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FERNANDO PÉREZ ÁLVAREZ (Ed.

1J
TEMAS ACTUALES
DE INVESTIGACIÓN
EN CIENCIAS PENALES
Coordinación:
LINA MARIOLA DíAZ CORTÉS

MEMORIAS
1 CONGRESO INTERNACIONAL
DE JÓVENES INVESTIGADORES
EN CIENCIAS PENALES
26, 27 y 28 de octubre de 2009
106 MAKJoNA LL01urr Al'<.iU

SU.VA SANCllEZ, J. ~V : ·El retomo <le la inocuiz¡¡dón. El l";IM> Je las real·donc.:s 1urídico-
pen:1les frente a los JelincucmL'S sexuales violentos•. En //CJ11w1111je al Dr. Mmt11u Btir-
llf!m StmltlS. /11 111e111uria111, vol. I. CuenG1, 1001, pp. 699-710
SIL\'A SAl"<:llF.Z, J. M.•: rlprnr:i111acfó11 al /Jen.>cbo Pc11t1/ cn111e111porcim•o. llarcclona José J\.I•
Uosch, 1991.
VAKUNA l\IAHnr-;ez, G.: ·Evolución jurispruclcncial en la intL'l'prt.1adón tic lo~ diversos ele-
mentos integr.mtes de los principales tipos dclic1irns aplic-.1dos respeclo del termris.
mo <le ETA•. En DE 1"' Ctlf:STA, J. L. y MllflAGORRI, l. «Jirs.): Aplicacici11 tic /ti 11ormt1tiva
tllllitermrista. lns1ituto Vasco <le Criminología, 1008, <hllp:. 'www 1v-.1c chu e:;/p178·
conlent/es/contenidos/informacion/ivckei_líbm_<>nlínc/cs_librolnonnativa.l1tml>.
7.11<0AU>fA Esl'INAR, J. M.: ·El principio de rulp:ibilid:1d en las reform:is penales-. En flu111e-
1tcljt! al pmfi•sur Dr. Go11zalo Rodrig1wz ,1/cmntflo. Pamplona: Civlt:is, 100s, pp 1.093.
1.107.
Ausencia de política criminal
en el derecho penal juvenil
ÜTROS MATERIAi.Ji.'>

Acuerdo por el que se solicit:i la Tmmitación por el l'rocc<limiento de ll'l!encia del Pro·
)'t.'l10 de Ley Orgánka de Medidas de l{eforma p:ir.1 el Cumplimiento fntegro y Efoc.
ti\·o de las Penas, de 7 de febrero <le 1003.
Diario tic StJSÍCJlll!S cid Co1111rt'SO ele los Dip111mlos, l'lcno y Diputa<.ión Pcrm:incntc, VII ORA. B. CRt!Z l\URQl EZ
Lcgisl:11ur.1, Scsi<in Plenaria n.º 131, 6 <le marzo de 2003, pp. 11.8s7-11 878, Doctom por lt1 l '11ii'C!rsidml di! Extrcmadura
/11fur111e cll! lt1 Fisculíu Gwwml cld F.sltulo t1/ ,l11/t'fJ1tJJ'l!C/o Út! fry Orgci11fct1 dt! metlúlus tic Profesora Ayudt111/e l11teri11<1 de la C:11iL'ersidac/ de Extrcmad11n1
rc/orma pam el cu111p//111ie1110 Íllll'gro y l!ji.'Cliw de /,is /lf!llllS.

Reu 1E.o;: La cvolul.ión del derecho pen.11 jtl\'cnil en nuestro país genera expcc·
tación y polémica 1:into para la opinión pública en gcm:ral, como en los ámbitos
de diswsión teórica planteados por los especiahsws en la materia. Scgummcnte
dio <;Ca así por la especial natur.1leia, penal y cduc.1liva, de este sistema, suma-
mente sensible a Jos desequilibrios que se puL-dan plantear y al mismo tiempo muy
difitil de 1r.1~mítir a una opinión púhlic-.1 iníluida por la imagen de la criminalid:id
que ofrecen los medios de comuniCtdón y deficitaria en lns11Umentos dc preven-
ción comunit:1ri:i. Desde esta perspectiva se analizan los aspectos más controvcni-
dos de las úhimas reformas rc:ilizadas en csta malcría, al ohjeto de iden1ilkar posi-
bles contradicciones y disfuncionalida<lcs que aconsejen la :idopcíón de c-Jmbios
en la tendencia polí1ico-criminul adoptada
PALABRAS CLAVE: l'oUtic:i criminal aplil·;ula, dclincucnC1a juvenil, modclo racional
legislJUVO, rcsponsah11ida<l penal <lel menor, medios de wmunica<.ión.

AlLmtACT: íhc cvolution oí ¡uvenilc criminal law in Spain gcncr.ites excitcmcm


.1nd l'Ontrovcrsy to thc general public, :in<l in the art:as of tht.'Ol't!lit':ll disu1ssion
raiscd by spccialislo; as well, Surcly th1s is so l>ecause the panicular naturc, both
criminal Jnd 1.-ducalional, of 1his systcm is highly scnsitive 10 any imbal:mn.-s 1hat
may :irise, and at the same time it lo; very diflicult 10 tr.1nsmit to a puhlic opinion
inílucnccc.I by the image of crime offert.'tl by the rnL-<lia, and with a dclkit 1n com·
munity-b:iscd prcvcntion tools. From 1his pcrspcc.:tlvc, lhe most controversia!
:i~pt.'CU of recent rcform~ in this arca .1rc di~w·;scd, in ordcr 10 identify poten1ial
108
A t >-;f.NI IA 111. l~ l!ITILA c:JI \ llNAL rs l't l>f.ffE!'ll<I 1•1.l'o,\ L jll\'f.Nll

comrnc.lil-tions and dysíunctions thal suggcst d1angcs in thc assumccl politkal-cri prinnp10 de c.ulpabilidad, prcsupueMo irrenunciable ue la responsabiliuad
111inal 1rcnd
penal; c) garaniizar modelos rncionales, pr.íclicos y clkaci:s de carJ a la pre·
. Km~'ORDs: Appllccl crimc policy, ju\'cnilc clclinc¡ucncy, r.1tional 1111.xlcl lcgisla-
uon, cnminal l1ahili1y of rninors, media. vención tle la criminalidad, sirviendo de puenle enlre la Cruninologia y el Dere·
cho penal; d) la comparJdon de los modelos punitivos nadonJlcs con las solu·
dones jurídico-penales arbitr.idas en el Derecho comparJdo, así como de la
l . )f'mloOUCCIÓN Historia del Derecho penal, a modo de fuenles de informac.ión y mOlor del cam·
bio h..-g.1'; e) anjfü;is de los modelos aplicados a la luz de las aport:iciones de Ja

e .
ON INDEPENDENCIA PI' LA NATI'RALfü'.3que se confiera a Ja ciencia político-
criminal', existe ciena unanimidad respec10 de su objeto de estudio, cen-
trndo en la m_e;ora y oplimización del derecho penal positivo vigentt!, al
ol~J~to de alc_anzar formulas legislativas más justas y cficaces1. De forma esquc-
filosofía del Derecho, al objeto de mantener la búsqueda de la Ju~ticia y la Efi-
cacia como pilares del sistema punitivo6 . A modo de resumen, es posible afir-
mar que la polílica l.riminal aplicada aliendc a las causas de la niminalidad, dis-
cute cómo deben ser redactados Jos tipos penales para corrc~pondcrse con la
malica, el mc1odo político-criminal opera en tres ámbitos diferentes, asíl: en la realidad del delito, analiza los efectos, directos e indirectos, de la inlervcnción
f~se dt! creación legislativa, orientando al legislador en c:l proceso de elabora- puniliva, cucs1ionando las implicaciones del C'Jr.Íctcr de 11/ll111t1 ratio de esta últi·
ción de la norma penal; en la fase de desarrollo dogmático, orientando las dife- ma, y comprueba si la configuT"Jción del derecho penal material es adecuada
rentes tendc~~ias interpretativas y el desarrollo de las categorías sistemáticas; y para ser aplkado en el proceso penal.
en_ I~ fase cr~lll.':1: de propuestas de lege fercnda como respuesla :1 1:1 labor dog- Un repaso a tan loables objetivos, sobre cuya base se configuran los princi-
mat1ca y legJSlauva realizada. pios rectores de la política criminal aplicada7, es suficiente para detectar su
Dentro de la amplia disciplina políiico-crimin:il se distinguen dos verticntes4: ausencia en el modelo de legislación actual, caraclerizado por la improvisación
r) La cilmcici poli1ico-crimi11t1l, que consisle c:m la exposición sistemátic:i de las y el oportunismo social y político8 • Entre los diversos factores que inlervienen
estrJte~ias sociales, tácticas y medios parJ la cnsen:mza de un control óptimo en esta lenclencia, destacan especi:ilmenu:?: r) la acumulación de funciones
del delno. Su desarrollo ·se produce en el marco de la 1·n1e•rprc...'" cron
· • d e 1 sistema
· sociales por parte de la ley penal significativamente tlistin1as :a las que le emn
legal, con rigu~:a fidelidad a lóls concepciones legislativ-.is sujetas :a análisis y U-Jdiciones, como la de asumir protagonL~mo en los conflic1os o dilemas valora·
plasmadas a lmv_es. del principio de legalidJd 2) La paiíllcci criminci/ t1plicada, tivos sociah.."S o la utilización del código penal con fine.~ meramente simbólicos;
que lleva a la practrca las conclusiones alcanzadas en la vertienle científica ocu- 1) la progresiva desconfianza de la opinión pública y de la sociedad en general

pá~dose así tle c~mo dirigir al derecho penal parJ que éste pueda cumpÍir del en los cuerpos expertos de la juslicia, que se ve acampanada por una intensa
me1or modo posible su larca de proteger bienes jurídicos!. La polí1ic:-J criminal implicación de la ciudadanía, fomentada desde los medios de comunic:ación, e n
aplicada p~rsigue entre sus objelivos: a) cstablec.·er los fundamentos configura- los cleba1cs sobre la configurJción de la mayoría de las leyes penales; 3) la insu-
dores del sistema del derecho penal, orientándolo hacia et modelo constitucio- ficiencia de la dogmática en la aplicación de la ley pem1l, que se ve entorpeci·
nal del Es1ado social y democr.í1ico de Derecho e inlensificando los criterios da por el refinamicn10 de los conceptos elaborados a 1al fin, 4) la falta de utili-
humanitarios en la úlnámka de la Justil'ia penal; b) el conlinuo desarrollo del zación durJnte la fa~ de creación e.Je las normas penales de crilerios referidos

6 Con 1~:is rdcn:ncias, 01.~:<r.o l..oZA!OU: 'limw 11, op. clt , p 77.
1
,¡.,
He/. lllo\Nco 1.oZAso, C.: 7intm/o l'olíllcn Crlml11al Ttmm 1: Ft111dt1memos cicmificos y mcto-
1 Asi: dic-Jci3 e ídoncn.l:td de los modelos punili\'Os; li111i1:1ción del 1us pumcndl estatal; pm·
1l0Mglcos de In /11cbt1 comm el cfc/llo. lbrcelona: nmch 2 ,,,,.. p 6
l •J • --,, p. J y SS . l•~dón de b1em:s jurídicos; suhsidíaric<la<l, íragmcntaricdad y tillima ratio del derecho penal: res pc·
H . Uur<eo loZANO: Tomo I, np. cit., p. 64.
lo ~ las exí¡¡enci:is conM itudonalc.~; cstricla ncce~i<l:11J de las s:inciones penales; propon:ionali<l.id de:
' Vid. Ltw~ l'E.'1A, D.·M.: Curso de Dc!rt'Cbo l\mt1/, ra11c ¡¡e111!rUI, l. Madrid: Univcrsil:is s L
1996, pp. 99-101. . ., las ~:inciones penales; pn:vcnción gcm:r.11 y es¡x.~ial ; lc11alid:id; culpabiliclad, humanl<.lad; u<lopd ón
4 de medidas c:xtr:1p..:nalcs coadyuvantes pal':! el tontrol de la criminalidad, Uv.Na1 Lou.No. /'rJ/itlcn
l'itl. l:unbicn: SIL\'A S~'<t'. llEZ,j. M.': Hdlexiones .o;ohre las ha~~ de: la l'olhic-J criminal. En: C!·Rf·
Crlmlua/. Tumo 11, op. el/ , p 78, si11ul..:ndo a ll.zóN l'FflA· Cttrs<1 tic D<!rt'Cho {l<Jna l , up ctr . p 98
1.0 MIR,~· (~'\J.! : El_ /lllt1'0 C11dlJlO r.mnl: pn:supw:stos yfi11ult11110:11111s. libro bon11mufe u/ l'f"l![CS-Or Doc· 1 Dltt HlrouJs, J L : L:i rJciooalidad k 11isla1iva pc:nul comcnidos e instrume ntos de conirol En:
t11r Á1111<1 Tono fopez, Gr:in:ub: Coman:s, 1999, pp. 111 •114.
1 DIEZ Hll'O!lls, J. L , et t1I • úr polftlcn l<'lJLf/allm p<!n11/ cm Occitle111e Una pcnp«llr'tl cu mpnmcfn.
lllANCO l.t>ZA:O.'O, C.: Tmtnd11 de Pblíllw Crlm/11<1/. 'lhmo ll· ú1 ¡xilitlw crlmi1111/ u'f'//Cllda n ·1 •
c..:lo na: llosch, 1007, p. 76. · •r Vak'llCia: TirJnl lo lllanch, 1oos, p . 174.
9 DIF.7. Rlro uJ-'>: lbcionJlidJd, op. cit , p 114.
111
Al'Sf.l'C:IA iiE 1'<1\Jna 1.111~uNAL F.!'I F.L 1>f.1u:c110 1•F.NAL Jl"VENIL
210

