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UNIDAD TEMATICA I
PARTE PROPEDÉUTICA
Objeto: a) Problemática de las relaciones entre el Estado Federal y las Provincias, relaciones de las
Provincias entre sí, relaciones de las provincias y los municipios y de éstos últimos entre sí.
b) Teoría y práctica de las instituciones provinciales. C) Desenvolvimiento de las instituciones
municipales. Todo lo dicho hasta aquí avala la existencia de un objeto específico de la asignatura.
Objeto = conocimiento.
FUENTES NORMATIVAS:
1) Constitución Nacional (Art. 31)
2) Leyes Federales. (Art. 31)
3) Constituciones Provinciales
4) Cartas y Leyes Orgánicas Municipales
5) Jurisprudencia.
FUENTES INFORMATIVAS:
1) Derecho Comparado.
2) Doctrina.
Clasificaciones
Monarquía: poder supremo del Estado en una sola persona.
Tiranía: se actúa a favor del interés particular.
Aristocracia: poder supremo del Estado en pocas personas.
Oligarquía: se actúa a favor del interés particular.
Democracia: poder supremo del Estado en muchas personas.
Demagogia: se actúa a favor del interés particular.
Nuestros Constituyentes, adoptaron la Forma Republicana de Gobierno, según surge del Art. 1 de la
Constitución Nacional.
República: se opone a la forma Monárquica de Gobierno.
En Democracia, el legítimo poder de gobierno se subdivide en Poder Legislativo, Ejecutivo y
Judicial, los que respectivamente, crean las leyes, controlan su cumplimiento y sancionan a quienes
las violan, no pueden desconocerse los derechos humanos y sociales: el estado de derecho.
Igualdad ante la ley. Es la comunidad política organizada sobre la base de la igualdad de todos los
hombres cuyo gobierno es simple agente del pueblo, elegido por el pueblo de tiempo en tiempo y
responsable ante él de su administración.
Unitarismo y Federalismo.
El Unitarismo supone la existencia de una organización política del Estado de neto corte
centralizador. Así, todo el poder se halla concentrado en un lugar geográfico desde el cual se ejerce
autoridad sobre la totalidad del territorio del Estado.
El Federalismo en general se presenta como una organización política del Estado con tendencia a
la descentralización.
Descentralización política y descentralización administrativa: Concepto y distinción.
Nuestra Constitución responde a su vez a un tipo de ordenamiento jurídico: la descentralización.
Esta descentralización surge de un movimiento espontáneo del poder, que, según las distintas
comunidades, tiende a concentrarse o desconcentrarse, conforme operen sobre él fuerzas
centrífugas o centrípetas.
Caracterización general: El fenómeno de la descentralización política se compadece en sus
presupuestos básicos con el sistema federativo. En ella coexisten las estructuras de gobierno del
Estado Federal central, las Provincias y los Municipios. Al contrario, la centralización política
significa adoptar el sistema opuesto, esto es, el unitarismo, que supone la existencia de un solo
núcleo centralizado del poder.
El tema de la Centralización y Descentralización administrativa supone determinar si el Estado sea
Central o Local, procede a autoadministrarse por intermedio de sus propios órganos o si lo hace
valiéndose de instituciones de tipo autárquico.
En el primer supuesto descrito estamos frente a la centralización administrativa, en el restante
hallamos la descentralización administrativa.
Alberdi creía advertir el germen de la descentralización política y administrativa argentina en la
institución de los cabildos (antecedentes hispánicos). Sarmiento y Alberdi afirmaban que el Cabildo
es la institución madre de nuestras libertades democráticas. Esta afirmación no es totalmente
correcta, puesto que el pueblo no intervenía en la elección de los miembros del cabildo, quienes
eran designados por los funcionarios salientes y luego el Virrey debía aprobar los nombramientos.
EL FEDERALISMO.
En este sistema, el poder se descentraliza de forma tal que existen varios estados: el Estado
Federal o nacional y los otros Estados, que son los Estados miembros que se encuentran
descentralizados y que reciben el nombre de provincias. El Estado Federal o Nacional es soberano,
mientras que las provincias son unidades autónomas, independientes unas de otras, que componen
nuestra federación. Que las Provincias no son soberanas se desprende de los artículos 5 y 31; que
son autónomas surge de los artículos 121 a 123. A partir de la Reforma de 1994, debe sumarse la
autonomía de la Ciudad de Buenos Aires (Art. 129 CN). La Constitución regula las competencias del
Estado Federal o nacional y de los estados locales o provinciales y coordina sus relaciones,
estableciendo un régimen indisoluble.
Entre los órganos, nacionales, provinciales y locales o municipales, hay relaciones de poder que se
ponen de manifiesto en autoridades, competencias, dominios y jurisdicciones diversas. Relaciones
que se engloban en el término genérico de FEDERALISMO. Sin Federalismo no hay Derecho
Público Provincial.
La Constitución es una Ley de participación, otro elemento de la forma federal.
Diferencias:
Confederación: se fundamenta en un tratado.
Estado Federal: hace lo propio por medio de una Carta Constitucional. Conforme exista o no
delegación de competencias del conjunto de Estados integrantes a favor del Estado Central.
Autonomía: Es la facultad que tienen las provincias de un Estado Federal a los fines de darse sus
propias instituciones en el marco de su constitución provincial y reconociendo en todos los casos la
sujeción jurídica natural que la obliga frente al Estado Federal Central.
Autonomía Institucional: Conforme al Art. 5, las provincias dictarán para sí una Constitución, y según
el Art. 122, “se dan sus propias instituciones locales y se rigen por ellas”.
Para BAS la autonomía provincial consiste en la “facultad de organizarse, en las condiciones de la
Ley Fundamental, dictando sus instituciones con absoluta prescindencia de todo otro poder y de
ejercer dentro de su territorio el poder absoluto y exclusivo de legislación y jurisdicción, con relación
a todo asunto no comprendido en las atribuciones delegadas por la Constitución al Gobierno
Federal, respetando las garantías y limitaciones que la misma establece”.
Autocefalía: es la capacidad de una comunidad de darse sus propias autoridades sin intervención
de una instancia ajena a su propia comunidad.
UNIDAD TEMATICA II
PARTE HISTORICA
Nuestro régimen pertenece al tipo de estado federal. Sus orígenes lo encontramos en la resistencia
del las gobernaciones, intendencias al centralismo del virrey español.
Desaparecido Moreno la Junta Grande aunque contaba con diputados del interior en su seno, tendió
al centralismo que se acentúo aun más con el primer triunvirato. Así reaccionaron los pueblos del
interior y aparecieron los caudillos, cuya primera figura fue José Artigas.
Alberdi verdadero inspirador de la carta fundamental de 1853 conocía la añeja controversia
unitarismo- federalismo. Y así hace un estudio de las bases enumerando los antecedentes federales
y unitarios. Allí deduce la imposibilidad de adoptar uno de los dos sistemas en forma pura. De ello
proviene su idea de un régimen mixto, dotado de principios generales de federalismo. Sin embargo
el resultado final fue la constitución de 1853 que convierte el ingrediente unitario en principio básico.
Pero curiosamente la convención provincial bonaerense, que reviso la constitución nacional en
1860, produjo reformas de tal entidad al punto de dar origen a una nueva carta fundamental.
La fuerte tendencia a la centralización ha sido promovida por las propias provincias que fueron
delegando en el Estado central diversos derechos de carácter económico (V. gr. percepción de
impuestos directos), con lo que lograron amputar buena parte de sus autonomías.
Alberdi: antecedentes.
Antecedentes unitarios en la época colonial: unidad de origen español en la población Argentina.
▪ Unidad política de gobierno porque todas las provincias, formaban parte de un solo estado.
▪ Unidad de legislación civil, comercial y penal. En el procedimiento todos están sometidos a la Real
Audiencia, unidad territorial.
▪ Unidad de costumbres y de idiomas.
Es así real que el sistema implementado por España en nuestro país no da pie al federalismo.
Tesis de Ramos Mejía.
Afirma que nuestro criterio federativos herencia del pueblo hispano. Los fenicios introducen en
España un gobierno basado en cuerpos colectivos que deja lugar a las libertades municipales. Los
romanos no derriban el reducto municipal. Luego se traslada el cabildo a Hispanoamérica. Pero
Zucherino dice que en realidad cuando los cabildos se instalan aquí es en pos de la defensa común
contra el poder real. Cuando los españoles venidos a menos en las cortes españolas sometieron
aquí a los indios y no permitieron el acceso a los criollos a la corte virreinal comenzaron las
revoluciones americanas.
Posición de Zucherino: Antecedentes del federalismo en la historia del país.
Sostiene que hay antecedentes federalistas en la época colonial, con el espíritu localista de reacción
popular contra el centralismo y en la etapa revolucionaria, por la protesta encarnada por los
caudillos.
En relación al régimen federativo acota que hay tres elementos básicos: orden político (nacido de la
puja entre provincias); orden económico (intereses de cada región); orden social (liberalismo
europeo en choque con las localidades mas provincianas).
Sostiene la existencia de antecedentes federativos en la historia del país en general. En la época
hispánica, en virtud del espíritu localista de reacción popular contra el centralismo de la capital
virreinal. En la etapa revolucionaria la protesta popular se encarna en los caudillos. Estos
antecedentes federativos tienen larga primacía entre sus similares unitarios por lo cual Zucherino
rechaza el sistema mixto que propugna Alberdi. No comparte el pensamiento de Sarmiento y del
Valle quienes consideran que la constitución de EEUU es el primer antecedente a tener en cuenta.
Conceptúa a la tesis de Ramos Mejía como inaplicable por lo de transplantar la experiencia hispana
en cuanto a los cabildos a la realidad político-social del país.
El interior acompaño en su mayoría a la gesta de mayo de 1810, pero al hacerlo los hombres del
interior pensaban que se prestaban a luchar contar la monarquía y un sistema centralista, pero en el
seno de la ciudad portuaria dos idearios se conjugaban: el uno era el de Moreno, que pretendía una
autentica revolución que nos diera independencia; el otro que tenia por cabeza a Cornelio Saavedra
que estaba integrado por ricos comerciantes porteños miembros del cabildo y la administración
virreinal. Aquí solo se iban a cambiar solo algunas cabezas pero el aparato quedaría igual en su
esencia. Al ser derrotado Moreno los pueblos del interior captan que todo era igual, que cualquier
sistema de gobierno era sometido para las provincias a través de Bs. As.
Así surgieron las montoneras y aquellos que luchaban en contra de los realistas, se dieron la vuelta
y dijeron contra la ciudad puerto y desataron la Guerra Civil.
Córdoba: Bustos retuvo en sus manos los destinos de Córdoba; reúne una asamblea que declara la
soberanía y libertad de la provincia, sin subordinación a ninguna otra, sin perder de vista la
aspiración común de la unión nacional.
El Poder Constituyente De Segundo Grado supone una determinación autónoma de los Estados
Miembros, ejercitada en forma individual por cada uno de ellos, con la finalidad de sancionar su
primera Constitución (P. Const. Originario) o a los efectos de procurar su enmienda total o parcial
(P.Const. Derivado).
En el caso argentino sirven de límite a las Constituciones Provinciales los requisitos del artículo 5º
de la C.N.
La validez y la vigencia.
La validez constitucional es el criterio para determinar la pertenencia de una Constitución dentro de
un sistema u ordenamiento jurídico. Una Constitución es válida cuando pertenece a un determinado
ordenamiento.
Tomaremos para su análisis la C.N., aunque lo que sostenemos es también válido para las
constituciones provinciales (Berardo).
a) En el Art. 30 C.N. se dispone: “La Constitución puede reformarse en el todo o en cualquiera de
sus partes. La necesidad de reforma debe ser declarada por el Congreso con el voto de dos
terceras partes, al menos, de sus miembros; pero no se efectuará sino por una Convención
convocada al efecto”. O sea, la reforma debe hacerla una Convención. La declaración del Congreso
no obliga a la Convención; según unos autores, los poderes de ésta son plenos y absolutos, en el
sentido de que, por ser elegida popularmente, investida por la soberanía nacional, con el mandato
especial de resolver sobre la reforma de la ley fundamental, procede con plena libertad, sin ser en
manera alguna trabada por la declaración previa del Congreso. Y, en cambio, son limitados, según
otros, en cuanto ella no puede revisar más puntos que aquellos comprendidos en la ley de reforma.
La Constitución es la ley suprema de la Nación, y, por consiguiente, a sus prescripciones deben
ajustarse necesariamente las normas inferiores. Las normas constitucionales son preferentemente
formales en el sentido de que primero establecen el procedimiento para la producción de normas
inferiores; en consecuencia, si estas normas inferiores no han sido producidas de acuerdo con la
forma que señala la superior, carecen de validez.
Con arreglo a lo expuesto, si se introduce una reforma a la Constitución violando el procedimiento
que la Constitución señala, resulta afectada la validez lógica de la reforma y entonces los jueces
podrían declarar inconstitucional la reforma introducida.
Sin embargo, conforme a nuestro derecho vigente a través del derecho judicial, no hay control
judicial de constitucionalidad de la reforma, porque la jurisprudencia de nuestra corte tiene
establecido que se trata de una cuestión política no judiciable: tal fue lo resuelto en el caso
“Guerrero de Soria c/ Bodegas Pulenta”, fallado el 20 de septiembre de 1963.
En el derecho público provincial hay pautas favorables a la justiciabilidad de una reforma de la
constitución provincial ( Mendoza en 1.989, Tucumán en 1.990).
b) Entramos a tratar la cuestión de fondo de una reforma constitucional.
La C.N., ha sido hecha para asegurar la unión y la armonía; a tal fin, era indispensable que ella
fuese suprema, y de este modo lo establece en el Art. 31, cuando dice que es ley fundamental de la
Nación, o sea que no hay ninguna superior a ella, y por lo tanto todas las leyes, ya sean nacionales
o provinciales, deben estar de acuerdo y en concordancia con lo que prescriben sus disposiciones.
Frente a esta norma suprema de la Nación, si se propicia una reforma y ésta vulnera el fondo, es
decir, la esencia de la Constitución, nos preguntamos (Berardo): ¿Puede dicha reforma ser
declarada inconstitucional?
