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A.

Comando y control

Es la forma de regulación ambiental que predomina en el mundo actual. Aunque puede


tener aspectos, el concepto básico de comando y control significa que la regulación debe
especificar los pasos que los contaminadores deben dar para resolver el problema.

La esencia de esta forma de regulación es que el regulador reúna la información necesaria


para decidir sobre las acciones físicas que habrá de llevarse a cabo para controlar la
contaminación, el regulador entonces manda al contaminador a tomar los pasos físicos
específicos para controlar la contaminación. Generalmente, el regulador es bastante
específico respecto a los pasos que deben darse.

La regulación de comando y control puede asumir diversos aspectos. Una forma de


explicar la naturaleza del comando y control es por medio del ejemplo. Por ejemplo la Ley
sobre Aire Limpio de Estados Unidos de América exige que la EPA determine el desempeño
del control de contaminación mínima de las nuevas fuentes de contaminación. La EPA
deberá determinar para cada nueva categoría de fuente cuales son los controles de
contaminación y las tasas de emisiones que consideren aceptables.

La regulación de comando y control pueden tener muchas formas determinadas y se


pueden estipular los requisitos precisos del equipo para el control de la contaminación,
como en el anterior. Alternativamente la regulación puede determinar un límite de
emisiones para tipos particulares de plantas y de contaminantes. Un ejemplo de lo anterior
pueden ser las normas estadounidenses para automóviles nuevos: cada vehículo nuevo
puede emitir no más de x ramos de monóxido de carbono por kilómetro de viaje. Además
se exige que todos los autos nuevos cuentes con un sistema específicamente definido para
recoger los vapore que puedan escaparse del tanque de gasolina cuando lo están llenando.
En el caso de las plantas generadoras de electricidad, se puede limitar la calidad del
combustible o las emisiones por unidad de combustible usado.

De hecho la regulación comando y control puede combinarse con las multas significativas y
penalizadas relacionadas con el incumplimiento. Estos estímulos para cumplir con la
regulación comando y control no deben confundirse con un incentivo económico para
reducir la contaminación. Aunque el comando control puede tener muchas formas, hay
dos características clave que sirven para distinguirlo de los incentivos económicos:

1. El contaminador tiene restricciones al elegir los medios que usara para lograr un
objetivo ambiental apropiado.
2. La falta de mecanismos para igualar los costos de control marginales entre varios
contaminadores diferentes.

Algunas regulaciones de comando y control pueden otorgarle cierta discrecionalidad al


contaminador. Por ejemplo, se le puede decir que tiene cierta autorización para emitir
hasta una cierta cantidad por unidades producidas.

Lo que caracteriza a todo regulador de comando y control es la centralización de algunas


decisiones sobre el control de contaminación que puede tomar el contaminador.

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