·~ . pl . l'or último en el nivel de mclcme1Ucle1d /i11giii.stica, se


tos dnert:ntes precc os. • .
a la r:u.ionaliclad de cs1as \1'1im:~~ -..ohrc la ha~c de los principios y nhjclivos polí-
debe garanu1..ar a 1ta b'l'daJ
· 1 11 comunicadonal de la norma penal, asegurando :;u
tico-criminales scñ:1lados, así como de los conténiuos suscep1ibles de ser aport:i-
dos por el conjun10 de las cicncias sociales, de forma que la intervención de 1alc~ precisión.
· de p1:111tear los· matices· esboz:idos de forma excesivamente sim-
criterios que<l.1 relegada JI momento de la aplicación del derecho positivo'º Aun a nesgo
nsecudón
·
de los fines de la
•.
pohuca
. .
criminal ap1•t·
plista c;1 be a fi rmar que la Co ._ .
Al objl.'tO de asegurar un;i in1cr:1cción cohcren1e entre l:t norma y los d;11os · ' d · l'd d n el proceso de creac1on nonnau-
l."':lda pasa por la exigencia e rJc1ona ' a t: . . .
que constituyen la realidad so<.i:tl - la r.icionalidad11- . se scnala b comprohación, va pues cabe entender que, al igual que sucede con los d1s11ntos nivc~es
por este orden, de las siguientes condiciones: la rJcionalidad ('tica, 1;1 tcleológi· • • stos no b;1sta conct!der preferencia, sobre la base de las razones soc10-
c;1, l:t pr.1gm:í1ica, la juñdiro íorm:il y la comunicativa o lingüística; siendo así ex~-~e as c~yunturJlcs, a uno u otro modelo político criminal, sino que su con-
que la eficiencia de la norma requiere tanto el respeto de tocias y cada una de po 1 ic: 1b · • · ntre dios cuyos
sccución requiere más bien asegurar un equi i no opumo e •
ellas, como su correcta intem:lación11• En el nivel de racionalidad élica'J se per-
cimientos d<."SCansan sobre los distintos nivek-s expuestos.
sigue la correspondencia de la nonna con el sistema de creencias, cultunl e his-
t6ric;1mcnte condkionado, qut: sustenta una determinada sociedad y que por lo
que se refiere a la norma penal, ~e fundamenta en criterios estructur.iles que 2 . Ast•ECTOS <..l 'ESTIONAllLES nE !.AS lltTI~(,\S REFORMAS l:.N MATioRIA OE OIORECllO Pi:NAL
establecen los principios de una intervención penal legítima -<0ncretnmente, los JlNENIL A V. LUZ n¡; UNA 1'0 1.lnCA CRIMINAL •RACIO:"!Al•
principios relativos a la protección, responsabilidad y :;unción penal-, y en el cri-
Sobre la base de las anteriores consideraciones, pasare a analizar los aspee·
lerio democrático, que:: legithna las decisiones contrownicfas en los '>iguil.>ntes
niveles de racionalidad Al nivel de rtrcimwlidad telt'Ológice1 pertenece el análi· tos más relevantes de las reformas oper.id:ts recientemente en el derec~o p~nal
sis de los concretos contenidos ¿ticos de car.ícter secundario, por adolecer de . · · toma·u·cos de desequilibrios que afectan. a . la r:icmrulltdad
1uvenil, en cuanto sm d
una aceptación unánime, así como de:: los diverM>S intereses particulares y sec· de un sistema cspecialmente complejo, dada su naturaleza bmana, penal Y t! U·
torialcs perseguidos por la norma pt:nal, lo que scr.í indkativo de la importJn· · . n~b· ndo afinnar sin negar la necesidad de fomentar la discrepancia Y
cauva. ..,... te • · d d d• ·
cia de lo protegido, la intensidad de la desobediencia en términos de relevancia variedad de posicionamit!ntos doctrinales, esenciales en una soc1~ _a cm~ra-
penal y i;us repercusiones negativas o sanción. En estrecha conexión con el tica librepensadora, que no todo es admisible en J;1 configur.ic1on de los 1~s­
anterior, en el nivd de racto1wlidtul pragmdticc1, los objctivos acordados en el t ~ntos punitivos. Sino que e~1os únicamente son justificables en la m~dtda
plano ccleológico deben ser ajust;idos a las posibilidades rc-.iles de intervención : que se sometan a crite::rios de eficacia y l."Oherencia con la rC".1lidad soc.ia.1 en
social por parte de la norma penal, 1:into por lo que se refiere a su d'icacia pre· ~a que:: intervienen, lo que excluye fundamentos rl.'tribucionistas, de vicio Y
ventiva, como a la aplic-.ición de la respuesta prevista para su incumplimiento, nuevo cuño'4 •
que a su vez debe repercutir indirectamente en dicha eficacia. En cuanto al nivel
de rc1cionalülc1d juriclicoformal, éste debe asegurar la coherencia del texto a) Rt'Collocimicnto ele/ ejercicio ele le1 "cusació11 pc1r1ic11lar
legal, tanto interna como respecto del Ordenamiento jurídico, y la corrección de
El régimen de intervención de tos acusadores paniculares constituía uno de:
los rasgos más característicos y novedosos del proceso penal de menores'\
.. U:una la .llf:ndún v1hrc c<lo.• fa<1nt\.~, O.r.r Rlrout:s Radun:11icl:J<l, op cfl, pp 17-f y s., 2118·
191 ~11t11iéndoh:, SA.~Jlt"Z L~7-\RO, F. G . ,-C.llmo •.: valor:i un reiclo norm:uivo? Sobre el cjt.-n1plo <lcl
n.·d<nlt: 1\n1cpn1y<'Clo de 4-y O'll'1nk:i por la que <;<: modifrc-.i la LO s 2000 rc¡¡ul:tdor:i de l:a rcs- t:lS n: avas y populisUs frcnle :il ddi-
:im:m l:t :tlcnu ón 3Ccn::t de u~ :iu¡¡<:. de l:is posll
. ºv~ftil } 'n:s
f.:spa-'-· un:i lcuisl:ación a la :tlru·
pons:ihilid:KI pc:n.il do: lo• menores Fn· Sol.A Nr. ue. I' , <'1 <1/ txn.or:bo pc!•uil y pslmln¡¡fa tlcl 111e11or
•• u.

. CAr<o PAN<». t.L l\.: jusuci:i pena JU ~· ~0 ,.... " •


Cir.in.1<b Coman.~. 1007, p. 6).
11
Se si¡¡ue :ti n.-.;pt.'Cto el .implío mnn-p10 de r.icion:ilid.i<l acui\3do por 01F.z RJrouis. Racion:i-
:· !"::!~.JÍl~a ,¡11 ()en.'cbu Penal y Crlm/110/o¡¡(a (RDl'Crlm), i..' époc-.t, 2oo6, 18, ll· 64, n.
lkb<l op. cfl, pp. 176 y .•., con inlerc.o;.~nh:s rcfcn.-nua.• a b obr:i de HAllFJUIAS IFakllzilllt 1111d Gel nol:i n.• .¡8. A 1 , Ca 'rulo LX. El proceso pen~I de menores (1). En:
11111g, .¡ Arl}/agc. Suhrk.~mp Verla¡¡, '?9~1 y AllFJ•iZA (C.(1111rib11c frl11 a 1111a l<'Clria dc la l<'flls/Clck!n Civi-
"
•1 OIA2. MA1111.oa2, M~y La AIDT·~~~M', O :·
V ,.,.QUEZ. Go.'IZAlll, e Yl>EllMNO """"''"· • •.
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"'malj11v1mll, ~. • t'Cltdóll. M:i<lri<l: Dykin·
l:ts, •?971. cn1rc ulm~. pp. 279 y ~ • p;l'-•im.
,-
ción "''rticular en d n<nrCSO pt.'fl:t' ••••
uc menon:s.
· 2· REvE•ON l'AW'll\IDA, U: .., :tcus:i .- .----
" Dw.z lt1rou.l's: N:tdnnalitfa<l, l>f' cfl. pp 28s y ,, , p 2117; SANCllF.7 L\7.ARO: T"xtn nonnarivo op son, .1007• p. JS • , ¡ . De 'Cho ,,.,110¡ypstco/oJlúl dcl 111c11or. Gr.ma<la: Comarcs. 1007• Pll· 341 Y
En: SolA REall!. E., d '' .. n ,,- - . ·" , dt:I CGI'
tri , p. G.¡
s., <.'fl rcfcrcnda al ·Libro Ulanco de ~~ JU•llCl:I {1997) ~.
•1 01cz N1rout.s Racionalkbd, op <11 , pp . 181 y ~•
111
llEAllltz CttLz MAllQur;z
A l'" 't IA l>L l'OUllCA l.RJMl..,AL Hi F.L l>thf.l.110 Pl'.NAL JUVENIL
manifestación dd reconoc· · . . .
. .. 1m1ento a1 1nteres supenor del menoruí, pues la con· las víctimas, provocada por uno de los delitos más gmvcs cometido por meno-
trapos1Cion m1tur.1l entre los intereses de la víclima y los ucl menor infractor c.lifi-
re::s en nuestro país11• Y e.le otra, en la permanencia en la Exposición de Motivos
<..~il_ta cn~nncmcn'.c que en la determimt<..ión de la respuesta penal participen cri· e.le la LORRPM e.le alusiones c.lirectas, aunque vacías de contenido, a la ;imenaza
lcrto!> c.le oportunac.lad y flexibilidad cducativa 17,
que supone la acusación particular para el interés superior del menor!. Al tra·
. De este modo, el artículo 25 de la LO 512000 excluía la intervención del acu- tarse de intereses sectoriales, que no alcanzan el grado de principio t!tico, la dis-
sador popuhlr :ti tontemplar únicamente la interventión del pcnucJicado'ª 1· ·- cusión en torno a la regulación relativa a la intervención de la víctima en el pro-
tand0 . 'd .' • ' tm1

su vez i;u. c:'.p~_c1 ad de postulación a los supuestos en que el imputa- ceso penal de menores se sitúa en el nivel de la ;Jcionalidad tcleológica, cuya
do fuer:1 mayor d1ec1sc1s años y presumo :tutor de un ddito en d c1ue hubiese solución habrá de hasarse en la comprobación de las condiciones sociales para
concumdo v· I • · · "d "ó
d m c~c1:1, intnni ac1 ~ o grave riesgo pam la vida o la integridJd fisica alcanzar los fines señalados4 y, en la medida de lo posible, en la consecución
e 1as personas. En este c-J.i;o podta tomar conocimiento de la instrucc1·0·n de equilibrios estables entre los intereses enfrentados, de cara a la eficacia y per-
· · ¡ , proponer
Y p::~•Ctpar. ~n. a ejecución de los actos de investtgadón y de prueba, intervenir dumbilidad e.le la norma.
en l.ts ~onc1hac1oncs Y ser oído e::n la sustitución de las medid<1s, aunque, siempre En este caso, sin embargo, la decisión de conceder prioridad a los intereses
sub~rd1~ado a _la actuación del Mini'iterio fiscal, no estaba c-Jpacitado para for- de la víctima, probablemente desatendidos en exceso hasta ese momento21, no
maltzar su cscnto de acusaciónl9.
se fundamenta en conclusiones dcriv;idas de investigaciones criminológicas sufi-
Esta situación cambia de forma r.1dical con la reforma introducid~ po J· o· cientemente v;ilidadas, ni por lo que se refiere al origen de la necesidad -valo-
· ·• d' · ~ r a 1s-
pos1~1nn A 1cmnal segunda de la LO 15/ 2003, de 25 de noviembre, por Ja que ~e mda en un momento de elevada alanna social ante un c-Jso extremadamente
modifka la LO 5• 1995, ucl Céxligo penal y se consolida trJs la entrada en vigor grave, del que se hicieron eco hasta la saciedad los c.liversos medios de comu-
d~ la LO 8ho~6, de 4 de .diciembre, por l:J que ~e modifica In LO 51200010. Así, nicación- , ni en cuanto al modo de atenderla, siendo así menos sorprendente la
1 1
_~ ~ntrJs la pnmera ~e::rm1te el ejercicio de la acción penal al ofendic.lo y a otra escasa personación e.le las víctimas como acusación particular en los procesos de
sene de per'ionas umd;i~ a t!I por relación de parentnsco <¡ue ~d · menores26 • Los posicionamientos extremistas, con el objeto de contentar al sec-
d ~ • .. quieren estatus
e p;irtc en el procedimiento, la segunda confiere al ·tcusador particul 1 tor que cuente con m:ís apoyos, al menos ap;irentemente, en el momento de
tus d • . . 1 • · ar e esta-
d · e P_ª~.~ p~nc1p'. I • pudi:ndo .tdemás solicitar .11 Ministerio Fiscal la práctica tomar la decisión, presentan ac.lemás el inconveniente de cerrar el paso a la bús-
e las d1lagencms c¡ue con~1dere necesarias, ejercitar 1:1 pretensión pcn 1 · queda de compromisos Concretamente, po r lo que se refiere a la víctima, la
las medidas que 'd. • • . .• a, instar
cons1 ere ncccsanas, tamh1cn IJS c;1utelares, y formular los
recursos pertinentc.~11. ·
11 Se 1rat:i tlcl Laso denomin.1tlo ~:tndrn P:ilo , 11ld l!EvEKON PAIF..'<ZUELA: Aeusacilln particular, up,

