Filosofía. Cartagena De Indias DT & C. 06/02/2020 Introducción
Un fotógrafo con su cámara es un aventurero a la búsqueda de su
mejor fotografía. Es básicamente un observador que vive al compás de lo que registran sus ojos que revela realidades y significados que pueden estar mucho más allá de las imágenes.
El arte de la fotografía es aprender a mirar y ver el significado oculto
de todas las cosas. Conceptos claves
Fotografía: es la técnica de captar imágenes permanentes con
una cámara, por medio de la acción fotoquímica de la luz o de otras formas de energía radiante, para luego reproducirlas en un papel especial.
Arte: expresiones realizadas para los hombres que intentaron
demostrar una visión sensible sobre el mundo. Qué es el arte es un concepto que incluye todas las realizaciones del cuerpo humano para expresar una visión sensible acerca del mundo, ya sea real o imaginario.
Su definición vale por diversos recursos, pudiendo ser
plásticos, sonoros o lingüísticos, con el fin de expresar ideas, emociones, percepciones y sensaciones, por ejemplo el abstracionismo que usa un lenguaje visual distorcionado.
Filosofía: Reflexión metodológica que expone el acoplamiento
del saber y los límites de la existencia. Desarrollo
A pesar de los adelantos tecnológicos la fotografía no depende
tanto de ellos, porque un artista fotográfico prioriza más su objeto que su cámara que sólo es un medio para perpetuar su mirada y la complejidad de su máquina puede provocarle la pérdida de una buena foto.
Este moderno arte, más que un arte se puede transformar en una
verdadera pasión porque reduce la realidad a un sólo momento que encierra todos los momentos y todos los actos de ese instante; y representa un corte transversal en la línea del tiempo.
El arte de la fotografía permite vivir la vida más intensamente al
brindar el poder de revivir los hechos que conmueven y emocionan y tomar plena conciencia de ellos.
Las fotos esclarecen el pasado revelando por medio de una síntesis
de imágenes una biografía diferente y desconocida.
Son expresiones subjetivas que abarcan recuerdos olvidados,
emociones sentidas e infinidad de historias interrumpidas o acabadas que han dejado sus huellas.
Todos los fotógrafos tienen su propio estilo, que revela su forma de
ver el mundo, su punto de vista, su manera de pensar y sentir desde las primeras imágenes.
Este arte es una manera de salir de si mismo porque ayuda a
interesarse y a comprender al otro, porque es una actividad que favorece el vínculo con la realidad.
Sacar una foto no implica gran esfuerzo, aunque se decida preparar
la escenografía. Exige mucho menos que el arte de la pintura, es una tarea mucho más rápida que se puede rehacer todas las veces que sean necesarias desde distintos ángulos, en pocos minutos, a distintas horas del día, con más o menos personas o destacando la soledad de un ausente. Una foto es el resultado de la observación de un instante en el tiempo y el espacio; y como en la pintura es también un dibujo de una realidad.
Saber captar el objeto es importante pero también lo es, poder
sugerir lo que no aparece.
El escritor percibe una realidad y la cuenta, el pintor la dibuja o la
pinta y el fotógrafo le saca una foto; porque la realidad que les interesa está en cada lugar que miran.
Un fotógrafo tiene gran necesidad de conocer lugares y tiene que
tener la libertad de ir en su búsqueda con una cámara para poder expresar cómo piensa y siente con sus fotos.
La fotografía tiene la capacidad de detener el tiempo y de conservar
cada instante, es un cuadro del proceso de la vida que nos revela como hemos sido, nos muestra el transcurrir de las estaciones, nos recuerda las casas donde hemos vivido y los cambios de las modas; y además tiene el poder de mantener vivos a los muertos de la mejor manera, llenos de vida, cuando aún no se concebía su ausencia.