Reformar una Constitución es modificar o enmendar la Constitución vigente. Es ésta una facultad
extraordinaria, y como dice Carl Schmitt, dicha facultad no es ilimitada. En el marco de una
regulación legal-constitucional, toda competencia es limitada. Agrega este autor que “una facultad
de reformar la Constitución atribuida por una normación legal-constitucional significa que una o
varias regulaciones legales-constitucionales pueden ser sustituidas por otras regulaciones legales
constitucionales, pero sólo bajo el supuesto de que queden garantizadas la identidad y continuidad
de la Constitución considerada como un todo”. Cuando las constituciones determinan dentro de su
mismo articulado, limitaciones al contenido de cualquier ulterior reforma, todo se reduciría a la
observancia de normas constitucionales expresas y categóricas. En estos casos, la ley que convoca
a la Asamblea Constituyente para considerar la reforma de esos artículos carecería de validez, pues
dicha reforma no puede encararse por vía constitucional, ya que esa misma ley suprema, de la cual
deriva la validez del ordenamiento jurídico inferior, se encarga de establecer para siempre que
determinadas normas no podrán dictarse. Para modificar ese artículo el ordenamiento establece la
forma que debe seguirse, pero además está dando un contenido que la norma inferior no debe
desconocer.
Pero si esas reformas no afectan la “identidad y continuidad de la Constitución considerada como un
todo”, es decir, atienden exclusivamente al derecho positivo encerrado dentro del orden legal de la
Constitución, no al derecho natural, porque eso sería excederse de los límites del problema y
abarcar toda la ciencia del derecho, o sea que pasaría a ser una teoría general del derecho. El
derecho natural lo debemos utilizar para interpretar una norma constitucional, puesto que el derecho
natural, al incorporarse al positivo, nos da su sentido.
Decimos que una norma es válida cuando a sido creada conforme a las estructuras normativas que
regulan la producción misma de las normas jurídicas. Siempre nos estamos refiriendo a un
ordenamiento legal cuya “identidad” o unidad debe ser respetada. En consecuencia, si una reforma
se encuentra en pugna con el ordenamiento legal que la propia Constitución ha impuesto, con sus
principios fundamentales, esa reforma puede ser declarada inconstitucional. En caso contrario, o
sea, en el de aceptar esa reforma, estaríamos frente a una desnaturalización del ordenamiento
legal; ya no podríamos hablar de reforma sino de supresión o destrucción de la Constitución.
La actual Constitución de Catamarca, en el Art. 291, dice que “cualquier enmienda o reforma
constitucional realizada en violación de una o más de las disposiciones precedentes será
absolutamente nula, y así podrá ser declarado por la Corte de Justicia, aun de oficio”. Dice Frías
que “la competencia que a la Corte de Catamarca le atribuye esa Constitución sobre la reforma
constitucional la obliga a revisar el proceso constituyente, que ha sido considerado por la
jurisprudencia constitucional, como cuestión política, excepto del control jurisdiccional. Estas
innovaciones, acogidas a la autonomía provincial, son atípicas dentro del sistema argentino.
Pero su principal interés debiera ser rendir las pruebas de la aplicación auspiciada del control
jurisdiccional. O dentro del sistema «judicialista» o por la creación de una Corte Constitucional”.
UNIDAD TEMATICA IV
GARANTIA FEDERAL E INTERVENCIÓN FEDERAL
II) Intervención Federal: Concepto. Antecedentes argentinos. Análisis del Art. 6º. Reforma de
1.860. Clasificación de los distintos tipos de Intervención Federal consagrados en la Constitución
Nacional. Etapas: a) declarativa: desarrollo; b) ejecutiva; desarrollo.
La Intervención Federal comporta el recurso extremo para hacer realidad la efectiva presencia de la
Garantía Federal. Como toda medida de corte excepcional se halla limitada en el tiempo y sólo se
produce para eliminar situaciones anómalas, concretando así, el retorno a la normalidad institucional
en el Estado Miembro afectado.
El derecho constitucional Argentino. Antecedentes.
El Pacto Federal de 1831.
Este tratado basal de nuestra organización nacional estatuye una suerte de embrión del instituto. Su
art. 13 refiriéndose a supuestos de invasión interior, efectuada por alguna Provincia ajena al Pacto,
o de ataque exterior, producido por Potencias Extranjeras, todo ello sobre alguna de las Provincias
signatarias, dispone la ayuda por parte de las restantes firmantes.
El texto de 1860 comporta un serio esfuerzo en pro del respeto de las autonomías provinciales y, en
su consecuencia, una orientación de la institución acorde con su verdadera finalidad. Dispone el
mismo: “El Gobierno Federal interviene en el territorio de las Provincias para garantir la forma
republicana de gobierno, o repeler invasiones exteriores, y a requisición de sus autoridades
constituidas para sostenerlas o restablecerlas, si hubiesen sido depuestas por la sedición, o por
invasión de otra Provincia”.
Es reconstructiva y
Para garantizar la represiva
Por decisión del Forma Republicana de Gobierno
TIPOS DE
Estado
INTERVENCIO Federal Central Para repeler invasiones exteriores
NES (“per se”)
FEDERALES
DEL ART. 6 En ambos casos
Por decisión del Ante sedición p/ser sostenidas o
Estado Fed. Central restablecidas. Ante invasión de
a REQUISITORIA otra Prov. p/ser sostenida o restab.
de las autoridades es protectora.
provinciales.
2) De tipo protector: Para repeler invasiones exteriores.Se trata de una especie que se explica por
sí sola. Ella se da en casos de penetración de contingentes militares extranjeros en el territorio
de alguna Provincia. Va de suyo la calidad de protectoras que asumen estas intervenciones.
Intervención Federal por decisión del EFC a requisitoria de las autoridades provinciales.
1) Supuesto de Sedición.
Aquí el EFC interviene la Provincia afectada ante requisitoria de sus legítimas autoridades, para
sostenerlas o restablecerlas en el ejercicio de sus funciones, de las que han debido ser privadas u
obstaculizadas por disturbio interno. De su mismo enunciado nace su condición de Intervención
Protectora.
2) Supuesto de invasión de otra Provincia.
Estamos frente a una especie en que el EFC interviene la Provincia correspondiente a requisición
de sus legítimas autoridades, para sostenerlas o reponerlas en el ejercicio de sus funciones, ante
una privación u obstaculización nacida de un conflicto interprovincial. La índole de la figura lleva a la
caracterización de la misma como protectora.
La llamada intervención federal preventiva. En el curso del año 1962 el PEN procedió a la
Intervención “per se” y mediante decreto, de todas aquellas Provincias donde hubieran resultado
victoriosos candidatos de extracción justicialista. Ello en las elecciones del 18 de marzo de aquel
año. Adujo la necesidad de garantir la forma republicana de gobierno y extendió la medida no sólo a
las autoridades provinciales y municipales por entonces en ejercicio, sino también a las electas. De
allí se ha querido inferir la existencia de una especie de Intervención Federal por decisión “per se”
del EFC y del tipo Preventivo. Zuccherino se opone rotundamente a tal criterio por resultar del
mismo:
1) Una verdadera desnaturalización del instituto de la Intervención Federal. Su télesis última es
proteccionar la garantía federal a las Provincias, no avasallar sus autonomías por motivaciones
políticas circunstanciales.
2) Un despropósito en materia de lógica jurídica. Por cuanto el EFC no puede racionalmente,
custodiar la forma republicana de gobierno en relación de gobernantes futuros. Se juzga a
gobernantes antes de que sean tales.
ETAPA DECLARATIVA.
Comprende todos los actos conducentes y todas situaciones a resolver para poner en marcha la
Intervención Federal.
Para atribuir calidad de autoridad constituida, es factor determinante el hecho de que la misma haya
sido o no reconocida por alguna autoridad del EFC.
También procedería la Intervención ante supuestos de disturbio intestino o invasión de otra
Provincia que hubieren ocasionado la caducidad de toda autoridad constituida estadual, operando
con ello la imposibilidad material de requisitoria.
ETAPA EJECUTIVA.
Analizamos aquí la intervención Federal puesta en marcha.
¿Cómo procede el Interventor a poner en práctica la Intervención Federal sobre los poderes
provinciales?
En caso de una intervención amplia o sea aquella que afecta a los tres Poderes del Estado
Provincial. Todos los actos producidos por las autoridades intervenidas con anterioridad a la
asunción del cargo por parte del Comisionado revisten validez.
La Intervención Federal hace cesar al gobernador en el momento de tomar posesión de sus
funciones el Interventor, quien sustituye al citado mandatario provincial.
La Legislatura Estadual es disuelta por decreto del Interventor, por el que se declara la caducidad
de todos los mandatos de sus miembros.
El Poder Judicial, también por decreto de la Intervención, es declarado en Comisión, con lo que se
quita a sus magistrados integrantes la clásica garantía de inamovilidad, pudiendo así el
Comisionado Federal proceder a la remoción de la totalidad o de parte de sus miembros.
Provincia de Neuquén.
Su Constitución, del 28 de noviembre de 1957, trata el punto en su art. 101, inciso 45, al reglar las
atribuciones del Poder Legislativo. Entre ellas señala las de anular, revisar o ratificar toda
disposición emanada de Intervenciones Federales o agentes del Poder Ejecutivo Nacional que haya
producido afectación de los destinos o del patrimonio provincial, por un lapso de tiempo mayor que
el correspondiente a sus mandatos que reputa de tipo transitorio.
Reglamentación del Instituto: Facultad del gobierno Federal, alcances. Facultad de las provincias,
alcances. Necesidad de la reglamentación federal. Sujeto activo: clasificación, limitación temporal,
determinación del objeto. Revisión judicial, su vinculación con la problemática del control judicial del
Estado.
Para Zuccherino, tantas desviaciones en esta materia, son producto de la falta de una Ley Orgánica
de las Intervenciones Federales que el Congreso Nacional debiera dictar como desarrollo válido de
la norma programática del Art. 6 C.N.
Ya en dos ocasiones se intentó este laborío, ambas bajo la Presidencia de Mitre en 1866,
ejercitando en ellas el Poder Ejecutivo su derecho de veto. Eran épocas de continuas Intervenciones
Federales, muchas de las cuales carecían notoriamente de asidero legal en el marco constitucional.
Estados Unidos de Norteamérica cuenta, desde 1795, con una ley al respecto que tarifa
expresamente las facultades del Poder Ejecutivo en la materia.
La intervención del gobierno federal no se dirige en contra, sino en favor de las autoridades
provinciales. La reforma de 1860 agregó como causal de Intervención la garantía de la republicana.
Todos los principios establecidos en el Art. 5 deben tener expresión en las constituciones
provinciales. La trasgresión al orden impuesto por el Art. 5 y 31, debe determinar el control judicial
de constitucionalidad, el cual ha tenido vigencia en la jurisprudencia. Las condiciones establecidas
en el art. 5 de la Constitución están dirigidas al acto constituyente provincial y a la Constitución
misma, y no como exigencias al posterior funcionamiento de las instituciones.
La supremacía de la Constitución de la Nación sólo puede ser asegurada por la Corte Suprema y
según las previsiones de los arts. 5, 31, 116, 117 y 122.
Los tribunales se han referido a las cuestiones políticas como causas no justiciables. Sin embargo,
la misma Corte ha sostenido que si bien no es requisito constitucional que haya más de una
instancia, sí debe haber al menos una.
La exclusión del control jurisdiccional de las cuestiones políticas transgrede la garantía de la
defensa en juicio (Art. 18), y el Art. 116, que otorga a la Corte Suprema de Justicia de la Nación y
demás tribunales inferiores, el conocimiento y decisión de las controversias sobre puntos regidos
por la Constitución.
La negativa reiterada de la Corte para intervenir en esta materia, ha dejado desprotegidas a las
provincias y sometidas a las decisiones políticas del Congreso y del Poder Ejecutivo según los
casos, sin posibilidad de ejercer control alguno sobre sus determinaciones.
Ello ha incidido para que algunas provincias hayan previsto, en sus constituciones, distintas
disposiciones tendientes a limitar los efectos de la intervención, resguardando sus instituciones y
autoridades legítimamente constituidas. Estas disposiciones no tienen el vigor suficiente como para
restablecer las distorsiones producidas por la aplicación de la norma del Art. 6.
El régimen republicano en el Estado de derecho, debe ser garantizado por la intervención de la
CSJN, como único medio de resguardar, además del principio que se trata de proteger, otros de
igual jerarquía, y entre ellos la autonomía de las provincias (Luis Cordeiro Pinto).
La reforma de 1994.
Sólo el Congreso de la Nación puede disponer la intervención, como potestad reservada, como
consecuencia de la regla que en tal sentido ha introducido la reforma de 1994 en el inciso 31 del
artículo 75. Exclusivamente en caso de receso del Congreso lo hará el Poder Ejecutivo, pero le
corresponde a aquél aprobar o revocar la intervención decretada.
Si el Congreso estuviera en sesiones, el Ejecutivo sólo podrá apelar al decreto de necesidad y
urgencia cuando fuera evidente la imposibilidad de seguir los trámites ordinarios legislativos para
disponer la intervención (artículo 99, inciso 3).
De este modo, la reforma ha venido a dar por terminada la negativa serie de antecedentes que
registra la historia de las intervenciones federales en la Argentina: de hecho, centenares de
intervenciones dispuestas por decreto del Ejecutivo, no obstante que la Corte en el caso Orfila,
dispuso que era función propia del Congreso hacerlo.
La Constitución guarda silencio frente a la cuestión de los efectos que produce la intervención
federal. Toda ley de intervención debe disponer plazo a la misma, de modo tal que, a su finalización,
se normalice la vida institucional de la provincia. Frente a la consagración de la autonomía municipal
por parte de la Constitución reformada, debe considerarse que una intervención federal no puede
autorizar a ningún interventor a disponer, a su vez, la intervención de ninguno de los municipios.
La ley debe disponer con precisión los poderes del interventor (a falta de ley general sobre
intervención federal), así como los fines que se buscan con la medida. El interventor, que puede
disponer medidas económicas o administrativas de carácter conservatorio, en función de los fines
de la intervención (F. 268:497), representa al Gobierno federal, pero también a la provincia
intervenida (F. 54:550 y 206:341): sus actos obligan a ésta, siempre que se ajusten tanto al derecho
federal como al local, pero si hay contradicción prevalece el primero (Art. 31). Por el incumplimiento
de las funciones del interventor conoce la justicia federal.