Hcsuh;i fác il identificar Jo:; jnterese!> implicados en este aspecto concret clt, p 146 (not:IS n ~ J y 4}¡ DfAz MARorn Y V1UA11FJO' Anículo 11, op. cll, p. JI) (nola n.• 8). llARQufN
escenificados, de una parte, e n la c.~pect;1cular reacdón mediática, en apoyo ~
0 SANZ y CANo P.vo:os: RDPCrlm, 1.• época, 1006, n.• 18, p. 7! (nota n.º 66).
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rcspu11SUbllldad penal del 111anor. slt11aclón ac111al. Madrid: CGl'J, 2oo6, pp 188 y s.\. ~"O PAAos, M .
,, As' •
. .
1
}':!, Cl .l'UD Co:orn. RAS, J:
l:J llllt'VD 0..'Tt'Cbo pt!tl(I/ el<! lll<!llOtr!S. ¡\fotJrid: CM . Á La acus:ición particular en el proceso pcn:1I de mcnon:s ¿La represión como altcm:uiva?. RCIJ/sla
L\NllR0\1· l>IAZ, G Dt!rt'C/.x1p.:11111 tic lll<'llOrt'S. V;1lcncia Tiranl lo Olaoch t:ts, iooo, p. 88, 1/cl Poderj11d/clnl (RPj), 1<>0.4, 76, pp. J01 y s.s.
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,1 . n 1 • f\ ..,uN \l.t:,7J llA: Acusarn\n partk:ular op cil
Sohrc la ÍJ!ta de rnmrjdicd<ln mn el :irt. 111 de la ('!: OIA .¡\ " p 2+f · (l'Crl111), 1007, AS, n.• h p. J; AROCE.'lA, G.: La rncionalítbd de la ac1ivitlad le11íslativa penal como
11. lk la acusacit\n particular. l:n: l>IAZ MARolll v Vi . • , Z lARoro Y VIUARfJO,) Articulo mce:tni!lmo de comendón tlcl ptxlet punilivo CS1'1t:JL l'rllitlca Crlmt11al, 1008, A1-6, n.• 6, p. 4.
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•9 .,- . , ' •• ' • o anL '· 1001. p . 184.
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llOE n 190 de ¡ / 12'1006 ~n vi¡ior 1.k"Sde el de i •I • d • 1 medidas de tmcmamk:nto y la pro1ccció n de los perjudicados. En: FARALOO CAPANA, I'. (dir.): Po/Ut-
.
l'mncr,¡ que lo hizo al día s ll(uiente de su puhlic:at.iJn
1
~ >~c":t· ~71. . · · ·
~alvo la IJ1.~pos1c1lln Final
.
ca crlm/11al y tr!fon11as penales. Valenci:I: Tcrant lo Ulanch, 1007, pp. 111 y s
u DLU MAJC'J1sn y UIACI:<; G1mtRiu;;· Ca ítulo IX ·,e e incn~ >re e 1006. 16 SotA Rn.111!, E. y SEllJlANO SoUs, M.: Ptt!SCnte y futuro de la U.'Y O<g:ink::I re¡¡ul:idora de la rcs-
'Jcicin particuljr en rnnneto l>IAZ· ~hKc,"¡...,-~V ! 1
• • ·
· ' ' 'P· < • P· Jfl Sohrc l:ts focul1adcs
JLL\llfJO: Amrulo 11, t1p cll., pp. JI! y s.
w l:i aru pon."<ahilid:Jtl pcn:il de los menon:s (Aspectos problcm:lli~ de l:t aphcición de la ley Penal del
Menor). En: Sou llracE, E., 1.'I al.: Derecho penal y pstcolOHfa 1lcl ma11or. Gran:id:t: Com:in.'S, 1007, p. 7.
Al 'SENl"Jll ll~ l'OtJnCll CMl~llNllL J;N f. L llf.RE( llO l' E.NAL JI VEr'll 117
BEATil!Z CRUZ MANQUf.Z

entre la imagen mediática de este fenómeno y la realidad>7, cuestionando seria· reforma surgen en un nivel previo, el de mcio1wlidad é/lca, al comprometer los
mente la conveniencia de tales previsiones. En primer lugar, en cuanto a la evo· principios de proporcionalidad y de igualdad.
lución de la delincuencia juvenil en nuestro paísl8 • 1:s posible negar, sobre la El primero de dios resulta cuestionado al ignorar las particularidades de la
base de los datos oficiales existentes, un aumento de la criminalidad juvenil, delincuencia juvenil en la valoración de la gravedad dt! los suput:Stos que con-
tanto por lo que se refiere al nümero total de delitos cometidos, como en lo que figuran el ámbito de aplicación dt! csla medida, pues St! trata de circunstancias
se refiere a la población de 14 a 18 años de edadJ914°. En segundo lugar, si nos que afectan, disminuyéndola, a la medida de la culpabilidad del rnt!nort. junto
detenemos en los ddiros violentos, el porcentaje en que la violencia es ejercida a ello, el principio de proporcionalldad tambit!n resulta afectado por la prt!visión
contra las personas alcanza el :i.3.1 % del total; lo que adem:is se ve considera· de aplicar« la mt!dida más restrictiva a conductas de muy diversa índole y gra-
blemenre reducido, hasta el 7.5 % del total, si se excluyen los robos con violen· vedad, lo que se t!vidcncia especialmente respecto dt! la circunstancia de la
cia o intimid~:ión4 •. Por último, la inclusión de la circunstancia agravante relati· comisión en handa, que abarca desde la participación en estructuras dedicadas
va ª la com1s1ón de los delitos en banda, criticada en la doctrina, entre otras a la criminalidad organizada hasta los delitos cometidos en ·pandilla··Uf.46. Ade·
cosas, por fomentar la criminalización de la juvenrud latinoamericana residentt: más, la inclusión de t!Stos supuestos en el marco de aplicación del internamien·
. ~ pa1S
.en nuestr • ,.1 , resu1ta oportuno llamar la atención acerca de ta escasez de to supone una especie de agravante gener.11 por comisión en grupo o perte·
mvest1¡.>ac1ones al respecto, por lo que resulta imposible medir su incidencia y nencia a una asociación criminal que no existe en el Derecho penal de adultos,
gravedad. donde figura como agmvante de delitos singularcs,.7, y, por consiguiente, un
Las consideraciones anteriores ponen de manifiesto un alejamiento relevan- regimen excepcional agravado para el menor de edad~ 8 , en contrJ<licción con el
te. entre la r~gulación prevista t:n la LO &/:i.006 relativa a ta medida de interna· principio de igualdad49.
°'.1e~to .e~ ~egimen cerr.1do y los datos relativos a la ddincuencia juvenil y sus
pa~1cul~ndades; lo que apunta, retomando la enumer.1ción de los criterios de
racmnahdad de la nonna previamente expuestos, a disfuncionalidades en el
plano de la racionalidad pragmcitica. Sin embargo, con independencia del esca·
so potencial preventivo que cabe esper.1r de una norma que atiende a una ima·
gen sesgada Y parcial de la realidad social, las carencias más relt!Vantes de la
4) Se tr.ita, simplilic:mdo mucho e.~l:l t'UC5li6n, <le comprobar sl es posible: explicar el delito
desde !:IS <.':lr:ldt:ristic:15 de c:sl:a foSI! evolutiva, lo que akda con frecucncl:a a su capacidad de voli·
' 7 Sobre esle proceso de <lls1orsión, SO'ro NAVARRO s . La lnílu··nc·1• ·'~ los m···•· 1 dón, SnENG, F : J11sendSlnifnxb1 l leldclberg: C F. MUller Vcrlag, 100}, pp. UY7 y '\5. Uama la alen·
cepciün ·. 1 d , 1 ocr ' " ~ ~ u~ • culOS en a pcr• ción :al n:spedo, rcliriéndosc en mncn:10 a los delitos contra la libcrta<l sexual, NAVAltllO FRIAs, I .; El
SOCta e a rncuentia. R•'t'lsla Flt'Ctronfca d<! Ciencia Pe11al y Crlminol"&ia <RECPC>
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1:®f· º?~9, PP· ,., Y _ss.; c~1cnsamcn1e, fuu.-res O soRJo, J. L: Los medios dc t'Ornunic:ición el dere'.
dio ~nal. R<>t1stt1 Ek-ctro11ta1 1/e Cle11cú1 l'enal y Crlmfnv/rn1fu (RECPC)
lRY I' •ltn 1 "· 1 1 1 .. -.,
L y
• 100f, o7•to, PP• 10 y SS •
al.: Derecho pc11al y pslcolosra del menor. Gr.m.ida: Com:ircs, 1oa¡, pp. 111 y s.~
44 En el <.':lr:ídc:r focult:1tivo de esta previsión rundament:i el CGPJ su valoración favor:1ble de
Kl·n •>,e E . uw. .,., >re a n: ac1un emre sancio nes y crlminalida<l•<>.· e·Que' e1c:t10
" · llenen
prc:ven1ivo · las'
pe ª'." n. · AA. M0<li:mas 1i:rule11ctus e11 la Cle11cft1 del O<!nxbo Penal y "n 1'a Crl t 1 ' la extcll.'lón del :ímhito <le aplk:tdón del internamiento cen:ido vid GARCIA PtRU, O Reforma de
~ •
oot, P 1 • pas.fün. El aumento dc:I miedo al delito no implica un aumento <h: I~
:O.t;idnd· UNED 1
• . . . ·Ud· <lT. 88 • • 111 t101u§1tl
1006,
41
up. clt, p7!. nol:l n.• 71·
Ma<le como requisito par:l la imposición del intcmamienlo cel'T:ld<> el <.':lclder crlminó¡¡eno
cnm;~a .a ' AMAIUT_ Sll~IAUA: l'Crlltl, 1007, A8, n .• J, p. IJ.
Otfercnclan. distintas fuentc:s de uhwnción de cifr.is oficiak-s fl.llNA.o;nez MOUNA E RE <le! 11rupo, flUoo SANCllEZ An!culo 9. op cll , pp. t97 y s.
1~•E1tm.A, C.: ¿Un_sistema <-on vocacl<in de reforma~: Rc:spon.~bílidad
La Ley dc Penal de ! M~IEA
1 • 6 Sobre la inlluenci:a del grupo de iguales en c:I comporumiento del adolescente, CANo PAROS,
M. Á.: Elf11111ro dcl Defl'Cbo penal j11Vrmil europeo. U11 c:s111dto comparado del Denxbo penal j1mmll
res. Rt'l'ISIU Espa11olt1 1/11 lt1t'f!Sligaciú11 Crimlnol<iHlca ( HEJC> 1 oo& N ·me no-
:: Yj"· ~AZQlll!l C:i~itulo
G_oN1.ALEZ: 1;
1, op. cll • pp is, s.~.'
y u ro 4, PP 4 y fiS, ~"Alemania y España. Dam:lona: Atclier, 1006, p. UJ y s: DIAZ Couts RGDP, wo¡, n • 8, op. el/ ,
p. 10. Crí1ko n.-specto de la cxl11c:ncia de respons:ib1h<lad a este a¡¡ente de socializ;ición, om11iendo
M!Z llEN= !~ ·";t~cJ~~ dC, '.'1a11zar tas CO.'t!ncias ~aciales acetcl de la delincuencia juvenil, llER·
t • :a otro~, GAlldA PruiEI, O . Rcfonna de 1006, op cit., p . 11.
Crl~ilno/i~ ª(~~'PCde)I
• • · .. 1c1:1 uc menores cspañola y nuc'V:lS tendencias ·nalcs La, r
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lOOf, 07•11 , p. 8. · -n • de menon:ll,op. clt , p . 197 y s
:: ~· VAlQUEZ GON7.AUZ: C:ipilulo 1, op. Lit., pp t.. y s . 4' OIAZ CoRT't'I: RGDP, 2007, n • 8, op. cft, pp. tJ•lf. lnterplt!ta cst3 circun.\l:lncia en clave de
introducción <le los criterios del derct.ho penal del enemi¡¡o 1:n csie ámbllo, i'oWNO ORTS, M .. Las
nilcs en l; t::IAZ ~R'll'"~• L M.: Algunas mnsidcr:idoncs en lomo a la lt!llulación <lc la.~ handa.s juve·
· :Y Oq;an~ B de 1oo6. Hwista Ge11...ml cft• Dt:n..:bo Pimal (RGDP) 1007 n.• 8 . VAz reformas de la Lq del Mcnor <L.0 B. 1006) el menor como cncmi110. Cuadenios de Política Crlml·
~·'f~ GoN1.AU:Z: C.: <;1P•1Ulo u. fcnomcnolo11fa de la delincuencia ju•·cnil. En: VAzQL~ Go~iAi};, e " ' '' (Cl'Crlm), 1008, n.• 9f, p . 180.
~ " . Dyk'mson, 1007, pp. H' y· s.y
• .R NO TANllAl oA, M. D. (cds ): IJefl'Cb11¡xmalj111t•111/• .•tvllcló 11. Mad-'d 49 SAtlalU. GARCIA lll! l'AZ: Mc<lidas, op. di, p Bt.
111 \lJIZ CMt Z MANl,11 t./
At.'l>F.:<•·IA l>f. n11 lllC\ 1:111\ll~AL t.N 1 L ut:HRllO l'l~'Ml Jl!\.l.~ll 111

