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EL ARTE FOTOGRAFICO

Rafael Correa De Los Reyes

Institución Educativa Comfamiliar.


Filosofía.
Cartagena De Indias DT & C.
06/02/2020
Introducción

Un fotógrafo con su cámara es un aventurero a la búsqueda de su


mejor fotografía. Es básicamente un observador que vive al compás
de lo que registran sus ojos que revela realidades y significados que
pueden estar mucho más allá de las imágenes.

El arte de la fotografía es aprender a mirar y ver el significado oculto


de todas las cosas.
Conceptos claves

 Fotografía: es la técnica de captar imágenes permanentes con


una cámara, por medio de la acción fotoquímica de la luz o de
otras formas de energía radiante, para luego reproducirlas en
un papel especial.

 Arte: expresiones realizadas para los hombres que intentaron


demostrar una visión sensible sobre el mundo. Qué es el arte
es un concepto que incluye todas las realizaciones del
cuerpo humano para expresar una visión sensible acerca
del mundo, ya sea real o imaginario.

Su definición vale por diversos recursos, pudiendo ser


plásticos, sonoros o lingüísticos, con el fin de expresar ideas,
emociones, percepciones y sensaciones, por ejemplo el
abstracionismo que usa un lenguaje visual distorcionado.

 Filosofía: Reflexión metodológica que expone el acoplamiento


del saber y los límites de la existencia.
Desarrollo

A pesar de los adelantos tecnológicos la fotografía no depende


tanto de ellos, porque un artista fotográfico prioriza más su objeto
que su cámara que sólo es un medio para perpetuar su mirada y la
complejidad de su máquina puede provocarle la pérdida de una
buena foto.

Este moderno arte, más que un arte se puede transformar en una


verdadera pasión porque reduce la realidad a un sólo momento que
encierra todos los momentos y todos los actos de ese instante; y
representa un corte transversal en la línea del tiempo.

El arte de la fotografía permite vivir la vida más intensamente al


brindar el poder de revivir los hechos que conmueven y emocionan
y tomar plena conciencia de ellos.

Las fotos esclarecen el pasado revelando por medio de una síntesis


de imágenes una biografía diferente y desconocida.

Son expresiones subjetivas que abarcan recuerdos olvidados,


emociones sentidas e infinidad de historias interrumpidas o
acabadas que han dejado sus huellas.

Todos los fotógrafos tienen su propio estilo, que revela su forma de


ver el mundo, su punto de vista, su manera de pensar y sentir
desde las primeras imágenes.

Este arte es una manera de salir de si mismo porque ayuda a


interesarse y a comprender al otro, porque es una actividad que
favorece el vínculo con la realidad.

Sacar una foto no implica gran esfuerzo, aunque se decida preparar


la escenografía. Exige mucho menos que el arte de la pintura, es
una tarea mucho más rápida que se puede rehacer todas las veces
que sean necesarias desde distintos ángulos, en pocos minutos, a
distintas horas del día, con más o menos personas o destacando la
soledad de un ausente.
Una foto es el resultado de la observación de un instante en el
tiempo y el espacio; y como en la pintura es también un dibujo de
una realidad.

Saber captar el objeto es importante pero también lo es, poder


sugerir lo que no aparece.

El escritor percibe una realidad y la cuenta, el pintor la dibuja o la


pinta y el fotógrafo le saca una foto; porque la realidad que les
interesa está en cada lugar que miran.

Un fotógrafo tiene gran necesidad de conocer lugares y tiene que


tener la libertad de ir en su búsqueda con una cámara para poder
expresar cómo piensa y siente con sus fotos.

La fotografía tiene la capacidad de detener el tiempo y de conservar


cada instante, es un cuadro del proceso de la vida que nos revela
como hemos sido, nos muestra el transcurrir de las estaciones, nos
recuerda las casas donde hemos vivido y los cambios de las
modas; y además tiene el poder de mantener vivos a los muertos de
la mejor manera, llenos de vida, cuando aún no se concebía su
ausencia.

