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Quien creo el primer robot

‘Automa cavaliere’: el robot que diseñó Leonardo da Vinci

Cuando Leonardo da Vinci llegó a la corte de los Sforza, en Milán, llegó rebotado de
Florencia. Lorenzo de Médici, llamado el Magnífico, mecenas de tantos artistas de la
época y en cuya corte trabajaba el padre de Leonardo, no patrocinó nunca al genio
florentino. Pero lo envió al Ducado de Milán para ganarse los favores de un poderoso
aliado, una peculiar ofrenda para asegurar la paz entre las dos potencias italianas.
Leonardo llegó con 31 años y una carta de presentación que se escribió él mismo. En
Milán gobernaba Ludovico Sforza, que era regente del Ducado, de instrucción
humanista y también mecenas de las artes, acogió de buen grado al joven florentino.
En su corte Leonardo trabajó de arquitecto, músico, escultor, ingeniero. Pero, sobre
todo, se le encargó la animación de las fiestas que organizaba su patrón.
Fue en aquella época, en 1495, cuando el genio da Vinci diseñó una de sus mayores
excentricidades. Un caballero mecánico, cubierto de una armadura de placas a la
moda germánica del siglo XV, que podía sentarse, levantarse, mover los brazos y la
cabeza.
De proporciones anatómicas que seguían el establecido canon vitruviano, el androide
tenía la apariencia externa de una armadura. Un conjunto de poleas, cables y
engranajes accionaban los miembros de los caballeros mecánicos permitiéndole
andar, sentarse, mover las manos, mover la cabeza y la mandíbula. Disponía de dos
sistemas de control independientes. El que se encargaba de accionar las piernas,
permitiendo mover de forma independiente las caderas, tobillos y rodillas, era externo;
un operario transmitía el movimiento mediante cables. En cambio, el control de los
miembros superiores, que incluían hombros, codos, muñecas y manos, era
programable mediante un árbol de levas.
Este primitivo robot humanoide seguía las proporciones ideales del cuerpo humano,
plasmadas por el artista en el Hombre de Vitruvio algunos años antes. Leonardo había
estudiado a conciencia la anatomía. Boceteaba a gentes de toda catadura y fue de los
pocos que se arriesgó a diseccionar cuerpos en aquella época. También exploró a
fondo la biomecánica. El Automa cavaliere, por su nombre en italiano, reúne parte de
estos conocimientos.
Este invento permaneció perdido en el tiempo durante casi cinco siglos. Hasta los
años 1950 en que el historiador Carlo Pedretti, especialista en da Vinci, encontró unas
páginas intrigantes entre una nutrida colección de documentos del artista. Con todas
las inverosímiles creaciones que salieron de la cabeza de Leonardo, esta era la
primera noticia que se tenía de un autómata con forma humana diseñado por él. A día
de hoy, los conocimientos que tenemos de la máquina se extraen de estas páginas
deslavazadas.

Fuentes bibliográficas:
(xatakaciencia.com)
(Wordpress.colegio-arcangel.com)
(El reloj milagroso de Antoni Escrig)

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