confrontad<in
. directa con e•11·.1 por parte ue
.1 1
menor ·mf rJctor no es int:ompatiblt:
por si ~oh con h ·11 •n · · .1 1 · · · ' lo que es indicativo <le la necesidad <le analizarlas dese.Je la perspectiva del
es . . '.'. .· . • • e cmn ut: mlercs superior <ld menor. Un ejemplo úe ello
menor, con independencia <.le la alarm;1 soda! que gcnerenjl, c..on~L'tllt::ncia en
: '.ª mc<li.ici~n pt:nal , que:, a<lcm.ís <le permitir la p.trticipación activa ue la
17

gran medida del tr.llamiento recibido por este cipo de episodios en los medios
v1c1nn;1,
• •
constttuyc una de las• me<lidas• ··on ~
1n·;s
u.
ll·11'0

n'tve 1 ut:
-• remc1uenc1a
· ·-1 •
en el
.imh110 <le la ru-;ticia ruvcnil, y no sólo en los <..Jsos m:is leves2H. <le comunicación.
La falta dt: concreción del texto original de la LORRPM deriva en la LO 812006
en un aumento en el número de supuestos en que puede imponerse la me<li<la
h) Ambito de '1p/ici1cldn de fil medida de i11ter11a111ielllo cerrado
e.Je internamiento cermdul4, pues, junto a los casos en que se trJte <le un delito
. v ~~i~~~ ~I ª~~~Clo ~enos c~ntrov~nido <le[ ~istema de responsahili<la<l pt!nal menos gr.ivc cometido con violenci.t, intimi<lación o con gr.wc riesgo par.t la
. que la mt!<lrda de internamiento, y e·I regmicn
JU. entl sea adm1t1r · · cen-:1d o t:n par- vi<.la o la intcgrida<.l física, abarca<.los por la regulación anterior, puc<.le imponer·
trcu1ar, es l.t mas grJve y sevt:m de las previstas por h LORHl'M19 • 1 ~e actualmente cuando los hechos estén tipificados como delito gr.ive y cuan<.lo
. . 1 . . . . • .. . . : · · • , r:1zon por a
cua resu 1la nccesano restringir su aplicación a los ~upucstos m;ís gr:ives en \'ir· el delito se cometa en grupo o el menor pc:nencciere o actuare al servicio de
cud .del . principio
. Je proporc1on.1
· l'd
1 a d y en atención al mayor riesgo de
. ' cstiM· una ban<.la, organización o asociación, incluso <le car.kter tr.tn~itorio, que se
matrzacron que conlleva. <.ledi<..are a la realización de tales activid.tdes. De modo que no o;ólo ..e mantie·
El t~xco original de la LO s 1000 adolecía de f.tlta <le wncreción al respecto ne la gmvedad <.lel delito, <.lesdc la perspc:cciva del <.lerccho penal de a<.luhos,
extend1en<lo en exceso la posibilidad de ·su aplicación, .ti con<l'rcmnar
· Ja a Ja con·' como punto de referencia parn valor.ir la gravedad de la culpa <ld menor, omi·
. .
c.urren<:ia en los hedios con violencia o intimidación en Ja personas 0 <le gmve tiendo así intcrprt:tarlo a la luz <le las panicularidades que éste presenta, sino
r.1esgo p;1rn. su \,'da ~ integ~id.t<l fisica. Basta pensar en la cantidad de tipos delic- que además se aprovecha la ocasión para introducir circunstanci:1s agrnvamcs
ltvos en los que la violencia es elemento esencial ¡·unto a los ti'p · 1 espccific-.is par.t el autor menor de edad, de dudosa legitimidad. El legislador
1 1 ·· · • · os que me uyen
a es1on o ~I ne~go pam la \ ida o la integridad para comprender las dimensio· fundamenta este incremento punitivo tanto en el aumento de los Jclilos come·
nes del camcter extensivo de esta rcgulaciónlº, aunque esté sujt!t:I al límite de tidos por menoresJS como en la ~cnsación de impunidad por parte de la sode·
la pena para adultos proporcional a la culpahili<lad por e[ hl.'Cho (artículo 8 dadJ6, que se ha vi~to conmocionada por casos especialmente gr.ives cometidos
1 por menores de c:dad.
LORRPM>
• . . .'. _Al •rcspe<..10,
. junto
. a la excesiva ·1mpl1'tud
• · tie ap11cac1un
de 1 .·am1Jtlo · ··
<_le l.1 medida d~ mternam1ento, resulta especialmente cuestionable aplicar direc· Ahora bien, si ~e profundiza en este último a~pccto , el de Ja mayor :tl:trma
t.um.:nte los e!>t,mdares <.le valnr.1ckín <le la culpabilidad por el hecho pro ios del social gencmda por la delincuencia juvenil, se <.lctectan f:kilmcnte distorsiones
d.e.rcc..ho penal <le :1duhos. Pues drcunstancias como la violencia 0 Ja i~!mida­
<..1on se encucntr.tn estrech:imcntc vinculadas a la fose evolutiva adolcscentel~,
koortl.): jt1Stlcl11 ele m!!nores: 1111aj11stlcfa m1~1or. Comemnrlcu a la Ley Reg11/111/01t11I!! la Respo1u11-
btlltlnd Pctwl ele los Menores. Madrl<l: CGl'J. 2000, pp. H9·Jll. Una exposición objctiv:i de t:i dclin·
1
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d rnhrnu scnti<lo CA"< > f'A!'" l'i: NI''/. 1!l0, 76 ,,. lt
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cuc:ncia juvc:níl en Espai\a VÁZQUl!Z GoNzAIP.Z, C.: Capirulo l. u c.lclincucnd:t juvc:nit. En: VAzQUEZ
mcnon.:.• . ~~'~;;;,:~,'\~";;; ~ . l!c~rJlicll\ cxtrniuth~ial tlcl d.11)0 en el Jmhiro dd <lcn:cho ¡>en.ti de GONzALl!Z, C. y SEIUIA.'<O TÁllRAGA, M.' D. (cds.): Dcm.'Cbo pt!nnljt1tto111/, : . '<'<lidú11. Madrid: Dykinson,
. . . • 1
• umcm s. l'P tf.¡·117. C..1~11:\11J.A CAr1>1:rnJA, M.; l' E1u1u Puri; M 10<Y7, l'P· 8·19.
llt~NA, E.: ÚI fl!ll1Citle11cl" , .,, t'/ 11.·1110 t:ll la j11Sl/cú1 de lll<'JIOl"CS 11· ·I e . . .•. . . . y ~ue 11 Critíco, Au111t.mr, l'.-A.: 1lJ Dcn.'Cho pcn:il en la imc:rveoción ti<: b politk::l populista. En: ltmt·
¡ hmna<:i<i Espc.'l.i:tlilz:uL l OOf, p 168 arce onJ cnttt u F..1ud•• Jurfdtcs nrrn ()f! ÓENCIAS CRl.\llllAl.ES OE fRANKft:RT «.-d.) y ÁHEA Of. Dmaio l'rJW. DE u UN1\T.~DAU ro\(l>[(f fAllllA
19
l'tl'Cbamemc su mlensid:td la l'Onvierte en el rermci · <l f · (<:d. cspai\olal: ÚJ l11S<Utc11lblc sl/11uclót1 del Dt•rr.oebo Prmu/. Grnn:ida: Conun:s, 1000, pp. ofllo y s.
nil, SANClll~Z GAHCI.\ ne l'.\Z 1 FI si.rema dt: mL-dic.bs c:n la ;:erro_ . e n~or ~el dcttdto pt:nal jUV<:· 1• SANau!Z G,\RCIA ne PAZ: Medidas, op. el/., p. So. Uam:i l:i alenclón s<>btc el hecho e.le que en
P«><:cso. f:n: JoRc~c llAARF~Ro. A. y IEUoo SANcnez 11 (C<J: ) /l,r penal ,dd menor Y .tas allcrnalivas al realidad aban::i 1u<l:I la dclincuc:ncia <le: menun.:s, L'On excepción de l:i prevista en el anicul<> 18, GAR-
f1<•c1~~t1 Ctt11~rrllsclpll1111r ; Q111J IJ11ccr w n los men;rr.~ cMI~~;,..,:~:~ ~~:t~:~:~{¡~:to:ilf..y"nn
00
P.,:n· (:1!. l'EREZ, O.: L:i reforma de 2006 d<: l:i Ley de n:spons:ihilid:id penal <le: los menores: la imro<luc·
PEW) Co:-mtERA~: lft'lllJrt.' S, op. clt . . 1 . Pro • . . • . . .· . . '. ' p. 7? dón del modc:lo de sc¡¡url<lad ciuc.b<l:ma. En: j o RGC fiAllRErRo, A. y FF.UOO SANc1112, 11. (c<l.•.l: .Vrtt'm
mino FtUO<> 'iÁr<coiz, u. 1
fl.niculo 9• I!. . ." ~ • ~~<: u~a ·~~crp~1ac1o·n· rc.incuva de l!Sle 1ér- Den-cho pt.:nnl jrtlJf.'lt/l· una pt:npt-ctfitl t111crdtsclplt11ur. ¿Q11é hacer co11 lus menores dell11cuc1111!S!
DIA7.·M \llCJJU ' VIJUHI " q¡uncn ¡¡cncrn <e aphc:ic1un y durncmn de l:ts m•"<lld:ts En·
lus ,Íre1;r1ws. l'amplnn:: .¡.fi~~~~'~ g~:;.cmt1rlc:" " tev Ri>glllml<>m 11.! 111 Rl!Sf'011Sl1/1illdad l'lm~I ;,~
1 ll:m:cluna: Atc:licr, 1008, pp. 16 y s.
JJ 17d. GARCI.\ t•wz, O.: ltcíonna dt: 2oo6, "P· cit., pp. 1.of y s.; VÁZQUl!Z GoNZAl.F.z, C.: C:tpí1ulo
'' l ' I . • . . as, >oo ' l'fl. 194 y s.
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• ••. , • IV. Modelos de justícl3 penal tic menores. En: VM.QIJl!Z GoNzAu:z, C. y SERRANO TÁIUIAG,\, M.' O. frds.l:
: . . / tnnan 1oc IL•o •¡u<: IJ violencia j111·•'flil es un pmhlcma mínorirario REa • . Uerr..,;bo pt.:11al juumll, J . • <'<lictú11. Madrid: Dykin.o;on, 2007, p. 18¡, nula n.• 101.
l rR...ÁMJf.Z Mcu."·' · ,. . t~•nUf'Jm.1 :1<1ual de fa dclincucnda juv•nil En: G C.\IL..~.Z ~A~~:.Ueo
lf:ROlA, e J
W.\tf.R, ._,
~ Aluden a~-.:rtac.bmenrc a otros factores que: sc.-¡¡urJmcntc •'Sl:in ínlluycndo <:n c.-s:i scnsadün
de impunída<l, Sou REC:llE y SE~RANO Sot.Js: l'rcscnlc y fururo , op. cit., pp. IJ y ss.
116
Bl:ATillZ CKLZ MARQUf.7.
AtlS l~CI.\ IlE 1•01.lnCA CR!MllML r.s EL llf.Rl;cuo l'F:-IALJIJ\-P.IL 217
emre la imagen mediática de este fenómeno y la realidadl?, cuestionando seria·
mente la conveniencia de tales previsiones. En primer lugar, en cuanto a la evo- reforma surgen en un nivel previo, el de rm:io11alicfad ética, al comprometer los
lución de la delincuencia juvenil en nuestro paísl8, es posible negar, sobre la principios de proporcionalidad y de iguall.lad.
base de Jos d3tos oficiales existentes, un aumento de la criminalidad juvenil, El primero de ellos resulta cuestionado al ignorar las particularidades l.le la
tanto por lo que se refiere al número total de delitos cometidos, como en lo que delincuencia juvenil en la valoración de la gravedad de los supues~os q~e c~~ ­
se refiere a la población de 14 a 18 años de edadl914°. En .~egundo Jugar, si nos figuran el ámbito de aplic-.ición de 1..-:,1a medida, pues sc trata de c1rcunstanaas
detenemos en los dditos violentos, d porcem;1je en que la violencia es ejercida • r
que a1cctan, d.1sm1·nuyéndola• a Ja medida dc la culpabilidad del menor4J. Junio· ••
contra las personas alcanza el 13.i % del total¡ Jo que ademas se ve considera- . ll •I principio de proporcionalidad también resulta afectado por 1a prev1s1on
hlememe reducido, hasw d 7.5 % del total, si se excluyen los robos con violen- a e o, .e ....... 1
de ap 11C'..t1 .. a medºda 1 ma·s restrictiva
• a conductas de muy dº1versa •md o 1.e Y gra-
1
cia o intimidación• • Por último, la inclusión de la circunstancia agravante relati· vedad lo que se evidencia especialmente respecto de la circunswnc1a. de la
va a la comisión de Jos deli1os en banda, criticada en la doctrina, entre otrJs comis;ón en banda, que abarca desde Ja p3rticipación en estrucru.ras d~~1cadas
cosas, por fomemar la crlminalización de la juventud latinoamericana residente la criminalidad organizada hasta los delitos cometidos en •pand11Ja.4l 4 . ~de­
1
en nuestro país• , resulta oportuno llamar la atención acerca de la escasez de a · 1 inclusión de estos supuestos en el marco de aplicación del internam1en·
investigaciones al respecto, por lo que resulta imposible medir su incidencia y mas, a . .6 o pe11e-
to supone una especie de agravante general por com1s1 n en grupo
gravedad.
nencia 3 una asociación criminal que no existe en el Derecho pena~ d~ adultos,
Las consideraciones anteriores ponen e.Je m:inifiesto un alejamiento relevan- d de figura como agravante de delitos singulares47, y, por cons1gu1ente, un
te entre Ja regulación prevista en la LO 8h oo6 rela1iva a la medida e.Je imema- ¿~men excepcional agravado para el menor de edad•8 , en contradicción con el
mlento en régimen cerrado y los datos relativos a la delincuencia juvenil y sus principio de igualdad49•
pa11icularic.lades¡ lo que apunta, retomando la enumeración de los criterios de
racionalidad de la norma previamente expuestos, a disfuncionalidades en el
plano de la ruclo11a/iclad pmgmática. Sin emba'llo, con independencia del esca-
so potencial preventivo que cabe espernr de una norma que atiende a una ima.
gen sesgada y parcial de la realidad social, las carencias más relevantes de la

