las noticias en el diario.
Este canillita volvió a mi memoria porque algo similar a lo que él hacía –
como un ingenioso yeite para atraer clientes– están haciendo hoy ciertos me-
dios masivos en Argentina. También para vender, claro, pero no justamente
periódicos. Da origen a esta nota la mezcla de lástima y vergüenza ajena que
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me produce otra vez esta farándula embustera que hace de periodista en los
medios nacionales con grandes aspavientos y pretendiendo que comunicar es
informar. Muchos de ellos usan el mismo dispositivo de inventar derivacio-
nes desopilantes de las noticias, sólo que ya no resulta gracioso para nadie.
Comparar un hecho noticioso en varios diarios hoy en día en este país más
bien resulta desalentador por la desmesura de lo que se publica.
Estamos atravesando los restos deplorables de una modalidad periodís-
tica que no da para más. Que descalifica a la profesión. La envilece por su
falta de calidad. No hay tal realidad separada de quien habla y, por tanto,
no hay verdades únicas. Solo hay verdades situadas, siempre en tensión. Lo
que es verdadero para uno, no lo es para otro. Por el bien común es preciso
considerar las consecuencias de la desmesura y dejar atrás el simulacro, la
batalla dual, la descalificación novelada de la peor calaña, la falta de dignidad
periodística. Alguien dijo en estos días que una mala persona nunca podrá
ser un buen periodista. Más allá de esa dimensión del asunto a la cual se
debería atender de alguna forma, los periodistas también vamos a tener que
aprender a convivir con esta cuestión de las verdades con raíces, las verdades
en un territorio en particular y con seres en conversación. Vamos a tener que
aprender a trabajar con ellas en tanto el mundo en que vivimos es un mundo
fluido en el que las personas están interconectadas en tiempo real.
En el periodismo, necesitamos dar un salto evolutivo para abrir nuestras
rutinas profesionales a la complejidad del fenómeno comunicacional actual.
Se trata de comunicar estratégicamente, rebasando a la comunicación en lí-
nea –tanto la de la transferencia como la de la denuncia– y ampliando nues-
tras competencias a partir de la consideración de la multidimensionalidad de
lo comunicacional.
Hay dos vertientes reduccionistas de la profesión que es urgente con-
frontar considerando los impactos de su accionar sobre las vidas cotidianas
de nuestras sociedades: por un lado, los mercachifles de siempre que envile-
cen al periodismo como pura mercancía; por el otro los que pretenden ha-
blar de la realidad con imparcialidad. Para los segundos podría servir aquella
frase de Heinz von Foerster que dice: “Objetividad es el delirio de un sujeto
que piensa que observar se puede hacer sin él”. Dos visiones con consecuen-
Avatares del comunicador complejo y fluido 77

cias indeseables que es imprescindible examinar desde el espacio crítico de


los estudios de la comunicación. Mentira la verdad –Sztajnszrajber dixit– en
torno a periodismo y realidad.

Columna publicada en el diario Página/12 (Argentina), Sección La Ventana 5/2/2014.


http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-239184-2014-02-05.html
Explotan minas
Columna periodística sobre medios y comunicación.

En Ecuador, en Perú, en Bolivia y también en Argentina el sistema de


medios masivos de comunicación cubre aquí y allá los múltiples conflictos
desatados por el avance de la megaminería en el continente. La cobertura
muestra algunos de los componentes del cómo y por qué la comunicación
en el siglo XXI desborda la dimensión del dato, de aquello que corresponde
a la dimensión informativa de lo comunicacional. La comunicación actual
es decididamente más compleja, por eso mismo es estratégica y se consti-
tuye como un dispositivo. ¿Cómo es esto? Y es que no hay tal registro del
hecho con independencia del observador, tampoco de los actores presentes
en la situación. Ocurre que mientras unos hablan de explotación de recursos
naturales e impacto ambiental, otros hablan de la pachamama. Por eso en el
siglo XXI la comunicación es estratégica como espacio de encuentro de las
alteridades socioculturales –y no lo fue antes–.
Una nota periodística y también una manifestación de protesta como
el corte de una ruta, son actos comunicacionales que buscan establecer una
conversación con el mundo. De allí también que la investigación y la acción
comunicacional en torno de temas ambientales requiera otras rutinas, otros
componentes; ya no sirven los tradicionales, si queremos abordar lo comuni-
cacional y no quedarnos sólo en la imposición de lo comunicativo.
Como académica participo de la Escuela de Comunicación Estratégica
de Rosario, un núcleo de investigadores y profesionales que trabaja en torno
de la comunicación y los nuevos paradigmas. Consideramos que el aporte
de los comunicadores se diferencia de los de otros cientistas sociales y de los
de otros profesionales en tanto se ocupa del cambio social conversacional. El
comunicador estratégico recorre un desplazamiento nodal desde lo semióti-
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co a lo simbiótico en tanto todo plan estratégico requiere incluir en el diseño


