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UNIVERSIDAD POPULAR AUTÓNOMA DE VERACRUZ.

CAMPUS TUXPAN

NOMBRE: SERGIO SANTIAGO PÉREZ

LICENCIATURA: CRIMINOLOGÍA Y CRIMINALÍSTICA

CUATRIMESTRE: SÉPTIMO

MATERIA: MONOGRAFÍA Y EXPOSICIÓN DE CLASE

CATEDRÁTICO: JULIÁN ZUMAYA

TRABAJO: MONOGRAFÍA DE LA VIDA DE RAFAEL CARO


QUINTERO.

TUXPAN, VERACRUZ, A 25 DE OCTUBRE DEL 2014.


INTRODUCCIÓN.

En esta monografía encontramos relatada la vida de quien de quien la nación a


considerado el padre del narcotráfico en México, el narco de narcos nos referimos a Rafael
Caro Quintero, desde su nacimiento hasta el día en que nos encontramos relatando esta
monografía, el hombre nacido en Baridaguato, Sinaloa en 1952, a pesar de que en esa tierra
a sido el lugar de nacimiento de narcos como Ernesto Carrillo Fonseca, Joaquín Guzmán
Loera el Chapo Guzmán, sigue siendo demasiado pobre, casi devastada por la guerra de
narcos, en su primer capitulo conoceremos sus orígenes, quienes fueron sus padres,
hermanos y sus primeros pasos dentro del narcotráfico, en el capitulo dos ya nos enfocamos
hablar como se constituyo el primer gran cartel, que en tan solo cinco año alcanzo un gran
poder económico, corrompiendo autoridades, derrochando dinero en fiestas por parte del R-1
y sus socios que integraban el gran cartel, el miedo que causo este cartel y sus relaciones
bilaterales con la mafia colombiana, los tratos con la CIA, así no se hubiera desarticulado es
posible que fuera el cartel numero uno a nivel mundial o solo ese existiera en México, a partir
de este cartel surgen los carteles de Sinaloa, Tijuana, ciudad Juárez, el tercer capitulo
hablaremos del rancho el Búfalo, su gran extensión, la tecnología empleada para producir
marihuana todo el año, los siete mil trabajadores del campo que tenían trabajando bajo
presión, los beneficios que trajo alrededor de los pueblos en su comercio, la traición de
Enrique Kiki Camarena, y el operativo para destruir las mas de diez mil tonelada de
marihuana que se producían en dicho rancho, en el capitulo cuarto hablaremos de la traición
de Enrique Camarena, su secuestro y la forma que fue torturado para que confesara que era
lo que sabia, siendo la versión oficial que se ha manejado en los tribunales, la versión
extraoficial, la que posiblemente la verdadera historia la que han contado ex agente de la
DEA, y policías de la ya desaparecida Dirección Federal de Seguridad, la hipocresía de las
autoridades estadounidense para exigir justicia por la muerte de uno de sus paisanos,
exigiendo el esclarecimiento de dicho crimen en la cual sus autoridades contribuyeron para
su ejecución, hablaremos de Felix Gallardo alias el Gato, quien fue el ejecutor de Camarena,
datos arrojados en la operación Leyenda, en el quinto capitulo, encontraremos el secuetro de
Sara Cossio vidauri, quien realmente no fue secuestrada pero que se cree que fue la
causante de la captura del R-1, en Costa Rica, siendo la sorpresa de las autoridades de
dicho país, puesto que sin saberlo cacturaron a uno de los delincuentes mas buscados del
mundo, no se debió a una operación de inteligencia sino a una captura fortuita, al ser
extraditado a México, su encuentro con las autoridades penitenciarias, de ello hablaremos en
el quinto capitulo, su manera de vida que tenia dentro del Reclusorio Norte, llena de lujos y
fiestas, su paso por diferentes penales, su encuentro con su archienemigo, el único que lo ha
hecho doblar nos referimos a Juan Pablo de Tavira, hasta su atentado hasta su ejecución,
como era su vida en el penal de Puente Grande, su amistad con el autor del libro los maldito,
el amparo ganado ante el juzgado de distrito que le permitió salir de la cárcel, la intervención
de la Suprema Corte de Justicia de la Nacion, que revoca el fallo del Juzgado de Distrito en
Guadalaja, quien problemente presionados por el inculto presidente de nuestra nación que
no resitio la presión americana, hoy se encuentra prófugo de la Justicia, Caro Quintero, hay
una versión que señala que murió en suelo Venezolano, al ser derribado su avión,
actualmente el gobierno americano exige su captura y su extradición para ser juzgado en
California, por un delito del cual ya fue condenado, además que el delito se cometió en suelo
mexicano, por lo tanto nuestras autoridades eran los competentes para conocer del asunto,
lo que se quiere llegar como objetivo principal de esta monografía, es que se conozca el
origen de los grandes carteles en nuestro país, de nada sirve estudiar criminales de otros
países sino detectamos cual es el origen por el cual el país se ha vuelto sangriento, se ha
realizado este estudio para que cada uno de los lectores conozca pero también busque la
forma de prevenir caer en las garras del cáncer llamado Narcotráfico, como influencio el
Narco de Narcos a una generación de mexicanos de la década de los ochenta y como hoy
nos influencia el modos operandis de los narcos del hoy.
CAPITULO PRIMERO

EL NACIMIENTO DEL NARCO DE NARCO.