•• Se lrnl:s simplilic:mdo mucho esl:l <-UCSlión. · de comp rob:ir 5¡ es .posihlc:


. c:xpl!car
. kbd eldedelil<l
v 11·
" Sobre est<: proceso de dlstorsión, Saro NA\ARRO, S.: L:i influcncu de los mt.'tlios t.'fl J:i Jlt'r- desde las l°!lr:tctcristlc:ls <.le <:st:i fase cvolutiv:i, lo que akcu t.'On fn.-cuenci:i :s su ~ª~:sm:i l:i al~n·
cr:pcMn socul de 1:i dt.-liocuenci:i. Rt~ofsta F.lt'Clttilllca r/o Cl1.mcle1 l'e1111/ y CrlminolOJlfa ( RECPC), ión STRENG F· jugcmls1mfrecbt llcidclhcQ!: C. F. MOller VL-rl:i11. l OOJ , PP· 1 ºj ~ ·F IAs I . fj
1001 07<09, pp. 41 y s.<.; extr:ruamcnte, FuENTFs OsoRJo, J L: lo.< mt.'tlios de comuniC:J.ción y el dc:re- c. ' . ' ~ n:tiriéndosc: en concrc10 a los delllos contra b hbcrt:id llCX\Ja • AVARRO R • •
cho penal. R1.•1!/s1a Electro11/ca 1/11 Ci1mcfa Ptmal y Crimittologfa (/ll::CPC), 2001, 07·16, pp 10 y ss.; c1ón al =pect
nr:cc.<;:1no • ll e1 pri ne1p10
rc11rcso . -•ue culpabilidad :il Derecho penal de menores. En: Sol.\ Rf.ct1E, E ' et
K111Y, Hdmut Sohre la rclacicín entre sanciont.-s y criminaUdad, o : ,Qué efecto preventivo tienen las al Dc!rr!Cba pc11a/ Y pslcolo11f~ de/dmct~or. Grn.~da r~::~~~º:i7c~~'J 1;~ ~~dón favorable de
1

pc11:1..\.' En: W. M . Modentas tc11d11ttcfas 1111 /iJ Cf1111cta cM Di!t'r!Cbo Pr:na/ y en la Cnminulrw1a. 44 En el c:ir.ictcr facull:it1vo e pn:v15 n
c...U PtR R r. :i de
~ladrid; LNED. U>Ot, p. 188, pi.\Sim. El aumento dc:I mit.'tlo al <.lclito no implic:t un aumento <.le l:i 13. extensión del ámhilo de ap!ic:ición dcl inlL-m:im1e n10 cerrado, vt.I GARÚA EZ, 0 : e onn
1.·rimin~lida<.I, TMIARIT Soi.IAW: PCrim, 2007, AS, n.• ), p. IJ
i• Diferencian di.stin1;1s fucntr:s <.le obtcnc:ión de: cifrn5 oticialt!!'I, Ff.RNANJ>EZ. .MOUNA, E. y REa •EA
1006,41 vp. cft • p.
Allade n.
comonot:l
n:quu? ·•Ito7f·parn 1:i Imposición dul lntt.:m:imiemo cerr:ido el c:sr:lctcr crimlnógcno
AlUl.Ro~, C.: ¿Un sL<tcma con vocación de reforma?; L:i Ley de llt!Sponsabilida<.I Penal de lc"'i Mc/11). d 1 po FEUOO SANCHEZ.. Anículo 9, op cfl ' PP- 197 y s CAN l'Al'IOS
res Ht•tofsta EspUJlola el•• b1t't'Sligacici11 Crtm/110M111ca (NEICJ, 1006, Nlimcro 4, pp 4 y ss. e ~~Sobre l:i influencia del grupo de l¡¡u:iles en el compon:imlenlo ~c:I ~d~~Pma~j11w11/I
M A.: Elf11111roclel Dc!n-cbo penaljrnvnll e11ropeo Un cs111d~:¿:'~.ªR;DP 1007 n • 8 op el/ '
19 Vid. VAzQUU Gos1.A1Ez: C:Jpitulo 1, op. clt , pp 11, 21 y s.<.
.., Sobre la Mccsi<l:id de matiz:ir las m :encias sociafe,.. :icerc:i de l:i dclincuen<.i:i juvenil, ílEk· 1!11 Alcma11ta y Espc111a llarcclona Atclier, 1006, p. llJ y s., .d Í rz:i :ó~ o:nili~ndo
Nt:Z Da.7.ITPz, 111.' J : Justid:i de menores cspallola y nuevas tcndt!nclas pcn:ilc5. L:i regulación del p. 10, Crilico rcspeclo de l:i exigencia <.le responsabilidad :s csle r>gen1e e soc a 1 c1 •
núcleo d uro ele la dclinrucnci:i juvenil. Revista Elcctronfce1 ole Cle11cf11 l'e1111/y Crlmi11ologfu (RECPCJ,
200¡, 07· 11, p 8 a mros, GtütdA l'tREZ, O.: Reforma de: 1006 · op. el/ ' p 11 ' Reformas en el Dert.'Cho penal
47 SANalF.Z GARCIA O! l'AZ: Medidas, op e//. p. 80; P~-in AllA.
•• 11d. VAzQUEZ Gm1Uuz: Capítulo 1, op. cit., Pf> 14 y s. 1
lle menoics, op cll. P 97 Y , . • p IJ lntt.-rpn:la t.-Sl:l circunst:inci:i en cl:ivc de
•• nd. DLu Cotm's, L M.: Al¡¡un:is con.tjdcrncioncs en romo :s la l\'gul:ici<ln <.le las h:ind:is juve- 4' D1Az Colllá: RGDP, 1007, n 8 • vp e/1 • P · 11 b Qm; M t.:is
nilt.~ en la Lt.1' or¡µnica 8 de: 1oo6. Hcr:iste1 G1:rrcrul di! Dcrt"Cbo lbwl fRGDPJ,
~}~~C:~; 1~e~';z: ~~e:0~~~;~~~l:';1:1~~~º~~~~~ e~~,::~. ª~,~:;.;r!;:ri.:'rc Pt>lí11c~ crlmt·
1007, n.• 8, p. J; VAz. 1 0 0 0
QCEZ. G ONzAlEZ, C. Ca pirulo 11. l'enumcnolo11i:i de la dclincueoci:i juvcnol. En: VÁZQllEZ GONZÁU'.Z, C. y
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49 SA.'ICllF.Z GARCIA 111! PAZ; l\k'tlidas, ap. clt, p 81.
218 lll .AllUZ <.Rt z MARQl I z 119

e) lt1 grnt'f!dml tlel delito como criterio 1í11ico de dv1t.m11i11ació11 tle la mvclitla
t.OHIU'M) '>e ven limitac.fas por la exigencia di! tiempos mínimos de cumplí·
El prindpio de llexibilic.fodSº y la posibilidad de modific...ir Ja mcc.Jida impues· m1en1ol7
la en cualquier momento de su ejec..uciónS 1 con<;llluyen los pilares fundamenta- La iniroduniún de c-;tao; reformas }' su posterior c.:onsoli<laLión guarda rcla-
les del régimen de determinación de la medida en d sistema pernil juveniJ11, d6n c.lirecta con la alarma social gener.ida en su dí:t por ciertos delitos de san-
dando así cntmda a considemciones relativas al interés superior del menor, den· gre de especial gr.tvedad cometidos por menores, que c:oniaron con una amplia
tro de los límites permi1idos por la medida de Ja proporcionalidac.J con d delito difusión en los medios!8, y al aumento de la implic.1ci6n de los menores en actos
cometido, que no puec.Je super.irse par.1 cubrir la<; necesidades que é<;te pueda de terrorismo c;11lejcrol9, Sin embargo, el temor que suscitan este tipo <le c.:on-
presentar!J. duc:t.1s, previsible aunque difícilmente nr.intifkable, no ju<;tificJ c;in m:ís fa indu-
siún <le un régimen excepcional e.le determinación e.le la medida en abierta c.:on-
Sin embargo, en lug.ir de m;mtener un criterio unitario e.Je de1crminación, la tr:tdicción con los fundamentos h."tsicos del sistema penal juvenil6o Pues, si bien
LORRPM prevé, jumo a este sistema general, otro sistema m:ís rígidoH, similar al es .'>abida la confrontación c.11! intereses, educativos y sancionadores, que lo
previsto ~n el derecho penal de adultos en cuanto ~tablece la medida a aplicar car.tc..teriza, su mciom1/idad 1d1.'0MRiCt1 exige mantener una convivencia equili-
obllgatonamcntc Y su marco de duración. En concreto, el juez e.fo menores está hmc.Ia entre los mismos61 61, en íntima conexión con la eficacia de los instru·
obllg;:ido a imponer una medida de internamiento en ri;gimen cerrado si además mentos uulizac.los para ello ( mc:ic111t1/idad pmg111cilict1). En este sentido, es pre·
de tratar.se de uno ele los supuestos abarcados por su :ímbito de aplicación, los c..bo poner de manifiesto tanto la invariabilidad e.le la incidencia de la
hechos revisten extrema gmvedad (reincidenci'all) y u¡ ~
menor tema • 16 o 17 a 1 delincuencia juvenil gmvc, que por Jo demá<; sigue siendo anecdótica6 J, como
cometerlos. También es obligatorio el n!gimen cerr.tdo cuando se trate de uno
de lo~ .delitos tipificado!> en los anículos 138, 139, 179, 18o y 571 a 5s0 dd CP, 0 f1 r:stc régimen <..~rK.10 se ha visto ron..olidado por l.i LO g, 10<>6. •ric h.1 un,fic-Jdo en d .irtEru·
lo 10 LOl!Rl'M las rc¡¡l:i.5 esp«i:ilcs de apli<.';lción tic l.ts medidas prcvls1:is en el aniClllo 9.J.' a.r y
cual_qu1er otro delito que tenga señalada una pena de prisión igual 0 superiora la.• de la Dl•po.~kión Adicional 4.• <le la LO 7 2000.
15 anos, con independencia de la edad del menor, que sólo afecta a l.1 c.Jurac.:íón 1• Concre1a1111:n1e, Ln el ai'oo 1000, d Laso de las meno"'s <le San Fcrnantlo y el famoso <.':l>O
tic! :1.o;csino de la enana· deS<:rims en GARCIA ARAN: C:ipi1ulo IV. op. cit., pp 176 184 Vid tambi.;n
del internamicnto56 • T.mto en uno como en otro caso las facultades
0

