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«Vivimos en un mundo donde nadie, ningún país, existe de forma aislada. Todos vivimos a
la vez en nuestras propias comunidades y en el mundo en general. Estamos vinculados,
conectados, somos interdependientes. Ante el potencial benéfico de la globalización, y de
sus riesgos, ante la persistencia de conflictos mortales en los que los civiles son el principal
objetivo y ante la omnipresencia de la pobreza y la injusticia, debemos identificar las áreas
en las que es necesaria una acción colectiva y, a continuación, llevarla a cabo para
salvaguardar el interés común del mundo entero». Kofi A. Annan, antiguo Secretario
General de las Naciones Unidas158 Voz y participación, rendición de cuentas y
receptividad. Esos son los tres elementos de la gobernanza que más contribuciones y
esfuerzos voluntarios aglutinan, si bien cobran formas distintas a escala mundial y a escala
nacional y local. A escala mundial no está claramente establecido el papel de los agentes
gubernamentales como garantes de derechos ni el de los ciudadanos como titulares de estos,
papeles que permiten que los pueblos puedan exigir responsabilidades y respuestas a escala
nacional y local. ¿Por qué motivo? La mayor parte de las organizaciones internacionales
deben rendir cuentas a los gobiernos y Estados nacionales, no a los ciudadanos de dichos
Estados; la mayor parte de las empresas multinacionales responden a sus consejos de
administración, y muchas organizaciones de la sociedad civil, a sus donantes, más que a las
personas en cuyas vidas están influyendo.
El Voluntariado es capital social en acción: Existe un amplio consenso en que una de las
fuerzas motoras del desarrollo es el capital social de las sociedades. Está integrado
básicamente por cuatro dimensiones:
a) la confianza existente entre los miembros de una sociedad y el nivel de confianza que
tienen en sus líderes políticos, económicos y sociales;
Efectivamente, ello sucede con el voluntariado. Cuanto más se tiene la experiencia del
trabajo voluntario, más se despierta el compromiso con él. Por otra parte, la experiencia
voluntaria es un fortalecedor neto y casi insustituible de los valores éticos positivos y del
civismo.
Es una falacia oponer Estado y voluntariado: Se dice que el Estado es quien debe
hacerse cargo de la cobertura social de la población, y si hay un voluntariado activo eso
sería una señal de un Estado débil. O se plantea que el voluntariado no puede por sí cambiar
las causas estructurales que generan pobreza y que -por lo tanto- su tarea es un paliativo,
que no hace mayor sentido.
Los voluntarios tienen una actitud más positiva hacia la vida" . También hallaron que el
comportamiento voluntario genera en el cerebro dopamina, un neurotransmisor que lleva a
sentir una sensación de felicidad interna. Esa sensación actúa como incentivo para repetir
ese comportamiento. Por algo la sabiduría oriental coincidiendo con la bíblica dice que:
"Aquel que regala una rosa a otro se queda con la fragancia en la mano" . El gesto de
fraternidad, deja a quien lo practica con una "fragancia" única.
Los logros del voluntariado en América Latina han sido "a pesar de...": En América
Latina han tendido a primar condiciones muy diferentes. El voluntariado comienza
recientemente a empezar a conformarse como política pública en algunos países. La
legislación es muy débil y no contiene disposiciones promotoras sino casi exclusivamente
reguladoras. Los medios masivos no le han prestado la atención debida. Con algunas
excepciones, no ha habido políticas sistemáticas para educar en voluntariado. La opinión
pública sumergida con frecuencia en los mitos creados por la ortodoxia económica lo ha
tomado como un actor menor, como se señaló inicialmente. Los avances no han sido "a
favor de", sino "a pesar de" estas condiciones adversas. Son muchos y ejemplares y están
basados en la fuerza de personas y grupos comprometidos éticamente, en el apoyo de
organismos externos que han enfatizado su cooperación en este campo.
El Voluntariado todavía no ha dicho lo que tiene que decir en América Latina: Los
graves problemas sociales que crean tanta miseria y pobreza en un continente
potencialmente tan rico, que desestabilizan continuamente la gobernabilidad, que minan la
confianza, que crean generaciones de jóvenes desalentados, y que tienen una de sus bases
principales en la aguda desigualdad de la región, requieren una respuesta colectiva.
