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Limitaciones, problemas y alcances de la acción sindical

El presente documento tiene como objetivo hacer una breve reflexión acerca de los alcances y
limitaciones de la acción sindical, desde una perspectiva clasista y revolucionaria.

Los sindicatos son uno de los organismos que la clase trabajadora se ha dado para luchar por sus
reivindicaciones1. Los sindicatos surgen como un resultado de la relación dialéctica entre las
fuerzas productivas, por tanto, nacen y se desarrollan necesariamente como una consecuencia del
sistema capitalista. De esta manera, el sindicato representa una organización proletaria específica
del período en que el capital domina la historia, encarnando la diferencia entre capital y trabajo
(Anderson, 1968) vinculado particularmente a las reivindicaciones de tipo económicas. Por este
motivo, los sindicatos son a la vez opuestos y componentes del capitalismo mismo.

Por otro lado, el sindicato es aquella organización de base que aglutina a los y las trabajadoras en
tanto clase, es decir, a los sectores explotados de la sociedad, aquellos que deben vender su
fuerza de trabajo para sobrevivir. En ese sentido, el sindicato como organización de base, propio
de la clase explotada, es un instrumento de masas del sector estratégico de la sociedad,
entendiéndose como estratégico debido a que allí se expresa directamente la contradicción
fundamental del capitalismo: capital/trabajo. Es decir, es una organización que dentro del
capitalismo agrupa a los productores y no a los explotadores.

A raíz de lo anterior, partimos sobre la base de que insertarse en los sindicatos es una necesidad
objetiva para el trabajo de masas en el sector de las y los trabajadores, para la activación de luchas
reivindicativas con el fin de acumular fuerza social y desarrollar conciencia de clase.

1. Definición, alcance y limitaciones

En primer lugar, es importante mencionar que el movimiento de la clase trabajadora a lo largo de


la historia, ha generado avances en función de sus propias experiencias directas, construyendo los
organismos que se revelan más idóneos (Gramsci, 1922), y por tanto ha utilizado diferentes
instrumentos acorde al período histórico en el que se encuentra y el estado de la lucha de clases.
A continuación, se desarrollarán algunas ideas sobre sus limitaciones y alcances, entendiendo que
ambos aspectos conviven en una relación dialéctica y dependerá del tipo de estrategia sindical que
se impulse para la persistencia de alguno u otro elemento:

a) Los sindicatos al ser un producto histórico propio del contexto capitalista no necesariamente
desafían la existencia de la sociedad de clases, sino más bien se limitan a expresarla.
Esto significa que, debido a su naturaleza (económica), difícilmente los sindicatos serán
agentes conductores del proceso revolucionario, vale decir, de la toma del poder del Estado y

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Otros organismos generados por las y los trabajadores fueron las mutuales, cooperativas, comités de
cesantes, los cuales tuvieron más que nada un carácter de apoyo mutuo y no de lucha reivindicativa. Sin
embargo, estos bastante pocos los organismos de este tipo que logran mantener independencia de clase,
siendo los sindicatos la herramienta que más se ha utilizado como medio de inserción de los sectores de la
izquierda con apuestas revolucionarias.
el capital. Pueden negociar, e incluso generar ciertas condiciones de desarrollo de la
conciencia que generen un avance en la lucha de clases, sin embargo, al ser producto del
capitalismo, su rol se ve limitado a este período específico de la lucha de clases.

Los sindicatos se constituyen para negociar con el empleador, en función de alcanzar


reivindicaciones económicas, hasta el sindicato más combativo debe negociar. Por lo tanto, los
sindicatos como hoy los conocemos se circunscriben sólo al capitalismo, ya que el marco de
negociación implica una conciliación patrón/trabajador.

A partir de lo anterior suceden otras dos afirmaciones de la limitación en cuestión, esto es que
el desarrollo de conciencia que puede llegar a alcanzar la acción sindical se limita a la
conciencia sectorial y también será sectorial la fuerza que puede llegar a alcanzar el
movimiento sindical, es decir, no tiene carácter universal (de la clase en su totalidad).