llARQI IN SANZ y CANO l'ANm; RDPCrlm, 1.' époc-.i, 1006, n • 18, p 67 (nota n." 11>
de moc.lifk.tdón de la medida impuesta por parte del juez (artículos 13 y 51 " De hecho, la .!larma despertada por el ínm:mcnto de l:i p.irticlpacilin de lo• menores en las
acciones de viok:ncl:I c-.illcjl"l".1 incentivada des<le or¡(:lniz.•donc• lcm>rblas, del 1¡ue se inform.1 in•-.:
s.•ntc1ncn1e en los medios tic •'>munk':ld6n (:l titulo tic ejemplo y con p<~•tcriori<l:td a la n:fonna
<http ;/www clpai.•.com/anlrnlo/espana/ Goblcmo' vasco1:1ttibuyc/ l:IA/ul1imo/ at:tque/ c-.illciemlclp
;~ O~~s~ l'ERNANnr.z: Pas:11.lo y presente, op. clf, p. 59 . epipor 10010601clpcpinac_ t!Tes>; <http://www.clmundo cs/clmundohoot/09/09/esp:an:i/ro31s89111
l1tml>; <http:l/www.:ihc.<..Yl11:mcm1ccn/ his1orico-1J-06-1oot/ahc/ Nacional/ia-h:1n<b·nutre·sus-nucvo.s-
Pos1b1htlatl c1uc mn.•11tuyc una de l:is manifesl;ldoncs m:is rclcv:tnlcs tic la narur:il ·~ al
\':l tld sl.i1:rn3 penal jm·enil AIA'ITl!EY D<>llÓN M • C . El De • ·I p 1d M le . uc-.it1• l!nlp<>s·con -70-ju~enes·tlc·kalc -hom1k:1_108511.html>l, fue utill~da para inlro<ludr un Incremen to en
¡¡ns escnci.ili:s tic l:i Le O ',.. . • ' . .. n:c in ena e ' cnotcS: i:vo ución y r:is- la tlur.ición de la medida de 1n1enumi<:nto para delitos ¡¡r.1ves como el asesinato, el homicidio dolo-
•, · . Y rwinoc-.i s/1000. En: Diez Ru'OW'.s, J. L '" t1/: ú1 r.1<:11c1<1 tfel !Ji:n.'Cbu Pt-iuu so, los al>1Lv>< sexuales o l:a violación. l'itl llrR.'ll•Z llENF.m;l REC/'C, zoos, o¡H1. op cll, p. 7, nol:I
tllll< d 1111em s111la. l1/m1 llu111<•t1tlfe al Prof. /Jr. D. }usé Ccn."%0 1111' M:Klrid· T< •
" AJ "''"':t1 1~ I e 'L' . . , . . ~"'nos, 1001, p. •ss1. nº 17.
, · · ·~ o, ' . • Rl'7." ,11•,"ll'Z, !l.: f.tl11ct1clrm y pn~'l!11ci1i11J1<'t1en1f1111 ..t tlt•n"Cbn fll!llal it•
111<1111n:s Madrid: Mamal Pon.•, 1006, pp. l1·1). < 6o Al n:s~'Clo, IA.'<flMOVf Df.-z, G .: FI nu<."\'O Dcrt.'t:ho penal juvenil. En: DIF.Z Rtrout.s, J L., <1 al :
ú1 Cler1cla del Den"Cbo Penal t111te t!I mwm SIHIO ll/Jm llomentl}e tll Pmf Dr. D . jos.} Cerero Mir.
" Í'EOOO SANr:ur:z, 11.: Artirnlo 7. Definición de las mctli<bs susccprlhles de ser impuestas a los
menores Y re¡¡las ¡¡cncralcs tic dc1erminad1jn de las mism:is. r:n: DIA7.·MAROTO y VIU.ARF. 0 · ( dlr . Madritl Tccnn,, 1001 pp. q84 y s., llF.llNIJl llF.mJTFr: RECPC, 1005, 07-11, up cit., pp 7 y s., no1:1 n.• 19.
C'.mwtlft1rlos ti /11 Ú.')' RL?1lllt1tfom de la RC<Jlfm.ft1/Jl/ltft1tl !'e11nl 11<! /ns \fe11nn:s Pampl . ~TI J
0 61 D1P.z R1routs l!acionaiídad, up. cit., p 184. Por lu que se refiere al derecho penal juv.:nil,
.),

Cl\·1ta.•, 1008, pp. 161 y.~•. En n:fenmda a la LO 1/:000 AIM11n IJot~· M . . º,na. iomson- C111 z MARQIA'.Z: &l11cac/ú11. op cit., pp. 1)•}1
H lmmtl "d I· LO ¡ . ' · · enon,,;, op. e t., p. 1.547 y s. 6• Sci'oala una mayor l't>nfront:ición entre aml>a.• a r.iiz de la reforma, SA.'<Cuez U7.Aao: Texto
ucr o por a 7 1000, de 22 de tltckmhrc de 1000 tic 1notli1\co.ición tic la LO 1 ¡
<~ lJ tic noviembre, del C6di¡¡o Penal y de la LO sltooo, <l~ 11 d~ <.mero Rc¡¡ulac.lor.i .j., l· I! ~ 1991'. norma1ivo, np. e//., p. 71.
'<:lb1hdad l'cnal tic los Mcnon:s, en re'3cic'in con los delitos tic lermrism~ <llO" nu·m ad e•podn ' ' 'ic11ún datos tli.•p<lnihlci; <.'fl l.i p:í11in.i weh dd lmtíru10 Nacional <le Es1adfstic:1 (<hnp·
dkicmhrc) • · 1 1·fi 1 1 . · · " · 307, e 13 e W\low.inc.es>), el porccntaic <le ho mic'1d10.• (du lruos e imprudentes) respecto del total de delilos
e "en J 1<"'.1< o en :t • 1cx:1rin:1 con el llamado ·derecho penal tic! en ·mi¡¡ 11 , t
llEl<."1 z fü.11rm .z RJ:'Ct'C, 1005, 07-11, op . .:11.. pp. 17 y s.•.; 1'01A1so OHlll: Cl'C~111 2;:,;· ~·.." ~ ~2t";;'· ª"º
pp. 186 189 • 9
• . " , .. l .,
cnjulciatlu• comctídll• por mcnort."!i e• tld o,i'lti c:n d lOOJ, del o 21% en el 1006 y del 0,11% en
el 1008. En lo que •e "'lierc a los delito., t'(.>nlr.i IJ lihcrt~d sc:orual (a¡¡n:si6n, uhuso, Jcmo y cxhihi·
11
Crili<..;i al n:spctio, CHl'Z .\IAkQllf.7.: Htl11cncló11, op. cit., p. 114, nota n.• 174. rld también PuEN dnni.•mn), el porcentaje rcspc:cto tic! 1mal es del 1,<>r'lo cm 1001, del 0 ,9% en 2006 y tic! o,87%
TI AnA lkfonnas en el Dcrt...:ho penal tic mcnon:.• •>/> cil nn ' • ' • ~n 2007 (tic los cuaie• apmximad:uncnle la mitad son ~¡¡rt.-<iones <exualcsl. Por último, los delitos
16 17tl SA."t'IW.Z C , ' . ' . " ,.,.. )00 y SS. de turorismo, dc!<¡¡k>~tln• únic:11111..'0tc ~'" l.1.< <.-;t;1di'<llc::1S <lcl .ii\o zocr¡ <en que sc n.'('Of!C la suma de
• • •.W:IA llE l .\7.: ,\lt'tl1d:1s, op. e//., p . 79, mn numcms:as n:fcrend:is (n<~a n.• 11).
e'1o.• y de los <lcLtos de tcnc:nda, tr.iñm, t!cp<isito de arm:isl con..iíruyL'fl un 0,1),. tlcl tol:ll <le dditos
120 Al 'SEl'C.JA rn: l'OLlll!.A UUMINAL t:i 1 L 1mu:i:110 l""Ni\L Jl \'f!"IL 21t

la ;nc:xistencia de datos que av:1Jcn una mayor dicacia preventiva, intimidatoria nivel de la mctom1/iclad étiw, en 1an10 contrJdicen los principios de culpabili-
/ y rt.-s0<.ializadora, de las m~'C.!íd:ts privativa~ de libt!rtau6~. Tollo ;ipunta a la pos-
tre a la adopción de decisiones precipitadas al modular el trJtamiento de este
llad y dt! proporcionalidad. En primer lugar, resulta admitido de forma mayori-
taria que el estatuto jurídico del menor, en panicular, su limi1alla libertad de
tipo de criminalid;id, miJCime teniendo en cuenta la falla de certeza accrc;i de [;¡ organización en el t:jercicio de derechos civiles, políticos, sociales, económicos,
dimensión del impacto social que provoca6f, junto al desconocimiento existen- ele., determina una menor responsabilidad por las rnmpelencias, estrechando

