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MARO TEORICO

RESILIENCIA

Antecedentes de investigación

Rivas de Mora (2012) realizó una tesis doctoral titulada “Fortalezas de


carácter y resiliencia en estudiantes de medicina de la Universidad de los
Andes.”Como parte del estudio de los aspectos positivos del ser humano, se
abordó por un lado el tema de las fortalezas de carácter, entendida como las
cualidades positivas que poseen las personas y que potencian su bienestar y
por otro, la resiliencia, entendida como la capacidad del ser humano para
enfrentar las adversidades de la vida. El objetivo de la investigación fue
analizar el perfil de las fortalezas de carácter y los factores de resiliencia de los
estudiantes de la carrera de medicina, de la Universidad de los Andes.

Se planteó una investigación de campo, exploratoria, transversal y


correlacional. Participaron 522 estudiantes de primero a sexto año de medicina.
Se aplicó el Cuestionario de Fortalezas de Carácter (VIA) de Peterson y
Seligman (2004) y la Escala de Resiliencia (ConnorDavidsonResilienceScale,
CD-RISC). Los resultados señalaron que: la principal fortaleza de los
estudiantes es la esperanza, seguida de gratitud, bondad, honestidad y
equidad. Las fortalezas con puntuaciones más bajas fueron: humildad,
autorregulación, prudencia, apreciación de la belleza y perdonar. Curiosidad y
mente abierta resultaron la principal fortaleza en los más jóvenes, en los de
mayor edad, la espiritualidad y la humildad. El género femenino, muestra
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puntajes superiores en perdonar, humildad y espiritualidad. Sexto año presentó
puntajes superiores en humildad y prudencia. Estudiantes con hijos muestran
mayor humildad y espiritualidad.

En resiliencia, los de menor edad presentan valores más altos en


resiliencia total y aceptación positiva al cambio, el género femenino valores
más altos en competencia personal y espiritualidad. Primer año, valores más
altos en resiliencia total y aceptación positiva del cambio y control. Mayor
espiritualidad, en los de sexto año y con hijos. Estudiantes sin hijos presentaron
valores más altos en resiliencia total, aceptación positiva de cambio y control.
Se mostraron relaciones significativas positivas entre la mayoría de fortalezas y
la resiliencia total y sus subescalas. Lo importante del modelo salugénico
abordado, desde la psicología positiva, es que cada persona reconozca y utilice
en la cotidianidad, sus fortalezas y capacidades más desarrolladas, aceptando
la necesidad de cultivar aquellas menos manifiestas en su comportamiento.

Peralta, Ramírez y Castaño (2006)realizaron una investigación titulada


“Factores resilientes asociados al rendimiento académico en estudiantes
pertenecientes a la Universidad de Sucre (Colombia)”. La misma tuvo como
objetivo, determinar si existen factores resilientes asociados al rendimiento
académico en una muestra de estudiantes universitarios. Dicha muestra estuvo
compuesta por 345 estudiantes, distribuidos en 2 grupos, bajo rendimiento y
alto rendimiento, entre los 16 y 38 años de edad. El instrumento utilizado fue el
cuestionario de resiliencia para estudiantes universitarios (CRE-U).

Los resultados, después de aplicar el modelo estadístico de regresión


logística binaria (Oportunidad Relativa), indican que existen diferencias
estadísticamente significativas de los factores resilientes entre los estudiantes
con alto y bajo rendimiento académico, y este último grupo es el que se
encuentra en mayor riesgo debido a que existen menos factores que se
asocian a éste. De igual forma, se evidenció que es válido intervenir desde la
psicologíaeducativa en esta universidad con programas que promocionen
elliderazgo, la motivación, la participación activa y la responsabilidad, juntocon
orientaciones hacia la administración del tiempo de estudio y planesde trabajo.
Además proponer actividades extracurriculares que fortalezcan elcrecimiento
personal de los estudiantes, especialmente las que exijan su proyecto de vida,
donde se puedan establecer metasy objetivos claros, lo cual hace parte del
factor resiliente de iniciativacomo se ha venido discutiendo en este informe
investigativo.

