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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

A las culturas insulares, con todas sus ventajas y


desafíos; por sus capacidades de asimilar
creadoramente lo exógeno y sus fuerzas inagotables
para renacer cada día ante el abrazo del viento o la
furia del mar

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Indice

Presentación/ 3.

1. Presencia canaria en tres archivos parroquiales de la Ciudad de La


Habana durante el período colonial y su incidencia cultural / 6.

2. La imagen diversa del canario en Cuba a través de los grabados del


siglo XIX / 39.

3. Presencia canaria en la mitología cubana: las brujas y el trasvase


humano / 73.

4. Tinerfeños en la migración Canarias-Cuba: su contribución al


periodismo / 115.

5. Domingo Fernández Cubas: un canario arraigado en Cuba /137.

6. Aspectos histórico-culturales de la vivienda rural en Cuba: tipologías,


asentamientos y preservación /168.

7. La revista "El Guanche", el nacionalismo canario en Cuba y la defensa


de sus inmigrantes (1924-1925) /191.

8. Aspectos socioculturales de la inmigración canaria en Cuba durante el


siglo XX: la Asociación Canaria de La Habana (1906-1959) / 215.

9. Canarias en la identidad cultural cubana y Cuba en la canariedad: dos


decenios de estudios / 232.

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Presentación
Este volumen abarca una selección de trabajos sobre la significación de las
relaciones histórico-culturales entre Cuba e Islas Canarias, realizados con
motivo de varios eventos científicos. Una parte de ellos fue elaborado para
las ediciones bienales del Coloquio de Historia Canario-Americana, cuyo equipo
de la Casa de Colón en Las Palmas de Gran Canaria, dedica todo su
esfuerzo. Paralelamente, estos temas han sido objeto de varias conferencias
organizadas por diversas instituciones socio-culturales y docentes de Gran
Canaria, Tenerife, La Palma y Lanzarote, junto con su posterior divulgación
en Cuba.

Esta presencia histórica y sociocultural en los más variados órdenes de la


vida cotidiana, se puede observar a escala demográfica, tanto en los tres
archivos parroquiales de la Ciudad de La Habana durante el período colonial y su
incidencia cultural, como de modo más específico en la imagen diversa del
canario en Cuba a través de los grabados del siglo XIX, y en la presencia canaria en
la mitología cubana reflejada en el imaginario popular sobre las brujas y su
permanente evocación al trasvase humano; lo que representa otra lectura del
proceso migratorio reflejado en la cultura cubana de transmisión oral.

El desarrollo de una intelectualidad de procedencia canaria en Cuba, a


diferencia de la muy conocida tendencia histórica del campesinado
analfabeto o semianalfabeto, se puede apreciar en la contribución al
periodismo de una parte de los tinerfeños en la migración Canarias-Cuba, como
lectura inicial que permite valorar el aporte de cada una de las islas del
archipiélago a la identidad cultural cubana. Un representativo ejemplo de
esas personalidades es la vida y la obra del médico Domingo Fernández Cubas
y sus nexos, casi olvidados por la historiografía, con los acontecimientos del
27 de noviembre de 1871.

De los problemas contemporáneos de carácter global, uno de los que más


preocupa y ocupa a toda la humanidad progresista es la creciente
contaminación del medio ambiente, en tanto corriente autodestructiva de la

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especie humana y desequilibradora de la estrecha relación con el entorno


natural. La formación en Cuba de una cultura de las áreas rurales se ha
caracterizado, desde el período colonial hasta hoy, por un proceso de
apropiación de los materiales de construcción disponibles en el propio
medio. La breve reflexión sobre los aspectos histórico-culturales de la vivienda
rural en Cuba, sus tipologías, los asentamientos y las formas posibles de
preservación, tiene un engarce directo con la inmigración de canarios (y su
posterior cadena intergeneracional de descendientes cubanos) hacia una
parte muy fértil y productiva de las áreas rurales y el contraste con la
situación actual de evidente descampesinización, por otras formas de
producción agropecuaria y de urbanización del medio rural.

Otro modo de significar la participación canaria en la vida pública cubana


del primer cuarto del presente siglo se aprecia en la revista "El Guanche"
(1924-1925) como reflejo del pensamiento nacionalista --en ambos
archipiélagos-- y en defensa, tanto de la inmigración golondrina como de la
permanente. Todo ello debe valorarse, si se toma en consideración los
aspectos socioculturales de la inmigración canaria en Cuba durante el siglo XX,
desde la creación (reactivación) de la Asociación Canaria de La Habana
(1906-1959) hasta la fundación en 1992 de la Asociación Canaria de Cuba
«Leonor Pérez Cabrera».

De manera que el tema canario en Cuba, como se evidencia, permanece


abierto a las nuevas investigaciones que aún se realizan o se proyecten en
ambos lados este Atlántico común.
El autor

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

1.
PRESENCIA CANARIA EN TRES ARCHIVOS PARRO-
QUIALES DE LA CIUDAD DE LA HABANA DURANTE EL
PERIODO COLONIAL Y SU INCIDENCIA CULTURAL 1 0F

Introducción

Las investigaciones históricas y etnográficas sobre la inmigración canaria en


Cuba durante el período colonial no han contado hasta el presente con
estudios de tipo cuantitativo que permitan medir y evaluar los niveles de
influencia de esta corriente migratoria en la formación y consolidación del
etnos cubano y su cultura.1F2 De las fuentes conocidas en nuestro país, una
de las más ricas lo constituyen los archivos parroquiales que conserva la
Iglesia Católica, que --como sabemos-- han sido elaborados con el objetivo de
registrar y controlar, desde el punto de vista ritual, los bautismos, los
matrimonios y los entierros realizados en las distintas áreas urbanas y
rurales de Cuba, desde el período colonial hasta hoy.

El presente trabajo está circunscrito a los libros bautismales de tres archivos


parroquiales ubicados en la ciudad de La Habana, dos de ellos en el área
histórica de intramuros y otro extramuros, coincidente con el proceso inicial
de asentamientos hacia las zonas entonces rurales.2F3 Esto constituye un
tercer corte indagatorio3F4 para conocer la complejidad y posibilidades que
tienen los estudios de estos archivos, en cuanto a la necesidad de ponderar
las características de la inmigración hispánica y de otros países hacia Cuba,

1Publicado por vez primera en 1990, en las memorias del VIII Coloquio de Historia Canario-
Americana (1988), t. I, Las Palmas de Gran Canaria, pp. 230-265.

2 Véase La Población de Cuba (1976). La Habana, pp. 7-15.

3 Véase mapa adjunto de ciudad de La Habana.

4Los otros cortes están referidos a uno de los archivos estudiados, el de Santo Cristo del
Buen Viaje y el de San Isidoro en la ciudad de Holguín.

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pues generalmente en los diferentes censos y padrones particulares


realizados durante la etapa colonial no se hacía distinción de la pertenencia
regional o étnica de los inmigrantes considerados "blancos" o "españoles",
como tampoco de las personas nacidas en Cuba respecto de los que
procedían del área peninsular e insular de España, con excepción del censo
de 1861.4F5 Este trabajo persigue los objetivos siguientes:

a) realizar un corte muestral de los libros bautismales de "blancos" o


"españoles" de los archivos parroquiales de la Catedral de La Habana,
Santo Cristo del Buen Viaje y El Buen Pastor de Jesús del Monte, que
sean representativos de la inmigración canaria en esta zona;
b) valorar las características etnodemográficas de la población objeto de
estudio a partir de su crecimiento natural y del movimiento migratorio
externo e interno;
c) determinar el papel y el lugar desempeñado --en diferentes períodos
históricos-- por las personas nacidas en Cuba, en cuanto base
poblacional para la formación y consolidación del etnos cubano;
d) caracterizar los tipos de relaciones etnomatrimoniales como vía para
conocer las tendencias fundamentales de los diversos procesos étnicos
efectuados en Cuba a partir de la inmigración hispánica y de modo
particular la de Islas Canarias;
e) utilizar los resultados parciales del presente trabajo para estudios
comparativos con otros archivos parroquiales y demás fuentes
vinculadas con el tema, que permitieron elaborar parte de los mapas de
poblamiento que forman el Atlas de los Instrumentos de la Música
Folclórico-Popular de Cuba y el Atlas Etnográfico de Cuba; y
f) conformar un banco de datos mediante el procesamiento
computarizado de la información, que posibilite el análisis de los
aspectos estudiados en diversas áreas del país y en diferentes
momentos históricos.

5 Véase PEZUELA, J.(1863): Diccionario geográfico, estadístico e histórico de la Isla de Cuba, 4


tomos, Madrid.

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Para su realización, agradezco la atención brindada por el entonces


Arzobispo de La Habana, Monseñor Jaime Ortega Alamino (hoy Cardenal),
así como por los respectivos párrocos y secretarias de los referidos archivos.

Una distinción necesaria

Desde el punto de vista conceptual y operativo, considero necesario


distinguir para el objeto de las investigaciones históricas en general y para
las etnodemográficas en particular los términos hispánico y español, en el
sentido que lo uso en el presente trabajo y como lo he empleado en otros.5F6

Generalmente, lo hispánico se ha utilizado como sustantivo y adjetivo


sinónimo de español e ibérico, según la voz latina h i s p â n i c u s,
refiriéndose a lo relativo o perteneciente a España en su sentido general.6F7
Sin embargo, para el estudio que nos ocupa consideramos oportuno no
comprometer el contenido de estos términos en su acepción corriente, pues
cuando es pertinente en interés de una mayor precisión terminológica, como
señala con acierto I. Krívelev, bien se puede "crear un nuevo término, usar en
un nuevo sentido un término antiguo o emplear un término de otra
disciplina".7F8 Por ello consideramos necesaria la siguiente distinción.
Lo hispánico lo utilizo operativamente como una denominación de tipo
geográfica y metaétnica en su sentido más general y abarcador; es un
término análogo por su significación y alcance para los estudios históricos y
etnográficos en Cuba a lo africano o lo afro-subsaharano (tanto en su aspecto
territorial como metaétnico).

6Guanche, Jesús. Significación canaria en el poblamiento hispánico de Cuba. Santa Cruz de


Tenerife, 1992.

7Véanse, entre otros: Diccionario enciclopédico hispanoamericano (l894), tomo X, Barcelona, p.


424; y SAINS DE ROBLES (1979): Diccionario español de sinónimos y antónimos. La Habana,
p. 591.

8Intervención de I. Krívelev en la discusión del artículo de Yulián Bromlei (1986): Etnos y


endogamia, en Etnografía teórica, Moscú, p. 270.

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Desde el punto de vista geográfico comprende toda el área de la Península


Ibérica --excepto Portugal-- y el área de las Islas Baleares e Islas Canarias.
Considero que es un término más preciso y operativo que lo pirenaico o el de
Península Pirenaica, empleada por otros autores,8F9 pues la Península Ibérica
no se caracteriza exclusivamente por los Montes Pirineos, que ocupan sólo el
área oriental de la franja más septentrional de España y casi todo el extremo
sur de Francia; además, esta denominación deja fuera toda el área insular
donde habitan otros pueblos de estirpe hispánica.

Desde el punto de vista metaétnico lo hispánico abarca el conjunto de


pueblos más numerosos que habitan el área peninsular e insular de España;
es decir, españoles, catalanes, gallegos, vascos y canarios. En el caso
particular de los canarios, aunque algunos autores los funden clasificatoria-
mente (por criterios lingüísticos) al resto del pueblo español;9F10 otros, a
partir de investigaciones más acuciosas (de tipo históricas y antropológicas)
los distinguen como un etnos propio,10F11 pues desde el punto de vista
etnogenético son cualitativamente diferentes. Incluso hoy día continúan
distinguiéndose por su etnónimo y especificidad cultural del resto de los
peninsulares.11F12 Lo español lo empleo en su sentido étnico; es decir,
constituye el etnónimo del pueblo mayoritario que habita en la Península
Ibérica, históricamente asentado en los territorios del norte, centro y sur, en
las regiones de Asturias, Castilla (la Vieja y la Nueva), León, Extremadura,
Aragón, Andalucía, Murcia, así como parte de Valencia y de Navarra, con
independencia de las diferencias interregionales.

9Bruk,S. (1981): La Población del Mundo. Prontuario etnodemográfico. Moscú, pp.298-303 (en
ruso).

10 Ibídem, p. 301.

11Hernández, P. (1986): Natura y cultura de las Islas Canarias. Santa Cruz de Tenerife, pp.
155-156.

12 Entrevistas realizadas a José Alemán y Francisco Fajardo Spínola, periodista e


historiador canarios respectivamente, La Habana, agosto de 1986.

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A partir de lo anterior podemos establecer un criterio etnodiferenciador


respecto de otros pueblos fundamentales como el catalán, el gallego, el vasco
y el canario.

Los archivos parroquiales

Durante el período colonial en Cuba los archivos parroquiales han estado


clasificados de acuerdo con la pertenencia "racial" (epitelial) de las personas,
atendiendo de manera específica al color de la piel. De este modo, los libros
se encuentran subdivididos en blancos o "españoles"; y pardos (mulatos) y
morenos (negros).12F13 Al mismo tiempo, cada conjunto de libros está
clasificado de acuerdo con el oficio religioso efectuado por la parroquia, por
lo que eran divididos en registros o partidas de bautismos, matrimonios y
entierros.

De acuerdo con las características del presente tema, los libros de "blancos" o
"españoles" constituyen una fuente principal para el estudio de inmigración
canaria, aunque es necesario observar que en estos libros no sólo eran
asentados los denominados "españoles" en el sentido estricto del término, ni
eran tan "blancos", pues como veremos seguidamente, en ellos aparecen
tanto los inmigrantes del área peninsular e insular de España, personas
nacidas en Cuba, otros inmigrantes procedentes de Europa, Norteamérica,
Latinoamérica y el Caribe, así como inmigrantes asiáticos. De manera que en
los libros de blancos eran asentados todos los que no fueran considerados
pardos, morenos o indios. Las características señaladas enriquecen
considerablemente el valor documental de esta fuente y permite analizar los
matices de la inmigración en general y de las personas nacidas en Cuba que
en este caso son descendientes fundamentalmente de los inmigrantes
hispánicos.

13En otros archivos aparecen registrados indios en los libros de pardos y morenos, como en
el de San Isidoro de Holguín. En los de San José de Bahía Honda, Santísima Trinidad de la
ciudad de Trinidad y Espíritu Santo de la ciudad de Sancti Spíritus aparecen chinos.

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De los asientos observados en los libros de "blancos", los correspondientes a


bautismos presentan características muy particulares que permiten diversos
tipos de análisis, evaluación e interpretación de la información.

Aunque no siempre el número de bautismos refleja de manera precisa el


número de nacimientos en una población, en el caso de Cuba durante el
período colonial donde la Iglesia Católica poseía un amplio control de
diversos aspectos del ciclo vital de los individuos13F14 y una considerable
influencia en la vida cotidiana, especialmente en el plano de los valores
morales identificados con los principios religiosos del cristianismo, se puede
inferir con un mínimo de error posible que la mayoría o la casi totalidad de
los niños inscritos como "blancos", nacidos vivos e incluso con enfermedades
de extrema gravedad, eran objeto del rito bautismal.14F15 Esto nos permite
confiar en la información disponible en estos libros, pero nunca de manera
absoluta, sino como representatividad de una parte de la población de la Isla.

En las actas bautismales aparece regularmente, junto con el sexo, el carácter


legítimo o natural del niño bautizado, lo que nos posibilita inferir el tipo de
relaciones matrimoniales existentes, tanto las consagradas por la Iglesia
Católica, como las relaciones consensuales, bien de tipo extramarital o no
(quienes también participaban en el rito bautismal de sus hijos), ya fuera de
manera pública o privada, bien ocultando el nombre de uno de los
progenitores o de ambos.

14Existe una estrecha relación de correspondencia entre varios de los sacramentos rituales
de la Iglesia Católica con diversas etapas del ciclo vital de pudiéramos sintetizar de la
forma siguiente: ninez-bautismo; adultez-matrimonio; vejez/muerte-extrema-
unción/responsorio.

15El bautismo ha sido considerado como una obligación moral de los creyentes católicos y
como un requisito previo para la práctica e iniciación en otros cultos populares
sincretizados en Cuba con elementos del catolicismo.

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Las actas bautismales poseen, conjuntamente, el origen o naturalidad de


cada uno de los padres del bautizado, y esto permite analizar, tanto las
características de la inmigración en su aspecto global, como canaria en
particular; además, las peculiaridades de los padres nacidos en Cuba por
área territorial de asentamiento o de procedencia, así como del resto de los
inmigrantes.

Debemos considerar también el hecho de que todo bautismo registrado ha


estado precedido en el orden biológico por la unión de una pareja, ya fuera
de manera consensual o consagrada por la religión católica, lo que nos
posibilita el análisis de matrimonios biológicamente reproductivos. De
manera que los padres de los niños bautizados objeto de estudio constituyen
parejas con prole de hecho y no sólo en potencia --como ocurre en los libros
de matrimonios--, lo que posee una significación especial para las
investigaciones etnográficas, en cuanto a los tipos de matrimonios
efectuados, ya fuera endogámico o exogámico --en su acepción amplia--15F16
y en relación con los mecanismos de transmisión de signos culturales y
étnicos hacia el descendiente inmediato, lo que constituye la célula de
diversos procesos étnicos, culturales, sociales y biológicos.

Al mismo tiempo, las actas recogen si el bautizado fue objeto de


apadrinamiento, de amadrinamiento, o si fue una pareja de padrino y
madrina quienes lo bautizaron, lo que permite estudiar la existencia histórica
de una relación familiar de tipo interpersonal, que se desarrolla en dos
niveles diferenciables: la relación padrino y/o madrina--ahijado o ahijada y
las relaciones de compadrazgo (padre y/o madre--padrino y/o madrina).

La limitación fundamental que poseen las actas bautismales es la casi


inexistencia de información antes del siglo XIX sobre la ocupación o el oficio
de los padres y los padrinos del bautizado, excepto cuando hay referencias a

16En esta acepción, entendemos por endogamia la concertación de matrimonios dentro de


un mismo etnos; es decir, la relativa homogeneidad etnomatrimonial; y exogamia la
realización de matrimonios fuera de un mismo etnos.

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

militares, sacerdotes,16F17 títulos nobiliarios y cargos públicos de relevancia.


No obstante, consideramos que la información existente constituye la fuente
más importante para el tema objeto de estudio.

Características de los libros bautismales en los archivos parroquiales


estudiados

El archivo parroquial
de la Catedral de La
Habana abarca 46
libros de bautismos
de "blancos" durante
el período estudiado,
que poseen 46 152
asientos desde el 1
de febrero de 1590
hasta el 31 de
diciembre de 1898; es
decir, 309 años que
van desde fines del
siglo XVI al XIX. El
de Santo Cristo del
Buen Viaje abarca 39 libros que poseen 32 508 asientos desde el 5 de mayo de
1702 hasta el 31 de diciembre de 1989; es decir, 197 años que cubren
prácticamente los siglos XVIII y XIX. El del Buen Pastor de Jesús del Monte
abarca 29 libros que poseen 24 567 asientos desde el 1 de enero de 1690 hasta
el 31 de diciembre de 1898; es decir, 209 años.

17Aunque la Iglesia Católica prohibió, según los antiguos cánones, que los frailes y monjas
sirvieran de padrinos o madrinas respectivamente, en estos archivos aparecen varios casos
donde el padrino es el propio sacerdote.

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CUADRO 1
COMPOSICION GENERAL DE LOS LIBROS BAUTISMALES
«BLANCOS» O «ESPAÑOLES» (1590-1898)
Número de bautismos
por períodos 1590-1600 1601-1650 1651-1700 1701-1750
Archivos Parroquiales
Catedral de La. Habana 744 4 980 7 233 5 813
Santo Cristo del Buen    6 101
Viaje
Jesús del Monte   135 2 440
Total 744 4 980 7 368 14 354
(cont.)
1751-1800 1801-1850 1851-1898 Total
Catedral de La. Habana 8 922 8 966 9 494 46 152
Santo Cristo del Buen 9 204 9 530 7 673 32 508
Viaje
Jesús del Monte 3 607 6 232 12 153 24 567
Total 21 733 24 728 29 320 103 227

De manera que hemos consultado 114 libros bautismales con un total de 103
227 asientos (Cuadro 1). De ellos obtuvimos una muestra representativa que
explicaremos más adelante.

En el caso de los archivos parroquiales de la ciudad de La Habana debemos


tener en consideración que en el orden histórico la capital del país es
altamente representativa respecto del volumen total de la población, tal
como podemos apreciar en un corte comparativo de los diferentes censos
durante el período colonial (Cuadro 2), pues en el área urbana, suburbana y
antiguamente rural de La Habana ha radicado más de un cuarto de toda la
población de la Isla.

No obstante la antigüedad de los libros bautismales, el estado general de


conservación es aceptable, aunque el deterioro que presentan se debe a tres
causas fundamentales, las que se pueden encontrar aisladas o
simultáneamente en diversos volúmenes:

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

CUADRO 2
POBLACION DE LA HABANA RESPECTO DE LA DE CUBA
POR CENSOS Y EN % (1774-1899)

Censo Población de Población de %


Cuba La Habana*
1774 171 620 75 618 43,80
1792 272 300 117 161 43,02
1817 572 363 179 401 31,34
1827 704 487 273 828 33,76
1841 1 007 624 388 073 38,51
1861 1 396 530 395 073** 28,29
1877 1 509 291 393 789 26,09
1887 1 631 687 451 928 27,69
1899 1 572 797 427 514 27,18

* Incluye el área urbana y periurbana


** Estimado
Fuentes: Censos de la población de Cuba
correspondientes a los referidos años.

1.- el ataque de los insectos que afecta principalmente el área exterior de las
páginas y el forro del libro hasta convertirlo en un delicado encaje
sumamente frágil al menor contacto; no obstante, este tipo de deterioro
permite la lectura sin mucha dificultad;
2.- la reacción química de la tinta con la atmósfera y el tipo de papel
utilizado, que afectan toda el área escrita, la pulverizan y hacen
sumamente difícil (en ocasiones imposible) la lectura; y
3.- la sustracción premeditada de una o varias páginas del libro con el
objeto de poseer el acta o las actas bautismales para fines personales, lo
que lamentablemente imposibilita el acceso a la información.18

18Antes de iniciar la investigación conocimos mediante una entrevista con el entonces


Arzobispo de La Habana, Monseñor Jaime Ortega Alamino (hoy Cardenal), de la
sustracción de la Parroquia de Santo Angel Custodio en La Habana Vieja del acta de
bautismo de Felix Varela y Morales (1787-1853), uno de los más grandes pensadores
cubanos del siglo XIX. Posteriormente conocimos que en archivo de Santo Cristo del Buen
Viaje fue sustraida el acta de entierro de Francisco de Arango y Parreño (1765- 1837), una
de las personalidades más prominentes en Cuba durante la primera mitad del siglo XIX.

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Metódica

Selección de la muestra

El análisis particular de
los libros de bautismos
de "blancos" o
"españoles" de estos
archivos forma parte
de una investigación
correspondiente a un
tema más amplio que
abarca el estudio
etnohistórico de los
componentes hispánicos
en la formación del etnos
cubano, por lo que el
criterio de selección de Vista de la iglesia del Santo Cristo del Buen Viaje

la muestra no sólo ha
respondido a las especificidades de estos archivos, sino que conjuntamente
sirven de modelo para estudiar --con una muestra análoga-- otros archivos
parroquiales del país y posteriormente comparar tanto desde el punto de
vista sincrónico como diacrónico y territorial, las tendencias fundamentales
de los procesos de asentamiento poblacional hispánico en Cuba, así como del
resto de los indicadores y variables seleccionados.

Para ello hemos considerado, en primer lugar, que la historia demográfica


colonial de Cuba podemos dividirla globalmente en dos grandes períodos:
el censal, que abarca desde el primer censo realizado en la Isla hasta fines de
la colonización española (1774-1898) y el precensal, que va desde la
conquista hasta principios de la séptima década del siglo XVIII (1510-1773).

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

En el período precensal sólo hay algunos padrones aislados de diversas


poblaciones que no permiten un análisis global ni representativo; y en el
período censal, no obstante los múltiples "censos" realizados, sólo pueden
considerarse ocho con datos confiables.18F19

En segundo lugar, y con el objetivo de contar con una información que


permita la comparación
global y al mismo
tiempo específica,
hemos combinado la
selección de una
muestra de tipo
intencional (los censos)
para unos años y
aleatoria para otros, de
acuerdo con el período
objeto de estudio y con
su representatividad
estadística.

En tercer lugar, como las fechas de fundación de los archivos parroquiales


son muy heterogéneas es necesario utilizar una selección muestral estable y
común al resto de los archivos, en dependencia de los períodos señalados, de
la combinación selectiva y del balance de representatividad estadística
general.

De acuerdo con lo anterior, la muestra seleccionada en años es la siguiente:

Véanse Las estadísticas demográficas cubanas (1975), La Habana, pp. 8-32; y La población de
19

Cuba, pp. 7-15.

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

a) período censal; se efectuó un levantamiento intencional de los años


correspondientes a los ocho censos confiables durante el período colonial:
1774, 1792, 1817, 1827, 1841, 1861, 1877 y 1887;19F20

b) período precensal; desde el punto de vista retrospectivo, el criterio


seleccionado está en dependencia del archivo que se trate y se
corresponde con la media de todos los períodos intercensales, que es igual
a 16 años: 1758, 1742, 1726, 1710, 1694, 1678, 1662, 1646, 1630, 1614 y 1598,
tomando como límite de referencia cronológica, según los datos
disponibles hasta hoy, el año de 1590, que es la fecha de inicio de uno de
los archivos más antiguos que se encuentra en la Catedral de La Habana,
correspondiente a la desaparecida Parroquial Mayor.20F21 Así, de
aparecer una información más antigua no se altera el criterio muestral,
aunque aumente el índice de representatividad; y

c) balance global; como la muestra elegida hasta aquí aún no representa


siquiera el 10 % de toda la población objeto de estudio, para un universo
mayor que 1 000, hemos incluido otro factor muestral que es igual al año
intermedio de todos los períodos seleccionados en a y b. De este modo se
incluyen en la muestra los años 1590, 1606, 1622, 1638, 1654, 1670, 1686,
1702, 1718, 1734, 1750, 1766, 1783, 1804, 1822, 1834, 1851, 1869, 1882, 1892 y
1898.

Así se establece un balance general en todos los períodos estudiados y la


muestra en años representa el  13 % del universo objeto de estudio.

El criterio anterior nos permite conocer las características del proceso de


inmigración canaria y sus relaciones en Cuba a principios, mediados y
finales de cada siglo, con independencia del archivo que se estudie.

20Esto constituyó el punto de partida del criterio muestral para el período precensal y para
el balance estadístico.

21 Véase el Almanaque de la Caridad. Directorio eclesiástico de Cuba (1973), La Habana, p. 22.

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

En el archivo parroquial de la Catedral de La Habana, de los 309 años que


abarca el universo, seleccionamos 40, lo que representa el 12,94 % en el
aspecto cronológico. De acuerdo con el número de bautismos, de los 46 152
registrados, seleccionamos 6 006, lo que representa el 13,01 % de la población
estudiada.

En el archivo parroquial de Santo Cristo del Buen Viaje, de los 197 años que
abarca el universo, seleccionamos 26, lo que representa el 13,20 % en lo
cronológico. Si atendemos a número de bautismos, de los 32 508 registrados,
seleccionamos 4 083, lo que representa el 12,56 % de la población estudiada.

En el archivo parroquial del Buen Pastor de Jesús del Monte, de los 209 años
del universo, seleccionamos 27, lo que representa el 12,92 % en lo
cronológico. De acuerdo con el número de bautismos, de los 24 567
registrados, seleccionamos 3 450, para el 14,04 % de la población estudiada.

De este modo, hemos estudiado para el presente trabajo un universo de 103


227 bautismos, con una muestra de 13 443, para el 13,02 % de
representatividad estadística.

Obtención y procesamiento de la información

La información obtenida en los archivos parroquiales fue procesada por dos


vías:

1.- procesamiento manual.

a) elaboramos un modelo para introducir la información primaria que se


obtenía de la lectura de cada una de las actas bautismales en los años
seleccionados. Cada año era foliado y controlado por parroquia; en él se
incluyeron los siguientes datos:

19
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

 fecha de bautismo (que tiene por objeto controlar el conteo general y el


propio llenado del modelo, pues regularmente posee un orden
cronológico).
 sexo del bautizado (varón o hembra).
 legitimidad del bautizado (legítimo o natural).
 origen del padre (naturalidad).
 origen de la madre (naturalidad).
 observaciones (donde se incluye el proceso de apadrinamiento y/o
amadrinamiento del bautizado y otros datos de interés relacionados tanto
con los padres como con él o los padrinos).

Como el trabajo no está encaminado a realizar un estudio onomástico ni


genealógico, excluimos del modelo tanto la denominación del bautizado
como la de sus padres y padrinos.22

a) se elaboró otro modelo para el procesamiento inicial de la información


obtenida a partir de seis indicadores, cada uno con un conjunto de variables
que se observan en la versión sintética de los Cuadros:

1.- composición por sexo.


2.- composición según la legitimidad.
3.- composición según la pertenencia o procedencia regional y étnica del
padre.
4.- composición según la pertenencia o procedencia regional y étnica de la
madre.
5.- composición de las relaciones de apadrinamiento-amadrinamiento.
6.- composición de las relaciones etnomatrimoniales.

22 Otro trabajo dirigido por Guy Bourde es de carácter histórico-demográfico y los


modelos que propone, aunque son de interés, no se adecuan al contenido de la presente
investigación. Véase de este autor (1974):"Fuentes y métodos de la historia demográfica de
Cuba (siglos XVIII y XIX)": en Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, año 65, 3a época,
vol. XVI, no.1, enero-abril, La Habana, pp. 21-68.

20
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

c) se elaboró un fichero (a partir de fichas bibliográficas) donde se controla


(en el anverso) las características generales de cada uno de los libros
bautismales: no. del libro, fecha de inicio y de terminación; y (en el reverso)
cada uno de los años registrados, el no. de folios por año y el no. de
bautismos por año. Cuando el no. de años es superior a la capacidad de
espacio de cada ficha, se continúa en otras de modo consecutivo. Esto
permite conocer toda la población estudiada y determinar la
representatividad de la muestra de acuerdo con el no. de bautismos.

2.- procesamiento automatizado.

a) se utilizó una computadora.23

b) se empleó una hoja electrónica con capacidad de gráficos.

c) se elaboraron los ficheros de modo que posibiliten incluir también los


datos correspondientes a otros archivos parroquiales con el objetivo de
realizar comparaciones posteriores en diversas áreas del país.

d) se elaboraron diversos tipos de Cuadros y gráficos de acuerdo con su


idoneidad representativa, pero en el presente caso he sintetizado el volumen
de los tres archivos en sus Cuadros más significativas de acuerdo con el
tema.

23El procesamiento automático se realizó en el Centro de Computación de la Facultad de


Geografía de la Universidad de La Habana, con la colaboración del Lic. Renato Fernández
Artigas, profesor de esa institución y la información primaria la obtuvo el siguiente grupo
de trabajo: Catedral de La Habana, Lic. Gertrudis Campos Mitjans, Evelyn González,
Diana González, Delia Piedra (estudiantes universitarias de Historia del Arte) y el autor;
Santo Cristo del Buen Viaje, Lic. Gertrudis Campos Mitjans, Almeris Herrera Martínez,
Marlen Tadeo Sánchez (de la misma especialidad) y el autor; y El Buen Pastor de Jesús del
Monte, Lic. Carmen Corral Barrero, Lic. Pablo Sierra, María Victoria Linares, Marlene

21
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Composición general de los bautismos

En las partidas de bautismo observamos la composición por sexo y


legitimidad de los niños (Cuadro 3) que eran llevados por sus padres y/o
padrinos al rito bautismal.

CUADRO 3
COMPOSICION DE LOS BAUTISMOS: POR SEXO Y LEGITIMIDAD

Archivos Parroquiales Bautismos Varones % Hembras %


total
Catedral de La. Habana 6 006 3 043 50,67 2 963 49,33
Santo Cristo del Buen 4 083 2 029 49,69 2 054 50,31
Viaje
Jesús del Monte 3 450 1 697 49,19 1 753 50,81
Total 13 539 6 769 49,99 6 770 50,01
(cont.)
Legítimos % Naturales %
Catedral de La. Habana 5 274 87,81 732 12,19
Santo Cristo del Buen 3 340 81,80 743 18,20
Viaje
Jesús del Monte 3 127 90,64 323 9,36
Total 11 741 86,72 1 798 13,28

La composición por sexo nos muestra, tanto en un análisis por los años
seleccionados, como por períodos de cincuenta años, un relativo equilibrio
en el crecimiento natural de la población nacida en esta parte de La Habana,
lo que garantiza en el orden diacrónico la reproducción biológica con
independencia de la inmigración. Esto constituye la base poblacional para la
formación de cualquier etnos.

La composición por el carácter legítimo o natural de los bautizados nos


refleja, primeramente, el alto índice de matrimonios consagrados por la
Iglesia, en cuanto costumbre arraigada en la población considerada "blanca"
durante el período colonial, en una proporción mayor de 8 de cada 10. De

Pérez (de la misma especialidad), Ramona Vidal González del Departamento de


Documentación e Información del CIDMUC y el autor.

22
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

manera que en las casos estudiados, a diferencia de otros en proceso, los


bautismos considerados legítimos, tanto a nivel global como por períodos
sobrepasan las ocho décimas partes de todos los bautismos efectuados.

Por otra parte, los bautismos que aparecen como naturales indican el nivel
de las relaciones matrimoniales consensuales de los padres en el sentido
reproductivo, que abarca el 13,28 % de la muestra seleccionada. Este índice
se eleva en el área intramuros de la ciudad como reflejo de la alta
populosidad y la migración transitoria de hombres, tiende a disminuir hacia
el interior de la capital, como reflejo, sin duda, de la alta proporción de
familias procedentes de Islas Canarias, cuyo peso estadístico veremos más
adelante.

Pertenencia o procedencia regional de los padres

Durante los siglos XVII al XIX la población nacida en Cuba y registrada por
estas parroquias asciende al 61,83 %, lo que confirma el crecimiento natural
histórico que precedió a los respectivos matrimonios efectuados (Cuadro 4).
La inmigración hispánica asciende durante el período estudiado al 26,13 %
de la población y ocupa el segundo lugar en importancia por su peso
demográfico entre los denominados "blancos" o "españoles".

CUADRO 4
COMPOSICION DE LA PERTENENCIA O PROCEDENCIA DE LOS
PADRES

Archivos Nacidos Otros y %


Total % España %
Parroquiales en Cuba desconocidos
Catedral de 9 998 5 615 56,16 2 810 28,10 1 573 15,74
La.Habana*
Santo Cristo del Buen 8 166 5 130 62,68 1 833 22,45 1 203 14,87
Viaje
Jesús del Monte 6 888 4 746 68,90 1 904 27,64 238 3,46
Total 25 052 15 491 61,83 6 547 26,13 3 013 12,04

* Se incluye sólo 1670-1898, pues antes no hay referencias al origen de los padres.

23
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

La inmigración del resto de Europa (mediterránea fundamentalmente),


América y Asia, así como los padres desconocidos y sin referencia la
incluimos en el indicador de otros, y ocupan el menor peso demográfico,
cuyo análisis particular lo hemos efectuado en otros trabajos que se escapan
del centro del presente tema.23F24

Los inmigrantes canarios en el contexto hispánico, aspectos regionales y


étnicos

De acuerdo con la información que aportan los archivos estudiados, la


composición regional de la inmigración hispánica en su aspecto global,
según la naturalidad de los padres por orden decreciente es la que sigue:

Archivo Parroquial de la Catedral de La Habana


(1670-1898)
Región % Región %
Andalucía 20 Aragón 2
Islas Canarias 17 Islas Baleares 2
Galicia 13 Murcia 2
Cataluña 12 Valencia 2
Cast. la Vieja 10 Extremadura 1
Asturias 9 Navarra 1
Cast. la Nueva 4 León 0,6
Sin referencias 3 Vascongadas 0,2

Archivo Parroquial de Santo Cristo del Buen


Viaje (1702-1898)
Región % Región %
Islas Canarias 33 Islas Baleares 2
Andalucía 17 Valencia 1

24 Véase GUANCHE, J., FERNANDEZ, R. y CAMPOS, G. (1987): Contribución al estudio


etnográfico de la inmigración hispánica en Cuba (Los libros bautismales de "blancos" o "españoles"
del archivo parroquial de Santo Cristo del Buen Viaje en La Habana Vieja; 1702-1898). CIDMUC,
La Habana, pp. 20-22.

24
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Galicia 12 Murcia 0,9


Cast. la Vieja 8 Navarra 0,9
Cataluña 8 Aragón 0,8
Asturias 7 Extremadura 0,6
Cast. la Nueva 3 León 0,4
Vascongadas 3 Sin 0,3
referencias

Archivo Parroquial de El Buen Pastor de Jesús


del Monte (1690-1898)
Región % Región %
Islas Canarias 67 Valencia 0,6
Asturias 10 Extremadura 0,5
Andalucía 5 Murcia 0,3
Galicia 5 Navarra 0,3
Cataluña 4 Islas Baleares 0,2
Sin referencias 4 León 0,2
Cast. la Vieja 3 Aragón 0,1
Cast. la Nueva 1 Vascongadas 0,1

Lo anterior nos permite caracterizar las tendencias principales de la


inmigración canaria en esta parte de La Habana, donde puede observarse
globalmente que el 34,24 % de la inmigración hispánica procede de estas
islas. Al mismo tiempo, se observa un proceso de crecimiento inversamente
proporcional a la centralidad urbana. Mientras en el área pericatedralicia la
presencia canaria asciende al 17 % de toda la inmigración hispánica y sólo es
superada por la procedente de Andalucía (20 %) --lo cual constituyó una
regularidad común en el flujo emigratorio de España a América durante los
primeros siglos de la colonización--; en el área sudoccidental de la antigua
Habana intramuros posee un índice del 33 %; es decir, uno de cada tres inmi-
grantes del territorio peninsular e insular de España procede de Islas
Canarias.

Sin embargo, en el corte realizado en un área hoy urbanizada, que durante


los siglos XVIII y principios del XIX podía considerarse rural, como la que
abarca el archivo de Jesús del Monte (que hoy día es el más densamente

25
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

poblado de la ciudad de La Habana), esta inmigración asciende al 67 %; o


sea, más de las tres quintas partes del tráfico hispánico hacia esta zona.

Esto confirma respecto de La Habana Vieja (antiguamente intramuros) el


carácter rural de la inmigración canaria, pero no de manera generalizada,
sino que proporcionalmente y en cifras relativas a partir de una muestra
confiable también el 22,87 % estuvo integrado por canarios; es decir, que más
de las dos quintas partes del poblamiento urbano de inmigrantes hispánicos
en la capital fue históricamente de canarios; o para precisar mejor, tal como
señalan los archivos parroquiales, de personas nacidas en cualesquiera de las
Islas Canarias y entonces vecinos de esta ciudad.

No obstante el peso demográfico de la inmigración canaria, como evidente


signo de influencia cultural, en cuanto población portadora de un conjunto
de tradiciones y costumbres que introdujeron en sus respectivas áreas de
asentamiento, este proceso varió en diferentes períodos de acuerdo con las
particularidades de la emigración legal o clandestina desde las islas.25

En la propia Catedral de La Habana, durante el período 1670-1700 esta


inmigración abarca casi el 40 %, se estabiliza a más del 30 % durante los
períodos 1701-1750 y 1751-1800, y decrece a menos del 20 % hasta fines del
siglo XIX en correspondencia con el aumento de la inmigración gallega,
asturiana y catalana. En el archivo de Santo Cristo del Buen Viaje sobrepasa
el 50 % durante 1702-1750, se estabiliza a más del 30 % durante los períodos
1751-1800 y 1801-1850 y decrece durante la segunda mitad del siglo XIX al
27 %. Finalmente, en el área de Jesús del Monte, asciende a más del 60 %
durante 1690-1700, crece y se estabiliza en el 85 % durante los períodos 1701-
1750 y 1751-1800, y vuelve a decrecer al 70 % durante el siglo XIX.
Lo más significativo de las variaciones porcentuales en relación con la
presencia canaria en los archivos estudiados es su peso estadístico decisivo
en el período histórico previo a la formación del sentimiento de nacionalidad

25 Véase MORALES PADRON, F. (1970): Cedulario de Canarias. 3 tomos, Sevilla.

26
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

en Cuba y consecuentemente al nacimiento del etnos cubano como pueblo


en sí. Este período histórico podemos enmarcarlo desde las fundaciones de
los respectivos archivos hasta fines del siglo XVIII.26

Si comparamos estadísticamente vemos que la inmigración canaria posee un


peso específico predominante respecto del resto de las regiones de España.
Ello nos permite inferir --en este ángulo del análisis-- que más de un tercio
de los hijos de inmigrantes hispánicos nacidos en esta parte de Cuba eran
descendientes de canarios, considerados globalmente padre y/o madre y
abstrayéndonos (sólo en lo metódico) de toda la variedad posible de
matrimonios intra e interétnicos o intra e interraciales que también se
efectúan.26F27

CUADRO 5
COMPOSICION POR SEXO DE LA INMIGRACION HISPANICA:
EN PERÍODOS Y EN %

Archivos Parroquiales 1670-1700 1701-1750 1751-1800 1801-1850 1851-1898


Catedral de La. Habana V H V H V H V H V H
Santo Cristo del Buen 87 13 84 16 85 15 80 20 61 39
Viaje
Jesús del Monte   92 8 87 13 80 20 66 34
Total 50 50 72 28 87 13 71 29 64 36

Por otra parte, si realizamos un corte de la composición sexual de la


inmigración hispánica en los archivos estudiados (Cuadro 5) por los
diferentes períodos, además de observar un absoluto predominio de varones
(lo que se reflejará lógicamente en el alto índice de matrimonios mixtos con
mujeres nacidas en Cuba), este índice tiende a decrecer de un período a otro
hasta llegar a más del 60 % de masculinidad a fines del siglo XIX. Sólo en el

Véase AGUIRRE, S. (1974): "Nacionalidad, nación y centenario", en Eco de caminos, La


26

Habana, p. 408.

27 GUANCHE, J. (1983): Antecedentes... (Primera Parte), pp. 56-57.

27
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

archivo de Jesús del Monte se observan algunas variaciones no siempre


comunes debido al peso de la mujer canaria.

En este sentido, si realizamos un corte global de la inmigración hispánica


femenina, tomada ésta como universo particular de referencia, vemos que el
51,98 % es de procedencia canaria, lo que confirma de modo evidente la
principal tendencia en inmigración femenina.

Aunque desde el punto de vista étnico existen diversos criterios sobre la


composición de España, utilizaré una clasificación operativa que permita el
análisis estadístico de la inmigración hispánica en la ciudad de La Habana.
En este sentido he considerado como tales cinco componentes étnicos
fundamentales a partir de factores lingüístico-culturales y de diversas
fuentes de interés:28

o españoles (inmigrantes nacidos en las regiones históricas de Andalucía,


Aragón, Asturias, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Extremadura, León y
Murcia);
o catalanes (inmigrantes nacidos en las regiones históricas de Cataluña,
Valencia e Islas Baleares);
o gallegos (inmigrantes nacidos en la región de Galicia);
o vascos (inmigrantes nacidos en las Provincias Vascongadas y Navarra); y
o canarios (inmigrantes nacidos en cualesquiera de las Islas Canarias).

En su sentido más general la inmigración hispánica en el área estudiada se


comportó de la manera siguiente (Cuadro 6).

28BRUK, S.(1981): Op. cit., pp. 298-303; NADAL, J. (1984): La población española (siglos XVI a
XX). Barcelona, pp. 19- 137; HERNANDEZ GARCIA, J. (1981): La emigración de las Islas
Canarias en el siglo XIX. Las Palmas de Gran Canaria.

28
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

CUADRO 6
OMPOSICION ETNICA DE LA INMIGRACION HISPANICA:
POR ARCHIVO Y EN %

Archivos Parroquiales
Componente Catedral de Santo Cristo Jesús del %
étnico La. Habana del Buen Monte acumulativo
Viaje
español 49,03 41,40 21,26 37,68
canario 16,86 33,10 68,09 34,24
catalán 15,17 10,34 4,50 10,38
gallego 13,12 12,04 4,96 10,12
vasco 5,82 2,97 0,75 3,45

(El 4,13 % acumulativo restante corresponde a los inmigrantes hispánicos sin referencia)

Del anterior Cuadro podemos desgajar otros tres que nos permiten otear en
detalle la significación de la inmigración femenina canaria (Cuadros 7, 8 y 9).

En el Cuadro 7 se observa un proceso de decrecimiento a partir de la


segunda mitad del siglo XVIII, que se corresponde con el aumento
proporcional de la mujer española y catalana hacia el centro del área urbana
fundamentalmente, lo que también se refleja en el Cuadro siguiente, pero
con un evidente predominio de la mujer canaria.
Los tres Cuadros muestran de manera palpable no sólo el mayor peso de la
inmigración femenina canaria en el área histórica de La Habana, sino en el
caso de Jesús del Monte vemos que en los primeros 130 años (1679-1800) la
totalidad de las inmigrantes registradas proceden de Islas Canarias, mientras
que durante todo el siglo XIX también constituyen más de las ocho décimas
partes de la inmigración femenina hispánica.

29
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

CUADRO 7
COMPOSICION ETNICA DE LA INMIGRACION HISPANICA FEMENINA
EN EL ARCHIVO PARROQUIAL DE LA CATEDRAL DE LA HABANA
POR PERIODOS

Períodos en %
Componente
1670-1700 1701-1750 1751-1800 1801-1850 1851-1898
étnico
canarias 65 68 34 28 18
españolas 35 24 41 40 46
gallegas  6 3 4 14
catalanas  2 16 22 18
vascas   5 6 4

CUADRO 8
COMPOSICION ETNICA DE LA INMIGRACION HISPANICA FEMENINA
EN EL ARCHIVO PARROQUIAL DE SANTO CRISTO DEL BUEN VIAJE
POR PERIODOS

Períodos en %
Componente
1702-1750 1751-1800 1801-1850 1851-1898
étnico
canarias 96 42 58 43
españolas 4 39 28 34
gallegas  9,7 6,3 13
catalanas  9,3 3,8 9
vascas   3,8 1

30
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

CUADRO 9
COMPOSICION ETNICA DE LA INMIGRACION HISPANICA FEMENINA
EN EL ARCHIVO PARROQUIAL DEL BUEN PASTOR DE JESUS DEL
MONTE POR PERIODOS

Períodos en %
Componente
1690-1700 1701-1750 1751-1800 1801-1850 1851-1898
étnico
canarias 100 100 100 86 80
españolas    2 14
gallegas    6 2
catalanas    4 3
vascas    2 1

En este aspecto resulta de interés valorar el significado histórico y


etnodemográfico de la inmigración femenina canaria como condicionadora
de diversas relaciones matrimoniales, que no sólo constituyeron la
excepción en relación con el desequilibrio en la composición sexual de las
migraciones libres o forzadas en Cuba, sino por lo que significa la mujer en
el contexto del núcleo familiar y social desde el punto de vista cultural.

Es precisamente la mujer quien, además de estar capacitada biológicamente


para ser gestada, establece un sistema de nexos con el recién nacido que van
mucho más allá de lo estrictamente natural; es decir, estos nexos implican
relaciones culturales entorno al acto de crianza-educación, desde la
comunicación verbal y no verbal cotidiana hasta la atención de cada fase o
componente del ciclo diario, semanal, mensual y anual de los hijos en sus
primeros años de vida, con independencia del papel que desempeña el
padre de familia. En el caso que nos ocupa este proceso se estableció tanto
con los hijos varones como hembras por igual, lo que estuvo acompañado de
la tradición del parto precoz y del deseo explícito de tener muchos hijos.

En este sentido debemos considerar el papel de los factores etnoculturales


que influyeron históricamente en el alto índice de natalidad y en el relativo
equilibrio en la composición sexual de la población descendiente de canarios
en Cuba, lo que se diferencia --por ejemplo-- de otras costumbres aún

31
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

preponderantes en la India, Paquistán, Indonesia, China y otros países de


Asia, donde el menosprecio tradicional a la mujer propiciaba un menor
cuidado a las niñas, que solían ser peor vestidas, alimentadas y atendidas
que los varones, lo que junto con los trabajos pesados, los matrimonios
tempranos y los partos frecuentes elevaban la mortalidad femenina en todos
los grupos de edades.28F29

La inmigración familiar canaria y el conjunto de nuevas relaciones


matrimoniales efectuadas por los inmigrantes en Cuba, bien entre ellos o con
los nacidos en la Isla, condicionaron una serie de interinfluencias culturales
en todos los órdenes de la vida desde los albores de la presencia hispánica en
Cuba, que no cesó con la consolidación del etnos cubano en sí, sino que se
enriqueció de manera constante hasta nuestros días.

Las relaciones etnomatrimoniales

La información obtenida permite analizar dos tipos principales de relaciones


etnomatrimoniales que hemos denominado operativamente homogéneas y
heterogéneas.
Las de carácter homogéneo pueden ser de hecho intraétnicas o endogámicas en
el caso de personas representantes de un etnos bien definido, pero como el
tema abordado abarca cronológicamente procesos de formación y
consolidación del propio etnos cubano durante más de dos siglos,
consideramos más conveniente atender al origen de los padres nacidos en
Cuba o no según su naturalidad o lugar de nacimiento.

Las de carácter heterogéneo pueden ser también interétnicas, exogámicas o


mixtas en el caso de personas representantes de etnos diferentes, pero como
los nacidos en Cuba e incluidos en la información de los archivos
parroquiales como blancos o españoles en diferentes épocas han sido también

29 KOZLOV, V. (1978): "La demografía étnica", en Teoría de la población, Moscú, pp.102-113.

32
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

el resultado de diversos tipos de relaciones etnomatrimoniales entre sus


respectivos padres, consideramos más oportuno atender al tipo inmediato de
matrimonio establecido previo al nacimiento del niño.

En ambos casos hacemos salvedad de los nacidos en Cuba, pues no podemos


denominarlos siempre criollos o cubanos, ya que el período histórico objeto
de análisis es sumamente rico y cambiante, sobre todo desde la segunda
mitad del siglo XVIII hasta fines del siglo XIX. De modo que los términos
empleados matizan mejor esta dinámica en su desarrollo.

En las relaciones etnomatrimoniales de carácter homogéneo observamos dos


tipos fundamentales:

a) las establecidas entre los naturales de Cuba; y


b) las establecidas entre los inmigrantes.

Las relaciones etnomatrimoniales entre los naturales de Cuba ocupan a


escala global el 38,74 % de todo el conjunto de matrimonios y representan la
principal tendencia en los tipos estudiados (Cuadro 10). De manera que se
aprecia un proceso histórico permanente de consolidación a partir de los
matrimonios homogéneos encaminados a la formación de un sustrato
endogámico como base estabilizadora del etnos, no obstante el flujo
inmigratorio y el carácter populoso de la capital del país. Conjuntamente,
sólo al nivel de los matrimonios homogéneos, los naturales de Cuba ocupan
el 84,04 %. De modo que su significación es altamente representativa
respecto de los residentes extranjeros (15,96 %).

33
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

CUADRO 10
COMPOSICION DE LAS RELACIONES ETNOMATRIMONIALES

Archivos
1 2 % 3 % 4 % 5 %. 6 %
Parroquiales
Catedral de
6 006 1 889 31,45 334 5,56 1 752 29,17 517 8,60 1 514 25,22
La Habana
Santo Cristo
4 083 1 881 46,07 327 8,00 1 217 29,80 180 4,41 478 11,72
del Buen Viaje
Jesús del
3 450 1 476 42,78 335 9,71 545 15,79 77 2,23 1 017 29,49
Monte
Total 13 539 5 246 38,74 996 7,35 3 514 25,95 774 5,71 3 009 22,25

1 Matrimonios participantes en bautismos


2 Matrimonios homogéneos de naturales de Cuba
3 Matrimonios homogéneos de inmigrantes
4 Matrimonios heterogéneos de naturales de Cuba e inmigrante
5 Matrimonios heterogéneos de inmigrantes
6 Matrimonios con uno o ambos cónyuges desconocidos

Las relaciones matrimoniales homogéneas de inmigrantes abarcan el 7,35 %


y representan el cuarto nivel en los tipos matrimoniales estudiados. Sin
embargo, si consideramos el papel que desempeñaron los inmigrantes
canarios, puede observarse una relación directa de crecimiento entre el peso
regional de éstos por cada archivo parroquial con las cifras relativas de los
matrimonios homogéneos entre inmigrantes, lo cual es un reflejo palpable de
este tipo de inmigración familiar.

En las relaciones etnomatrimoniales de carácter heterogéneo también


encontramos dos tipos fundamentales:

a) las establecidas entre los naturales de Cuba e inmigrantes; y


b) las relaciones entre los inmigrantes.

Las relaciones etnomatrimoniales de los naturales de Cuba y los inmigrantes


abarcan el 25,95 % y representan la segunda tendencia en los tipos
matrimoniales estudiados. De modo que los matrimonios mixtos

34
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

desempeñan un papel muy importante debido al constante y ascendente


flujo inmigratorio.

Aunque por razones de síntesis no aparece en el Cuadro 10, si ponderamos


el lugar que ocupan tanto los naturales de Cuba como los inmigrantes
hispánicos en este tipo de matrimonios, observamos que la mujer nacida en
Cuba desempeña un papel determinante; su peso global asciende al 94,45 %
en relación con los hombres; lo que incide en la significación cultural
señalada anteriormente. Al mismo tiempo, los inmigrantes hispánicos
ocupan un lugar preponderante en este tipo de relaciones matrimoniales; su
peso asciende al 83,86 % respecto del resto de los inmigrantes considerados
blancos. Ello no es más que el resultado histórico de un proceso de
poblamiento de tipo masculino, el que hasta el primer cuarto de siglo XIX
sobrepasa el 80 % de toda la inmigración hispánica, de acuerdo con los datos
de los archivos.

Las relaciones matrimoniales heterogéneas entre los inmigrantes ascienden


sólo al 5,71 % y representan el quinto y último lugar en los tipos estudiados,
lo que podemos considerar pobre en relación con el resto. Sin embargo, si
tomamos nuevamente en consideración el papel desempeñado por los
inmigrantes hispánicos, su peso alcanza el 84,24 % respecto del resto de los
inmigrantes. Este tipo de relaciones influyó sobremanera en el encuentro
interhispánico del otro lado del Atlántico a través de los matrimonios. Así
encontramos matrimonios de canarios con vascas, gallegas, catalanas y otras
españolas de la Península Ibérica que contribuyeron a enriquecer la
amalgama histórica del pueblo cubano.

El resto de las relaciones matrimoniales lo ocupa un tipo específico donde se


desconoce el origen de uno o ambos cónyuges, representa el 22,25 % de
todos los matrimonios y más que significar un vacío de información,
podemos interpretarlo como el índice de las relaciones consensuales y posee
nada menos que el tercer lugar en importancia.

35
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Esta información que no aparece en los registros de matrimonios la vemos


con relativa abundancia en las actas bautismales y ello muestra otro de sus
valores como fuente primaria.

Tras los matrimonios de uno o ambos padres desconocidos se ocultan, entre


otras, las relaciones de bigamia, ocurridas --por ejemplo-- entre militares
procedentes de España y mujeres nacidas en Cuba, que salían a la luz
durante la legitimación del niño, varios años después de bautizado y quedar
su padre viudo de la anterior esposa; líneas de descendencia matrilineal por
siete o más generaciones como la detectada recientemente en el archivo
parroquial del Espíritu Santo en la ciudad de Sancti Spíritus, debido a que
los recién nacidos eran inscritos con el apellido de la madre que a su vez era
de padre desconocido, tal como la abuela materna de ésta; los niños
expósitos en casas de personas adineradas y la aparición de un "filantrópico"
padrino que ocultaba tras el rito bautismal su paternidad, también
enmascaran este tipo de relaciones matrimoniales.

Con independencia de los matices que pudieran salir a la luz, más que
complicar la investigación se observa un enriquecimiento de las relaciones
libres entre las parejas que no estaban bajo el control de la Iglesia, aunque
acudieran a ella para bautizar a sus hijos.

En este sentido, si los tres cortes efectuados para la presente ocasión son
relativamente cercanos, de realizarse otros más hacia el sur de la capital e
incluso en el que abarca la actual zona tabacalera de la actual provincia de La
Habana, obtendríamos sin duda una mayor proporción de inmigrantes
canarios respecto del resto de la inmigración hispánica hasta rebasar el 80 %
global y en los diferentes cortes operativos efectuados, más del 90 % durante
el siglo XVIII.

36
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Conclusiones

De acuerdo con el análisis realizado en los archivos parroquiales podemos


llegar a las siguientes consideraciones finales:

1.- en la parte de la ciudad de La Habana estudiada, aunque no existe una


necesaria correspondencia entre el crecimiento de los asientos bautismales
respecto del aumento de la población por año debido a la existencia de
varias parroquias entre los siglos XVII al XIX que efectuaban y registraban
los ritos, se observa una tendencia general de crecimiento en los diferentes
períodos de cincuenta años seleccionados;

2.- la población nacida en el área estudiada presenta un alto equilibrio en su


composición sexual, lo que constituye un índice histórico de vital significado,
pues ha contribuido a propiciar --entre los descendientes de inmigrantes
hispánicos-- un crecimiento natural de la población con independencia de los
procesos migratorios externos;

3.- no obstante la significación histórica de la inmigración libre en Cuba


desde diferentes países --sobre todo desde España-- durante el período
colonial e incluso hasta la primera mitad del presente siglo, el peso
fundamental del crecimiento de la población estudiada ha dependido de los
descendientes de estos inmigrantes; o sea, de la reproducción natural de la
población nacida en Cuba (38,74 %), lo que constituye un factor altamente
significativo para la formación histórica del etnos cubano;

4.- desde el punto de vista regional, la inmigración canaria (34,24 %)


desempeñó un papel predominante en el poblamiento del área estudiada,
sobre todo durante los siglos XVII y XVIII;

5.- podemos establecer una relación inversamente proporcional entre el área


central urbana y el volumen del poblamiento canario, lo que confirma la
tendencia del flujo migratorio hacia las zonas rurales; pero en la propia

37
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

ciudad de La Habana, también la presencia canaria predomina globalmente


sobre el resto de las regiones de España;

6.- la inmigración hispánica estudiada ha sido mayoritariamente masculina


(74,17 %) y es la que ha propiciado tanto el mayor conjunto de matrimonios
mixtos o interétnicos, como el mestizaje racial en su sentido más general; es
decir, entre éstos y aborígenes, africanos y otros europeos no mediterráneos;

7.- la mujer canaria desempeñó como inmigrante un papel decisivo desde el


punto de vista demográfico y cultural, en relación con la de otras regiones de
España, pues constituyó tanto en el área urbana como rural estudiada la
fuente genética básica para la reproducción de la población desde sus
primeros albores;

8.- por otra parte, la mujer nacida en Cuba ha representado el elemento


principal en los matrimonios mixtos, debido al peso mayoritario de la
inmigración masculina procedente de España. Esto condicionó un profundo
intercambio de rasgos culturales y antropobiológicos (físicos) entre los
diferentes inmigrantes y los naturales del país, cuyo mayor peso --según lo
muestran en detalle los archivos parroquiales-- recayó en el constante flujo
de pobladores nacidos en las Islas Canarias, quienes han llegado a
considerar a Cuba (a pesar de la distancia en el acto de "cruzar el charco")
como la octava isla del archipiélago.