Pese a todo lo anterior, el trabajo sindical puede ser enfocado hacia la superación de la lucha
económica y el avance en el desarrollo de conciencia de clase, entendiendo que la lucha
reivindicativa reúne condiciones que permiten el desarrollo de conciencia a través de la
confrontación directa entre una clase y otra. La dialéctica propia de la lucha de clases se hace
más evidente en situaciones de conflicto, tensionando a las partes a tomar posición. La lucha
reivindicativa permite generar esas tensiones y serán las y los revolucionarios quienes
buscaremos incidir en esa toma de posición hacia una perspectiva cada vez más clasista. Por
ello tenemos el deber de apuntar a la generación de un sindicalismo clasista por medio de la
lucha concreta, la formación, la agitación y propaganda.

Si bien el carácter economicista del sindicato aparece como una limitación de su quehacer, no
es sinónimo irrestricto de incapacidad de politización, al contrario, el deber de la inserción
política en estos órganos es la de politizar las luchas para potenciar la superación de esta
limitación propia del carácter del sindicato en la fase actual del capitalismo. La superación será
posible en concordancia con el avance de la lucha de clases y la recomposición del movimiento
de trabajadores y trabajadoras.

Por otro lado, en un nuevo período de la lucha de clases, como en el de una recomposición del
movimiento de trabajadores y alza en la lucha, así como en un proceso de agudización mayor
la forma organizativa que se dota la clase puede ir modificándose en función de la agudización
de la misma y ser superada en el paso a un nuevo estadio, adquiriendo nuevas características.

b) Las herramientas que posee el sindicato para lograr sus objetivos (la huelga) se basa en la
ausencia, la abstención y no en una acción que pase a la ofensiva con la clase burguesa y el
sistema capitalista.

Esto se vincula con el control que se ejerce sobre la fuerza de trabajo y con la capacidad de las
y los trabajadores de detener la producción, lo cual implica pérdidas para el empleador. El
carácter abstencionista de la huelga radica principalmente en los niveles de conciencia
desarrollados ya que al ser las y los trabajadores los poseedores de la fuerza de trabajo, así
como pueden parar la producción también pueden sabotearla o luchar para controlarla.
La huelga en períodos en donde hay un alza en las movilizaciones y recomposición del
movimiento de trabajadores puede pasar a ser paros productivos de alcance nacional o pasar
de ser una herramienta de ausencia a una de sabotaje y acción directa. En todos estos casos,
el mayor logro será la ausencia de trabajo, producción o distribución. Es decir se intentará
obstruir las relaciones de producción. No obstante, en un cambio en la correlación de fuerzas
el paro productivo nacional puede propiciar nuevas formas de organización que avancen hacia
el control de la producción, pero eso ya no sería una huelga, sino que la superación de esta
herramienta.
Sin embargo, para ello se requiere que los avances en la conciencia de la clase se vayan
materializando en nuevos instrumentos como por ejemplo una central clasista. Experiencias
históricas como los cordones industriales (o los consejos obreros de otros países) debe ser
evaluadas, al igual que las tácticas que permitan vincular el trabajo sindical con la estrategia
de construcción de poder popular, el cual se debiera expresar en el control de la producción y
la distribución por parte de las y los trabajadores.

En resumen, se podrían sintetizar las limitaciones de los sindicatos en el capitalismo y el período


actual en tres elementos: son un instrumento que sólo expresa las clases, sus métodos de lucha
propios son de abstención por lo que no alcanzan a constituir una ofensiva y tienen un carácter
sectorial (tanto en fuerza como en conciencia).

Es importante recalcar que estas limitaciones no son infranqueables, por el contrario la acción de
cuadros políticos y la generación de una perspectiva sindical al interior del movimiento de
trabajadores y trabajadoras pueden permitir la superación de estas limitaciones ampliando sus
alcances.