Finalmente, digamos que la Corte Suprema, en el antiguo caso Cullen, sostuvo que la intervención
federal era una típica cuestión política, por ende, no justiciable (F. 54:420). Pero ahora, luego de la
reforma constitucional, si la intervención la dispone el Ejecutivo, no encontrándose en receso el
Congreso, es obvio que la medida debe ser anulada por la Justicia. Si es dispuesta por el Ejecutivo
en receso del Congreso y éste guarda silencio, también cabrá que la Justicia efectúe un control de
razonabilidad, con los mismos argumentos que hemos expuesto aplicables al silencio legislativo
frente a los decretos de necesidad y urgencia (cuando corresponda debe operar la
inconstitucionalidad por omisión del Congreso, con efectos de nulidad, frente a la clara disposición
según la cual “se excluye en todo caso la sanción tácita o ficta” Art. 82 ). Pero si la intervención
es dispuesta por el Congreso, solamente una muy flagrante contradicción entre el supuesto que
invoca el Congreso y la realidad de los hechos podrá otorgarle fundamento al control judicial.
UNIDAD TEMATICA V
LAS COMPETENCIAS Y FACULTADES EN EL ESTADO FEDERAL ARGENTINO
III - LA JURISDICCIÓN FEDERAL EN LAS PROVINCIAS: EL ART. 75, INC. 30 CN. DOCTRINAS.
LEGISLACIÓN. JURISPRUDENCIA.
La jurisdicción es la suma de facultades divisibles en las diversas materias de gobierno.
Según el Art. 75 inc. 30: Corresponde al Congreso... “Ejercer una legislación exclusiva en el
territorio de la capital de la Nación y dictar la legislación necesaria para el cumplimiento de los fines
específicos de los establecimientos de utilidad nacional en el territorio de la República. Las
autoridades provinciales y municipales conservarán los poderes de policía e imposición sobre estos
establecimientos, en tanto no interfieran en el cumplimiento de aquellos fines”. Éste inciso ha sido
modificado por sustitución del anterior art. 67 inc. 27, y ha excluido la enumeración de
establecimientos, con la terminología antigua que empleaba la norma derogada. Mantiene la
competencia del Congreso para legislar exclusivamente sobre las jurisdicciones federalizadas, que
son el distrito federal y los lugares o establecimientos de utilidad nacional en el territorio de la
República. Este inc. se aproxima a una solución definitiva sobre el problema del deslinde entre la
jurisdicción federal y provincial en los establecimientos de utilidad nacional. Su reacción original
sembró polémicas doctrinarias y una jurisprudencia cambiante (González Calderón). La
interpretación extensiva y la aplicación pro-centralización, que como constante se hizo de las
normas constitucionales, coadyuvó a la quiebra del sistema federal. Así, en el orden dominial, el
viejo inc., so-pretexto de legislación exclusiva, impidió a las provincias el ejercicio de los poderes
reservados. Fueron durante la Presidencia de Onganía que se reglamentó ese inciso. Se dictó la
Ley 18.310 el 08 de Agosto de 1969. Con ella se tendía, mediante la precisa determinación de tal
jurisdicción Federal y Provincial, a poner punto final a los conflictos que se repetían frecuentemente
en los distintos lugares que el Estado Federal había adquirido en las provincias con determinados
fines de utilidad pública provocando inútiles rozamientos con los gobiernos provinciales. La Ley
establecía que la Jurisdicción ejercida por la Nación sobre las tierras adquiridas en las provincias,
era exclusiva sólo en los casos de cesión dentro de los procedimientos constitucionales que
produjeran la desmembración de territorio con pérdida de dominio eminente, o en los casos de
transmisión por compra u otra forma legal, de lugares destinados a fines de defensa nacional.
Se trataba de adquisiciones hechas por la Nación, de tierras situadas en las provincias para
establecimientos de utilidad nacional destinados a servir a objetivos expresamente encomendados
al gobierno federal por la Constitución y las leyes nacionales. Imperarían también la jurisdicción y
leyes nacionales en aquellos casos en que esos usos de utilidad pública nacional se efectuaran por
gestión privada en virtud de una concesión otorgada por la administración nacional. Las provincias
mantenían su jurisdicción en lo no comprendido en ese uso, y podían ejercer los actos que de ellas
se derivaran, en tanto, no interfirieran directa o indirectamente en las actividades normales que la
utilidad nacional implicara, siempre que no hubieran hecho renuncia expresa de ese poder mediante
el procedimiento establecido en la respectiva Constitución Provincial.
UNIDAD TEMATICA VI
LA PARTE DOGMÁTICA EN LAS CARTAS PROVINCIALES ARGENTINAS
1.- La forma de gobierno en la organización de Estado Argentino: En este punto la carta federal ha
sido terminante y en su artículo 1 establece la forma representativa. (Representativa: democracia
representativa, en la cual el pueblo gobierna a través de los representantes que elige; en punto a lo
representativo cabe señalar la aparición en los planos estadual y municipal de diversas formas
semidirectas). Y republicana (republicana: comunidad política organizada sobre la base de la
igualdad de todos los hombres cuyo gobierno es simple agente del pueblo, elegido por el pueblo de
tiempo en tiempo y responsable ante el pueblo de su administración: supone una base democrática,
con requisitos esenciales: igualdad ante la ley, elección popular de las autoridades, división de
poderes, periodicidad de mandatos, responsabilidad de los funcionarios públicos, publicidad de los
actos de gobierno, consagración de los derechos y garantías).
Por vía del art. 5 de la carta federal se impone a los Estados miembros en el dictado de sus
respectivas cartas, la obligación de respeto al sistema representativo republicano, todos los estados
miembros se ajustan en su obra constitucional a esta manda.
2.- El Estado Argentino frente a la cuestión religiosa: Entre las posiciones extremas sobre la actitud
del Estado frente al poder espiritual o religioso, como son la “sacralidad” y la “laicidad”, el sistema
argentino opta por el régimen secular privilegia la religión católica, pero respecta la libertad de
cultos, sin imponer la unidad religiosa. En su art. 2 establece el Estado argentino sostiene el culto
católico apostólico romano. El verbo sostener empleado en su texto, no se refiere al apoyo material
representado por recursos financieros, significa una adhesión espiritual al catolicismo, la
consagración constitucional de un sentimiento histórico que, a su vez es el de la mayoría del pueblo
argentino y la vinculación moral existente entre el Estado y la Iglesia Católica. Ello no significa que
la Iglesia sea oficial ni que el catolicismo sea una religión del Estado. Tampoco este artículo afecta
al libertad de culto, que consagra específicamente el art.14 de la C.N.
3.- Declaración de los derechos: Es la suma de facultades que las cartas fundamentales reconocen
a las personas. Sólo agregaremos aquí que tal listado no debe ser simplemente una mera
enunciación teórica. Para evitarlo se ha de dotar a los citados derechos y sus respectivas garantías
de la condición de directamente operativos.
Análisis del Art.16 de la CN: “No admisión de prerrogativas de sangre, nacimiento, ni de títulos de
nobleza: La norma constitucional ha venido a recoger una tradicional idea argentina en materia
cristalizada en una decisión que en tal sentido tomó la Soberana Asamblea General Constituyente
de 1813. El criterio que la informa es de conformidad con el requerimiento de la dignidad
republicana.
“No admisión de fueros personales”·: Anula los antiguos privilegios. Por ellos determinadas
personas (eclesiásticos, universitarios y militares) debían ser juzgados en sus delitos, en sus pelitos
por jueces especiales elegidos entre sus pares o iguales. Este artículo 16 consagra, pues, la
igualdad ante la justicia que consolida el Art.18 Otorga los mismo jueces a todos los habitantes y
prohíbe el juzgamiento por comisiones especiales.
Sin embargo no han quedado suprimidos los fueros reales o de causa, establecidos por la
naturaleza de las cosas o de los actos. El fuero real de materia o de causa, no es un privilegio
personal otorgado a quien así es juzgado, no lo diferencia de los demás habitantes. Es una
jurisdicción que juzga a determinados hombres en razón de la cuestión o materia de juicio y no en
razón de la persona. Por eso el fuero militar es un fuero real y no personal, que existe únicamente
cuando el hecho que se juzga por tribunales militares afecta a las fuerzas armadas como institución.
La competencia penal de los tribunales militares la establece el congreso nacional en su Art. 75 inc
27. Al hacerlo debe ceñirse razonablemente a lo que es materia específicamente militar. Si el
congreso al establecer esa competencia, sobrepasa lo que es de neta y estricta índole castrense, la
justicia militar legalmente regulada se vuelve arbitraría y en consecuencia inconstitucional, Por otra
parte cabe señalar que la jurisdicción militar no integra el poder judicial que la extensión de la
jurisdicción a los civiles viola la constitución y que a partir de la ley 23049 de 1984 las sentencias de
los tribunales militares quedan sujetas a revisión por un tribunal judicial.
Admisibilidad de empleo: Hace accesible los empleos sin otra condición que la idoneidad. Suprime
la arbitrariedad o el favoritismo para el ingreso a la administración pública. Coloca a todos sobre un
pie de igualdad a fin de que la capacidad y la justicia sirvan para seleccionar a los servidores
públicos, principios olvidados en nuestro país.
La condición jurídico constitucional de los extranjeros: El libérrimo concepto que campea en el
Preámbulo y el art.20 de la C.N., otorgante de todos los derechos civiles a favor de los extranjeros,
ha sido seguido por gran parte de las cartas estaduales...
La constitución bonaerense manda el art. 30 que los extranjeros gozarán en el territorio de la
Provincia (estados miembros) de todos los derechos civiles del ciudadano y de los demás que esta
constitución les acuerda.
La constitución chubutense veda expresamente la sanción de leyes y el dictado de reglamentos que
lleven por finalidad el disminuir la condición de ellos.
La carta neuquina prohíbe diferenciar en materia de derechos civiles y gremiales entre naturales y
extranjeros.
Como excepción la carta correntina que siguiendo las huellas remotas del reglamento provisorio de
1821 ya estudiado en el capítulo inicial de esta obra, produce una solución que tenemos por
inconstitucionalidad. En efecto su art. 24 veda el acceso a los cargos públicos de los extranjeros,
salvo aquellos de tipo administrativo que requieran título profesional o los referentes al ejercicio de
la docencia.
Igualdad en el Plano fiscal: El párrafo final del art. 16 es sumamente claro al respecto. De todas
formas, resulta de utilidad transcribir aquí las acertadas reglas de Segundo Linares Quintana en
punto a la división en categorías de los contribuyentes, diciendo al respecto.
Igualdad de tratamiento para todos los contribuyentes agrupados en similar categorías.
Diferenciados razonables y reales deben fundar el criterio clasificatorio de las categorías.
Inexistencia de discriminaciones de tipo arbitrario sobre categorías o personas en especial.
Proporcionalidad de la prestación tributaria en referencia a la capacidad contributiva del oblante.
Equidad en el tratamiento diferencial fijado.
Generalidad y uniformidad de la prestación tributaria.
En este sentido expresa el art. 39 de la carta bonaerense que ningún impuesto establecido o
aumentado para sufragar la construcción de obras especiales, podrá ser aplicado, interina o
definitivamente a objetos distintos determinados en la ley de creación , ni durará por más tiempo
que el que se emplee en redimir la deuda que se contraiga.
Entre Ríos
Salta
Santa Fe
Catamarca
Córdoba adopta un sistema mixto demográfico geográfico, fija un senador por cada departamento
que no exceda de 60.000 hab.: dos senadores para aquellos Departamentos que tengan entre 60 y
100.000 hab.; tres senadores para los que tengan más de 100.000 hab. La representación de las
minorías en los departamentos que elijan 3 senadores siempre habrá un representante minoritario.
Córdoba para elección de sus senadores aplica 3 sistemas electorales: 19 voto uninominal o por
circunscripciones en aquellos departamentos que elijan un senador, 2) el de lista completa en
aquellos que eligen 2 senadores y 3) voto restringido o lista incompleta en los que eligen 3
senadores.
Juramento.
Este acto formal es exigido por todas las Constituciones provinciales, y los legisladores deben
cumplirlo en el momento de su incorporación. Diversas son las fórmulas que se emplean.
Asambleas Legislativas.
Es la reunión conjunta de ambas Cámaras en los sistemas bicamerales, con determinados fines
expresamente establecidos en la Constitución, ya sea en normas dispersas de la ley fundamental o
en un capítulo especial.
Podríamos decir que las Asambleas Legislativas se reúnen, por lo general, para las siguientes
alternativas: a) Apertura y clausura de las sesiones. b) Recibir el juramento al gobernador y al
vicegobernador de la provincia. c) Consideración de la renuncia de los senadores electos al
Congreso de la Nación, antes de que el Senado tome conocimiento de su elección.
Privilegios parlamentarios; fundamento; individuales.
Son prerrogativas especiales de las que gozan los legisladores. Se estiman establecidos no en
interés particular del legislador sino de la Legislatura, y tienen por finalidad asegurar la
independencia y jerarquía del Poder Legislativo.
Se dividen en personales o individuales y colectivos. Los primeros son: a) la inmunidad de opinión;
b) la inmunidad de arresto; c) la inmunidad de querella o proceso.
Privilegios colectivos.
Entre estos privilegios podemos señalar los siguientes: 1) la facultad que tiene cada Cámara de
dictar su propio reglamento. Así, la Constitución de Córdoba. De la facultad que tiene cada Cámara
de dictar su reglamento, dentro de esta clasificación surge; 2) La facultad o poder disciplinario que
tienen las Cámaras para corregir a sus miembros por desórdenes de conducta en el ejercicio de sus
funciones, o hacer arrestar a las personas ajenas a su seno por falta de respeto o conducta
desordenada e inconveniente; 3) Cada Cámara es juez de las elecciones, derechos y títulos de sus
miembros en cuanto a su validez; 4) Las Cámaras pueden interpelar a los ministros; 5) Las
Cámaras pueden pedir informes al Poder Ejecutivo sobre la renta pública o cualquier otro punto que
sea conducente al mejor desempeño de sus funciones.
Características.
El Poder Ejecutivo es realmente lo que el vulgo (considerando al Poder Ejecutivo con un criterio
positivo y experimental) llama “el gobierno”, aunque, como es lógico, no corresponde que nadie se
exprese así, cuando los regímenes políticos como el nuestro están asentados sobre el clásico
principio de separación, independencia y equilibrio de los poderes. Lo cierto es que el Poder
Ejecutivo se consustancia con el hecho de ser el poder que está más en contacto con la población y
el que en las provincias orienta sus destinos.