Finalmente, se recomendó hacer réplicas de este estudio en


otrasuniversidades que presenten diferentes características socio-
demográficas,para observar si la iniciativa sigue siendo un factor determinante
o siexisten otros factores asociados al rendimiento. De esta manera se
podríacontribuir a la creación de programas de intervención que disminuyanel
bajo rendimiento en las universidades colombianas. También es degran
importancia seguir promoviendo investigaciones de este tipo enla educación
básica y media, para empezar a prevenir esta problemáticadesde edades más
tempranas.

López,Martínez, Serey, Velasco y Zúñiga (2013)estudiaron“Factores de


Resiliencia en Estudiantes de Carreras Pedagógicas de una Universidad
Estatal de la Región de Valparaíso”.La investigación corresponde a un estudio
descriptivo correlacional que establece la existencia de diferencias
estadísticamente significativas en los factores de resiliencia según variables
personales (edad), y académicas (carrera, trayectoria) mediante la aplicación
del Cuestionario de Resiliencia para Estudiantes Universitarios (CRE-U)
(Peralta, Ramírez, Castaño, 2006) a una muestra de 116 alumnas de carreras
pedagógicas de una universidad estatal de la Región de Valparaíso.

Los resultados indican que la carrera constituye una variable


diferenciadora de los niveles de ‘Introspección’, ’Iniciativa’, ‘Independencia’ y
‘Pensamiento Crítico’. Por otra parte, se halló evidencia de que los niveles de
‘Introspección’, ‘Iniciativa’ e ‘Independencia’ son significativamente más altos
en estudiantes de cuarto año y el grupo de más edad (22-29) que obtiene
puntuaciones significativamente más altas en el factor ‘Independencia’, con
respecto a sus pares más jóvenes. Es posible señalar que la información que
se ha obtenido, permite identificar requerimientos de apoyo diferenciados por
carrera, en tanto factor protector comunitario que promueve al ser social y lo
prepara para la vicisitudes de la vida, como así mismo, la necesidad de realizar
estudios longitudinales, que permitan analizar variables del proceso formativo
que favorecen una formación resiliente de futuros educadores.

López(2015), desarrolló una investigación titulada: Factores predictores


de procesos resilientes en jóvenes universitarios, El objetivo del estudio
consistió en identificar qué factores estarían ayudando a construir procesos
resilientes en la etapa universitaria, considerada un momento clave en la
evolución del individuo. Para ello se llevó a cabo una investigación con 343
estudiantes de la Universidad de A Coruña (España), aplicándoles la escala de
Resiliencia CD-RISC, un cuestionario sociodemográfico y de actividades en el
tiempo libre, de elaboración propia y la escala de Acontecimientos Vitales de
Holmes y Rahe.

Los resultados obtenidos en los diferentes análisis realizados


(correlaciones, comparación de medias, análisis de varianza y análisis de
regresión), indican como factores relevantes en el proceso resiliente: el número
de actividades realizadas, la situación sentimental, el área de conocimiento, el
escuchar música, las horas dedicadas a escribir, el compatibilizar trabajo y
estudios, el practicar deporte y la frecuencia de ver a la familia. Estos hallazgos
impulsan a promover dichos factores, tanto a nivel individual como dentro del
contexto educativo, favoreciendo niveles altos de resiliencia, y
consecuentemente, de bienestar emocional.

Pulgar (2010), desarrolló un estudio titulado: Factores de resiliencia


presentes en estudiantes de la universidad del BíoBío, sede Chillán. El objetivo
general del estudio fue comparar los factores de resiliencia presentes en
estudiantes de la Universidad del Bío-Bío, sede Chillán. El marco teórico fue
construido a partir de los aportes que distintos autores realizan respecto a la
Resiliencia y a los factores que la constituyen. Asimismo, se integró las
conceptualizaciones referentes a Resiliencia y familia, resiliencia y contexto
educativo; Resiliencia y rendimiento académico, finalizando con el abordaje
teórico de resiliencia y sexo. El estudio fue desarrollado desde una perspectiva
cuantitativa, con un diseñono experimental, transversal de tipo descriptivo
comparativo.