La vida de Rafael Caro Quintero, desde su nacimiento hasta la actualidad, se relata


en esta monografía, que prácticamente no tiene fin, con el paso del tiempo seguiremos
conociendo aun mas del, la historia también cambiara, puesto que lo que hoy estamos
conociendo y que de acuerdo con las autoridades judiciales es oficial, mañana se puede
contra decir, puesto que hay intereses oscuros que manejan la información como mejor les
plazca, la historia comienza el 24 de octubre de 1954, tal como lo narra en una entrevisto
publicada en la revista digital denominada los 21 revista. Como, quien relata lo siguiente:

Yo nací el 24 de octubre de 1954, en el rancho La Noria, Sinaloa, municipio de


Badariguato, a dos horas y media de Culiacán, soy hijo de Emilio Caro Payan y Hermelinda
Quintero, fuimos doce hermanos, dos murieron, de varones soy el mayor, mi padre murió
cuando tenía catorce años, crie a todos mis hermanos y espero seguir haciéndolo, pues la
mas chica tiene dieciséis o diecisiete años, mi padre se dedico a la ganadería y a la
agricultura, rentaba tierras en la costa, no teníamos mucho dinero porque no somos ricos de
abolengo, pero si teníamos para comer, tengo muchos recuerdos de mi infancia, por que
sufrí mucho con mi familia, batallamos mucho a la muerte de mi padre, pero mi madre nos
saco adelante a todos, estudie hasta primer año de primaria, de niño mis juguetes eran una
pala y el rastrillo, sembraba frijol, maíz, trigo y arriaba ganado, a los veintitrés años me case
con Elizabeth, tenemos cuatro hijos el más pequeño de cinco años, cuando cumplí
veinticinco años, fui a Caborca, me dedique a la compra de ganado, luego después conseguí
un permiso para exportar a Estados Unidos, después me fui a Guadalajara donde entre en
sociedad con un amigo teníamos un ranchito que hora esta decomisado fueron tiempos
difíciles porque pedía fiado hasta los puercos, pero la gente me ayudo mucho y fui invirtiendo
poco a poco cuando estaba más barato. Entrevista que data del 23 de abril de 1988, antes
de que se confirmaran muchas cosas, aun en esa fecha del narco de narcos se hacía pasar
por inocente. Hoy sabemos que a los dieciocho años deja su casa, para dedicarse a conejar
un camión, poco después conoció a varias personas que le ofrecieron buena paga, si en los
terrenos donde trabajaba su padre sembraba marihuana, tras recibir buena paga Rafael y su
hermano José Luis comenzaron a rentar fincas para sembrar droga, situación que les trajo
suficiente dinero para comprar terrenos e incrementar el número de cultivos.

Originario de La Noria, Sinaloa, Rafael Caro Quintero fundó el llamado Cártel de


Guadalajara junto con su amigo y compadre Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca
Carrillo “Don Neto”. Al igual que muchos de los capos de esa época, Caro Quintero provenía
de una familia de campesinos con pocos recursos, a los 18 años decidió salir de su casa. Su
primer trabajo fue como chofer de un camión. Posteriormente, conoció a personajes que le
ofrecieron darle una buena paga si en los terrenos de su padre sembraba mariguana, tras
recibir buena paga, Rafael Caro Quintero y su hermano Jorge Luis comenzaron a rentar
fincas y sembrar droga, lo que le trajo grandes ganancias pues en poco tiempo adquirió
propiedades aledañas al predio. Su maestro en el negocio del tráfico de drogas y el primer
gran capo mexicano: Pedro Avilés Pérez, de este hombre Caro Quintero aprendió todo el
negocio. Con el dinero de sus ventas, se asocia por un tiempo con quien fuera su maestro en
actividades del narcotráfico y el primer gran capo mexicano, Pedro Avilés Pérez, de este
hombre caro aprendió todo el negocio, esta situación permitió asociarse con su amigo y tío
Ernesto Fonseca carrillo y con uno de los más buscados hasta ahora tanto en México como
en Estados Unidos de América Juan José Esparragoza moreno alias el azul, ya con los
nuevos socios caro quintero inicio a trabajar con elementos policiacos tanto federales como
estatales y logro forma un gran número de elementos que trabajaban para el, esto le permitió
conformar el cartel de Guadalajara junto con Ernesto Fonseca Carrillo y Miguel Ángel feliz
gallardo considerado como el zar de la cocaína en México y así se crea de 1979 a 1984 un
gran imperio el cual dominaba el trafico de drogas del país.
CAPITULO SEGUNDO

EL CARTEL DE GUADALAJARA

Sin duda este cartel fue la primera gran organización que puso en jaque al gobierno
federal en sus relaciones bilaterales con los Estados Unidos de América, aunque hoy
sabemos que los vecinos del norte estuvieron siempre mezclados con dicho cartel, pero que
hipócritamente mostraban otra cara, poniéndose una máscara de un lobo domesticado al
que le afectaba que en México existiera el cartel y exigían acabar lo que ellos mismos
fortalecían. En 1977, se lanzo la operación cordón en Sinaloa con el fin de mitigar el
narcotráfico en la región, Rafael caro quintero, Ernesto Fonseca carrillo, Miguel Ángel Félix
Gallardo y Manuel Salsido Veeta se habían hecho de poder y tomaron la punta del tráfico de
estupefacientes, como consecuencia del efecto cucaracha se trasladaron a Guadalajara
donde vieron un efecto fértil, para 1979 formaron y encabezaron el cartel de Guadalajara,
también se unieron al cartel Juan Ramón Mata Ballesteros, Juan José y Rafael Emilio
Quintero Payan, Juan José Esparragoza Moreno el azul quien ahora forman parte del cartel
de Sinaloa Pablo Costa Villa Real.