La Constitución nacional, en su Art. 5, impone a las provincias asegurar, entre otras condiciones, la
forma representativa republicana de gobierno, lo que implica asegurar la división e independencia
de los poderes. La tradición argentina ha consagrado el Poder Ejecutivo unipersonal, aunque nada
obsta a que pueda implantarse el sistema de Ejecutivo colegiado.
Siempre se ha hablado (y consagrado en las constituciones provinciales) del sistema del Ejecutivo
unipersonal. Dos excepciones podríamos anotar a esta regla: la primera es la idea de Alberdi,
plasmada en su proyecto de Constitución para Mendoza. Dicho proyecto, en el Art. 31, dice que el
Poder Ejecutivo será ejercido por un gobernado, por un Consejo de Gobierno y por uno o más
secretarios que el gobernador elegirá según la ley.
La otra excepción es la de Córdoba, y data del 1 de diciembre de 1855. En esa fecha, el entonces
gobernador de la provincia, don Roque Ferreyra, dictó un decreto refrendado por su ministro
Justiniano Posse. Por ese decreto se creó un “Consejo Consultivo de Gobierno” cuyas funciones
fundamentales eran, según lo consignaba el art. 1, “ilustrar al gobierno en los asuntos que sometiere
a su consideración y proponerle todo proyecto o mejora que a su juicio creyere de utilidad pública”.
El consejo era muy numeroso.
En realidad, este Consejo, cuya gestión nos es desconocida porque no hemos encontrado ningún
antecedente de su actuación, constituía al parecer una especie de junta asesora que colaboraba
con el gobernador y que, en verdad, no integraba el Poder Ejecutivo, pero vale la cita como
antecedente histórico.
Salvo lo expuesto, toda nuestra evolución institucional ha estado, en lo referente a este poder,
marcada por el Ejecutivo unipersonal, y así lo han receptado, sin excepción, todas nuestras
Constituciones provinciales. (Rodolfo Berardo)
II - EL GOBERNADOR: SUS ATRIBUCIONES. ACEFALÍA.
Formas de elección:
Casi todas las Constituciones tienen establecido el sistema de la elección directa del gobernador,
consagrado por simple mayoría de votos. Dos Constituciones establecían el sistema de elección
indirecta por medio de un Colegio Electoral: la de Corrientes y la de Tucumán. Empero, todo el
sistema quedó unificado con las leyes electorales nacionales N° 19.862 y la 19.905, de 1972 y 1973,
respectivamente, que dispusieron la elección directa para los gobernadores de provincia. Una vez
más, por ley nacional se modificaron principios de Constituciones provinciales, con el consiguiente
desmedro del federalismo. Como dice Frías, “la institucionalización después de un gobierno de facto
concluye siempre con la sustitución (por simplificación) del sistema electoral local”.
Requisitos de elegibilidad:
Todas las Constituciones provinciales exigen la calidad de ser argentino nativo o por opción, con
determinado número de años de residencia en la provincia que lo elige para aquellos candidatos no
oriundos de ella, y tener 30 años de edad, como mínimo.
Juzgamiento de la elección:
Varias constituciones provinciales determinan que la Legislatura es juez de la elección de
gobernador y vicegobernador. La Asamblea Legislativa proclama y diploma a los ciudadanos que
hayan sido elegidos gobernador y vice.
Acefalía:
Todas las Constituciones provinciales dedican normas para el caso de que quedare acéfalo el Poder
Ejecutivo. Es parecido en las provincias el orden seguido para que determinados funcionarios
alcancen la titularidad del Poder Ejecutivo. El sucesor natural del gobernador es el vicegobernador
en las provincias que cuentan con esa institución; en su defecto, el presidente provisorio del Senado
y luego el presidente de la Cámara de Diputados, en las provincias de régimen bicameral.
En algunas provincias de régimen unicameral también puede darse esta situación en caso de
muerte, destitución, renuncia, ausencia, suspensión, etc., del gobernador y del presidente de la
Legislatura que lo reemplaza.
El vicegobernador.
Ya hemos dicho que el Poder Ejecutivo es unipersonal; en consecuencia, el vicegobernador no
integra este poder, aun cuando puede llegar a ser titular del Poder Ejecutivo, como acabamos de
ver, ya que está colocado en primer término para reemplazar al gobernador por los motivos y en los
casos que las distintas Constituciones provinciales contemplan.
Sin perjuicio de ello, el vicegobernador preside el Senado en las provincias de régimen bicameral.
En las provincias de régimen unicameral preside la Legislatura.
Los requisitos para ser elegido vicegobernador son los mismos exigidos al candidato a gobernador.
(Rodolfo Berardo)
Cuestión previa.
Existe una tradicional controversia sobre si los ministros secretarios integran o no la composición del
Poder Ejecutivo estadual. Dos corrientes se han perfilado para dar solución a la antedicha cuestión:
- Tesis afirmativa: sostiene que los ministros conforman, junto al gobernador, la estructura del Poder
Ejecutivo. Se basan principalmente en que los decretos emanados de este poder carecen de validez
si no llevan la firma del ministro respectivo.
- Tesis Negatoria: entiende que el Poder Ejecutivo es unipersonal y, por lo tanto, los ministros se
hallan fuera de su composición. Fundamentándose esta postura en: 1) Toda negativa del ministro
respectivo a la firma de algún decreto da lugar a que el gobernador pueda producir su remoción y la
sustitución pertinente. 2) Las cartas constitucionales hablan en su mayoría de los ministros como
personas encargadas de ayudar al titular del Poder Ejecutivo en el despacho de los asuntos de la
administración estadual. 3) Los antecedentes histórico-constitucionales en la materia.
En punto a las novedades concretadas por las cartas estaduales pertenecientes al ciclo abierto en
1986, sorprende que ninguna convención constituyente se lanzara por el renovador camino que
pudo suponer la instrumentación de un Poder Ejecutivo estadual de estructura parlamentarista.
Funciones atribuidas:
En general, las funciones específicas que se le atribuyen cada constitución, dependen del perfil del
órgano que de haya delineado.
Entre ellas pueden mencionarse:
1) La defensa de los intereses del fisco: En algunas se precisa o lita la defensa de los intereses del
tipo patrimonial, es decir, cuando la provincia puede ver menoscabados sus bienes en alguna forma.
Esta función del Ministerio fiscal se ejercita, fundamentalmente ante el P.J, asumido “iure propio”, la
representación de los intereses patrimoniales del Estado provincial. En otros términos, la Fiscalía
representa el interés fiscal, tanto cuando aparece fundando una demanda, como cuando hace una
denuncia. Esta actividad la despliega al lado de los mandatarios convencionales del Estado. La gran
complejidad de esta función de control fiscal puede captarse fácilmente, no bien se cae en cuenta
que la defensa judicial del patrimonio estatal no es sino uno de sus aspectos, ya que aquel
comienza, preventivamente en sede administrativa con motivos de la formación de la voluntad
estatal, extendiéndose a su propia expresión formal.
Esta función puede desarrollarla en todos los fueros y materias (civil, comercial, penal, laboral, etc.).
También en ciertos casos el control se ejerce ante el Tribunal de Cuentas u organismos similares.
Con referencia a los sujetos, no solo abarca al P.E y la administración central, sino también a todas
las entidades autárquicas y autónomas, centralizadas y descentralizadas, tanto sociedades del
Estado, empresas del Estado, municipalidades etc.,
2) otra función que algunas Constituciones le otorgan es la de asesorar legalmente al P.E, como así
también ser cabeza del Cuerpo de asesores. hemos manifestado nuestra opinión contraria a la
atribución de esta función al Fiscal de Estado, considerándola contradictoria con la anteriormente
señalada. Sin embargo algunas Constituciones, como Catamarca, Salta o Jujuy así lo prevén.
3) controla la legalidad de los actos de la administración: Por este fin se le faculta intervenir en los
procesos judiciales, ya sea demandando o defendiendo al interés del Estado en los procesos
contenciosos administrativos, acción de inconstitucionalidad o nulidad y de lesividad. En algunas
constituciones sólo puede hacerlo en forma pasiva, es decir cuando el Estado es demandado. Se le
atribuye la calidad de parte legítima. En otras cartas magnas le da la facultad para actuar tanto
activa, como pasivamente, es decir, tanto para demandar como para ser demandado en el ejercicio
de las acciones de inconstitucionalidad o nulidad o procesales administrativas.
4) también se le han otorgado facultades de investigación. La licitud de la conducta de los
funcionarios y empleados de la administración se encuentra bajo control de Fiscalía de Estado. La
trascendencia que ha adquirido el control de licitud de la conducta de los individuos que integran los
órganos del Estado, frente a la sucesión de denuncias e imputaciones públicas contra funcionarios
estatales, va de la mano con la necesidad de brindar al órgano controlante una amplitud de criterio
que le permita elegir en cada caso el medio técnico que mejor se adapte a las características de la
conducta investigada y del ámbito administrativo en que tuvo proyección.
Es interesante la forma en que legisla sobre el tema la Constitución de Río Negro. Impone esta
función al Fiscal de Investigaciones Administrativas legislado dentro del capítulo de los órganos de
control externo en la sección del P.L. (Art. 164, 165 y 166). Por otra parte, al legislar sobre el P.E
dentro del capítulo de los órganos de control interno al Fiscal de Estado, atribuyéndole el resto de
las funciones ( Art. 190/195).
5) Gestionar el cobro o pago de los juicios contra el Estado provincial: En realidad, esta función es
una derivación de la custodia de los intereses patrimoniales del Estado. Solo la Constitución de
Mendoza lo legisla. Para el desempeño de esta función es necesario proveer al organismo de un
departamento contable, apto para el control de las liquidaciones judiciales, pedidos de fondos y
todas aquellas funciones que permitan el ejercicio de esta actividad.
Modo de designación.
Al respecto existen en el Derecho Público Provincial variadísimos sistemas de designación de este
particular funcionario estatal.
Recordemos que la moderna doctrina distingue el sistema de selección del candidato (concurso de
antecedentes, consejos creados al efecto etc., la facultad de proposición y el acto de designación.
Para el fiscal de Estado, en general, solo en pocas Constituciones, San Juan por ej., se diferencia el
sistema para la selección de candidatos, el sujeto a a quien le compete la proposición y quien, en
definitiva lo debe designar.
Puede afirmarse que en ningún caso son elegidos por el voto popular. Tanto en la selección del
candidato, como en su designación, interviene en la mayoría de los supuestos del P.E, otorgándole
el acuerdo el P.L en pleno o al menos algunas de sus cámaras.
Así por Ej., lo designa el P.E con acuerdo de la Legislatura en los sistemas legislados por Tierra del
Fuego, Jujuy, Misiones, Santa Fe, Neuquén, Río Negro y Santiago del Estero.
En cambio lo designa el P.E, con acuerdo del senado en Mendoza, Catamarca, San Luis.
En otras lo nombra el P.E con acuerdo de la cámara de diputados, sistema elegido por La Rioja,
Chaco y La Pampa.
Solamente en Córdoba y Salta lo es por el P.E exclusivamente. Formosa sujeta a la selección,
proposición y designación a la forma en que se realice con los miembros del STJ.
San Juan es caso único, es designado por la cámara de diputados a propuesta del Consejo de la
Magistratura.
Como podrá advertirse la forma de designación tiene relación con el perfil del órgano que la
constitución de que se trate le haya dado.
Respecto a la posibilidad de ser nombrados o redesignados solo lo permiten las provincias de
Santiago del Estero, La Rioja y Santa Fe.
Evidentemente que la permanencia en el cargo no está legislada de forma estable e inamovible sino
solo por un período de tiempo, circunstancia ésta que permite que el mandato pueda ocuparlo
nuevamente. La redesignación aparece como imposible cuando se prevé el cargo con caracteres de
inamovilidad.
Remoción:
En las cartas magnas que caracterizan al fiscal de Estado como periódico otorgándole un lapso de
duración, el tema de remoción es simple ya que, finalizado el período terminan las funciones. Solo
en Salta la remoción queda a cargo del P.E, pero este tema de la remoción adquiere mayor
relevancia en las legislaciones que le otorguen características de estabilidad legislando que el
funcionario es inamovible. Optaron por esta forma las provincias de San Juan, La Pampa, La Rioja,
Mendoza, Neuquén, Tierra del Fuego, Buenos Aires, Chubut, Entre Ríos y Santa Fé. La forma de
remoción es decidida de diversa forma. La mayoría opta por el juicio político (entre ellas Río Negro,
San Juan, Santa Fé, Santiago del Estero, etc.).
Otras a través del Jury de enjuiciamiento, como en Neuquen, Córdoba, Santa Fé, etc.
Otras como la Provincia del Chaco, regula que la remoción se efectúe por el Poder Ejecutivo con
acuerdo de Diputados.
Causas de remoción.
Corrientes las deriva para su determinación al texto de la Ley de Contabilidad. Chaco estatuye la
remoción por decisión del P.E. con acuerdo de la Cámara de diputados. Formosa dispone la
remoción por vía de Juicio Político, conforme a las causas que pueden originar este último. La
Pampa igual que Formosa, Mendoza. Misiones produce la remisión a la ley general. Neuquén hace
lo propio, pero a la Ley de Contabilidad, Río Negro concreta la remisión por vía y procedimientos de
juicio político, Santiago del Estero habilita la remoción por mal desempeño de las funciones por vía
del P.E. y con acuerdo de la Legislatura.
Atribuciones.
1) Contador. Debe producir el control a priori del gasto, observar si es de conformidad a la ley que lo
rija, y en su consecuencia autorizar o no el pago respectivo. Así Bs. As., Catamarca, Corrientes,
Chaco, Chubut, Entre Ríos, Formosa remite a una ley especial, Misiones, Neuquén, Río Negro,
Santiago del estero.
2) Tesorero. No podrán concretar pagos que previamente no hubieran sido autorizados por la
Contaduría. Así, Bs. As., Corrientes, Chaco, Mendoza, Misiones, Neuquen, Santiago del estero, la
orden está implícitamente dirigida al tesorero.
A) Independencia funcional:
1- atendiendo a la actividad dinámica y compleja que desarrollan los distintos órganos que se
desenvuelven en la esfera de los poderes públicos, no cabe duda que el mejor sistema para
garantizar el efectivo control de las cuentas de la administración de los fondos públicos, resulta el
que a través de órganos que gozan de autonomía funcional.
Para ello, el sistema ideal resulta aquel que acuerda a estos órganos carácter extrapoder.
De esta forma se asegura, la independencia total del órgano juzgador, respecto de los organismos,
funcionarios, empleados y administradores de la hacienda estatal y para estatal, que se encuentran
bajo su control.
