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series en el auditorio televidente.

En el Teatro
Bar, ambiente de restaurantes y cabarets, tam-
bién han incursionado actores profesionales,
para presentar sketchs, obras cortas, bailes

E n la actualidad existe un marcado


interés por representar en la escena del tea-
y canciones que recuerdan otras épocas. De
una manera menos difundida, actores profe-
sionales o amateurs utilizan en sus puestas
en escena recursos de la carpa, como los
tro o de la televisión, contenidos especta- grupos generados por el movimiento de 1968:
culares que recuerdan a los representados “Zero”, “Zopilote”, “Llanero solitito”, “Zumbón”
en las carpas y en los teatros de revista de y los que de tiempo en tiempo han puesto en
los años de 1930 a 1950. Los canales de escena obras con parecida estructura como
televisión retransmiten películas y entrevis- Ignacio C. Merino Lanzilotti y su grupo de univer-
tas protagonizadas por artistas de esos tiem- sitarios con Las tandas del Tlacualejo, cente-
pos o producen series cómicas como las de nares de veces representadas, y Héctor Orte-
Héctor Lechuga, Héctor Suárez, Andrés Busta- ga con El dedo del Señor o El huevo de Colón.
mante, Víctor Trujillo, Ausencio Cruz, Eugenio Sin olvidar a Enrique Alonso con sus tandas del
Derbez, Rafael Inclán... También incluyen en sus recuerdo y a la infatigable Margo Su, quien en
telenovelas temas o ideas referentes a la car- el teatro Blanquita mantuvo el género de diver-
pa; por otro lado la canción popular, ingredien- sas maneras. Así como uno de los últimos es-
te necesario de la carpa, nunca ha dejado de pectáculos masivos llamado Azul, por Juan Ibá-
interesar porque los mexicanos -dicen- somos ñez y los conciertos masivos de los cantantes
románticos; 1 sin embargo hubo épocas en las modernos que interpretan boleros. Última
que la preferencia del público por el bolero no mente la obra Cada quien su vida representa-
era tan acentuada como en los últimos tiem- da en el Salón México. Por otra parte todo dis-
pos, en los que tanto público como intérpretes curso que se precie de popular y urbano hace
lo prefieren. Unos ejemplos son: las emisoras re-ferencia a la carpa como sujeto importante de
que dedican su tiempo a las canciones del la cultura, sin rechazarla, como se hizo durante
recuerdo como “El fonógrafo: música ligada a muchos años por considerada objeto lumpen.
su recuerdo” en XERC y “Viva la nostalgia” en Actualmente el tema participa en mesas redon-
FM 103 estéreo, las actuaciones de Paquita la das, exposiciones, publicaciones y conferen-
del Barrio y Amparo Montes en sus respecti- cias de los más reconocidos niveles literarios.
vas cuevas y los boleros interpretados por Ma-
nolita Alegría y los cantantes de moda como A la distancia de los más de 60 años
Guadalupe Pineda, Tania Libertad, Manuel que separan a la carpa de 1930 de los sig-
Mijares, Luis Miguel, Plácido Domingo y otros, nos que se reproducen actualmente, los con-
quienes lo incluyen en sus repertorios. Tam- ceptos sobre cultura y arte han cambiado,
bién la televisión produce programas del tipo los índices económicos, políticos, culturales
de “Nostalgia” que iniciara Jorge Saldaña en el y de población, son distintos a los de la pri-
Canal 13 sobre los recuerdos de antaño, hace mera mitad del siglo; por eso aunque exista el
más o menos 15 años, hasta los actuales: “Un intento de revivirla, las réplicas no son las mis-
poco más...” presentado en el Canal 11, pri- mas, porque las condiciones y los sujetos son
mero por Joaquín Cordero y después por Do- diferentes. Los mecanismos de producción y
ris. Otro es la “Hora azul” -de Agustín sin Agus- reproducción de la comicidad actual respon-
tín- con cantantes y músicos sobrevivientes en den a distintos parámetros y objetivos, princi-
el Canal 2, así como la repetición de películas, palmente del poder al que están sujetos, a los
spots y programas de los mismos años, en- grandes consorcios radiofónicos y televisivos
trevistas grabadas o en directo, de artistas que y a los ratings que la limitan cuando rebasa lo
se iniciaron en la carpa. Esta repetición tiene permitido. El binomio dominancia-dominados
su ventaja para los empresarios pues es una siempre ha existido, manifestándose de diver-
manera de obtener ganancias sin grandes sas formas en la voluntad de poder. En épocas
costos, porque al repetir programas los costos anteriores a los medios masivos los censores
de inversión y derechos son mínimos, en tanto no podían ser ubicuos ni omnipresentes en los
que los patrocinadores sí pagan los tiempos. teatros y carpas; censuraban los libretos que
Por otro lado se exalta un particular naciona- los autores les daban a leer y lo que veían en
lismo que tiene que ver con lo sentimental y la el lapso de su paso por el teatro: el espectá-
añoranza de tiempos idos, que inspiran estas culo y el texto podían ser alterados después

1. Amparo Montes, “El romanticismo de los mexicanos hace que el bolero sea tema de por vida”.
de la visita del censor. No sucede así con los tación. Lo que se representaba en los teatros
medios masivos que graban todo de modo que de entonces: ópera, opereta, zarzuela y dra-
los censores lo pueden ver y oír en corto tiem- mas españoles, no correspondía a los intere-
po, sin desplazarse. Por tal motivo la sátira, la ses de la mayoría de los mexicanos de aquel
crítica y la inversión de valores, se han ejercido tiempo, del pueblo obrero y pobre cuyos pará-
más en el teatro que en la radio, el cine o la metros estéticos no correspondían a los euro-
televisión. No obstante, desde el comienzo de centristas. Por eso los espectáculos, cuales-
los años noventa la censura para la picardía quiera que fueran, constituían sólo un pretexto
en el teatro y en la televisión ha sido más elás- para llevar a cabo un teatro colectivo, que tenía
tica, permitiéndose juegos de palabras de do- lugar en el propio teatro. La gente no iba a ver
ble sentido como un derecho de los cómicos. los espectáculos, sino a divertirse con ellos,
a entablar un diálogo con los asistentes y a
La carpa de las décadas de 1930 a circular socialmente por ese espacio. Los
1950 fue un lugar propicio para ejercitar este teatros grandes eran edificios con localidades
derecho, un espacio de interpelación a la políti- para todos los bolsillos, lo que quiere decir que
ca del momento, refugio de artistas y del sujeto eran para todas las clases sociales; permitía
urbano con un imaginario complejo, que creció a los pobres asistir a él por unos centavos y
a la par que ella. Los últimos años de la déca- dominar el ambiente por el espacio de tiem-
da de los años veinte marcaron su estructura y po del espectáculo. Al situarse las localida-
producción, diferentes a las de mediados del si- des baratas en la parte superior del teatro, el
glo XIX y principios del XX, protagonizadas por escenario y las lunetas quedaban a
títeres, géneros líricos como ópera, opereta, merced de la voluntad de palcos segundos y
zarzuela, circo, cine y bailes diversos. El auge galerías. De este modo los “pelados” ejercían
de la carpa con una estructura espectacular di- su recién adquirida libertad, tomando como
ferente, se debe principalmente a la consolida- objeto de diversión a los que en ese momento
ción del Estado-nación, a la crisis económica estaban abajo. La trama de lo que se repre-
internacional de 1929, a los cambios de la polí- sentaba no importaba; el público increpaba a
tica gubernamental, la inmigración del campo a los actores, pedía reprises de personajes o de
la ciudad, la expansión de las áreas urbanas, el equivocaciones de los actores, gozaba con
regreso de muchos artistas que trabajaban en la sus apuros para salir del paso ante los gri-
Unión Americana, al cierre de los teatros y al tos y burlas de que eran objeto y a la menor
agotamiento paulatino de la Revista Mexicana. provocación aventaban desde arriba lo que te-
nían a la mano o lo que previamente llevaban
La Revista Mexicana, ampliamente consigo, desde papeles, sombreros, cáscaras
documentada por Armando de Maria y Cam- de fruta, hasta escupitajos y otros líquidos. 3 Se
pos -quien la llamó “género chico político”, 2 ejercía un poder por el pago del boleto o por
por adoptar la estructura de la zarzuela y por- la localidad ocupada: los de luneta y plateas
que el contenido textual satirizaba la política de en un diálogo social y los de arriba utiliza-
su momento- formó una cantidad considerable ban el poder momentáneo de la localización
de tiples y cómicos, algunos pertenecientes a espacial, para hacer burla y mofa de los de abajo.
familias de actores y otros formados en ella,
que actuaron tanto en los teatros del centro A partir de 1870, año en el que se
de la ciudad -Principal, Lírico, Arbeu, Hidalgo inicia en México, importado de España, el
y Renacimiento-, como en los de los barrios: género revisteril, se introduce la modalidad
el María Guerrero llamado también “María teatral que permite criticar jocosamente la
Tepache” o Lelo de Larrea, el Capitolio, el vida cotidiana. Aunque se hiciera a la mane-
Alcázar, carpas y salones como Noris, Carmen ra madrileña, con textos y canciones ibéri-
o Soria desde 1904, todos ellos con sus progra- cas, era un teatro más del gusto del público
mas por tandas heredados del siglo anterior. pues había ocasión de ver a las tiples enseñar
hasta donde fuera posible en esos tiempos y
La Revista Mexicana fue el modo de emplear su picardía para hacer más atracti-
expresión espectacular que el pueblo, escaso vo el género. Las primeras y segundas tiples
de recursos, esperaba desde el siglo XIX para nacieron con él. La revista evolucionará hasta
poner en ejecución su necesidad de represen- volverse mexicana, cuando los acontecimien-

