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ÁREA DE DERECHO PÚBLICO

Teoría General del Derecho

(En algunos de los temas se anexa una bibliografía particular en adición a la general que se
incluye al final, la cual es simplemente enunciativa, no limitativa)

Tema 1. El ordenamiento jurídico. Diferentes concepciones. Ordenamientos simples y


complejos. Características del ordenamiento jurídico.

Rafael De Asis Roig, páginas 21-36.

Luis Martínez Roldán, Jesús A. Fernández Suárez, páginas 79-111

El ordenamiento jurídico es el conjunto de normas jurídicas que rigen en un lugar


determinado en una época concreta. En el caso de los Estados, el ordenamiento jurídico
está formado por la Constitución del Estado, que se rige como la norma suprema, por las
leyes, por las normas jurídicas del poder ejecutivo, tales como los reglamentos, y otras
regulaciones tales como los tratados, convenciones, contratos y disposiciones particulares.
No se debe confundir el ordenamiento jurídico con el orden jurídico, que se traduce en el
conjunto de normas que rigen una determinada área del ordenamiento jurídico. La relación
en conceptos es de género a especie.

Ordenamiento jurídico
[DCiv] Este concepto proviene de la integración de las
normas en un conjunto o sistema de normas e
instituciones organizado y coherente, de manera que
éstas adquieren relevancia por la posición que ocupan
en el mismo. Ramón SORIANO lo define como «sistema
de normas e instituciones jurídicas vigentes en un grupo
social homogéneo y autónomo», destacando como
caracteres del mismo la unidad, la plenitud y la
coherencia. 

Es el conjunto normativo vigente en un país
determinado. Como tal, es conocido también con el
simple nombre de Derecho, con lo que se evidencia que,
siendo las normas el componente mayoritario del mismo,
debe incluirse también lo que directamente se relaciona
con las reglas jurídicas: doctrinas, técnicas, principios
generales, etc. Por otra parte, no debe identificarse
el concepto de norma a la forma más habitual de
manifestarse: ley escrita; cabe que la norma se
evidencie en la formulación concreta que hace
un tribunal al decidir un caso, o en
la manifestación del uso o costumbre. El
entramado normativo de un ordenamiento
jurídico tiene siempre una determinada coherencia de
forma y de contenido; a esta realidad se le da el nombre
de sistema jurídico. En este sentido, puede decirse que
todo ordenamiento jurídico tiene su propio sistema o
coherencia lógica y de valores. Por último, conviene
tener en cuenta que en todo ordenamiento
jurídico existen normas agrupadas alrededor de
determinadas instituciones sociales
(propiedad, matrimonio, etc.); en cuanto estas normas
tienen una probada experiencia en la regulación de
hechos sociales o económicos de acreditado abolengo,
se habla de instituciones jurídicas. 

Las normas que integran un ordenamiento jurídico no


constituyen
un agregado inorganico de preceptos. En
otros términos, el derecho positivo de un estado, no es
un conjunto de normas yuxtapuestas, destinadas
a resolver cada una distintos casos de la vida social,
sin que exista entre ellas vínculo alguno. Por el
contrario, esa pluralidad de normas, según lo ha
establecido el pensamiento jusfilosófico
mas reciente y lo confirma la experiencia, constituye un
todo ordenado y jerarquizado, es decir, un sistema.

Una prueba de esto lo tenemos en que-como es sabido-


una resolución de un funcionario administrativo no
debe ser contraria a un decreto del Poder ejecutivo ni
una ley del congreso a la Constitución nacional, pues,
en tales casos, serían impugnables mediante
diversos recursos.

Según vemos, el más breve análisis nos muestra que hay


un orden jerárquico entre las normas jurídicas,
constituido por relaciones de subordinación y
de coordinación.

Ahora bien, tal coma hemos dicho, el sistema abarca


todo el derecho de un estado, porque está constituido
no solo por la constitución y las leyes, sino por todas
las normas jurídicas, vale decir, que-además de las
citadas- cabe agregar
los contratos, testamentos, sentencias, etcétera.
Comprende, pues, tanto los preceptos mas generales
como las normas individualizadas.

Como es obvio, cada derecho estatal constituye un


sistema jurídico singular pero a ellos hay que agregar el
sistema jurídico internacional, de análoga estructura,
donde aquellos se armonizan, constituyendo
una unidad que, como ha aclarado Kelsen, es
gnoseologica y no de organización. Esto no impide que
pasando del plano lógico-formal, en el que trabaja
el jurista bienes, al terreno jurídico-positivo, propio de
la ciencia dogmática, podamos encarar
el estudio del régimen internacional positivo,
incluyendo el de la organización de la comunidad
internacional.

Para cerrar este párrafo, agregaremos que fue Kelsen el


primer jusfilosofo que aclaró este punto de manera
inconcusa.

Estructura del sistema (teoría de la piramide jurídica):


aclarando la estructura lógica del ordenamiento
jurídico, dice Kelsen que constituye "no un sistema de
normas jurídicas de igual jerarquía, situadas unas al
lado de las otras, por así decir, sino un orden gradado de
diferentes capas de normas".
Esta afirmación del maestro de Viena corrobora lo que
venimos explicando, es decir, la existencia de una
gradación en el orden jurídico, o si se quiere, de una
estructura escalonada que, abarcando todas las normas
jurídicas, se extiende desde la norma
fundamental hasta las normas individuales.

Merkl, discípulo de Kelsen, comparo esta estructura con


una piramide y, por la difusión y éxito de esta
comparación, se habla de piramide jurídica como
símbolo de cada orden jurídico singular y aun
del internacional, en el que resultan armonizados todos
aquellos.

Ahora bien, en dicha piramide, las normas se distribuyen


en las distintas gradas, que se escalonan desde el
vértice hasta la base, disminuyendo en el mismo sentido
su generalidad: es por ello que, mientras en el plano mas
alto se encuentran las normas constitucionales -en
sentido positivo-, en la base de la piramide se hallan las
normas individuales. Entre ambos extremos se
encuentran las leyes stricto sensu,
los decretos del Poder ejecutivo, etcétera.

Debajo de las normas individuales, encontramos ya los


actos de ejecución material de las mismas.

La estructura escalonada y la fuente de validez de las


normas jurídicas:

la estructura piramidal del ordenamiento jurídico nos


permite ver con claridad que
el fundamento de validez de una norma jurídica esta
en otra norma jerárquicamente superior, porque una
norma es válida, no solo cuando ha sido establecida por
los órganos y con el procedimiento prescripto por otra
norma superior (validez formal), sino también cuando
su contenido encuadra en lo que dispone la norma
fundante (validez material). Por ej.,
Una sentencia (norma individual), es válida cuando ha
sido dictada de acuerdo con las leyes procesales
respectivas y cuando su contenido queda enmarcado por
la norma superior. Por su parte, una ley será valida

cuando haya sido sancionada de acuerdo con


la constitución, etcétera. Pero cual es la fuente
de validez de la constitución?: si ha sido dictada
de acuerdo con los preceptos de
otra constitución anterior, allí estará su fuente
de validez. Cabe preguntarse ahora por la fuente
de validez de esta otra constitución, y así
sucesivamente, con lo que llegaremos a la
primera constitución en sentido positivo, ya sea porque
haya surgido de una revolución, conquista, etcétera.

Ordenamiento simple y complejo[editar]


 Ordenamiento Simple: aquel que es propio de cada institución particular, que es
coherente e incompleto, ya que necesita estar en conexión con un ordenamiento
general.

 Ordenamiento Complejo: aquel de ámbito general compuesto de un


ordenamiento base, y por el ordenamiento de las instituciones, éste es completo. Este
ordenamiento general, está formado por un conjunto de sistemas y por un conjunto de
ordenamientos relacionados con base en 4 principios:
 Principio de Separación: esos ordenamientos particulares
tienen autonomía propia, están relacionados entre sí por un vértice común.
 Principio de Cooperación: Los distintos ordenamientos deben de mantener
relaciones con el ordenamiento general.
 Principio de Supremacía: el sistema general, tiene una posición de
superioridad material.
 Principio de Complementariedad: está en relación con el de cooperac

Características del ordenamiento jurídico


El ordenamiento jurídico es una realidad orgánica, así pues, no es un nuevo conjunto de
normas sino que también son las formas de elaboración, desarrollo, aplicación y
enjuiciamiento.
El ordenamiento jurídico se caracteriza por la estatalidad de las normas, ya que éstas son
dictadas por los órganos a los que la constitución atribuye potestad normativa.
Otra característica es la unidad formal del ordenamiento jurídico, es decir, cada tipo de
norma en función de su fuente de producción va a ser igual a las que siguen su misma
forma aunque el contenido sea distinto.
Otra característica del ordenamiento fiscal es que es el resultado de la armonización de
dos o tres órdenes normativos: En el caso del Estado Español: ordenamiento estatal,
ordenamiento autonómico y ordenamiento comunitario. En el caso de estados federales
como Estados Unidos, Brasil, Argentina, México o Canadá: ordenamiento jurídico federal y
ordenamientos jurídicos de las entidades federativas.

Tema 2.

La norma jurídica. Estructura y caracteres. Clases de normas


jurídicas. Efectos esenciales de las normas. Inexcusabilidad de su
cumplimiento y error de derecho. Exclusión voluntaria de la ley.
Actos contrarios a la norma imperativa y prohibitiva. El fraude a
la ley: requisitos y efectos.

NORMAS JURIDICAS: CONCEPTO Y


ESTRUCTURA
NORMAS JURIDICAS: CONCEPTO, ESTRUCTURA Y
CARACTERES.

CONCEPTO.

En el desarrollo de la unidad 1, ya hemos delineado una idea sencilla de


la norma jurídica: se trata de una regla dictada por el Estado, que integra el
Derecho o sea el Sistema Jurídico. Recuerden que, a diferencia de las normas
morales o los usos sociales, las normas jurídicas disponen de coercibilidad,
es decir de la posibilidad de coacción. Concretamente, si no son cumplidas, el
Estado utiliza su aparato de policía y de jueces y obliga a quienes están
alcanzados por la norma a cumplirla o lo sanciona si no lo cumple.  De manera
reiterada, al hablar de las normas jurídicas, hemos ya hablado como ejemplos
de éstas a la Constitución, las Leyes y a los Reglamentos, entre otras que ya
veremos.

ESTRUCTURA DE LAS NORMAS JURIDICAS.

Todo este tema de la estructura de las normas jurídicas, lo analizaremos a


partir del análisis del autor Hans Kelsen. El mismo, fue un jurista (estudioso del
Derecho) muy célebre  desde la mitad del siglo XX, nació en Praga (República
Checa), desde muy joven enseñó en Alemania. Los nazis lo persiguieron en los
comienzos de la 2da guerra mundial y se exilió en los EE.UU., donde enseño
Derecho en varias universidades. Enseñó también en Viena durante mucho
tiempo, y a veces se dice – y es verdad – que hay una Escuela de Derecho en
Viena, formada por discípulos de este autor.

Para Kelsen , la estructura más perfecta de una norma jurídica debe tener dos
partes: el antecedente y la consecuencia.

El antecedente es la descripción de una conducta humana y


la consecuencia es la sanción por haber incurrido en esa conducta.

Por ejemplo, esto se ve claramente en el siguiente enunciado: “el que con


intención de matar diere muerte a otro debe ser castigado con tal pena”. El
antecedente sería la conducta humana de matar a otro y la consecuencia la
pena que se establecerá.
Todas las normas jurídicas, entonces, tendrán esta misma estructura:   “dado
A debe ser B”.
Podemos apreciar así que las normas jurídicas pertenecen al mundo del “deber
ser” y no  al mundo del “ser" como las normas o reglas de la naturaleza. 

Pensemos esto a través de los siguientes ejemplos:


En la ley de gravedad (norma de la naturaleza) se establece que:  si un cuerpo
cae desde el espacio su velocidad de caída será necesariamente  mayor en
proporción a la altura desde la cual cae y a su masa. Entonces diríamos: “si es
A es B”, ya que, las leyes de la naturaleza son inexorables (inevitables), por
eso pertenecen al campo del “ser” y no se cumplen es porque no era en
realidad una ley de la naturaleza bien formulada.

En cambio la norma jurídica “debe ser”. Entonces diríamos “si es A debe ser B”.
Pero puede ocurrir que no sea: en el ejemplo que dimos, el que mata a
otro debe ser castigado, pero puede ocurrir que no castiguen porque no
descubren quién cometió el homicidio o porque huye y no es aprehendido, etc.
Y sin embargo, esa norma jurídica sigue existiendo y no tiene que decirse que
“está mal formulada”.
CARACTERES DE LAS NORMAS JURIDICAS.

Dijimos que era la norma que se nos era impuesta a través del Derecho.
Aclaración: si bien el Derecho es universal y todos los Estados están regidos
por el Derecho, cada uno de ellos tiene sus propias normas que en algunos
casos coinciden y en otros no.
Por ejemplo, lo que para nosotros es considerado un delito, para otros Estados
capaz que no lo es y viceversa; en la India, matar una vaca es delito (vas
preso) y para nosotros matar una vaca es sinónimo de hacerlo para comer un
asado.

La norma jurídica presenta cuatro características:

1   1.  Bilateralidad.
     2. Generalidad - Universalidad.
     3. Imperatividad.
     4. Coercibilidad.

1. Bilateralidad: (dos lados, dos partes), acá cuando hablamos de bilateralidad


hacemos referencia a que mientras que la norma jurídica establece
obligaciones para unos, concede facultades para otros.
Siempre el Derecho se refiere a dos sujetos, pone en relación a dos partes:
determina la conducta de uno en función de la actividad ajena.

Así por ejemplo, cuando la norma le dice al deudor que debe pagar, le acuerda
al acreedor la facultad de cobrar; cuando el Juez determina que el padre debe
reconocer a un hijo le impone ese deber y faculta al hijo a ser hijo legítimo de
ese padre.

2. Generalidad: cuando hablamos de que la norma jurídica es general, nos


referimos a que se impone a un número indeterminado de persona. Entonces
los destinatarios de la norma jurídica son un número indeterminado de
personas que se encuentran en determinada situación.

Con esto queremos decir que puede ser tan general una norma que se refiera a
todos los habitantes del país, como una norma que se refiera solo a los
menores de edad, a las mujeres, a los hombres casados, etc..
Universalidad: no tiene en cuenta la raza, sexo, edad, etc..

3. Imperatividad: hace referencia al mando. La norma jurídica es un mando,


un imperativo. En el Derecho no tienen cabida los consejos, sino las ordenes;
porque lo que se busca es que se realice un acto o no se realice otro y no
lograr una conducta mejor por medio de la persuasión (convencer).
4. Coercibilidad: está relacionado con la coacción: empleo de la fuerza para
hacer cumplir un mandato; la coercibilidad es la posibilidad de la utilización de
la fuerza para hacer cumplir un precepto.

El Derecho impone sus mandatos bajo la amenaza y cuando no se cumple con


ellos trata de hacer realizar la conducta que indica la norma por la fuerza. El
Derecho como tiene la finalidad de mantener una buena convivencia social,
necesita que se cumpla con sus normas a las buenas o las malas.

El verdadero carácter de la norma jurídica no es la coacción, a la que muchas


veces no se llega, sino, la coercibilidad, que es la posibilidad de imponer por la
fuerza la norma jurídica cuando es desobedecida: es la sanción en potencia.

Por ejemplo, si yo tengo una deuda con una empresa de préstamos de dinero
porque no pago la cuota estipulada por varios meses, la empresa puede
embargarme los bienes para cobrarse lo que le debo; o mejor dicho, tiene la
posibilidad a través de la coercibilidad de, mediante la fuerza, embargarme los
bienes.

(material a aprender)
La Norma Jurídica. Estructura y caracteres.

Es el conjunto de reglas o preceptos que se imponen a la conducta


de los seres humanos que viven en sociedad cuyo cumplimiento es
obligatorio.

La norma tiene dos elementos que son:

1.     Objeto. Es el hecho o situación que la norma considera. Ejemplo:


para manejar hay que tener licencia;
2.     Valoración. Son las consecuencias del hecho. Ejemplo: multa o
prisión.

La norma jurídica es una manifestación soberana de la voluntad y


entre sus caracteres podemos mencionar:

        Generalidad. La norma es de general aplicación.


        Coactividad. Supone que la norma es de fuerza obligatoria.
        Permanencia. No desaparece por contingencia.

        Exterior. Se juzga la conducta externa del individuo. No importa la


intención que provoca su comportamiento, sino que condena el
comportamiento  con respecto a sus resultados;
        Bilateral. Crea obligaciones, deberes y derechos. Las normas o
reglas jurídicas se refieren a la conducta de una persona en relación
con otra u otras personas.

Asimismo, hemos escuchado hablar de dos tipos de estructuras


dentro del ordenamiento jurídico, a saber:

        Estructura Vertical: Según la Escuela Pura del Derecho, de


Kelsen, el ordenamiento jurídico se concibe como una pirámide, que
está presidida, claro está por la norma constitucional.
        Estructura Horizontal: La Escuela de Viena realizó mediciones
acerca de la estructura horizontal, que es un orden consecutivo,
partiendo de la naturaleza disyuntiva de la norma.

Clases de Normas Jurídicas.

En una primera clasificación de las normas, podemos presentar las


siguientes:

1.     Normas categóricas y normas hipotéticas; Las primeras


enuncian algo, pura y simplemente, mientras que las segundas
enuncian algo bajo condición de que algo ocurra;
2.     Generales o especiales: Las generales o de derecho general,
forman un conjunto o un todo superior, respondiendo a todas las
directrices determinadas, regulando una materia en su totalidad. 
Las especiales o de derecho especial,  regulan una materia o
aspecto de una materia que por sus características especificas
necesitan una regulación especial.
3.     Rígidas y flexibles o elásticas: Es rígida cuando su contenido es
concreto e invariable. Elásticas, cuando su contenido no está
determinado de manera fija e invariable; es flexible permitiendo
ciertos márgenes en su interpretación y aplicación.
4.     Regulares y excepcionales: Las regulares,  son las que
responden y siguen las líneas maestras de ese ordenamiento. Las
excepcionales, son las que se separan o suponen una variación de
lo que son esas líneas maestras

Ya en una clasificación más exacta y genérica de las normas


jurídicas encontramos aquella que las divide en el siguiente orden:

        Normas de Derecho Internacional y Normas de Derecho Interno;


        Normas de Derecho Público y Normas de Derecho Privado;

        Normas de Derechos Objetivos y Normas de Derecho Subjetivos.


Efectos esenciales de las Normas

El incumplimiento de la norma puede dar como resultado el


constreñimiento para el cumplimiento de la obligación y la
imposición de un castigo al infractor.

Todos tienen que cumplir con la sanción impuesta ante la violación


de la norma. En caso contrario, existen los mecanismos para obligar
a hacerlo en virtud del aspecto obligatorio del cumplimiento de la
ley.

Por los motivos expuestos, es que se dice que el efecto esencial de


la norma es el sancionador,  derivándose de éste, los efectos
de coerción y decoacción, el primero es el efecto que se ejerce
sobre el libre albedrío para obligar a cada individuo a cumplir con el
deber. Es la obligación con lo pactado; mientras que la coacción es
la imposición forzada ante el incumplimiento de un deber. Es la
imposición del poder imperativo de la ley de cumplir
obligatoriamente, ante una situación determinada previamente
probada. 

Inexcusabilidad de su cumplimiento y error de derecho.

Tan pronto como una norma o ley es publicada se vuelve exigible a


toda la sociedad, no pudiendo en ningún caso excusarse su
incumplimiento. La ignorancia nunca podrá ser alegada como razón
justificativa del incumplimiento de la norma jurídica, pero sí podría
ser tenida en  cuenta para determinar la eficacia  de dichos actos o
no.

El error de derecho: Consiste en la interpretación equivocada de


una regla jurídica: “Se le da un significado, un alcance, un fin, un
contenido, un objeto distinto al que en sí entraña”.

Valdez Díaz, señala que el error de derecho es la ignorancia o el


conocimiento imperfecto de la ley vigente, el falso conocimiento de una
norma o regla jurídica en cuanto a su contenido, existencia, interpretación,
aplicación al caso concreto, cuando el sujeto ha decidido realizar un
negocio como consecuencia de dicha ignorancia o falso conocimiento.

Exclusión voluntaria de la ley

Es la posibilidad que tienen las partes a no obligarse conforme a los


preceptos legales establecidos o a prescindir de los efectos de
ciertas leyes porque le es más beneficioso, siempre y cuando no se
trate de una ley de orden público, esto es en virtud del principio de
la autonomía de la voluntad.

Actos contrarios a la norma imperativa y prohibitiva

Las normas imperativas y prohibitivas que no pueden ser


derogadas por las convenciones entre particulares. Esto así, en
razón de que tienen su fundamento en el Orden Público, es decir,
en el interés común  o colectivo (Art. 6 del C. Civil Dominicano). Las
normas imperativas y prohibitivas se encuentran sobre todo en la
Constitución de la República y en el Derecho Penal y son
obligatorias en virtud de su propia naturaleza.

El fraude a la ley: requisitos y efectos.

En sentido general la noción de fraude se traduce a la realización


de un acto convencional, desconociendo un derecho ajeno o
implicando perjuicio a un tercero.

El fraude a la ley consiste en burlar la ley que debe regir las


situaciones jurídicas. El fraude es la negación de derecho,
disfrazando la realidad de una situación jurídica. Este tipo de
actuación está inspirada en preservar un interés personal, obtener
un beneficio ilícito o descargarse de una obligación que incumbe
normalmente, a burlar una norma fiscal.

En el derecho internacional privado, la noción del fraude a la ley se


considera como un acto que aún siendo válido es sí mismo, se
otorga con el propósito de evadir la aplicación de una disposición
legal. 

Tema 3.
Límites temporales a la eficacia de las
normas: comienzo y fin de la vigencia. La
derogación tácita. El principio de
irretroactividad. Excepciones que admite este
principio.

