Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Robert Iger, a quien todos llaman Bob, acaba de dejar la dirección, pero continúa en la
junta directiva de Disney.
Foto: getty images
RELACIONADOS:
LIDERAZGO
DISNEY
Por: REDACCIÓN EL TIEMPO
Los c ons ejos ger enci ales del hombr e que llevó a la cima a Dis ney
ABR 03
Parecía el momento perfecto para dar un paso al lado, pero en la vida no todo sale
como uno espera. Pasan cosas imprevisibles. El hecho de que continúe dirigiendo
la empresa mientras escribo estas líneas lo demuestra, al igual que, de forma mucho
más trascendental, los acontecimientos de aquella semana en Shangai.
Pero Disney también forma parte del mundo de los informes trimestrales de
resultados, las expectativas de los accionistas y el sinfín de obligaciones adicionales
que supone dirigir una empresa que opera en casi todos los países del mundo. En
los días menos accidentados es un trabajo que exige adaptarse y readaptarse
constantemente. Se pasa de trazar una estrategia de crecimiento con los inversores
a estudiar el diseño de una nueva atracción gigante de un parque con los
“imagenieros” (los diseñadores creativos), enviar comentarios sobre el primer
montaje de una película, hablar sobre las medidas de seguridad, el gobierno
corporativo, el precio de las entradas y la escala salarial. Cada día es un desafío
trepidante, pero también un ejercicio interminable de segmentación; abordas un
tema: ¿cuáles son las cualidades de las princesas Disney en el mundo actual y
cómo deberían plasmarse en nuestros productos?, y luego lo aparcas para
concentrarte en el siguiente: ¿cuál será el orden de producción de las películas de
Marvel durante los próximos ocho años? Y eso sucede los raros días en que las
cosas se desarrollan tal como estaba previsto. Como deja muy claro la semana que
acabo de describir, siempre surgen crisis y fallos para los que nunca se puede estar
totalmente preparado. Pocos serán tan trágicos como los acontecimientos de esa
semana, pero siempre pasa algo.
Esto no solo es aplicable a la Walt Disney Company, sino a cualquier empresa o institución.
Siempre acaba pasando algo.
En su mayor parte, el libro sigue un orden cronológico. Desde mi primer día en ABC, he
tenido veinte empleos y catorce jefes. He sido el último mono en una telenovela y he dirigido
una cadena que produjo algunos de los programas de televisión más innovadores (y uno
de los fracasos más rotundos) de todos los tiempos. He estado dos veces del lado de la
empresa adquirida, y he adquirido e integrado varias, entre ellas Pixar, Marvel, Lucasfilm y,
más recientemente, 21st Century Fox. He proyectado el futuro de la industria del ocio y el
espectáculo con Steve Jobs y me he convertido en el guardián de la mitología de Star Wars
de George Lucas. He pensado todo los días en la manera en que la tecnología redefine la
forma en que creamos, entregamos y experimentamos los medios de comunicación, y lo
que significa ser, al mismo tiempo, relevante para un público moderno y fiel a una marca de
casi cien años de antigüedad. Y he trabajado con el máximo afán y cuidado para establecer
una conexión entre esa marca y miles de millones de personas de todo el mundo.
Decisión. Todas las decisiones, por difíciles que sean, deben tomarse del modo más
oportuno posible. Los líderes deben fomentar la diversidad de opiniones, pero
equilibrándola con la necesidad de tomar y aplicar decisiones. La indecisión crónica
no solo es ineficaz, sino que socava los cimientos de la moral.
Equidad. Un liderazgo fuerte implica tratar a las personas de forma justa y decente. La
empatía es esencial, y la proximidad. Las personas que cometen errores merecen una
segunda oportunidad, y juzgar a la gente con demasiada dureza genera miedo y
ansiedad, lo que desincentiva la comunicación y la innovación. No hay nada peor para una
empresa que una cultura del miedo.
Reflexión. Este es uno de los elementos más subestimados del buen liderazgo. Es el
proceso de adquirir conocimientos de modo que las opiniones que se emitan o las
decisiones que se tomen resulten más creíbles y con más probabilidades de acierto.
Integridad. No hay nada más importante que la calidad y la integridad de las personas y
los productos de una organización. El éxito de la empresa depende de la aplicación de
criterios éticos exigentes en todo, desde lo más importante hasta lo más trivial. En otras
palabras: la forma en que haces algo es la misma en que lo haces todo.
BOB IGER
Saliente presidente y CEO de Disney* Cortesía Penguin Random Hous