Si el tiempo se relaciona con el espacio, tal vez de la misma
manera, de algún modo, cada instante quede grabado para siempre y cada experiencia, cada lágrima, cada sonrisa, cada triste o feliz evento quede registrado eternamente; y alguna vez, cuando se pueda viajar en el tiempo, los seres humanos puedan revivir esos momentos Filosofía y fotografía
La reflexión teórica sobre la fotografía comienza desde el mismo
momento en que se inventa la tecnología fotográfica y coincide temporalmente con un momento en el que la pintura ha alcanzado un alto grado de realismo. Esta coincidencia motiva la comparación de ambas prácticas y marca de un modo significativo la forma en la que se piensa sobre el nuevo medio. Por un lado, se intuye que la fotografía (que de otro modo sería una mera invención científica) puede tener potencial artístico, pues guarda suficiente similitud en tanto que representación pictórica, con la pintura o el dibujo. Por otro, se hace énfasis en el realismo distintivo de la fotografía y su estrecha relación con lo real, lo que a su vez motiva a muchos teóricos a dudar precisamente de que la fotografía pueda de hecho ser un arte; si bien el nuevo medio era capaz de obtener el ideal mimético que promovía la tradicional teoría representacional del arte, lo era en virtud de procesos mecánicos o automatizados y no como el resultado de una técnica virtuosa que presupusiera un ejercicio expresivo por parte de un artista.
La Nueva Teoría de la Fotografía.
Fotografía como proceso y énfasis en lo artístico Las diversas críticas a la posición ortodoxa han generado una vía alternativa para pensar filosóficamente sobre la fotografía y responder a los postulados escépticos sobre su artisticidad y su posibilidad de representar contenidos ficcionales. Esta línea de investigación alternativa se ha denominado la Nueva Teoría de la Fotografía (Costello 2018) y se caracteriza, a grandes rasgos, por considerar a la fotografía como un proceso de múltiples etapas; negar que exista una distinción ontológica radical entre las fotografías y otras representaciones pictóricas y en su versión más radical,restar importancia al valor epistémico mientras se enfatiza su carácter artístico. Uno de los textos iniciadores de la Nueva teoría, es el de Dawn Wilson (de soltera, Phillips) (Phillips 2009). En él, Wilson propone un desafío más serio a la ortodoxia al cuestionar que una una relación puramente causal pueda, de hecho, determinar el tema de la fotografía o lo que una fotografía representa. Además, Wilson hace énfasis en que el proceso de producción de la fotografía es mucho más complejo de lo que la teoría ortodoxa describe. Según ella, lo que distingue a las fotografías de otros tipos pictóricos no es que las primeras representen por mera causalidad ‘natural’, sino un proceso de producción distintivo que Wilson caracteriza en cuatro pasos: 1. Formación de una imagen de luz, usando objetos del mundo y fuentes de luz en un estado de cosas ordinario. 2. Evento fotográfico: se registra la imagen de luz y se produce una imagen latente aún no Enciclopedia SEFA Sociedad Española de Filosofía Analítica existe una fotografía propiamente dicha pues no hay imagen visible. 3. La información registrada y guardada pasa por un proceso para crear una o varias imagen(es) visual(es) patentes: fotografías propiamente dichas. 4. La apariencia de la fotografía pone al espectador en posición de saber algo acerca del evento fotográfico. Mientras que la ortodoxia parece reducir lo que es la imagen fotográfica a lo que Wilson llama el evento fotográfico, Wilson, siguiendo a Maynard (2005), hace énfasis en que, hasta ese punto del proceso, aún no existe, estrictamente hablando, una imagen. Para obtener una fotografía propiamente dicha, sostiene Wilson, han de llevarse a cabo otros procesos y, en ellos, la agencia intencional puede y suele tener mayor cabida. Esta caracterización del proceso fotográfico de un modo más pormenorizado y menos reduccionista motivó a otros filósofos a extender esta línea de investigación. Paloma Atencia-Linares, por ejemplo, basándose en la descripción de Wilson sobre el proceso fotográfico, cuestiona la idea tradicional sobre lo que se entiende como representación por medios estrictamente fotográficos para argumentar en contra de la supuesta imposibilidad de la fotografía para representar contenidos ficcionales (Atencia-Linares 2012). Atencia-Linares propone que lo que es específico de la fotografía o lo que es estrictamente fotográfico, no es un proceso causal no mediado por estados mentales, sino