LIMITES TEMPORALES A LA EFICACIA DE LAS NORMAS:


COMIENZO Y FIN DE LA VIGENCIA

La derogación tácita. El principio de irretroactividad.


Excepciones que admite este principio.

Comienzo y fin de la vigencia.

La ley es de aplicación general e impersonal. En el tiempo, es


aplicable después de su vigencia hasta el momento de su
derogación o porque se ha cumplido el término de su vigencia.

Comienzo de la vigencia: La ley entra en vigencia desde su


publicación. Es un hecho material para que ella sea obligatoria en
toda la República.

La publicación es el medio empleado para llevar la ley a


conocimiento de los ciudadanos y hacerlas obligatorias. Serán
obligatorias, cumplido el tiempo legal para que se repute conocida,
en el Distrito Nacional al día siguiente de la publicación y al
segundo día para los residentes en el interior del país.

Fin de la Vigencia: Las normas jurídicas no son permanentes, la


fuerza de la evolución social impone su caducidad. Finalizan por la
abrogación, o la derogación.

La abrogación tiene lugar cuando se anula o suspende totalmente


una ley o reglamento, por una disposición nueva, y en consecuencia
se deja sin efecto y deja de ser aplicada.

La vigencia de una ley, su tiempo de vida, está comprendida en


principio, entre las fechas de su publicación y su abrogación o
derogación.
La derogación tácita.

La derogación constituye en un sentido estricto, la modificación


parcial de una ley o costumbre anterior y no la supresión o
anulación total de una u otra, más propiamente de la abrogación.

Existen dos clases de derogación:


       La expresa, cuando el legislador determina de manera concreta
que la nueva norma reemplaza a la anterior o la deja simplemente
sin efecto;  y
       La tácita, resultante de la incompatibilidad entre el precepto nuevo
y el antiguo, por disponer ambas sobre la misma materia y en
términos contrapuestos.

La derogación tacita proviene de la incompatibilidad entre los


nuevos preceptos y los anteriores, o de la declaración que dispone
la derogación de todas las disposiciones que le sean contrarias  a la
nueva ley.

La derogación tácita fomenta la confusión legislativa y sume al


ciudadano en el desconcierto, al impedirle saber cuál es la norma
vigente en determinada materia o asunto.

El principio de irretroactividad

En virtud de lo dispuesto por la Carta Magna, en su artículo 47,


señalando que la ley sólo dispone y se aplica para el porvenir. No
tiene efecto retroactivo. Sino cuando sea favorable al que esté
subjudice o cumpliendo condena. En ningún caso la ley, ni poder
público  alguno, podrán afectar o alterar la seguridad jurídica
derivada de situaciones establecidas conforme a una legislación.

Del mismo modo, dispone  el artículo 2 del Código Civil Dominicano,


que la ley no dispone, sino para el porvenir; no tiene efecto
retroactivo.

Este principio se encuentra dispuesto, igualmente, el Código Penal


Dominicano, en su artículo 4, que expresa lo siguiente: “Las
contravenciones, los delitos y los crímenes que se cometan, no
podrán penarse, sino en virtud de una disposición de la ley
promulgada con anterioridad a su comisión.”

En nuestro ordenamiento jurídico, tal y como hemos visto, existe


unaexcepción a este principio, que es la situación en la que la ley
nueva, no afecta, ni lesiona al que está siendo procesado por una
norma, específicamente, a aquellos que se encuentran subjudices,
o ya estén cumpliendo condena  penal; no importando el tribunal o
grado jurisdiccional en que se encuentre el que esté subjudice,
pudiendo solicitar en su favor la dulcificación de la acción judicial en
su contra, cuando una nueva ley, así lo establezca.

El objeto del principio de la irretroactividad de las leyes es no causar


perjuicios, pero no el de no poder conceder beneficios a las
situaciones creadas, cuando esto puede obtenerse sin el sacrificio
de derechos adquiridos que tengan verdaderamente y no sólo en
apariencia de derecho adquirido, este último carácter.

Tema 4.
Las fuentes del derecho. Criterios clásicos y planteamientos actuales.
Los principios informadores del sistema de fuentes del ordenamiento
jurídico dominicano. La constitución y la ley como fuentes del derecho. La
jurisprudencia y las fuentes del derecho. Jurisprudencia ordinaria y
constitucional. La costumbre como fuente del derecho. Los principios
generales del derecho. La doctrina. Sistema de jerarquía de las fuentes del
derecho, materias en las que no se aplica

LAS FUENTES DEL DERECHO

Criterios clásicos y planteamientos actuales. Los principios


informadores del sistema de fuentes del ordenamiento jurídico
dominicano. La constitución y la ley como fuentes del derecho.
La jurisprudencia y las fuentes del derecho. Jurisprudencia
ordinaria y constitucional. La costumbre como fuente del
derecho. Los principios generales del derecho. La doctrina.
Sistema de jerarquía de las fuentes del derecho, materias en
las que no se aplica.

Criterios clásicos y planteamientos actuales:

El diccionario de la Lengua Española define fuente como “principio,


fundamento u origen de una cosa”. La palabra fuente es usada
preferentemente para designar el origen directo y generador de una
norma con relación a su procedencia, contemplada desde el punto
de vista de la ley o la costumbre.

Los modos de creación del derecho, es decir, sus fuentes, son muy
diversas. Históricamente en los modos de creación del derecho se
distinguieron dos grandes tipos: El derecho escrito y el derecho no
escrito, que es el derecho consuetudinario.

Tradicionalmente para el estudio de las fuentes se estudia su causa


material, es decir su causa productora, los factores y elementos que
provocan la aparición y determinan el contenido de las normas
jurídicas, y su causa formal, es decir, su medio de producción, las
manifestaciones exteriores de una voluntad dispuesta a crear
derecho.

Para el estudio de los criterios clásicos y planteamientos actuales


de las fuentes del derecho, debemos estudiar el derecho francés en
todo su conjunto, que es una fuente por su repercusión y
trascendencia, es por eso que nos remontaremos a las fuentes del
derecho francés, que son: el Derecho Romano (derecho escrito), el
Derecho Consuetudinario, el Derecho Canónicoy los códigos
napoleónicos o códigos de Napoleón Bonaparte.

Como vimos, nuestro derecho, ha tenido al derecho francés como la


fuente más influyente, sin embargo en los últimos tiempos se ha
distanciado de éste. En la actualidad el derecho dominicano tiene
fuertes influencias del derecho anglosajón y del derecho español.

Otro aspecto importante como fuente del derecho dominicano son


los Tratados Internacionales.

Los principios informadores del sistema de fuentes del


ordenamiento jurídico dominicano.

La adopción de los Códigos franceses es el principal informador del


sistema de fuentes del ordenamiento jurídico dominicano.

En cuanto a la adopción de los Códigos franceses en la República


Dominicana, el autor Gustavo Adolfo Mejía, divide el proceso de
adopción en cuatro etapas:

1.     1ra. Etapa: Del 1845 al 1855, mediante decreto se dispuso, que


todos los tribunales de la República agregaran a esa legislación
(Francesa) sus actos y decisiones, siempre que no se opongan a la
ley fundamental ni a las leyes dominicanas en vigor, sin que puedan
valerse de otra disposición.
2.     2da. Etapa: Del 1855 al 1861, mediante decreto  se autoriza la
traducción de los Códigos Franceses, pudiendo éstos hacer
modificaciones para acomodarlos a las necesidades, usos y
conveniencias del país, en armonía con nuestros principios
institucionales.
3.     3ra. Etapa: 1861 al 1865. Se inicia con los Reales Decretos,
mediante los cuales se implanta de nuevo el sistema español,
excepto la legislación civil.
4.     4ta. Etapa: del 1865 al 1884. Se autoriza y ordena la traducción de
todos los códigos franceses y que se hagan las enmiendas
necesarias para su adaptación al medio dominicano.

Esta última etapa termina o cierra con los decretos del año 1884, en
que se promulgan los llamados Códigos Dominicanos.
Posteriormente en 1983, el Presidente de la República, con motivo
del centenario de la adopción de los códigos franceses en nuestro
país, dispuso la actualización de los referidos códigos.

La constitución y la ley como fuentes del derecho

Constitución es la ley suprema del Estado, como norma jurídica


incide sobre la marcha de todo proceso judicial, tomando pautas o
normas de procedimiento, y como fuente del derecho es la fuente
primaria de donde parten las demás leyes y sin nunca
contradecirlas

La constitución es una norma superior con consecuencias


relevantes, que condicionan y caracterizan su aplicación y su
integración en el bloque normativo. Constituye la base de todo el
ordenamiento jurídico que rige al Estado.

La Suprema Corte de Justicia  ha sido firme y coherente al


momento de reconocer la supremacía de la Constitución sobre las
normas adjetivas y de declarar sin valor jurídico alguno las normas
contrarias a la Carta Magna.

Por otra parte, la Ley es una de las más ricas e importantes fuentes
del derecho, podemos definirlas como el acto votado por las
cámaras legislativas y promulgada por el Presidente de la
República, que se impone al libre albedrío de los hombres,
indicándoles lo que debe ser, en que forma deben obrar para
conseguir una conducta recta. Surge como producto de un proceso
por medio del cual uno o varios órganos del Estado formulan, llevan
a discusión de estudio, discuten, aprueban y promulgan
determinadas normas jurídicas de observación general a las que se
les da el nombre de Ley.

La Jurisprudencia y las fuentes de derecho.


La jurisprudencia es una fuente apreciable del derecho que
consiste en el hábito práctico de interpretar rectamente las leyes y
hacer posible su aplicación oportuna a los casos que ocurren, por
parte de la Suprema Corte de Justicia.
En la interpretación de las leyes, los tribunales antes de pegarse a
métodos que estarían fijados de antemano prefieren inspirarse en
conceptos morales, en la equidad, en las necesidades sociales y
económicas.

Con motivo de cada juicio, los tribunales pronuncian, con ese fin,
resoluciones motivadas, cuyo conjunto constituye la jurisprudencia.
Es por esto que entendemos que la jurisprudencia es una fuente de
derecho de importancia considerable.

El Juez crea jurisprudencia desde el momento en que trata de


adaptar el texto a un caso no previsto por el legislador.

Jurisprudencia ordinaria y constitucional.

Jurisprudencia Ordinaria. Son las decisiones de los tribunales


relativas a conflictos jurídicos derivados de la interpretación de las
leyes ordinarias, reglamentos y convenciones entre particulares.

Jurisprudencia Constitucional. Son las decisiones de los


tribunales relativas a la interpretación de la norma constitucional y a
las dificultades de su aplicación, sea por los tribunales apoderados
por vía de excepción o por apoderamiento directo ante la Suprema
Corte de Justicia.

La costumbre como fuente del Derecho.

La costumbre es una regla que emana directamente del pueblo,


general y permanente, y que está reconocida como obligatoria por
la autoridad.  

Se dice, del mismo modo, que la costumbre es un uso que  se


convierte en regla de derecho, generalizándose poco a poco, y
porque el ambiente social, la conciencia popular, llegan a
considerarla como obligatoria.

La costumbre es la práctica repetida de un precepto que ha


adquirido fuerza de ley; o en el derecho no escrito se ha introducido
por el uso. El uso es la causa y la costumbre es el efecto.

El derecho consuetudinario nace de los hechos, de la conducta


seguida por el legado que se transmite con el paso de las
generaciones y con el convencimiento de que el modo de proceder
es libre y no arbitrario sino más bien impuesto espontáneamente
por la comunidad en el transcurso del tiempo.

Los principios generales del Derecho.

Son ideas capaces de inspirar un conjunto normativo, su función es


completamente distinta a la de las normas. Estas ideas deben ser
tomadas en cuenta por el Juez cuando pretenda llenar la
insuficiencia o la oscuridad de un texto legal y cuando desarrolla
una labor interpretativa, en razón de que las normas concretas
solamente son capaces de expresar el real sentido de la ley,
tomando como base los principios generales que les han servido de
inspiración.

Tienen como fin que los jueces tengan plena libertad para resolver
un juicio en el que no hay ley ni costumbre aplicable. Son los
principios básicos que inspiran todo nuestro ordenamiento jurídico.

Estas ideas o principios generales inspiran soluciones ante


situaciones que no están reglamentadas o resueltas  por el derecho
positivo. Algunos de estos principios son:
        La irretroactividad de las leyes;
        La igualdad de todos ante la ley;
        Nadie puede ser juzgado sin haber sido oído o citado;
        No se puede ser Juez y parte en el mismo proceso;
        El error común hace derecho;
        La ley del lugar rige las formalidades del acto;
        No hay delito o pena sí una ley previa;

La doctrina.

Se denomina doctrina a las opiniones emitidas por los juristas, en


sus respectivos trabajos u obras. La doctrina, a diferencia del
código, de las leyes, de la costumbre y de la jurisprudencia, no es
una fuente directa del Derecho, pero puede ser una fuente indirecta.

Desde el punto de vista jurídico, la doctrina es en gran medida,


medio creador del derecho. Ella orienta, guía, pues recoge el fruto
del material de experiencia y la investigación, para ofrecer una serie
de ideas tendentes a darle dirección formal. 

Hoy día la doctrina no representa sino un papel indirecto en la


creación de las reglas jurídicas. Esto así, porque jamás la opinión
de un autor se impone a los tribunales.

El principio de la jerarquía de las fuentes del derecho.

El principio de jerarquía es aquel que trata de ordenar las normas


dependiendo  de su fuerza y contenido. En la República
Dominicana, el vértice de la  pirámide lo constituye en primer orden
la constitución  y los tratados internacionales, en segundo orden
códigos y las leyes, en ese mismo orden le siguen los decretos,
reglamentos resoluciones, la jurisprudencia, doctrina y la
costumbre.

Podemos decir no se aplica: en derecho laboral, por el Principio de


la Norma más favorable al trabajador.

Tema 5.
La Ley. Las manifestaciones de la potestad legislativa. El principio de
reserva de ley. Clases y alcances de las mismas. Procedimiento para la
aprobación de una ley. La observación, la promulgación y la publicación.
Vigencia de la Ley. La vacacio leges o ley en vacación.

LA LEY

Las manifestaciones de la potestad legislativa. El principio de


reserva de ley. Clases y alcances de las mismas.
Procedimiento para la aprobación de una ley. La observación,
la promulgación y la publicación. Vigencia de la Ley. La
vacacio leges o ley en vacación.

La Ley.

En sentido amplio, significa toda regla social obligatoria establecida


por una autoridad competente que se impone al libre albedrío de los
hombres, indicándoles lo que debe ser y en que forma deben obrar
para conseguir una conducta recta.

Las manifestaciones de la potestad legislativa.

Tienen potestad para legislar el poder Legislativo, que se ejerce por


el Congreso de la República, compuesto por el Senado y la Cámara
de Diputados, cuya función es legislar. 

Tienen derecho a iniciativa en la formación de las leyes:


a.     Los Senadores y los Diputados
b.     El Presidente de la República
c.      La Suprema Corte de Justicia en asuntos judiciales, es decir, los
que conciernen a la organización  de los tribunales, su competencia
y el procedimiento que debe seguirse ante ellos.
d.     La Junta Central Electoral en asuntos electorales.

La ley y la ratificación de los convenios internacionales son


manifestaciones de la potestad legislativa.

Cabe resaltar que todo ciudadano tiene derecho a iniciativa,


haciendo uso de su derecho de petición ordinaria, lo que no implica
que la petición deba ser obligatoriamente sometida o discutida, sólo
se le da al ciudadano, acuse de recibo.

El principio de reserva de ley.

El principio de reserva de la ley establece que existen materias las


cuales, sólo el órgano legislativo esta facultado a regular, creándose
así el orden jurídico respectivo. Por lo tanto, la reserva de la ley
aparece cuando la regulación de una determinada materia queda
acotada en forma exclusiva a la ley formal.

El principio de reserva de la ley manifiesta exclusividad de


competencia del Poder Legislativo para que intervenga sobre
determinadas materias, en virtud del mandato de la misma ley, no
pudiendo renunciar a ella, pues la potestad legislativa es
irrenunciable en materia reservada.

Según el principio de reserva de la ley, sólo pueden ser contenidos


de las leyes los siguientes:
a.     La regulación de una libertad;
b.     La creación de delitos y sus penas;
c.      El establecimiento de impuestos y contribuciones; y
d.     La creación de una jurisdicción o de órganos jurisdiccionales

Clases y alcances de las mismas.

La clasificación de las leyes se hace necesaria, pues no todas


tienen el mismo alcance, naturaleza, importancia, fines o
consecuencias.

a.     Leyes Generales y Leyes Especiales:

Las generales tienen por finalidad regir situaciones corrientes


aplicables a la generalidad de las personas y casos. Las especiales
son creadas para regular situaciones particulares, van dirigidas a
resolver un hecho individual, tal es el caso de la ley que acuerda
una pensión.

b.     Leyes forzosas y no forzosas:

Las leyes forzosas abarcan casi todo el campo del Derecho Público,
pueden ser imperativas y prohibitivas. Las imperativas son las que
imponen una conducta positiva, la manda una acción: mientras que
las prohibitivas, son las que ordenan una conducta negativa, la
prohíbe una acción.

Las leyes no forzosas, pueden ser permisivas, supletorias o de


interpretación. Las permisivas, son aquellas que permiten a los
individuos obrar a su entera voluntad; las supletorias, son aquellas
que suplen la voluntad no expresada por los contratantes; son
dictadas para los casos en que los interesados no hayan regulado
particularmente sus derechos; y las normas de interpretación tienen
por objeto aclarar la voluntad de las partes cuando es oscura o
deficiente.

Procedimiento para la aprobación de una ley.


La ley para ser obligatoria tiene que cumplir con ciertas etapas para
su formación. Dentro de este proceso de formación tenemos las
siguientes etapas:
1.     Discusión
2.     Aprobación
3.     Observación
4.     Promulgación, y
5.     Publicación

Todo proyecto de ley que pretenda aprobarse deberá iniciarse en


una de las cámaras donde se someterá a dos discusiones distintas,
con intervalo de un día por lo menos entre una u otra discusión; en
caso que el proyecto de ley fuere declarado de urgencia deberá ser
discutido en dos secciones consecutivas.

Una vez aprobado el proyecto de ley ya sea por procedimiento


normal o por el procedimiento de urgencia, que es aquel utilizado en
los casos en que un interés público o circunstancias especiales,
demandan que un proyecto de ley sea conocido a la mayor
prontitud, deberá ser remitido a la otra cámara, que se denominara
cámara revisora.

En la cámara revisora se procederá de igual manera que en la


cámara de origen. Si esta cámara le hiciera modificaciones,
devolverá dicho proyecto con las observaciones a la cámara en que
se introdujo el proyecto de ley. En caso de ser aceptadas tales
modificaciones, la cámara enviará la ley al poder ejecutivo; pero si
por el contrario la cámara que conoció originalmente del proyecto
no aprueba las modificaciones formuladas en la cámara que
conoció en segundo término y las rechaza, entonces lo remitirá
nuevamente a la cámara de donde proceden las modificaciones,
con sus observaciones, si allí son aprobadas las modificaciones, la
ley queda aceptada y se enviará al ejecutivo para fines de
promulgación y publicación. Si fueren rechazadas las
observaciones, se considerara rechazado el proyecto de ley y no
podrá ser sometido sino en una próxima legislatura.

La observación.

El Jefe de Estado esta facultado para observar las leyes que le son
remitidas por el Congreso para fines de promulgación y publicación.

El derecho de observación que posee el Ejecutivo debe ejercerse


en los 8 días de recibida la  ley de la cámara que la haya remitido,
que es el mismo plazo que dispone para la promulgación, por lo que
para las leyes declaradas de urgencia, el plazo se reduce a tres
días.

Si el poder ejecutivo observase la ley, la devolverá a la cámara de


donde procedió en el término establecido. Si ambas cámaras
respectivamente, la aprobaran nuevamente con el voto de las dos
terceras partes del número del total de sus miembros, se
considerará como definitiva y el Presidente de la República estará
obligado a promulgar y a publicar la ley. Si por el contrario la
primera cámara no reúne a favor de la ley, las dos terceras partes
del voto, o si reuniéndolos, la segunda cámara no los reúne, la ley
debe considerarse desechada por efecto de la observación del
Presidente de la República.

Promulgación.

La promulgación es el acto del Presidente de la República  que da


fe de la existencia de la nueva ley y  prepara la publicidad de la
misma para fines de su ejecución.
Toda ley aprobada en ambas cámaras será enviada al Poder
Ejecutivo. Si éste no la observase, la promulgará dentro de los 8
días de recibirla. En caso de que la ley haya sido declarada de
urgencia en la última cámara que la conoció, deberá ser
promulgada en un plazo de tres días.

El Ejecutivo ejecuta la promulgación mediante la emisión de un


decreto denominado “Decreto de Promulgación”.

La publicación.

El artículo 45 de la Constitución manda que las leyes, después de


promulgadas, sean publicadas en la forma que la ley determine. Y
serán obligatorias, cumplido el tiempo legal para que se reputen
conocidas en el territorio nacional.

El ejecutivo publicara las leyes dentro de los 15 días de su


promulgación, en la gaceta oficial o en un periódico de circulación
nacional, en este último caso, si así lo establece la misma ley,
debiendo indicarse que es una publicación oficial.

El plazo para que la ley se repute conocida no esta fijado en la


misma constitución; sino en el artículo 1 del Código Civil, según el
cual, las leyes son obligatorias al día siguiente de la publicación en
el Distrito de Santo Domingo, y al segundo día para los residentes
en interior del país.

Vigencia de la Ley.

La vigencia de una ley, su tiempo de vida, está comprendida en


principio, entre las fechas de su publicación y su abrogación.

Este principio se encuentra consagrado en la Constitución de la


República en su artículo 45, al expresar que las leyes entran en
vigencia y son obligatorias para todo el que se encuentre en
territorio nacional, o sea ciudadano o extranjero, domiciliados,
residentes o transeúntes, una vez hayan transcurridos los plazos
indicados por la ley para que se reputen conocidas en cada parte
del territorio.