2. Armando de Maria y Campos, El teatro de género chico en la Revolución mexicana, Biblioteca del Instituto de Estudios Históricos de la Revo-
lución Mexicana, México, 1956, p.15.
3. Luis Reyes de la Maza, Circo, maroma y teatro (1810-1910), UNAM, México, 1985, p.167.
tos sociopolíticos de 1910 permiten repre- extranjeras, billetes de las varias ediciones
sentar hechos y personajes en forma satírica, que de ellos se imprimían entonces por la falta
dando libre expresión al humor de tiples y de solidez de la moneda, las calles de la ciu-
actores. También los autores dramáticos dad, las flores, los volcanes, la pólvora, por
encuentran en ello innumerables temas y ejemplo -como ocurría en las revistas
personajes para ejercer su pluma. Suben a españolas-. El teatro ofrecía entonces varios
la escena los indios aculturados, como cria- niveles de comunicación: el de la escena con
dos o pequeños comerciantes de fruta, ver- el público, el de la escena con los revolucio-
duras u otras vituallas, los terratenientes, los narios, el del público con éstos y el de los
generales de la Revolución, los burócratas revolucionarios entre sí. A medida que el
y los lambiscones, los tipos cotidianos de la Estado se consolida y los dirigentes -más las
vida urbana: el policía, la “gata”, los “rotos”, la segundas figuras que las primeras- adquieren
prostituta, las comadres o los compa- estabilidad política, la relación interespectacu-
dres, los borrachos... Se vuelve también un lar disminuye, los detentores del poder apoyan
medio de apoyo al servicio de los cabecillas o censuran las revistas de acuerdo con sus
revolucionarios, quienes favorecen con su intereses y si no les conviene lo que se pone
amistad a cómicos y tiples. 4 Existe en el en escena, agreden a los autores o a los có-
ambiente social de estos años una acción micos, quienes amedrentados no vuelven a
política que permite entablar una actividad escribir o a representar género político, 6 sino
dialógica entre actores y público, favoreci- más bien a simular que lo hacen. Los signos
da por la poca estabilidad del nuevo Estado. espectaculares cambian a medida que
Hay que recordar que tanto villistas como el Estado se consolida y toda la auto-
zapatistas, obregonistas o carrancistas asis- ridad se concentra en una sola perso-
tían al teatro. Las tropas que pasaban por la na y en un partido institucional que con el
ciudad de México hacia otros escenarios de tiempo acentúa su negación a la crítica.
guerra, tomaban al Principal como un descanso
entre batallas. Las primeras tiples como Después de los años revolucionarios
María Conesa, Lupe Rivas Cacho o Celia sólo queda el emblema de la Revolución por
Montalbán se daban el lujo de poner en defender y un deseo de estabilidad; los signos
ridículo a los generales entre cuplé y cuplé. revolucionarios comienzan a ser asimilados y
Las del coro o segundas tiples flirteaban y enrarecidos por el poder, de lo que se hacen
eran objeto de atenciones de la tropa que eco los productores de las revistas. De ellas
acompañaba a los generales. El comporta- desaparecen los diálogos críticos para dar
miento histriónico tenía otros parámetros, los prioridad a las canciones y los bailes folclóricos,
autores dramáticos y los actores eran amigos tomando como bandera el nacionalismo de esos
de los generales y gobernantes, comían o años que estimula la representación de signos
cenaban con ellos, les comentaban sus plásticos, corporales, musicales y de vestuario,
revistas y actuaciones y aceptaban suge- referentes a los hábitos, costumbres y oficios
rencias; las tiples y los cómicos podían dar- indígenas; nacionalismo nacido por el interés
se el lujo de burlarse de los generales en sus del Estado de consolidarse como nación y pro
narices, coquetear con ellos o despreciarlos, piciado por los artistas plásticos y músicos que
porque éstos lo permitían con el objeto de representaron en sus obras temas indígenas.
hacerse populares a los ojos de los que
asistían, ya que ellos eran el mejor medio La Revolución había sido -en
de publicidad y porque ninguno se sentía palabras de estudiosos del tema y de testimo-
seguro en el poder. El contenido espectacular nios-, 7 , 8 un proyecto de modernidad y una
representaba personajes realistas y simbóli- gran movilización de las masas trabajadoras; 9
cos; los primeros tomaban nombres popula- las que buscaban concretar su lucha con una
res que perduraron en la escena con la carpa: gran conciencia y participación cívica, respal-
Chema, Chon, Chole, Cleta, León, Chencha, dados por los sindicatos y los artistas, situación
reporteros, estudiantes, abogados, “pela- que se vive también en el teatro de revista con
dos”, revolucionarios, empleados, rancheros, gran fuerza hasta 1931. Después, este género
gendarmes, “catrines” y soldados; los resiente la presión que se ejerce desde el
segundos eran monedas nacionales y poder; los autores y cómicos agredidos

4. Enrique Alonso, María Conesa, Océano, México, 1987, p.98.


5. Ibidem, pp. 93-94.
6. Armando de Maria y Campos, op. cit., pp. 307-308.
7. Arnaldo Córdova, La política de masas del cardenismo, ERA, Serie Popular, México, 1987, p.13.
8. Alberto Híjar, Nacionalismos, conferencias, INBA, México, 1992.
9. Ángela Mosiaella et al., Frente a frente, video, México, 1987.
ya no son los mismos y poco a poco van ta y cuarenta. Estos medios tenían relación
agotando los temas, al no tener ya una actitud estrecha; por ellos circulaba gente de dife
decididamente combativa; luego las revistas rente nivel socioeconómico que se influenciaba
no hacen más que repetir temas y aunque al- mutuamente. Eran punto de reunión para
gunas se atreven un poco más al criticar los comentar los sucesos cotidianos de una
métodos callistas de manejo del poder a tra- ciudad que empezaba a crecer y en donde los
vés de sus títeres, las demás son “refritos” de gustos y las modas cambiaban, influidos por
otros años, que poco a poco recurren, como la prensa, la radio y el cine norteamericanos.
se dijo, al folclorismo que tendrá su máxima Hollywood era el “cielo”, como decía Fadri-
expresión en Rayando el sol de Roberto Soto que, periodista de Excélsior, al referirse a la
presentado en Bellas Artes en 1937. Otro meca del celuloide. 10 Allá iban compañías y
aspecto de cambio es la condescendencia artistas. Las giras por la Unión Americana eran
de los cómicos y en especial de Soto -por ser frecuentes. En Hollywood triunfaron Lupe
entonces el más prestigiado- con los dife Vélez, Dolores del Río, los Arozamena, el trío
rentes públicos. Todos sabían que Soto nave Lop-Zar, Lupe Rivas Cacho y muchos otros. De
gaba “entre dos aguas”, es decir que usaba un allá también vino la moda de la variedad de
lenguaje distinto con los públicos burgueses y las revistas musicales -María Conesa repre-
con el pueblo. Soto, como los buenos cómicos, sentó en México la revista musical La señorita
tenía una capacidad extraordinaria para hacer frivolidad- 11 en 1931; también se importó la
chistes de situaciones y personajes cotidianos. estructura de los programas radiofónicos; el
sketch por su parte, pasa por Estados Unidos, im-
Algunos dramaturgos de revista portado de Europa con los circos y el music hall.
eran periodistas, como Guz Águila y Carlos
Villenave, lo que también les permitía una México empezaba a padecer el
pluma ágil y crítica. En muchas ocasiones los burocratismo y el anquilosamiento de las
textos eran escritos por dos o más personas ideas revolucionarias en la época llamada del
convirtiéndose en un juego de comunicación. “maximato”; ésta reseñada en libros de
Como dijo alguna vez el empresario Tole- historia y estudios sociopolíticos, confirma
do a los periodistas, las revistas se hacían la hegemonía de los revolucionarios que se
al salir del teatro, en medio de un ambien- adueñaron del poder en beneficio propio,
te festivo y agradable en la mesa del café de la burguesía, y en favor de los capitales
que solían frecuentar productores, autores y extranjeros, con más predilección por los
actores. De lo que se deduce que siempre norteamericanos, quienes emplearon sus
eran hechas al vapor para lograr uno o dos tácticas para cautivar el mercado mexicano. La
estrenos semanales y por eso se repetían. moda yanqui no era improvisada; la vecindad
de los dos territorios, el uno con tecnología más
La revista de los años diez a los avanzada y el otro con recursos naturales, ha
treinta, bastantes para un movimiento resultado siempre ventajosa para el más rico,
teatral, conservó su frescura como agente de que no ha escatimado formas de acercamien-
réplica; no había hecho político o artístico to y apropiación, acentuadas en estos años
que no fuera ridiculizado por la parodia. El por la crisis económica de 1929 en Estados
teatro era el recinto de la religión, de la sáti- Unidos, con repercusión en Latinoamérica
ra, la crítica, el chiste y la risa, festejados con y en el resto del mundo. México, dicen los
teatro lleno en cada función. El público de expertos, 12 no resintió con intensidad la cri-
la revista mexicana, como el que asistía al sis, pero esto sólo por supuesto en el ambiente
teatro del siglo pasado, veía en ella la forma citadino y en los círculos de la burguesía. No
de ejercer su libertad, en este caso no la recién así en los medios pobres quienes además
adquirida, sino la confirmada por la Revolución. se veían afectados por los elementos natu-
rales: inundaciones, sequías, mal tiempo y
Frente a los teatros grandes salarios ínfimos que para 1932 en el interior de
también existían otros centros de diversión la República, eran la cantidad mínima de $0.54
para el pueblo pobre: carpas, cines, salones y la máxima de $1.71, frente a las grandes
de baile, radio y algunos cabarets que también sumas que captaban terratientes, dueños de
se multiplicarían en las décadas de los trein- empresas, de bienes rentables y empleados

10. Fadrique, “Frente al escenario”, Revista de Revistas, abril de 1931.


11. Vixe, “Frente al escenario”, Revista de Revistas, 3 de julio de 1932.
12. Lorenzo Meyer, Historia de la Revolución mexicana, El Colegio de México, 1980, p.17.
de alto nivel político. Los habitantes de las y expansión hacia el exterior. Estados Unidos
pequeñas ciudades empezaban a emigrar regresa a su patria de origen a trabajado-
por falta de trabajo y sueldos de miseria; sin res que prestaban sus servicios en la Unión
embargo en la ciudad de México, los perió- Americana. Entre los mexicanos se encuen-
dicos y revistas de esos años reseñan bai- tran muchos artistas del espectáculo que
les, saraos, bodas, en los que hombres y vuelven y no tienen trabajo pues no había
mujeres lucen lo mejor de sus joyas y guar- suficientes fuentes. Algunos teatros estaban
darropa. En 1931, el periodista Xavier cerrados o transformados en cines; los artis-
Sorondo, haciéndose eco de las élites del tas también pasan a formar parte de los más
momento, escribe sobre la falta de teatros y la mi de 300 000 desempleados, que según cál-
seria de los espectáculos, y dice que nuestro culos de las censos de la época, contaba el
teatro debería ser como el de Nueva York o país. En 1932 regresaron a México 52 889
Milán que “...además tienen el privilegio de personas. 14 La baja de salarios, los despidos
aumentar el volumen de ventas del comer- y la escasez de fuentes de empleo, promo
cio, las damas adquieren alhajas, ropa lujosa, vieron la búsqueda de otras nuevas; la gente
perfumes, etc., y los automóviles y tranvías, tenía que satisfacer sus necesidades vitales. A
restaurantes y cafés, así como los principales pesar de que la política exterior abre las
almacenes realizan buenos negocios durante las puertas a capitales extranjeros, con exención
épocas de grandes espectáculos teatrales”. 13 de impuestos, la situación no mejora para los
pobres, no se invierte en el campo y aunque
Las clases altas estaban ansiosas por un lado surgen empleos para manejar la
de hacerse ver y para esto nada mejor que el maquinaria que se importa debido al impulso
teatro, pero el teatro chic, no el de las revistas del desarrollo industrial, también hay muchos
sicalípticas y por supuesto que de las carpas trabajadores despedidos por causa de la caída
ni hablar. Carpas, pecado y prostitución eran lo de la producción minera, agrícola, comercial
mismo. La reciente burguesía quería óperas, y del petróleo, que antes de la crisis habían
zarzuelas y dramas o cuando menos varios logrado un significativo impulso y avance. Las
teatros como el Ideal, en donde las herma- huelgas y protestas se intensifican en estos años.
nas Blanch representaban noche a noche los
celos, traiciones y amoríos de un status igual Por otra parte, por el mismo tiempo, la
al que aspiraban en vaudevilles de la plu- industria de la radio y el cine comienzan a
ma de autores franceses a españoles como crecer en México. La XEW, inaugurada en
Marillo, Álvarez, Estremera o José Fernández del 1930 bajo la égida de Emilio Azcárraga, co-
Villar, entre muchos otros. La ciudad de pia modelos norteamericanos para la realiza-
México, con más de un millón de habitantes ción de programas dirigidos especialmente al
al comenzar las años treinta, tenía teatros de círculo familiar. Emisiones que llevan a los
comedia y revista como el Lírico, el Iris, el hogares mediante un aparato transmisor,
Arbeu, el Principal, el Fábregas y el Politea- canciones, chistes, novelas. Este nuevo
ma que trabajaban por temporadas, pero que medio exigía una cantidad considerable de
no eran comparables a las de las metrópolis artistas que la propia radio no había producido
modelo, porque no había carteleras porque tenía apenas una década de existen-
regulares de espectáculos líricos y porque las cia, y porque salían al aire programas menos
temporadas de compañías extranjeras espectaculares con pocas horas de trans-
escaseaban por la crisis. El teatro na misión. La “W” se allega estos artistas sin
cional era visto como menor o simplemen- grandes costos, mediante concursos de
te no gustaba lo que se escribía. De ahí que aficionados y contrataciones de artistas de
los grupos innovadores de esta época -el revista y carperos. En algunos teatros y en
teatro Ulises y el Orientación- optaran por la carpa ya actuaban tríos de canción ran-
repertorio extranjero haciéndose eco de la chera, cantantes de canción romántica y có-
política de apertura del país hacia Estados micos profesionales cuyo salario variaba; en
Unidos y Europa para recobrar los mercados. las carpas por ejemplo era, según las entra-
das, de uno a tres pesos. En la radio estos
El colapso económico de 1929 deter- artistas eran contratados por sumas un poco
mina medidas políticas de restricción interna más altas, tres a cinco pesos, lo que si no era

