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Karen Shirley Torres Rentería

La burla del feminismo

Para nadie es raro el hecho de en estos últimos años las mujeres se han revelado
para demostrarle al mundo que ellas no son el “sexo débil” y que su opinión y
participación deberían ser tomadas con el mismo valor y respeto que la de los
hombres. Nuestro país no es ajeno a la situación que se presenta a nivel mundial,
independientemente de las condiciones, económicas, políticas y sociales, el
feminismo transgrede de forma agresiva y no diferencia entre clases sociales y
relaciones de poder. Desde los orígenes del ser humano, se ha distinguido una
notable diferencia entre los hombres y las mujeres, y el papel desempeñado por
ellos y ellas; dejando en evidencia que el género masculino ha sido
sobrevalorado y el de ellas en ocasiones ignorado, subvalorado y hasta
menos preciado. Cada época o momento histórico trae consigo sus
logros y a su vez sus desdichas, teniendo en cuenta que ambos son y tienen
sentido dependiendo de quien las viva y las interprete, es decir, dependiendo de los
intereses que muevan determinado contexto general y particular. Como
seres sociales estamos inmersos en culturas que nos transmiten constantemente
toda una serie de sentimientos, ideas y conocimientos de la realidad, lo que hace
que el mundo social esté lleno de significaciones y representaciones.
Además de forma cotidiana se categorizan las personas y sus acciones
en grupos específicos en los que aprendemos a conducirnos según
reglas y normas establecidas socialmente, mientras tanto, todo este
conjunto de saberes y vivencias culturales se transmite a las nuevas
generaciones que si bien, siguen perpetuando esta desigualdad cultural, que más
que esto, es la legitimación de la violación sin censura de los derechos humanos.
Con respecto a la subvaloración de la mujer en el mundo, la
participación política es una de las muestras más significativas y representativas,
donde puede resumirse la historia de su negación y de su conquista. El feminismo
desde su surgimiento ha tenido como bandera una lucha por la igualdad, en
particular de derechos, la prohibición de la discriminación en el trabajo,
la revocación de las leyes contra el aborto, la igualdad de género en aspectos
políticos como el derecho al voto, el trabajo en igualdad de circunstancias y el
Karen Shirley Torres Rentería

derecho a la educación. Por su parte la búsqueda de la igualdad de género no


implica que hombres y mujeres sean iguales, sino que los derechos, las
posibilidades, las responsabilidades y los deseos de ambos no dependan
de haber nacido hombre o mujer. En teoría, todos tenemos los mismos
derechos y responsabilidades, pero en la práctica no sucede así, especialmente si
se es joven y mujer, un factor doble de discriminación, en donde las mujeres cobran
menos que los hombres por el mismo trabajo y muy pocas acceden a puestos de
tomas de decisión. Se considera que los movimientos feministas tienen su origen
en la Declaración de los derechos universales de igualdad y de libertad
promovidos en la Revolución Francesa y en la Ilustración; el feminismo ilustrado
tuvo lugar con las condiciones que proporcionaron las revoluciones burguesas, en
las cuales nacen las categorías de lo público y lo privado, donde las mujeres en
ninguno de los dos escenarios tienen un lugar protagonista o por lo menos
participativo. Si bien en lo privado, desde cierto discurso se hace pensar que ese
no es su lugar, pues no está dado desde la decisión y la autonomía, sino, desde un
lineamiento moralista del deber ser. Este feminismo ilustrado está propuesto en el
marco del feminismo de la igualdad, el cual crea un orden relacional diferente.
Valores que se resaltaron como la libertad, la igualdad y la fraternidad en
la revolución francesa, dan lugar a pensar en las mujeres como individuos libres,
aun teniendo en cuenta que en el surgimiento del mundo moderno las mujeres
no quedan representadas, ya que el hombre era la medida de la ciencia.
Sin embargo, para este momento, ya existen mujeres organizadas que intentan
explicar la opresión de las ellas y transfórmala, tomando conciencia de su
situación y comenzando a reivindicar la igualdad en todos los terrenos, tanto en
derechos como en oportunidades y no solo para varones.
responsabilidades, pero en la práctica no sucede así, especialmente si se es
joven y mujer, un factor doble de discriminación, en donde las mujeres cobran
menos que los hombres por el mismo trabajo y muy pocas acceden a puestos
de tomas de decisión.
Respecto al tema como tal existe un tabú muy real y es el hecho de no saber
descifrar a las mujeres; pues es difícil pensar, leer, o tratar de explicar a una
Karen Shirley Torres Rentería