38
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

2.
LA IMAGEN DIVERSA DEL CANARIO EN CUBA A
TRAVÉS DE LOS GRABADOS DEL SIGLO XIX 30 29F

Introducción

Durante el último siglo del período colonial en Cuba, el incremento de


inmigrantes y residentes de origen canario fue un hecho consustancial a la
política gubernamental de España y a la presión económica ejercida por la
sacarocracia criolla con el objetivo de intensificar la denominada "inmigra-
ción blanca" y la trata de culíes chinos e indios yucatecos, como alternativas
para enfrentar, especialmente durante la segunda mitad del siglo XIX, la
crisis que presentaba la esclavitud con el sistema de plantaciones.

En ese contexto convulso vinieron a Cuba diversos viajeros y artistas


plásticos (particularmente grabadores y pintores), que reflejaron la vida
cotidiana de la entonces colonia más próspera de España en el Nuevo
Mundo. Una parte significativa, tanto de las observaciones realizadas por los
viajeros y los costumbristas locales, como la obra de los grabadores, coincide
con las principales zonas de asentamiento canario en Cuba y al mismo
tiempo, con la región más intensa del poblamiento general de la Isla, y con
las principales fundaciones urbanas.

Este hecho histórico motiva tratar un tema no estudiado aún sobre la imagen
visual del canario y sus descendientes durante el siglo pasado.

El presente trabajo se deriva de diversos diálogos sostenidos durante las


sesiones del Simposium Internacional sobre La emigración canaria a América,
efectuado en la Villa de Teguise, Lanzarote, en diciembre de 1989, que en

Publicado por vez primera en 1992, en las memorias del IX Coloquio de Historia Canario-
30

Americana (1990), t. II, Las Palmas de Gran Canaria, pp. 983-1016.

39
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

ese marco inauguró el Museo del Emigrante, en el Castillo de Santa


Bárbara30F31 y tiene los objetivos siguientes:

1.- valorar la diversidad de imágenes del inmigrante canario y sus


descendientes a través de los grabados del siglo XIX en Cuba y
correlacionar, en la medida posible, las visiones sobre la vida cotidiana
ofrecidas por los viajeros y costumbristas de esa época, como fuente de
primer orden para los estudios etnohistóricos, debido al papel vivencial
tanto de la información escrita como visual;

2.- establecer el lógico nexo histórico entre la imagen plástica del campesino
cubano en su diversidad de ocupaciones, con su inmediata ascendencia
canaria, por cuanto esta clase social explotada durante los períodos
colonial y neocolonial, representa una continuidad de la herencia
cultural, que no sólo se manifiesta en los elementos de la cultura
material y espiritual,31F32 sino especialmente por la masiva
participación en nuestras gestas independentistas y en el actual
desarrollo económico y social; y

3.- contribuir a incrementar los fondos de información visual sobre Cuba en


el Museo del Emigrante con varios de los grabados más
caracterizadores de la vida del campesino durante el siglo XIX.

Significación, actualidad y multifuncionalidad de las fuentes

Tanto la obra de grabadores y pintores como la literatura costumbrista y la


de viajeros del siglo pasado ha sido empleada por diferentes investigadores

31Véase Catálogo de documentos históricos. Museo del Emigrante. Castillo Museo de Santa
Bárbara. Departamento de Cultura. Ayuntamiento de Teguise, 1989.

32Véase Jesús Guanche. "Aportes canarios a la cultura campesina cubana", en Revista de la


Biblioteca Nacional José Martí, Año 75, 3ra época, vol. XXVI, septiembre-diciembre, no. 3, La
Habana, 1984, pp. 43-74.

40
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

(historiadores, arquitectos, ingenieros), artistas y de manera reciente por los


medios de comunicación masiva, acerca de los fundamentales aspectos
socioculturales, económicos y tecnológicos presentes en Cuba durante esa
época. A ello tampoco escapa la observación etnográfica (antropológica)
sobre los tipos humanos, sus actividades fundamentales y el contexto socio-
ambiental en que éstos desarrollaron su cultura.

La presencia histórica de la litografía en Cuba es un vivo ejemplo de la


nueva posibilidad que abrió esta técnica, que como se sabe precede a la
fotografía, en tanto reflejo creador de la realidad a partir del papel que
desempeña la observación in situ, no sólo --al decir de nuestros días-- como
método general del conocimiento científico, sino como simple contemplación
reflexiva sobre el medio circundante.

La técnica litográfica fue traída a Cuba por Juan de Mata y Tejada, nacido
hacia 1790 en Santiago de los Caballeros, Santo Domingo, quien a los 34 años
(1824) se establece en Santiago de Cuba y realiza los primeros trabajos sobre
temas religiosos, "no sólo en la Isla de Cuba sino en la Monarquía
española".32F33 Recordemos que la referida técnica es introducida en 1825
en Estados Unidos de América (del Norte) y al año siguiente es que se funda
en España el Real establecimiento litográfico.

En La Habana, la presencia de la inmigración francesa fue decisiva para el


desarrollo de los primeros grabadores y grabados. En 1827 Luis Caire funda
la Imprenta litográfica Habanera y publica el plano del Jardín Botánico de La
Habana como parte de la obra Anales de Ciencia (1828) realizada por Ramón
de la Sagra (1798-1871). No es hasta 1839 cuando se fundan otros dos
establecimientos. Uno por Francisco Cosnier, quien entre sus obras realiza
las ilustraciones de la primera edición en 1840 de la novela costumbrista
Cecilia Valdés, de Cirilo Villaverde (1812-1894); y el otro dirigido por el

33Bacardí Moreau, Emilio (Comp.). Crónicas de Santiago de Cuba; t. II, Santiago de Cuba,
1925, p. 215.

41
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

español Fernando Costa, quien publica las primeras ilustraciones del


semanario El Plantel, fundado en 1838.34

Desde mediados del siglo las imprentas litográficas se multiplican34F35 y


comienzan a aparecer dibujos como los de Víctor Patricio de Landaluze
(1827-1889), quien al mostrarse a favor de los intereses coloniales de España
en la Isla trató de captar desde una visión desacreditadora los tipos
populares de entonces. En este sentido, el propio iniciador de las
investigaciones etnográficas en Cuba con un enfoque científico, el polígrafo
Fernando Ortiz, al valorar el conjunto de su obra señala: "En Cuba siempre
fue un integrista... hacía pensar en esa época si sus dibujos de tipos y escenas
populares de Cuba eran parte de su campaña para desprestigiar a los
cubanos que peleaban por la separación de España. Cuba era para él un
pueblo de negros esclavos, serviles o cimarrones, de bozales y catedráticos,
de ñáñigos y curros, de brujos y zacatecas, de negras bolleras y mulatas
lascivas, de isleños mayorales y rancheadores36, de chinos charadistas y
opiómanos, de guajiros galleros y zapateadores en guateques y
changüis".36F37 Pero ello no demerita su excelente habilidad para dar
efectiva respuesta a sus intereses como dibujante, pintor y caricaturista.

Junto al amplio trabajo litográfico relacionado con la producción de marcas y


cajetillas de tabacos y cigarrillos para el mercado local e internacional,38 se

34 Véase Adelaida de Juan. Pintura y grabado coloniales cubanos, La Habana, 1974, p. 29.

35 Solamente en el casco histórico de La Habana Vieja los talleres litográficos editan


publicaciones periódicas como El Correo Habanero, La Charanga, El Moro Muza, La Revista de
La Habana, El Fígaro, La Caricatura, Don Junípero, Juan Palomo, Camafeos, entre otras; y sirven
de medio para dar a conocer dibujos de Baturone, Cuyás, Laplante, Helio, Torriente,
Cisneros, Tejada, Ferrán, Peoli, Muguet y Víctor Patricio de Landaluze.

36 Cursiva del autor.

37 Ortiz, Fernando. "Dos 'diablitos' de Landaluze", en revista Bohemia, año 45, no. 44, nov.
1, La Habana, 1953.

38Véase la colección de marcas del siglo pasado que poseen la Salas Cubanas de la
Biblioteca Nacional José Martí.

42
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

desarrolla otra línea del grabado de mayor formato, elaboración y acabado


que ocupa un primer nivel de importancia como fuente para nuestro objeto
de estudio. Me refiero a las obras del francés Hipolite Garnerey (1787-1858),
del inglés James Gay Sawkins (1806-1879) y a los dibujos de Leonardo
Barañano, cuyas litografías fueron realizadas por Eduardo Laplante. Esta
línea tiene su máximo exponente en la obra de Federico Mialhe (1810-1881),
quien a diferencia de las vistas generales de las principales ciudades o
lugares pintorescos de Cuba captados junto con los demás grabadores, trató
diversas escenas de la vida cotidiana donde el canario o sus descendientes
constituyen un tema obligado, debido a su permanente presencia tanto en el
ámbito rural como en los múltiples oficios de las ciudades.

Al poco tiempo de llegar a Cuba, Federico Mialhe, nacido en Francia, publica


treinta y siete litografías en blanco y negro con el título Isla de Cuba pintoresca
(¿1840-50?), realizados por la Litografía de la Real Sociedad Patriótica, e
incluye paisajes de la zona occidental de Cuba, conocida por "vuelta abajo",
que como es sabido fue principalmente poblada por canarios.

Debemos señalar en este sentido, que existe una interesante relación entre
grabadores y dibujantes extranjeros con intelectuales cubanos conocedores
de las características físicas y culturales del territorio. El propio Mialhe
participa en una de las expediciones científicas del sabio cubano
descendiente de francés, el naturalista Felipe Poey (1799-1891), por el área
oriental de Cuba (1860). Anteriormente el pintor Alejandro Moreau había
participado en 1839 junto a Cirilo Villaverde en su recorrido por la región
centro-norte de Pinar del Río, cuya obra costumbrista apareció publicada en
1891 como Excursión a vuelta abajo. Los apuntes realizados por Moreau
guardan relación según una estudiosa de este tema en su contenido
artístico,38F39 con los primeros grabados de Mialhe.

39 Adelaida de Juan. Ob. cit., p. 40.

43
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

En la segunda parte de su relato este autor escribe: "Salí de La Habana el día


20 de marzo de 1839, en compañía de míster Alejandro Moreau, hábil pintor
y paisajista",40 y más adelante confirma la relación de este artista con el
grabador francés. "El señor Moreau hizo de esta rotunda [se refiere a la
cueva de Los Portales en Pinar del Río] una hermosísima vista, que el señor
Mialhe publicó litografiada entre las muchas de la colección de La Isla de
Cuba Pintoresca".41 Años más tarde, Mialhe elabora otra serie con el título Isla
de Cuba (1851), que se realiza en la litografía de Luis Marquier, donde incluye
paisajes y ciudades del área centro- oriental de Cuba. La presencia de
escenas cotidianas en los primeros planos como El pico de Tarquino
(Turquino). Costa del Sur, (Grabado 1) permite observar las características
arquitectónicas de las viviendas rurales y particularmente el uso del pañuelo
o manta en la cabeza de una campesina, comparable con la información
visual existente en varias publicaciones canarias sobre este tema.41F42

La aparición posterior del Album pintoresco de la isla de Cuba, Berlín, B.May y


Cía (¿1850-60?) recoge las principales escenas del quehacer diario a las que
me referiré más adelante por su valor etnográfico y testimonial.

Paralelamente se desarrolla en Cuba un género literario de perfil realista,


característico de una burguesía local en ascenso durante todo el siglo XIX,
conocido por costumbrismo, pero que tiene su antecedente mediato en la obra

40 Cirilo Villaverde. Excursión a Vuelta Abajo. La Habana, 1981, p. 77.

41 Ibídem., p. 232.

42Véanse Víctor Grau-Bassas. Usos y costumbres de la población campesina de Gran Canaria


(1885-1888), Las Palmas de Gran Canaria, 1980, p. 23; Domingo García Barbuzano.
Prácticas y creencias de una santiguadora canaria. Tenerife, 1981, p. 105; Juan Bethencourt
Alfonso. Costumbres populares canarias de nacimiento, matrimonio y muerte. Tenerife, 1985, p.
232; y José Pérez Vidal. Estudios de etnografía y folklore canarios. Tenerife, 1985, p. 42.
Pueden servir de ejemplo también la colección de fotos de trajes canarios en el siglo
pasado que posee José Antonio Pérez Cruz (Teno) y sus estudios al respecto. Entrevista
con el referido investigador y artesano. Las Palmas, diciembre de 1989.

44
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

poética Espejo de paciencia (1608), del grancanario Silvestre de Balboa (1563-


1649).43

La literatura costumbrista representa otra fuente de primer orden para


correlacionar la imagen plástica con la vivencia escrita, no ya por el
extranjero que viaja y pasa, sino por el que se siente parte de un medio
sociocultural establecido durante varias generaciones.

A diferencia de otra literatura de costumbres que aparece en Europa como


Los franceses pintados por sí mismos o Los españoles pintados por sí mismos,
caracterizada por la autocomplacencia de verse reflejados como grupo social
y el deseo de corregir costumbres no acordes con el poder establecido; los
costumbristas cubanos, que en un inicio siguieron el camino de franceses y
españoles,43F44 fueron poniendo poco a poco el centro de sus temas en la
situación colonial de Cuba y su carácter dependiente.

El costumbrismo tuvo su expresión a través de la poesía, el artículo, la


novela corta y alcanzó su más acabada elaboración en la novela testimonio --
como clasificaríamos hoy--. Ejemplos como Cecilia Valdés de Cirilo
Villaverde, Francisco de Anselmo Suárez y Romero (1818-1878) y Mi tío el
empleado, de Ramón Meza (1861-1911) muestran un importante cuadro de la
época desde tres ángulos y momentos diferentes, que influyó en la
concreción de una conciencia de nacionalidad cubana.

CUADRO 1
LIBROS SOBRE CUBA POR PAISES DE ORIGEN DURANTE EL SIGLO XIX

País Total %
Estados Unidos de 154 43,75
América
Francia 57 16,19

43 Véase Diccionario de literatura cubana, t. I, La Habana, 1980, p. 239.

44 Véase Los cubanos pintados por sí mismos. Colección de tipos cubanos. La Habana, 1952.

45
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Inglaterra 57 16,19
España 40 11,36
Alemania 28 7,95
Suecia 4 1,14
Bélgica 3 0,85
Colombia 2 0,57
Puerto Rico 2 0,57
Canadá 1 0,28
Hungría 1 0,28
México 1 0,28
Desconocido 2 0,57
Total 355 100,00
Fuente: Rodolfo Tro. "Cuba. Viajes y descripciones
(1493- 1949)", en Revista de la Biblioteca Nacional, La
Habana, mayo de 1950. Elaboración propia.

La importancia que fue adquiriendo la literatura costumbrista durante el


propio siglo XIX dio lugar a dos antologías: Los cubanos pintados por sí mismos
(1852) (Grabados 2 y 2a) dirigido por José Agustín Millán y Tipos y
costumbres de la Isla de Cuba (1881) (Grabado 3) realizada por Antonio
Bachiller y Morales (1812-1889). En ambos casos participaron los narradores
más importantes de cada momento y fueron ilustradas por Víctor Patricio de
Landaluze. Una tercera antología fue publicada en 1974 mediante una
cuidadosa selección y prólogo de la Profesora Iraida Rodríguez.45 Por otra
parte, la literatura de viajeros, bien en forma de diarios, epístolas o
memorias, completan todo un panorama de vivencias sobre la vida cotidiana
durante el siglo XIX en Cuba. El viajero, según escribe un protagonista de la
época, "está tan obligado a decir la verdad como un testigo que declarase
bajo juramento ante un tribunal de justicia"45F46 y aunque no todos tuvieran
esa intención, la abundante información que se ha ido publicando46F47

45 Artículos de costumbres cubanos del siglo XIX, La Habana, 1974.

46 Abbot, Abiel. Cartas, La Habana, 1965, p. 11.

47En relación con el siglo XIX, junto a la referida obra del pastor protestante Abiel Abbot,
escrita en 1828, se encuentran La isla de Cuba, de Richard R. Madden (La Habana, 1964),
memoria escrita entre 1836 y 1839; Viaje a La Habana de María de la Merced Santa Cruz y
Montalvo, Condesa de Merlin (La Habana, 1974), escrito en 1841; Notas sobre Cuba, del

46
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

incluye también la presencia de viajeros canarios en la mayor de las


Antillas.48 Un estudio realizado al respecto muestra la significación de la
literatura de viajeros por países durante el siglo XIX en Cuba (Cuadro 1). En
el ámbito cronológico (1493-1949) --según la propia fuente-- en el siglo XIX se
publica más de la mitad (57,63 %) de estos libros escritos por extranjeros
(Cuadro 2).

norteamericano John G. Wurdemann (La Habana, 1989), escrito en 1843; Cartas desde
Cuba, de la sueca Fredrika Bremer (La Habana, 1980), escrito en 1851; Memorias de un
turista ruso (1853) y Memorias de un viajero ruso sobre las Indias Occidentales, California y las
Indias Orientales (1854), de A.G. Rótchev, publicadas en San Petersburgo; la selección
elaborada por Juan Pérez de la Riva con el título La isla de Cuba en el siglo XIX vista por los
extranjeros, (La Habana, 1981), que incluye testimonios del inglés Francis Robert Jameson
(1820); del colombiano Nicolás Tanco Armero (1853), del francés Duvergier de Hauranne
y del ¿posiblemente? escocés H.B. Auchinloss (ambos en 1865); y la más reciente selección
realizada por la Profesora Nara Araujo, con el título Viajeras al Caribe (La Habana, 1983),
que en el ámbito continental e insular incluye trece testimonios sobre Cuba, donde se
publican en español las visitas de Fanny Erskine Inglis (1839); una síntesis de las referidas
obras de la Condesa de Merlin y Fredrika Bremer; así como Amelia Murray (1855); Julia
Howe (1859); Rachel Wilson Moore (1863-1864); Eliza Mc Hatton-Ripley (1865); Louisa
Mathilde Woodruff (1870-1871); Julia Newell Jackson (1890); Eulalia de Borbón (1893) y
Eva Canel (1897); entre múltiples trabajos.

48 Debe destacarse también la compilación realizada por el Profesor Julio Hernández


García, que con el título Dos diarios de viaje del siglo XIX (Canarias-Cuba), (Tenerife, 1986)
recoge los testimonios de Antonio Gómez Rivero (1877) y Miguel B. Espinosa (1880)
durante sus estancias en Cuba.

47
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

CUADRO 2
LIBROS SOBRE CUBA ESCRITOS POR EXTRANJEROS
(1493-1949)

Siglo Total %
XV 1 0,16
XVI 39 6,33
XVII 31 5,03
XVIII 35 5,68
XIX 355 57,63
XX 155 25,17
Total 616 100,00
Fuente: Rodolfo Tro. "Cuba.
Viajes y descripciones (1493-
1949)", en Revista de la Biblioteca
Nacional, La Habana, mayo de
1950. Elaboración propia.

Especial interés ocupa la obra del norteamericano Samuel Hazard (1834-


1876) Cuba a pluma y lápiz48F49 por la relación que establece en sus
narraciones con un conjunto de viñetas que ilustran los tres tomos y
reproducen detalles de algunos grabados conocidos entonces.

Toda esta voluminosa información visual y escrita nos permite escudriñar en


parte de los intersticios de la amplia presencia canaria en la cultura cubana
del siglo XIX a través de una nueva lectura, que combina la necesaria y
reiterada descripción etnográfica con el fin de argumentar su nexo con la
visión ofrecida por los artistas plásticos.

Imágenes del isleño en la gráfica decimonónica

Durante el siglo XIX en Cuba, junto con el mayor proceso de fundación de


asentamientos humanos del período colonial (Cuadro 3) ya había establecida
una población rural que, bien ubicada de manera dispersa o concentrada

De esta obra se han hecho varias ediciones. Cuba with Pen and Pencil, New York, 1871;
49

Hartford, 1871; London, 1873; y La Habana, 1928.

48
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

entorno a las actividades agrícolas de vegas y haciendas, debieron su


principal procedencia a la inmigración canaria.

Tanto estos residentes como sus descendientes nacidos en Cuba llegaron a


caracterizar desde el mismo siglo XVII al guajiro, llamado también montero
por su permanente actividad en la tala y limpia de espesos montes hasta
transformarlos en áreas de cultivo, lo que venía acompañado de un
profundo conocimiento y arraigo al medio.

CUADRO 3
PRINCIPALES FUNDACIONES URBANAS EN CUBA
DURANTE LA ÉPOCA COLONIAL

Períodos No. de %
fundaciones
1510-1550 16 7,34
1551-1600 3 1,38
1601-1650 2 0,92
1651-1700 12 5,50
1701-1750 22 10,09
1751-1800 35 16,06
1801-1850 72 33,03
1851-1900 56 25,69
Total 218 100,00

Fuente: Atlas de los Instrumentos de la


Música Folclórico-Popular de Cuba. Sección
I. Elaboración propia

La presencia en la gráfica de este personaje popular caracterizó al residente


en las áreas rurales; es decir, tanto al pequeño propietario campesino como a
un conjunto de oficios y ocupaciones permanentes o temporales ejercidas
por éstos.

49
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

De manera genérica, además de diversas descripciones de costumbristas y


viajeros,50 quizá la definición más precisa del guajiro es la que ofrece en 1836
el lexicógrafo Esteban Pichardo y Tapia (1799-1879) en su Diccionario
provincial casi-razonado de vozes y fraces cubanas.51 Sin embargo, junto con la

50Véanse Abiel Abbot. Ob.cit, p. 130; Condesa de Merlín. Ob.cit. pp.117-118; Fredrika
Bremer. Ob.cit. p. 62 y Cirilo Villaverde. Excursión a Vuelta Abajo. La Habana, 1981, pp. 56-
76; entre otros.

51 De esta obra se hicieron ediciones en 1836, 1849, 1862, 1875 y la más reciente en 1976, en
La Habana por la Editorial de Ciencias Sociales. El referido autor señala: "Aquí [en Cuba]
Guajiro es sinónimo de Campesino, esto es, la persona dedicada al campo con absoluta
residencia en él, y que como tal usa el vestido, las maneras y demás particularidades de
los de su clase. Hasta en las poblaciones se distingue desde lejos el Guajiro; camisa y
calzones de pretina, o Vedija (como dicen,) blancos o de listado de hilo, sin nada de
tirantes, chaleco, casaca ni medias; zapatos de Vaqueta o Venado, sombrero de Guano
Yarey de tejido fino y ligero; algunas vezes por corbata un pañuelo casi a estilo mujeril,
poco plegado o flojo, todo como lo demanda el clima. Sin embargo este vestido que llaman
de largo no varía en la estación de frío, si alguna vez no echa mano del capote: en los
caminos le acompaña al cinto un Machete terciado con satisfecha indiferencia, cabo atrás,
cuando monta en una Albarda cómoda sobre un brioso caballo, que vuela por los campos
al toque de las espuelas de plata: otras vezes con paso más pausado lleva abierto el
quitasol, y algún Cuero, signo de su jurisdicción doméstica rural: éntrase todo así de
zopetón en los pasadizos y dentro de las tiendas; porque sus modales son groseros; cruza
las piernas sin reparo y no se quita el sombrero por nada: para él no hay mal tiempo, ni
malos caminos, ni necesidades; sobrio, se contenta con poca cosa, frutas o lo que haya,
mucho o poco, con tal que no le falte el tabaco, una taza de café mal hecho y alguna Pelea
de gallos el domingo: franco y generoso, todo lo da, lo gasta o lo juega; pero indómito,
vengativo y celoso a la más ligera ofensa, a la chanza más discreta, pela por el quimbo de
una manera brutal, implacable, sin reparar en número, categorías ni circunstancias; pero
donde oyó sonar una cuerda allí le arrastran los pies al zapateo; y canta sus amoríos con el
mismo descaro y entusiasmo en un convite extraño, que en la cárcel o en los caminos; la
ojeriza o desconfianza son inherentes en ellos respecto a los ciudadanos o republicanos
(como dicen algunos); más a pesar de su locuazidad y preciarse de sabiondos en las
poblaciones llevan buenos chascos: tócales a su vez la superioridad de conocimientos
prácticos en el campo; botánicos, médicos, agricultores, &c., no hay vegetal que no
conozcan y distingan, con sus propiedades terapéuticas y demás utilidades; ríense de los
químicos e innovadores, convenciendo su maestría con la mejor azúcar del mundo que
elaboraron sin mayor estudio o el tabaco que cultivan con mil penalidades y vigilias;
porque los Guajiros son de poco dormir; penetran el fondo y calidades de los terrenos a
simple vista; estudian en la naturaleza las costumbres y particularidades de todos los
animales; conocen prácticamente el país con las más minuciosas circunstancias de su
topografía, y casi todos son arquitectos rústicos, carpinteros, &c. Otros hay que se
emplean de harrieros, carreteros, malojeros, carboneros, &c. como en inferior categoría,

50
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

imagen del guajiro (Grabado 4) o de la guajira (Grabado 5), que en el


presente caso fue tomada por S. Hazard de la versión del zapateo de F.
Mialhe, como podrá observarse más adelante, hay que considerar múltiples
oficios como el peón de ganado (Grabado 6), el casero (Grabado 7) o
vendedor de pollos (Grabado 8), el gallero (Grabado 9), el malojero (Grabado
10), el arriero (Grabado 11) y el lechero (Grabado 12) con su carga (Grabado
13), entre otros, que fueron representativos del poblador rural y pudieran
reflejar --como veremos-- la presencia canaria en contexto cultural cubano.

De los referidos oficios relacionados con la vida en el campo, uno que se


caracterizó por su diario deambular por las ciudades fue el malojero, quien
como campesino cultivador de maíz se dedicaba a vender el principal
alimento entonces para el ganado equino.

Uno de tantos viajeros, el médico norteamericano John G. Wurdemann, lo


captó en plena faena cuando escribe: "el malojero contaba sus pequeños
atados de forraje verde, cada uno de los cuales contenían una docena de
tallos de maíz, con todas sus hojas y borlas, y que constituye la comida
diaria común del caballo".52 En su referida novela el cubano Cirilo
Villaverde lo describe tratando de entrar por una de las puertas de la
muralla que permitía el paso al actual casco histórico de La Habana Vieja y
señala su procedencia: "Después de entrado el carruaje [...] asomó, por la
parte opuesta al puente levadizo, un caballo tan cargado de forraje de maíz,
a que llaman vulgarmente maloja, que no se veía más que los pies y la
cabeza, la cual procuraba alzar cuanto podía, a causa sin duda del
demasiado peso. Sobre aquella montaña de hierba venía montando a la

con las faldas de la camisa por afuera de los calzones durmiendo a la intemperie unos,
atascados otros en los malos caminos, echando maldiciones, tiznados aquellos hasta los
ojos, todos saludables, todos alegres. Este es el Guajiro, el hombre peculiar de la Isla de
Cuba", pp. 296.297.

52 Wurdemann, John G Ob. cit., p. 92.

51
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

mujeriega, mejor dicho, recostado a la grupa el conductor o malojero, mozo


natural de Islas Canarias, vestido a la usanza de los campesinos cubanos".53

La relación cotidiana del malojero con su clientela llegó a convertirlo en todo


un símbolo de laboriosidad y acopio, que se tradujo en una conocida frase
popular: guarda pan pa' mayo y maloja pa' tu caballo.

La escena del malojero vista por F. Mialhe ocurre precisamente en la Plaza


del Cristo, que tiene como fondo a la Iglesia Parroquial de Santo Cristo del
Buen Viaje (Grabado 14), tal como puede constatarse con otra imagen de la
época, donde sus archivos parroquiales, según un estudio al respecto
(Gráfico 4) arrojan que el 33 % de los inmigrantes hispánicos desde su
fundación hasta fines del siglo XIX proceden de Islas Canarias.54

Tanto el grabado de la obra de S. Hazard, referido anteriormente y tomado


del de F. Mialhe (Grabado 15) permiten identificarlo por la indumentaria con
otras actividades del hombre de campo, ya sean los llamados sabaneros
(Grabado 16 y 16 a) o el guajiro vendedor de pollos (Grabado 17). Si al
primero se le asocia e identifica también con el rancheador, tal como lo
reproduce Fernando Ortiz en la primera edición de Los negros esclavos
(1916, p. 397) o en la reedición de 1987 (figura no. 53); el segundo concurría
diariamente a las ciudades, y es observado en plena Habana Vieja por una
viajera: "el vendedor de pollos, que viene del campo. Lleva un sombrero
semejante a una pequeña sombrilla; su camisa es de lino rayado y, con toda
probabilidad, cuelga por fuera de sus pantalones; está posado encima de una
gran montura y de un burro pequeño flanqueado por dos grandes canastos
de los que salen las cabezas de tres o cuatro docenas de pollos vivos".55

53 Villaverde, Cirilo. Cecilia Valdés. tomo I, La Habana, 1972, p. 306.

54 Véase Jesús Guanche, Renato Fernández y Gertrudis Campos. Contribución al estudio de


la inmigración hispánica en Cuba. Los libros bautismales de "blancos" o "españoles" del Archivo
Parroquial de Santo Cristo del Buen Viaje en La Habana Vieja, 1702-1898. CIDMUC, La
Habana, 1988.

55 Howe, Julia. "Un viaje a Cuba", en Viajeras..., p. 304.

52
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Otra importante actividad laboral que reflejan los grabados es la del lechero;
campesino poseedor de ganado bovino o simple peón de ordeño que acudía
diariamente a las ciudades a vender el preciado líquido.

El propio C. Villaverde, agudo observador de la procedencia de la gente que


poblaba La Habana de la primera mitad del siglo XIX, nos relata parte del
carácter extrovertido de este personaje: ... "levantose a abrir y se encontró
con el lechero, isleño de Canarias que en traje usual de los campesinos, con
una botija debajo del brazo y un jarrito de lata en la mano, la saludó en el
tono peculiar de su país:

 Pues abriera para mañana la casera. Veríficamente ésta es la tercera vez


que le traigo la leche.
 Yo estaba en misa --contestó la seña Josefa trayendo la cazuela para recibir
la poción láctea.
 Como que iba creyendo que se habían muerto toditos en esta casa.
 Acabo de entrar de la calle.
Después de mirar a la vieja con aire peculiar, añadió.
 Ándese con cuatro ojos la casera --continuó el lechero--; porque enseña el
refrán que el que tiene enemigos no duerme.
 Yo no tengo enemigos a Dios gracias.
- Parécele a la casera. Toditos tenemos enemigos ocultos en este mundo.
¿No tiene la casera una hijita bonita?
¿Hija? No, señor, nieta.
 Es lo mesmo. Pues en el palmito de esta nieta está el enemigo del reposo
de la casera. No hay mozo que no se perezca por los buenos palmitos. El
demongo me lleve si esta madrugada mesma no vide por aquí un lindo don
Diego. Ahora no me atrevo a decir si estaba juntito a la puerta o a la
ventana... Pero de que lo vide lo vide.
 El casero se engaña --observó la anciana desazonada y temblorosa--. No
estuve fuera sino por corto tiempo, y mi nieta no tiene mozo que le persiga
el lindo palmito como dice el casero.

53
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

 Dígole a la casera lo que le digo, ándese con cuatro ojos, y no se duerma


en las pajas, porque de que lo vide lo vide".56

De este y otros muchos diálogos se confirmó la frase popular que


sentenciaba: Al lechero no lo mataron por echarle agua a la leche, sino por
decirlo.

Esta tradición descrita en los años treinta del siglo pasado aparece
nuevamente durante la década del setenta observada por la viajera
norteamericana Louisa Mathilde Woodruff (1833-1909) cuando en su
estancia en el casco histórico habanero describe: "Si va hasta el extremo más
apartado del balcón y mira hacia la calle O'Reilly, verá un pequeño hato de
vacas en la entrada lateral, que mascan rumiendo mientras el vaquero
ordeña a una de ellas. La primera vez que vi esto, pregunté a mi anfitrión si
tenía vacas. 'No --contestó--, se trata tan sólo del lechero'. Miré con asombro
y me explicó que en Cuba, los vendedores de leche habitualmente llevan sus
vacas hasta las puertas de sus clientes y ordeñan la cantidad necesaria allí
mismo".57

Este y otros oficios de las áreas rurales se sintetizaron en la capacidad laboral


y reproductiva de los monteros. En este sentido, el presbítero A. Abbot
valoraba positivamente que: "Los monteros no solamente son numerosos
sino que su número aumenta mucho más aprisa que ningún otro núcleo de
población de la Isla. Este aumento, en parte58 débese a emigrantes que

56 Villaverde, C. Ob. cit., pp. 437-438.

57Woodruff, Louisa Mathilde. "La isla de las flores", en Viajeras..., pp. 304-305. También la
viajera Eliza Mc Hatton-Ripley hace referencia a este personaje en una calle de El Cerro.
"De bandera a bandera", en Ob. cit, p. 237.

58El matiz es muy válido, pues el mayor por ciento en la reproducción natural en Cuba,
sobre todo desde el siglo XIX, se debe a los nacidos en la isla y no a la inmigración. Véase
Jesús Guanche. El poblamiento de Cuba. Sección I del Atlas de los Instrumentos de la Música
Folclórico-Popular de Cuba. CIDMUC, La Habana, 1990.

54
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

vienen de las Canarias, puesto que el mayor número de los que llegan de
esas islas pertenecen a esa clase [...].

Pero su número aumenta por su propagación natural. Se casan muy jóvenes


--las muchachas por lo común entre los trece y los dieciocho, y los mozos
entre los diecisiete y los veintiuno. Un forastero preguntó a una linda
jovencita, de quien eran los seis niños que vio jugando a su alrededor, 'Míos',
replicó; y tenía sólo veinte y un años. Dos hermanos y dos hermanas
cercanos a donde estoy escribiendo tienen cuarenta y cinco hijos, y son lo
bastante jóvenes como para tener muchos más [...]. Me han dicho que el
número promedio de hijos en una familia es de ocho a catorce, como
aproximada mente pudo determinarse por un vistazo echado a una bien
conocida localidad".59 A mediados del propio siglo XIX, la procedencia de
los monteros es reafirmada por la viajera sueca Fredrika Bremer cuando al
pasar por Matanzas ciudad fundada y poblada por muchos Canarios60
el 1 de marzo de 1851 escribe:

La gente pobre del campo tiene en Cuba, al parecer, buen carácter y


naturaleza pacífica [...]. La gente de mi residencia rústica procede de
islas Canarias, donde ganarse la vida parece ser, para los pobres, más
difícil que en Cuba. Por eso también vienen de allá muchos campesinos
sin recursos.

A eso de las diez, mi anfitriona subió a una colina cercana a la casa y


sopló una caracola que produjo un sonido penetrante y largo, pero
hasta cierto punto melodioso, que se oía desde muy lejos. Era la señal
para que los hombres, que estaban en el valle, se reuniesen a almorzar.
Era un almuerzo para siete u ocho personas que se servía en el portal,
bajo el techo de guano de la casita donde estaba la cocina [...]. Los
hombres, viejos y jóvenes, con rostros oscuros y poco alegres, se

59 Abbot, A. Ob. cit., p. 239.

60Véase Francisco Castillo Meléndez. "Participación de Canarias en la fundación de


Matanzas", en VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984), Primera Parte, Tomo I, Las
Palmas, 1987, pp. 47-74.

55
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

reunieron para el almuerzo, compuesto de bacalao salado y de ñame,


pan de maíz, plátanos fritos [...], cerdo y un tipo de harina, de color
amarillo pálido, servida en un gran cuenco.61

La última descripción, además del pescado salado cuyo con sumo continúa
en Canarias, si no es harina de maíz seco y molido, es el tradicional gofio (de
trigo o de maíz) que también se consume en uno y otro lugares. Por otra
parte, aunque los aborígenes de Cuba conocieron y emplearon el caracol
como medio de comunicación,62 no es menos cierto que los canarios ya traían
esa costumbre de los primeros pobladores de las islas.63

Tanto la indumentaria como los hábitos laborales y alimentarios descritos


por viajeros y costumbristas permiten diferenciar por sus lugares de
procedencia otros oficios no comunes para los pobladores canarios antes de
la segunda mitad del siglo XIX. Las observaciones de C. Villaverde hacen
posible reconocer incluso aspectos físicos de otros inmigrantes hispánicos
que confirman por oposición las imágenes visuales de los canarios o de sus
descendientes: "Era un hombre bajo de cuerpo, rechoncho, trigueño, con la
cara redonda y pelo muy crespo, que así en su aspecto como en sus maneras
manifestaba resolución y agilidad. Aunque vestido de limpio, venía en
chaleco [semejante al panadero del referido grabado de F. Mialhe o a la
versión de S. Hazard (Grabado 18)] trasluciéndose a leguas que procedía de
Asturias, tipo no muy común del español entonces en La Habana".64 Más

61 Bremer, F. Ob.cit., p. 68.

62 Véase Ernesto E. Tabío y Estrella Rey. Prehistoria de Cuba, La Habana, 1985, pp. 177-178.

63Véase Pedro Hernández Hernández. "Mundo y vida del guanche", en Natura y cultura de
las Islas Canarias. Tenerife, 1986, p. 155.

64Villaverde, C. Ob.cit., p. 272. Recordemos, sin embargo, que sólo durante la segunda
mitad del siglo XIX el peso que adquiere la inmigración asturiana en Cuba es muy
superior a todo el período colonial en su conjunto. Véase Jesús Guanche. "Presencia
asturiana en tres archivos parroquiales de la ciudad de La Habana durante el siglo XIX y
sus relaciones matrimoniales", en revista El Basilisco, segunda época, no. 1, septiembre-
octubre, Oviedo, 1989, pp. 75-84.

56
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

adelante, el propio personaje, quien laboraba como mayordomo de una


familia cubana, dice haber nacido en Gijón.64F65 Esta obra costumbrista
distingue, asimismo, al bodeguero catalán,66 que en esta época dominaba el
negocio del comercio de víveres al por menor, como más tarde lo hicieron
los gallegos y otros inmigrantes hispánicos. La tradición oral hizo circular de
boca en boca unos versos que reflejaron sus contactos con los sectores más
humildes de la población citadina:

Al pasar junto a un barranco


Gritó un negrito bozal;
¡Ay mi Dió! ¡Quién fuera branco,
Manque sea catalán!

Esto lo observa más adelante otro de los referidos viajeros cuando afirma:
"los criollos rara vez se dedican al comercio. Los de paños pertenecen por lo
regular a asturianos, mientras que la venta de víveres y provisiones de boca
es monopolizada por los catalanes. Estos últimos componen una clase
industriosa, astuta y económica; y han recibido, a consecuencia quizá de
estas cualidades, el apelativo de judíos españoles [...]. Una gran parte del
comercio de la isla está en sus manos, así como también una grandísima
parte de su riqueza. En el interior de la isla parecen monopolizar cada rama
del comercio, desde el fardo del humilde buhonero hasta la tienda rural con
su mixto contenido; y en las ciudades portuarias más de una casa comercial,
cuyos buques cubren el mar, son de ellos".67 Villaverde, por su parte,
también distingue a éstos, del baratillero68 o del carpintero vizcaíno69 y
señala el activo papel que desempeñaron en la formación de la población de

65 Villaverde, C. Ob. cit., p. 273.

66 Ibídem, pp. 258-259.

67 Wurdemann, John G. Ob. cit., pp. 53-54.

68 Villaverde, C. Ob. cit., p. 383.

69 Villaverde, C. Excursión ..., p. 192.

57
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Guanajay en La Habana desde sus orígenes hasta el momento de su


presencia en este lugar.70

La distinción de determinados tipos físicos y ocupaciones en las zonas


urbanas también permiten constatar diferencias respecto de la población
rural. En este sentido, Fredrika Bremer observa que "entre la población
blanca de las ciudades se notan evidentemente dos tipos de fisonomía. Una
de ellas tiene rasgos finos, el rostro ovalado y la expresión orgullosa y
sombría que corresponde a los castellanos. La otra tiene el rostro redondo,
rasgos planos y anchos, expresión jovial pero plebeya; pertenece a los
catalanes. El primer tipo es delgado; el segundo, grueso. Los castellanos se
encuentran a menudo entre los funcionarios; los catalanes, entre los
comerciantes. Estos últimos están unidos en gremios y no tienen buenas
relaciones ni con los castellanos ni con los criollos".71 Estos últimos, que
descienden de una compleja amalgama multiétnica de principal estirpe
hispánico-africana poseen una cualidad sintética de sus antecedentes
fundamentales, que también resulta evidente para otra viajera casi dos
décadas antes de la Guerra de 1868-1878. "Los cubanos, considerados en
comparación con los españoles, forman un pueblo tan diferente como los
norteamericanos, comparados con los ingleses. El clima y los hábitos de vida
insular han producido, en parte, esta diferencia, pero ella también tiene una
causa moral; la diferencia de intereses hace diferentes a los pueblos".72

Autores contemporáneos como el historiador Julio Hernández García, quien


se ha referido al tema del canario en Cuba y su relación con la inmigración,

70 Ibídem, p. 96.

71Bremer, F. Ob. cit, p. 196. La referida observación se limita a dos de los trece tipos físicos
regionales reconocidos por los estudios antropológicos en España; es decir: "el gallego, el
asturiano, el montañés, el vasco, el aragonés, el catalán, el 'huertano' de Levante, el
andaluz, el manchego, el extremeño, el castellano viejo y el leonés, el mayorquín y el
canario, sin contar con otros grupos más localizados en valles y comarcas muy
específicas". Diccionario Enciclopédico Espasa-Calpe, t. V, Barcelona, 1985, p. 866.

72 Howe, Julia. Ob. cit, p. 246.

58
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

enfatiza en la procedencia de los mayorales, que trabajaban en las


plantaciones con las dotaciones de esclavos, tal como señalara Fernando
Ortiz en su referida crítica a Landaluze. "Si en el siglo XVIII el puesto de
mayoral era desempeñado por un mulato e incluso por un negro, en el siglo
XIX este individuo era blanco, casi siempre de Canarias"73 y aquellos
pasaron a ser contramayorales. Samuel Hazard, quien los calificara de "hom-
bres ordinarios, sin educación alguna"74 lo capta en dos versiones: una a
caballo y elegantemente ataviado (Grabado 19) cuando sirve de guía al
viajero y otra a pie (Grabado 20), en plena faena, con el látigo en la mano y el
machete empuñado. Quizá esta última sea la imagen más odiada y temida
por las dotaciones de esclavos. La figura coincide grosso modo con la
descripción del mayoral del ingenio La Tinaja: ... "llevaba don Liborio atado
a la cabeza un pañuelo de algodón, dos puntas de la lazada del cual le caían
por detrás, y encima se había encasquetado el sombrero de paja. Traía la
camisa suelta por fuera o faldeta, el puñal en la cinta y el machete en su
puesto, asegurado con una faja de lienzo blanco";75 o con el que realiza la
feminista y antiesclavista Julia Howe (1819-1910) en su recorrido por San
Antonio de los Baños (1859): "Al dejar la casa de azúcar, fuimos en busca del
mayoral, o supervisor, que parecía ocupar habitaciones confortables en una
casa larga y baja, protegida del sol por una espesa pantalla de esteras. Vimos
que era un hombre fuerte, robusto, de ademanes rudos y descorteses, con
una espada a la cintura y armado además de una pistola, de una daga y un
látigo grueso. Era un personaje demasiado importante para desperdiciar sus
palabras con nosotros".76 La caracterización de la principal procedencia
canaria del campesinado cubano no sólo ha sido confirmada mediante la
investigación histórica de los procesos migratorios, sino particularmente por
la vivencia de los contemporáneos que tuvieron relaciones personales con

73 Hernández García, Julio. Ob. cit., p. 28.

74 Hazard, Samuel. Ob. cit. p.

75 Villaverde, C. Cecilia ..., tomo II, p. 174.

76 Howe, Julia. Ob. cit, p. 228.

59
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

estas familias, visitaron sus casas y participaron de sus hábitos de


hospitalidad, tanto en las vegas de tabaco (Grabado 21), en estancias de
frutos menores o sitios de labor (Grabado 22), en haciendas de crianza, hatos
o corrales (Grabado 23) o en el contexto general de la vida en el campo
(Grabado 24).

Junto con las referencias y descripciones acerca de los oficios a que he hecho
mención, otra faceta no menos importante de la vida cotidiana del montero o
guajiro han sido las actividades recreativas. En ellas ocuparon un significa-
tivo lugar las peleas de gallos y las fiestas, que también fueron captados por
los grabadores de la época.

Las observaciones de los viajeros se detuvieron tanto en las características


arquitectónicas de la valla de gallos77 como en los detalles del adiestramiento
y el combate de los animales.78 Del mismo modo, se insiste reiteradamente
en la connotación negativa que implicaba este vicio. Uno de ellos apunta:
"Tan fuerte es en algunos el amor al cruel deporte, que he sabido de un
marqués que en una pelea apostó un peso con el calesero de su volanta y se
embolsó el dinero ganado a su propio esclavo".79

Ello también influía en determinados representantes del clero católico:


"Aunque dedicado a la iglesia y sus deberes, el viejo y festivo cura no era
contrario a los divertimentos que todas las clases se permitían. Era dueño de
los mejores gallos de riña de toda la vecindad. Como los domingos eran días
de fiesta, preparaba sus aves para la lidia y los depositaba, bien seguros en
los pliegues de un pañuelo de seda, en el atrio de la iglesia durante el
servicio matinal, ¡y era algo extraordinario la celeridad con que se despojaba

77 Abbot, A. Ob. cit., p. 145.

78 Ibídem, p. 146; Julia Howe, Ob. cit, p. 238 y J. G. Wurdemann. Ob. cit., pp. 108-114.

79 Ibídem, p. 224.

60
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

de sus vestiduras sacerdotales después de decir la misa y corría con la


muchedumbre a la valla!".80

La síntesis de este acontecimiento repetido en casi todas las ciudades y


pueblos del interior de la isla fue captada por F. Mialhe en su Albun
pintoresco de la Isla de Cuba (Grabado 25) y luego copiado en una versión de
menor tamaño por S. Hazard (Grabado 26). Con independencia de los diver-
sos sectores sociales representados en la valla de gallos, tanto por lo que
reflejan los vestuarios como por el puesto que ocupan en el recinto, no cabe
lugar a dudas --por lo menos en el grabado original-- que los galleros,
debido a toda la información de la época, son guajiros o monteros. Este
hecho llevó al propio S. Hazard a caricaturizar el "equipaje del cubano" con
una pequeña maleta, un sombrero de fibras vegetales y un gallo (Grabado
27), e identificarlo, obviamente, con el campesino. Algo semejante realiza
V.P. de Landaluze tanto con el gallero (Grabado 28) como con su
caracterización de los guajiros (Grabado 29).

El 1887 la revista La ilustración cubana publica entre sus grabados una nueva
versión del gallero (Grabado 30) y el camino de la valla (Grabado 31), de
Villasante, cuyos vestuarios y tipos físicos coinciden con los anteriores.

Una de las principales diversiones de las áreas rurales a lo largo del siglo
XIX, e incluso mucho antes, fue el zapateo, baile que como recoge la obra de
F. Mialhe (Grabado 32) era acompañado de un pequeño cordófono tiple o
timple, como aún se conoce en Canarias81 de brazo corto, seis cuerdas y

80 Mc Hatton-Ripley, Eliza. Ob. cit, p. 279.

81 Véase Pedro Hernández Hernández. Ob. cit, pp. 386-387. En la referida obra, el
musicólogo Lothar Siemens reconoce la presencia en el panorama de instrumentos
musicales de la Península Ibérica, de numerosas guitarrillas equivalentes al timple
canario. Sin embargo, señala su existencia en América sólo en países como Venezuela,
Puerto Rico, Colombia; sin referirse a Cuba, donde la emigración canaria fue globalmente
mayor y, en cambio, refiere la denominación de tiple, sin m. De modo que según su
documentación sobre fiestas populares acompañadas por el instrumento, la m es una
adición canaria relativamente reciente. En este sentido, los grabados son una viva prueba
de su existencia histórica.

61
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

clavijas empotradas en la parte posterior del clavijero y acompañado, en el


presente ejemplo, de ritmos palmados.

Por otra parte, tanto en la versión anónima del Baile del zapateo que publica
a mediados del siglo pasado la Litografía del Gobierno (Grabado 33) como
en la copia que realiza S. Hazard (Grabado 33 a) se observa una pequeña
agrupación musical compuesta por varios cordófonos, instrumento que se
distingue asimismo en el óleo de V.P. de Landaluze, reproducido
fotográficamente por Cohner y publicado por La ilustración cubana
(Grabado 34) y en el primero de los grabados aparece un idiófono semejante
al guayo o güiro.82

Ambas escenas se desarrollan en posibles interiores de viviendas, pero dada


su gran proporción respecto de las personas que participan en la fiesta, éstas
pudieran ser casas de tabaco o secaderos de las hojas que los vegueros,
primero canarios y luego cubanos, han cosechado en Cuba, aunque la copia
de Hazard incluye tres ventanas fuera de proporción respecto de la
arquitectura vernácula de las áreas rurales. La escena de Landaluze recuerda
más los componentes arquitectónicos de un ingenio, bien el almacén de
azúcar u otra construcción de grandes proporciones.

En relación con el zapateo, una descripción de la Condesa de Merlin en 1842


se adelanta en el tiempo a la conocida instantánea de F. Mialhe:

El baile de los guajiros es sencillo y ardiente como su vida. Dos


personas, hombre y mujer, principian este baile, que consiste en un
paso sencillo marcado enérgicamente de tiempo en tiempo por patadas
en el suelo que llevan al compás de la música, que es también muy
sencilla, y que carece del acorde mayor y del acorde relativo. ¡Pero
cuánta pasión en los ojos y en las actitudes del guajiro! ¡cuán agradable

82Véase Ana Casanova Oliva. Problemática organológica cubana, La Habana, 1988; quien lo
define como idiófono de golpe indirecto (Guayo, güiro o ralladera) y lo describe como un
"Idiófono de raspadera en forma de recipiente. La parte delantera del vaso está surcada
por ranuras paralelas, o por orificios (en el caso de los construidos de hojalata), que
levantan alternativamente la baqueta con que se raspa el instrumento”, p. 67.

62
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

sencillez en la postura de la guajira! Sus manos sostienen ligeramente


por ambos lados los pliegues de su vestido echándolo hacia adelante a
la manera de flores tímidas que cierran sus pétalos al calor del sol. El
guajiro con los brazos atrás, con la muñeca izquierda agarrada con los
dedos de la mano derecha, con los ojos vivos y la actitud fiera, se
adelanta hacia la mujer, que se va retirando al mismo tiempo, hasta que
al fin la alcanza; entonces finge retirarse, y es perseguido a su vez por
su compañera, hasta que al fin se juntan, y el baile toma un carácter
delirante que dura hasta su conclusión. Los bailarines no se detienen
nunca hasta que los espectadores observan su cansancio, y son
reemplazados por otros; pero los primeros no dejan de bailar sino uno
después de otro a compás y sin que la música cese. Por lo general el
hombre es reemplazado muchas veces antes que la mujer.83

Años más tarde, la estadounidense Eliza Mchatton-Ripley (1832-1912)


residente durante un decenio en Cuba como dueña del ingenio Desengaño,
relata las características del referido baile durante una visita al poblado de
Cabezas, provincia de Matanzas:

Todas las danzas peculiares de Cuba son lentas y fluidas, la


quintaesencia de la naturalidad y la gracia voluptuosas. La música se
toca pianísimo, bien acentuada, y la animada muchedumbre lleva un
exquisito compás y es incansable. Los violines se reemplazaron por una
bandurria guitarra pequeña de construcción nativa, y el baile
concluyó con un pas-de-deux: una pareja de listado y terciopelo de
algodón bailó una danza típica cubana, el zapateado, una cadencia llena
de gracia, muy elegante y simétrica, que ilustraba perfectamente la
embrujadora poesía del movimiento.84

El acontecimiento musical, como acción comunicativa, no sólo ha formado


parte del llamado "tiempo libre" sino que, como en nuestros días, acompaña
de manera común tanto el tiempo laboral como el socialmente necesario para
un conjunto de tareas individuales, familiares y/o grupales.

83 Merlin, Condesa de. Ob. cit, pp. 123-124.

84 Mc Hatton-Ripley, Eliza. Ob. cit, p. 281.

63
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

En el período objeto de estudio, también los viajeros hacen referencias a este


hecho, aunque no siempre el código de comunicación, por razones de tipo
culturales, haya sido favorablemente interpretado ni positivamente
evaluado. En este sentido J. G. Wurdemann señala:

El montero es también un improvisador fácil, y sorprende al viajero a


veces con una descripción de los méritos de su caballo o esposa, las
condiciones de su casa o lo malo del camino, repentinamente brotada
de la garganta del arriero o carretero, la cual aunque quiere ser muy
expresiva por la altura del tono, es voceada contra todas las reglas de la
melodía. Hay, en verdad, algo muy doloroso en ella cuando golpea el
oído; y cuando estalla en la quietud de una noche de luna clara, a
menudo elegida por el arriero para sus viajes, suena como un alarido
salvaje.85

En este sentido, la imagen bucólica del guajiro recostado a un árbol tocando


el tiple al lado de su caballo, con la vivienda y su construcción auxiliar al
fondo (Grabado 35) que publica A. Moreau tras el referido viaje a vuelta
abajo, si bien tiende a idealizar el trasfondo social de una clase explotada y
portadora de una rica tradición laboral y de lucha por sus derechos más
elementales, sí responde a la recreación de observaciones in situ descritas
por su acompañante, quien en múltiples ocasiones se refiere a la vida del
guajiro y sus costumbres cuando éste "canta las sentidas décimas"86 a su
amada, o valora, además del "Zapateo y el ¡Ay!"87 la significación del

85 Wurdemann, J. G. Ob. cit, p. 195.

86 Villaverde, C. Excursión..., p. 67.

87 Ibídem, p. 70. En este sentido, Esteban Pichardo describe el Ay de la manera siguiente:


"Canto vulgar mui común y favorito de los campesinos, cuyas letrillas (décimas regu-
larmente) principian las más de las vezes con esta interjección, y en que compiten los
trovadores entusiasmados y a gritos, acompañados del Tiple, guitarra o arpa. Dícenle otros
el Llanto. No deja de ser sentimental, en el modo mayor y compás de 3/8. Llámase Punto
de harpa una variación del mismo con poca diferencia: el Zapateo es la parte del baile, que
se acomoda a los sones esplicados y a otro particular idéntico, distinguiéndose el punteado,
escobillado &s... el cual, aunque rústico, está mui generalizado: nada de figuras, si se

64
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

mobiliario y el modo de construir la vivienda de los campesinos para


conocer realmente sus costumbres y cuyo estudio particular hemos realizado
en otras ocasiones.88

Dicha forma poética, que dura hasta nuestros días y que tiene en Islas
Canarias y en Cuba múltiples cultivadores, fue empleada hábilmente por el
campesino a modo de galanteo amoroso. Una de las viajeras que describe el
zapateo apunta seguidamente: "Para hacer una declaración de amor el
guajiro lía una sortija en algunas décimas, y hace de manera que su querida
se la encuentre bajo la almohada. Si la joven aparece por la mañana con la
sortija en el dedo, el amante se cree correspondido, y desde entonces se
ocupa exclusivamente de ella y pasa muchas noches cantando bajo su
ventana hasta que ella baja a abrirle la puerta. Es necesario, sin embargo,
advertir que a veces se lleva cantando noches y noches sin conseguir ni este
pequeño favor".89 La imagen gráfica del isleño también se diversifica en
determinadas actividades de las ciudades durante el siglo XIX.

Por su vinculación histórica con el cultivo del tabaco, cuando España decreta
el desestanco de este comercio en 1817 se piden desde Cuba más agricultores
canarios para dedicar los a esa labor. Sin embargo, la práctica indicó que de
los 54 504 labradores blancos en la Isla hacia 1846 había una alta proporción
de isleños, pero éstos también formaron parte de los 5 953 tabaqueros y

exeptúa alguna vuelta de cuerpo para presentarse inmediatamente a su pareja de frente a


continuar el ejercicio incansable de los pies, cuyo sonsonete, por más variaciones que
ejecuten, no han de perder jamás el compás, hasta que aparece un nuevo Zapateador a
relevarle, bastando un saludo o inclinación de cabeza para ser obligado a retirarse.
Cuando en este baile se imita al Guajiro con sombrero de guano, machete al cinto y gesto
amenazante y azorado por los silbos de los espectadores; entonces se titula Atajaprimo",
Ob. cit, p. 68.

88 Véanse Dennys Moreno. "La vivienda del campesino cubano", en revista Etnología y
folklore, no. 6, julio- diciembre, La Habana, 1968, pp. 27-75; Jesús Guanche. "Vivienda
campesina tradicional e identidad cultural", en revista Temas. Estudios de la cultura, no 5,
La Habana, 1985, pp. 87-105; y sus respectivas bibliografías.

89 Merlin, Condesa de. Ob. cit, p. 125.

65
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

cigarreros blancos de las ciudades, quienes tuvieron una importante


participación en el desarrollo del movimiento obrero en Cuba.90 Tanto la
imagen del tabaquero (Grabado 36) como la del torcedor de tabacos
(Grabado 37) es recogida por costumbristas, viajeros y grabadores de la
época.

En La Habana y otros lugares fue común la presencia de baratilleros,


billeteros, médicos y curanderos procedentes de Islas Canarias.

El baratillero (Grabado 38) o buhonero fue un vendedor ambulante muy


característico del siglo pasado y principios del presente, cuya procedencia ha
sido referida por varios autores. Francisco Calcagno (1827-1903) lo menciona
en su obra Romualdo;91 luego es estudiado por Miguel Barnet (1940-) como
parte de su revitalización del costumbrismo literario92 y recientemente por
el historiador Julio Hernández García.93 En este sentido, La ilustración cubana
publica en 1887 la foto de uno de esos baratilleros en plena actividad.

Por otra parte, el billetero (Grabado 39) o vendedor de lotería, del mismo
modo que el baratillero, fueron importantes cultivadores del pregón como
forma popular de venta ambulatoria. Su procedencia es confirmada por
unos versos populares que publica La Discusión:94

90Véase Julio Hernández García. La emigración de Islas Canarias en el siglo XIX, Las Palmas,
1981, p. 422.

91 Calcagno, F. Romualdo, La Habana, 1891.

Véase Miguel Barnet. "El baratillero ambulante", en Revista de la Biblioteca Nacional José
92

Martí, no. 1-4, vol. V, La Habana, 1964, pp. 29-31.

93 Hernández, Julio. Ob. cit, pp. 435-438.

94 Ibídem, p. 438.

66
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Es por demás evidente Para ser pues billetero


que desde un tiempo pasado precisaban condiciones
se había en Cuba sentado buen pecho, recios pulmones
y admitido un precedente y una garganta de acero
que por razones muy varias cualidades no ordinarias
aún mantiene aquí sus fueros cual saben los que leen
que fuesen los billeteros y que de sobra poseen
nativos de Islas Canarias los hijos de Islas Canarias

Desde el punto de vista plástico, tanto Samuel Hazard como V. P. de


Landaluze dan sus respectivas versiones del billetero. Si la imagen del
primero es la de Ramón, un enano con sombrero y barba, la figura del
segundo en plena venta refleja mejor la acción diaria de esta ocupación,
que se caracterizaba por su constante deambular, desde los barracones de
esclavos hasta el palacio de gobierno, desde el centro de la ciudad hasta sus
zonas periféricas.