13. Xavier Sorondo, “Miseria de nuestros espectáculos”, Revista de Revistas, 10 de mayo de 1931.
14. Lorenzo Meyer, op. cit.
un salario extraordinario mejoraba en algo sus artistas y sus géneros y le dio la posibilidad
sus ingresos; sin embargo lo que se pagaba de organizar el contenido espectacular de otra
a los artistas no era para ese medio un egreso manera, gracias a la imposición de gustos y
muy significativo. A partir de este momento la estilos. Agustín Lara posiblemente se hubiera
competencia entre las radiodifusoras quedado en carpas y cabarets, de no ser por
impulsó a los artistas de carpa y variedad, que la radiodifusión de sus canciones y el apoyo
entonces pasaron a formar parte de la industria que recibió en este medio. La radio colaboró
privada del espectáculo que se iniciaba con también a la migración de gente con ansia de
la “W”, seguiría con el cine y los cabarets y triunfo en el medio del espectáculo. Las ondas
terminaría en Televisa. Las actuaciones en sonoras cubrían de norte a sur el territorio y
radio no eran constantes, ni eran para todos los aun más allá de nuestras fronteras, con sus
artistas; los carperos necesitaban comer, por programas de “aficionados”, en los que con-
lo que alternaban el teatro y la carpa con los cursaba toda clase de gente, con el objeto de
programas al aire. Además, en la radio había encontrar nuevas voces y figuras musicales -
más selección; los que aprobaban la audición patrocinados por Colgate Palmolive, sal de uvas
debían tener buena voz, saber leer y tener buen Picot o Ipana- que posteriormente pasaban a
oído, por lo que muchos se adaptaron pero formar parte del elenco de la estación, como en
otros no llegaron siquiera a pasar las pruebas fechas recientes los “valores Bacardí”. Mu-
y continuaron en las carpas, o en su especia- chos de los aspirantes a encontrar fama y for-
lidad, como en el caso de magos y bailarines, tuna en este medio, eran originarios no sólo
que encontraron espacio en los cabarets. de la ciudad de México sino también de zonas
semiurbanas del interior del país quienes
A partir de la crisis del 29 los teatros dejaban su lugar de origen en busca de otros
empezaron a tener problemas por los cos- medios de sobrevivencia, porque la progresi-
tos, algunos se convirtieron en cines y otros va depauperización del campo y el alto costo
cerraron. Muchos de los artistas optaron por la de la vida, también progresivo, hacían esca-
carpa, pues construir o rentar una era mucho sas las fuentes de trabajo. Los que intenta-
más barato que un teatro; una carpa era un ban esta aventura, generalmente eran apren-
espacio más reducido pero podían trabajar dices de algún oficio o ya lo desempeñaban,
varias tandas desde las cuatro de la tarde como carniceros, panaderos, carpinteros...
hasta las doce de la noche o más. De modo también alguna joven que desesperada de la
que también los contenidos sufrieron por esto, vida familiar pobre, violada o abandonada por
ya que no se podían representar obras muy su hombre no tenía otra expectativa en su
largas ni con tanta escenografía ni utilizar un pueblo, o simplemente no quería quedarse en
coro de tiples tan grande como en el teatro, su lugar de origen y quería progresar. En sus
tampoco había dinero para contratar un cuadro principios la XEW, en sus programas de
grande de artistas o una orquesta completa, concurso, no pedía más requisito que saber
asimismo los recursos disminuyeron y con esto cantar o tocar, los que tenían estas dotes se
cambiaron también los signos, dando preferen- lanzaban a la conquista del soñado medio
cia a lo que antes había sido un complemento: la con unos cuantos pesos en la bolsa, con la
variedad. Ésta se llevaba a cabo al final de una esperanza de obtener fama y fortuna o por
revista o comedia y en ella participaban artistas lo menos comer mejor y adquirir a los ojos
de la canción o del baile, o los pertenecientes de los coterráneos el estatus de capitalino,
a la propia compañía que declamaban, canta- algo de lo que mueve hasta la fecha a los
ban o bailaban bailes folclóricos: chilenas, ja- constantes inmigrantes. Mientras triunfaban o
rabes, zapateados. La variedad tomó en la car- si la suerte no les sonreía en este campo, estas
pa el papel protagónico tratando de imitar a la personas desempeñaban cualquier tipo de
variedad estadounidense; poco a poco trabajo, como sirvientes, suplentes de obreros o
desaparecieron las revistas y las comedias. Sólo de algún artesano. Si no lograban algo de esto,
algunas carpas cultivarían este género hasta su iban de un lado a otro; probaban en las carpas
desaparición, como la carpa Noriega y la Tayita. o en los cabarets y a veces caían en el círculo
vicioso del desempleo que lleva a la prostitu-
La radio fue uno de los medios de ción. En los ambientes cercanos a la carpa, la
constante intercambio con la carpa; asimiló a zona roja, las pulquerías, los puestos nocturnos
de comida, la cantina o la calle, oían y apren- Después muchos se olvidaron de las carpas o
dían chistes y canciones, que cantaban compa- del cabaret en el que se iniciaron, para men-
ñeros de infortunio, u otros que con mejor suerte, cionar sólo el medio que consideran de “prestigio”.
los interpretaban en la radio o en los centros de
espectáculo. Esta gente vivía en carne propia Junto al bolero, la canción ranchera
no sólo la crisis del país sino también la propia. también se transforma con Manuel Esperón
y Rubén Fuentes; Esperón y Cortázar forma-
La XEW y el “Buen Tono”, y más ron una pareja que instrumentaron muchas
tarde la XEB, difundieron a través de sus ondas de las actuaciones del principal charro cantor:
la nueva canción, que empezó a cantarse en Jorge Negrete. Por otro lado, Rubén Fuentes,
carpas, cabarets y casas de citas desde 1927: iniciador del bolero ranchero, a su vez,
el bolero con una connotación distinta a la de la tendrá a su intérprete en Pedro Infante. Esta
canción romántica y al tango, que habían sido canción incorpora para su instrumentó al ma-
cantados por todo México en los años vein- riachi. Mariachi y charro cantor se adueñan
te. Agustín Lara, Claudio Estrada, Jorge del de los foros que van del teatro Lírico al cine.
Moral, Alberto Domínguez, Miguel Prado, Juntos dan serenatas, son protagonistas de
Chucho Monge, José Sabre Marroquín... venganzas, lides de amores y valentonadas.
iniciaron una nueva época de la canción ro- Gustan mucho porque retratan la personalidad
mántica, que ya no era de tipo operístico sino del mexicano urbano y semiurbano, ya descri-
sensual, erótica, carnal. Uno de los muchos ta por Samuel Ramos en 1934, en El perfil del
motivos del cambio se debe a la conversión de la hombre y la cultura en México. 15 Las cancio-
ciudad en una gran metrópoli, en donde la gente nes se desarrollan en un contexto campirano
pierde su singularidad y pasa inadvertida para idealista del que se valdrá el cine para
los demás, en donde se puede hacer y decir explotar un folclor adulterado que durante
lo que en una ciudad pequeña o pueblo está décadas ha sido la máxima expresión naciona-
prohibido. Otro motivo era que en esos lista. Estas canciones tienen un contenido que se
tiempos un músico no encontraba trabajo refiere a la virilidad y al arrojo, a la presteza de
fácilmente, por eso se empleaban en cabarets respuesta para cualquier agresión real o
o casas de citas; este ambiente requería de imaginaria, a la puesta en relieve de si
estímulos que hicieran consumir licor y sexo a tuaciones y sentimientos que tocan el plano de
los asiduos, por lo que las patronas empleaban lo imaginario y ante los que se reacciona de
músicos para ambientar la tertulia y les pedían manera opuesta a la realidad; como la negación
tocaran algo inspirado o bonito. De ahí que fuera en primer término, de ser perdedor, y si se es, ¡a
surgiendo otra canción, con otra estructu- mucha honra! Carácter que logrará su máximo
ra y temas diferentes como como noche o exponente con la canción El rey. Aún se puede
Humanidad de Alberto Domínguez, Conti- apreciar que no hay convivio, reunión o fiesta
go, Herida de amor de Claudio Estrada; Pa- en donde se toque esta canción, que no tenga
gana, He querido olvidar, Traicionera de una respuesta coral y sentimental del auditorio.
Gonzalo Curiel; La número cien de Ernesto
Cortázar; Quinto patio de Luis Arcaraz; Va- El bolero romántico y romántico-
gabundo de Federico Baena y el amplísimo ranchero ocupará la escena de carpas,
repertorio de Agustín Lara como Pecadora y teatros, radio y cine, hasta ser desplaza-
Noches de ronda, cantan a la vida nocturna, a do por el rock y hasta que los cantantes
la mujer liviana, al ambiente farandulero entre actuales, al no encontrar una manera de
prohibido y deseado, a la vida urbana sin personalizar su actuación, hayan vuelto al
prejuicios, así como al uso y abuso de los bolero, como táctica para distinguirse de los que
placeres. La difusión inmediata estaba en las se dedican a los monorritmos instrumentados
carpas y en los cancioneros que circulaban con por los muchos decibeles, el ecualizador y el “of”.
profusión como el Picot. A las carpas iban los
nuevos empresarios de la radio para encontrar Como se mencionó antes, la
canciones y cantantes para sus programas. canción romántica cambia a medida que pa-
El curriculum importante para los artistas que san los primeros 30 años del siglo XX. En 1931
iniciaron los programas radiofónicos, empieza aparece en México el cine sonoro con la pe-
con su contratación en la XEW o en la XEB. lícula Santa con música de Lara; de aquí en