La vacatio legis o ley en vacación.


Vacatio legis se denomina, en Derecho, al periodo que transcurre
desde la publicación de una norma hasta que ésta entra en vigor.

La “vacatio legis” es una suspensión temporal de la entrada en vigor


de la ley, luego de su promulgación, suspensión que esta prevista
en la misma ley.

Se expresa de la forma “… la presente ley se aplicará luego de dos


años…”, con esto se esta creando un vacío legal temporal.

Si bien es habitual que la propia norma establezca el momento de


entrada en vigor, puede no ser así, por lo que se establecen normas
de aplicación subsidiaria.

Tema 6.
Teoría de la interpretación. La aplicación e interpretación de
las normas jurídicas. La aplicación analógica. La equidad. La
exégesis. La dogmática y la crítica.
TEORÍA DE LA INTERPRETACIÓN

La aplicación e interpretación de las normas jurídicas. La


aplicación analógica. La equidad. La exégesis. La dogmática y
la crítica.

Teoría de la Interpretación.

Al legislador no prever todas las situaciones susceptibles de


presentarse en la práctica, resulta necesario interpretar la ley, más
cuando es oscura o presenta lagunas. Por consiguiente, la
interpretación de la ley siempre será necesaria cuando ella sea
insuficiente, oscura o contradictoria. 

La interpretación no es más que la averiguación del sentido de una


norma a través de datos y signos, mediante los cuales ésta se
manifiesta para medir su precisa extensión y la posibilidad de
aplicación.

Existen dos teorías para la interpretación:


a.     Teoría subjetiva o de la voluntad del legislador; para averiguar
el sentido de una norma hay que indagar lo que con esa norma
quería conseguir quien la dictó.
b.     Teoría objetiva o de la voluntad de la Ley; lo importante para
esta teoría, no es que el legislador pretendió con ella, sino lo que
la  propia ley encierra. El sentido de esta debe ser buscado en la
propia ley.

Aplicación e interpretación de las normas jurídicas.

La aplicación de la norma consiste en la solución del caso en virtud


de la norma. Debe consistir en la culminación de un proceso lógico
mental que se da desde una regla general hasta la adopción de una
decisión particular.

La interpretación de las normas siempre está presente al momento


de aplicar el derecho, por más que la norma que va ser objeto de
interpretación no revista mayor complicación para desentrañar su
significación y sentido.

La ley esta destinada a ser aplicada, y por consiguiente a ser


interpretada esto así, pues la aplicación implica la adaptación del
instrumento legislativo a la práctica y a la realidad y esta adaptación
se efectúa por medio de la interpretación.

La interpretación de la norma tiene por meta lograr la fidelidad de la


norma ya formulada.

La interpretación de la norma puede ser pública y privada, es


pública cuando tiene un carácter oficial, se produce por vía de
autoridad y su resultado es obligatorio, y privada o doctrinal, cuando
emana de particulares, técnicos y no posee más autoridad que la
moral.

Los Tribunales tienen la misión de interpretar las leyes, además de


aplicarlas. De la interpretación de los Tribunales den a las normas
jurídicas depende la seguridad individual y la certeza de los
resultados a los que cada uno puede aspirar.

En nuestro derecho existe en principio, independencia jurisdiccional,


es decir, independencia de interpretar la Ley de parte de los demás
Tribunales, sin embargo cuando las partes interponen un recurso de
casación, si la Suprema Corte de Justicia, entiende que la Ley ha
sido mal aplicada, anula (casa) la sentencia recurrida y envía el
asunto por ante otro Tribunal similar al que dictó la sentencia
casada o anulada, el cual podrá fallar de un modo distinto al criterio
de la Suprema Corte de Justicia, pudiéndose interponer de nuevo
recurso de casación, ante el cual la Suprema Corte de Justicia,
puede volver a casar la sentencia y remitir el caso nuevamente a
otro Tribunal de igual naturaleza que aquel del cual procede la
sentencia anulada, debiendo este último Tribunal ajustarse al
criterio de la Suprema Corte de Justicia, imponiéndose de esta
manera su criterio.

Aplicación analógica.

La analogía consiste en aplicar al supuesto carente de regulación la


solución que el ordenamiento sí da para otro supuesto similar.

La analogía es un método de interpretación jurídica válido para


salvar un vacío legal o para precisar los alcances de una redacción
confusa o equívoca de la ley.

En caso de oscuridad o silencio de la ley se debe utilizar la analogía


jurídica y los procedimientos de inducción y deducción lógica. La
analogía jurídica puede suplir las respuestas jurídicas a cualquier
problema, ya que, aplicaría una disposición legal similar, de ahí que
se le prohíbe al juez abstenerse de fallar bajo el pretexto de
oscuridad o silencio del legislador.

Podemos distinguir dos clases de analogía:


        Analogía legis: Cuando un vacío normativo concreto se rellena
acudiendo a otra norma concreta y determinada que da una
solución extensible al supuesto carente de regulación.
        Analogía iuris: Cuando no existiendo norma legal específica que
regule un supuesto tan similar al carente de regulación directa y se
acude a los principios generales del Derecho.

Hay en ocasiones en que el recurso a la analogía se encuentre


vedado, como son los casos de las normas temporales, y lo relativo
a las leyes penales.  

La equidad.

Los aplicadores del Derecho en nuestro sistema jurídico deben


aplicar las normas que vienen dadas mediante el sistema de
fuentes, sin embargo, en ocasiones, cabe que se resuelva un
conflicto encomendando al juzgador de acuerdo con los criterios de
justicia que a su entender produzcan la mejor solución.

Cuando se falla un conflicto sobre esta base de la concepción o


intuición de lo justo y bueno que pueda tener el aplicador del
Derecho se dice que se está fallando en equidad.

La Exégesis.

Esa escuela predominó en Francia durante el siglo XIX y creía que


el derecho había quedado totalmente encerrado en los códigos y
que estos eran más que suficientes para resolver todas las
deficiencias de la interpretación de la ley que pudiera
suscitarse.  Por lo tanto, para la escuela de la Exégesis el problema
de la interpretación quedaba limitado al estudio y análisis de la
ley. Había un excesivo culto al texto de la ley.

La Escuela de la Exégesis se basa en que la interpretación jurídica


debe necesariamente consistir en la consulta de la ley como fuente
única y exclusiva del Derecho.

Los exegetas sostienen que el Derecho es la ley, que la


interpretación de la ley es la averiguación de la voluntad real del
legislador y que toda interpretación que no sea tal, debe ser
rechazada.

Los juristas de la Exégesis se consagraban a su tarea de tratar de


limitar el papel del juez al establecimiento de los hechos y a la
subsunción de los mismos bajo los términos de la ley.

Para esta escuela, lo fundamental es proponer un método para


conocer la voluntad del legislador.

La dogmática.

El método dogmático es más complejo y adquiere un matiz mucho


más científico y racional que la exégesis.

La Dogmática, si es que no fue una corriente de pensamiento


independiente, vendría a ser algo así como la etapa de apogeo de
la Exégesis, que adquirió relevancia a partir de la segunda mitad del
siglo XIX y que se caracterizó por su gran influencia racionalista.

La dogmática busca reconstruir el derecho, actualizarlo, a través de


ciertas premisas llamadas proposiciones o construcciones jurídicas,
que tanta influencia han tenido y tienen en la vida de los códigos, en
la de los científicos, en la vida de nuestro derecho.
Se ha dicho así que mientras la Exégesis persigue encontrar la
interpretación correcta a través de la búsqueda de la voluntad del
legislador, la Dogmática persigue encontrar lo mismo en el propio
texto de la ley.

La exégesis y la dogmática son algo así como una misma línea de


pensamiento, en cuanto tienen como base varios principios en
común, por nombrar alguno: el respeto ciego a la ley.

La critica.

Es la teoría jurídica predominante en nuestro medio en materia de


interpretación jurídica. Es la aplicación del pluralismo de métodos
de interpretación, se trata de un modelo integrado por parte de los
postulados de diversas escuelas de interpretación entre las que se
encuentran básicamente la escuela de la exégesis, la científica y la
histórica

Sostiene que las normas no son importantes en si mismas, sino, en


la ideologías que las mismas reproducen al ser utilizadas.
Tema 7.
Escuelas del pensamiento jurídico. Concepciones y sentido del
derecho. El formalismo jurídico. El realismo jurídico, positivismo,
metodológico y escepticismo, axiológico. El ius naturalismo en el siglo XX.
Otras escuelas

ESCUELAS DEL PENSAMIENTO JURÍDICO

Concepciones y sentido del derecho. El formalismo jurídico. El


realismo jurídico, positivismo, metodológico y escepticismo,
axiológico. El ius naturalismo en el siglo XX. Otras

Concepciones y sentido del derecho.

Constituyen escuelas del pensamiento jurídico todas aquellas


doctrinas que, aunque emitidas aisladamente, propugnan sobre un
mismo enfoque el objeto de estudio de las ciencias jurídicas.

Debido a que el plano jurídico es la más de las veces sujeto de


interpretación, diversas opiniones subsisten a la hora de abordar el
tema de lo que se entiende debe ser el objeto y el método de las
ciencias jurídicas.
Es por ello que dichas opiniones se han agrupado a través de
Escuelas para poder presentar desde allí sus argumentos y
defensas relacionados con el tema.

El Formalismo Jurídico.

El formalismo jurídico llama a la interpretación rígida del texto a


aplicar y no da ninguna alternativa a aplicar en caso de oscuridad o
vaguedad de la ley.

El formalismo jurídico consiste pues en la aplicación de reglas


preexistentes, fácilmente determinables por el buen juez, a través
del examen de la letra de la constitución, las leyes y los
precedentes establecidos.
El formalismo critica el poder discrecional del Juez en la aplicación
de las normas y por el contrario plantea la visión del Juez como un
aplicador mecánico del derecho.

El Realismo Jurídico.

Esta doctrina surge en los años 30 del siglo XX, constituye una
especie de positivismo, pero orientado en el derecho que es, no en
el que debe ser. Los realistas distinguieron el derecho de los libros y
el derecho de la acción, para ellos lo importante es lo que los jueces
hacen y no lo que dicen.

Dentro de sus principales precursores podemos destacar a Kar


Llewellyn, para este jurista el derecho era la pura decisión emanada
no sólo de los jueces, sino también de todas aquellas personas que
de una u otra forma inciden en las tomas de decisiones o solución
de conflictos jurídicos.

Este filósofo sostenía que las personas no debían preocuparse por


tener un sistema de normas coherentes, sino que deben
preocuparse del estudio de las controversias y cómo las resuelven
los funcionarios a su cargo.

Otro partidario de la teoría realista lo fue Jerome Frank, este filósofo


sostenía que el derecho era esencialmente incierto, indefinido y
sujeto a cambios incalculables, en virtud de que no hay forma de
alcanzar la exactitud con que sueña el público, los abogados y los
jueces.

Rechaza este jurista que el derecho fuera estable y cierto, y


entendía que los jueces debían legislar e ir más allá de las normas.

Otro realista fue Thurman Arnold, quien consideró que el derecho


debía estudiarse como muestra de pensamiento ya que hay que
mirar el mundo como es y no como se quiere que sea.

El Positivismo

Es la escuela del pensamiento jurídico que establece la necesidad


de estudiar el derecho separado de cualquier otra disciplina, es
decir sin vinculación con los fenómenos sociales. El positivismo
supone que el derecho es lo que se ha promulgado sin tener en
cuenta su contenido en concreto respecto a la bondad o maldad
moral. Esta escuela ve el derecho como puro mandato y divorciado
de la moral y la ética.

El positivismo planteaba que el objeto de estudio de las ciencias


jurídicas debía ser el Derecho, pero entendiendo éste sólo como un
sistema de normas emanadas de la autoridad con calidad para
dictarla y nada más éstas debían ser consideradas como derecho.

El Positivo Metodológico.

El positivismo metodológico encuentra su organización con John


Austin, jurisconsulto que se encargó de organizar de manera
metodológica las distintas teorías existentes sobre el positivismo;
este filósofo consideró que el derecho positivo debía ser estudiado
fuera de otro tipo de derecho, como lo son los usos sociales
(costumbres) y entendía, al igual que los demás positivistas, que el
derecho como norma reguladora emanada de la autoridad con
competencia para realizarla, era el único derecho.

El positivismo que encabeza Austin entendía que:


        Las ciencias jurídicas solo deben dedicarse al estudio de las leyes
positivas con exclusión de cualquier otra disciplina sin preocuparse
si son buenas o malas.
        La ciencia jurídica debe concentrarse en la elaboración y
sistematización de conceptos.
        Ataca el derecho natural y separa de manera enfática el derecho de
la moral o toda otra consideración metaempírica.
        El derecho debe de ocuparse de lo que es y no de lo que debe ser.

El Escepticismo

Los jurisconsultos que propinaban esta doctrina consideraban la


verdad como algo inalcanzable y el conocimiento como algo
imposible. Consideraban las ideas como fantasías producidas por la
sensibilidad del hombre, por lo que entendían éstas podían variar
de un hombre a otro.

Entendían los escépticos que ni la justicia ni la virtud existían y


sostenían además que no habían valores universales ni derecho
natural, y que lo que existe son leyes dispersas, costumbres
dispersas y algarabías de criterios. Los escépticos entendían que la
razón no ayudaba en nada puesto que no daba con la esencia de
las cosas.

Indicaban los escépticos que nada era susceptible de pruebas


puesto que nunca se llegaría a comprender la naturaleza de las
cosas.
Axiología: Teoría
de los valores.
 
Axiológico.

El realismo axiológico se ocupó de la valorización del derecho, de


buscar una medida para procesar el buen derecho, el que debe
ser. 

Los realistas norteamericanos contribuyeron a la descripción de lo


que verdaderamente ocurre en el curso del proceso decisorio,
denunciaron con vigor muchos de los mitos que nublan la versión
del proceso, combatieron el entendimiento del derecho como:
“simple conjunto de normas”. Le dieron relevancia a la indagación
axiológica.

Su teoría se basaba en los valores morales, entendían que las


normas debían contener o estar basadas en la moral ya que ellas
surgían de la misma sociedad que las votaba.

El Ius Naturalismo en el Siglo XX.

El Ius Naturalismo constituye un conjunto de doctrinas variadas


cuyos planteamientos se basan en establecer  que el derecho
positivo debe ampararse en un conjunto superior de normas o
principios que los constituye el derecho natural.

Los primeros reflejos de esta doctrina se encuentran en Aristóteles


y Platón, quienes fundaron el derecho natural en la razón, seguidos
por Santo Tomas de Aquino, quien consideraba que una ley no
sería válida si contradecía en su contenido su código moral
superior.
        
El Ius Naturalismo en el siglo XX surge como una nueva corriente
cuyo enfoque se centró en determinar que el derecho debía
respetar una serie de principios morales y fundamentales, cuyo
conjunto constituye el ideal o aspiración moral.
Establecía que para el derecho poseer una autoridad y poder exigir
fidelidad y obediencia, debía contener aunque sea mínimamente un
contenido moral.

Otras Escuelas

        El Neopositivismo

El neopositivismo no sólo admite únicamente la experiencia como


fuente de conocimiento, sino que sostiene que las proposiciones
científicas solamente son válidas cuando poseen verificabilidad, es
decir, cuando se pueden comprobar o verificar experimentalmente.

        Radbruch y la Doctrina de la Naturaleza de la Cosa

Una de las más interesantes manifestaciones del objetivismo


jurídico de los últimos decenios es, sin duda, la llamada "doctrina de
la naturaleza de la cosa".

De modo primario, lo que se quiere decir, jurídicamente hablando,


es que el derecho debe tener en cuenta la realidad ontológica sobre
la que va a operar, adaptándose a los datos objetivos de la cosa y
al orden metafísico de la naturaleza, de manera que la ley no puede
desentenderse de estas constancias evidentes, so pena de conducir
a un resultado absurdo o injusto y ser, por ello, inoperante.

Busca el fundamento jurídico en el seno de las relaciones, en un


orden inherente a las mismas.

        La escuela histórica.

En Alemania, la moderna ciencia jurídica nace con la Escuela


Histórica para la que la fuente creadora del Derecho no es la
voluntad de ningún legislador, ni tampoco producto de la razón o de
criterios racionales, sino producto de la convicción jurídica de un
pueblo.

La escuela histórica del derecho es de carácter nacional y popular,


políticamente vinculada a la restauración. La historia no es progreso
sino tradición; la función del análisis histórico es justificar el
presente del pasado.
DERECHO PENAL
Tema 1.

El concepto de Derecho penal. Las Escuelas penales. Las Ciencias penales, en especial la
Criminología. Lo ilícito penal y lo ilícito administrativo.

El Derecho penal es el conjunto de disposiciones jurídicas que regulan la potestad


punitiva del Estado relacionando hechos, estrictamente determinados por la ley
con una pena, medida de seguridad o corrección como consecuencia de realizar
un determinado acto, su objetivo de asegurar los valores elementales para la sana
convivencia de los individuos de una sociedad.  Este conjunto de normas jurídicas
se refiere siempre al delincuente, al delito y a las penas.

Podemos distinguir una clasificación dentro del derecho penal: El Derecho penal


sustantivo, y por otro lado, el Derecho penal adjetivo o procesal penal.

El Derecho penal sustantivo es el que conocemos como código penal o leyes


penales , y en este se encuentran las normas promulgadas por el Estado,
establece los delitos y las penas, mientras que el Derecho Procesal Penal es el
conjunto de normas destinadas a establecer el modo de aplicación de aquellas.

Derecho Penal y Las Escuelas penales.

Derecho Penal es el conjunto de principios y reglas jurídicas que


determinan las infracciones, las penas o sanciones, y las relaciones
del Estado con las personas con motivo de las infracciones o para
prevenirlas.

El derecho penal constituye uno de los medio de control social


existentes en las sociedades actuales. Este tiende a evitar
determinados comportamientos sociales que se reputan
indeseables, acudiendo a ello a la amenaza de imposición  de
distintas sanciones para el caso de que dichas conductas se
realicen.

Las Escuelas penales


       Escuela clásica: Esta fundaba la responsabilidad penal en el libre
albedrío, esto es, en a libertad de decisión de la voluntad humana.
El hombre es un ser inteligente y libre de escoger entre el bien y el
mal, entre realizar la acción prohibida o respetar la prohibición. Se a
pesar de esa libertad de que esta dotado, ha elegido el mal, ha
perturbado libremente el orden jurídico es justo que se retribuya con
otro mal, que se le castigue con una pena.

  Escuelas antropológicas y sociológicas: Estas escuelas


entienden que toda acción humana es el efecto de causas internas
o externas que obran sobre nosotros, y contra las cuales cada
individuo reacciona de una manera diferente, según su carácter
particular. Tal acción no es por tanto, el producto de una voluntad
libre.

El delito como toda acción humana, es un fenómeno de origen


completo, tanto biológico, como físico social, según los grados y las
modalidades, los que varían con las diversas circunstancias
personales, reales, de tiempo y de lugar.

Escuela Positivista Italiana: La escuela positivista entendía que se debía


de cambiar enteramente el sistema penal existente, modificando la
aplicación de las penas según la categoría de los criminales
y completando la lucha contra la criminalidad, mediante instituciones
preventivas que tuviesen por finalidad evitar las ocasiones y las
tentaciones a las cuales sucumbían algunos de esos delincuentes.
Esta escuela entendía que no se debía hablar de culpabilidad ni de
falta moral que castigar o hacer expiar, de penas o castigos, sino de
sanciones, que no son sino medidas de seguridad y de defensa
social.
Estimo que la voluntad humana no es libre, sino determinada, que
la responsabilidad en consecuencia no es moral, sino jurídica, social
o legal. La ley penal tiene su origen en la necesidad evidente de la
vida asociada.

Las Ciencias penales, en especial la Criminología.

El objeto de la ciencia del derecho penal es el estudio del contenido


de las normas que, dentro del ordenamiento jurídico de determinado
Estado, constituye el derecho penal, con todo lo que ellas
comprenden y mencionan. Por esto, la ciencia del derecho penal
puede definirse con la disciplina que estudia el contenido de las
normas que, según la legislación vigente en determinado Estado,
componen el derecho penal.

Hay que distinguir el derecho penal y las disciplinas que tienen por
objeto el estudio del Derecho penal. Este estudio puede referirse al
contenido interno del Derecho penal, específicamente normativo, o
bien a la relación de las normas jurídico-penales con los demás
fenómenos sociales.

Podemos decir que existen 3 ciencias que componen el derecho


penal, a saber:

1.     La dogmática jurídico-penal, que es el contenido interno del


Derecho penal, que se presenta como ciencia normativa.

2. La Criminología, que es una ciencia causal explicativa, empírica e


interdisciplinaria, cruzada por ciencias distintas y
fundamentalmente  por la biología criminal (Antropología y
psicología criminal), y la sociología criminal. Su objeto de estudio es
el delito, el cual presenta dos aspectos claramente identificables: el
real y el normativo. Al primero pertenece todo lo físico y psíquico; al
normativo corresponden los valores y el deber de ser. La
criminología estudia la relación del derecho penal con los demás
fenómenos sociales. Su objeto es buscar las causas del delito como
fenómeno empírico individual.
3.  La política criminal, que consiste en aquel sector de la política que
guarda relación con la forma de tratar la delincuencia: se refiere al
conjunto de criterios empleados o a emplear en el tratamiento de la
criminalidad. La Política Criminal no es una disciplina teórica, sino
una orientación práctica.

Se puede decir entonces que la Dogmática jurídico-penal se ocupa


del derecho penal como norma, la criminología como hecho y la
política criminal como valor.

Lo ilícito penal y lo ilícito administrativo.