La recolección de los datos se efectuó a través de la aplicación del


Cuestionario de Resiliencia para estudiantes universitarios CRE–U, a 120
estudiantes de seis carreras de pregrado de la Universidad del Bío-Bío, sede
Chillán. En tanto, el proceso de análisis de datos fue del tipo univariado,
utilizando el software de análisis de datos cuantitativos SPSS 15.0. De manera
general, las conclusiones abordan la existencia de diferencias en los factores
de resiliencia en estudiantes de la Universidad del Bío-Bío sede Chillán, según
sexo, según el tipo de rendimiento académico y según la carrera de
procedencia.
Dentro de los hallazgos resaltantes relacionados con el presente
estudio destacan los siguientes.Con respecto al objetivo:cuantificar los factores
de resiliencia en estudiantes de la Universidad del Bío-Bío, según su carrera de
procedencia; en el caso específico delos estudiantes de la carrera de Ingeniería
en Computación e informática presentan alto puntaje en cinco factores, estos
son: Pensamiento crítico, Interacción, Introspección, Familia y Creatividad. Lo
que indica que son estudiantes con pensamiento crítico, con alta habilidad
social, con capacidad de autoanálisis, con alta valoración de la familia y alta
capacidad creativa.

Seguidamente, al comparar los factores de resiliencia en Estudiantes


de la UBB según sexo, se observó queexisten diferencias respecto de los
factores de resiliencia en ambos sexos, masculino y femenino, aun cuando
ambos presentan alto puntaje en dos factores de resiliencia, Interacción y
Pensamiento crítico. Siendo notorio quelas mujeres tienen tanta o más
resiliencia que los hombres ya que no existen diferencias significativas entre los
niveles de resiliencia de mujeres y hombres, si existe un perfil resiliente distinto
entre sexos.

Al analizar el objetivo que consistió en comparar los factores de


resiliencia en estudiantes de la UBB, según rendimiento académico,se
evidencio estrecha relación entre los factores interacción entre pensamiento
crítico y familia como predictores del alto y bajo rendimiento académico en los
estudiantes. En los estudiantes de alto rendimiento académico se observó que
los factores de resiliencia en los que obtienen mayores puntajes son;
interacción, introspección, pensamiento, critico, moralidad, creatividad e
iniciativa, existe una igualdad en los puntajes obtenido en los dos tipos de
rendimiento, respecto del factor familia el rendimiento bajo posee mayor
puntaje que el tipo de rendimiento alto en el factor familia

De igual forma, al comparar los resultados de los factores de resiliencia


presentes en estudiantes de la UBB, sede Chillán, se demostró que
dependiendo de la carrera de procedencia de los estudiantes se destacarán
determinados factores de resiliencia que varían entre ellas tanto en su tipo
como en su puntuación. Esto puede atribuirse tanto a las características
personales propias de los estudiantes como a aquello que se relaciona con los
perfiles específicos de ingreso y egreso de las carreras de pregrado de la UBB.

Por consiguiente, atendiendo a los resultados antes expuestos, se


considera la pertinencia de implementarprogramas donde se promocionen, la
responsabilidad, la motivación, la participación activa, el liderazgo, unido a
orientaciones sobre planificación del tiempo, hábitos y técnicas de estudio;
actividades de formación integral y extra programáticas que fortalezcan el
crecimiento personal de los estudiantes para apoyarles en el proceso de la
organización de su proyecto de vida, donde se puedan establecer metas y
objetivos claros, lo que es parte de los factores de la resiliencia.

Bases Teóricas de la Variable Resiliencia

Definición y Evolución histórica del término resiliencia

Etimológicamente, el término resiliencia proviene del latín resilio, que


significa volver atrás, rebotar o resurgir (Kotliarenco, Cáceres y Fontecilla,
1997).Utilizado tradicionalmente en la investigación física, se refiere a la
capacidad de un material para recobrar su forma después de haber estado
sometido a altas presiones.

Más tarde, fue adoptado por la Psicología, con un significado muy


cercano al original, referido a rebotar de una experiencia difícil, como si uno
fuera una bola o un resorte (Becoña, 2006; Luthar, Sawyer y Brown., 2006). De
esta manera, se comenzó a considerar la resiliencia como un aspecto
consistente en una buena adaptación a la adversidad, a un trauma, una
tragedia, amenaza, o a fuentes de tensión significativas, como problemas
familiares o de relaciones personales, problemas de salud o situaciones
estresantes del trabajo o la educación (Rutter, 1987).