La presencia del médico canario en Cuba (Grabado 40) es referida


precisamente por uno de ellos, el Dr. Miguel B. Espinosa en su viaje de paso
por la capital en 1880. Primeramente conoce a "los señores Don José Pérez
Galván y Don Nemesio Pérez, presidentes que han sido sucesivamente de la
Asociación benéfica de protección canaria;95 á los señores Don Antonio
González y Don Fernando Hernández, reputados industriales, y á los
señores Don Emilio Serís, Teniente de Navío y Comandante interino del
Arsenal, y Don Domingo Cubas y Fernández,96 catedrático isleño que reside
hace años en la Habana".97

95 Se refiere a la Asociación Canaria de Beneficencia y Protección Agrícola, en La Habana.

Este médico es quien revitaliza en 1906 la Asociación Canaria de La Habana. Véase Jesús
96

Guanche. Aspectos socioculturales de la inmigración canaria en Cuba durante el siglo XX. La


Asociación Canaria de La Habana (1906-1958), La Habana, 1989, p. 5.

97 Espinosa, Miguel B. "Recuerdos de un viaje de Cuba", en Dos diarios ..., p. 56.

67
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

El interés por la situación y actualidad de su profesión le posibilitan el


contacto con otros colegas. Más adelante escribe: "Dedique otro día,
acompañado del Doctor Cubas, á visitar la Escuela de Medicina y sus
clínicas, en donde tuve el gusto de conocer al Doctor Valencia, médico
también canario, natural de Tenerife, de bastante ilustración, y profesor,
como Cubas, de la Facultad de Medicina de La Habana".98 En el Hospital
Militar de La Habana, con motivo de una conferencia sobre la fiebre amarilla
se encuentra con otros médicos y en ese contexto narra: "conocí también
aquel día con motivo de la antedicha reunión, al Doctor Gordillo, natural de
Gran Canaria, reputado médico que con Cubas, Valencia, Fleitas y Torres
Matos, todos hijos de esta provincia, forman, sin contar a otros que no
conozco un núcleo isleño de inteligencia y de fortuna que hace honor en la
ciudad de la Habana á las islas Afortunadas".99 El grabado de V. P. de
Landaluze que representa a un médico por el campo acompañado de dos
guajiros y la posibilidad que también éste fuera canario, no es una situación
remota, sino probable, ya que las primeras asociaciones canarias de La
Habana (1872) y Matanzas (1878) anteceden a la aparición de esta obra
gráfica (1881) e incluían los servicios médicos a domicilio; aunque aquello no
era óbice para la práctica y difusión de la medicina popular.

Unas de los principales portadores de las prácticas empíricas fueron las


curanderas (Grabados 41 y 42) o los curanderos, quienes por el conocimiento
de las propiedades benéficas de la flora y la fauna eran muy solicitados,
especialmente por las personas de escasos recursos económicos.

Aunque sobre este aspecto no he encontrado aún referencias escritas de


viajeros, la información que aportan los costumbristas tampoco ayuda a
determinar la posible procedencia de éstos. Sin embargo, tanto la práctica
cotidiana de los curanderos en Cuba, como algunas investigaciones canarias

98 Ibídem, p. 59.

99 Ibídem, p. 59.

68
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

sobre el tema, contribuyen a establecer coincidencias en los procedimientos


de curación y en los "santiguados" que se realizan.

Los estudios sobre la medicina popular canaria señalan que junto con el
papel desempeñado por la tradición familiar, la emigración y retorno de
Cuba no sólo representó una fuente para el curanderismo local;100 sino un
proceso de intercambio sociocultural permanente.

En el ámbito de los remedios medicinales canarios, coinciden las plantas que


son empleadas para la curación de afecciones como: albúmina, almorranas,
bronquitis, cefalea, diarrea, espasmo estomacal, fiebre, gastritis, gripe, hemo-
rragia, obesidad, parásitos y muchas otras.101 Del mismo modo, la diversidad
temática de los "santiguados" canarios guardan relación con el catolicismo
popular, cuya constante referencia a la santísima trinidad o a uno de sus
componentes (el padre, el hijo y/o el espíritu santo), así como la señal de la
cruz y el orden de la presignación están encaminados a eliminar como en
Cuba malestares de: empacho, mal aire, mal de ojo, inflamación de
ganglios (seca en las ingles o golondrinos en las axilas), conocidos en
Canarias por ingua; culebrilla, erisipela e insolación, entre otras.102 Los
grabados que aparecen en Cuba sobre la curandera en las referidas obras del
costumbrismo representan personas de tez blanca, pero el biotipo femenino
de Los cubanos pintados por sí mismos es más semejante a las fotos
seleccionadas por Manuel J. Lorenzo Perera y Manuel A. Fariña González,103
que el grabado realizado por V.P. de Landaluze en Tipos y costumbres de la
Isla de Cuba, ya que esta actividad abarcó muchos sectores sociales de la
población de Cuba, no sólo como reflejo del carácter precario de los servicios

100 Véase Manuel J. Lorenzo Perera y Manuel A. Fariña González. Medicina popular canaria.
I. La figura del curandero. Santa Cruz de Tenerife, 1985, pp. 28-33.

101Véase José Luís Concepción. Costumbres, tradiciones y remedios medicinales canarios,


Tenerife, 1986, pp. 55-77.

102 Ibídem, pp. 81-87.

103 Ob. cit, pp. 15 y 26.

69
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

médicos, sino como necesidad de preservar la vida a partir de los productos


naturales.

Conclusiones

El presente estudio etnohistórico sobre la imagen gráfica del isleño en Cuba


durante el siglo XIX permite sintetizar los siguientes resultados:

1. El proceso de asentamientos y residencia permanente o transitoria de


canarios fue reflejado por la literatura y la plástica del período colonial
en un conjunto de aspectos socioculturales que coinciden en el tiempo y
el espacio; es decir, entre 1801-1898 y en el área centro-occidental de
Cuba.

2. La presencia canaria en las zonas rurales permite correlacionar las


observaciones in situ de viajeros y costumbristas con la obra de los
principales grabadores del siglo XIX y determinar la indudable y
fundamental procedencia isleña de los campesinos en sus múltiples
ocupaciones y oficios.

3. La actividad de los canarios en las áreas urbanas hace posible ubicarlos


también en diversas ocupaciones que oscilan, desde las más modestas
como baratilleros, billeteros y curanderos, hasta las más remuneradas
como catedráticos de medicina.

4. La gráfica decimonónica en Cuba representa un significativo reflejo de


la actividad cotidiana del isleño y sus descendientes en el proceso
histórico de la formación y consolidación de la nación cubana.

70
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Grabados

1. El Pico de Tarquino. Costa del Sur. Federico Mialhe. Álbum pintoresco de la


isla de Cuba.
2. Portada de Los cubanos pintados por sí mismos.
2a. Introducción de Los cubanos pintados por sí mismos.
3. Introducción de Tipos y costumbres de la Isla de Cuba.
4. Guajiro. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
5. Guajira. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
6. El peón de ganado. Los cubanos pintados por sí mismos.
7. El casero. Federico Mialhe. Album pintoresco de la isla de Cuba.
8. El guajiro vendedor. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
9. El gallero. Los cubanos pintados por sí mismos.
10. El malojero y el guajiro. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
11. El arriero. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
12. El lechero. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
13. Conduciendo la leche. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
14. Iglesia del Santo Cristo. Habana.Federico Mialhe. Isla de Cuba Pintoresca.
15. El panadero y el malojero. Federico Mialhe. Album pintoresco de la isla de
Cuba.
16. Sabaneros. Atando un ternero para atraer a la madre y cogerla. Federico
Mialhe. Album pintoresco de la isla de Cuba.
16 a. Sabanero. Víctor P. de Landaluze.
17. El vendedor de pollos. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
18. El panadero. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
19. El mayoral. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
20. El mayoral. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
21. Vista de una vega de tabaco. Col. de la Biblioteca Nacional José Martí.
22. Una estancia. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
23. Hacienda de crianza. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
24. Vista campestre. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
25. Valla de gallos. Federico Mialhe. Album pintoresco de la isla de Cuba.
26. Valla de gallos. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
27. Equipaje del cubano Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.

71
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

28. El gallero. V.P. de Landaluze. Tipos y costumbres de la Isla de Cuba.


29. Guajiros. V.P. de Landaluze. Tipos y costumbres de la Isla de Cuba.
30. El gallero. La ilustración cubana, 1887.
31. Camino de la valla. La ilustración cubana, 1887.
32. El zapateado. Federico Mialhe. Album pintoresco de la isla de Cuba.
33. Guateque-baile del zapateo. Lit. del Gobierno.
33 a. El zapateo. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
34. El zapateo. Foto de Cohner sobre óleo de Landaluze. La ilustración
cubana, 1887.
35. Un guajiro. A. Moreau. Litografía de la Sociedad Pa triótica.
36. El tabaquero. Los cubanos pintados por sí mismos.
37. El torcedor. Samuel Hazard. Cuba a pluma y lápiz.
38. El baratillero. La ilustración cubana, 1887.
39. El billetero. V.P. de Landaluze. Tipos y costumbres de la Isla de Cuba.
40. El médico de campo. V.P. de Landaluze. Tipos y costumbres de la Isla de
Cuba.
41. Curandera. Los cubanos pintados por sí mismos.
42. Curandera. V.P. de Landaluze. Tipos y costumbres de la Isla de Cuba.

72
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

3.
PRESENCIA CANARIA EN LA MITOLOGIA CUBANA:
LAS BRUJAS Y EL TRASVASE HUMANO 104 103F

Introducción

El pensamiento mítico ha sido una de las múltiples formas de manifestarse


la presencia canaria en la cultura popular cubana de arraigada tradición
oral. Del conjunto de seres míticos105 que aparecen de manera permanente,
bien como vivencias o como referencias en los pobladores de las áreas
rurales del país, las brujas se asocian casi siempre con las corrientes
inmigratorias procedentes de Islas Canarias, cuyo asentamiento mayoritario
se efectúa precisamente hacia estas áreas.

El presente trabajo se propone caracterizar los mitos sobre brujas


transmitidos en distintos puntos de la Isla, que tienen relación directa o
referencial con el asentamiento de inmigrantes canarios en Cuba; como vía
de contribuir a la común historia canario-americana a través de la cultura de
tradición oral. Pero al mismo tiempo, pretendo comparar las peculiaridades
del mito sobre brujas en el contexto cubano con las regularidades propias de
éste tanto en Europa, como principal vertiente de influencia cultural en ese
ámbito, como en Islas Canarias, debido a las constantes referencias de los
informantes en sus relatos.

Publicado por vez primera en 1992, en Folklore Americano, Instituto Panamericano de


104

Geografía e Historia, no. 54, México, julio-diciembre, pp. 87-110.

Guanche, Jesús. "Etnicidad cubana y seres míticos populares", en Oralidad, no. 4,


105

ORCALC-UNESCO, La Habana, 1992, pp. 58-66.

73
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Sin embargo, es significativo que otros autores cubanos hayan centrado sus
trabajos en la discusión sobre la práctica de la brujería en Cuba sólo a través
del prisma de los influjos del Africa Subsaharana.106

Por otra parte, aunque Lydia Cabrera trabajó con muchos informantes
negros y mulatos mayoritariamente practicantes de las religiones populares
cubanas de fuerte antecedente afroide,107 con diversos elementos sincréticos
del catolicismo popular y de otras prácticas mágico-religiosas, sí refiere a
través de ellos, la presencia de brujas procedentes de Islas Canarias. Junto
con dos mitos que incluyo en el Anexo, también hace referencia al empleo de
la escoba como instrumento para volar: "Seco, viejo y negro el palmiche, las
ramas se desprenden y caen, y el brujo dispone de una escoba igualmente
dotada de grandes virtudes. Trabajada con ajo será, en Cuba, la escoba en
que las brujas isleñas cabalgan por los aires".108

En mayo de 1970 la musicóloga María Teresa Linares participó en una


expedición interdisciplinaria por el Instituto de Etnología y Folklore de la
Academia de Ciencias de Cuba en el Valle de Yumurí, provincia de
Matanzas que como bien se conoce fue fundada e inicialmente gobernada
por canarios109 y recoge varios "cuentos de brujas", tres de los cuales
hacen referencia directa a la presencia canaria en esta zona.110 Hace ya más

106Véase una amplia bibliografía al respecto en Fernández Robaina, Tomás [compilación].


Bibliografía de temas afrocubanos. La Habana, 1985, 558 p.

107Me refiero a la santería, el palomonte, la regla arará, las asociaciones abakuá y sus
interrelaciones.

108 Cabrera, Lydia. El Monte, p. 338.

Véanse Francisco Castillo Meléndez. "Participación de Canarias en la fundación de


109

Matanzas", en VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984), Las Palmas, 1987; y Jesús


Guanche Pérez. Tinerfeños en la inmigración Canarias-Cuba; su contribución al periodismo. La
Habana, 1991 (inédito).

110Linares, María Teresa. Informe preliminar del estudio del folklore del Valle de Yumurí, mayo
de 1970 (mecanuscrito inédito. Cortesía de la autora), s/p.

74
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

de dos décadas el profesor Germán de Granda advierte en un breve artículo


acerca de la importancia de considerar la brujería isleña como componente
de las relaciones sociales establecidas entre los sectores más humildes de la
población cubana, particularmente entre éstos y la población africana y sus
descendientes cubanos negros y mulatos;110F111 lo que se evidencia en uno
de los matrimonios mixtos entre canario y africana que recoge uno de los
mitos compilados por Lydia Cabrera.

En sus múltiples andanzas por las provincias centrales de Cuba, Samuel


Feijóo aporta una enjundiosa compilación de mitos que, junto con varios
colaboradores, ya venía publicando desde hace más de dos décadas en la
revista Signos.112 Ello le permite hablar de una Mitología cubana113 con una
amplia variedad de seres míticos imbricados a plenitud en el contexto de la
cultura nacional y muy por encima de las procedencias etnoculturales que
les dieron origen. Sin embargo, en el caso de los mitos sobre brujas hay
nueve que hacen referencias a sus vínculos con las Islas Canarias.

En este sentido, también hay elementos de prácticas mágico-propiciatorias


que se transmiten como parte de la cultura de tradición oral o que se copian
en las libretas de las religiones populares cubanas y que han sido asociadas
con posibles influjos africanos en la brujería o como trabajos de santería,
cuando ya eran conocidas y empleadas en Canarias durante el primer cuarto
del siglo XVI.

111Véase Germán de Granda. "Un caso más de influencia canaria en Hispanoamérica


(Brujería "isleña" en Cuba)"; en Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, tomo XXIX,
Madrid, 1973, pp. 155-162.

112Fundada en 1969 por el propio Samuel Feijóo, que la anuncia jocosamente como
Órgano del Departamento de Investigaciones de la Expresión de los Pueblos, en la
entonces Provincia de Las Villas, actual Villa Clara.

113 La Habana, 1985.

75
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

A manera de ejemplo, la Selección de Lecturas sobre Estudios Afro-cubanos


reproduce tanto en la Libreta de Santería de Jesús Torregosa114 como en el
Manual de Santería de Pedro Arango115 una fórmula o trabajo mágico para
amarrar un hombre a una mujer, cuyo texto dice: "Hierva la niña, uñas de
los pies y de las manos, piedra de imán, 3 manís, pelos de distintas partes,
amor seco,116 amansaguapo,117 se tuestan y después se dan a tomar a la
persona, en café o chocolate".

Sin embargo, parte de los Hechizos amatorios que aparecen en las denuncias
ante en tribunal de la Santa Inquisición en Las Palmas de Gran Canaria en
1524, emplean elementos propios de la magia contaminante como
mecanismo de atracción del hombre por la mujer. Uno de ellos son
precisamente los pelos del cuerpo y las uñas, que también aparecen en la
cita anterior. A la mujer que ha reñido con el marido le aconsejan "que se
tirase las cejas de la cara y los pelos del coño118 y del sobaco y que se
limpiase todos los lugares do había habido pelos, y tal cual paño lo lavase en
un poco de agua y que los pelos hiciese polvos y los echase en el agua que
había lavado el paño y le hiciese a su marido un bollo y lo diese de
comer".119 De idéntica manera, también se "toman pelos de los hombres, de

114Véase Estudios Afrocubanos. Selección de Lecturas (Compilación de Lázara Menéndez),


tomo 3, La Habana, 1990, pp. 212-213.

115Véase Estudios Afrocubanos. Selección de Lecturas (Compilación de Lázara Menéndez),


tomo 4, La Habana, 1990, pp. 266.

116Entre las muchas especies cuyo fruto se adhiere a la ropa del transeúnte sin pinchar
están el Desmodium cowelii Britton y el Desmodium barbatum (L).

117Entre las especies con este nombre, se conoce en La Habana al Hippocratea integrifolia,
A. Rich.

118 Se refiere al monte pubiano.

119Véase Francisco Fajardo Spínola. "Las Palmas en 1524: Hechicería y sexualidad", en


Anuario de Estudios Atlánticos. no. 31, Madrid-Las Palmas, 1985, p. 217. Otra obra más
reciente y abarcadora del propio autor es Hechicería y brujería en Canarias en la Edad
Moderna, Las Palmas, 1992.

76
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

diferentes partes del cuerpo; cortaduras de las uñas y hasta tierra de la


huella que en el suelo dejase, o de la sombra que proyectase",120 como medio
de conservar u obtener pareja.

En este contexto, las brujas y sus acciones se proyectan como parte del
pensamiento mítico en la cultura de tradición oral cubana.

Versiones cubanas de las brujas

De acuerdo con las diferentes versiones y variantes del mito sobre las brujas
en Cuba; éstas presentan las características comunes siguientes: son
descritas como mujeres viejas o "ya entrada en años, [de figura] algo
encorvada, ojos pequeños y vivos, nariz corva en [dirección hacia] la
barbilla, la boca sin dientes, arrugada y terrosa la piel".121

Esta descripción se conserva como estereotipo físico de la bruja desde la


propia Edad Media; pues uno de los pocos libros escritos durante el siglo
XVI sobre este tema [Descubrimiento de la brujería, de Reginald Scot] ya señala
que: "Las brujas son, por lo general, viejas, lisiadas, legañosas, pálidas,
desgreñadas y llenas de arrugas; pobres, hoscas, supersticiosas... Son
enconvadas y deformes, y sus rostros reflejan melancolía para horror de
todos los que las ven. Chochean, gruñen y son rabiosamente malévolas".122

Este esquema se ha transmitido intergeneracionalmente a través del mito,


sin tomar en consideración la gran cantidad de personas jóvenes de ambos

120 Ibídem, pp. 218-219.

121Véase en el anexo el mito 7 sobre "La vieja de Las Calabazas"; aunque en otros de los
mitos sobre brujas no referidos a Canarias aparecen como "viejas narigudas cabalgando
en una escoba"; en Martínez, Florentino. Ayer de Santa Clara, citado por Samuel Feijóo,
Mitología Cubana, La Habana, 1985, p. 300.

122 Véase Frank Donovan. Historia de la brujería. Madrid, 1985, pp. 96-97.

77
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

sexos, pero con obvio predominio femenino,123 a quienes mediante


macabras torturas se les arrancaba la confesión de participar en actividades
de este tipo durante los siglos XV al XVII, antes de ser exterminados en la
hoguera.124

En los mitos que aparecen en Cuba la actividad como bruja se asocia con la
noche,125 la luna126 y con determinados animales nocturnos como la
lechuza127 y el murciélago;128 y con insectos, como una especie de gran

123 El amplio grado de participación femenina en la brujería ha sido ampliamente


estudiado y se relaciona directamente con la tradición eclesiástica que imputaba a la
mujer el "pecado original" (Véase Iosif Grigulevich. "La prolongada caza de brujas", en
Historia de la Inquisición, Moscú, 1980, p. 173.) Pero al mismo tiempo representa una
alternativa de libertad religiosa y de autorrealización femenina ante los múltiples tabúes
discriminatorios conservados y propagados por el cristianismo.

124Durante este período se estima que unas 500 000 personas fueron declaradas culpables
de brujería y murieron quemadas en Europa, principalmente en Inglaterra, Alemania y
Francia. "Sus crímenes: un pacto con el diablo; viajes por el aire hasta largas distancias
montadas en escobas; reunión ilegal en aquelarres, adoración al diablo; besar al diablo
bajo la cola; copulación con íncubos, diablos masculinos dotados de penes fríos como el
hielo; copulación con súcubos, diablos femeninos". (Harris, Marvin. "Escobas y aquela-
rres", en Vacas, cerdos, guerras y brujas. Los enigmas de la cultura. Madrid, 1990, p. 181.)
Conjuntamente, "si se tienen en cuenta los parientes y amigos de las víctimas, privadas de
sus bienes y posición a raíz de los procesos seguidos a éstas, el número de castigados
debe calcularse por millones" (Grigulevich, I. Ob. cit., p. 183).

125 La noche, como situación temporal opuesta al día, se asocia simbólicamente al


principio pasivo; a lo femenino y a lo inconsciente; pero también se vincula con la fertili-
dad, lo negro (por analogía con la oscuridad) y con la muerte. Véanse Cirlot, Juan-
Eduardo. Diccionario de símbolos, Barcelona, 1985, p. 326 y Murga, Purificación (Versión y
adaptación). Diccionarios Rioduero, Símbolos, Madrid, 1983, p. 162. De manera particular, la
actividad de las brujas se inicia desde la medianoche.

126 Por su forma cambiante, la luna también es objeto de múltiples interpretaciones


simbólicas; entre ellas se asocia con los ritmos vitales terrestres, la fecundidad femenina y
la capacidad receptiva en el contexto nocturno. Cirlot, Ob. cit., pp. 283-285 y Murga, Ob.
cit., 141-142. En este sentido, las fiestas de las brujas o sabbat se celebran en plenilunio
(Donovan, Ob. cit., p. 88).

127 Esta ave rapaz nocturna, cuya especie más común en Cuba desde la época
precolombina es el Tyto alba furcata (Temminck), se simboliza con la muerte, la noche, el
frío y la pasividad (Cirlot, Ob. cit., p. 270); lo cual es congruente en su posible relación con

78
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

mariposa nocturna;129 todos ellos con valores simbólicos análogos con lo


femenino.

Tienen cualidades especiales como la transvección y la metamorfosis; es decir,


en el primer caso poseen la capacidad de volar valiéndose de una escoba130
doméstica; para lo que se quitan la piel,131 se aplican un ungüento debajo de
las axilas, los brazos y/o en las piernas compuesto por sangre del cordón

el mundo fantástico de la actividad de las brujas según la mente humana. La Biblia, que
tanto influye en la cultura judeo-cristiana, la cataloga entre los animales impuros, como
símbolo de las tinieblas del espíritu; pero también en un sentido positivo, como símbolo
del conocimiento religioso y de la inteligencia (Murga, Ob. cit., p. 133).

128 Debido a su carácter ambiguo, el murciélago también presenta significaciones


simbólicas contradictorias. Mientras en China, por ejemplo, es un animal emblemático de
felicidad y larga vida; en la alquimia occidental que se asocia más al contenido del
presente trabajo, tiene un sentido semejante al del dragón y al de un ser hermafrodita por
ser una mezcla de pájaro y de mamífero (Cirlot, Ob. cit., p. 316). En la Edad Media se le
consideraba un animal maligno que chupaba a los niños mientras dormían (Murga, Ob.
cit., p. 159); lo que se relaciona directamente con una de las actividades de las brujas;
quienes al vincularse --según los mitos-- con el diablo; éste también se representa con alas
de murciélago o de vampiro.

129 Aunque a los lepidópteros diurnos se les atribuye valores simbólicos diversos
relacionados con lo erótico, la resurrección, la inmortalidad o la felicidad conyugal; los
lepidópteros nocturnos son asociados por su atracción hacia la luz o el fuego y la
posibilidad de quemarse en él, como símbolo del amor místico, dispuesto al sacrificio,
semejante a las relaciones míticas de las brujas con los demonios y la posibilidad de morir
en la hoguera.

130Este objeto de carácter utilitario es también empleado en funciones rituales para la


limpieza simbólica de algunos recintos o templos dedicados a la actividad religiosa. En
un sentido simbólico negativo para la cultura occidental, es el instrumento por excelencia
sobre el que cabalgan las brujas durante sus vuelos, tiene una significación fálica o como
símbolo también de fuerzas ocultas que el propio objeto no ha podido ahuyentar y que
terminan apoderándose de ellas (Murga, Ob. cit., p. 93).

131La piel humana o de los animales posee varios contenidos simbólicos que no se asocian
directamente con el mundo de las brujas (Cirlot, Ob. cit., p. 303); pero que también puede
ser interpretado como la acción de despojarse de lo que ata al cuerpo, semejante a la
desnudez propia de las brujas en Europa y al mismo tiempo como actividad de liberar el
espíritu para el vuelo fantástico.

79
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

umblical de un niño recién nacido132 o con manteca de majá133 y pronuncian


la frase ¡Sin Dios y sin Santa María!,134 antes de emprender el vuelo.

En cuanto a la transvección, esta es la forma más común de magia atribuida


a las brujas; aunque la importancia de la escoba como instrumento volador
parece poseer un desarrollo posterior. Inicialmente hay referencias en el
contexto europeo a "carneros negros, machos cabríos, lobos, bueyes, perros
[y] gatos"135, entre otros. Por ello no es raro que el mito no. 2 se refiera a la
bruja que "se convertía en gato para meterse en las casas" o que en el mito
no. 7 sobre La vieja de Las Calabazas se haga referencia a que ésta "había
venido del poblado de Yaguaramas, cabalgando en un buey, que era toda su
hacienda".

El posible vuelo de la escoba posee varias interpretaciones y significaciones


simbólicas con un fundamento objetivo. Aunque según la tradición oral
europea las brujas acudían a pie a sus aquelarres, era común que éstas
llevaran un bastón o el mango de una escoba para ayudarse durante el
camino, pues así saltaban los arroyos y lugares fangosos a través del
trayecto. Al mismo tiempo, el acto de cabalgar a horcajadas sobre una
escoba formaba parte de algunos ritos del sabbat relacionados con la
fertilidad de las cosechas; "se dice que las brujas daban vueltas alrededor de
los campos a horcajadas sobre sus bastones o escobas, saltando en el aire
para indicar a qué altura debían crecer las cosechas".136

132 Véase el mito "Las brujas del lechero", en Feijóo, Ob. cit., p. 309.

133El majá, cuya especie más abundante en Cuba es el (Epicrates angulifer angulifer Bibron)
se asocia con otro gran conjunto de mitos cubanos relacionados con la Madre de aguas
(Feijóo, Ob. cit., pp. 179-221) y en menor medida con los del Güije; me refiero al mito del
güije-majá (Ibídem, p. 151). Véase el mito no. 11.

134Véanse los mitos "La bruja que se equivocó", en Feijóo, Ob. cit, p. 297; "Las brujas
cantoras", Ibídem, p. 318 y los mitos no. 6 y 8 de la selección realizada.

135 Donovan, F. Ob. cit., p. 65.

136 Ibídem, p. 66.

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Otra interpretación se relaciona con el empleo de sustancias alucinógenas


como la atropina, contenida en los denominados ungüentos para volar. En el
caso de Europa se relacionan la mandrágora, la cicuta, el beleño y la bella-
dona. Estas dos últimas son conocidas y cultivadas en Cuba. El beleño137 ha
sido empleado en la medicina como narcótico y su extracto como
antiespasmódico. Una de sus especies conocida como beleño blanco
(Hyoscyamus albus Lin.) florece y fructifica en Cuba. La belladona138 también
se conoce como planta ornamental. "En Banes [actual provincia de Holguín]
llaman Belladona a la Jatropha hastata Jacq., de la familia de las Euforbiáceas,
que en la parte occidental conocen como Peregrina",139 de la que existen
varias especies cultivadas y silvestres.

En este sentido, según Harner "El empleo del bastón o escoba era
indudablemente algo más que un acto simbólico freudiano; servía para
aplicar la planta que contenía atropina a las membranas vaginales sensibles,
así como para proporcionar la sugestión de cabalgar sobre un corcel, una
ilusión típica del viaje de las brujas al aquelarre".140

Otra de las referidas plantas con propiedades erógenas es la malvasía, "para


provocar y disponer la carne al desenfreno lujurioso";141 una especie de uva

137Esta solanácea europea ha sido cultivada en la Sección de Plantas Medicinales de la


Estación Experimental Agronómica. Roig se refiere a dos especies, Hyoscyamus niger Lin. y
Hyoscyamus albus Lin. Ob. cit., p. 171.

138 La especie más conocida es la Kalanchoe brasiliensis, Camb. y "no tiene nada que ver
[según Roig] con la verdadera Belladona, que es una Solanácea europea, el Atropa bellado-
na, Lin."; aunque hay otras dos conocidas como Belladona de la tierra o palo de gallina
(Lycium acnistoides, Gris) y Belladona de otoño o bella dama (Amaryllis belladona Lin.);
Ibídem, pp. 171-172.

139 Roig, Ob. cit., p. 172.

140 Citado por Harris. Ob. cit., p. 192.

141 Donovan, F. Ob. cit.,p. 92.

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

muy dulce y del vino que se elabora de ésta. Esta planta no se registra en
Cuba, pero hay otras cuyo nombre vulgar, bien como sustantivo, adjetivo o
diminutivo aluden al conocido ser mítico.

Hay varias plantas con el nombre genérico de bruja, entre ellas tres
Amarilidáceas142, también conocidas por el diminutivo de brujita.143 "Con los
nombres de Bruja, Siempreviva y Prodigiosa es muy conocida la Crasulácea
Kalanchoe pinnatum Herb. [...]; también le dicen Bruja en Baracoa a una
Flacurciácea: el Xylosma buxifolium A. Gray; y por último, es llamado por el
mismo nombre en Gibara, un arbusto espinoso que se encuentra en las
costas pedregosas, el Sarcomphalus havanensis Griseb"144. Existen otras
plantas como la bruja de costa145 y la bruja negra,146 que también aluden al
mítico personaje. Otra especie botánica también se adjetiva como bruja, me
refiero a la escoba de bruja147, malvácea silvestre común en terrenos calcáreos,
igualmente denominada escoba bruja o malva bruja.148

142Según la denominación que emplea Roig son el Zephyranthes grandiflora Lindl.,


Zephyranthes tubispatha Herb. y el Sternbergia lutea Roem & Schult; Ob. cit., p. 196.

143De la que también se conocen las especies amarilla (Zephyrantes eggersiana Urb.),
americana (Zephyrantes grandifolia Lindl.), blanca (Zephyrantes atamasco Herb.) y rosada
(Zephyrantes rosea Lindl.).

144 Ibídem., p. 196.

145Se hace referencia en Puerto Padre, actual provincia de Las Tunas, al Sarcomphalus
obovatus Urb., arbolito de costa, tortuoso, de madera blanca; Ibídem., p. 196.

146Se conoce como Doerpfeldia cubensis Urb., árbol de hojas pequeñas obovales y fruto
pequeño en drupa, colectado al norte de la provincia de Holguín.

147 Es el Bastardia viscosa L.; Ibídem, p. 385.

148 Ibídem, p. 630.

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

En el caso de plantas alimenticias se conoce el boniato brujo, que no es sólo


una variedad como señala Bustamante,149 sino tres, el brujo blanco, el brujo
colorado y el brujo morado,150 que se cultivan en todo el país e históricamente
ha constituido parte de la dieta básica no sólo del campesinado, sino que se
consume habitualmente y de variadas maneras. La denominación popular
de "brujo" se debe al rápido crecimiento de la raíz comestible y el adjetivo
está dado por la coloración exterior.

El mito en su acción cotidiana, en tanto proceso de transmisión oral, también


ha influido en la formación de algunos topónimos e hidrónimos de Cuba, a
partir de diferentes asentamientos humanos. En el Municipio Venezuela,
Provincia de Ciego de Ávila, hay un poblado y estación de ferrocarril
conocida por Aquelarre; en el Municipio Trinidad, Provincia de Sancti
Spìritus, se encuentra una elevación de 360 m conocida por Loma la Bruja;
muy cerca del Pico Turquino, en lo más alto de la Sierra Maestra, Provincia
de Santiago de Cuba, se encuentra otra elevación de 1 682 m denominada
Loma de Bruja y a unos pocos kilómetros al este se halla un poblado rural
conocido por La bruja arriba. Al noroeste de la Península de Hicacos,
Provincia de Matanzas, entre Cayos Blancos y Cayo Cruz del Padre, se
encuentra el estrecho Boca las Brujas, único hidrónimo alusivo a este ser
mítico.151

Con el vuelo de las brujas y determinados presagios maléficos también se


relaciona una especie de mariposa nocturna ya referida desde el punto de
vista simbólico, denominada por el naturalista Juan Gunlach como Brujas

149Véase la Enciclopedia popular cubana de Luis J. Bustamante, tomo I, La Habana, s/f, p.


278.

150 Todos ellos coresponden al Ipomoea batatas, Lin; según Roig, Ob. cit, pp. 187-188.

151 Véase el Atlas de Cuba, La Habana, 1978, pp. 118-119 A-3, 122-123 B-7, 138-139 C-4 y C-
5.

83
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Rengus,152 quien ya en el siglo pasado confirma observaciones anteriores y la


describe de la manera siguiente: "Hasta ahora observada solamente en la
parte occidental. El insecto es pardo con un viso á olivado; las alas anteriores
tienen, principalmente hácia afuera, varias líneas negras onduladas ó en zig-
zag; en la punta, al lado del borde exterior, hay dos puntos blancos; estas
alas son más oscuras hacia el ángulo posterior. Las alas posteriores tienen
muchas líneas oscuras en zig-zag y en su borde exterior semicírculos
finos"153 y mide de 73 a 76 milímetros entre las alas. La repentina aparición
de esta mariposa es interpretada por las personas supersticiosas como
augurio de muerte, enfermedad o disgusto, que puede ser contrarrestado
cuando es ahuyentada después que se posa.

Posteriormente, aparece la bruja, clasificada como Erebus adora, de la familia


Acontidos y descrita de la manera siguiente: "Mariposa nocturna de alas
horizontales e inclinadas durante el reposo; vuela después de ocultarse el
sol, y el público injustificadamente la mira con espanto creyéndola augurio
de profundos males";154 también aparece desde mediados del siglo pasado
con la denominación de tatagua155 en el área oriental de Cuba.

A diferencia de otras variantes míticas sobre brujas europeas o canarias,


cuyos vuelos se realizaban desnudas, en tanto símbolo del culto a la
fecundidad en las religiones primitivas, éstas se despojan de la piel, cuyo
significado tiene mayor alcance, pues representa más libertad de acción en
relación con la pureza física y espiritual para entregarse a sus ritos
orgiásticos.

Este lepidóptero es clasificado entonces por el referido autor en la Familia Noctuidae,


152

Subfamilia Noctuophalaenidae, Género Brujas Guénée. Anteriormente también es


observado por Felipe Poey (1832), Guénée (1852-1857) y Ramón de la Sagra (1859).

153 Gunlach, Juan. Contribución a la entomología cubana, La Habana, 1881, p. 364.

154 Cuba en la mano. Enciclopedia popular ilustrada, La Habana, 1940, p. 497.

Véase Esteban Pichardo. Diccionario provincial casi-razonado de vozes y frases cubanas, La


155

Habana, 1976, p. 752, cuya primera edición es de 1836.

84
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Aunque hay varias referencias a ungüentos y sólo dos posibles contenidos


en los mitos recogidos en Cuba, en la historia de la brujería europea
aparecen fórmulas compuestas por "hostias y vino consagrados, cenizas de
macho cabrío, huesos humanos, calaveras de niños, cabellos, uñas, carne y
semen de brujo, con trozos de ganso hembra, de rata y sesos [; otra
elaborada con] cicuta, agua de acónito, hojas de álamo, hollín [; otra con]
chirivía, cálamo aromático, cincoenrama, sangre de murciélago, belladona y
aceite [; y otro mediante] grasa de niño pequeño, jugo de chirivía, acónito,
cincoenrama, belladona y hollín"156; o sea, casi todas con sustancias tóxicas o
narcóticas.

En el segundo caso, [la metamorfósis] casi nunca se presentan o se dejan ver


por primera vez tal como son descritas por la cultura de tradición oral; sino
que previamente se convierten en "muchachas líndísimas [que] iban
bailando y cantando";157 si es una sola aparece como "una mujer elegante y
muy bella",158 o simplemente como una "mujer muy linda".159 También
pueden transformarse en "gato",160 en un "jinete a caballo",161 en una
"mula",162 en una "puerca",163 en un "pato"164 o en un "palo".165

156 Donovan, F. Ob. cit., p. 55.

157 Véase "Brujas en Sancti Spíritus", en Feijóo, Ob. cit., p. 298.

158 Véase "La bruja de la casa elegante", en Feijóo, Ob. cit., p. 309.

159 Véase "El muchacho y la bruja", en Feijóo, Ob. cit., p. 321.

160 Véase el mito no. 2.

161Véase "Las brujas" de Santa Clara, en Feijóo, Ob. cit., p. 301; donde el jinete a caballo se
transforma, el primero en jineta y el segundo en escoba y salen volando.

162 Véase el mito no. 10 sobre "Las raras brujas de "Palo Prieto".

Véase "La bruja puerca", que al pincharla vuelve a adquirir la forma de bruja, en Feijóo,
163

Ob. cit., p. 313.

164 La relación bruja-pato la veremos seguidamente en dos de los mitos publicados.

85
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

De manera general, también la metamorfósis requería de la aplicación de


ungüentos, pero éstos no aparecen hasta el presente en las versiones del mito
de las brujas en Cuba; aunque sí es común que cualquier daño que se
provocase al animal u objeto en que se transformaba la bruja, éste era
revertido sobre su cuerpo cuando volvía a adquirir su forma originaria.

En tanto procedimiento primitivo de la magia simpática el propio Donovan


se refiere a un cronista de brujas cuando señala: "Se ha visto a mujeres
adoptar la forma de gatos, los cuales han sido heridos por quienes los
vigilaban secretamente, y al día siguiente las mujeres mostraban heridas y
miembros de menos".166 Una evidente reminiscencia mágica de la caza de
brujas es que todavía hoy en la ciudad de La Habana, por ejemplo,
determinados niños cazan gatos y luego los ahorcan o los queman, aunque
en ello no vean una relación directa con el mundo fantástico de las brujas.

Las personas que dicen haber tenido contacto visual o referencias orales
sobre brujas conocen diferentes medios para que cuando estas vuelen
pierdan su fuerza y caigan al suelo con el objetivo de poderlas atrapar. Uno
de estos medios es quitarse la camisa y virarla al revés;167; clavar un machete
en el suelo;168 o previamente hacer "una cruz en la arena",169 o en la tierra; o
encajar "la tijera encima de la puerta, de modo que quede en cruz"170 o

165 Véase "La bruja en el palo", que no se dejó rajar por el hacha; en Feijóo, Ob. cit., p. 312.

166 Ob.cit., p. 68.

167Véase el mito no. 14 "Yo me vi hechizado por las brujas", y "Un encuentro con las
brujas", Feijóo, Ob. cit., p. 294.

168 Véase "Las brujas" [del pantano], en Feijóo, Ob.cit., p. 302.

169 Véase el mito no. 4.

170 Véase el mito no. 12, "Francisco y su futura suegra". También en el mito "Mostaza y
tijeras contra las brujas", la tijera se coloca "abierta en cruz debajo de la almohada" para
proteger a los niños pequeños. Feijóo, Ob. cit, p. 308.

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

colocar "una escoba detrás de la puerta",171 como acción cabalística para


hacer descender a la bruja.

Debido a que el contexto espacio-temporal del mito es principalmente rural,


no se hacen referencias al "tañido de la campana de una iglesia"172 como
procedimiento para derribar brujas; aunque en Canarias también se emplea
la tijera en cruz como parte de los amuletos contra el mal de ojos, actividad
muy propia de las brujas.173 Otro medio para descubrir las brujas antes de
atraparlas consiste en echarle granos de mostaza,174 ajonjolí,175 ají guaguao,176
pimienta y/o ceniza177 en la parte interior de la piel cuando se la quitan
antes de emprender el vuelo. De este modo, según las variantes del mito,
cuando la bruja se pone nuevamente su piel, la picazón, el escozor o la
ardentía la delata.

Sin embargo, hay hechos objetivos que el propio pensamiento mítico y la


superstición hacen transformar en la existencia o el paso de brujas. En este
sentido, uno de los mitos compilados por Joaquín Marrero, que Samuel
Feijóo publica "Sobre las brujas ranchueleras" señala:

171 Aparece en el mito "Sobre las brujas ranchueleras", Feijóo, Ob. cit., p. 307.

172Es conocido el dato que durante el mes de mayo las iglesias de Tréveris, Alemania, no
dejaban de repicar sus campanas durante toda la noche para proteger a la ciudad de las
brujas voladoras. Donovan, F. Ob. cit., p. 65.

Véase Domingo García Barbuzano. Prácticas y creencias de una santiguadora canaria. Santa
173

Cruz de Tenerife, 1981, p. 102.

174El empleo de granos de mostaza y de ceniza aparecen en el mito no. 15, "Atrapando
brujas en Baracoa".

La variante de mostaza o ajonjolí para tumbar brujas son referidas en el mito sobre "Las
175

brujas cantoras" de Trinidad, en Feijóo, Ob. cit., p. 318.

176Este tipo de ají (Capsicum baccatum, Lin), sumamente picante, junto con la pimienta
aparecen en el mito "Sobre las brujas" de Camajuaní, en Feijóo, Ob. cit., p. 313.

177 Véase nuevamente el mito no. 15.

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Cierta noche mi padre fue al pueblo a buscar mandados, pues [...] los
tenderos despachaban hasta las doce de la noche.
Mi madre se quedó sola en el campo junto con nosotros, que éramos
tres vejigos y pegados a ella esperábamos a papá, con ansiedad, pues
teníamos miedo de estar allí tan solos.
De súbito se comenzó a oír un rumor como de muchas alas que flotaban
en el aire y el ruido se fue acercando hasta pasar por encima de la casa y
luego se alejó poco a poco hasta perderse en la soledad del espacio.
Mi madre, aterrada, rezaba y se persignaba, como si todos los diablos
hubieran estado rondando la casa. Mi hermano Cundo era recién
nacido, y desde ese día se durmió con la luz encendida todas las
noches.
El cuento de aquella «Cosa grande», se estuvo haciendo durante más de
diez años y mamá no lo olvidó nunca.178

El tiempo pasó y el informante ya adulto comprobó la verdadera causa del


gran ruido, ya que "una madrugada, como a la una, estaba en el corral de la
vaquería, cuando comencé a oír un ruido igual al que habíamos escuchado
aquella vez. Se me erizaron los pelos, pues la noche era de Luna y no se veía
qué cosa era lo que lo producía, hasta que por la parte norte se fue acercando
una sombra oscura por el aire que me aterró, pero no le quité la vista, como
fascinado por aquel fenómeno. Así pasaron unos segundos hasta que pude
descubrir que era una bandada de patos de La Florida, la cual estaba
compuesta, a mi juicio, por más de tres o cuatro mil ánades. Aquel batir de
alas a un mismo tiempo, era imponente, sobre todo en la soledad de la noche
y en pleno campo, pero aquello me sacó de dudas. Allí me di cuenta que ese
mismo ruido fue el que escuchamos cuando éramos niños".179

178 Ibídem, pp. 307-308.

179 Ibídem, p. 308.

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Efectivamente, cada año grandes bandadas de patos de la Florida180 pasan el


invierno en Cuba; llegan en el mes de septiembre al oscurecer y regresan en
primavera. El ruido creciente que provocan con su agitado vuelo en la
tranquilidad de la noche campesina aterroriza a cualquiera que no conozca
el ciclo anual de esta ave migratoria.

La relación mítica entre la bruja y el pato también se constata en el referido


mito "Mostaza y tijeras contra las brujas". El informante José López, de
Cabaiguán, provincia de Villa Clara relata: "Dicen que las brujas vuelan en
bandadas y si se posan en una casa la estremecen. Si se les tira semillas de
mostaza, y si éstas tocan a alguna bruja, ella cae al suelo convertida en
pato".181

De manera que si caía un pato también podía ser interpretado por el


pensamiento mítico como parte de la capacidad transformativa de las brujas.
Otros mitos establecen diversas relaciones entre Islas Canarias y Cuba
mediante el tránsito de las brujas por el Atlántico en busca o en ayuda de
familiares y vecinos.

El vuelo en escoba Cuba-Canarias y viceversa

A pesar de la conocida distancia entre ambos archipiélagos182 el pensamiento


mítico relacionado con las brujas reitera el tránsito de uno a otro lados del
Atlántico como natural compensación psicológica al estado de añoranza o
ansiedad por el regreso a la tierra natal y por el reencuentro con los
familiares más allegados. Esta es una situación propia de todo proceso

180Se trata del Anas discors, Linneo. Ave del orden Anseriforme, familia Anatidae, de color
oscuro al dorso y blancuzco en la parte inferior; tiene una ancha banda de color blanco
entre el pico y los ojos. Vive en depósitos de agua dulce y mide unos 40 cm de longitud
(Buide, M. Ob. cit., p. 199).

181 Ibídem., p. 308.

182Entre La Habana y Las Palmas de Gran Canaria hay unos 7 350 Km; es decir, cerca de
4 000 Millas náuticas.

89
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

migratorio, pero en el presente caso es de interés señalar su reflejo en el


pensamiento mítico.

En este sentido, siete de las quince variaciones del mito sobre brujas
seleccionadas se refieren al fantástico vuelo entre Cuba e Islas Canarias por
diferentes motivos.

En el mito no. 3, varias brujas vienen a Cuba a castigar a un joven canario


que ha huido del Servicio Militar y una de ellas vecina de la familia del
joven es reconocida por su voz. Este mito es una interesante paradoja
respecto de toda la historia de las brujas, ya que constituye la única
referencia inédita que conozco sobre brujas defensoras del Rey a grandes
distancias.

En el mito no. 4, son también varias brujas transformadas en chivas, una de


las cuales es vecina de la novia canaria olvidada por su pareja en Cuba "que
venía a tomar venganza" del inmigrante que "se casó y tuvo hijos" con una
mujer cubana. Tras el fracaso en el intento, otra de las brujas es rechazada
por su marido en Canarias cuando éste se entera que "había venido hasta
Cuba para hacer daño". En la brevedad del relato los hechos se suceden en
uno y otro lugares como si la distancia que separa ambos archipiélagos se
redujera a cero. Aquí aparece por primera vez una frase cabalística que no se
encuentra en los otros mitos y que confirma la permanencia de este trasvase
humano: "De Canarias salgo y en Cuba caigo".

En el mito no. 6, que refiere Lydia Cabrera en la voz de un mulato cubano


descendiente de abuelo canario y abuela conga, antes de relatar el aspecto
esencial del contenido el informante señala que "las isleñas [vuelan]
montadas en escobas y vuelan sobre el mar", lo que permite inferir que la
visita de la mujer legítima, que el abuelo había dejado en Canarias y la
confirmación posterior de la visita mediante una carta, no era sino una bruja
que había venido a saber de su marido.

90
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

En el mito no. 7, publicado como La vieja de Las Calabazas, primero se afirma


"que un sábado por la noche [la referida bruja] había llegado de Canarias,
montada en una escoba larga y mugrienta"; posteriormente, tras conocerse
de las actividades propias de esta lavandera y curandera, la tradición oral
señala que "lograba trasladarse todos los sábados, cabalgando en la
consabida escoba, a las más distintas regiones, que algunos creían eran las
Islas Canarias".

Como esta bruja aparece sola en el mito, la reiteración de que había llegado
un sábado y que volaba a Canarias cada sábado, hace inferir su posible
encuentro con otras brujas precisamente mediante el sabbat, como ritual
alejado del contexto local de Cuba donde ella se hallaba.

En el mito no. 8, publicado como La mujer que viajó a Cuba con una bruja, el
traslado se efectúa en pareja. La información aparece de manera dialogada
cuando la esposa se entera, mediante la consulta de la bruja con el diablo,
que su marido "estaba enredado con una mulata en Cuba":

" ¿Quiéres ir conmigo a Cuba a ver a tu esposo? [Le preguntó la


bruja]
Y la mujer contestó:
 Sí
 Pues, bueno, coge esta escoba y móntate en ella.
Y le dio a la mujer una escoba y la mujer se montó en ella. [Tras el
conocido ungüento y las palabras cabalísticas para volar] al cabo de
unas horas ya estaban en la finca donde el marido vivía".

El motivo no está dado en descubrir el posible engaño del marido; sino al


contrario, tiene el objetivo de propiciar que la mujer pueda tener relaciones
sexuales con su cónyuge aunque éste no se dé cuenta del todo y regresar
luego a Canarias con la bruja, pero ya gestada por el esposo.

91
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

De este mito aparece una versión canaria en Valle de Guerra, Tenerife, que
incluyo en el Anexo como 8a; lo que permite comparar el contenido sintético
de la versión cubana, respecto de la otra versión más detallada.

El mito no. 9, publicado como El viejo que recibió a su hermana montada en una
escoba, es un sencillo encuentro familiar. El informante, con pleno ejercicio de
su imaginación, relata en primera persona: "vi una escoba volando, y arriba
venía una mujer vestida de negro. Ella llegó, saludó, ¡y resultó que era mi
hermana que venía de mi tierra!". Después de abrazos, besos, cuentos de la
familia y una breve estancia, se volvió a marchar en su conocido objeto
volante.

Finalmente, el mito no. 15, publicado como Atrapando brujas en Baracoa, relata
que las brujas "salían volando de Baracoa y visitaban a sus familiares en las
Islas Canarias, y cuando regresaban traían plantas existentes en esas islas".
De manera que no sólo hacían visitas en una u otra direcciones, sino que
contribuían al enriquecimiento de la flora local.

Como podemos observar, el móvil de los tres últimos mitos es la familia y


sus necesarias relaciones, ya sean conyugales o filiales, condicionado por la
separación que genera el proceso emigratorio. Tanto en el caso de la
emigración golondrina (mito 8) como en la que se asienta definitivamente en
el país receptor (mito 9) se aprecia el grado de añoranza como reiteración
permanente en la mente del emigrante, ya sea en su pensamiento cotidiano
durante el estado de vigilia (momento en que se efectúa la narración de
contenido mítico), como durante los sueños y sus posibles interpretaciones
posteriores como si hubieran sido estados de vigilia asociados con el mundo
mágico de las brujas.

El proceso migratorio Canarias-Cuba no sólo condicionó un trasvase del


pensamiento mítico a partir de las circunstancias socioeconómicas que
impulsaron el tránsito interoceánico, sino que conjuntamente generó nuevas
recontextualizaciones del mito de las brujas en las áreas de asentamiento de
los inmigrantes, así como nuevas interpretaciones o desmitificaciones por los

92
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

canarios y sus descendientes. Aunque el mito de las brujas perdura


generalmente en la cultura cubana de tradición oral como algo "ya pasado"
según insisten los informantes, se mantiene vivo en tanto narración en
tiempo pretérito, como algo ocurrido a personas vivas muy ancianas o a los
ascendientes o vecinos de los entrevistados, cuyas edades casi siempre
rebasan el medio siglo.

93
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

ANEXO
Mitos183

1. Las isleñas son las que salen brujas.184

Mis padres185 eran de Bahía Honda, Pinar del Río y ellos sí conocían algunos
cuentos de brujas. Nunca las vieron, pero recuerdo que esas brujas eran de
Islas Canarias. Venían volando y se iban volando. Yo no se si tenían alas
para venir desde tan lejos, pero casi siempre venían a hacer maldades y si
podían se llevaban a algún muchacho. Papá siempre decía que las isleñas
son las que salen brujas.

2. La bruja isleña que se convertía en gato.186

Había una familia que oía todas las noches maullar un gato. Miraban dentro
de la casa y no lo "vían". Miraban por todo alrededor y tampoco lo "vían".
Una vez, al abrir la puerta, se coló dentro un gato negro que los ojos le
relampagueaban. Todos se asustaron y alguien cogió un palo y se lo tiró, tan
fuerte, que el gato salió renqueando una patica alante. Al día siguiente
vieron una isleña que vivía cerca, tenía un golpe fuerte en el hombro, de la
misma parte que el gato tenía la pata herida. Le preguntaron qué le "bía"
pasado y no supo explicarlo. Lo que pasa es que la isleña era bruja, y se
convertía en gato para meterse en las casas, por eso recibió el palo que le
dieron al gato.

183 El orden de los mitos sobre brujas y sus versiones es de occidente a oriente.

184Entrevista de Jesús Guanche; informante Gabriela Pérez Valle (1912-2003), mi madre,


entonces 88 años, Marianao, Ciudad de La Habana.

Andrés Pérez Valle y Catalina Valle Erviti, mis abuelos maternos, campesinos cubanos
185

con una familia de ocho hijos.

186Entrevista de María Teresa Linares, Informante Juliana Pérez, Valle de Yumurí,


Matanzas. Informe preliminar del estudio del folklore del Valle del Yumurí, mayo de 1970
(mecanuscrito), s/p.

94
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

3. Las brujas canarias golpean a un joven por no servir al Rey.187

Una vez en una casa de la finca de Rivero, donde vivía Pancho González,
hicieron una junta para cobijar, y después de comer estaban las personas
mayores jugando brisca. En la familia había un joven sobrino de unos quince
años, recién llegado de las Islas Canarias. Este había venido al cumplir los
catorce, porque la familia no quería que pasara el Servicio Militar.188 Pero en
Canarias consideraban que él debía servir al Rey, y no estaban conformes.
Resulta que los que estaban jugando brisca, tuvieron deseos de tomar café y
mandaron al joven a que moliera un poco para colar. Al rato, se dieron
cuenta que no se oía el ruido del molino, ni ruido alguno en la cocina.
Pensando que se hubiera dormido, o le hubiera dado una fatiga, fueron a ver
y no estaba. Lo buscaron por todos los contornos de la casa durante la noche
y la madrugada, y allá al amanecer, sintieron unos quejidos por una peña.

El pobre muchacho estaba sin conocimiento, todo lleno de espinas clavadas


y "agolpeado" por todas partes. Lo llevaron a la casa y lo curaron. Cuando
volvió en sí explicó que al comenzar a moler el café se le aparecieron varias
brujas que cargaron con él para el monte, lo golpearon y lo despeñaron por
el risco, diciéndole: --"Esto te pasa por no servir al Rey"; y que él conoció por
la voz a una vecina de Canarias que era bruja.

187Entrevista de María Teresa Linares, Informante Francisca Tundidor Aseinulaza, 80


años, Valle de Yumurí, Matanzas. Ob. cit., s/p.

Cuba ocupó el principal punto de destino de los prófugos canarios del Servicio Militar
188

durante el último tercio del siglo XIX. Véase José M. Castellano Gil. Quintas, prófugos y
emigración. Colección Taller de Historia, Santa Cruz de Tenerife, 1990, pp. 94-98.

95
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

4. Las brujas canarias convertidas en chivas.189

Según la informante, esto le pasó a un tío, hermano de su abuelo. --Mi tío


vino de Canarias dejando allá una novia. Aquí la olvidó y se casó y tuvo
hijos. Resulta que un día iba por la orilla del mar con otros amigos que
habían salido con él a pescar. Entonces vieron que venían hacia ellos un
montón de chivas, en forma agresiva. Los demás huyeron pero él comenzó a
tirarles piedras y palos, pero nota que no las alcanzan, que rebotaban, y que
ellas seguían para encima de él. Entonces se "volteó", y se dio cuenta que
aquello no era normal y que algo malo estaba pasando; sacó su cuchillo, hizo
una cruz en la arena y lo clavó en el medio de ella. Enseguida las chivas se
convirtieron en mujeres isleñas que eran brujas, y él reconoció alguna vecina
de su novia, que venía a tomar venganza de él. Todas cayeron al suelo,
hincadas delante de la cruz, suplicándole que las liberara. El pensó que
podían llevarse a uno de sus pequeños hijos y les hizo jurar por el diablo que
no volverían a meterse con él ni con ninguno de sus hijos, ni volverían a
Cuba. Entonces las mandó para Canarias. Pero el esposo de una de ellas, que
la había "echado de menos", cuando se enteró que su mujer era bruja, y que
había venido hasta Cuba para hacer daño, la botó de la casa y se separó de
ella.

 ¿Cómo podían viajar tan lejos? Porque se untaban un ungüento en los


sobacos, las corbas y las "cuyunturas"190 y decían: "De Canarias salgo y en
Cuba caigo". Las brujas hacían sus reuniones sobre las matas de ceiba.

189Entrevista de María Teresa Linares, Informante Francisca Tundidor Aseinulaza, 80


años, Valle de Yumurí, Matanzas. Ob. cit., s/p.

190 Se refiere a las articulaciones de brazos y piernas.

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Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

5. La temible brujería de los isleños.191

Muy temible es también la brujería de los isleños naturales de Canarias,


quienes nos han transmitido gran número de supersticiones y "que vuelan
las isleñas como los brujos de Angola", aunque no chupan sangre [...]. Se
dan tres palmadas en los muslos y diciendo: "Sin Dios ni Santa María. Sin
Dios ni Santa María. A la zánga no má, con ala va, con ala viene", levantan el
vuelo.

6. Viaje a Cuba de una bruja canaria engañada por su marido.192

Vuelan las isleñas [...] yo se lo puedo jurar. Vuelan montadas en escobas y


vuelan sobre el mar. Mi abuelo era de Canarias. Vino a Cuba a trabajar la
tierra y compró dos o tres esclavos y una negra. Y pasó lo de siempre...: que
la negra amaneció en el catre del amo y empezó a darle hijos. Esa negra, que
era conga, de Loanda,193 fue mi abuela. El abuelo mío había dejado una
mujer legítima en Canarias y no se acordó más de ella. Una mañana, mi
hermanita, que tenía siete años, se despertó contando que una mujer que no
conocía había entrado en el cuarto y le había dicho que no se olvidara de
decirle a su madre que ella había venido. Dice mi madre que aquel hombre
se enfermó de miedo. Sobre todo cuando recibió carta de Canarias en que la
mujer le contaba que tal noche había estado en casa, que había visto con sus
propios ojos lo que pasaba y que no había querido hacerle daño a su hija,
porque era una negrita muy bonita que no tenía culpa de nada. No volvió
más. Por supuesto que mi abuela, la conga, sabía muy bien lo que tenía que
hacer, por su parte, para que la canaria no siguiese volando.

Entrevista de Lydia Cabrera, informante Enriqueta Herrera, Matanzas; en El Monte, La


191

Habana, 1989, p. 34.

192 Entrevista de Lydia Cabrera; informante Calazán Herrera, Matanzas; en Ob. cit., pp. 34.

193 El informante se refiere a Luanda, actual capital de Angola.

97
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

7. La vieja de Las Calabazas [que "había llegado de Canarias en una escoba larga y
mugrienta"].194

Cierto día se notó la presencia de una cara extraña, que causó no poca
impresión en la tranquila colonia [de Cienfuegos]. Se trataba de una mujer
ya entrada en años, de aspecto sospechoso y al decir de las comadres con sus
puntas y ribetes de bruja. Alta, algo encorvada, ojos pequeños y vivos, nariz
corva en conversación con la barbilla, la boca sin dientes, arrugada y terrosa
la piel. Dijo llamarse Belén, y en lo sucesivo por Señá o Ña Belén fue por
todos conocida. Estableció sus reales en el barrio de Las Calabazas, por eso
también se la conoció por la `Vieja de las Calabazas'. La presencia de Ña
Belén inquietó por unos días y dio materia de chismorreo a las comadres y
aún fue el tema de conversación de las personas sesudas. Nada se sabía
acerca de su procedencia. Mientras unos aseguraban que era una infeliz que
en busca de mejor suerte había venido del poblado de Yaguaramas,194F195
cabalgando en un buey, que era toda su hacienda, otros, dando ya por
seguro que se trataba de una bruja, afirmaban muy formalmente que un
sábado por la noche había llegado de Canarias, montada en una escoba larga
y mugrienta.