15.Samuel Ramos, El perfil del hombre y la cultura en México, Lecturas Mexicanas 92, 1987, pp. 49-61.
adelante el “músico poeta” será pieza clave de principales de los autores Ortega, Prida, Guz
muchas películas del cine mexicano con sus Águila, Moreno Ruffo y Carlos Villenave, a
canciones como tema de los argumentos en las que ponían música Federico Ruiz, Lauro
los que cantaba y tocaba. Agustín inició una Uranga y otros. Desde los escenarios, este
forma diferente de cantar la canción romántica, equipo replicaba las políticas del “maximato”,
simplemente porque no sabía cantar. Toña la como en la revista Naipes políticos, en don-
Negra, se refería a esto con picardía, al decir: de Soto y Pardavé satirizaban a Calles y su
“mi compadre cuando no puede cantar habla”. 16 equipo de juegos de azar, en La nación mártir
Agustín y “La Peregrino” -primer nombre de de Guz Águila en la que se repetía escénica-
batalla de Toña La Negra- hicieron una pareja mente lo que en la vida cotidiana era ya un dicho
espectacular, como la que formaron Lecuona popular: “Aquí vive el presidente; el que
y Rita Montaner. La Montaner y Toña cantaron gobierna allí enfrente”. O como en la revista
juntas en 1933 en el Politeama, en la segunda El nopalito de Tirso Sáenz en donde se hacía
estancia de Lecuona en México. Estos artistas alusión al entonces presidente Ortiz Rubio,
también influyeron de manera definitiva en los 19 a quien todos le llamaban con ese mote.
nuevos ritmos y en la manera de presentar los Este presidente por medio de su secretario
espectáculos, pues Lecuona tenía, además particular, el general Eduardo Hernández
de su capacidad como músico, la experiencia Cházaro, estuvo a punto de otorgar a Soto
de sus giras fuera de Cuba. Las revistas que un apoyo económico para salir de gira a
presentó en México tenían el ambiente España con su compañía, posiblemente con
caribeño y el lujo del que carecían las mexica- el doble fin de tener influencia en Soto y para
nas. Toña empezó a cantar en revistas en el alejarlo por las críticas agudas que hacía al
teatro Lírico y en los “beneficios” 17 de Agustín gobierno, pero el apoyo no se hizo realidad por-
en diferentes teatros. El éxito completo le llegó que Cházaro fue desplazado de su puesto. 20
en su debut en el teatro Politeama en 1932 y Antes de conocer la decisión, Soto anuncia
en el descubrimiento que de ella hicieron Emi- con bombo y platillos a la prensa y en el teatro,
lio Azcárraga y Enrique Contel quienes le pu- que se va a España por varios meses. Así, el
sieron su definitivo nombre artístico. 18 La voz 30 de octubre de 1930, estrena en el Lírico una
de Toña era distinta a la de las cantantes que revista de Guz Águila y Bilbao titulada El viaje
la antecedieron; cálida y con gran sentimien- de Soto, en la que presentaría cuadros folcló-
to, se identificó con la sensibilidad del mexi- ricos del país; deja el teatro a María Conesa y
cano urbano y le dio un espacio corpóreo a se ausenta. Después se sabe que la gira pro-
las canciones de Agustín. Cuando los artistas yectada sólo la hizo al interior del país -por no
plásticos y músicos buscaban en el pueblo obrero haber recibido el dinero de Cházaro- vuelve
motivaciones para crear sus cuadros, murales, después de algunos meses a la ciudad capi-
sinfonías o danzas, encontraban otras formas tal, con el repertorio que había preparado para
de identificación estética en el teatro, la carpa España pero arreglado. De este modo el nom-
y la radio, alejadas de lo que para los creado- bre de la revista Así es México, se sustituyó
res era lo original mexicano o el nacionalismo. por De España vengo, con cuadros, esceno-
grafías y coreografías con castañuelas y zapa-
En las fechas en que Agustín Lara y Toña la teados y un mosaico mexicano de bailes regio-
Negra fueron contratados por la “W”, ya se nales: sarapes de Saltillo, rebozos, jeroglíficos
había iniciado una nueva forma de expresión estilizados de Mitla, franjas listadas, “... cua-
estética popular que se iba alejando de las dros de sabor nacional”, dice Fadrique en su
revistas políticas. Por ejemplo, desde 1928, en reseña del 4 de enero de 1931. 21 A pesar de no
el teatro Politeama, en donde el empresario haberse concretado el apoyo, Soto -dice Arman-
Toledo combinaba espectáculos de cine, tea- do de María y Campos- se cohibió para atacar
tro y variedad con visión comercial. Esto suce- abiertamente a Ortiz Rubio. Esto hace pensar
de también en las carpas o jacalones en don- que si Soto solamente se cohibió por la “buena
de se organizaban las tandas a partir de una intención” de Ortiz Rubio, qué hubiera pasado
variedad de interpretaciones de artistas del si realmente recibe el dinero para irse a Espa-
baile, la canción y la comicidad. Sin embargo ña; allí se hubiera cortado como una coleta el
el teatro Lírico y el Arbeu seguían siendo sede género político, en vez de diluirse poco a poco
de las revistas de Soto y Pardavé, actores al correr de los años próximos. A pesar de las

16. Antonia Peregrino, “Testimonio” en Agustín reencuentro con lo sentimental, varios autores, Tomés, México, 1980.
17. Vixe, “Frente al escenario”, Revista de Revistas, 24 de mayo 1931.
18. Antonia Peregrino, entrevistada por Cristina Pacheco en Los dueños de la noche, Planeta, 1990, p.32.
19. Armando de Maria y Campos, op. cit., p.350.
20. Armando de Maria y Campos, op. cit., p.351.
21. Fadrique, “De telón afuera”, Revista de Revistas, 4 de enero de 1931.
vicisitudes Soto continúa con su trabajo y se pas el mismo día, porque para el año de 1933
decide por los temas folclóricos. En diciem- ya había muchas carpas y los artistas resulta-
bre de 1932 sale de gira a Sudamérica con ban pocos para las demandas de los empresa-
su compañía nacionalista, con un repertorio rios. Así los carperos iban de una carpa a otra,
compuesto por una mezcla de revistas con para hacer su sketch al término de una tanda.
cuadros mexicanos y españoles. 22 Soto no
dejaba de incorporar en su nacionalismo a la La máxima expresión nacionalista en
“Madre Patria”. El repertorio incluía temas re- el terreno espectacular de estos años se loca-
ferentes a lo prehispánico que ilustraba con la liza en la Feria Nacionalista de 1933. Abelardo
revista de A. Lara La raza de bronce; el tema Rodríguez como Presidente de la Repúbli-
colonial representado por el Periquillo sar- ca, da órdenes de que se lleven a esta feria
niento, en adaptación de Mauricio Magdaleno distracciones populares. Aquí el término de
-reciente coproducción de Magdaleno, Bus- “distracciones” queda muy bien, pues el últi-
tillo Oro y Soto- la Revolución con Vámonos mo gobierno del “maximato” estaba recibiendo
con Pancho Villa y otros asuntos folclóricos en este año las mayores demostraciones de
con cuadros reunidos de sus anteriores es- descontento con las huelgas de los trabaja-
pectáculos. La revista Así es México además dores, en demanda de mejores salarios. El
de los cuadros mencionados, contaba con ambiente era candente y Rodríguez tuvo
un cuadro español: Mis amores de Sevilla. que hacer una revisión de los salarios mí-
nimos de manera que fueran aumenta-
Los autores dramáticos y los artistas dos, pero lo que en realidad se hizo fue
tuvieron todavía en Calles y su “maximato” un una nivelación entre los estados de la Re-
cúmulo de temas para llevar al teatro. Allí, jun- pública, pues el desnivel del año anterior
to con la crítica y la sátira, se infiltraban poco fluctuaba entre 0.54. y 1.10 pesos, como ya se
a poco y convivían la canción romántica y la mencionó. Esto culminó en que casi todos los
que se llamaría después bolero ranchero. Las estados tuvieran el mismo promedio mínimo
evoluciones -como se llamaba antes a las co- de $1.00. Era un aumento nada significativo,
reografías- eran más elaboradas que en los si se tiene en cuenta que los precios habían
años veinte, con temas regionales, dirigidas aumentado: un kilo de frijol costaba $0.28, un
por Pedro Rubín. Los nuevos artistas como kilo de carne $0.41 y uno de manteca $0.86. 24
Lara, Toña la Negra, Ninfa Traslaviña, Consue-
lo Godoy, Consuelito Quiroz, Agustín Isunza, La Feria Nacionalista era pues una
Amelia Wihelmy, Gloria Marín, Elisa Berumen táctica de auténtica distracción, pero con esta
o Don Catarino, de origen carpero, también exposición, en la que se mostraban productos
convivían en el teatro con vistas fotográficas, de México especialmente agrícolas que se
cine y bailes regionales; lo vernáculo se va esperaba exportar, se buscaban objetivos
imponiendo en los teatros de revista con la re- políticos, económicos y sociales. Para el
presentación de personajes, bailes y canciones. lucimiento de la feria se convocó a todas las
carpas de la ciudad de México, juegos de
Al principiar el año de 1931 ya se oye feria y al circo Beas con otras atracciones. Se
hablar del sketch en los teatros y en las car- estacionaron a lo largo de la Alameda y has-
pas. Los cómicos venidos de la Unión Ameri- ta el Zócalo. De esta feria salieron beneficia-
cana lo introducen en las carpas y de allí va dos los artistas porque se dieron a conocer
a los teatros. Una de las fuentes directas es no sólo ante un mayor público, sino ante los
Guz González, 23 quien lo difundió entre los productores de cine que andaban a caza
carperos de 1932 a 1933 -a la manera es- de caras nuevas. A partir de este momen-
tadounidense heredada de los circos y el to se abre una perspectiva para los carperos
vaudeville-. El sketch fue uno de los recursos que y un filón para los productores, por eso el
cambió la estructura espectacular carpera, al no cine nacional realizará muchísimas pelícu-
depender ya ésta de un libreto escrito para la las con artistas carperos como Gloria Marín,
realización de un espectáculo, sino de aquellos Meche Barba, Amparito Arozamena, Marina
como módulo principal al final de canciones y Tamayo, Resortes, Claudio Estrada, Cantin-
bailes. También fue un recurso que facilitó la flas, Chino Herrera, Don Catarino, Clavillazo,
actuación múltiple de los artistas en varias car- El Chicote, Miguel Inclán y su familia, Pali-