El ilícito penal lesiona intereses vitales jurídicamente protegidos, es


decir, bienes jurídicos sancionados por las leyes penales, mientras
que lo ilícito administrativo lesiona los intereses de la Administración
en la colaboración del ciudadano, es decir, bienes administrativos.
El ciudadano tiene el deber de cooperar con la Administración, y si
tal deber se lesiona, el Estado reacciona para evitar futuras
infracciones. Un asunto administrativo, a diferencia de un asunto
penal, no da lugar a antecedentes penales, y cabe la posibilidad de
ser aplicada a personas jurídicas.

Tema 2.
Evolución del Derecho penal dominicano. Las más importantes
modificaciones al Códigos Penal.
El derecho penal dominicano
Antes de que los españoles llegaran a nuestra isla, el derecho penal no era conocido ni
necesitado, puesto que la mayoría de las tribus eran pacificas y respetuosas unas con las
otras. Las pugnas entre individuos de la misma tribu no eran frecuentes no acarreaban
mayores problemas.
No fue sino hasta que los españoles arribaron que se hizo oportuna la necesidad de leyes
que controlaran la manera de actuar de los que en la isla habitaban, ya que el hurto, la
mentira, la usura, el maltrato, y demás abusos eran hasta entonces desconocidos por los
aborígenes que habitaban en la isla.
Las primeras leyes puestas en función dentro del territorio de la Española fueron las Leyes
de Indias, puestas en vigor a partir de 1525, y estas eran el resultado de la Ordenanzas,
que eran disposiciones de los reyes para los territorios recién descubiertos. Todas estas
leyes no contemplaban a los indígenas o taínos como seres humanos, sino como cosas u
objetos, consideraban que los taínos eran propiedad de los españoles, por tanto no tenían
derecho alguno, según los españoles de la época. Gracias a esto los taínos eran
cruelmente maltratados e impuestos a trabajos forzosos por los españoles, lo que los llevo
a la extinción. Así que las leyes que operaban eran las mismas que las que estaban en
vigencia en España, por tanto, cualquier litigo legal era remitido a los reyes y podía tardar
años una respuesta de estos.
Hacia 1795, por el tratado de Basiela Francia obtuvo por parte de España el dominio de la
colonia, y se hicieron a parte las leyes españolas entraron en vigencia las leyes francesas,
y con ella la implementación de lo que más tarde sería conocido como códigos
napoleónicos, aunque unos años después España recobra el control de la colonia, la
influencia de las leyes francesas era algo que no dejaría la isla.
Y aunque España recuperó el control de la isla y al hacerlo instauró la Constitución de
Cádiz, en 1812, y el Código Civil de Comercio español, al realizar la independencia
efímera, se conservaron las lees españolas, pero en 1822 los haitianos nos invadieron, y
ocuparon durante 22 años, en los cuales las leyes haitianas fueron reinstaladas en la vida
jurídica de la isla, estas leyes tenían como base las leyes francesas. En 1844 efectuada ya
la independencia definitiva e instaurada la nación como república, empieza a tomar control
de la existencia jurídica de la recién formada nación en 1845 el código francés quedo
vigente en las legislaciones nacionales, era el código francés de 1832.
Años mas tarde, como el código que se usaba estaba en francés, se nombró una comisión
para que tradujesen del francés al español el código y que a su vez, hicieran las
modificaciones de lugar para que se adaptara a la situación actual del país. Esto fue por
que la diferencia de lenguas la falta de entendimiento por parte de los legisladores traía
inconvenientes e inestabilidad jurídica a una nación ya de por sí inestable por sí condición
de nación recién formada.
Pero unas décadas mas tarde gracias a la incompetencia y falta de fe de los gobernantes,
se buscó a anexión en 1861, a España, instaurando de esta forma el código penal
español, pero el 11 de mayo de 1865 por la Guerra de la Restauración se expulsaron los
españoles y se obtuvo de nuevo la soberanía de la república, trayendo con esta el código
Penal francés en nueva ocasión.
Pero este código tenía innumerables defectos e incompatibilidades con respecto a la
sociedad a la que estaba siendo aplicado, así que una mejor traducción fue requerida.
Estas modificaciones al Código Penal fueron puestas en manos de cinco abogados
dominicanos, José de Jesús Castro, Apolillar de Castro, Manuel de Jesús Galván, José
Joaquín Pérez, José Ma. Valencia, ellos deberían de finalizar la corrección en un año, así
que el 20 de agosto de 1884 fue puesto en vigor el nuevo Código Penal.
Pero el recorrido de cambios correcciones de nuestro Código Penal, no se paran ahí,
puesto que esta última modificación tampoco fue lo suficientemente correcta como para
que los legisladores pudieran seguirla sin problemas, así que en el 1935 el Licenciado
Arturo Logroño fue designado, por el Poder Ejecutivo, para que revisara los ante proyectos
del Código, no siendo este fructífero, por eso en 1936, se designo otra comisión para
reformarlo, no aportando los resultados esperados. Por esto el Código Penal que nos rige
en la actualidad es el francés de 1832, traducido y con pocas modificaciones, eso nos
pone a siglos de atraso en materia penal.
Debido a la ancianidad del Código Penal vigente en la República Dominicana, existen
muchos huecos en materia Penal de la nación, estar regidos por un Código que tiene
siglos de escrito, y que no ha sido concretamente adaptado a nuestra forma de sociedad,
nos ha costado años de desarrollo.

Las más importantes modificaciones al Códigos Penal.


Después de 192 años de aplicación del Código Penal Dominicano, de los
cuales 62 se hizo en francés y 130 en español, se promulgó un nuevo
Código, basado en que con el antiguo no era posible disminuir la
delincuencia, sancionar la corrupción administrativa y el tráfico de
influencia, a pesar de que por 140 años contemplaba la pena de
muerte. El viernes el presidente Danilo Medina promulgó la nueva
legislación, la cual entrará en vigencia un año después de su publicación
en un medio de comunicación, según la disposición presidencial.

El viejo Código Penal fue introducido al país por los invasores haitianos
encabezados por Jean Pierre Boyer, el 9 de febrero de 1822, en el idioma
francés y aplicado por jueces haitianos hasta el 27 de febrero de 1844,
cuando se proclamó la Independencia Nacional.

Después de la expulsión de los haitianos, el presidente Pedro Santana al


proclamar la primera Constitución el 6 de noviembre de 1844, dejó
vigente los mismos textos jurídicos, inclusive aplicándose en el idioma
francés.
Pero, en 1882, el presidente Ulises Heureaux contrató los abogados José
Castro, Apolinar de Castro, Manuel Galván y José Joaquín Pérez para que
realizaran las traducciones y dos años después mediante la Ley 2274, de
1884 puso en vigencia el Código Penal, que contemplaba la pena de
muerte.

La disposición de la pena de muerte estuvo vigente hasta 1966, cuando


fue abolida en la reforma constitucional del primer gobierno de Joaquín
Balaguer.

Los presidentes Pedro Santana, Buenaventura Báez, Uilises Heureaux,


Ramón Cáceres, Joaquín Balaguer, Leonel Fernández e Hipólito Mejía,
según los registros de los medios de comunicación, denunciaron actos
de corrupción sin que se produjeran sanciones en los tribunales.

Por ejemplo, en noviembre de 1991, el presidente Joaquín Balaguer,


mediante decreto número 320-91 creando una comisión de abogados
para evaluar las decisiones de los jueces.

Ahora en noviembre de 2014 la firma Penn Schoen & Berland, presentó


una encuesta donde un 58% de la población consideraba que los
gobiernos de la última década eran los más corruptos.

El nuevo Código Penal presenta algunas innovaciones, entre ellas un


aumento de la pena de 30 a 40 años de cárcel, redactado por los juristas
Artagnán Pérez Méndez, Ramón Andrés Blanco Fernández, Víctor José
Castellano, Víctor Juárez Castillo, Lorenzo Fermín y Mercedes Cosme de
Gonell, el cual estaba en los archivos del Congreso desde 1999, cuando
el entonces presidente Leonel Fernández introdujo la pieza.

Desde ese mismo año están en los archivos del Congreso los proyectos
de modificación de los Códigos Civil, Procedimiento Civil y de Comercio.

En el año 2002 también se aprobó el Código Procesal Penal, promovido


por agencias internacionales y redactado por los abogados Félix Damián
Olivares y Ramón Núñez, en la habitación 210 del hotel Lina

Tema 3.
Los principios informadores del Derecho penal; en especial, los
principios de intervención mínima, legalidad y de culpabilidad. El
principio “non bis in idem”. La interpretación en el Derecho penal. La
analogía.

LOS PRINCIPIOS INFORMADORES DEL DERECHO PENAL.

El principio de legalidad.
Este principio supone que la acción punitiva del Estado debe
atenerse estrictamente a lo establecido por las leyes penales que
sean anteriores a la acción delictiva. Esto, a su vez, significa, entre
otras cosas, que el juez no puede castigar una conducta como
delictiva si no existe una ley promulgada y vigente con anterioridad
a la realización del hecho delictivo, que califique a esa acción como
delictiva y que no se puede establecer por el juez una penaque no
venga prefijada por una ley anterior.

Principio de culpabilidad.

La culpabilidad es el conjunto de presupuestos que fundamentan la


reprobabilidad personal de la conducta  antijurídica. Lo que se le
reprocha al hombre es su acto en la  medida de la posibilidad de
autodeterminación que tuvo en el caso concreto.

Todos lo principios derivados de la idea general de la culpabilidad,


se fundan en buena parte en la dignidad humana, tal como debe
entenderse en un Estado democrático respetuoso del individuo.
Este Estado tiene que admitir que la dignidad humana exige y
ofrece al individuo la posibilidad de evitar la pena comportándose
según el derecho. Ello guarda relación con una cierta seguridad
jurídica; el ciudadano ha de poder confiar en que dirigiendo su
actuación en el sentido  de las normas jurídicas no va a ser
castigado.

El principio de intervención mínima.

El Estado es el encargado de salvaguardar la libertad de los


ciudadanos, pero el mismo esta limitado y ha de suponerse una
intervención mínima para asegurar la libertad entendida en el
sentido de la protección de los bienes atribuidos a los ciudadanos.

Este principio en una consecuencia del estado social y democrático


de derecho, conforme el cual, el derecho penal debe aparecer como
el último recurso.  Debe encontrarse siempre en último lugar y
entrar en juego sólo cuando resulta indispensable para el
mantenimiento del orden jurídico y de la paz ciudadana. Esto es,
por la dureza de sus sanciones, que afectan los bienes más
preciados de la persona y son los más drásticos con los que cuenta
el ordenamiento jurídico, el derecho penal debe intervenir
únicamente cuando resultan insuficientes otros medios menos
gravosos.
El Principio "No bis in idem".

Principio consagrado en el Art. 8 párrafo 2 letra h de nuestra


constitución, según el cual nadie puede ser perseguido ni
condenado dos veces por un mismo hecho delictivo o infracción, lo
que no impide la revisión de la causa si después de la condena
aparecieren hechos reveladores de la inexistencia del delito o de la
inocencia  del condenado.

Otros principios que rigen el derecho penal son:

        Principio de personalidad de las penal


        Principio de Irretroactividad de las leyes penales
        Principio de presunción de inocencia
        Principio de in dubio pro reo
        Principio de proporcionalidad

La Interpretación en Derecho Penal.

Es el análisis que hace el juez  de una ley oscura al momento de


decidir  sobre un  caso determinado.

Es necesario interpretar la ley, ya que el legislador no puede prevé


todas las situaciones  y las  dificultades  posibles  de surgir  al
momento de aprobar la ley, por consiguiente, la  interpretación de la
ley siempre será necesaria cuando ella sea insuficiente, oscura o
contradictoria.

La  naturaleza de la interpretación es restrictiva, pero al mismo


tiempo es útil y necesaria, por que con ella  se llevan las  lagunas 
que el legislador  no puede  prever  al promulgar las leyes, como
bien dijo el gran juris-consulto  Josserand.

Si al momento del juez  hacer  su interpretación  de al a ley se da  el


caso de que la  acción no esta incriminada, ni sancionada, no
puede  crear  delitos  ni penas por analogía, ni por  razones de
equidad, y frente al silencio legal no le queda otra alternativa que
descargar el imputado

Analogía
La aplicación de la analogía supone que las normas jurídicas no contemplen un supuesto
específico, pero regulen otro semejante, apreciándose entre ambos identidad de razón.
Gramaticalmente, analogía supone la relación de semejanza entre distintas cosas.
Jurídicamente consiste en aplicar a un supuesto carente de regulación la solución que el
ordenamiento da a un supuesto similar.

 Analogía de Ley: la aplicación de una ley o parte de una ley. A supuestos no


previstos en ella pero semejantes a los que regula.

 Analogía de Derecho: la aplicación de principios generales al caso no previsto.


Sistema de Heterointegración

Aplicación analógica.

La analogía consiste en aplicar al supuesto carente de regulación la


solución que el ordenamiento sí da para otro supuesto similar.

La analogía es un método de interpretación jurídica válido para


salvar un vacío legal o para precisar los alcances de una redacción
confusa o equívoca de la ley.

En caso de oscuridad o silencio de la ley se debe utilizar la analogía


jurídica y los procedimientos de inducción y deducción lógica. La
analogía jurídica puede suplir las respuestas jurídicas a cualquier
problema, ya que, aplicaría una disposición legal similar, de ahí que
se le prohíbe al juez abstenerse de fallar bajo el pretexto de
oscuridad o silencio del legislador.

Podemos distinguir dos clases de analogía:


        Analogía legis: Cuando un vacío normativo concreto se rellena
acudiendo a otra norma concreta y determinada que da una
solución extensible al supuesto carente de regulación.
        Analogía iuris: Cuando no existiendo norma legal específica que
regule un supuesto tan similar al carente de regulación directa y se
acude a los principios generales del Derecho.

Hay en ocasiones en que el recurso a la analogía se encuentre


vedado, como son los casos de las normas temporales, y lo relativo
a las leyes penales.  
Tema 4.
La Teoría jurídica del delito. El sistema causalista. El sistema
finalista. El sistema funcionalista. El concepto jurídico de delito
en el Derecho penal dominicano. Clases de delitos. Sujetos,
tiempo y lugar de la acción
TEORIA DEL DELITO
La teoría del delito estudia los presupuestos de hecho y jurídicos que deben concurrir para
establecer la existencia de un delito, es decir, permite resolver cuando un hecho es
calificable de delito.

Teoría del delito


La teoría del delito "es un sistema categorial clasificatorio y secuencial en el que, peldaño
a peldaño, se van elaborando, a partir del concepto básico de la acción, los diferentes
elementos esenciales comunes a todas las formas de aparición del delito."1
Esta teoría, creación de la doctrina, aunque basada en ciertos preceptos legales, no se
ocupa de los elementos o requisitos específicos de un delito en particular (homicidio, robo,
violación, etc.), sino de los elementos o condiciones básicas y comunes a todos los delitos.
Históricamente, se puede hablar de dos enfoques principales a la hora de abordar este
concepto: la teoría causalista del delito y la teoría finalista del delito.
Para la explicación causal del delito, la acción es un movimiento voluntario, físico o
mecánico, que produce un resultado previsto por la ley penal sin que sea necesario tener
en cuenta la finalidad que acompañó a dicha acción. Esta corriente atiende,
principalmente, a los elementos referidos al desvalor del resultado, es decir, a
la lesión o puesta en peligro de un bien jurídico; en cambio, la
teoría finalista del delito considera que cualquier conducta humana se rige por
una voluntad cuya manifestación exterior no puede dejar de ser tenida en
cuenta a la hora de valorar el hecho delictivo. Este punto de vista pone mayor
énfasis en el desvalor de la acción, es decir, en el reproche sobre el
comportamiento del delincuente, sea este intencionado (dolo) o negligente
(culpa).
Más recientemente, la teoría funcionalista intenta constituir un punto de
encuentro entre finalistas y causalistas, destacando en esta línea Claus Roxin
en Alemania y Paz de la Cuesta en España, entre otros.
La mayoría de los países de la tradición jurídica de Derecho continental utilizan
la teoría finalista del delito. A partir de los años 90, en Alemania, Italia y
España, aunque parece imponerse en la doctrina y jurisprudencia la estructura
finalista del concepto de delito, se ha iniciado el abandono del concepto de
injusto personal, propio de la teoría finalista, para introducirse paulatinamente
las aportaciones política criminal|político-criminales de un concepto
funcionalista del delito orientado a sus consecuencias. Quizá la aportación más
significativa a la teoría de delito del funcionalismo moderado sea la
denominada teoría de la imputación objetiva, que introduce el concepto de
riesgo en la tipicidad, buscando la moderación, en unos casos, de la amplitud
de las conductas inicialmente susceptibles de ser consideradas como causa y
en otros, la fundamentación de la tipicidad sobre la base de criterios normativos
en aquellos supuestos en los que ésta no puede fundamentarse en la
causalidad (como sucede en los delitos de omisión, algunas modalidades de
delitos de peligro, entre otros).

La Teoría del delito, representa una parte de la ciencia del Derecho Penal
que se ocupa de explicar qué es el delito en sentido genérico,
descomponiendo el concepto de delito en un sistema de categorías
jurídicas, facilitando así la aplicación de la ley penal. Por ello, la doctrina
ha separado sus elementos, categorías o ingredientes en: Acción, tipicidad,
antijuridicidad y culpabilidad. Lo que se observa es que indudablemente el
sistema actual de la teoría del delito está integrado prácticamente por las
mismas categorías que en su origen en el último cuarto del siglo XIX, ya que, la
acción, la tipicidad, la antijuridicidad y la culpabilidad son desde casi un siglo
las categorías básicas del sistema. Por esto, Bacigalupo Zapater sostiene
acertadamente, que no se discute el orden de las categorías, pues éste
procede del fundamento lógico-normativo de los problemas generados por la
aplicación de la ley penal respecto del que el acuerdo es muy estable. Lo que
se discute se refiere precisamente a la cuestión de la mediación entre la ley y
los hechos que son objeto del juicio. La razón que explica esto es sencilla:
aplicar la ley a un caso significa poner en relación un pensamiento abstracto –
la ley- y un suceso real determinado.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos82/teoria-juridica-del-
delito/teoria-juridica-del-delito2.shtml#ixzz5965aFgvN

El sistema causalista del delito


En este sistema se distinguen dos fases: la una se inicia a fines del siglo XIX y
comienzos del siglo XX como consecuencia del enfoque científico naturalista
de la metodología jurídico-penal. Después, desde comienzos del siglo XX hasta
1939, más o menos, se inicia una segunda versión "valorativa" de raíz
neokantiana.
 a) Concepto causal naturalista (CONCEPCIÓN CLASICA DEL DELITO).
En opinión de Jescheck el concepto clásico de delito fue un producto del
pensamiento jurídico característico del positivismo científico, entendiéndose
como tal, una concepción estrictamente limitada al Derecho positivo y a su
interpretación, que pretendió abordar todos los problemas del Derecho con la
sola ayuda de los conceptos jurídicos, excluyendo en lo posible de la
dogmática jurídica las valoraciones filosóficas, los conocimientos psicológicos y
la realidad sociológica. Por esta vía se obtuvo
una imagen extremadamente formal de las características del comportamiento
humano que debían contemplarse en la estructura del concepto de delito. Se
distinguió entre la acción entendida de forma naturalistica, el tipo concebido
objetivo-descriptivamente, la esfera de la antijuriridicidad delimitada objetivo-
normativamente y la culpabilidad entendida subjetivo-descriptivamente. En
estrecha conexión con el carácter objetivo-formal de este concepto de delito se
halla, sin duda, la idea de Estado de Derecho que se materializó en la
búsqueda de seguridad y calculabilidad del Derecho, a realizar mediante la
vinculación del juez a conceptos sistemáticos sencillos y comprobables. Tal
planteamiento servía de contrapeso a las exigencias de prevención especial
postuladas por la Escuela moderna, patrocinadas por el mismo von Liszt junto
a la dogmática clásica. Así el sistema jurídico penal clásico presentaba una
característica imagen bipolar: por una parte, debía garantizar mediante el
objetivismo y el formalismo de los presupuestos de la pena un máximo de
seguridad jurídica; por otra parte, pretendía alcanzar, por la vía de un sistema
sancionatorio orientado hacia el delincuente, un máximo de eficacia.[23]
En este sistema se comienza a utilizar el método analítico
del positivismo científico, donde se distingue y se identifica claramente los
elementos generales del delito buscando en cada uno de ellos su base
empírico-descriptivo, diferenciando las características objetivas de las
subjetivas. No debemos olvidar que el causalismo naturalista se le identifica por
su sencillez y claridad expositiva. Se buscaba reconducir al sistema del
Derecho Penal a componentes de la realidad mensurables y empíricamente
verificables. Dichos criterios sólo pueden ser, o factores objetivos del mundo
externo, o procesos subjetivos y psíquicos. Por eso, se planteaba una división en este sistema,
de una teoría del delito que comprendía elementos objetivos y subjetivos.[24]

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos82/teoria-juridica-del-delito/teoria-juridica-del-
delito2.shtml#ixzz5965y7XRV

¿Qué es el sistema finalista del delito?