Garantiza a su vez, la total independencia de criterio en los funcionarios que integran el Tribunal que
tienen a su cargo el juzgamiento de las cuentas que devienen de la actividad de aquellos.
La independencia funcional tiene la ventaja de asegurar el imperio necesario para afirmar y
mantener la inviolabilidad de función en relación a los poderes del Estado.
No puede haber por ello contra sus resoluciones sólo pueden ser revisadas judicialmente por las
cortes de justicia, mediante las acciones y recursos jerárquico alguno, por no existir órgano superior,
revisor de la decisión emanada del órgano de control.
La legitimidad y justicia de sus resoluciones sólo pueden revisadas judicialmente por las Cortes de
Justicia, mediante las acciones y recursos por ante ellas previstas por la Constitución y las leyes
que las reglamenten.
En el marco de su carácter extrapoder, se encuentran inscriptos los Tribunales de Cuentas de las
Provincias, con excepción de Corrientes y Tucumán.
En cambio en la Nación, la ley 24.156 a instituido como sistema de control externo, la auditación,
fiscalización y control de la gestión presupuestaria, económica, financiera , patrimonial y legal a
cargo de la Auditoria General de La Nación, ente con personería jurídica propia y autarquía
funcionalmente y financiera, dependiente del Congreso de la Nación ( Art. 116 de la Ley).
2- Factores importantes para completar y asegurar la intangibilidad de la independencia funcional
son, la autarquía financiera y la facultad del Tribunal de dictar su propia organización definiendo su
estructura, incluyendo la facultad de nombrar, promover y remover a su propio personal.
El propósito de la participación del Tribunal en la preparación de su presupuesto anual, ello
pretende vedar al P.E. toda facultad de modificación no consensuada con el ente de fiscalización,
quedando limitado a elevar al P.L para su consideración y resolución definitiva, el proyecto
elaborado, agregando al presupuesto general. Ello con las observaciones que estime conveniente
por el P.L. en el proceso de formación y sanción de la Ley de Presupuesto. Acordaron la facultad de
proyectar su propio presupuesto, las constituciones de Catamarca, Córdoba, Chubut, Formosa,
Jujuy, San Juan, etc.
3- en cuanto a la facultad de nombrar y remover a su personal, se ha discutido respecto de la
constitucionalidad de esta disposición, ya que es atribuida al P.E. por la Constitución en el artículo
99 inc. 7.
Mendoza por imperio quién designa y remueve a su personal. Situación similar tiene Chaco, La
Pampa, Jujuy, La Rioja, Río Negro y Santa Fe.
La constitución de Catamarca, Córdoba, Formosa, Chubut, San Juan, San Luis, contienen
disposiciones específicas para los Tribunales de cuentas donde facultan expresamente a estos
órganos a designar y remover su personal.
El P.E. es el órgano que designa y remueve incluso al personal de los tribunales de Cuentas, en la
Constitución de Buenos Aires, Entre Ríos, Misiones, Neuquén y Santa Cruz.
4- Todo ello, respecto de la independencia funcional de órganos, que a mi juicio no queda
finalmente asegurada si paralelamente a ello, no se asegura la independencia funcional de los
miembros que la integran.
La independencia de los miembros se concreta a mi criterio, consagrando por los mismos, la
garantía de inamovilidad mientras dure su buena conducta y buen desempeño, pudiendo ser
removibles en consecuencia, solo por resolución del Jury de enjuiciamiento o el juicio político.
Lo establecen las constituciones de Mendoza, Buenos Aires, Catamarca, Córdoba, Chubut, La
Pampa, Entre Ríos, Misiones, San Juan, San Luis, Santiago del Estero y Tierra del Fuego.
Establecieron la remoción de los miembros por juicio político las constituciones de Formosa, Jujuy,
La Rioja, Neuquén, Río Negro, Salta y Santa Fe.
FUNCION JURISDICCIONAL: La jurisdicción es el poder público, que una rama del gobierno
ejercita, de oficio o a petición de partes, instruyendo un proceso, para esclarecer la verdad de los
hechos que afectan al orden jurídico actuando la ley en la sentencia y haciendo que esta sea
cumplida.
Enunciado el concepto, analizamos sus elementos:
Poder Público: que una rama del gobierno ejercita de oficio o a petición de parte, vincula la
jurisdicción con el ejercicio de la acción, al agregar instruyendo un proceso, establece la forma
necesaria que asume la función de su ejercicio y finalmente, el interés que deba proteger la
jurisdicción que se concreta en el esclarecimiento de los hechos que afectan el orden jurídico, la
actuación de la ley en la sentencia y cumplimiento de ésta.
Se advierte que en países como el nuestro, organizados con la división tripartita de los poderes,
toda la jurisdicción es función judicial y los activos jurisdiccionales cabe realizarlas los jueces.
Aunque no así, ya que quedan zonas amplias donde el Poder Legislativo y Ejecutivo ejercen
facultades jurisdiccionales.
Respecto de las ramas ejecutivas de los gobiernos, nacionales provinciales y comunales, destaca
que ejercen, generalmente por medio de la policía la función netamente jurisdiccional de juzgar y
castigar las faltas. Y también mediante la contaduría, tribunales administrativos de cuentas y otros
organismos análogos. La de juzgar a quienes han administrado fondos públicos y aún imponerles
penalidades.
Conclusiones: La división tripartita del poder, tal como está consagrado en la constitución, permite
sostener con criterio estricto, que sólo el Poder Judicial pude ejercer funciones jurisdiccionales. La
actividad que se desarrolla en la administración de los poderes ejecutivo y legislativo, no revisten los
caracteres jurisdiccional, imparcialidad, independencia del órgano ejecutor y fundamentalmente
definitividad de la decisión o cosa juzgada en sentido formal y material.
El Art. 95 de la CN, prohíbe al presidente ejercer funciones judiciales, que están atribuidas a la corte
y tribunales inferiores por imperio del artículo 100 CN.
La jurisdicción es única e indivisible y por ello, la distinción entre función judicial y función
jurisdiccional administrativa no se ajusta al marco constitucional argentino, habida cuenta que
nuestro país ha adoptado un régimen judicialista, al igual que los Estados Unidos lo que lleva
entonces a identificar la función jurisdiccional con la judicial.
Conforme a los expuesto concluyo que en el Régimen jurídico Argentino los órganos administrativos
aún los de carácter extrapoder solo ejercen función asimilable a la jurisdiccional, habida cuenta que
sus resoluciones no pueden configurar cosa juzgada es decir, carecen de carácter de res judicata,
acto jurisdiccional, lo que significa que sobre determinada materia o circunstancia no se volverá a
contener.
La Resolución que dicta un tribunal de cuenta, como tribunal administrativo, puede adquirir el
carácter de resolución firme aún fuerza ejecutoria, si ha sido consentida o no recurrida, pero sólo
adquirirá el carácter de cosa juzgada cuando sea confirmada por sentencia judicial luego de las
acciones y recursos previstos por la CN, y las leyes (en Mendoza, la acción procesal administrativa
y los recursos extraordinarios de inconstitucionalidad y revisión).
Resta por último señalar con la única finalidad que el interprete no se confunda que cuando los
administrativos utilizan la expresión cosa juzgada administrativa solo están refiriendo a la
irrevocabilidad administrativa del acto por haber alcanzado el carácter de firme con carácter de
definitivo que causa estado y habrá incluso, la posibilidad de su ejecución, pero no obsta a que
dicho acto no pueda ser revocado o anulado por vía de acción de recurso judicial.
No obsta la envergadura de los fundamentos de quienes sostienen los fundamentos de una u otra
postura dicho debate se encuentra ya apaciguado por la jurisprudencia rectora de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación, que más allá de posiciones dogmáticas y académicas ha reconocido las
facultades jurisdiccionales de los órganos de administración en los términos y con los límites que
surgen del caso “Fernández Arias contra Poggio”.
En dicha sentencia la Corte Suprema, fundada en un criterio de conveniencia señaló que el principio
de división de los poderes debe ser interpretado como algo dinámico y dentro de este concepto
cabe recordar a los órganos administrativos fusión jurisdiccional para lograr una pronta resolución
en determinados casos de contenidos económico y social con incidencia directa sobre los intereses
colectivos , siempre y cuando dicho pronunciamiento quede sujeto a control judicial suficiente , que
es donde se concreta en definitiva , el poder jurisdiccional.
A partir de de las conclusiones del fallo corresponde determinar el alcance del concepto control
judicial suficiente.
La regla del “control judicial suficiente” debe ser la revisión máxima a través del ejercicio de acción
(demandas o recursos) que den lugar a procesos de pleno conocimiento. Puede limitarse el mismo
por vía de disposición legal y tengan instrumento en la instancia original, un procedimiento completo
que asegure la garantía de la defensa en juicio.
UNIDAD TEMATICA X
EL PODER JUDICIAL EN LAS CARTAS PROVINCIALES ARGENTINAS
A) COMPOSICIÓN: Como un ejemplo más del libre ejercicio de las facultades de darse sus propias
instituciones Art. 121 CN, sin otro límite que el de asegurar la administración de justicia Art.5 CN, las
constituciones provinciales en lo que ha composición se refiere han adoptado distintos sistemas que
permiten efectuar, algunas diferenciaciones, partiendo de la propia denominación de sus más altos
tribunales.
Las diferencias más significativas se pueden hallar en cuanto a la composición de los más altos
tribunales. Ellas nos permiten distinguir tres sistemas claramente diferenciados: 1) Un primer grupo
en el cual el número de miembros está expresamente establecido en el texto constitucional. 2) Un
segundo grupo formado por las constituciones que dejan la determinación del número de
integrantes de los tribunales superiores o cortes a la ley (Buenos Aires). 3) Por último, las cartas que
adoptan un sistema “mixto”, en cuanto establecen un número mínimo, cuya determinación final
queda librada a la ley.
B) ATRIBUCIONES: Sobre este punto las constituciones provinciales sin excepción establecen en
forma taxativa las competencias y atribuciones de las cortes o tribunales superiores. La
competencia se define como el poder jurisdiccional que la constitución o la ley o los reglamentos o
acordadas, atribuyen a cada fuero o a cada tribunal. Las cartas provinciales disciernen a los más
altos tribunales provinciales competencias expresas, en cuanto actúan como máximos órganos
jurisdiccionales, y atribuciones en la medida en que les son necesarias, para el ejercicio del
“gobierno” del Poder Judicial que está a su cargo.
Es preciso apuntar que todas las constituciones determinan dos tipos de competencias: 1) una
originaria en cuanto, como órganos jurisdiccionales, los altos cuerpos deben dirimir cierto tipo de
cuestiones en forma exclusiva y excluyente y única instancia; y 2) la de alzada o grado, que implica
el ejercicio de una facultad revisora de la sentencias dictadas por los tribunales inferiores y que
llegan a esa máxima sede por medio de los recursos que la constitución o las leyes procesales
establecen.
* DE GRADO O ALZADA:
1.- En los recursos de inconstitucionalidad: Esta competencia atribuida a los más altos tribunales de
la provincia reconoce el mismo fundamento que el supuesto de la acción inconstitucional con la
única variante, que procede contra sentencias de los tribunales inferiores en dos supuestos: cuando
en el pleito se haya cuestionado, la validez de una ley, decreto, ordenanza o reglamento, bajo la
pretensión de ser contrarios a la constitución, y la decisión en última instancia haya sido por su
validez; y cuando en el pleito se haya puesto en cuestión la inteligencia de alguna cláusula de la
Constitución, y la resolución de los jueces y tribunales de última instancia haya sido contraria a la
validez del titulo, derecho, garantía o exención que sea materia del caso y que se funde en dicha
cláusula.
2.- En los recursos extraordinarios que las leyes procesales otorguen en contra de las sentencias
definitivas de los tribunales inferiores (Const. Buenos Aires)
Sin mayores variantes las leyes de procedimientos provinciales (Art.75 inc.12 CN) establecen
recursos según la materia de que se trata, contra la sentencias definitivas dictadas por los tribunales
de última instancia. A modo de ejemplo podemos mencionar los de casación, revisión,
inaplicabilidad de la ley, etc.
Atribuciones: Las cartas provinciales además de las competencias analizadas disciernen a sus más
altos tribunales un cúmulo de atribuciones conducentes al ejercicio del gobierno del Poder Judicial.
Sabido es que en la dialéctica de la “división de poderes” se asigna a cada uno de ellos una función
específica que los caracteriza y diferencia de los otros. Así, el Poder Legislativo, dictar leyes; al
ejecutivo de aplicarlas y ejercer la administración central; y al judicial la de ejercer la jurisdicción. A
los efectos de posibilitar el equilibrio y la independencia de los poderes, se atribuye a cada uno de
ellos funciones cuya finalidad esencial es la de contribuir o posibilitar el ejercicio de las específicas
del poder de que se trate. Tal el caso del Poder Ejecutivo que además de su rol primordial del poder
administrador, ejerce una actividad legislativa y judicial impropia, como es la de dictar la
reglamentación general de las leyes y las de funcionamiento de sus dependencias, para ejemplificar
el primer caso, y la del segundo la de juzgar las conductas de sus empleados pudiendo incluso
llegar a aplicar sanciones; ello por cierto, sin perjuicio de la posterior revisión jurisdiccional. Del
mismo ocurre con el Poder Legislativo. En relación al Poder Judicial las constituciones otorgan a las
cortes o tribunales superiores como máximos órganos judiciales la tarea de ejercer el gobierno dicho
poder, a cuyo efecto los dotan de las siguientes atribuciones:
A) Representa al Poder judicial ante los demás poderes del Estado: De las veintitrés constituciones
solo nueve disciernen esta función, al menos en forma expresa, a los tribunales superiores o cortes.
Más ello no implica que aquellas que no la prevén carezcan de ella, ya que es inherente a su
calidad de máximo órgano tanto desde el punto de vista jurisdiccional como de gobierno, el ostentar
la representación del Poder Judicial ante los Poderes Públicos.
B) Ejerce la superintendencia de toda la administración de justicia: Cuando las constituciones
provinciales, disciernen a los tribunales superiores o cortes, esta denominada “facultad de
superintendencia” hacen referencia a la tarea de vigilancia y control que sobre toda la
administración de justicia deben llevar a cabo dichos tribunales, actividad que lleva implícita la
potestad disciplinaria, esto es la de aplicar sanciones a los magistrados, funcionarios y empleados
en cada caso de incumplimiento de los deberes a su cargo.