Pero todos los actores sociales deben tomar sus responsabilidades al respecto, y colaborar y
coordinarse con las políticas públicas. El voluntariado latinoamericano con su vigor, su
capacidad creativa, su genuinidad, puede hacer aportes trascendentes. Es necesario crear
una política pública que sea una política de Estado para respaldarlo, jerarquizarlo, dictar
leyes promotoras, educar sistemáticamente, ponerlo en la gran agenda pública.
Hola, soy María, una chica valenciana de 28 años y este verano he cumplido mi sueño.
Siempre me había atraido ir a África de colaboración, y por fin se han dado las condiciones
en mi vida para llevarlo a cabo este Julio. Gracias a la ONG con la que colaboro CCONG
Ajuda al Desenvolupament he podido poner mi grano de arena. Soy farmacéutica y mi
labor ha consistido en llevar medicamentos al hospital de Hombori, ordenar la farmacia del
hospital, gestionar los primeros trámites para abrir un despacho de farmacia independiente
del hospital y repartir vales de medicamentos y de asistencia sanitaria gratuita a las mujeres
de los poblados. Esto último ha sido lo mejor, no puedo borrar de mi mente las caras de la
gente (sobre todo de los niños) cuando nos veían aparecer en sus poblados, unas blancas(en
uno de los poblados era la primera vez que veían a una mujer blanca) que llegaban en un
4X4 campo a través, vestidas muy sosas(de colores claros) para como van allí las mujeres,
y con ortodoncia en los dientes!!!!!!! .......imaginaros!! Ha sido muy gratificante y
duro(climatología, higiene, enfermedad...etc) pero sin lugar a dudas compensa.
El azar suele viajar de incógnito. Toma asiento a nuestro lado y nos acompaña silencioso,
alterando tímidamente nuestras vidas sin que apenas nos percatemos de ello. A menudo lo
hace disfrazado de pequeñas casualidades, de circunstancias cuotidianas o, de acciones y
decisiones aparentemente intrascendentes. Es sólo después, mirando atrás, que somos
capaces de entender el importante papel que éste ha jugado en nuestro viaje por la vida. Se
disfrazó de casualidad cuando apadriné una niña en la India unos años antes de visitar el
país. Se disfrazó de decisión intrascendente cuando escogí leer entre tantos libros el Dios
de las pequeñaas cosas o el Gitanjali de Tagore. Se puso el vestido de circunstancia
cuotidiana cuando hice el postgrado en temas de cooperación. Y se vistió de coincidencia
cuando encontrélas webs de Shanti Bhavan o de Forkids. Alguien dirá que eso no es el azar,
sino el Destino, el Karma, el Orden Natural, la Providencia o la Fatalidad. Dadle el
nombre que queráis. Ciertamente cuando uno va cumpliendo años y mira hacia atrás,
empieza a intuir cierto camino escondido bajo la arena. Después de tres años y de tres
visitas a la India, empiezo a entrever este camino que me ha llevado donde estoy y a ser
quien soy. Ahora creo que puedo escribir la primeras reflexiones o si queréis conclusiones
de mis estancias en este país. 1.- La primera conclusión es que tú no visitas la India, es
ella quien te visita a ti. Esto tardas en entenderlo, y de hecho no sé exactamente como
explicarlo, así que no sé si es una reflexión muy útil para quien pueda leerla. Una vez leí
que un viaje a la India es un viaje al interior de tu cabeza. Quizás es porque la India te pone
a prueba constantemente, te rompe todos los esquemas, y te obliga a reflexionar sobre
muchas cuestiones. La India te puede sugerir cualquier cosa excepto indiferencia. 2.- La
segunda es que no hay una India. Hay miles. Está la India tradicional, la contemporánea,
la mágica, la eterna, la rica, la pobre¦ Más de mil millones de personas, veintinueve estados,
dieciocho lenguas oficiales, miles de dialectos, infinidad de religiones y creencias. Mark
Twain dijo: La India es la cuna de la raza humana, el lugar de nacimiento del discurso
humano, la madre de la historia, la abuela de la leyenda y la bisabuela de la tradición. Los
materiales más valiosos y instructivos de la historia están guardados sólo en la India. 3.-
Sólo con cinco minutos en la India tienes bastante para descubrir que la pobreza tiene