Si el tiempo se relaciona con el espacio, tal vez de la misma


manera, de algún modo, cada instante quede grabado para siempre
y cada experiencia, cada lágrima, cada sonrisa, cada triste o feliz
evento quede registrado eternamente; y alguna vez, cuando se
pueda viajar en el tiempo, los seres humanos puedan revivir esos
momentos
Filosofía y fotografía

La reflexión teórica sobre la fotografía comienza desde el mismo


momento en que se inventa la tecnología fotográfica y coincide
temporalmente con un momento en el que la pintura ha alcanzado
un alto grado de realismo. Esta coincidencia motiva la comparación
de ambas prácticas y marca de un modo significativo la forma en la
que se piensa sobre el nuevo medio. Por un lado, se intuye que la
fotografía (que de otro modo sería una mera invención científica)
puede tener potencial artístico, pues guarda suficiente similitud en
tanto que representación pictórica, con la pintura o el dibujo. Por
otro, se hace énfasis en el realismo distintivo de la fotografía y su
estrecha relación con lo real, lo que a su vez motiva a muchos
teóricos a dudar precisamente de que la fotografía pueda de hecho
ser un arte; si bien el nuevo medio era capaz de obtener el ideal
mimético que promovía la tradicional teoría representacional del
arte, lo era en virtud de procesos mecánicos o automatizados y no
como el resultado de una técnica virtuosa que presupusiera un
ejercicio expresivo por parte de un artista.

La Nueva Teoría de la Fotografía.


