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Clarín 21-10-04

LA NUEVA ESTRATEGIA ES DE LARGO PLAZO, CON PERFIL PRODUCTIVO Y CONOCIMIENTO


DEL NEGOCIO

La devaluación derrumbó el modelo de los


fondos de inversión de los 90

Compraban empresas con créditos cortos, pensando en venderlas


pronto. El salto del dólar y un marco recesivo provocaron el colapso.
Tras la crisis, las operaciones se redujeron a una quinta parte.

En la década de los 90 los fondos de inversión —mayormente de origen


norteamericano— protagonizaron la mayor ola de compras de
empresas en el país desde la nacionalización de las compañías en la
década del 50. Claro que el default y las nuevas condiciones
macroeconómicas globales tuvieron su correlato en este negocio: las
operaciones se redujeron a una quinta parte después de la crisis de
fines de 2001.

La estrategia de los fondos de inversión de aquella época era sencilla:


comprar empresas apalancándose en deuda de corto y mediano
plazo, buscando hacerlas crecer rápidamente y venderlas por un
importe mayor. Las claves del éxito eran vender antes que el
financiamiento expirara y conseguir un buen management que
permitiera mostrar la anhelada curva ascendente en los números, aunque
muchas veces se tratara de proyecciones que la realidad se ocupó de
desafiar.

Un análisis poco generoso, pero realista, diría que el "timing" adecuado


era una de las claves del éxito. Otra, sin duda, era la red de relaciones
institucionales que estos fondos pudieran construir de la mano de
intermediarios locales, que muchas veces abrían los despachos del
establishment, oficial y privado, de entonces.

En definitiva, el sentido de oportunidad para encontrar al comprador y la


posibilidad de mostrar una buena gestión empresarial no siempre fueron
de la mano. Prueba de ello es la desaparición de los fondos
protagonistas de los 90 en medio de quiebras, ventas de activos a
valores sustancialmente inferiores a los de adquisición o complejas
reestructuraciones de deuda aún en curso de negociación, acompañadas
en no pocos casos de inversionistas que demandan a los ejecutivos
o ex ejecutivos de los fondos.

Un primer balance de la época podría concluir que la devaluación


produjo el colapso de estas empresas altamente endeudadas. Pero
según especialistas no es la única razón de la caída. Aun antes de la
devaluación muchas de las empresas operadas por los fondos tenían una
crónica falta de eficiencia en la gestión, que —combinada con la
recesión del país y sus abultadas cargas de deuda— eran un pasaporte
casi seguro a importantes crisis económico-financieras.

Una comparación con sus competidores muestra que aquellas empresas


conducidas por sus propios dueños, que estaban gerenciadas por
equipos profesionales y que no tenían como objetivo la venta en el
escenario inmediato, superaron mejor la crisis económica de la
Argentina. Las empresas manejadas con vocación productiva
continuaron, en general, en manos de sus accionistas y lograron
acuerdos de reestructuración importantes o están en camino de ello. Tal
el caso de Loma Negra, Autopistas del Sol, Multicanal, Telecom, Coto,
Mastellone, Sancor, etcétera, que a partir de su conocimiento del negocio
supieron ajustar sus estructuras y sobrevivir a la debacle.

Entre los principales fondos que operaron en esa época se destacan:

 Exxel Group, de Juan Navarro, que controló 73 compañías y llegó a


facturar US$ 3.900 millones, entre las que se destacaron Musimundo y
Freddo (hoy del fondo Pegasus, de Mario Quintana), Fargo, Havanna
(hoy del fondo de Christian Colombo y Guillermo Stanley), OCA (de
Advent, liderado por Eduardo Campiani), Supermercados Norte
(absorbida por Carrefour); Blaisten, Polo Ralph Lauren, TIM Galeno Life e
Interbaires. Exxel llegó a contar con la participación en su equipo de
dirección de un ex embajador de los Estados Unidos: Terence Todman.

 CEI Citicorp Equity Investments, del que participaron Ricardo


Handley (Citibank), Raúl Moneta (Banco República) y Martín Ruete (ex
bancos Palmares y BIBA, actualmente titular del fondo Coinvest). En los
90 el CEI jugó fuertemente en el sector de medios y telecomunicaciones
llegando a controlar medios gráficos, canales de TV, radios y sistemas de
cable. También contabilizó frustraciones históricas como Celulosa y Altos
Hornos Zapla.
 NewBridge, de Texas Pacific, dirigido por Rick Shifter y Rogelio
Pagano (hoy director del Dolphin Fund), que realizó importantes
inversiones en Alpargatas y empresas de seguros.

 Hicks, Muse, Tate & Furst, de Tom Hicks, representado en


Argentina por Rick Neuman y Marcos Clutterback. En una época cercanos
al Banco República, invirtieron más de US$ 1.500 millones en América
latina en diferentes activos, tales como Telefónica de Argentina (luego
vendida), Claxon (El Sitio), Meca (vía pública), PSN (canal deportivo que
se presentó en bancarrota en EE.UU.), Fox y TyC, entre otras. Su mayor
inversión local fue Cablevisión, que actualmente tiene una deuda en
default de aproximadamente US$ 800 millones, por la cual existen
múltiples conflictos legales, versiones de venta y serias disputas con el
fondo buitre W. R. Huff.

 Otros fondos que realizaron inversiones en los 90 fueron J. P.


Morgan Partners (llegó a invertir US$ 200 millones en la región),
Advent International y DLJ Credit Suisse.

El modelo de estos fondos de inversión —compras con apalancamiento,


ventas revaluadas— fue apagándose a fines de los 90 y no sobrevivió a la
crisis. Para los tiempos que vienen, el modelo pareciera ir en otra
dirección: inversiones de largo plazo, con perfil productivo y know
how de los negocios, estructuras de capital más largas y menor
relación entre endeudamiento y capital propio. Si miramos en el
origen de las inversiones, países como Brasil y México, con burguesías
fuertes y políticas de apoyo a sus "multis", parecieran llevar la
delantera. Telmex, Bimbo, Petrobras y Ambev son algunos ejemplos.

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