ojos, y que estos te atraviesan como puñales. Algunos puñales van cargados de súplicas,
otros de indiferencia, otros de simple curiosidad, y algunos pocos también de desprecio. Por
suerte también hay muchas sonrisas que te buscan, te encuentran y que de alguna manera
equilibran la balanza. Visitar la India significa asistir a la lucha por la vida en las
profundidades de tu ser. En la India ves lo mejor y lo peor de la naturaleza humana. Creo
que es en la Ciudad de la Alegría donde se dice que delante de ciertas realidades sólo tienes
tres opciones: huir, ser un espectador o comprometerte. La elección por supuesto, siempre
es cosa tuya. 4.- Una conclusión importante es la de que haciendo un voluntariado sobre
el terreno apenas puedes cambiar nada. Con unos meses no hay tiempo de hacer grandes
cosas, pero haciendo honor a la frase de Teresa de Calcuta sobre las pequeñas acciones: si
estas gotas de agua no existieran quizás el océano las echaría de menos. Lo que más
cambia haciendo un voluntariado sobre el terreno es el propio voluntario, y su verdadero
poder transformador empieza realmente cuando vuelve a su casa y se percata de la burbuja
donde había vivido. Es entonces cuando tiene la capacidad de implicar a otras personas que
a la larga harán más pequeños cambios e implicarían a otras personas, construyendo así una
cadena interminable. 5.- Hay mucha más gente de la que creemos que dedica toda su
vida a los demás. Y no lo digo en el sentido religioso de ayudar a los otros para
autosalvarse sus propias almas, sino que lo hacen porque creen que otro mundo es posible.
No un mundo perfecto, sino simplemente un mundo más justo. Vivimos en una sociedad
consumista, egoísta e individualista pero os puedo asegurar que el altruismo existe, yo lo he
visto. Lo he visto en Vicente Ferrer que ha cambiado dos millones de vidas, pero también
lo he visto en chicas de 18 años que se van de voluntarias una semana a un orfanato de
Calcuta. Lo he visto en familias bajo el umbral de la pobreza que se gastan sus pocas rupias
para darte todas las atenciones a ti, el visitante. Lo he visto en personas como Latha y Ali
en Bagepalli (Forkids). Lo he visto en gente como Jaume Sanllorente y sus Sonrisas de
Bombay o en Abraham George y su proyecto Shanti Bhavan. Estos últimos, ambos con una
vida fácil y sin complicaciones por delante, pero que lo han dejado todo para intentar
mejorar la vida de unos niños y niñas que no tenían ningún futuro. Lo he visto en mujeres
anónimas en pueblos remotos, marcadas por unas historias personales tan duras que
nosotros no podemos ni llegar a imaginar, pero que han tirado adelante y ahora hacen de
trabajadoras sociales o de maestras en su pueblo. 6.- También he aprendido que la vida es
una duda constante. Enfrentarte a realidades tan duras como las de la India multiplica tus
dudas por mil, incluso sobre aquellas cuestiones que ya creías tener más claras. Vicente
Ferrer sentencia magistralmente: La duda es la herida de la mente al alma. 7.- Pertenezco
a la India. Después de tres visitas, tengo allí suficientes amigos y vínculos como para
considerarme una pequeña parte de este país. La India nunca será mi casa, es imposible
reemplazar Girona, donde he nacido y crecido, donde están mi familia y mis amigos, pero
sé que la India ocupa una parte muy importante de mi vida. 8.- Una cosa que se aprende
viajando, no hace falta ir a la India (y que conste que yo distingo entre viajar y hacer
turismo), es que antes que nada somos ciudadanos del mundo. Yo después soy gironé
(gerundense), y a todo lo que queda detrés (catalán, español, europeo) cada vez le doy
menos importancia. Creo en aquello de que se ha pensar globalmente y actuar localmente,
no sólo al realizar nuestras acciones sino también en nuestra concepción de la vida. 9.- La
última conclusión/reflexión viene en forma de proverbio hindúº: Todo lo que no es dado es
perdido
Por identificar y encarar necesidades no cubiertas, por innovar, por entregar servicios de
excepcional calidad y por servir a los que tienen mayores necesidades”.