Esta situación le permitió asociarse con su amigo y tío Ernesto Fonseca Carrillo Don
Neto, Miguel Ángel Félix Gallardo, considerado el zar de la cocaína en México, y con el aún
hombre más buscado por las autoridades mexicanas y de Estados Unidos: Juan José
Esparragoza Moreno El Azul, y así crear de 1979 a 1984 un gran imperio en el cual
dominaban el tráfico de drogas del país, ya con sus nuevos socios, Rafael Caro Quintero
inició con el soborno a elementos policiacos tanto federales como estatales, y llegó a
conformar un gran número de elementos que trabajaban para él. Caro Quintero en 1984 les
compró 300 Grand Marquis, los pagó con dinero en efectivo que les entregó a los dueños de
la agencia con un portafolios, los Grand Marquis que compró costaban 1 millón 700 mil
pesos cada uno. Los dueños de la agencia le preguntaron a Caro Quintero de qué color
quería los carros, y él les respondió que eso valía madres, que los quería para su gente y
para regalarlos a los políticos, jefes de la policía y del Ejército, eso les dijo. Con apenas 29
años, Rafael Caro Quintero ya había amasado una fortuna estimada en 500 millones de
dólares, 36 casas y era accionista de 300 empresas en Guadalajara. Controlaba además la
siembra de mariguana en varias regiones de Sonora.
Otro de los actos de corrupción que se le conoce a caro quintero y donde fue inmiscuido un
político que actualmente forma parte del congreso de la unión, electo por un partido de
izquierda es Manuel Barttles Díaz, como lo menciona un testigo al que se le identifican como
José I, por la revista procesos, dicho político recibió apoyo económico, puesto que le
entregaron 4 mil millones de dólares para su campaña en pos de la candidatura a la
presidencia de la república, la entrega de ese dinero se dio en la casa de López de Vega y
se dio con el fin de entregarle un tráiler completamente lleno de dólares que estaban en
cajas de huevo de la marca bachocco, de acuerdo con las afirmaciones de dicho testigo
protegido, le ordenaron bajar dos cajas, que fueron abiertas a la vista de dicho político que
estaban llenas de puros billetes de cien dólares, en dicha reunión Manuel Barttles pregunto
cuando le entregaron el trailer como se lo iba a llevárselo, dando como respuesta Caro
Quintero, “a mi me vale madre”, nosotros ya cumplimos, háganle como quieran y muévanle,
eso ya es problema de ustedes, dicho dinero antes de ser entregado lo habían contado
dieciséis gentes en cinco días, el día en que fue entregado el dinero, los capos celebraban el
cumpleaños de Ernesto Fonseca Carrillo, alias Don Neto, y solo salieron de la residencia
para hacer la entrega al político del dinero, luego de eso entraron al domicilio de la fiesta y se
preguntaron que si Barttles cumpliría, a lo que respondieron, “nosotros ya cumplimos, ahora
hay que ver la respuesta de estos hijos de la chingada, fueron la respuesta de Caro
Quintero.

Rafael Caro Quintero y sus socios, realizaban fiestas descomunales donde asistían
políticos, gente de los tres niveles de gobierno, asi como gente de la alta sociedad, en donde
sobre salía el derroche de dinero y los excesos provocados por el alcohol y las drogas, tan
sol por mencionar algunos excesos, se dice que Caro Quintero atraía con joyas a las chicas,
en sus fiestas, las pistolas, diamantes, cocaína, además destacaban sobre las mesas como
buffet diversos platillos, Impresionaban los desfiles de veinteañeras como maniquíes, las
esclavas de oro con diamantes extravagantes, los trajes impecables de los hijos de los
traficantes, educados en las mejores escuelas de Culiacán. Un dia llegó con un anillo de
diamantes, "Quien me trate bien se lo queda". El era gordo, feo, naquísimo, pero a las
jóvenes beldades invitadas al cumpleaños les brillaron los ojos, por su codicia y se peleaban
por estar a su lado.