Un vuelco total a la concepción anterior – señala Fernando Velásquez- solo fue posible en el período de la
postguerra –una vez derrotados los extravíos del nacionalsocialismo también en el ámbito del derecho
penal-, gracias a la labor de Hans Welzel, que con base en estudios comenzados al final del decenio del
año veinte del pasado siglo, quiso erigir de nuevo el ser real de la acción humana en el concepto central
de la teoría del delito, concibiéndola desde un punto de vista ontológico, al estilo aristotélico. "Dos factores
–como ya se indicó-, igualmente, explican este viraje metódico: uno científico, derivado del hecho de que
este pensador planteaba en sus escritos filosóficos un paso del subjetivismo al objetivismo y –por ende-
que era el objeto del conocimiento el que determinaba al sujeto y no al contrario, como postulaban los
neokantianos, a quienes acusaban de malinterpretar la doctrina del gran pensador de konigsberg. Y,
coetáneamente, la afirmación, con base a las premisas del iusnaturalismo, de la existencia de "verdades
eternas" y de "estructuras lógico- objetivas" que tenían que ser respetadas por el legislador (el concepto
final de acción y la culpabilidad como reprochabilidad)"[33]
Jescheck considera que el sistema finalista vino determinado por el paso de la tajante separación entre
mundo real y Derecho, propia del neokantismo, a la realidad del ser social. Por eso se esforzó en elaborar
las "estructuras lógico-objetivas" previas a toda regulación jurídica y en edificar el Derecho sobre la base
de la "naturaleza de las cosas" según Welzel. De este modo, según el autor alemán, la teoría de la
estructura final de la acción humana se apoyó de forma inmediata en observaciones de la
moderna psicología sobre el comportamiento de los actos psíquicos. Incluso para el conociendo de los
valores acudió la nueva teoría a lo que precede a la existencia humana: "el deber ser incondicionado, el
sujeto responsable, el carácter ordenado del actuar ético-social y la concordancia do los órdenes ético-
sociales" (según Welzel). Unido a la superación del neutralismo valorativo se hallaba el intento de una
verdadera fundamentación ético-social del Derecho Penal, que encontró plasmación en la concepción
personal de la antijuridicidad, en el postulado de la responsabilidad del hombre por la objetiva corrección
de sus decisiones voluntarias y en el redescubrimiento del pensamiento retribucionista como sentido de la
pena.[34]
Expresado en palabras del penalista alemán Claus Roxín, la teoría final de la acción, que constituye la
parte preponderante del finalismo, se basa filosóficamente en teorías ontológico- fenomenológicas, que
intentaban poner de relieve determinadas leyes estructurales del ser humano y convertirlas en el
fundamento de las ciencias que se ocupan del hombre. Para dicha concepción, dice el autor, es lógico
colocar un concepto básico antropológico y prejurídico como el de la acción humana en el centro de la
teoría general del delito y construir a partir de la constitución ontológica de la acción un sistema, que le
conviene previamente dado al legislador, de estructuras (denominadas por Welzel) lógico-reales (o lógico-
objetivas), sistema que en opinión de sus defensores también le debe proporcionar a la dogmática
jurídico-penal perspectivas permanentes e inconmovibles.[35]
El concepto de delito del finalismo, en la opinión de Jeschek, respondió en lo metodológico al abandono
del pensamiento logicista y abstracto propio de época precedente. Welzel que elaboró en varias etapas
desde principios de los años 30 este sistema, quiso erigir de nuevo el ser real de la acción humana en
concepto central de la teoría del delito, desde un punto de vista ontológico. Como dice Santiago Mir Puig,
el finalismo parte de la existencia de ciertas "estructuras lógico-objetivas" que pertenecen a la "naturaleza
de las cosas" y el legislador y la ciencia no pueden sino respetar; la acción humana guiada por una
finalidad, es para Welzel una de esas estructuras ontológicas. Por consiguiente, dice Mir Puig en su obra
que siempre hemos comentado, la ley y la construcción dogmática del delito deben partir de ese
concepto, y no es admisible sustraer al hecho en ningún momento la intención que lo preside. Si la
antijuridicidad es un juicio sobre el hecho, dependerá, pues, no sólo de sus elementos objetivos, sino
también, de forma esencial, del elemento subjetivo de la finalidad. Así, en los delitos dolosos, el dolo ha
de considerarse componente esencial del injusto, y no de la culpabilidad. El "desvalor del resultado"(la
objetiva causación de una lesión) sólo importa en cuanto obra de una conducta final, es decir, dentro del
"desvalor de la acción" (concebida finalmente), siendo ésta, a criterio de Mir, la consecuencia más
importante del concepto final de acción, que es la esencia del sistema finalista creado por Welzel.
La médula del nuevo sistema es éste: ante el concepto causal de acción, Hans Welzel esgrimió el
concepto finalista, y dijo: "Acción humana es ejercicio de actividad final. La acción es, por eso, acontecer
"final", no solamente "causal". La "finalidad" o el carácter final de la acción se basa en que el hombre,
gracias a su saber causal, puede prever, dentro de ciertos límites, las consecuencias posibles de su
actividad, ponerse, por tanto, fines diversos y dirigir su actividad, conforme a su plan, a la consecución de
estos fines. En virtud de su saber causal previo puede dirigir los distintos actos de su actividad de tal
modo que oriente el acontecer causal exterior a un fin y así lo sobre determine finalmente. Actividad final
es un obrar orientado conscientemente desde el fin, mientras que el acontecer causal no está dirigido
desde el fin, sino que es la resultante casual de los componentes causales existentes en cada caso"[36]
El mismo Welzel asegura en su magna obra que la finalidad es "vidente", en cambio la causalidad "ciega"
y pone el siguiente ejemplo: Cuando el rayo electrocuta a un hombre que trabaja en el campo, el
acontecer se basa en que entre el hombre y la nube se originó la máxima tensión eléctrica, que llevó a la
descarga. Esta tensión pudo haberse originado también exactamente igual entre otro objeto de cierta
altura y la nube. Que fuera justamente el hombre estaba por cierto condicionado causalmente en la
cadena infinita del acontecer, pero el acontecer no estaba dirigido finalmente a ello. Totalmente diferente
en las acciones humanas: quien quiere asesinar a otro elige, conscientemente para ello, los factores
causales y los dispone de tal modo que alcancen el fin previamente determinado. Aquí la constelación
causal se ha ordenado para la consecución del fin: compra del arma, averiguación de la oportunidad,
ponerse al acecho, disparar al objetivo; todos éstos son actos dirigidos a un fin, que están sujetos a un
plan de conjunto.(Welzel, 40) De lo cual se determina que el legislador no puede prohibir causaciones de
resultados, sino acciones finales, dirigidos por la voluntad, porque, como dice Welzel, "Ninguna norma, ni
moral ni jurídica, puede preceptuar a las mujeres que den a luz hijos viables a los seis meses, en lugar de
a los nueve, como no pueden tampoco prohibir a un aviador que si se precipita contra el suelo, no
traspase la velocidad de 30 Km. por hora..."[37]
Siguiendo a Juan Bustos, diremos que para el sistema finalista, sus primeros principios fundamentales
son que el delito es acción, pero no causal sino final, lo que significa que el actuar humano se
determina desde el fin perseguido por el autor sobre la base de su experiencia causal. Con este
planteamiento la categoría de la causalidad quedaría integrada no sumada como en el causalismo
valorativo dentro de la tipicidad.
En suma, a) la tipicidad tiene un aspecto objetivo, descriptivo y valorativo (del proceso causal) y un
aspecto subjetivo (que recoge valorativamente el proceso desde el fin). Por ello dolo y culpa pertenecen a
la tipicidad. b) la antijuridicidad es objetiva y valorativa, pero todas las causas de justificación contienen
elementos subjetivos (conocimiento e intención). Para los finalistas, el injusto es un ámbito integrado de
diferentes caracteres, pero en el que el elemento común es lo subjetivo. c) La culpabilidad es
reprochabilidad (proceso valorativo) de la capacidad de motivación, esto es, de la capacidad de actuar de
otra manera, esto es, conforme a la norma y a pesar de ello actuar en contra de ella (aspecto subjetivo).
Luego los elementos de culpabilidad son sólo la imputabilidad y la conciencia del injusto. Para los
finalistas la exigibilidad de la conducta por principio no puede ser elemento de la culpabilidad, pues el
sujeto podía actuar de otra manera. Luego, en esas situaciones extremas todo lo más habría una
dispensa estatal. Así, por ejemplo, el que estaba sujeto a un madero en vez de echar al otro de él, pues
en caso contrario se ahogaban ambos, podía no haberlo hecho, esto es, podía elegir entre ser héroe o
santo. En definitiva, para los finalistas, dentro de sus procesos de integración prima siempre lo subjetivo
valorado éticamente. Por eso, consecuentemente, es para ellos punible la tentativa de delito imposible,
pues ya en ello hay una subjetividad desvalorada éticamente que se ha objetivado. (Bustos, pp.627, 628)
En resumen, en la concepción de Medina Peñaloza, filosóficamente el sistema finalista se fundamenta en
axiomas que le dan sustento y fuerza, y que son:
 a) El delito deja de ser un fenómeno natural que es producido por una causa y acarrea una
consecuencia o resultado, para convertirse en una realidad del ser social, ya que el derecho se edifica
sobre la base de la naturaleza real de las cosas.
 b) El concepto clásico del delito fue producto del pensamiento jurídico del positivismo científico,
mientras que el finalismo partió de una fundamentación ético-social del Derecho Penal; y con ello, de una
concepción ius filosófica, que retomó criterios aportados por el derecho natural , pues, como dice Welzel,
"para el conocimiento de los valores recurrió a lo que precede a la existencia humana: el sujeto
responsable, el carácter ordenado del actuar ético-social y la concordancia de los órdenes ético-sociales".
 c) Admite que el concepto del delito debe ser congruente con el fin y los medios del Derecho
Penal y no con las causas y efectos (como un fenómeno natural). El fin estriba en la protección de la
convivencia en comunidad frente a infracciones graves a la normatividad; mientras que el principal medio
de que se sirve es la pena, traducida en la conminación e imposición de un mal estatal, en proporción a la
gravedad de la lesión del Derecho, cuyo propósito es el mantenimiento de tal orden jurídico.
 d) Representa el paso del subjetivismo al objetivismo. Como consecuencia el método que sigue
el finalismo para estudiar la teoría general del delito se funda en un derecho penal de medios afines.
 e) Reconoce que para fijar los criterios de punibilidad, la Teoría del delito se debe fundar en la
naturaleza de la acción perpetrada, y no en la personalidad del delincuente, en atención a que la
imposición de la pena debe circunscribirse a una responsabilidad del acto y no responsabilidad de autor,
que impide que al sujeto se le apliquen criterios de peligrosidad, temibilidad, reincidencia o habitualidad,
como resabios de un positivismo que se encuentra en contradicción con los principios del Derecho
natural.(Medina, pp. 136 y 137)
Pero vale recordar, que posteriormente, dadas las críticas recibidas en el sentido de que en la omisión no
hay finalidad – y por tanto tampoco causalidad- y que en el delito culposo no hay un proceso valorado
desde el fin, y que la culpabilidad en todo caso guarda relación directa con el sujeto y no con la acción,
según Bustos y toda la doctrina penal, se produce un cambio total en la teoría. Delito es ahora injusto y
culpabilidad, al decir de Bustos.
Por ello, en palabras de Bustos Ramírez, el finalismo habría de reconocer estructuras diferentes para la
acción y la omisión y a su vez los injustos de acción y omisión pueden ser dolosos o culposos. Con ello
vendría a proponer cuatro propuestas metodológicas diferentes: a) para los delitos de acción dolosos; b)
para los delitos de acción culposos; c) para los delitos de omisión dolosos y d) para los delitos de omisión
culposos. En todo caso, diremos, como precisa Bustos, que el finalismo pudo superar las críticas que se
le habían hecho a las propuestas causalistas logrando una mayor precisión conceptual y sistemática. No
obstante, se le criticaría su acentuación en la valoración del acto y su tendencia a la eticización y
subjetivización del delito al prescindir del resultado, esto es, de la afectación al bien jurídico.
Roxín trascribe que actualmente el concepto final de acción ha perdido ampliamente la gran importancia
que antes tuvo. Cree que ya no se discute hoy que tal concepto no es adecuado como elemento base del
sistema jurídico-penal, ya que no se acomoda a los delitos de omisión; pues como el omitente no es
causal respecto del resultado y por tanto no dirige ningún curso causal, tampoco puede actuar de modo
final. Incluso, expone Roxín, en los delitos comisivos es dudoso que el concepto de finalidad les pueda
aportar una base común. "En estos casos los finalistas se encuentran en el delito imprudente con
dificultades similares a aquellas con los que tropezó el concepto de acción de los hegelianos orientado al
delito doloso" puntualiza Roxín, añadiendo que originariamente Welzel había contemplado el hecho con
imprudencia inconsciente, en el que las consecuencias no se causan de modo final, sino causal-ciego,
como una "forma mísera" de acción humana. En otras palabras la teoría final de la acción de Welzel era
inadecuada y ni resolvía los problemas derivados, especialmente en los delitos culposos o imprudentes.
Pero, en honradez, Roxín ,reconoce, que la teoría finalista, a pesar de ser inadecuada como Teoría
General de la acción para el Derecho Penal y de haber sido muy sobrevalorada en su utilidad práctica, le
debemos agradecer progresos esenciales en la teoría del injusto, sobre todo en haber comprendido que
el injusto no se basa sólo –como se había sostenido en el sistema "clásico" del delito- en el resultado
típico, sino que es esencialmente co-determinado por el desvalor de acción de la conducta del autor. "Y
ello vale, comenta Roxín, no sólo para los delitos dolosos, en lo que lo dicho resulta especialmente
evidente por la ordenación del dolo dentro del injusto, sino también para los hechos imprudentes, en los
que es co-constitutiva del injusto, no la finalidad ciertamente, pero sí la falta de control de la acción y por
tanto un elemento personal.[38]

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos82/teoria-juridica-del-delito/teoria-juridica-del-
delito2.shtml#ixzz5966Tvj9h

TEORIA Funcionalismo
Publicado por Andryux on lunes, 21 de septiembre de 2009

En la década de los años ochenta un jurista Alemán de nombre Claus Roxin realiza
una nueva teoría (1984) mediante el uso de la llamada Política Criminal o
Criminológica en donde se expone que la misión última del Derecho Penal es la
protección de bienes jurídicos en todo ámbito dentro de la vida del hombre, dándole el
nombre a ésta teoría de funcionalista en virtud de que ve a la pena o castigo en
función de una prevención general del delito así como prevención especial que va
dirigida al autor del delito para que no reincida; y a la sociedad en general para que
sirva de ejemplo la imposición de un castigo. Para esta teoría, el momento de
imponerse la pena constituye la parte más importante del proceso penal, ya que de
ello depende el detener tanto al delito como al delincuente. Esta escuela descansa su
ideología en los modernos principios de política criminal, y entre sus principales
desarrolladores se encuentra Ghünter Jakobs quien ha dado impulso al llamado
“Funcionalismo Radical” al partir su teoría de principios filosóficos. Así, los
doctrinarios del Derecho Penal y de la Teoría del Delito han dividido a la escuela
funcionalista en dos:

“El Funcionalismo Moderado” de Claus Roxin; y el

“Funcionalismo Radical” de Ghünter Jakobs.

Esta escuela ha tenido diversos seguidores en el mundo; en Alemania Bern Schunemann y


Schmidhäuser; en España Santiago Mir Puig, Juan Bustos Ramírez, Manuel Cancio Meliá,
Francisco Muñoz Conde y Miguel Polaina Navarrete; en Italia Alessandro Baratta; En México
Enrique Díaz Aranda, Rafael Márquez Piñeiro y Carlos Daza Gómez. En México un jurista
discípulo de Claus Roxin, Enrique Díaz Aranda en la década de los años noventa comenzó a
desarrollar y dar auge a esta teoría funcionalista, naciendo el llamado “Funcionalismo
Teleológico” toda vez que ésta corriente destaca y pone de relieve los fines de la sanción penal
constituyendo un nuevo sistema racional penal que consiste en un dinámico sistema del
derecho penal eficazmente estructurado con un nuevo proceso y procedimiento rápido y
efectivo que descansa sobre bases político-criminales de la moderna teoría de los fines de la
pena. No obstante todo lo anterior, es preciso señalar que México no tiene definida una
ideología, escuela, corriente o criterio procesal, sino que su legislación intenta aglutinar varias
tendencias, todas extranjeras y de difícil comprensión para el jurista mexicano no
acostumbrado al estudio, que desembocan en la aplicación de criterios anárquicos producto de
ideologías importadas que solo reflejan la ausencia de una dogmática jurídica mexicana
auténtica y propia, lo que acarrea serios problemas en la interpretación de la ley y la
consecuente aplicación del Derecho Penal, originando una confusión y un desconocimiento
total por parte de la mayoría de los juristas mexicanos en Derecho Penal, los cuales
erróneamente pretenden encuadrar nuestro sistema en un causalismo, finalismo o
funcionalismo.
El concepto jurídico de delito en el Derecho penal
dominicano
La propuesta de Código Penal dominicano no
contiene ninguna definición de “delito”; término del
cual la teoría del delito como parte de la ciencia del
Derecho Penal se ha ocupado de explicar, qué es el
delito? Cuáles son las características que debe de
tener cualquier acción típica, antijurídica, punible y
culpable? El lenguaje utilizado se califica como
impreciso cuando usa los términos de “acto”,
“hecho”, “conducta” y si contamos las veces a que se
refiere al término “delito” parecería la menos
utilizada.
Esta precaria valoración de la teoría del delito como
teoría de aplicación de la ley penal tiene sus
orígenes en el atraso de la dogmática penal
dominicana, ya que sus postulados cumplen una
función mediadora entre la ley y el caso concreto,
porque cada categoría del delito hace referencia a
determinados aspectos del hecho que constituyen el
material objetivo al que se debe aplicar.
La teoría general del delito comprende un sistema
que ordena los presupuestos en el tratamiento de los
argumentos jurídicos para la solución de un caso. El
juez, el fiscal, el abogado defensor se encuentran en
la necesidad de identificar la existencia o no de un
delito en el caso concreto; para saber si estamos
frente a un delito, entonces debemos disponer del
concepto y del conjunto de premisas del concepto,
situación que es imprecisa en la propuesta del
Código Penal dominicano.
Las demandas ciudadanas ante el fenómeno
criminal deben ser escuchadas por nuestros
legisladores, tomando en cuenta la coherencia entre
la política criminal de Estado, el derecho penal y el
derecho procesal penal.
El escaso desarrollo de la dogmática penal
dominicana y la incomprensión de la teoría del delito
se reflejan en el proceso penal, ya que la práctica de
nuestros operadores es aplicar normas procesales a
problemas del derecho penal. Un ejemplo,
situaciones que resuelve el derecho penal de fondo
y con aplicación de la teoría del delito se soluciona
con el criterio de oportunidad, el no ha lugar o con el
conocido “archivo”, lo que indica que se usan
institutos procesales para soluciones propias del
derecho penal de fondo. El análisis detenido de la
situación de la dogmática penal indica que la
aplicación de estos institutos no responde a criterios
estrictamente procesales, sino que manifiesta el
deseo de rehuir a la discusión del pragma conflictivo
desde la perspectiva del derecho penal sustantivo.
Los casos en los que están implicados pasados y
presentes funcionarios públicos por supuestos ilícitos
de corrupción administrativa, es un ejemplo de estas
prácticas como el archivo, donde los operadores del
sistema de justicia penal, rehúyen sus
responsabilidades, en vez de decidir a través del
derecho penal de fondo y de la teoría general del
delito.
Frente a estos casos, los detractores de la normativa
procesal penal guardan silencio. La aplicación de
soluciones procesales a problemas del derecho
penal sustantivo, las incoherencias legislativas, los
incumplimientos e irresponsabilidades de los actores
del sistema de justicia penal, son de los tantos
problemas pendientes para definir una política
pública criminal.

En Sentido jurídico, los Códigos Penales y la


doctrina definen al "delito" Como Toda Aquella
Conducta (acción u omisión) Contraria al
ordenamiento Jurídico del País Donde sí producen

CLASIFICACION DE LOS DELITOS


Por las Formas de la culpabilidad

    Doloso: el autor ha querido la Realización del Hecho típico. Hay Coincidencia Entre Lo Que El
autor hizó y Lo Que deseaba HACER.

    Culposo o imprudente: el autor no ha querido la Realización del Hecho típico. El RESULTADO


no es Producto de Su Voluntad, sino del incumplimiento del Deber de Cuidado.

  Por la forma de la Acción

    Por comisión: Surgen de la Acción del autor. CUANDO la norma prohibe Realizar Una
determinada Conducta y El actor la realiza.

    Por omisión: abstenciones hijo, sí fundamentan en Normas Que ordenan HACER algoritmos.
El crime sí consideraciones Realizado En El Momento Que Debio realizarse en la Acción
omitida.

    Por omisión Propia: estan establecidos en El CP. Los You can Realizar cualquier persona,
basta Con omitir la Conducta al estilo de Que la norma obliga.

    Por omisión impropia: no estan establecidos en El CP. Es Posible MEDIANTE Una omisión,
consumar la ONU Delito de comisión (delitos de comisión omisión por), Como Consecuencia El
autor sera reprimido Por La Realización del Tipo legal basado en la prohibición de Acción
Positiva Realizar Una. No CUALQUIERA You can CoMeter sin Delito de omisión impropia, es
necesario Que Quien sí abstiene Tenga El Deber de Evitar EL RESULTADO (Deber de garante).
Por EJEMPLO: La madre Que no Alimenta al bebe, y en Consecuencia muere. Es Un Delito de
comisión Por omisión.
 

Por la Calidad del Sujeto Activo

    Comunes:: servicios pueden Realizados Por CUALQUIERA. No mencionan Una Calificación


especial de autor, sí refieren una el en forma Genérica (el qué).

    Especiales:: Solamente pueden cometidos servicios Por Un Número Limitado de personajes:


aquellos Que Tengan las Características Especiales requeridas Por la Ley para servicio autor su.
Estós Delitos no establecen la prohibición SÓLO DE UNA Acción, sino Que requieren ADEMÁS
Una determinada Calificación del autor. Son Delitos Especiales Propios CUANDO Hacen
Referencia al Carácter del Sujeto. Por EJEMPLO DE COMO EL prevaricato, Que SÓLO You can
cometerlo Quien es juez. Son Delitos Especiales impropios aquellos en los Que la Calificación
Específica del autor ópera Como Fundamento de agravación o atenuación. Verbigracia la
agravación del homicidio cometido Por El ascendiente, descendiente o cónyuge (art. 80,
Código Penal Inc.1 del argentino).