Desde 2011, se encuentra incluido en el diccionario de la RAE (Real


Academia Española de la Lengua) cuyo significado es: “la capacidad humana
de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas”. Como se
señaló anteriormente, la complejidad y evolución del término, da origen a
diversas definiciones de resiliencia, que responden además, al enfoque
adoptado.

Siguiendo en parte a Richardson, Neiger, Jensen y Kumpfer (2002) y


posteriores autores, se plantean tres etapas o concepciones en el estudio de la
resiliencia. Esencialmente, se podría decir que la primera concepción, la
considera como una cualidad, un rasgo generalmente permanente en el
individuo; la segunda concepción entiende la resiliencia como un proceso y se
centra en la interacción de los diferentes factores; y la tercera concepción,
asume el concepto como algo que, además de ser un proceso, es una cualidad
a construir a lo largo de todo el ciclo vital.

Primera concepción:Resiliencia como cualidad

Esta primera etapa, estuvo caracterizada por el estudio de la resiliencia


en poblaciones infantiles que habían sufrido situaciones traumáticas, tales
como pobreza o enfermedad mental de sus padres. El concepto de resiliencia,
ya fue utilizado por Wermer (s/f), en los años ochenta, en un intento de
entender las causas y evolución de las psicopatologías (citado en López,
2015).Este autor llevó a cabo, un estudio longitudinal y prospectivo de niños en
situación de crisis nacidos en 1955, desde el periodo prenatal hasta la edad de
32 años. Los niños eran los patitos feos (como los denomina Cyrulnik, 2002),
pertenecientes a familias pobres de la isla hawaiana de Kauai.La autora estudió
aquellos casos que se adaptaron positivamente y llegaron a ser adultos con
una vida equilibrada y competente, a pesar de vivir situaciones de gran
adversidad durante la infancia. Encontró como relevantes, cualidades
relacionadas con la adaptabilidad, la tolerancia, la autoestima, y ser
socialmente responsable, entre otras (Villalba, 2004).

Así, Wermer, formó parte de una serie de precursores o primera


generación de investigadores de la resiliencia que buscaban identificar los
factores de riesgo y los factores protectores que posibilitaron la adaptación de
estos niños (Forés y Grané, 2008).

Por su parte,Rutter (1985) desarrolló estudios epidemiológicos en


Londres y en la Isla de Wight, encontrando que una cuarta parte de los niños
estudiados fueron resilientes, a pesar de haber experimentado numerosas
situaciones de riesgo, llegando a la conclusión de que la resiliencia se
caracteriza por un conjunto de procesos sociales e intrapsíquicos. Dichos
procesos tienen lugar a través del tiempo y combinando atributos sociales,
culturales y familiares.

Es en esta época, cuando se comienza a pensar que la resiliencia y la


invulnerabilidad pueden ser funcionalmente equivalentes (Garmezy, 1991). En
cuanto al estudio de los trastornos mentales, Garmezy, Masten y Tellegen
(1984) investigaron la resiliencia en hijos con padres esquizofrénicos, para
conocer el pronóstico que tendría la enfermedad en estos niños, siendo sus
trabajos, considerados de referencia.

En el llamado Project Competencede Garmezy se estudió la


adversidad, la competencia y la resiliencia (Garmezy, 1991), considerándose
esta última como la capacidad para recuperarse y mantener una conducta
adaptativa después del abandono o la incapacidad inicial ante un evento
estresante. Es posible entender, que esta primera etapa estará marcada por el
estudio de las cualidades y valores personales que ayudan a sobrevivir en
situaciones de adversidad.

Segunda concepción: Resiliencia como proceso

A mediados de los noventa surge una segunda generación de


investigadores, al mismo tiempo que supone la evolución de varios autores de
la primera. Con el análisis de la interrelación entre los distintos factores de
riesgo y protección se añade un nuevo foco de estudio, considerando la
resiliencia como un proceso que puede ser promovido (Rutter, 1999).

La primera generación de investigadores consideraba la resiliencia


como aquello que se podía estudiar una vez que la persona se ha adaptado.
Un individuo sólo podía ser etiquetado como resiliente si ya había habido
adaptación, la investigación se centraba en encontrar aquel conjunto de
factores que habían posibilitado la superación (Forés y Grané 2008).