Artistas asistían a las fiestas de Fonseca Carrillo o de Caro Quintero, eran Beatriz Adriana,
quien era comadre de Miguel Ángel Vielma, el Negro Vielma. Las artistas los visitaban
incluso estando presos en el D. F., como Marcela Rubiales, incluso en el Reclusorio Norte,
hubo una fiesta que duró tres días fue la misma Lola Beltrán a cantarles. De acuerdo con el
testimonio aportado por J33, quien fuera sicario de dicho cartel menciona que otros músicos
o artistas de esa época que asistían a las fiestas de los jefes del cártel de Guadalajara
fueron Los Cadetes de Linares, la banda el recodo de Don Cruz Lizarraga, Padre, Broncos
de Reynosa, Paulino Vargas, Carlos y José; les pagaban para que compusieran sus
corridos, e inclusive a Vicente Fernández una vez lo llevaron a la fuerza a una fiestas,
seguido lo invitaban pero nunca quiso ir. Esa vez, en las fiestas de octubre de Guadalajara,
lo dejaron que terminara de cantar en el palenque y a fuerza lo llevaron a la fiesta que había
en una casa de Caro Quintero. ‘Miren, señores, yo aquí les canto lo que quieran. Pero eso
del vicio no, yo soy tequilero. No quiero drogas’, les advirtió, a don Ernesto no le gustaba
mucho Vicente Fernández, él era de banda, pero a Caro Quintero sí.” Entre los malos
funcionarios que formaban parte de la nomina del cartel es encontraban Sergio Espino
Verdín, comandante de la policía, José María Carlos Ochoa de la policía judicial división
homicidios, el General Vinicio Santoyo Feria comandante de la quince zona militar, el
General Arévalo Gardoqui, Secretario de Defensa Nacional, Manuel Aldaba Ibarra, Director
de la Interpol México, Enrique Álvarez del Castillo, ex gobernador de Jalisco, Manuel Ibarra
Herrera, se dice que estos personajes fueron testigos cuando ejecutaron a Enrique
Camarena.
CAPITULO TERCERO
RANCHO EL BUFALO

Búfalo es el nombre de un pequeño poblado sin pavimentar, de apenas 80 casas, que


están a unos 20 kilómetros antes de encontrarse con una gigantesca planicie, de unos 300
habitantes, esta como a cuatro horas al sur de Chihuahua, entre las ciudades de Camargo y
de Jiménez, fue cerca de Búfalo donde a unos 20 kilómetros , donde se situaban los dos
ranchos que fueron propiedad de Rafael Caro Quintero y que erróneamente se les llamo
Rancho El Búfalo, pero jamás tuvo ese nombre, estas tierras fueron compradas a dos
personas de apellidos Muriel y Manarez, contaban con una extensión de mil hectáreas, fue
precisamente en ese lugar donde laboraban tan solo siete mil campesinos, quien trajo de su
natal Badariguato y de Mazatlán Sinaloa, ya que decidió no invitar a gente de Búfalo
probablemente lo hizo para que no se corriera el rumor en los pueblos cercanos a sus tierras
o para darles trabajo a sus paisanos a quien había traído bajo engaño, les prometió una
paga de miles de pesos y les dijo que solo sería una temporada y las regresaría cosa que no
fue así, puesto que en dichos ranchos contaba con un avanzado equipo de riego que le
permitía el cultivo del enervante todo el año, sin importar la época del año que trascurriera,
los trabajadores cultivaban y empaquetaban marihuana todo el año, por ello solo recibían
quinientos pesos de vez en cuanto, si alguien se le ocurría salir del rancho lo mataban.

Una persona de nombre Víctor Manuel Corrales, señalo cosa distinta lo que habían
dicho los habitantes de Búfalo, que fue contratado en Culiacán, Sinaloa: "A mí me dijeron
que venía al cultivo y procesamiento de la mariguana y que no tuviera temor porque todo
estaba controlado por el gobierno- Los ranchos eran adquiridos en 30, 40 y 50 millones de
pesos y todos eran liquidados en dolaritos. Antes de que llegara la ley, cargamos un
promedio de cuatro camiones torton repletos de mariguana, empaquetada en cajas de ocho,
diez y 14 kilos de yerba". Otro de nombre Francisco Ruiz, originario de Oregón, Sonora,
señala "Los narcos les ofrecieron trabajo informándoles plenamente que se trataba de
cosecha e industrializar mariguana, pero afirmando que los plantíos eran del gobierno y que
por eso no tendrán problemas con las autoridades, les decían que terminarían en 20 o 25
días y para el 15 de diciembre estarían todos de regreso a sus casas. Empezaba a trabajar a
las cuatro de la mañana y terminaba su jornada a las nueve. No es cierto que nos trataban
mal, nos trataban bien.

Sin embargo a sus alrededores era todo lo contrario puesto que la gente de confianza
bajaba a la ciudad de Jiménez y de Camargo a realizar las compras. Para abastecerse de
tortillas, carne y ropa cerraban temprano los dueños de los negocios, pues sacaban en
pocas horas lo del día, de acuerdo al testimonio de Jorge González habitante de Jiménez, de
acuerdo con otro testimonio, que señala que cada mañana se llevaban 500 kilos de tortilla y
al medio día regresaban por otra cantidad igual siendo una tonelada de tortilla la que se
consumían a diario los trabajadores del denominado rancho el Búfalo, a la encargada de una
tortillería, menciona que le compraron más máquinas para que hiciera las tortillas necesarias
para toda la gente, diario, al menos la gente no se debía dormir, menos las amas de casa
puesto que tenían que madrugar y comprar su mandado antes de que la gente de Caro
Quintero arrasara con el producto que utilizarían, de vez en cuando las cantinas eran
visitadas por ingenieros agrónomos y contadores del rancho que iban a tomar, pistear y
buscar mujeres. En el rancho donde sembraban y cosechaban mariguana, se tenían
almacenada y sembrada más de 9 mil toneladas de la yerba y secuestradas a cerca de 10
mil personas, contaban con plantas de luz, pozos para extraer agua, una enfermería, radios
transmisores, armas de las llamadas cuerno de chivo, camiones torton, contactos que les
advertían la posible llegada de las autoridades y más de los socios que controlaban los
campamentos. En la noche y durante casi dos meses salieron los torton cargados de mota
bien seleccionada: polvo, semilla, cola de borrego y pelo rojo. Toda exportable, consigna el
medio de comunicación.