también a los objetos naturales como sujetos de derecho: nuestras conversa-
ciones incluyen el agua, el aire, las montañas...
Nuevas demandas a nuestras competencias como comunicadores, nue-
vos desafíos que implican un saber experto en ponerse en el lugar del otro
para poder convocarlo a participar desde su diferencia y no negando su dife-
rencia. Se necesitan comunicadores ambientales porque es muy probable que
recurso y pachamama mutuamente no puedan escucharse. No hay algo que
el otro no sepa, más bien hay una modalidad actual de vínculo macrosocial
con el problema que resulta incompatible para ambos.
Quienes investigamos en torno de lo ambiental, trabajamos con estra-
tegias de comunicación como dispositivos de inteligibilidad (que buscan
comprender al otro) y a la vez de interpelación de lo real en dimensiones
múltiples. Buscamos generar sinergias deseables y posibles para los actores
presentes en las situaciones que abordamos. Como dice Deleuze, los dispo-
sitivos son “... máquinas para hacer ver y para hacer hablar”. Se trata de arti-
ficios cuya configuración habilita la visibilidad de algo que no preexiste, sino
que emerge con el dispositivo mismo.
En relación con la profesión del comunicador social pero también en
relación con la ciencia clásica, los dispositivos afectan a tres categorías cen-
trales del conocimiento científico del siglo pasado que son la calidad de uni-
versal, la originalidad y la verdad. Así, la utilización de estrategias de comuni-
cación como dispositivos cuestiona la calidad de universal propia del método
científico clásico que aspira a generar leyes universales. “Lo uno, el todo, lo
verdadero, el objeto, el sujeto no son universales, sino que son procesos sin-
gulares de unificación, de totalización, de verificación, de objetivación, de
subjetivación, procesos inmanentes a un determinado dispositivo.”
Con el diseño de estrategias comunicacionales se discute a la vez la no-
ción de lo original, en tanto “en todo dispositivo hay que distinguir lo que
somos (lo que ya no somos) y lo que estamos siendo: la parte de la historia y
la parte de lo actual”. De la misma manera, la estrategia comunicacional no es
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una fórmula de verdad. Más bien “la verdad es la realización de las líneas que
constituyen el dispositivo”.
No es un plan elaborado para ser aplicado, sino un conector flexible y
especialmente atento a lo situacional en tanto espacio fluido, que busca re-
conocer sinergias en un lugar habitado en el que coexisten las alteridades
socioculturales. Es una mirada respetuosa de las diversidades presentes en
la situación que desea transformar, que no se limita tampoco a lo discursivo
sino que intenta hacer cuerpo con el mundo. Que se vincula más bien con la
cuestión de la presencia en cada situación, de aquella parte del sentido com-
partido por todos nosotros que hoy explota minas en Latinoamérica, tam-
bién en las agendas mediáticas.

Columna publicada en el diario Página/12 (Argentina), Sección La Ventana 7/3/12.


http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-189042-2012-03-07.html
Comunicación en sintonía acuífera
Columna periodística sobre medios y comunicación.

