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Resumen de “La construcción de esquemas de conocimiento en el proceso de

enseñanza/aprendizaje” de César Coll

Coll utiliza el modelo de equilibración piagetano para responder a la pregunta de cómo se

adquieren los conocimientos en los contextos de enseñanza/aprendizaje, ya que tiene una

perspectiva sistemática y genético-constructivista. Este autor se centra en la parte

funcionalista de la obra de Piaget.

Coll explica que, según Piaget, los instrumentos de la actividad intelectual son los esquemas y

las estructuras. Los esquemas, que pueden ser reflejos, de acción o representativos, son

marcos asimiladores que permiten comprender la realidad a la que se aplican. Una estructura,

que puede ser de esquemas de acción, de operaciones concretas o de operaciones formales,

es una totalidad organizada de esquemas que respetan determinadas leyes o reglas. Estos

permiten construir los conocimientos que poseemos mediante la atribución de significaciones

y el juego de la asimilación y la acomodación.

El juego de la asimilación y la acomodación es otra forma de llamar al modelo de la

equilibración. Este es el factor responsable de la evolución de los esquemas y de las

estructuras. Esta evolución (que implica el desarrollo y construcción de los esquemas) está

caracterizada por un proceso ininterrumpido de equilibrio-desequilibrio-reequilibrio (que,

justamente, lleva de ciertos estados de equilibrio a otros estados de equilibrio superior)

resultante de este juego de asimilación y acomodación.

Los desequilibrios, generados por perturbaciones (resistencias que encuentran los esquemas

para ejercer su capacidad asimiladora), pueden ser considerados los factores desencadenantes

de la búsqueda de superación; su mayor o menor incidencia sobre el desarrollo de los

esquemas y de las estructuras ha de evaluarse en función de las reequilibraciones que

posibilitan y de las construcciones o reconstrucciones que generan. En la base de estas

construcciones se encuentran las compensaciones (acciones en sentido contrario al efecto,

que lo neutralizan), porque son las responsables directas de la modificación de los esquemas,

que son producidas por una serie de regulaciones ejercidas por las estructuras.
De este proceso de equilibración (equilibrio inferior/ perturbaciones / regulaciones /

compensaciones / equilibrio superior) resulta un estado de equilibrio siempre momentáneo,

porque este implica necesariamente la construcción de novedades y la superación de forma

ininterrumpida. Aquí se distingue la equilibración simple, que es la restauración del equilibrio

perdido, de la mayorante, que es la reacción ante las perturbaciones introduciendo

modificaciones que aseguren un equilibrio mejor, es decir, capaz de anticipar e integrar un

mayor número de perturbaciones.

Luego de exponer los conceptos nucleares del modelo, Coll plantea la posibilidad de describir

bajo los mismos términos el proceso de apropiación del conocimiento que tiene lugar en las

situaciones de enseñanza/aprendizaje. Desde esta perspectiva, plantea el problema de cómo

habría que movilizar las formas de pensamiento que posee el alumno para que pueda

construir un marco asimilador del objeto de conocimiento.

El nivel de complejidad y el grado de coherencia y de solidez de los marcos asimiladores, según

Coll, depende de la competencia intelectual de la persona que los construye, de las formas de

pensamiento que pueda manejar. Utilizamos estas totalidades organizadas de conocimientos

para comprender, los objetos, situaciones e informaciones que se nos transmiten en el

contexto del aprendizaje escolar. Estos marcos asimiladores (representaciones) que posee una

persona en un momento determinado de su historia sobre una parcela de la realidad (objeto

de conocimiento) son los esquemas de conocimiento, los esquemas propios del proceso de

adquisición de saberes en las situaciones enseñanza/aprendizaje. Estos se diferencian de los

esquemas operatorios porque hay una necesidad de intervenir en su elaboración (por eso

existe el aprendizaje escolar), siendo que los operatorios se construyen espontáneamente.

Estos últimos intervienen en la elaboración de los esquemas de conocimiento y condicionan la

elección y la forma de transmisión del objeto de conocimiento. Lo que hace el aprendizaje

escolar es favorecer la elaboración de esquemas de conocimiento adecuados al objeto de

estudio que se busca transmitir.

Antes de abordar un nuevo objeto de conocimiento, todo sujeto posee un cierto equilibrio
cognitivo que corre riesgo de ser perturbado por esta nueva situación. Este abordaje nunca se

hace de manera ingenua: el alumno, antes del mismo, ya posee un esquema o conjunto de

esquemas de conocimiento susceptibles a ser aplicados a dicho objeto. Este, usualmente,

opone resistencias a dejarse asimilar y, fruto de la inadecuación de los esquemas para realizar

la asimilación, se producen perturbaciones y/o lagunas que generan un desequilibrio cognitivo.

Coll destaca que entre los esquemas de conocimiento del alumno debe darse un desface

óptimo: cuando el objeto se aleja demasiado de los esquemas disponibles, el alumno no podrá

atribuirle una significación y el proceso de enseñanza/aprendizaje será incapaz de desembocar

en un aprendizaje verdaderamente significativo; y si el objeto no opone resistencia, el proceso

de asimilación no se pondrá en marcha al no producirse un nivel de motivación que lo

justifique.

Es aquí donde Coll introduce una diferencia con Piaget: en el proceso de desarrollo de las

estructuras piagetanas la equilibración, tarde o temprano, es necesariamente mayorante. En

cambio, en el proceso de enseñanza/aprendizaje, en el caso de los esquemas de conocimiento

que entran en juego la compensación de las perturbaciones y la estabilización de las

construcciones no se producen inevitablemente: es necesaria la presencia de un tercero que

introduzca el desequilibrio y brinde herramientas para que avance el conocimiento de los

esquemas del alumno, para que la equilibración sea mayorante y no simple, que no implique

volver al estado de equilibrio anterior, sino a uno nuevo. Coll entiende los procesos educativos

como la voluntad explícita de incidir sobre el aprendizaje del individuo, de colaborar en la

revisión, coordinación, integración y construcción de los esquemas de conocimiento.

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