C) Nombra y remueve a empleados y funcionarios inferiores: Const. Buenos Aires. Respecto de
esta atribución, propia de quien ejerce la suprema administración del Estado, alcanza solo al
nombramiento y remoción de los empleados y funcionarios inferiores de la administración de
justicia, esto es a todos aquellos que no estén sometidos al jury de enjuiciamiento. Como excepción
al principio general enunciado podemos señalar el caso de los jueces de paz legos, cuya
designación en la mayoría de las constituciones es facultad privativa de los poderes políticos; pero
su remoción está a cargo de los tribunales superiores o cortes. En lo que a nombramiento se refiere
esta facultad alcanza solo hasta los cargos de secretarios de las distintas instancias presentando
algunas constituciones, particularidades que merecen ser destacadas. Buenos Aires Art.
167:”Corresponde a las Cámaras de Apelación el nombramiento y remoción de los secretarios y
empleados de su dependencia” en la cual las cámaras de apelaciones nombra a sus propios
empleados.
D) Dicta reglamentación interna: Art. 164 Constitución de Buenos Aires:”La suprema corte de justicia
hará su reglamento y podrá establecer las medidas disciplinarias que considere conveniente a la
mejor administración de justicia“. Esta facultad tiene los más diversos alcances, ya que va desde el
dictado del reglamento de licencias y disciplinario del Poder Judicial, hasta el funcionamiento de los
auxiliares de la justicia tales como los martilleros judiciales, peritos, etc. La doctrina interpreta que
esta potestad reglamentaria tiene contornos más amplios en cuanto los tribunales superiores o
cortes mediante actos de carácter general denominados acordadas pueden incluso dictar normas de
tipo procesal, en caso de laguna, vacío u oscuridad de los códigos de procedimientos.
E) Eleva proyectos de procedimiento y organización del Poder Judicial a la Legislatura: Resulta
obvia esta facultad, habida cuenta que los miembros del Poder Judicial, como encargados de hacer
aplicación de las leyes procesales, son los que con mayor facilidad pueden detectar la necesidad de
algún tipo de reforma a los Códigos, o bien, en materia de organización del Poder Judicial, con la
propuesta de modificaciones a las leyes orgánicas.
F) Fija Proyectos de Presupuesto del Poder Judicial: Como nota a destacar del listado precedente,
se advierte que esta atribución a las Cortes o Tribunales superiores, sólo es discernida por las
nuevas constituciones provinciales, es decir, por aquellas dictadas a partir de 1957.
G) Remueve a los Jueces de Paz: Así lo dispone la Constitución de Buenos Aires Art. 173: “Los
Jueces serán nombrados en la forma y bajo los requisitos establecidos para los de 1º Instancia. Se
les exigirá una residencia inmediata previa de dos años en el lugar en que deba cumplir sus
funciones. Conservarán sus cargos mientras dure su buena conducta y su responsabilidad se hará
efectiva de conformidad con los dispuesto en el Capítulo V de la presente Sección”.
H) Eleva memoria anual a la Legislatura o al Poder Ejecutivo: Constitución de Buenos Aires Art.
165: “Debe pasar anualmente a la Legislatura una memoria o informe sobre el estado en que se
halla dicha administración, a cuyo efecto puede pedir a los demás tribunales de la Provincia los
datos que crea convenientes y proponer en forma de proyecto las reformas de procedimiento y
organización que sean compatibles con el estatuido en esta Constitución y tiendan a mejorarla”.La
memoria anual a que se refieren los preceptos constitucionales implica, en definitiva, poner en
conocimiento de los demás poderes del Estado, especialmente el Legislativo, la marcha y
desenvolvimiento del Poder Judicial. Esta Obligación que se impone a los más altos cuerpos de la
Justicia, no se debe interpretarla como un menoscabo a la independencia orgánica, habida cuenta
que ello significa el ya admitido juego de controles a que están sometidos, recíprocamente, los
poderes del Estado.
I) De los Recursos de queja por denegación o retardada justicia: Sobre esta atribución rondan
discrepancias respecto de si se trata en definitiva un recurso procesal en el cual las Cortes o
tribunales superiores actúan como órganos jurisdiccionales, o bien, de una potestad más que
ejercen como titulares del Gobierno del Poder Judicial, habida cuenta que el supuesto en análisis,
en las dos hipótesis que plantea, pueden dar lugar a la aplicación de sanciones al magistrado de
que se trata, las cuales, sin duda, habrán de ejercerse en uso de la facultad disciplinaria, y que
pueden llegar a provocar, según la gravedad de los hechos, el juicio de destitución en la forma y
condiciones prescritas por las constituciones.
ATRIBUCIONES:
1- Ejercicio de la Jurisdicción originaria y de apelación para entender y resolver sobre la
Constitucionalidad o inconstitucionalidad de leyes, decretos o reglamentos.
2- Ejercicio de competencia Originaria y exclusiva en punto a controversias entre los poderes
públicos del Estado miembro, entre Tribunales de Justicia y demás supuestos. Inconstitucionalidad.
3- Ejercicio de competencia Originaria y exclusiva en materia contencioso-administrativa.
4- Ejercicio de conocimiento y resolución por apelación ante casos de inaplicabilidad de ley de
nulidad y demás.
5- Nombra y remueve directamente a los Secretarios y empleados del Tribunal y a propuesta de los
magistrados inferiores hace lo propio con iguales funcionarios de sus respectivas dependencias.
Propone la creación de cargos y llenado de vacantes.
6- Produce su reglamento, el de los Tribunales inferiores y tiene la potestad disciplinaria.
7- Conoce en cuestiones de recusación y responsabilidad civil de sus propios miembros y de los
Tribunales inferiores.
8- Organiza el control de la estadística judicial sobre expedientes.
9- Tiene la superintendencia de toda la administración de justicia.
10- Prepara el Presupuesto anual de la administración de justicia.
11- Ejerce jurisdicción exclusiva sobre el régimen carcelario.
12- Promueve ante la Cámara de Diputados leyes sobre organización de tribunales, creación de
servicios administrativos conexos, asistencia judicial, justicia de paz y Códigos de Procedimientos y
de lo contencioso-administrativo.
Sistema Financiero del Poder Judicial: “Primera Reunión Nacional del Poder Judicial de la Nación y
de las Provincias”, llevada o cabo en la Ciudad de La Falda, provincia de Córdoba del 30-11 al 02-
12-1978. Cabe destacar que a dicha reunión asistieron los miembros de la Corte de Justicia de la
Nación, en representación del Poder Judicial de la Nación, y los titulares de los Tribunales
Superiores o Cortes de todas las provincias argentinas.
En las referidas conclusiones, se declara necesario que por las vías institucionales pertinentes:
1- Se asigne un porcentaje mínimo del Presupuesto General de la Nación y de las Provincias,
adecuado a las necesidades y realidad de cada caso, con destino a los gastos, inversiones, y
demás erogaciones del Poder Judicial de las distintas jurisdicciones.
2- Se autorice a la creación de otras fuentes de recursos que tiendan a complementar la asignación
referida en el punto anterior.
3- Se reconozca al Poder Judicial la atribución de confeccionar su propio proyecto de presupuesto,
el que no podrá ser modificado sin su efectiva participación.
4- Se instrumente un sistema que asegure la oportuna disponibilidad de sus recursos.
Formosa
II- Directamente
por Superior
Tribunal
a) A propuesta de las Municipalidades: Chubut, Misiones, Neuquén, Río
III. Por el Negro, San Juan, San Luis
Superior b) A propuesta del Poder Ejecutivo: Santiago del Estero
Tribunal o Corte c) A propuesta de la Junta Calificadora
UNIDAD TEMATICA XI
EL MUNICIPIO. DERECHO MUNICIPAL Y DE GOBIERNO MUNICIPAL
I - EL MUNICIPIO: CARACTERIZACIÓN.
Diversas posiciones doctrinales al respecto.
Posada: lo define desde tres ángulos diferentes: 1) Sociológico. 2) Político. 3) Jurídico.
1- En la faz Sociológica caracterizaba al Municipio describiéndolo como “el núcleo social de vida
humana total, determinado o definido naturalmente por las necesidades de la vecindad”.
2- Político: es una organismo con un sistema de funciones para los servicios, que se concretan y
especifican más o menos intensa y distintamente, en una estructura: gobierno y administración
municipales propios, desarrollados en un régimen jurídico y político más amplio, regional o nacional.
3- Jurídico: es una expresión de valor estrictamente histórico, aplicada a un fenómeno que se ha
producido en los diferentes países de manera distinta, planteándose y desenvolviéndose su
problema de modo muy diverso.
I - EL DERECHO MUNICIPAL
Concepto: Es una rama de la ciencia jurídica de marcado carácter público que aborda el
conocimiento de las instituciones y relaciones municipales.
Villafañe: es una rama científicamente autónoma del Derecho Público político, con acción pública
que estudia los problemas políticos, jurídicos y sociales del urbanismo, y que guarda estrecho
contacto con el Derecho Constitucional, con el Derecho Público Provincial, con el Derecho
Administrativo, con el Derecho Impositivo, con el Derecho Rural, con la historia constitucional y con
la ciencia del urbanismo.
Antecedentes:
El Cabildo: Por “Cabildo” se entendía cabeza de la Ciudad y de ella surgían sus atribuciones en
materia de sanidad y servicios públicos, ornato y toda otra forma de progreso.
Autoridades: sus integrantes. Componían la institución los siguientes cargos:
1) Los regidores: su denominación viene de la facultad de regir que el Cabildo tenía en referencia a
los destinos de la ciudad. Su número era 6 en la mayoría de los casos, elevado a 12 en supuestos
de ciudades importantes. Cabe consignar que en Buenos Aires la cantidad nunca pasó de 10. Sobre
ello se centró la corruptela de la venta de cargos capitulares que desnaturalizando el sentido del
instituto, terminó con su raigambre hispánica de Democracia. Quien aspiraba a tal cargo debía
contar con 18 años como mínimo y estar afincado en la ciudad correspondiente.
2) Los Alcaldes ordinarios: eran quienes ejercían la atribución judicial. Generalmente eran dos: el
alcalde de 1º Voto y el Alcalde de 2º Voto. Estos cargos se mantuvieron al margen del impropio
sistema de venta y su elección se practicaba anualmente. Nuevamente se requería aquí tener la
calidad de vecino afincado, y en cuanto a la edad se establecía una mínima de 26 años.
3) El fiel ejecutor: se trata del encargado de vigilancia de precios y de comercios.
4) El Alférez real: se ocupaba de la custodia, paseo y guarda del estandarte real.
5) El Síndico procurador: representaba a la ciudad ante el Cabildo.
6) El Alguacil Mayor: procedía a ejecutar los mandamientos expedidos por la corporación. Además,
desempeñaba la jefatura de la cárcel que de ordinario se anexaba al edificio capitular.
7) Los alcaldes de hermandad: las oficiaban de policía de seguridad en los lugares de campaña.
8) El Alcarife: era el funcionario dedicado a conducir el rubro obras públicas.
9) El Escribano: se trataba del encargado de confeccionar actas de las sesiones de la corporación.
10) El Tesorero: se ocupaba de la administración del erario municipal.
Municipios de Delegación:
Son aquellos que reciben su Carta Orgánica de parte del Poder Legislativo provincial, dando lugar
con ello a la estructuración de la idea de la Autarquía Municipal, criterio que se compadece con este
tipo de Municipios.
Fue el criterio de la CSJN, sin embargo les reconoció el ejercicio de facultades impositivas en el
caso F.C.S. c/Municipalidad de la Plata (1911).
Bernard expuso los perjuicios de este tipo de Municipios al afirmar que si se parte de la base de
considerar a los Municipios como Municipios de Delegación, vale decir, que les viene de fuera,
impuesta, en calidad de entes autárquicos y no autónomos, interpretando lo de Régimen del Art. 5
CN como normatividad uniformadora a cargo del órgano legislativo provincial, de tal suerte que los
Municipios no son gobiernos locales strictu sensu sino delegaciones locales del Poder Central, se
destruye la imagen de la República Representativa conformadora de los tres órdenes u
ordenamientos del federalismo: Estado Nación, Estado Provincia, Estado Municipio.
III - EL RÉGIMEN MUNICIPAL EN LA CONSTITUCIÓN NACIONAL ARGENTINA, HISTORIA
CONTENIDOS DE LA CARTA Y PROYECTOS DE REFORMAS PROPUESTOS. EL NUEVO ART.
123 DE LA CN. SU ANÁLISIS DESDE LA ÓPTICA DE LA ÚLTIMA JURISPRUDENCIA DE LA
CORTE.
La autonomía municipal
El nuevo texto constitucional consagra, en forma explícita, la autonomía municipal. El artículo 123
dispone que "cada provincia dicta su propia constitución [...] asegurando la autonomía municipal y
reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político, administrativo, económico y
financiero". Esto significa que la autonomía municipal consagrada en la Constitución es sólo un
principio, cuyo desarrollo y especificación depende, a su vez, de lo que dispongan los respectivos
poderes constituyentes de cada provincia.
En ese sentido, la reforma de 1994 fue parca: no se habilitó, para todos o algunos de los municipios
del país, el ejercicio del poder constituyente de tercer nivel, es decir del nivel municipal, como ya lo
tienen decidido varias provincias argentinas (Córdoba, Santiago del Estero, La Rioja, Río Negro).
Deberá ser cada provincia la que decida el punto. Pero, de todos modos, aun los textos
constitucionales de aquellas provincias que no adopten la carta municipal (caso de Buenos Aires
después de la reforma de 1994), no podrán desconocer que las municipalidades son las que dictan
sus propias leyes (ordenanzas) por cuerpos legislativos democráticos, y eligen sus autoridades por
el mismo método. Ese es el piso o base normativa implicada en el concepto de autonomía municipal
consagrada en la Constitución Nacional. (Quiroga Lavié).
El Municipio y la CSJN
En un primer período, la doctrina de la Corte reconoció la autonomía municipal (en García Doroteo
c/provincia de Santa Fe, de 1870); para luego volcarse por muchas décadas a la tesis de la
autarquía administrativa, expresando en reiteradas oportunidades que: “Las municipalidades no son
más que delegaciones de los poderes provinciales, circunscriptos a fines y límites administrativos
que la Constitución ha previsto como entidades del régimen provincial y sujetas a su propia
legislación” (caso “Ferrocarril del Sud c/Municipalidad de La Plata” en 1911, “Ambros Palmegiani
SA c/ Gennaro Fernández SA”, de 1987).
