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CENTRO DE RECURSOS
Detalle de actividades
Prebásica
¿Qué es?
Mes
Abril Mayo Junio Julio Agosto septiembr Octubre Noviembre
e
Gabriela Tania Andrea Fanny Tania Gabriela Fanny Andrea
Nivel Nivel Nivel de nivel de
de la de la la la tarde
mañan mañan mañana
a a
El libro viajero consiste en un cuaderno el cual será elaborado por los estudiantes
con sus respectivas familias en el hogar.
Deberán escribir en él un cuento breve y apoyarlo de un dibujo, todo en base a la
creatividad e imaginación del estudiante.
Partirá a un hogar distinto todos los fin de semanas (pueden organizar a los
estudiantes según sus números de lista) y al regreso (día lunes) se espera que el
estudiante pueda expresar de forma oral dicha creación.
Nota: Cada nivel tendrá un cuaderno en el cual como curso los estudiantes se
encargarán de darle vida junto con sus familias, cuidándolo y siendo responsable
con él.
Cuenta cuentos será una actividad la cual se realizará con los padres y
apoderados de los estudiantes. Para ello la docente a cargo deberá entregar un
cuento a los padres y organizarse para presentarlo en el patio del establecimiento
a los niñas y niñas.
Pueden usar diversas estrategias para la narración ya sea a través de la
narración en vivo de un padre y el resto actúa o bien todos ir narrando la historia
según diálogo (obra dramática); apoyándose de audio y/o vestimenta para
despertar el interés de los estudiantes.
Mes
Abril 17 de 8 de Junio 2 de 6 de 5 de 15 de Noviembre
Mayo Julio Agosto septiembre Octubre
Tania Andrea Fany Gabriela Fany Tania
Mañana tarde Mañana Tarde
Caperucita roja
Había una vez una niña muy bonita. Su madre le había hecho una capa roja y la muchachita la
llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.
Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que vivía al otro lado del
bosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy
peligroso, ya que siempre andaba acechando por allí el lobo.
Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña tenía que
atravesar el bosque para llegar a casa de la Abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se
encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas...
Caperucita puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores: - El lobo se ha ido -pensó-,
no tengo nada que temer. La abuela se pondrá muy contenta cuando le lleve un hermoso ramo de
flores además de los pasteles.
Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la Abuelita, llamó suavemente a la puerta y la anciana le
abrió pensando que era Caperucita. Un cazador que pasaba por allí había observado la llegada del
lobo.
- Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela.
- Son para...¡comerte mejoooor!- y diciendo esto, el lobo malvado se abalanzó sobre la niñita y la
devoró, lo mismo que había hecho con la abuelita.
Mientras tanto, el cazador se había quedado preocupado y creyendo adivinar las malas
intenciones del lobo, decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la Abuelita. Pidió
ayuda a un segador y los dos juntos llegaron al lugar. Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo
tumbado en la cama, dormido de tan harto que estaba.
El cazador sacó su cuchillo y rajó el vientre del lobo. La Abuelita y Caperucita estaban allí,
¡vivas!.
Para castigar al lobo malo, el cazador le llenó el vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar.
Cuando el lobo despertó de su pesado sueño, sintió muchísima sed y se dirigió a un estanque
próximo para beber. Como las piedras pesaban mucho, cayó en el estanque de cabeza y se
ahogó.
En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron más que un gran susto, pero Caperucita Roja
había aprendido la lección. Prometió a su Abuelita no hablar con ningún desconocido que se
encontrara en el camino. De ahora en adelante, seguiría las juiciosas recomendaciones de su
Abuelita y de su Mamá.
En el corazón del bosque vivían tres cerditos que eran hermanos. El lobo siempre andaba
persiguiéndoles para comérselos. Para escapar del lobo, los cerditos decidieron hacerse una casa.
El pequeño la hizo de paja, para acabar antes y poder irse a jugar.
El mediano construyó una casita de madera. Al ver que su hermano pequeño había terminado
ya, se dio prisa para irse a jugar con él.
- Ya veréis lo que hace el lobo con vuestras casas- riñó a sus hermanos mientras éstos se lo
pasaban en grande.
El lobo salió detrás del cerdito pequeño y él corrió hasta su casita de paja, pero el lobo sopló y
sopló y la casita de paja derrumbó.
El lobo persiguió también al cerdito por el bosque, que corrió a refugiarse en casa de su
hermano mediano. Pero el lobo sopló y sopló y la casita de madera derribó. Los dos cerditos
salieron pitando de allí.
Casi sin aliento, con el lobo pegado a sus talones, llegaron a la casa del hermano mayor.
Los tres se metieron dentro y cerraron bien todas las puertas y ventanas. El lobo se puso a dar
vueltas a la casa, buscando algún sitio por el que entrar. Con una escalera larguísima trepó hasta
el tejado, para colarse por la chimenea. Pero el cerdito mayor puso al fuego una olla con
agua. El lobo comilón descendió por el interior de la chimenea, pero cayó sobre el agua
hirviendo y se escaldó.
Escapó de allí dando unos terribles aullidos que se oyeron en todo el bosque. Se cuenta que
nunca jamás quiso comer cerdito.
Había una vez, una niña muy guapa y muy buena que se llamaba Blancanieves. Cuando
era pequeña, su madre murió y su padre volvió a casarse de nuevo. La nueva madre de
Blancanieves era muy malvada y tenía mucha envidia de Blancanieves porque ésta era muy
guapa. La madrastra de Blancanieves tenía un espejo mágico al que todos los días preguntaba:
"Espejo, espejito, ¿quién es la más guapa?". Y el espejo respondía: "Tú, mi ama".