Mi balance periodístico del 2011 ubica del lado de los logros a algu-
nos de los debates sobre los medios masivos de comunicación social: el de
las agendas ocultas, el del periodismo militante, el de la patria zocalera. Los
argentinos participamos de muchas formas en esta intrincada travesía nacio-
nal, pero juntos conquistamos otro lugar en el circuito de la producción, la
circulación y el consumo de mensajes. Hemos configurado un sutil descen-
tramiento.
Uno de los componentes más inspiradores de este recorrido es el darnos
cuenta, como lectores de medios, de algunas de las operaciones del lenguaje
sobre lo real. Como comunicadora siempre me interesó el espacio de la pa-
labra y sus efectos, pero no en el registro de las significaciones transmitidas,
sino en otro dominio, más fluido y que considero a la vez más imperioso: el
de la comunicación en tanto acción y sentido compartido. Hemos experi-
mentado que lo comunicacional genera resonancias: ciertas reverberancias
colectivas que a veces nos resuenan en el cuerpo y nos sueltan la lengua, pero
que también compone silencios como espacios socialmente cooperados. Se
trata de un interés –como dice Noé Jitrik– por aquello que el lenguaje hace en
otro lado, más acá y más allá de las metáforas de la dominación, incluso de las
del habla y la representación.
Me explico: el debate sobre la Ley de Servicios de Comunicación Au-
diovisual nos ha hecho pensar, pero también nos ha hecho hablar y nos ha
hecho hacer y sentir y volver a pensar sobre lo hablado. En torno a ese núcleo
de discusión/acción los argentinos exploramos algunos de los dispositivos
más usuales en la producción de noticias y lo hicimos de la mano de los
especialistas, pero también en las redes sociales y en los bares y en las cenas
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con los amigos. Es esta una búsqueda que avanza en la vida cotidiana de la
ciudadanía argentina desde hace apenas poco más de un año y que resulta
enriquecedora en el marco de cualquier gobierno democrático. Ese tipo de
análisis devela los múltiples intentos de la manipulación, enfoca, desmenuza
y expone a los productos mediáticos a partir de exhibir sus argucias median-
te la construcción y deconstrucción de sus operaciones. Desenmascara los
ocultamientos, la mentira, el lobby, la pauta publicitaria, más allá de si fuera
privada y empresaria u oficial.
Los argentinos somos hoy más duchos en medios y mensajes, pero tam-
bién somos más duchos en este otro registro de la comunicación social que
se sale de lo comunicativo –los productos de comunicación– y estamos avan-
zando del mismo modo sobre lo comunicacional como espacio y momento
del encuentro de las diversidades socioculturales. Se trata de una considera-
ción más heterogénea, vital, enriquecedora, que habilita en la comunicación
masiva un análisis de cuál es la modalidad del vínculo sociocultural que el
producto está propiciando. Que cualquier diario no es sólo un componente
de la industria cultural, sino que a su vez está situado y puede ser analizado
en múltiples dimensiones: la informativa, la interaccional, la ideológica, la
del encuentro sociocultural.
Los consumidores sabemos que los medios trafican datos en alguna o
en todas estas dimensiones y al hacerlo nos acompañan en nuestra aventura
de computar el mundo cada día, nos empujan a narrarlo, nos alientan, nos
incitan a alimentar una versión particular de la cuestión que está tratando el
artículo o la entrevista y eso es lo que comunica en tanto nos conecta o nos
desconecta con lo real a partir de nuestras acciones.
En esta dirección me gusta pensar que la comunicación es como el agua:
gota y gota hace aguacero y río y mar y nube. Como el agua, cuando comuni-
co hago crecer y entonces cambio. Transformo y me transformo. Les propon-
go por tanto pensar a la comunicación en sintonía acuífera, como un cauce
que genera ambientes ecosistémicos a su paso.

Columna publicada en el diario Página/12 (Argentina), Sección La Ventana 30/11/2011


http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-182339-2011-11-30.html
El malestar comunicacional
Columna periodística sobre medios y comunicación.

Hablábamos de algo así como la madre del borrego del malestar co-
municacional en el siglo XXI. Nos proponíamos –en una cena con colegas–
identificar la causa de la evidente falta de respuesta que nos producen hoy las
formas comunicacionales clásicas.
Con las tablas que pedimos como entradas, coincidimos en que lo del
fastidio comunicacional nos pasa a todos: cada vez es más difícil que en el
tratamiento de las noticias nos conformen los diarios o nos satisfagan los no-
ticieros, o las revistas periodísticas. Felices eran nuestros padres, sentándose
cada noche a ver su noticiero preferido y los domingos a revisar cual inventa-
rio, en el diario, los detalles de qué hubo de nuevo en el planeta. ¡Qué tiempos
aquellos! ¡Tan pequeños...! ¿Cambiamos como lectores de medios? ¿Cambia-
mos como periodistas? En la mesa arreciaron preguntas y argumentos.
Con los platos fuertes convinimos en que afortunadamente, poco a poco,
hemos desplegado la complejidad de lo comunicacional, aunque todavía no
contemos con metáforas dominantes ni con rutinas –tanto de producción
como de consumo de medios– que nos acompañen en los entornos perio-
dísticos digitales actuales. Reconocimos que hoy existen básicamente posi-
ciones opuestas y como consecuencia de esa misma linealidad, cierta falta
de democratización en los formatos de los espacios de noticias en los medios
masivos. Acordamos en que por el momento y cada vez con más frecuencia,
al ver los noticieros, mucha gente se comporta casi como hincha de fútbol,
soltando exabruptos e improperios frente a tratamientos de la noticia con los
que no acuerdan. Para seguir pensando, nos quedamos con una pista: la ver-
dad sólo muy de vez en cuando se resuelve en soledad. Tomamos nota de que
nos falta mucho navegar en la comunicación digital para aprovechar aquello
que ella nos ofrece como metáfora organizadora: la comunicación en red.
152 Sandra Massoni