  Por la forma procesal

    De acción pública: son aquellos Que el párrafo Su Persecución no requieren de denuncia
previa.

    Dependientes de Instancia Privada: aquellos hijo Que no pueden Perseguidos servicios de


oficio y requieren de Una denuncia Inicial.

    De Instancia Privada: son aquellos Que ADEMÁS de la denuncia, El denunciante debe
PROSEGUIR Dando Impulso procesal de como querellante.

  Por El RESULTADO

    Materiales: Exigen la Producción de determinado RESULTADO. Estan Integrados Por La


Acción, la imputación Objetiva y El RESULTADO.

    FORMALES: El hijo de aquellos en los Que la Realización del Tipo coinciden Con El Último
Acto de la Acción y Por Tanto No Se producen sin RESULTADO separarse de Ella. El Tipo sí
Agota en la Realización de Una Acción, y la Cuestión de la imputación Objetiva es Totalmente
ajena una Estós Tipos Penales, Dado Que no vinculan la Acción de las Naciones Unidas Con
RESULTADO. En Estós Delitos sí no presentación de alguno Problema causalidad.

  Por El Daño Que causan

    De lesión: heno sin Daño apreciable del bien Jurídico. Se relaciona Con los Delitos de
RESULTADO.

    De Peligro: no se REQUIERE Que La Haya ocasionado Acción de las Naciones Unidas Sobre
Daño sin Objeto, Sino Que es Suficiente Que Con El Objeto jurídicamente Protegido Haya Sido
Puesto en Peligro de la lesión Sufrir Que se Quiere Evitar. El peligro You can servicio concreto
CUANDO debe dársena realmente la posibilidad de la lesión, o abstracto CUANDO El Tipo penal
en sí reducir Simplemente una forma de describir Una Comportamiento Que representantes
de las Naciones Unidas Peligro, el pecado necesidad de Que ESE Peligro sí Haya verificado.
(CUANDO la Acción crea un Riesgo determinado Por la ley y objetivamente desaprobado,
indistintamente de Que El Riesgo o Peligro afecte o no El Objeto Que El Bien Jurídico protegido
de Manera CONCRETA).

2.4.1 El sujeto.
Al ser el delito un acto, supone que su realización es la obra de un ser dotado de voluntad. Como el
hombre es entre los seres de la naturaleza el único capaz de voluntad, se concluye de aquí que
solamente él puede ser autor de una infracción.
Las personas morales no son capaces del conocimiento de los hechos y de su significación justa y en
consecuencia no pueden ser culpables. Si la culpabilidad es una característica básica de la infracción
penal, es obvio que las sociedades no pueden perpetrar delitos. Por lo demás, si la pena finalista
pretende intimidad o corregir, tampoco la persona moral es susceptible de ser corregida o intimidada.

2.4.2 Lugar y tiempo: La relación temporal y espacial debe decidirse atendiendo al caso concreto y así el
derecho toma en cuenta una u otra de esas relaciones y para qué consecuencias jurídicas:

El lugar es relevante:
 En derecho penal internacional para saber qué ley se aplica y en derecho interno para
la competencia de los jueces.

El tiempo es relevante:
 Para la validez temporal de la ley: retroactividad, extractividad;
 Para fundamentar la antijuricidad y la culpabilidad acciones liberae in cause y para la
imputabilidad del adolescente, etc.
 Para la prescripción

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derecho-penal-dominicano.shtml#ixzz597sRgNUG
Tema 5.
La acción. Las teorías causales. Causalidad e imputación
objetiva. El criterio de la Jurisprudencia penal.

ACCIÓN: ACCIÓN: Ejercicio de una facultad o potencia. Efecto de hacer penalmente, se


considera acción el fenómeno de alteración del mundo exterior provocado por un hecho
voluntario encaminado a la producción de un resultado. Comprende el querer interno del
agente, referido a la actividad misma, no a su consecuencia, y la manifestación corporal de la
voluntad, traducida en un hacer positivo o en una conducta omisiva, más el resultado, que es
la 140 modificación del Estado de hecho, existente, ocasionada por la actividad del sujeto. La
acción es uno de los elementos del delito, el primario, según la moderna técnica jurídica. La
dogmática alemana considera sinónimos “acción” y “acto

Las diversas teorías causales, que únicamente pueden ser aplicadas a los delitos en los
cuales se produce un resultado material, tratan de definir qué comportamiento ha
causado la producción de tal resultado. El problema causal no ha podido ser resuelto
por ninguna de las teorías de la causalidad, ya que las mismas normalmente han ido más
allá de los estrictos límites que imponía la causalidad.
Así, han surgido las teorías de la imputación objetiva, con el objetivo de aclarar el
referido problema causal.
 
Las teorías de la causalidad, las cuales pueden ser clasificadas en:
- Teorías individualizadoras: son las propias del siglo XIX y principios del XX, cuya
principal característica es la diferencia que establece entre los conceptos de causa y
condición, ya que los defensores de tal teoría estiman que la producción del resultado
surge de la combinación de varias condiciones de entre las cuales únicamente una de
ellas es auténtica causa del resultado. Así, para esta tesis, toda causa es una condición,
pero no toda condición es una causa. Algunas de las teorías más destacadas dentro del
grupo de las teorías individualizadoras son: la teoría de la condición preponderante, la
teoría de la condición más eficaz, la teoría de la condición decisiva y la teoría de la
condición última.
- Teorías generalizadoras: los defensores de esta teoría consideran que no existe
diferencia entre los conceptos de condición y causa, ya que no hacen una comparación
individual de las diferentes condiciones estableciendo una jerarquía entre ellas. Dentro de
las teorías más destacadas dentro del grupo de las teorías individualizadoras están: la
teoría de la equivalencia de las condiciones, la teoría de la adecuación o de la causalidad
adecuada y la teoría de la relevancia.
Hagamos ahora referencia a la imputación objetiva: dicho concepto de "imputación
objetiva" nació en 1927, por obra de un civilista hegeliano, Larenz, y ya en 1930 Honig lo
propuso para el Derecho penal.
Para poder explicar el significado del principio de imputación objetiva, es necesario
tener en cuenta que la teoría que lo desarrolla surgió fundamentalmente por el hecho de
que, únicamente mediante la teoría de la causalidad no es posible encontrar un criterio que
permita atribuir de forma segura a un sujeto determinado la producción de un cierto hecho;
así por ejemplo, el precepto legal que protege la vida frente a posibles ataques dolos o
imprudentes, ha de realizarse teniendo en cuenta unos determinados objetivos, como el
establecimiento de una primera delimitación de los comportamientos a enjuiciar y la
elección del comportamiento que se ha desarrollado precisamente en el sentido que la
norma jurídica quería impedir.
La teoría de la imputación objetiva parte de la distinción entre causalidad e
imputación del resultado, al igual que hacía la teoría de la relevancia. No obstante, tal
teoría introduce una novedad, y es que la misma proporciona los criterios de determinación
de dicha imputación, los cuales no son compartidos de forma unánime por todos los
defensores de esta teoría, pero permiten operar con cierta seguridad, por estar prefijados.
Así, los criterios fundamentales de determinación de la imputación objetiva son los
siguientes:
- incremento del riesgo: en relación con este criterio se ha dicho que cuando un resultado
es causado por el agente, el mismo únicamente se puede imputar el tipo objetivo si la
conducta del autor ha dado lugar a un peligro para el bien jurídico no cubierto por un riesgo
permitido y ese peligro también se ha realizado en el resultado concreto.
- fin de protección de la norma: en virtud de este criterio, si el resultado se presenta como
la creación de un peligro por parte del autor, normalmente, dicho resultado podrá ser
imputado a su autor, cumpliéndose el tipo objetivo. Sin embargo, la imputación puede
desaparecer de forma excepcional si el alcance del tipo no abarca la evitación de tales
peligros y sus repercusiones.
En todos los casos, para poder imputar objetivamente un resultado a una acción, tal acción
y el curso causal han de ser adecuados, lo que requiere que, ex ante, sea objetivamente
previsible que con tal acción se pueda producir el resultado de la forma en la que
concretamente se produjo.
e denomina imputación objetiva a aquella que delimita la responsabilidad penal por un
resultado cometido en el tipo objetivo.
La fórmula básica que utiliza la imputación objetiva es la siguiente:
"Un resultado es objetivamente imputable, cuando el autor ha creado un riesgo no
permitido, el cual se realiza en el resultado típico en su configuración concreta y se
encuentra dentro del ámbito de protección de la norma".

La acción
La palabra acto, en su acepción más amplia comprende el aspecto positivo de la acción y negativo de la
omisión, de ahí que acto es la manifestación de voluntad que, mediante acción, produce un cambio en el
mundo exterior, o que por no hacer lo que se espera deja sin mudanza ese mundo externo cuya
modificación se aguarda.
El acto es pues una conducta humana voluntaria que produce resultado. Como hemos dicho, el concepto
acto abarca tanto el hacer como el omitir. De esta doble y contrapuesta forma de actividad ha surgido una
clasificación de las infracciones, según la cual, estas son:
1. Delitos de acción aquellos que reclaman el movimiento, la acción corpórea del agente.
2. Delitos de omisión aquellos en que existe una abstención, en que el agente omite hacer lo ordenado
por la ley.
3.1 Teorías causales
El delito es en primer término una conducta, un acto humano que comprende de una parte, una acción
ejecutada (acción strictu sensu) y la acción esperada (omisión), y de otra el resultado sobrevenido. Para
que este pueda ser incriminado precisa existir un nexo causal o una relación de causalidad entre el acto
humano y el resultado producido
Existe esta relación causal cuando no se puede suponer suprimido el acto de voluntad humana sin que
deje de producirse el acto concreto.
LUIS JIMÉNEZ DE ASUA, abordando el tema de las doctrinas formuladas sobre la causalidad, las reparte
en los siguientes ordenes.
 Causa eficiente, que distingue la causa productora del resultado de las condiciones
 Causa necesaria, según la cual, la causa significa una situación a la que se debe seguir de un
modo absolutamente necesario y rigurosamente general.
 Como una variedad, Se presenta un grupo de doctrinas que estima causa la de índole jurídica.
 Causa en sentido individualizado, Que designa como causa una de las condiciones del
resultado.
 Causa humana y causa racional, que fatalmente desemboca en un aspecto de la causalidad
adecuada.
 Causación adecuada, Esta teoría atribuye la categoría de causa solo a aquella condición que
generalmente es apropiada para producir el resultado, es decir, solo a la condición adecuada al resultado
 Equivalencia de Condiciones o Teoría de la condición, Según la cual, se estima causa toda
condición del resultado concreto y todas las condiciones deben considerarse equivalentes.
3.2 Causalidad e imputación objetiva:
Para que a un agente le sea imputable una infracción es necesario que su acción o inacción sea le causa
única o la causa directa de ese resultado. Hay que probar la intención delictuosa del agente. Ej.
Un homicidio, sino hay intención delictuosa seria entonces un homicidio no intencional, esto es por
imprudencia y ligereza.

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derecho-penal-dominicano.shtml#ixzz597tPtVk0

Tema 6.
El dolo. Clases de dolo. La delimitación del dolo eventual de la
culpa consciente. Los elementos subjetivos del tipo
El dolo
El dolo es cuando se produce un resultado típicamente antijurídico, con
conciencia de que se quebranta el deber, con conocimiento de las
circunstancias de hecho y del curso esencial de la relación de causalidad
existente entre la manifestación humana y el cambio en el mundo exterior, con
voluntad de realizar la acción y con representación del resultado que se quiere
o ratifica. Una definición más simple nos dice que el dolo existe cuando se
produce un resultado típicamente antijurídico, con conciencia de que se que se
quebranta el deber. En el dolo intervienen los siguientes elementos:
 Conciencia de que se quebranta el deber;
 Conocimiento de las circunstancias de hecho y del curso esencial de la
relación de causalidad existente entre la manifestación humana y el mundo
exterior;
 La voluntad de realizar la acción

4.1 Clases de Dolo:


 Dolo determinado y dolo indeterminado: Se dice que es determinado
cuando el agente ha querido cometer un delito determinado, cuyas
consecuencias han sido previstas exactamente, como por ejemplo un robo o un
homicidio. Mientras que el indeterminado es cuando el acto delictuoso que el
agente va a ejecutar puede producir muchas y varias consecuencias
previsibles.
 Dolo directo y dolo indirecto o eventual: Es directo cuando el agente
ha previsto o podido prever las consecuencias de su acción, como ocurre en
los casos de robo, homicidio e incendio. Y es indirecto o eventual cuando la
acción produce consecuencias más graves que las que el agente ha previsto o
podido prever, como por ejemplo cuando se hiere a un diabético ignorando que
lo era.
 Dolo positivo y dolo negativo: El dolo es positivo cuando el acto que
se realiza consiste en una acción y negativo cuando consiste en una
abstención.
Otras doctrinas realizan otra clasificación del dolo, en los siguientes aspectos:
 Dolo directo;
 Dolo con intención ulterior o dolo especifico;
 Dolo de consecuencias necesarias;
 Dolo eventual.
4.2 Dolo criminal:
El dolo criminal o intención criminal es la voluntad consciente de realizar una
acción delictuosa en las condiciones previstas en la ley, o como dice Garuad:
"La dirección de la voluntad hacia el acto incriminado". Por tanto el dolo así
concebido y de acuerdo con la doctrina clásica, está integrado por dos
elementos: 1ro. La voluntad de cometer el acto; y 2do. El conocimiento o
conciencia en el agente de su carácter ilícito, sean cuales fuesen los móviles
que le hayan impulsado a su realización
4.3 Dolo eventual y culpa consciente:
Hay dolo eventual cuando el sujeto se representa la posibilidad de un resultado
que no desea, pero cuya producción ratifica en última instancia. Se trata de la
representación de la posibilidad de un resultado, cuyo advenimiento ratifica la
voluntad.
En la culpa típica lo que hay es posibilidad de la representación del resultado, y
en el dolo eventual, representación de la posibilidad del resultado; pero también
es la llamada culpa con previsión se representa al agente como posible evento.
La dola diferencia está en que no lo ratifica, como en el dolun eventualis, y por
el contrario, si estuviere seguro el autor de la producción del resultado, no
proseguiría su conducta.
En el dolo eventual el arranque del hecho no es doloso, ni ilícito, y el resultado
culpable se lo representa el autor y lo ratifica. La teoría de este tipo de dolo
debe manejarse con cuidado, pues aún cuando se diferencia de la culpa con
previsión, requiere por parte del Juez un examen de las representaciones y de
los motivos que actuaron sobre la psiquis del sujeto.
Carrara define la culpa como la voluntaria omisión de diligencia en calcular las
consecuencias posibles y previsibles del hecho.. Ej. El individuo que guiara un
automóvil por una carretera y por ir a una velocidad superior a la indicada por la
ley, hiere o da muerte a un peatón. En este caso el agente realizó un acto
voluntario, pero, pero su voluntad fue dirigida a un fin lícito; no hubo el menor
deseo de hacer mal, y sin embargo la ley castiga al agente que ha querido este
resultado, como se puede ver en los artículos 319 y 320 C.P.
Tanto la teoría como la practica distinguen dos formas de culpa: la culpa
inconsciente y la culpa consciente. En la primera se trata de los casos en que
el autor no se ha representado el peligro que es la consecuencia de la lesión
del deber de cuidado que le incumbía. En la culpa consciente, por el contrario,
el autor representa el peligro de lesión del bien jurídico, pero valorando
falsamente la situación.
4.4 Elementos subjetivos del tipo:
Son elementos que se refieren a estados anímicos del autor con relación a lo
injusto. Este aspecto subjetivo de la antijuricidad liga a ésta con la culpabilidad,
estableciendo así un contacto entre ambas características. Estos son los
elementos típicos subjetivos de lo injusto.
Elementos subjetivos referentes al autor:
 Delitos de expresión como la denuncia falsa;
 Delitos de tendencia o impulso, estos son: 1) lucro o aprovechamiento,
como acontece con los delitos contra la propiedad; 2) profesión como
mendicidad; 3) perjuicio o daño que concurre en delitos maliciosos
denominados daños; 4) lascivos como la violación y el estupro.
 Delitos de intención: 1) en ciertos casos, como el primer acto, como por
ejemplo, conspirar contra la integridad del territorio de la patria, no necesita otro
segundo consistente en que la potencia extranjera hostilice a la nación propia y
2) en otras hipótesis sí son necesarios varios actos: el que se alza
públicamente contra el gobierno, ha de deponerle luego. Por eso los códigos
suelen anticipar los delitos de rebelión, porque si se obtuviera el propósito
último, serían ellos los gobernantes y no los delincuentes.
Elementos subjetivos que dan fuera del autor:
Aquí tenemos los denominados delitos de impresión, que se dividen así:
 De inteligencia: estafa;
 De sentimientos: injuria; y
 De voluntad: coacción.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos102/resumen-derecho-penal-
dominicano/resumen-derecho-penal-dominicano.shtml#ixzz597txzQXS

Tema 7.
Antijuridicidad y tipo. Estructura, clases y formulación de los tipos. Entre la
justificación y la exclusión de la tipicidad: adecuación social, consentimiento. Las
causas de exclusión de la antijuridicidad: las causas de justificación. Legítima defensa.
Estado de necesidad. Teoría del error en Derecho penal. Clases de error.
Consecuencias jurídicas.

Antijuridicidad. Es el acto voluntario típico que contraviene el presupuesto de la norma penal,


lesionando o poniendo en peligro bienes e intereses tutelados por el Derecho. La antijuridicidad es
un juicio impersonal objetivo sobre la contradicción existente entre el hecho y el ordenamiento
jurídico.

La condición o presupuesto de la antijuridicidad es el tipo penal. El tipo penal es el elemento


descriptivo del delito, la antijuridicidad es el elemento valorativo. Por ejemplo el homicidio se
castiga sólo si es antijurídico, si se justifica como por un Estado De Necesidad como la legítima
defensa, no es delito, ya que esas conductas dejan de ser antijurídicas aunque sean típicas.

ESTRUCTURA DEL DELITO: La tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad, son los tres


elementos que convierten una acción en delito. Estos niveles están en una relación
lógica necesaria, ordenados sistemáticamente y constituyen la estructura del delito.
Cuando una conducta es típica y antijurídica estamos frente al injusto, pero el injusto no
es suficiente para imputar delito se requiere el test de culpabilidad.