Así, autores que despegan en esta etapa son algunos como Suárez
(1997), para el que la resiliencia significa una combinación de factores que
permiten a una persona afrontar y superar los problemas y adversidades de la
vida, y construirse sobre ellos. Este autor va a destacar la importancia de los
aspectos comunitarios a la hora de desarrollar la resiliencia.

Vanistendael (1995), por su parte, distingue principalmente dos


componentes de la resiliencia: la capacidad de forjar un comportamiento vital
positivo frente a las dificultades y la resistencia frente a la destrucción, referida
a la capacidad de proteger la propia integridad bajo presión.

Infante (1997), señala el carácter global del concepto y la importancia


de las fortalezas personales frente a los factores de riesgo y los mecanismos
protectores del ambiente.Por otro lado, Luthar,Cicchetti y Becker (2000)
coinciden en el carácter dinámico de la resiliencia como resultado de la
adaptación positiva a contextos de gran adversidad.

Kotliarencoy cols. (1997), refieren que la resiliencia no es algo con lo


que se nace ni algo que se adquiere de forma natural puesto que una vez
lograda la competencia, ésta permanece con la persona a lo largo de la vida,
ya que es producto de la interacción del sujeto y su entorno.

Para estos autores, hablar de la resiliencia en términos individuales


constituiría un error, ya que no se es más o menos resiliente, puesto que la
resiliencia es un proceso, de forma que no es tanto la persona quien es
resiliente, sino su evolución, y el proceso de interacción de su propia historia
vital.

La resiliencia se percibe como una cualidad que puede ser desarrollada


en edades adultas, y no como un proceso únicamente referido a la infancia.
Todas las personas, a lo largo de su vida, pueden encontrarse con situaciones
traumáticas, pudiéndolas superar e incluso, salir fortalecidas (Forés y Grané,
2008).

Tercera concepción: la resiliencia como Construcción

Esta concepción surge a partir del año 2000, hace énfasis en la


elaboración de modelos de aplicación, en la explicación de cómo se construye
la resiliencia y en la motivación para ser resiliente (Puig y Rubio, 2011).
Para autores como Walsh (2004), la resiliencia no se forja a pesar de la
adversidad, sino como consecuencia de ésta: “Las crisis y penurias de la vida
permitenirradiar lo mejor que hay en nosotros, cuando hacemos frente a tales
desafíos”.(p. 37)

En esta nueva etapa se cambia la focalización de conductas de riesgo,


desventajas, carencias y déficits, por una óptica de recursos, fortalezas,
potencialidades para enfrentar la adversidad y construir a partir de ella una
postura positiva frente al dolor y al sufrimiento (Puig y Rubio, 2011)

d.- Modelo de pilares o factores de Henderson Grotberg (1995)

HendersonGrotberg (1995) creó el International ResilienceResearch


Project (Proyecto Internacional de Investigación en Resiliencia), en el que
señaló, que la resiliencia requería de la interacción tres factores, traducidos en
verbalizaciones:

Este modelo ha sido fundamental para la elaboración de esta


investigación, pues la relevancia ha estado puesta, sobre todo, en el interés de
identificar en los estudiantes universitarios objeto de estudio la predominancia
de los factores resilientes asociados al yo soy, yo puedo y yo tengo y cómo
vienen asumiendo sus procesos de adversidad en la dinámica universitaria que
el hecho de ser estudiantes del primer semestre los coloca en condiciones bien
particulares emergiendo distintas situaciones de afrontamiento.

Henderson Grotberg (2006) concibe la resiliencia como la capacidad


del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y
ser transformados positivamente por ellas. Teniendo que el ser humano
desarrolla las características resilientes a medida que va atravesando las
diferentes etapas del ciclo evolutivo y con ello la verbalización y acción del yo
tengo, yo soy, yo puedo.

Plantea que la resiliencia se presenta a través de los factores


resilientes, como son:

- El aspecto yo tengo de la resiliencia es producto de las relaciones


de confianza y del apoyo formal e informal(familia, colegio, la fe): a)
una o más personas dentro del grupo familiar en las que puede
confiar y le aman sin condicionamientos; b) Una o más personas
fuera de su entorno familiar en las que puede confiar plenamente. c)
Límites en su comportamiento .d) Personas que le incentivan a ser
independiente. e) Buenos modelos a imitar. f) Acceso a la salud, a
la educación y a los servicios de seguridad que se necesitan. g)
Una familia y un entorno social estable.