Ya en los postres, de todos los argumentos con los que debatimos resca-
to lo del huevo. Me gustó como analogía por su sencillez: la comunicación
social en el siglo XXI es como un huevo. Suena un poco raro, pero se explica
más o menos así: podemos hacer ciertas cosas para acompañar el desarrollo
de un huevo, como generar en su entorno un ambiente propicio; por caso,
darle calor o quizás protegerlo de los golpes que podrían dañarlo. No obs-
tante, como en todo lo vivo, en un huevo también el cambio principal en su
desarrollo viene desde dentro. Si por desgracia la cáscara se rompe desde
fuera, la vida se termina. Pero si se autorompe, la vida nace.
¿Y si empezáramos a pensar en la comunicación social como un proceso
fluido, entre seres que están siendo al comunicar? Desde los nuevos para-
digmas la comunicación ya no se piensa sólo como información, ni princi-
palmente como una transferencia sino como encuentro sociocultural, una
tensión que emerge de la situación, a medio camino entre lo individual y lo
colectivo, y que por lo tanto merece ser considerada comunicacionalmente.
Es decir, en otro dominio y como una relación intersubjetiva. No como su-
jetos. No como sociedad. Sino como un lugar vivo, habitado en las múltiples
trayectorias de los grupos y sectores que comparten un territorio.
Desde la Escuela de Comunicación Estratégica de Rosario trabajamos
con nuevas herramientas analíticas y operacionales como, por ejemplo, las
matrices socioculturales. Desde ese molde colectivo que constriñe y que a la
vez da forma a lo nuevo, cambian los actores en la trama social cuando se
comunican. Decimos que el de la comunicación es un encuentro, vivo y en-
carnado en el que las matrices socioculturales se reconocen como un linaje de
acciones compartidas, un ritmo colectivo que es propio de ciertos grupos y
sectores. Eso casi musical por lo rimado, y que surge entre; eso que no exis-
tía previamente, porque ocurre mientras; ese proceso complejo, situacional
y fluido es la comunicación en los tiempos que corren (¿nos corren? Quizás
un poco...).
La caracterización de matrices socioculturales como autodispositivos co-
lectivos nos permite atender a la especial modalidad de vinculación que los
actores tienen con los diferentes componentes del problema que aborda la
Avatares del comunicador complejo y fluido 153

estrategia a partir de reconocer sus trayectorias, sus lógicas de funcionamien-


to desde el paradigma de lo fluido. El cambio siempre surge desde dentro,
porque –como bien dicen los filósofos– no se puede cambiar sino desde lo
que se está siendo. Así, se aborda a la comunicación como una reconfigu-
ración espacio-temporal, como una cena compartida que nos alimenta y…
¿nos satisface? ¿o será que ya estamos necesitando otro menú? Para finalizar
la sobremesa todos juntos brindamos por superar el malestar comunicacio-
nal: ¡habitemos a la comunicación desde lo vivo!

Columna publicada en el diario Página/12 (Argentina), Sección La Ventana 6/3/2013.


http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-215169-2013-03-06.html
De lo comunicativo a lo comunicacional
Columna periodística sobre medios y comunicación.