CLASES DE TIPOS 
La Doctrina, partiendo de la presencia de los elementos del tipo
ha permitido su clasificación. Veamos. 
1 – Según las Modalidades de la Acción. 
La presencia en el tipo de determinados elementos, objetivos y
subjetivos permite diferentes distinciones. 
En atención a los elementos objetivos  pueden ser; 
A -  Delitos (tipos) de resultado y mera actividad. Según la
relación existente entre Acción y Objeto de las acción.  
Los de Resultado requieren que la acción vaya seguida de la
causacion de un resultado separable espacio – temporalmente
de la conducta. Para que se de este delito debe darse una
relación de causalidad e imputación objetiva  del resultado de la
acción a un sujeto. Por el contrario, los delitos de mera actividad
o mera conducta como se reconocen en nuestro medio
doctrinario, se caracterizan porque no existe resultado. La mera
acción consuma el delito.  
Los delitos de resultado pueden ser, según el momento
consumativo en tipos delictuales Instantáneos, permanentes y
de estado. 
Delitos instantáneos son aquellos en los que el resultado es
concomitante con la acción. En el homicidio, el delito se
consuma en el instante en que se da el resultado muerte, antes
de que se de esta, estamos en presencia del delito de lesiones. 
Delitos permanentes, son aquellos en los que se supone el
mantenimiento de una situación antijurídica en el tiempo por
voluntad del autor. Tal es el caso de la detención ilegal, el
secuestro, la inasistencia alimentaría, entre otros.  El delito se
sigue consumando hasta que el agente detiene la acción. 
En el delito de estado, aunque se crea una situación antijurídica
duradera, la consumación cesa desde la aparición de este, pues
el tipo solo describe la producción del estado y no su
mantenimiento, es el caso de la falsificación de documentos,
pues el tipo solo describe su producción y no su mantenimiento.
Basta con producir el documento falso para que se de el delito,
no importa si el documento falso permanece en el tiempo o se
agota al producirse.   
Esta clasificación, en delitos de resultado y de mera conducta o
actividad, es importante para determinar: 
1 – El momento consumativo del delito,
2 – Establecer las formas imperfectas de realización del delito
(tentativa), y,
3 – Exigir o no la relación de causalidad e imputación objetiva
del resultado, como elemento del tipo objetivo.  
Revisar notas de clase. Sobre estos ya se ha hablado
suficientemente y se han ejemplificado. 
B – Delitos (tipos) de acción y omisión. 
Son dos formas básicas del comportamiento humano, la
actividad y la pasividad. 
Se distinguen entre delitos de Comisión (acción en sentido
estricto) y Omisión.  En los primeros se realiza una conducta
expresamente prohibida por su nocividad. Infringen una norma
prohibitiva. En los segundos, el sujeto se abstiene de realizar
una conducta ordenada por la norma, infringe una norma
preceptiva o de mandato 
En los delitos por comisión, la conducta es un hacer, matar,
hurtar, herir, dañar, etc. En los delitos de omisión la conducta es
un no hacer; no prestar socorro, no impedir la realización de
determinados delitos, no denunciar teniendo la obligación de
hacerlo, no prestar alimentos. 
Los delitos de omisión se dividen en delitos de omisión  propia y
delitos de comisión por omisión u omisión impropia. 
 - Omisión propia, son delitos de mera actividad, se castiga la
simple infracción de un deber de actuar. Los elementos que
componen este tipo penal, son:  
la situación típica, pues en ella se establece el presupuesto de
hecho que da origen al deber de actuar y que varia según el tipo
especifico, por ejemplo, en la omisión del deber de socorro,
encontramos dos situaciones que deben darse para que ocurra
el delito; primero, encontrar a una persona desamparada y en
peligro manifiesto y grave y segundo, la ausencia de riesgo
propio o de tercero 
Ausencia de realizar la acción mandada, es decir, según cada
caso; abstenerse de auxiliar, cooperar con la justicia, denunciar
el delito, etc.   
Capacidad personal de realizar la acción mandada. Para ello se
requiere que concurran determinadas condiciones externas;
cercanía espacial y temporal entre el sujeto y la acción típica,
medios de salvamento, etc. Y personales, que el sujeto cuente
con los suficientes conocimientos y facultades para realizar la
acción. Un cuadraplejico no podrá auxiliar al que se ahoga en un
río. 
 - Comisión por Omisión u omisión impropia, equivale a la
realización activa de un delito de resultado. Se plantea el
problema de encontrar el criterio que permita equiparar la
omisión a la causacion del resultado. Las diferentes
codificaciones se han encargado de resolver de alguna manera
este problema; en nuestra codificación, se dice que no impedir el
resultado pudiendo hacerlo, equivale a producirlo. 
Determinados sujetos tienen un deber especifico de actuar para
evitar que se produzca el resultado típico.  A estos se les
denomina garantes y se dice que han cometido un delito de
omisión impropio si se abstienen de cumplir con el deber
específico mencionado. La comisión por omisión u omisión
impropia equivale entonces, como ya se indico, a un delito de
resultado. 
La estructura de la tipicidad objetiva de la comisión por omisión
se corresponde con las omisiones propias salvo en el detalle de
agregar a cada elemento del tipo un nuevo componente así: 
A la situación típica, debe añadirse la posición de garante del
sujeto activo;
A la ausencia de una acción determinada, se añade la aparición
de un resultado;
Y, la capacidad de realizar la acción debida debe comprender la
capacidad de evitar la aparición de un resultado. 
C – Delitos (tipos) de Medios Determinados y Resolutivos.  
En los delitos de medios determinados el legislador acota
expresamente las modalidades comisivas; por ejemplo la estafa,
puesto que se exige que la acción se concrete en forma de
engaño, en el hurto con violencia sobre las cosas, que solo cabe
realizarlo si se emplea alguna de las formas de fuerza previstas
en la norma. 
En los delitos resultativos, el tipo no limita las posibles
modalidades de la acción, basta con que sean idóneas para la
producción del resultado. En los delitos contra la vida, lo que
importa es el resultado muerte, no importa cuales sean los
medios utilizados, siempre que sean idóneos para obtener el fin
deseado. 
D – Delitos (tipos) de un Acto, de Pluralidad de Actos y
Alternativos. 
Según que el tipo describa una acción, una pluralidad de
acciones o varias alternativas. El hurto es un delito de un acto
consistente en el apoderamiento, el hurto con violencia sobre las
personas o las cosas, es del tipo de los plurales en las acciones,
pues se hurta y se emplea la violencia sobre las personas o las
cosas, y el allanamiento de morada que prevé que se puede
cometer si se entra en morada ajena o se mantiene en ella
contra la voluntad de su dueño. 
2 – Según los sujetos.
A – Delitos (tipos) Comunes y Especiales. 
Lo normal es que la ley no delimite el circulo de eventuales
sujetos activos del delito y por ello utiliza formulas de gran
amplitud como pueden ser “el que” “quien” u otras análogas.
Pero hay delitos en los que se exige la concurrencia de
determinadas calidades personales en el sujeto activo;
funcionario publico, estar en posición de garante, ser padre,
contratante, etc. A los primeros s eles denomina Tipos
delictuales comunes y a los segundos, tipos delictuales
especiales, ya que solo pueden ser realizados por algunos
sujetos. 
Los delitos especiales admiten una división interna; Delitos
especiales propios y delitos especiales impropios. 
En los primeros, el tipo prevé solo como posibles sujetos activos
a personas especialmente cualificadas, de forma que esa
conducta realizada por otra persona nunca les convertiría en
autores del delito. Por ejemplo el prevaricato no es posible en la
conducta de un particular.  
Los delitos especiales impropios, a diferencia de los anteriores,
tienen correspondencia con el delito común, pero su realización
por un delito cualificado hace que se convierta en un tipo
autónomo distinto. Así el hurto cometido por un empleado
público sobre bienes de la administración, lo hace incurrir en el
tipo penal del PECULADO. 
B – Delitos (tipos) de Propia Mano. 
La especificidad del delito reside en que el sujeto activo tiene
que realizar personal o físicamente el tipo penal. En la mayoría
de los casos, esta exigencia esta implícita en la propia
descripción de la conducta que debe ser ejecutada
corporalmente, tal es el caso del delito de abuso carnal violento.
No admiten la autoría mediata. 
3 – Según la relación con el bien jurídico. 
A – Delitos (tipos) Simples y Compuestos. 
Puede suceder que algunos preceptos penales protejan no uno,
sino varios objetos jurídicos. En el delito de secuestro con
extorsión se afectan la libertad y el patrimonio. En el delito de
homicidio se afecta la vida en el primer caso estamos frente a un
tipo compuesto y en el segundo simple. 
B – Delitos (tipos) de Lesión  y de Peligro. 
En atención a la modalidad del ataque al bien jurídico la doctrina
distingue entre delitos de lesión y delitos de peligro. Los
primeros son aquellos en que se menoscaba o lesiona el bien
jurídico protegido en el tipo. Los segundos son aquellos en que
la consumación del tipo exige la creación de una situación de
peligro efectivo, concreto y próximo para el bien jurídico.   
Delitos de lesión son todos los delitos contra la vida y la
integridad corporal. Delitos de peligro concreto serian los delitos
relativos a las armas químicas, nuclear, incendio, contaminación
de aguas,  etc., el ponga en peligro la vida o la salud, el que
ponga en riesgo..., etc.  

Hay delitos de peligro concreto y de peligro abstracto.  Los


segundos constituyen un grado previo respecto a los de peligro
concreto. Se castiga es la peligrosidad de la conducta en si
misma. Conducir un vehículo automotor bajo los efectos del
licor, drogas tóxicas, alucinógenas o drogas médicas que
inhiban los sentidos sensoriales con previa indicación médica
del riesgo, estupefacientes.  La consumación de un delito de
peligro concreto requiere la comprobación por parte del juez de
la proximidad del peligro al bien jurídico y de la capacidad lesiva
del riesgo. Por esta razón estos delitos son siempre de
resultado. Los delitos de peligro abstracto son por el contrario de
mera actividad, se consuman con la realización de la conducta
supuestamente peligrosa, el juez no tiene que valorar si la
ebriedad del conductor puso o no en concreto peligro el bien
protegido, para entender consumado el tipo. 

Causas de justificación. El tipo de injusto imprudente


Introducción:

Al hablar de causas de justificación estamos en el ámbito de la antijuridicidad, las causas de


justificación eximen la antijuridicidad.

ANTIJURIDICIDAD = ILICITUD

Esto significa que la causa de justificación justifica la ilicitud del hecho, el hecho será típico pero la
conducta está justificada, por lo que se4 eximirá de responsabilidad penal, con las siguientes
salvedades:

- Cuando se den todos los requisitos esenciales y no esenciales de la causa de justificación,


se dará la exención de responsabilidad penal, o eximente completa de la pena.

- Si se dan los requisitos esenciales pero no todos los no esenciales, habrá una eximente
incompleta, existe responsabilidad criminal pero se atenúa la pena.
- Si no se dan los elementos esenciales no existe ni siquiera atenuación, se responderá
totalmente por el hecho cometido.

Al requisito esencial se le denomina PRESUPUESTO.

Concepto:

Entendemos por causa de justificación todas aquellas circunstancias o situaciones en virtud de las
cuales se produce la exclusión de la antijuridicidad, o ilicitud de la conducta típica.

En ocasiones las causas de justificación implican un derecho o una facultad a favor del sujeto, a
través del cual se excluye la antijuridicidad de la conducta típica que se haya realizado.

En otros casos se basan en deberes jurídicos, lo que significa que existe la obligación jurídica de
realizar el hecho típico, pero éste se encuentra justificado.

La causa de justificación no implica que la conducta deje de ser típica sino que se hablará de
conducta típica justificada.

En definitiva, las causas de justificación son los eximentes que eliminan o excluyen el juicio de
antijuridicidad de la conducta, en principio, típica.

A las causas de justificación también se las denomina causas de exclusión de la antijuridicidad o del
injusto.

Están reguladas en el art. 20 CP, y son:

- Legítima defensa.

- Cumplimiento de un deber.

- Ejercicio legítimo de un derecho, oficio o cargo.

- Estado de necesidad.

Fuera del art. 20 también se han reconocido otras por una parte minoritaria de la doctrina, es el caso
del consentimiento, que es un eximente que actúa con doble naturaleza, a veces actúa como causa
de atipicidad y otras como causa de justificación. Algunos autores añaden otras como son el riesgo
permitido, el caso fortuito, la obediencia debida no solamente a órdenes legítimas sino también
sobre otras antijurídicas, el estado de necesidad defensivo, la adecuación social y la inexigibilidad
jurídica general.

Clasificación de las causas de justificación:

- Causas de justificación de la acción: en ellas el desvalor del resultado subsiste, pero la


conducta no está jurídicamente desaprobada, bien sea porque le falte la parte objetiva del
desvalor de la acción (como ocurre en el estado de necesidad) o bien porque le falte la
parte subjetiva.

- Causas de justificación del resultado: el bien jurídico deja de estar protegido en el caso
concreto frente a una lesión o puesta en peligro (es el caso de la legítima defensa).

Efectos de las causas de justificación:

- El primero y más importante es la exclusión de la responsabilidad penal por el hecho típico


cometido, lo que significa que está prohibido imponer una pena al sujeto que haya cometido
un hecho típico que se encuentre amparado por una causa de justificación.

- Tampoco se podrá imponer al sujeto una medida de seguridad.

- También queda excluido cualquier otro tipo de responsabilidad extrapenal (civil


administrativa,...).

- La participación en un acto justificado, cometido por el autor, también estará justificada.

- Frente a una conducta amparada por una causa de justificación no cabe alegar legítima
defensa para su evitación, esto de debe a que la conducta justificada no constituye una
agresión ilegítima, que es el requisito esencial sin el cual no podría apreciarse la legítima
defensa.

Eximente incompleta:

Distinguimos entre elementos esenciales y no esenciales en cada una de las causas de justificación.
Es preciso que concurran los esenciales de la correspondiente causa, pero si faltase alguno de los
no esenciales nos encontraríamos ante la eximente incompleta.

Ahora bien, sin que concurran los esenciales no tendríamos ni siquiera eximente incompleta.

El tratamiento que se da a la eximente incompleta es el de la atenuante especial prevista en el art.


21.1 CP: "Las causas expresadas en el artículo anterior, cuando no concurrieren todos los requisitos
necesarios para eximir la responsabilidad en sus respectivos casos".

La pena se regirá por lo establecido en el art. 68 CP: "En los casos previstos en la circunstancia
primera del art. 21, los jueces o tribunales impondrán la pena inferior en uno o dos grados a la
señalada por la ley, atendidos en número y la entidad de los requisitos que falten o concurran...

Causas eximentes de la responsabilidad penal


5.1 Causas de justificación:
Son aquellas causas que excluyen la antijuricidad de una conducta, que puede
subsumirse en un tipo legal; esto es aquellos actos u omisiones que revisten aspecto
de delito, pero en los que falta sin embargo el carácter de ser antijurídicos y de
contrarios al derecho, que es el elemento más importante del crimen; ejemplo el
estado de necesidad. También cuando el hecho se ha cometido por una orden de la
ley, o un mandato de autoridad legítima, la necesidad actual de la legítima defensa.
Las causas de justificación han sido clasificadas en generales y especiales, según que
se apliquen a todas o a un gran número de infracciones o a algunas solamente. Han
sido llamadas causas generales de justificación la legítima defensa y casos
asimilados, y la orden de la ley y el mandato de la autoridad legítima.
Se ha llamado causas especiales de justificación, por ejemplo, entre otras, éstas: 1ro.)
El caso que una persona sustraiga una cosa fraudulentamente, ignorando que le
pertenezca; 2do. El caso en que una persona incendie una casa propia sin causar con
ello daños a terceros; y 3ro. Cuando se cometa uno de esos delitos en los cuales la
autorización de la víctima le quita el carácter delictuoso, como la violación de
propiedad, el robo, etc. Acerca de ésta más bien lo que existe es una ausencia del
delito, por la falta de uno de los elementos constitutivos.

5.2 Legitima defensa:


El profesor Luis Jiménez de Asúa, nos define la legítima defensa como sigue: “Es la
repulsa de la agresión antijurídica, actual o inminente, por el atacado o tercera
persona, contra el agresor. Sin traspasar la necesidad de la defensa y dentro de la
racionalidad proporcional de los medios”. El artículo 328 del Código Penal expresa
que: “No hay crimen ni delito, cuando el homicidio, las heridas y los golpes se infieran
por la necesidad actual de la legítima defensa de sí mismo o de otro.” Opina Garraud,
que quien se defiende concurre a la conservación de un Derecho, realizando así los
mismos fines que se persiguen con la norma que prohíbe las agresiones contra el
derecho; que quien actúa con tal fin, no realiza un acto ilícito, sino jurídico, el cual, por
no ser contraído al derecho, no es ni puede ser punible. Por su parte, el artículo 329
del Código Penal Dominicano, expresa que se reputa necesidad actual de legítima
defensa, los siguientes casos:
1ro.) Cuando se comete homicidio o se infieren heridas, o se den golpes
rechazando de noche el escalamiento o rompimiento de casas, paredes o cercas, o la
fractura de puertas o entradas de lugares habitados, sus viviendas o dependencias;
2do.) Cuando el hecho se ejecuta en defensa de la agresión de los autores del
robo o pillaje cometidos con violencia.
Límites de la defensa: Existe una gran diferencia entre el derecho de defender los
bienes jurídicos amenazados y los límites de ese derecho. Una persona, aunque tenga
el derecho de defenderse, aunque se encuentren reunidas todas las condiciones de la
defensa ilícita, debe limitarse a emplear, sin exceso los medios necesarios para ello.
Condiciones necesarias para que exista defensa legítima:
1- Una agresión.
2- Una agresión actual o inminente.
3- Que se ejecute una acción delictuosa defendiéndose a si mismo o a otro.
4- Que la defensa no traspase los límites de la necesidad, es decir, que se la
mantenga dentro de lo racional la proporcionalidad de los medios.

5.3 El Estado de necesidad: Existe estado de necesidad cuando una persona, a


causa de un suceso natural o humano, se ve forzada a realizar un acto delictuoso para
salvar su vida, su integridad corporal, su libertad, su honor, sus bienes o los de otros,
de un mal imprevisto, presente, inminente, y de otro modo inevitable. Ejemplo: Una
persona no tiene que comer para sí ni para su familia, no encuentra trabajo ni quien le
suministre alimentos, y roba pan en un establecimiento y lo lleva a su familia. Es
criterio del Profesor Leoncio Ramos, que el estado de necesidad no es una causa de
no culpabilidad, porque, actuando el agente como lo hizo, se encuentran reunidas
todas las condiciones subjetivas para que haya infracción, y sólo falta, el elemento
injusto; pues en toda ley de carácter penal existe el precepto, y tras éste, la norma que
tiene como finalidad mantener la convivencia social, la paz y el estado de cultura
protegiendo los derechos que así quedan convertidos en bienes jurídicos.

5.4 Obrar en cumplimiento de un deber o en ejercicio legitimo de derecho, oficio


o cargo: Previo a derogarse con la ley 24/97, de enero del 1997, que modificó el
Código Penal Dominicano, este texto, en su artículo 327 disponía que: “El homicidio,
los golpes y las heridas, no se reputan ni consideran crimen ni delito, cuando han sido
ordenadas por la ley o por la autoridad legítima”. Señalaba el citado artículo que
quedaban justificado, todos los casos en los cuales se cometan atentados a los bienes
jurídicos por orden de la ley y al mandato de la autoridad.
.5 Teoría del error y la buena fe:
Es cuando el agente ha cometido el hecho que se le imputa, pero alega que ha
estado de buena fe, porque su acción ha sido causada por ignorancia o por
error. Desde Platón se ha venido distinguiendo entre la ignorancia y el error. En
cuanto a la primera, se ha dicho que es la cúspide del error en más que en ella
hay una falta absoluta de representación, y que consiste en una completa
ausencia de toda noción sobre un objeto determinado; mientras que el error no
supone una falta absoluta de conocimiento, pues lo que hay es un
conocimiento falso. Todo esto, que bien puede tener alguna importancia desde
el punto de vista psicológico, carece de ella en lo que al derecho penal positivo
se refiere. Nuestra legislación no ha distinguido una y otra cuestión, y más bien
puede decirse que las ha confundid, pues si alguna vez se refiere a ellas, sólo
menciona el error, como comprendiéndolos a ambos. Para Von Liszt no tiene
ninguna importancia para el valor jurídico del error, que la repulsa errónea de la
presunción de que el acto está previsto por la ley, descanse sobre una
apreciación inexacta del hecho, o sobre una concepción errónea de las reglas
jurídicas aplicables al mismo.
4.6 Clases de error:
 Error de hecho: Según Savigni, se refiere a los hechos jurídicos, a las
condiciones exigidas en el hecho para la aplicación de una regla jurídica. si el
agente alega la existencia de un error de hecho, está afirmando que no ha
existido de su parte intención criminal, ni culpa alguna; que no es culpable,
puesto que le faltó el conocimiento exacto de la realidad. Se dice que un error
es sustancial cuando recae sobre los elementos constitutivos de la infracción,
como por ejemplo aquél que ha robado algo propio, creyendo que era ajeno.
 Error de derecho: Recae sobre una regla de derecho; esta clase de
error se nos puede presentar bajos dos formas: El referente a la existencia de
la ley, y en que tiene relación con la interpretación que se le dé a la misma. Sin
embargo, el autor no podría alegar desconocimiento de la existencia de una
ley, pues esta se reputa conocida tan pronto como es publicada y transcurre el
plazo establecido para su exigibilidad.
 Error Invencible y error vencible: Es invencible cuando no deriva de
culpa, de tal modo que, aún con el concurso de la debida diligencia, no hubiera
podido evitarse. Por el contrario es vencible cuando tiene como causa la
omisión de aquella diligencia. En tal sentido, si el error es invencible, no hay
delito doloso, el caso se reduce a un mero accidente.
4.7 Consecuencias jurídicas:
1. El error excluye la culpabilidad del agente cuando es:
 Esencial: En orden a los elementos constitutivos del tipo o de las
agravaciones y en referencia a la decisión del autor, pudiendo recaer:
 Sobre el núcleo de los injusto tipificado, como cuando se trata de purgar
a un sujeto y se le mata por confundir la sustancia laxante con un veneno (error
de hecho), o cuando se lleva un arma sin autorización en aquellos países
como España, en que la tenencia de armas es un delito, por ignorar
invenciblemente que la ley ha configurado típicamente esa forma de lo injusto
(error de derecho).
 Sobre la referencia al objeto, como cuando se ignora que la cosa es
ajena en el hurto (error de hecho) o que hay que declarar el tesoro encontrado,
que es res nullíus (error de derecho).
 Sobre la referencia al sujeto pasivo, como cuando se yace en una riña
menor de doce años creyendo que tiene mucho mas.
 Sobre las agravantes calificativas, como cuando se da muerte al padre,
desconociendo que lo es.
 Sobre la existencia de causas que excluyen la pena, ya se suponga
erróneamente que concurren en el hecho de los elementos de una justificación,
como en la defensa putativa y en el estado de necesidad putativo (error de
hecho); bien se crea que le ampara al sujeto una inexistente causa de
justificación, como en el caso del fraile mendicante que pide limosna en un país
en que está prohibida la mendicidad, sin que la orden a que pertenezca haya
sido aún legalmente admitida en los confines del territorio (error de derecho).
 Sobre legitimidad de lo mandado, cuando hay dependencia jerárquica
entre el que obedece y el que manda.
 Racionalmente invencible, es decir, que no hayan podido ser
conocidas las características de los hechos o la injusticia de la acción, atendida
la relatividad de las circunstancias.
2. El error excluye la culpabilidad sin distinguir:
 Si el error es de hecho o de derecho.
 Si el llamado error de derecho recae en una ley penal o en una ley extra
penal (civil, comercial etc) vinculada al contenido de aquella, porque la
naturaleza garantizadora del derecho penal hace que sus conceptos jurídicos
provengan de otras ramas.
3. El error esencial excluye el dolo, pero deja subsistente la culpa, cuando es
vencible o evitable.
4. El error no produce efecto alguno en la culpabilidad, cuando es:
 Accidental, como en el caso de que afecte a la variación del curso de la
cadena de antecedentes y causas, pero sin ser esencial el cambio para la
producción de resultados;
 Relativo a las condiciones objetivas de penalidad;
 In objeto:, como cuando Ticio quiere matar a Marcos, su enemigo y en
las sobras de la noche le confunde con un vago parecido, con César, a quien
no conoce, y lo mata.
5.- El error en la idoneidad de los medios o del objeto da nacimiento al delito
inidóneo o imposible.
6.- No produce en cambio, efectos punibles el delito putativo, es decir, no se
responsabiliza, a título de dolo ni de culpa, al autor de una conducta imaginaria
o fantásticamente delictiva, llamado error al revés

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos102/resumen-derecho-penal-
dominicano/resumen-derecho-penal-dominicano.shtml#ixzz5982ZGO8V