Lo cierto es que Ña Belén no fue una carga para nadie y que no hubo motivo
para echarla del pueblo, con disgusto de los que, considerándola como
verdadera bruja, hubieran deseado verse libres de su poca agradable
presencia. Ganábase la subsistencia ejerciendo el oficio de lavandera y
practicando el siempre socorrido de curandera, y como tal llegó a adquirir
tanta fama, que fue una competidora temible de los primeros médicos que

194Este relato aparece por primera vez en Tradiciones y leyendas en Cienfuegos, de Adrián
del Valle, a partir de una investigación de Pedro Modesto Hernández. Véase Samuel
Feijóo. Mitología cubana, La Habana, 1985, pp. 302-306.

195Poblado que se encuentra a unos treinta kilómetros al noroeste de la ciudad de


Cienfuegos. También en la provincia de Sancti Spíritus, a unos cuarenta kilómetros de la
ciudad de Trinidad se encuentra otro pequeño poblado con el nombre de Yaguaramas;
aunque es muy probable que debido a su cercanía, el relato se refiera al primero de ellos.

98
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

tuvo la colonia, D. Domingo Mongenié y D. José Vallejo y del boticario D.


Félix Lanier.

Algunos aciertos que tuvo al principio Ña Belén, debidos más a la


casualidad que a su saber, le dieron gran fama de curandera, siendo creencia
general que podía curar todas las enfermedades, por graves e inveteradas
que fuesen. Aquellos fueron los días de gloria de Ña Belén; mas ¡ay! no
tardaron por su mal en venir los de desgracia. Como a tantos otros, la
fortuna, tornadiza, le volvió las espaldas.

Sucedió que tomaron incremento las tercianas y las fiebres que empezaban
con manifestaciones de frío, siendo no pocos los colonos atacados.
Enseguida le echaron la culpa a Ña Belén. Por si esto fuera poco, le acusaron
también de envenenadora y de que enfermaba a los niños con alferesías. La
fantasía popular, que se complace a veces en la creación de las mayores
aberraciones, que da luego por artículos de fe, supuso que Ña Belén
arrebataba, al menor descuido de las madres, a sus hijitos enfermos, y que
todas las noches llegaba la vieja bruja a su miserable bohío del barrio de Las
Calabazas, con una gran sarta de niños muertos o moribundos, que le
colgaba[n] del brazo. Luego sometía los cadáveres a manipulaciones
repugnantes y obtenía una grasa misteriosa, y con ella y ciertos signos y
palabras cabalísticas, lograba trasladarse todos los sábados, cabalgando en la
consabida escoba, a las más distintas regiones, que algunos creían eran las
Islas Canarias. Como es de suponer, tales versiones, trasmitidas de boca en
boca y considerablemente corregidas y aumentadas, infundían alarma y
terror en el corazón de las madres, que ni por un momento se atrevían a
dejar a sus hijos solos, sobre todo si estaban enfermos.

Es difícil prever a qué extremo de violencia hubiera llevado aquel estado de


ánimo colectivo a los pacíficos habitantes del primitivo Cienfuegos, de
haberse prolongado algún tiempo. Afortunadamente, de la noche a la
mañana desapareció Ña Belén, sin dejar rastro, sin que nadie pudiera decir
que había sido de ella, si había muerto o se la había llevado el diablo.

99
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Pero como la incertidumbre no cabe en la mente del pueblo sencillo y


candoroso, enseguida vino la explicación de la misteriosa desaparición de la
Vieja de Las Calabazas. Se dio por cierto y averiguado, que un sábado, en
tanto se remontaba la bruja en el espacio, cabalgando en su escoba y
llevando una gran sarta de niños muertos colgados de una mano,
sosteniendo con la otra un enorme paraguas y rodeada de murciélagos y
lechuzas, una madre que acababa de perder a su hijito, al verla, precisamente
en el momento que la bruja parecía alcanzar la Luna, la conjuró con los
sagrados nombres de Jesús, María y José. Al instante, la maldita bruja estalló
como un cohete; sus chispas rodaron por la estrellada bóveda celeste y se
apagaron en el horizonte.

Otra explicación se dio a la desaparición de la bruja, sin que obtuviera el


favor de la primera, no obstante ser más verosímil. Se rumoró que algunos
vecinos que, como el resto del pueblo, achacaban a la bruja las epidemias
reinantes y otros desaguisados, reuniéronse cierta noche, dirigiéndose con
sigilo al bohío de la vieja, le dieron muerte y la enterraron en un lugar que
más tarde ocupó una tienda de víveres que, por extraño humorismo de su
propietario, le denominó con el nombre de La Vieja de Las Calabazas.

Hay quien asegura que ninguna de las dos apuntadas versiones es la cierta,
y que lo sucedido fue que el celoso y avisado Don Luis de Clouet,
comprendiendo que era peligroso para la tranquilidad de la colonia, que
continuara en ella Ña Belén, procuró convencerla de que debía abandonar
aquellos lugares, pues en ello le iba la propia vida, y la vieja, prudente,
aprovechó las sombras de la noche para irse sin que nadie la viera.
Cuando alguna curiosa mujer preguntaba a Don Luis.

¿Y Ña Belén?, ¿qué es de ella?

Respondía aquél con su castellano marcadamente afrancesado y dando a sus


palabras un suave tinte irónico:

100
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Señora, la Vieja de Las Calabazas se fue, noticiándome que está dispuesta


a volver, si la ocasión se le ofrece, para apoderarse de los niños cuyas madres
no los vigilan ni cuidan como es debido; pero yo, señora, no permitiré que la
bruja vuelva, porque sabré impedir que las madres dejen abandonados a sus
hijos, castigando a la que tal haga.

Efectivamente, la bruja, o lo que fuera, no volvió a Cienfuegos mientras vivió


Don Luis".

8. La mujer que viajó a Cuba con una bruja [desde Canarias].196

Yo vine de Canarias para acá cuando tenía trece años. Vine a trabajar el
campo aquí, porque allá la cosa estaba muy mala. Hoy tengo setenta y cuatro
años y me acuerdo todavía de los cuentos de brujas que se contaban en mi
tierra. Aquí nada más que me enteré de uno, que me contó un
paisano.196F197 La cosa fue que un isleño casado vino para Cuba y el cabo
del tiempo se echó una mujer.

La mujer propia lloraba en Canarias porque ni cartas recibía. Entonces una


noche la llevaron a una bruja para que ésta le dijera qué le pasaba a su
marido en Cuba. Y la bruja se untó un ungüento debajo del brazo y se fue a
ver al Diablo.

Y cuando llegó, el Diablo le viró el culo y la bruja se lo besó.

Y entonces el Diablo le dijo que el isleño estaba enredado con una mulata en
Cuba.

Entonces la bruja viró y se lo contó a la mujer y le dijo:

196Entrevista de Samuel Feijóo; informante, Ceferino Rodríguez, finca La Josefa, Caonao,


Provincia de Cienfuegos; Ibídem, pp. 319-320.

197 Se refiere a otro residente de origen canario.

101
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

 ¿Quieres ir conmigo a Cuba a ver a tu esposo?

Y la mujer contestó:

 Sí.

 Pues, bueno, coge esta escoba y móntate en ella.

Y le dio a la mujer una escoba y la mujer se montó en ella. Entonces la bruja


le puso ungüento de mágica en el sobaco, y ella se lo puso también. Y en
cuanto dijo:

 ¡Sin Dios y sin Santa María!,197F198 salieron las dos volando, y al cabo de
unas horas ya estaban en la finca donde el marido vivía. Llegaron a la casa y
la bruja entró en el cuarto y lo halló dormido junto a la mulata. Hizo así: sacó
a la mulata dormida de la cama y la puso a dormir en otro cuarto. Y le dijo a
la mujer:

 Entra y acuéstate en la cama con tu marido...

Y así fue. Y en la oscuridad el marido trajinó con ella.

Y de madrugada la bruja le dio la escoba a la mujer, y ella montó en otra, y


dijo:

 ¡Sin Dios y sin Santa María!

Y salieron volando las dos para Canarias.

198Esta frase se repite en otros mitos cubanos sobre brujas como el medio para emprender
el vuelo en la escoba.

102
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Y pasaron unos meses y la barriga le creció a la mujer, y ya iba a parir


cuando el marido se apareció en Canarias.

Y cuando la vio barrigona le dijo:

 ¡Traidora, me engañaste!

Y ella le dijo que no. Y el marido no la creía y le pegó.

Entonces la mujer fue a buscar a la bruja, y la bruja vino a ver al marido


receloso, y le hizo el cuento del viaje, y cómo ella le quitó a la mulata de la
cama y le metió a su mujer.

Y le dijo después:

 ¡Esa barriga es tuya!

Y el isleño bajó la cabeza y cargó otra vez con su mujer.

8a. Versión canaria del mito anterior.199

Una mujer recién casada, que vivía en Valle de Guerra y a la que llamaban
Rosario, tuvo que separarse un día de su marido, ya que éste emigró a Cuba
para mejorar sus condiciones económicas. Una vez en Cuba, éste se puso a
vivir con otra mujer, enterándose Rosario, gracias a las cartas que le
mandaba una amiga desde aquella isla del Caribe.

En Canarias, Rosario acude a una vieja bruja, a la que llamaban seña


Remedios, que le confía una práctica diabólica, por medio de la cual llegaría

199Aparece como El viaje a Cuba, García Barbuzano, D. Ob. cit., pp. 97-98. De este mito, el
grupo canario Mestisay elaboró la canción Habanera embrujada, en la que fusionan
certeramente la tradicional habanera con el son cubano, como parte de las canciones de
ida y vuelta.

103
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

junto a su esposo. Esta práctica consistió, en que a las doce de la noche, las
aguas de la playa de La Barranquera se convirtieron en un lebrillo, en cuyo
interior fueron transportadas a Cuba Rosario y seña Remedios. Una vez en
tierras cubanas, Rosario visitó a su marido, pasando la noche con él, sin ser
reconocida por éste, gracias al embrujo que poseía. Al dar las doce de la
noche del día siguiente, hora en que se rompería el embrujo, Rosario hubo
de dejar tan rápidamente a su esposo que, entre abrazos y besos, le arrancó
una manga de la camisa.

Al aparecer en la playa de Valle de Guerra, junto con su amiga seña


Remedios, ve que todavía tiene la manga de la camisa, la cual guardó en su
casa en una vieja caja de cedro.

Pasado el tiempo, Rosario mostraba su avanzado estado de gestación, por lo


cual fue muy criticada en todo el pueblo de Valle de Guerra. Pero a pesar de
todo, Rosario dio a luz un hermoso niño al que puso por nombre José, como
su marido, lo cual levantó gran indignación entre los habitantes del lugar.
Ante este hecho, Rosario, sólo sufría y esperaba ansiosamente la llegada de
su marido.

Por fin, un día, el marido llegó a Canarias e, indignado también él, pidió una
explicación. Rosario reunió a su esposo y a los habitantes de la zona donde
vivía, y exclamó a los cuatro vientos.

"Yo nunca te engañé


yo siempre te he amado.
¿Pero la manga de su camisa
dónde la has dejado?"

Al rato, Rosario entró a la casa, y saliendo con su hijo y la manga que le


había desprendido a su marido en Cuba, exclamó:

"Esta es la manga
que en Cuba te arranqué

104
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

hoy te la devuelvo
con tu hijo José".

Su marido comprendió, y también comprendieron los vecinos, los cuales,


"como alma que lleva el diablo", salieron de aquel lugar ante el acto de
brujería.

9. El viejo que recibió a su hermana [desde Canarias] montada en una escoba.200

A mí me contaba un isleño viejo, como de ochenta años, cuentos de brujas. Él


me dijo un mediodía en el comedor de la casa:

 Este cuento es verdad. Yo vine jovencito para Cuba, con mi hijito. Nunca
más regresé a Canarias. Yo tenía deseos de ver a mi familia, y un día en que
estaba pensándolo vi una escoba volando, y arriba de ella venía una mujer
vestida de negro. Ella llegó, saludó, ¡y resultó que era mi hermana que venía
de mi tierra! Yo no le creía nada [continúa la informante], pero me callé. Yo
era muy jovencita entonces y me gustaba oírlo. Y él me seguía diciendo:

 Mi hermana me abrazó y me besó y se puso a conversar conmigo y a


contarme cuentos de familia. Por la tardecita la invité a comer y me dijo que
no. Se escarranchó en su escoba y desde lejos me iba diciendo adiós.

200Entrevista de Samuel Feijóo; informante Eva Fleites, Santa Clara, actual Provincia de
Villa Clara; Ibídem, p. 316.

105
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

10. Las raras brujas de "Palo Prieto" [y el cuentero isleño].201

Yo me crié en el campo y por allí vivía un señor isleño que le decían


Cotorrón por lo mucho que hablaba. Vivía en la finca de "Palo Prieto" hace
unos veinte años y era un señor de mucha edad. Siempre estaba hablando y
haciendo historias de brujas que él daba por muy ciertas y se emocionaba
muchísimo al contarlas como si se tratara de una cosa que él hubiera
palpado.

Contaba el cotorrón que el conoció a un señor que tenía una esposa que era
bruja y que se juntaba de noche con muchas compañeras brujas y salían en
bandadas volando, después de untarse un ungüento debajo de los brazos,
sin el cual no podían volar, y salían a hacer sus fechorías.

El señor amigo del Cotorrón se sentía muy mortificado porque su mujer era
bruja, y un día que ella había preparado mucha comida para cuando
regresara de hacer sus fechorías cenar con las demás brujas, el señor se puso
muy ofuscado y envenenó la comida y al otro día la tandereta202 de brujas
amaneció muerta. La palabra tandereta él la usaba mucho y significaba lo
mismo que montón, pila, burujón.

El Cotorrón también contaba que un día un señor venía del pueblo a pie
porque le habían robado el caballo y después de haber caminado mucho se
encontró una mula y se montó en ella y cuando la pinchó con las espuelas la
mula se convirtió en una bruja, que salió burlándose del señor.

El Cotorrón contaba tantas historias de brujas que los guajiros de la zona ya


creían en ellas. En la finca de que vengo contando, "Palo Prieto", que se
encuentra sólo a dos kilómetros y medio de la carretera vivía un señor que

Entrevista de José Seoane; informante, José Antonio, actor; Santa Clara, actual Provincia
201

de Villa Clara; Ibídem, pp. 311-312.

Por tendereta; también se conoce en Venezuela: se usa como "quedar en la tendereta"; es


202

decir, quedar tendido en el suelo y no como sinónimo de cantidad.

106
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

yo conocí, que le decían don Felo, que ya se murió hace como quince años.
En una ocasión él estaba en la finca una noche y en ese momento pasaba por
la carretera un carro altoparlante tocando música. El pensó que eran brujas
que pasaban cantando a distancia y al otro día nos contó que le había pedido
a Dió que se llevara "a la bruja de los diablos".

Por esa zona que yo me crié algunos campesinos creían que las brujas velan
la caída de la noche para chuparle la sangre a las criaturas recién nacidas.
[En] una ocasión una señora dio a luz y una mujer medio barbuda que había
por el lugar le dio un remedio contra las brujas, la señora hizo el remedio y
una noche una bruja quiso entrar, pero el olor no se lo permitía y entonces se
paró en el techo y dicen que gritó:

 Válgale a la barbuda y al atizador de ruda.203

Y no pudo entrar y se fue.

11. Vuelo de brujas con manteca de majá [donde vivían unas isleñitas].204

En el entronque de Manajanabo205 y la Carretera Central, en 1940 vivían


unas isleñitas. A todos los muchachos nos decían la gente que eran brujas y
que volaban por la noche.

203 Efectivamente, la ruda (Ruta graveolens L.) tiene un olor muy penetrante y
desagradable, pero es estimada para remedios caseros como fricciones y baños; también se
emplea como emenagogo (lavativa o lavado intestinal); por lo que se le asocia a la sabina
(Juniperus virginiana, Lin.), el azafrán (Carthamus tinctorius, Lin.) y la artemisa
(Ambrosia artemisifolia, Lin). [Roig y Mesa, Juan Tomás. Diccionario botánico de nombres
vulgares cubanos, tomo II, La Habana, 1965, p. 851]. En Canarias también se emplea contra
trastornos en la menstruación, empacho (mala digestión) e inflamación estomacal [García
Barbuzano, Domingo. Prácticas y creencias de una santiguadora canaria. Centro de la Cultura
Popular Canaria, Colección Temas Canarios, no. 1, Santa Cruz de Tenerife, 1981, p. 92.

204Entrevista de Samuel Feijóo; informante Adalberto Suárez, Santa Clara, actual


provincia de Villa Clara; Ob. cit., p. 316.

107
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Se decía que se echaban manteca de majá en los sobacos, los brazos y las
piernas, que se montaban en una escobas y salían volando.

12. Francisco y su futura suegra [oriunda de Canarias].206

Cuenta mi abuela que en Canarias las brujas abundan. Ella cuenta la historia
de Francisco, un muchacho que visitaba su novia, pero que siempre que
llegaba, la futura suegra se le perdía.

Entonces unos amigos le dijeron que era una bruja. El se negó a creerlo y
entonces uno le dijo:

 Mira, para que te convenzas de que es verdad llévate una tijera en el


bolsillo. Cuando vayas a tu próxima visita y veas salir a la vieja, sin que tu
novio se dé cuenta clava la tijera encima de la puerta, de modo que quede en
cruz, y tú verás...

El muchacho hizo la operación, y cuando la vieja regresó a su casa no pudo


entrar.

Entonces gritó desde afuera a su hija:

 ¡María dile a Francisco que me deje entrar!

Francisco le respondió:

 Señora yo no la tengo amarrada ...

205 Poblado que se encuentra a unos quince kilómetros al este de la ciudad de Santa Clara.

206Entrevista de Rigoberto Valdés en el Municipio Camajuaní, actual Provincia de Villa


Clara; Ibídem; p. 314.

108
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

La vieja le dijo:

 Quite eso que tiene clavado encima de la puerta.

Así Francisco pudo comprobar que la vieja era una bruja.

13. La bruja enamorada [en una zona llena de isleños].207

Esta zona de por aquí estaba llena de isleños. Y las isleñas viejas casi todas
eran brujas. Una de esas isleñas, Candelaria, se enamoró de mi. Y pasaba
todas las noches volando por encima de mi casa y tocando una música muy
bonita. A veces ella cantaba y su voz era fina como la de un gato.

Aquella música era extraña, yo nunca he oído otra igual. Yo cogí mucho
miedo porque me dijeron que si yo no la aceptaba, a los veintiocho días ella
me mataba. Y me fui de allí, me fui para Santa Clara.

14. Yo me vi hechizado por las brujas [que "venían de Canarias"].208

Dicen que las brujas venían de Canarias, aquí hay quien no cree en brujas,
pero yo puede asegurarle que si existieron las brujas, porque a mi ellas me
han embrujado. Mire, estando yo una vez en Banes, fuimos yo y dos amigos
míos a un baile. La casa quedaba un poco lejos del poblao, eso era en un
campo. Cuando llegamos a la casa del baile no vimos nada de fiesta pero
siempre entramos a la casa, y estuvimos hasta tarde y yo viendo que no
venían los músicos ni los bailadores le digo a los muchachos: "Vámonos de

Entrevista de René Batista; informante Anselmo Ruiz, de setenta años, poblado de


207

Vueltas, Municipio de Camajuaní, Provincia de Villa Clara; Ibídem, p. 315.

208Entrevista de Lawrence Zúñiga en la actual provincia de Guantánamo; informante


Rafael Sánchez, quien entonces tenía noventa y tres años, Municipio Baracoa; Ibídem, pp.
296-297.

109
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

aquí porque no veo nada de baile". Nos ponemos de pie y sale la vieja de la
casa y nos dice: "No se vayan, muchachos, que esto se compone". Le dijimos
a la vieja: "Qué va, vieja, nos vamos porque se nos hace tarde y queremos dar
una vuelta por el poblao". Salimos y comenzamos a caminar. Era una zona
de cañaverales y teníamos que ir por un camino recto. Ya eran como las doce
de la noche y no habíamos caminado cincuenta varas de la casa, cuando se
nos pierde el camino y se nos presenta una bejuquera que no nos dejaba
caminar. Empezamos a luchar por ver si pasábamos, pero qué va, era
imposible. Yo le digo a los compañeros: "Pero si estamos perdidos". Y ya yo
estaba un poco asustado y miro a pa to los laos y era bejuquera no se veía
una caña. Miro pa el cielo y me doy cuenta que la luna estaba como el día,
que si se caía allí un alfiler aparecía. Seguimos luchando y medio
comenzamos a cruzar la bejuquera hasta que por fin logramos salir de ese
monte, pero más adelante volvimos a encontrarnos de nuevo la bejuquera.
Comenzamos a luchar de nuevo para ver si podíamos cruzarla, pero qué va,
esta vez nos fue imposible. Entonces decidimos sentarnos y esperar que
amaneciera. Pero antes que amaneciera comenzamos a oír un ruido cerquita,
como si fuera un río crecido que venía bajando. Que yo recuerde por allí no
había río ni la cabeza de un guanajo. Ya cuando el alba comenzaba a subir
fue desapareciendo la bejuquera.

Yo estaba vestido de blanco y salí de allí como un carbón y cuando llegamos


al poblao contamos lo que nos había sucedido y nos dijeron: "Esas eran
brujas, si ustedes lo hubieran sabido se hubieran quitado la camisa y se la
ponen al revés y enseguida le aparece el camino pues la ropa al revés le quita
fuerzas a las brujerías de las brujas". Por eso yo le aseguro que en mis
tiempos si había brujas, porque a mí me pasó, pero ya las brujas se acabaron,
eso fue en mis tiempos, cuando ellas salían y hacían maldades.

110
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

15. Atrapando brujas en Baracoa [que "eran de la raza de los isleños de


Canarias"].209

Me han contado los viejos de aquí de Baracoa que las brujas si existían, que
tenían el poder de quitarse la piel y salir volando como si fueran pájaros.
Hay quien dice que las brujas eran de la raza de los isleños de Canarias. Ellas
salían volando de Baracoa y visitaban a sus familiares en las Islas Canarias, y
cuando regresaban traían plantas existentes en esas islas.

A las brujas las velaban para atraparlas, y una de las formas empleadas para
ello era la siguiente: cuando ellas salían volando, que dejaban la piel
escondida, la gente la cogían y le echaba cenizas y cuando las brujas
regresaban del viaje y se iban a poner sus pieles, no podían; y ahí mismo les
echaban garras. Entonces se les daban tremendas palizas, y a algunas las
quemaban vivas.

Otro medio para atrapar las brujas era el siguiente: se les regaban granos de
mostaza en las pieles, y cuando ellas regresaban no podían ponerse las pieles
hasta no recoger toda la mostaza y en ese trajín les daba el amanecer, y ahí
mismo las atrapaban. Dicen que la mostaza tenía el poder de romper el
hechizo de las brujas.

209Entrevista de Lawrence Zúñiga en la actual provincia de Guantánamo; informante


Rafael Sánchez, quien entonces tenía noventa y tres años, Municipio Baracoa; Ibídem, pp.
295-296.

111
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

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114
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

4.
TINERFEÑOS EN LA INMIGRACION CANARIAS-CUBA:
SU CONTRIBUCION AL PERIODISMO

¿Quién que peleó en Cuba


donde quiera que pelease,
no recuerda a un héroe
isleño?

José Martí

La inmigración canaria en Cuba constituye un proceso casi permanente


desde la segunda mitad del siglo XVI hasta mediados del siglo XX; su
importancia y significación han sido estudiadas de ambos lados del Atlántico
y ello permite contar con una abundante bibliografía sobre diferentes
alcances sociales, culturales, económicos y demográficos de este trasvase
humano.210

En dicho proceso ocupa un importante lugar la inmigración procedente de


Tenerife, una de las islas cuya participación tanto en el poblamiento inicial
de Cuba como en el ulterior desarrollo social, no ha sido suficientemente
estudiada.

Desde la segunda mitad del siglo XVI cuando se ratifica y prorroga la


merced que tienen los isleños de canarias para emigrar a América, aunque
bajo el estricto cumplimiento de los requisitos establecidos por la Casa de
Contratación de Sevilla, Cuba representa un importante punto de atracción
de familias tinerfeñas, tal como reflejan las licencias de embarque contenidas

210 Uno de los grandes esfuerzos por multiplicar y divulgar muchas de estas
investigaciones a ambos lados del Atlántico pueden sintetizarse en la celebración bienal
de los Coloquios de Historia Canario-Americana, junto con la publicación de sus
memorias. Véase el Catálogo de los Coloquios, Las Palmas, 1990; así como el conjunto de
publicaciones realizadas por el Centro de la Cultura Popular Canaria con el apoyo de los
diferentes Cabildos Insulares.

115
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

en el Cedulario de Canarias,211 con independencia del conocido y creciente


peso que adquiere el tráfico ilegal.

Tal es así que cuando el éxodo canario masivo hacia América provoca un
rápido proceso de despoblamiento de las islas, uno de los primeros que
llama la atención es el Juez de Registro de Tenerife, quien escribe: "Es tanta
la gente que ha salido que se tiene por cierto ser más los naturales della que
residen en aquellas provincias [América] que los que avitan [sig.] en esa
isla".212

A diferencia del resto de la inmigración de la Península Hispánica, que se


caracterizó globalmente por su alto índice de masculinidad, la inmigración
canaria en su etapa inicial (siglos XVI-XVIII) fue debidamente protegida por
Real Cédula y poseyó un carácter familiar. Ello condujo en Cuba, según se
ha podido medir en un estudio muestral de diez archivos parroquiales,213
junto a un específico proceso de asentamiento y formación de nuevos
lugares habitados,214 a una muy temprana reproducción natural de esta
población no dependiente de los procesos migratorios externos y a sus
obvias implicaciones de transmisión genética y cultural.

El movimiento de navíos de Canarias a América, en tanto conductor de


mercancías y pasajeros, también refleja la activa participación tinerfeña hacia
Cuba. Durante el período 1659-1717 (Cuadro 1) de los 135 barcos que viajan

211 Morales Padrón, Francisco. Cedulario de Canarias, 3 tomos, Sevilla, 1970.

212 Morales Padrón, Francisco. "El desplazamiento a las Indias desde Canarias", en
separata de la revista El Museo Canario, nos. 33-36, enero-diciembre, Las Palmas, 1950, pp.
5-6.

Guanche, Jesús. Significación canaria en el poblamiento hispánico de Cuba, Santa Cruz de


213

Tenerife, 1992, pp. 57-81.

214Guanche, Jesús. "Aportes canarios a la cultura campesina cubana", en Revista de la


Biblioteca Nacional José Martí, año 75, 3ra época, vol. XXVI, septiembre-diciembre, no.3, La
Habana, 1984, pp. 43-74.

116
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

a Cuba y que representan el 46,39 % del tráfico hacia América, más de la


mitad (58,52 %) proceden de Tenerife; vienen de los puertos de Santa Cruz
de Tenerife, Garachico y Puerto de la Cruz con destino a La Habana,
Santiago de Cuba y Trinidad.215 La inmigración de familias desde Islas
Canarias a la Florida que promueve la Real Compañía de La Habana
también cuenta con una amplia participación tinerfeña. De las setenta y cinco
familias que viajan hacia 1758, el 61,33 % procede de Tenerife y ello también
influye en el aumento de la población de Cuba, pues como señala Le
Riverend, muchos isleños desertan en La Habana durante el tránsito y se
internan en la Isla.216
CUADRO 1
MOVIMIENTO DE NAVIOS CANARIAS-AMERICA (1659-1717)

Países A B C D E F G
actuales
Puertos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14
de
destino
Períodos

Puertos
Navíos

1659- 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0
1660
1661- 7 9 0 0 3 0 0 1 0 1 3 0 0 1 0 0
1670
1671- 18 22 2 0 8 3 0 1 0 1 1 1 2 2 0 0
1680
1681- 43 73 1 0 24 2 3 11 7 7 1 3 10 2 1 1
1690
1691- 58 58 0 2 24 3 0 13 0 2 1 1 5 4 0 3
1700
1701- 73 77 0 1 37 1 1 11 0 3 3 0 11 8 0 1
1710
1711- 50 51 0 0 24 1 0 12 0 1 1 0 8 4 0 0
1717

215 Guanche, Jesús. Significación..., p. 33.

216 Le Riverend, Julio. Historia económica de Cuba, 4ta edición, La Habana, 1974, p. 20.

117
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Total 250 291 3 3 120 10 5 49 7 15 11 5 36 21 1 5

A Colombia (1. Cartagena, 2. Santa Marta); B Cuba (3. La Habana, 4. Santiago de Cuba, 5.
Trinidad; C México (6. Campeche, 7. Veracruz; D. República Dominicana (8. Santo
Domingo); E. Puerto Rico (9. Puerto Rico); F. Venezuela (10. Cumaná, 11. La Guaira, 12.
Maracaibo); G. Sin referencias (14. Indias).

Fuente: Fariña González, Manuel A. Anexo no.7, Movimiento de navíos Canarias América
(1659-1717). Memoria de Licenciatura. Departamento de Historia. Facultad de Geografía e
Historia. Universidad de La Laguna, Tenerife, 1987. Cortesía del autor. Elaboración
propia.

Uno de tantos ejemplos lo representa la participación tinerfeña en la


fundación, poblamiento y gobierno inicial de lo que sería la ciudad de
Matanzas; la Atenas de Cuba, tal como fue calificada durante el siglo pasado
por su desarrollo económico y sociocultural, basados en la más intensa
explotación de la fuerza de trabajo de esclavos africanos. De las treinta
familias canarias que llegan a Cuba entre 1684-1693 y que son enviadas a
Matanzas por el Bando del Gobernador de 11 de mayo de 1693, más de las
nueve décimas partes de los cabezas de familia y sus acompañantes (mujeres
e hijos) proceden de diversas localidades de Tenerife (Cuadro 2).

Posteriormente, de las veintiséis familias que se asientan en torno a la bahía


de Matanzas en agosto de 1694, sólo 1 procede de Santa Cruz de La Palma; el
resto también es de Tenerife (96,15 %). De modo que prácticamente toda la
membresía del primer Ayuntamiento de la naciente comunidad era
tinerfeña. Sus miembros fueron "Diego Méndez de León Illada, natural de
Tenerife, alcalde de primer voto, [...] Miguel Alfonso [de Armas, natural de
La Laguna]. Regidores: Domingo Alfonso Ruiz, de la Rambla, Diego García
de Oramas, del Realejo de Abajo, Salvador Pérez Ramellón, de la Orotava, y
Pedro Fernández Guerrero, de Tenerife, procurador general".217

217Castillo Meléndez, Francisco. "Participación de Canarias en la fundación de Matanzas",


en VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984). Las Palmas, 1987, p. 74.

118
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

CUADRO 2
PRESENCIA TINERFEÑA EN LA FUNDACION DE MATANZAS
Procedencia Pobladores
Isla Localidad Cabezas de Acompañantes
familia
Tenerife Santa Cruz de Tererife 9 54
Tacoronte 8 52
Puerto de la Cruz 4 22
El Sauzal 3 16
El Realejo de Abajo 1 5
La Laguna 1 5
La Rambla 1 5
Taganana 1 5
(Subtotal y %) 28 168
(93,33 %) (92,81 %)
Gran Canaria 1 8
Hierro 1 5
(Subtotal y %) 2 13
(6,67 %) (7,19 %)
Total 30 181

Fuente: Castillo Meléndez, Francisco. "Participación de Canarias en la


fundación de Matanzas", en VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984),
Primera parte, tomo I, Las Palmas, 1987 (Cuadro I), p. 65. Elaboración
propia.

Durante el siglo XIX, aunque el estudio muestral de fuentes canarias como


las comendaticias reflejan una mayor participación "legal" de palmeros (56,03
%) que de tinerfeños (18,60 %), en tanto contribución de importancia para el
análisis estadístico de una parte de la población emigrante (Cuadro 3), otras
fuentes cubanas confirman el peso de la inmigración desde Tenerife.

119
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

CUADRO 3
EMIGRACION DE ISLAS CANARIAS A CUBA (1848-1898)
Estudio muestral de las comendaticias o permisos de embarque

Isla Varones % Hembras % Total %


La Palma 11 504 77,91 3 262 22,09 14 766 56,03
Tenerife 3 297 67,05 1 620 32,95 4 917 18,66
Gran Canaria 2 945 60,61 1 914 39,39 4 859 18,44
Gomera 1 285 87,95 176 12,05 1 461 5,54
Fuerteventura 88 61,11 56 38,89 144 0,55
Lanzarote 75 55,97 59 44,03 134 0,51
Hierro 65 87,84 9 12,16 74 0,28
Total 19 259 73,08 7 096 26,92 26 355 100,00

Fuente: Hernández García, Julio. La emigración de las Islas Canarias en el


siglo XIX, Las Palmas, 1981. Elaboración propia.

El estudio realizado por José de J. Márquez a fines del siglo pasado sobre la
entrada de canarios por el puerto habanero permite medir el mayor peso de
la inmigración tinerfeña (44,78 %) respecto del resto del archipiélago durante
el período 1835-1851 (Cuadro 4).
Un análisis más reciente realizado por la investigadora Rosario Márquez
Macías acerca de la composición por isla de procedencia de los canarios
contratados en Cuba durante el período 1852-1855 (Cuadro 5) también
confirma que más de las tres cuartas partes (76,71 %) procede de Tenerife.

CUADRO 4
ENTRADA DE CANARIOS POR EL PUERTO DE LA HABANA (1835-1851)

I s l a
Año Tenerife La Palma Gran Gomera Lanzarote Sin Total
Canaria especificar
1835 292 198 98 0 0 287 875
1836 1522 302 222 299 0 0 2 345
1837 239 57 284 31 0 0 611
1838 555 121 161 0 0 608 1 445
1839 494 368 110 0 0 42 1 014
1840 429 143 294 0 0 319 1 185

120
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

1841 233 115 230 0 0 262 840


1842 503 208 295 0 0 161 1 167
1843 267 38 119 89 8 127 648
1844 187 83 299 0 0 117 686
1845 734 10 19 0 0 0 763
1846 772 9 20 0 0 0 801
1847 510 0 319 0 1 0 830
1848 422 0 350 0 0 0 772
1849 186 0 408 0 0 0 594
1850 111 3 1 674 0 0 0 1788
1851 539 0 951 0 0 0 1490
Total 7995 1 655 5 853 419 9 1 923 17 854
% 44,78 9,27 32,78 2,35 0,05 10,77 100,00

Fuente: José de J. Márquez. "Apuntes para la historia de la inmigración canaria en


Cuba", en Revista de Las Canarias. Periódico decenal de artes, ciencias, literatura,
agrícola y de intereses generales de la colonia canaria. Nos. 4 al 9, La Habana,
1890. Elaboración propia.

Estos datos pueden reafirmar un señalamiento efectuado a modo de nota por


el Profesor Antonio M. Macías Hernández en el contexto del estudio general
de la emigración canaria a América durante el período 1830-1930:
"Probablemente, la diferente naturaleza socioeconómica de los emigrantes
permite demostrar que los más privilegiados y cualificados, procedentes de
Tenerife, La Palma y Gran Canaria se dirigían a las plantaciones tabaqueras
cubanas [entre otros lugares], mientras que la masa jornalera y menos
cualificada de Lanzarote y Fuerteventura era contratada por hacendados del
continente",218 e incluso de Cuba, pero en menor proporción.

218Macías Hernández, Antonio M. "Un siglo de emigración canaria (1830-1930)", en


Españoles hacia América. La emigración en masa, 1880-1930. Compilación de Nicolás Sánchez-
Albornoz. Madrid, 1988, p. 178.

121
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

CUADRO 5
COMPOSICION DE LOS CANARIOS CONTRATADOS EN CUBA
POR ISLA DE PROCEDENCIA (1852-1855)

Isla Total %
Tenerife 1 423 76,71
Gran Canaria 238 12,83
Gomera 139 7,49
Fuerteventura 30 1,62
Hierro 14 0,75
Lanzarote 10 0,54
La Palma 1 0,06
Total 1 855* 100,00

* El total que es reportado por la autora (1 803), p. 19, no coincide con la composición por
isla de procedencia, pp. 23-25.

Fuente: Márquez Macías, Rosario. La búsqueda de un modelo laboral capitalista en la economía


cubana. La emigración de colonos canarios, 1852-1855. Ponencia presentada al Symposium
Internacional sobre La emigración canaria a América en el siglo XX, Teguise, Lanzarote,
diciembre de 1989. Mecanuscrito. Elaboración sintetizada.

Según todo parece indicar, esta tendencia se mantiene en el siglo XX, pues la
información que refleja una de tantas publicaciones periódicas creadas por la
comunidad canaria en Cuba, como fue la revista semanal Cuba y Canarias,
que registra la entrada de barcos y pasajeros desde Canarias por el puerto de
La Habana, indica según la muestra del mes de septiembre de 1912 que
cerca de la mitad de los pasajeros también proceden de Tenerife (Cuadro 6).

122
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

CUADRO 6
ENTRADA DE CANARIOS POR EL PUERTO DE LA HABANA
(SEPTIEMBRE DE 1912)

Barco Fecha Gran Canaria Tenerife La Palma Total


Sexo V H V H V H V H
Vapor Correo 1 de
52 23 11 7 70 8 133 38
Buenos Aires septiembre
Vapor 5 de 8 1 5 2 13 10 26 13
Cristina septiembre
Vapor Balmes 16 de 27 3 5 5 21 5 53 13
septiembre
Vapor 18 de 0 0 150 34 0 0 150 34
Frankenwalg septiembre
Total por sexo 87 27 171 48 104 23 362 98
Total por isla 114 219 127 460
% 24,78 47,61 27,61 100,00

Fuente: Cuba y Canarias, Revista semanal, nos. 1-3, La Habana, 1912. Elaboración propia.

CUADRO 7
DICCIONARIO BIOGRAFICO CANARIO-AMERICANO
LUGARES DE DESTINO DE LOS CANARIOS

Lugar Total % Lugar Total %


América 50 4,02 Guatemala 8 0.64
Argentina 115 9,24 Honduras 4 0,32
Bolivia 5 0,40 México 49 3,94
Brasil 13 1,05 Nicaragua 2 0,16
Canadá 2 0,16 Panamá 7 0,56
Chile 14 1,13 Paraguay 2 0,16
Colombia 13 1,05 Perú 26 2,09
Costa Rica 3 0,24 Puerto Rico 11 0,88
Cuba 226 18,17 Santo Domingo 6 0,48
E.U.A. 15 1,21 Uruguay 96 7,72
Ecuador 5 0,40 Venezuela 572 45,98
Total 1 244 100,00

Fuente Fernández, David W. Diccionario biográfico canario-americano,


Santa Cruz de Tenerife, 1989. Elaboración propia.

123
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Por otra parte, la reciente obra de David W. Fernández, el Diccionario


biográfico canario americano permite valorar la significación de un conjunto de
personas de origen canario que pasaron a residir o estuvieron de tránsito en
América. No obstante el muy meritorio esfuerzo, la obra se inclina según el
volumen general de la información obtenida, a resaltar la emigración canaria
a Venezuela (Cuadro 7) ya que prácticamente casi la mitad de los
biografiados (45,98 %) residieron o estuvieron en la tierra de Simón Bolívar.
Aunque Cuba ocupa el segundo lugar en datos biográficos no llega a un
quinto (18,17 %) del total de la obra y ello, más que representar un simple
vacío de información, significa un nuevo reto para el autor o para otros
investigadores que continúen esta importante línea de trabajo.

Del mismo modo que la tendencia general seguida por esta emigración, la
mayoría de los canarios biografiados en América proceden de Tenerife
(Cuadro 8), lo que de manera global también confirma su activa y masiva
participación no sólo en el poblamiento americano, sino particularmente en
el desarrollo socioeconómico y en la semilla de un movimiento intelectual
del otro lado del Atlántico.

CUADRO 8
DICCIONARIO BIOGRAFICO CANARIO-AMERICANO
LUGARES DE PROCEDENCIA DE LOS CANARIOS

Isla Total %
Tenerife 477 38,34
Gran Canaria 198 15,92
La Palma 162 13,02
Lanzarote 52 4,18
Hierro 28 2,25
Gomera 27 2,17
Fuerteventura 23 1,85
Sin referencias 277 22,27
Total 1 244 100,00

Fuente Fernández, David W. Diccionario


biográfico canario-americano, Santa Cruz
de Tenerife, 1989. Elaboración propia.

124
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

De acuerdo con la información que aporta la fuente anteriormente referida,


también la mayoría de los canarios biografiados en Cuba son tinerfeños
(Cuadro 9) y representan casi un tercio (33,19 %) del total de las personas
estudiadas.

CUADRO 9
PRESENCIA CANARIA EN CUBA
SEGÚN BIOGRAFÍAS ESTUDIADAS

Isla Total %
Tenerife 75 33,19
La Palma 44 19,47
Gran Canaria 40 17,70
Gomera 12 5,31
Hierro 9 3,98
Lanzarote 5 2,21
Fuerteventura 3 1,33
Sin referencias 38 22,27
Total 75 100,00

Fuente Fernández, David W.


Diccionario biográfico canario-
americano, Santa Cruz de Tenerife,
1989. Elaboración propia.

CUADRO 10
PRESENCIA TINERFEÑA EN CUBA
SEGUN LA OCUPACION DE PROCEDENCIA

Profesión u Total % Profesión u oficio Total %


oficio
Abogados 2 2,67 Músicos 1 1,33
Comerciantes 3 4,00 Periodistas 15 20,00
Educadores 6 8,00 Pintores 3 4,00
Funcionarios 7 9,33 Políticos 4 5,33
Industriales 2 2,67 Sacerdotes 7 9,33
Literatos 4 5,33 Sin referencias 6 8,00
Médicos 2 2,67

125
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Militares 13 17,33 Total 75 100,00

Fuente Fernández, David W. Diccionario biográfico canario-americano,


Santa Cruz de Tenerife, 1989. Elaboración propia.

Aunque la presencia de estos residentes o transeúntes en Cuba fue muy


diversa desde el punto de vista de la actividad desempeñada, si
consideramos la profesión o el oficio ejercido (Cuadro 10) sobresale el
periodismo, no sólo en número respecto de las demás ocupaciones, sino en
relación con el resto de la información generada por la comunidad canaria en
Cuba.

CUADRO 11
COMPOSICION DE LAS FUENTES CANARIAS EN CUBA
POR TIPOS DE PUBLICACION O INFORMACIÓN

Tipo de in Total %
formación
Artículos 1 3,45
Informes 1 3,45
Memorias 2 6,90
Monografías 1 3,45
Periódicos 10 34,48
Reglamentos 4 13,79
Revistas 10 34,48
Total 29 100,00

Fuente: Guanche, Jesús. «Las


asociaciones hispánicas en Cuba:
fuentes para su estudio», en Tebeto V,
Anuario del Archivo Histórico Insular de
Fuerteventura, Islas Canarias, 1992,
pp. 131-175.

En un acercamiento inicial a las fuentes para el estudio de las asociaciones


hispánicas en Cuba,219 así como a la reciente elaboración de un índice

219Guanche, Jesús. "Las asociaciones hispánicas en Cuba. Fuentes para su estudio", en


Tebeto V, Anuario del Archivo Insular de Fuerteventura, 1992, pp. 131-175.

126
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

bibliográfico de seis publicaciones canarias en Cuba,220 podemos observar


que más de la mitad de la información encontrada hasta el presente (68,96 %)
procede de los periódicos y las revistas (Cuadro 11), lo que permite
contribuir a confirmar el real peso que desempeñó este importante ejercicio
de la comunicación.

Sin embargo, la participación tinerfeña en el periodismo cubano no sólo se


limitó como veremos al conjunto de publicaciones periódicas creadas
por los canarios a partir de la fundación de sus diferentes asociaciones,221
sino que abarcó un amplio diapasón en diversos medios de la prensa escrita
y representó variadas corrientes del pensamiento.

Durante el siglo XIX, uno de los primeros periodistas cuya obra amerita
destacarse fue Andrés Stanislás,222 nacido en Santa Cruz de Tenerife, quien
llega a Cuba en 1837 y pasa a ser uno de los fundadores del Diario de la
Marina,223 redactor de La Voz de Cuba, del Diario de la Tarde y del Avisador
Comercial. Conjuntamente colabora en La Prensa, la Revista Económica y
Floresta Cubana, entre otras publicaciones periódicas. En 1872 funda el
semanario Los bufos y ejerce la crítica periodística sobre conocidos literatos

220De la Fuente, Maritzela. Seis publicaciones canarias en Cuba, Trabajo inédito, La Habana,
1990. Incluye las revistas El Guanche, Islas Canarias, Hespérides, Cuba y Canarias, Las
Afortunadas y Atlántida.

221Guanche, Jesús. Aspectos socioculturales de la inmigración canaria en Cuba durante el siglo


XX. La asociación canaria de La Habana (1906-1958). Ponencia presentada en el Sympósium
Internacional sobre la Emigración Canaria a América en el siglo XX, Teguise, 1989.

222Fernández, David W. Diccionario Biográfico Canario-Americano, Santa Cruz de Tenerife,


1989, p. 272.

223En este periódico también llega a ser redactor el poeta y periodista Francisco Izquierdo
(La Laguna, 1886), quien además publica los poemarios Alta plática (La Laguna, 1915) y
Medallas (La Habana, 1925); y el también tinerfeño Manuel Linares, quien publica su obra
Un libro más (La Habana, 1906), prologado por el Dr. Rafael Montoro. Véase Asociación de
Reporters de La Habana. La prensa en Cuba. 1902-1927, Obra conmemorativa, La Habana,
1927, s/p.

127
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

cubanos como el costumbrista Anselmo Suárez y Romero (1818-1878)224 y el


poeta Juan Clemente Zenea (1832-1871).225 Una publicación periódica como
La Aurora del Yumurí de Matanzas, que nació de la fusión de La Aurora de
Matanzas (1828-1857), uno de los periódicos más importantes de la primera
mitad de esa centuria en Cuba, y de El Yumurí, otro periódico matancero,
tuvo primero de coeditor-propietario (1860-1861) y de editor-propietario
después (1862-1869) al periodista tinerfeño José Curbelo Ayala226, quien más
tarde dirigió en La Habana los periódicos La voz de Cuba y el Diario de la
Familia (1894).

Otro tinerfeño, Ignacio Negrín y Núñez,227 quien alcanzó el grado de


Teniente de Navío e Intendente de la Armada española, llega a Cuba en 1864
y laboró como redactor del periódico habanero El Mencey (1864-1866), el
primero de los órganos creados por la comunidad canaria en la Isla.

Juan Domínguez Barreda228, también nacido en Tenerife (1862), llegó a Cuba


en 1877 y tuvo una activa presencia en las publicaciones canarias de La
Habana durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX,
tales como La Voz de Canarias (1884-1886), El Eco de Canarias (1886), fue
redactor de Las Afortunadas (1893) desde donde trató de desinformar a la
opinión pública cubana sobre la importante participación canaria en las filas
independentistas y de Las Canarias (1896), así como fundador de la revista
El Eco de Canarias 2da época (1909).

224 Es la Colección de artículos costumbristas de 1859.

225 Es su poemario Cantos de la tarde, de 1860.

226 Fernández, David W. Ob. cit., p. 66.

227 Ibídem, p. 205.

228 Ibídem, p, 76.

128
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

El semanario La Voz de Canarias que contó desde un primer momento con


la colaboración de Pablo Pérez Zamora,229 nacido en el Puerto de la Cruz y
Presidente fundador de la Asociación Canaria de Beneficencia y Protección
Agrícola de La Habana (1872), desde donde se organizó el escuadrón de
voluntarios canarios contra los insurrectos cubanos también tuvo de
redactor al tinerfeño Fernando Falangón y González,230 quien años antes
había desempeñado igual función en El Correo de Canarias (1882), publicado
en La Habana.

La primera aparición de Las Afortunadas también tuvo como redactores a los


tinerfeños Felipe Verdugo Barlett (1860-1895) y Miguel Espinosa
Hernández;231 este último concluyó su carrera de periodismo en la
Universidad de La Habana. Espinosa fue además codirector de El Acicate
(1894), redactor de El Nuevo País (1899) y director de Cuba (1907).

De manera solidaria con el independentismo cubano, el periodista tinerfeño


Manuel Linares Delgado232 fue codirector de El Centinela (1878), director de
El Día y La Tarde, diarios políticos y económicos publicados desde 1885 y que
al año siguiente se funden en el Diario de la Tarde bajo su propia dirección.
Fue asimismo redactor de El Libre Pensamiento (1887) y director de El Acicate,
referido anteriormente.

El tinerfeño Ernesto Lecuona Ramos,233 padre de los conocidos músicos


cubanos Ernestina (1882-1951) y Ernesto Lecuona Casado (1895-1963),
también ejerció una activa participación en el periodismo matancero y

229 Ibídem, p, 232.

230 Ibídem, p, 89.

231 Ibídem, pp, 84 y 293.

232 Ibídem, p, 156.

233 Ibídem, pp. 152-153.

129
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

habanero. En Matanzas fue director de La Aurora del Yumurí, referida con


anterioridad, de El Buscapié (1879), El Conservador (1883) y El Constitucional
(1884). Posteriormente dirigió en La Habana La Cáscara Amarga (1884) y El
Comercio (1886).

El movimiento nacionalista canario durante el primer cuarto del siglo XX


tuvo una significativa representación tinerfeña en la figura de José Cabrera
Díaz,234 quien fue director de la revista Cuba y Canarias desde 1906; luego de
El Guanche (1924-1925) y Presidente del Partido Nacionalista Canario en
Cuba.235 Junto con su participación desde muy joven en el contexto social
obrero y en la defensa de sus intereses, también dirigió el periódico Cúspide
(1937) del antiguo Central Mercedita (actual José Smith Comas) cerca de la
ciudad de Cárdenas, en Matanzas y fue colaborador del periódico El Día, así
como redactor del diario El Tiempo, en La Habana.

La revista Patria Isleña (1926), que fue fundada en La Habana por el palmero
Luis Felipe Gómez Wangüemert (1862-1942) quien ya había sido editor de
El Guanche236 también contó con la colaboración del periodista tinerfeño
Esteban Coello.237 En la extensa obra periodística del tinerfeño Tomás

234 Ibídem, p, 45.

235Tanto en El Guanche como en Las Afortunadas (2da época) participa el tinerfeño Miguel
Martí, poeta y periodista de marcada tendencia nacionalista; quien también labora en el
periódico El Mundo. Véanse entre otros trabajos sobre la presente publicación a: Martínez
y Gálvez, Inmaculada y Valentín Medina Rodríguez. "El Guanche (2da época, La Habana,
1924- 25)", en Apuntes sobre la emigración canaria del siglo XX, La Laguna, 1990, pp. 27-62 y
Campos Mitjans, Gertrudis y Jesús Guanche Pérez. La revista El Guanche, el nacionalismo
canario en Cuba y la defensa de sus inmigrantes (1924-1925). Ponencia presentada en el IX
Coloquio de Historia Canario-Americana, Las Palmas, 1990.

236Paz Sánchez, Manuel de. "Luis Felipe Gómez Wangüemert y la masonería palmera y
cubana de la década de 1930. Notas para su estudio", en II Jornadas de Estudios Canarias-
América, Santa Cruz de Tenerife, 1980, pp. 31- 63; y del propio autor Wangüemert y Cuba (2
tomos). Colección Taller de Historia nos. 6-7, Santa Cruz de Tenerife, 1991-1992.

237 Fernández, David. Ob. cit., p. 62.

130
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

González Rodríguez,238 colaborador de casi toda la prensa habanera de


principios de siglo,239 se destaca su monografía La Prensa en Cuba, prologada
por el crítico cubano Rafael Montoro (1852-1933). Fue además director de la
Revista Financiera de Cuba (1926), redactor del Heraldo Minero (1927), director
de Hespérides (1930), otra de las revistas de la comunidad canaria en Cuba, y
de Reconstrucción (1936). Llega a ser Presidente de la Sección de Historia del
Ateneo Canario de Cuba y Secretario (por sustitución) de la Asociación de
Reporters de La Habana.

La revista habanera Selecta (1937) tuvo como director a Pablo Álvarez


Caña,240 quien fue también redactor del diario El País. Este tinerfeño fue
además Presidente de honor de la Asociación Canaria de La Habana y esposo
de la poetiza cubana Dulce María Loynaz (1903-1994), quien fue Presidenta
de la Academia Cubana de la Lengua y Premio Cervantes 1992.

Otro poeta y periodista, Antonio Hernández Pérez (Santa Cruz de Tenerife,


21-V-1909; Caibarién, VII-1975), de formación autodidacta, colabora en
varias publicaciones periódicas como Cúspide, El país gráfico, Vanidades, Surco
y Archipiélago [esta última de Caibarién], y participa muy activamente en
concursos literarios y encuentros de escritores cubanos.241 Tanto en el

238 Ibídem. p. 123.

239Colabora en La Lucha, Diario Cubano, El Triunfo, Heraldo Comercial, Diario Español,


Universal, El Día, Heraldo de Cuba, Diario Mercantil, Correo Español, La Discusión, Ultima
Hora y El Siglo.

240 Fernández, David W. Ob. cit., p. 15.

241 Su libro Contigo comparto la poesía obtiene Mención del Concurso "26 de julio"
auspiciado por las FAR, en 1969. En 1970 recibe el Premio de poesía de la Unión Nacional
de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) con su poemario De pronto sales con tu voz.
Nuevamente obtiene menciones en los concursos "26 de julio" en 1973, 1974 y 1975 con sus
obras En la ventana abierta, Los árboles y Yo digo mi valle, respectivamente. Recibe además
mención en el concurso "La Edad de Oro" por su libro de poemas para niños En enero, la
flor. Véase Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba.
Diccionario de la Literatura Cubana, Tomo I, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1980, p.
442.

131
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

ejercicio del periodismo, como en un sinnúmero de ocupaciones que no


siempre están recogidas aún en biografías la presencia tinerfeña en Cuba
ha sido una de las más destacadas cuantitativa y cualitativamente desde la
formación misma del pueblo cubano y su eco aún repercute.

Si hubiera que sintetizar esta inmigración procedente de Tenerife que se


asienta y deja su semilla o su sangre para siempre en la mayor de las islas
antillanas, sin vacilación escogería a una mujer y a un hombre, como
símbolos del histórico trasvase familiar.

Ella estaría dignamente representada en la figura de Leonor Antonia Pérez


Cabrera (1828-1907), no sólo por el conocido hecho biológico de haber sido la
madre de José Martí Pérez (1853-1895), Héroe Nacional de Cuba; sino por el
hecho cultural implícito en la transmisión cotidiana de valores éticos y
estéticos elementales que marcan al descendiente desde que éste toma
conciencia de sí y lo influyen para el resto de su vida. Esta situación
trasciende el ejemplo individual y toma fuerza cuando se conoce que la
mayoría de las mujeres procedentes del área peninsular e insular de España
durante los siglos XVI al XIX y que se asientan en Cuba, son nacidas en Islas
Canarias.242

Él estaría representado en la figura del Mayor General Manuel Suárez


Delgado (1840-1917), natural de Santa Cruz de Tenerife, uno de los seis
conocidos generales canarios que participaron en las fuerzas cubanas
durante la guerra de independencia de 1895-1898.243 Este patriota canario-

242La presencia mayoritaria de la mujer canaria en Cuba respecto del resto de España
durante el período colonial se evidencia tanto en la información censal de 1846 y 1861,
como a través de los archivos parroquiales estudiados. Véase Jesús Guanche. "Presencia
canaria en La Habana durante la etapa colonial"; en Anales del Caribe, no. 10, Centro de
Estudios del Caribe de la Casa de Las Américas, La Habana, 1990, pp. 69-70.

Los otros canarios conocidos que alcanzan el grado de General fueron Julián Santana
243

Santana (1830-1931) [General de Brigada], Jacinto Hernández Vargas (1859-1951) y Matías


Vega Alemán (1841-1905)[General de División]. Otros que también alcanzan el grado de
General fueron Salvador Hernández Ríos (18?-1925) [Mayor General] y Lucas Marrero

132
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

cubano ya había participado en la Guerra de los Diez Años (1868-1878) como


auxiliar del General Julio Sanguily (1846-1878), jefe de la División de
Camagüey, una de las dos columnas al mando del General Máximo Gómez
Báez (1836-1905). Suárez Delgado no sólo sintetiza a la mayoría canaria
(43,24 %) de los soldados y oficiales de origen hispánico que dieron su
energía vital y su sangre por la independencia nacional, en un noble gesto
del internacionalismo que ha caracterizado la formación histórica del pueblo
cubano y su posterior consolidación; sino que trasciende en el tiempo y su
actuación se apropia con todo derecho del calificativo que José Martí
otorgara a Ignacio Montesinos, el canario rebelde que conoció en su
temprano paso por el presidio habanero: "¿Quién, mejor que este isleño,
podrá llamarse cubano?".244

Por ello, muy lejos de dividirse con la emigración en masa hacia América,
Canarias se multiplicó en cada uno de los puntos receptores y en este
contexto, la presencia tinerfeña en Cuba es un vivo ejemplo.

[General de Brigada]. Véanse Julio Hernández García. "La participación de los isleños en
el proceso independentista de la Isla de Cuba y los orígenes del independentismo canario
en América. El Tratado de París". en La emigración de las Islas Canarias en el siglo XIX, Las
Palmas, 1981, pp. 476-483 y del propio autor El orgullo de ser canario en América, Santa Cruz
de Tenerife, 1989 y Manuel de Paz Sánchez y Octavio Rodríguez Delgado. Presencia canaria
en las filas del Ejército Mambí (1895-1898). Ponencia presentada al I Congreso Internacional
sobre la "Emigración Española al área del Caribe desde finales del siglo XIX", Santo
Domingo, República Dominicana, septiembre de 1989 (cortesía del Dr. Manuel de Paz).

244Martí, José. "Los isleños en Cuba", en periódico Patria, Nueva York, 27 de agosto de
1892.

133
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Bibliografía

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conmemorativa, La Habana, 1927.

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diciembre, no. 3, La Habana, 1984.

. Aspectos socioculturales de la inmigración canaria en Cuba durante el siglo XX.


La asociación canaria de La Habana (1906-1958). Ponencia al Symposium
Internacional sobre La emigración Canaria a América en el siglo XX. Teguise,
Lanzarote, 1989; y revista Santiago, no. 77, Santiago de Cuba, enero-junio de
1994.

134
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

. “Las asociaciones hispánicas en Cuba. Fuentes para su estudio” en Tebeto


V, Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura, Islas Canarias,
1992.

. "Presencia canaria en La Habana durante la etapa colonial", en Anales del


Caribe, no. 10, Centro de Estudios del Caribe de la Casa de Las Américas, La
Habana, 1990.

. Estudio etnohistórico de los componentes hispánicos en la formación del etnos


cubano, La Habana (1991). Monografía inédita.

Hernández García, Julio. La emigración de las Islas Canarias en el siglo XIX. Las
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. El orgullo de ser canario en América, Historia Popular de Canarias, no. 8,


Centro de la Cultura Popular Canaria, Santa Cruz de Tenerife, 1989.