22. El Diablo Roberto, “Soto y su compañía nacionalista”, Revista de Revistas, 4 de diciembre de 1932.
23. Antonio Cortés Munguía, Yo quiero ser artista, Ed. del autor, México, 1991, pp 19-20.
24. Lorenzo Meyer, op. cit., pp. 136-137.
llo y otros. También surgió allí un personaje estaba formada por dos enormes piernas
importante para las carpas: Alfonso Brito, quien cascorvas que se parecían a las del propio cómi-
era un hombre de empresa que vio en ellas un co, carpa que después pasó a formar parte de las
terreno propicio para desarrollar su inquie- muchas que compró o construyó Alfonso Brito.
tud por los negocios. Brito era funcionario en
la Secretaría de Agricultura y tuvo a su car- La política del régimen de Cárde-
go la organización de la feria. A partir de en- nas, como ya se sabe, pretendía organizar
tonces se volvió empresario, fue dueño de a las masas desde el gobierno y por eso se
muchas carpas -eso y su relación intensa con las facilitaba la formación y organización de sin-
vedettes, le valió el sobrenombre de “El Sul- dicatos, como el de los carperos. El general
tán de San Juan de Letrán” –y convirtió una sabía la importancia que tenía la carpa como
de ellas, la Colonial, en un teatro más funcio- espacio en donde se reunía el pueblo de pocos
nal, con otro tipo de variedades muy pareci- recursos de la ciudad de México y la prote-
das a las del Politeama pero más populares. 25 gía. Los que se ponían en contra de los có-
micos, eran los funcionarios menores -como
El negocio de las carpas tenía éxito, dice don Rafael Solana en su testimonio oral
no obstante los artistas seguían con un mísero para las carpas. 28 Con Cárdenas se abre un
sueldo que iba de los 50 centavos a los tres periodo de mayor libertad de expresión (que
pesos, sin ninguna garantía; en cambio los había estado limitada en el “maximato”) y
empresarios sí estaban organizados. Los que disminuye en la época de Manuel Ávila
artistas de carpa y variedad en este año co- Camacho. Libretistas y caricaturistas fueron
menzaron a protestar y fueron atacados por los muy golpeados durante los periodos guberna-
empresarios, quienes querían organizarse en mentales que antecedieron a Lázaro Cárde-
circuitos para controlar más las carpas. 26 En nas y también, como los dramaturgos, fueron
respuesta a las iniciativas de los empresarios, expulsados del país o en el mejor de los casos
los artistas se organizaron, alentados por el “becados” al extranjero para alejarlos de
éxito de los movimientos sindicales de enton- México, llevándose con ellos su pluma y su crítica.
ces y formaron el “Sindicato Único de Artistas
de Variedades y Similares”. 27 Este sindicato La caricatura y la carpa tienen
agrupaba a los trabajadores de carpa, circo y una relación muy estrecha. Sus influencias
cabaret. El primer sindicato se mantuvo como mutuas son evidentes. Los cómicos desarro-
tal hasta 1939, año en el que se asimiló a la llan sketchs a partir de caricaturas y tiras có-
ANDA, para formar un sindicato más fuerte. micas y los caricaturistas toman los tipos de
El movimiento de los patrones no prosperó y la carpa para ilustrar sus sátiras como el per-
tuvieron que pagar a los artistas sueldos caídos sonaje de “Mamerto” que era una tira cómica
y en algunos casos hasta con la carpa misma. de El Universal; este personaje era represen-
No obstante hay que recordar que no todas las tado en las carpas, como la de los Cardenty,
empresas tenían mucho dinero y como suele con un títere del género fantoche. También
ocurrir en el teatro, a veces se continúa traba- existe esta circulación entre la caricatura y la
jando con números rojos a pesar de la quiebra carpa con los tipos de pantalón fajado abajo de
evidente y para pagar a los artistas hay que la cintura, con camiseta de dormir de manga
rematar hasta las producciones. El empresario larga y chaleco muy corto, que en la carica-
pierde todo y vuelve a empezar o cambia de giro. tura comienzan a aparecer con el “Chupamir-
to” de J. de Jesús Acosta. Todos estos perso
El gobierno de Lázaro Cárdenas fue najes son representados en las carpas por el
favorable para el desarrollo de las carpas; por Cuate Chon, Periquín, Chicote, Chupamirto,
ser un espacio popular, los permisos se daban Clavillazo y el más famoso, Cantinflas, y su
sin muchos trámites. Bastaba encontrar un constante imitador Cantimplas. Después en
te-rreno baldío y tener con qué construirla, la tira cómica de Fa-Cha “Cantinfladas” tam-
para montar una. Algunos testimonios dicen bién aparece este personaje, así como en el
que Cárdenas regaló una carpa al famoso có- Fufurufo, a principios de los años cuarenta.
mico Chicote. Pudo ser cierto, porque el propio Esta caracterización del “pelado” mal fajado,
ge-neral facilitó a los carperos una sede para medio borrachín que dice incoherencias que
su sindicato. La entrada de la carpa Chicote dan risa, pertenece al pueblo urbano y pobre.

25. Joana Brito, Testimonio para el fondo documental La carpa en México, 1991.
26. Desplegado de la Unión de Empresarios, fotocopiado en el fondo documental La carpa en México.
27. Antonio Cortés, op. cit., p. 27.
28. Rafael Solana, testimonio para el fondo documental La carpa en México.
Este personaje que merodea por la zona roja México, con una fastuosidad no vista antes.
y las pulquerías, deambula en busca de tra- Marcus hace giras por el interior de la Repú-
bajo y toma café con “piquete” para matar el blica y deja la impresión de algo diferente en el
hambre, es un personaje que dice chistes y campo del espectáculo. No es raro que en 1937
tonterías pero también dice verdades, porque Soto represente con gran lujo Rayando el sol
su borrachera lo alienta y lo envalentona. Por en el Palacio de Bellas Artes, con todo el apo-
eso este tipo desplazó a los charros y ranche- yo del gobierno, que va desde la facilidad para
ros de la revista mexicana, tipos que habían que la revista se presentara en Bellas Artes
hecho historia con el Cuatezón Beristáin y hasta el apoyo económico y logístico, algo que
Roberto Soto. El propio Soto se dio cuenta no había sucedido a la fecha. El general Cár-
del cambio del sujeto urbano y en 1941, an- denas dio personalmente 2 000 pesos a Soto
tes de que Tin Tán hiciera su debut en el Líri- para su empresa en el teatro Lírico y 10 000 a
co, él presenta la revista El máximo pachuco; Carlos Villenave, autor que escribía para el Líri-
Soto está al día, en esta época sus obras se co. Así Villenave trabajaba para ambos porque
impregnan de folclorismo, pero también cam- escribía para Soto pero agradaba a Cárdenas. 30
bia sus temáticas al calor de los acontecimien-
tos. La propaganda panamericanista lo influ- El nacionalismo de esta época en
ye para representar la revista Alma América la praxis del espectáculo ligero, busca no
como un collage de sus montajes anteriores. solamente estar de acuerdo con la política
del Presidente de la República, sino tam-
Roberto Soto, el actor cómico bién trata de encontrar otros signos que lo
mimado por más de dos decenios, cambia identifiquen frente a los venidos del exterior,
la estructura de sus espectáculos de revista para promover un intercambio traducido en
de acuerdo con las circunstancias políticas, giras artísticas con Cuba, América del Sur y
posiblemente influido también por las compa- Estados Unidos. Así, las revistas y las varie-
ñías extranjeras que vienen a México después dades produjeron cuadros o asuntos de tipo
de 1930, como la de Ernesto Lecuona, quien regional, a la vez que imitaban las coreogra-
presenta cuadros, canciones y bailables cuba- fías y estilo de las estadounidenses y cuba-
nos en 1931 y 1934. El empresario, durante nas. Las primeras figuras femeninas ya no
su estancia en México, al ser entrevistado por se llamarán tiples como en las revistas mexi-
la prensa, se refiere al rescate de lo folclórico, canas, sino vedettes, al modo de las revistas
de lo criollo cubano y mexicano. 29 Sus opi- europeas y norteamericanas. Los cómicos ya
niones coinciden con la producción de signos en no serán sólo parodistas como antaño, sino
favor del nacionalismo mexicano que exalta- “sketcheros”. En el terreno del baile de salón
ba las virtudes de lo folclórico, sin percibir los se buscan nuevas formas nacionalistas; a
signos criollos que contienen, dotados a su mediados de 1935 el compositor Juan
vez de signos y símbolos venidos de otras Garrido y el bailarín Rafael Díaz crean un baile
partes, como sucede con todo lo que tiene de salón llamado El Charro, que consiste en una
que ver con los bailes regionales, jarabes, combinación de la danza y el carquís,
zapateados, chilenas, y con los trajes de regiones en los que se combinaban
oaxaqueñas, de charro, china poblana, yuca- pasos de jarabe, zandunga y jarana. 31
teca, chiapaneca, tehuana, que en ese tiempo
también eran plasmados por los artistas plásti- En el mismo año del debut de Mar-
cos, poetas y escritores en sus obras. La pro- cus en México, don José Furstemberg,
ducción de estos signos era propiciada por las empresario de carpas, construye el teatro
ideas agraristas del general Cárdenas, pues Follies Bergère, en el lugar donde estuvo el
favorecía a su política que quería ser popular. teatro Garibaldi, como respuesta al público que
agotaba las localidades de la carpa-teatro Molino
Otra influencia en el terreno del Verde, para ver a Cantinflas, cómico que tenía
espectáculo fue sin duda la del director de mucho éxito por el tipo de comicidad blanca
revistas Marcus, un empresario norteamerica- que hacía. Este sketchero desde sus inicios
no que vino a México en 1936 y 1943. En 1936 en las carpas de barrio como la Mayab y la
Marcus presenta, con un repertorio norteameri- Valentina, utilizaba en sus representaciones una
cano, cuadros y bailes mexicanos que monta en comicidad muy urbana muy lejos ya del per-