Fotografía como proceso y énfasis en lo artístico Las diversas
críticas a la posición ortodoxa han generado una vía alternativa para
pensar filosóficamente sobre la fotografía y responder a los
postulados escépticos sobre su artisticidad y su posibilidad de
representar contenidos ficcionales. Esta línea de investigación
alternativa se ha denominado la Nueva Teoría de la Fotografía
(Costello 2018) y se caracteriza, a grandes rasgos, por considerar
a la fotografía como un proceso de múltiples etapas; negar que
exista una distinción ontológica radical entre las fotografías y otras
representaciones pictóricas y en su versión más radical,restar
importancia al valor epistémico mientras se enfatiza su carácter
artístico. Uno de los textos iniciadores de la Nueva teoría, es el de
Dawn Wilson (de soltera, Phillips) (Phillips 2009). En él, Wilson
propone un desafío más serio a la ortodoxia al cuestionar que una
una relación puramente causal pueda, de hecho, determinar el tema
de la fotografía o lo que una fotografía representa. Además, Wilson
hace énfasis en que el proceso de producción de la fotografía es
mucho más complejo de lo que la teoría ortodoxa describe. Según
ella, lo que distingue a las fotografías de otros tipos pictóricos no es
que las primeras representen por mera causalidad ‘natural’, sino un
proceso de producción distintivo que Wilson caracteriza en cuatro
pasos:
1. Formación de una imagen de luz, usando objetos del mundo y
fuentes de luz en un estado de cosas ordinario.
2. Evento fotográfico: se registra la imagen de luz y se produce una
imagen latente aún no Enciclopedia SEFA Sociedad Española de
Filosofía Analítica existe una fotografía propiamente dicha pues no
hay imagen visible.
3. La información registrada y guardada pasa por un proceso para
crear una o varias imagen(es) visual(es) patentes: fotografías
propiamente dichas.
4. La apariencia de la fotografía pone al espectador en posición de
saber algo acerca del evento fotográfico.
Mientras que la ortodoxia parece reducir lo que es la imagen
fotográfica a lo que Wilson llama el evento fotográfico, Wilson,
siguiendo a Maynard (2005), hace énfasis en que, hasta ese punto
del proceso, aún no existe, estrictamente hablando, una imagen.
Para obtener una fotografía propiamente dicha, sostiene Wilson,
han de llevarse a cabo otros procesos y, en ellos, la agencia
intencional puede y suele tener mayor cabida. Esta caracterización
del proceso fotográfico de un modo más pormenorizado y menos
reduccionista motivó a otros filósofos a extender esta línea de
investigación. Paloma Atencia-Linares, por ejemplo, basándose en
la descripción de Wilson sobre el proceso fotográfico, cuestiona la
idea tradicional sobre lo que se entiende como representación por
medios estrictamente fotográficos para argumentar en contra de la
supuesta imposibilidad de la fotografía para representar contenidos
ficcionales (Atencia-Linares 2012). Atencia-Linares propone que lo
que es específico de la fotografía o lo que es estrictamente
fotográfico, no es un proceso causal no mediado por estados
mentales, sino la explotación, control y manipulación de la luz y sus
efectos durante todas las etapas del proceso de producción y no
solo en el momento del disparo. Esto, argumenta Atencia-Linares,
nos ayuda a ver por qué la fotografía sí puede representar
contenidos ficcionales por medios estrictamente fotográficos: en
muchos casos se puede manipular y controlar la incidencia de la luz
para obtener imágenes no realistas. Sin embargo, la versión más
radical y también más amplia de la nueva teoría viene de la mano
de Dominic McIver Lopes (2016). Para Lopes, no hay nada
intrínseco a la fotografía que la haga epistémicamente significativa
en el sentido que propone la ortodoxia. Es cierto, admite Lopes, que
hay una tendencia a considerar a las fotografías como fuentes de
información privilegiadas sobre los objetos que representan y sus
apariencias. Sin embargo, esta es simplemente una cuestión
psicológica que no tiene fundamento en la naturaleza de la
fotografía, sino en haber tomado como ejemplo central o estándar
de lo que es la fotografía a un subconjunto específico de prácticas
fotográficas. Este subconjunto, que abarca prácticas como el
fotoperiodismo o la fotografía científica, está regulado por normas
orientadas al conocimiento o transmisión de información, pero no es
ni representativo del conjunto general de las prácticas fotográficas,
ni mucho menos el caso central. Hay muchas otras prácticas,
igualmente fotográficas, que no se rigen por normas orientadas a la
obtención de conocimiento, sino por normas estéticas o artísticas.
Algunas de estas prácticas son lo que Lopes llama cast
photography, fotografía típica de artistas conceptuales como Jeff
Wall, Cindy Sherman o Sherrie Levin, que toma como molde
escenas reales y las duplica, fotografía lírica. fotografías como las
de Richard Mosse o Catherine Yass, que explotan diferentes
técnicas inherentes a la producción de imágenes que desafían las
fronteras y posibilidades del proceso fotográfico, o las fotografías
abstractas que se centran más en las formas que en el contenido de
la imagen. Estas prácticas, sostiene Lopes, no son Enciclopedia
SEFA Sociedad Española de Filosofía Analítica coextensivas con
las representaciones manugráficas por lo que no deben excluirse
del conjunto general de prácticas fotográficas. Para Lopes, existe de
hecho una distinción entre las fotografías y las demás
representaciones pictóricas, pero ésta es mucho más permisiva que
la propuesta por la ortodoxia. Para él, las fotografías se distinguen
de las demás imágenes manugráficas en que las primeras, al
contrario que las segundas, se originan en un evento fotográfico,
entendido en términos similares a los que propone Wilson. Pero, a
partir de ahí, y puesto que la producción de una fotografía no se
reduce a este evento, hay múltiples procesos posteriores que
pueden tener lugar en la producción de una fotografía que este
medio comparte o puede compartir con otras formas de producción
de imágenes, sin que la utilización de estos procesos evite que las
imágenes sean consideradas fotografías. El problema con esta
concepción mucho más amplia y permisiva de lo que es una imagen
fotográfica es que considera fotografías casos que intuitivamente
consideraríamos pinturas. Por ejemplo, casos donde una artista
toma como fuente una imagen fotográfica, pero procede a cubrirla
enteramente con pintura de un modo que su aspecto final no luce
de ningún modo como una fotografía (Costello 2018). Más aún, bajo
la concepción de Lopes de fotografía caerían casos que la en la
práctica habitual, de hecho, se consideran claramente pinturas
como, por ejemplo, cuadros hiperrealistas que usan como base
imágenes fotográficas (Atencia-Linares en prensa). Por otro lado, la
concepción deflacionaria de Lopes sobre el valor epistémico de la
fotografía, parece dejar de lado que, en muchos casos, incluso en
las prácticas no reguladas por normas orientadas al conocimiento,
es relevante hacer referencia a los objetos reales representados. La
apreciación, por ejemplo, de las fotografías abstractas o las
fotografías que representan entidades de ficción, no parece ser
igual que la apreciación de las pinturas abstractas o las pinturas que
representan contenidos ficcionales. Se podría argumentar que en el
caso de la fotografía parte de lo que hace interesante dichas
imágenes es que nos sorprende cómo modifican o defamiliarizan
nuestra percepción de objetos del mundo. Parece, como dice
Savedoff, que es inevitable buscar el referente real de la imagen
aún cuando sabemos que el objeto de atención es distinto.

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