Indices de los Coloquios de Historia Canario-Americana, 1976-1988 (I-VIII).


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Diccionario de la Literatura Cubana, tomo I, Editorial Letras Cubanas, La
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Márquez, José de J. "Apuntes para la historia de la inmigración canaria en


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Internacional sobre La emigración Canaria a América en el siglo XX. Teguise,
Lanzarote, 1989.

135
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

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1892 y en Obras completas, tomo 5, La Habana, 1965, p. 391.

Martínez y Alvarez, Inmaculada y Valentín Medina Rodríguez. "El Guanche


(2da época, La Habana, 1924-25)",en Apuntes sobre la emigración canaria del
siglo XX, La Laguna, 1990.

Morales Padrón, Francisco. "El desplazamiento a las Indias desde Canarias",


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Paz Sánchez, Manuel A. de. "Luis Felipe Gómez Wangüemert y la masonería


palmera y cubana de la década de 1930. Notas para su estudio", en II Jornadas
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. Wangüemert y Cuba (tomo I). Colección Taller de Historia, no. 6, Santa


Cruz de Tenerife, 1991.

. Wangüemert y Cuba (tomo II). Colección Taller de Historia, no. 7, Santa


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 y Octavio Rodríguez Delgado. Presencia canaria en las filas del Ejército


Mambí (1895-1898). Ponencia al I Congreso Internacional sobre la
"Emigración Española al área del Caribe desde finales del siglo XIX", Santo
Domingo, República Dominicana, septiembre de 1989.

136
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

5.
DOMINGO FERNÁNDEZ CUBAS (1831-1906):
UN CANARIO ARRAIGADO EN CUBA

Introducción

Una de las consecuencias históricas del intenso flujo migratorio canario-


americano es la presencia de un significativo conjunto de intelectuales, que
desarrollaron su vida profesional en uno o ambos lados del Atlántico y,
desde las más diversas ramas del saber, contribuyeron tanto a la inicial
formación, como a la posterior consolidación de una conciencia de identidad
común, que en diversas ocasiones multiplicó el estrecho y aún persistente
concepto de patria, limitado hasta el presente por fronteras naturales y
artificiales.

Los que hemos tenido la oportunidad de incursionar en el estudio de las


migraciones canario-americanas conocemos cada vez con mayor precisión el
indudable peso que ha tenido Cuba como espacio receptor de la rica
diáspora heptainsular en nuestro continente. Este hecho nos ha permitido
valorar diversas aristas y alcances de un complejo problema histórico-
cultural; desde el monto demográfico global y por etapas, así como las
variadas formas y modos de asentamientos y retornos; hasta estudios
particulares de algunas personalidades relevantes.245

En este contexto, me propongo dar continuidad a una importante línea de


investigación iniciada y ya desarrollada por otros investigadores en España

245En este último caso vale resaltar el Diccionario biográfico Canario Americano de David W.
Fernández (Santa Cruz de Tenerife, 1989) y la monografía en dos volúmenes Wangüemert y
Cuba del Dr. Manuel de Paz Sánchez, Santa Cruz de Tenerife, 1991 (t. I) y 1992 (t. II).

137
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

y América, acerca del trascendental papel desempeñado por diversas figuras


de origen canario en Cuba.246

Una de ellas, parcialmente considerada por diversas fuentes en esta historia


común, es la del Dr. Domingo Fernández Cubas, quien además de
ejemplificar la dignidad del magisterio universitario habanero de la pasada
centuria, representa al mismo tiempo un vivo símbolo de la preservación de
los intereses de la inmigración canaria en nuestra Isla.

En el presente trabajo representa una primera aproximación biográfica a la


activa participación de este médico, maestro y periodista en el ambiente
espacio-temporal de la capital cubana y para ello me propongo analizar la
significación histórica de Domingo Fernández Cubas como parte de los
aportes socioculturales de la intelectualidad canaria en Cuba; dar a conocer
algunas facetas de su vida profesional aún no estudiadas, a partir de sus
vínculos con instituciones científicas cubanas; y valorar las diversas
relaciones con su lugar de origen, no obstante
su pleno arraigo en la Isla.

De La Gomera a La Habana

Con sólo veintiún años de edad el joven


Domingo Fernández Cubas emigra a Cuba,
motivado como muchos de sus contemporá-
neos por las posibilidades de continuar
estudios y de trabajar en esta otra gran isla, que
desde entonces ya formaba parte de esa mezcla
de mito y realidad forjados por los constantes
trasvases humanos de ida y vuelta.

Recientemente, con el apoyo de la Casa de Colón en Las Palmas de Gran Canaria,


246

pudimos concluir otra monografía sobre la etapa cubana del pintor canario Valentín Sanz
Carta. Véase Valentín Sanz Carta en Cuba: un itinerario vital, Las Palmas, 1999.

138
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Domingo había nacido en San Sebastián de La Gomera el 3 de agosto de


1831; era el quinto hijo de Antonio Fernández Hurtado de Mendoza y de
María del Carmen Cubas Salazar, una rica y conocida familia local.247

En 1844 ingresa en el Instituto de Segunda Enseñanza de San Cristóbal de La


Laguna, en Tenerife, donde culmina sus estudios de Bachiller en Filosofía.

Tras su llegada a La Habana en 1854 y con el apoyo de su coterráneo el Dr.


Domingo León Mora (1807-1881), quien era entonces Catedrático de
Literatura de la Universidad de La Habana, matricula en la Facultad de
Medicina y Cirugía de la propia institución.

Debido a los exitosos resultados de sus estudios, el 7 de diciembre de 1858


alcanza mediante oposición la plaza de Director Anatómico de la
Universidad de La Habana, aún sin concluir la carrera; ya que no es hasta
1863 cuando obtiene la Licenciatura en Medicina y Cirugía. En ese tiempo
también dirige el Hospital de San Juan de Dios algunos años antes de ser
demolido.248

Sus primeros pasos como profesional los emprende en el poblado de Güira


de Melena, también fundado por familias canarias desde 1779, actual
cabecera municipal al sur de la provincia La Habana. La destacada labor que
realiza durante el período 1863-1867 le permite formar parte, en este último
año, como Vocal de la Junta de Caridad con motivo de la epidemia de cólera
morbo que azota a la ciudad de La Habana. Por los importantes servicios

247Véanse una parte importante del árbol genealógico de esta familia en: Díaz Padilla,
Gloria. "La Gomera y Cuba en la segunda mitad del s. XIX a partir de las cartas de los
emigrantes", en Memorias del VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984), Primera
Parte, Tomo I, Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas, 1987, pp. 239-240; y el
Certificado de bautismo (Documento 1 en el Anexo).

248 Constituye el primero de los hospitales construidos en Cuba y fue instalado en una
pequeña parcela de terreno que existía en la esquina sudeste de las calles Obispo y
Mercaderes, frente al también demolido Convento de Santo Domingo. Véase Weiss, J. Ob.
cit., p. 139.

139
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

médicos prestados en la campaña contra la enfermedad se hace acreedor en


1870 de la Real Cruz de Beneficencia. Por esos años labora como Vocal de la
Junta de Instrucción Pública de La Habana y es electo socio de número de la
Sociedad Económica de Amigos del País.

En el ámbito universitario se desempeña como Director Facultativo de la


Casa de Salud "Integridad Nacional", Director del Hospital General de San
Felipe y Santiago en La Habana,249 Médico del Depósito de Emancipados
durante los últimos estertores del sistema esclavista y Director de la Casa de
Salud "Garcini".

Los anteriores méritos profesionales y la experiencia acumulada en esta


humanitaria labor son tomados en consideración por las autoridades
universitarias y el 10 de octubre de 1871 es nombrado Catedrático
Supernumerario para la asignatura de Ejercicios de Disección y Osteología.

De manera que su estreno como profesor universitario casi le coincide con


uno de los momentos más amargos de su vida.

El dramático noviembre de 1871

La valiente actitud de Fernández Cubas ha sido conocida por su relación


opuesta a una de las páginas más bochornosas del colonialismo español en
Cuba: el asesinato político de ocho estudiantes de medicina y el
encarcelamiento de otros treintaicinco condiscípulos el 27 de noviembre de
1871.

249Este viejo hospital edificado a mediados del siglo XVI se mantuvo administrado por la
congregación de los Juaninos hasta 1797 en que suprimida la orden se nombra un
administrador civil. En 1879, con la presencia de otros hospitales más modernos y mejor
equipados, fue demolido y en la manzana que ocupaba se creó una plazuela o parque
conocido primero por el mismo nombre y posteriormente por el de Cervantes, debido a la
estatua erigida al insigne castellano. Véase J. Weiss. Ob. cit., t. I, pp. 139-141.

140
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Sin embargo, diversos textos de Historia de Cuba, aunque incluyen el hecho


histórico,250 pasan por alto el papel desempeñado por Fernández Cubas
durante la etapa inicial de los acontecimientos como uno de sus principales
defensores; mientras que otros ni siquiera hacen referencia251 a lo que con el
tiempo ha devenido símbolo de patriotismo para el estudiantado
universitario cubano de nuestros días. Posteriormente, su nombre ha sido
incluido entre las figuras de las ciencias médicas que tuvieron participación
en las gestas emancipadoras del pueblo cubano.252

En este sentido, debemos recapitular brevemente sobre la importancia del


hecho histórico con el objetivo de valorar objetivamente la participación de
este médico canario en los sucesos.

El jueves 23 de noviembre de 1871 un grupo de estudiantes de medicina del


primer curso concurría por la tarde a la clase de Anatomía que debía
impartir en el anfiteatro anatómico de San Dionisio, adjunto al entonces
Cementerio General de Espada, el profesor —también canario— Pablo
Valencia García.253 Al transitar por el solar yermo que se encontraba al
fondo de la plaza de toros, en plan de juego los muchachos se tiraron unas
piedras entre sí cuando en ese momento pasaba el capellán del cementerio,

250Véanse entre otros por orden cronológico: Pérez Cabrera, José M. "Fusilamiento de los
estudiantes. Fracaso y relevo de Valmaseda", en Historia de la nación cubana, t. V, La
Habana, 1952, pp. 139-152; [Colectivo de autores]. "El fusilamiento de los estudiantes de
medicina", en Historia de Cuba, t. I, La Habana, 1966, pp. 197-198; [Ibarra, Jorge]. "El
asesinato de los estudiantes de medicina", en Historia de Cuba, Tercera edición, La Habana,
1971, pp. 220-221 y Portuondo, Fernando. "El asesinato de los estudiantes de medicina", en
Historia de Cuba, 1492-1898, La Habana, 1975, pp. 444-445.

Véase Pino-Santos, Oscar. Historia de Cuba. Aspectos fundamentales, Segunda edición, La


251

Habana, 1964.

252Véase César Rodríguez Expósito. "Fernández Cubas, Domingo", en Índice de médicos,


dentistas, farmaceúticos y estudiantes en la Guerra de los Diez Años, La Habana, 1968, pp. 223-
224.

253 Natural de Santa Cruz de Tenerife.

141
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

presbítero Mariano Rodríguez Armenteros, quien los amonestó duramente;


pero también fueron vistos por el celador.

Al llegar al anfiteatro anatómico vieron que el profesor no se encontraba en


clase, pues estaba realizando un examen en el local de la Universidad.254
Como debían esperar una hora antes de la próxima clase de Disección que
debía impartir precisamente el entonces Licenciado Fernández Cubas, algu-
nos254F255 se pusieron a jugar en la plazoleta situada frente a la entrada del
cementerio con el carro destinado a transportar los cadáveres a la sala de
disección; mientras que el más joven de ellos256 arrancó una flor del jardín
que se hallaba frente a las oficinas de la pequeña necrópolis.

De estos hechos —aparentemente sin importancia—, que el celador Vicente


Coba dio a conocer a la policía, se derivó la terrible acusación de que los
jóvenes estudiantes habían rayado nada menos que el cristal de la tumba de
Gonzalo Castañón (1834-1870).257 El hecho provocó la presencia el día 25 del
Gobernador Político Dionisio López Robert junto a un grupo del Cuerpo de
Voluntarios con el objetivo de capturar y reprimir a los "culpables".

El capellán del cementerio, que no se prestó a seguir el juego acusatorio, fue


inmediatamente destituido de su cargo y el profesor Fernández Cubas quien,
por conocer bien a sus discípulos, declaró "que los estudiantes eran inocentes

254 Sito en la calle O'Reilly esquina a San Ignacio; es decir, a más de media hora de camino.

Ángel Laborde, Anacleto Bermúdez, José de Marcos Medina y Juan Pascual Rodríguez,
255

cuatro de los posteriormente fusilados.

256 Alonso Alvarez de la Campa, también fusilado.

257Este periodista asturiano y propietario-director del diario integrista La Voz de Cuba


había sido muerto a tiros en Cayo Hueso por un patriota cubano. Ese hecho fue
ampliamente utilizado por la propaganda política para actividades antinsurreccionales y
manejado abiertamente por el Cuerpo de Voluntarios.

142
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

del cargo de profanación que se les imputaba",258 y fue detenido. Las


palabras defensivas de Fernández Cubas debieron contener la suficiente
energía como para transgredir las intensiones del conocido político gaditano
e ir a parar a la cárcel junto a sus alumnos.

Al mismo tiempo, otro profesor, el Dr. Juan Manuel Sánchez Bustamante


logró, tras una enconada discusión, que sus alumnos del segundo curso de
medicina fueran puestos en libertad y como años más tarde señaló un
testigo: "Gracias a su noble y levantada actitud puede afirmarse que el
segundo curso se salvó de la matanza del 27 de noviembre".259

Sin embargo, la endeblez de carácter del referido Dr. Valencia García,


ausente de los acontecimientos, propició tras su declaración de que "sabía
estaba allí el culpable", que fuera detenido casi todo el primer curso de
medicina.260

Rápidamente se iniciaron los interrogatorios y el juicio, pero la violenta


inconformidad de los Voluntarios por el fallo de un primer Consejo de
Guerra que no dictó sentencias de muerte a partir de la digna defensa del
capitán español Federico Capdevila y Miñano (1845-1898), provocó la
realización de un segundo Consejo, contra toda norma jurídica, escogido
principalmente entre oficiales del Cuerpo de Voluntarios y sin abogado
defensor. De los cuarenta y cinco alumnos, ocho fueron condenados a la
pena de muerte por fusilamiento,261 once a seis años de prisión, veinte a
cuatro años, cuatro a seis meses y sólo dos fueron absueltos.262

258La investigación más exhaustiva sobre este hecho es la realizada por el Dr. Luis Felipe
Le Roy y Gálvez. A cien años del 71. El fusilamiento de los estudiantes, La Habana, 1971, p.
112.

259 Se trata del testimonio del Dr. Eduardo Francisco Pla; Ibídem, p. 117.

260Estuvieron exentos sólo tres alumnos que no habían venido a clase y un sanitario
militar español que asistía como oyente.

Junto con los cinco anteriormente referidos los otros tres fueron escogidos al azar
261

mediante sorteo; les correspondió a Eladio González y Toledo, Carlos de la Torre y

143
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

En este sentido, uno de los condenados a seis años, el joven Fermín Valdés
Domínguez (1852-1910), quien dedicó una buena parte de su vida a indagar
y demostrar la inocencia de sus condiscípulos, rememora con afecto la
presencia del Dr. Fernández Cubas entre los detenidos: "Antes de volver,
entre gritos y amenazas, á la jaula, pudimos estrechar la mano de nuestro
Catedrático de Disección, Dr. Domingo Fernández Cubas. Muy distinta fue
su conducta de la del Dr. Valencia, nuestro Catedrático de Anatomía. El no
acusó como éste; él estaba allí, en la Cárcel, detenido porque nos defendía,
porque conocía nuestra inocencia, y así lo hizo constar en su declaración.
Sobre sus hombros estuvo siempre honrada la toga del maestro".263
Seguidamente enfatiza: "No me apena recordar a aquel viejo maestro,
erguido y sereno, paseándose con los brazos atrás por el patio de la cárcel, y
respondiendo con frase enérgica y violenta, a los insultantes apóstrofes de
nuestros apasionados acusadores ávidos de sangre y muerte.

Y cuando volvía al salón del Consejo el militar que lo presidía, después de


ofrecer a los Voluntarios la última cabeza, con el rostro demudado por la
pena; encorvado el cuerpo por el peso de la infamia, y sin fuerzas apenas
para andar el Dr. Cubas le dijo:

Madrigal; y el otro de ellos, Carlos Verdugo y Martínez se encontraba el día de los hechos
con sus padres en Matanzas.

262En 1892 todavía se encontraban en la Capitanía General de La Habana los papeles de la


causa contra los estudiantes de medicina, según había constancia en el Archivo Nacional
de Cuba. En 1898 tras la retirada del Gobierno Español de Cuba son trasladados a la
Península Ibérica múltiples documentos de los años 1868-1883, junto con numerosos
legajos sustraídos del Archivo General. En 1970 el Dr. Luis Felipe Le Roy y Gálvez hizo
gestiones infructuosas para localizar el documento en el Archivo General Militar de
Segovia y nuevamente en 1993 volví a insistir con el objetivo de conocer la declaración de
Fernández Cubas, pero sin éxito.

Valdés Domínguez, Fermín. El 27 de noviembre de 1871. Sexta edición, La Habana, 1909,


263

pp. 41-42.

144
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Ya están contentos. Son ocho los fusilados, y será eterna la vergüenza para
mi España".264

La España de Fernández Cubas era también la España de Federico


Capdevila y la del grancanario Nicolás Estévanez Murphy (1838-1914), quien
protestó públicamente en la céntrica Acera del Louvre por el masivo
asesinato.265

En su denodado esfuerzo por dignificar las figuras justas que participaron en


estos acontecimientos, nuevamente Fermín Valdés Domínguez vuelve a
referirse a su maestro: "Por defender a sus hijos como él nos llamaba como el
mejor de los padres perdió el Dr. Cubas la influencia política que hacía de él
un hombre estimadísimo y un médico con clientela importante entre la
banca y el comercio rico español. Todo lo perdió por su civismo. Y a su vejez,
cuando de Cuba libre debía esperar consuelos y amor, un decreto injusto le
quitó su cátedra y lo puso a la puerta de nuestra Escuela de Medicina, que
era su templo, en donde debía caer, al fin de su vida, entre los brazos de sus
compañeros, de sus discípulos, de sus hijos!".266 Una evaluación posterior de
los hechos, en el contexto general de la historia de la Universidad de La
Habana durante la etapa colonial señala con acierto: "El totalmente
injustificado y canallesco asesinato de los ocho jóvenes estudiantes inocentes
parece haber dejado a la restante comunidad universitaria casi totalmente
paralizada respecto a alzarse en defensa de ellos. Los acontecimientos se des-
arrollaron con tanta rapidez que a los cuatro días del supuesto crimen y a los
dos del arresto de los `culpables´, estos habían sido fusilados. Los
estudiantes en general parecen haberse asustado demasiado para intentar
algún tipo de protesta, y las autoridades y el profesorado universitario se
desentendieron intencionalmente del suceso. Sólo uno de los profesores de

264 Ibídem., pp. 260-261.

Véase Nicolás Estévanez Murphy. "Capítulo XXXIV", en Fragmentos de mis memorias, 2a.
265

edición, Madrid, 1903, pp. 355-364.

266 Valdés Domínguez, Fermín. Ob. cit, p. 261.

145
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Medicina, Domingo Fernández Cubas, habló inmediatamente a favor de sus


estudiantes y fue a parar a la cárcel".267

La participación de Fernández Cubas en los acontecimientos del 27 de


noviembre de 1871 no sólo marcará el resto de su vida, sino diversas
actividades y recordaciones tras su propio fallecimiento.

En sus breves notas biográficas el Dr. Enrique B. Barnet considera que "fue,
en aquellos momentos de terror, de angustia y de sangre, [cuando] la figura
gigantesca del Dr. Cubas se levantó a inconmensurable altura. Otros
profesores, cuyos nombres viven malditos en la historia, se hicieron
cómplices de la infamia acusadora: el Dr. Cubas levantó su voz en defensa
de los discípulos proclamando su inocencia. Fue preso también por aquel
sublime acto de heroísmo. Con aquel arranque honrado, justo y enérgico
quedó escrito su nombre para la inmortalidad. Si Capdevila fue el eco de la
conciencia de la España honrada, Cubas fue la voz de protesta de la
Universidad consternada. La palabra de ellos dos la recogieron en lo más
hondo del pecho las madres cubanas aterrorizadas. Para ambos está
levantado ya en el corazón del pueblo el pedestal que espera su estatua".268

Sin embargo, la posterior actividad profesional y pedagógica de Fernández


Cubas rebasa ampliamente los acontecimientos de 1871.

267Simpson, Renate. La educación superior en Cuba bajo el colonialismo español, La Habana,


1984, pp. 244-245.

268Barnet, Enrique B. "Elogio del Dr. Domingo Fernández Cubas", en Anales de la Academia
de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, t. XLIV, La Habana, junio de 1907, p.
141.

146
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

La huella universitaria

A pesar del primer golpe recibido por la injusticia cometida contra sus
alumnos, el profesor Fernández Cubas continúa en las aulas universitarias
en la noble formación de jóvenes médicos.

El 8 de marzo de 1873 es nombrado Catedrático de Patología Médica y tres


años después obtiene el grado de Doctor en Medicina y Cirugía. En esta
ocasión es apadrinado por el Dr. Fernando González del Valle, quien luego
fuera durante varios años Rector de la Universidad de La Habana.

La continuidad de su labor docente y su amplia capacidad de trabajo le


posibilitan simultanear diversas funciones en el más antiguo centro de
enseñanza superior de Cuba. El 1 de mayo de 1878 es nombrado también
Catedrático de Clínica Médica por la licencia concedida al Dr. Gallardo y el
22 de julio del propio año es nombrado Catedrático de Patología General. De
este modo va perfilando su especialidad hacia la patología en sus diversas
ramas de especialización.

El 10 de febrero de 1880 asume la asignatura de Patología Médica, sin


remuneración, por la licencia concedida al Dr. Giralt. Es precisamente al mes
siguiente cuando conoce a su colega canario de paso por la capital, el Dr.
Miguel B. Espinosa, quien en sus Recuerdos de un viaje a Cuba lo califica de
"distinguido médico isleño que reside hace años en la Habana".269

Más adelante Espinosa resalta sus encuentros con distinguidos médicos


canarios asentados en la ciudad. "Dedique otro día, [escribe en 1880
acompañado del Doctor Cubas] a visitar la Escuela de Medicina y sus
clínicas, en donde tuve el gusto de conocer al Doctor Valencia, médico
también canario, natural de Tenerife, de bastante ilustración, y profesor,
como Cubas, de la Facultad de Medicina de la Habana. El Hospital clínico es

Véase Hernández García, Julio [comp.]. Dos diarios de viaje del siglo XIX (Canarias-Cuba),
269

Santa Cruz de Tenerife, 1986, p. 56.

147
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

bastante espacioso: sus salas se hallan bien ventiladas, aunque no me


satisfizo completamente el piso de casi todas ellas, compuesto de menudo
encallausado, material que, si bien tiene la ventaja de ser poco poroso y por
lo tanto más refractario a la infección miasmática, presenta el inconveniente
de no poder ser fácilmente aljofifado, conservando, a pesar del mayor
esmero, restos de las deyecciones, derramadas, y cierto grado de humedad
no conveniente en esta clase de establecimientos.

De la Escuela de Medicina pasamos al Hospital militar, donde debía tener


lugar aquel día una conferencia sobre fiebre amarilla. Allí tuve oportunidad
de saludar, después de diez y siete años de separación, al afortunado
compañero y comprofesor Don Rafael Fleitas y Lemus, compañero, que,
habiendo ingresado desde sus salidas de las aulas, en el Cuerpo de Sanidad
del Ejército, ha hecho una carrera brillante siendo hoy médico mayor del
referido Hospital. Conocí también aquel día con motivo de la antedicha
reunión, al Doctor Gordillo, natural de Gran Canaria, reputado médico que
con Cubas, Valencia, Fleitas y Torres Matos, todos hijos de esta provincia,
forman, sin contar a otros que no conozco un núcleo isleño de inteligencia y
de fortuna que hace honor en la ciudad de la Habana a las islas
afortunadas".270

El 7 de diciembre de ese año se le concede en propiedad a Fernández Cubas


la Cátedra de Patología General con su clínica, junto con la de Anatomía e
Histología Patológicas. Por este motivo elabora e imparte el programa de
Patología General, que es aprobado desde el curso 1880-1881.
Conjuntamente también desempeña por corto tiempo la Cátedra de
Terapéutica.

En 1882 labora como Miembro del Tribunal de Oposiciones a la Cátedra de


Clínica Médica de la propia Universidad de La Habana y el 10 de diciembre
de 1884 se le otorga la categoría de ascenso en la Cátedra de Anatomía e

270 Ibídem., p. 59.

148
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Histología Patológicas; a la vez que trabaja como Inspector del Hospital de


San Lázaro.271

Más tarde es nombrado Miembro del 9º Congreso Médico Internacional de


Washington que se efectúa en septiembre de 1887. A su regreso, permanece
en diversas actividades docentes hasta el cese de la dominación colonial
española. Junto con los cursos de patología se desempeña como Presidente
del Jurado de Exámenes para Cirujanos Dentistas; Vocal del Tribunal de
Oposiciones a la Cátedra de Patología Médica; Vocal del Tribunal de
Oposiciones a la Cátedra de Higiene Pública y Privada; Vocal del Tribunal
de Oposiciones a la plaza de segundo Médico de la Casa de Beneficencia de
la ciudad de La Habana; Vocal del Tribunal de Oposiciones para médico de
la Casa de Socorros del Séptimo Distrito de la ciudad de La Habana; Vocal
del Tribunal de Oposiciones a la Cátedra de Anatomía Comparada de la
Facultad de Ciencias (Sección de Ciencias Naturales); y Vocal de la Junta
Provincial de Beneficencia de La Habana.

Sin embargo, la reforma universitaria conocida como Plan Varona lo despoja


de su cátedra de Patología General. En este sentido, uno de sus
contemporáneos relata: "Quedó así desposeído de la toga del maestro, que
había llevado con decoro y prestigio durante más de cuarenta años. Así se le
arrancaba de cuajo su familia de discípulos, tan dulcemente amada por él,
que constituye cuatro generaciones de médicos cubanos, y se le condenaba al
tormento de las privaciones, de la tristeza y de la ingratitud".272

Durante la primera intervención del gobierno norteamericano (1898-1902) se


le asigna una pensión de mil doscientos pesos anuales como reconocimiento
a sus méritos y servicios universitarios; pero con el advenimiento de la

271Las condiciones de higiene de los enfermos eran muy deficientes, ya que este pequeño
hospital desde su construcción en 1681 había sufrido múltiples vicisitudes para su
terminación y funcionamiento. Véase Joaquín E. Weiss. "El hospital de San Lázaro", en La
arquitectura colonial cubana, t. II, La Habana, 1979, pp. 93-95.

272 Barnet, Enrique B. Ob. cit., p. 139.

149
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

República Neocolonial el 20 de mayo de 1902 es despojado de la pensión que


le había otorgado un gobierno extranjero. De ese modo la recién estrenada
"República" tiró por la borda varias décadas de ininterrumpida labor docente
y dio un golpe mortal al casi septuagenario maestro. Colegas, amigos y
familiares hicieron apelaciones al Poder Ejecutivo, al Senado y a la Cámara
de Representantes, pero todo fue en vano.

No obstante el desgarramiento personal, el 27 de noviembre de 1902 aún


asiste junto con el Dr. Fermín Valdés Domínguez a la solemne
conmemoración por otro aniversario del fusilamiento de los ocho
estudiantes de medicina; sus estudiantes.

En defensa de la inmigración canaria en Cuba

Cuando el 3 de marzo de 1872 se reúne el primer grupo gestor de lo que


sería la primera Asociación Canaria de Beneficencia y Protección Agrícola de La
Habana, dedicada a proteger a los inmigrantes canarios en Cuba de las
ominosas condiciones de trabajo, Domingo Fernández Cubas forma parte de
esta membresía. Al quedar constituida la primera Junta Directiva de la
Asociación es uno de los electos como conciliario y tiene una destacada
participación en las diferentes actividades que se realizan.

En abril de 1878 pasa a formar parte de la nueva Junta Directiva de la


Asociación junto con Miguel Gordillo, Pedro Martell y Colombo, y Fernando
Falangón. Al propio tiempo es nombrado miembro de la Comisión
encargada de realizar las modificaciones pertinentes al anterior Reglamento
aprobado en 1872.

Las modificaciones aprobadas en 1878 se proponen:

1. Socorrer a los asociados que por cualquier motivo estén impedidos de


trabajar;

150
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

2. Proteger a todo inmigrante natural de Canarias, sea cual fuere su


procedencia, que quiera destinarse a la agricultura; y
3. Intervenir directamente, cuando el inmigrante lo solicite, en los asuntos
que les conciernen.273

Como miembro de la Junta Directiva y luego Presidente de la Asociación


tuvo que luchar muy duro para socorrer a los inmigrantes canarios que
llegaban a Cuba sin vínculos familiares previos y a los diversos contingentes
de varios cientos de personas jóvenes para proporcionarles alimentación y
alojamiento antes de ser ubicados en áreas agrícolas. Al mismo tiempo, con
el objetivo de propiciar el retorno de los que trataban de liberarse de las
ominosas contratas establecidas por el Círculo de Hacendados de La Habana
o las de Ibañez-Duggi, promovieron suscripciones para el pago de pasajes
entre los propios asociados.

En 1882 labora como redactor del periódico "El Correo de Canarias"274 que se
publica en La Habana, pero como en las principales bibliotecas que atesoran
las publicaciones periódicas del siglo XIX275 esta no se encuentra, aún no ha
sido posible realizar una evaluación de su labor como periodista.

Tras ejercer durante varios años como Presidente de la Asociación, en las


elecciones de 1890 se crea una nueva directiva y el Dr. Fernández Cubas es
sustituido por el también Catedrático de la Universidad de La Habana, Dr.
Tiburcio Castañeda;276 y al año siguiente es también electo Presidente
Honorario, junto con José A. Pérez Galván y Antonio Serpa.

273Véase Hernández García, Julio. La emigración de las Islas Canarias en el siglo XIX, Las
Palmas, 1981, p. 466.

274 Véase Gloria Díaz Padilla. Ob. cit., p. 235.

275Me refiero a la Biblioteca Nacional José Martí y a la del Instituto de Literatura y


Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba (antigua Biblioteca de la Sociedad
Económica de Amigos del País).

276 Véase Revista de Las Canarias, año I, no. 7, La Habana, 19 de noviembre de 1890, p. 3.

151
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Ante la continuidad de la delicada situación con el maltrato dado a los


inmigrantes canarios por varias instituciones comerciales de la Isla, la
Asociación acuerda: primero, enviar al Gobernador General un informe
acerca del estado actual de los inmigrantes, para lo que la Junta Directiva
nombra una Comisión compuesta por el Presidente, el Dr. Fernández Cubas
y el Lic. Fernando Falangón; segundo, que se promoviese el aumento de los
fondos de la Asociación para atender y socorrer "a los canarios que
necesitaran la protección de sus paisanos"; y tercero, que con ese fin se
convoque a una Junta General de Socios "en el término más breve posible,
sin necesidad de esperar a los diez días de anticipo"277 estipulado por los
Estatutos.

Todo indica que los esfuerzos fueron efectivos, ya que ese mismo año se
anuncia una nueva reforma de la Asociación Canaria mediante la cual se
garantizaba: "Auxilio a los canarios y a sus hijos verdaderamente
necesitados, y protección a los canarios que quieran dedicarse a la
agricultura, proporcionándoles los medios de establecerse en la Isla
precisamente como propietarios del terreno que cultiven ó con esperanzas
próximas de serlo".278

De múltiples maneras Fernández Cubas contribuyó a la defensa de la


inmigración canaria en Cuba, no obstante su pleno arraigo al contexto
sociocultural habanero y fue uno de los gestores del Centro Canario de La
Habana en 1906.

Pérez Carrión, José A. "La inmigración en general, VI", en Revista de Las Canarias, año I,
277

no. 19, La Habana, 19 de marzo de 1891, pp. 2-3-

"Nueva reforma de la Asociación Canaria", en Revista de Las Canarias, año I, no. 22, La
278

Habana, 19 de abril de 1891, p. 2.

152
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Vínculos con instituciones científicas de Cuba

Como médico, Fernández Cubas mantiene una estrecha relación con


destacadas instituciones científicas de la Isla, cuya vida interna y
publicaciones periódicas sirven de termómetro para conocer el desarrollo
alcanzado por un amplio espectro de disciplinas.

Al mismo tiempo, continúa el ejercicio de su cátedra en el más antiguo


centro de enseñanza superior de Cuba.

La Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana.


Debido al mayoritario peso que tienen las ciencias médicas en el seno de esta
institución, fundada en 1863 por un grupo de destacados científicos cubanos,
el Dr. Fernández Cubas encuentra un espacio natural para compartir sus
labores profesionales junto con los más prestigiosos colegas de entonces.

En la Sesión Pública Ordinaria efectuada el 8 de febrero de 1874 se da a


conocer su nombramiento como socio de número, hecho efectivo desde el 14
de diciembre de 1873, para la Sección de Medicina y Cirugía de la Real
Academia.279 En ese momento como hemos podido apreciar ya ejercía como
Catedrático de Patología Médica de la propia Universidad.

Sin embargo, durante esos años son mayores los problemas que se presentan
en el seno de la Asociación Canaria de Beneficencia y Protección Agrícola de
La Habana y a ella dedica sus principales energías.

Posteriormente reingresa en la institución como socio numerario el 22 de


octubre de 1889 para cubrir la vacante por el fallecimiento del Dr. Miguel
Franca. En esa oportunidad presenta su discurso de ingreso sobre el tema

279Véase Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana,


tomo X, La Habana, abril de 1874, pp. 379-380.

153
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Influencia de los nuevos métodos de observación en el progreso de la Patología.280 En


este trabajo evalúa "la revolución producida en Patología por los nuevos
métodos de investigación" a partir del papel desempeñado por los
laboratorios de experimentación. Para ello señala la significación de los más
recientes descubrimientos científicos en este campo con el objetivo de
determinar "la génesis y metamorfosis de los microbios, sus condiciones
biológicas y [...] su reproducción artificial"; así como las diversas formas de
transmisión a las personas.

En este sentido, como profesor de esta especialidad, Fernández Cubas se


mantiene al tanto de los más novedosos aportes científicos realizados en
Francia, Alemania e Inglaterra, conoce la más reciente bibliografía
especializada de su época281 y sigue de cerca los ingentes trabajos que en
Cuba llevan a cabo el Dr. Carlos J. Finlay (1833-1915) y otros contra la fiebre
amarilla o vómito negro, cuyos resultados tendrían un alcance mundial.

La contestación a su discurso corre a cargo del Dr. Gabriel Casuso Roque


(1851-1923), prestigioso médico y cirujano cubano, quien no obstante
defender el papel de la actividad clínica como importante componente de la
medicina, reconoce a Fernández Cubas "por su bien meditado trabajo y [ve]
con placer que el hallarse en la tercera época de la vida no es óbice para que
acepte los principios de la escuela moderna, que se asientan sobre bases más
sólidas que la antigua".282

En la sesión pública del 26 de octubre de 1890 presenta un Informe médico


legal sobre la causa de la muerte del moreno C.A. a solicitud del Juez de la

Publicado en los Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas Físicas y Naturales de La


280

Habana, tomo XXVI, La Habana, 1889, pp. 466-474.

281Los nombres de los principales especialistas de esa época y el contenido de sus obras
reflejan el conocimiento del tema elaborado.

282 "Contestación al discurso del Dr. D. F. Cubas", en Ob. cit., p. 479.

154
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Primera Instancia del Distrito Sur de la provincia de Matanzas, que tras su


discusión es aprobada por el plenario.

En la sesión ordinaria del 23 de abril de 1893 presenta otro Informe médico


legal en causa por muerte de Doña C.V. [Camila Valdés] y tras señalar la
deficiente documentación pericial que le es remitida, analiza el caso hasta
arribar a un conjunto de conclusiones, que la institución remite a la
Audiencia de lo Criminal de la provincia de Santa Clara. También participa,
como parte de la Comisión de Medicina Legal, en la discusión de la causa
contra un cirujano dentista presentada por el Dr. Benasach el 18 de julio del
propio año, junto con los Doctores Valdés, Núñez, Montané, Casuso y La
Guardia.283

Como miembro de la Comisión de Higiene Pública participa en la discusión


y aprobación del informe médico presentado por el Dr. La Guardia sobre el
Envenenamiento de la leche. Durante el debate apoya el criterio expuesto por el
Dr. Montané acerca de "que en las ciudades cultas [...] el tránsito de las vacas
por las calles ya no tenía lugar, pues dicha costumbre había sido sustituida
por vaquerías y establecimientos ad hoc, de conformidad con las lógicas
exigencias de la higiene moderna"284 y señala la conveniencia de esas
vaquerías que ha podido observar en sus últimos viajes a Norteamérica; ya
que "con la leche ha sucedido lo que con la venta de frutas y viandas, las
cuales antes se llevaban sobre todo en caballos y hoy se expenden en
establecimientos especiales".285 Recordemos en este sentido que aún en la
primera mitad del siglo XIX era usual el deambular de lecheros con un
grupo de vacas por las calles habaneras, tal como lo describen el novelista

Véase Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, t.


283

XXX, La Habana, 1893, p. 15.

284 Véase Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, t.
XXX, La Habana, 1893, p. 331.
285 Ibídem, p. 331.

155
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

cubano Cirilo Villaverde (1812-1894) o la viajera norteamericana Louisa


Mathilde Woodruff (1833-1909).286

Durante el bienio académico 1893-1895 ya Fernández Cubas forma parte de


tres comisiones de trabajo; las de Patología Médica, Anatomía Patológica e
Higiene Pública, Medicina Legal y Policía.287

En la sesión solemne del 19 de mayo de 1895 presenta dos informes médico


legales a solicitud de la fiscalía de Marina de Manzanillo y por disposición
del Comandante de Marina de La Habana, sobre la causa del fallecimiento
de Don José Martínez Lema, ocurrido cerca de esa ciudad abordo de un
vapor costero.

Tras ser despojado de su cátedra universitaria aún asiste a las sesiones de la


Academia en los primeros años del siglo XX hasta que el peso de la edad se
lo impide. En este sentido, uno de sus contemporáneos relata: “La extensa
clientela, a medida que avanzaba él en años y que crecían sus necesidades
con las de su amantísima familia, fue poco a poco disminuyendo hasta llegar
a serle totalmente improductiva en los últimos años de su vida. Pero aún le
tenía reservado el infortunio un golpe más rudo, el que conmovió
profundamente aquel organismo de acero y aquel espíritu gigante, y que
produjo en su ánimo tal decaimiento que podría decirse que desde entonces
venía viviendo muerto. Tornado en melancólico y opaco, porfiaba por
hacerse una soledad en medio del mundo, de sus ruidos y de sus quimeras, a
causa del vejamen inesperado que vino a amargarle los últimos años de su
existencia. Andaba entre nosotros como un cadáver animado, rígido,
impasible, perdida su jovialidad habitual, triste, taciturno, sin proferir una
queja ni un lamento, sentándose en el sillón de académico con la cabeza

286Véase Jesús Guanche Pérez. "La imagen diversa del canario en Cuba a través de los
grabados del siglo XIX", en IX Coloquio de Historia Canario-Americana, t. II, Las Palmas,
1993.

Véase Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, t.


287

XXX, La Habana, 1893, pp. 103-105.

156
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

inclinada sobre el pecho y tomando repentinamente, de súbito, la palabra en


alguna discusión, como si obedeciera a un impulso mecánico. Llevaba
reconcentrado todo su pesar. Algunas veces, ya muy raras, iluminaba su
semblante, como un relámpago en la noche sin luz, la claridad de una
sonrisa. Aquel hombre, formado para el buen humor y la alegría, habíase
vuelto agrio y huraño. A tal estado le condujo [...] el despojo de su cátedra de
Patología General, en virtud de la reforma de la enseñanza universitaria
conocida por el plan Varona”.288

La Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba

Generada por una parte de la membresía de la Real Academia de Ciencias


Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, a raíz de su fundación el 26 de
julio de 1877, también conocemos la temprana presencia de Fernández
Cubas entre sus fundadores.

Esta asociación contribuye durante más de una década a propiciar un


ambiente de investigaciones y discusiones acerca de los problemas
antropológicos de actualidad que se daban a conocer en Europa y
Norteamérica, junto con los resultados particulares de diversos temas
concernientes a Cuba.288F289 Desde la propia sesión inaugural su primer
Presidente, el destacado naturalista y profesor Felipe Poey Aloy (1799-1891)
enfatizaba: "Sea cubana nuestra Antropología, antes que general, así
prestaremos a la marcha progresiva de la ciencia servicios efectivos y
duraderos".290

288 Barnet, Enrique B. Ob. cit, pp. 138-139.

289Véase Guanche, Jesús. "Antecedentes: La Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba


(1877-1891)", en Procesos etnoculturales de Cuba, La Habana, 1983, pp. 454-456.

Véase Rivero de la Calle, Manuel. "Prólogo", en Actas. Sociedad Antropológica de la Isla de


290

Cuba, La Habana, 1966, p. IX.

157
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Fernández Cubas se vincula así con lo más relevante de la intelectualidad


científica cubana, entre los que se destacan sus colegas Luis Montané y
Dardé, y Arístides Mestre (1865-1952), el jurista y polígrafo Antonio Bachiller
y Morales (1812-1889), el filósofo y pedagogo Enrique José Varona (1849-
1933) y su querido exalumno y sincero admirador Fermín Valdés
Domínguez.

Su nombre figura entre los primeros miembros propuestos y admitidos


como socio de número291 de la Sociedad. En mayo del siguiente año lo
encontramos en la Sesión Pública Ordinaria efectuada en el Salón de Actos
de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana,
donde se da a conocer oficialmente la inauguración de la Sociedad
Antropológica de la Isla de Cuba, la aprobación de su reglamento y la
selección de la Comisión Central para la Exposición Universal de París en
relación con "la presentación de colecciones relativas a las ciencias
antropológicas y etnográficas"292, como parte del Programa formado por la
Sociedad Antropológica Española.

En esa ocasión el Dr. Juan Santos Fernández (1847-1922) presenta un Ensayo


antropológico sobre las enfermedades de los ojos en las diversas razas que habitan la
Isla de Cuba, a partir de una muestra de 3 827 enfermos, entre
blancos (82,10 %), negros (11,81 %), asiáticos (1,35 %) y mestizos (4,73 %).
Este y otros trabajos relacionados con las ciencias médicas despiertan el
interés de Fernández Cubas no sólo como profesor, sino como médico en
ejercicio, ya que asiste tanto a la lectura como a las posteriores discusiones.
Conjuntamente, fue miembro fundador de la Sociedad de Estudios Clínicos,
creada el 11 de octubre de 1879 bajo la presidencia del Dr. Gallardo y a partir
de 1889 también es miembro de la Sociedad Odontológica de La Habana,
fundada el 21 de marzo de 1879.

291 Véase Acta no. 4, 4 de setiembre de 1877, folio 16, Ob. cit., p. 18.

292 Ob. cit., p. 31.

158
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

De modo que también se destaca por una permanente participación en las


principales asociaciones científicas del contexto habanero.

Epílogo junto a los mártires del 71

La muerte del Dr. Domingo Fernández Cubas el 11 de junio de 1906


consternó a muchas personas allegadas a su vida y obra.293 Uno de los
primeros en conocer la noticia fue Fermín Valdés Domínguez, quien
inmediatamente escribió: "En el blanco monumento que la piedad del pueblo
cubano levantó durante la dominación española en el Cementerio de Colón,
a la memoria de los mártires del 71; en ese altar erigido a la Justicia que fue y
será para la Historia la protesta más elocuente y noble allí, al lado de
Capdevila, entre los hermanos nuestros que al ser sepultados por sus
verdugos, entraron coronadas de luz sus frentes en el templo de la gloria; allí
reposarán también las cenizas del Dr. Cubas, y, entre sus discípulos, entre
sus hijos mártires, las cubrirá orgullosa la bandera de la patria cubana: de su
segunda patria a la que tanto amó y a la que, generoso y bueno, nunca hizo
responsable del desdén criminal y ruin de algunos de sus hijos".294

Para ello se dio a la tarea de gestionar con los familiares el traslado de los
restos al monumento en vísperas de la conmemoración del 37 aniversario del
fusilamiento de los estudiantes en 1908. En esa ocasión recuerda: “Quise ver
el estado en que se encontraba su cadáver y el 25 de Noviembre se abrió la
bóveda en donde había sido depositado. El cadáver estaba momificado y no
podía extraerse del sarcófago en donde estaba. Decidido a dejarlo para
siempre en el monumento, busque al artista e hice abrir en él un hueco capaz

293Según consta en el acta de defunción, falleció a los setenta y dos años víctima de la
arteriosclerosis.

294 Valdés Domínguez, Fermín. Ob. cit., p. 260.

159
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

para el sarcófago y el 26, por la noche, dejé en la tumba de mis hermanos, al


lado de los de Capdevila, las del noble y digno Dr. Cubas”.295

Durante el acto público una parte del discurso del entonces Vice-Presidente
de la República, Alfredo Zayas Alfonso (1861-1934) estuvo dedicado a
resaltar el papel desempeñado por Fernández Cubas en los acontecimientos
del 27 de noviembre de 1871.

Sin embargo, con el decursar del tiempo su nombre fue apagado y omitido
de muchos actos oficiales y en reiteradas ocasiones los canarios residentes en
Cuba hicieron esfuerzos por enaltecer su figura.

El 12 de abril de 1918 Luis Felipe Gómez Wangüemert (1862-1942) envía una


carta al nuevo Presidente del Centro Canario de La Habana, Domingo de
León González donde le solicita adquirir un retrato de Domingo Fernández
Cubas, como ya se había hecho con el de la madre de José Martí. Esta
propuesta estaba encaminada a "realizar una galería de retratos de isleños y
oriundos ilustres de ambos lados del Océano y de todos los tiempos".296

Con motivo del noventa y un aniversario de su natalicio el 3 de agosto de


1924 una comisión del Partido Nacionalista Canario, el Director y redactores
de la revista El Guanche convocan a rendirle tributo de recordación. En esa
oportunidad se proponen invitar: "A los isleños viejos, que fueron sus
admiradores y amigos [...]; a la juventud canaria [...]. Y también a la juventud
cubana, que poco o nada saben del anciano de patillas blancas y el corazón
más blanco aún".297

295 Ibídem., p. 261.

296 Paz, Manuel de. Wangüemert y Cuba, t. II, p. 40.

297"El Dr. Fernández Cubas", en rev. El Guanche, año I, no. 10, La Habana, 30 de julio de
1924, p. 8.

160
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Al mismo tiempo, con esa pluma cortante que los caracterizó señalan con
abierto reproche: "¿por qué no recordárselo al Rector y al Claustro
Universitario, sobre todo a la Facultad de Medicina, ya que se les olvidó en
la sesión solemne celebrada en el Aula Magna, con asistencia de los
eminentes galenos extranjeros concurrentes al Congreso Médico y se ha
omitido su nombre en la conmemoración anual de la horrible tragedia de La
Punta?"; para luego enfatizar como un remache candente que no ha perdido
vigencia: "Mucho le debemos los canarios al doctor Fernández Cubas, alma
de todos los movimientos enaltecedores de nuestra Colonia, constante
defensor de los atropellos y guía principal de la Asociación Canaria de
Beneficencia y Protección Agrícola desde su fundación en Marzo de 1872;
muchísimo le debemos y muy poco le hemos pagado. Mucho le debe Cuba al
Catedrático de Obstetricia. Y, sin embargo, ninguna calle lleva su pleclaro
nombre y su busto, sencillo, modesto, no se alza en una avenida, ni en un
parque".297F298 En el propio número de la revista reiteran más adelante la
Invitación "a cuantos saben de las virtudes ciudadanas del doctor Domingo
Fernández Cubas y de su noble actuación de isleño y de cubano [...], a las
colectividades cubanas y canarias que se consideren con la obligación moral
de participar en este sencillo tributo, la asistencia de una comisión de su
seno".299

En esa oportunidad también participa en el acto una comisión del Centro


Canario de La Habana, que contribuyó a concebir y fundar.300

Posteriormente, en varias ocasiones la filosa pluma de Luis Felipe Gómez


Wangüemert recuerda con gran admiración y respeto la obra de Fernández
Cubas.301

298 Ibídem., p. 8.

299 Ibídem., p. 9.

300Véase "En la tumba del Doctor Cubas", en rev. El Guanche, año I, no. 11, La Habana, 15
de agosto de 1924, p. 7.

161
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

En 1968, con motivo de la conmemoración del centenario de la Guerra de los


Diez Años (1868-1878) el Consejo Científico del Ministerio de Salud Pública
da a conocer un amplio índice de médicos, dentistas, farmacéuticos y
estudiantes302 que se vincularon con la contienda e incluyen al Dr. Domingo
Fernández Cubas como elemental reconocimiento a su digna postura en los
acontecimientos de 1871.

Al cumplirse el centenario del fusilamiento de los estudiantes de medicina


en 1971 es publicada la referida monografía del Dr. Luis Felipe Le Roy y
Gálvez, quien nuevamente rememora todo el esfuerzo realizado por Fermín
Valdés Domínguez, no sólo para demostrar la inocencia de sus
condiscípulos, sino también la honradez y valentía de su maestro.

El estudio monográfico de la vida y la obra de Domingo Fernández Cubas


constituye un nuevo reto para las investigaciones histórico-culturales
canario-americanas sobre la significación particular de determinadas figuras
que, sin perder los contactos con su lugar de origen, dejaron una semilla del
otro lado del Atlántico cuyos frutos trascienden hasta nuestros días.

301Véanse "El día de duelo de la Asociación Canaria de La Habana. Honrando la memoria


del Dr. Fernández Cubas", en Tierra Canaria, La Habana, julio de 1930, pp. 14-15 y 17; "El
60 Aniversario", en El Tiempo, 4 de abril de 1933. [Paz, Manuel de. Ob. cit, t. I, pp. 23 y 97].

302 Véase César Rodríguez Expósito. Ob. cit., pp. 223-224.

162
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Anexos documentales

Certificado de defunción de Domingo Fernandez Cubas expedido en La Habana a


solicitud de este autor.

163
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Respuesta del Coronel Gregorio Vázquez Gimeno sobre la solicitud de la declaración de


Domingo Fernández Cubas en la causa contra los estudiantes de medicina en La Habana.

164
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

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167
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

6.
ASPECTOS HISTORICO-CULTURALES DE LA
VIVIENDA RURAL EN CUBA: TIPOLOGIAS,
ASENTAMIENTOS Y PRESERVACION 303 302F

Introducción

El estudio histórico-cultural de la
vivienda rural ha ocupado un
significativo lugar en la elaboración del
Atlas Etnográfico de Cuba: cultura popular
tradicional, no sólo con el objetivo de
caracterizar su contenido étnico en el
proceso de formación y consolidación de
la identidad nacional, sino fundamental-
mente para proyectar su desarrollo
perspectivo en la preservación de los
valores e información transmitida de manera tradicional, así como en la
asimilación contemporánea de sus tipologías, materiales de construcción,
tecnologías de edificación y modo de adecuarse al ecosistema de acuerdo
con las características de los asentamientos rurales, en función de las
peculiaridades del paisaje y/o de la actividad económica fundamental.

La estrecha relación entre los procesos migratorios desde Islas Canarias y la


formación histórica del campesinado en Cuba hacen de este contenido
temático un aspecto de particular actualidad.

Desde el campo de la antropología cultural este tipo de vivienda ha sido


estudiado también en su contenido social; es decir, mediante el papel que
desempeña la cooperación y división del trabajo por sexos y ocupaciones

303Publicado por primera vez en Memorias del I Congreso Internacional Rehabilitación del
Patrimonio Arquitectónico y Edificación, Ponencias Tomo II, Tenerife, Islas Canarias, 1992:
340-350.

168
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

durante el proceso de construcción; el tipo de labor o condición social de los


que la fabrican ya sea el campesinado libre o el esclavo africano o criollo
en el contexto de la plantación durante el período colonial; la participación
en la construcción, principalmente colectiva y de tipo familiar-vecinal; la
designación de cada una de las partes de la vivienda, su relación con la
estructura de la familia y el uso de la tierra; la denominación ritual de
algunas partes y el conjunto de creencias vinculadas con el hogar; y, en
síntesis, las especificidades étnicas de la vivienda como mecanismo de
autoidentificación de sus moradores en el ámbito de una comunidad
concreta o en un asentamiento disperso.303F304

En el presente trabajo me propongo caracterizar las variaciones en el tiempo


y el espacio de la vivienda rural en Cuba hasta su identificación
contemporánea como signo negativo de pobreza, debido a las precarias
condiciones de vida en que generalmente han subsistido las clases, grupos y
sectores sociales más humildes residentes en el campo; valorar las
tecnologías constructivas tradicionales; los materiales de construcción; los
tipos de viviendas según la composición de sus plantas, techos y distribución
interior; y el papel de los asentamientos rurales en relación con la adecuación
al medio ecológico; y desmitificar la concepción de la vivienda rural como
signo negativo de pobreza por una nueva lectura de la relación de las
personas con su medio a partir de la elevación de las condiciones materiales
y sociales de vida en correspondencia con el desarrollo general alcanzado,
pero en un mayor contacto con la naturaleza.

El desarrollo del trabajo está basado en los resultados de investigaciones


sobre la vivienda y los asentamientos rurales tradicionales vinculados, tanto
con el referido Atlas etnográfico de Cuba: cultura popular tradicional, como con
estudios precedentes que se relacionan con el papel y el lugar de la vivienda
en el complejo de la cultura de las áreas rurales. Por otra parte se analiza la
impostación de nuevas comunidades, principalmente extrapoladas de

304Guanche, Jesús. "Vivienda campesina tradicional e identidad cultural cubana", en


revista Temas, no. 5, La Habana, 1985, pp. 87-105.

169
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

proyectos citadinos, a partir de criterios de "urbanización del campo" que


implican la depredación del medio, nuevas formas de contaminación y el
menosprecio de la información y experiencias acumuladas por más de diez
generaciones de campesinos y otros trabajadores rurales asentados en
determinadas zonas.

La vivienda rural y el medio natural

El proceso histórico de asentamientos humanos cercanos o no a los


principales centros urbanos fundados en Cuba desde la primera mitad del
siglo XVI hasta muy entrado el siglo XIX, tanto con características
concentradas (campesinos agricultores de tabaco, caña y frutos menores),
como dispersos (campesinos vinculados al ganado, carboneros, monteros y
otras ocupaciones muy diversas) condicionaron la formación y desarrollo de
peculiaridades culturales diferentes entre sí, en relación con la ubicación en
el espacio geográfico y con el tipo de actividad económica; y al mismo
tiempo respecto de la población urbana.

Una de estas peculiaridades se refleja en la vivienda, que de manera análoga


a los principales componentes de su alimentación, parte del vestuario, del
ajuar doméstico y de los instrumentos de trabajo, son obtenidos del entorno
natural sin provocar los desequilibrios ecológicos caracterizadores de las
áreas urbanas.

La información censal disponible desde el siglo XIX permite rastrear el papel


que desempeña la madera, el barro y las hojas de palmeras como principales
materiales de construcción de las viviendas rurales.

El censo de 1827,305 que divide la Isla en tres Departamentos, permite


constatar el predominio del embarrado, el guano (parte peciolada de las

305Cuadro estadístico de la siempre fiel Isla de Cuba, correspondiente al año 1827, La Habana,
1829.

170
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

hojas de palmas) y la madera en las tres cuartas partes de las viviendas


(Cuadro 1).

Tipos de viviendas rurales en Cuba según mapa del Atlas etnográfico.

El resto es propio de las áreas urbanas, aunque como es conocido, una


proporción significativa de las viviendas construidas con los referidos
materiales también caracterizan parte de las ciudades de la pasada centuria.

La información disponible en 1861306 establece una clasificación en seis tipos


de materiales de construcción que van de lo más confortable (paredes de
tabla y techo de tejas) a lo más precario (paredes de yagua o guano y techo
de guano) y, obviamente, se observa una plena correspondencia entre el
desarrollo socioeconómico alcanzado entonces por la región centro-
occidental (Cuadro 2), respecto del retraso en que se mantuvo oriente. No
obstante, las viviendas de paredes de yagua y techo de guano, así como las
de paredes de embarrado (adobe) y techo de guano, superan las tres cuartas
partes del total de la Isla, lo que evidencia el grado de precariedad de las

306Pezuela, Jacobo de la. Diccionario geográfico, estadístico e histórico de la Isla de Cuba, 4


tomos, Madrid, 1863-1866.

171
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

condiciones de vida del campesinado, lo que condiciona con el tiempo un


símbolo de pobreza respecto del resto de este tipo de vivienda.

Durante el siglo XX es posible reconstruir una serie histórica entre 1901-1970,


gracias al censo de este último año.306F307 Si analizamos las variaciones de
perdurabilidad de los materiales de construcción de las viviendas rurales al
nivel de provincias se aprecia un incremento de la madera y la teja en los
primeros treinta años del siglo y un paulatino proceso de disminución de los
materiales más precarios (Cuadros 3 y 4), excepto en las provincias con
mayor proporción rural (Pinar del Río y Oriente).

Sin embargo, desde 1934 a 1958, la madera y el guano tienden a caracterizar


la vivienda rural que llega hasta el presente en las provincias con mayor
población campesina (Cuadros 5 y 6), ya que precisamente Pinar del Río
(llamada antes la cenicienta) y Oriente (con las principales tierras fértiles en
manos de compañías estadounidenses) presentan mayores proporciones.
Durante el período 1959-1970 (Cuadro 7) se mantiene el predominio de las
viviendas de madera y guano, excepto en Las Villas, debido al mayor
empleo de un abundante recurso natural como el barro.

Si en el propio censo analizamos por períodos el desarrollo alcanzado por


cada uno de los materiales de construcción, se aprecia que las viviendas de
paredes de madera y techo de tejas (las más confortables) y las de paredes de
adobe y techo de tejas (en menor cantidad) tienden a decrecer desde 1901 a
1945 (Cuadros 8 y 9) como reflejo de la situación socioeconómica del país; si
las primeras vuelven a crecer en el período 1946-1958 y se reducen
posteriormente (1959-1970) por la implantación de otros materiales de
construcción, las segundas también crecen pero en una menor proporción,
ya que se limitan a una parte reducida del país.

Las de otros materiales de construcción tradicionales como paredes de


madera y techo de guano, paredes de adobe y techo de guano, y paredes de

307 Censo de población y viviendas, 1970, La Habana, 1975.

172
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

yagua y techo de tejas tienden a crecer ininterrumpidamente en proporción


respectivamente decreciente (Cuadros 10, 11 y 12), lo que refleja una per-
sistencia cultural derivada de la plena adaptación y utilización de los
recursos propios del medio a partir de la autoconstrucción basada en las
relaciones familiar-vecinales y en la transmisión empírica del conocimiento
de los materiales y las técnicas de construcción; en la apropiación y
transmisión de una cultura que influye en todos los aspectos del ciclo vital.

