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Pablo J. Tamayo M. 3
INTRODUCCIÓN
3
Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria. Corpoica. Regional 4. C.I. La Selva. Apartado
Aéreo 100. Rionegro, Antioquia, Colombia.
ENFERMEDADES BIOTICAS
SECADERA
AGENTE CAUSAL: Nectria haematococca Berk. & Br. (= Fusarium solani (Mart.)
Sacc)
Es la enfermedad fungosa más limitante e importante del cultivo de la granadilla en
Colombia por su potencial destructivo, ya que eliminó 1200 hectáreas cultivadas en el
municipio de Urrao (Antioquia) en un lapso de cinco años. La secadera se encuentra
diseminada en los departamentos de Antioquia, Chocó, Valle del Cauca, Caldas,
Risaralda y Quindio. La secadera de la granadilla causa la muerte de plántulas en
almácigos y semilleros y pasa desapercibida porque las plantas se tardan hasta 45
días en manifestar los primeros síntomas de la enfermedad, lo que ocasiona que se
lleven plantas “aparentemente sanas” al campo de cultivo.
El hongo que causa la secadera es un habitante natural del suelo, donde puede
sobrevivir por mas de 10 años en materia orgánica o en residuos de vegetales
infectados. Aunque el hongo que causa la secadera puede atacar la granadilla por
aberturas naturales de la planta en la raíz, su acción es mas rápida y severa cuando se
causan heridas en las raíces durante las labores del cultivo o transplante. Los daños
causados en las raíces por herramientas durante las labores de desyerba de la
granadilla u otros cultivos intercalados, facilitan e incrementan la severidad de las
afecciones por secadera. Los daños por insectos y las labores de poda, al dejar
superficies expuestas a la acción del patógeno también favorecen la presencia de la
secadera en ramas localizadas en la parte aérea de la planta.
Una planta infectada por el hongo en condiciones de campo no siempre manifiesta los
síntomas progresivos de amarilleamiento, flacidez o marchitez foliar que caracterizan a
la enfermedad. Cuando la infección ocurre en la parte central de la raíz o del tallo, la
infección avanza sin que se observe ningún daño en la parte externa de la corteza o
leño. En estos casos la planta experimenta una marchitez o muerte súbita en pocos
días ya que el hongo asciende por el xilema y coloniza rápidamente los haces
vasculares hasta causar la muerte del tallo principal.
Otro tipo de infección se origina en una raíz lateral o a un lado de la base del tallo de la
planta y asciende lateralmente sin comprometer totalmente el tallo principal. Las
plantas con este tipo de daño permanecen mas tiempo en el campo y se tardan mas en
morir ya que el hongo coloniza solo una de las ramas de la planta. Cuando el hongo
invade totalmente el tallo de la rama lateral, se expresan los primeros síntomas de
marchitez. Las infecciones por Nectria haematococca no siempre se inician en las
raíces y tallo principal. En condiciones de campo también se observan infecciones en
las ramas, las cuales presentan los mismos síntomas de flacidez poco tiempo después
de que el hongo coloniza totalmente los tejidos afectados. En este tipo de infecciones,
llamadas por los agricultores como “Secadera Aérea”, el patógeno no compromete los
tejidos vasculares y avanza en cualquier rama desde la parte externa hacia el interior
causándoles la muerte.
Dado que la secadera se presenta desde los semilleros y almácigos, se debe reforzar
la estrategia de prevención y control en estas etapas del cultivo. No se recomienda la
compra de semilleros o almácigos de fincas o lugares donde se haya observado la
enfermedad. El agricultor debe realizar su semillero en la propia finca y conocer los
síntomas de la enfermedad en almácigo para evitar llevar plantas enfermas al campo.
Los semilleros y almácigos se deben establecer fuera del cultivo para evitar que las
plántulas se enfermen que van a sembrarse para el próximo cultivo se enfermen por
secadera. El hongo que causa la secadera es un habitante natural del suelo, por lo cual
su control debe ser preventivo mediante el tratamiento químico o físico del suelo que va
a ser usado en la preparación de los semilleros y los almácigos.
Las bolsas usadas para los almácigos no deben ser pequeñas, ya que se facilita que
las raíces entren en contacto con el suelo y puedan ser afectadas por patógenos del
suelo. Se recomienda utilizar para el almácigo la bolsa grande de 6 X 10 o 6 x 11
Pulgadas. El almácigo se debe establecer sobre tarimas. El suelo a usar en el almácigo
debe proceder preferiblemente de un lote no cultivado antes y debe desinfestarse con
calor o solarizacion. Como un buen control preventivo se recomienda la solarización
húmeda del suelo durante 30 días. La solarización se realiza en un lugar abierto donde
se garantice exposición solar constante. Consiste en colocar el suelo en eras de 10 a
20 cm de alto por 1 m de ancho, humedecerlo a capacidad de campo y cubrirlo con
plástico, sellando toda la era. En el almácigo transplantar oportunamente evitando la
salida de raicillas y el daño de la raíz principal. Al trasplante evitar heridas en las raíces.
