El
castellano
nace
como
una
lengua
romance,
pues
deriva
del
latín,
después
de
que
el
imperio
romano
conquistara
gran
parte
de
Europa
y
con
él
la
región
de
Hispania,
actual
España,
durante
el
siglo
III
antes
de
cristo.
Con
el
paso
por
Hispania
de
pueblos
germánicos
como
los
visigodos,
en
los
siglos
V
a
VIII,
estas
culturas
dejaron
huella
en
el
vocabulario,
pero
el
latín
vulgar
continuó
siendo
la
lengua
dominante.
Con
la
conquista
de
los
árabes
durante
el
siglo
VIII
en
el
territorio
de
Hispania,
la
lengua
árabe
influenció
el
vocabulario
de
la
región,
pero
cuando
en
el
norte
de
Hispania
los
reinos
cristianos
se
organizaron
para
planear
la
reconquista,
se
formaron
idiomas
propios
como
el
gallego,
portugués,
catalán
y
castellano.
En
1492,
finaliza
la
reconquista
cuando
los
reinos
unificados
de
Isabel
de
Castilla
y
Fernando
II
de
Aragón,
expulsan
a
los
árabes
e
imponen
de
manera
definitiva
el
castellano,
que
toma
su
nombre
precisamente
del
reino
de
castilla.
El
castellano
llega
a
América
con
Cristóbal
colón
y
se
enriquece
de
palabras
aztecas
como
“chocolate”,
“aguacate”
y
“tomate”,
mientras
que
los
incas
aportan
vocabulario
con
palabras
como
“pampa”,
“cóndor”
y
“viruña”
y
los
mayas
con
palabras
como
“canoa”.
Hoy
el
castellano
tiene
palabras
italianas
como
“balcón”,
francesas
como
“servilleta”
e
inglesas
como
fútbol.
El
castellano
es
la
lengua
oficial
de
más
de
20
países
y
es
el
segundo
idioma
más
hablado
del
mundo
después
del
chino
mandarín
y
antes
del
inglés.
Nuestro
idioma
es
producto
de
la
diversidad,
la
mezcla
y
el
mestizaje,
también
por
ello
es
uno
de
los
más
importantes
del
mundo.