2. Problemas derivados de las limitaciones

Pese a que como se ha reflexionado en el documento, las limitaciones pueden ser superadas por la
acción sindical consciente desde la izquierda revolucionaria, existen problemas evidentes
desprendidos de las mismas limitaciones del sindicalismo, algunas de estas son:

a) Sindicalismo de conciliación: el sindicato es un organismo de “estado obrero al interior del


estado burgués” que sólo existe en el contexto capitalista y puede llegar a ser útil al desarrollo
propio del capitalismo (Gramsci, 1922), llegando a convivir con él de manera armónica.
Actualmente el sindicalismo de conciliación es hegemónico, debido principalmente a que la
inserción política en estos instrumentos de masas generados en el contexto capitalista ha sido
principalmente por parte de partidos políticos burgueses. La inserción de la izquierda
revolucionaria ha sido marginal, por lo que no ha sido capaz de revertir esta situación.

b) Superestructura burocrática: se ha ido generando producto del origen propio del sindicato que
puede convivir con el sistema capitalista. Al no potenciar el desarrollo de una democracia de
clase que permita constituirse realmente en la negación de la democracia burguesa, lo que ha
sucedido en la práctica es que los dirigentes pierdan el espíritu de clase y adquieren las
características de la conciencia pequeñoburguesa, lo que sumado al sindicalismo de
conciliación ha permitido la perpetuación de dirigentes que no luchan por los intereses de la
clase trabajadora.
La superestructura burocrática no la genera ni la estructura misma, ni el fuero de las y los
dirigentes, sino la perspectiva de éstos y su forma de trabajo. Se entiende que dirigentes
nacionales (de federaciones o confederaciones) probablemente tendrán pocas posibilidades
de hacer trabajo de base o de trabajar en su puesto de trabajo, sin embargo, serán los
objetivos que persigue el sindicato, la forma de trabajo y los principios sindicales los que
permitirán romper con el burocratismo y avanzar hacia la democracia sindical y el
fortalecimiento de las bases. En ese sentido, nuevamente aparece el problema de la inserción
marginal de la franja revolucionaria en el sindicalismo, es importante comenzar a insertarse en
sindicatos para impulsar formas nuevas de trabajo, dividiendo los roles en su interior,
potenciando espacios político sindicales (AIT por ejemplo) que vayan generando espacios de
debate político sindical, formación y propaganda que permitan dar una disputa ideológica al
interior del movimiento sindical y posicionar una postura clasista y combativa.
Por último, en los sindicatos altamente burocratizados y de data histórica más prolongada,
como por ejemplo el servicio público en general, es más difícil romper con el burocratismo ya
que están controlados por partidos políticos que imponen un sindicalismo de conciliación de
clase y prácticas clientelares, impidiendo la participación efectiva. Pese a eso, no se niega la
posibilidad de insertarse en estos sindicatos, y será la realidad local la que se debe evaluar
para seguir determinadas tácticas tales como la disputa de la conducción en algunos casos o la
inserción en miras de un quiebre para la generación de una nueva organización. Para ambas
tácticas, será el trabajo de base el único método para avanzar.
Por último, no debemos negar la posibilidad de constituir federaciones y confederaciones, ya
que no es la estructura en sí misma la que provoca el burocratismo, lo que debemos apuntar
es a generar trabajo de base para constituir federaciones de conducción clasista. En ese
sentido la disputa de conducción será siempre más simple en organizaciones no federadas o
confederadas y propiciar la creación de federaciones clasistas. En trabajos donde el sindicato
ya está federado, habrá que buscar disputar la conducción de ésta.

c) Surgimiento del sindicalismo como ideología: se expresa en corrientes que al evaluar que las y
los trabajadores son el sector estratégico también serán el sujeto de conducción del proceso
revolucionario, y por ende es el sindicato el instrumento para la revolución. Esto se relaciona
con la confusión entre el instrumento partido y el sindicato. Hubo una tendencia,
principalmente Trotskista (y anarcosindicalista) de confundir el rol que cumple el sindicato y el
partido, llegando a plantear que el rol revolucionario radica en el sindicato y no en el partido.
(Lenin, 1921)
La principal confusión en esto es que la revolución será conducida por un destacamento de
vanguardia de la clase trabajadora, es decir, los cuadros de la clase, aquellos que logran
superar el carácter sectorial del sindicalismo y analizan de manera universal el problema de la
contradicción capital y trabajo y adhieren a un proyecto revolucionario de manera consciente.
3. Relación con la organización política y el partido