Sí se detectan plántulas con síntomas de secadera en los semilleros o almácigos, éstas
se deben eliminar inmediatamente.
Una vez establecido el cultivo en el campo, se deben evitar las desyerbas en la zona
de plateo con azadón o machete, porque se realizan heridas que favorecen la entrada
de la enfermedad. Se recomienda la desyerba manual. El establecimiento de cultivos
temporales, asociados o intercalados durante el primer año del cultivo de la granadilla
no es recomendable. Las heridas que se causan a las raíces de la granadilla durante
las labores de siembra, aporque y desyerba al cultivo intercalado o asociado favorecen
la presencia de la secadera. En general, la secadera es favorecida por raíces pobres y
mal formadas, heridas en el cuello de la planta y la raíz.
Teniendo en cuenta que el hongo también entra por las heridas realizadas a las ramas
durante las labores de poda, se recomienda la realización de una aspersión con un
fungicida a base de Mancozeb (Manzate), en dosis de 3.0 g/l, después de terminada
dicha labor.
El principal daño que ocasiona este hongo es que limita el mercado de exportación,
pues sólo permite producir un 25% de este tipo de fruta.
Ataca el tallo principal, ramas, hojas y frutos. En tallos y ramas se observa una roña
color café claro preferiblemente sobre tejidos semileñosos, en cuyo centro se observan
puntos negros, correspondientes a las estructuras reproductivas del hongo. Ataca
frutos ya formados (de 40 a 50 días) y que inician su proceso de maduración. Ocasiona
lesiones algo hundidas, secas, de color café claro, forma redondeada, tamaño variable
entre 1 a 2 cm. Las lesiones se presentan en grupos o aisladas y frecuentemente se
observan siguiendo el movimiento del agua sobre el fruto.
Condiciones de poca luminosidad y alta humedad relativa dentro del cultivo favorecen
su severidad. La poda es la práctica cultural más importante, pues ayuda a disminuir la
humedad relativa dentro del cultivo, permitiendo una rápida evaporación del agua y un
mejor secado de follaje y fruto.
OJO DE POLLO
AGENTE CAUSAL: Phomopsis (Sacc.) Bubák
Los síntomas de ojo de pollo se presentan en las hojas, donde ocasiona lesiones
redondas con anillos concéntricos de color castaño en su centro rodeadas de un halo
clorótico. Los síntomas en botones florales son similares a los descritos en la hoja,
excepto en la formación del halo amarillo. Cuando el ojo de pollo ataca en almácigos
causa clorosis generalizada de las plántulas y caída prematura de hojas, si no se
toman medidas oportunas de control. Cuando se presentan ataques en frutos se forma
una verruga en el sitio de la lesión, la cual permanece hasta la madurez desmejorando
su apariencia.
Para disminuir los daños por ojo de pollo se debe evitar establecer los semilleros y
almácigos en zonas húmedas o en el interior de las plantaciones de granadilla. En
almácigos se recomienda la recolección de hojas afectadas y la aspersión de semanal
de un fungicida a base de Clorotalonil (Control 500), en dosis de 2.5 cc/l o de
Mancozeb (Manzate, Dithane M-45), en dosis de 3.0 g/l. Una sola aspersión de un
fungicida a base de Difenoconazol (Score 250), en dosis de 0.5 cc/l ha ofrecido
protección por dos a tres semanas.
Cuando afecta tallos la enfermedad se puede presentar en plantas que no han iniciado
producción (7-8 meses de edad), lo cual facilita su control cultural mediante la
erradicación de las partes afectadas. Cuando la enfermedad se presenta en cultivos de
12 o 13 meses de edad (Inicio de producción), las infecciones provienen de los botones
florales afectados. En botones, la enfermedad es muy severa y un inadecuado control
ocasiona pérdidas superiores al 50% de las flores y los frutos en formación. El inóculo
que no se logra controlar durante esta etapa del cultivo (floración) afecta las ramas
ocasionando marchitez en la planta por lo cual ha veces es confundida con la
secadera. En principio se observa una lesión ovalada de color pajizo café claro a lo
largo del tallo. Con el tiempo la lesión crece, cubre todo el tallo y avanza hacia la parte
superior e inferior del tallo, tomando una coloración violeta o marrón al borde de la
misma. A medida que la infección progresa, en la región donde se inició la infección se
delimitan anillos semicirculares de tonalidades café oscuro y el tallo se torna
quebradizo. La epidermis del tallo se desprende y quedan al descubierto los haces
vasculares semejando hilachas que se desprenden fácilmente del tallo. Por esta razón
los agricultores llaman a esta enfermedad "Mal de Hilachas". La región central del tallo
afectado toma una apariencia coloración café clara. Al abrir los tallos afectados, se
observa en su interior pequeños (4-8 mm x 2-3 mm) cuerpos negros de diferentes
tamaños y forma alargada llamados esclerocios.
El moho negro es una enfermedad que afecta los botones florales desde su formación.