Una vez más, la realidad, ha urgido la necesidad de un cambio en el criterio sustentado por este alto
Tribunal. La tendencia del poder municipal de fortalecerse frente a los poderes centrales, el clamor
generalizado de revitalizar el poder de los municipios con el fin de mejorar la satisfacción de los
intereses ciudadanos, que ya ha encontrado eco, en las nuevas constituciones provinciales, a través
del reconocimiento del carácter de autonómico de los municipios: ha obtenido también el
reconocimiento de la CSJN, en el conocido fallo “Rivademar, Angela c/ Municipalidad de
Rosario”(de 1989), que en el considerando 8) expresa que diversas constituciones provinciales han
sostenido la autonomía, plena o semiplena, de la institución municipal, razón por la que, no puede
afirmarse de modo uniforme, para todo el territorio de la Nación, la autonomía o la autarquía de la
misma, debiendo reconocer que los municipios, poseen diversos caracteres que no se avienen con
la noción de autarquía, tales como: su origen histórico-jurídico reconocido constitucionalmente, su
base sociológica constituida por la población comunal, su carácter de persona jurídica necesaria, la
imposibilidad constitucional de su supresión, y el carácter de legislación local de sus ordenanzas.
Si bien el Alto Tribunal no reconoce literalmente la autonomía, podemos sí afirmar que ha
abandonado expresamente la doctrina de la autarquía.
En el fallo “Municipalidad de Rosario c/Provincia de Santa Fe s/Ordinario” (04/06/1991), no se ha
variado explícitamente la línea jurisprudencial iniciada en Rivademar.
* La autonomía municipal: a) Concepto, tipos y clasificación; b) La Autonomía municipal frente a la
Autarquía Municipal. Grados de descentralización política y administrativa.
Concepto: Siguiendo el criterio de Marienhoff que refleja el de la mayoría de los autores, autonomía
significa: que el ente tiene el poder para darse su propia ley y regirse por ella, lo que denota un
poder de legislación que ha de ejercitarse dentro de lo permitido por el ente soberano (Buy Montero,
Pérez Guilhou).
- Según Linares Quintana y Zucherino “en sentido jurídico, la autonomía denota siempre un Poder
Legislativo. El Poder Legislativo de las entidades autónomas debe desenvolverse dentro de los
límites que el poder soberano ha fijado a la autonomía, por lo que la entidad autónoma no puede
establecer leyes o normas en oposición con las establecidas por el ente soberano”. Es la facultad
que detentan los Estados miembros en un Estado Federal a los fines de darse sus propias
instituciones en el marco de su Constitución provincial y reconociendo en todos los casos la sujeción
jurídica natural que los obliga frente al Estado Federal.
Tipos y clasificación: La autonomía se clasifica en:
1) Autonomía ABSOLUTA: se la puede descomponer en cuatro grandes facetas:
a) Autonomía institucional: es aquella en la cual la institución municipal posee la facultad de ejercer
el poder constituyente de tercer grado o municipal, del cual se deriva su derecho de dictarse su
propia carta orgánica.
b) Autonomía Política: supone el derecho del municipio a organizar y desarrollar su propia carta
orgánica.
c) Económico-Financiera: implica la autosuficiencia del municipio en el plano de sus recursos y su
manejo propio en punto a erogaciones.
d) Autonomía Administrativo-Funcional: implica el poder de la institución de producir sus
organigramas organizativos propios y de manejar por sí y ante sí sus incumbencias en relación a la
materia municipalista.
2) Autonomía RELATIVA o RESTRINGIDA: son aquellos municipios que sólo tienen AUTONOMÍA
POLÍTICA, ECONÓMICO-FINANCIERA y ADMINISTRATIVO-FUNCIONAL. Carecen de autonomía
institucional, es decir, son municipios autónomos, pero no de convención.
* Autonomía Frente a la Autarquía
La Autarquía es un concepto propio del Derecho Administrativo y significa la facultad de una entidad
o de un ente de administrarse a sí mismo, facultad derivada de la ley que le concede la autarquía.
Es el derecho de autoadministrarse. (Zucherino)
* Autores como Bidart Campos, Dana Montaño, Frías, Hernández, Sagües, Vanossi, Zucherino, etc.,
se pronuncian en favor de la autonomía municipal por considerarla más acorde con el espíritu de la
CN.
* Por el contrario, Bielsa, Cassagne, Fiorini, Marienhoff, Villegas Basavilbaso y Linares Quintana se
inclinan por considerarlo, desde el punto de vista jurídico, una entidad autárquica territorial. (Buj
Montero)
* Corriente favorable a la Autarquía Municipal: Sus seguidores tienen a los Municipios como entes
administrativos autárquicos, excluyendo naturalmente toda connotación de índole política en esta
temática y rechazando ab initio la posibilidad de existencia de autonomía en el plano municipal.
Afirman la condición de simples delegaciones de los Poderes provinciales que asumen los
Municipios y reivindican su tipología de ente administrativo. Esta es la posición de la Corte Suprema
en forma constante, desde el caso “Castro c/ Provincia de Bs. As.” Fallado en 1902. Es también el
criterio de la mayor parte de los cultores del Derecho Administrativo. De los mismos se destaca la
postura reiteradamente expuesta por Rafael Bielsa, que ha llegado a decir que la crisis producida en
los Municipios Sudamericanos se debe a una hipertrofia generada por el reconocimiento de su
autonomía.
Frente a esta afirmación contundente cabe preguntarse si no es exactamente al revés y conforme a
ello no resulta lógico entender que el avasallamiento reiterado y contumaz de las autonomías
municipales nos ha llevado a la crisis que actualmente soportan.
Los partidos de la idea bajo estudio, argumentan además sobre la base de que los Municipios
carecen de la facultad de dictarse su propia Carta Orgánica y de que se hallan sometidos a un
control, lo que resulta dato esencial de la autarquía.
Toda esta fundamentación se compadece en forma natural con la estructura de los Municipios de
Delegación, pero carece de validez frente a la idea moderna de los Municipios de Convención que,
introducida en nuestro país por la Constitución Santafesina de 1921, tiene en la actualidad
receptación en numerosas Cartas.
* Corriente favorable a la Autonomía Municipal: estos autores sindican al Municipio como una
entidad autónoma, munida de una índole política. Se basan en los siguientes argumentos:
1) Los antecedentes históricos sobre la materia, sean ellos coloniales o de nuestra etapa
independiente.
2) La autoridad de Alberdi quien, en la obra primaria sobre el Derecho Público Provincial Argentino,
expresó al Municipio como detentador de un auténtico Poder Político y señaló la existencia de la
soberanía municipal.
3) Las enseñanzas de José Manuel Estrada, quien entendía a los Municipios como una concreción
de soberanía distinta en relación del Estado Federal y las provincias.
4) Los razonamientos de Lisandro de la Torre, encaminados a asegurar la autonomía de los
Municipios y los derechos comunales que son receptados por la Carta Santafesina de 1921,
creadora en el país de los Municipios de Convención, verdadero soporte de una real autonomía.
5) El pensamiento de Adolfo Korn Villafañe, quien rebate a la idea de autarquía, señalando como un
error de singular magnitud a la creencia de que el Régimen Municipal se genera en las Cartas
Provinciales. Por el contrario, forma el carácter de institución de grado constitucional federal que el
Municipio reviste de conformidad a la norma del art. 5 CN. La propia facultad impositiva otorgada a
los Municipios es tan representativa de su autonomía como podría serlo la detentación de un Poder
Constituyente de Tercer Grado.
La autonomía municipal
El nuevo texto constitucional consagra, en forma explícita, la autonomía municipal. El artículo 123
dispone que "cada provincia dicta su propia constitución [...] asegurando la autonomía municipal y
reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político, administrativo, económico y
financiero". Esto significa que la autonomía municipal consagrada en la Constitución es sólo un
principio, cuyo desarrollo y especificación depende, a su vez, de lo que dispongan los respectivos
poderes constituyentes de cada provincia.
En ese sentido, la reforma de 1994 fue parca: no se habilitó, para todos o algunos de los municipios
del país, el ejercicio del poder constituyente de tercer nivel, es decir del nivel municipal, como ya lo
tienen decidido varias provincias argentinas (Córdoba, Santiago del Estero, La Rioja, Río Negro).
Deberá ser cada provincia la que decida el punto. Pero, de todos modos, aun los textos
constitucionales de aquellas provincias que no adopten la carta municipal (caso de Buenos Aires
después de la reforma de 1994), no podrán desconocer que las municipalidades son las que dictan
sus propias leyes (ordenanzas) por cuerpos legislativos democráticos, y eligen sus autoridades por
el mismo método. Ese es el piso o base normativa implicada en el concepto de autonomía municipal
consagrado en la Constitución Nacional. (Quiroga Lavié)
Municipios de Convención: Son aquellos que cuentan con la facultad del dictado de su propia Carta
Orgánica, surgiendo así el Poder Constituyente de Tercer Grado o Municipal natural complemento
para la plena exteriorización de la autonomía municipal. Admitido el ejercicio del Poder
Constituyente, es decir, la plena autonomía vecinal, y sobre el esquema ideal de la República
Representativa, se encuentran resueltos casi todos los asuntos que hacen a la problemática del
municipalismo. Entre ellos la jurisdicción o ámbito territorial y de las competencias, atribuciones o
facultades del ente o gobierno municipal.
Bauzá define a la Autonomía Municipal como el derecho de la ciudad al gobierno propio, a ejercerlo
con independencia de cualquier poder, a elegir sus autoridades y a dictar, de conformidad con las
leyes fundamentales del Estado, una Carta Orgánica que establezca su organización político-
administrativa y determine el límite del ejercicio de sus facultades propias, debidamente
garantizados por la Constitución Nacional en los aspectos políticos, administrativos y económicos.
Municipios de Delegación: Son aquellos que reciben su Carta Orgánica de parte del Poder
Legislativo provincial, dando lugar con ello a la estructuración de la idea de la Autarquía Municipal,
criterio que se compadece con este tipo de Municipios.
Fue el criterio de la CSJN, sin embargo les reconoció el ejercicio de facultades impositivas en el
caso F.C.S. c/Municipalidad de la Plata (1911).
Bernard expuso los perjuicios de este tipo de Municipios al afirmar que si se parte de la base de
considerar a los Municipios como Municipios de Delegación, vale decir, que les viene de fuera,
impuesta, en calidad de entes autárquicos y no autónomos, interpretando lo de Régimen del Art. 5
CN como normatividad uniformadora a cargo del órgano legislativo provincial, de tal suerte que los
Municipios no son gobiernos locales strictu sensu sino delegaciones locales del Poder Central, se
destruye la imagen de la República Representativa conformadora de los tres órdenes u
ordenamientos del federalismo: Estado Nación, Estado Provincia, Estado Municipio.
* La CSJN y los Municipios: Evolución de la naturaleza jurídica de los mismos. Análisis de los casos:
DOROTEO GARCÍA C/PROVINCIA DE SANTA FE; FFCC del SUD C/MUNICIPALIDAD DE LA
PLATA; OBRAS SANITARIAS C/PROVINCIA DE TUCUMÁN; RIVADEMAR, ANGELA
C/MUNICIPALIDAD DE ROSARIO.
El Municipio y la CSJN:
En un primer período, la doctrina de la Corte reconoció la autonomía municipal (en García Doroteo
c/Provincia de Santa Fe, de 1870); para luego volcarse por muchas décadas a la tesis de la
autarquía administrativa, expresando en reiteradas oportunidades que: "Las municipalidades no son
más que delegaciones de los poderes provinciales, circunscriptos a fines y límites administrativos
que la Constitución ha previsto como entidades del régimen provincial y sujetas a su propia
legislación" (caso "Ferrocarril del Sud c/Municipalidad de La Plata", 1911, “Ambros Palmegiani SA
c/Gennaro Fernández SA”, de 1987).
Una vez más, la realidad, ha urgido la necesidad de un cambio en el criterio sustentado por este alto
Tribunal. La tendencia del poder municipal de fortalecerse frente a los poderes centrales, el clamor
generalizado de revitalizar el poder de los municipios con el fin de mejorar la satisfacción de los
intereses ciudadanos, que ya ha encontrado eco, en las nuevas constituciones provinciales, a través
del reconocimiento del carácter de autonómico de los municipios: ha obtenido también el
reconocimiento de la CSJN, en el conocido fallo “Rivademar, Angela c/Municipalidad de Rosario”(de
1989), que en el considerando 8) expresa que diversas constituciones provinciales han sostenido la
autonomía, plena o semiplena, de la institución municipal, razón por la que, no puede afirmarse de
modo uniforme, para todo el territorio de la Nación, la autonomía o la autarquía de la misma,
debiendo reconocer que los municipios, poseen diversos caracteres que no se avienen con la
noción de autarquía, tales como: su origen histórico-jurídico reconocido constitucionalmente, su
base sociológica constituida por la población comunal, su carácter de persona jurídica necesaria, la
imposibilidad constitucional de su supresión, y el carácter de legislación local de sus ordenanzas.
Si bien el Alto Tribunal no reconoce literalmente la autonomía, podemos sí afirmar que ha
abandonado expresamente la doctrina de la autarquía.
En el fallo “Municipalidad de Rosario c/Provincia de Santa Fe s/Ordinario” (04-06-1991), no se ha
variado explícitamente la línea jurisprudencial iniciada en Rivademar.
Derecho Municipal: es una rama científicamente autónoma del derecho público político, con acción
pública que estudia los problemas políticos, jurídicos y sociales del urbanismo y que guarda
estrecho contacto con el derecho administrativo, con el derecho impositivo, con el derecho rural, con
la historia institucional y con la ciencia del urbanismo.
Es la rama del derecho público institucional con acción pública que estudia los problemas políticos,
jurídicos y sociales del urbanismo.
URBANISMO: conjunto de conocimientos encaminados al estudio de la creación y
desenvolvimiento, reforma y progreso de los poblados en lo referente a las necesidades materiales
de la vida humana.
Ajustes normativos=
PLANEAMIENTO: Comprende distintas disciplinas que pretenden lograr la convivencia armónica de
los habitantes de un lugar.
Causas de Desarrollo físico de la ciudad=
PLAN REGULADOR: tiene por finalidad el encauzamiento del desarrollo físico de la ciudad y su
entorno mediante ajustes normativos a la reglamentación vigente en tal sentido.