Pero un día al preguntarle la madrastra al espejo quien era la más guapa, contestó: "Lo siento mi
ama, tú eres guapa, pero hoy está más guapa Blancanieves." Entonces la madrastra enfurecida
llamó a sus sirvientes y les dijo: "El espejo mágico me ha dicho que Blancanieves es más guapa
que yo. Así que cogerla y llevarosla al bosque y allí matarla y como prueba de que ha muerto
quiero que me traigáis su corazón en una caja."
Todos los sirvientes llamaron a Blancanieves y le dijeron que iban a dar un paseo por el bosque.
Mientras tanto, los sirvientes comentaban entre ellos que Blancanieves era una niña buena y no se
merecía morir.
Cuando llegaron al centro del bosque le contaron a Blancanieves las intenciones de su malvada
madrastra pero que no la matarían. Dejaron allí a Blancanieves y mataron a un jabalí para llevarle
su corazón a la madrastra como si se tratara del de Blancanieves.
Mientras tanto, Blancanieves encontró una casita muy pequeñita y entró. Había una mesita muy
chiquitita con 7 silllitas, también había 7 camitas. Como tenía hambre, se sentó en la mesita y se
comió todo lo que había en los 7 platitos , y después se acostó en las 7 camitas. Pero esa casita
tenía dueños, eran 7 enanitos que cuando llegaron a casa después de trabajar se encontraron a
Blancanieves durmiendo plácidamente en sus camitas. Uno de ellos exclamó: "Miradla, es muy
hermosa". Y otro respondió: "Sí que lo es. Podíamos pedirle que se quede a vivir con nosotros". Y
así lo hicieron los 7 enanitos le pidieron a Blancanieves que se quedara a vivir con ellos, y ella
accedió después de contarles su triste historia.
La malvada madrastra seguía preguntando a su espejo quién era la más guapa del lugar y éste
respondía que ella. Pero un día cuando le preguntó quién era la más guapa, el espejo contestó:
"Es Blancanieves". Y la madrastra dijo: "No puede ser; está muerta". A lo que contestó el espejo:
"No, no está muerta, Vive en el bosque en la casa de los enanitos." La malvada madrastra
entonces se disfrazó de vieja y fue a ver a Blancanieves. Llevaba una cesta con manzanas
envenenadas para Blancanieves. Cuando llegó a la casa de los enanitos, llamó a la puerta.
"¿Quién es?", dijo Blancanieves. "Soy una pobre vieja y vengo a traerte una manzanas".
Blancanieves abrió la puerta y no pudo resistirse a las manzanas que brillaban como el sol. Al
coger una y morderla cayó muerta al suelo. La malvada madrastra se marchó riéndose y contenta
porque ahora sí sería ella la mas guapa del lugar.
Cuando llegaron los enanitos encontraron en el suelo a Blancanieves y todos muy tristes se
pusieron a llorar. Todos los enanitos construyeron una caja de cristal y en ella metieron a
Blancanieves y la llevaron al bosque. Estando allí en el bosque pasó un príncipe que quedó
asombrado por la belleza de Blancanieves y la tristeza de los enanitos. Entonces decidió abrir la
caja y besó a Blancanieves que sorprendentemente despertó. Todos los enanitos saltaban de
alegría al ver a Blancanieves viva. El príncipe se casó con ella, y el príncipe, Blancanieves y los
enanitos vivieron juntos en palacio.
LA CENICIENTA
Hubo una vez una joven muy bella que no tenía padres, sino madrastra, una viuda
impertinente con dos hijas a cual más fea. Era ella quien hacía los trabajos más duros de la casa y
como sus vestidos estaban siempre tan manchados de ceniza, todos la llamaban Cenicienta.
Un día el Rey de aquel país anunció que iba a dar una gran fiesta a la que invitaba a
todas las jóvenes casaderas del reino.
Llegó el día del baile y Cenicienta apesadumbrada vio partir a sus hermanastras hacia el
Palacio Real. Cuando se encontró sola en la cocina no pudo reprimir sus sollozos.
- ¿Por qué seré tan desgraciada? -exclamó-. De pronto se le apareció su Hada Madrina.
- No te preocupes -exclamó el Hada-. Tu también podrás ir al baile, pero con una
condición, que cuando el reloj de Palacio dé las doce campanadas tendrás que regresar sin falta. Y
tocándola con su varita mágica la transformó en una maravillosa joven.
La llegada de Cenicienta al Palacio causó honda admiración. Al entrar en la sala de baile,
el Rey quedó tan prendado de su belleza que bailó con ella toda la noche. Sus hermanastras no la
reconocieron y se preguntaban quién sería aquella joven.
En medio de tanta felicidad Cenicienta oyó sonar en el reloj de Palacio las doce.
Para encontrar a la bella joven, el Rey ideó un plan. Se casaría con aquella que pudiera
calzarse el zapato. Envió a sus heraldos a recorrer todo el Reino. Las doncellas se lo probaban en
vano, pues no había ni una a quien le fuera bien el zapatito.
Al fin llegaron a casa de Cenicienta, y claro está que sus hermanastras no pudieron
calzar el zapato, pero cuando se lo puso Cenicienta vieron con estupor que le estaba perfecto.
Y así sucedió que el Príncipe se casó con la joven y vivieron muy felices.