Tema 8.
Componentes del tipo. Imputabilidad, culpabilidad y causas que las
excluyen. Anomalía o alteración psíquica. La demencia. La menor edad.
Fuerza irresistible. La punibilidad. Las excusas absolutorias. Las
condiciones objetivas de punibilidad. El delito de omisión. Clasificación.
Imputabilidad, culpabilidad y causas que la excluyen
Imputabilidad: Conjunto de condiciones necesarias para que el
hecho punible pueda ser atribuido a quien voluntariamente lo
ejecutó, como a su causa eficiente y libre. Se ha establecido entre
el agente y el acto una relación material de causalidad. Imputar un
hecho a alguien, es afirmar que lo ha realizado, que se ha
establecido entre el agente y el acto, una relación material de
causalidad. Establecida la prueba de los hechos, el juez no puede
sino afirmar o negar esta relación, pues la imputabilidad no es
susceptible de grados: el agente ha cometido o no el acto.
Culpabilidad: Es una consecuencia directa e inmediata de la
imputabilidad. Es la consecuencia de una actividad voluntaria del
agente. Si la voluntad ha sido dirigida a la comisión del hecho
delictuoso, se dice que ha habido intención, si por el contrario la
voluntad no ha sido dirigida a la comisión del acto delictuoso, pero
se ha producido este, se dice que ha sido causada por negligencia,
imprudencia, ligereza o por una violación de los reglamentos. Se
determina la culpabilidad cuando se le prueba al agente que el acto
que cometió lo hizo de manera voluntaria, libre y consciente, que
existe entre él y el acto una relación psicológica, que conociendo la
inmoralidad y lo antijurídico del acto, lo haya realizando libremente.
La culpabilidad constituye el conjunto de condiciones que
determinan que el autor de una acción típica, antijurídica y atribuible
sea criminalmente responsable de la misma.
Causas de la excluyen: Son las llamadas causas
de inimputabilidad: La falta de desarrollo y salud de la mente, así
como los trastornos pasajeros de las facultades mentales que
privan o perturban en el sujeto la facultad de conocer el deber; es
decir aquellas causas en las que, si bien el hecho es típico y
antijurídico, no se encuentra el agente en condiciones de que se le
pueda atribuir el acto que perpetró. Estas son:
 La demencia o enajenación mental
 La embriaguez, alcoholismo e intoxicación plena
 Las alteraciones en la percepción
 La minoridad
 El miedo insuperable
6.1 Demencia o enajenación mental: La palabra demencia
significa, ausencia de razón, inconsciencia, incapacidad de parte de
una persona de dirigir sus actos y de prever las consecuencias de
los mismos. El artículo 64 del Código Penal, establece que:
"Cuando al momento de cometer la acción el inculpado estuviese en
estado de demencia, ó cuando se hubiese visto violentado a ello por
una fuerza a la cual no hubiese podido resistir, no hay crimen ni
delito".
La demencia anterior al delito: dicha situación no tiene influencia
jurídica alguna, pues solo la enajenación mental existente en el
momento de cometerse la acción es válida. Sin embargo cuando
existe una sentencia que pronuncia la interdicción de hecho acerca
de la insanidad mental, muy apreciable sobre todo, cuando el
representante del ministerio público debe probar que el inculpado
en el momento de la acción gozaba de una completa salud mental.
La demencia en el momento de cometer la acción: Para que la
demencia sea una causa de no culpabilidad, es necesario que
exista "en el momento de cometer la acción, y que por consiguiente,
si ello ha ocurrido antes o después del hecho, hay crimen, delito o
controversia. Si el Tribunal apoderado del conocimiento de un
asunto de carácter penal declara comprobado que el agente estaba
en estado de demencia en el momento de la acción, está en la
obligación de descargarle de toda responsabilidad penal. No puede
tampoco pronunciarse contra él condenación alguna de carácter
civil, porque en un demente no es posible aprecia la existencia de la
más ligera falta, tampoco se pondrá pronunciar condenación al
pago de las costas procésales.
Demencia acaecida después de cometer la acción: en este caso,
se estima que si hay instrucción previa, debe suspenderse la
persecución hasta tanto cure el imputado, pero ello así solamente
en lo que al él se refiere, pues otras personas pueden ser
interrogadas, y recogidas todas en las pruebas encontradas. Pero
no se puede calificar el proceso sin apoderar a la jurisdicción de
juicio. Si lo que a demencia se refiere, se ha encontrado que existe
una gradación casi infinita de individuos que ni son raros, ni son
locos, sino que tienen de una cosa y de la otra, y que existen los
que se ha llamado semi-locos, quienes, desde el punto de vista de
la responsabilidad han sido considerados semirresponsables.
6.2 Embriaguez, alcoholismo e intoxicación plena:
Con relación a la responsabilidad penal del ebrio, nuestro Código
Penal ni ley alguna especial contienen disposiciones especiales,
mediante las cuales se reglamente este asunto o se den pautas a
los jueces. Es por eso que ha tocado a la doctrina y a
la jurisprudencia el hacerlo, de acuerdo con los principios y al
fundamento moral de la responsabilidad. Para establecer la
responsabilidad penal del ebrio, la doctrina ha realizado una
clasificación del tipo de ebrios, a saber:
 Embriaguez crónica habitual: Es cuando el agente se ha
convertido en un alcohólico y sufre delirios, frenesí etc, por lo cual,
debido a la intoxicación que le afecta de modo permanente, es un
verdadero enajenado, y si en ese estado ha cometido una
infracción, debe ser descargado en virtud del Art.64 del Código
Penal, por causa de demencia. Queremos añadir aquí,
un concepto muy nuestro, partiendo del hecho de que el estado de
embriaguez, que acabamos de ver, no se encuentra en nuestro
ordenamiento penal, como un tipo de demencia, o como una causa
de eximente de responsabilidad, queda al libre albedrío de los
jueces acogerlo o no como tal, aún cuando no negamos la
posibilidad de esta tesis como medio de defensa.
 Embriaguez accidental: Es aquella que le ocurre a un sujeto
que ha ingerido cualquier clase de bebida sin conocer los efectos
del alcohol; que no ha querido embriagarse ni ha podido prever las
consecuencias de su acción. Para determinar su culpabilidad hay
que hay que investigar la existencia de toda responsabilidad; si esta
es plena, hay que negar la existencia de toda responsabilidad; si es
parcial debe ser rebajada en proporción al grado de ella e
imponerse una pena atenuada; repetimos aquí, lo que
expresáramos anteriormente, no se le impone al juez.
 Embriaguez voluntaria: Es cuando el agente conociendo los
efectos del alcohol y sin intención criminal ha querido embriagarse y
lo ha conseguido plena o parcialmente. Si en ese estado ha
cometido alguna infracción, hay que distinguir entre sí es plena su
embriaguez o no y si se trata de una infracción en la cual entra o no
la intención como elemento constitutivo. Si la infracción es
intencional, y la embriaguez plena, como por ejemplo si se trata de
una injuria o de una falsedad, no habrá infracción por falta de
elemento moral. Si es de aquellas infracciones como el homicidio o
el incendio involuntarios, en las cuales a falta de intención, una falta
o culpa bastan como elemento moral, la embriaguez en tales
circunstancias, es una falta imputable, que justifica la condenación.
Si se trata de infracciones no intencionales, como una
contravención o un delito contravencional, el juez puede declarar
que hay culpabilidad. Si la embriaguez no es plena no excluye la
culpabilidad, pero sí puede justificar la aplicación de circunstancias
atenuantes según los casos.
 Embriaguez intencional o premeditada: Ocurre cuando
un individuo tiene la resolución de cometer una infracción, pero no
se siente con el suficiente coraje para realizarla, y por ello busca en
la ingestión de alcohol la decisión y el arrojo que le hacen falta. Sí
este individuo ejecuta luego el hecho, un homicidio, por ejemplo, sin
que su embriaguez sea plena, la culpabilidad existe y bien puede
constituir ese hecho una agravación judicial en el ánimo del juez.
Cuando por el contrario la embriaguez es plena, la culpabilidad
existe puesto que la intención coexistió con la ejecución.
6.3 Alteraciones en la percepción:
La experiencia diaria demuestra y la ciencia ha confirmado, que aún
la ingestión de pequeñas cantidades de alcohol en ciertos casos, es
suficiente para producir una alteración de
las funciones intelectuales, una paralización del impulso volitivo,
una excitación de las vías motoras, así como manifestarse sus
efectos como también por una excitación o
una depreciación anímica. También se sabe que estos efectos se
producen de distintos modos, según las personas, la clase de
bebida y aún los países.
6.4 Minoridad:
Siempre se ha reconocido que la edad, en sus términos extremos,
la infancia y la vejez, ejerce y debe ejercer una influencia digna de
ser tenida en cuenta desde el punto de vista de la responsabilidad
penal, pues la experiencia común en todos los hombres es,
conforme a las bases en que en nuestro Código Penal reposa la
responsabilidad, que hasta que no se ha alcanzado cierta edad no
se posee la madurez física y mental suficiente para obrar, con
voluntad, conciencia y libertad.
Cuando un niño o un adolescente comete una infracción esta no
puede ser apreciada del mismo modo que la realizada por un
adulto, de ahí que la legislación haya enfocado el problema tanto
desde el punto de vista jurídico como social. En el año 1994, fue
promulgada y publicada la ley 14/94, sobre Código de Protección
de Niños, Niñas y Adolescentes, que derogó la ley 603 y por el cual
se estableció penas y procedimientos especiales para los menores
infractores, siendo el Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes la
jurisdicción especial encargada de los mismos.
6.5 Miedo insuperable.
Es un eximente de la responsabilidad. Comprende a quienes obran
impulsados por el temor de que otra manera de actuar podría
ocasionarles algún riesgo grave. Y si bien el miedo insuperable
obedece a motivaciones subjetivas, generalmente se considera que
la excusa juega sólo cuando el miedo se encuentra apoyado en
circunstancias externas con suficiente poder intimidante.
6.6 Punibilidad:
En la teoría tradicional del delito constituye el último elemento de
aquél y debe entenderse como la amenaza de pena que todo delito
lleva consigo. Situación en que se encuentra quien, por haber
cometido una infracción delictiva, se hace acreedor de una sanción.
Sin embargo hay circunstancias en que, aun existiendo la infracción
penal y su autor, este no puede ser castigado por razones
previamente determinadas por el legislado (excusas absolutorias).

6.7 Excusas legales absolutorias o definitivas:


Son las causas de exención de la responsabilidad penal legalmente
establecidas por estrictas razones política criminal. La excusa es
una circunstancia accidental que se une a los elementos constitutivo
generales y especiales de la infracción, y tiene como efecto, ya sea
atenuar la pena, ya impedir que esta sea impuesta al prevenido. El
Juez no tiene poder para crear las excusas, pues estos están
determinadas en la ley y debe, en su sentencia, comprobar la
existencia de las condiciones necesarias para la existencia
constituir la excusa.
Las excusas absolutorias tienen por efecto, sino declarar que el
hecho no ha sido cometido, ni que su autor no es culpable, sino,
que, a pesar de ello, no le debe ser impuesta la pena determinada
por la ley.
Las excusas absolutorias especiales son muy numerosas y entre
ellas vamos a citar: Las que están fundadas en un servicio prestado
a la sociedad, como las establecidas e los artículos 100, 109, 138,
144, y 213 del Código Penal, relativamente a delitos que tienden a
turbar la paz interna del Estado.
La contenida en el artículo 248 del C. P., por el cual, los
ascendientes o descendientes, los cónyuges, aún en estado de
separación personal o de bienes, los hermanos o hermanas de los
delincuentes ocultos, y sus afines en los mismo grados, que
ocultaren o hicieren ocultar a los reos de delitos cuya pena sea
aflictiva.
Las sustracciones cometidas entre cónyuges y las que se efectúan
por los viudos, respecto de las cosas que pertenecieron al cónyuge
difunto, ni entre ascendientes y descendientes, en virtud de lo
dispuesto por el artículo 380 del C. P.
6.8 Excusas legales resolutorias o atenuantes:
Son aquellas excusas, que de probarse la circunstancia señalada,
atenúan o mitigan la pena a imponer al procesado.
En materia de homicidios existe una excusa legal atenuante,
conocida como la excusa legal de la provocación, contenida en el
artículo 321 del C. P. El cual expresa que: "El homicidio, las heridas
y los golpes son excusables, si de parte del ofendido ha precedido
inmediatamente provocación, amenazas o violencias graves." No
existiendo en nuestra legislación una definición de legislación,
quedando a la apreciación de los jueces la valoración de este
hecho, aún cuando al acogerle, deberán en sus sentencias
establecer cuáles han sido tales provocaciones, amenazas o
violencias graves.
El papel del Juez que constata un hecho de excusa es determinar
primero la pena que deberá ser aplicable al caso, haciendo
abstracción de las excusas y sobre esta pena determinar la pena
aplicable por la excusa legal conforme a la escala establecida en el
artículo 326 del Código Penal.
Para la provocación: si se trata de un crimen que amerita pena de 3
años, la pena será la prisión correccional de 6 meses a dos años. Si
se trata de cualquier otro crimen, la pena será la prisión de 3 meses
a un año.
El artículo 323 admite una excepción a la excusa de la provocación
al declarar que parricidio nunca es excusable.
6.9 La imprudencia o negligencia como causas de atenuación:
La imprudencia consiste en la falta de prudencia, de cautela o
precaución. Es un delito culposo. Es cuando la acción u omisión del
agente tiene como resultado un hecho delictuoso o dañoso, el cual
está desprovisto de intención, pero como tal hecho, por sus
resultados o gravedad causa un daño, el legislador castiga a quien
lo comete, por el hecho de existir una falta; como consecuencia de
negligencia, imprudencia, ligereza, violación de reglamentos o
torpeza. Pero si no existe la más ligera falta, esto es, la culpa, se
trata de un accidente, y el descargo se impone.
Elementos:
1.- Voluntad en el acto inicial.
2.- Falta de previsión del efecto del acto.
3.- Posibilidad de preverlo.
El agente ha causado un daño social, y estas son las razones por
las cuales su delito, aunque no intencional, es reprimible.
Incriminación de la imprudencia en el Código Penal
Dominicano:
El artículo 319 del Código Penal dispone: "El que por torpeza,
imprudencia, inadvertencia o inobservancia de los reglamentos,
cometa homicidio involuntario, o sea, causa involuntaria de él, será
castigado con prisión correccional de tres meses a dos años, y
multa de veinticinco a cien pesos.
El artículo 320 del Código Penal: Sí la imprudencia o la falta de
precaución no han causado sino golpes o heridas, la prisión será de
seis días a dos meses, y la multa de diez a cincuenta pesos, o una
de estas dos penas solamente.
Cuando en el caso previsto en el Art. 320 C. P., las heridas o los
golpes involuntarios sólo ocasionen una enfermedad o incapacidad
para el trabajo que duren menos de diez días, o no ocasionen
ninguna enfermedad o incapacidad, las penas. Que en dicho
artículo se pronuncian se reducirán a la mitad y serán aplicadas por
los Jueces de Paz.
El artículo 458 del Código Penal: "El incendio causado en
propiedad ajena, por negligencia o imprudencia se castigará con
multa de veinte a cien pesos. Se reputa causado por imprudencia o
negligencia: 1.- el incendio de chimeneas, casas, ingenios o
fraguas, cuando resulta por vetustez de las oficinas o por falta de
reparación o limpieza; 2.- el de selvas, pastos, sabanas, siembras,
montes, cosechas y otras materias combustibles, amontonadas o
depositadas en casas, trojes o cualquier otro edificio, cuando resulta
a consecuencia de hogueras encendidas o quemas en los campos
a menos de cien varas de distancia; 3.- el de los casos enumerados
en los párrafos que preceden, cuando resulte por haber llevado
velas encendidas o candelas y haberlas dejado sin las precauciones
necesarias en los lugares susceptibles de incendio.
6.10 Condiciones objetivas de la punibilidad: Son ciertas
circunstancias exigidas por la ley penal para la imposición de la
pena, que no pertenecen al tipo del delito, que no condicionan la
antijuricidad y que no tienen carácter de culpabilidad. Son aquellas
circunstancias exteriores que nada tienen que ver con la acción
delictiva, pero a cuya presencia se condiciona la aplicabilidad de la
sanción.
6.11 La actio libera in causa: Se presentan cuando se produce un
resultado contrario al derecho, por un acto o una omisión en estado
de inimputabilidad (como por ejemplo la ebriedad). No aplicándose
estas cuando el sujeto busca tal estado de inimputabilidad con el
propósito de cometerla; esto es de manera voluntaria o
culposamente. Ej. El agente que cae en alcoholismo agudo de
manera voluntaria, con la intención de cometer la acción. Es
en atención a esto último que autores como Von Liszt indican que
es decisivo en la imputabilidad el momento en que ha tenido lugar la
manifestación de la voluntad, siendo indiferente el estado mental del
sujeto en el instante en que se produce el resultado.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos102/resumen-
derecho-penal-dominicano/resumen-derecho-penal-
dominicano2.shtml#ixzz598K5Zjwp
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derecho-penal-dominicano/resumen-derecho-penal-
dominicano2.shtml#ixzz598JpczIg

El delito de omisión
La omisión, en derecho, es una conducta que consiste en la abstención de una actuación
que constituye un deber legal.1 Cumpliéndose los requisitos legales, la omisión puede
constituir un delito, cuasidelito o una falta.

Índice
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 1Clases de omisión
o 1.1Omisión propia o propiamente dicha
o 1.2Omisión impropia o comisión por omisión
 2Véase también
 3Referencias
 4Bibliografía

Clases de omisión[editar]
En derecho penal es posible distinguir entre omisión propiamente dicha y comisión por
omisión.

Omisión propia o propiamente dicha[editar]


Así como la acción es un obrar positivo, un hacer, la omisión, en cambio, consiste en un no
hacer, en un no actuar, en un abstenerse. El corolario del delito de omisión suele consistir
en el mantenimiento de un estado de cosas, siendo la norma violada una norma preceptiva
que ordena un hacer o actuar positivo.2 En el fondo se trata de la omisión de auxilio u
omisión del deber de socorro: es abstenerse a prestar ayuda a quien se encuentra en una
situación de peligro grave y manifiesto.3
La doctrina subraya que la omisión se refiere a deberes legales de actuar y no a deberes
puramente morales. También pone de relieve la doctrina que los delitos de omisión
son delitos imprudentes en los que la inacción o abstención no se produce por una
directa determinación volitiva, sino por falta de diligencia debida.2
Omisión impropia o comisión por omisión[editar]
También consiste -como la omisión propia- en un no hacer, pero esta conducta omitida
produce un cambio en el mundo exterior, esto es, produce una mutación de la realidad
objetiva. En este tipo comisivo se quebranta una ley prohibitiva mediante la infracción
de una ley preceptiva.2 Se ha dicho que el delito de omisión impropia es aquel que ha
sido creado al margen de la ley por la jurisprudencia y la doctrina, sobre la base de un
tipo establecido por la ley que solo se remite a la acción.4
El nuevo Código Penal español -siguiendo el modelo del Código alemán y portugués-,
en vez de acudir a la catalogación exhaustiva de los distintos tipos de comisión por
omisión, ha acudido a una tipificación genérica a través de una fórmula general, que es
del siguiente tenor:
«Los delitos o faltas que consistan en la producción de un resultado sólo se
entenderán cometidos por omisión, cuando la no evitación del mismo, al infringir un
especial deber jurídico del autor, equivalga, según el sentido del texto de la Ley, a
su causación. A tal efecto se equiparará la omisión a la acción: a) cuando exista una
específica obligación legal o contractual del actuar, b) cuando el omitente haya creado
una ocasión de riesgo para el bien jurídicamente protegido mediante una acción u
omisión precedente» (art. 11).2
Del texto del precepto se deduce que la comisión por omisión exige una serie de
requisitos: el primero de ellos es que para que pueda hablarse de comisión por
omisión es preciso que la no evitación del resultado equivalga a la causación del
mismo. Ha de haber, pues, una equivalencia material entre la abstención u omisión y la
causación. Y esta equivalencia lo ha de ser «en el sentido del texto de la Ley». De
manera que el verbo empleado por el legislador en la descripción del tipo lo mismo se
puede conjugar en el caso de la acción que de la omisión. Así, por utilizar un ejemplo
común, ante la falta de ayuda a un enfermo, que muere al no recibirla, habremos de
poder decir en el lenguaje ordinario que quien no le prestó la ayuda le mató (Tomás
Vives Antón). Aplicar la comisión por omisión más allá de lo que permite el texto de la
ley no está permitido.2
El segundo requisito es que se trate de un delito o falta que «consista» en la
producción de un resultado. Este requisito no sólo exige un resultado, sino que precisa
que el delito«consista» en él, lo que evidentemente restringe el ámbito de la comisión
por omisión. Pues no basta que se trate de determinadas conductas de las que deriva
un resultado.2
El tercer requisito es la concurrencia de un especial deber jurídico. No basta con la
existencia de un genérico deber. Ha de haber un especial deber jurídico que convierta
al autor en garante, esto es, que el Ordenamiento ponga a su cargo la subsistencia del
bien jurídico. Los apartados a) y b) del artículo 11 esclarecen cuáles son las fuentes de
ese deber especial de garantía, a saber: a) cuando exista una específica obligación legal
o contractual de actuar, y b) cuando el omitente haya creado una ocasión
de riesgo para el bien jurídicamente protegido mediante una acción u omisión
precedente.2
Del apartado a) resulta que es precisa una explícita concreción jurídica del deber, bien
en la ley, bien en un contrato. En las situaciones informales de riesgo -por faltar el
deber jurídico de tutela- no es posible hablar de comisión por omisión.2
Del apartado b) aparece como indispensable que el omitente haya creado una ocasión
de riesgo para el bien jurídicamente protegido. Ahora bien, esta creación de riesgo ¿ha
de ser fruto de una actuación antijurídica? o más aún ¿requiere ser dolosa? El precepto
no esclarece estas interrogantes, pero como de su literalidad no se desprende otra
cosa hay que pensar que la causación del riesgo puede ser fortuita o culpable, y en
este último caso puede ser dolosa o culposa. El precepto habrá de ponerse en relación
con el artículo 195 del Código Penal español que contempla la omisión de socorro, en
cuyo apartado 3 distingue según que la víctima lo fuere por accidente fortuito o si se
debió a imprudencia del que omitió el socorro, agravándose la pena en este último
caso.256

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