29. Ernesto Lecuona, Declaraciones a la revista Todo, 25 de octubre de 1934.


30. Armando de Maria y Campos, op. cit., p.311.
31. Carlos Madrigal, “Aprender a bailar el charro”, Revista de Revistas, 9 de septiembre de 1935.
sonaje de ranchero chistoso, sirviente de los la del nacional. El cine norteamericano intro-
charros cantores que sólo seguirán siendo ducía paradigmas estéticos eurocentristas,
representados en el cine, como los perso- especialmente anglosajones, y el cine mexi-
najes que representaron el Chaflán, Chicote y cano mezclaba los anteriores con los regiona-
Mantequilla. Cantinflas, por el contrario, era el les impregnados de un nacionalismo idealísti-
“peladito” de ciudad, que se expresaba en un camente tratado, ajeno a la cotidianidad que
metadiscurso, con una verborrea que pretende pretendían representar, como por ejemplo en
decir mucho y no dice nada denotativamen- las películas de charros cantores -Tito Guízar
te, pero la connotación de lo que dice alude y Jorge Negrete- con sus novias hijas de ha-
no solamente al tipo que representa, sino a cendados y las que presentaban a los cam-
otros de diferente nivel que se expresan, con pesinos guapos y prístinos, como en Rosa de
ligeros cambios de tono, de la misma mane- Xochimilco, La Zandunga o María Candelaria.
ra. Su éxito fue definitivo porque la caricatura
del sujeto que representó, más que física era A partir de las películas protagoniza-
psicológica. A través de la parodia y apoyán- das por los cómicos de la nueva generación:
dose en otros cómicos que le antecedieron Don Catarino, Tin Tán y las rumberas, Cant-
en la representación de un personaje pareci- inflas, Clavillazo, Medel, Manolín, Shilinski,
do, buscó y encontró su personalidad cómica Resortes, que se realizaron después de los
y su propio tipo, que después imitaron otros. años cuarenta, los temas serán menos idea-
A partir de entonces cada uno de los cómicos listas y un poco más como representación de
trató de encontrar su propio tipo como Resor- personajes urbanos. Uno muy característico
tes, Clavillazo, Bobito, Serapio, Medel, Mano- que se llevó a la pantalla, representado casi
lín o Palillo y muchos más. Ellos encontraron por todos los principales cómicos, fue el po-
su propio tipo, su personal forma de actua- bre tipo sin dinero que se enamora de una
ción, sus lazzi -patrones corporales o verbales muchacha bonita sin fortuna a la que ayuda
iterativos usados en la actuación a la manera económicamente, valiéndose de estratage-
de la Comedia del Arte- que los diferenciarían mas en las que la comicidad lleva una buena
a unos de otros, para representar al sujeto parte. Un personaje femenino característico
urbano aludido, con una actuación imitada, pa- fue la muchacha también sin dinero, que tiene
rodiada o recreada buscando la originalidad. que cantar o bailar como rumbera o prostituir-
Así se definen unos como bobos a la manera se para obtenerlo, para mantener a su hijita
del payaso “Augusto”, otros como figuras agre- enferma o mandarla a un buen colegio, o
soras o agredidas en la comicidad de parejas curar a su madre enferma. Esta mujer joven
con la vedette o el patiño, cínicos o malicio- sufre y recibe agresiones de los hombres; sin
sos. La reproducción que cada uno hizo del embargo siempre hay un hombre que la
aludido sujeto urbano, se afirmó en la rela- redime. En estas películas se muestran otros
ción dialógica de la estructura del espectáculo ambientes más cotidianos aunque no exentos
carpero con la colaboración y aceptación del de idealismo como los barrios, las cantinas,
público, pues era éste el que definitivamente las ferias, las carpas y las vecindades, en don-
afirmaba o negaba la personalidad adoptada. de se mostraban las miserias y bondades de
El negocio del espectáculo car- la clase pobre urbana como en Nosotros los
pero caminaba bien. Había muchas carpas pobres. En contraste, también se mostraba
y muchos cines; los espacios eran de usos los nuevos paradigmas de la estética clase-
múltiples para cine, teatro y variedad en un mediera: los departamentos lujosos estilo
mismo día; como los teatros Lírico, Alame- arquitecto Pani, óleos de marinas o retratos
da, Politeama, Apolo, Regis, en los que se en las paredes, grandes jarrones, amplios y
exhibía cine y después se presentaba una pesados muebles y consolas, automóviles últi-
variedad de números: cantantes acompaña- mo modelo, pieles, joyas, vestidos y sombreros
dos de piano, recitadores, bailes o magos. de las damas, así como sus gustos: las carre-
Esto se debía en parte a la promoción de las ras de caballos, los toros, el cabaret y el whisky.
películas de importación de Estados Unidos
y a la producción nacional que se acrecenta- El cabaret jugó un papel importante
ba. El cine tenía, en su contexto espectacular, en la carpa y el cine mexicano en su época
dos influencias: la del cine norteamericano y llamada de oro. Entre los cabarets que han
pasado a la fama están el Agua Azul, don- nos se han infiltrado poco a poco en el co-
de tocaba y cantaba Agustín Lara en 1927, tidiano vivir, a partir la campaña de acerca-
un antro de tercera, como dice Armando miento emprendida por Estados Unidos a raíz
Jiménez, al que asistían trabajadores y arte- de la recesión. Al mismo tiempo que Lázaro
sanos como choferes, mecánicos, albañiles, Cárdenas realizaba su política de acercamien-
sastres, carpinteros, hojalateros, pintores de to a las masas y de nacionalización petrolera,
pulquerías; 32 la Linterna Verde, el Estambul, por otro lado se favorecía la iniciativa privada,
donde tocaban los músicos poetas a finales de como ya se ha mencionado, y el intercam-
los años veinte; el Chop Suey donde comenza- bio comercial con el país vecino. Así, tanto
ron a hacer variedad los carperos; el Burro don- en la vida cotidiana como en la carpa convi-
de bailaba Resortes, y aquellos otros construi- vían las dos tendencias, de nacionalización y
dos después, como el Río Rosa, el Waikikí, el extranjerización. Por un lado se dejaban
Ciros o el Patio, que hicieron época en las déca- sentir las influencias norteamericanas en el
das de 1940 y 1950. Los cabarets fueron lugar uso de productos y el consumo de signos y
casi obligado de las películas de estos años y por el otro el nacionalismo cardenista, que tra-
espacio de trabajo para los carperos. En ellos taba de aglutinar la expresión popular. Las
sólo había música y baile; después los cómi- primeras tienen sus efectos en el cambio de
cos hicieron suyo ese espacio. Antonio Cortés, organización espectacular y la segunda en
de nombre artístico Bobito, 33 fue uno de los la integración de música, bailes, canciones,
primeros en formar compañías pequeñas con escenografias con temas del folclor regional y
sus amigos sin trabajo para llevar variedades en el contenido político satírico de los sketchs.
a los cabarets, por la necesidad y escasez de
trabajo que había al comenzar los años treinta. La segunda guerra mundial marca
El cabaret se transformó en uno de los escena- un parteaguas en la política mexicana, pues
rios en donde los carperos obtuvieron no sólo se acentúa la influencia norteamericana con
fama sino también buenos sueldos, a veces la política del “buen vecino” de Roosevelt y la
mejores que los percibidos en la radio o el cine, intervención de México en la guerra. El país
porque el cabaret, al igual que la carpa, funcio- padece las consecuencias del cierre euro-
naba todos los días del año, no así otros me- peo de mercados y la dependencia del veci-
dios en donde los contrataban por temporadas. no del norte. En lo que se refiere a exporta-
ciones e importaciones se resiente la falta de
La organización del espectáculo productos para mantener la economía. 34 Manuel
funambulesco está determinada no sólo por Ávila Camacho, sucesor del general Cárde-
las condiciones socioecónomicas sino por nas en la Presidencia, opta por una política de
los avances de la tecnología y las novedades conciliación entre los grupos de obreros,
en otros países que llegan a México en poco empresarios y partidos políticos, que for-
tiempo. Así, en la carpa de los años diez y cejeaban por el poder al final del periodo
veinte, conviven en el espectáculo la zar- cardenista. La nacionalización petrolera favoreció
zuela, la revista, la comedia y el cine -vistas la salida de algunos capitales extranjeros que se
fijas, documentales y películas- con fines de veían amenazados, a pesar de que hubo fortale-
fiesta, algo parecido a la variedad, que podían cimiento del sector obrero; sin embargo los cos-
ser bailables, canciones, recitaciones y has- tos de la nacionalización y los problemas agrarios
ta rifas de besos de las tiples. En la siguiente produjeron una inflación que llevó a la devalua-
década, conviven la comedia o el drama con la ción del peso de 3.60 a 5.10 por dólar, y a la baja
revista, el cine y la variedad. Para los años que de salarios, que motivó el descontento de los
siguieron a 1940 el espectáculo ligero cambia obreros. La política de conciliación comenzó des-
su organización y su presentación pero no su de los dos últimos años del periodo del presidente
estructura, ésta continúa siendo dialógica. El Cárdenas y prosiguió más abiertamente con Ávila
sujeto carpero, actores y públicos, pertenece Camacho. La participación del país en la guerra,
a la misma condición socioecónomica, con coloca a México en una posición internacional y
excepción de la población circulante venida en la capacidad de efectuar un intercambio econó
de otros estratos sociales, es urbano pero mico con países de América y especialmente
ha cambiado usos, costumbres e ideas. La con Estados Unidos, en lo referente a exportar
propaganda y los productos norteamerica- materias primas e importar material bélico. 35

32. Armando Jiménez, Cabarets de antes y de ahora en la Ciudad de México, Plaza y Valdés, 1991.
33. Antonio Cortés, op. cit., pp. 12-13.
34. Rafael Loyola, Entre la guerra y la estabilidad política: el México de los 40, CNCA, Grijalbo, 1990, pp. 27-28.
35. Rafael Loyola, op. cit., pp. 31-33.
La figura de los soldados que la apertura al exterior que la guerra propiciaba.
participan en la guerra agrupados en el Por eso también en el medio urbano se crea-
Escuadrón 201, se convierte en un signo ban los ambientes propicios de acuerdo con
nacional protegido por la sombra del gran los diferentes niveles socioeconómicos: bailes,
símbolo de la Virgen de Guadalupe. Ambos son saraos, reuniones, teatros, cabaret, tés dan-
símbolos nacionales que se cantan en la zantes, fiestas, ferias... a pesar del alto cos-
canción de Agustín Lara que se escucha en todo to de la vida que aumentaba progresivamen-
México y conmueve el alma del mexicano pobre: te y que llevaría a otras dos devaluaciones.