Mientras espero que el mozo traiga mi cortado, veo en la pantalla un


programa de TV que habla sobre medios de comunicación. Cada vez hay más
espacios en los medios que hablan de los medios. Me gusta verlos y reconocer
los dispositivos que utilizan en su teje y desteje de nuestra cotidianeidad. Sue-
na un móvil y el señor de la mesa de al lado responde, está sentado con otro,
quien a su vez ya estaba hablando por su celular. Miro para el otro costado
donde mi vecina mantiene una conferencia por Skype en su netbook. Para no
quedarme afuera, tuiteo sobre mi próximo curso en la universidad; será en
México y será virtual.
¿Y si reconociéramos que la figura organizadora de este tiempo ya no
es la de la comunicación en línea, sino la de la red? ¿Y si admitiéramos que
un mundo como este no se corresponde con lo secuencial y tampoco está
organizado desde opuestos? Me surge otra pregunta al mirar el zócalo que
aparece en la pantalla gigante de este bar: “periodismo independiente ver-
sus periodismo militante” ¿Y si aceptáramos que por eso mismo todos los
enfrentamientos binarios desertifican nuestra comunicación en tanto nos re-
ducen sólo a la dimensión informativa? Se me ocurre otra pregunta: ¿y si los
comunicadores intentáramos escaparnos de ese encierro dicotómico que nos
comprime en la linealidad verticalista de lo comunicativo? Y pienso: en un
mundo en línea, tal como el de la dimensión informativa, hay un narrador
centrado. Se sabe clara y previamente quién emite y quién está destinado a
ser sólo el receptor de la información. Se sabe qué hay que emitir. Se emite
desde un centro. En cambio, en un mundo interconectado, lo comunicacio-
nal se teje entre muchos, desde el sentido enactuado, rebasa la dimensión in-
formativa y se despliega en múltiples registros. Respecto de las competencias
del comunicador, importan otros elementos: la modalidad del vínculo, las
158 Sandra Massoni

articulaciones, los particulares modos de unir aquello que antes de la comu-


nicación estaba separado. Creo que mi abuela diría: si es para invierno hacelo
en punto inglés, si es para verano tejelo en calado fantasía. Yo no sé tejer, pero
valoro la sabiduría de las abuelas.
Si el sistema de medios de comunicación se pensara sólo como una mer-
cancía, entonces podría considerarse que su despliegue respondiera a un solo
tejido o estrictamente a las lógicas economicistas del más por más. Pero la
comunicación es un derecho reconocido mundialmente y por tanto esa lógi-
ca no alcanza: la comunicación como fenómeno complejo y fluido propicia
procesos abiertos a la diversidad, cada vez más vinculados a su entorno de
manera nutricia y viva.
Ojalá los comunicadores podamos alejarnos de lo comunicativo como
único registro de nuestra tarea, de pensar a la comunicación únicamente
como producto, de concentrar nuestras competencias en la transferencia, en
lo ya terminado y logremos abrirnos a otra calidad comunicacional. Una en
la que no se hable de oposiciones binarias como si no hubiera nada en medio.
Una en la que se reconozca el continuo y también las posiciones: para quién y
para qué digo lo que digo. Qué racionalidad comunicacional quiero impulsar
en el mundo. Qué mundo quiero propiciar. En otros países los periódicos
dicen explícitamente a qué partido apoyan. Si eso también aquí ocurriera, me
pregunto: ¿habría tantos espacios en los medios que hablaran de los medios
de comunicación?
Pienso que este es un buen momento para los comunicadores, pues tene-
mos muchas preguntas y también empezamos a explorar algunas respuestas.
La comunicación estratégica desde los nuevos paradigmas ofrece una guía
que especifica cómo salirnos de lo comunicativo para abordar y desplegar la
multidimensionalidad de lo comunicacional en torno a la situación que abor-
da la nota, el video o el programa radial. Atendiendo a la dialógica propuesta
por Morín, desde la Escuela de Comunicación Estratégica de Rosario brega-
mos por desplegar otras competencias en los comunicadores sociales, porque
pretendemos una comunicación de otra calidad. En la dialógica los antago-
nismos no se reprimen ni se superan resolviéndose en una unidad superior
Avatares del comunicador complejo y fluido 159

sino que permanecen y son constituyentes de los fenómenos complejos. La


búsqueda es la de una comunicación como encuentro sociocultural, abierta
a diversas racionalidades comunicacionales –no sólo la del dominio que es
la racionalidad propia de la dimensión informativa–. Una comunicación en
sintonía con la figura de la red haciéndose y deshaciéndose fluidamente; una
comunicación de otra calidad. Me gusta este bar. Ya mismo lo tuiteo y lo
guardo en el GPS de mi celular…

Columna publicada en el diario Página/12 (Argentina), Sección La Ventana 26/9/2012.


http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-204219-2012-09-26.html

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