mujer por fuera de todas las variables que tiene un contexto, independiente del
momento histórico, pues como sujeto político ella está adscrita a un
espacio, unas relaciones, a una naturaleza, etc. que de una u otra manera se
deben tener en cuenta a la hora de ocupar un lugar en cada uno de estos
espacios y estas esferas que configuran a la mujer como tal. A modo de reflexión
se percibe cómo los hombres son más felices que las mujeres, por una razón
básica y es que en general han tenido la libertad de ser, entiendo esa libertad
como pilar para la satisfacción y realización de cualquier ser humano. Con esto no
se dice que los hombres no tengan el derecho de serlo, sino, que para las mujeres
nos ha resultado un camino largo y arduo lleno de estereotipos y encajes que no
corresponden necesariamente, y es éste el punto fundamental de una conclusión,
más allá de las construcciones teóricas completamente validas, más allá de
las luchas que se han logrado, también de los asuntos profundos e
intangibles, como los evidentes y cotidianos, la autonomía que proporciona
la libertad para el autoconocimiento, valoración, reconocimiento en un lugar social,
y sentir que se puede decidir conforme a los principios y lineamientos
personales es clave para superar cualquier tipo de opresión. No hay
desconocimiento que si bien, tanto hombre como mujeres estamos construidos en
relación con el otro en un proceso de reconocimiento, aprendizajes, transmisiones,
etc., y que contrario a la incertidumbre que puede provocar el abanico de
posibilidades, es una gran riqueza poder identificarlas y aceptar el reconocimiento
en ellas. Un aspecto como construcción individual que produce fricción con el
avance y que hay que superar, es validar cada posibilidad y proporcionar
garantías de realización, por supuesto desde una postura ética, que permita ser y
dejar ser al otro. Sin imposiciones, sin prejuicios, sin una historia que permee el
contexto (pero sin olvidarla); mejor con ánimos de un progreso como colectivo
social que no haga diferencias entre sexo, género, color, cultura, raza, edades ni
creencias.
Karen Shirley Torres Rentería

Bibliografía

Beard, M. (2018). Tómense en serio las mujeres. El país. Recuperadode:


https://elpais.com/cultura/2018/02/09/actualidad/1518198528_044052.html
Feminismo: lo que se dice vs. Lo que es
https://sentiido.com/feminismo-lo-que-se-dice-vs-lo-que-es/

Beard, M. (2018).
Tómense en serio las
mujeres. El país.
Recuperado
de:
https://elpais.com/cultur
a/2018/02/09/actualida
d/1518198528_044052.
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Karen Shirley Torres Rentería

responsabilidades, pero
en la práctica no sucede
así, especialmente si se
es
joven y mujer, un factor
doble de discriminación,
en donde las mujeres
cobran
menos que los hombres
por el mismo trabajo y
muy pocas acceden a
puestos
de tomas de decisión.
Se considera que los
movimientos feministas
Karen Shirley Torres Rentería

tienen su origen en la
Declaración
de los derechos
universales de
igualdad y de
libertad promovidos
en la
Revolución Francesa y
en la Ilustración; el
feminismo ilustrado
tuvo lugar con
las condiciones que
proporcionaron las
revoluciones burguesas,
en las cuales
Karen Shirley Torres Rentería

nacen las categorías de


lo público y lo privado,
donde las mujeres en
ninguno
de los dos escenarios
tienen un lugar
protagonista o por lo
menos participativo.
Si bien en lo privado,
desde cierto discurso se
hace pensar que ese no
es su
lugar, pues no está
dado desde la decisión
Karen Shirley Torres Rentería

y la autonomía, sino,
desde un
lineamiento moralista
del deber ser. Este
feminismo ilustrado
está propuesto
en el marco del
feminismo de la
igualdad, el cual crea
un orden relacional
diferente. Valores
que se resaltaron
como la libertad, la
igualdad y la
Karen Shirley Torres Rentería

fraternidad en la
revolución francesa,
dan lugar a pensar en
las mujeres como
individuos libres, aun
teniendo en cuenta
que en el surgimiento
del mundo
moderno las mujeres
no quedan
representadas, ya
que el hombre era
la
medida de la ciencia.
Karen Shirley Torres Rentería

Sin embargo, para este


momento, ya existen
mujeres organizadas
que intentan
explicar la opresión
de las ellas y
transfórmala, tomando
conciencia de su
situación y comenzando
a reivindicar la igualdad
en todos los terrenos,
tanto en
derechos como en
oportunidades y no solo
para varones

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