- Las cualidades yo soy están relacionadas con la fortaleza interna;


atributos personales que fomentan la resiliencia: a) Una persona
que agrada a la mayoría de la gente. b) Generalmente tranquilo y
bien predispuesto. c) Alguien que logra lo que se propone y que
planea para el futuro. d) Una persona que se respeta a sí misma y a
los demás. e) Alguien que siente empatía por los demás y se
preocupa por ellos. f) Responsable de sus propias acciones y
acepta las consecuencias. g) Seguro de sí mismo, optimista,
confiado y con muchas esperanzas.

- El yo puedo, son las capacidades sociales e interpersonales,


fundadas en lo personal y reafirmadas por la interacción social, en
la resolución de conflictos: a) Generar nuevas ideas o nuevos
caminos para hacer las cosas. b) Realizar una tarea hasta finalizar.
c) Encontrar el humor en la vida y utilizarlo para reducir tensiones.
d) Expresar sus pensamientos y sentimientos en su comunicación
con los demás. e) Resolver conflictos en diferentes ámbitos:
académico, laboral, personal y social. f) Controlar su
comportamiento: sus sentimientos, sus impulsos, demostrar lo que
siente. g) Pedir ayuda cuando la necesita.

Para la mencionada autora, la resiliencia se construye entonces, a lo


largo de las diferentes etapas del desarrollo planteadas por Erickson (1985), las
cuales se describen a continuación:

-La confianza: Los niños y jóvenes necesitan la ayuda de un adulto para


desarrollar la resiliencia, pero no de cualquier adulto, sino solo de uno en quien
confían, respetan, aman y con los que se sienten unidos de alguna manera. La
confianza entonces es la llave para promover la resiliencia y se convierte en la
base fundamental para desarrollar otros factores resilientes. Cuando los niños o
jóvenes sienten esas relaciones confiables están listos para aceptar los límites
de sus conductas e imitar modelos (yo tengo); para ser agradables, solidarios
optimistas y esperanzados (yo soy); involucrarse con facilidad en relaciones
exitosas, resolver conflictos en diferentes ámbitos y pedir ayuda (yo puedo).

-Autonomía: es definida como independencia y libertad, capacidad de


tomar las propias decisiones. La autonomía es fundamental para promover los
factores resilientes, a medida que los niños y jóvenes se vuelven autónomos se
ven fortalecidos la voluntad y el deseo de aceptar limites en sus conductas (yo
tengo), se promueve el respeto por ellos mismos y por los demás, activándose
la empatía y la solidaridad, asumiendo la responsabilidad de sus propios actos
(yo soy); desarrollando también el manejo de sus emociones (yo puedo).

-Iniciativa: definida como la capacidad y la voluntad de hacer las cosas.


Las ideas creativas, los inventos y la resolución de problemas en todos los
ámbitos de la vida requieren de iniciativa. Ésta se incentiva cuando se refuerzan
las relaciones de confianza con los otros, el reconocimiento de los límites de
comportamiento y aceptar el aliento para ser personas autónomas (yo tengo);
además refuerza el sentimiento de tranquilidad y buena predisposición, la
empatía y solidaridad, ser responsable de sus actos, optimistas, seguros de sí
mismo y esperanzados (yo soy). También estimula la creatividad, la asertividad,
capacidad de solucionar problemas, manejo de conductas y capacidad para
pedir ayuda (yo puedo).

-Aplicación: se refiere a llevar adelante una tarea de forma diligente. Es


un pilar muy poderoso que se ve potenciado por otros factores resilientes. De la
categoría yo tengo, los buenos modelos a imitar y el estímulo para ser
independientes. De la categoría yo soy, lograr objetivos y planear para el futuro
resulta muy útil, como también ser responsables de las propias acciones. De la
categoría yo puedo, mantener una tarea hasta finalizarla, resolver problemas y
pedir ayuda refuerzan y promueven los factores resilientes.