Cantar del regimiento, Los mexicanos de ciudad buscaban


mil vidas que se apartarán; con afán los signos que los identificaran como
que me cuide la Virgen morena, tales en el concierto internacional en el que
que me cuide y me deje pelear.
se encontraba el país. Los intelectuales y los
artistas se dedican a buscar los orígenes del
El soldado y la virgen se unen en un solo
ser del mexicano y expresarlo en sus obras.
símbolo de unidad nacional que va muy bien
Se le busca en la provincia, en el ambiente del
con la política avilacamachista. Además los que
campo y en lo prehispánico. Desde finales de los
van a la guerra son soldados que no pertene-
años treinta la cultura de élite también se suma
cen a las clases dominantes sino a aquellas en
a la reproducción de signos llamados naciona-
las que la Guadalupana y el soldado son íconos
listas basados en lo vernáculo. En 1939 María
que curiosamente al socializarlos a través del
Tereza Montoya con visión de lo que podría
cine y la radio, se vuelven de todos. En 1942
ser un teatro mexicano, hizo un esfuerzo por
se filma y exhibe la película La virgen morena,
contribuir a la creación de un teatro nacional,
con música de Julián Carrillo, como una afirma-
con obras de carácter folclórico como la puesta
ción del símbolo con signos de la “alta cultura”.
en escena de las revistas La flor de la lagunilla
y La Valentina, en las que trabajó con figuras
Con la entrada de México en la gue
carperas: Amelia Wihelmy, Lucha Reyes, el
rra y los mercados europeos cerrados, la alter-
trío Las Serranitas, Carmen Cabrera y el gran
nativa es el vecino del norte, con el que Ávi-
actor de revista Joaquín Pardavé. A estas obras
la Camacho firma un acuerdo que contempla
les llama Armando de María y Campos Sainete
préstamos y política de export-import como se
Mexicano. 36 Al público tradicional de la Mon-
ha mencionado. Así, llegan del otro lado de la
toya no le gustó el género porque las obras
frontera, alimentos, materias primas y artículos
mezclaban la revista y la variedad con sketch,
de consumo intermedio, sin incluir maquina-
“...los temas nacionales ya estaban agotados
ria pesada. Las condiciones eran desventajo-
por la voracidad de las propias revistas”; 37 se
sas para México pero debido a los intereses
entiende con esto que los temas nacionales que
estadounidenses debieron respetarse. De
tocaban asuntos vernáculos o folclóricos como
este modo el mexicano comenzó a consumir
se tenía costumbre de verlos, ya no gustaban.
productos norteamericanos con más intensidad
que antes de 1942, fecha del tratado. Como es
La gente que podía pagar iba al Pa-
natural, con los productos vino la propagan-
lacio de Bellas Artes, en donde Celestino
da, que imponía parámetros de comunicación
Gorostiza, Fernando Wagner o Alfredo Gó-
visual y estética distintos a los que existían.
mez de la Vega, ponían en escena a Jackes
Las publicaciones, los productos alimenticios,
Deval, Marcel Pagnol, O’Neill, García Larca o
de belleza y de confort cotidiano tienen otra
Mark Reed, con las actrices del momento: Cle-
presentación, con una mejor resolución y anun-
mentina Otero, Josefina Escobedo e Isabela
ciados por los astros de Hollywood. Las noti-
Corona, pertenecientes a familias
cias de la guerra se conocían por la prensa, por
prominentes de la ciudad de México y
la radio y por los noticieros cinematográficos,
Guadalajara que habían comenzado a ha-
pero se sentía lejos y el anhelo de todos era no
cer teatro como un hobby y posteriormen-
sentirla cerca. Hacía 10 años que había tenido
te se convirtieron en pilares del teatro de
lugar la recesión y no estaban los ánimos para
México. El público elitista se mezclaba con
pasar restricciones, sino para divertirse y dis-
la clase media y los obreros bien pagados,
frutar de lo que en un momento dado pudiera
como los electricistas o los petroleros, para
faltar si la guerra así lo requería así como de
36. Armando de Maria y Campos, Crónicas de teatro de hoy, Botas, 1941, p.48.
37. Hernán Robledo, Revista de Revistas, julio de 1939.
aplaudir las revistas de Agustín Lara en el Lí- Luis eran don Juan Pachuco y don Luis Tar-
rico, o en el Follies para ver a Medel y Can- zán. La influencia del cine norteamericano se
tinflas, quien en 1941 trae a este teatro una dejaba sentir en la adopción del personaje de
variedad de Estados Unidos con la que alterna. las cintas de aventuras sobre el hombre-mono
Tarzán. El tarzán mexicano era ya un tipo urba-
La gente de pocos recursos va a no que sustituía al “pelado”, indígena acultura-
las carpas de barrio y al Colonial, una carpa- do y urbanizado; vestido de traje o en mangas
teatro de Alfonso Brito parecida al Politeama, de camisa luciendo el pecho y con gran copete
ya desmantelado por los estragos de una engominado, como lo describió Lucha Reyes
huelga. 38 Alfonso Brito también viaja a Cuba en su canción sobre este personaje que dice:
y Estados Unidos para traer variedades y las “Qué rechulo es mi tarzán ay mamá/ cuando
presenta en su teatro por menos de lo que me paseo con él/ ay se mira tan re-mono/ con
cobra el Lírico. Brito, hombre mujeriego con esos tirantes rojos/ esos pantalones flojos/ su
su fama de sultán, llena no sólo la Colo- pelo muy ondulado/ muy bien envaselinado/
nial sino las otras carpas que sobre la ca- mamá me muero por él/”, y Sergio Magaña en
lle de San Juan de Letrán, o no lejos de allí, su composición: “Andar por la ciudad/ el pelo
construye para diversión de los pobres y rego- sin peinar/ y resaltar- así la personalidad/ en
cijo de su bolsillo. Tipo emprendedor y audaz mangas de camisa/ con auténtica sonrisa/
trae en 1940 la primera compañía de burles- por SanJuan de Letrán/ caminar...”. El pachu-
que y hará una fortuna con el espectáculo car- co a su vez era el pocho con su vestimenta
pero, desde la Feria Nacionalista hasta el pro- variolada, saco a cuadros muy holgado, ca-
yecto del teatro Blanquita, el que no terminará misa de colores, cadena de reloj y sombrero
él sino Félix Cervantes y Margo Su en 1950. 39 adornado con una pluma, con zapatos chatos
y a veces bicolores que masticaba el inglés,
A la par de los cambios en la políti- pues su atuendo venía de los mexicanos en
ca y en la economía en los años cuarenta, el Estados Unidos, llamados “cholos”. Así rivaliza-
sujeto urbano de la ciudad de México también ban en atuendo y maneras los pachucos y los
cambia y se afirma con la adopción de signos tarzanes por San Juan de Letrán, provocando
que consume a través de la radio, los medios con sus miradas y piropos a las “changuitas”,
impresos, las películas norteamericanas, la a las que se refería Cantinflas en sus sketchs
publicidad de artículos de consumo, las formas y representaba en sus caricaturas Cabral.
de vida, la tecnología; adopta otras formas
corporales para expresarse, otro lenguaje. Estos personajes no tenían ya nada
El país se moderniza y hasta los chistes y que ver con el campo, vivían y morían en y por
bromas son distintos; entran a formar parte del la ciudad. La capital era su espacio, la radio, el
lenguaje común palabras extranjeras que se cine, el box, la lucha libre, los toros, el cabaret,
usan para sobreentendidos; sin embargo las el café de chinos y la carpa, formaban su am-
revistas políticas todavía se representan. En biente, generalmente nocturno, sin prescindir
1940 se efectúa una temporada en el teatro de los centros de prostitución. La carpa, dicen
Lírico, a raíz de la contienda política entre sus testigos, era también lugar de circulación de
Almazán y Ávila Camacho y en agosto de ese estos tipos y de las prostitutas perseguidas por
año el mundo revisteril, que ya va en decaden- la razzia, 41 pues al estar cerca de las zonas
cia, sufre otro golpe con la muerte de Manuel donde ellas se concentraban, les servían de pro-
Castro Padilla, empresario y autor de la músi- tección cuando los gendarmes las perseguían.
ca de muchas revistas. Al salir del teatro al final Los pachucos, los tarzanes y las changuitas
de una revista que se pronunciaba por Alma- eran asiduos a la carpa, eran el público que
zán, fue golpeado por un grupo que se decía interpelaba la vida cotidiana a través del imagi-
partidario de Ávila Camacho. 40 No obstante, nario colectivo participando en el rito carpero.
Roberto Soto continuó la temporada y para 1941
pone en escena El máximo pachuco y en 1943 El espectáculo carpero se anun-
-al mismo tiempo que Tin Tán, el pachuco de ció siempre como espectáculo para familias
más fama-, representó El tenorio pachuco, con y era, por lo menos en las primeras tandas
personajes como el “Tarzán” y el “Pachuco”. de la tarde y de la noche; después de esa
Los personajes clásicos de don Juan y don hora nadie se hace responsable de tal afir-

38. Rafael Solana, entrevista por Héctor Azar en Suplemento Cultural de Excélsior, 1992.
39. Margo Su, Alta frivolidad, Cal y Arena, 1989.
40. Armando de Maria y Campos, El teatro de género chico en la Revolución mexicana, Biblioteca del Instituto de Estudios Históricos de la
Revolución Mexicana, 1956, pp. 394-396.
41. María Alicia Inclán, testimonio para el fondo documental La carpa en México.
mación. La última tanda estaba destinada a Villaurrutia y Usigli pero sólo del teatro que
un público mayoritario de hombres, pocas ellos hacen. El llamado teatro frívolo ya casi no
mujeres, las arriesgadas para trasnochar o tiene reseña, ha desaparecido la columna tea-
prostitutas y a los artistas o a algunos esnob tral de “Marginalias y faranduleras” de Revista
que gustaban de circular por estos lugares. de Revistas, reducida a columnas de pequeñas
notas en las llamadas “Remolino”, “Mientras
De los años cuarenta a cincuenta la México duerme” y “Triqui Traque”. Los críticos “y
ciudad crece y las carpas se multiplican, los periodistas no se atrevieron con un género que
artistas de variedad son muchos y no hay no presentaba obra escrita, que se improvisa-
trabajo para todos en los pocos teatros que ba, era nuevo cada noche y cambiaba de lugar
hay en el centro de la ciudad. Los clanes de y por eso no le concedieron importancia. En
artistas forman su propia compañía y ha- las columnas mencionadas sólo aparecen los
cen su carpa y también se amplía el radio de teatros más famosos, el Lírico y el Follies y
ubicación hacia las colonias nuevas y a los reseñas sobre cine, radio y vida de los artistas.
estados de la República. Además de las De las carpas nadie hace reseña, tal vez alguna
compañías y carpas existentes como las por allí perdida en la revista Todo 42 o en Vea, 43
de Dorita Ceprano, Modelo, de Procopio, en donde las notas eran mínimas; sin embargo
Subareff, Petit, Rosete, Noris, Mayab, Chuy las vedettes de carpa y variedades ilustraban
Herrera, Ofelia, Salón Rojo, Lolita, Soria... tienen estas revistas de contenido amarillista y erótico.
carpas las familias de los Inclán, Elisa
Berumen, Cecilia Ramsey, los Padilla, los Es también durante este decenio
Cardenty, los Aragón, los Areu, Noriega, los que se prepara el nuevo medio de comunica-
Beltini y muchísimos más. En los años cuarenta ción masiva. Guillermo González Camarena
los artistas de carpa y variedad ya se han unido regresa a México en 1947, de un viaje por
con la ANDA. Dentro de la ANDA las diferentes Estados Unidos, Francia e Inglaterra, 44 en
especialidades carperas se distribuyeron de donde estudió sistemas televisivos para
acuerdo a las secciones existentes en la aso- enriquecer sus conocimientos y aplicarlos a la
ciación como cantantes, payasos, cómicos, cámara de televisión a colores inventada por
etcétera. él. La tecnología televisiva avanza a pasos
agigantados para hacer su debut en 1950, bajo
El Departamento de Bellas Artes es ya la paternidad empresarial de Emilio Azcárraga
Instituto Nacional de Bellas Artes en 1947 y su y el apoyo del presidente Miguel Alemán. La
máximo símbolo es el Palacio de Bellas Artes, política del gobernante en turno es de indus-
escenario en activo desde 1934 de las obras de trializar al país: la inversión y la industria son
los mejores autores europeos que son puestos bienvenidos a México. El presidente inaugura
en escena por Celestino Gorostiza, Julio Bra- durante su periodo de gobierno, infraestruc-
cho, Fernando Wagner, Alfredo Gómez de la tura hidroeléctrica, carreteras, puentes, fábri-
Vega, Villaurrutia, Novo... En el Palacio los cas, calles, hospitales, escuelas, conjuntos
autores extranjeros aparecen en la cronología habitacionales y colonias, en una carrera desa
con más profusión que los autores mexicanos; rrollista que además de apoyar al capitalismo,
no obstante se ponen algunas obras de autores pronuncia más la división de clases, acarrea el
nacionales con preferencia de los dramaturgos endeudamiento, la inflación y la devaluación.
que tienen cargos públicos o de sus amigos Durante estos años los centros urbanos crecen
como Villaurrutia, Novo, Basurto, Luis Spota, en un 73%, que comparado con el crecimien-
Usigli, Agustín Lazo. Otra actividad teatral del to total de 31.2% es más del doble. La capital
Palacio es la representación del teatro infantil en 1950 tenía 3 138 000 habitantes, 45 casi el
dirigido por Clementina Otero, concebido tam- doble de 1930. Los ricos buscan entonces las
bién por Concepción Sada y Alfredo Mendoza. colonias nuevas: Lomas de Chapultepec, Pe-
Para estas fechas la crítica de los espectácu- dregal de San Ángel, y los pobres se extienden
los también cambia en forma y contenido, ya en la periferia y en las vecindades del centro,
no se ven las columnas de reseñas de espec- que servirán de tema para películas de Tin Tán,
táculos y las obras se anuncian en carteleras. Cantinflas y Clavillazo y para obras de teatro
Las críticas tienen forma de artículos perio- como Los signos del zodiaco o El cuadrante de
dísticos especializados. Hacen crítica Novo, la soledad. Este movimiento sucede cuando la