Muchas de las limitaciones de la acción sindical, así como sus problemas prácticos tienen estrecha
vinculación con la necesidad de construir un partido revolucionario, y en cómo este partido debe
relacionarse con los sindicatos.

El instrumento que permitirá otorgar una visión universal de los problemas de la clase, así como
del sistema capitalista y su superación, es el partido revolucionario que incorpora la lucha de los
diferentes sectores. Asimismo, es el partido quién emprenderá la lucha revolucionaria como tal,
por lo tanto las plataformas sindicales de articulación deben apelar al desarrollo de conciencia de
clase y no a cumplir un rol revolucionario, ya que eso es tarea del partido, quién funcionará como
correa transmisora con los sindicatos por medio de sus cuadros políticos.

Sólo porque el partido no es inherente al sistema político y económico del capitalismo puede
abolirlo decisivamente (Anderson, 1968)

En ese sentido, los sindicatos cumplen un rol reivindicativo anclado en las luchas económicas y el
partido cumple un rol revolucionario anclado en la lucha revolucionaria. Cabe mencionar que la
división entre sindicato y partido no es extrema ni rígida, es decir, funciona en una relación
dialéctica por medio de la intervención política al interior del sindicato. En ese proceso, el partido
busca avanzar en el desarrollo de conciencia de clase, y a su vez aprende del trabajo de masas
sobre el estado actual de la clase y las tácticas más acertadas para avanzar.

Sin embargo, el tener clara las limitaciones de los sindicatos, así como definir que la tarea
estratégica la cumple el partido, debemos clarificar que el trabajo de inserción sindical debe
permitirnos avanzar en el desarrollo de conciencia de clase y de lucha política al interior del
mundo de los y las trabajadoras.

En ese sentido, pese a sus limitaciones, la lucha reivindicativa es la herramienta más efectiva para
propiciar el desarrollo de conciencia de clase, y por lo tanto la inserción de la militancia en los
espacios sindicales deberá apuntar a potenciar ese proceso de concientización y organización, es
decir, levantar y fortalecer organizaciones sindicales con características clasistas y combativas.

Es necesario reconocer las limitaciones del sindicalismo, sin embargo visualizar sus posibles
alcances, y el que se visualiza es la posibilidad de potenciar organización en la clase trabajadora,
intensionar la lucha reivindicativa con el objeto de avanzar en la politización de la lucha y el
desarrollo de conciencia de clase, para ello nuestros dirigentes y/o socios de sindicatos deben
permanentemente difundir los principios del sindicalismo clasista y hacerlos prácticos.

Es por ello que hoy la inserción en el trabajo sindical tiene su fundamento en los siguientes
elementos:
 Reconocemos que son las y los trabajadores el sector estratégico para la transformación
revolucionaria debido al lugar que ocupan al interior de la producción.
 Reconocemos las limitaciones que tienen los sindicatos, sin embargo visualizamos la
posibilidad de desarrollar conciencia de clase y politizar las reivindicaciones económicas a
través de la lucha concreta.
 Reconocemos como una necesidad la instalación de perspectivas clasistas y combativas al
interior de los sindicatos con el fin de intencionar el salto cualitativo en la conciencia de los y
las trabajadoras.
 Reconocemos que los avances cualitativos de politización y desarrollo de conciencia de clase al
interior del mundo sindical serán de carácter sectorial.
 El trabajo sindical, además de la conciencia, nos permitirá la acumulación de fuerza social
revolucionaria por medio de la conjugación de la lucha reivindicativa y la instalación del
sindicalismo clasista.

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