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cuantía. La práctica de algún pais, sin embargo, fue todavía más lejos en esta
flexibilización, como es el caso de España, donde no se aprobó la ampliación
de su cuota hasta abril de 1999 y se estableció, de forma unilateral, un pro-
grama de desembolso en diez años.481
Al margen de la flexibilidad de los plazos, el Convenio BERD establece aún
otro medio para hacer más soportable para sus miembros la inversión que supo-
ne la participación en el Banco, y es la posibilidad de hacer efectivo hasta el
50% de la suscripción en pagarés u otras obligaciones emitidas por el miem-
bro de que se trate. Estos pagarés y obligaciones «no serán negociables, no
devengarán intereses y serán pagaderos al Banco por su valor nominal cuando
éste así lo solicite». Es decir, en la práctica, la parte de capital que se hace efec-
tiva a través de estos documentos queda en una situación no muy diferente de
la del capital exigible, ya que vienen a sustituir el pago efectivo de un impor-
te dinerario por un compromiso de pago.482 La Resolución nº. 59 ha amplia-
do todavía más este margen de suscripción para pagarés y otros títulos valo-
res, hasta el 60%.
La flexibilidad que se permite a los miembros del BERD en cuanto a la par-
ticipación en las suscripciones de capital sólo tiene un límite, y es la pérdida
proporcional de poder de voto en los órganos del Banco de aquellos países que
no hayan abonado totalmente en el Banco su parte pagadera del capital, medi-
da que ha sido una auténtica novedad dentro del ámbito de las instituciones
financieras internacionales.483 De conformidad con el artículo 29 del Convenio,
relativo a las votaciones en la Junta de Gobernadores y el Consejo de Adminis-
tración, en el supuesto de que un miembro no haya pagado una parte del impor-
te que debe por las obligaciones contraídas en relación a las obligaciones a
desembolsar, no podrá ejercer, mientras el impago subsista, la parte de derechos
de voto que corresponda a la proporción de acciones adeudada y no pagada.
Con respecto a la moneda utilizada en el pago, los negociadores del Con-
venio BERD acordaron que el desembolso de capital se pudiera hacer en ecus,
dólares de Estados Unidos o yenes japoneses, previsión ésta que recogió el
artículo 6.3 del convenio y mantuvo la Resolución nº. 59 de la Junta de Gober-
nadores, y que se puede considerar de aplicación al euro desde que ha susti-
tuido al ecu.
Finalmente, hay que tener presente que la suscripción de acciones está suje-
ta en todo caso a un acto formal expreso del Estado de que se trate. Así lo dis-
pone el artículo 5.1 del convenio cuando prevé qué
481. Art. 2 de la Ley 12/1999, de 21 de abril, por la que se autoriza la participación de Espa-
ña en la ampliación de capital del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. BOE núm. 98,
de 22/4/1999, p. 149.
482. J. GARRIGUES (op. cit., p. 745) define el pagaré como un simple reconocimiento de deuda
escrita que se entrega al acreedor para la persona que contrae la obligación de pagarlo en una
época determinada.
483. En esta situación se encontró el Reino de España durante prácticamente dos años, desde
abril de 1997 hasta la ratificación de la ampliación de capital, en abril de 1999.
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«...cada miembro suscribirá acciones del capital del Banco, siempre y cuan-
do cumpla con los pertinentes requisitos legales».
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488. V. ABELLÁN, El sistema financiero de las Naciones Unidas, Madrid, Tecnos, 1973, p. 15.
489. Sobre los empréstitos del BEI, cfr. R. BERMEJO, op. cit., pp. 494-495; C. Spirou, op. cit.,
p. 63
490. Convenio BAsD, art. 7,ii): convenio BAfD, art. 23; convenio BID, art. VII, seco. 1(1) y art.
II, seco. 5 (ii).
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491. Así, DRAGO «Les emprunts d’État et leurs rapports avec la politique internationale» RGDIP,
1907, pp. 251 ss., citado por J.J. FERREIRO LAPATZA, «Análisis jurídico de la deuda pública». RAP núm.
53, p. 147.
492. J. PISSALOUX, op. cit., p. 98.
493. J. PISSALOUX, ibid., p. 99.
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Junto con sus propios recursos de capital, el Convenio BERD prevé que el
Banco gestione recursos de procedencia ajena, a los cuales denomina, siguien-
do la terminología propia de las instituciones financieras internacionales,496
«fondos especiales» (special funds). La relación del Banco con estos fondos es
la de un administrador fiduciario (trustee, en la denominación anglosajona),497
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cas. Cfr. J. GOLD, «Trust Funds in International Law: The Contribution of the International Mone-
tary Fund to a Code of Principles», AJIL vol. 72 (1978), pp. 856-866, esp. pp. 856-858.
498. J. GOLD, art. cit., pp. 862-865.
499. D.R.R. DUNNETT, «The European Bank for Reconstruction and Development: A Legal Sur-
vey», CMLRev. vol. 28 (1991), pp. 571-597, en p. 587.
