Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Efecto Carpenter
El entrenamiento o ejercitación mental es una forma de practicar cualquier actividad que conlleve
la conjunción de físico y mente a través de la imaginación. Practicar mentalmente no es otra cosa
que recrear con el pensamiento los movimientos y el resultado de estos. Esta práctica se usa mucho
en el deporte de élite. Sin embargo, está poco extendida entre los músicos.
Mediante la observación: Por ejemplo, cuando el alumno observa a su profesor e intenta repetir los
movimientos que éste realiza.
Mediante la imaginación gráfico-espacial: Se trata de hacerse una imagen mental de, por ejemplo,
la distancia entre una tecla y otra del piano.
Mediante la imaginación de realizar un movimiento: No imaginar sólo de forma óptica, sino realizar
el movimiento con el pensamiento. Está probado científicamente que cuando imaginamos que
realizamos un movimiento se ponen en activo los músculos implicados, es el llamado efecto
Carpenter.
Efecto Carpenter
La memoria motora
Para que los movimientos puedan repetirse siempre de la misma manera es necesario que los
tengamos memorizados.
Al tocar una pieza musical se realizan una serie de movimientos. Cuando pensamos en ello, nos
vienen a la mente sensaciones muy diferentes. El conjunto de todas esas sensaciones es la
percepción general de movimiento. Así se forma nuestra memoria motora. Cuando imaginamos que
realizamos determinados movimientos, estamos apelando a esta memoria.
Para comenzar a practicar mentalmente debemos ir de lo fácil a lo más complejo. Lo primero será
imaginar en tempo lento y centrarnos en los movimientos de una sola mano. Una vez asumido este
paso, se debe añadir la representación simultánea de las dos manos. En el caso de los instrumentos
de viento o el canto, se debe incluir en la imaginación la respiración y los movimientos de boca y
lengua.
Para practicar mentalmente con éxito no es necesario imaginar todos los aspectos motores con
exactitud. Será suficiente con centrarse en una parte de ellos, según lo que queramos estudiar. Se
trata de separar la representación mental en planos. Un primer plano pueden ser los músculos de
la cara en un pasaje complejo para instrumentistas de viento, dejando en segundo plano las manos.
A la representación mental de los movimientos también debemos unir la representación del sonido
e imaginar con exactitud cuál es el resultado sonoro que esperamos: matiz, color, articulación,
afinación, ritmo…etc.
Mejora la coordinación.
Mejora la memoria.
Podemos estudiar en cualquier momento, sin necesidad de tener con nosotros el instrumento, o en
momentos en los que no podemos tocar por alguna lesión.