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Universidad del Valle.

Instituto de educación y pedagogía.


Estudios políticos y resolución de conflictos.
Asignatura: Políticas Públicas.
Docente: Rafael Vergara.
Estudiante: Juan José Martínez Rodríguez. 1842016.

La decisión pública.

El texto “la decisión pública” de los académicos Jean-Claude Thoenig e Yves Meny tiene
como fin evidenciar si existe una relación causal entre el estilo del proceso de decisión
pública y la decisión misma, mediante la aplicación de dos parámetros, a saber: El grado de
consenso sobre los objetivos y los valores ligados al problema considerado. El grado de
certeza sobre los medios que se utilizará, la veracidad del conocimiento de los hechos
identificados y la eficacia de las soluciones propuestas.

Ante todo, cabe exponer las fases que constituyen la toma de decisiones: La etapa de
formulación y la de legitimación. La primera hace referencia al proceso mediante el cual
una autoridad pública decide inscribir un problema público dentro de la agenda política,
dentro de esta las ideologías y la factibilidad técnica se entrelazan y determinan la labor de
la formulación. Esta fase abarca tanto el análisis de las alternativas propuestas como la
selección de las opciones, reduciéndola a una sola. Por otro lado, la etapa de legitimación
consiste en revestir política y simbólicamente una solución, suscitando en los actores que
esta sea considerada como admisible. En efecto, radica en configurar la solución propuesta
ligándola a los valores colectivos que comparten políticos y subordinados. Asimismo, cabe
señalar el comportamiento del decisor, el cual está determinado por una racionalidad
limitada, es decir, quien decide se enfrenta a obstáculos adjudicados por la realidad
institucional, estos son: La reducida y costosa información, también puede suceder la
renuencia por parte del decisor a la información encontrada causando una disonancia
cognitiva. La escasez tanto de los criterios de elección como del consenso entre los actores
para la aplicación de estos. Las limitaciones de naturaleza cognitiva para generar un
inventario exhaustivo de alternativas. Por último, la tensión psicológica imperante durante
el proceso de toma de decisiones. Por consiguiente “la actividad del decisor consiste en
recordar y explorar el pequeño número de alternativas de que dispone, que conoce o que le
parecen aceptables a él y a terceros. Minimiza la búsqueda y el análisis de las alternativas.
Seguidamente, adopta un criterio de juicio razonable, mezcla de racionalidad y de intuición.
Finalmente, en el conjunto de alternativas exploradas, se detiene en la primera solución que
les parece satisfactoria a él y a los demás.” (Thoenig y Meny, 1992: 143)

Volviendo al tema que nos ocupa, existen cuatro tipos de estilos decisorios basados en los
dos parámetros mencionados, a saber: El primero denominado como tiranía de los
procedimientos representa un escenario donde existe consenso tanto en los objetivos y
valores como en los medios y conocimiento de los hechos, es decir, imperan rutinas,
tecnificación y planificación; por ende, los procedimientos determinan al proceso de
decisión. Ulteriormente se encuentra el proceso negociado que concurre dentro de un
contexto en el cual un medio, con sus respectiva ideología y expectativas, presiona sobre el
decisor (compromiso del papel), por tanto, hay un débil grado de acuerdo sobre los
objetivos y valores. El tercero corresponde a un proceso pragmático donde se es necesario
el uso de expertos y estrategias por la hostilidad y baja certeza respecto a los medios y
conocimiento de los hechos, una de las estrategias utilizadas es el incrementalismo disyunto
que exhorta al decisor a inducir el cambio solo mediante forma indirecta. Finalmente se
encuentra el proceso caótico donde no solo los objetivos y valores sino también los medios
y el conocimiento de los hechos poseen un bajo grado de consenso y acuerdo, esto conlleva
a la descentralización del poder y en algunos casos la necesidad de un líder que guie el
proceso de decisión, en otras palabras, impera una anarquía organizada.

A modo de conclusión, se afirma que tanto el proceso de negociación como los valores de
los actores endógenos y exógenos constituyen y determinan la toma de decisiones públicas,
en palabras de Jean-Claude Thoenig e Yves Meny “Estos son datos que ninguna autoridad
pública nacional puede hacer abstracción, aun cuando el gobierno parece actuar por
decreto.” (1992: 156)
Bibliografía.

Thoenig, J. Meny, Y. Las Políticas Públicas. Ariel Ciencia Política. 1992. P 129-156.

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