Uno de los principales beneficiados fue el dueño de un taller mecánico en Jiménez,


puesto que Caro Quintero llegaba en convoy de tres o cuatro vehículos a alta velocidad, de
la marca Marquis y si un auto tenía el mínimo ruido, lo dejaba en el taller y pagaba bien, en
dólares, le decía:’ quiero que por favor dejes de hacer todo lo que estás haciendo para que
atiendas sólo a nuestros vehículos, aunque esta fueran fallas mínimas, y el mecánico las
corregía rápido. Una vez llegaron en uno de los vehículos que les venía fallando, dijo que lo
revisara urgente porque tenían que salir rápido, llegaron al mediodía, se dio cuenta que no
era gran cosa. Cuando regresaron, Caro Quintero le pidió las llaves del carro y le preguntó:
¿abriste algo?, Le respondió que no. Y luego Caro Quintero abrió la cajuela, estaba tapizada
de dólares. El mecánico le dijo que su trabajo había sido enfrente y no tenía por qué abrir
atrás. Agarró un fajo de dólares y se los dio”.

Otro negocio beneficiado fue uno de los desponchados ubicado en la entrada de


Jiménez. “El dueño me señalo que un día llegaron unos tipos y le preguntaron cuántos autos
atendía al día. Le dijo que dependía del día, a veces uno a veces hasta cuatro, le pidieron
que cerrara el negocio al público para que trabajara sólo para ellos. Y así fue. Le pagaban
bien”. En la tienda de ropa del pueblo en Camargo también se vio beneficiada. En una
ventana grande, había cobijas de esas cuadradas y tenía la dueña un saco de piel verde. Un
día llegaron y le compraron todas las cobijas, a uno de ellos le gustó el saco verde. Luego
regresaron otros que querían sacos, pero ya no había porque lo había traído de Estados
Unidos, y le pidieron traer más de varios colores. Le pagaron ahí mismo y fue por más
sacos. Sin embargo en el pueblo denominado Bufalo, la situación era de otra manera, puesto
que la gente de dicho ranchos nunca llegaban a comprar, aseguran que todo lo llevaban de
Jiménez o a Camargo, la única ocasión que vieron a los trabajadores, fue después del
operativo en el rancho, en su calle principal solo pasaban los camiones torton cargados de
marihuana, pero sus tripulantes decían que eran solo manzanas, cultivadas en el rancho.

Enrique Camarena el causante del operativo en el rancho, era un México-americano


nacido en Baja California Sur, naturalizado estadounidense, miembro de la marina, también
fue parte del departamento de bomberos de los Ángeles California, en 1981 la DEA lo asigna
a Guadalajara, Jalisco, con la tarea de infiltrarse en las redes del narco, tres años más tarde
Rafael caro quintero lo llama compadre, Camarena le ha prometido impunidad desde el sur
hasta el centro del país y se lo cumplió para ganarse su confianza y la de sus socios, pronto
le contaron lo de los ranchos del avanzado sistema de riego, del proceso de empaquetado,
de los doce camiones que salían a diario y de los ocho mil millones de dólares que se
ganaba por cada viaje a Estados Unidos de América, entre los principales líderes del cartel
trataban a kiki Camarena como compadre, pues Camarena les daba la impunidad desde
Guerrero hasta Tijuana, Camarena sobre voló el rancho junto con el piloto Alfredo Zavala, la
DEA dio aviso al ejército mexicano, en noviembre de 1984, unos 450 soldados apoyados en
helicóptero ingresaron al rancho el Búfalo, el 9 de noviembre del 1984, el sol de parral
publico el decomiso de dos mil toneladas de marihuana y la detención de quinientos
hombres solo el primer día, misma que fue creciendo con el paso del tiempo, lo incautado
fue la producción de mil hectáreas de plantación de marihuana, volumen que representaba el
consumo de de varios meses a estados unidos y cuyo valor era de ocho mil millones de
dólares, con los días la cifra llego a 3000 detenidos, mismo que fueron liberados con el paso
de los tiempos al comprobarse que solo eran empleados forzados a trabajar, en total eran
mas de 10000 hombres que fueron empleados por caro quintero, entre campesinos,
contadores, ingenieros agrónomos, sicarios, el resultado oficial marca que fueron 10 mil 900
toneladas, 8 mil 500 toneladas empaquetadas y 2 mil 400 toneladas de matas, eran 60
millones de matas de marihuana equivalente a 6 millones de matas por hectáreas, en ese
tiempo la población era 65.1 millones de habitantes, una planta por cada mexicano.