ZONIFICACIÓN: Operación que se realiza solamente en un plano urbano con el fin de asegurar a
cada función y a cada uno su lugar adecuado: vivienda, comercio, creación, ampliación, distribución
de espacios verdes, superficie, volumen edificable, vías de comunicación, etc.
SOLUCIONES:
Práctica efectiva de tareas de planeamiento y zonificación.
El urbanismo es una actividad interdisciplinaria que contempla los problemas de la urbe bajo
distintos conos de luz. El análisis de los tres aspectos básicos del planeamiento urbano –el técnico,
el económico y el social– que deben coordinarse entre sí, requiere la presencia del jurista. Cualquier
estudio que se haga, cualquier solución que se proyecte con criterio unilateral, puede conducir a
graves errores.
Mientras las ciudades crecían a un ritmo rápido e intenso, los municipios se sumieron en una
cómoda siesta medieval. En consecuencia, el urbanismo debe actuar principalmente para corregir
los desaciertos cometidos. Los hechos superaron las previsiones y desbordaron las normas. Ahora
se trata de enmendar las normas, de encauzar los hechos y de regular conductas, para que vuelva
a renacer la armonía en el caos.
Poder de Policía (Diccionario Jurídico): Instituto consagrado a la posesión y ejercicio de una facultad
reglamentaria de los derechos y garantías reconocidos constitucional y legalmente y que se expresa
de ordinario mediante limitaciones a los demás y garantías nunca implicantes de desconocimiento o
desnaturalización de ellos.
Son limitaciones dirigidas a garantizar “la seguridad que tienen los individuos dentro de un Estado
para desarrollar sin inconvenientes su personalidad”.
El Instituto sólo abraza las temáticas de:
- SEGURIDAD
- SALUBRIDAD
- CONSERVACIÓN DEL ORDEN.
Impone por medio de la ley y de conformidad con los principios constitucionales, limitaciones
razonables al ejercicio de los derechos individuales, a los que no puede alterar o destruir.
- Es la actividad ejercida por la administración pública para asegurar, por los medios del Poder
Público, el buen orden de la cosa pública contra las perturbaciones de los particulares (Dromi).
- Es la función de gobierno por la cual opera el principio de limitación de forma tal que los derechos
de los particulares se restringen a favor del interés público.
- “Función de Gobierno”: no administrativa, sino del legislador. No cabe limitación alguna de los
derechos particulares (Art. 14 C. N.), sino a través de ley. A través de la FUNCIÓN administrativa se
ejecuta el Poder de Policía.
- “Por la cual se opera el principio de limitación”: por ello, como este surge del principio
constitucional (los derechos no son absolutos Art. 14 y 28 CN), se encuentra asegurada la
supremacía de la Constitución sobre este poder. El Poder de Policía es una facultad derivada de la
Constitución.
- “De forma tal que los derechos de los particulares se restringen a favor del interés público”: esta
restricción no puede exceder el límite de la “razonabilidad” y está sujeta al Control Judicial.
1) Fin público.
2) Circunstancias Justificantes.
- Hace cesar efectos perturbadores del orden público.
Caracteres del Poder de Policía:
a) De Gobierno: (legislativa y no administrativa).
b) No sancionatoria ni nulificante: no se aplican sanciones ni se decretan nulidades, se impide o se
remueven los efectos de la violación a los derechos. “Promover el bienestar general”.
I - CLASIFICACIÓN:
A) Policía Municipal de SEGURIDAD: cuidado de valores esenciales:
1- Correcto fluido del tránsito (Policía de tránsito).
2- Edificación (Policía edilicia).
3- Protección de las calidades de vida (Policía de ruidos molestos).
Modus operandi:
- Preventiva
- Represiva
NATURALEZA JURÍDICA
Tesis amplia: Poder de Policía significa toda limitación de derechos individuales por cualquier
objetivo de bienestar. Parece que como principio su ejercicio es propio del estado federal. La
reglamentación de esos Derechos, previstas en los artículos 14 y 28 de la Constitución Nacional,
incumbe al Estado Federal, y dentro de él, al Congreso. La Corte Suprema, en la medida en que ha
justificado la validez de restricciones a los derechos individuales en el ejercicio de ese llamado
Poder de Policía mediante leyes del Congreso, corrobora nuestro aserto.
Tesis restringida: Poder de Policía significa exclusivamente limitación de derechos individuales nada
más que por razón de salubridad, moralidad y seguridad públicas. En el derecho judicial emergente
de la Jurisprudencia de la Corte encontramos la afirmación de que el Poder de Policía es
competencia primariamente Provincial, considerando que son incuestionables las facultades
policiales de las provincias para defender el orden, la tranquilidad, la seguridad, la moralidad y la
salubridad públicas. La Corte dice que es incuestionable que el Poder de Policía corresponde a las
Provincias, y que el Estado Federal lo ejerce dentro del territorio de ellas sólo cuando le ha sido
conferido o es una consecuencia de sus facultades constitucionales.
Cada vez que en el orden Federal y con relación al bien común de toda la población es necesario
limitar los derechos por razones de salubridad, moralidad y seguridad públicas, la competencia es
Federal.
BIDART CAMPOS
El Poder de Policía es la potestad del Estado de reglamentar los derechos del individuo para
posibilitar y asegurar la normal convivencia de una sociedad, pertenece por regla al Estado
Provincial. “Es la potestad jurídica en virtud de la cual el Estado, con el fin de asegurar la libertad, la
convivencia armónica, la seguridad, la moralidad, la salud y el bienestar general de la población,
impone por medio de la ley limitaciones razonables al ejercicio de los derechos individuales, a lo que
no puede alterar”. Su fundamento es constitucional: Art. 14, y contiene a su vez un límite a la
facultad reglamentaria (Art. 19 y 28). Es ejercido en sus respectivas jurisdicciones por el poder
público (Nación, Provincias y Municipios) en la medida de su competencia. Aclaramos que no toda
limitación a los derechos individuales es Poder o función Policial, sino aquella que se vincula con la
actividad administrativa del Estado o Municipio y entes descentralizados. El ámbito de la libertad
puede ser restringido, según la Constitución, por limitaciones vinculadas, como por ejemplo, con la
potestad impositiva, punitiva (Código Penal), servicios personales como acontecía con el Servicio
Militar Obligatorio, etc.
Constitución Provincial de RÍO NEGRO: Custodia de los ecosistemas naturales: Artículo 85: “La
custodia del medio ambiente está a cargo de un organismo con Poder de Policía, dependiente del
Poder Ejecutivo, con las atribuciones que le fija la ley. Los habitantes están legitimados para
accionar ante las autoridades en defensa de los intereses ecológicos reconocidos en esta
Constitución”.
El Poder de Policía Municipal en los lugares sometidos a la Jurisdicción Federal en los territorios de
las Provincias:
Análisis del anterior Artículo 67 inc. 27 de la Constitución Nacional de 1860, norma donde se unen
elementos de Derecho Constitucional, Derecho Federal, Derecho Provincial y Derecho Municipal en
singular disenso. Es que la referida norma constitucional ha producido, una aguda controversia
doctrinal, cuyas resonancias se han dejado sentir en la Jurisprudencia del más alto tribunal del país
y aún en la suerte corrida por la polémica Ley 18.310 del año 1969.
¿Están o no federalizados los lugares sometidos a la jurisdicción federal en los territorios de sus
provincias?
¿La expresión “legislación exclusiva” que emplea el art. 67 inc. 27, de la Constitución Nacional, es o
no sinónimo de “jurisdicción exclusiva”?
I - CLASIFICACIÓN:
Servicios Públicos propios: Son aquellos que revisten una significación tal en los aspectos
económicos y financieros, o por su decidido carácter social o por lo generalizado de su uso, que
requieren ser prestados directamente por el Estado o por vía de concesionarios.
Se trata de toda acción o prestación concretada por el municipio o por el sistema de concesionarios
y destinada a satisfacer necesidades colectivas de un modo más o menos continuo. Los ejemplos
de servicios públicos municipales prestados por el municipio son abundantes, y así cabe anotar: los
servicios sanitarios en hospitales, dispensarios y salas de primeros auxilios municipales; los
servicios de alumbrado, barrido y limpieza en el área municipal; las líneas municipales de transporte
colectivo y el servicio de inhumaciones y cementerio, entre otros mucho más.
Servicios Públicos impropios o privados: Los servicios impropios o privados son prestados por los
particulares bajo el sistema de autorizaciones y permisos. Importan aquí básicamente los caracteres
de obligatoriedad y uniformidad de la tarifa. Es una facultad que tiene características públicas y
“debe ser” prestado por particulares. Ej. Taxi: servicio público prestado por particulares, “aunque de
acuerdo a disposiciones reglamentarias establecidas por la Administración Pública”. En particular, la
injerencia estatal se manifiesta en tres ámbitos concretos de la actividad:
a) La habilitación del vehículo y de los conductores.
b) La determinación del horario y las modalidades de prestación.
c) La fijación del precio del servicio.
* Habilitación: El Municipio habilita para la prestación de rodados con los que se explotará el
servicio, así como a los conductores, guardas, inspectores, etc. Los rodados deben cumplir con
ciertos requisitos: seguridad técnica, mecánica, frenos, neumáticos, tapizados, dispositivos contra
incendios, etc. En relación con el personal se hacen exámenes psicofísicos y teórico-prácticos
previos. Se consideran invalidantes las siguientes condiciones: cardiopatías, marcapasos, agudeza
visual, sordera, hipoacusias severas, psicosis y neurosis, demencias, epilepsias, etc. Así se
recomendará el control sobre el estado de fatiga del conductor, 8 horas de trabajo, la declaración
jurada de enfermedades, debe tener las dos manos completas, no rigidez, no amputaciones de pies
ni piernas.
* Respecto de las condiciones del vehículo, se fiscalizan sus características técnicas –conforme lo
consignado en los pliegos de licitación –, la existencia de información general –indicaciones
reglamentarias y de utilidad para el usuario – y las condiciones vinculadas con la comodidad de los
utilizadores del servicio –desinfección, higiene –.
* En cuanto al comportamiento del Conductor, se analiza su conducta personal en el servicio –
vestimenta y aseo – y su grado de cumplimiento-incumplimiento de las normas de tránsito vigentes.
En torno a la empresa concesionaria, se fiscaliza su infraestructura administrativa. En lo referente a
la prestación del servicio, su documentación jurídico-contable, número de vehículos afectados,
frecuencia de recorrido asignado.
INTERRELACIONES:
1) En lo territorial:
Tanto en el Municipio como en la región existe una base territorial, una localización espacial. Son
inconcebibles el Municipio y la región sin asentamiento en determinados lugares.
En el país, con fecha 30-09-1960 se dictó la Ley 16.964, que creó el Sistema Nacional de
Planeamiento y Acción para el Desarrollo, reglamentada por Decreto 1907, instituyéndose 8
regiones: 1) PATAGONIA. 2) COMAHUE. 3) Cuyo. 4) Centro. 5) Noroeste. 6) Noreste. 7)
Pampeana.8) Área Metropolitana. La mayoría de las regiones comprendían territorios de varias
provincias.
Destacada la influencia del Territorio respecto del municipio y la región, analizaremos la relación
entre ambos. En tal sentido, casi siempre el Municipio integra determinada región, que abarca otras
zonas urbanas y rurales, aunque, dentro de la región es preeminente el papel de los asentamientos
urbanos. Sin embargo, hay casos en que el Municipio es de tal magnitud que es una región, o la
mayor parte de ella, o varios municipios constituyen una región. Se trata de la metrópolis o
megalópolis, siendo un ejemplo al respecto la del Gran Buenos Aires, que forma una de las regiones
en que dividió el país el Sistema Nacional de Planeamiento y Acción para el Desarrollo, instituido
por la Ley antes citada.
2) En lo económico: Estas interrelaciones entre Municipio y región son importantes y profundas por
las siguientes razones: a) La actividad económica se asienta espacialmente. b) En las regiones hay
islas económicas, los polos que normalmente son las ciudades, o sea, las infraestructuras
sociológicas de los municipios. c) Por la importancia de las funciones económicas de las ciudades.
d) Porque el proceso de urbanización es una de las variables fundamentales de la estructura
regional.
El modelo de desarrollo nacional que se adoptó en el curso de una de las últimas décadas,
determinó un reordenamiento socioeconómico territorial que se caracterizó: a) Por una progresiva
concentración de población de tipo escalonada, es decir, generada fundamentalmente del medio
rural a los centros urbanos menores y desde éstos hacia otros de mayor jerarquía. b) Por una
concentración industrial en las regiones de mayor desarrollo relativo. c) Por un progresivo
fortalecimiento de los órganos centrales de decisión política.
3) En lo institucional:
a) Regionalización en nuestro país. La región debe servir a la mejor integración del país pero no
constituir un nuevo nivel de gobierno. La Reforma constitucional de 1994, con el claro objetivo de
fortalecer el Federalismo, otorgó rango supremo a la Región.
El Art. 124 establece: “Las provincias podrán crear regiones para el desarrollo económico y social y
establecer órganos con facultades para el cumplimiento de sus fines y podrán también celebrar
convenios internacionales en tanto no sean incompatibles con la política exterior de la Nación y no
afecten las facultades delegadas al Gobierno federal o al crédito público de la Nación; con
conocimiento del Congreso Nacional. La ciudad de Buenos Aires tendrá el régimen que se
establezca a tal efecto.
Corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su
territorio”.
No se puede dejar de advertir la vinculación entre los procesos de globalización, integración y
regionalización, pues el proceso global obliga a la integración, ésta no puede concebirse sin la
regionalización. Nuestro país está avanzando en el gran desafío del MERCOSUR, pero ello requiere
una Argentina integrada interiormente, y entonces hay que promover la regionalización para el
desarrollo económico y social.
La regionalización también importará la integración de las “zonas” de cada provincia y, en
consecuencia, se deberán promover las relaciones intermunicipales. Asimismo el proceso de
descentralización también comenzado exigirá el fortalecimiento de los gobiernos locales para que
con eficacia puedan prestar nuevos servicios y cumplir con el nuevo rol de desarrollo económico.
b) Las relaciones intermunicipales:
Buenos Aires: Art. 192: “Son atribuciones inherentes al régimen municipal, las siguientes: ...8)
Constituir consorcios de municipalidades”.
La mayoría de las leyes supremas provinciales permiten expresamente las relaciones
intermunicipales y con otros organismos provinciales.