42. “El alma adolorida de las carpas”, Todo, núm. 88, 1935.
43. Revista Vea, diversas fechas.
44. Juanolo, “Radio”, Mañana, diciembre de 1947.
45. Rafael Loyola, op.cit., p. 245.
economía centralizada en unos cuantos se za, Wagner, Nava y de Seki Sano, direc-
expande; los ricos emigran a lugares mejores tor teatral japonés llegado a México en
y los pobres asumen la ciudad con sus pro- los años treinta, con su pareja la bailarina
blemas. En la actualidad, los que pueden tie- Waldeen. Sano impartió aquí la técnica de
nen casas en lugares menos contaminados y Stanislavski y representó obras con sus alum-
complicados como Cuernavaca, Cuautla, Te- nos en otra pequeña sala del sindicato de
poztlán, y los que no tienen los recursos para electricistas. Estos espacios colaboraron a
cambiar, sólo pueden asumir la ciudad los 365 la difusión del teatro, con nuevas técnicas de
días del año. La clase media de fines de los actuación y otro manejo del espacio escéni-
cuarenta y principio de los cincuenta vive en co, pues eran de tamaño menor que el de las
departamentos con cierto lujo y comodidades, salas grandes, con un cupo de más o menos
los de la clase entre pobre y media, la reciente 250 o 350 butacas; además le daban a la ciu-
clase que surge, habitan esos nuevos espa- dad un carácter cultural de gran metrópoli a
cios llamados multifamiliares, construidos en semejanza de París o Nueva York. En Bellas Ar-
la época alemanísta en grandes terrenos don- tes había temporadas de teatro, música y ópe-
de antes había casas viejas, jardines o lotes ra a la que asistía la gente vestida de gala, con
baldíos. Las ampliaciones que sufre la ciudad, pieles y joyas, como pedía Xavier Sorondo en
llevan al regente Uruchurtu a tomar medidas su artículo de 1931 y a los teatros chicos iban
drásticas: compra de terrenos y casas y ocupa- el público de clase media y los intelectuales.
ción de lotes en los que antes se estacionaban
ferias, circos, comercio ambulante y carpas. En la carrera de promoción social que
vive el país, los carperos no se quedan atrás,
Las carpas chicas emigran, como los impulsados por las oportunidades que ofre-
pobres, a las colonias de la periferia, muchas cen el cine, la radio y el cabaret, cambian sus
se estacionan por el rumbo de Tacuba, otras espacios de trabajo, abandonan poco a poco
se ubican hacia el oriente, algunas cierran, la carpa y surgen otros espacios como las ca-
son cada vez menos. Quedan en el centro la ravanas; una de las más famosas, “La cara-
Margo y la Colonial. Y más al norte, las carpas vana Corona”, se encargaba de promocionar
Libertad que fueron formadas en cooperativa esta marca de cerveza. En el desarrollo de los
con los actores de la ANDA, por antiguos y programas de las caravanas, los carperos can-
nuevos carperos que esperan dar un impul- taban, bailaban y hacían sketchs. Los artistas
so al género. La Libertad 1, obsequio de Luis de la carpa más destacados o con más opor-
Sandrini a los carperos, la 2 y la 3 cambiarán tunidades por sus relaciones con los empresa-
de compañías según las circunstancias, harán rios trabajaban en los teatros, pero otros por
giras como las de la carpa Tayita de la familia falta de estas relaciones o por fidelidad a las
Padilla que inaugura sus actividades en 1949 carpas y gusto por ese trabajo, seguirían en
en Acámbaro y continuará por todo el país ellas hasta después de los años cincuenta. Ya
hasta después de los años setenta, o realiza- para estos años era bastante difícil sostener-
rán temporadas de acuerdo con el éxito o el las, porque el público empezó a gustar de otras
fracaso... Uruchurtu no quiere mal aspecto de formas de ocupar su tiempo libre y porque ya
la ciudad, la modernidad a la que ha entrado no había espacios donde ubicarIas, debido a
el país no lo permite. Los jacalones o carpas la expansión de la mancha urbana, la apertura
de lona pobres y de mal aspecto desaparecen de nuevas avenidas y la pavimentación de ca-
de las calles principales, para dejar sólo a los lles. La empresa carpera junto con deportes,
teatros para revista y variedad: Cervantes, radio y cine, fueron los espacios para ocupar el
Follies, Lírico y los teatros de bolsillo seme- tiempo libre de la población urbana de escasos
jantes a los de poche franceses para teatro recursos, en casi todo el país, durante las dos
serio, que comienzan a funcionar, como el de décadas de las que se ha venido hablando, en
La Comedia de Rafael Solana, El Caballito de tanto que la influencia masiva de la TV ape-
J. de Jesús Aceves, El Globo de Lola Bravo y nas preparaba su expansión y desarrollaba los
Jebert Darién, el Latino y las salas Guimerá y medios tecnológicos. Cuando ésta se popula-
Molière. Los nuevos teatristas son alumnos de rizó, a mediados de los cincuenta, cuando
los hacedores del teatro en las dos décadas al-canzó un precio más accesible que en
anteriores: Clementina Otero, Gorosti- los primeros años de su comercialización,
el público dejó de asistir a los espectácu- la “alta cultura” con la creación oficial del INBA,
los con la frecuencia de antes, para disfrutar y el apoyo a las artes a través de los intelec-
en la “comodidad de su hogar”, programas tuales que obtuvieron puestos en su gobierno.
realizados con el objeto de llevar diversión La ideología de no-participación política, o de
a la “familia mexicana”. Aunque los primeros otras actividades de réplica estaban conden-
programas tenían una presen-tación muy li- sadas en su divisa: “Que todo mundo trabaje
mitada -porque no poseían todavía técnicas mientras llega la hora de hacer política sin me-
adecuadas avanzadas de manejo del medio noscabo de las libertades”, 48 la cual exhortaba
y de actuación, escenográficas, lumínicas constantemente a los mexicanos con su men-
y de accesorios, pues la televisión todavía saje subliminal a oír, ver y callar, si no que-
no descubría su propio sistema-, el contem- rían perder lo que tenían. Su anticomunismo
plar en una pantalla casera algo parecido al acendrado secundado ferozmente por algunas
cine, era una novedad a la que todo mundo publicaciones como la revista Hoy, le res-
quería acceder; interés que prevalece, ya tó importancia a todo movimiento que pu-
que hasta en los hogares más desprotegidos diera balancear fuerzas de acción para que
socialmente, existe, por lo menos, una televisión. los ciudadanos adquirieran conciencia po-
lítica e iniciativas, como sucedió al final
Los cómicos y vedettes del teatro de 1929 y principios de 1930. Otro factor
frívolo pasaron a formar parte de los elen- importante en la elección de medios para
cos de la XEW Canal 2, Canal 4 y Canal 5 llenar el tiempo libre fue el crecimiento de la
con sus siglas XHGC en honor de González ciudad y la dificultad de desplazamiento
Camarena. Fueron ellos y no otros, porque que ya se empieza a sufrir en esos tiempos
la estructura de espectáculo de su espacio y que explotará en las décadas siguientes.
carpero sirvió de modelo para los programas
de televisión: sketchs, canciones, bailes y todo Para 1950 hay poco más o menos 3
lo que fueran signos audiovisuales con un 137 000 habitantes, las estadísticas dividen ya
tempo rápido y con diálogos breves requeridos a la capital en: unidad central, 1o., 2o., y 3er.
por este medio. La literatura dramática, como contornos. 49 Una causa más del cambio es la
se sabe, tiene un tempo diferente, necesita difusión masiva y constante de patrones
otro tratamiento por televisión, debe adaptarse estéticos de origen extranjero, que influyeron
a las dos dimensiones de este medio y a la en los gustos, modas y diversiones, como
falta de dialogismo que en los medios masivos el aprecio por productos norteamericanos
se ha suplido reductivamente sin autorreferen- y la subestimación de los nacionales. Los
cia con aplausos y risas grabados. Más tarde empresarios viajan para traer a México com-
se empezarían a teledifundir los melodra- pañías de variedades o artistas que cambian
mas convertidos en telenovelas adaptadas o los gustos en perjuicio del trabajo de muchos
escritas por Fernanda Villelli, pionera en artistas cuyo tipo no corresponde a los extran-
México de este género importado de Cuba, 46 que jeros. Lo prieto, chaparro y gordo pasará a ser
no necesita de dialogismo porque no está he- sinónimo de feo. En las variedades de teatros
cho para desencadenar un proceso de análisis, y cabarets, son de admirar la piel blanca de
síntesis y juicios, sino para manejar sentimien- Rosita Fornés y Kalantán, los ojos verdes de
tos en curvas precipitadas de exposición de pro- Tongolele, el tipo oriental de Su Mu Key, todas
blemática y clímax constantes en cada capítulo. ellas con cuerpos esculturales; quienes van a
verlas pueden pagar el cabaret o continúan
El empleo del tiempo libre cambió fieles al espectáculo frívolo localizado en el
por muchas causas, entre ellas el bajo poder teatro Margo. Las tiples gordas y
adquisitivo del trabajador, que se encontraba chaparras, son cómicas, pero no vedettes. Las
en niveles ínfimos en comparación con el alza que no tienen este tipo se refugian en las pocas
de la vida; para 1950 los salarios reales eran carpas que se sitúan en los alrededores de la
casi los mismos de 1943 pero el costo de la ciudad, en las que salen de gira -la provincia
vida había aumentado un 350%. 47 Otro moti- es todavía un espacio para las carpas- o van
vo era la política de industrialización de Miguel en las caravanas de artistas en tapadas de
Alemán que no favorecía el desarrollo de cul- gallos, toros o festividades de pueblos y ciuda-
turas populares sino que sólo dio un impulso a des pequeñas, a donde no llegan las variedades

42. “El alma adolorida de las carpas”, Todo, núm. 88, 1935.
43. Revista Vea, diversas fechas.
44. Juanolo, “Radio”, Mañana, diciembre de 1947.
45. Rafael Loyola, op.cit., p. 245.
46. Fernanda Villeli, entrevista, Proceso, 28 de septiembre de 1992.
47. Gustavo Hernández A., “México en cifras: una política de salarios”, Revista de Revistas, 30 de noviembre de 1958.
48. Gilberto Hesiquio Aguilar, “Puntos básicos del informe presidencial”, Jueves de Excélsior, 24 de agosto de 1950.
49. Francisco Alba, La población de México: evolución y dilemas, El Colegio de México, 1989, pp. 91-92.
de la capital y que pagan poco; el lema en estos
tiempos es: “Poca ganancia ahorra pérdidas”.

El país apuesta por el progreso y


cambia el vestido de fibra de algodón por el
de nylon; esta palabra, como las marcas de
productos extranjeros, automóviles, máqui-
nas y accesorios, formará parte del lenguaje
“sketchero” en los teatros y en las películas.
Las diversiones ya no son motivo de sátira
política, sólo Palillo continuará a lo largo del
tiempo enfocando su crítica al gobierno en
turno y a las transnacionales. La revista políti-
ca ya se agotó. Yo Colón escrita para Cantin-
flas, es comedia musical, mezcla de revista y
variedad, que no obtiene éxito de taquilla,
a pesar de haber estrenado el teatro de los
Insurgentes al sur de la ciudad, lejos de donde
se situaron las carpas, con murales de Diego
Rivera. A la gente ya no le gusta involucrar-
se en asuntos de política; el propio Armando
de Maria y Campos dice: “El fondo de esta
revista fue francamente político y poco opor-
tuno, porque en ella se atacó, se injurió a
destacados elementos del reciente régimen
alemanista.” 50 La reacción del público fue
adversa al productor Dávila y al actor Cant-
inflas, éste se disculpó públicamente, pero la
consigna del poder pesaba más fuerte que la
fama del cómico. En otros tiempos el mismo
crítico hubiera elogiado la sátira al gobierno,
pero esta vez la censura. El género frívo-
lo en carpas, teatros y cabarets ya no será
el mismo después de 1950, adoptará otras
formas de producción, de acuerdo con la
asimilación de la tecnología, de los medios
masivos y de nuevos símbolos que se inte-
gran a la modernidad a la que aspira el país
y especialmente la capital de más de seis
millones de habitantes. Al albor de los años
sesenta, se reproducen formas espectaculares
y canciones diferentes que pertenecen ya a otro
sujeto y a otra función en el imaginario colectivo.

50. Armando de Maria y Campos, op. cit., pp.430-431.

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