El hongo ataca los pedúnculos que sostienen los botones donde ocasiona una lesión
de color café pálido que avanza al capuchón produciendo la caída del botón. Cuando
no se produce la caída del botón, la pudrición avanza comprometiendo la parte interna
del mismo. El hongo también se presenta en flores recién formadas, donde se observa
una masa afelpada de hilos (micelio) de color negro que corresponde a las estructuras
reproductivas del hongo que causa la enfermedad. Con el tiempo la infección progresa
y el hongo invade toda la parte interna de la flor produciendo una pudrición acuosa de
aspecto negruzco o ceniciento que. Si las condiciones de humedad relativa alta son
continuas, el hongo afecta el capullo y las estructuras reproductivas del hongo crecen
en la superficie del mismo dándole una apariencia de moho negro.
El moho negro es una enfermedad que afecta las flores y los frutos recién formados. El
hongo crece superficialmente desde el pedúnculo del fruto hacia la parte central del
mismo y lo cubre parcialmente. La región afectada toma una coloración verde pálida
debido al crecimiento y esporulación del hongo causante de la enfermedad. Los frutos
se arrugan y detienen su crecimiento.
MILDEO BLANCO
DAMPING-OFF, SANCOCHO
Los hongos que causan la muerte de plántulas conocida con el nombre de damping-off
o sancocho son habitantes naturales del suelo, por lo cual su control debe ser
preventivo. El tratamiento químico del suelo para el semillero o almácigo con productos
a base de Dazomet (Basamid), en dosis de 40.0 a 60.0 g/m2 previenen los ataques por
estos hongos. Cuando la enfermedad se presenta en semilleros después de la
emergencia, se recomienda eliminar las plántulas afectadas y la aplicación de un
producto a base de Propamocarb (Previcur), en dosis de 1.0 cc/l o de Carbendazim
(Derosal, Curacarb, Bavistin), en dosis de 0.5 cc/l dirigido a las calles entre los surcos
formados por las plántulas.
En poscosecha se han detectado afecciones por hongos tales como Botrytis cinerea,
Penicillium spp., Phomopsis spp., Pestalotia spp., Fusarium spp. y Rhizopus spp., sin embargo
su incidencia e importancia es reducida ya que tan sólo oscilan entre 0.2 y 1.3% de los
frutos almacenados por largos períodos de tiempo.
Una vez establecida la enfermedad en unas cuantas plantas, los pulgones (áfidos)
transmiten la enfermedad a plantas sanas. No se recomienda la aspersión de
insecticidas para el control de los vectores, porque generalmente los pulgones no
colonizan la granadilla y se mantienen en malezas y otros cultivos. También el virus se
puede transmitir por el uso de podadoras o machetes contaminados. En lugares donde
hay pocas plantas afectadas, el virus solo causa síntomas en las hojas, pero en zonas
donde la incidencia y la severidad son altas en los cultivos, se presentan todo tipo de
síntomas en los frutos, deteriorando la calidad de los mismos.
Las enfermedades virales no se controlan con productos químicos. En las zonas donde
no se ha detectado el virus, se debe prevenir la llegada de la enfermedad a la zona
productora. Si se observan plantas con síntomas de hoja morada, estas se deben
eliminar inmediatamente. En aquellos municipios donde ya esta la enfermedad es
prácticamente imposible de controlar. Cuando existen zonas con poca incidencia del
virus se puede disminuir o retardar el avance de la enfermedad, mediante la inmersión
de machetes y podadoras en una suspensión de agua jabonosa, para evitar la
diseminación rápida del virus. Para reducir la severidad de la enfermedad en frutos y
hojas, cada mes y medio (45 días) se recomienda aplicar 300 g/planta de una mezcla
de 75 g de Urea, 75 g de DAP y 150 g de Cloruro de Potasio.
Los nemátodos del género Meloidogyne sp. se observan con mucha frecuencia
afectando cultivos de granadilla en diferentes zonas de Colombia y en algunos casos
están frecuentemente asociados a plantas afectadas por secadera. Hasta el presente
no se conocen estudios que permitan conocer la magnitud de los daños y su
distribución. Los daños por nemátodos del nudo son poco frecuentes en semilleros y se
presentan ocasionalmente en almácigos.
Durante la etapa de almácigo las plantas afectadas por los nemátodos del nudo sufren
retraso en su desarrollo y los daños sólo se detectan al momento del trasplante a sitio
definitivo. Los nemátodos del nudo producen pequeñas protuberancias, agallas o nudos
en las raíces más pequeñas. En plantas adultas se observa retraso en el desarrollo y
poco crecimiento
El control del nemátodo del nudo debe ser preventivo en el semillero y almácigo. El
tratamiento químico del suelo con un producto a base de Dazomet (Basamid), en dosis
de 40.0 a 60.0 g/m2, previene los ataques por este nemátodo. La aplicación al suelo de
algunos aislamientos de los hongos antagónicos, Verticillium chlamydosporium,
Paecilomyces lilacinus, Metarhizium anisopliae y Beauveria bassiana han logrado
reducir las poblaciones de nemátodos del género Meloidogyne spp. Para evitar llevar
plántulas afectadas al campo, se recomienda la inspección o revisión previa de las
raíces y eliminación de las plántulas con síntomas de ataque por el nemátodo al
momento del trasplante.
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