500. Aprobado en la cumbre del G-7 del mes de julio de 1992 un programa para mejorar la
seguridad en las centrales nucleares, el mes de febrero de 1993 el G-7 propuso que el BERD ins-
tituyera la cuenta «Seguridad Nuclear», para recoger fondos de los miembros donantes para desa-
rrollar proyectos con este objetivo. El mes de marzo de 1993, el Consejo de Administración del
Banco aprobaba las normas. Cfr. «Nuclear Safety», en la página web del BERD (http.//www.ebrd.
com/english/opera/nucsafe/spnsa01.htm
501. Convenio BAfD, arts. 8 y 10.
502. Convenio BAsD, art. 20,a.
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todo, es importante reseñar que las normas reguladoras de cada uno de los
fondos gestionados por el BERD contienen provisiones específicas relativas a
su autofinanciación. Así, por ejemplo el artículo 3.01 de las normas regulado-
ras del Fondo Especial de Inversiones del Báltico (Baltic Investment Special
Fund), prevé que éste se pueda financiar con el producto de las inversiones
hechas a su cargo.507 En otros casos se establecen provisiones para cubrir posi-
bles pérdidas, como es el caso del Fondo Especial para la Pequeña Empresa en
Rusia (Russia Small Business Special Fund).508 En este sentido merece una men-
ción especial el Fondo Especial para la Micro-empresa en Moldova (Moldova
Micro-business Investment Special Fund), constituido en virtud del acuerdo de
3 de septiembre de 1996 entre el Gobierno suizo y el Banco, en el que se prevé
que el Fondo se hará cargo de las pérdidas en sus propias inversiones y las
inversiones paralelas hechas por el Banco hasta un 75% de los recursos del
Fondo, mientras que lo que rebase esta cantidad será a cargo del Fondo y del
Banco a partes iguales.509 Esta norma, que sin duda tiene el objetivo de pro-
teger la integridad de este fondo, parece, a primera vista, ir en contra de la
separación entre recursos ordinarios y fondos especiales que, como se ha visto,
establece el Convenio BERD. De todos modos, hay que tener en cuenta que de
ninguna manera se hace referencia a un hipotético trasvase de recursos del
Banco al Fondo o viceversa, simplemente se trata de mantener la responsabi-
lidad conjunta del Banco y del Fondo, incluso en el supuesto que éste pierda
más del 75% de sus recursos.
Con respecto a la constitución de los fondos especiales, el redactado del
artículo 18.1 del BERD prevé que el Banco podrá aceptar la gestión de este
tipo de fondos, lo que, a primera vista, da la impresión de que éstos tendrán
que provenir siempre de terceros.510 Sin embargo, en la práctica, se han dado
los dos supuestos, es decir, la aceptación de la gestión de fondos constituidos
por terceros y la constitución de fondos por el propio Banco.
En relación con la gestión de fondos constituídos por terceros hay que hacer
una especial referencia a aquellos que tienen por objeto promover la realiza-
ción de actividades de asistencia técnica. A diferencia, por ejemplo, de la prác-
tica habitualmente seguida en el BIRD,511 el BERD no otorga préstamos para
financiar este tipo de actividades sino que acude a la constitución de fondos
procedentes tanto de los países miembros como de diversas instituciones inter-
nacionales. El 31 de diciembre de 1998 estaban constituidos 53 fondos de coo-
peración técnica, que movilizaban recursos por un valor de 595 millones de
ecus. En 2006, estaban constituidos un total de 399 fondos de cooperación téc-
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512. Cfr. EBRD Donor Funds Programme and Official Co-financing. Mid-Year Update 2006.
Disponible en www.ebrd.com
513. Cfr. EBRD, doc. cit. y Technical Cooperation Fund Agreements (donde se detallan los fon-
dos de asistencia técnica actualmente existentes), http://www.ebrd.com/english/opera/1c/go/fund.htm
514. En este sentido cfr. Decisión del Consejo de 29 de marzo de 1994, relativa a la cele-
bración del Acuerdo, en forma de Canje de Notas, entre la Comunidad Europea y el Banco Euro-
peo de Reconstrucción y Desarrollo sobre la contribución de la Comunidad a la cuenta «seguri-
dad nuclear», DOCE núm. L 200/33, de 3.8.1994.
515. EBRD, Annual Report, 1997, p. 81.
516. EBRD, Annual Report, 1997, p. 91.
517. Esta es la práctica seguida, por ejemplo, por los fondos que gestiona el Banco Mundial
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y también por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial. Cfr. J. GOLD, art. cit., p. 864; P.M. DUPUY,
«Oú en est le droit international de l’environnement»? art. cit. p. 898. A sensu contrarío se puede
citar el caso del Fondo Europeo de Inversiones, ya que el artículo 30 de los estatutos del BEI, que
autoriza la creación, especifica que éste tendrá «personalidad jurídica y autonomía financiera»
518. Cfr. «Nuclear Safety», loc. cit.
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