Sin embargo, la forma más antigua y precaria, la más relacionada por los
materiales de construcción (paredes de yagua y techo de guano) con los
aborígenes agroalfareros aruacos, por ser de menor durabilidad tiene un leve
crecimiento a partir de la segunda mitad de este siglo y desde el triunfo de la
revolución cubana también tiende a decrecer (Cuadro 13).

No obstante esta palpable realidad, el embate que se produce posteriormente


contra este "patito feo" de la arquitectura vernácula cubana tiene
consecuencias negativas contra el resto de las formas constructivas señaladas
a partir de la extrapolación de modelos urbanos "modernos" no vinculados a
la esencia cultural del poblador rural.

La transformación acelerada del medio rural

Con el objetivo expresado en el Programa Nacional de Asentamientos Humanos


de eliminar las diferencias entre la ciudad y el campo, el aprovechamiento
óptimo de los recursos naturales y humanos mediante la planificación de la
producción y de los territorios de forma integral, se emprende una acelerada
transformación del medio rural mediante la "urbanización del campo", como
si las diferencias no fueran, precisamente, la esencia misma de sus
peculiaridades culturales.308

308 Arquitectura Cuba, revista, no. 345, La Habana, 1976, p. 42.

173
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

La intención, tal como señala en su momento el arquitecto e historiador


Roberto Segre es "destruir los símbolos existentes de la estratificación social,
del bienestar de unos, de la miseria de otros, del contraste entre la
precariedad rural y el bienestar urbano".309 Sin embargo, el impulso y la
necesidad de resolver unos problemas, no dejan tiempo a la reflexión y crean
otros de mayor envergadura y trascendencia a muy largo plazo: la desnatu-
ralización de los valores culturales acumulados durante decenas de
generaciones que, obviamente, también influyen en la productividad social
del trabajo. Muchos estudios estuvieron basados principalmente en
investigaciones sociológicas y politológicas globales310 y no en las particulari-
dades culturales de los pobladores rurales ni en el papel de la vivienda
vernácula en su esencia humana, familiar y social.

En el período 1959-1963 se edificaron 26 000 viviendas rurales distribuidas


en 150 pueblos o núcleos de granjas con un nivel mínimo de habitabilidad
nunca antes alcanzado por el campesinado. De todos los proyectos, quizá el
que mejor respetó las características culturales de sus pobladores fue el de
Las terrazas donde el conjunto de viviendas se integra coherentemente al
contexto espacial; muchos otros se caracterizaron por el "esquematismo
compositivo, carencia de significación y de jerarquización en los espacios
urbanísticos".311 El proceso de cooperativización también generó concursos
para las nuevas viviendas en el campo312 y los cinco proyectos premiados en
1981 extrapolan con variaciones el chalet urbano de una planta cuyo techo
plano de hormigón armado, sumamente caluroso en el medio tropical, y la
distribución interior de los espacios, no toman en consideración las
soluciones técnicas ni ambientales que localmente el poblador rural ha dado

309 Segre, Roberto. Diez años de arquitectura en Cuba revolucionaria, La Habana, 1970.

310 Rojas Requena, Ileana; et al. Sociología y desarrollo rural en Cuba, La Habana, 1985.

311 Segre, R. Op.cit., p. 60.

Martínez, Sara Iris. La nueva vivienda para cooperativas agropecuarias (catálogo). Salón de
312

exposiciones 23 y M, Vedado, del 12 al 18 de febrero de 1981.

174
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

a su vivienda, ya que en el medio rural cubano la noción de vivienda no


equivale sólo a la casa o espacio techado, sino a todo el entorno casero y
circuncasero (donde se encuentra el conjunto de construcciones anexas) y el espacio
a cielo abierto donde transcurre el ciclo diario. Esta noción es esencial para no
diseñar panales cerrados de una o varias plantas, sino viviendas integradas a
las necesidades cotidianas y perspectivas de esta parte de la población. Sin
embargo, desde un decenio anterior se habían hecho propuestas de gran
interés para facilitar la participación de los pobladores en la creación de sus
viviendas como paso previo a la autoconstrucción.313

La revista Arquitectura Cuba ha dedicado un amplio espacio o números


completos al análisis del desarrollo de la arquitectura y el urbanismo, tanto a
nivel nacional e internacional como en el contexto particular de un conjunto
de provincias del país.314 En una revisión completa de todos los números de
esta publicación constaté que apenas existen algunos artículos dedicados a la
arquitectura tradicional de las áreas rurales y cuando aparecen es para con-
traponer la arquitectura urbana o los proyectos constructivos y las técnicas
propias de las zonas urbanas como símbolo del progreso, a la arquitectura
tradicional campesina como símbolo del retraso susceptible de eliminarse en
"beneficio" del hombre.

Uno de estos artículos, que por su carácter "oficial" aparece sin autor y sin
institución redactora es "El campo y la ciudad: hacia una dimensión espacial única
de las condiciones de vida y de trabajo del hombre",315 donde se circunscribe la
noción de asentamientos humanos a la "expresión física de la sociedad que
los contiene; en ellos se refleja el nivel material alcanzado, el desarrollo
económico y técnico y las características de las relaciones sociales que en

313Barriel, Georgina. "Consideraciones sobre la participación del usuario en la creación de


su vivienda", en rev. Arquitectura Cuba, no. 365, La Habana, 1966, pp. 30-35.

Hay números monográficos dedicados a la arquitectura y el urbanismo en La Habana,


314

Matanzas y Santiago de Cuba, por ejemplo.

315 Arquitectura Cuba, no. 345, La Habana, 1976, pp. 37-47.

175
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

cada época histórica se han establecido entre los hombres"; sin considerar
explícitamente el decisivo papel de la cultura como proceso ininterrumpido
de asimilación, creación y transmisión de valores (especialmente
espirituales) que condicionan la permanencia o no de las personas en un
determinado territorio.

Este criterio posee una relación directa con la elaboración e implantación de


la Norma cubana. Tipos de asentamientos humanos316 cuyos parámetros están
basados principalmente en indicadores demográficos y económicos globales
y no en las características particulares de la cultura que poseen precisamente
los seres humanos asentados en diversos lugares del país, con su rica
variedad de manifestaciones.

El criterio sobre la "Base material y técnicas constructivas" sustentado en el


referido artículo afirma que "La vivienda tradicional de los indígenas, el
bohío, ha predominado casi hasta nuestros días, fundamentalmente en las
zonas rurales"317 y luego tratan de matizar en contradicción con lo anterior
cuando señalan: "En los dos primeros siglos de la colonia española, el poco
desarrollo económico de la isla hizo perdurar el bohío indígena como
solución generalizada, aportando mejoras en las paredes en parte de las
viviendas, sustituyendo la yagua o parte inferior de las hojas por tablas de
troncos de palma, o paredes de barro apisonado, entretejidos con ramas que
posteriormente se guarnecen con enlucidos de cal y arena".318 El anterior
criterio parte de un evidente prejuicio por desconocimiento de la propia
arquitectura aborigen y de todo el proceso evolutivo y transformativo que
posee la vivienda de las zonas rurales de Cuba. La asimilación lógica de los
materiales de construcción anteriormente empleados por los agroalfareros
aruacos en Cuba, no justifica la identificación del bohío, tal como lo describió

Comité Estatal de Normalización. Norma cubana. Tipos de asentamientos humanos, La


316

Habana, 1983.

317 "El campo y la ciudad...", p. 37.

318 Ibídem, p. 37.

176
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

en el siglo XVI Gonzalo Fernández de Oviedo, con lo que luego edificaron y


aportaron los primeros inmigrantes canarios, otros peninsulares y sus
descendientes en los asentamientos urbanos y rurales.

La anterior información censal por materiales de construcción, regiones o


provincias y períodos históricos es una suficiente muestra de la evolución
seguida por esta arquitectura popular, que rebasa sobremanera la efectuada
por los primeros pobladores de Cuba.

Si el bohío aborigen estaba concebido para las características familiares


gentilicias poligámicas de los aruacos insulares y en tanto condicionado
espacialmente por las necesidades de sus moradores, en dependencia de su
peculiar organización sociocultural; el bohío (o los tipos de bohíos) que
posteriormente se construyen junto con otras edificaciones anexas que
forman parte indisoluble de la concepción rural de la vivienda, responde a
una estructura familiar monogámica y patriarcal; y obviamente a otra
distribución espacial-funcional, en relación con los ciclos productivos de
cada zona del país.

La existencia diversa del actual bohío cubano permite observar múltiples


materiales de construcción "con pisos de tierra, cemento, tablas, mosaicos y
lajas; con paredes de yagua, tablas aserradas o no de infinidad de maderas,
ladrillos, bloques y embarrado; y con techos de guano (más de una docena
de variedades de palmeras según la flora de la zona), zinc, fibrocemento,
fibroasfalto, tejas de madera y [de] barro (planas y acanaladas) y hasta fajas
de neumáticos",319 a partir de las expediciones vinculadas con el Atlas
etnográfico de Cuba.

Los estudios más recientes han permitido clasificar cuatro tipos de bohíos de
acuerdo con la forma de la planta y sus funciones:

Malo de Molina, Gustavo F. "El bohío cubano", en Anuario de Etnología, 1988, La


319

Habana, 1989, p. 61.

177
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

1. En forma de I, rectangular o cuadrilongo de un solo cuerpo o nave.


2. En forma de L o de dos cuerpos rectangulares dispuestos en ángulo
recto.
3. En forma de II o doble I; dos naves rectangulares dispuestas
paralelamente, que el campesino denomina 'jimagüas' o 'apareados'.
4. En forma de T o dos cuerpos rectangulares que se encuentran
situados transversalmente.320

El primero de ellos es el más elemental y se encuentra escaso en áreas de


difícil acceso y poco desarrollo económico como en la zona montañosa de
Candelaria-San Cristóbal-Bahía Honda (Pinar del Río); Ciénaga de Zapata
(Matanzas); Manicaragua-Camajuaní-Placetas (Villa Clara); área montañosa
de Trinidad (Sancti Spíritus); Gibara y Banes (Holguín); y en la faja
montañosa de la Sierra Maestra-Baracoa (Granma, Santiago de Cuba y
Guantánamo). El segundo constituye una ampliación del primer tipo y hoy
día también es muy escaso; el tercer tipo aparece en el área centro-oeste y
norte de las actuales provincias Granma y Holguín; y el cuarto tipo es el más
abundante y característico de casi todas las zonas rurales del país;320F321
pues las descripciones de algunos viajeros en el siglo pasado hacen
referencia a esta construcción.322 Conjuntamente aparecen en el área oriental
viviendas de planta octogonal muy escasas, como posible reminiscencia del
caney aruaco en Cuba, en plena correspondencia espacial con las regiones de
mayor densidad poblacional aborigen, pero con las lógicas variaciones
hechas por el campesino cubano.

En este proceso acelerado de cambios en el medio rural hay un conjunto de


factores que propician un desarrollo sin precedentes en Cuba:

320 Ibídem, p. 62.

321 Ibídem, pp. 62-63.

322 Condesa de Merlín. Viaje a La Habana, La Habana, 1974.

178
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

o el agrupamiento en comunidades de una población muy dispersa y sin


acceso elemental a los servicios sanitarios, educacionales, comerciales,
eléctricos y recreativos;

o la inclusión en el diseño de las nuevas viviendas del baño con servicio


sanitario en el área techada del recinto principal, junto con una intensa
campaña nacional para incluir letrinas anexas o dentro de la vivienda aún
no vinculadas a las nuevas comunidades;

o la inclusión del piso de cemento o losa como medida para eliminar el piso
de tierra apisonada, transmisor de múltiples enfermedades, especialmente
en la población infantil;

o la inclusión de corrales para aves, cerdos y otros animales de cría, como


medio para eliminar la convivencia promiscua con las personas y las
enfermedades que éstos transmiten; y

o la formación de granjas estatales, cooperativas de créditos y servicios,


cooperativas de producción agropecuaria y las recientes Unidades Básicas
de Producción Cooperativa; varias alternativas de producción estatal y/o
de propiedad colectiva, con independencia de los propietarios privados de
la tierra, organizados a través de la Asociación Nacional de Agricultores
Pequeños (ANAP).

Sin embargo, una reflexión crítica sobre las viviendas edificadas permite
considerar también otros factores que tienen incidencias negativas en estos
procesos de cambio y que se traducen, entre otras maneras, en la emigración
interna hacia las cabeceras municipales, las capitales provinciales, la capital
del país y la consecuente formación de nuevos barrios insalubres
periurbanos:323

323Guanche, Jesús y Carmen María Sáenz. "El programa de desarrollo cultural en las áreas
rurales de Cuba", en rev. Temas, La Habana, 1989, pp. 119-133.

179
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

o la urbanización del campo no debe estar basada en la extrapolación de


modelos arquitectónicos urbanos a un medio cultural distinto,
caracterizado por un pleno contacto e interacción con la naturaleza;

o el campesinado y el poblador rural en general han demostrado durante


varios siglos que son capaces de dar soluciones creadoras con los recursos
del propio medio a sus necesidades habitacionales, a pesar de las precarias
condiciones de vida, y los materiales de construcción empleados (barro
cocido o apisonado, madera aserrada o trabajada manualmente y otros
productos vegetales) tienen tanta duración o más que los empleados
actualmente y sobre todo, el costo de producción y el tiempo de
edificación o de reparación es menor;

o los techos de dos o cuatro aguas con unos 45 grados de inclinación para el
guano y unos 30 grados de inclinación para las tejas de barro propician
menor calentamiento y más ventilación natural que los techos planos de
placa de hormigón o los inclinados de fibrocemento o zinc;324 estos
últimos más útiles para los grandes secaderos de tabaco en rama;

o la distribución interior del inmueble debe responder también, no sólo a la


composición particular de los núcleos familiares, sino a un sistema de
ventilación natural que aproveche la brisa tropical en pleno cenit solar, de
acuerdo con la orientación general de la planta;

o en el contexto rural, debido a las relaciones interpersonales en el hogar,


tiene más significación el diseño de la cocina-comedor y del portal (balcón
de relativa amplitud en el caso de varias plantas), que la sala o sala-
comedor;

324Fernández González, Alonso y Pedro Castro Borges. "Nuevo sistema de construcción


aprovechando las características de la casa de paja maya", en La vivienda rural en el sureste
de México, Tabasco, 1988, pp. 11-18; cuyas formas y materiales de construcción semejan a
las de Cuba.

180
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

o de igual manera, deben tomarse en cuenta las formas asumidas por los
diversos asentamientos rurales en el país a partir de los factores
(geográficos, económicos y/o comunicacionales) que los han generado y
conservado hasta el presente.325

El desarrollo acelerado genera cambios y transformaciones de todo tipo,


avances y nuevos problemas, pero el medio y el fin de este desarrollo es al
mismo tiempo el ser humano; la subordinación del hombre a otros factores
como lo netamente económico, pueden convertir la actividad humana en fin
en sí y no en medio para la satisfacción plena de sus necesidades, para la
preservación de su cualidad cultural; es decir, para la reafirmación de su
condición humana. En este sentido la vivienda es parte sustancial de esa
condición.

Cuadros
CUADRO 1
MATERIALES DECONSTRUCCION DE LA VIVIENDA EN CUBA
POR DEPARTAMENTOS (1827)

Materiales de Mampostería, % Embarrado, % Total


construcción ladrillo y tejas guano o
tabla
Departamentos

Occidente 11 716 24,13 36 831 75,87 48 547


Centro 6 970 34,58 13 188 65,42 20 158
Oriente 3 481 18,27 15 570 81,73 19 051
Cuba 22 167 25,26 65 589 74,74 87 756
Fuente: Cuadro estadístico de la siempre fiel Isla de Cuba correspondiente al año de 1827.
Elaboración propia.

325Alvarado Ramos, Juan A. "Algunos criterios para la clasificación etnográfica de los


asentamientos rurales en la actualidad", en Anuario de Etnología, 1988, La Habana, 1989,
pp. 67-82.

181
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

CUADRO 2
MATERIALES DE CONSTRUCCION DE LA VIVIENDA EN CUBA
POR DEPARTAMENTOS (1861)

Materiales de Tabla y tejas % Tabla y % Tabla y %


construcción guano tejaman
Departamentos í
Occidente 4 267 15,48 6 638 24,08 248 0,90
Centro 2 243 8,57 3 318 12,68 290 1,11
Oriente 819 2,98 1 220 4,43 814 2,96
Cuba 7 329 9,02 11 176 13,75 1 352 1,66
(con
t.)
Materiales de Embarrado % Embarrado % Yagua % Total
construcción y tejas y guano y/o
Departamentos guano

Occidente 3 0,01 5 665 20,55 10 747 38,98 27 568


Centro 27 0,10 7 602 29,04 12 697 48,50 26 177
Oriente 0 0 10 635 38,63 14 041 51,00 27 529
Cuba 30 0,04 23 902 29,41 37 485 46,12 81 274
Fuente: Pezuela, Jacobo de la. Diccionario geográfico, estadístico e histórico de la Isla de Cuba, 4 tomos,
Madrid, 1863-1886. Elaboración propia.

CUADRO 3
MATERIALES DE CONSTRUCCION DE LA VIVIENDA RURAL EN CUBA
POR PROVINCIAS (1970)
(Viviendas de 1901 a 1919)

Materiales de Madera % Mader % Adobe %


construcción y tejas ay y tejas
Provincias guano
Pinar del Río 1 974 90,55 152 6,97 45 2,06
La Habana 12 527 94,30 174 1,31 574 4,32
Matanzas 7 558 97,75 74 0,96 98 1,27
Las Villas 19 035 96,09 442 2,23 297 1,50
Camagüey 3 301 92,54 175 4,91 72 2,02
Oriente 4 516 83,77 431 7,99 338 6,27
Cuba 48 911 94,13 1 448 2,79 1 424 2,74
(cont.)
Materiales de Adobe % Yagua % Yagua y % Total
construcción y guano y tejas guano

182
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Provincias
Pinar del Río 1 0,05 7 0,32 1 2,26 2 180
La Habana 0 0 9 0,07 0 0 13 284
Matanzas 0 0 2 0,03 0 0 7 732
Las Villas 3 0,02 31 0,16 1 0,01 19 809
Camagüey 15 0,42 3 0,08 1 0,03 3 567
Oriente 95 1,76 8 0,15 3 0,06 5 391
Cuba 114 0,22 60 0,12 6 0,01 51 963
Fuente: Censo de población y viviendas, 1970. La Habana, 1975. Elaboración propia

CUADRO 4
MATERIALES DE CONSTRUCCION DE LA VIVIENDA RURAL EN CUBA
POR PROVINCIAS (1970)
(Viviendas de 1920 a 1933)

Materiales de Madera % Mader % Adobe %


construcción y tejas ay y tejas
Provincias guano
Pinar del Río 1 110 76,66 334 23,07 0 0
La Habana 5 865 94,04 335 5,37 6 0,32
Matanzas 1 785 93,90 110 5,79 6 0,32
Las Villas 5 563 90,72 485 7,91 59 0,96
Camagüey 2 980 85,09 485 13,85 6 0,17
Oriente 1 596 70,09 566 24,86 23 1,01
Cuba 18 899 87,91 2 315 10,77 128 0,60
(cont.)
Materiales de Adobe % Yagua % Yagua y % Total
construcción y guano y tejas guano
Provincias 0 0 4 0,28 0 0 1 448
La Habana 0 0 2 0,03 1 0,02 6 237
Matanzas 0 0 0 0 0 0 1 901
Las Villas 6 0,10 16 0,26 3 0,05 6 132
Camagüey 23 0,66 7 0,20 1 0,03 3 502
Oriente 89 3,91 1 0,04 2 0,09 2 277
Cuba 118 0,55 30 0,14 7 0,03 21 497
Fuente: Censo de población y viviendas, 1970. La Habana, 1975. Elaboración propia.

183
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

CUADRO 5
MATERIALES DE CONSTRUCCION DE LA VIVIENDA RURAL EN CUBA
POR PROVINCIAS (1970)
(Viviendas de 1934 a 1945)
Materiales de Madera % Mader % Adobe %
construcción y tejas ay y tejas
Provincias guano

Pinar del Río 832 49,46 841 50,00 3 1,18


La Habana 3 919 82,52 791 16,66 25 0,53
Matanzas 635 78,20 169 20,81 3 0,37
Las Villas 3 847 73,95 1 237 23,78 99 1,90
Camagüey 2 335 60,54 1 429 37,05 9 0,23
Oriente 930 36,74 1 284 50,73 39 1,54
Cuba 124 498 66,36 5 751 30,54 178 0,95
(cont.)

Materiales de Adobe % Yagua % Yagua y % Total


construcción y guano y tejas guano
Provincias
Pinar del Río 0 0 5 0,30 1 0,06 1 682
La Habana 1 0,02 9 0,19 4 0,08 4 749
Matanzas 0 0 3 0,37 2 0,25 812
Las Villas 12 0,23 7 0,13 0 0 5 202
Camagüey 74 1,92 9 0,23 1 0,03 3 857
Oriente 263 10,39 10 0,40 5 0,20 2 531
Cuba 350 1,86 43 0,23 13 0,07 18 833
Fuente: Censo de población y viviendas, 1970. La Habana, 1975. Elaboración propia.

184
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

CUADRO 6
MATERIALES DE CONSTRUCCION DE LA VIVIENDA RURAL EN CUBA
POR PROVINCIAS (1970)
(Viviendas de 1946 a 1958)
Materiales de Madera % Mader % Adobe %
construcción y tejas ay y tejas
Provincias guano

Pinar del Río 2 180 45,04 2 645 54,69 3 0,06


La Habana 6 581 80,91 1 524 18,74 13 0,16
Matanzas 1 388 71,29 543 27,89 6 0,31
Las Villas 10 086 60,06 3 316 19,75 3 051 18,17
Camagüey 6 899 65,04 3 582 33,77 25 0,24
Oriente 1 869 25,61 4 504 91,75 97 1,33
Cuba 29 003 58,45 16 114 32,48 3 195 6,44
(cont.)
Materiales de Adobe % Yagua % Yagua y % Total
construcción y guano y tejas guano
Provincias
Pinar del Río 0 0 5 0,10 3 0,06 4 836
La Habana 0 0 8 0,10 8 0,10 8 134
Matanzas 0 0 5 0,26 5 0,26 1 947
Las Villas 19 0,11 161 0,96 161 0,96 16 794
Camagüey 68 0,64 17 0,16 17 0,16 10 608

Oriente 783 10,73 23 0,32 23 0,32 7 299

Cuba 870 1,75 219 0,44 217 0,44 49 618

Fuente: Censo de población y viviendas, 1970. La Habana, 1975. Elaboración propia.

185
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

CUADRO 7
MATERIALES DE CONSTRUCCION DE LA VIVIENDA RURAL EN CUBA
POR PROVINCIAS (1970)
(Viviendas de 1959 a 1970)
Materiales de Madera % Madera y % Adobe %
construcción y tejas guano y tejas

Provincias
Pinar del Río 993 19,00 4 208 80,54 2 0,04
La Habana 981 36,00 1 714 62,90 5 0,18
Matanzas 689 51,07 582 43,14 3 0,22
Las Villas 7 668 50,40 2 913 19,15 3 851 25,31
Camagüey 3 112 34,12 5 859 64,23 11 0,12
Oriente 1 462 11,54 9 461 74,67 89 0,70
Cuba 14 905 32,19 24 737 53,42 3 991 8,55|
(cont.)
Materiales de Adobe % Yagua y % Yagua y % Total
construcción y guano tejas guano
Provincias
Pinar del Río 4 0,08 7 0,13 11 0,21 5 225
La Habana 1 0,04 11 0,40 13 0,48 2 725
Matanzas 2 0,15 65 4,82 8 0,59 1 349
Las Villas 29 0,19 729 4,79 24 0,16 15 214
Camagüey 78 0,86 38 0,42 24 0,26 9 122
Oriente 1 573 12,42 44 0,35 41 0,32 12 670
Cuba 1 687 3,64 894 1,93 121 0,26 46 305
Fuente: Censo de población y viviendas, 1970. La Habana, 1975. Elaboración propia.

CUADRO 8
LA VIVIENDA RURAL EN CUBA (1901-1970)
PAREDES DE MADERA Y TECHO DE TEJAS
POR PERIODOS DE CONSTRUCCION
Períodos Total %
1901-1919 48 911 39,38
1920-1933 18 899 15,21
1934-1945 12 498 10,06
1946-1958 29 003 23,35
1959-1970 14 905 12,00
Cuba 124 216 100,00

186
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Fuente: Censo de población y viviendas,


1970. La Habana, 1975. Elaboración
propia.

CUADRO 9
LA VIVIENDA RURAL EN CUBA (1901-1970)
PAREDES DE ADOBE Y TECHO DE TEJAS
POR PERIODOS DE CONSTRUCCION
Períodos Total %
1901-1919 1 424 16,03
1920-1933 128 1,44
1934-1945 178 2,00
1946-1958 3 195 35,96
1959-1970 3 961 44,58
Cuba 8 886 100,00
Fuente: Censo de población y viviendas, 1970. La
Habana, 1975. Elaboración propia.

C U A D R O 10
LA VIVIENDA RURAL EN CUBA (1901-1970)
PAREDES DE MADERA Y TECHO DE GUANO
POR PERIODOS DE CONSTRUCCION
Períodos Total %
1901-1919 1 448 2,88
1920-1933 2 315 4,60
1934-1945 5 751 11,42
1946-1958 16 114 31,99
1959-1970 24 737 49,12
Cuba 50 365 100,00
Fuente: Censo de población y viviendas, 1970. La
Habana, 1975. Elaboración propia.

C U A D R O 11
LA VIVIENDA RURAL EN CUBA (1901-1970)
PAREDES DE ADOBE Y TECHO DE GUANO
POR PERIODOS DE CONSTRUCCION
Períodos Total %
1901-1919 114 3,63
1920-1933 118 3,76
1934-1945 350 11,15

187
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

1946-1958 870 27,72


1959-1970 1 687 53,74
Cuba 3 139 100,00
Fuente: Censo de población y viviendas, 1970. La
Habana, 1975. Elaboración propia.

C U A D R O 12
LA VIVIENDA RURAL EN CUBA (1901-1970)
PAREDES DE YAGUA Y TECHO DE TEJAS
POR PERIODOS DE CONSTRUCCION
Períodos Total %
1901-1919 60 4,82
1920-1933 30 2,41
1934-1945 43 3,45
1946-1958 219 17,58
1959-1970 894 71,75
Cuba 1 246 100,00
Fuente: Censo de población y viviendas, 1970.
La Habana, 1975. Elaboración propia.

C U A D R O 13
LA VIVIENDA RURAL EN CUBA (1901-1970)
PAREDES DE YAGUA Y TECHO DE GUANO
POR PERIODOS DE CONSTRUCCION
Períodos Total %
1901-1919 6 1,65
1920-1933 7 1,92
1934-1945 13 3,57
1946-1958 217 59,62
1959-1970 121 33,24
Cuba 364 100,00
Fuente: Censo de población y viviendas,
1970. La Habana, 1975. Elaboración
propia.

188
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

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190
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

7.
LA REVISTA EL GUANCHE, EL NACIONALISMO
CANARIO EN CUBA Y LA DEFENSA DE SUS
INMIGRANTES (1924-1925). 326 325F

Introducción

Entre las diversas facetas que permite el estudio de la presencia canaria en la


cultura cubana, está el papel desempeñado por determinadas publicaciones
periódicas en la vida política y social de los primeros decenios de instaura-
ción de la República Neocolonial (1902-1958) y su relación con esta
inmigración.

Una de ellas es la revista El Guanche, que salió a la palestra pública como


órgano del Partido Nacionalista Canario en Cuba, presidido por el tinerfeño
José Cabrera Díaz y con la dirección editorial del periodista palmero José
Luis Gómez Wangüemert (1862-1942). Esta publicación fue continuadora de
la revista quincenal del mismo nombre fundada en Caracas, Venezuela
(1897), por Secundino Delgado Rodríguez y José Esteban Guerra.

El presente trabajo constituye la continuación de otros que hemos venido


realizando327 y el inicial complemento de los efectuados en Islas Canarias.328

Publicado por vez primera en 1993, en las memorias del IX Coloquio de Historia Canario-
326

Americana (1990), t. II, Las Palmas de Gran Canaria, pp. 1017-1040.

327Véase Jesús Guanche. Aspectos socioculturales de la inmigración canaria en Cuba durante el


siglo XX, La Habana, 1989.

328Véanse Manuel de Paz Sánchez. "Luis Felipe Gómez Wangüemert y la masonería


palmera y cubana de la década de 1930.Notas para su estudio". en II Jornadas de Estudios
Canarias-América. Santa Cruz de Tenerife, 1990, pp. 31-63; y Gregorio Cabrera Déniz. "La
prensa canaria en América", ponencia al VIII Coloquio de Historia Canario-Americana, Las
Palmas de Gran Canaria, 1988.

191
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

El tema del nacionalismo como corriente del pensamiento y la acción


políticas hay que evaluarlo con la necesaria diversidad de matices que
implica el carácter complejo de cada proceso histórico en que éste se
desarrolla. Sin embargo, podemos agrupar dos grandes tendencias de signos
contrarios pero interconectados.

El nacionalismo como ideología exaltadora de una nación sobre otra u otras,


con una fuerte carga de autosobrestimación y al mismo tiempo de
subestimación discriminatoria de otros pueblos, cuyo ejemplo más elocuente
en la primera mitad de este siglo es el chovinismo fascista alemán o sus
nuevas y sutiles formas contemporáneas de expresión; y un tipo de
nacionalismo de aspiración democrática cuya exhaltación de los valores
nacionales (culturales, patrióticos y/o morales) están encaminados a la
defensa de su identidad como pueblo sin perder de vista el papel de la
solidaridad internacional frente a la penetración o intervención exógena, y
está dirigida a la obtención de sus objetivos e intereses patrios. Existen
muchos ejemplos elocuentes en la historia de los países latinoamericanos que
aún se enfrentan a una intensa penetración extranjera en los órdenes
económico, político y sociocultural. En síntesis, debe distinguirse el
nacionalismo como dominación, del nacionalismo como lucha de liberación.

Las posibilidades de estudio particular que tiene la presente publicación


periódica desde el contexto cubano, nos permite comparar el peculiar
nacionalismo canario en el ámbito social de Cuba, con la efervescencia de la
corriente nacionalista general en la Isla, como respuesta al incremento de la
penetración norteamericana; valorar el papel político-social que desempeña
la revista El Guanche en la defensa de la inmigración canaria como parte de
una campaña nacional contra las llamadas «migraciones indeseables»; y
significar las relaciones de colaboración establecidas por la revista con el
movimiento nacionalista cubano y el de otros pueblos de España en Cuba.

192
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Una publicación canaria en un medio convulso

La actividad desplegada por la revista El Guanche coincide con una de las


más fuertes reacciones populares contra el ingerencismo norteamericano en
Cuba y, al mismo tiempo, contra la ineptitud mostrada por el gobierno de
Alfredo Zayas y Alfonso (1861-1934), quien toma posesión el 20 de mayo de
1921 y concluye su mandato el 20 de mayo de 1925, cuando el General
Gerardo Machado y Morales (1871-1939) asume la presidencia de la
República.

Los dos últimos años de Zayas se corresponden con la presencia de la


referida revista como un medio más de comunicación, pero no sólo
encaminado a dialogar entre los principales representantes del nacionalismo
hispánico en Cuba; es decir, canarios, gallegos y catalanes, sino que sirve de
enlace con determinados portadores de la opinión pública y del propio
gobierno, además de intercomunicar a los residentes e inmigrantes canarios
en Cuba.

Con el fin de analizar estas relaciones es necesario caracterizar


apretadamente el marco histórico en que la revista y sus patrocinadores se
desenvuelven.

Durante el referido gobierno se intensifica el deterioro administrativo y la


penetración económica del capital norteamericano, en oposición a una
promesa de "gobierno honesto, laborioso y nacionalista",329 cuyo programa
no se logra ejecutar.

La crisis económica influye, sin duda, en un conjunto de acciones políticas


que a partir de 1923 representa la aparición de nuevas orientaciones
encabezadas por grupos de jóvenes progresistas cuyas ideas se manifiestan
al margen de los partidos que hasta entonces venían disputándose el poder

329 Le Riverend, Julio. La República, La Habana, 1975, p. 185.

193
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

republicano (Liberales y Conservadores). Es una nueva generación no


comprometida con el deterioro del país, pero con un proceso de maduración
muy vinculado al desarrollo del movimiento obrero y estudiantil cubano.

El primer acontecimiento que tiene lugar merece detallarse por cuanto uno
de sus participantes guarda relación directa con el director de la revista El
Guanche.
Nos referimos a la conocida Protesta de los trece (ver
documento 1), que constituye un escándalo
antigubernamental cuando es adquirido el antiguo
Convento de Santa Clara por un precio que duplica su valor
real en un momento en que la economía cubana se
encuentra en sus niveles deflacionarios más bajos.

El 18 de marzo de 1923, el Club Femenino de Cuba efectúa


en el local de la Academia de Ciencias de La Habana un
acto en honor de la escritora uruguaya Paulina Luissi y en el
momento en que el Secretario de Justicia Erasmo Regüeiferos iba a
pronunciar su discurso, el joven Rubén Martínez Villena (1899-1934) se
levanta para negar la suficiente autoridad moral del orador.

Junto a los acompañantes de este joven y luego firmante de la Protesta se


encuentra Luís Gómez Wangüemert (1901-1980), también periodista e hijo de
Luís Felipe Gómez Wangüemert, quien tiene una destacada labor política e
intelectual entre sus contemporáneos.330

330 Según una última entrevista que le realizan, en ningún momento relaciona su
vinculación con el periodismo a través de su familia; sino que se inicia en 1916 mediante la
crítica teatral. Luego se convierte en uno de los principales analistas políticos desde antes
del triunfo de la Revolución Cubana hasta su jubilación en los años setenta. Fue director
del periódico El Mundo y en el momento de su fallecimiento era Miembro del
Secretariado del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos, y
Vicepresidente de la Sociedad de Amistad Cubano-Soviética. Es el padre de José Luis
Gómez-Wangüemert, joven mártir del ataque al Palacio Presidencial el 13 de marzo de
1957. Véase Martínez Pirez, Pedro. "Seis décadas de periodismo en la vida de Luis Gómez-
Wangüemert", en diario Trabajadores, 20 de marzo de 1980, La Habana, p. 3. Sin embargo,
la Asociación de Reporters de La Habana (1902-1927) confirma que es hijo de Luis Felipe

194
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Aunque los fundamentos de la protesta son de carácter reformista,


constituye una manifestación de descontento contra la corrupción política
imperante y el inicio de una nueva etapa de lucha.

El 2 de abril del propio año, se une a la campaña


pública la Junta de Renovación Nacional Cívica
encabezada por Fernando Ortiz (1881-1969), quien
desde 1907 ya aparece como miembro de la
directiva de la Sociedad de Beneficencia Balear y
sobresale hasta nuestros días como uno de los
principales pilares en el estudio de la cultura
cubana. Este programa también es reformista y
ataca los fraudes fiscales, la falta de atención
médica y benéfica, el abandono de la educación y el
rápido incremento del analfabetismo, entre otros aspectos.

Otros movimientos importantes fueron el de Veteranos y


Patriotas,331 la Reforma Universitaria y la Federación Estu-
diantil Universitaria encabezada por Julio Antonio Mella
(1903-1929); la mayor radicalización de las organizaciones
obreras, la fundación de la Confederación Nacional Obrera de
Cuba, del Partido Comunista de Cuba, que tiene entre sus
primeros miembros al canario José Miguel Pérez332 (ver
documento 2), y la creación de la Liga Antimperialista.

Gómez-Wangüemert y lo incluye como miembro de esta asociación. Véase La prensa en


Cuba. Obra conmemorativa, La Habana, 1927 (Información suministrada por Valentín
Medina Rodríguez).

331 Le Riverend, Julio. Ob. cit, p. 201 y ss.

332Junto con la formación de la Agrupación Comunista de La Habana, José Miguel Pérez


pasa a ser miembro efectivo del Primer Comité Central del PCC. Véase Hortensia
Pichardo. Documentos para la historia de Cuba, t. III, La Habana, 1973, pp. 299-304.

195
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Todos estos acontecimientos crean condiciones objetivas y representan


factores subjetivos para un afianzamiento del nacionalismo cubano de
abierto carácter antiyanki y contra la corrupción gubernamental.

Precisamente en 1924 la revista Archivo del Folklore Cubano, órgano de la


Sociedad del mismo nombre, se hace eco de esta corriente por revitalizar lo
nacional en la cultura como forma de preservación ante el embate exterior.333
Al mismo tiempo, la revista El Guanche va a tener diversos alcances dentro
de las posibilidades de comunicación de la prensa escrita.

En defensa de la inmigración canaria

El breve período de existencia de esta revista, como otras publicaciones


cubanas de la época, que se caracterizaron por su vida relativamente
efímera, sirve de medio importante para defender los intereses de la colonia
canaria en Cuba --tal como ellos mismos se anuncian-- o para informar y
orientar al inmigrante recién llegado.

Junto con el intento de alcanzar su objetivo mayor; es decir, propiciar desde


Cuba la liberación de Islas Canarias aspecto que no resulta posible en las
condiciones de uno y otro lados del Atlántico la revista ofrece un espacio
para que la Beneficencia Canaria, por ejemplo, (ver documento 3) informe
oportunamente a los residentes e inmigrantes sobre la tramitación de
cualquier asunto legal que conlleve el respaldo de una institución protectora;
establece un amplio nexo con las principales delegaciones de la Asociación
Canaria de La Habana en el resto del país; y divulga las actividades de esta
institución capitalina.

A través de sus páginas podemos seguir de cerca la creación de nuevas


delegaciones como resultado del intenso trabajo de promoción de la revista.

Véase Jesús Guanche y G. Campos. "La ciencia etnográfica en Cuba durante el siglo
333

XX", en Temas. Estudios de la cultura, La Habana, 1986, pp. 42-43.

196
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Se destacan en este sentido, las actuales provincias del centro (Villa Clara,
Cienfuegos y Sancti Spíritus). En octubre de 1925 ya los asociados superan
las treinta mil personas, con la inclusión de los descendientes de canarios
nacidos en Cuba.

Sin embargo, no siempre el modo de manifestar el nacionalismo o de


defender al inmigrante canario va acompañado de nobles propósitos.

Cuando la revista asume la defensa a ultranza de la inmigración canaria a


partir de una carta dirigida al Presidente Zayas (ver documento 4),
contrapone el posible carácter negativo o "pernicioso" de los inmigrantes
chinos, catalogados por ellos de "inferiores", al sentido favorable de la propia
inmigración isleña. Para ello alude al indudable papel de la presencia canaria
en la formación histórica de la población cubana y en "la colaboración de los
canarios en la preparación de la epopeya revolucionaria [en las] luchas por la
independencia".334 Esta carta constituye un ejemplo de cómo las
concepciones del nacionalismo en determinada fase de maduración pueden
estrecharse y devenir manifiesto discriminatorio contra los representantes de
otro pueblo; el chino en este caso, que también ha luchado, desde el soldado
hasta el alto oficial, por la libertad de Cuba;335 y que como los canarios ya
habían constituido desde el siglo pasado sus asociaciones de protección y
ayuda mutua para atender también al inmigrante.336

La defensa de los intereses nacionales se opone, según el texto, a una


solidaridad elemental con personas que son explotadas inhumanamente

334Revista El Guanche, no. 3, La Habana, 1924, p. 6. La compilación y análisis primario de


la revista fueron realizados por la Lic. Gertrudis Campos, con la valiosa colaboración de
las compañeras de la hemeroteca del Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia
de Ciencias de Cuba.

335Véase Juan Jiménez Pastrana. Los chinos en la historia de Cuba, 1847-1930, La Habana,
1983, pp. 81-127.

Véase Jesús Guanche. "Los inmigrantes asiáticos", en Procesos etnoculturales de Cuba, La


336

Habana, 1983, pp. 323-330.

197
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

tanto en su país de origen como en Estados Unidos de América, antes de


venir a Cuba.

En este sentido, el centro de atención son los chinos; es decir, el resultado del
fenómeno inmigratorio y no su esencia; o sea, los mandatos de las compañías
transnacionales que importan mano de obra barata y consecuentemente
envilecen tanto los salarios del trabajador cubano como de los demás
residentes extranjeros. De modo que es atacado el efecto y no su causa.

Aunque al mes siguiente Zayas da respuesta a la carta, en la que se


compromete a tomar medidas contra la inmigración china,337 la realidad es
bien diferente pues no obstante el conjunto de leyes de inmigración o de
repatriación,338 la entrada continúa, pues lo que decide no es el
cumplimiento del cuerpo legal existente, sino las leyes de la economía
vinculadas con la necesidad de mano de obra a bajo precio.

A pesar del beneplácito de la revista por las supuestas medidas, es


importante tomar en consideración desde el punto de vista histórico, que
tanto canarios como chinos tenían entonces el mismo derecho a inmigrar, ya
que la cuota de sangre derramada por ambos durante treinta años de luchas
contra el coloniaje (1868-1898) había sido alta.

Mayor importancia hubiera tenido denunciar lo que en cierto modo también


refleja la revista y que consiste en la fragmentación que se producía entre los
inmigrantes de una y otra procedencias, en una especie de todos contra todos
en un medio social que bajo el pretexto de la "libertad de asociación"
incomunicaba a unos y otros en un conjunto de ghettos de tipos étnico,
racial, territorial, religioso y/o socio-ocupacional. Este proceso que se

337 Revista El Guanche, no. 7, La Habana, 1924, p. 3.

338Véase Jesús Guanche. Principales tendencias del poblamiento caribeño en Cuba. Ponencia al
Coloquio Internacional sobre la herencia africana en el Caribe. CIDMUC, La Habana,
1988.

198
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

intensifica durante los primeros decenios del siglo XX no sólo incluye a los
extranjeros sino también al resto de la población cubana. Los archivos de
registros de asociaciones a escala nacional o provinciales son un vivo testigo
de esta gran proliferación.

A diferencia de lo anterior, la revista denuncia valientemente la expulsión de


los obreros agrícolas canarios Felipe Rivero, Segundo Pérez Avila, Domingo
González, Alfonso Cabrera y Antonio Mesa, quienes son acusados de "perni-
ciosos" por el hecho de solicitar mejoras salariales y de vivienda. Esta
denuncia tiene una importante trascendencia pues está encaminada contra la
arbitraria aplicación del Decreto No. 1601 de 1925 (ver documento 5), puesto
en vigor por el gobierno de Machado a sólo un mes de asumir su mandato
presidencial. Este Decreto representa un instrumento de persecución y
delación de los trabajadores progresistas de nacionalidad extranjera.

Como el Secretario de Gobernación Rogelio Zayas Bazán tiene la opción de


decidir el puerto de desembarco, no los envía a Islas Canarias, sino a La
Coruña, sin dinero ni ropas de invierno. De los expulsados, cuatro son
jóvenes en edad militar y tienen todas las posibilidades --con el estigma de
perniciosos-- de ser enviados a la guerra de Marruecos. De modo que la
expulsión significa según la revista una sentencia a la pena capital.

Seguidamente el propio redactor de la denuncia reflexiona al respecto:


"Porque la expulsión de nuestros compatriotas se ha realizado siendo
Presidente de la República un cubano de ascendencia canaria, porque los
colectivistas isleños han debido apresurarse a suplicar que se dejare sin
efecto tan rigurosa medida, y porque ella puede influir en el ánimo de los
trabajadores canarios, dispuestos a emigrar, decidiéndoles a buscar fuera de
Cuba, campo para sus actividades".339 La respuesta está en la política de
mano dura impuesta por el machadato como posible solución a la
efervescencia revolucionaria de entonces y que años más tarde dio al traste

339 Revista El Guanche, no. 15, La Habana, 1925, p. 9.

199
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

con la dictadura. Recordemos que este fue el mismo Presidente que mandó a
asesinar al líder estudiantil Julio Antonio Mella en México, quien años antes
lo había tildado de "Musolini tropical"; aunque quizá su mejor y más ganado
epíteto haya sido el de "Asno con garras", tal como lo calificara el poeta
Rubén Martínez Villena.

Lo cierto es que ni a Machado ni a los representantes adinerados de las


asociaciones les interesaba salvar la situación de estos obreros, pues por
encima de la comunidad de origen predomina la pertenencia socioclasista.
Sin embargo, la actitud de la revista y sus redactores es digna de ese
momento histórico.

El Guanche junto a otros pueblos de España

La revista dedica un amplio espacio a la divulgación de sus relaciones e


intercambios de puntos de vista con otros movimientos nacionalistas de
España en Cuba; tales como: catalanes, gallegos y, en menor medida, vascos.

Con el título Catalanes y canarios aparecen trabajos en apoyo al movimiento


nacionalista catalán tanto en Cuba como en el resto de América, donde
resaltan los valores y tradiciones históricas propias de este pueblo.

En uno de ellos se proclama que: "Al fundarse el Partido Nacionalista


Canario no podíamos permanecer indiferentes en presencia de los sucesos
que se desarrollan en la hermosa y progresista región catalana; y a los
representantes genuinos del nacionalismo catalán fuimos a rendirles un
tributo de admiración, de aplauso, de cordialidad, de cariño";340 pero más
adelante agradecen porque "el Centre Catalá [de La Habana] nos da una
prueba de sus simpatías, al informar, por medio de un rapport dirigido a
todas las instituciones nacionalistas catalanas de América, sobre el
movimiento nacionalista canario".341 Cuando aparece la revista Patria (1924)

340 Ibídem, no. 1, 1924, p. 9.

341 Ibídem, no. 3, 1924, p. 10.

200
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

de los nacionalistas catalanes en Santiago de Cuba, es respaldada por la


redacción de El Guanche y se propagandizan mutuamente. Asimismo, dan a
conocer noticias de interés como el homenaje tributado por la agrupación
nacionalista Catalunya de la propia ciudad, al gran poeta y dramaturgo
catalán, nacido en Islas Canarias, Ángel Guimerá (1849-1924); pues no pode-
mos olvidar que a diferencia de otros lugares del país, la presencia histórica
de los catalanes en Santiago de Cuba es muy importante para el crecimiento
de su población local.342 Por su parte, la publicación santiaguera cuyo
nombre (Patria) coincide, no de manera casual, con el períodico fundado y
dirigido en New York por José Martí (1853-1895), desde 1892 hasta su caída
en combate reproduce el artículo de El Guanche "¡El separatismo ha
muerto! ¡Viva el separatismo!", dedicado a un comentario crítico sobre la
declaración hecha por Miguel Primo de Rivera (1870-1930) respecto del
separatismo catalán, quien en su discurso olvida incluir a Canarias en los
límites territoriales de España.343 Del mismo modo, Gallegos y canarios sirve
de título a un trabajo para resaltar las actividades de la Irmandade Nazionalista
Galega en Cuba y nuevamente ofrece sus páginas para "la difusión de sus
aspiraciones",344 a la vez que señalan los lazos históricos entre ambas
regiones; asociándolas al problema catalán y vasco.

Más adelante, en una información de interés, refiere cómo la Irmandade


Nazionalista Galega utiliza los salones del Centre Catalá de La Habana para
realizar una velada artística en recuerdo del Mariscal gallego Pedro Cela,
como homenaje a su participación en la liberación de la antigua Suevia;
actividad que contó con una representación del Partido Nacionalista

342En un reciente estudio muestral del Archivo Parroquial de la Catedral de Santiago de


Cuba, la presencia catalana entre 1695-1898 desde el punto de vista étnico asciende al
31,90 % de la población nacida en España. Véase Jesús Guanche. "Muestra cronológica de
la composición étnica y regional de la población hispánica durante el período colonial
según [10] archivos parroquiales" (Boceto de mapa). Atlas Etnográfico de Cuba, (inédito).

343El referido artículo aparece en el no. 4, p. 1; y el agradecimiento, así como una serie de
aclaraciones sobre los ascendientes de Angel Guimará en Tenerife, en el no. 10, p. 12.

344 Revista El Guanche, no. 2, p. 7.

201
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Canario.345 Lo importante del hecho no es sólo que un grupo de personas


se unieran entorno a los ideales del nacionalismo hispánico del otro lado del
Atlántico, con su intrínseca variedad de matices; sino que precisamente por
encontrarse en un contexto sociocultural y espacial diferente a sus lugares de
origen junto con el lógico estado de añoranza, gorrión o morriña son
influidos por el ambiente cubano de entonces, aunque ellos no sean
totalmente conscientes de tal proceso.

En los casos de los residentes nacidos en España y radicados en Cuba, con


independencia de la región y lengua de origen, se efectúa un proceso de
división étnica respecto de sus pueblos principales; de modo que ya la
primera generación nacida en Cuba puede considerarse étnicamente cubana,
pues el influjo del medio social resulta cualitativamente mayor que el del
seno familiar.

En este sentido, los componentes hispánicos; es decir: españoles, canarios,


catalanes, gallegos y vascos, constituyen grupos étnicos346 respecto del etnos
nacional cubano.347

Estos grupos tienden por un lado, a integrarse entre sí a partir de múltiples


actividades asociativas, que en el plano social, familiar e interpersonal,
incluyen obviamente las ideas políticas. Este proceso se manifiesta, sin
embargo, en una escala relativamente pequeña si se compara con el grado de

345 Ibídem, no. 17, p. 5.

346Debe distinguirse operativamente el grupo étnico (pequeña parte de un etnos que reside
en el territorio habitado principalmente por un etnos mayor, que constituye un organismo
etnosocial con aparato gubernamental o estatal) de la minoría étnica (etnos cuya totalidad o
casi totalidad vive en su territorio históricamente determinado, junto a uno o más etnos
cuantitativamente mayores dentro del contexto de un gobierno o estado). En este sentido,
Cuba no posee minorías étnicas, sino tantos grupos étnicos cuantos conjuntos de
residentes permanentes viven en el país en forma de pequeñas comunidades y que juntos
no alcanzan actualmente el 1 % de toda la población.

El censo de 1919, el más cercano al período estudiado, reporta una población total de 2
347

889 004 habitantes; de ellos el 88,26 % es nacida en Cuba y sólo el 8,50 % en España.

202
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

asimilación natural de sus descendientes por la sociedad cubana. Uno de


tantos ejemplos es la activa participación de residentes e inmigrantes
hispánicos en el movimiento obrero cubano y en sus organizaciones
sindicales y políticas.

Al mismo tiempo, todo proceso de asimilación étnica natural de grupos


cuantitativamente pequeños representa un proceso de consolidación del
etnos mayoritario (asimilador). Esta regularidad se manifiesta a escala
mundial sólo en condiciones de convivencia pacífica, pues cuando se emplea
la fuerza, dichos procesos se retardan o aceleran, según cada circunstancia.

De manera que el nacionalismo canario en Cuba como otros nacionalismos


hispánicos también puede ser evaluado no sólo en tanto reflejo ideológico
de la situación particular de España durante los años veinte, sino en cuanto
resultado del alcance y la influencia del nacionalismo cubano de entonces,
como respuesta popular a la dependencia extranjera. Si ello no hubiera sido
así, los gobiernos de turno no habrían tomado medidas contra los residentes
progresistas de otros países en Cuba.

Si en los procesos étnicos interactúan fuerzas sociales esencialmente


contrarias y recíprocamente dependientes, como la integración y la división,
la asimilación y la consolidación, que pueden incluir a determinados
componentes o a todo el organismo etnosocial; también en el campo de las
ideas cuya dinámica está condicionada por procesos de pensamiento
mucho más acelerados y cambiantes se producen estas contradicciones,
que en el caso estudiado pueden oscilar desde un cerrado chovinismo anti-
chino y pro-canario a ultranza, hasta la manifiesta solidaridad y apoyo, tanto
a la causa cubana como a otros pueblos de la Península Hispánica.

La rápida desaparición de la revista El Guanche estuvo determinada por


factores exógenos a sus editores, quienes fueron objeto de presiones ejercidas
por el gobierno. Esto formó parte de un proceso general que intentaba
obstruir el inevitable ascenso de una conciencia nacional donde no sólo

203
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

toman parte las organizaciones obrera, femenina, estudiantil y política, sino


que la peculiar expresión del nacionalismo canario en el conjunto del
nacionalismo hispánico significa un peligro real para el gobierno por el
radio de influencia que ejercen los órganos de prensa en la opinión pública
nacional e internacional.

Las críticas que la revista hace al tristemente célebre Diario de la Marina, las
opiniones de canarios contrarias a los objetivos de la revista, que dan lugar a
oportunas respuestas;348 y la inserción de criterios favorables de diversos
órganos de la prensa en Cuba349 sobre el nacionalismo canario, multiplican e
identifican a gran número de lectores con esta causa, la que no es observada
por los cubanos como algo ajeno, sino interpretada de manera análoga a lo
que en esos años defienden las principales fuerzas progresistas del país: su
identidad nacional.

348El 10 de julio de 1924 se publica la "Carta de un canario español" donde éste manifiesta
su desacuerdo con la creación del Partido Nacionalista Canario y la propaganda que
realiza. Para ello reproduce el poema Símbolo de Antonio Gerolo, como parte de su
adhesión a España. Posteriormente la revista responde con el poema siguiente:

"Un canario español"


Pues me gusta ¡caracoles! ¡La conquista! ¿sabe usted?
de este paisano el consejo muchas cosas le debemos;
que al quitarnos el pellejo y por eso allí tenemos
hay que ser más españoles el trato de "su merced"

Que por trajes europeos ¡Que sea español el canario


debemos cambiar los guanches... antes que canario ser
nuestras glorias y trofeos Duro se me hace creer
por los quijotes andantes que ese tal no sea sicario

Que es una grave traición


es de esta playa cubana Un canario ca...nario
dar nuestra franca opinión Las Vegas (Cuba) agosto 20
sobre cierta gente hispana de 1924.

Entre los periódicos que publican criterios a favor del Partido Nacionalista Canario se
349

encuentran: Heraldo de Cuba, Hoy, España Nueva, El Reporter, La Noche, El Imparcial y La


Lucha, entre otros.

204
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Documentos
DOCUMENTO 1

La protesta de los trece


Un grupo de jóvenes ha realizado ayer en el Salón de la Academia de
Ciencias un acto cívico de protesta.

Nosotros, los firmantes, nos sentimos honrados y satisfechos por habernos


tocado en suerte iniciar un movimiento que patentiza una reacción contra
aquellos gobernantes conculcadores, expoliadores, inmorales, que tienden
con sus actos a realizar el envilecimiento de la Patria.

Ante lo ocurrido ayer en la Academia de Ciencias, declaramos:

Primero: Que por este medio pedimos perdón nuevamente al Club


Femenino, reiterando que no ha sido intención nuestra perturbar en modo
alguno sus funciones, ni mucho menos el homenaje que se rendía a Paulina
Luissi. En espíritu estamos con las mujeres dignas y lamentamos que la
medida tomada por nosotros, producto de civismo y reflexión, haya tenido
efecto en un acto organizado por ellas.

Segundo: Que sólo es nuestro objeto manifestar la inconformidad de la


juventud, que representamos, con los procedimientos usados por ciertos
hombres públicos.

Tercero: Que siendo el acto homenaje a Paulina Luissi el primero público en


que tomaba parte el señor Erasmo Regüeiferos, personalidad tachada por la
opinión pública ante el hecho estupendo de haber refrendado el decreto
inmoral y torpe relativo a la adquisición del Convento de Santa Clara, sólo
contra él, o contra su actuación debe entenderse nuestra actitud al retirarnos
de la sala.

Cuarto: Que la juventud consciente, sin ánimo perturbador ni más programa


que lo que estima el cumplimiento de un deber, está dispuesta en lo sucesivo

205
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

a adoptar idéntica actitud de protesta en todo acto en el que tome parte


directa o indirecta una personalidad tachable de falta de patriotismo o de
decoro ciudadano.

Quinto: Que por este medio solicitamos el apoyo y la adhesión de todo el


que, sintiéndose indignado contra los que maltratan la República, piense con
nosotros y estime que es llegada la hora de reaccionar vigorosamente y de
castigar de alguna manera a los gobernantes delincuentes.

La Habana, marzo 19 de 1923.

Rubén Martínez Villena, José Antonio Fernández de Castro, Calixto Masó,


Félix Lizaso, Alberto Lamar Schweyer, Francisco Ichaso, Luis Gómez
Wangüemert, Juan Marinello Vidaurreta, José Z. Tallet, José Manuel Acosta,
Primitivo Cordero Leyva, Jorge Mañach y J. L. García Pedrosa.

Fuente: Pichardo, Hortensia. Documentos para la historia de Cuba, t.III, La Habana, 1973, pp. 119-120.

DOCUMENTO 2

Agrupación Comunista de La Habana


Acta de la Junta de Constitución

En la ciudad de La Habana, a los diez y ocho días del mes de marzo de mil
novecientos veintitrés, se reunieron en el Centro Obrero, calle de Ignacio
Agramonte no. 37, a las 9 a.m., los socios fundadores de la Agrupación
Comunista de La Habana, con el propósito de dejarla constituida.

El compañero José M. Pérez, presidente provisional, declara abierta la sesión


y pregunta a los asistentes si desean constituir la Agrupación, estando todos
de acuerdo en constituirla. Acto seguido se concede un receso de diez
minutos para elegir el Comité; transcurrido este tiempo y hecho el escrutinio,
resultó electo el siguiente Comité:

206
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Para Secretario General. José Peña Vilaboa. Para Vice-Secretario General a


Carlos Baliño. Para Secretario Contador, José Rego. Para Vice-Secretario
Contador Fidel Fondón. Para Vocales: Alejandro Barreiro, Juan Cabrera,
Arturo Marín, José M. Pérez y Adolfo Gallinar.

Acto seguido toman posesión de sus cargos y después de breves palabras


relacionadas con el acto que se acaba de realizar, se da por terminada la
Junta a las 12 m. de la que doy fe y certifico.

José Miguel Pérez


Presidente de esta Junta José Peña Vilaboa
Secretario General
Fuente: Ibídem, p. 130.

DOCUMENTO 3

Ayuda a los canarios

Para cualquier asunto en el que usted necesite protección y no la encuentre


adecuada entre sus amistades y para cualquier otro relacionado con
embarques para Canarias, adquisición de cartas de nacionalidad y
pasaportes en el Consulado General de España, en La Habana, diríjase a la
Beneficencia, Edificio Calle, Departamento número 109, Oficios y Obrapía,
donde se le atenderá gratuitamente.

Habana, junio de 1924.


Cayetano Bethencourt.
Presidente.
Fuente: Revista El Guanche, (1924), La Habana, no. 7, p. 17.

207
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

DOCUMENTO 4

Por la inmigración canaria

El Partido Nacionalista Canario y la Revista "EL GUANCHE" han dirigido al


Dr. Alfredo Zayas la carta que publicamos en este lugar:
Habana, abril 26 de 1924.

Honorable señor Presidente de la República:

Señor:

Una nueva expedición de chinos acaba de llegar a Cuba, y los cables de New
York anuncian que otra, compuesta de más de doscientos, sale hoy para esta
isla. Tras ésta si por el gobierno no se adoptan severas medidas, la
introducción de chinos en Cuba, con manifiesta burla de la ley, será inter-
minable.

Con este motivo, los más valiosos intereses nacionales cubanos, las
corporaciones de toda clase, la prensa, la opinión pública unánimemente, se
han pronunciado contra cualquier otra inmigración que no aporte a este
pueblo elementos de progreso, de cultura, de civilización.