Comenta un ex trabajador del rancho que no da su nombre por las represarías que se
pudieran originar que esa noche acabábamos de descargar dos trocas y había salido un
tráiler más temprano, bien cargado. Cuando cayó el Ejército, ya nomás había como 100
paquetes de cola (espiga) de 10 kilos cada uno, pero todo lo demás ya había salido a
Estados Unidos. Quemaron el puro guarumo (desecho) que estaba amontonado en cerros
del tamaño de una casa, o sea los tallos de las hojas, pero la cola ya se había mandado en
los tortons para venderse. Un kilo cuesta 100 mil pesos”.

El día del operativo, los habitantes de Búfalo, vieron los campesinos que mantenían
siempre encerrados, cuando salieron corriendo porque llegaron los militares a decomisar la
marihuana. “Cuando vino el relajo vinieron aquí para pedir raid, o para pedir hacer una
llamada, venían bien espantados de allá, la mayoría corría hacia las montañas, iban
perdidos, se escondían en las zanjas o tras arbustos, por lo que días después del operativo,
los pobladores les ofrecían agua a un grupo de mujeres que permanecían escondidos, sin
saber a dónde ir, a esta gente no la dejaban salir nunca por lo que no conocían la zona,
había hombres en las puertas con escopetas, tenían retenes, los hombres vestían como
federales de aquella época, pero esa ves tuvieron que huir”. La gente se iba, los que
huyeron para que no los detuvieran algunos caminaron hasta 48 horas para encontrar la
manera de regresar a sus estados, situación que cobró la vida de unas siete personas,
cuatro ancianos; algunos fueron asesinados en el campo de mariguana. No se quedaron ahí,
se los llevaron en el tren o en otros medios de trasportes, muchos no sabían que estaban
secuestrados, decían que venían engañados, que venían por la manzana, los traían ahí pero
ya no los dejaban salir. Actualmente esas tierras fueron asignadas a 42 ejidatarios, las
dividieron en dos ejidos, Álamos y ampliación Felipe Ángeles. Los pobladores de Búfalo,
jamás vieron a Caro Quintero en el Búfalo, sólo lo conocían por nombre y hasta le
compusieron un corrido, recuerda uno de los más jóvenes.

Esa noche la policía se llevó a los detenidos a la a cárcel de Parral, estaba de


presidente municipal Gustavo Villarreal Posada, del PAN, en un acto de derecho humanismo
propagandístico, asesorado por su apoderado legal, en la noche fueron a comprar burritos
porque los presos se quejaban de tratos inhumanos porque los tenían sin comer, como
animales. Fueron a llevarles burritos y Antonio Quezada Fornelli (titular del Ministerio Público
federal) se enojó y mandó un camión de redilas, se trajeron a todos a Chihuahua por la
simpatía política que pudiera generar aquel acto. El propietario de ese rancho, decían, era
Carmelo Avilés. Unos días después, decomisaron la producción del Búfalo.

Días después de sucedido el decomiso y destrucción de la marihuana, llegó el


reportero Rafael Salas a cubrir para El Sol de Parral, había dos militares, lo detuvieron y se
identificó. Un soldado le ofreció dos cajas de mariguana, una para él y la otra para que la
llevara a un domicilio en Jiménez, pero él salió corriendo por el monte, porque no quería
topárselo, recuerda, sin embargo, hubo otros reporteros que llegaron en helicópteros para
cubrir el decomiso, y se dijo de algunos se regresaron con marihuana. Al mes del decomiso,
cuando el periodista viajó a esa región para conocer el ambiente, había matitas de
mariguana que estaban creciendo de la semilla que quedó tirada.

En algunos periódicos como El Heraldo de Chihuahua se aseguraba que era una


banda internacional que operaba en Florida, Estados Unidos y que trasladó su centro de
operaciones al rancho El Búfalo, protegida por funcionarios de la Secretaría de Gobernación.
Era parte de la “Operación Pacífico”. El periódico Norte, informó que las declaraciones de los
campesinos indicaron que dos días antes en la madrugada, les dijeron que habría problemas
y comenzaron a liberarlos. "Vivían en un verdadero campo de concentración. Tenemos
indicios que muchos que trataron de huir fueron asesinados por los narcotraficantes", dijo el
vocero la PGR de aquella época a los medios de comunicación. Uno de los campesinos,
indica El Heraldo, dijo: "Yo le puedo asegurar, a cualquiera que me lo pregunte, que hubo
una masacre de gentes inocentes que fueron acribilladas a tiros, por personas que durante
las 24 horas vigilaban los centros de concentración donde se procesaba mariguana en el
pueblo de Búfalo". Y el periodista Clofas Ledesma, uno de los que dio cobertura, asegura
hoy que los militares dispararon contra los campesinos desde el aire, pero hubo orden de
que no se publicara esa parte, sólo podían consignar el decomiso masivo. Las autoridades
alcanzaron a detener a algunos jornaleros, incluidos mujeres y niños que también les hacían
trabajar 20 horas diarias. En el rancho Chilicote, donde decomisaron otra parte importante de
droga, los campesinos revelaron a El Heraldo, que además se los depósitos a donde llegaba
la droga de varias partes en tráilers, los obligaron a sembrar 86 hectáreas de mariguana. Los
campamentos eran vigilados por 60 individuos. En El Chilicote los guardias detenidos
"confesaron que formaban parte de una banda integrada por 140 socios y que un hombre de
nombre y apellido Rafael Quintero los capitaneaba y que Andrés Durán Fuentes aparecía
como el segundo", indica El Norte