1 te sobre los efectos preventivos, generales y especiales, dd mantenimiento del


interés superior del menor en los casos de grnvedad66167, así como de la implan9
tación de políticas de prevención basadas en modelos de intervención primaria
de forma consider-Jblc los márgenes del reproche penaJ71, lo que no se corres-
ponde con los solapamientos que se producen entre d derecho penal de meno-
res y el de ;idultos por lo que se refiere al tipo de sanción, privativa de libertad,
y secundaria68 . y el marco de duración previsto para los delitos incluidos en el régimen excep-
Con Independencia de las incongruencias en el nivel teleológico y pragmá• cional de determinación de Ja medida71 . En segundo lugar, la exclusión de cual-
tico, rel:itivizables a través de los acuerdos democr.lticos en que se sostienenli9 quit:r tipo de consideración relativa al menor en el momento de dett:rminar la
Y de las enormes dificultades que plantea su evaluadón7°, las reglas de aplica9 medida, cierra la puerta a la adecuación de la consecuencia jurídica a la medi-
ción prescriptiva de la medida de internamiento cerr:ido son criticables ya en el da de la culpabilidad; pues Ja valorJciún dt: sus circunstancia:. personales y
sociales no sólo es esencial para conligurJr t:ducativamente la respuesta penal73,
sino también para fijar el límite de la exigibilldad de la conducta conforme a la
enjulcfados cometidos por menores (lo que supone un J,6% del tot:JI de este tipo de delitos come-
tido.s ese :afio, por :adultos y menores) norm;i, sobre:: la base del desarrollo y gr-Je.lo de madurez dd menor74.
'4 De hecho l:a pn:vl~lón de una mayor duración de 1:1 m~'llld:I de internamiento cerr.ido no ¡
supuesto una reducció~ de lo~ delitos mis gr.i~es, vid por todos, UERMrz Ili:.o;mu:. RECPC, 1001 , ~~
AJ respecto, las aportaciones de la psicologfa evolutiva explican corno un
0
11, 11p. _clr • p. 9, llOl:I n. 11. Mrcntr.Ls que ha tests de la ·mrcn::imbi:ibilid:ad dc las s:incioncs-, no refu- proceso el desarrollo tanto de la capacid;id intelectu;i) de l;i persona, como de
t:ad:i _aun -tid: Cltuz MARQt'll EduCL1Cicin, op clt. p. 110, 11<>1:1n.º1¡3-, y los positivos rcsull:ldos re- su facultad parn comprender la sociedad y las nonnas que regulan la convivt:n·
':~nr~v~s~"C1alcs ohlcni_dos por los Instrumentos rep:ar.idol\!s, incluso en d :imbito C: la
ci;i en ella. En concrt!to, durante la fase adolescente del desarrollo humano, con-
cnn11~:11id:id ~rave -tid. SA.'<OIA MATA- F.g11zkilore, 2001, Número 1¡, op ctt, pp. t1-4 y s.- J>!!rmitcn
cucs11o_nar d 1n1ern:1.mlent~ ~mo l:i ú?ic~ ~"!id:I que 1,:vt1:1 l:a rcincidend:i En concreto, restringi- cebido como un proceso rnuhidimensional -físico, cognitivo, emocional y
do 'a C;11aluñ3, ~re.lo.~ n1'cles de n:rnc1dcm:1:1 de los menorc.~ 11ue pas:an por el sistem:a judicial,
CAr nn1U.\ CArtlE\ 11.JA, fER~Ell PtQG y ll'QtE RaNA R<'f11c/1lc11cln, ob. cit, pp 164 y s.~. Crítico respec-
socfal-, de cambios cuantitativos y cualit;itivos7S, tiene Jugar una evolución dt: la
to de. los ~odc:los .re~n:s1vos puros para reducir la dclinl-uc:nci:a ju<·c:ni!, SA.'<OIO Vwit 'C".o, R.:lfael. c;ipacidad cognitiva del sujeto, imprescindible, aunque no suficiente para que
C~~~1deral1on~ .cnmrnológlc:as sobre la u:y Or¡(:inic:i núm. 1. de 11 dt: en<:ro de 1000, re¡¡ul:ador.i simuhám:amentc, durante el proceso de socialización y a través de la corres-
de la n:spons3b1hd:ld penal d" los menores. F.n. SolA IU:r.uE, E., l!t t1/.: Dc~'Cbo penal y psicoloRfa dt:I
me11or. Granad:a: Coman:.•, 1007, pp. Ss y ss. pondiente interacción social, se produzca el desarrollo de la capacidad de com-
61
VtA.'IA li"1.U'SrtR, Cl : Comcnl:lrio del Anteproyc:c10 di: rcíonna de l:i Ley dcl menor. Rct'ista prensión social y la capacidad de autodeterminación76. La durJción y buen éxito
<ic11~ml ~e De":"': ~·~u/ (~<iDPJ, ~001, n.• 4, p. 4.
Sobre la cxpcnencra canad1cn.o;e, Doon, Anrhony N. Polírica criminal i:n C;inadi: •ladra
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dones t¡ue rntcf'\l~~nc:n en d ambrlo soc1:1I, lo.• prufcsionJles y el p:ipel de los :ic-Jdémlcos en el pro-
intem:amlento rerr.ido puede :1lc:mzar los 10 :años, que coincide con cl límite mínimo de la pcna pre-
ccso de clahor.i.uon dc las leyes penales, vid refiriéndose a llclgic-J, CAim:ww, y 1.:15 amenaz:is vista para adultos. M:is claro <:s el caso de l:i a11rcsi6n scxu:il (;11t . 179) en que d marco previsto cn
a la sc11undad c1u<l:id:ln:r y la rcspucsu político <·riminal: un:1 pe~~-ctiv:a helg:a. En. DIEZ Rlrollá )
el dcn:cho pcn:al de ~dultos, de 6 a 11 afio.,, pr.lctlc:imcnte se ve cubicno por los 10 años de inlcr-
L. et t1I • La polflicu lt'11lslt11/vu /Jf!twl ett Occtde111e. l'11a fJ<!r.>Jl<'Ctl11t1 comparrulu Valencia: lirant' 1~ namicnto ccrr-Jdo. nd. SANOIEZ UZARo: T<:xto nonn:atlvo, np e//, p. 70.
lllanch, 100¡, pp. 184, 191 y ss., 199 y s. Sobre el impon:intc p:apcl de 1:1 doctrin:a y la pr:lctk:i ale:·
11 De hL'Cho, disponer de mL'<lld:is :ad~'CU:idas par.1 =rondcr al lnten!s superior del mc:nor es
m~n:is p:ir.1 írenar !:is contlnu:is demand:ts punili<':as ~-n la mawri:1, CAN<> PAilas; Den"Cbo fll.'lla/}llL'r!- pl:ism:ición dc la dimensión eductllv:a del derecho pcn:il de meno~. CAllZ Il~. M • J.: Dl!IT!Cbo
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4 411
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A~cr~-a. dc la ,rosiblliJad de evaluacicin interna y externa de l:is l~-ycs y de sus mcdid:as CAit- tll! los menores 111/mctores-lO SIJOo~ \'¡ilcncia: TirJnt lo Ulanch, 1007, pp. n y s.
n ·ni:t.o;: Sc11undad cnu.Ja<l:ina, op. el/ , pp. 1o8 y s. '
16 MAll11N CRUZ: Scmiadulro, op. clt. pp. 138·1SJ.
U2 Al''l'M 'IA P I\ I'< olJTI C.\ CltJ~llNAL EN l'L llt'RECllO l'l!:'<.\I. )!'.\ FNIL U}

e.le este
· pro· · generalizable en sus· rasgos funda111cmalcs, uepenc.lcr.l en GH.i:t
ceso, Por tllumo, las reglas de aplkadón prescriptiva de la medida de interna-
caso tanco de condiciones sociales77 como de condiciones inc.livic.lualcs, relativas miento cerrado generan denos problemas de proporc1onaliuad como ca nse·
al entorno del menor y sus disposiciones particulares78• En consecuencia, a cuend a de la diferente gr.lved¡id de las conductas incluidas, para las que se.:
pesar de poder afirmar que el menor entre c;110rce y dieciocho años posee en prevé d mismo tipo de s.mción, as í comu del establcdmiento de agr.ivantcs
genernl la suficiente capacidad de culpabilidad parn comenzar a responder ante cuya aplicación resulta cuestionable al ir referidas al menor infr.lctor. Como
la sociedad, aunque sea de forma diferente al :idulto, Je los actos delictivos que ejemplo de lo primero valga la cquiparación de l:ts diferentes conductas a bar-
r~aliza 79 , cabe plantear al mismo tiempo la posibilid;id de que existan panicula- cadas por la regulación rd.itiva a los delitos de terrorismo81, y dt! lo segundo ,
ndades relevantes en el proceso de desarrollo en que se encuentrn que afecten junto a la interpretadlin de la reincidencia en clave dcfensista, el ma ntenimien·
de forma relevame al elemento intelectivo y/o volitivo que integrnn el juicio de to de circunst:md as basadas en la especial vulner.ibilidad de la víctima por razón
culpabilidad penal80• Entre los elememos que dilkul!an la m;1durez cognitivo- de la edad, d;1da la escasa diferencia que media entre ésta y el au1or86 .
moral del menor, destacan la socialización deficitaria y el aislamiento, así como
los problemas para interiorizar las normas en constelaciones de ·conflicto cultu-
d) El n~i11ie11 del mayor <le 18 y m¡mor de ~T
rnl¡ mientras que entre los elementos que merman la capacidad de voliciün des-
tacan la falta de inhibiciones por los impulsos sexuales de la pubenad y [a Con anterioridad a la reforma operada por la LO 8/2006, el anículo 4 de la
dependencia especialmente relevante de personas de referencia o menores del LORRPM daba contenido :i la posibilidad de aplicar las disposiciones del derc·
mismo gmpo de edad, a cuya voluntad se someteª'· cho penal de menores a los jóv1::nes mayores de t8 y menores de 2.1, abierta por
En la medida en que la l.ORRPM, que opta por un criterio cronológico el anículo 69 del CP87. Concretamente, la aplicad ón de In LORRPM al joven
8
puro 2. no induye las considernciom:s relativas al grado ele madurez del menor ~cmiaduhoBB estaba condicionada por los siguientes requisitos: 1) que s e tr.ltase
entre las causas que pueden afectar a su capacid:id de culpabilídadªl, la medi- de una falta o un uelito menos grave ejecutado sin violencia ni intimidación, ni
ción de esta ültima va a depender casi exclusivamente de la gr.lvcdad de [os grave peligro par.i la vida o integridad física de las personas; ?) no haber sido
~1ccho~.. ~n qut! en los casos que venimos esrudiando, en que es prescriptiva la condenado previamente una vez cumplidos los 18 años; 3) concurrencia de cir·
1mpos1cmn de la medida de internamiento, supone una clara contradicción con cunstandas personales y gr.ido de madurez que así lo :1consejaran.
la esencia del principio de culpabilidad, pues precisamente la gmvedad del deli- En la pdctica, la entrada en vigor de esta pos ibilidad fue continuamente apla-
to es.'~.íntomá.ti.ca en no pocas ocasiones de carencias relevantes en la capacidad zada•9, en parte por r.lzont!s dcfensistas9° no reconocidas :1bien:11nente y en panc
cogmtiva/voht1va del menor84. por las dificultades pr.kticas que rcprcscn1;1ba para los diferentes organismos

., r '<l
. . . ·n l~h: '."'nti o se habla ~e la "le•es1andariz:1dtin• <le Ja fa.-;c :1<luk'Scentt: en la i;odc<l:t<l
~ct¡"a.I, ~<mdc lu• tn.fcr~nrc• trJ~ltctonalcs, ~a f:mtilia y la cS<:111:la, han perdido c·onsiderJhlcrncnle su 81 Si h icn d an iculo 8 de la LO HRl'M rcstri nKe la aplicadón del 10 1 en 1oda su e)<1cnsiún, no
ni Ucn(la, vlcl l om m r. D. Str.ofrcúe-Rcofc des JuMcmJlkhcn oder lkifc dcr Gescll'>Chaft? En· es sufidenre par.i frenar la apliL':icíón de b m<'tlida tic inle mamienlo cerrJ<lo en supuestos •1ue, rela-
AuoHi·u r;. l'.-A · cl a/ , l·i'stscbriftfilr Scb1ll<!r-~flrl11Romm :::11111 lff. Gelm11stt1R. Kiiln (el t1/.J: Carl 1rey~ cionados <le fonna sumamente indin:cla con cl tcrrorisrno, no sun l:ln !(r.IVcs como los rcsiamcs. Asl,
1t1anns \erial( KG 1993 nn 390 y s · V1·~- · S · ll 1:· ¡· · ·
. . , .~ • ~ •• ,. , • :.. • •"-... ASTIIE, . . :sltlt m ''':la m111on" ele c:tlt1J tll-sde ""'' J>f!rs~ la rn(ahurad <>n en acms de vandalbrno que afcden a bienes de uso p úblico en el enrom o dc !>IA
¡x~w.i fi<1111/. fJS1w log1rn Y <n111/11uf<'glcr1. Madrid: Etliturialcs de Dercd10 Reunidas s A <artímlo !77 en rcb d t'>n con e( 164 del CP ) scr-.l casll11:1<l:t en cualc¡uicr caso con la medida de Inter-
G9 y ~· ' • ' ., 1001, PI'·
namiento cernido . Califica de t:l<:lccthacíún pun itiva la reac·ci<in penal fn:nu: a los d elitos dc tem >-
,. ~'l11~ IT
NcurulíSthe Slllrun!(cn und f.mwkklun!(skriscn im Jugendaller Fn· VrNZLAFF 11
f rismo rnrnctldos por menores d e 18 ai\o.~, CANO PANOS: Df!n'Cbo pe1wl j1mmtl <~irup<!o, up. d i ., p p .
k d r l'src:blulrl.«bc lkg111ncbtrmg Stul!Rart kl t1l ): Guslav Fischer Verla!! t 994 ~p: ;8 2 y.. s.~ . c~ .~
l!LAN<:A , lfL'llOl'l!S, Ofl di , p 1JJ ' • , .' 1, 262 y s.~.
u En n:fcrcncia al ank ulo 16¡, FEUOO SANc11r:z, B.: Artículn 1. DL"CIJradún gt:neral. l!n; Dl.u-
: :\l.•l<'lt.~ C1t11 Semi~d11llo, op. cll., p. 111. MARaro y V IUARl'JO, J (d ir.l: Cot11<!11((1ri<>S ti ltl Ú'}' Rl'811ktdam ª"la Respu11.sabl//1/<1d l'omal " " In>
~' ?'' 'L MA~T.Z: fll11c11do11, op. ctl, p. 90, notas n.•~ 119, IJO y 131• .lle11orcs. l'amp (o na: TI1omsnn-Civitas, 1008 , p. 64 ,
~11!f.Nt;· f11He11tl.1tnifnxht, "fl· cll , pp. 26·28. •1 Sobre la arn¡¡ida que recihe esta posihilicbtl en la <luclrin:I espai\o la, \ 'Id. MAH11N Cnt:l: Scmia-
renc~:•.l'or codn~. NA\',\llllll l'alA~: l'rincrpiu de rnlpahílidad, op. cil., p. llJ, p;issim, <'nn ullcrinrcs rcfe- <luhn, rop. d i . pp. 130 y s ., no1a n.4 H·
1 H MAR11N Cat~Z: Scmiadu lto op. cit. , p. iJo, p :íssim.
• L:i LORJU'M o;c limita ~ importar l:is causas de exclusión de la írnpuiabilidad previsias en el 19 ~1AR11 N CRUZ: Scmiadullo, ""· cit., p. •H·
• 1Ltl' l'1" ' pLnal de a<luho s <~nfculo 1 1) · · .,., m CGl'J prcfi.:rc aludir ya en su lnfonne de: 11 <le noviembre <le 1997 a la ncc.:si<lJtl de apo r-
' • ~Jlll~;. f11110:11ds1rufn'<bl, op di, pp. 39 y ss.
tar criterios nhjc1ivos de d<-cisiún , as[ como de Urnilar el irnpal10 <le la aplicJdó n.
,\l.,~f\.4J.\ 111! ~-01.lTI<"J\ <"Rl.\11-;AL f.o; [ L 1>U.f.CI ltJ l'l~"iAL JI '\'l' '1L 11s