No podía la colonia canaria en Cuba, factor de indiscutible importancia en la


afirmación y el desenvolvimiento de la personalidad cubana, permanecer
callada frente al peligro que para esa misma personalidad entrañan las
inmigraciones "no deseables". Permítasenos, Honorable señor Presidente,
hacer llegar a usted; con todos los respetos la protesta de estos canarios en
cuyo nombre hablamos, tantas veces elogiados y ensalzados por usted; de
estos isleños frugales, laboriosos, sufridos, honestos; de estos hombres que,
como ninguno otro, se identifican con la población nativa; de estos
compatriotas nuestros que riegan con su sudor millares de hectáreas de
tierra fértil en este país.

208
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

No necesitamos expresarle a usted los riesgos posibles y males reales y


positivos que acarrean las inmigraciones inferiores. Nos basta, sencillamente,
reproducir en este escrito la solicitud, muchas veces repetidas, de que res-
trinja las inmigraciones perniciosas y se faciliten y fomenten aquellas otras
inmigraciones que arraiguen y que formen hogares en Cuba y que hagan
circular por las arterias del organismo nacional no sólo la savia ardiente del
trabajo que fortalece y desarrolla el vigor físico, sino también los nobles
impulsos y los generosos sentimientos, que robustecen y exaltan la fisonomía
moral de la República.

Si es exacto, como ha dicho en estos días un diario habanero, que el aumento


de la población de Cuba debe hacerse "con núcleos que no sólo pueblen el
territorio, sino que amplíen el número de cubanos", es preciso declarar que
son los canarios tanto los más adecuados a las labores de la agricultura y de
la industria, como los más aptos para una rápida, completa y absoluta
identificación con la población cubana. ¿Necesitamos acaso aportar las
pruebas de esta relevante capacidad de nuestros coterráneos, cuando es un
hecho asaz comprobado que isleños fueron los fundadores de las más
importantes poblaciones cubanas? Si es cierto, como expresa el aludido
diario que "el hijo del inmigrante debe ser cubano, más que por ministerio de
la ley por imposición de su espíritu" ¿puede ninguno otro núcleo
inmigratorio aventajar al canario, cuando puede afirmarse, sin exageración,
que el setenta y cinco por ciento de la población nativa es de innegable
ascendencia isleña?

Habiendo sido notoria la colaboración de los canarios en la preparación de la


epopeya revolucionaria, más tarde en las sangrientas luchas por la
independencia y ahora en las faenas fecundas de la paz para afianzar las
instituciones republicanas, antecedentes que usted, Honorable señor
Presidente, conoce perfectamente, no es nuestro objeto mencionarlos en este
escrito; pero bueno es recordar que Canarias ha dado generales y soldados a
todas las revoluciones por la libertad de Cuba; legisladores a todas sus cáma-
ras aún a aquellas que funcionaban en los campos de batalla; periodistas,
historiadores, maestros, obreros de las ciudades y de los campos... De

209
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

canarios desciende la mayoría de los grandes hombres de Cuba, y usted


mismo, Honorable señor Presidente, ha tomado parte activa en nuestras
fiestas culturales y las ha presidido en calidad de descendiente del
Archipiélago Canario.

Esta sincera, completa y absoluta compenetración de los canarios con la


población cubana, identificación de orden material, espiritual y moral, nos
da el derecho de dirigirnos a usted, como lo hacemos por este medio en
nombre de la colonia isleña, para pedirle la adopción de cuantas
disposiciones eviten las inmigraciones en general perjudiciales y
particularmente la china y atraigan, facilitándola, la inmigración de Canarias
la que más señaladamente prefieren la industria y la agricultura de este país.

Fuente: Revista El Guanche, La Habana, 1924, no. 4, pp. 6-7.

DOCUMENTO 5

Expulsión de extranjeros perniciosos

Decreto No. 1601 de 1925.

Por cuanto haciendo uso de la facultad que me otorgan los incisos 1 y 17 del
artículo 68 de la Constitución, y teniendo en cuenta los artículos 30 y 10 del
propio texto legal,

R E S U E L V O:

Dictar el siguiente Decreto sobre expulsión de extranjeros:

Artículo 1.- Podrán ser expulsados del territorio de la República:

A.- Los extranjeros que hayan sido condenados por sentencia firme dictada
por Tribunal nacional o extranjero competente en causas por delitos o

210
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

crímenes infamantes; por infracción de la ley de 10 de julio de 1894 sobre


represión de atentados por medio de explosivos o de la ley de 25 de julio de
1919 sobre distribución, prescripción y empleo de productos narcóticos; por
cualquier otro delito en que se haya apreciado al culpable las agravantes de
reincidencia o reiteración o por tres delitos condenados en la jurisdicción co-
rreccional o por más de tres faltas que envuelvan torpeza moral.

B.- Los extranjeros que directa o indirectamente transporten a Cuba


cualquier persona para dedicarla a la prostitución y otro fin inmoral,
obtengan, ayuden, asistan o en cualquier forma contribuyan a suministrar el
importe del pasaje de cualquiera persona con el mismo objeto; o que
intenten, induzcan, propicien, coaccionen, obliguen, persuadan, sustraigan,
aunque sea con su consentimiento o en otra forma, a una persona para
dedicarla a la prostitución u otro fin inmoral, ya sea de modo permanente o
temporal, o que administren, trabajen, vivan o paguen cualquier casa,
habitación o lugar destinado a la prostitución u otro fin inmoral; u hospeden,
permitan vivir en precario, mantengan o exploten cualquiera persona que se
dedique al ejercicio de la prostitución u otro fin inmoral.

C.- Los extranjeros que realicen propaganda subversiva que menoscabe o


tienda a menoscabar el prestigio de las instituciones, autoridades o
funcionarios de la República, o que aboguen o propaguen la destrucción
ilegal de propiedades, la anarquía, el cambio ilegal del régimen de gobierno,
el derrocamiento por la fuerza o la violencia del gobierno constituido, el
atentado contra la vida de las personas que ocupan cargos públicos por el
hecho de desempeñarlos, o de cualquiera otra manera injurien o amenacen a
las autoridades o funcionarios legalmente constituidos, o induzcan, promue-
van o tomen parte en la realización de los actos previstos y castigados en los
artículos 593, 594 y 597 del Código Penal, o de cualquiera manera ilegal o
violenta alteren el desenvolvimiento normal del trabajo en la agricultura,
industria o comercio del país.

Artículo 2.- Sólo en casos de excepcional gravedad podrán ser expulsados


los extranjeros casados con mujeres cubanas, de cuyo matrimonio tengan

211
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

algún hijo y hayan residido más de cinco años en el territorio de la


República.

Artículo 3.- El extranjero que sea expulsado de acuerdo con este Decreto será
enviado, a opción del Secretario de Gobernación, al último puerto del
extranjero desde donde embarcó para Cuba, a un puerto del país donde tuvo
su última residencia antes de venir a Cuba o a un puerto del país de donde
sea nacional, pero en ningún caso será enviado a un país donde estuviere
enjuiciado por delito común o perseguido por delito político. En caso de que
todos los puertos a que pueda ser enviado de acuerdo con este artículo se en-
cuentren en esas condiciones, el Secretario de Gobernación, podrá escoger
libremente un puerto de destino que no sea ninguno de los anteriores.

Artículo 4.- El extranjero expulsado del territorio nacional no podrá entrar


nuevamente en él sin autorización del Secretario de Gobernación, y si
infringiera esta prohibición, deberá ser expulsado de nuevo, sin perjuicio de
cumplir previamente la pena en que pudiera haber incurrido por esa
infracción.

Artículo 5.- La Secretaría de Justicia, remitirá urgentemente a la Secretaría de


Gobernación, toda sentencia condenatoria recaída en los casos mencionados
en el inciso "A" del artículo 1 de este Decreto contra persona que no ostente
la condición de cubano por nacimiento o por naturalización.

Artículo 6.- Los Jefes de los Establecimientos Penales, tan pronto reciban de
los respectivos tribunales la liquidación de condena de extranjeros
sentenciados por cualquiera clase de delito o falta de los mencionados en
este Decreto, lo comunicarán inmediatamente a la Secretaría de
Gobernación, expresando la fecha en que el mismo extinguirá su condena; lo
que harán cuantas veces fuere rectificada dicha liquidación.

Artículo 7.- El Secretario de Gobernación, antes de que los penados


comprendidos en el apartado "A" del artículo 1 de este Decreto extingan sus
condenas, con vista a la sentencia recaída en cada caso, atendida la

212
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

naturaleza del delito, su gravedad, daño que haya producido y


circunstancias genéricas de la responsabilidad criminal apreciadas, podrá
decretar la expulsión de los mismos del territorio de la República, que se
llevará a cabo, en su caso, tan pronto hubieren extinguido la condena. La
reincidencia o reiteración a que se contrae el apartado "A" del artículo 1 de
este Decreto, para que pueda ser tenida en cuenta, es necesario que hubiere
sido apreciada por los Tribunales de Justicia en la sentencia en que haya
calificado y penado el delito.

Artículo 8.- Las autoridades, sus agentes y demás funcionarios públicos que
tengan conocimiento de que por algún extranjero se ha realizado cualquiera
de los actos enumerados en los apartados "B" y "C" del artículo 1 de este
Decreto, lo comunicarán reservadamente a la Secretaría de Gobernación, sin
divulgarlo, exponiendo el hecho en forma sucinta, pero con los detalles
necesarios que permitan puntualizar la infracción.

Artículo 9.- La Secretaría de Gobernación, tan pronto tenga conocimiento,


por el conducto expresado anteriormente o en cualquiera otra forma, de la
existencia de un hecho de los comprendidos en los apartados "B" y "C" del
artículo 1 de este Decreto, dispondrá la formación del oportuno expediente
para averiguarlo, designando a un agente de la autoridad para que practique
las diligencias conducentes a dejarlo comprobado.

Si no llegase a comprobarse el hecho puesto en conocimiento del Secretario


de Gobernación, éste ordenará el sobreseimiento del expediente y dispondrá
su archivo. En caso contrario, se podrá decretar la expulsión del culpable,
previo los trámites que a continuación se expresan.

Artículo 10.- El Secretario de Gobernación notificará oficialmente al


extranjero el decreto de su expulsión, fijándose un plazo de tres a treinta
días, dentro del cual debe salir del país, a no ser que por motivos de orden
público sea conveniente detenerlo hasta el momento de su salida.

213
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Artículo 11.- Tan pronto como sea notificado el extranjero de su expulsión,


podrá asesorarse de abogado, formulando sus descargos y proponiendo la
prueba de que intente valerse, sin que en ningún caso se demore la orden de
expulsión, a no ser que el Secretario de Gobernación considere conveniente
esperar a la terminación de la práctica de la prueba.

Artículo 12.- Las resoluciones en estos expedientes son definitivas y contra


ellas no se da recurso alguno, pero cualquier decreto de expulsión puede ser
suspendido o revocado cuando haya motivos para ello.

Artículo 13.- Tanto del Decreto de expulsión, como los de suspensión o


revocación de la misma, deberán ser fundados, autorizados con la firma del
Presidente de la República, refrendados por el Secretario de Gobernación y
publicados en la GACETA OFICIAL, sin que en ningún caso la interposición
de recursos, pueda demorar su cumplimiento.

Artículo 14.- El Secretario de Gobernación queda encargado del


cumplimiento de lo que se dispone en este Decreto y autorizado para
adoptar las medidas que estime necesarias para ello.

Dado en el Palacio Presidencial de la Habana, a 27 de junio de 1925.

GERARDO MACHADO
Presidente
Rogelio Zayas Bazán
Secretario de Gobernación.

Fuente. Pichardo, Hortensia. Ob. cit, pp. 281-283.

214
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

8.
ASPECTOS SOCIOCULTURALES DE LA INMIGRACION
CANARIA EN CUBA DURANTE EL SIGLO XX: LA
ASOCIACION CANARIA DE LA HABANA (1906-1959) 350 349F

Introducción

La presencia canaria en Cuba ha estado estrechamente ligada, tanto al


proceso histórico de formación y consolidación de la nación cubana desde
sus albores en el siglo pasado, como al no menos difícil período de
dependencia neocolonial durante la primera mitad del presente siglo (1902-
1958).

Aunque se han realizado algunos trabajos de interés sobre la significación de


la constante y creciente inmigración desde Islas Canarias a Cuba durante la
época colonial,351 con el cese de la dominación española y la pérdida de las
Antillas este trasvase humano no se detuvo, pues como ha señalado con
acierto el Profesor Nicolás Sánchez Albornoz:

No obstante el conflicto que Cuba acababa de sostener con la antigua


metrópoli, los españoles acudieron en masa a la Isla, compensando con
creces el número de soldados y funcionarios repatriados en aplicación
del Tratado de París. La presencia española siguió siendo notoria en la
isla, pero en condiciones distintas, menos ligada al aparato
administrativo y más al productivo.352

Publicado por vez primera en 1994, por Santiago, Revista de la Universidad de Oriente,
350

no. 77, Santiago de Cuba, enero-junio, pp. 115-131.

351Consúltese entre otros trabajos a Julio Hernández García. La emigración de las Islas
Canarias en el siglo XIX. Las Palmas de Gran Canaria, 1981; Jesús Guanche. "Aportes cana-
rios a la cultura campesina cubana", en Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. Año 75,
3a época-vol XXVI, septiembre-diciembre, no.3, La Habana, 1984, pp.43-74.

352 Sánchez Albornoz, Nicolás. La población de América Latina, Madrid, 1977, p. 181.

215
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

A diferencia de la inmigración y la actividad económica peninsular, cuya


tendencia global de movimiento traslaticio se desplaza del sur al norte con
un alto predominio de las regiones de Galicia y Asturias, la inmigración
canaria se mantiene durante toda la primera mitad del presente siglo como
lo estuvo desde el período colonial, más vinculada a lo productivo que a lo
administrativo.353

Es por ello que se ha señalado de manera general que: "El canario fue por
excelencia al más humilde de los inmigrantes. El no vino a Cuba en plan de
opresor o de explotador. Vino a trabajar y a luchar a nuestro lado, ayudó a
forjar el país con su laboriosidad proverbial";354 pero al mismo tiempo se
organizó y creó instituciones que le permitieron desarrollar nuevas
relaciones económicas y sociales.

El presente trabajo tiene como objetivo central realizar una valoración del
papel desempeñado por las publicaciones periódicas creadas por los
inmigrantes canarios en Cuba como fuente capaz de reflejar no sólo la
realidad existente en cada una de las islas de procedencia, sino
especialmente el aspecto sociocultural de los isleños en nuestro país, a partir
de la creación y desarrollo de la Asociación Canaria de La Habana, con más de
medio centenar de delegaciones en otros lugares de Cuba, lo que represente
otra vía de interés para el estudio de este proceso migratorio.

353Guanche, Jesús. "Aspectos etnodemográficos de la inmigración hispánica en Cuba


(1899-1989)", en Ibero-Americana Pragencia. Supplementum 5, Praga, 1991, pp. 79-98.

Castro, Fidel. "Carta-Prólogo" al libro de Carmelo Martín y Julio Hernández García.


354

Cuba en Canarias. Casanova, el amigo isleño de Fidel Castro. Cabildo Insular de Tenerife.
Centro de Cultura Popular Canaria, Santa Cruz de Tenerife, 1986, p. VIII.

216
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Las fuentes y su significación

Aunque aparecen diferentes fuentes escritas tales como la bibliografía


compilada con vistas al conjunto de actividades por el Medio Milenio355 o los
archivos parroquiales356 que hemos podido estudiar en Cuba durante la
época colonial; en la primera mitad del siglo XX vieron la luz diversas
publicaciones periódicas que hasta hoy no han sido analizadas desde la
esfera de interés de la antropología cultural, entendida obviamente como
ciencia histórica.

Me refiero a algunos números que se encuentran en la reserva de la


hemeroteca de la Biblioteca Nacional "José Martí" en La Habana y en la
antigua biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País, actual
Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba,
tales como Cuba y Canarias, revista semanal ilustrada, dirigida por su
propietario José Tabares Sosa, desde septiembre de 1912; Canarias, revista
semanal ilustrada, que salió desde junio de 1917; Las Afortunadas, revista
mensual ilustrada, dirigida por Miguel Martí desde junio de 1922, El
Guanche, de contenido nacionalista (1924-2925) y Patria Isleña, revista
mensual ilustrada, dirigida por Luis Felipe Gómez Wangüemert desde
marzo de 1926.357 Estas publicaciones estuvieron vinculadas directamente a

355Véase la bibliografía sobre "Emigración canaria", en España fuera de España, Madrid,


1988, pp. 289-291.

Véase Jesús Guanche. Presencia canaria en tres archivos parroquiales de la ciudad de La


356

Habana durante el período colonial y su incidencia cultural. VIII Coloquio de Historia Canario-
Americana, Las Palmas de Gran Canaria y CIDMUC, 1989; y "Presencia canaria en La
Habana durante la etapa colonial", en Anales del Caribe, Centro de Estudios del Caribe,
Casa de Las Américas, La Habana, 1990, pp. 53-76.

357 Junto con el autor del presente trabajo ha colaborado estrechamente en el


procesamiento y análisis de las referidas publicaciones periódicas, la Lic. Gertrudis
Campos Mitjans. El estudio sobre "La prensa canaria en América" durante el presente
siglo ha sido continuada por Gregorio Cabrera Déniz, de la Universidad de La Laguna y
presentado parte de sus resultados en el VIII Coloquio de Historia Canario-Americana,
efectuado en Las Palmas de Gran Canaria, en octubre de 1988 (Véase el Programa del
evento).

217
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

la Asociación Canaria de La Habana y a sus delegaciones, cuyas directivas y


miembros las alentaron, apoyaron y promovieron. Incluso sus propietarios y
redactores formaban parte de la membresía de la institución.

Al mismo tiempo, estas revistas representan la continuidad de otras


publicaciones canarias editadas en Cuba desde la segunda mitad del siglo
pasado, tales como: El Mencey (1864), El Correo de Canarias (1882), El Eco de
Canarias (1883), La Voz de Canarias (1884), Las Canarias (1888), Revista de las
Canarias (1890), La Colonia Canaria (1891), Las Afortunadas (1893), Las Canarias
(1896) y Heraldo de Canarias (1897), una parte de las cuales se encuentra en las
Salas Cubanas de la propia Biblioteca Nacional "José Martí" y que han sido
objeto de estudio por el Dr. Julio Hernández García358 y anteriormente por
David W. Fernández.359

Estas revistas lograron durante el siglo XX una verdadera red de


colaboradores y corresponsales en cada una de las islas, que mantenían al
inmigrante al tanto de los acontecimientos más importantes ocurridos en sus
lugares de procedencia. De este modo, la revista Canarias, por ejemplo, tenía
secciones fijas cuyos titulares: Tenerife al día; De Gran Canaria; Lanzaroteñas,
Notas de la Gomera; De Fuerteventura; De la Palma a Cuba y Cartas del Hierro,
que reflejan el permanente interés por mantener activos los vínculos
culturales a través de la información periódica.

Un importante espacio fue destinado a seguir el desarrollo socioeconómico


alcanzado por los inmigrantes, sus logros y dificultades en el resto del país.
La sección Del interior de la referida revista nos ofrece una viva muestra de
este empeño.

358 La Emigración ..., pp. 470-476.

"Los periódicos canarios en América", en revista El Museo Canario, Las Palmas, XVII-
359

XVIII, nos. 57-64 (1965-1957-1960).

218
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

De igual manera, estas publicaciones se hicieron eco del movimiento


migratorio y comercial entre Cuba y Canarias. Mediante el listado de
pasajeros y mercancías, así como en la periodicidad de entrada y salida de
los buques, podemos adentrarnos en el problema de la emigración tal como
ya lo había hecho una de las publicaciones canarias en La Habana desde
fines del siglo XIX.360 En 1912 la revista Cuba y Canarias, con el objetivo de
dar propaganda a la entrada de inmigrantes nos aporta sus nombres, el
barco en que arriban y la isla de procedencia. De aparecer la serie completa
de dicha publicación sería de gran interés el estudio particular de este
movimiento inmigratorio.

Sin embargo, si se compara con la información que aparece a fines de la


primera mitad del siglo XIX se mantiene la tendencia por orden decreciente
de un mayor arribo de inmigrantes desde Tenerife, Gran Canaria y la Palma,
respectivamente. Como bien se sabe, este orden no se corresponde con el
estudio realizado por el amigo Dr. Julio Hernández García a partir de una
amplia muestra de las comendaticias, especialmente para la segunda mitad
del siglo XIX, pero nos conduce a enfrentar y evaluar colectivamente el
problema de uno y otro lados del Atlántico.

En este sentido y por la diversidad de sus contenidos, las publicaciones de


los canarios en Cuba durante el siglo XX se convierten en un testimonio de
primer orden para valorar las características socioculturales de esta corriente
migratoria.

360 Véase la Revista de Las Canarias, La Habana, 1890.

219
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

La Asociación Canaria de La Habana y su proyección nacional

Agrupación juvenil de bailes canarios en Cienfuegos.

La fundación de la Asociación Canaria de La Habana el 11 de noviembre de


1906, por iniciativa del Dr. Domingo Fernández Cubas (1831-1906),361 marca
un hito de gran importancia que representa una nueva etapa en la
organización de estos residentes en Cuba, pues se rompe el esquema
caracterizador del período colonial en que la inmensa mayoría de los isleños
que arribaban a nuestras costas eran familias desposeídas o jóvenes solteros
en edad laboral casi siempre analfabetos o semianalfabetos.

361Médico cirujano natural de San Sebastián de La Gomera. Doctor en Medicina de La


Universidad de La Habana, Catedrático de Anatomía de la Facultad de Medicina de la
propia Universidad. Fue el único catedrático que increpó valientemente a los captores de
los ocho estudiantes de Medicina que fueron vilmente fusilados en 1871. Véase David W.
Fernández. Diccionario biográfico Canario-Americano, Santa Cruz de Tenerife, 1989, pp. 92-93
y Jesús Guanche Pérez. "Domingo Fernández Cubas: un canario arraigado en Cuba".
Ponencia al XI Coloquio de Historia Canario-Americana (1994), Las Palmas, 1996.

220
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Esta organización representó la continuidad histórica de la Asociación Canaria


de Beneficiencia y Protección Agrícola creada también en La Habana el 3 de
marzo de 1872 y que tuvo muchos altibajos en su desarrollo.

Para la inmigración durante el siglo XX, junto con la entrada mayoritaria de


fuerza de trabajo asalariada es preciso considerar la presencia de
intelectuales (médicos, artistas, abogados y periodistas, entre otros), así
como diversos propietarios (agricultores, industriales y comerciantes) que le
dieron el impulso financiero necesario para una organización de tal
envergadura.362

Esta Asociación, de igual manera que otras constituidas por los inmigrantes
hispánicos en Cuba, engrosaba sus fondos por diferentes vías; bien mediante
la cuota mensual de sus afiliados, por donaciones de los miembros con
mayores recursos financieros y a través de la adquisición de inmuebles y
terrenos que les permitiera efectuar inversiones para uso social. Al año
siguiente de su fundación la Asociación Canaria comenzó a prestar
asistencia sanitaria a todos sus miembros en un pabellón de la antigua
"Quinta del Rey" bajo la dirección de los doctores Gustavo G. Dupleiss y
Enrique Fortún.

En este sentido, resulta oportuno valorar el activo papel desempeñado por la


asistencia sanitaria no sólo de la Asociación Canaria, sino del conjunto de
sociedades hispánicas en Cuba, las que llegaron a construir una
infraestructura de servicios médicos y sociales de tal magnitud en los
primeros treinta años del presente siglo, que hoy representa un antecedente
inmediato del desarrollo alcanzado por la medicina cubana actual.363

362Véase Cuba y Canarias, Año 1, no. 1, La Habana, 1912, p. 7, donde se alude a la


prosperidad de la colonia canaria y se toma de ejemplo la actividad comercial desplegada
por Don Luis Suárez Galván, natural de Guía, Gran Canaria.

363 Solamente en la ciudad de La Habana todavía son conocidos por sus nombres
originarios la Quinta Covadonga del Centro Asturiano de La Habana, hoy Hospital Docente
Doctor Salvador Allende; La Benéfica del Centro Gallego de La Habana, hoy Hospital

221
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

En 1908 el aumento de los servicios médicos de la Asociación Canaria hizo


necesario el arrendamiento de la Quinta Toca ubicada en la antigua Avenida
de Carlos III, hoy Salvador Allende. A ella acudían tanto los canarios resi-
dentes en La Habana como en el resto del país y sus descendientes nacidos
en Cuba. Ya para 1912 la Asociación contaba con veinte mil afiliados. El local
se hizo pequeño y en octubre de 1916 fue trasladada la Casa de Salud de la
Asociación Canaria para el Palacio de Carneado, ubicado en Calzada y J,
Vedado.

Por ese entonces se mantenía


la idea, como lo fueron
haciendo otras asociaciones
hispánicas, de construir una
Casa de Salud propia con el
espacio y los requerimientos
técnicos necesarios para
prestar un adecuado servicio.
En 1917, año en que se crea la
Sociedad de Beneficencia
Canaria, y en que toma Vista de uno de los pabellones de la Quinta Canaria.
posesión la directiva de
Sociedad Juvenil Cuba-Canarias, la Asociación toma fuerza y adquiere la
finca La Mora, de más de tres mil metros cuadrados situada en el Km. 7 de la
carretera Habana-Bejucal, en el área suroeste de la capital.

El 2 de febrero de 1919 fue colocada la primera piedra y el 23 de abril de 1922


quedó inaugurada la nueva Casa de Salud con el nombre de "Nuestra Señora

Miguel Enríquez; La Dependientes de la Asociación de Dependientes del Comercio de La


Habana, hoy Hospital Clínico-Quirúrgico 10 de Octubre; La Balear, del Centro Balear de La
Habana, hoy Hospital Pediátrico San Miguel e Hijas de Galicia de la Benéfica Gallega, hoy
Hospital Materno-Infantil 10 de Octubre, entre otros. Véase al respecto el artículo de
Amparo Fernández. "Españoles en Cuba", en Cartas de España, no. 343, 1-15 diciembre,
Madrid, 1986, p. 9.

222
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

de la Candelaria";364 es decir, la Quinta Canaria, como popularmente todos le


conocimos, actual Hospital 27 de noviembre.

Durante este período la Asociación Canaria había adquirido una casa situada
en el Paseo del Prado no.67, que constituyó la sede de sus principales
actividades sociales y donde también poseían un consultorio médico para los
asociados.

El conjunto de actividades socioculturales desplegadas por lo que se


autodenominó la colonia canaria de Cuba sirvió de nexo entre todos los
residentes canarios con independencia de su isla de origen o de su lugar de
asentamiento en Cuba. En ello desempeñó un significativo papel la orienta-
ción permanente sobre la actividad económica desempeñada o a
desempeñar por éstos a través de las publicaciones periódicas.

Las páginas de la revista Canarias, por ejemplo, siguieron de manera


constante la actividad económica tabacalera, azucarera y agrícola en general
realizada por los canarios en Cuba. Desde sus páginas se orientaba dónde
debían intensificar el esfuerzo productivo o hacia qué áreas del país dirigir la
migración.

Del mismo modo que otros inmigrantes, los canarios que tenían propiedades
en zonas urbanas trataron de significar en sus denominaciones elementos
referentes a sus lugares de origen. Los anuncios de las propias revistas son
un reflejo de esta intención: El Guanche,365 El Teide,366 Taoro,367 Los Isleños,368

364 Revista Las Afortunadas, no.1, La Habana, 1922, pp. 13- 14.

Taller de carpintería y escultura de Antonio Rodríguez Martín, sito en Infanta y Santo


365

Tomás, La Habana.

366Gran Fábrica de tabacos de Braulio Díaz Armas, Santa Clara, Las Villas (hoy Villa
Clara).

367Fábrica de jugos y frutas en conserva cuyo nombre aborigen canario se mantiene en la


actualidad.

223
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

La Gran Canaria,369 Las Afortunadas,370 Centro Canario371 y El Isleño,372 entre


otros, muestran diversas esferas de ocupación de los residentes canarios en
Cuba, que van desde el pequeño comercio hasta la gran industria.

Con independencia de los inmigrantes temporales que ahorraban sus


salarios para regresar o los residentes que enviaban remesas de dinero a sus
familiares y finalmente regresaban, la tendencia principal de la inmigración
canaria durante el siglo XX fue su asentamiento definitivo en Cuba y así lo
muestra con múltiples detalles toda la infraestructura social creada tanto
para ellos como para sus descendientes cubanos.

El interés que despertó la Asociación Canaria de La Habana por parte del


resto de los residentes canarios en Cuba fue tal, que la aparición paulatina de
delegaciones en diferentes áreas pobladas por éstos no se hizo esperar.

En junio de 1917 se realizó una reforma del Reglamento de la Asociación


Canaria que permitía un conjunto de representantes de diferentes
localidades del país, cada uno por su delegación y con su directiva
correspondiente. En ese propio año, el 11 de noviembre, cuando la
Asociación conmemoró el décimo primer aniversario de su creación y por
iniciativa del periodista Luis Felipe Gómez Wangüemert, se acordó que el
retrato de Doña Leonor Pérez, madre de nuestro Héroe Nacional José Martí,
presidiera las ceremonias de la institución.

Almacén de víveres y licores de Gumersindo Pérez, Jesús del Monte no. 224, La
368

Habana.

Importadora de pescado, papas, queso y vino, de Ernesto Martín, Arango no. 181, Jesús
369

del Monte, La Habana.

370 Fábrica de gofio de trigo y maíz, de Pedro Darias y Hnos., Cabaiguán, Santa Clara.

371 Café con billar, lunch y dulcería, de José Pérez, Calzada de Dolores no.72, Cienfuegos.

372 Garaje y accesorios de automóviles, de Antonio Pérez, Oquendo 1 y 2, La Habana.

224
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Este gesto, que si bien rinde un merecido tributo a la mujer canaria --que
para Cuba tiene mucha más significación de la que hasta ahora se ha
considerado cuando se hurga en las raíces de nuestra población-- tiene al
mismo tiempo un profundo contenido patriótico cuando esa mujer es nada
menos que la madre del hombre que simboliza con su vida y su voluminosa
obra la esencia de la independencia nacional y lo que en un contexto más
general él mismo denominó Nuestra América.

Esta trascendencia estuvo también implícita en el pensamiento y la acción


del propio Luis F. Gómez Wangüemert, cuya vida y obra son dignas de un
estudio particular.373 El surgimiento de diferentes delegaciones durante la
primera mitad del presente siglo constituye una vía de interés para
determinar no sólo los cambios en la corriente inmigratoria de los canarios
en Cuba, sino las nuevas áreas de asentamiento.

Si durante el período colonial las comunidades de canarios se asentaron en el


área perihabanera, o en el sur de la actual provincia La Habana, Pinar del
Río y parte de Matanzas, en correspondencia con el desarrollo alcanzado
desde el siglo XVII por el cultivo del tabaco,374 durante la primera mitad del
siglo XX, tal como puede observarse en el mapa elaborado al efecto, el
proceso más intenso de colonización se desplazó hacia el centro de la isla.

Si tomamos como referencia territorial operativa la actual división político-


administrativa del país en catorce provincias, prácticamente más de las ocho
décimas partes de las delegaciones de la Asociación Canaria radicaban en la
zona centro-occidental, que se ha destacado históricamente por la actividad
tabacalera y azucarera. De las diferentes delegaciones, el 31,43 % se
encontraba en las actuales provincias de Matanzas y Sancti Spíritus. Hoy día
también es posible localizar viejos inmigrantes canarios en Cabaiguán (Sancti
Spíritus) y otras provincias centrales. Si tomamos en consideración el

373 Recientemente acaba de ser publicada la obra del Dr. Manuel de Paz Sánchez
Wangüemert y Cuba, 2 tomos, Santa Cruz de Tenerife, 1991-1992.
374 Guanche, J. "Aportes canarios ...", p. 50.

225
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

aumento de la migración interna a partir de los años treinta por la


construcción de la carretera central, aparecen canarios en Camagüey y otras
provincias orientales.

La presencia canaria en el
área oriental del país no fue
tan intensa ni extensa como
en el occidente y el centro,
pero en 1926 se produjo una
especie de campaña dirigida
desde la Asociación Canaria a
fomentar el asentamiento en
oriente para expandir el
cultivo del tabaco, que no se
había realizado con
anterioridad por temor a las Rondalla de la Asociación Canaria de Cuba
Leonor Pérez Cabrera.
características del clima. En
este sentido, tuvieron éxito los de Santa Rita y Guisa, en la actual provincia
Granma, quienes contaron con todo el apoyo y cobertura informativa de las
publicaciones canarias de entonces. La sección económica de Patria Isleña
recomendó que más colonos probaran su suerte en esa zona del país.374F375
El peso cuantitativo y cualitativo de los residentes canarios en el área central
se vio reflejado de manera múltiple. En el orden político, el canario
Florentino Guerra, natural de Arucas, fue Alcalde de Cienfuegos hasta su
trágica muerte el 4 de agosto de 1917. En Zaza del Medio se comenzó a
publicar desde julio de 1922 la revista Cuba y Canarias, y en 1926 contaban
con el único Liceo Canario de Cuba en ese momento. El 1 de agosto de 1926
se efectuó en nuestra Perla del Sur (Cienfuegos) el Primer Congreso Pro-
vincial de Colonos Canarios, evento que fue seguido muy de cerca por la
revista Patria Isleña como forma de proteger los intereses canarios en Cuba.

375 Revista Patria Isleña, año 1, no. 7, La Habana, septiembre de 1926, p. 11.

226
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

La promoción cultural a través de la Asociación Canaria y sus delegaciones

La sede central de la Asociación Canaria en la ciudad de La Habana, así


como los liceos, casinos, clubes y otros sitios particulares de las delegaciones
constituyeron un marco de referencia propicio para generar un conjunto de
actividades, que si bien tendían a conectar las relaciones culturales e
históricas de los canarios en Cuba con sus lugares de origen, no resultaban
ajenas al contexto cubano, pues fueron precisamente los canarios uno de los
componentes hispánicos principales en la formación de la cultura nacional
cubana.

Sin embargo, resulta obvio tomar en consideración las diferencias expresivas


y las tradiciones culturales de las zonas urbanas respecto de otras regiones
más vinculadas con la actividad agrícola de las áreas rurales.

Mientras en la Asociación Canaria de La Habana, es un ejemplo, la Banda


del Cuartel General del Ejército interpretaba diversos "cantos canarios", el
sexteto Euterpe dirigido por Cesáreo Carvajal daba a conocer el repertorio
del momento con nuevos sones y danzones o Ernesto Lecuona --conocido
músico cubano descendiente de padre canario y madre cubana-- ejecutaba
un "Minueto" de Granfield y la "Rapsodia no. 2" de Franz Liszt,376 para
conmemorar determinado acontecimiento; en las delegaciones de las zonas
más cercanas al campesinado, como la de Taguasco, se continuaba la
promoción de las fiestas y torneos tradicionales de los bandos rojo (punzó) y
azul donde se efectuaban carreras de cintas o de sortijas y bailes populares.
En este ámbito es importante destacar el habitual cultivo de la décima y el
punto, junto con la presencia de improvisadores, tonadistas e
instrumentistas (guitarristas y laudistas principalmente) cuyos temas y
controversias hacían referencias al motivo que los reunía.

376 Rev. Patria Isleña, La Habana, 1926, año 1, no. 1, p. 11.

227
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Estas actividades, que tomaron auge de manera organizada en zonas


urbanas del interior del país a través de las asociaciones, ya se venían
efectuando siglos atrás en las zonas rurales de la parte más occidental de la
Isla, coincidente con la mayor presencia canaria y con la tendencia general
en el proceso histórico de fundación de nuevos lugares habitados.

Por ello no es raro que hoy los decimistas canarios de La Palma377 y de las
otras islas, aún recuerden y cultiven el punto cubano como parte de sus viejas
canciones de ida y vuelta, que si bien reflejaron la añoranza de su tierra natal o
las impresiones del retorno, abordaron un espectro temático muy variado
que los diferencia de este tipo de canciones en la Península Ibérica,378
caracterizadas por otras formas rimadas de composición poética y otras
maneras de decir cantando. Más que aludir al suceso de la ida o al retorno, el
canario le cantó, como el campesino cubano, a la vida cotidiana, al trabajo, a
la mujer, a la naturaleza o se burló sarcásticamente con la elegancia del
doble sentido, de todo lo que fuera objeto de chanza.

La canción poética también estuvo asociada a la actividad declamatoria.


Desde 1912 fue creada la Sección de Declamación de la Asociación Canaria
de La Habana y de ahí promovida su creación en las diferentes delegaciones.
Las publicaciones periódicas se hicieron eco de estas actividades y desde sus
páginas fue dado a conocer la obra poética de Nicolás Estévanez (1838-1914),
Tomás Morales (1885-1921), Manuel Verdugo, Luis R. Figueroa y de nuestro
José Martí (1853-1895).

De esta y otras maneras, que iban desde un muestrario permanente de fotos


sobre costumbres y tradiciones de cada una de las islas hasta las festividades

377LP. Décimas. Echentive, Música Tradicional de la Isla de La Palma, vol. 2. Edit.


Tecnosaga, S.A. Madrid, 1988.

378Véase "Canciones de ida y vuelta", en España fuera de España, Madrid, 1988, pp. 165-177.
El ejemplo más reciente es el Simposio y Festival internacional Canario-Americamo sobre
la décima, efectuado en Las Pamas de Gran Canaria en diciembre de 1992.

228
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

y banquetes que incluían los hábitos alimentarios, contribuían a la preser-


vación de la identidad cultural de origen.

Sin embargo, el paulatino predominio cuantitativo de los descendientes de


canarios o de éstos y cubanas se hizo sentir no sólo en el ambiente de la
Asociación Canaria, sino principalmente en las relaciones sociales, familiares
e interpersonales de la vida cotidiana.

El proceso global de asimilación natural del canario y sus descendientes


durante el siglo XX a un nuevo espacio socio cultural que ellos mismos
habían contribuido a forjar desde el siglo XVI, representó un factor mucho
más importante en la desintegración de la Asociación Canaria, que las añejas
rencillas regionales o locales entre los nacidos en una u otra islas. El análisis
de sus diferentes ideas políticas o las intrigas entre los directivos de unas
asociaciones y otras constituye un tema a tratar en otra ocasión, pues se
escapan de los objetivos del presente trabajo.

Lo más importante y trascendente fue el activo papel de las publicaciones


periódicas por resaltar la actividad desplegada en el orden sociocultural por
la Asociación Canaria de La Habana y sus delegaciones.

Conclusiones

Un primer acercamiento al tema nos permite arribar a las siguientes


conclusiones parciales:

1. la inmigración canaria en Cuba durante el siglo XX alcanzó su etapa


culminante en las tres primeras décadas y formó parte de una tendencia
general de la inmigración hispánica en dicho período que se corresponde
con la proliferación de asociaciones, instituciones de salud, beneficencia
y órganos de prensa;

229
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

2. durante el período estudiado los residentes canarios alcanzaron su mayor


peso demográfico hacia la región centro-occidental del país y a partir de
fines de la década del veinte se inicia la colonización de tierras orientales,
lo cual tendió a crecer por el incremento de la migración interna como
resultado de la construcción de la carretera central;

3. la Asociación Canaria de La Habana significó una nueva y más fructífera


etapa en el proceso de organización de las actividades económicas y
sociales de los residentes canarios y sus descendientes en Cuba, en la
medida que fue capaz de aglutinar varias decenas de delegaciones en el
resto del país;

4. la existencia de la Asociación central y sus delegaciones fueron un medio


para promover las tradiciones culturales de los canarios asentados en el
país. Desde la música popular hasta el legado literario representaron
elementos significativos de enlace con sus lugares y cultura de origen;

5. debido a la similitud de elementos lingüístico-culturales, a la residencia


permanente en Cuba, al peso de los matrimonios mixtos, y al carácter
minoritario de esta inmigración respecto de la población cubana, muchos
canarios se asimilaron de tal modo que si no decían su lugar de
nacimiento pasaban inadvertidos, como todavía puede ocurrir con un
puertorriqueño, un dominicano o un venezolano. En el campo lingüístico
esto no sucede con un asturiano, un gallego, un catalán o un vasco por las
conocidas diferencias en el léxico y el habla;

6. las publicaciones periódicas creadas y promovidas por la Asociación


Canaria reflejaron de manera activa y crítica el quehacer sociocultural de
estos residentes en Cuba. Al mismo tiempo significó un medio de
autogestión, autoprotección y ayuda mutua ante la real situación de
dependencia económica y política de la Isla por su status neocolonial, que
implicaba tanto la mediatización de los órganos de comunicación masiva
como del resto de las actividades en el país; y

230
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

7. las referidas publicaciones representan un tema abierto a nuevas


indagaciones que permitan seguir sus series completas y reconstruir,
tanto en La Habana como en el resto del país, la historia de la inmigración
canaria, así como sus tradiciones culturales y sus procesos de cambio.

231
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

9.
CANARIAS EN LA IDENTIDAD CULTURAL
CUBANA Y CUBA EN LA CANARIEDAD:
DOS DECENIOS DE ESTUDIOS

Introducción

Las relaciones histórico-culturales entre Islas Canarias y Cuba


son parte esencial de la formación y consolidación del pueblo
cubano desde los albores del siglo XVI hasta nuestros días.
Tomar conciencia de estas relaciones y profundizarlas es uno
de los objetivos fundamentales de este encuentro.

Para ello, y con el propósito fundamental de promover el


debate constructivo y respetuoso, me propongo pasar revista
a un amplio conjunto de investigaciones que han hecho
posible durante más de dos decenios, compartir ideas, Plegable
promover proyectos, visitarnos mutuamente, en fin, cartográfico de
la Fundación
hermanarnos, pese a las circunstancias que nos desfavorecen. Fernando Ortiz
sobre Islas
Canarias en
Cuba.
La mayor parte de las investigaciones a las que haré referencia
se encuentran publicadas, y el resto permanece en los fondos de las
instituciones que han propiciado y apoyado estos estudios.

Estos trabajos abarcan las principales líneas temáticas acerca de los


movimientos migratorios intercontinentales e interinsulares, los
asentamientos canarios en Cuba, las relaciones económicas, las luchas
sociales, las sociedades, la prensa y otras publicaciones periódicas; los
principales estudios sobre la cultura artístico-literaria, la antropología
sociocultural, la lingüística, la significación de un conjunto de persona-
lidades y familias canarias para el desarrollo socio-cultural de Cuba, la
cultura de retorno y los estudios de fuentes.

232
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

En este ámbito, me propongo caracterizar las fundamentales aportaciones


realizadas por investigadores y profesores en Cuba, Islas Canarias, el resto
de España y otros países, así como resaltar el papel promotor de algunas
instituciones de ambos lados del Atlántico para alentar el diálogo, apoyar
trabajos de interés mutuo y propiciar el conocimiento de la cultura cubana
en Islas Canarias y de la cultura canaria en Cuba, como vía de tomar una
conciencia más plena de nuestras respectivas identidades.

Del mismo modo, pretendo clasificar los principales campos de investigación


y proponer vías que permitan su ampliación, profundización y
sistematicidad.

Aunque una parte de la bibliografía existente precede a la década del 70,


considero que la celebración bienal de los Coloquios de Historia Canario-
Americana desde 1976, marcan un hito de gran trascendencia que es
imprescindible resaltar. Por otra parte, los recientes Coloquios Histo-
riográficos Canarios, que se efectúan anualmente en La Habana desde 1994,
bajo los auspicios de la Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera",
deben representar otra vía para complementar estas investigaciones por la
parte cubana y con una necesaria participación internacional.

Criterios metodológicos de la clasificación

De acuerdo con la amplia variedad de campos temáticos hemos dividido los


trabajos operativamente en once áreas o líneas de investigación y
seguimos un ordenamiento lógico según la consecución de los procesos de
intercambio cultural en su devenir histórico. Estas áreas del conocimiento
son:

1.- los movimientos migratorios con todas sus implicaciones de análisis


cuantitativo y cualitativo, sincrónico y diacrónico, junto con el estudio
de los factores socioeconómicos y demográficos de emisión y/o de
recepción en los lugares de destino;

233
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

2.- los asentamientos canarios en diversos lugares de Cuba, su carácter


fundacional, en algunos casos, y el inmediato nexo con la población
local;

3.- las relaciones económicas de los canarios en Cuba, de manera


particular las que se establecieron entorno al ciclo agrícola e industrial
tabacalero y azucarero;

4.- la participación canaria en las luchas sociales de Cuba; este es un


campo de investigación muy amplio que abarca desde las guerras por la
independencia anticolonial y el bandolerismo, hasta los acontecimientos
históricos más recientes;

5.- el proceso de formación y desarrollo de sociedades, prensa y otras


publicaciones, que permiten valorar la capacidad de autoprotección de
los residentes canarios en Cuba y el empleo de determinados medios de
comunicación masiva;

6.- la significación de la cultura artístico-literaria, tanto de los


residentes canarios en Cuba como de artistas cubanos en Canarias, así
como de los bienes patrimoniales comunes;

7.- los trabajos que de un modo u otro forman parte del amplio espectro
de la antropología sociocultural, que abarca los aportes canarios a la
cultura cubana desde su etapa formativa, hasta las festividades y
creencias populares, como parte de la cultura de transmisión oral;

8.- la lingüística en sus variados campos de estudio, desde el


intercambio del léxico hasta los enfoques etnohistóricos;

9.- los estudios biográficos y familiares, que denotan la presencia de


destacadas personalidades en esta historia común, así como de algunas
familias de marcada significación sociocultural;

234
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

10.- la cultura de retorno asumida por los indianos y su reflejo en la


vida cotidiana de sus lugares de origen; y

11.- los estudios de fuentes, tanto escritas como orales; lo que nos
vislumbra que el trayecto recorrido es aún mucho menor que el que
falta por recorrer.

De este modo podemos establecer tres tendencias principales en los estudios


realizados hasta hoy:

a) el predominio de los estudios sobre los movimientos migratorios (31,


02 %);

b) los temas sobre la cultura artístico-literaria, la antropología sociocultural


y las biografías de personalidades y familias, que ascienden al 12 % de
las fuentes referidas; y

c) el resto de los siete temas enunciados, que oscilan del 2 al 7 %.

El desequilibrio en las áreas de investigación es un hecho palpable que


demanda una reflexión colectiva para propiciar una mejor orientación
profesional del trabajo científico, no sólo de los que hasta el presente nos
hemos ocupado del tema, sino principalmente de los jóvenes que se
adentran por primera vez en este amplísimo universo.

El trasvase Canarias-Cuba y viceversa

Es incuestionable que el peso fundamental de las investigaciones histórico-


culturales entre Cuba e Islas Canarias ha descansado en el tema migratorio.
Desde el punto de vista de su posible clasificación, éste se ha basado, como
mínimo, en siete ángulos del problema:

1.- la emigración de Canarias a América y el Caribe, que incluye Cuba como


punto de destino;

235
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

2.- la emigración de Canarias a Cuba en sus diversas etapas de desarrollo;

3.- la inmigración de iberoamericanos en Canarias, que incluye cubanos en


esos procesos;

4.- la inmigración hispánica en Cuba, que incluye Canarias como área de


procedencia;

5.- la inmigración canaria en Cuba;

6.- el retorno de canarios a sus lugares de origen; y

7.- la emigración cubana hacia España, que incluye Canarias como área de
destino.

De acuerdo con los temas de mayor interés, la emigración de Canarias a


América y el Caribe, que incluye a Cuba como lugar de destino, abarca el
46,27% de las fuentes consultadas sobre los movimientos migratorios en
general y ellas han sido oportunamente valoradas por el colega Antonio
Macías Hernández379 como una cuestión de interés sobresaliente, sobre todo
de los investigadores hispánicos, tanto canarios como peninsulares380 y por
otros europeos entre los que se destaca el conocido investigador y amigo
sueco Magnus Mörner.381 En segundo lugar, el tema de la inmigración
canaria en Cuba ocupa el 26,87 % de las fuentes. En este caso se aprecia un

379"La emigración canaria a América. Estado de la cuestión", en X CHCA (1992), t. I, Las


Palmas, 1994, pp. 403-443.

380 Véase la bibliografía según áreas temáticas.

381Véanse "Migraciones a Hispanoamérica durante la época colonial", en AEA, t. XLVIII,


no. 2, Sevilla, 1991, pp. 3-24; y "La emigración canaria a Indias dentro del contexto
español", en X CHCA (1992), t. I, Las Palmas, 1994, pp. 467-491.

236
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

relativo equilibrio en la participación de estudiosos canarios382 y cubanos,383


junto con las reiteradas aportaciones de Consuelo Naranjo Orovio,384 y otros
autores latinoamericanos,385 como parte de un interés global sobre la
presencia hispánica en América.

En tercer lugar, los estudios sobre la emigración de Canarias a Cuba en sus


diversas etapas de desarrollo sólo ocupan el 13,43 % de estas fuentes. En ese
aspecto se destacan los trabajos de Julio Hernández García,386 Manuel

382Véanse los trabajos de Ramón Alvargonzález Rodríguez y Guillermo Morales Matos.


"Los canarios en la Cuba de 1860", en X CHCA (1992), t. I, Las Palmas, 1994, pp. 715-757;
Eduardo Billoch. "Trabajo, inmigración y colonización en Cuba, 1789-1847", en Siglo XIX,
no. 6, Monterrey, México, 1988, pp. 109-143; Juan Manuel Santana Pérez. "Isleños en la
Cuba colonial", en Tebeto V, Anuario Histórico Insular de Fuerteventura, 1993.

383Véanse los trabajos de Jesús Guanche Pérez. "Presencia canaria en La Habana durante
la etapa colonial", en AC, Centro de Estudios del Caribe, Casa de Las Américas, no. 10, La
Habana, 1990, pp. 53-76; "Presencia canaria en tres archivos parroquiales de la Ciudad de
La Habana durante el período colonial y su incidencia cultural", en RGC, no. 3, Tenerife,
1990, pp. 63-88; en VIII CHCA (1988), t. I, Las Palmas, 1991, pp. 231-265 y en Identidad
nacional y cultural de las Antillas hispanoparlantes. Ibero-Americana Pragensia,
Supplementum 5, Praga, 1991, pp. 79-98; Significación canaria en el poblamiento hispánico de
Cuba. Colección Taller de Historia, no. 12, Santa Cruz de Tenerife, 1992; Luis Robledo
Díaz. "Inmigración canaria en Camajuaní", en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba
"Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 1995; y Raúl Ruiz Rodríguez. "La emigración canaria
en Matanzas, en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La
Habana, 1995

"Canarios en Cuba en el siglo XIX", en VII CHCA (1986), t. II, Las Palmas, 1990, pp. 513-
384

536; "Colonos canarios: una alternativa al modelo económico-social de Cuba, 1840-1860",


en X CHCA (1992), t. I, Las Palmas, 1994, pp. 589-604; e "Historias de vida: isleños en
Cuba", en XI CHCA (1994), Las Palmas (en prensa).

385Véase César Yánez Gallardo. "Canarios en el Río de la Plata y las Antillas. Un esquema
comparado de la inmigración en Uruguay y Cuba a mediados del siglo XIX", en Ponencia
al Symposium Internacional sobre la Emigración Canaria en el Siglo XX, Teguise,
Lanzarote, diciembre de 1989.

386"La planificación de la emigración canaria a Cuba y Puerto Rico, siglo XIX", en II CHCA
(1977), t. I, Las Palmas, 1979.

237
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Hernández González,387 Manuel Lorenzo Perera,388 Rosario Márquez


Macías,389 Juan Francisco Martín Ruiz,390 Inmaculada Martínez Gálvez y
Valentín Medina Rodríguez.391 La ausencia de autores cubanos revela las
limitaciones objetivas de estudiar el fenómeno desde los lugares de emisión
y el interés particular de la mayoría de los autores canarios en resaltar la
significación de este trasvase humano para la historia y la cultura de ambos
archipiélagos.

En cuarto lugar, el tema de la inmigración hispánica en Cuba, que incluye


Canarias como área de procedencia, se limita al 7,46 % de las fuentes. En
ellas se observa tanto el análisis desde un punto de vista global, sin
considerar en algunos casos la diversidad etnocultural hispánica en
Cuba392 así como en lo referente a la política de poblamiento durante la

387En coautoría con Julio Hernández García. "La emigración canaria a Cuba durante la
ocupación norteamericana (1898-1902)", en AEAt, no. 39, Madrid-Las Palmas, 1993, pp.
557-582; y del propio Hernández González. "La emigración canaria a la isla de Cuba en el
siglo XVIII". Conferencia del IV Curso Iberoamérica, hoy. XXXV Semana Colombina
"Cuba y su relación con Canarias", 1 de septiembre de 1994, La Gomera.

388"Consideraciones sobre la emigración a Cuba. Isla del Hierro. Canarias", en V CHCA


(1982), t. I, Las Palmas, 1985, pp. 407-452.

389"La búsqueda de un modelo laboral capitalista en la economía cubana. La emigración


de colonos canarios, 1852-1855", en AEA, t. LXIII, Sevilla, 1991, pp. 557-584.

390"La emigración canaria a la isla de Cuba en el siglo XIX y XX". Conferencia del IV Curso
Iberoamérica, hoy. XXXV Semana Colombina "Cuba y su relación con Canarias", 2 de
septiembre de 1994, La Gomera.

De ambos autores. "Emigración del Municipio Tacoronte a Cuba (1877-1885)", en IX


391

CHCA (1990), t. I, Las Palmas, 1992, pp. 577-592.

392 Alonso Valdés, Coralia. "Consideraciones generales sobre la inmigración española:


siglo XIX", en Nuestra común historia. Cuba-España. Poblamiento y nacionalidad, La Habana,
1993, pp. 106-115; Fuente García, A. y Leandro Romero Estébanez. "La inmigración en La
Habana, 1585-1645: un estudio de sus áreas de procedencia", en Rábida, no. 2, 1990, pp. 68-
82; Guanche Pérez, Jesús; Renato Fernández y Gertrudis Campos. "La inmigración
hispánica en el casco histórico de La Habana Vieja", en Anuario de Etnología, 1988. Centro
de Arqueología y Etnología, La Habana, 1989, pp. 83-112; y Moreno Fraginals, Manuel y
José Joaquín Moreno Masó. "Análisis comparativo de las principales corrientes

238
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

época colonial393 y a su significación etnodemográfica en la formación de la


nación cubana.394

Los tres restantes temas de estudio han sido escasos. La inmigración de


iberoamericanos en Canarias, tal como señaló en su momento Josefina
Domínguez Mujica,395 aún sigue siendo una relación desestimada por los
estudios sobre Canarias y América. Tras la publicación de ese trabajo en 1988
no hemos conocido otro que profundice y amplíe lo aportado por esta
autora.

Del mismo modo, el estudio de los procesos migratorios de retorno a


Canarias también son escasos, no sólo en su aspecto demográfico,396 sino en
el sociocultural, tal como veremos más adelante.

Opuestamente, las investigaciones realizadas en Cuba sobre la emigración


cubana han estado principalmente dedicadas al flujo migratorio Cuba-
EE.UU., debido al conocido diferendo político en las últimas cuatro décadas,
lo que también ha relegado el tema de la emigración cubana hacia España.
En este sentido, hemos sido muy pocos los interesados en este aspecto de las
relaciones histórico-culturales.

inmigratorias españolas hacia Cuba: 1846-1898", en IX CHCA (1990), t. I, Las Palmas, 1992,
pp. 479-509.

393Naranjo Orovio, Consuelo. "Medio siglo de política poblacionista en Cuba, 1790-1840",


en Actas del IX Congreso Internacional de Historia de América, Sevilla, 1992, pp. 321-339.

394Guanche Pérez, Jesús. "Aspectos etnodemográficos de la nación cubana: problemas y


fuentes de estudio", en Eres (Arqueología), vol. 4, no. 1, Santa Cruz de Tenerife, 1993, pp.
37-54.

"Los iberoamericanos en Canarias, hoy: una relación desestimada por los estudios sobre
395

Canarias y América", en VI CHCA (1984), t. I, Primera Parte, Las Palmas, 1988, pp. 285-312.

396Martín Ruiz, Juan Francisco. "El proceso migratorio Canarias-América emigración y


retorno. Las implicaciones sociodemográficas, económicas y espaciales en uno y otro lado
del Atlántico", en IX CHCA (1990), t. I, Las Palmas, 1992, pp. 375-478.

239
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

En vísperas de la primera Conferencia sobre La Nación y la Emigración de


cubanos efectuada en La Habana, en abril de 1994, elaboramos junto con
varios profesores de la Universidad de La Habana, un estudio parcial acerca
de la población cubana residente en España, que obviamente incluía a
Canarias como lugar de destino.397 Posteriormente, una de las coautoras, la
psicóloga Consuelo Martín Fernández, junto con Vicente Romano,
publicaron en Madrid una monografía al respecto.398 Sin embargo, como
Canarias representa el tercer lugar donde residen cubanos en España, tras
Madrid y Barcelona, aún no conocemos trabajos de investigación dedicados
a la inmigración de cubanos en Canarias y su situación actual como parte de
esas relaciones histórico-culturales. Este tema puede y debe representar
también otra área de interés para los estudios sobre el movimiento
migratorio y la identidad cultural.

De manera general el tema migratorio no está agotado, pero sería de gran


utilidad contar con proyectos interdisciplinarios que involucren
investigadores de los lugares de emisión y de recepción para que las
interpretaciones logren ser más integrales y multilaterales, y sobre todo,
menos individualizadas.

Los asentamientos canarios en Cuba

Las investigaciones sobre los asentamientos canarios en Cuba aún son


insuficientes, si se toma en consideración el activo papel desempeñado por
esta corriente migratoria en la formación de nuevas poblaciones urbanas y,
sobre todo, rurales, así como su alta capacidad productiva y reproductiva.

397Véase Jesús Guanche Pérez, Consuelo Martín, Renato Fernández y María de los
Ángeles Tovar. "La población cubana residente en España: características preliminares y
su potencial empleo en beneficio de Cuba". CEAP, Universidad de La Habana, 1992.

398Martín Fernández Consuelo y Vicente Romano. La emigración cubana en España.


Fundación de Investigaciones Marxistas, Madrid, 1994.

240
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Si se subdivide la Isla de Cuba por grupos de provincias en occidente, centro


y oriente; se aprecia un total predominio de trabajos dedicados a la presencia
canaria en las provincias occidentales (70 %), en lógica correspondencia con
los asentamientos más tempranos. De ellos, uno valora de manera general la
significación del área occidental respecto del resto de la Isla,399 cuatro se
refieren al territorio propiamente habanero (El Calvario, Güines, Melena del
Sur y Santiago de las Vegas);400 y dos al matancero (Alacranes y
Matanzas).401

Otros trabajos abordan la presencia canaria en dos de las provincias


centrales (Placetas [Villa Clara] y Cienfuegos)402 y sólo uno se ha dedicado a
valorar el asentamiento canario en el área sudoriental de Cuba.403
399Véase Alejandro García Álvarez. “Componentes africanos e hispanos de la cultura
cubana: la particularidad canaria”, en I CIRPAE, Ponencias t. II, Islas Canarias, 1992, pp.
345.357.

400Véanse Osmay Ibarra. “Melena del Sur es también patria chica de canarios”, en El Día,
domingo 19 de julio de 1992, Las Palmas, p. 5; José Luis Martín Romero y Marelys Dieppa
Izquierdo. “Isleños en el valle. La presencia canaria en la región de Güines”, en II CHCC.
Asociación Canaria de Cuba “Leonor Pérez Cabrera”, La Habana, 15-16 de junio de 1995;
Pablo Tornero Tinajero. “Inmigración canaria en Cuba y cultivo tabacalero. La fundación
de Santiago de Las Vegas (1745-1771)”, en IV CHCA (1980), t. Y, Las Palmas, 1982, pp. 505-
529; y Luis Raúl García Pérez. “Lo canario en El Calvario”. Concurso Benito Pérez Galdós.
Asociación Canaria de Cuba “Leonor Pérez Cabrera”, La Habana, diciembre de 1995.