CAPITULO CUARTO
EL ASESINATO DE ENRIQUE KIKI CAMARENA

Una vez que fue efectuado el operativo en el que hasta este momento la historia ha
llamado el Rancho El búfalo, Caro Quintero, estaba en su nata lBadariguato cuando se
enteró de la perdida, lo primero que se le vino a la mente como causante de dicho operativo
fue Kiki, el compadre, mando a llamar a Juan Ramón Matta Ballesteros, un hondureño que
servía de contacto con los carteles colombianos, para el tráfico de cocaína, y le encomendó
la investigación del porque el ejército sabia tanto del rancho y de todo el dinero que se
movía, luego de confirmar, que el era el espía de la DEA, alrededor de las tres de la tarde
del 7 de febrero de 1985, una camioneta bloqueo el paso en horarios diversos a Camarena y
a Zavala, que caminaban frente al consulado de su país en Guadalajara, les dijeron que el
comandante quería verlos, por lo que ellos se imaginaron que era algún comandante de la
DFS, con quien se veían de seguido para acordar movimientos, pero el comandante era
Quintero, con posterioridad el agente y su piloto fueron, torturados y asesinados dos días
después.
Los cuerpos de Camarena y Zavala aparecen un mes después del secuestro en un
rancho llamado El Mareño, en el kilómetro 36 de la carretera Zamora-La Barca, a unos 100
kilómetros de Guadalajara.

CAPITULO QUINTO
OPERACIÓN LEYENDA

Sara Cosío Vidaurri Martínez era una de las jovencitas más populares de los centros
nocturnos y restaurantes caros de Guadalajara, hija del secretario de Educación Pública de
Jalisco, César Octavio Cosío Vidaurri, y sobrina de Guillermo Cosío Vidaurri, exgobernador
de la entidad y expresidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la capital
mexicana, de acuerdo a una entrevista que dio un testigo protegido por los Estados Unidos
de America y que accede hablar para la revista Proceso, ocultando su rostro e
identificándose con el seudónimo Jose I, describe que; Sarita no era tan bonita como se
decía, quien conoció de cerca a esta mujer, más bien Rafael Caro Quintero se encaprichó
con ella. Era medio gordita, la primera vez que se vieron fue en una fiesta, ella y el narco de
narcos hablaron mucho y pasaron mucho tiempo juntos. La segunda o tercera vez que Caro
Quintero la vio fue en un restaurante de Ernesto Fonseca Carrillo que se llamaba Lido. Era
una casa antigua convertida en restaurante, frecuentado por las personalidades del gobierno
y de la alta sociedad de Guadalajara, cuando la vio en el Lido, ella andaba acompañada
supuestamente de un pretendiente. Rafael iba a matar a ese muchacho por esa causa; no lo
mató porque se lo pidió Sara. En el restaurante el mismo Rafael le puso unos madrazos y lo
echaron para fuera. Ahí presionó un poquito más a Sara. Ella igualita de caprichosa que
Rafael, hija de ricos, al fin, como ejemplo podemos mencionar, Caro Quintero le regaló un
carro blanco convertible, un Ford Continental que los Tierra Blanca le fueron a entregar a
Sara a su casa. Pero no lo quiso, lo regresó con los mismos Tierra Blanca, extrañamente,
Rafael no se enojó; me pidió a mí que le llevara nuevamente el carro a Sarita. Le llevé el
carro a la muchacha, quien vivía en la casa del papá. Dejé el carro en la casa, estacionado.
Luego salió ella y lo quemó, le echó gasolina y lo quemó. Eso ocurrió a finales del año 1984.
El carro que quemó Sara era uno especial que encargó Rafael a la agencia Ford Country
Motors de Guadalajara, familia de Sara se encargó de que la historia se contara de que ella
fue secuestrada, puesto que su papa se oponía a la relación.

El 8 de marzo de 1985, se corrió el rumor que Caro Quintero se había robado a Sara
Cosío en las calles de Guadalajara. Su familia denuncia el plagio, pero el narcotraficante
alega que ella lo sigue hasta Culiacán. Posteriormente hace una llamada de Cosío a su
casa, para decir a sus padres que está bien, permite a la DEA tener el número de origen de
la llamada. Viene de un lugar cercano a San José, Costa Rica. Era el 4 de abril de 1985
cuando la policía de Costa Rica dio, sin saberlo, un gran golpe a la organización del Cártel
de Guadalajara, fundada por las familias Caro Quintero, Félix Gallardo y Fonseca Carrillo, al
ser capturado Caro Quintero, la policía encontró a Sara, quien presuntamente estaba
secuestrada operativo montado para rescatarla de su secuestrado, al ver eso ella grito "Yo
no estoy secuestrada... yo estoy enamorada de Caro Quintero", dijo Sara Cosío a las
autoridades que la habían, supuestamente, salvado del secuestrador, cuando vio cómo la
policía allanó la casa donde se encontraba con el. En 15 minutos que duró el operativo en
aquella quinta "San Rafael de Ojo de Agua", realizado por 25 agentes de la Unidad Especial
de Intervenciones y de la Sección de Estupefacientes, y el gobierno de Costa Rica tenía en
sus manos a uno de los narcotraficantes más buscados por Estados Unidos., sin saberlo.
Doce horas después de haber mandado el reporte al gobierno de México de las huellas
dactilares de los detenidos, llegó la sorpresa. "Ustedes detuvieron a Caro Quintero, lo
buscamos por tráfico de drogas y la DEA por matar a uno de sus agentes", dijeron las
autoridades mexicanas. Al ser detenido en Costa Rica le fueron decomisados la casa donde
se le encontró, un arma chapada en oro con incrustaciones de diamantes, 300 mil dólares
en efectivo, joyas por un valor de un millón de dólares, dos carros de lujo. También cuatro
propiedades valuadas en 1.9 millones de dólares. Sus inversiones en aquel país
centroamericano rebasaron los 2.5 millones de dólares.