-Identidad: se desarrolla durante la adolescencia. Durante esa etapa se


formulan las siguientes preguntas: ¿Quién soy yo? ¿Cómo me veo con respecto
a los otros de mi edad? ¿Cómo son mis nuevas relaciones con mis padres (y
otras figuras con autoridad)? ¿Qué he logrado? A partir de aquí, ¿hacia dónde
continúo mi camino? Es así como el pilar de construcción de la identidad
completa los cinco pilares fundamentales de la resiliencia. Toma los factores
resilientes importantes de cada etapa evolutiva y los integra para utilizarlos en
situaciones en que se debe afrontar la adversidad. Determinando entonces que
el cambio radica en superar las adversidades y salir de ellas fortalecido o
incluso transformado. Los niños toman factores de resiliencia de cuatro fuentes
que se visualizan en las expresiones verbales de los sujetos (niños,
adolescentes o adultos) con características resilientes; organizando estos
factores en apoyos externos que promueven la resiliencia, la fuerza interior que
se desarrolla a través del tiempo y que les permite sostenerse frente a la
adversidad y, por último los factores interpersonales, capacidad de resolución
de problemas.

Partiendo de esto ayuda al ser humano a través del reflejo al reconocer


los problemas y limitaciones que hay que enfrentar; comunicar abierta y
claramente acerca de ellos; registrar los recursos personales y colectivos
existentes y organizar y reorganizar las estrategias y metodologías tantas veces
como sea necesario, revisando y evaluando los logros y las pérdidas.

Figura 4. Factores de Resiliencia de Henderson Grotber(2006 )


Factores Internos de la Resiliencia

En esta investigación se consideran los planteamientos de Henderson


Grotberg (2006), sustentados en los pilares de la resiliencia precisados en los
modelos teóricos descriptivos y en la figura N° 5, donde se concibe la
resiliencia como un proceso continuo, integral y holístico sustentado en la
fuerza interna del “Yo Soy”, como son la creatividad, persistencia, el buen
humor, la asertividad, la resolución de conflictos o la disposición para solicitar
ayuda; indispensables en la etapa universitaria para la adaptación, convivencia,
adiestramiento, proyectos de vida y otros. Otra base intrínseca de la conducta
resiliente se fundamenta en las habilidades interpersonales como son la
empatía, el control emocional, el optimismo, la valoración respetuosa de
símismo en el “Yo Puedo” para el desarrollo humano.

Factores externos de la Resiliencia:

Atendiendo a las consideraciones de los modelos de la resiliencia, es


importante contar con redes de apoyo familiar, social, entornos sociales
favorables a nivel comunitaria, educativo, como de tutoría en orientación para
la transformación personal social y académica, que constituyen las bases del
“Yo Tengo”.

En lo concerniente a esta investigación, se asumen los argumentos de


Henderson y Milstein (2003) sobre la importancia del modelaje significativo de
las instituciones educativas en la conformación de conductas operativas o
proactivas para el desarrollo integral de los estudiantes.

Por otra parte, la conducta resiliente requiere de la ayuda familiar para


el aprendizaje de valores, reconocimiento de logros, acompañamiento de los
estudios, ponderando la pedagogía del amor, del respeto, afecto e integración.
Walsh(1998), plantea que son necesariasprácticas, actitudes demostrativas de
apoyos emocionales, un dialogo donde se comparten lógicas y se construyen
significados compartidos acerca de la vida o acontecimientos. Los elementos
básicos de la resiliencia familiar serian cohesión, flexibilidad, comunicación
franca, reafirmación de un sistema de creencias comunes y resolución de
problemas.

Sobre este particular, Lorenzo (2010), afirma que la resiliencia está


edificada sobre un conjunto de factores que fortalecen la personalidad para
conocer y transformar los entornos en pilares del desarrollo humano; esto
significa que los individuos poseen una mentalidad positiva, autoestima
elevada, confianza en sí mismo, habilidad de alcanzar objetivos, entusiasmo
para hacer las tareas, para lo cual deben contar con modelos significantes que
les permita copiar conductas favorable, estar en disposición de solicitar y recibir
ayuda de sus compañeros de estudio, de su familia, de la comunidad, de los
docentes, de los profesionales, entre otros, para el fortalecimiento personal,
social, académico y profesional.

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