la explotación, control y manipulación de la luz y sus efectos durante todas las etapas del proceso de producción y no solo en el momento del disparo. Esto, argumenta Atencia-Linares, nos ayuda a ver por qué la fotografía sí puede representar contenidos ficcionales por medios estrictamente fotográficos: en muchos casos se puede manipular y controlar la incidencia de la luz para obtener imágenes no realistas. Sin embargo, la versión más radical y también más amplia de la nueva teoría viene de la mano de Dominic McIver Lopes (2016). Para Lopes, no hay nada intrínseco a la fotografía que la haga epistémicamente significativa en el sentido que propone la ortodoxia. Es cierto, admite Lopes, que hay una tendencia a considerar a las fotografías como fuentes de información privilegiadas sobre los objetos que representan y sus apariencias. Sin embargo, esta es simplemente una cuestión psicológica que no tiene fundamento en la naturaleza de la fotografía, sino en haber tomado como ejemplo central o estándar de lo que es la fotografía a un subconjunto específico de prácticas fotográficas. Este subconjunto, que abarca prácticas como el fotoperiodismo o la fotografía científica, está regulado por normas orientadas al conocimiento o transmisión de información, pero no es ni representativo del conjunto general de las prácticas fotográficas, ni mucho menos el caso central. Hay muchas otras prácticas, igualmente fotográficas, que no se rigen por normas orientadas a la obtención de conocimiento, sino por normas estéticas o artísticas. Algunas de estas prácticas son lo que Lopes llama cast photography, fotografía típica de artistas conceptuales como Jeff Wall, Cindy Sherman o Sherrie Levin, que toma como molde escenas reales y las duplica, fotografía lírica. fotografías como las de Richard Mosse o Catherine Yass, que explotan diferentes técnicas inherentes a la producción de imágenes que desafían las fronteras y posibilidades del proceso fotográfico, o las fotografías abstractas que se centran más en las formas que en el contenido de la imagen. Estas prácticas, sostiene Lopes, no son Enciclopedia SEFA Sociedad Española de Filosofía Analítica coextensivas con las representaciones manugráficas por lo que no deben excluirse del conjunto general de prácticas fotográficas. Para Lopes, existe de hecho una distinción entre las fotografías y las demás representaciones pictóricas, pero ésta es mucho más permisiva que la propuesta por la ortodoxia. Para él, las fotografías se distinguen de las demás imágenes manugráficas en que las primeras, al contrario que las segundas, se originan en un evento fotográfico, entendido en términos similares a los que propone Wilson. Pero, a partir de ahí, y puesto que la producción de una fotografía no se reduce a este evento, hay múltiples procesos posteriores que pueden tener lugar en la producción de una fotografía que este medio comparte o puede compartir con otras formas de producción de imágenes, sin que la utilización de estos procesos evite que las imágenes sean consideradas fotografías. El problema con esta concepción mucho más amplia y permisiva de lo que es una imagen fotográfica es que considera fotografías casos que intuitivamente consideraríamos pinturas. Por ejemplo, casos donde una artista toma como fuente una imagen fotográfica, pero procede a cubrirla enteramente con pintura de un modo que su aspecto final no luce de ningún modo como una fotografía (Costello 2018). Más aún, bajo la concepción de Lopes de fotografía caerían casos que la en la práctica habitual, de hecho, se consideran claramente pinturas como, por ejemplo, cuadros hiperrealistas que usan como base imágenes fotográficas (Atencia-Linares en prensa). Por otro lado, la concepción deflacionaria de Lopes sobre el valor epistémico de la fotografía, parece dejar de lado que, en muchos casos, incluso en las prácticas no reguladas por normas orientadas al conocimiento, es relevante hacer referencia a los objetos reales representados. La apreciación, por ejemplo, de las fotografías abstractas o las fotografías que representan entidades de ficción, no parece ser igual que la apreciación de las pinturas abstractas o las pinturas que representan contenidos ficcionales. Se podría argumentar que en el caso de la fotografía parte de lo que hace interesante dichas imágenes es que nos sorprende cómo modifican o defamiliarizan nuestra percepción de objetos del mundo. Parece, como dice Savedoff, que es inevitable buscar el referente real de la imagen aún cuando sabemos que el objeto de atención es distinto.