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Solórzano Suverza Víctor Daniel

Historia de la filosofía V
31 de octubre de 2019

Habermas

En la siguiente cita nos encontramos con el señalamiento de Habermas de que la


teoría se ha encontrado en lugares distintos según ha avanzado el hombre, en
donde se ha pasado de una función meramente mística a una de contemplación
del cosmos; que la filosofía y la ciencia le han dado un lugar importante a la
generación de teoría. En concreto, dirá Habermas, la ciencia les ha dado un papel
importante a estos postulados de comprensión del cosmos, en estos ha cimentado
la forma de comprender el mundo, sin embargo, se ha caído en un engaño
causado por el positivismo científico, en el cual los postulados científicos se
desencarnan de la praxis, en el sentido de que pareciera que los postulados
teóricos dan la forma de comprensión del mundo por sí mismos, como si fueran
anteriores a toda praxis y a su vez, pareciera que estos dan el ser de las cosas si
se cumplen con las reglas que estos sostienen, es decir, que la ciencia es la que
ordena como han de ser las cosas.
Ante esta situación Habermas irá al encuentro de Husserl, el cual se
percató de esta situación e hizo su crítica en 3 aspectos: la objetivación del
mundo, la aparente desaparición de la subjetividad derivada de la objetivación y la
autorreflexión trascendental. La forma en la que Husserl propondrá la solución a
estas es por medio de la fenomenología.

“La fenomenología capta en todo caso las normas que son necesarias para
la labor trascendental de la conciencia; en términos Kantianos, describe
leyes de razón pura, pero no normas de legislación general de razón
práctica, conforme a las cuales se pudiera dirigir una voluntad libre.” 1

De esta cita podemos observar que Husserl comprende que la fenomenología


tiene la posibilidad de realizar normas trascendentales debido a su capacidad de
describir rigurosamente los hechos que están suscitándose, dejando a un lado los
prejuicios o principios de los que muchas veces partimos por la Epojé, con lo cual
se da cuenta de la experiencia racionalmente.
Al ser de esta manera, podemos percatarnos que nuestros postulados
científicos no dan un sentido de las cosas, sin embargo, la misma fenomenología
tampoco lo puede hacer, ya que la mera descripción de los hechos, por más
lejanos a una subordinación de la subjetividad, no puede postular principios que se
unan a la praxis, en la que actuamos y vivimos con nuestros prejuicios. Asimismo,
es necesario señalar que a pesar de que queramos postular principios para dar
cuenta de la realidad, estos siempre parten de la experiencia y es gracias a la
experiencia, al ensayo y error que se presentan en los laboratorios de creación de
teorías, que estos postulados se forman y no al revés. De ahí que las leyes de la
praxis no puedan regirse por las leyes del pensamiento.
1
Jurgen Habermas, Conocimientos e Interés (Discurso inaugural), en Ciencia y Técnica como ideología, pp. 3

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