401Véanse Francisco Castillo Menéndez. “Participación canaria en la fundación de


Matanzas”, en VI CHCA (1984). t. I, Primera parte, Las Palmas, 1988, pp. 47-74; y Henry
García González. “Apuntes para la historia del asentamiento isleño en Alacranes”, en I
CHCC. Asociación Canaria de Cuba “Leonor Pérez Cabrera”,La Habana, 15-16 de junio de
1994.

402Véanse Julia María Martínez, Lourdes Sánchez González y Maibelín Carrasco Pérez.
"Canarios en la zona de Placetas. Estudio preliminar", en II CHCC. Asociación Canaria de
Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995; y Victoria M. Suero.
"Los canarios en Cienfuegos en el siglo XIX", en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba
"Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995.

403Véase María Magdalena Pérez Alvarez. "Contribución al estudio de la presencia canaria


en Cuba", en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana,
15-16 de junio de 1995.

241
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

El predominio de profesionales cubanos en estas investigaciones y sus


resultados recientes es obvia. Excepto los referidos trabajos de Francisco
Castillo Menéndez y Pablo Tornero Tinajero que datan de los años ochenta,
en los últimos seis años se ha ido desarrollando todo un movimiento de
estudios locales, apoyados por la red de instituciones culturales y
educacionales (universidades e institutos superiores, museos, bibliotecas,
casas de cultura y otras), basados en múltiples trabajos de campo con
enfoques etnológicos, sociológicos e históricos; así como mediante la
acuciosa revisión de fuentes documentales (archivos históricos provinciales,
parroquiales, cementeriales, actas capitulares, publicaciones periódicas,
fotografías, epistolarios y otras) que permiten abrir un amplio diapasón de
puntos de vista sobre la trascendencia histórica y cultural de estos
asentamientos para el desarrollo posterior de sus respectivas localidades.

Estos trabajos, en su etapa incipiente, deben contribuir a la ampliación y


profundización del tema a partir de la sistematicidad de encuentros que
permitan superar la fase descriptiva e histórico-cronológica y contribuyan a
una evaluación más integral sobre el papel y el lugar del canario y sus
descendientes en la formación y desarrollo de la nación cubana.

Las relaciones económicas

Aunque muchos trabajos sobre cuestiones migratorias y asentamientos


tratan aspectos económicos inherentes a las causas de la emigración, las
condiciones de vida de los inmigrantes y los factores que propician o
dificultan los asentamientos, no es menos cierto que el estudio particular de
las relaciones económicas entre Cuba y Canarias aún es muy pobre.

La mayoría de los pocos trabajos que hemos podido clasificar en este


indicador se limitan a la etapa colonial; dos de ellos relacionados con la
producción y comercialización del tabaco y su influencia en la estructura

242
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

social durante los siglos XVIII y XIX404 y otro sobre la construcción del
ferrocarril.405 Sólo uno indaga en el flujo de jornaleros temporeros durante la
primera mitad del siglo XX.406 Este campo temático representa un desafío
para historiadores, economistas y otros interesados; sobre todo desde el
descogelamiento inicial de las inversiones extranjeras en la economía cubana
durante los años ochenta, hasta la reciente promulgación de la Ley de
Inversiones en 1995, como parte de un anunciado proceso de «apertura
económica» al capital extranjero.

A lo anterior debe añadirse la influencia económica de la solidaridad canaria,


como parte de todo un movimiento internacional dirigido a ayudar a la
población de Cuba para rebasar la profunda crisis de los noventa,
denominada «período especial», donde la contribución de las Islas
Afortunadas también ha sido destacada. El estudio de la solidaridad canario-
cubana no puede desconocer su contenido económico y sus nexos
interculturales.

Las luchas sociales

El amplio tema de la participación canaria en las luchas sociales de Cuba


hemos podido subdividirlo en cuatro áreas de estudio.

1.- La presencia canaria en las guerras de independencia no sólo incluye las


conocidas investigaciones de María Dolores Domingo Acebrón y otros

404Véanse Juan Orlando Mesa Díaz. "El lugar del canario en la estructura social del sur
habanero (1800-1868)", en Tebeto V. Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerte-
ventura, 1993; y Carmen Morales García. "Abastecimientos de los estancos de tabaco
canarios por la Real Compañía de La Habana (1746-1760), en IX CHCA (1990), t. II, Las
Palmas, 1992, pp. 645-671.

405Véase Eduardo L. Moyano Bazzari. "La mano de obra canaria en la construcción del
ferrocarril cubano", en IX CHCA (1990), t. I, Las Palmas, 1992, pp. 757-768.

Véase Dominga de la Paz González Suárez. "Los jornaleros temporeros canarios en


406

Cuba durante el primer cuarto del siglo XX", en XI CHCA (1994), Las Palmas, (en prensa).

243
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

autores, para el período comprendido desde la Guerra de los Diez Años


(1868-1878) hasta la Guerra de 1895-1898,407 sino además, un trabajo
reciente sobre los combatientes canarios en la Lucha Contra Bandidos408
efectuada a mediados de la década del sesenta en las montañas del
Escambray con el objetivo de aniquilar las bandas contrarrevolucionarias
organizadas y financiadas por la Agencia Central de Inteligencia de los
EE.UU. como parte de una larga guerra encubierta contra Cuba.

2.- El bandolerismo social, donde ocupa un lugar muy destacado los


trabajos de Manuel de Paz Sánchez y sus colaboradores cubanos.
Algunos ensayos históricos elaborados por este autor correspondientes a
la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX, sirvieron de
precedente a la posterior redacción de una importante monografía, que
representa hasta hoy, el estudio más completo sobre el tema;409 a la vez

407Véanse María Dolores Domingo Acebrón. "El tráfico de armas durante la Guerra de los
Diez Años (1868-1878)", en Tebeto III, Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerte-
ventura, 1990; "Los canarios en el ejército libertador de Cuba, 1895-1898", en Tebeto V,
Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura, 1993; y "La participación de
canarios en la Guerra de Independencia Cubana, 1895-1898", en X CHCA (1992), t. I, Las
Palmas, 1994, pp. 605-644; Oscar Loyola Vega. "Un libro en Canarias sobre la Guerra de los
Diez Años", en Tebeto V. Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura, 1993; y
Manuel de Paz Sánchez. "En torno a la presencia canaria en las filas del ejército mambí",
Ponencia al Congreso Emigración Española al área del Caribe desde finales del siglo XIX,
Santo Domingo, septiembre de 1989.

408Véase Armando Jiménez de la Cal. "Combatientes canarios en la Lucha Contra


Bandidos", en II CHCC, Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana,
15-16 de junio de 1995.

409Véanse Manuel de Paz Sánchez. "Bandolerismo social e intentonas revolucionarias


(1881-1893): la otra guerra de Cuba", en Tebeto II, Anuario del Archivo Histórico Insular de
Fuerteventura, 1989, pp. 11-92; "Acerca del bandolerismo social en Cuba durante el siglo
XIX", en CH, no. 476, febrero de 1990, Madrid, pp. 21-33; "La matanza de los isleños (1926):
una página de la historia del bandolerismo cubano", en En el camino. Canarias entre
Europa y América, Las Palmas, 1992, pp. 93-115; y en coautoría con José Fernández
Fernández y Nelson López Novegil. El bandolerismo en Cuba (1800-1933), t. I, Colección
Taller de Historia, Santa Cruz de Tenerife, 1994.

244
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

que muestra un ejemplo del trabajo conjunto entre investigadores de


Canarias y Cuba.

3.- La participación canaria en el movimiento obrero cubano es un tema aún


muy poco estudiado. Valga señalar las aportaciones de Olga Cabrera
García en un contexto más amplio referido a los "españoles",410 lo que
denota la necesidad de promover investigaciones en este sentido. No
puede dejar de considerarse la destacada presencia canaria en los
orígenes del movimiento obrero en Cuba a través de su numerosa
membresía en las fábricas de tabaco y en otras actividades productivas
urbanas, así como el surgimiento de líderes políticos en sus filas.

4.- Del mismo modo, cuando nos referimos a los canarios en las rebeliones
campesinas, no deberíamos limitarnos al conocido alzamiento de los
vegueros del sur de la Habana en 1717-1723, en su lucha contra el
estanco del tabaco,411 sino a la presencia campesina en las luchas sociales
de Cuba, donde el componente cultural canario ha sido fundamental.

Sociedades, prensa y otras publicaciones

A diferencia de la relativa escasez de estudios sobre los asentamientos, las


luchas sociales y las relaciones económicas, a partir de la década del noventa
se han realizado varios trabajos sobre las capacidades asociativas de los
canarios en Cuba, la creación de órganos de prensa y otras publicaciones
periódicas.

Las áreas principales del conocimiento en este campo las hemos subdividido
también en cuatro tópicos.

Véase Olga Cabrera García. "Los españoles en el movimiento obrero cubano", en


410

Nuestra común historia. Cuba España. Poblamiento y nacionalidad. La Habana 1993, pp. 97-55.

411Véase Julio Hernández García. "Los canarios en las rebeliones del siglo XVIII", en
Canarias y América. Gran Enciclopedia de España y América. Ed. Espasa-Calpe/Arganto-
nio, Madrid, 1989, pp. 93-100.

245
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

1.- Las sociedades de protección y socorro mutuo, que cuentan con


investigaciones de carácter global, desde la fundación de la Asociación
Canaria de Beneficencia y Protección Agrícola de La Habana en 1872, o
los trabajos sobre sociedades hispánicas en Cuba que incluyen a las de
Islas Canarias;412 hasta estudios particulares fomentados a partir de la
fundación en 1992 de la Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez
Cabrera" y sus delegaciones.413

2.- Las sociedades de beneficencia en un sentido más restringido o


específico, que permiten profundizar en el alcance y contenido de este
tipo de institución, en la preservación de los intereses de la comunidad
canaria y sus descendientes en Cuba.414

412 Véanse Jesús Guanche Pérez. "La inmigración hispánica y el fomento de las
asociaciones regionales en Cuba (1840-1990)", en Tebeto IV, Anuario del Archivo Histórico
Insular de Fuerteventura, 1991, pp. 91-108; Dolores Guerra López. "Noventa años de la
Asociación Canaria", en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La
Habana, 15-16 de junio de 1995; Inmaculada Martínez Gálvez y Valentín Medina
Rodríguez. "Canarias-Cuba, Hoy", I Coloquio Internacional de Historia de las Islas del
Atlántico. Fundación MAPFRE Guanarteme, Las Palmas-Tenerife, octubre de 1995;
Valentín Medina Rodríguez e Inmaculada Martínez Gálvez. "Las asociaciones canarias en
Cuba durante el primer tercio del siglo XX", en X CHCA (1992), t. I, Las Palmas, 1994, pp.
645-662; y "Las asociaciones regionales españolas en Cuba (primer tercio del siglo XX)", en
X CHCA (1992), t. I, Las Palmas, 1994, pp. 663-692.

413Véanse Olivia Cano Castro. "Asociados canarios en La Habana del Este", en II CHCC.
Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995;
Ada A. Cepero Rodríguez y José E. Fernández Cepero. "Antecedentes y desarrollo de la
Sociedad Canaria en Santo Domingo, Provincia Villa Clara", en II CHCC. Asociación
Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995; y Berta
Quiñones Marrero y José A. Galindo Ramírez. "Apuntes sobre la Asociación Canaria en
Cienfuegos", en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La
Habana, 15-16 de junio de 1995.

414Véanse Gregorio M. Cabrera Déniz. "La Quinta de Salud Nuestra Señora de la


Candelaria, un gran proyecto canario en Cuba", en X CHCA (1992), t. I, Las Palmas, 1994,
pp. 679-692; Inmaculada Martínez Gálvez y Valentín Medina Rodríguez. "Beneficencia
canaria: una sociedad isleña en Cuba", en XI CHCA (1994), Las Palmas (en prensa); y
Graciela Milián. "sociedades canarias de beneficencia y socorro mutuo", en II CHCC.
Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995.

246
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

3.- La historia de la masonería en Canarias y sus vínculos con esta


institución en Cuba a través de personalidades y logias relevantes.415

4.- La prensa y otras publicaciones periódicas, lo que permite evaluar el


papel desempeñado por determinados periódicos y revistas, así como
por un conjunto de destacados periodistas canarios vinculados con los
principales órganos de prensa en Cuba desde el siglo pasado.416

La cultura artístico-literaria

Según se puede apreciar, los estudios sobre el arte y la literatura ocupan el


tercer nivel de interés de los investigadores de ambas orillas, para un 12,50%
de las fuentes consultadas en las últimas dos décadas. En esta temática
hemos podido deslindar seis áreas del conocimiento y si las analizamos de
modo decreciente se comportan como sigue:

1.- Los temas de escultura y pintura (29,63 %) abarcan pocos ensayos


generalizadores acerca de estas manifestaciones de América en Canarias, con
la necesaria inclusión de Cuba,417 así como algunos trabajos dedicados a la

415Véanse Manuel de Paz Sánchez. “Hipótesis en torno a un desarrollo paralelo de la


masonería canaria y cubana durante el primer tercio del presente siglo. Acotaciones para
un estudio”, en IV CHCA (1980), t. II, Las Palmas, 1982, pp. 567-602; Historia de la
francmasonería en Canarias, Las Palmas, 1984; "Los residentes españoles en Cuba y la
masonería después de la independencia", en CIH, no. 10, Madrid, 1986, pp. 41-56; así como
otros de alcance biográfico que aparecen en la segunda parte.

416Véanse Gertrudis Campos Mitjans y Jesús Guanche Pérez. "La revista El Guanche, el
nacionalismo canario en Cuba y la defensa de sus inmigrantes (1924-1925)", en IX CHCA
(1990), t. II, Las Palmas, 1992, pp. 1017-1040; y Jesús Guanche Pérez. Tinerfeños en la
inmigración Canarias-Cuba; su contribución al periodismo, CIDMUC, La Habana, 1991.

417Véanse Carmen Fraga González. (Comisaria de la Exposición). Arte hispanoamericano en


Canarias (Catálogo), Santa Cruz de Tenerife, 1992; y Domingo Martínez de la Peña.
"Esculturas y pinturas americanas en Canarias", en Canarias y América. Gran Enciclopedia
de España y América. Ed. Espasa-Calpe/Argantonio, Madrid, 1989, pp. 213-224.

247
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

significación de la vida y la obra del pintor tinerfeño Valentín Sanz Carta


(1849-1898) para el desarrollo de la pintura cubana durante la segunda mitad
del siglo XIX y su posterior legado artístico y docente.418

2.- La arquitectura (22,22 %), tanto urbana como rural, ha sido una temática
en que las relaciones histórico-culturales entre Canarias y Cuba se
evidencian a través de los bienes inmuebles del patrimonio común. La
presencia en Cuba de diversos modelos arquitectónicos canarios desde el
siglo XVI se aprecia en el desarrollo de las ciudades donde éstos se
asentaron,419 así como en las áreas rurales vinculadas tempranamente con el
cultivo del tabaco y otros frutos menores,420 lo que trasciende a la formación
de una estética del paisaje urbano con fuerte presencia de la cultura
campesina del entorno y en las costumbres propias de los pobladores
urbanos. Tal es el ejemplo particular del estudio de la ciudad de Güines,
fundada por canarios en 1735.421

418Véanse Manuel Ángel Alloza Moreno y Manuel Rodríguez Mesa. El pintor Valentín Sanz
Carta (1849-1898), Santa Cruz de Tenerife, 1986; Jesús Guanche Pérez y Gertrudis Campos
Mitjans. "Omisiones y valoraciones cubanas del pintor canario Valentín Sanz Carta:
Avance de un proyecto de investigación", en X CHCA (1992), t. I, Las Palmas, 1994, pp.
1001-1028; Valentín Sanz Carta en Cuba: un itinerario vital. Premio Especial de
Investigaciones Americanistas, 1994. Casa de Colón, 1999; y Jesús Guanche Pérez. "La
huella cubana del pintor canario Valentín Sanz Carta". I Coloquio Internacional de Historia de
las Islas del Atlántico. Fundación MAPFRE Guanarteme, Las Palmas-Tenerife, octubre de
1995; Olga López Núñez. "Sanz Carta y sus paisajes cubanos", en rev. Revolución y cultura,
no. 2, La Habana, marzo-abril de 1993, pp. 25-29; y María Estela Morell López. Valentín
Sanz Carta. Cuba S. XIX. Homenaje en el 130 aniversario de su nacimiento (catálogo).
Muestra del mes. Museo Nacional, Palacio de Bellas Artes, febrero de 1979.

419Véase Carman Fraga González. "Los modelos arquitectónicos", en Canarias y América,


Gran Enciclopedia de España y América, Ed. Espasa-Calpe/Argantonio, Madrid, 1989, pp.
129-140.

420Véase Jesús Guanche Pérez. "Aspectos histórico-culturales de la vivienda rural en Cuba:


tipologías, asentamientos y preservación", en I CIRPAE, Ponencias, t. II, Islas Canarias,
1992, pp. 340-350.

Véase Nancy Pérez Rodríguez; Carlos Rodríguez Otero y Omar Gutiérrez Montpelier.
421

"Algunos aspectos sobre la valoración cualitativa de la estética del paisaje urbano en el

248
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Este proceso constructivo y sus estilos de edificar han sido valorados,


justamente, como parte sustancial de la identidad cultural de uno y otro
pueblos.422 Al propio tiempo, la arquitectura de indianos regresados de Cuba
también ha representado un tema de interés en Canarias.423

Hace pocos años, se hicieron esfuerzos por valorar y rescatar un inmueble de


La Habana Vieja para que fuera sede de la Asociación Canaria de Cuba
mediante un anteproyecto de restauración que, lamentablemente, no fue
coronado con el éxito, ya que hubiera contribuido a crear todo un ambiente
propicio para impulsar estas relaciones.424 No obstante, el trabajo inicial fue
elaborado y debe tomarse en consideración para futuros empeños.

Este es un campo de investigación casi inexplorado si lo comparamos con la


significación humana de esta migración y con la capacidad edificativa de sus
miembros; de manera que el desafío permanece abierto para historiadores
del arte, arquitectos, urbanistas y otros interesados en el tema.

3.- La literatura posee un amplio espectro de temas que abarcan la


proyección de Canarias en América a través de la creación literaria, en la que
obviamente se incluye a Cuba; estudios valorativos sobre la conocida obra
del grancanario Silvestre de Balboa Troya y Quesada (1563-1649), Espejo de
paciencia; la presencia de Cuba en el álbum de la literatura isleña de 1857; la

ejemplo del asentamiento Güines: Cuba", en I CIRPAE, Ponencias, t. II, Islas Canarias,
1992, pp. 208-211.

422 Véase Eliana Cárdenas Sánchez. "Identidad cultural y patrimonio edificado (Cuba e
Islas Canarias)", en I CIRPAE, Ponencias, t. II, Islas Canarias, 1992, pp. 216-220.

423Véase Ana Ma. Quesada Acosta. "La ermita de San Antonio de Padua en Mogán. Un
legado indiano", en XI CHCA (1994), Las Palmas (en prensa).

424Véase Luisa Lourdes Rodríguez Betancourt; Teresa Ayuso y Enrique Vázquez. "...Una
calle, una casa: sede de la Asociación Canaria de Cuba. Anteproyecto de restauración", en
I CIRPAE, Ponencias, t. II, Islas Canarias, 1992, pp. 287-291.

249
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

reflexión poética de lo real maravilloso en ambos archipiélagos; y el papel de


la escritora Mercedes Pinto y la crítica cinematográfica.425 Especial interés
literario y testimonial posee la edición de dos diarios de viajeros canarios a
Cuba durante la segunda mitad del siglo XIX.426 El de Antonio Gómez
Rivero (1877) y el de Miguel B. Espinosa (1880), lo que contribuye a
completar la diversa presencia canaria a través de la rica literatura de
viajeros en la mayor de las Antillas.

4.- La música también incluye sólo cuatro trabajos con diversos enfoques
sobre el tema; desde el papel de la canción tradicional en las relaciones entre
Canarias y América, la labor desempeñada por determinados músicos como
Santiago Sabina Corona, la presencia de la música canaria en el contexto de
las sociedades hispánicas en Cuba, hasta la contribución particular de
Canarias a las tradiciones musicales del pueblo cubano.427

425 Véanse Mariano Alduán Guerra. "Canarias-Cuba: la controversia de lo real


maravilloso". Conferencia de apertura del IV Curso Iberoamérica, hoy. XXXV Semana
Colombina "Cuba y su relación con Canarias", 30 de agosto de 1994, La Gomera; Yolanda
Arencibia Santana. "Cuba, en el álbum de la literatura isleña de 1857", en XI CHCA (1994),
Las Palmas (en prensa); Sebastián de la Nuez. "Proyección literaria canaria en América",
en Canarias y América. Gran Enciclopedia de España y América. Ed. Espasa-
Calpe/Argantonio, Madrid, 1989, pp. 149-158; Mercedes Rivas. "Espejo de paciencia,
entre la historia y la leyenda", en Tebeto V, Anuario del Archivo Histórico Insular de
Fuerteventura, 1993; y Teresa Rodríguez Hage. "Una exiliada canaria en la prensa latinoa-
mericana: Mercedes Pinto y la crítica cinematográfica", en XI CHCA (1994), Las Palmas (en
prensa).

Véase Julio Hernández García. Dos diarios de viaje del siglo XIX (Canarias-Cuba), Santa
426

Cruz de Tenerife, 1986.

427Véanse Gertrudis Campos Mitjans. "Contribución canaria al desarrollo de la música en


Cuba", en XI CHCA (1994), Las Palmas (en prensa) y en II CHCC, Asociación Canaria de
Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995; Ana Ma. Díaz Pérez.
"Un músico canario en América: Santiago Sabina Corona", en VII CHCA (1984), t. II,
Primera Parte, Las Palmas, 1988, pp. 423-445; Manuel González Ortega. "La canción
tradicional en las relaciones canario-americanas", en Canarias y América. Gran Enciclopedia
de España y América. Ed. Espasa-Calpe/Argantonio, Madrid, 1989. pp. 231-234; y Jesús
Guanche Pérez. Contribución al estudio de la música en las sociedades hispánicas en Cuba.
CIDMUC, La Habana, 1993. Existen otros trabajos elaborados o en proceso pero no han
podido ser consultados.

250
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

5.- La orfebrería también ha sido un tema poco publicado en el ámbito de las


relaciones Canarias-Cuba durante el período a que nos referimos. Sólo
aparecen las contribuciones de Carmen Fraga González y Leandro Romero
Estébanez,428 aunque conocemos que este último autor cubano posee un
amplio trabajo de investigación inédito.

6.- El grabado es otro aspecto de gran interés como producto artístico y


fuente documental. Hasta el presente sólo aparece un trabajo que evalúa la
imagen plástica del residente canario en Cuba mediante las principales
litografías del siglo XIX, de acuerdo con la información que aportan los
viajeros y la literatura costumbrista de esa época.429

En este sentido, los estudios sobre la cultura artístico-literaria aún tienen


campos temáticos que profundizar y otros nuevos que crear. No he logrado
consultar aun, por ejemplo, trabajos al respecto sobre danza, cine, ni sobre
los recientes intercambios de artistas en uno y otro lugares.

La antropología sociocultural

El tema antropológico, en su amplia acepción, también abarca un conjunto


de trabajos de investigación que profundizan mediante el empleo y
análisis de las más variadas fuentes en el legado canario a la formación y
desarrollo de la cultura cubana. De manera general, éste abarca el 12,50 % de
los temas respecto del total de los materiales consultados. Dicho conjunto

428Véanse Carmen Fraga González "La plata de América: orfebrería", en Canarias y


América, Gran Enciclopedia de España y América, Ed. Espasa-Calpe/Argantonio, Madrid,
1989, pp. 205-212; y Leandro Romero. "Orfebrería habanera en las Islas Canarias", en
Memorias. Primer Simposio de la Cultura, Ciudad de La Habana, 1983, pp. 28-45.

429Véase Jesús Guanche Pérez. "La imagen diversa del canario en Cuba a través de los
grabados siglo XIX", en IX CHCA (1990), t. II, Las Palmas, 1992, pp. 983-1016.

251
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

también podemos subdividirlos en seis tópicos, los que analizados por orden
decreciente son:

1.- Los aportes culturales, en un sentido amplio y muy diverso, abarcan


desde las comparaciones entre las poblaciones aborígenes de Canarias y
Cuba, junto con la visión de los primeros cronistas;430 los aspectos
etnográficos de esas relaciones en diferentes momentos históricos;431
determinadas contribuciones canarias a la historia militar y demográfica del
continente;432 hasta cuestiones de interés general que enlazan la historia y la
cultura de ambos archipiélagos.433

430Véanse Fermín del Pino Díaz. "Paralelismo entre Canarias y América: utilización
etnológica de los primeros cronistas", en I CHCA (1976), Las Palmas, 1977, pp. 188-207; y
Antonio Tejera Gaspar. "Los gomeros y los taínos del caribe en el siglo XV". Conferencia
del IV Curso Iberoamérica, hoy. XXXV Semana Colombina "Cuba y su relación con
Canarias", 31 de agosto de 1994. La Gomera.

431 Véanse Manuel A Fariña González. "La presencia isleña en América: su huella
etnográfica", en VIII CHCA (1988), t. I, Las Palmas, 1991, pp. 67-95; Iturbide García
Quintana. "Presencia canaria en nuestra entidad nacional", en II CHCC. Asociación
Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995; Oreste
Gárciga Gárciga. "Las Islas Canarias en una obra inédita de Don Fernando Ortiz", en II
CHCC, Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de
1995; Jesús Guanche Pérez. "Antecedentes hispánicos", en Procesos etnoculturales de Cuba.
Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1983, pp. 120-207; Antecedentes hispánicos de la cultura
cubana (en 4 partes), CIDMUD, La Habana, 1983-1984; "Aportes canarios a la cultura
campesina cubana" en RBNJM, año 75/3ra. época, vol. XXVI, septiembre-diciembre, 1984,
no. 3, La Habana, pp.43-74; Dolores Guerra López. "El inmigrante canario. Sus aportes a la
vida sociocultural de Jesús del Monte", en I CHCC. Asociación Canaria de Cuba "Leonor
Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1994; Manuel Hernández González. "La
influencia cultural de Canarias en las Antillas Hispanas: la penetración de los hábitos
socio-culturales del campesinado isleño en la población de Cuba", en AEAt, no. 38,
Madrid-Las Palmas, 1992, pp. 553-564; y Nicolás Reyes González. "Cuba y Canarias en la
crisis del colonialismo español del siglo XIX", en VI CHCA (1984), t. I, Segunda Parte, Las
Palmas, 1988, pp. 921-984.

432Véanse Juan Marchena Fernández. "Oficiales canarios en el ejército de América: 1700-


1810", en IV CHCA (1980), t. II, Las Palmas, 1982, pp. 323-343; y José Pérez Vidal.
Aportación canaria a la población de América. Colección Alisios, Las Palmas, 1991.

433Véase Julio Hernández García. Canarias-América. El orgullo de ser canario en América.


Historia popular de Canarias, no. 8. CCPC, Santa Cruz de Tenerife, 1989.

252
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

2.- Las creencias populares están centradas en tres cuestiones


fundamentales: los mitos y costumbres de origen canario en Cuba, de
manera específica las brujas y sus actos de brujería;434 la magia vinculada con
las tradición del curanderismo;435 y la fusión entre el culto a la virgen de la
Candelaria con la deidad Oyá, como uno de tantos componentes rituales de
la santería cubana actual.436 Recientemente publicamos un texto sobre
Oraciones populares de Cuba: invocaciones e iconografía,437 que incluye dos
ejemplos a la Virgen de la Candelaria y a la Virgen de las Nieves de
profunda significación en Canarias. Por cierto, ambas son excluidas de las
oraciones publicadas por la iglesia católica en Cuba, lo que reafirma su
devoción popular.

3.- Las artes populares y determinadas costumbres alimentarias se observan


tanto en un enfoque general del problema en el caso Canarias-América;438

434Véanse Eddy Bolaños Guía. "Mitología y costumbres. Presencia en Cuba (La brujería)",
en II CHCC, Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de
junio de 1995; y Jesús Guanche Pérez. "Presencia canaria en la mitología cubana: las brujas
y el trasvase humano". en FA, no. 54, México, julio-diciembre de 1992, pp. 87-120 y en X
CHCA (1992), t. I, Las Palmas, 1994. pp. 1231-1262.

Véase Félix Horta García. "La magia canaria. Aporte e integración en la credulidad
435

popular cubana", en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La


Habana, 15-16 de junio de 1995.

436Véase María Elena Soto López. "Advocaciones marianas en Canarias y Cuba. El culto a
la virgen de la Candelaria y su sincretismo con el culto a Oyá", en XI CHCA (1994), Las
Palmas (en prensa); y Conferencia del IV Curso Iberoamérica, hoy. XXXV Semana
Colombina "Cuba y su relación con Canarias", 5 de septiembre de 1994, La Gomera.

437Véase Jesús Guanche. Oraciones populares de Cuba: invocaciones e iconografía. Fundación


Fernando Ortiz, La Habana 2001:254 y 265.

438Véase Erasmo Juan Delgado Domínguez. "Artes populares y dietas alimentarias en


América y en Canarias", en Canarias y América, Gran Enciclopedia de España y América,
Ed. Espasa-Calpe/Argantonio, Madrid, 1989, pp. 245-250.

253
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

como en estudios particulares realizados por autores cubanos sobre una u


otra cuestión.439

4.- Los estudios sobre las fiestas populares de origen canario en Cuba aún
son escasos;440 sin embargo, debido a la complejidad, riqueza y alcance social
del tema, se vislumbran nuevos trabajos al respecto en diferentes lugares del
país;441

5.- La lucha canaria, no obstante el denodado interés y labor de Salvador


Sánchez "Borito", por conocer las raíces y la diáspora de este deporte de
combate,442 aún son casi nulos los trabajos de autores cubanos en esta
dirección. Sin embargo, la ingente actividad que realiza la Asociación
Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera" y sus delegaciones en todo el
territorio cubano para rescatar y promover esta práctica deportiva, deben
contribuir a nuevos aportes sobre una historia aún por escribir.

Lingüística

439Véanse Ana Isabel Utrera; et. al. "Influencia de la comida canaria", en II CHCC.
Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995; y
Yuleidy Vega Arencibia; Georgina Fuentes Mederos y Ricardo Eleaga Alderete. "Hacia el
rescate de una tradición: el tejido de Tenerife", en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba
"Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995.

Véase Israel Moliner Castañeda. "Fiestas canarias en Matanzas", en II CHCC. Asociación


440

Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995; y Clara E.
Sánchez. "Un proyecto de investigación: Fiestas Canarias", en II CHCC. Asociación
Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995.

441En la clasificación del tema sobre Fiestas del Atlas etnográfico de Cuba, en proceso de
culminación, se incluyen las fiestas canarias.

442Véanse Alberto Hernández J. "Lucha y garrote renacen en Cuba", en La Provincia, Las


Palmas, domingo 20 de diciembre de 1992, pp. 60-61; y Salvador Sánchez "Borito". "La
lucha canaria en Cuba. Cuando los amigos se encuentran," en rev. Bohemia, año. 87, no. 15,
La Habana, 21 de julio de 1995, pp. 26-27.

254
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

De acuerdo con los trabajos que hemos podido compilar, junto con sus
respectivas bibliografías, todo indica que el peso fundamental de las
investigaciones lingüísticas descansa en lo concerniente a las peculiaridades
del español en Canarias y Cuba, por separado, y sus comparaciones respecto
de la Península Ibérica y América hispanohablante.

Realmente son muy contados los trabajos que abordan la herencia lingüística
de Canarias en América y del Nuevo Mundo en el archipiélago norafricano,
donde Cuba ocupa un lugar de interés primordial.443

En el caso de Cuba conocemos la importancia que le atribuye el colega


Sergio Valdés Bernal a los componentes canarios y andaluz en la formación
histórica de la variante cubana del español hablado.444 Recientemente, otros
autores han continuado estudios sobre la presencia del léxico canario en el
habla del pueblo cubano, de manera que el tema permanece abierto a nuevas
contribuciones.445 La tesis doctoral en Ciencias Filológicas de Luis A. Alfaro
Echevarría sobre el Estudio fraseológico del discurso oral de inmigrantes canarios
y sus descendientes en la región central de Cuba, constituye una importante
contribución al tema.

443Véanse Juan Régulo Pérez. "Afroamericanismos léxicos en el español de Canarias", en


IV CHCA (1980), t. II, Las Palmas, 1982, pp. 763-782; y "La huella lingüística de Canarias en
América y de América en Canarias", en Canarias y América. Gran Enciclopedia de España y
América. Ed. Espasa-Calpe/Argantonio, Madrid, 1989, pp. 141-148.

444Véanse Sergio Valdés Bernal. ""La inmigración peninsular y canaria en Cuba desde el
punto de vista lingüístico", en Inmigración y lengua nacional, La Habana, 1994, pp. 50-80; y
"La inmigración en Cuba: estudio lingüístico-histórico", en Inmigración y lengua nacional, La
Habana, 1994, pp. 189-207.

445Véanse Eddy Bolaños Guía. "Influencia del léxico canario", en II CHCC, Asociación
Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995; y Calixto O.
Fundora Herrera "Carácter canario del español en Cuba", en II CHCC, Asociación Canaria
de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995.

255
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Estudios biográficos y familiares

Las investigaciones sobre determinadas personalidades de origen canario en


Cuba y algunas familias, han logrado hacer trizas el anacrónico mito del
isleño iletrado y han puesto de relieve el significativo papel de una
inteligencia portadora de ideas y acciones en uno y otro contextos. Este tema
lo hemos subdividido, operativamente, en dos campos que también se
interaccionan: la vida y obra de personalidades canarias en Cuba y las historias de
familias.

En el primer caso han surgido diversos trabajos; algunos de hondura


monográfica y otros ensayos sobre próceres de la independencia cubana,
artistas, científicos, periodistas, militares, profesores, políticos y otras
profesiones, que dejan abierto todo un caudal de conocimientos sobre el
papel de muchas personalidades en esta historia común.446 Vale destacar el

446Véanse Jorge Sergio Battle. “Mi madre canaria; José Martí”, en II CHCC, Asociación
Canaria de Cuba “Leonor Pérez Cabrera”, La Habana, 15-16 de junio de 1995; Nancy
Broche Benitez. “Leonor en Martí (Paralelo y convergencia, apuntes para un estudio de su
vida)”, en II CHCC, Asociación Canaria de Cuba “Leonor Pérez Cabrera”, La Habana, 15-
16 de junio de 1995; Acbiel Díaz Sáez y Judith Dïaz Sáez. “Luisa Pérez de Zambrana y
Julia Pérez Montes de Oca”, en II CHCC, Asociación Canaria de Cuba “Leonor Pérez
Cabrera, La Habana, 15-16 de junio de 1995; Pilar Domínguez Prats. “Mercedes Pinto: una
canaria en Hispanoamérica”, en VIII CHCA (1988), t. I, Las Palmas, 1991, pp. 309-326;
Rafael Fernández Hernández. “Francisco Izquierdo, una transgeografía marina entre
Canarias y Cuba”. Conferencia del IV Curso Iberoamérica, hoy. XXXV Semana Colombina
“Cuba y su relación con Canarias”, 4 de septiembre de 1994, La Gomera; Manolo García.
“César Fernández, un combatiente inédito”, en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba
“Leonor Pérez Cabrera”, La Habana, 15-16 de junio de 1995; Jesús Guanche Pérez.
“Domingo Fernández Cubas (1833-1906): un canario arraigado en Cuba”, en XI CHCA
(1994), Las Palmas (en prensa) y en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba “Leonor Pérez
Cabrera”, La Habana, 15-16 de junio de 1995; Carmelo Martín y Julio Hernández García.
Cuba en Canarias. Casanova, el amigo isleño de Fidel Castro. Cabildo Insular de Tenerife,
CCPC, Santa Cruz de Tenerife, 1986; Alfredo Martín Fadragas. “Secundino Delgado, un
canario cubano”, en II CHCC, Asociación Canaria de Cuba “Leonor Pérez Cabrera”, La
Habana, 15-16 de junio de 1995; Alejandro Milián González e Ineldo Pérez González.
“Féliz Duarte y el Liceo Canario de Zaza del Medio como expresión fundamental de la
cultura de la localidad”, en I CHCC. Asociación Canaria de Cuba “Leonor Pérez Cabrera”,
La Habana, 15-16 de junio de 1994; Manuel de Paz Sánchez. “Luis Felipe Gómez
Wangüemert y la masonería palmera y cubana de la década de 1930. Notas para un

256
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

esfuerzo y los resultados de David W. Fernández en su Diccionario Biográfico


canario-americano,447 que si bien no agota el tema de los canarios en Cuba, una
parte de su obra sí refleja el nutrido número de isleños que se formaron y
desarrollaron su labor en la mayor de las Antillas, a la vez que han
representado una motivación para continuar estos trabajos.

En el segundo caso, las historias de familias pueden convertirse en todo un


campo temático por desarrollar aún. Se han dado algunos pasos de interés
como es el estudio de los Cubas-Betancourt de la Gomera y sus vínculos con
América, la ascendencia canaria de los Zambrana en Cuba, la presencia
familiar canaria de los Pérez González, de San Antonio de Cabezas, actual
provincia Matanzas, en las luchas independentistas y el papel de las
unidades familiares canarias durante la primera mitad del siglo XX.448

estudio”, en II Jornadas de Estudios Canarias-América, Santa Cruz de Tenerife, 1981, pp. 29-
63; “Nuevos documentos sobre Secundino Delgado”, en ROA, no. 9, Centro de Estudios
Africanos, Tenerife, octubre de 1990, pp. 7-76; Wangüemert y Cuba, 2 t. Colección Taller de
Historia, vol. 6 y 7, Santa Cruz de Tenerife, 1991 (I) y 1992 (II); María C. Pérez Padrón. “La
vida y la obra de Nivario Tejera”, en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba “Leonor Pérez
Cabrera”, La Habana, 15-16 de junio de 1995; Ma. A. Primo y Medina y Ma. J. Peramos
Mendoza. “La expedición del Conde de Mopox y Jaruco y su arribada forzoza en
Tenerife”, en VI CHCA (1984), t. I, Primera Parte, Las Palmas, 1988; pp. 245-284; Ma. A.
Primo y Medina, “El primer escrito cubano y suautor el canario Silvestre de Balboa Troya
y Quesada”, en VII CHCA (1986), t. II, Las Palmas, 1988, pp. 119-131; José G. Quintas
Santana. “Manuel Suárez Delgado: apuntes para su vida”, en I CHCC. Asociación Canaria
de Cuba “Leonor Pérez Cabrera”, La Habana, 15-16 de junio de 1994; Eusebio Reyes
Fernández. “Canarios en la Universidad de La Habana, 1728-1899”, en Tebeto V, Anuario
del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura, 1993; Nicolás Reyes González. “Canarias
y América en el pensamiento de Nicolás Estébanez”, en V CHCA (1982), t. II, Las Palmas,
1985, pp. 921-982; Raúl Díaz. “Francisco Guerra Betancourt; un canario contradictorio que
dejó su huella en Cuba”, en I CHCC. Asociación Canaria de Cuba “Leonor Pérez
Cabrera”, La Habana, 15-16 de junio de 1994; “Nuevos aspectos relacionados con
Francisco Guerra Betancourt”, en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba “Leonor Pérez
Cabrera”, La Habana, 15-16 de junio de 1995; y Juana Sánchez-Gey Venegas. “Teófilo
Martínez de Escobar: un krausista canario, catedrático de Metafísica en la Universidad de
La Habana”, en Tebeto V, Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura, 1993.

447 CCPC, Tenerife, 1989.

448Véanse Julio Díaz Díaz. "Los Zambrana", en II CHCC, Asociación Canaria de Cuba
"Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995; Gloria Díaz Padilla. "La

257
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Como se evidencia, aún falta por tratar el importante papel de la vida


familiar de los canarios en Cuba en los procesos de endoculturación a sus
descendientes a partir de nuevos casos concretos.

La cultura de retorno

A diferencia del indiscutible auge de los estudios sobre la emigración e


inmigración, que se han realizado en las dos últimas décadas, el tema del
retorno a Canarias desde Cuba y sus implicaciones culturales es un aspecto
muy poco tratado por los historiadores canarios. A principios de la década
de los ochenta aparece un artículo de María Cristina Abelo Martín sobre la
repatriación de indianos durante la primera mitad del siglo XIX449 y una
breve monografía de Analola Borges acerca de los Productos de América en
Canarias.450 Posteriormente, otros tres autores abordaron el tema de los
"Cultivos de América Tropical en Canarias",451 en los que sin duda el influjo
cubano se ha hecho sentir.

familia gomera Cubas-Betancourt, sus relaciones comerciales con América", en V CHCA


(1982), t. I, Las Palmas, 1985, pp. 141-162; Henry García González. "Una familia canaria
lucha en la Guerra del 95", en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez
Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995; y Guillermo Sierra Torres y Juan Carlos
Rosario Molina. "Las unidades familiares canarias (1900-1950)", en II CHCC. Asociación
Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995.

449Véase "Canarias y los indianos repatriados durante la primera mitad del siglo XIX", en
IV CHCA (1980), t. II, Las Palmas, 1982, pp. 513-538.

450 Col. La Guagua, no. 55, Las Palmas, 1983.

Véase Wladimiro Rodríguez Brito; Luis Cabrera Armas y Jesús Hernández Hernández.
451

"Cultivos de América Tropical en Canarias", en Canarias y América. Gran Enciclopedia de


España y América. Ed. Espasa-Calpe/Argantonio, Madrid, 1989, pp. 191-204.

258
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

No es hasta la realización del X y el XI Coloquios de Historia Canario-


Americana (1992 y 1994) en que dos de los autores canarios dedicados al
vínculo con Cuba (Manuel A. Fariña González y Gregorio Cabrera Déniz)
presentan sendos trabajos acerca del retorno en el marco de la navegación
durante el siglo XVIII y la aportación indiana en Canarias,
respectivamente.452

En este sentido, debemos llamar la atención sobre la importancia de un tema


de investigación que en su momento fue apoyado por la UNESCO y que hoy
día también debe renacer en un contexto más amplio dedicado al desarrollo
cultural mutuo y la comunicación entre los pueblos.

Canarios y cubanos sabemos demasiado bien que si muchas veces la


emigración desgarra y troncha lazos afectivos, el retorno no siempre
equivale al feliz reencuentro con los que dejamos de ver o el recuerdo del
lado bueno de los que ya no están; sino que se genera un complejo proceso
de readaptación cultural del ex-emigrado y sus descendientes a un medio
que antes les pudo pertenecer pero que ahora puede tornarse hostil. El mito
del indiano rico que regresa triunfante no es la historia de la mayoría de los
que un día tuvieron que alejarse para siempre del lugar donde nacieron o de
los que iban y venían anualmente para que sus familias pudieran subsistir en
los años de crisis.

Estudio de fuentes

Las investigaciones sobre las fuentes para el conocimiento de los vínculos


histórico-culturales entre ambos archipiélagos del Atlántico no han sido tan

452Véanse Gregorio M. Cabrera Déniz. "La aportación indiana en Canarias", en XI CHCA


(1994), Las Palmas, (en prensa); y Manuel A. Fariña González. "El retorno de los indianos
en el marco de la navegación canario-americana (siglo XVIII)", en X CHCA (1992), t. I, Las
Palmas, 1994, pp. 235-272.

259
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

escasos como otros temas. Éstas pueden ser subdivididas en la valoración y


análisis de fuentes escritas y un incipiente acercamiento a las fuentes orales.

El estudio de las fuentes escritas ha sido relativamente variado y abarca el


típico procesamiento bibliográfico y documental sobre temas concretos como
la inmigración,453 la evaluación de un conjunto muy diverso de información
vinculada con la capacidad asociativa de los inmigrantes y sus
descendientes,454 la clasificación de algunas publicaciones periódicas de los
canarios en Cuba,455 y la significación histórica del epistolario durante los
siglos XVIII y XIX.456

El estudio de las fuentes orales se ha basado en relatos de testimonios,


principalmente ancianos canarios radicados en Cuba, cuya calidad aún no
podemos darle la categoría de historias de vida en el sentido antropológico,

453Véanse Doris González Ferno. "Canarios en los Libros de Matrícula de los fabricantes
de habanos", en Tebeto V, Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura,
1993; Dominga de la Paz González Suárez. "Situación de las fuentes en Cuba para un
estudio de la migraciones canarias", en X CHCA (1992), t.I, Las Palmas, 1994, pp. 693-700;
Nora Aida López. "Bibliografía sobre inmigración canaria", en II CHCC. Asociación
Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995; y Graciela
Milián. "Fondo de Actas Capitulares para el estudio de la inmigración canaria", en II
CHCC. Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de
1995.

454Véase Jesús Guanche Pérez. "Las asociaciones hispánicas en Cuba: fuentes para su
estudio", en Tebeto V, Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura, 1992, pp.
131-175.

Véase Maritzela de la Fuente. Seis publicaciones canarias en Cuba. Indice bibliográfico.


455

CIDMUC, La Habana, 1990.

Véanse Gloria Díaz Padilla. "La Gomera y Cuba en la segunda


456 mitad del siglo XIX a
partir de las cartas de los emigrantes", en VI CHCA (1984), t. I, Primera Parte, Las Palmas,
1988, pp. 217-243; y Jesús González de Chávez. "Notas para la historia de la emigración
canaria a América. Cartas de emigrantes canarios, siglo XVIII", en V CHCA (1982), t. I, Las
Palmas, l985. pp.111-139.

260
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

ni valorarlos como género testimonio en el sentido literario.457 Sin embargo,


es necesario estimular con una mejor orientación metodológica y
estilística este tipo de investigación que aporta un inagotable caudal de
vivencias y ofrece múltiples lecturas sobre la realidad.

Al mismo tiempo, también es necesario estimular las investigaciones sobre


fuentes gráficas (pintura, grabado, daguerrotipos, fotos) y cinéticas (filmes,
videos), que contribuyan a la reconstrucción histórica y a nuevos proyectos
de trabajo.

Los autores y las publicaciones

De modo general, se aprecia una mayor presencia de autores cubanos que


canarios; pero también debe tenerse presente una mayor consistencia y
sistematicidad de los autores canarios, respecto del incipiente proceso de
incorporación de los autores cubanos a estos temas. Asimismo, podemos
evaluar la existencia de un potencial investigativo, sobre todo de personas
jóvenes, que es necesario apoyar y promover.

457 Véanse Silvia Carballo. "Testimonio de Antonio Carballo", en II CHCC, Asociación


Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995; María C.
Granger Selpi, María C. "Memorias", en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba "Leonor
Pérez Cabrera". La Habana, 15-16 de junio de 1995; Miguel Hernández Rodríguez.
"Canarios y descendientes, retazos de una historia", en II CHCC. Asociación Canaria de
Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995; Víctor M. Hernández y
Juan C. Rivera González. "Los recuerdos de un emigrante", en II CHCC. Asociación
Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995; Irma
Rodríguez Albelo. "Memorias de la vida de un inmigrante", en II CHCC. Asociación Cana-
ria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995; Marta Santana
Guedes. "Entrevista a un natural de Canarias", en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba
"Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995; "Eloina: una mujer en dos
islas", en II CHCC. Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16
de junio de 1995; Nicasio Vázquez. "Memorias de Julián Zamora", en II CHCC. Asociación
Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera", La Habana, 15-16 de junio de 1995.

261
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Por ello, los trabajos realizados en el quinquenio 1991-1995 alcanzan el 68,81


% de las dos décadas analizadas, lo que confirma un proceso de
participación creciente y variado.

En el orden editorial se evidencia el sistemático papel de la Casa de Colón en


Las Palmas, como del resto de las publicaciones canarias, respecto de la
escasa presencia de publicaciones periódicas cubanas.

En este sentido, desde mediados de la década del ochenta del siglo pasado
en que estuve por primera vez en Islas Canarias, siempre pude apreciar un
vivo interés por el tema cubano, en los intelectuales, las instituciones y
especialmente en la población; y su no correspondencia con el tratamiento de
esta temática en Cuba. Por eso, el actual redescubrimiento para muchos
estudiosos de su ascendencia canaria ha hecho despertar un potencial
humano que es necesario apoyar en los aspectos tecnológico, informativo y
financiero, con el objetivo de dar continuidad a lo realizado por los que nos
precedieron y por nosotros mismos.

Conclusiones

Varias décadas de esfuerzos realizados nos permiten evaluar positivamente


los resultados individuales y colectivos de investigadores, profesores y otros
profesionales interesados en estas relaciones comunes de historia y cultura.

A nivel temático y en el sentido informático del término, se ha creado un


árbol de conocimientos cuyos indicadores se interaccionan. Estos se
comportan de la manera siguiente:

1. Movimientos 1.1. Emigración Canarias-América


migratorios 1.2. Emigración Canarias-Cuba
1.3. Inmigración Iberoamericanos-
Canarias

262
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

1.4. Inmigración España-Cuba


1.5. Inmigración Canarias-Cuba
1.6. Retorno de canarios
1.7. Emigración Cuba-España
2. Asentamientos 2.1. Provincias occidentales
canarios en Cuba 2.2. Provincias centrales
2.3. Provincias orientales
3. Relaciones 3.1. Agricultura
económicas 3.2. Industria
4. Luchas sociales de 4.1. Bandolerismo social
los canarios en 4.2. Guerras de independencia
Cuba 4.3. Movimiento obrero
4.4. Rebeliones campesinas
5. Sociedades, prensa y 5.1. Sociedades de protección y socorro
otras publicaciones 5.2. Sociedades benéficas
5.3. Masonería
5.4. Prensa y otras publicaciones
6. La cultura artístico- 6.1. Arquitectura
literaria 6.2. Escultura y pintura
6.3. Grabado
6.4. Literatura
6.5. Música
6.6. Orfebrería
7. Antropología 7.1. Aportes culturales
sociocultural 7.2. Artes populares y alimentación
7.3. Creencias populares
7.4. Fiestas populares
7.5. Juegos y tradiciones orales
7.6. Lucha canaria
8. Lingüística 8.1. Lengua y migración
8.2. Léxico canario en Cuba
8.3. Relaciones lingüísticas

263
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

9. Estudios biográficos 9.1. Vida y obra de personalidades


y familiares 9.2. Historia de familias
10. Cultura de retorno 10.1. Indianos repatriados
10.2. América en Canarias
11. Estudio de fuentes 11.1. Fuentes escritas
11.2. Fuentes orales

No obstante la situación actual, las ramas de este árbol pueden y deben


crecer en correspondencia con los nuevos campos de trabajo que se abran o
con un nuevo orden temático que propongan otros estudios al respecto.

En este sentido, debería crearse una base de datos de uso común para que
los investigadores y profesores canarios, cubanos y demás interesados
podamos acceder a ella y al mismo tiempo enriquecerla. Para que esto sea
posible, tanto la Casa de Colón en Las Palmas, y otras instituciones de Islas
Canarias, como la Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera" y sus
delegaciones, con el apoyo de otras instituciones científicas y docentes de
Cuba, podemos unir esfuerzos y gestiones para que los próximos veinte años
sean mucho más fructíferos que éstos.

264
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Abreviaturas

AC Anales del Caribe.


AEA Anuario de Estudios Americanos.
AEAt Anuario de Estudios Atlánticos.
CCPC Centro de la Cultura Popular Canaria.
CIH Cuadernos de Investigación Histórica.
CH Cuadernos Hispanoamericanos.
CHCA Coloquio de Historia Canario-Americana.
CHCC Coloquio Historiográfico Canario de Cuba.
CIDMUC Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana.
CIH Cuadernos de Investigación Histórica.
CIRPAE Congreso Internacional de Rehabilitación del Patrimonio
Arquitectónico y Edificación.
FA Folklore Americano.
RBNJM Revista de la Biblioteca Nacional José Martí.
RGC Revista de Geografía Canaria.
RI Revista de Indias.
ROA Revista del Oeste de África.
TA The Americas.

265
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

GRÁFICOS

Cuba y Canarias: historia y cultura


Principales temas de estudio (1976-1996). Gráfico 1
Estudio de
La cultura de fuentes
Estudios retorno 2,31 % 4,63 %
biográficos y
Movimientos
Lingüística familiares migratorios
2,31 % 12,96 %
31,02 %
La cultura
artístico-literaria
12,50 %

Antropología Asentamientos
sociocultural Luchas sociales canarios en Cuba
12,50 % 5,56 % Relaciones 4,63 %
Sociedades,
prensa y otras económicas
publ. 6,94 %. 1,85 %

Movimientos migratorios
Principales temas de estudio (1976-1996). Gráfico 2

Retorno de
Inmig. Canarias- canarios
Cuba 26,87 % Emig. Cuba-
1,49 %
España
Inmig. España- 2,99 %
Cuba
7,46 %

Inmig. Iberoam.-
Canarias 1,49 %
Emig. Canarias-
América 46,27 %
Emig. Canarias-
Cuba 13,43 %

266
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Asentamientos canarios en Cuba


Principales temas de estudio (1976-1996). Gráfico 3

Provincias
orientales
Provincias 10 %
centrales
20 %
Provincias
occidentales
70 %

Luchas sociales de los canarios en Cuba


Principales temas de estudio (1976-1996). Gráfico 4

Movimiento
obrero 10% Rebeliones
campesinas 10 %

Guerras de
Bandolerismo
independencia
social
60 %
40 %

267
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Sociedades, prensa y otras publicaciones


Principales temas de estudio (1976-1996) . Gráfico 5

Prensa y otras
publicaciones
Masonería 13,33 %
13,33 %

Sociedades
benéficas
20 %
Sociedades de
protección y
socorro 53,33 %

Relaciones histórico-culturales entre Cuba e Islas Canarias


Composición de los trabajos realizados por quinquenios. Gráfico 6

1976-1980
6,32 %

1981-1985
8,10 %

1991-1995
58,56 % 1986-1990
27,02 %

268
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Composición de los trabajos publicados


según las principales fuentes. Gráfico 7

Publ. de otros
Publ. en Cuba
países
Otras publ. en 3,61 % Otros eventos
3,61 %
España 14,45 % 2,44 %

Anuario Tebeto
8,43 %
CHCA 39,75 %
Monografías
27,71 %

La cultura artístico-literaria
Principales temas de estudio (1976-1996), Gráfico 8

Música 14,81 % Orfebrería 7,41


%
Literatura
22,22 %
Arquitectura
22,22 %

Grabado
3,70 %
Escultura y
pintura
29,63 %

269
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Antropología sociocultural
Principales temas de estudio (1976-1996), Gráfico 9

Juegos y
Fiestas populares tradiciones orales
7,4 % Lucha canaria
7,4 %
7,4 %
Creencias
populares 14,81
%

Artes populares
y alimentación Aportes
11,11 % culturales
51,85 %

Estudios biográficos y familiares


Principales temas (1976-1996), Gráfico 10

Vida y obra de Historias de


personalidades familias 14,28 %
85,72 %

270
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

Composición de los trabajos realizados


por quinquenios (Gráfico 11)

80
70
60
50
% 40
30
20
10
0
1976-1980 1981-1985 1986-1990 1991-1995

Composición de los trabajos publicados. Gráfico 12

Otras publ. en
Publ. en Cuba
España 6,06 %
6,06 %
Publ. en otros
países
Tebeto 1,54 %
7,57 %

Monografías
31,81 %

CHCA
39,39 %

271
Islas Canarias en la cultura cubana Jesús Guanche

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Otros materiales consultados

Catálogo de ediciones 1993-1994. Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas,


1993.

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1994.

XI Coloquio de Historia Canario-Americana. Programa. Casa de Colón, Las


Palmas de Gran Canaria, 1994.

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Coimbra, 1995.

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Del autor
Doctor en Ciencias Históricas (especialidad antropología
cultural). Investigador Titular de la Fundación Fernando Ortiz,
Profesor Titular Adjunto de la Facultad de Artes y Letras, y de
Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana, y del
Instituto Superior de Arte; Profesor Principal del Centro
Nacional de Superación del Ministerio de Cultura y Presidente
de su Consejo Asesor. Ha publicado varias monografías (Procesos
etnoculturales de Cuba, La Habana, 1983; Caidije [estudio de una
comunidad haitiano-cubana], Santiago de Cuba, 1988;
Significación canaria en el poblamiento hispánico de Cuba, Santa Cruz
de Tenerife, 1992 (Premio «6 de septiembre», 1991, Instituto de Estudios Hispánicos de
Canarias, Puerto de la Cruz); Componentes étnicos de la nación cubana, La Habana, 1996
(Premio de investigaciones 1997, Ministerio de Cultura, Cuba); Valentín Sanz Carta en
Cuba: un itinerario vital, (Premio Especial de Investigaciones Americanistas, 1994, Casa de
Colón, Las Palmas de Gran Canaria, 1999), España en la savia de Cuba, La Habana, 1999;
Cultura popular tradicional cubana, La Habana, 1999; Artesanía y religiosidad popular en la
santería cubana: el sol, el arco y la flecha, la alfarería de uso ritual, La Habana, 2000; Oraciones
populares de Cuba: invocaciones e iconografía, La Habana, 2001 (Premio Anual de
Investigación Cultural 2001, Ministerio de Cultura, Cuba); Transculturación y africanía, La
Habana, 2002; Iconografía de africanos y sus descendientes en Cuba (2006, versión digital);
Africanía y etnicidad en Cuba: los componentes étnicos africanos y sus múltiples denominaciones
(Premio Anual de Investigación Cultural 2004-2005, Ministerio de Cultura, Cuba, versión
digital); y más de ciento cincuenta artículos sobre diversos aspectos de la cultura cubana y
sus características etnohistóricas. Ha sido Profesor Invitado y conferencista en
Universidades de Brasil, España, Estados Unidos de América, Francia, Haití, Italia,
República Dominicana, México, Noruega, Polonia, Rusia, Suiza y Venezuela. Es
Académico Titular de la Academia de Ciencias de Cuba, Miembro de su Consejo Directivo y
coordinador de su Sección de Ciencias Sociales y Humanidades; Miembro de la Sociedad
Económica de Amigos del País, La Habana; Miembro del Centro de Investigación y
Documentación para América Latina y el Caribe (CID) de la Universidad de Zurich, Suiza;
Miembro de la Junta Directiva de la Fundación «Fernando Ortiz», y del Comité de
Colaboradores de la International Folklore Bibliography, Universidad de Bremen, Alemania;
Miembro del Consejo Asesor Internacional del Centro Internacional de Esmeraldas para la
diversidad cultural afroindoamericana y el desarrollo humano, Esmeraldas, Ecuador; Consultor
UNESCO en Bolivia, Cuba, República Dominicana y Venezuela; Miembro del Comité
Consultivo del Seminario Internacional Permanente sobre Estudios Afroamericanos,
UNAM, México. Ha sido acreedor de la «Distinción por la Cultura Nacional», Ministerio
de Cultura; Distinción «Gitana Tropical», Ciudad de La Habana; Distinción «Espejo de
Paciencia» de Camagüey, «La Roseta de la Ciudad», de Cienfuegos, e Hijo Ilustre de la
Ciudad de La Habana.

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