ptíhlicos implicados en 1:1 aplicación y ejecución de la L01ml'1\19 1• Finalmente, el de tal manerJ que si un menor alcanla los 18 en el centro de internamiento?!, el
legislador de la LO 8/:ioo6 opta por eliminar e.le forma definitiva la po~ibilidad juez puede ordenar quc su cumplimit:nto se lleve :1 c;iho en un centro pcnilen·
de aplicar el régimen pc:n:iJ de menores a los ióvenes comprendidos entre los 18 ciaría si la conducta del interno no rc~ponde a !ns objetivos señal:1dos en la sen·
Y los 21 años. Sin crnb:irgo, esca renuncia i:oncluyenie udoJeu: de cicna i11'Clcio- tencia (:inículo 14.2 de la LORRPM). EMa opción pasa a ser la regla general cuan.
1talidad 1a/eológict1 Y pragmálica y, en continuidad con las consider:iciones rela- do el interno tiene más de 21 años9 6 , siendo lo excepcional su permanencia en
tivas al grado de madurez ya expuesl:IS en el apanado anterior, también de fmi- el cenero de menores, que requicrc en cualquier caso que responda a los obje·
cionalidtul '11/ca, al comprometer el principio de culpabilidad. En primer lugar, tivos propuestos en l:i sentencia (artículo 14.3 de la LOHRPM). Las rnzoncs en
pese a la creencia de una mayor incidencia delictiV'.t a estas edades, que podría que se basa esta reforma son fundamentalmente de índole pr:íccica, en respues·
llegar a justificar un incremento de la al:1rma ~acial, los e.lutos oficialt!s disponi- t:i a l:1s distintas dificultades que genera la presencia de jóvenes mayores de 18
bles no reflejan ni una mayor criminalidad en compar.tción con otros grupos de años en los centros de internamiento ccrr-.tdo. Entre ellas destacan la insuficien·
edad, ni un incremento en los delitos cometidos por los jóvenes semiadultos en tc dot:ición par.i la vigilancia y seguridad de los centros, cuya configuración es
los últimos años91 . Es m:ís, desde un punto de vista funcional, con indepen- más ílt!xible que en Jos centros penitenciarios dc adultos y l:i complejid:id orga-
dencia incluso de Jo idóneo de su aplicación desde una perspectiva preventivo. nizativa requerid:i para evitar que el contacto con cscos jóvenes no provoque
especial, d.ir entrada al joven semiadulco en los términos del anículo 4 (a.r.), per- efectos negativos y criminógcnos en los internos de menor edad.
mitiría la desjudicialización de una pane relevante de los delitos cometidos por La consideración de estas mzones no debe ocult:Jr, sin embargo, que el lr:Js·
este grupo Y Ja consiguiente descarga de los órganos judiciales competentcs, lado de los jóvcnes mayores de 18 y mt!norcs dc 21 a los ceneros penitenciarios
dadas las imponantes limitaciones establecid:is en rnzón de la gravedad de Jos supone una clar.t ruptura del principio de leg:ilidad, en la medid:i en que supo·
hechos y, sobre lodo, de Ja concurrencia de violencia o intimidación9J. Por últiT ne una modific:ición de la consecuencia jurídica, en pcrjulcio del interesado, pos-
mo, la complel:J dt!s:itendún de !:is peculiaridades rclativ:is al grado de dcsa- terior a la comisión dcl delito97 y del principio de culpabilid:id, al ignorar la
rrollo que distinguen al joven semiaduJco t:into del menor de edad como del menor culpabilidad de quicn en el momento de cometer la infracción careció de
:id~lto, implica ignor:ir sus efectos en clave de capacidad de culp:ibilidad94, cuya la capacid:id de culpabilidad propia de la persona aduha98 • En consecuencia, esta
cnt1dad dependerá del gr.ido de madurez dd joven en concreto y de la propia norma, comprensible desde un punto de vista práctico, no supera el nivel de
naturalt!za del hecho cometido. racionalidad ética, exigiendo la inmediata revisión del n!gimen de cumplimien·
Junto a la exclusión dcfinitiv:i del joven semi:idulto del ámbito de aplic:ición to en ell:i previsto. Lo que resulta espcci:ilmente urgente si se tienen cn cuenca
de la LOIUU>M, resuha llamativa la modificación realiz:ida por la LO Bhoo6 en las limitaciones a 1:1 modificación de la medid:i de internamiento cerrado en los
lo que se refü:re a la ejecución de la medida de imemamicmto en ~gimen cerrado; supuestos en que su imposición es obligatori399, así como la ampliación de la
dur.tción de esta medida cuando el menor infractor sea mayor de 16 años100•

• . ' l IAVA G~~clA, E. Y JU05 ~MllA<.110, J M : l.:as medidas ;iplic:ibles a menores en la ley s'1ooo
9
91 Sohn: los supues1os en que el menor cumple 18 pero a ún no se ha dictado sentencia, HrGUE·
En; RL1Z l!onRlc.n.z, L. R. y NAV.\RRo Gc:Z.\IA.'<, J. l. (coonb.): .lfe11orcs, Respo11sa/Jllitltid pc>1al y aten· op. cit., p. 1.371.
RA Gl~.\IER..\: Oc-cisión crrónt.-:1,
"º" pslcoso<.l<ll. Valencia Tirnnr lo lllanch, 1004, p . 147.
9& Con :inleriorid:id :1 l:i n.funn:i, la LORRPM cstahtc:cú d limite par:i 1:1 pcrmanenci:i en el cen·
• ?• LRl 'Z MARQt FI, ll .. El régimen pcll'11 dd ~>vi:n Jduho·maynr de dk.'<.iocho y menor de vdn· tro de in1em:imiento en )05 13 all<li de c:d:id (:inlculo 1s a .r.).
t'.uno. C111ufe~1os tfe l\1/ítlc11 Crlm/1111/ ( Cl'Cnm}, 1oo8, n." 96, pp. j6 y s.~. Vid 1amhic1n, aunque refe· '1 Voto panirul:ir al Infonnc del Consejo Gcncr:il del Poder Judici:il :il Anleproyecto ele LO por
mlos a lo~ a nos 1996·1998, K!:Cll~A Au1Eto1.A, C. y l'ERNA.~llEZ MOUNA, E.: t.:i nueva Justicia de Meno. la que .se modific:i la ley sliooo, rcgutador:i ele la rcsponsahiliclad pcn:il ele los menores, en lln~-:i:
re.: l.1 dehncucnda ~un:nit en d siglo X:<J. C11t1clt!mus tlt! /'olíllrn Crlmlt1ttl (Cl'Crlm} • <hnp://www. podetjudicial.es/cver.;uite/GctRcconls?Tcmpta1e•cgpVcgpj/principal.htm>. Vid. tam·
I' )JG , n. 74, 1001,
91 e.. 1 h i~n. r~ t.!Acnlo: Menores l1rfmclun!$, op. cll , pp. 60 y s; ruENTl! All~: Refonn:IS en el Derecho
• nucos a respc'Cto, Ct m.o Ólt.'TRF.RAS: .1rv1mrcs, op. cit., p. 1s; CRuz UL\Nt:A: ,l/l!llon'S 11p clt penal de menores, op. cit., pp. J07 y s.
P:. J08: Se p'.1cd~ co1~ 1pa~Jr t:i
prco;cnua cJ., "~ras dn:unstancias l!n t:stt: Rrupo de ~"<bd en c~mpar:i' 91 En el mi~mo 5entido, GARCfA l'GREZ: la n:íonna tlc 1006, op. el/., p. s2. Al respc<:1o, PoWNo
c1on rnn los menores de 18 en llJ:clll!.\ Au11J1n1.A y l'F.R.'IANllEZ MnuN 4: CPCrlm 1001 n ." •h
ÜRTI: Cl'Crlm, 1008, n.• 9s, op. cll, pp. 194 y s.
pp. 341 y s. ' , 74, '?'• <1I •
1 9' Ejecución deaív:i de un :ii\o en los s11pues1os del anlculo 10.1 (elltn:m:i gr:ivcd:ld) y la mit:id

.· · k: 1
MAK11N CMl'L xmi.1d• lto op <Ir , p . 130,
t J 1¡9. Crí1ko 1a mhi¿n
• lllGllE•· G 1· \i[-' J ·". • ..
• ""• . r .• .... supn:·
~ ~ del tiempo de tlur:ición impuesto en lo.• supu<!Stos Jcl anlculo 10.1 <homicitlio/:isesi!l'1to, agresió n
'"in < • a '?'.''' >d11.l:1 de aplicar la Lt.11 renal dt:I Menor a los j<ivcnc'S: Una dt.-cisión emin~':I t H:ici:I :<ellual y tlclilos de 1errorismo).
la rc.'ilaur.x:ion de ·le¡:t: fcrcn<b. del lk-n:cho Penal ju\'enil en E.•paña). En GAMCIA VAWt.~ e •/ 1t •
00
Pudiendo alc:inz:ir los 10 años de duración en 105 supuestos dc pluralidad dc infr:icciooc:s,
.. 1 ooa pp. l.Ju~
Est11clius l'l'IWl<3 "" //1111Jt'11tl}t! " li11riq11e Gim/J<mwt• ¡¡111111 JI. Madrid·• l!disof.c., ' ;;.0 "1.J8l . cuantlo :ilgun:i de ellas .!;C:l constilutiva de los ddiro.~ prcvisios en d anlculo 10.1 y el menor infractor
0
126
BFAllUZ LRI l ,\I \~QI l:Z
117

J. Co"~llJFRACIO:'-;ES FIN•\LES
l'mtf't:I FMlllA lccl. e'ipañola 1, /.a insmtc11i/Jll! slt11m:ici11 riel /)erec:bo 1'1!11al Gmn.1da
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El an.ilisis de hLs ultimas reformas en el ;imbito del dercd10 penal de mt:no·
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épol·a, 1006, n" 18, pp. 37-95
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~o claramente por <.riterios preventivo gencrales, en detrimento del intt!ré~ ~upe· clofñ¡.¡icos ele lt1 lrtd)(I cm11m t!I delito ( Ttmw 11: /.¡¡política c:rimi11t1I apliccuia n.m:1:-
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clL'I fJeri!cbo penalftmmil en All!mc111te1 )' Espmia. Dan:elona: A1elicr, 1oo6
~uct:de rrus bien que gr.in p;111t! dc h1s refonnas introdulidas rclientemcnce C\l'lll'Vll.L\ C\J'l.ll'\11.1.A, M; FutREll Prnco, M. y lt'Ql' E REINA, E.: f.t¡ rel11ciclL'1tC/(l Cll d c/L'litU
t'll lt1 justicltt ,fe 111e11ores. Uarcclona: Cen1rc d Estuclis jurídics i fonnacici E.-;peualit
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admrll!n d1scuMon; lo que pone de m::inifie,,to 1m vulnerabilidad frente a las diná- C\Mn,YVEL~. Y.: l.a'i amenazas a ):1 scguri<lJd ciuclaclana y la respuesta politico c:riminal
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la Gr:11era/ de Derecbo Penal ( RGDPJ, 1005, n." .¡.
Doctor por i<l U11it'f!rsidt1d de Mdlaga
Proft!sur de Dt!recho Penal. U11íVl!rsidad de Swilla1

REsi:MEN: El disnirso político Lrimina! e.le la ultima déc:ic.la en E.\paña se h:t dt!S:l·
m>!laúo haío el par.idigma del dt!recho penal del riesgo Sin emh~fRO, d signo de
las 1íltimas refonnas 1iene un m;1rc:1do tarách.:r ~ecurilario. Desde el año 2001 como
mínimo, el legislador ha asumido el modelo del derecho penal <le l:i scgunc.lad ciu-
c.l:1c.lana en c.::1si toe.las su~ iniLiativas de reforma del código penal Aquí se sostiene
la tesis de que, además, este modelo se está extendiendo al derc<.ho administr.iti·
vo sancionador. Ello se rcllej:t en :1Jgunos preceptos recientemente incorporJdos
al c.lt!rccho punitivo ac.lminístrJtivo, mart.-aúos por un aumento dd car.ktcr :tllicti·
vo del i11s p1111ie1"li :1c.lministr.it1vo, así como por una intensifkac1ón de elemento~
csugm:11izan1cs.
l'J\L¡\Rlw; et.AVE: politka lriminal, derecho administmtivo sancionador, derecho
penal de la seguridad ciudac.l:ma, derecho pen.i! <le! riesgo, teoria <le la legislación

1 Es1c 1r:ih·J jo fonna panc tlt! mi conlrihución al proyc•·lo tlc invcslig:icló n financiado pur el
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