Tras la captura de Caro Quintero, derivado de sus declaraciones, es detenido el


comandante de la Policía Judicial Federal, Jorge Armando Pavón Reyes, quien estuvo a
cargo de la investigación del caso Camarena. Se le procesó ya que presuntamente el capo le
pagó 60 millones de pesos para que en marzo de 1985 le permitiera salir del Aeropuerto
Internacional de Guadalajara. El mando policiaco quedó sujeto a proceso, pero al final fue
absuelto del delito de cohecho.

CAPITULO SEXTO

RAFAEL CARO QUINTERO EN PRISION.

Al ser detenido el 4 de abril de 1985 en Costa Rica, Caro Quintero tenía apenas 33
años.

Fue recluido en el penal de alta seguridad de Almoloya de Juárez, donde fue recluido
antes de ser enviado al de Puerta Grande, Pablo de Tavira entonces director del penal lo
encontró flanqueado por dos mujeres, portando su medallón de oro y otros artículos
prohibidos, a lo que no le pareció bien fue entonces que Tavira pidió que los custodios le
llevaran un perro de la raza Rottweiller, con el cual lo arrinconó y doblegó de momento su
altanería, fue entonces que le dijo “A partir de ahora no eres Rafael. Eres un número más”,
desde ese momento tenía que renunciar a la tranquilidad y las comodidades que pudo pagar
durante el tiempo que estuvo recluido en el Reclusorio Norte, por lo que el Director del
reclusorio quería enseñarle al capo que su reinado había terminado, pero el capo era un
hueso duro de roer. Tavira le dijo Te vas al hoyo, hasta que aprendas". Y antes de ser
llevado al área de castigo del penal de alta seguridad, el narcotraficante alcanzó a decir:
"Estás viviendo horas extras. Estás respirando horas extras". Así comenzó la amenaza de
Caro Quintero, uno de los primeros internos que llegó al penal de alta seguridad en
Almoloya. Los tres meses que pasó en el área de castigo dieron resultado: tras el primer mes
se negó a acatar órdenes y permaneció otro mes más, pero al tercero salió visiblemente
demacrado, con algunas secciones del cabello canoso, Tavira y Caro Quintero después
volvería a toparse con el capo en el penal del Altiplano, el primer atentado sufrido y del que
se cree que autor intelectual fue Caro Quintero, fue el que sufrió un atentado en 1994,
cuando apenas tenía diez días al frente de la PJF, en su domicilio fue expuesto a una fuga
de gas del sistema de calefacción domestica, fue llevado al hospital donde fue reportado
como grave por el proceso de desmineralización que le pudo causar la muerte cerebral.
Antonio Lozano Gracia, entonces titular de la PGR, informó que la fuga de gas del ex
funcionario había sido un accidente, dando por cancelada cualquier posibilidad de un
atentado, el autor material de dicho atentado fue su propio chofer y finalmente se consumo
su venganza, el dia 21 de noviembre de 2000, después de participar en un evento público en
Hidalgo, Juan Pablo de Tavira fue asesinado alrededor de las 19:30 horas, recibió cuatro
tiros, en el interior del comedor del Centro de Extensión Universitaria de la Universidad
Autónoma de Hidalgo, por un sujeto desconocido que, luego del crimen, huyó con rumbo
desconocido. 

Quintero fue sometido a seis procesos penales y su defensa logró que cuatro de ellos
fueran sobreseído, otro fuera absuelto y en el último la sentencia que recibió fue de 13 años,
menor al tiempo que pasó en prisión. La última batalla fue para lograr que el segundo
Tribunal Unitario del Tercer Circuito, con sede en Jalisco, no fuera juzgado por la justicia
federal, sino por un juez del fuero local, en particular de Jalisco, donde ocurrió el secuestro y
homicidio del agente estadounidense el 7 de febrero de 1985, aunque su cuerpo se encontró
en un rancho fronterizo del estado de Michoacán. La resolución se derivó de un amparo
concedido a Caro Quintero dos días antes de su liberación –el miércoles 7– por el Primer
Tribunal Colegiado en Materia Penal del mismo circuito— debido a que el agente de la DEA
actuaba en territorio mexicano sin reconocimiento diplomático del gobierno, de acuerdo con
las crónicas periodísticas, el papeleo para que Rafael Caro Quintero saliera de la cárcel duró
35 minutos, con lo que puso fin a 28 años de cárcel, sin haber llegado a los 40 que le habían
sido impuestos

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